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Brasil: Coronavirus: el capitalismo opone la economía a la salud y a la educación. La respuesta ecomunitarista

Coronavirus: el capitalismo opone la economía a la salud y a la educación. La respuesta ecomunitarista

Sirio López Velásco

En este artículo el autor hace un balance de la respuesta capitalista durante la pandemia ante el desafío educativo y sanitario que contrapone a la respuesta ecomunitarista.


En todo el mundo, y especialmente en América Latina, la pandemia del coronavirus reveló un hecho mayor de la sociedad capitalista: empresarios y gobiernos han priorizado el lema “la economía no puede parar”, en detrimento de la salud de las personas. Ello dio lugar a que, sin hacer el lockdown casi total de las actividades económicas, reclamado por diversas instituciones médicas y científicas, tal priorización contribuyó al progresivo agravamiento de la pandemia.

Las causas de ello son muy simples, y basta citar, entre otras, la facilitación del contagio mediante el amontonamiento de millones de trabajadores que concurren a sus empleos en medios de transporte colectivo repletos de gente, y/o que se apretujan en lugares de trabajo en los que no existe el distanciamiento mínimo entre un trabajador y otro (aún en el caso en el que los mismos usen tapabocas y se higienicen las manos con jabón o alcohol con toda la frecuencia necesaria).

Reinó entonces, como siempre, la lógica y la sed de la ganancia que caracterizan a la producción y distribución capitalistas, en detrimento de la salud humana. Y cuando por algún tiempo los gobiernos han accedido a la suspensión de las actividades económicas que juzgaron “no esenciales”(dejando principalmente en funcionamiento la producción y distribución de alimentos y las farmacias), vino a luz una necesidad “insospechada”: para quedarse en sus casas las personas necesitan ingresos que les permitan comer y cuidar su salud, o sea, subsistir; ello motivó en algunos países la adopción de “auxilios de emergencia”, que, no obstante, han tenido una duración limitada y montos insuficientes.

Resultado: millones de los más pobres se vieron obligados a seguir trabajando en sus empleos informales, o (a veces acicateados y presionados por sus patrones) a pedir la vuelta al trabajo en sus ramas de actividad, exponiéndose a sí mismo y a millones de sus familiares y semejantes al peligro renovado del contagio.

Hay que notar que en las actividades económicas consideradas “esenciales”, que fueron mantenidas, ni las condiciones de trabajo fueron sistemática y seriamente fiscalizadas, ni el esfuerzo excepcional de sus trabajadores fue reconocido mediante aumentos de salario y otros beneficios.  Simultáneamente, y para enfrentar la atención de los millones ya contagiados, las sociedades capitalistas revelaron otra de sus falencias: no tienen un sistema de salud público capaz de atender eficaz y gratuitamente a millones de personas necesitadas de pronto socorro para preservar su vida, la de sus familias, y la de la comunidad en general (por el peligro social suponen quienes son potenciales transmisores del contagio). Así se constató la carencia de instalaciones, profesionales, equipos, remedios, y de algo tan elemental como el oxígeno, para atender a esa multitudinaria demanda. Entonces centenas de miles de personas desesperadas se amontonaron en los predios disponibles, o simplemente fueron rechazadas por el sistema de salud y condenadas a morir en sus casas, sin recibir la atención que necesitaban. Al tiempo en que todo esto ocurría, cuando para tratar de disminuir el ritmo del contagio se determinó también la suspensión temporal de las actividades escolares presenciales y se adoptó la modalidad de la enseñanza remota a través de internet, afloró otra faceta del capitalismo: buena parte de los niños pobres, o simplemente no contaban con internet, o la que tienen es inestable y de poca potencia; ambos fenómenos crearon para esos millones de niños una nueva brecha en las condiciones de aprendizaje que vino a sumarse a la que ya desde antes de la pandemia y por la división estructural de la sociedad capitalista los inferiorizaba en relación a los escolares de las clases alta y media (donde, además de internet, abundan los televisores, los libros y las madres o padres con escolarización y tiempo disponible para dar el apoyo requerido a los educandos). Finalmente, también se constató que a esas discriminaciones propias del capitalismo, se le suma otra: la racial; así, entre otras, en Brasil una investigación de la ABRINQ (Asociación de los empresarios fabricantes de juguetes) reveló que los niños negros (entre los que hay notoriamente mayor proporción de pobres que entre los blancos, en un fenómeno que se repite en el llamado “Primer Mundo” capitalista, por ejemplo en EEUU) padecen notoriamente más las citadas estrecheces que los niños blancos.

