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Varios países miran a Uruguay como ejemplo a seguir para la reapertura de clases

Investigación destaca el uso obligatorio de mascarilla, el horario intercalado y el regreso en fases.

América del Sur/Uruguay/LaDiaria.uy

Desde la BBC hasta sitios educativos en Estados Unidos, ya son varios los reportajes que se hacen en distintas partes del mundo sobre cómo Uruguay manejó la crisis sanitaria provocada por el nuevo coronavirus y, sobre todo, cómo logró ser de los primeros países en Occidente en regresar a las clases presenciales. Entre varios factores destacan el reintegro en etapas y las medidas de distanciamiento que impone el protocolo.

En un informe para The Conversation, Bob Spires, profesor asistente de Educación en la Universidad de Richmond, en Estados Unidos, calificó a cuatro países en los cuales las escuelas permanecieron abiertas durante la pandemia o reanudaron las clases presenciales; el mejor puntuado fue Uruguay. Retomando ese informe, BBC Mundo también habló sobre el regreso uruguayo, así como lo hicieron otros medios de la región, como Infobae de Argentina y El Tiempo de Colombia.

Spires en su artículo comparó a Uruguay con Israel, Suecia y Japón, y lo que destacó de la gestión uruguaya fue la “notable adopción temprana y consistente de medidas como el distanciamiento social y las máscaras por parte de los ciudadanos. Su exitosa respuesta ante una pandemia se produce a pesar de su proximidad con Brasil, donde las escuelas permanecen cerradas”.

Según el académico, la clave del éxito está en “el uso estricto de máscaras y el distanciamiento social, tanto en las escuelas como en las comunidades aledañas”. Señaló que “tanto los funcionarios como las familias necesitan datos confiables y actualizados para poder evaluar continuamente los brotes y cambiar el curso rápidamente si es necesario”.

También mencionó como ventaja que el sistema educativo uruguayo sea nacional y no federal, como en Estados Unidos. Sobre su país puntualizó: “Se complica la reapertura de las escuelas en Estados Unidos con sus crecientes casos de covid-19, su capacidad limitada de evaluación y su sistema educativo descentralizado. En Estados Unidos los funcionarios escolares de los 50 estados deben analizar los mismos mensajes politizados y datos confusos que todos los demás para tomar sus propias decisiones sobre dar la bienvenida a los estudiantes y, en ese caso, cuándo y cómo hacerlo”.

En su sistema de calificaciones, Uruguay obtuvo la mayor nota (A) en tres de los cinco puntos: reapertura lenta y en fases, y máscaras y distanciamiento tanto en los centros educativos como en la comunidad. Asimismo, el país obtuvo una B en los otros dos puntos a evaluar: decisiones basadas en información actualizada y comunicación frecuente con los padres.

Por su parte, la BBC destaca que a un mes de iniciar la última de las cuatro fases de reapertura que tuvo el sistema uruguayo, no hubo focos de covid-19 iniciados en centros educativos. A eso hay que agregarle que recientemente se hicieron hisopados a más de 1.000 funcionarios de Primaria y todos dieron negativo.

Según un informe de UNICEF que cita la BBC, el “rápido control” de la pandemia en el país “facilitó la definición del regreso a las aulas”. A su vez, asegura que el rápido retorno educativo en Uruguay se debe en parte al período de virtualidad, que permitió “sostener el componente educativo y el vínculo de los estudiantes con los docentes y la comunidad educativa”. En ese sentido, la referencia ineludible es el Plan Ceibal, que se ha posicionado como ejemplo en la región y se levanta como uno de los pilares del sostenimiento educativo durante la pandemia.

Otros casos

En el estudio de Spires se analiza la situación de otros países que iniciaron la presencialidad o siempre la mantuvieron. En el caso de Israel fue “demasiado, demasiado pronto”, según el autor. Cuando la pandemia llegó a Israel, el gobierno impuso medidas estrictas para combatirla, que incluían la restricción del movimiento de todos los ciudadanos y el cierre de todos los centros educativos. En junio se lo felicitaba a nivel internacional por ser un país que había logrado contener la propagación de covid-19, y había impulsado desde mayo la reapertura de las primeras escuelas con un horario escalonado y la obligación del uso de máscaras y de la distancia social, como en Uruguay. Sin embargo, semanas después, los casos de covid-19 en ese país resurgieron y entre los enfermos había estudiantes y maestros, por lo que actualmente hay cientos de centros educativos cerrados.

