IBERCIENCIA. Comunidad de Educadores para la Cultura Científica
Me es muy grato presentar a un ex alumno Ilan Bajarlía, actualmente Licenciado en EstudiosInternacionales que trabaja en Montevideo, ciudad Capital de Uruguay donde se desempeña como Director de Educación Responsable de un Proyecto interdisciplinario inspirado en la Fundación Botín a implementarse en Uruguay. Éste pretende generar oportunidades reales de aprender y empoderar niños y adolescentes en lo que suele ser más importante pero pocas veces se enseña: a conocerse, proyectarse y administrarse individualmente de forma tal que permita un desarrollo personal y profesional auténtico y propio.
Conocí a Ilan siendo estudiante de 1º año de Bachillerato diversificado y es un verdadero orgullo entrevistarlo en su rol profesional. En las siguientes líneas nos relata su experiencia, parte de la tarea que realiza día a día y que lo motivó a vincularse con la educación.
1- El por qué del proyecto
El mundo está cambiando de forma acelerada y sin embargo a nivel educativo y social pocos han sido los cambios. Si a tu alrededor se producen cambios y sigues haciendo lo mismo, no habrá sino estancamiento y pérdida de oportunidades.
En cuanto a la educación, no actualizar nuestros paradigmas, conceptos y dinámicas educativas sería como quedarse observando cómo el barco en el que estás navegando va directamente a la deriva. En nuestro país la educación parece ir en esa dirección: el 48% de los uruguayos no terminaron la educación secundaria, y los resultados de las pruebas internacionales expresan resultados muy poco halagüeños. Según éstos, los estudiantes uruguayos tienen poco nivel de “implicación, afán y confianza en sí mismos.
Creemos que si no hacemos diferentes acciones para modificar estos resultados, no sólo vamos a seguir descendiendo los niveles educativos, sino que vamos a hacer que los chicos que abordan ese barco pierdan oportunidades y capacidad de enfrentarse a un mundo de exigencias. Para mitigar la incertidumbre del mundo globalizado y complejo en el que vivimos, el desarrollo de diversas formas de inteligencias permitirá el desarrollo de diferentes competencias y habilidades, así como también mejorará los resultados académicos.
El programa de Educación Responsable que se desarrolla en más de 200 centros educativos en España es el punto de partida del proyecto interdisciplinario a implementarse en Uruguay. Desarrollado por el Centro de Inteligencia Emocional de la Universidad de Yale, en conjunto con la Universidad de Cantabria y la Fundación Botín, ha demostrado una importante disminución en niveles de ansiedad, aumento de niveles de asertividad, confianza y afán en sí mismos, entre otros, lo que ha llevado a un mejor clima escolar y a mejores resultados académicos.
Los destinatarios más importantes del programa son las escuelas de contexto crítico porque, como demuestra Paul Tough en su libro How Children Succeed: grit, curisosity and the hidden of power, existe una correlación lineal entre poder adquisitivo y éxito en la vida personal y profesional y la mejor forma de mitigar dicha injusticia es a través de la creación de programas que refuercen las habilidades y competencias y que, por tanto, aumenten las expectativas y oportunidades en la vida de los menos afortunados.
Esto no significa que las escuelas privadas están afuera de nuestro público objetivo, ya que creemos que el paradigma educativo debe ser cambiado en general. Creemos, sin embargo, que debemos comenzar en las zonas de mayor vulnerabilidad y escalarlo desde allí hacia todos los estratos del país.
2- ¿Cuáles son los objetivos?
El objetivo del proyecto es permitir el desarrollo holístico de los niños que van a la escuela, donde podrán aprender las distintas disciplinas pero también donde podrán adquirir estrategias. A modo de ejemplo podemos decir que podrán superar los obstáculos del entorno (drogadicción, violencia en la casa o contexto social), manejar la ansiedad ante la incertidumbre y los malos momentos, conocer y administrar su ira, su impotencia y su risa para ser más felices y más sanos
En otras palabras, el programa pretende mejorar el desarrollo emocional, social y creativo de niños y adolescentes en el Uruguay.
Y sólo a través de un equipo multi e interdisciplinario se podrá lograr.
