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Racismo y discurso de odio en internet

Entre los días 27 y 29 de abril, en Río de Janeiro, tuvo lugar la conferencia “Racismo y discurso de odio en internet: narraciones y contranarraciones”. El evento fue promovido por el Centro Berkman, de la Universidad de Harvard, en conjunto con la Plataforma Vojo Brasil, vinculada al Instituto Mídia Étnica. El encuentro reunió especialistas que estudian este asunto en Brasil, Colombia y Estados Unidos.

Según uno de los organizadores del evento, ésta fue la primera vez que ocurrió en Brasil un evento que levantó cuestiones relacionadas al aumento exponencial de los casos de racismo en las plataformas digitales.

Niousha Roshani, antropóloga y consultora en el área de derechos humanos, especializada en infancia y juventud en regiones afectadas por conflictos, y también miembro del Centro Berkman, aportó algunos datos interesantes para que entendamos las semejanzas existentes entre Brasil y Colombia. Brasil es el país con la mayor cantidad de población negra en términos absolutos fuera del continente africano, quedando en segundo lugar luego de Nigeria. El segundo país con mayor población negra es Colombia. Son cerca de 120 millones de negros en América Latina.

A pesar de que Estados Unidos tiene una mayor articulación de la comunidad negra, los negros estadounidenses corresponden al 13% de la población. Esta cantidad equivale a la del estado de Río Grande del Sur, en Brasil.

Thiago Tavares, director de la ONG SaferNet Brasil, divulgó algunos indicadores. En 9 años, SaferNet Brasil recibió y procesó más de 400 mil denuncias anónimas de racismo, conteniendo cerca de 68 mil páginas distintas (de las cuales 14.785 fueron removidas, escritas en 7 idiomas y hospedadas en más de 8 mil lugares diferentes, en 54 países de los 5 continentes).

Renato Meirelles, publicitario y director del Instituto Data Popular, aportó datos sobre el desarrollo económico en Brasil. En la última década, mientras el ingreso familiar del 25% más rico de Brasil creció un 30%, el ingreso del 25% más pobre creció un 81%. El 75% de las personas que salieron de la clase D y pasaron para la clase C son negras. Eso no significa que las cosas cambiaron. El aumento del poder de consumo de los negros y la democratización de internet no erradicaron la jerarquía racial brasileña.

En la clase A, el 71% de los ingresos proviene de los blancos y el 29% proviene de los negros. En la clase D y E, el 72% de los ingresos proviene de los negros y el 29% proviene de los blancos. Esto significa que 3/4 de las clases A y B son blancos y 3/4 de las clases D y E son negros.

Con las transformaciones económicas, la población negra movió 1.573 billones de reales en el mercado brasileño. Frente a esto, Meirelles destacó que el aumento del racismo y del discurso de odio en internet está relacionado a la reducción de la desigualdad económica en Brasil y a la democratización de internet.

 “El ambiente que solía ser exclusivo para una porción rica y blanca de la población pasó a ser ocupado por una población negra. Y eso molesta”, dijo Renato Meirelles.

A pesar de las narraciones racistas y del discurso de odio en internet, durante el evento se presentaron iniciativas de contranarraciones.

#QuedaElConsejo

1. Olabi Makerspace: empresa social enfocada en estimular el aprendizaje de nuevas tecnologías y la innovación social en el país. Tiene un espacio para la experimentación, en el cual las personas comparten herramientas, máquinas y conocimientos.

2. Plataforma En Brasil: plataforma de investigación y experimentos curaduriales que conecta a las personas que están transformando la cultura del país de forma creativa.

2. Aplicación Kilombu: aplicación que busca reunir anuncios de negocios y servicios de emprendedores negros.

Para seguir ampliando el diálogo sobre los derechos en internet, el 12 y 13 de mayo tendrá lugar el simposio Conectados al Sur, una versión regional de la red global Digitally Connected, que aborda las oportunidades y desafíos de niños y adolescentes en el contexto digital de América Latina y el Caribe. El simposio está organizado por el Instituto de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, en conjunto con el Berkman Center for Internet & Society de la Universidad de Harvard y con UNICEF.

Fuente: http://www.asuntosdelsur.org/blog/2016/05/09/11796/

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Película: La Ola

“La Ola” es una película inspirada en los sucesos que tuvieron lugar en una escuela secundaria de California en el año 1967. En aquel momento, el profesor de historia William Ron Jones tuvo que interrumpir el proyecto con el que pretendía demostrar a sus alumnos que aún era posible el retorno de un sistema totalitario.

Esta película trata de un profesor alemán que intenta enseñarle a sus alumnos que la dictadura en su país, en nuestros tiempos, es posible que se vuelva a dar.

Comienza su clase como si se tratara de un juego, el que sus alumnos hagan todo lo que él dice, y ellos se lo toman como un juego. Poco a poco su mentalidad va cambiando, se vuelven más agresivos y autoritarios, piensan que quienes no pertenecen a su grupo son inferiores, la unidad, el » compañerismo» les hace crecerse y así todo empieza a empeorar.

Comienza así un experimento que acabará con resultados trágicos. En apenas unos días, lo que comienza con una serie de ideas inocuas como la disciplina y el sentimiento de comunidad se va convirtiendo en un movimiento real: «La Ola». Los jóvenes se entusiasman, mejoran notablemente en autoestima e iniciativa, superan sus diferencias raciales y sociales, se implican en el diseño de lemas y logos, y hasta adoptan un uniforme común, compuesto por pantalón vaquero azul y camisa blanca. Las críticas de varias alumnas al experimento —cuestionado también por otros profesores y por grupos anarquistas— llevan la situación mucho más allá de lo que nadie había imaginado. Al tercer día, los alumnos comienzan a aislarse y amenazarse entre sí. Cuando el conflicto finalmente rompe en violencia, el profesor decide no seguir con el experimento, pero para entonces es demasiado tarde, «La Ola» se ha descontrolado…

Datos cinematográficos:

La ola. Die Welle

2008 Alemania. 108 min.

Dirección: Dennis Gansel

Guión: Dennis Gansel y Peter Thorwart; basado en el relato corto de William Ron Jones y en la obra de Johnny Dawkins y Ron Birnbach.

Producción: Christian Becker, Nina Maag y David Groenewold.

Música: Heiko Maile.

Fotografía: Torsten Breuer.

Montaje: Ueli Christen.

Interpretación: Jürgen Vogel (Rainer Wenger), Frederick Lau (Tim), Max Riemelt (Marco), Jennifer Ulrich (Karo), Christiane Paul (Anke Wenger), Elyas M’Barek (Sinan), Cristina Do Rego (Lisa), Jacob Matschenz (Dennis), Maximilian Mauff (Kevin), Ferdinand Schmidt-Modrow (Ferdi)

Premios: La ola ha concursado en el Festival de Sundance, en los Premios del Cine Europeo 2008, tiene dos premios y dos nominaciones de los Premios Alemanes de Cinematografía y estuvo nominada al tráiler extranjero más original en los Golden Trailer Awards.

