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IIPE-UNESCO Buenos Aires convoca: Curso Regional sobre Formulación y Planificación de Políticas Educativas 2016

Desde sus inicios el IIPE-UNESCO Buenos Aires organiza anualmente el Curso Regional sobre Formulación y Planificación de Políticas Educativas, al cual asisten funcionarios y profesionales de diferentes niveles de gobierno, provenientes de diversos países de América Latina y el Caribe y de países africanos de habla española y portuguesa.

 Hasta el año 2015 participaron en el curso más de 420 profesionales y funcionarios de Angola, Argentina, el Estado Plurinacional de Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guinea-Bissau, Guinea Ecuatorial, Honduras, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y la República Bolivariana de Venezuela. 

Destinatarios

• FUNCIONARIOS que realicen actividades de generación de información, análisis, formulación, planificación y evaluación de políticas y programas educativos.

• PROFESIONALES que desempeñen tareas en las áreas de investigación, estadística, planeamiento,  administración, recursos humanos, evaluación, currículum y desarrollo profesional docente.

• LÍDERES sociales, sindicales y políticos interesados en la temática educativa.

 

Estructura

Fase a distancia (6 de junio – 19 de agosto de 2016)

Esta fase se desarrolla en el lugar de residencia. Durante 11 semanas, los participantes cursan dos módulos de formación a través de la plataforma del IIPE Virtual.

 

Fase presencial (29 de agosto – 28 de octubre de 2016)

La fase presencial se desarrolla en la Sede del IIPE-UNESCO Buenos Aires y tiene una duración de dos meses. En la misma, se cursan tres módulos de formación, se realiza una visita de estudios de una semana de duración y se elabora y se discute un proyecto final que deberá ser aprobado.

Para interiorizarse más en el detalle del Curso Regional sobre Formulación y Planificación de políticas educativas 2016, siga los siguientes enlaces.

 

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Fundayacucho inicia convocatoria de becas Rusia- Venezuela

convocatoria para los docentes, investigadores y profesionales venezolanos, residenciados legalmente en la República Bolivariana de Venezuela

Caracas 29 de Marzo de 2016 /Prensa Fundayacucho

Las solicitudes deberán entregarse con la documentación completa en la sede de la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho (Fundayacucho)

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La Fundación Gran Mariscal de Ayacucho (Fundayacucho) inició la convocatoria para los docentes, investigadores y profesionales venezolanos, residenciados legalmente en la República Bolivariana de Venezuela, que deseen cursar estudios de postgrado en universidades en la Federación de Rusia.

Los programas de Especialización, Maestría y Doctorado que se ofertan en la Convocatoria 2016 se enmarcan dentro de las siguientes áreas y especialidades: matemática y mecánica, ingeniería mecánica, electrónica, radiotécnica y sistemas de comunicación, ciencias de la computación, electro y termo ingeniería, geociencias, computación y ciencias de la información, física y astronomía, ciencias políticas y racionalización.

También se ofertan: economía y gerencia, arquitectura, informática, seguridad de la información, fotónica, instrumentación óptica y sistemas de biotécnica y tecnologías, ecología industrial y biotecnología, ingeniería y tecnología de transporte terrestre, nanotecnología y nanomateriales, agricultura, bosques e industria pesquera.

El gobierno del presidente Nicolás Maduro continúa fortaleciendo la formación profesional para el desarrollo del país, a través de este programa de becas con uno de nuestros aliados estratégicos, ratificando los lazos de hermandad y compromiso por el desarrollo que el presidente Vladimir Putin y el Jefe de Estado venezolano han ratificado de manera constante.

Este convenio es muestra de la fortaleza de nuestra política exterior orientada a la paz, a la solidaridad, al desarrollo de nuestras potencialidades para el bienestar del pueblo, contrario a lo establecido por el imperio norteamericano, a través del infame decreto del gobierno de Barack Obama.