Todos estos fenómenos revelan una característica fundamental del capitalismo: la producción social acompañada de la apropiación privada de los bienes y servicios conlleva a una profunda desigualdad de condiciones de existencia; que también tiene un componente racial, pues la proporción de pobres es mucho mayor entre los no-blancos (en especial, en América Latina,  indígenas y negros) que entre los blancos.

A todo esto se contrapone el Ecomunitarismo con su propuesta de economía ecológica y sin patrones que aplique el lema “de cada un@ según su capacidad y a cada un@ según su necesidad, respetando los equilibrios ecológicos y la interculturalidad”. En esa organización económica la propiedad de los medios de producción es comunitaria, y también lo es la distribución equitativa y solidaria de bienes y servicios; y en ella las actividades productivas son rotativas, para que cada persona (que previamente ha obtenido gratuitamente de la comunidad la formación necesaria para tanto) ejercite rotativamente sus diversas vocaciones y se realice como individuo integral. De tal forma que cada persona (independientemente del tipo de actividad que desarrolle en ese momento en la trama social de la distribución de lo que en el capitalismo es esa tortura llamada “trabajo”) recibe del Fondo Común Comunitario disponible, lo que necesita para mantenerse sano y desarrollarse como individuo, y para que otro tanto pueda hacer su familia. Y cuando una emergencia natural y/o social como la que constituye la actual pandemia afecta seriamente la organización de la producción, en la medida en que todos los bienes y servicios que extrapolan la residencia familiar son comunes, la comunidad, regida por la “política de todos” que se basa en la democracia directa (hoy muy facilitada por los recursos de internet), determinará una nueva redistribución más ajustada, pero siempre solidaria, para que nadie quede excluido ni sea indebidamente privilegiado a costa de los demás. Simultáneamente, en el transporte de ida y vuelta de los trabajadores a/de cada centro de producción y distribución cuya actividad se juzgue indispensable mantener, y en dichos centros, serán adoptadas todas las medidas de protección de la salud de quienes allí laboren, al tiempo en que (una vez que todas sus necesidades materiales fundamentales ya están satisfechas) se los distingue con estímulos y premios morales públicos y repetidos, en  reconocimiento agradecido por su dedicación al bien colectivo.

Hay que notar que en esa economía ha desaparecido el dinero y el salario; el primero porque ya no es más necesario, y el segundo porque ha sido superada la esclavitud asalariada mediante la distribución comunitaria solidaria y equitativa de los bienes y servicios. Entre estos últimos figura una amplia red de salud pública y gratuita, preparada previsoramente para recibir a tod@s sin distinción y con la misma gran calidad de atención, tanto en épocas de normalidad como en situaciones de emergencia.   Al mismo tiempo, la educación ambiental ecomunitarista generalizada vela para que tanto en tiempos normales como en emergencias, como la de una pandemia, toda la vida social se desarrolle respetando los equilibrios ecológicos y la interculturalidad, superando la destrucción-devastación-contaminación irreversible de la salud de la naturaleza no humana que caracteriza al capitalismo, y practicando la solidaridad intercultural e inter-étnica que supera al racismo imperante en el capitalismo (heredero, también en lo que respecta a esa lacra, de las sociedades clasistas que lo precedieron). En esa educación ecomunitarista cada niño recibe de y en la comunidad gratuitamente todas las instalaciones, asesoría, equipos, bienes y servicios de los que necesite para desarrollarse como individuo universal; así, por ejemplo, la internet es gratuita y de calidad para todos los educandos, sin distinción de su localidad de residencia ni en función del tipo de actividad que sus respectivos padres estén ejerciendo temporalmente.

En y por todas las características citadas (y otras aquí no abordadas) el Ecomunitarismo hace realidad en su día a día las tres normas éticas fundamentales (deducidas argumentativamente de la gramática profunda de la pregunta que instaura la Ética, a saber, “¿Qué debo hacer?”), que nos obligan, respectivamente, a garantizar nuestra libertad individual de decisión, a realizar esa libertad en la búsqueda de respuestas consensuales con los demás en las diversas situaciones que nos depare la vida, y a preservar-regenerar la salud de la naturaleza humana y no humana.