 

https://vimeo.com/102485254

 

Referencias consultadas: http://www.uhu.es/cine.educacion/cineyeducacion/temaslaola.htm

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La mina nos extermina

 Manual de Otros Mundos AC/Chiapas

Autor, investigación: Gustavo Castro Soto.
Guión y Redacción: Gustavo Castro Soto.
Ilustraciones: Nieves Capote Figueroa.
Diseño y Diagramación: Nieves Capote Figueroa y Gustavo Castro Soto.
Producción: Otros Mundos AC/Chiapas.
Chiapas, México, 1ª edición, 2013

 Ningún bien natural común obtenido bajo el Modelo Extractivista es “sustentable”, “verde” o “responsable”. Mucho menos la minería. Y es que la explotación de los recursos no renovables, por definición, no es sustentable. No existe un Modelo Extractivo Minero en el marco del capitalismo depredador que no sea eminentemente depredador de los bienes comunes.

En todo el Continente Americano el Modelo Extractivo Minero avanza a pasos acelerados desde la década de los ochenta bajo el esquema industrial de explotación de minerales, que conlleva una gigantesca transferencia de la renta y de los bienes naturales comunes de un país a las transnacionales mineras.

La minería es el megaproyecto de mayor impacto en todos los sentidos. Desde el acaparamiento de tierras en manos de las trasnacionales; a los impactos en la salud, el medio ambiente, la biodiversidad, los suelos, el territorio, las culturas, la vivienda, entre otros impactos irreversibles. Esta actividad es la responsable de asesinatos, de la pérdida del sustento de vida de millones de personas en el mundo, de deforestación, de sistemáticas violaciones a los derechos humanos, de guerras, de dictaduras militares y crisis climática.

Aunque los minerales significan vida y podemos vivir sin ellos, esto no justifica un Modelo Extractivista que acaba con todo y que se mueve en la lógica de la acumulación acelerada de la ganancia y la riqueza. Por ello, no estamos en contra de los minerales y de su uso, sino en contra de un Modelo que arrasa con las posibilidades de sobrevivencia de la especie humana. Porque el extractivismo ha llegado a tal grado que sobrepasa la capacidad del planeta y de la biodiversidad de poder regenerarse y reproducir la vida.

No hay país en que los efectos de la actividad minera no tengan grandes y graves consecuencias reversibles. Por ello se registran procesos de resistencia de muy diversos movimientos sociales en todo el Continente contra el saqueo de los bienes naturales comunes.
mineria_contraEn contrapartida, la embestida de las corporaciones mineras es inmensa y lanzan su estrategia de mentiras y convencimiento a la opinión pública de que son “sustentables”, “verdes”, “responsables”, que generan desarrollo, empleo y que luego de la explotación por décadas dejan las cosas como estaban. Para ello han creado el “Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sustentable” entre otros mecanismos para lavar su deteriorada imagen.

Aunque las resitencias emergen por todos los rincones de nuestra América, nos falta información sobre la actividad minera. Requerimos conocer a fondo el enemigo que tenemos frente a nosotros para poder detener este saqueo y enfrentar sus discursos; para definir estrategias de resistencia, de prevención, pero también para construir otras realidades diferentes a este Capitalismo depredador y al falso discurso de desarrollo de las corporaciones mineras y sus gobiernos títeres.

La solución no está en que las empresas mineras nos otorguen mayores regalías, en que distribuyan en migajas un poco de sus ganancias. Tampoco en que paguen más al trabajador o den más trabajo a las mujeres; o que paguen por contaminar sin evitar que lo sigan haciendo. No soluciona el problema de fondo con leyes que garanticen mayor resarcimiento o mejores tierras y viviendas a los desplazados por el proyecto minero. La solución no está en que consulten a la población sin modificar la intención de imponer el proyecto minero. De cualquier manera, el agua contaminada será la misma, el cianuro es el mismo, la deforestación no cambiará, el impacto en la crisis climática no disminuye y tampoco la pérdida de biodiversidad se mejora. La solución está pues en generar otras formas de vida y consumo diferentes al sistema capitalista.

Ante el reto que tenemos de detener este Modelo Extractivista y construir otros mundos posibles, queremos poner en tus manos este Manual como un aporte más. Para ello leímos infinidad de documentos de todo tipo. Desde manuales populares, documentos técnicos hasta videos. Participamos en muchos encuentros, foros, discusiones y planes para luchar por un futuro mejor. Y es tan basta la bibliografía que podríamos hacer un manual tan solo de tanta literatura sobre el tema. Por ello, ponemos a tu disposición tan solo una muestra de las fuentes utilizadas en la página web de Otros Mundos AC., donde se encuentra la versión electrónica de este Manual.

Este Manual es solo un aporte modesto. Úsalo como mejor te sea útil. Y mejóralo con tu práctica y tus experiencias. Envíanos cualquier comentario que nos pueda ayudar a mejorar este Manual.


Ver en línea : Otros Mundos AC/Chiapas, 20 de noviembre de 2013.

Fuente del documento: http://omal.info/spip.php?article6111

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Atilio Borón: «Las Ciencias Sociales se han convertido en cajas de resonancia de la ideología del capital «

La Otra Mirada / Jueves, 10/07/2014

En esta oportunidad el profesor Luis Bonilla-Molina (LB) entrevista al  Dr. Atilio Borón (AB) en el marco de la convocatoria que a comienzos del año 2014 se formulara en Venezuela, en aras de iniciar un debate nacional sobre la Calidad de la Educación. Atilio Borón es Profesor de la Universidad de Buenos Aires, Investigador Superior del CONICET, Director del Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales (PLED), Ex -Secretario Ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales / CLACSO, 1997-2006.

Luis Bonilla: A partir de tu experiencia ¿cuál es el estado del arte de la educación en la región? ¿es posible hablar de una educación inclusiva de calidad en los países denominados progresistas?

Atilio Borón: Yo creo que en la región tenemos un mapa muy variado en donde lamentablemente las políticas del Banco Mundial que han llevado a la privatización de la educación superior, se han impuesto con mucha fuerza en muchos países. El caso de chile es el caso más extremo al punto tal que la presidenta actual Michelle Bachelet ha tenido que hacer una promesa muy fuerte de campaña, y está tratando de ver cómo revierte esa situación, pero el avance de esas políticas privatizadoras en el ámbito educacional se sienten también con mucha fuerza en países como México, Colombia y Perú.

Por el contrario en países progresistas o con gobiernos de izquierda o bolivarianos como en América Latina han hecho un esfuerzo muy grande para afianzar a la educación como un derecho y expandir las matriculas universitarias y evitar que el acceso a la educación superior sea visto como un lujo o una mercancía de difícil adquisición. En ese sentido estamos viendo el caso de Venezuela, uno de los más interesantes, una gran expansión de la matrícula universitaria que evidentemente en los últimos años va a rendir frutos muy positivos. Estamos también viendo cómo en Ecuador ha tenido que hacerse una reforma muy de fondo, porque había sido un país donde los avances de las políticas del Banco Mundial en materia universitaria habían provocado un verdadero desastre que el Presidente Correa tuvo que poner de corto con una política en mano muy firme, obligando a los dueños de algunos mal llamadas universidades, que en realidad no eran universidades eran simples negocios, a devolver el dinero porque estafaron a sus estudiantes. Entonces desde ahí un compromiso del estado por expandir aun más el sistema universitario público para evitar ese tipo de aberraciones como las que ocurrieron en Ecuador.