Las solicitudes deberán entregarse con la documentación completa en la sede de la Fundación Gran Mariscal de Ayacucho (Fundayacucho) ubicada en la Calle 3b de la zona Industrial de la Urbina, Caracas. Edificio de Fundayacucho, planta baja desde el 28 de marzo de 2016 hasta el 28 de abril de 2016 sin prórroga

Para mayor información sobre la convocatoria Rusia-Venezuela, lo invitamos a visitar la pagina web: www.fundayacucho.gob.ve

Fuente: http://www.vtv.gob.ve/articulos/2016/03/29/fundayacucho-inicia-convocatoria-de-becas-rusia-venezuela-501.html

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África: Educational Attainment Data Release 

The UNESCO Institute for Statistics (UIS) has released new national data on educational attainment and mean years of schooling for the population aged 25 years and older.

 

Attainment data are now available for 147 countries, 9 more than in the previous release. The data are available in the form of 2 indicators: the highest completed level of education and the minimum completed level of education.

 

The new educational attainment data follow the levels of education defined in the International Standard Classification of Education (ISCED) 2011. Compared to ISCED 1997, ISCED 2011 makes it possible to present more disaggregated data for persons who have completed tertiary education.

 

In addition, this is the first UIS release to present time series with attainment data. Data on the highest and minimum completed levels of education are available for the period of 1995 to 2015, allowing analysis of national trends in attainment over time.

 

The UIS is also releasing an expanded dataset with estimates of mean years of schooling. This indicator measures the average number of years of education completed by a country’s adult population (25 years and older), excluding years spent repeating grades. Mean years of schooling are available for 149 countries, covering the period 1970 to 2014.

 

To access the new data go to the UIS Data Centre and click on Education – Educational attainment. The tables with attainment data can also be accessed directly from the links below:

 

• Population by highest completed level of education
• Population by minimum completed level of education (cumulative)
• Mean years of schooling

– See more at: http://www.uis.unesco.org/Education/Pages/education-attainment-data-release-2016.aspx#sthash.rOfGIUeH.dpuf

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UNESCO Institute for Statistics (UIS): Measuring inclusive and equitable quality education and lifelong learning for all

 Education 2030

Measuring inclusive and equitable quality education and lifelong learning for all 

The Sustainable Development Goals (SDGs) will remain just that – a set of goals – without accurate data that countries can use to monitor progress and develop evidence-based policies. In response, the UNESCO Institute for Statistics (UIS) is leading the development and production of the frameworks and indicators needed to monitor SDG 4 to ensure equitable and inclusive quality education and lifelong learning for all by 2030.

To guide this work, the UIS is chairing the Technical Advisory Group (TAG) on post-2015 indicators, which includes technical experts from UNESCO, the EFA Global Monitoring Report, UNICEF, the World Bank and the OECD, as well as representatives of different Member States and civil society organizations. The TAG has released a new proposal presenting a framework for thematic monitoring of SDG 4 (including 43 indicators) based on extensive consultations with Member States, experts and the public. These indicators are included in the Education 2030 Framework for Action, which was adopted by Member States at UNESCO’s General Conference in November 2015. 

 

At the same time, the UIS is working with partners to develop the initiatives needed to produce a range of new indicators especially in priority areas, such as learning, equity and education finance.

– See more at: http://www.uis.unesco.org/Education/Pages/Education-2030.aspx#sthash.IVEtwgRp.dpuf

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El arte de preguntar

Siempre que pregunto ¿cómo se innova? obtengo la misma respuesta: me hablan del funnel de la innovación con sus etapas de observación, de prototipado, etc. Pero lo que yo quiero saber es cómo se prende la chispa, cómo se logra que una persona que quiere innovar tenga ideas que antes no tenía. La mayoría de la gente qué habla y escribe sobre Innovacion (y que hace solo 5 años se dedicaba a otras cosas) tiene serias dificultades para responder. La clave para innovar es hacerse la pregunta adecuada. El problema es que aunque nacemos preguntadores, estamos educados para responder.

