América del Sur/Uruguay/02-08-2020/Autor(a) y Fuente: www.republica.com.uy
A partir del lunes, se comenzarán a ampliar los días y horarios de las clases presenciales. La medida está diseñada para que los escolares tengan al menos cinco días de presencialidad cada dos semanas.
Los niños que van a escuelas de tiempo completo tendrán clase los 5 días de la semana, en vez de 2, y se los dividirá en dos turnos.
En las otras escuelas, los niños tendrán 5 días de clase cada 2 semanas y se permitirá un máximo de 4 horas por día de clase.
En Secundaria y UTU se le pedirá a cada centro que adopte medidas para incorporar más días.
El presidente del Codicen, Robert Silva, dijo a Informativo Carve del Mediodía que aún no está sobre la mesa la posibilidad de instrumentar la obligatoriedad en la concurrencia de los alumnos, ya que “el principio de obligatoriedad cede ante el principio de libertad” por la situación sanitaria.
En referencia a la asistencia, Silva señaló que en Secundaria un 71% de alumnos concurre a clase, en UTU lo hace un 60%, mientras que en Primaria la cifra ronda el 65%.
La situación que preocupa a las autoridades es la concurrencia de los alumnos de las escuelas Aprender, porque son los que menos asistencia tienen.
Fuente e Imagen: https://www.republica.com.uy/desde-el-lunes-se-amplian-dias-y-horarios-de-las-clases-presenciales-id778770/
Sin bordear ni barrerlo bajo alfombra, el tema del suicidio se visualiza en Uruguay e inclusive se le dedica cada año un día en el mes de julio para reflexionar sobre semejante dolorosa problemática.
Tanta atención merece al tratarse del país con mayor tasa de autosupresión de la vida, 20 de cada 100 mil habitantes, en la región de pertenencia.
De acuerdo con integrantes del grupo de especialistas en comprensión y prevención de la conducta suicida de la Universidad de la República (Udelar), Uruguay viene registrando un incremento sostenido en los últimos 30 años.
En los 1990 eran cerca de 500 personas por año las que acometían esos actos extremos, en los 2000 más de 600 y en la actualidad sobrepasan los 700.
Las cifras que registra el Ministerio de Salud Pública y que sigue de cerca el fenómeno apuntado muestran que la incidencia masculina es mucho mayor, con tres de cada cuatro suicidios, pero en una reversión de tendencia el 75 por ciento de los intentos corresponden a mujeres mientras los hombres superan en los consumados.
En el marco del Día Nacional de Prevención del Suicidio de 2020, el ministro del ramo, Daniel Salinas, catalogó esta problemática como ‘una pandemia que se lleva muchas vidas’, que corre pareja a la de Covid-19.
Agregó que parece necesario tratar este tema, en especial, en momentos de pandemia de virus, en los cuales se acentúan sentimientos como soledad, angustia y depresión, y por tal motivo, explicó, se reforzaron las líneas de contención telefónica y otras medidas específicas ‘que tienen impacto significativo en la receptividad por parte de la población’.
A propósito un estudio de la Facultad de Psicología de Udelar señaló que en la pandemia en curso la salud mental de los uruguayos ‘se deterioró, afloró la depresión y la ideación suicida’.
Por lo menos 37,8 de quienes participaron lo manifestaron y aunque los investigadores advirtieron que la cifra ‘hay que tomarla con pinzas’, dejó ‘una pista de que ese malestar es muy alto’.
Pero el profesor adjunto de Psicología Clínica, Hugo Selma, admite que ‘la salud mental, en general, es un agujero negro y no se le da el énfasis merecido’, y reflexiona que ‘se ha paralizado un país por 34 muertes (y probablemente muchas más que se evitaron), pero por año mueren más de 700 por suicidio y el dato nos pasa desapercibido’.
Para el psiquiatra Ricardo Bernardi el virus en sí, las muertes y la pérdida de un familiar describe una primera ola de afectación, le sigue una segunda del miedo a la recesión y el impacto económico y una tercera ola que involucra a la postergación de proyectos o incluso de consultas médicas que no fueran de urgencia.
Y todo esto, dice, va sedimentando para una cuarta ola que es la repercusión mental.
La Organización Mundial de la Salud estima que el 4,4 por ciento de la población padece depresión, y de ahí que según Selma, ‘en Uruguay estamos ante un problema grave’.
Desde el Área de Salud mental del ministerio se registró en 2019 un total de 723 suicidios, un guarismo bastante superior al de las muertes provocadas por siniestros de tránsito, que sumaron 422 en el mismo período.
Otro dato más lamentable refiere a que en los jóvenes menores 29 años, se percibe son unos 150 por año los que se suicidan.
Una de esas prematuras muertes motivó entre otros jóvenes en 2017 un especial movimiento que bajo el nombre de Te veo mañana (TVM) busca hablar del tema de forma más real y cercana con las personas, a partir de interrogantes como ¿estamos haciendo algo para prevenir?
El objetivo de TVM es lograr una prevención en primera instancia, a través de la concientización y desmitificación de todo lo referido a la salud mental, especialmente del suicidio.
Uno de los principales fines es empoderar a las personas, para que sepan que ellas también pueden ser agentes del cambio poniendo el tema sobre la mesa en un espacio libre de prejuicios.
Suele hacer talleres a demanda, en instituciones tanto públicas como privadas en Montevideo y el interior del país, y si bien se apunta primariamente a adolescentes y jóvenes, se realizaron también para personas mayores, e incluso en una oportunidad a profesionales de la salud.
En el enfoque del sociólogo, investigador y docente en la Udelar, Pablo Hein, se debe tratar el suicidio como ‘derrota social’, y que no hay nada que festejar en la tradicional jornada de los 17 de julio en el décimo país con las peores cifras al respecto y el segundo en América Latina.
Durante una reciente entrevista con el semanario Caras y Caretas se mostró profundamente preocupado por ‘esa curva de suicidios que -con algunos altibajos- sube ininterrumpidamente en Uruguay’.