De manera tal que estamos en presencia de un momento muy importante de expansión de la matricula pública en algunos países en América Latina que compensa la otra tendencia dominante rumbo a la privatización del sistema superior.

Luis Bonilla: Tú como investigador sabes que las revoluciones del conocimiento actualmente son mucho más aceleradas de lo que eran hace tres décadas. Eso implica enormes desafíos para la formación docente. Desde tu punto de vista ¿qué requiere la formación de los profesores hoy en día para poder garantizar una educación inclusiva de calidad?

Atilio Borón: Yo creo que en primer lugar hay que tener un contacto muy estrecho con el público nuestro, con nuestros estudiantes y con las comunidades a las que debemos servir. Durante mucho tiempo la Universidad Latinoamericana estuvo orientada hacia lo que hacen sus planes de estudios, los materiales bibliográficos, la orientación general del profesorado, a emular el tipo de enseñanza o los contenidos que se producían en los países más desarrollados, sobretodo en Estados Unidos, de manera tal que se enseñaban cuestiones por ejemplo que eran irrelevantes en nuestra América al mismo tiempo que nuestros problemas que merecían nuestra atención no eran estudiados concienzudamente. Te pongo un ejemplo: las ciencias biológicas y de la salud  en las escuelas de salud pública que conformaban su programa y su currículo en función de algunas universidades que existían en Estados Unidos, el mal de Chagas no era examinado, lo cual es un absurdo porque nosotros teníamos que hacer un esfuerzo que finalmente se hizo para sincronizar nuestra enseñanza con la problemática local de nuestros países, por el contrario las ciencias sociales caían en la irrelevancia y eso fue lo que pasó la última buena parte de la mitad del siglo pasado.

Luis Bonilla: Sin embargo aun nuestras universidades no tienen un banco de problemas, es decir, que referido a lo que enseñan y los problemas sociales y mucho menos un repertorio de funciones, sino que privan las modas de quienes estén en la academia y como ven su perspectiva de desarrollar la investigación. ¿No habría que pensar realmente en  bancos de problemas comunes para América Latina y regionalizados que puedan conducir la labor de la investigación universitaria?

Atilio Borón: Si, yo creo que es muy importante hacer eso. De todas maneras ha habido un gran avance en estos últimos años que sería bueno no desconocer, un avance hacia la conexión entre la universidad y su medio. Lo que pasa es que la enseñanza superior o universitaria ha sufrido un muy acelerado proceso de globalización y de internacionalización y en donde en estos procesos lo que se ha impuesto era un modelo de políticas universitarias que correspondía a las necesidades de los países desarrollados. Lo que pasa es que esa internacionalización mueve muchos recursos, muchos fondos, fondos destinados a la investigación a la realización de seminarios, a la adquisición de bibliografías, habitas de perfeccionamiento, y eso ha trabajado como un elemento de control ideológico sobre nuestros universitarios, muchas veces de manera inconscientes pero no por ello menos eficaz, con lo cual las posibilidades de avanzar en una universidad vinculada a las necesidades de los pueblos ha ido haciéndose cada vez más difícil. Pero ya en la última década comienza a haber un reflujo de gente como la del Centro Internacional Miranda y muchas instituciones, universidades bolivarianas en Venezuela, y otras experiencia similares en Ecuador o en Bolivia que marcan la necesidad de volver a aquello otro, de establecer un programa regional pero de nuestra región que sean nuestros problemas los que orienten de alguna manera la capacidad de investigación y docencia que tienen nuestros universitarios. Es un camino muy largo porque Americe Latina por su prolongada condición colonial y neocolonial suele tener más vinculo con las potencias metropolitanas que con nuestros propios países. Hemos ido avanzando un poco en esa dirección pero todavía son mucho más fuertes los lazos que cada uno de nuestros países tiene con Estados Unido, con Francia, con Inglaterra, con los países europeos, que los que tenemos entre nosotros.

A veces es sorprendente lo poco que conocemos de la realidad social de nuestros vecinos, y del mundo académico de nuestros vecinos; creo que hay casos interesantes que habría que explorar en el sentido de que son países vecinos y sin embargo se dan la espalda porque están mirando al norte. Ahora ya estamos avanzando para superar esa situación pero creo que hay que promover muchos intercambios. Por ejemplo en el caso de Venezuela y de Colombia a mí siempre me sorprendió la casi nula comunicación que hay entre los académicos de esos dos países hermanos, vecinos y que además tienen tantos problemas en común. Y sin embargo las universidades tradicionalmente en Venezuela antes del chavismo, estaban mucho más orientadas hacia el norte, hacia los Estados Unidos, que hacia establecer vínculos, relaciones reciprocas entre los académicos de ambos países. Lo mismo te puedo decir del caso de Chile y Bolivia donde prácticamente no hay vinculación ninguna, e inclusive en una época no había de Brasil con ningún otro país del sur, sin embargo eso se ha ido lentamente superando. Hay indicios de que estamos avanzando en la creación de un protocolo de problemas comunes a los cuales tenemos que dedicarnos, pero rompiendo muy fuertes tendencias que nos llevan, que nos atraen, que nos arrastran en otra dirección y que tenemos que resistir porque de lo contrario nuestras universidades se convierten en meras cajas de resonancia dobladas al castellano de las preocupaciones de otros centros universitarios en Los Estados Unidos, Francia o Inglaterra.

Luis Bonilla: Precisamente una de las polémicas que hay en hacer el curso pedagógico de la izquierda regional continental, está asociado al tema de los sistemas de medición de la calidad educativa, hay quienes apuestan por aplicar pruebas como PISA, TIM, u otros rankings universitarios, y hay quienes postulan construir sistemas de evaluación pero que tengan que ver más con la vocación de los países y los procesos de integración regional. ¿Cuál es tu opinión al respecto?

Atilio Borón: yo creo que claramente lo que ha habido durante mucho tiempo ha sido una especie de imperialismo del Banco Mundial y de algunas universidades del norte que han establecido parámetros de medición de la calidad educativa que no tienen que ver con nuestras realidades. Yo he visto esto de manera muy fuerte por ejemplo en institutos de ciencias técnicas de Argentina, de Chile, de Brasil, de México, donde las evaluaciones, los puntajes que se le otorgan a los investigadores y la evaluación de la calidad educativa tienen que ver con cuánto se acercan al paradigma dominante en los Estados Unidos de evaluación, donde uno lo que tiene que someter a discusión, en primer lugar es que el paradigma dominante de cómo se hace la evaluación de la calidad en Estados Unidos, es un paradigma que está fuertemente marcado por la colonización ideológica que han sufrido las ciencias sociales y las humanidades en ese país a manos de los intereses del capital. Resulta entonces que se le otorga un premio nobel a un supuesto economista que en realidad lo que hace es una serie de cálculos matemáticos y estadísticos que no tienen absolutamente ninguna relevancia y que inclusive son incapaces de predecir y que esa es la gran pregunta.