Cuando un periodista interrogó al fallecido fundador de Gatorade cómo era posible que su empresa fuese líder en el segmento de las bebidas energéticas resistiendo la competencia de colosos como Coca Cola y Pepsico, este le contó su historia. A mediados de los años 60, trabajando como ayudante en un equipo de fútbol americano, un detalle le llamó poderosamente la atención: después de los partidos, los jugadores no meaban. Comenzó a investigar y averiguó que la deshidratación que sufrían mientras jugaban (bajaban 8 kilos en promedio) tenía como consecuencia una importante pérdida de energía que afectaba su rendimiento. Así que con un presupuesto de 45 dólares se puso manos a la obra para desarrollar una bebida que les permitiese recuperar electrolitos y carbohidratos durante la actividad física. Según reconoció el creador de Gatorade “sin esa pregunta inicial de por qué los jugadores no meaban, la empresa nunca hubiese existido”. La innovación es una manera más elegante de llamar al conocido “ensayo y error”. Nada que no sepamos desde hace milenios, Sócrates fue el primer y más brillante exponente de la mayéutica a tal punto que no dejo nada escrito porque pensaba que cada uno debe desarrollar sus propias ideas.
El principal rasgo de la inteligencia es la capacidad de aprender. Y el elemento más importante para aprender es hacerse las preguntas adecuadas porque demuestran algo capital: que estás pensando intensamente. Sin embargo, ya desde el colegio hacemos justo lo contrario. La trayectoria educativa se mide por la capacidad de responder preguntas que tú no te haces (las hacen tus profesores) y por tanto no te interesan. Lo que más teme un profesor es una pregunta que no sabe contestar lo que explica por qué en las aulas abunda el monólogo en lugar del diálogo. Tanto énfasis en memorizar respuestas solo se explica porque tenemos pánico a hacer preguntas. Es mucho más fácil evaluar respuestas que evaluar preguntas. Por eso, si años después te vuelven a preguntar lo mismo que estudiaste en el colegio, no lo puedes responder porque se te olvidó. No se trata de mala memoria sino que tu nivel de compromiso con aquellas preguntas era mínimo. El colegio te avasalla con respuestas respecto de lo que ya se sabe mientras la vida gira sobre preguntas que no tienen respuesta, que no sabes cómo se resuelven. En el mundo que espera a nuestros hijos, memorizar respuestas no servirá de mucho. No hay nada peor que responder correctamente la pregunta equivocada. Por eso la educación tiene que prepararte para imaginar preguntas que no existen (innovar).
Todo esto explica por qué los adultos somos respondedores profesionales. Tus clientes, tus jefes y tu empresa esperan respuestas igual que tus hijos y tú pareja. Lo primero que haces para tratar de incorporarte al mundo laboral es someterte a una entrevista de trabajo donde respondes preguntas de quien te quiere contratar (y tratas de no decir ninguna barbaridad que te deje fuera). A nadie parece importarle tus preguntas más allá del sueldo que vas a recibir. Google ha sido pionero al declarar que el expediente académico no le sirve sino que busca gente increíblemente curiosa y comprometida con el aprendizaje para toda la vida. Incluso la revista Harvard Business Review plantea que debemos reaprender a preguntar.

Sin embargo, no siempre fue así. Los niños, que se caracterizan por su curiosidad y su deseo de entender el mundo, son máquinas de hacer preguntas muchas de ellas descabelladas. Recuerdo unas vacaciones en la playa en las que mi hijo mayor Iñigo, que debía tener 3 años, me acribilló con preguntas sin parar ¿Por qué el agua del mar es salada? ¿Por qué hay olas en la orilla? ¿Por qué el hierro se oxida con el agua? A cada intento de respuesta mía le seguía otro Por Qué y luego otro… Se trata de la mejor señal de aprendizaje posible. Mientras el error dispara el proceso de aprender (cuando Iñigo traga agua del mar su expectativa de que fuese dulce fracasa), la pregunta es el paso determinante para averiguar qué falló. De igual manera, cuando un adulto enfrenta algo que no entiende, lo que hace es preguntar.  En primer lugar y de forma inconsciente, te preguntas a ti mismo. Si no encuentras una solución, entonces preguntas a quien tengas a mano (a tus amigos, compañeros en la empresa, etc) lo que demuestra lo importante de tener buenas redes de contacto. Se suele decir que lo principal no es saber, sino tener el teléfono del que sabe. Si aun así no logras lo que buscabas, entonces preguntas a Google lo que es un avance colosal ya que, aunque no sea muy inteligente, hasta hace poco, tus únicas opciones eran ojear una enciclopedia o acudir a una biblioteca. Dado que la herramienta más importante para la educación son las preguntas, necesitamos orientar el proceso educativo a “provocar” a los alumnos (confundirlos, desestabilizarlos y ponerlos en situaciones para las que no tengan respuesta) de forma se tengan que hacer preguntas. Mientras aprender se basa en preguntas, enseñar se basa en respuestas. El aprendizaje basado en problemas trabaja mediante la indagación. El coaching trabaja a partir de preguntas para que seas consciente de que debes encontrar tus respuestas, nadie puede hacerlo por ti. A la hora de diseñar actividades de aprendizaje, la clave es decidir qué preguntas quiero que se hagan los alumnos, en qué se van a equivocar y cómo les voy a ayudar a entender por qué se equivocaron.