Sostuvo que se cayó en un enfoque cuantitativista y frívolo del tema que ‘nos permite sentirnos más cómodos y golpearnos el pecho un momento y después proseguir sin sacar conclusiones de la enormidad de los que perdemos, que un compatriota se nos vaya cada 11 horas por esa causa’.
El crítico académico aboga por copiar lo que se está haciendo en países de Europa que tuvieron éxito en sus estrategias de contención y les fue bien con el manejo de lo que llaman el ?currículum emocional’ de las personas, en lugar de remitir el tema al ámbito sanitario, a la psiquiatría sin percibir que es un problema de todos.
Con firmeza expuso que ‘si hiciéramos una autopsia psicológica de los procesos que conducen al suicidio, siempre llegaríamos a un fondo social y cultural’ y ante una persona cercana que se suicida ‘siempre hay una claudicación de la solidaridad y de los afectos y debemos sentirlo como una derrota social que nos involucra a todos’.
Sin embargo una reciente encuesta promovida por el Sindicato Médico ante un proyecto de Ley de un diputado del oficialista Partido Colorado para legalizar el suicidio asistido arrojó un 62 por ciento de opinión ciudadana a favor.
El programa Uruguay Estudia lo lleva adelante la ANEP, el Inefop financia los apoyos económicos, y la coordinación entre las partes corre por cuenta del Ministerio de Educación y Cultura (MEC). El objetivo es “brindar orientación y apoyo pedagógico a través de tutorías, para la culminación de ciclos educativos a personas jóvenes y adultas que dejaron de asistir a la educación formal”.
Estela Alem, responsable de la Dirección Sectorial de Educación de Jóvenes y Adultos de la ANEP, que coordina el programa, aseguró a la diaria que la decisión de Inefop de no financiar las becas este año “fue una sorpresa”, porque el procedimiento no varió con respecto a años anteriores y los resultados siguen siendo “excelentes”.
Por su parte, el representante del MEC en el directorio de Inefop, Guillermo Dutra, explicó a la diaria que “la gerencia de Formación Profesional de Inefop elaboró un informe en enero y aconsejó a este Consejo Directivo que se debería tener más información respecto al pago de las becas, en temas como los informes de resultados y trayectorias de los beneficiarios, informe de proyección, conteniendo descripción y pertinencia de cada una de las poblaciones atendidas, fundamentación de los criterios de asignación de las becas y un protocolo de administración, con roles y contrapartes en cada etapa del proceso de gestión”.
Según Dutra, el Consejo Directivo anterior de Inefop le solicitó esa información a la ANEP, por intermedio del MEC, y como “hubo una demora por parte de la ANEP” en la respuesta, “este programa se quedó sin financiamiento para el año 2020”. El representante detalló: “Como Consejo Directivo nos encontramos con una recomendación en la cual se hacía un llamado de atención sobre la falta de información que había con respecto a la aplicación de la beca, y sobre todo en los mecanismos de control. Nos respondieron en junio, cuando teníamos el presupuesto 2020 ya armado; en abril asumimos y sin esta información tuvimos que avanzar sobre las prioridades que teníamos definidas”.
Sin embargo, Alem asegura que la información solicitada fue brindada y que los resultados respaldan el programa. Según explicó la directora, el procedimiento normal consiste en entregar los resultados académicos de los estudiantes antes de fin de año, porque las becas se aprueban en las primeras sesiones de enero del Consejo Directivo de Inefop. Esto implica que los informes no estén cerrados, porque el período lectivo abarca los exámenes de febrero.
Este año Inefop esperó hasta marzo para obtener los resultados finales y tomar una decisión. Entre tanto, “nos hicieron varias preguntas a través del MEC y todas se respondieron, aunque siempre eran detalles de la planilla, algún nombre que no coincidía o una cédula incompleta”, afirmó la directora.
Gonzalo Baroni, director de Educación del MEC, dijo a la diaria que respecto de la situación no tiene “mejor información que Inefop o ANEP”, organismos a los que consideró “los directamente involucrados en el tema”.
¿De cuánto estamos hablando?
Según Alem, “estas becas económicas son necesarias de verdad” y las respaldan los “muy buenos” informes de impacto. “Hay un porcentaje altísimo de la población que tiene buenos resultados educativos, es un promedio superior al 80% de éxito educativo, claramente superior a la población que no recibe becas. Hay un impacto positivo en la trayectoria y en la continuidad educativa” de los beneficiarios. Este resultado, agregó, “se demuestra todos los años, de todas las maneras posibles, en todos los componentes que reciben esta beca”.
Alem recordó que los problemas con los apoyos económicos al PUE comenzaron a fines del año pasado. Según la directora, pasada la primera mitad del año, llegó un comunicado desde el Inefop que afirmaba que las becas aprobadas en enero se iban a reducir, alegando que “están sujetas a disponibilidad”. “Por eso ya el año pasado algunos estudiantes se quedaron sin su prestación. Fundamentamos e insistimos en la importancia de que todos la recibieran, pero no se llegó a volver a tenerlas y este año directamente no dieron ninguna”.
La solicitud que hizo la ANEP para 2020 responde a las necesidades de cada subsistema; el Consejo de Educación Técnico Profesional advirtió que necesitaba aumentar el cupo, por lo que se pasó de poco más de 8.000 becas en 2019 a 10.115 en 2020. Sobre esto Alem comentó: “Sabíamos que podían decirnos que no había margen para aumentar más, pero lo que no esperábamos nunca es que no dieran ninguna”.
El monto que se solicitó a Inefop asciende a 186.618.000 pesos, similar al de años anteriores; el ex director general de Inefop Eduardo Pereyra había destacado en la presentación de las becas de 2019 que 10% de los ingresos de Inefop son invertidos en las becas de apoyo a la educación.