Bibliografía mínima 

Sirio López Velasco (2009). Ética ecomunitarista, Ed. UASLP, México, disponible gratuitamente en https://issuu.com/filopoiesis/docs/etica_mexico_final_2009

y en https://rebelion.org/download/etica-ecomunitarista-etica-para-el-socialismo-del-siglo-xxisirio-lopez-velasco/?wpdmdl=654430&refresh=5ffa00fe3411b1610219774

Sirio López Velasco (2017). Contribuição à Teoria da Democracia: uma perspectiva ecomunitarista, Ed. Fi, Porto Alegre, Brasil, disponible gratuitamente en https://www.editorafi.org/196sirio

Fuente de la Información: https://rebelion.org/coronavirus-el-capitalismo-opone-la-economia-a-la-salud-y-a-la-educacion-la-respuesta-ecomunitarista/

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Colombia: Comunidad sorda lleva más de 20 días exigiendo inclusión educativa

Comunidad sorda lleva más de 20 días exigiendo inclusión educativa

Van 21 días protesta de jóvenes sordos en la Universidad de Antioquia

Ya van 21 días de protesta de por lo menos 20 jóvenes sordos señantes quienes se encuentran en un campamento al interior del campus de la Universidad de Antioquia y quienes piden acceso a la educación en esa institución.

María Camila Parra, de 21 años, sueña con ser una profesional en deportes de la U. de A. pero no lo ha podido lograr porque la institución no tiene un examen de admisión adecuado para una sorda señante (que se comunica por señas) como ella.

“Es claro que la Universidad de Antioquia le ha dado muchas oportunidades a muchas personas y a nosotros como personas sordas no se nos ha permitido ingresar. Hay algunas universidades que sí pero mi sueño es entrar a esta universidad y por ende es un derecho mutuo que nos pertenece como sordos, como comunidad el poder estar aquí por el bienestar de todos los demás”, dijo la joven quien se encuentra al interior de la ciudad universitaria esperando una respuesta por parte de las directivas para que se apruebe y se diseñe un examen de admisión para los sordos.

Aunque el rector, John Jairo Arboleda había anunciado su disposición para que esto sea realidad, solo el pasado 11 de marzo el Consejo Académico de la U. de A. aprobó en primer debate el acuerdo que establece las directrices que regirían el examen que los aspirantes de esta población deberán presentar para convertirse en estudiantes de la Alma Máter.

Sobre la aprobación en primer debate de este acuerdo académico, la vicerrectora de Docencia, Lina María Grisales Franco, señaló que esta decisión representa un avance en el proceso, que abre las puertas para que muy pronto los jóvenes bachilleres usuarios de la LSC (Lengua de Señas Colombiana), puedan acceder a programas de pregrado ofrecidos por la Universidad y, así, acercarse al conocimiento desde otros puntos de vista.

“Para la Universidad representa la posibilidad de aprender juntos, con la comunidad sorda, sobre la inclusión educativa y el reconocimiento de derechos”, dijo Grisales Franco, quien señaló también que en términos de inclusión esta aprobación abre caminos para flexibilizar los currículos de formación, así como sus didácticas.

El próximo jueves 25 de marzo será el segundo debate definitivo en el que se aprobaría el examen de admisión y las condiciones de accesibilidad de los jóvenes que quieran estudiar en la U. de A.

Sin embargo, los jóvenes que están protestando no están conformes con las respuestas que les han dado al respecto y persisten con el campamento el cual está ubicado en el bloque administrativo de la ciudad universitaria.

Para Anderson Valle, activista de este movimiento de sordismo (lucha por los derechos de esta comunidad) el ambiente es positivo y favorable con los resultados de ese primer debate del Consejo Académico, pero se espera una respuesta que vaya dirigida a quienes están protestando.

“Debe haber una repuesta desde la universidad para la comunidad sorda señante con relación a un video accesible en lo relacionado con ese primer debate y en segunda instancia solicitamos como colectivo una carta con unas condiciones para que lo firmara como compromiso de parte de la universidad”, dijo.

En esa petición, los jóvenes dicen que debe estar explícitamente que la comunidad sorda señante ingrese como estudiantes a la universidad de Antioquia y que se haga un examen de admisión para el siguiente semestre académico.

La comunidad sorda también hará una denuncia por la presencia de policía y del Esmad ocurrida el pasado 11 de marzo, cuando los jóvenes pasaron su campamento ubicado en las afueras de la portería de la avenida Ferrocarril hacia el interior del campus.

Mientras esta situación avanza, el alcalde de Medellín, Daniel Quintero, anunció que no habrá intervención de la policía en esta protesta, la cual considera justa y que para eso la Secretaría de No Violencia está haciendo gestiones.

Igualmente, Quintero Calle anunció que en las tres instituciones universitarias adscritas al municipio que son el ITM, Pascual Bravo y Colegio Mayor de Antioquia tendrán examen de admisión para la comunidad sorda de la ciudad, aunque ya el ITM había hecho un piloto en 2020.

El Tiempo

La rebelión de la comunidad sorda en la Universidad de Antioquia

Aunque la comunidad sorda de Medellín lleva 17 días acampando a las afueras de la Universidad de Antioquia, la lucha para tener garantías de acceso a la U ajusta más de 15 años.