3- ¿En qué consiste el proyecto?
Educación Responsable es un programa educativo de Inteligencia Emocional, Social y de la Creatividad que funciona en más de 200 escuelas en España, capacitando a maestros y profesores, dándoles herramientas educativas, seguimiento y medición validada, y mejorando el rendimiento académico.
El mismo fue desarrollado por la Fundación Botín (Banco Santander), junto a la Universidad de Yale y la Universidad de Cantabria. Junto a Graciela Gancman, ex Directora de Fundación Logros, la ORT y la ONG El Abrojo, haremos el primer piloto fuera de España. Comenzando este año en tres escuelas públicas y dos Liceos público-privados (Impulso y Providencia) de Uruguay.
Los tres pilares del programa son:
- Formación de formadores (presencial –a través de especialistas provenientes de España- y online –a través de una plataforma especialmente creada para el programa).
- Recursos y actividades ad hoc, estilo educación no formal (los recursos más importantes están relacionados con las artes, la música y la literatura).
- Medición y seguimiento externo sistematizado y validado (Universidad de Cantabria y Universidad ORT).
HOJA DE VIDA
Nombre: Ilan BajarlíaAño de Nacimiento: Setiembre 1990
Estudios: BA, Estudios Internacionales Universidad ORT. Políticas públicas e innovación
en la Universidad de Harvard, Universidad de Brown, Universidad de Tel Aviv,
Universidad de Mánchester, Fundación Getulio Vargas.
Trabajo actual: Business Development Manager en AstroPay; Co-Fundador y Director
de Educación Responsable (Fundación Botín) en Uruguay.
Experiencia: Beca de la Fundación Botín para participar en el programa Fortalecimiento
de la Función Pública en América Latina.
Co-fundador del emprendimiento tecnológico Global Hub, que lo llevó a la aceleradora JFE en San Francisco, California.
Liderazgo en diversas organizaciones de educación no formal |
4- ¿Cómo surge la inquietud por realizarlo?
La idea surge hace un poco más de un año atrás, a partir de una conferencia en Santander, impartida por la Directora del Programa de Educación Responsable (Fátima Sánchez), en el marco del programa Fortalecimiento de la Función Pública en América Latina, en el cual estaba participando.
Durante la conferencia recordé la lectura de un libro que mi padre me había regalado en mi adolescencia “Inteligencia Emocional” de Daniel Goleman, y de ahí en más me dispuse a profundizar sobre el tema.
Dos factores más me dieron el impulso para zambullirme en el proyecto: haber formado parte parte de un movimiento juvenil de educación no formal, en el cual fui líder de varios grupos, y pude constatar cómo se pueden desarrollar habilidades, valores y competencias como la resolución de problemas, la toma de decisiones, la empatía o la resiliencia en un marco de autogestión y bajo un paradigma educativo mucho más desestructurado y abierto a la creatividad, la cultura de pertenencia y al trabajo en equipo.
Por último, siempre tuve un interés muy grande en el emprendedurismo y creación de proyectos desafiantes y de alto impacto.
La conjunción de estos tres factores la encontré en este programa, y la posibilidad de dedicar todo mi esfuerzo en pensar cómo adaptarlo a la realidad uruguaya, que veo en crisis. La creencia de que existen otras maneras para solucionar las problemáticas educativas del Uruguay, me decidieron por dedicarme de lleno a que el proyecto salga adelante.
5- ¿Es un trabajo individual o en equipo?
Empezó como un interés personal. Al comienzo la investigación y el desarrollo del proyecto fue individual, pero una vez formulada la idea entendí que un proyecto interdisciplinario requiere la acción de diversos actores que lleven adelante las diversas acciones a realizar. Comencé a trabajar remotamente (skype, mails, una reunión en Madrid) con Javier García Cañete, Director de la Fundación Botín en Madrid, y Adriana Yepez, Coordinadora de Educación Responsable.