Sobre la situación actual Dutra comentó: “Estamos con un déficit importante, reviendo prioridades. Claramente es a los grupos en situación más vulnerable a los que más nos interesa apoyar, y los jóvenes se destacan como un grupo objetivo”.
Según adelantó el representante del MEC en Inefop, “hay que hacer una evaluación del impacto del programa, ver si los móviles que llevaron a promocionar este programa se mantienen vigentes y si la forma de instrumentarlo debe mantenerse en los mismos términos”. También agregó que este tema es algo que “está pendiente de trabajo con la ANEP: para 2020 ya no tiene presupuesto, hay que ver para después”.
Una nueva alerta feminista tuvo lugar en el Centro de Montevideo. Por la avenida 18 de Julio circularon cientos de mujeres exigiendo el fin de la violencia contra las mujeres.
En esta oportunidad se recordó a tres mujeres asesinadas en distintas circunstancias.
El femicidio de Oriana Oviedo ocurrió en Barcelona, España. Tenía 20 años y fue asesinada por su pareja, Germán González, de 35 años, también uruguayo, en el apartamento que compartían. La atacó con un arma blanca frente a su hijo de tres años. Su familia en Uruguay reclamó la repatriación de sus restos y el traslado del niño a nuestro país.
Mayra Acosta tenía 36 años y fue desaparecida los primeros días de diciembre de 2019. Su familia presentó la denuncia en enero y fue considerada por el Ministerio del Interior como una “persona ausente”. Algunos de sus restos óseos aparecieron en junio próximos a un contenedor en el barrio La Unión, en Montevideo. El resto de sus huesos aparecieron en una fosa séptica del barrio.
En la alerta también se reclamó por una mujer que fue encontrada calcinada en la intersección de Camino Tomkinson y Las Pitas, en un descampado a metros del arroyo Pantanoso, en Montevideo. En el lugar también se encontró ropa de la víctima y una bolsa de supermercado con pertenencias. El caso está siendo investigado por la Fiscalía.
«No existe una manera perfecta de reabrir las escuelas durante una pandemia».
La frase de Robert Spires, profesor de la Universidad de Richmond (Inglaterra) especializado en educación comparada, refleja uno de los mayores dilemas actuales de la pandemia de covid-19: qué tan seguro es el retorno a las clases presenciales.
Según el artículo publicado por Spires a fines de julio en el portal académico The Conversation, «incluso cuando un país tiene a la covid-19 bajo control, no hay forma de garantizar que las escuelas puedan reabrir de manera segura».
Sin embargo, aclaró, «las políticas y prácticas de los países que han tenido cierto éxito inicial con las escuelas apuntan en la misma dirección«.
Y Uruguay, de acuerdo a su análisis, se encuentra en la dirección correcta.
«Somos el primer país de América Latina que retoma la presencialidad y lo estamos haciendo con muchísima responsabilidad, profesionalismo, compromiso y orgullo«, dijo a la prensa Robert Silva, titular de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) de Uruguay, el 29 de junio.
Ese día Uruguay daba por iniciada la cuarta y última fase del retorno a las aulas a nivel primario, secundario y terciario en todo el país.
Un mes después, no se han registrado contagios en los centros educativos y, según Unesco, el país sigue siendo el único de la región en volver a las clases presenciales desde que el coronavirus obligó a suspenderlas.
Entonces, ¿qué pueden aprender los otros países de América Latina de la estrategia de Uruguay al momento de reabrir las escuelas?
Controlar la pandemia
Aplanar la curva de la pandemia, esa frase tan escuchada en lo que va de 2020, es condición sine qua non para avanzar en el regreso a aulas.
Datos en detalle
* Proporción de muertes por 100.000 habitantes
EE.UU.
150.489
46,0
4.410.182
Brasil
90.134
43,0
2.552.265
Reino Unido
45.961
68,5
301.455
México
45.361
35,9
408.449
Italia
35.129
57,9
246.776
India
34.956
2,6
1.582.028
Francia
30.238
46,5
185.196
España
28.441
60,9
282.641
Perú
18.816
58,8
400.683
Irán
16.569
20,3
301.530
Rusia
13.778
9,5
832.993
Bélgica
9.836
85,7
67.335
Colombia
9.454
19,0
276.055
Chile
9.278
49,5
351.575
Alemania
9.137
11,0
208.892
Canadá
8.962
24,2
117.357
Sudáfrica
7.497
13,0
471.123
Holanda
6.147
36,0
53.632
Pakistán
5.924
2,8
277.402
Suecia
5.730
57,5
79.782
Turquía
5.659
6,9
228.924
Ecuador
5.623
32,9
83.193
Indonesia
5.058
1,9
106.336
Egipto
4.728
4,8
93.356
China
4.658
0,3
87.363
Irak
4.603
12,0
118.300
Argentina
3.288
7,4
178.996
Bangladesh
3.083
1,9
234.889
Arabia Saudita
2.816
8,4
272.590
Bolivia
2.808
24,7
73.534
Rumania
2.304
11,8
49.591
Suiza
1.980
23,2
35.022
Filipinas
1.962
1,8