Mohammed Khatib, epidemiólogo que integra el grupo de trabajo nacional de covid-19 de Israel, dijo que “la reapertura ocurrió demasiado rápido”, según afirma en el informe de Spires. El problema parece haber sido que el regreso a las escuelas fue una más de las muchas flexibilizaciones que se dispusieron en el país, lo que provocó un pico muy agudo, muy rápido.

Otro de los casos que se analizan en la investigación es el de Suecia. Ese país fue noticia en el mundo por ser de los pocos que apostaron a la responsabilidad individual de sus ciudadanos. De hecho, los centros educativos nunca cerraron y sólo los estudiantes mayores de 16 años podían optar por seguir su educación desde casa. Al parecer, las medidas, que incluyen la máscara facial como un elemento opcional, dieron resultado, porque los casos de infectados no son mayores al promedio de Europa.

El investigador también exploró la situación en Japón, donde en junio se reabrieron las escuelas con estrictas medidas de distanciamiento, máscaras para todos y una alternancia en los días, para no juntar muchas personas en el mismo lugar. Sin embargo, uno de los aspectos en que falla Japón es en la información. Tanto padres como maestros se han quejado de no contar con las herramientas para tomar una decisión consciente al momento de enviar a sus hijos a los centros educativos.

Hay otros casos alrededor del mundo que también advierten sobre el peligro de precipitarse a abrir los centros educativos. Uno de los primeros países en abrir las escuelas este año fue China –aunque también fue donde se originó la pandemia, a fines del año pasado–, donde los resultados no fueron buenos. Un nuevo brote en junio hizo que rápidamente las escuelas volvieran a cerrar y los estudiantes continuaran en la virtualidad. A principios de julio pasó lo mismo en Corea del Sur: tras un brote, más de 500 escuelas cerraron.

Si se analiza la situación en Europa, Francia es el caso más preocupante, porque luego de meses de encierro abrió los colegios el 22 de junio y a los dos días los volvió a cerrar debido al surgimiento de nuevos brotes de coronavirus en todo el país. España, Italia y Reino Unido cerraron todas las actividades durante los meses de verano, y ya anunciaron que esperan volver a las clases presenciales en setiembre, cuando termine el receso.

Fuente:https://ladiaria.com.uy/educacion/articulo/2020/8/varios-paises-miran-a-uruguay-como-ejemplo-a-seguir-para-la-reapertura-de-clases/

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Llegan a Parlamento de Uruguay reclamaciones de maestros

América del sur/Uruguay/06 Agosto 2020/prensa-latina.cu

Diputados uruguayos recibirán hoy a representantes de un gremio magisterial por reclamación de adeudados salariales en un contexto de seguros de paros y un venidero presupuesto con drásticos recortes.
Ante la comisión de Trabajo y Legislación Social comparecerán dirigentes de la Asociación de Maestros de Uruguay (Ademu) para exponer la situación por la que atraviesan y por la que suspendieron actividades laborales hasta que se efectúan los pagos correspondientes.

La secretaria general del sindicato, Daisy Iglesias, que acudirá a la cita agradeció a la ciudadanía por la ‘difusión masiva’ que recibió un video que realizaron para informar la situación en que se encuentran entre 400 y 500 maestros.

Asimismo valoró que también se logró el involucramiento de diferentes organismos públicos, incluyendo la comisión parlamentaria que escuchará las dificultades en el sector de la enseñanza.

En encuentro con la prensa aclaró que se trata de un problema que arranca hace meses, relativo a maestros de práctica a los que tampoco se les pagan complementos desde abril.

Respecto a reproches desde el Ministerio de Educación por la actuación del gremio por los salarios impagos, Iglesias ripostó que los verdaderos intolerantes son las empresas de servicios públicas que elevaron sus tarifas por disposición gubernamental.