Lo preocupante es que nadie nos enseña a hacer preguntas. La Innovacion, es un proceso de aprendizaje, ya que enfrentas un camino desconocido, y se desata con preguntas que pueden ser de muchos tipos:

  • Preguntas para cuestionar que afloran gracias a tu curiosidad, a tu habilidad de analizar el entorno y detectar anomalías, inconsistencias y desafiar por qué las cosas son como son. Las grandes preguntas surgen de la confusión, del conflicto y para formularlas se requiere capacidad de análisis y espíritu crítico. Por ejemplo, cuando después de un incendio devastador, se descubre que un grupo de cipreses resistieron incólumes el fuego, la catarata de preguntas que se disparan no se hace esperar.
  • Hay preguntas propositivas, para explorar soluciones a aquello que me cuestioné (por qué necesitamos profesores, por qué enseñamos álgebra). En este caso, formulo preguntas, para desatar la imaginación: ¿por qué no probamos con esto, por qué no podrían ser las cosas de otra manera? Los niños, que siempre están experimentando y aprendiendo, se preguntan todo el rato ¿qué pasaría si…?
  • La lista es infinita: preguntas para indagar, para entender, para verificar, para profundizar, para descartar, para esclarecer…

La pregunta dice mucho acerca de la persona que la formula. Un preguntador no es alguien autocomplaciente ni cómodo. Cada vez que preguntas, demuestras interés por un tema (dime qué preguntas y te diré qué te apasiona) y también por otras personas y por lo que ellas saben acerca de eso. Preguntar es un gesto de humildad intelectual porque reconoces que no sabes y estás dispuesto a aprender de terceros. Preguntar te hace creíble, te hace consciente de tu conocimiento (fortalezas) y muestra que tienes “puntos débiles”. Al preguntar, te permites dudar de lo que sabes, no asumirlo como una verdad indiscutible. Este artículo solo merecerá la pena si al terminar de leerlo, te muestra algún ángulo que desconocías y te deja con más preguntas que las que tenías al inicio.
No preguntar es, en ocasiones, signo de soberbia, de creer que no hay nada más que yo deba aprender. Hay personas que no preguntan porque no quieren quedar en evidencia o decir algo inconveniente. Quien pregunta asume el protagonismo, maneja el rumbo de la conversación y lleva la iniciativa mientras que quien responde no puede evitar ir a remolque del ritmo impuesto por otro. Lo que nos hace falta no es tanto buscar respuestas a preguntas de otros sino generar nuestras propias preguntas. Cuando obtienes una respuesta, ya no sientes la necesidad de seguir profundizando porque asumes que cumpliste el objetivo. La mayoría de ocasiones, la búsqueda de la respuesta es más apasionante que la respuesta misma. Una vez le preguntaron a Einstein cuál era la diferencia entre él y la persona normal. Einstein dijo que si le pides a la persona normal que encuentre una aguja en el pajar, la persona se detiene cuando encuentra una aguja. El, sin embargo pondría patas arriba todo el pajar en busca de todas las agujas posibles. También dijo que “la formulación de un problema es más importante que su solución”. Cada pregunta genera una o varias respuestas que inmediatamente generan nuevas preguntas y el ciclo se repite una y otra vez.