85.486
Guatemala
1.835
10,6
47.605
Irlanda
1.764
36,6
25.942
Portugal
1.725
16,8
50.613
Polonia
1.709
4,5
45.031
Ucrania
1.697
3,8
70.300
Panamá
1.374
32,9
63.269
Kirguistán
1.364
21,6
35.223
Afganistán
1.271
3,4
36.542
Honduras
1.259
13,1
40.944
Argelia
1.186
2,8
29.229
República Dominicana
1.123
10,6
66.182
Japón
1.004
0,8
34.553
Nigeria
873
0,4
42.208
Kazajistán
793
4,3
87.664
Moldavia
762
18,8
23.947
Armenia
728
24,7
38.196
Sudan
725
1,7
11.496
Austria
718
8,1
20.955
Dinamarca
614
10,7
13.634
Hungría
596
6,1
4.484
Serbia
558
8,0
24.892
Bielorrusia
553
5,9
67.665
Israel
497
5,9
68.769
Yemen
485
1,7
1.711
Macedonia del Norte
476
22,9
10.503
Kuwait
444
10,7
65.903
El Salvador
439
6,8
16.230
Azerbaiyán
438
4,4
31.221
Omán
421
8,7
79.159
Camerún
391
1,6
17.255
República Checa
378
3,5
16.093
Bulgaria
368
5,2
11.155
Emiratos Árabes Unidos
349
3,6
60.223
Marruecos
334
0,9
22.213
Finlandia
329
6,0
7.423
Bosnia y Herzegovina
316
9,5
11.127
Kenia
311
0,6
19.125
Corea del Sur
300
0,6
14.269
Noruega
255
4,8
9.172
Etiopía
253
0,2
15.810
República Democrática del Congo
215
0,3
9.010
Grecia
203
1,9
4.336
Senegal
200
1,3
9.961
Kosovo
196
10,6
7.846
Australia
190
0,8
16.303
Ghana
175
0,6
35.142
Qatar
171
6,1
110.460
Haití
159
1,4
7.378
Mauritania
156
3,5
6.273
Venezuela
154
0,5
17.158
Albania
150
5,2
5.105
Zambia
146
0,8
5.249
Bahréin
145
9,2
40.311
Croacia
141
3,4
4.993
Costa Rica
133
2,7
16.800
Uzbekistán
132
0,4
22.872
Malasia
124
0,4
8.964
Mali
124
0,6
2.521
Eslovenia
117
5,6
2.139
Nicaragua
116
1,8
3.672
Luxemburgo
114
18,9
6.533
Madagascar
105
0,4
10.748
Malawi
103
0,6
3.738
Costa de Marfil
99
0,4
15.813
Somalia
93
0,6
3.212
Cuba
87
0,8
2.588
Territorios Palestinos
80
1,6
11.284
Lituania
80
2,9
2.062
Libia
76
1,1
3.222
Chad
75
0,5
926
Liberia
72
1,5
1.179
Estonia
69
5,2
2.051
Níger
69
0,3
1.132
Sierra Leona
67
0,9
1.803
Tayikistán
60
0,7
7.320
República Centroafricana
59
1,3
4.605
Yibuti
58
6,0
5.081
Tailandia
58
0,1
3.304
Líbano
55
0,8
4.205
Congo
54
1,0
3.200
Burkina Faso
53
0,3
1.105
Nepal
52
0,2
19.547
Andorra
52
67,5
918
Guinea Ecuatorial
51
3,9
3.071
Túnez
50
0,4
1.488
Gabón
49
2,3
7.352
Angola
48
0,2
1.078
Montenegro
47
7,5
3.016
Islas del Canal de la Mancha
47
27,6
587
Guinea
46
0,4
7.183
Paraguay
46
0,7
4.866
Sudán del Sur
46
0,4
2.322
Guayana Francesa
43
15,2
7.647
San Marino
42
124,3
699
Zimbabue
41
0,3
2.879
Esuatini
40
3,5
2.551
Siria
40
0,2
717
Mayotte
39
15,0
2.905
Benín
36
0,3
1.805
Uruguay
35
1,0
1.237
Letonia
31
1,6
1.228
Eslovaquia
28
0,5
2.265
Singapur
27
0,5
51.809
Guinea-Bissau
26
1,4
1.954
Surinam
26
4,5
1.607
Isla de Man
24
28,5
336
Cabo Verde
23
4,2
2.373
Nueva Zelanda
22
0,5
1.560
Tanzania
21
0,0
509
Guyana
20
2,6
398
Chipre
19
1,6
1.080
Togo
18
0,2
896
Georgia
17
0,4
1.160
Maldivas
15
2,9
3.567
Santo Tomé y Príncipe
15
7,1
868
Martinica
15
4,0
269
Isla de San Martín (Francia)
15
40,3
126
Guadalupe
14
3,5
244
Crucero Diamond Princess
13
712
Lesoto
13
0,6
576
Sri Lanka
11
0,1
2.811
Mozambique
11
0,0
1.748
Jordan
11
0,1
1.187
Bahamas
11
2,9
484
Islandia
10
3,0
1.872
Jamaica
10
0,3
856
Mauricio
10
0,8
344
Namibia
9
0,4
1.986
Malta
9
2,0
729
Bermudas
9
14,3
156
Gambia
8
0,4
326
Trinidad y Tobago
8
0,6
156
Taiwán
7
0,0
467
Comoras
7
0,8
378
Barbados
7
2,4
110
Myanmar
6
0,0
353
Ruanda
5
0,0
1.963
Reunión
4
0,5
657
Mónaco
4
10,3
120
Brunéi
3
0,7
141
Aruba
3
2,8
119
Antigua y Barbuda
3
3,1
91
Uganda
2
0,0
1.140
Botsuana
2
0,1
804
Islas Turcas y Caicos
2
5,3
104
Papúa Nueva Guinea
2
0,0
63
Belice
2
0,5
48
Crucero MS Zaandam
2
9
Burundi
1
0,0
387
Islas Caimán
1
1,6
203
Liechtenstein
1
2,6
88
Curazao
1
0,6
29
Montserrat
1
20,0
12
Sahara Occidental
1
0,2
10
Islas Vírgenes Británicas
1
3,4
8
Vietnam
0
0,0
464
Mongolia
0
0,0
291
Eritrea
0
0,0
265
Camboya
0
0,0
234
Islas Feroe
0
0,0
220
Gibraltar
0
0,0
186
Seychelles
0
0,0
114
Bután
0
0,0
101
Polinesia Francesa
0
0,0
62
San Vicente y las Granadinas
0
0,0
52
Fiyi
0
0,0
27
Timor Oriental
0
0,0
24
Granada
0
0,0
24
Santa Lucía
0
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24
Nueva Caledonia
0
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22
Laos
0
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20
Dominica
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San Cristóbal y Nieves
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Groenlandia
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Islas Malvinas o Falkland
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Vaticano
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Esta visualización se basa en datos periódicos de la Universidad Johns Hopkins y puede que no refleje la información más actualizada de cada país.