La pandemia y el riesgo de contagio no han sido impedimento para que se mantengan firmes en esta manifestación pacífica que inicia su tercera semana.

El campamento comenzó el pasado domingo 21 de febrero, Día Internacional de las Lenguas Nativas. Su reclamo, como lo afirma Anderson Valle Rúa, reconocido líder de la comunidad sorda en la ciudad, es que “si bien la lengua de señas hace parte del campus, las personas sordas aún no pueden acceder a este. Estamos exigiéndole a una universidad pública que nos permita acceder lo más rápido posible”.

Valle trabaja desde hace cuatro años en Vicerrectoría de Docencia de la Universidad de Antioquia, con el equipo de ‘Sordos en la U’, y hace parte de la Red de Sordo Señantes de Antioquia.

Su caso es excepcional: estudia ciencia política en la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB), institución que le garantiza el servicio de intérprete durante las clases y para la traducción de sus lecturas. Además, cuenta que si bien “al inicio era difícil el tema de contrato de los intérpretes, la UPB se fue asesorando y se construyeron las metodologías adecuadas”.

Valle hace parte del grupo de personas que asesoraron el ‘acuerdo académico’ que garantizará el ingreso y la permanencia de las personas sordas a la Universidad de Antioquia.

Sobre esto, Marcela Ochoa, directora de Bienestar Universitario de la UdeA, le manifestó a EL TIEMPO que desde noviembre del año pasado se presentó dicha propuesta a la oficina jurídica de la universidad.

Ahora solo falta la aprobación del Consejo Académico de la universidad, quienes van a debatir este acuerdo en una sesión que se realizará este jueves 11 de marzo y en un segundo encuentro que será decisorio.

Además, Ochoa aseguró que tan pronto el Consejo Académico lo apruebe, “empezamos con todo el proceso para que en la próxima convocatoria se contemple a esta población”.

Y dijo que estos avances para el ingreso de personas sordas no son “producto de una negociación. Es un proceso que ya se venía dando en la universidad” y que si bien la propuesta es que no sea limitado el acceso, “la convocatoria dependerá de los programas que estén facultados para recibir a la población sordo señante”.

Proceso de admisión

A inicios del 2014 se realizó un primer diseño de la prueba de admisión para personas sordas. Este fue liderado por el programa ‘permanencia con equidad’ de la Vicerrectoría de Docencia de la Universidad de Antioquia y se basó en consultar experiencias previas en otras instituciones de educación superior del departamento y el país.

Esto sirvió como insumo para lo que sería la propuesta o ‘acuerdo académico’ actual que se va a debatir por el Consejo Académico y que se empezó a gestar en el 2018 por el Comité de Inclusión de la UdeA.

La prueba de admisión, como lo explica Marcela Ochoa, concibe el mismo nivel de complejidad que tiene el examen actual y “es una propuesta que surge desde la misma red de sordos, la cual fue validada por expertos en el tema y profesores de educación especial de la misma universidad”.

Los componentes serían comprensión lectora y razonamiento lógico, con la particularidad de que la primera estaría dividida en dos fases: comprensión de lectura en Lengua de Señas Colombiana (LSC) y “producción”, la cual evaluará las competencias argumentativas y propositivas de quienes presenten el examen.

La segunda sería traducida a través de unos vídeos que, de acuerdo con la explicación de Ochoa, le permitirá a los y las aspirantes comprender las preguntas que se hacen del tema.

Adicional a lo anterior, esta propuesta del Comité de Inclusión incluye no sólo el diseño de la prueba (guías de inscripción, acompañamiento antes y durante la prueba) sino que aborda las condiciones para garantizar la permanencia, además de los ajustes de diseños curriculares y las metodologías de aprendizaje.

Así mismo, se contemplan algunas condiciones asociadas con un egreso adecuado de las personas sordo señantes admitidas.

16 años buscando garantías

En el 2004 se graduó la primera cohorte de personas sordas de bachillerato de Medellín. Al siguiente año comenzaron a insistir con las posibilidades de ingreso a la Universidad de Antioquia, como relata Anderson Valle.

Esto se convirtió en una búsqueda insistente de la comunidad sorda que, por esta y muchas otras razones, se ha fortalecido en la ciudad.

Otro antecedente corresponde al 2013. En ese año, desde el comité juvenil de la Asociación Antioqueña de Personas Sordas (ASANSO) se realizó un plantón en el Parque de las Luces para exigir garantías de acceso a la educación.

Y es hasta el 2017, cuando nace el equipo de ‘Sordos en la U’, que la Lengua de Señas Colombiana hace presencia en la Universidad de Antioquia a través de la formación en esta lengua y el ingreso de personas sordas como contratistas.