Cuando estalla la gran crisis financiera de 2007-2008 que no fue anticipada por ningún economista ni en Estados Unidos ni en Europa ni en América Latina, se hace una reunión anual en la London School of Economic, una institución muy prestigiosa; a esa reunión protocolar asiste la Reina de Inglaterra . En el año 2009 en esa reunión con varios economistas reconocidos con el premio Nobel, donde todos estaban esperando que dijera unas palabras protocolares nada mas, la Reina empezó expresando que estaba muy a gusto de estar en ese recinto tan prestigioso, pero que les tenía una pregunta: ¿Cómo es que ninguno de ellos pudo alertarlos de la crisis tan terrible que estaba por caer sobre este planeta?

Si un economista no puede predecir una crisis de esa magnitud, que todavía hoy la estamos viviendo ¿para qué sirve? Es como un médico que ante un enfermo es incapaz de hacer un diagnóstico que diga que el paciente se puede morir o pueda tener una enfermedad grave, y esto pasa porque las ciencias sociales se han convertido en cajas de resonancia de la ideología del capital y entonces los criterios de evaluación son criterios que tienen que ver con eso. Por lo tanto, si yo tengo una tesis de doctorado que demuestra el carácter irracional del proceso de producción capitalista en países como Argentina, Venezuela o Chile, y tu lo puedes demostrar con certidumbre absoluta y matemática, eso va a ser considerado mala ciencia social. Vas a tener una pésima calificación porque se aparta de los cánones dominantes y porque se supone que lo que hace el capitalismo está bien, que la lógica del capitalismo es eficiente, es racional que el individualismo posesivo es la única manera de entender el funcionamiento de la sociedad. En cuanto tú te apartas de esos criterios estás haciendo mala ciencia social. Por eso digo que los criterios de evaluación tienen que estar dado de acuerdo a nuestras necesidades, a nuestros objetivos nacionales que tienen nuestros países.

Luis Bonilla: Tú eres investigador superior del CODICEP y profesor universitario. En tu experiencia ¿Cuál es la relación entre la investigación real práctica, no enunciativa y la universidad hoy en día?

Atilio Borón: Depende un poco de las universidades, hay universidades en las cuales no hay absolutamente nada de investigación. Desgraciadamente esa proliferación de universidades privadas que hubo en América Latina a partir de los 80 fueron universidades de tiza y pizarrón donde no había investigación. Eran simples enseñaderos donde se reproducían cursos, programas, bibliografías de otros países y no había ninguna investigación. Ahora esta tendencia se empezó a revertir en algunos países, pero el problema es que los países de América Latina tienen los clásicos problemas derivados de la deuda externa, de la crisis fiscal, del financiamiento al sector público, entonces resulta que no hay mucho dinero ahora para la investigación. Esto lo estamos viendo claramente en varios países de América Latina; huelgas docentes universitarias que se extienden por meses como en Brasil que el año pasado tuvo una huelga de las universidades federales, no de las estatales, que duró cuatro meses. Huelgas que buscaban un ajuste por inflación que no se les dio, y el recorte de fondo hace que la investigación no pueda ser realizada en las universidades. Entonces el que viene a nuestra ayuda es el Banco Mundial, o viene el Fondo Monetario Internacional o el Banco Interamericano que te dan gran cantidad de dinero para hacer la investigación, pero junto con el dinero te dicen cual es la teoría, cuál es el marco teórico, cuál es la metodología, cuál es el problema que puedes investigar y cuál es el resultado al que tienes que llegar con tu investigación. Son investigaciones de legitimación de las políticas neoliberales que promueven estos organismos internacionales que ante la crisis fiscal de muchos gobiernos en América Latina, la debilidad del financiamiento a la investigación, estos grupos pasan a ser los dadores de fondos y al mismo tiempo de la ideología, el marco teórico, y de las problemáticas a investigar en nuestras universidades.

Luis Bonilla: Tocaste el tema de los salarios de los docentes de forma tangencial al referirte a la situación en Brasil, y ahí es bueno tomar nota, porque lo sueldos de los docentes variando de acuerdo al país o la región oscilan en la actualidad entre 40 y 5000 dólares es una disparidad brutal en el salario de los docentes según el país y la región. Tal vez pareciera que en las agendas pendientes está tratar de establecer un estándar común de sueldos compartidos para las y los docentes en la región. ¿Cuál es tu posición al respecto?

Atilio Borón: Yo creo que sí, evidentemente hay una dispersión de remuneración en el sector universitario de América Latina muy grande, por supuesto esto obedece a disparidades nacionales que uno no puede menos que tomarlas en cuenta, pero tengo la impresión de que hay que hacer un esfuerzo para lograr establecer un piso común básico de remuneraciones para el sector docente que inclusive incorpore una política de becas fondo para los estudiantes universitarios y para los estudiantes que están a punto de graduarse, a los efectos de ir nivelando hacia arriba y creando contextos que permitan construir una masa crítica de universitarios latinoamericanos con condiciones de ejercer a tiempo completo su profesión. Esto supone un proceso muy riguroso de selección a los efectos de garantizar la calidad de los profesores que van a estar a cargo de todo esto; pero si evidentemente una precondición de todo eso es que haya una mínima condición que impida que existan los desniveles tan grandes que hay hoy en día en la remuneración de los docentes universitarios en toda la región. Incluso te diría que a veces se reproducen dentro de los países universidades donde hay una paga sensiblemente superior que otras, incluyendo universidades públicas. Lo cual habla de las complejidades burocráticas y administrativas que garantizan una buena remuneración del plantel docente aun dentro del mismo país.

Luis Bonilla: Tú diriges el Programa Latinoamericano de Educación a Distancia de Ciencias Sociales. Cuál es la experiencia de este programa, ¿A qué se dedica?, ¿Cómo pueden tener acceso o vincularse los docentes a tu programa en cualquier país de la región?

Atilio Borón: Este programa se inició en el año 2007 con el objetivo de hacer disponible para los universitarios y el activismo social de América Latina lo mejor que el pensamiento crítico puede ofrecer en este momento, es decir, el programa PLED (Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales ) para llevar las ciencias sociales a quienes las necesitan y con esto me refiero a las ciencias sociales criticas, comprometidas con el cambio, comprometidas con la necesidad de avanzar hacia una América Latina emancipada de todos los poderes económicos e imperiales que la han sometido durante tanto tiempo. Ese trabajo nos da para hacerlo disponible a todo el mundo, la internet y la educación a distancia nos ha permitido ofrecer una serie de cursos que han sido aprovechados por estudiantes y activistas de toda de América Latina incluyendo Estados Unidos, Europa y otros países del mundo interesados en tener una ciencias sociales distinta a la convencional. Yo invito a los compañeros venezolanos a que visiten nuestra página web. Ahí van a encontrar toda la información referente a nuestro sitio web, los cursos que ofrecemos a distancia y que reúnen todos los requisitos para ser acreditados luego en las principales universidades de América Latina.