** Los datos históricos de nuevos casos son una media de tres días seguidos. Debido a la revisión del número de casos, la media no pudo ser calculada en esta fecha.
Fuente: Universidad Johns Hopkins (Baltimore, EE.UU.), autoridades locales
Última actualización de cifras: 30 de julio de 2020 12:19 GMT
De acuerdo con el informe «Seguimiento del retorno a las clases presenciales en escuelas en Uruguay» de la oficina local de Unicef que se publicará en agosto y al cual BBC Mundo tuvo acceso, el «rápido control» de la pandemia en el país «facilitó la definición del regreso a las aulas».
Desde que el nuevo coronavirus llegó al país, el 13 de marzo, hasta el 28 de julio se han registrado 1.218 casos positivos de covid-19 y 35 muertos, según datos del gobierno.
De acuerdo con el informe «Seguimiento del retorno a las clases presenciales en escuelas en Uruguay» de la oficina local de Unicef que se publicará en agosto y al cual BBC Mundo tuvo acceso, el «rápido control» de la pandemia en el país «facilitó la definición del regreso a las aulas».
Desde que el nuevo coronavirus llegó al país, el 13 de marzo, hasta el 28 de julio se han registrado 1.218 casos positivos de covid-19 y 35 muertos, según datos del gobierno.
Unicef concuerda con el análisis e incluso asegura que el regreso temprano a las aulas uruguayas se basa en este periodo de virtualidad, puesto que permitió «sostener el componente educativo y el vínculo de los estudiantes con los docentes y la comunidad educativa».
Según Leandro Folgar, presidente de Plan Ceibal, su plataforma CREA se convirtió en el centro de las clases virtuales tanto en la educación pública como en 80% de los centros privados del país, a los cuales se les permitió un acceso gratuito a la herramienta.
«Pasamos de tener 90.000 usuarios activos en el pico más alto de 2019 a 730.000 usuarios activos este año«, dice a BBC Mundo.
«Fue una curva de aprendizaje muy empinada en un periodo muy corto de tiempo», reconoce Folgar, quien, como el resto de las autoridades del gobierno uruguayo, no llevaba ni dos semanas en el cargo cuando el coronavirus llegó al país.
Pero como destacan Folgar y el informe de Unicef, si algo enseña la experiencia de Uruguay es el carácter cambiante de la situación.
Lento y en etapas
Spires escribió en The Conversation que una de las claves de un regreso exitoso a las aulas está en que el proceso sea «lento y en etapas».
En este punto, Spires dio a Uruguay el puntaje máximo: «A».
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Final de la publicación de Youtube número de BBC News Mundo
El retorno escalonado a clases comenzó el 22 de abril con la apertura de las escuelas rurales, que son las que tienen menor cantidad de estudiantes.
«Luego de esta primera etapa, que ofició como piloto para el retorno generalizado, se definieron tres etapas (empezando el 1 de junio), con una diferencia de 15 días entre ellas, en las cuales gradualmente fueron retornando todos los niveles de la educación, excepto la universidad», dice el informe de Unicef.
Y agrega: «En todos los casos europeos, el escalonamiento de la vuelta a clases se ha programado por niveles educativos, lo cual es una diferencia con Uruguay«.
Como explica Pérez Alfaro, la estrategia uruguaya «se construyó sobre tres gradualidades»: «Una regional, iniciando por el interior (afuera de la capital) donde existió menor difusión de casos de covid-19; otra de vulnerabilidad, donde se privilegiaron las zonas de contexto crítico; y la última, pedagógica, que privilegió la conclusión de ciclos».
De carácter voluntario
Así como en Uruguay la cuarentena nunca llegó a ser obligatoria, concurrir a clases tampoco lo es.
«La asistencia es voluntaria porque tiene que quedar liberado a que la familia se sienta lo suficientemente segura o no de mandar a sus hijos a un centro educativo«, explica Folgar.
El presidente de Plan Ceibal agrega que en este tiempo han constatado que los motivos de las familias son «muy diversos»: «Algunos no mandan a los hijos por no confiar o por miedo, otros porque no tienen cómo organizarse para llevarlos y traerlos, por ejemplo».
En contraste, Spires explicó que en Suecia, donde las escuelas nunca cerraron y la asistencia siguió siendo obligatoria, el gobierno hasta «amenazó con castigar a los padres que no enviaran a sus hijos».
De acuerdo con Unicef, en Uruguay «la voluntariedad para asistir a los centros parece haber amortiguado los temores y habilitado un período de adaptación que permitió a las familias ir ganando confianza«.
A mediados de julio, en el primer balance del retorno a escuelas, el gobierno anunció que más del 70% de los estudiantes de educación media retornaron a las aulas, mientras que en educación primaria fue del 63% y en las rurales, de más del 60%.
El porcentaje restante de los alumnos siguieron con la modalidad virtual. Pero no son los únicos.
Regreso parcial y protocolos de sanidad
Al igual que sucede en Japón, otro caso exitoso según Spires, las clases presenciales en Uruguay no volvieron todos los días ni durante todo el horario habitual.
«Lo que tenemos hoy en día es un ecosistema de semipresencialidades muy diverso», dice Folgar.
Los protocolos vigentes, acordados entre las autoridades de la educación y sanitarias más los docentes, indican que las jornadas no pueden extenderse por más de 4 horas diarias, por ejemplo.
A su vez, cuando los salones no permiten los 2 metros de distancia social, los compañeros de clase son divididos en dos grupos: unos concurren lunes y martes, por ejemplo, y otros jueves y viernes.
Además, los recreos son escalonados y sin juegos que habiliten el contacto físico.