Sobre la permanencia en el campamento, Valle afirma que “si el comité, el 11 de marzo, tiene algún acuerdo de aprobación, nos iremos. Si no, seguiremos allí”.

Además, hace énfasis en que la comunidad sorda “como acto simbólico de reconocimiento, lucha, resistencia desde su identidad, lengua y cultura, ha ratificado su postura de quedarse en el campamento”.

El Tiempo

Fuente de la Información:

https://www.nodal.am/2021/03/colombia-comunidad-sorda-lleva-mas-de-20-dias-exigiendo-inclusion-educativa/

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Brasil: Lección de la Covid-19: enfermamos a la Tierra y la Tierra nos enferma

Lección de la Covid-19: enfermamos a la Tierra y la Tierra nos enferma

Leonardo Boff

La irrupción del coronavirus en 2019 ha revelado la íntima conexión existente entre Tierra y Humanidad. Según la nueva cosmología (visión científica del universo), nosotros, los humanos, formamos una entidad única con la Tierra. Participamos de su salud y también de su enfermedad.

Isaac Asimov, científico ruso, famoso por sus libros de divulgación científica, a petición de la revista New York Times (del día 9 de octubre de 1982) con ocasión de la celebración de los 25 años del lanzamiento del Sputnik, que inauguró la era espacial, escribió un artículo sobre el legado de ese cuarto de siglo espacial.

El primer legado, decía él, es la percepción de que, en la perspectiva de las naves espaciales, la Tierra y la humanidad forman una única entidad, es decir, un único ser, complejo, diverso, contradictorio y dotado de gran dinamismo.

El segundo legado es la irrupción de la conciencia planetaria: construir la Tierra, y no simplemente las naciones, es el gran proyecto y desafío humano. Tierra y Humanidad tienen un destino común. Lo que pasa en una, pasa también en la otra. La Tierra enferma y al mismo tiempo enferma el ser humano; enferma el ser humano, enferma también la Tierra. Estamos unidos para el bien y para el mal.

En el momento actual, toda la Tierra y cada persona estamos siendo atacados por la Covid-19, especialmente Brasil, víctima de un jefe de estado de locura que no se preocupa por la vida de su pueblo. Todos, de una forma u otra, nos sentimos enfermos física, psíquica y espiritualmente.

¿Por qué hemos llegado a esto? La razón reside en la Covid-19. Es erróneo verla aisladamente sin su contexto. El contexto está en la forma como organizamos desde hace ya tres siglos nuestra sociedad: con pillaje ilimitado de los bienes y servicios de la Tierra para provecho y enriquecimiento humano. Este propósito ha llevado a ocupar el 83% del planeta, deforestando, contaminando el aire, el agua y los suelos. En palabras del pensador francés Michel Serres, promovemos una guerra total contra Gaia, atacándola en todos los frentes sin ninguna posibilidad de vencerla. La consecuencia ha sido la destrucción de los hábitats de miles de especies de virus. Para sobrevivir saltaron a otros animales y de estos a nosotros.

La Covid-19 representa un contraataque de la Tierra contra la agresión sistemática montada contra ella. La Tierra enfermó y nos pasó su enfermedad mediante una gama de virus como el zika, la chicungunya, el ébola, la gripe aviaria y otros. Como formamos con la Tierra una unidad compleja, enfermamos con ella. Y si enfermamos nosotros, terminamos también por enfermarla. El coronavirus representa esta simbiosis siniestra y letal.

De modo general debemos entender que la reacción de la Tierra a nuestra violencia se muestra por la fiebre (calentamiento global), que no es una enfermedad, pero apunta a una enfermedad: el alto nivel de contaminación por gases de efecto invernadero que la Tierra no consigue digerir y su incapacidad de continuar ofreciéndonos sus bienes y servicios naturales. El 22 de septiembre de 2019 se produjo la Sobrecarga de la Tierra, es decir, las reservas de bienes y servicios naturales, necesarios al sistema-vida, tocaron fondo. Entramos en números rojos, tenemos un cheque sin fondos.

Para tener lo necesario y, peor, para mantener el consumo suntuoso y el desperdicio de los países ricos, debemos arrancarle a la fuerza sus “recursos” para atender la demanda de los consumistas. ¿Hasta cuándo aguantará la Tierra?