Las preguntas tienen un poder increíble. Cuando te haces una pregunta que te importa, es muy difícil quedarte sin averiguar la respuesta. Una pregunta sin respuesta no te deja tranquilo hasta que la resuelves. Las buenas preguntas te obligan a contestarlas, exigen ser respondidas. Claro que los contextos influyen enormemente. Las religiones o los regímenes dictatoriales (y también bastantes organizaciones), son ambientes poco propicios para innovar. Se trata de espacios donde las preguntas ya están formuladas y las respuestas son inmutables. No puedes cambiar las respuestas ni menos para formular nuevas preguntas. Tampoco es bienvenido que busques respuestas distintas sino que se espera que las obedezcas y no las cuestiones ni amenaces el orden establecido. En estos entornos no hay oportunidades para ejercer la iniciativa ni para discutir las verdades oficiales. Por suerte, innovar depende de ti, no de tu jefe, de tu empresa ni de tu gobierno.

Tu capacidad de hacer preguntas es lo que te abre (o te cierra) puertas gigantescas en la vida. La ciencia solo progresa gracias a las pregunta y a partir de los errores al intentar responderlas. «Sean curiosos«, fue el primer mensaje de Stephen Hawking en Facebook. Lo que más te hace crecer son aquellas preguntas para las que no necesariamente tienes una respuesta, preguntas que no te habías hecho antes y que te obligan a pensar. Sin embargo, todavía se desprecia que respondas “no sé” a una pregunta, toleramos mal a quien no tiene certezas. No nos sentimos cómodos ante la duda o la ignorancia. La obsesión de las empresas por la inmediatez, por obtener resultados hace que no dejemos apenas tiempo para las preguntas. Asumimos que el proceso de reflexión solamente nos retrasa en el logro de nuestros objetivos, lo que nos lleva a aceptar conclusiones apresuradas y tomar decisiones sin haber sopesado detenidamente los riesgos que ello conlleva. Las preguntas generan tensión porque te desafían, te sacan de la zona de confort, de lo que ya sabes y dominas. En una organización, alguien que pregunta mucho resulta incómodo. En primer lugar porque se asume que debería saber (tú deber es saber que por eso te pagan”). Cuando te sientes inseguro para preguntar, entonces optas por mentir, evitas preguntar para no quedar en ridículo o simulas que sabes lo que en realidad no sabes Y en segundo lugar, porque cuando preguntas, puedes dejar en evidencia a otros que deberían saber. Muchos jefes no soportan las preguntas que les perturban porque aunque parezca mentira, sigue siendo embarazoso que un jefe no tenga respuestas a todas las posibles preguntas. Finalmente, está el miedo a hacernos aquellas preguntas de las preferimos no conocer la respuesta…

La creatividad es cuestión de preguntas y no de mística. La pregunta de Newton sobre por qué caen las manzanas no es sofisticada pero el hecho de no hacérsela imposibilita descubrir nada. Las preguntas son las que mueven el mundo. Innovar es una actitud y hacer preguntas está directamente relacionado con tu disposición a observar la realidad y a no dar nada por sentado. Ser inteligente equivale a hacer preguntas oportunas. Nuestro conocimiento y nuestra capacidad para innovar están absolutamente condicionados por las preguntas que hacemos. La innovación es siempre una respuesta que solo aparece a partir de una pregunta, no existe innovación sin pregunta previa. ¿Qué preguntas tienes? ¿Y cuáles no te estás haciendo?

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El rescate de la utopía en el contexto actual

Dado el desamparo que se extiende en Brasil y en la humanidad actual es urgente rescatar el sentido liberador de la utopía. De hecho, vivimos en el ojo de una crisis del orden político y del tipo de democracia que tenemos, y aún más: de una crisis de civilización de proporciones planetarias.

Toda crisis ofrece posibilidades de transformación, así como de riesgo de fracaso. En la crisis, el miedo y la esperanza, las expresiones de rabia y de violencia real o simbólica se entremezclan, especialmente en este momento crítico de la sociedad nacional, y en el plano internacional debido a los 40 focos de guerra y al hecho de que ya estamos dentro del calentamiento global.