Respecto a la sanidad en particular, los salones se higienizan, desinfectan y ventilan después de cada jornada, pero la toma de temperatura a los alumnos quedó librado a la voluntad de cada centro.
Los tapabocas, por su parte, son obligatorios, una costumbre que se ha extendido en la sociedad uruguaya a pesar de tampoco estar reglamentado.
Tal es así que, en el artículo de Spires, Uruguay comparte con Japón la calificación «A» en las categorías de uso de mascarillas e implementación de distancia social en los centros educativos y en la comunidad.
Escuchar para actuar
Además de las tres «A» ya mencionadas, Spires calificó a Uruguay con dos «B»: una en la categoría «decisiones basadas en datos actualizados» y otra en «comunicación oportuna con el público y los padres».
Reapertura lenta y en etapas
Mascarillas y distancia social en las escuelas
Mascarillas y distancia social en la comunidad
Decisiones basadas en datos actualizados
Comunicación oportuna con el público y los padres
Suecia
F
D
C
D
D
Israel
F
B
C
C
C
Japón
B
A
A
A
B
Uruguay
A
A
A
B
B
Fuente: Robert Spires, The Conversation
Y, sin embargo, al preguntarle a Folgar qué recomendaría a otras autoridades educativas, dice que hay que «escuchar muchísimo» tanto a docentes como a estudiantes y familias.
«Cada vez que evolucionamos un paso con respecto a la gestión de la pandemia y queremos volver un poco a la normalidad, les estamos cambiando las condiciones», explica.
Además, dice, es importante estar atentos a lo que pasa en otros lugares del mundo para aprender y actuar.
Según Unicef, la próxima etapa de la presencialidad «prioriza un diagnóstico del estado de situación mediante encuestas a docentes y estudiantes«, además de una prueba de conocimientos a los alumnos.
En base a esta experiencia empírica se decidirá «si se extiende el calendario anual o si se alteran las vacaciones previstas, cuestiones todas que implican tensiones con los trabajadores del sistema educativo, así como con las familias».
Pero el proceso de reapertura no se termina ahí.
«El gran desafío que tenemos por delante es no confundir una buena respuesta de emergencia con un modelo educativo funcional«, asegura Folgar.
«Que Uruguay haya reabierto los centros educativos no quiere decir que se parezcan en nada a lo que eran antes de la pandemia», dice, reconociendo que «es mucho mejor que estar encerrados en casa», pero que está lejos de su potencial real.
Además, para Folgar, la pandemia ofreció una ventana a un cambio todavía mayor.
«Lo cierto es que el mundo cambió para todos y la concepción que cada uno tenía de la tecnología y su aporte en la educación también cambió«, dice.
Para cuando termine el año, «cualquier docente va a tener una aproximación pedagógica distinta a la que tenía antes. Tenemos que tomar esas experiencias para poder continuar hacia adelante tratando de mejorar nuestro sistema educativo».
En palabras de una inspectora anónima citada en el informe de Unicef: «Lo peor que nos puede pasar es que en la virtualidad nos olvidemos de lo que extrañamos de la presencialidad y en la presencialidad, de las conquistas de la virtualidad«.
Se relevó la salud y el bienestar de casi 5.000 docentes de todos los subsistemas.
El Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed) presentó este martes los resultados del estudio de salud ocupacional docente que hizo en 2019. La encuesta llegó a 159 centros y 4.734 docentes (74% de cobertura) y con ella se relevaron datos sobre el empleo docente, el ambiente y las condiciones de trabajo, la percepción sobre las demandas y recursos del trabajo, y los efectos en la salud y el bienestar de los docentes.
La presidenta del Ineed, Alex Mazzei, dijo en la presentación de los resultados de la investigación que relevar la salud ocupacional y el bienestar docente “ha sido una de las preocupaciones desde que empezó el instituto; hay muy pocos antecedentes, lo hemos tomado como una responsabilidad para poder aportar elementos rigurosos y confiables para lograr una mejor forma de vínculo del docente con su profesión y con los estudiantes”.
El estudio evalúa la percepción docente sobre las demandas de trabajo; esto significa, sobre todo, las sobrecargas cognitiva, cuantitativa y emocional a la que están expuestos los docentes. Los investigadores concluyen que estas demandas “son percibidas en mayor medida por las mujeres, quienes trabajan en inicial y primaria pública, y quienes tienen mayor edad y antigüedad (exceptuando el tramo final, cuando vuelven a disminuir)”.
En esta línea, señalan también que “los docentes con mayor formación presentan más sobrecarga cognitiva y emocional”, y subrayan que “cuantas más horas y en mayor cantidad de centros se trabaje”, más aumenta la percepción de estas demandas. Por otra parte, observaron que “los docentes efectivos suelen tener una percepción de mayor sobrecarga respecto a los interinos y suplentes”.
Asimismo, se relevó la percepción que tienen los docentes de los recursos disponibles tanto a nivel organizacional del centro (organización del trabajo, confianza, reconocimiento, equilibrio, esfuerzo, recompensa) como a nivel personal (autoeficiencia, resiliencia, satisfacción, significatividad). A nivel general concluyen que “la percepción de los docentes sobre sus recursos organizacionales y personales –salvo el reconocimiento– tiene un punto alto al comienzo de la carrera o dentro de los más jóvenes, va descendiendo en la etapa de desarrollo profesional, para volver a tener un punto alto hacia el final de la carrera o a mayor edad”.
Dentro de las conclusiones generales, los investigadores afirman que “las mujeres, y en mayor medida las de inicial y primaria pública, son las que perciben más demandas y menos recursos”. Además, aseguran que “a mayor carga global de trabajo, mayores demandas y menores recursos, lo que se relaciona con menores niveles de bienestar en todos los subsistemas”.
Estresados
La investigación también buscó saber más sobre el bienestar de los docentes uruguayos. Lo midieron siguiendo tres constructos: la dedicación y el entusiasmo, los síntomas de estrés, y el síndrome de burnout.