Nosotros hicimos un convenio especial con la Universidad Autónoma de México y con la Universidad Federal de Rio de Janeiro mediante el cual, los estudiantes que aprueben los cursos que organiza el PLED son cursos luego validados como cursos del programa de doctorados de la UNAM y de la UFRJ. Esto le da una idea de la calidad que tienen los cursos que son impartidos en todos los casos por académicos con una trayectoria muy distinguida y en donde abarcamos temas que son fundamentales para América Latina: el tema de la geopolítica del imperialismo, el tema de la política de los mercados, el ALDO y la transformación capitalista del ALDO, el tema de la minería y el extractivismo y el debate sobre las estrategias de desarrollo en nuestros países, a medias tocamos otros temas como la filosofía políticas, pero todos con un enfoque político que no es el habitual en cualquier universidad.

Luis Bonilla: ¿Quiénes se inscriben más en este programa, los hombres, las mujeres, que grupos de etario, los jóvenes, los viejos?

Atilio Borón: En general es gente joven, hay una leve cantidad mayor de hombre que de mujeres, pero tenemos una experiencia muy interesante porque los grupos se organizan bajo un régimen de tutorías y se organizan discusiones en donde pueden tener discusiones un venezolano, un colombiano, un brasileño y se enriquece mucho el material de estudio a partir de las experiencias que aportan estos jóvenes que vienen de diferentes países que dan a conocer su experiencia social y personal que siempre da mucho enriquecimiento de la situación.

Luis Bonilla: Si tuvieras que formularle tres propuestas a los gobiernos de la región para mejorar las políticas de educación, ¿cuáles serían esas tres políticas públicas?

Atilio Borón: Primera propuesta: yo diría que tiene que haber un examen de qué es lo que estamos enseñando y qué es lo que estamos investigando hoy en las universidades. Mi propuesta seria crear un panel de expertos que diagnostiquen qué es lo que estamos enseñando y qué es lo que estamos investigando en nuestras universidades porque nos podemos encontrar con una sorpresa muy desagradable,, por ejemplo que estamos enseñando cuestiones que no tienen ninguna relevancia con la problemática actual de América Latina.

En segundo lugar hacer una política muy fuerte de promoción y de expansión de la matrícula universitaria pero garantizando al mismo tiempo la calidad, porque a veces hay experiencias en América Latina donde hay provincias que tienen una expansión muy fuerte de la matrícula pero hay un rezago en la creación de una facultad o un grupo académico que responda a un nivel de esa nueva demanda, porque resulta más fácil abrir la universidad para que entren muchos más estudiantes, que seleccionar después profesores de muy buen nivel para que den una educación de calidad. Eso no es por mala voluntad, simplemente hay un desfase de la demanda de ingreso a la universidad insatisfecha por décadas en América Latina, que hace que en cuanto abras las puertas haya un torrente de gente esperando y arriba no tienes profesores suficientes para cubrir esa demanda. Eso requiere una muy cuidadosa elaboración de una estrategia para garantizar el ingreso de estos estudiantes, pero al mismo tiempo tener la capacidad de garantizar profesores de muy buen nivel que los puedan atender y dar los cursos.

Una tercera cuestión seria tratar de buscar la manera de aumentar la inversión en educación pero garantizando al mismo tiempo la adecuada administración de esa inversión, porque a veces hay aumentos muy significativos en el presupuesto universitario pero luego el gasto que se hace de esta inversión no es el más adecuado, eso supone un equipo que investigue muy seriamente cómo aumentar la inversión pero al mismo tiempo cómo mejorar la racionalidad de los gastos que se hacen de esa inversión.

Luis Bonilla: En la región se está publicando mucho, cada región publica, cada país publica, pero hay precarios procesos de circulación de estos productos en la región. Muchas veces no llega a Venezuela las cosas que se publican en universidades de Argentina, de Chile o de Brasil; o lo que se publica en Venezuela tiene dificultad para llegar al cono sur, a Centroamérica y al norte. En tu experiencia en  CLACSO, en el PLED, como profesor, ¿Cómo mejorar esos procesos de circulación en la región?

Atilio Borón: yo creo que habría que pensar ahí en un organismo regional, que estuviera a cargo de fortalecer la circulación de esas publicaciones. Hoy en día esa cuestión es bastante más sencilla de lo que era en el pasado, porque con el desarrollo tecnológico del internet, y sobre todo con la producción de libros que ha sufrido una extraordinaria revolución, hoy en día es posible que un libro que tu publiques en Venezuela se puede hacer un convenio y ese libro puede ser publicado en Argentina, en Chile, en Uruguay a un muy bajo costo porque es un libro que ya está armado, no tienes que hacer la composición, no tienes que hacer la edición. Pero todavía no tenemos ese organismo. Yo trate cuando fui secretario de la CLACSO hacer algo en esa dirección pero fue muy difícil porque hay muchos prejuicios, como por lo menos el tema de derecho de autor. Hay muchos autores de libros que no quieren saber nada de esta iniciativa porque pierden el derecho de autor. Este es un obstáculo serio con el que nos hemos tropezado, pero creo que hay que hacer un esfuerzo por avanzar porque en realidad nosotros tenemos una gran ventaja: prácticamente somos un continente que tiene una lengua en común, porque incluso la frontera lingüística que tenia Brasil con el resto de los países se ha ido diluyendo. Hoy en día puedes publicar un libro en castellano que en Brasil va a circular bastante bien, lo mismo con un libro en lengua portuguesa que con un poco mas de dificultad va a circular bastante bien en toda Latinoamérica. Pero para eso tienes que armar una red de editoriales universitarias sincronizadas que requieren de un esfuerzo importante pero que yo creo que puede tener un éxito notable en favorecer el conocimiento de todos nosotros que realmente es un problema muy serio en estos momentos.

Luis Bonilla: Para ir cerrando este primer contacto internacional, nos gustaría que le dieras un mensaje a los maestros y maestras, a los profesores y profesoras venezolanas que están en sus aulas, en sus planteles, en sus comunidades discutiendo todo el tema de la calidad educativa como una oportunidad para seguir avanzando en la transformación de nuestro sistema educativo para alcanzar mayores niveles de inclusión.