Necesitamos esperanza. La esperanza se expresa en el lenguaje de las utopías. Estas, por su misma naturaleza, nunca se van a realizar plenamente. Pero nos mantienen caminando. Lo dijo muy bien el escritor irlandés Oscar Wilde: «Un mapa del mundo que no incluya la utopía no es digno de ser mirado, pues ignora el único territorio en el que la humanidad atraca siempre, partiendo de nuevo hacia una tierra aún mejor». Entre nosotros observó acertadamente el poeta Mario Quintana: «Si las cosas son inalcanzables… / no es motivo para no quererlas / Qué tristes los caminos si no fuera por / la mágica presencia de las estrellas».

La utopía no se opone a la realidad, pertenece a ella, porque esta no está hecha solo de lo que es dado, sino de lo que es potencial y que algún día podría transformarse en dado. La utopía nace de este trasfondo de virtualidades presentes en la historia, en la sociedad y en cada persona.

El filósofo Ernst Bloch acuñó la expresión principio-esperanza. Por principio-esperanza, que es más que la virtud de la esperanza, él entiende el potencial inagotable de la existencia humana y de la historia que nos permite decir no a una realidad concreta, a las limitaciones espacio-temporales, a los modelos políticos y a las barreras que limitan el vivir, el saber, el querer y el amar.

El ser humano dice no porque primero dijo sí: sí a la vida, al sentido, a una sociedad con menos corrupción y más justa, a los sueños y a la plenitud ansiada. Aunque siendo realista no entrevea la plenitud total en el horizonte de las concreciones históricas, no por eso deja de desearla con una esperanza que no decae nunca.

Job, casi a las puertas de la muerte, podía gritar a Dios: “aunque Tú me mates, aún así espero en Ti”. El paraíso terrenal narrado en el Génesis 2-3 es un texto de esperanza. No se trata del relato de un pasado perdido que añoramos, sino que es más bien una promesa, la esperanza de un futuro a cuyo encuentro estamos caminando. Como comentaba Bloch: «el verdadero Génesis no está al principio sino al final. Sólo al terminar el proceso evolutivo serán verdaderas las palabras de las Escrituras: “Y vio Dios que todo era bueno”». Mientras evolucionamos todo no es bueno, sólo perfectible.

Lo esencial del cristianismo no reside en afirmar la encarnación de Dios, otras religiones también lo han hecho, sino en afirmar que la utopía (lo que no tiene lugar) se volvió eutopía (un lugar bueno). Hubo alguien en quien no solo fue vencida la muerte, lo que ya sería mucho, sino que ocurrió algo mayor: todas las virtualidades escondidas en el ser humano, se hicieron realidad. Jesús de Nazaret es el “Adán novísimo” en la expresión de san Pablo, el hombre oculto ahora revelado. Él es solo el primero entre muchos hermanos y hermanas; nosotros le seguiremos, completa san Pablo.

Anunciar tal esperanza en el sombrío contexto actual de Brasil y del mundo no es irrelevante. Transforma la eventual tragedia de la política de la Tierra y de la humanidad, debido a la disolución social y a las amenazas sociales y ecológicas, en una crisis purificadora.

Vamos a hacer una travesía peligrosa, pero la vida estará garantizada y Brasil, así como el Planeta, todavía se regenerarán y encontrarán un camino de esperanza que nos abra un futuro esperanzador.

Los grupos portadores de sentido, las filosofías, los partidos con propuestas sociales bien fundadas y principalmente las religiones y las Iglesias cristianas deben proclamar desde lo alto de los tejados esta esperanza.

Para los cristianos, la hierba no creció sobre la sepultura de Jesús. A partir de la crisis del viernes de la crucifixión, la vida triunfó. Por eso la tragedia no puede escribir el último capítulo de la historia ni de Brasil ni de la Madre Tierra. Este lo escribirá la vida en su esplendor solar.

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Aceptando un debate

perú escuele

Estaré siempre a favor de acabar con las desigualdades educativas. La calidad de algunos no es mejor educación.

 

Lima, Perú/ 23 de marzo de 2016/Fuente: Diario El Comercio

 

Ricardo Cuenca[1]

 

De manera acertada, en un artículo publicado en estas páginas, el ministro Jaime Saavedra ha propuesto un debate (“Proponiendo un debate (más allá de los gestos)”, 4 de marzo del 2016). Como él, creo que es bueno para el país discutir públicamente temas esenciales. Coincidimos en que la educación es uno de ellos. Pero, a diferencia de Saavedra, creo que el debate debe empezar por el qué –ese en el que el ministro supone que todos estamos de acuerdo–, para luego atender el cómo y el cuándo.