En cuanto a la dedicación y el entusiasmo, las respuestas fueron de puntuaciones “altas”: “60% o más señala que siempre o casi siempre se siente con energía, está entusiasmado o está compenetrado con su trabajo”. Por otra parte, es “baja la proporción de docentes que reporta que nunca o casi nunca percibe en su trabajo las emociones planteadas”.
Se consultó sobre los 12 síntomas que diagnostican el estrés. Los investigadores detallan que “algunas veces dan cuenta de la presencia de ansiedad y somatización; son consecuencia de experiencias de estrés crónico o bien se presentan por la sumatoria de estresores agudos”.
El síntoma que aparece con más frecuencia fue el sentirse tenso o alterado (14% de los docentes señala que “lo ha tenido bastante o mucho”, le sigue las náuseas o malestar en el estómago (10%), y en tercer lugar debilidad en partes del cuerpo (8%). A nivel general, 51% de los docentes señala no tener síntomas de estrés.
En relación al síndrome de burnout, los investigadores explican que quienes lo padecen “muestran altos niveles de agotamiento, cinismo e ineficacia”. Los resultados se dividieron en tres grupos: los que no padecen el síndrome, los que lo padecen y no sienten culpa, y los que lo padecen y sienten culpa (crítico). El informe del Ineed marca que “7% de los docentes reporta burnout” y solo 2% tiene el síndrome en un nivel crítico. Inicial y primaria pública encabezan la lista del subsistema con más docentes con burnout con 10% de los encuestados; le sigue secundaria pública con 7%, y educación técnica con 6%. En el ámbito privado, media tiene 5% y primaria 3%.
En cuanto a las enfermedades más frecuentes, aparecen la disfonía o alteraciones de la voz (51%). Luego, con más de 40%, problemas de columna, musculares y gastrointestinales, y cerca del 20% de los docentes reportan obesidad (24%), tendinitis (22%), hipertensión (20%) y colesterol alto (19%).
Bienestar
Basados en el burnout, la dedicación y entusiasmo, y los síntomas de estrés, los investigadores midieron el bienestar. El grupo de docentes con bienestar bajo conforma 26% del total. Estos profesionales presentan “mayores niveles de culpa, desgaste emocional, indolencia y síntomas de estrés, y, a su vez, menores niveles de ilusión por el trabajo y dedicación y entusiasmo. Con las características opuestas se encuentra el grupo con bienestar alto (28%), mientras que el resto de los docentes está en el grupo de bienestar medio.
En educación inicial y primaria pública hay una mayor proporción de docentes con un nivel de bienestar bajo (33%); le sigue secundaria pública (28%), técnica (26%), inicial y primaria privada (16%) y, por último, secundaria privada (15%). 27% de las mujeres presenta un nivel de bienestar bajo, mientras que esa cifra baja a 21% para los hombres. Por otra parte, en el interior del país hay mayor proporción de docentes en el nivel bajo de bienestar que en Montevideo (27% y 23%, respectivamente).
A nivel general los investigadores concluyeron que “menores niveles de dedicación y entusiasmo, mayores niveles de síntomas de estrés y burnout se encuentran asociados con niveles bajos de bienestar”. Además de que “los docentes con menores niveles de bienestar son los que presentan mayor prevalencia de enfermedades”, incluso “muestran mayor prevalencia de enfermedades que la población general”.
Fuente e Imagen: https://ladiaria.com.uy/educacion/articulo/2020/7/9-de-los-docentes-reporta-burnout-segun-estudio-del-ineed/
El pasado 4 de julio, las mujeres del Bloque Antirracista convocaron a una movilizaron en Gonzalo Ramirez y Yaro, en repudio al racismo en Uruguay, en la región y en el mundo, porque el colonialismo se dibuja de múltiples formas y porque no quieren que otres hablen por y en nombre de elles.Compartimos la proclama colectiva leída en la actividad y la cobertura fotográfica de Rebelarte.
«Desde el Bloque Antirracista nos pronunciamos en contra de toda práctica racista, estructural, institucional y simbólica en Uruguay y en la región.
El pasado 25 de mayo de 2020, en la ciudad de Mineápolis, Minniesota (Estados Unidos), George Floyd fue asesinado como resultado de su arresto por parte de cuatro policías locales. Se le detuvo por la sospecha de haber utilizado un billete de 20 dólares falso. George era inocente, tenía 46 años.
Este actuar policial remite a casos anteriores como el caso de Breonna Tylor, el 13 de marzo 2020, de 26 años, técnica en emergencias médicas. Recibió 8 disparos, cuando los agentes ingresaron a su departamento en Kentuchy. Estaban realizando una orden de allanamiento por una investigación de drogas en su edificio, no encontraron nada.
No son casos aislados: basta investigar sucesos para darse cuenta que las manifestaciones de discriminación racial que vivimos les afrodescendientes no son anecdóticas sino que tejen relatos de una historia de violencia estructural, de larga data y sumamente legitimada en las formas de hacer política a nivel mundial.
El racismo culpabiliza, restringe,vulnera y mata.
Ser un hombre afro es sinónimo de peligro y desconfianza para la sociedad y para las instituciones, sin embargo, la realidad demuestra que ser un hombre negro implica estar más expuesto a riesgos, amenazas y represión de toda índole. En concreto, la represión policial se ceba con ellos y la presunción de inocencia no se aplica. Se les trata como culpables en todo momento y se les niegan sus derechos humanos.
El racismo cosifica, violenta, viola y mata.
Ser mujer afro es sumar a lo anterior un fetichismo exacerbado de nuestros cuerpos a través de una hiper sexualización y un despojo continuo de nuestra condición de personas, cosificándonos y tratándonos como mercancía y objetos, reproduciendo lógicas capitalistas y machistas. Las consecuencias para las mujeres negras, base de la pirámide racial, son demoledoras, las opresiones y la violencia de todo tipo (emocional, sexual, física, económica y política) y desde todas las esferas (sociedad civil, instituciones) cobran más fuerza sobre nuestros cuerpos.