Trabajamos durante todo el 2015 pensando diferentes alternativas: ¿Cómo ingresar al sistema educativo público de forma rápida y eficiente? ¿Cómo armar un piloto que “copie y adapte” en lugar de que “copie y pegue”? ¿Cómo adaptamos la evaluación y quién puede ayudarnos a recolectar los datos y llevarla a cabo? La respuesta a todas esas preguntas fue el desarrollo de alianzas estratégicas inteligentes. En otras palabras, formamos una red de distintas personas/instituciones que poseen los recursos, capital humano y capacidad de acción necesarios para ejecutar el programa en Uruguay.
En detalle, La Lic. Graciela Gancman se sumó al programa como Directora Académica, luego de dirigir 15 años la Fundación Logros que popularizó las huertas orgánicas en cientos de escuelas del país. En segundo lugar, la alianza con la ONG El Abrojo nos permitió ingresar en el sistema educativo público, particularmente en tres escuelas en donde ellos ya trabajan y conocen muy bien; además de ser el inicio de implementación local, proveyéndonos del capital humano que ya se está capacitando para formar directamente a los formadores en los centros. En tercer lugar, la Universidad ORT nos dará la logística para las capacitaciones y el cable a tierra de la adaptación de la evaluación del programa desde su Instituto de Educación. Natalia Olij, Directora de Operaciones de la ONG “Seeds of Empowerment” (de la Universidad de Stanford), relevará los datos para la medición del programa y colabora con El Abrojo y Fundación Botín para la adaptación de los recursos y dar seguimieno en los centros educativos. Por último yo, que dirijo el programa en Uruguay de forma más amplia, desde el desarrollo de alianzas, recolección de fondos, búsqueda de centros educativos, logística, organización y centralización de la red en su generalidad.
6- ¿Es importante la interdisciplinariedad en la planificación y abordaje de un proyecto?
Sin dudas. En primer lugar, el programa parte de que los niños y adolescentes son necesariamente diferentes entre sí y, para formarse correcta y sanamente, deben desarrollarse de forma holística: si bien el coeficiente intelectual es importante, la inteligencia emocional, social y de la creatividad son indispensables para una formación completa para la vida.
Segundo, y contestando directamente la pregunta, para la buena implementación del proyecto se necesita interceptar diferentes áreas que van desde políticas y teorías educativas, comprensión global de las nuevas tendencias en materia de educación y la aplicación de la inteligencia emocional a la misma, hasta habilidades de emprendedurismo, trabajo en equipo, aversión al riesgo y pensamiento distinto para dar soluciones innovadoras a diversos problemas.
Tercero, requiere de un equipo que logre un equilibrio de distintas áreas en diferentes funciones: capacidad de captación de fondos; comprensión mínima del derecho relativo a fundaciones y organizaciones sin fines de lucro; entendimiento de diferentes contextos socio-económicos; diagnóstico sociológico/psicológico de los estudiantes, los maestros y directores; dinámicas de los diferentes stakeholders en el sistema educativo; capacidad de priorizar y ejecutar en corto, mediano y largo plazo.
Todo esto bajo la especial atención de que se está adaptando un programa que nace y respira cultura, aspectos sociales, económicos y políticos de la realidad española al Uruguay, con todas sus semejanzas y diferencias. El desafío, en ese caso, se hace tan complejo como motivante.
8- ¿Qué beneficios aporta a la sociedad?
Muchos: los resultados académicos no se logran porque invitemos a los chicos a estudiar más de memoria cuando no quieren. Como en la vida misma, se logran si se les incentiva a conocer qué quieren hacer en su vida dándoles oportunidades para enfrentarse a la incertidumbre y aprendiendo a manejarla: confrontándose al bullying y aprendiendo a reafirmar su propia identidad y afianzar su autoconfianza; haciéndole frente a una sociedad que le dice que no es nada en la vida y reforzando los niveles de resiliencia, asertividad y toma de decisiones positivas.
El programa logra generar oportunidades reales de aprender y empoderar niños y adolescentes en lo que suele ser más importante pero pocas veces se enseña: a conocerse, proyectarse y administrarse individualmente de forma tal que permita un desarrollo personal y profesional auténtico y propio.
Al final de cuentas, a mirar diferente el significado y la forma en que enseñamos para dar alas a cuantos más niños podamos –y, lo que es más importante, permitir mejorar calidad de vida de cuantos más chicos podamos.