Sabemos que hay nueve fronteras planetarias que no se pueden sobrepasar sin amenazar la vida y nuestro proyecto civilizatorio. Cuatro de ellas ya las hemos traspasado. La consecuencia es que tenemos menos agua, menos nutrientes, menos cosechas, más desertificación, mayor erosión de la biodiversidad y de los demás elementos indispensables para la vida. Por tanto, nuestro tipo de relación es anti-vida y es la causa principal de la enfermedad de la Tierra que, a su vez, nos vuelve también enfermos. Por esta razón, casi todos nosotros, especialmente a causa del aislamiento social y de las medidas higiénicas, nos sentimos prostrados, desvitalizados, irritables, en una palabra, atrapados por una pesadilla que no sabemos cuándo va a acabar. La muerte de miles de seres queridos, sin poder acompañarlos y darles la última despedida con un luto imprescindible, nos abruman y ponen en jaque el sentido de la vida y el futuro de nuestra convivencia en este planeta.

Por otro lado, con un alto costo, estamos aprendiendo que lo que nos está salvando no son los mantras del capitalismo y del neoliberalismo: el lucro, la competencia, el individualismo, la explotación ilimitada de la naturaleza, la exigencia de un Estado mínimo y la centralidad del mercado. Si hubiéramos seguido estos “valores”, casi todos seríamos víctimas. Lo que nos está salvando es el valor central de la vida, la solidaridad, la interdependencia de todos con todos, el cuidado de la naturaleza, un Estado bien pertrechado para atender las demandas sociales, especialmente las de los más necesitados, la cohesión de la sociedad por encima del mercado.

Nos damos cuenta de que cuidando mejor todo, recuperando la vitalidad de los ecosistemas, mejorando nuestros alimentos, orgánicos, descontaminando el aire, preservando las aguas, los bosques y las selvas nos sentimos más saludables y con esto hacemos la Tierra también más saludable y revitalizada.

Lo que la Covid-19 nos ha venido a mostrar de forma brutal es que ese equilibrio Tierra y humanidad se ha roto. Nos hemos vuelto demasiado voraces, arrancando a la Tierra lo que ella ya no nos puede dar. No respetamos los límites de un planeta pequeño, con bienes y servicios limitados. Antes bien, nuestra cultura ha creado un proyecto irracional de crecimiento ilimitado como si los bienes y servicios de la Tierra fuesen también ilimitados. Esa es la ilusión en la que continúan las mentes de casi todos los empresarios y de los jefes de Estado.

La Covid-19 nos hace recuperar nuestra verdadera humanidad, aunque sea ambigua por naturaleza. Ella está hecha de amor, de solidaridad, de empatía, de colaboración y de la dimensión humano-espiritual que da el debido valor a los bienes materiales, sin absolutizarlos, pero da mucho más valor a los bienes intangibles como los que hemos citado. Los materiales los dejamos atrás, los humano-espirituales los llevamos más allá de la muerte, pues constituyen nuestra identidad definitiva.

Cuanto más amigables sean nuestras relaciones con la naturaleza, y más cooperativas las relaciones entre nosotros, más se vitaliza la Tierra. Y la Tierra revitalizada nos hace también saludables. Nos curamos juntos y juntos celebramos nuestra convivencia terrenal.

Fuente de la Información: https://www.servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=1018

 

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Chile: Preocupación por déficit de docentes

Preocupación por déficit de docentes

Es urgente dilucidar las causas de la pérdida de atractivo de la docencia entre los jóvenes, solo así se podrá enfrentar adecuadamente el problema y evitar medidas que causen el efecto contrario.

Dos informaciones aparecidas en las últimas semanas han llevado a levantar una alerta para el mediano plazo que no debiera ser desatendida. Por un lado, las postulaciones del reciente proceso de admisión a las universidades mostraron una disminución en el interés de los jóvenes por las pedagogías. Y, por el otro, un estudio de Elige Educar estimó que en los próximos años podría producirse un déficit en la disponibilidad de docentes idóneos, esto es, de profesionales formados para ejercer en áreas del conocimiento específicas, particularmente en la enseñanza media.

Las razones para que ello venga ocurriendo -no es un fenómeno exclusivo de este año, sino que una tendencia desde hace algún tiempo- pueden ser múltiples, aunque no hay a la fecha evidencia que permita identificarlas con certeza. Se habla del poco reconocimiento que tendrían los docentes, de la rigidez y poco espacio de crecimiento que ofrecería esta profesión, del deterioro en sus condiciones laborales y en la figura de autoridad que proyectan debido a los episodios de violencia vividos en los últimos años, así como también del negativo rol que a ratos cumpliría el mismo gremio en el posicionamiento de éstos entre la ciudadanía. De igual forma, podría haber aspectos institucionales que incidan, como el aumento en las exigencias para ofrecer y cursar pedagogías, la burocracia que se percibe podría introducir la carrera docente en proceso de implementación e incluso efectos colaterales de la gratuidad, que llevaría a los postulantes a inclinarse por alternativas que se han vuelto comparativamente más atractivas.