Cuando aludo al qué, me estoy refiriendo a la finalidad de la educación que, de un tiempo a esta parte, ha devenido en una confusa noción de calidad. Y es que antes de la irrupción de la calidad, los fines educativos se centraban en la formación de personas para la construcción de un tipo de sociedad y de Estado. Hoy esos fines le han cedido el paso a los resultados de aprendizaje y han quedado atrapados en la idea, incompleta por cierto, que propone que todo existe en tanto sea posible de ser medido.

Al vaciarse de sentido el sentido, la calidad educativa adopta con absoluta libertad formas distintas e incluso opuestas. Se vuelve un “significante vacío” que entonces es llenado ocasionalmente con los triunfos de aquellos que ganan en las batallas por el poder. De esta manera, esa calidad se coloca en el centro de las políticas, se apropia del sentido común y se naturaliza como lo correcto, aun cuando no necesariamente sea así.

Por ejemplo, sostengo que no es calidad educativa que un grupo de estudiantes con mejores habilidades y en mejores condiciones obtengan mejores resultados, mientras que estudiantes sin habilidades excepcionales y en malas condiciones obtengan pequeños resultados. Es cierto, los colegios de alto rendimiento (COAR) son –como dice Saavedra– “centros que permiten que un niño brillante que nació en Condorcanqui, con padres con muy pocos recursos, logre una educación que le permita acceder al bachillerato internacional”. Sin embargo, la pregunta es: ¿Cuánto tiene que esperar un niño no brillante que nació en Condorcanqui, con padres con muy pocos recursos, para tener una buena escuela en su comunidad? ¿Qué sucede con ellos?

O, por el contrario, considero que sí es calidad educativa que todos los jóvenes, independientemente de sus características socioeconómicas, étnico-culturales o familiares, tengan la garantía de que toda la oferta universitaria disponible opera en condiciones básicas de calidad. Porque, como sostiene el ministro: “Pareciera que no importase que sea un mercado imperfecto, en el que las decisiones son casi irreversibles…”. Con la regulación universitaria, el Estado cumple con su tarea de protegernos de inequidades y se asegura de que una persona mejor educada aportará más al desarrollo del país y al fortalecimiento de la democracia.

Por eso es importante debatir sobre el qué. La determinación de ese qué y del sentido de educar permitirá que la decisión de dónde invertir primero y más cobre sentido, que la discusión sobre el gasto recurrente o el de capital salga de una trampa y que, además del importante esfuerzo fiscal, se redistribuyan los recursos del sector, respondiendo a orientaciones preestablecidas.

La estrategia de que una excelente y moderna locomotora arrastrará de mejor manera los vagones (a veces un tanto destartalados) para llegar a destino es solo una hipótesis de trabajo y una perspectiva política. Se trata, por lo tanto, de decisiones, de énfasis, de prioridades que no son arbitrarias ni están libradas al azar. Administrar mejor la precariedad mientras se gestiona exitosamente la excelencia es un enorme riesgo en el futuro.

Atendiendo a su llamado, ministro, iniciemos el debate sin demora. No dudo de que entre los desacuerdos y las coincidencias encontraremos la mejor manera de fortalecer la responsabilidad del Estado en el aseguramiento de una educación de calidad para todos. Por lo pronto, yo estaré siempre a favor de acabar con las desigualdades educativas. La calidad de algunos no es mejor educación. Son solo mejores resultados. ¿Cómo cerramos esas brechas?

 

 

FUENTE DEL ARTÍCULO:

http://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/aceptando-debate-ricardo-cuenca-noticia-1887214

 

FUENTE DE LA FOTO:

http://cde.3.elcomercio.pe/ima/0/1/3/3/8/1338811/base_image.jpg

 

PROCESADO POR:

Hans Mejía Guerrero

hans_mguerrero@hotmail.com

 

[1] Director del Instituto de Estudios Peruanos

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