Atilio Borón: Yo les quiero mandar un gran abrazo solidario a todos los docentes, profesores investigadores de las universidades venezolanas. Se que están pasando por un momento muy difícil porque arrecia la ofensiva brutal del imperialismo y de la derecha más cavernícola de Venezuela para tratar de poner fin a un proceso emancipador, liberador como el que se inició con la elección del comandante eterno. Lo que les digo es que toda América Latina está pendiente de ustedes, sabemos que están dando una batalla enorme en condiciones muy adversas, pero sabemos que ustedes tienen un temple muy especial, que no se van a arredrar por las dificultades, y que realmente van a utilizar esa gran imaginación que tienen, que van combinar los esfuerzos que sean necesarios para lograr una educación de calidad para los jóvenes universitarios de Venezuela. El avance ha sido notable, tal vez ustedes que están todos los días no se dan cuenta de lo mucho que ha cambiado y de lo bien que ha cambiado, pero quienes visitamos Venezuela periódicamente nos hemos dado cuenta de cómo ha evolucionado en estos 15 años para bien, y cómo el esfuerzo de ustedes ha sido fructífero. Lo que les quiero decir es que les mando un abrazo solidario, felicidades por la tarea que están haciendo e incitarlos a que sigan dando esa batalla porque ya está toda América Latina acompañándolos.

 Para oir y ver el video:

Producción de la Otra Mirada: Luis Bonilla Molina

Equipo de producción y post producción digital: Dilanci May Sierra

Transcripción de la entrevista: Ileana Lo Priore

Edición: Marianicer Figueroa Agreda

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ODS/ Objetivo 4 / Meta 9: Aumentar el número de becas para enseñanza superior, profesional o técnica, para países menos desarrollados

Fuente OREALC UNESCO / 15 de Mayo de 2016

Estrategias para lograrlo:

  • Asegurar que las becas fortalezcan las áreas donde sea más necesario en cada país.
  • Dirigir las becas a jóvenes desaventajados de manera transparente.
  • Desarrollar programas que eviten «la fuga de cerebros» y promuevan la «ganancia de cerebros».
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“El poder mágico del consumismo sólo se puede desarrollar sobre un desierto emotivo, un desierto social”: Entrevista a Silvia Federici

Entrevista realizada a Silvia Federici por  Beatriz Plaza y Erika González , investigadoras del Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL) – Paz con Dignidad.

Escritora, activista y profesora de la Universidad de Hofstra de Nueva York, Silvia Federici es una referente en la economía feminista. Hablamos con ella durante el V Congreso Estatal de Economía Feminista [1] sobre cuestiones como el sistema capitalista, las alternativas soñadas y en marcha, la lucha salarial, el trabajo doméstico, la quema de brujas y el imaginario popular.

– ¿De qué hablamos cuando nos referimos a la economía feminista?

– La economía feminista es un proyecto con mucho coraje que se ha propuesto cambiar de manera significativa una disciplina que ha estado más comprometida con la economía capitalista que con ninguna otra. Creo que ha tenido muchos efectos importantes: el primero, someter la economía oficial a una crítica radical de su metodología, de su forma de medir, de su aplicación del método cuantitativo, del análisis de la realidad social que no se puede reducir a una fórmula matemática y de sus valores estructurales; el segundo, poner en el centro de esta deconstrucción de la economía la importancia de toda un área de actividades que definimos como reproductivas, muy importante para el movimiento feminista pero sistemáticamente desconocida y desvalorizada por la economía oficial. El cuidado, el trabajo del hogar, las relaciones familiares, sexuales o procreativas, el cuidado de los niños, el de las personas enfermas, el de los mayores… Para la economía feminista esto es fundamental, no solamente para la reproducción de nuestra vida, sino también para la producción del sistema capitalista, porque la sociedad ha sido sometida a esta producción.

Las economistas feministas hemos visto la importancia de todo este conocimiento e iniciado una investigación sobre las consecuencias y los efectos de la invisibilización. En concreto, hemos empezado un trabajo de democratización del lenguaje que ha permitido crear un espacio donde las mujeres que no son economistas expertas pueden empezar a comprender cuál es la lógica de este sistema en el que vivimos, una lógica realmente perversa.

Por ejemplo, estudios como el de Madeleine Fairbairn (sobre la medida de los estándares del PIB y sobre cómo las organizaciones internacionales y los gobiernos cuentan y excluyen el trabajo de reproducción de sus cuentas) nos han permitido comprender que el crecimiento de niños y niñas no es considerado productivo, pero fabricar las armas que los matan sí que lo es.

Gracias a estos estudios podemos entender la lógica que calificaba de perversa, porque la economía como disciplina ha creado un nudo que nos impide ver la verdad de las relaciones capitalistas. Es una red de categorías, conceptos, asuntos y asunciones que son como un muro que la gente común no puede comprender, que nos ofusca la visión. Por este motivo ha sido importante comenzar a explicar qué significan estas categorías y empezar a construir, a pensar y a imaginar la posibilidad de una alternativa.

– En este contexto, advierte sobre el peligro de que la economía feminista se convierta en una rama más de la economía. ¿Cómo cree que se podría evitar esto?

– Creo que se puede evitar si las economistas feministas trabajan en la economía como espías en un territorio hostil. No se trata de educar a las y los economistas, sino de comprender y transmitir la conciencia que pueden adquirir trabajando dentro la economía. Una vez adquirida, se podría empezar un trabajo de educación importante, porque, en mi opinión, el riesgo es dejar de pensar.

Por este motivo, creo que es importante que la economista feminista tenga su punto de referencia en los movimientos, sea como inspiración por la economía alternativa (lo que es necesario hacer a partir de la lucha o de la expresión, ya que la lucha exprime necesidades, dificultades y posibilidades), sea como guía para no olvidar por quien se escribe y por quien se hace este trabajo. El riesgo es pensar que nuestros referentes son los economistas de los institutos académicos.

Se habla de las mujeres y de la igualdad, pero después se aprueban leyes que destruyen la condición de igualdad. El reto por tanto es enseñar al sistema a ser contundente, porque muchas feministas han participado en conferencias de las instituciones y la gente identifica el feminismo como el que ha sido construido por Naciones Unidas. Es importante que las economistas feministas no repitan esto.

– ¿Qué opina sobre las potencialidades de la economía feminista?

– La economía feminista debería tener dos objetivos principales: por un lado, revalorizar el trabajo de reproducción y, por otro, demostrar la centralidad, no solamente del trabajo de cuidado. Tengo un poco de resistencia a este concepto porque durante muchos años en el movimiento feminista en el que milité nunca se habló de cuidado. El término “cuidado” es completamente nuevo, de los años 90. En los documentos feministas de los años 70 y 80 se habla de trabajo doméstico o trabajo de reproducción, pero nunca de trabajo de cuidados. ¿Por qué? ¿Cuál es para mí el problema? El problema es que se va a construir una nueva jerarquía entre las mujeres que hacen el trabajo material (limpiar la ropa o las calles) y el trabajo que se ve como más emotivo, intelectual, educativo, relacional… Por eso yo uso estos términos pero con mucha cautela, porque no me gusta separar el trabajo material del inmaterial. Para mí es muy importante demostrar la centralidad.