Sea cual sea la causa, el hecho es que, de acuerdo al estudio antes mencionado, en 5 años más el país podría enfrentar un déficit de 32 mil profesores, lo que representa un 13% del total que hoy se encuentra ejerciendo. Considerando el estrés al que ya está sometido el sistema educativo para poder abordar los desafíos que se avecinan tanto por las carencias y desigualdades previas, como por las que se han exacerbado debido a la pandemia, este problema podría convertirse en una piedra de tope adicional.

La evidencia respecto a la importancia que tiene el profesor en la calidad de los sistemas educativos es abundante y no deja espacios para la duda: la consultora McKinsey lo sintetiza muy bien con la conclusión de su conocido informe de hace ya varios años que indica que “la calidad de un sistema educativo tiene como techo la calidad de sus docentes”. No vaya a ser entonces que la escasez de profesionales en este rubro termine afectando la sana competencia y el mejoramiento paulatino en la calidad de éstos, impactando en último término en la calidad de la enseñanza y en el desarrollo de los niños. Urge entonces dilucidar con claridad las causas detrás del menor atractivo que estaría teniendo la docencia entre los jóvenes, así como los factores institucionales que podrían estar repercutiendo sobre el déficit que se proyecta. Existe el riesgo, si no, que por querer mejorar el nivel de los docentes, se termine causando el efecto contrario.

Fuente de la Información: https://www.latercera.com/opinion/noticia/preocupacion-por-deficit-de-docentes/YJHNABTSKNG4BNHOBMWWP4P7IQ/

 

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Ecuador: Trabajo infantil no desaparecerá hasta 2028, dicen las autoridades

Aunque la pobreza es un motivo que promueve el trabajo de niños, también se trata de un tema cultural.

En Quito el 3% de los niños, niñas y adolescentes realiza trabajo infantil, aunque este se encuentra prohibido en la Constitución del Ecuador. Son 25.600 infantes, según determinó el estudio “Diagnóstico situacional sobre el trabajo infantil en el Distrito Metropolitano de Quito”, realizado a finales de 2019. La mayor parte de ellos, el 71%, tiene entre 5 y 14 años.

El estudio lo lideró el Consejo de Protección de Derechos, del cabildo quiteño. El objetivo que se planteó en ese momento fue crear una ordenanza que permita trabajar en la erradicación del trabajo infantil.

En la ciudad se cuenta con cuatro Cetis: Mercado Mayorista, La Mariscal, San Roque y Carollo. Además, tres “puntos Cetis”: Ofelia, Mercado San Roque y Casa Somos de Calderón (de próxima apertura este último), que brindan los mismos servicios, pero en espacios comunitarios que se consiguen a través de convenios con empresas e instituciones.

En estos se atiende a niños de 5 a 15 años, que se encuentren en riesgo de explotación laboral o “callejización”, según explica Elba Gámez, jefa de Unidad de Proyectos de Otras Temáticas, que es cualquier actividad que mantenga a un menor en la calle.

Pablo Benalcázar, gerente del Mercado Mayorista, asegura que el trabajo infantil en esta zona ha sido casi erradicado, al menos en menores de 12 años. “En las seis semanas de gestión que llevo en la administración hemos tenido dos casos de menores que se encontraban trabajando, pero como no pertenecían al mercado solo se pudo pedir que se retiren”, indicó.

Según nos cuenta, dentro de los estatutos internos existen sanciones para quienes tengan menores trabajando. La primera vez se hace un llamado de atención verbal, la segunda instancia es una amonestación escrita y una multa que va del 5 al 10% del valor del arriendo del local, y si reincide, puede ser terminado el contrato de arrendamiento por parte de la administración.

Durante la pandemia estos centros tuvieron que cerrar, sin embargo, la situación se agravó y tuvieron que reabrirse en el mes de octubre. Con las clases en línea, durante la pandemia “los niños se ubicaban en las esquinas de los parques o alrededor del teléfono de las mamitas para recibir clases”, indicó Gámez. Esto motivó a que, cumpliendo las medidas de bioseguridad, se retome el trabajo de los Cetis.

Actualmente se atiende a 300 menores y se les brinda alimentación balanceada de manera gratuita. Los horarios de atención dependen del sector y jornada de trabajo, especialmente en los mercados de Quito. También, en convenio con Cruz Roja ecuatoriana, los niños recibirán, en los próximos días, un segundo chequeo médico y pueden acceder a atención psicológica.