No es casual que sean las mujeres afro, las personas más perseguidas y asesinadas de todes les actores involucrades en los movimientos sociales. Se ejemplifica con los casos de las lideresas asesinadas como castigo ejemplarizante para acallar los movimientos sociales.
Estamos aquí en la calle, haciendo frente a ese racismo cotidiano, a la violencia policial, no sólo la norteamericana, la violencia policial y los crímenes policiales que suceden aquí en Uruguay y en la región. En Brasil tenemos el caso de Mical Silva, joven de 11 años baleado y asesinado en la ciudad de Salvador durante acción de la policía militar en el transcurso de este año, entre otros casos que no hacen más que evidenciar que la vida en dicha región no vale nada, y cuando es racializada se hace más evidente.
Las muertes de mujeres activistas y representantes de movimientos sociales que están siendo asesinadas en Brasil y en la región no pasa desapercibido por nosotres, compañeres de lucha. La muerte más cercana de la socióloga, feminista, política brasileña y militante de los derechos humanos, y concretamente de los derechos de las mujeres negras en Brasil, Marielle Franco, PRESENTE!
Los y las indígenas de nuestra región son otra de las caras de este racismo desmedido, que vienen siendo estigmatizados por muchísimos años y en diferentes planos. Los Pueblos Originarios y regiones donde habitan son los más afectados y más abandonados a suerte en el tratamiento de la pandemia por el COVID 19. Y no sólo por los gobiernos. En la propia población, la «sociedad civilizada» que supieron construir, que haciendo gala de una profunda ignorancia, falta de solidaridad, falta de conciencia de todo tipo, esgrime la excusa del virus para marcar «la diferencia» presentándose a la vieja y macabra lucha de pobres contra pobres.
Nos imponen su cultura capitalista, cultura de la escasez, estimulando las peores características del ser humano, pretendiendo desalentar los valores vitales con el sentimiento que mejor han sabido sembrar: el miedo.
Este miedo que mueve estrategias políticas, que en Uruguay está cobrando fuerza. La Ley de urgente consideración (LUC) viene por todes.
La falta de un abordaje urgente en violencia de género y sobre las cuerpas racializadas están a la vista.
La Luc está lejos de profundizar sobre las urgencias de las mujeres y las mujeres afro en particular y sobre la violencia que vivimos. En la que también afecta a los y las migrantes que viven en nuestro país.
Nos preocupa cuáles van a ser las formas de violencia policial que vamos a seguir padeciendo con una ley que buscará profundizar la represión y la criminalización de las cuerpas de las mujeres y disidencias, sobre todo porque en este punto habrá un claro retroceso en Derechos Humanos.
Con la nueva Ley de Urgente Consideración (LUC) ¿qué garantías tenemos como mujeres afro si desde siempre hemos sido estigmatizadas? La habilitación de un desmedido y peligroso uso de la fuerza policial es inminente y nos deja desamparadas. Vulnera nuestro derecho a protesta, a manifestarnos libremente, nos criminaliza habilitando la represión con armas de fuego y legitimando la presunción de inocencia de los efectivos policiales.
Desde el Bloque Antirracista condenamos, repudiamos y nos unimos al dolor y las movilizaciones mundiales que están teniendo lugar por el asesinato de Floyd, pero:
Entendemos necesario y urgente que la sociedad uruguaya profundice y se interpele sobre las prácticas relacionadas con el racismo, la xenofobia y la discriminación. ¿Somos conscientes de que en Uruguay hay racismo? ¿Por qué Uruguay se moviliza y manifiesta ante casos de racismo extranjeros y no lo hace ante los casos denunciados en nuestras fronteras y en nuestro país?
Es algo que ineludiblemente hay que revisar, porque si no lo hacemos seguiremos señalando afuera, pero reproduciendo adentro el racismo que se expresa día a día en nuestra sociedad y en el seno del Estado uruguayo.
El primero de este mes, Gustavo Castro Mercada, joven afro, en situación de calle, muere de hipotermia. Le negaron el acceso a un refugio, lo sacan por la fuerza policial. La respuesta fue el aparato represivo del Estado. Esta vida negra, no importa?
Hace unas semanas, un programa radial de importante audiencia, se burla de personas afro de la ciudad de Rivera, llamándolos «africanitos y bahianos», esos dichos y burlas tampoco importan?
En 2018, se realizó una marcha que convocaba por justicia por el maltrato del joven afro con discapacidad en una estación de servicio. En este hecho los propios compañeros de trabajo, maltrataban al joven afro, atándolo y golpeándolo mientras decían «así tratamos a los negros en Uruguay». A esta marcha, MUY POCAS personas tomaron las calles para decir que esta vida negra importa.
Entonces, ¿Cuáles son los casos de racismo que nos conmueven? ¿Cuáles son las vidas que importan? ¿Son las vidas negras de Uruguay?
Repudiamos la represión policial y su consecuente violencia, la criminalización de la pobreza y la violencia étnico racial a la que nos vienen sometiendo los gobiernos neoliberales en la región. Sabemos que nuestras cuerpas racializadas se convierten en objetivo.
Estamos despiertas,estamos en alerta.
Es preciso que escuchen nuestra voz. Esa tarea implica revisar constantemente nuestras prácticas machistas y sobre todo racistas, ya que, sin revisión continuará existiendo la voluntad de que otres hablen por nosotres y en nombre de nosotres. El colonialismo se dibuja de múltiples formas.
Esta acción busca posicionarse ante la lucha antirracista en nuestro territorio, recordando las voces afros, migrantes e indígenas.
Sepan que, donde habitan nuestros cuerpos habita la lucha antirrracista!»
Fuente e imagen: https://zur.uy/en-nuestros-cuerpos-habita-la-lucha-antirracista-2/
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