El trabajo de cuidados es un ejemplo paradigmático, no se puede olvidar que lo material e inmaterial es indisoluble en el trabajo que reproduce la vida de una persona. Piensa en la educación de las niñas o en la cura de los enfermos. Si sabes cómo se cura un enfermo, qué significa trabajar con una persona que no es autosuficiente, es que sabes que no se puede separar una cosa de la otra. La gran tragedia hoy es exactamente esto, la separación. Lavar, limpiar o amamantar a un niño o niña, ¿es material o inmaterial? Si piensas en el trabajo de reproducción te das cuenta de cuánta estupidez hay en esta tendencia a la separación. No me gustaría que las mujeres reprodujeran de manera indirecta esta dinámica que sitúa a los conceptos en niveles más altos o bajos según el tipo de trabajo. Conservar la naturaleza, cocinar, el trabajo sexual, hacer el amor… ¿qué es, material o inmaterial? ¿Cómo se puede separar? No, no vamos a reproducir esta visión que separa y que hemos criticado tanto en los hombres, en los intelectuales.

– Señala a los movimientos sociales como fuente de inspiración. ¿Qué fortalezas podrían aportar al sistema para hacerlo más sostenible, justo y equitativo?

– Cuando hablo de movimiento social lo hago entendiéndolo como un concepto amplio y diverso, porque hay muchos tipos de movimientos sociales y de algunos no soy muy entusiasta. Me gusta mucho lo que tantos compañeros y compañeras en América Latina dicen: “no es importante hablar de movimiento social sino de sociedades en movimiento”. Hablo de movimientos sociales muy arraigados en la sociedad, que cooperan y que miran lo que está cambiando a nivel de base. Movimientos sociales no como organizaciones separadas, sino como clave en la reflexión que está ocurriendo en varias partes del mundo y que nacen de la conciencia de que esta sociedad capitalista no nos puede garantizar nada, que no puede ofrecer prosperidad o seguridad de vida sino sólo a grupos limitados, en períodos concretos y en condiciones particulares, como ocurrió después de la II Guerra Mundial, de los años 40-50 hasta los 60-70.

Fue una época asombrosa en la que se consiguió desestabilizar el sistema gracias a los grandes movimientos sociales contra el capitalismo: la descolonización, la lucha anticolonial, las revueltas en las fábricas de los obreros industriales, el alzamiento contra la guerra del Vietnam, el movimiento feminista o el surgimiento del indigenista. Fue un período increíblemente importante que puso en crisis de manera estructural la capacidad de la sociedad capitalista de producir y reproducirse. El proceso de globalización, la intención de cambiar el mundo de las bases durante los años 80-90, fue la respuesta del sistema.

Hay una gran conciencia sobre el hecho de que el capitalismo puede conceder la prosperidad o el nivel adecuado de vida solamente en condiciones particulares. En este contexto, es importante comprender y analizar lo que es el consumismo, producto directo de un gran empobrecimiento social. Si tienes una vida rica desde el punto de vista emocional, con buenas relaciones sociales, no te pierdes por una camiseta. El poder mágico de las cosas, es un poder que se puede desarrollar sólo sobre un desierto emotivo, un desierto social.

Un gran número de poblaciones ya se sienten excluidas porque han sido expulsadas de sus tierras, de sus trabajos, de sus salarios…. Por eso están intentando crear formas diferentes de vida, organizándose de formas diversas. Los movimientos sociales que tienen sus raíces y sus cimientos en estas poblaciones son los más importantes.

Los movimientos feministas populares de América Latina son los movimientos que el capitalismo reprime. Me refiero a los que tienen como punto de referencia las grandes luchas de las mujeres campesinas por defender los campos, la agricultura de subsistencia y la soberanía alimentaria, o las luchas contra el extractivismo, contra la minería, contra las cárceles y contra todas las formas de represión militar. El zapatismo, en México, o el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra, en Brasil, son sólo dos de los muchos ejemplos que existen.

Muchos son movimientos creados sobre una base territorial que están empezando una forma de producción diferente teniendo presente el autogobierno. En mi opinión, esto es lo que se está ocurriendo por primera vez en el mundo: lo nuevo surge cuando hay una percepción de que el viejo sistema, el capitalismo, es muerte, y esta idea ya se está difundiendo, sobre todo en América Latina.

– Dice que allí donde se siente la necesidad del cambio se generan prácticas para la construcción de alternativas. Muchos movimientos populares han visto en el Estado un instrumento que les puede ayudar a promover cambios para salir de la explotación o de la amenaza que supone el capital. ¿Hasta qué punto la toma de las instituciones puede servir para el cambio?

– Sí, ahí hay un gran debate. El ejemplo más claro es el que viene de América Latina, cuando los zapatistas rechazaron participar en las campañas electorales. Muchas personas de los sectores de izquierda criticaron esta actitud intensamente, pero yo creo que ahí los zapatistas tenían razón, porque el Partido de la Revolución Democrática (PRD) no ha sido una alternativa. Hemos visto que en países donde los partidos progresistas asumieron el poder, como en Bolivia, con Evo Morales o en Ecuador, con Rafael Correa, ya hay un conflicto entre Estados y movimientos de base.

En el caso de Bolivia, el presidente ha seguido desde el inicio una política extractivista. Aunque ha intentado reducirlo con algunas medidas, como las bolsas solidarias, son acciones tan simbólicas que no cambian nada y no ponen en el centro el fundamento de las relaciones sociales ni un nuevo modo de producción. En Ecuador, Rafael Correa había prometido una postura determinada frente al petróleo, y ahora se choca con el Yasuní. En Brasil, muchas compañeras y compañeros están demostrando que, con el tiempo, Lula da Silva ha instaurado un imperialismo que sólo se diferencia de los otros en el esfuerzo por expulsar a las empresas americanas.

Es necesario reflexionar sobre esto. Si no nos enfrentamos, si pensamos que se puede mejorar el capitalismo y continuamos con la misma lógica, solamente podremos reducir los efectos negativos. Si creemos que el progresismo significa reducir y humanizar un poco la explotación, entonces el resultado será aún peor, porque esto crea mucha pasividad, nos hacen creer que van a mejorar nuestras condiciones, que no debemos activarnos porque ellos lo harán por nosotras.

– Una de las cuestiones clave que identifica como reforma estructural es la reivindicación que desde el movimiento feminista se ha realizado en torno a la lucha salarial, uno de los elementos que más desigualdad genera. ¿Podría profundizar un poco en cómo la brecha salarial reproduce la desigualdad?

– Desde el Colectivo Feminista Internacional lanzamos la campaña Salario para el Trabajo Doméstico porque entendíamos el sueldo como una máquina que provoca desigualdades. En primer lugar, la diferencia de salarios ha permitido invisibilizar el trabajo doméstico, lo que ha provocado una serie de explotación laboral. En segundo lugar, lo ha naturalizado porque lo ha mitificado y ha creado jerarquías entre lo “asalariado” y lo “no salariado”. A través de estas jerarquías se ha ocasionado un sistema de control indirecto de las personas “sin salario”. Aquí las y los asalariados se convierten en patrones, controladores y supervisores del trabajo no salariado. La jerarquía nunca es neutra, es el principio de la explotación. Debemos tener cuidado cuando hacemos cualquier lucha salarial y asegurarnos de que ésta no va a ser a costa del bienestar de otras personas, cerciorarnos de que aquello que ganamos en el terreno del salario no reproduzca de nuevo jerarquías que generen desigualdades.