El Patronato despliega, de lunes a domingo, un equipo de abordaje en las zonas de mayor incidencia de trabajo infantil. El personal se encarga de realizar un acercamiento con las familias y ofertar el servicio para los más pequeños. “Hemos tenido buena acogida, ya que es una preocupación menos para los papás que realizan trabajo en calle”, añadió Gámez.

Según las autoridades, aunque la cifra se ha reducido de 10% en 2006 a 3% en 2019, no se podrá erradicar completamente, al menos, hasta el 2028. La situación preocupa, pues los efectos más comunes en los niños que trabajan pueden evidenciarse físicamente: lesiones, fiebre, heridas, quemaduras, problemas en piel y ojos y agotamiento. (I)

Fuente: https://www.eluniverso.com/noticias/ecuador/erradicacion-trabajo-infantil-quito-nota/

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Venezuela evalúa suspender reinicio de clases presenciales por variante P.1

América del Sur/Venezuela/21-03-2021/Autor(a) y Fuente:

El ministro de educación de Venezuela, Aristóbulo Istúriz, informó la noche del lunes que el Gobierno nacional se encuentra evaluando suspender indefinidamente el retorno a las clases presenciales, dado que se han incrementado los casos de COVID-19 en los últimos días.

El regreso a clases presenciales estaba previsto para el próximo mes de abril y así había sido anunciado al país.

Sin embargo, en la Región Capital conformada por Caracas, Miranda (centro) y La Guaira (centro-norte), se ha confirmado la circulación de la variante P.1 del nuevo coronavirus que ocasiona mayores daños a la salud de la población y es más contagiosa que la variante previamente circulante.

Ante la televisora estatal venezolana, Istúriz dijo que: «si se agrava la pandemia, el año escolar terminará a distancia» y aseguró que las autoridades venezolanas están obligadas a preservar la vida y la salud de la población como una prioridad absoluta.

«Primero está la salud», aseveró Istúriz, y explicó que el ministerio que dirige está evaluando la posibilidad de culminar el año escolar en la modalidad a distancia en agosto y utilizar el periodo de septiembre a diciembre para implementar una nivelación educativa.

Fuente e Imagen: http://spanish.xinhuanet.com/2021-03/16/c_139813772.htm

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Perú: Comer frente a la computadora afecta salud y resta concentración al estudiante

América del Sur/Perú/21-03-2021/Autor(a) y Fuente: ww.andina.pe

Nutricionista Saby Mauricio sostiene que alimentos deben ser ingeridos en momentos fuera de clase.

Los estudiantes, escolares o universitarios no deben ingerir alimentos frente a la computadora o el televisor, porque les resta concentración a la hora de recibir sus clases y además se promueve un hábito dañino para su salud, advirtió la nutricionista Saby Mauricio.

“Hay que decirles a los padres de familia que jamás, nunca, se debe tomar desayuno frente a la computadora o frente al televisor, porque eso quita concentración”, manifestó Mauricio al referirse a conductas desarrolladas por algunos estudiantes a la hora de sus clases virtuales.
La mala organización dentro de casa está originando, en muchos casos, que el alumno tome desayuno o almuerce frente a su computadora, laptop, tableta o televisor (en el caso del programa Aprendo en Casa del Ministerio de Educación).
En el programa Andina al Día de Andina Canal Online, la especialista subrayó que la concentración a la hora de ingerir alimentos es fundamental para el desarrollo cognitivo de los estudiantes. “Si usted está con un plato con alta cantidad de azúcar, grasa y está comiendo sin disfrutarlo, el paladar no disfruta porque su concentración está en la visión y no en el gusto”.
Ante ello, agregó que la lonchera debe ser brindada en un espacio fuera de su computador. El estudiante, subrayó, debe mudar de su escritorio a la mesa o comedor para poder concentrarse en sus alimentos.

No al sedentarismo

Saby Mauricio remarcó que no se deben crear hábitos alimenticios que promuevan el sedentarismo, porque van de la mano con la obesidad.
Tanto estudiantes como trabajadores, en tareas virtuales, deben hacerse a la idea de que se están realizando las mismas labores y practicar las mismas costumbres, como cuando estaban en la oficina o en funciones presenciales.
Ello implica cambiarse el pijama y ponerse una ropa diferente, practicar una adecuada higiene personal, así como tener una alimentación saludable , anotó.
“(Una persona) se levanta, toma desayuno en familia, (debe) cambiarse de ropa, es necesario mudar de pijama, esto va sobre el bienestar mental y emocional. El estómago siente toda emoción y el no cumplirlo no ayuda al estudiante”, indicó.
Fuente e Imagen: https://www.andina.pe/agencia/noticia-comer-frente-a-computadora-afecta-salud-y-resta-concentracion-al-estudiante-video-838128.aspx
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