– Habla de construir formas más cooperativas para la reproducción social…

– En realidad es un sueño, aunque también una práctica. Dolores Hayden, una feminista que ha hecho mucha labor urbanística en Estados Unidos, ha estudiado la historia centrándose en el esfuerzo de las mujeres para superar el aislamiento del trabajo doméstico.

En muchos países la forma más cooperativa ha surgido a partir de una necesidad provocada por la depresión y la austeridad, como en Chile, Perú y Argentina, donde las mujeres trajeron las olas de los piquetes, los comedores populares y los huertos urbanos. Es importante ver qué ha traído de nuevo a la lucha social. Elementos que no estaban en las luchas de los años 60-70 y que nacen de una necesidad de crear formas de control sobre nuestras vidas, de autoproducción y autoaprovisionamiento.

Me parece haber reconocido la línea que necesitamos seguir. Es claro que en algunos países el camino está más avanzado porque el desastre económico los ha obligado a hacerlo. Y también que en muchos lugares como en América Latina es un poco más fácil porque existe una tradición de relaciones comunitarias que el capitalismo no ha podido destruir y que hoy es una fuerza. El camino que nos muestra América Latina, el camino que se debe recorrer también en Europa y en los EEUU, ya se ha iniciado. En Grecia, por ejemplo, millones de personas se han encontrado con la realidad de un empobrecimiento brutal. Es evidente que van a tener que empezar a crear formas alternativas de vida, y las opciones son aceptar la derrota continua o juntarse, juntar sus recursos, juntar su energía y crear. Mi pareja ahora está en Heraclio, Creta, donde han organizado un gran festival para celebrar las nuevas clínicas sociales. Todas estas cosas se van a ampliar necesariamente.

– Vamos a cambiar de tema y abordar otra de las cuestiones fundamentales de tu obra. En su libro Calibán y la Bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria[2], retomas la matanza de brujas como fundante de un sistema capitalista que expropia el cuerpo, los saberes y la reproducción de las mujeres sin remuneración alguna. ¿Qué opinas de la quema de brujas?

– La reflexión sobre las brujas es muy seria, y abro para mí lo que es como una herida abierta, porque en los últimos cuatro o cinco años me he dado cuenta de que el legado de los inquisidores permanece en el imaginario popular, de que han dejado una herencia de desvalorización de la bruja que se plasma en canciones o en prácticas como quemar a las brujas, y que esto pasa a nivel europeo.

Hay quema de brujas en Escandinavia, aunque han hecho un pequeño esfuerzo por reconocerlo construyendo un monumento en Noruega. También en San Juan se celebra la quema de las brujas, incluso hay canciones sobre ello. Cuando fui a Copenhague las mujeres me mostraron algunas representaciones horrendas de brujas. Me gustaría viajar y luchar contra esto junto a un grupo de mujeres.

El año pasado en el País Vasco vimos cosas que nos entristecieron mucho. La imagen de la bruja se ha convertido en una mercancía que se usa para atraer a turistas en lugares como Zugarramurdi, donde hay un Museo de las Brujas y puedes encontrar imágenes horribles. Les pregunté a las mujeres de las tiendas que por qué razón vendían esas cosas y me dijeron que, aunque no les gustaba, lo ordenaba el patrón. Debemos hacer algo para que no se vendan más.

Una puede pensar que tal y como está el mundo, lleno de problemas, nadie va a pensar en las brujas, pero creo que hay que hacer algo, que sería muy importante. En realidad, hoy también se queman brujas: en África se calcula que se han quemado, enterrado vivas o acuchillado más de 30.000 mujeres, sobre todo mayores; en 2013 se han enterrado vivas 700 mujeres en Tanzania; y en Papúa Nueva Guinea también han quemado a muchas. ¿Dónde están las feministas? ¿Dónde hay un surgimiento de feministas?

En India estoy en contacto con mujeres feministas que se están ocupando de esto, porque allí es una matanza. Todas me dicen que está conectado con el cercamiento y la propiedad de las tierras, con el nuevo papel de las mujeres y con la expulsión de las mayores, que son consideradas como no productivas pero que tienen acceso a la tierra. La manipulación de las compañías, que usan las acusaciones de brujería para conseguir sus objetivos es constante. Es importante organizar un grupo de mujeres en cada país para hacer algo. ¿Por qué no en España también?


*Beatriz Plaza y Erika González son investigadoras del Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL) – Paz con Dignidad.

Fuente: http://www.revistapueblos.org


NOTAS:

[1] Vic (Catalunya), julio de 2015.

[2] Federici, Silvia (2010): ‘Calibán y la Bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria’, Editorial Traficantes de Sueños, Madrid.

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Argentina: La Universidad Nacional de General Sarmiento da clases abiertas para visibilizar los problemas presupuestarios

Noticia/ 14 de mayo de 2016 / Por: Carlos Avendaño

 

La Universidad Nacional de General Sarmiento promueve actividades académicas al aire libre, en espacios públicos, para visibilizar los problemas presupuestarios a los que se enfrentan las universidades públicas en Argentina. El presupuesto universitario fue aprobado a finales del año pasado, y con las medidas económicas adoptadas por el actual gobierno se ha generado un importante incremento en la inflación, aumento extraordinario de las tarifas, así como la devaluación de los últimos meses que pusieron a las universidades nacionales ante un recorte de presupuestario de hecho.

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Incluso se ha registrado una disminución en la asistencia a clases de los estudiantes tanto de grado como de posgrado que se ven con dificultad para continuar sus estudios ante el aumento generalizado que sufre ese país. Universidades como la UBA han declarado contar con presupuesto de funcionamiento sólo hasta el mes de agosto y universidades como la Rioja se han visto obligadas a suspender cursos nocturnos por la imposibilidad de pagar el extraordinario aumento del servicio de luz. En la zona sur de Argentina y ante el aumento del gas se han visto obligados a disminuir el uso de la calefacción lo que complica las condiciones necesarias para el mantenimiento de las actividades académicas. Este es el panorama actual de las universidades.

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El día sábado 14 de mayo, un grupo de estudiantes de posgrado de la Universidad Nacional de General Sarmiento tomaron la plaza de San Miguel y realizaron una sesión de clases al aire libre para visibilizar la problemática presupuestaria de las universidades públicas; esta forma de protesta particular se viene realizando de hace unas semanas con diferentes cursos y facultades, con la finalidad de no interrumpir las actividades académicas y dejar un mensaje claro del compromiso de los estudiantes y docentes para continuar con la labor educativa a pesar de las dificultades a las que se enfrentan. Aún se esperan pronunciamientos oficiales y propuestas de solución que garanticen el normal desarrollo de la vida universitaria en el país.

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Foto: Carlos Avendaño

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