Entre las impopulares medidas del gobierno de coalición de derecha tan pronto fue investido el 1 de marzo destacan el aumento entre un 10 y 15 por ciento en electricidad, agua y telecomunicaciones.

Para el viernes se espera en el Palacio Legislativo el ingreso de la propuesta de presupuesto para el nuevo ejercicio fiscal que viene con anunciados recortes de un 15 por ciento en su totalidad sin señales de que se excluya lo correspondiente a la educación.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=387150&SEO=llegan-a-parlamento-de-uruguay-reclamaciones-de-maestros
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La receta de Uruguay para el reabrir las escuelas

Por: Meritxell Freixas Martorell

  • El país sudamericano aplica un “estricto” protocolo que se basa en la no obligatoriedad de asistir a clase y cuidar la distancia social en las aulas y el recreo.

Después de casi cuatro meses con escuelas e institutos cerrados y con las plataformas virtuales como único soporte a la docencia, Uruguay fue el primer país de Latinoamérica en retornar a las clases presenciales. El regreso se dio tras un proceso gradual iniciado con las escuelas rurales a finales de abril y que se completó a principios de julio, cuando también se reactivaron los centros públicos y privados de educación primaria, secundaria y técnica.

Junto con la construcción, el sector educativo fue de los primeros del país en incorporarse a la “nueva normalidad”, tras un intenso debate público, la discusión de protocolos y la tensión entre autoridades, direcciones de centros educativos y sindicatos. Una decisión que respondió al buen manejo que, hasta ahora, el país ha hecho de la pandemia. Desde el 13 de marzo, cuando se decretó la emergencia sanitaria, hasta la fecha, se registran 1.200 casos y 34 fallecidos. Las medidas tomadas tempranamente por el gobierno de Luis Lacalle Pou junto con varias condiciones estructurales, como unos sistemas educativo y sanitario públicos robustos, permitieron gestionar la crisis sanitaria sin necesidad de declarar la cuarentena obligatoria.

La infraestructura de telecomunicaciones uruguaya, que cuenta con un despliegue de la fibra óptica en prácticamente todo el país, permitió el acceso al trabajo virtual en prácticamente todo el territorio. Además, hace varios años se implementó el plan Ceibal para el fomento de las nuevas tecnologías de la información en todas las escuelas que, sin saberlo, preparó al país para enfrentar la crisis. “Se priorizó mantener el vínculo con los niños a través de las plataformas del plan Ceibal, WhatsApp o con visitas a los hogares, y así alcanzamos una vinculación en torno al 95% de la matrícula escolar de los niños de 3 a 12 años”, explica Pablo Caggiani, docente y miembro del Consejo de Educación Inicial y Primaria, un órgano dependiente de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) encargado de las competencias educativas de estas etapas.

Hace casi más de un mes que el proceso de retorno progresivo y gradual concluyó. Los colegios ahora vuelven a estar cerrados, pero esta vez por vacaciones. Alumnos y docentes se toman un respiro mientras transcurren las semanas más frías del año, que en contexto de pandemia dificultan la aplicación de protocolos y exponen a grandes y pequeños a todo tipo de enfermedades, más allá del coronavirus. Un tiempo de descanso que también se aprovecha para evaluar las primeras semanas del retorno.

Un protocolo “estricto”

«El retorno a clases es voluntario. Estamos convencidos de que el riesgo es mínimo y tiene que existir la voluntad de los padres para decidir si los niños participan o no», declaró Lacalle Pou cuando anunció el regreso a la presencialidad.

La Administración Nacional de Salud Pública se encargó de redactar un protocolo con más de 20 artículos que los centros educativos aplican con especial atención en mantener el distanciamiento físico en el aula y el patio. Para ello, cada curso fue dividido en dos grupos y la asistencia presencial, que no es obligatoria, se redujo a dos días a la semana y a un máximo de cuatro horas, y se combina con el aprendizaje online. Los horarios de entrada y salida a clase y al recreo son escalonados y los centros cuentan con alcohol gel, sistemas de ventilación, desinfección de materiales de uso común y uso obligatorio de alfombra sanitaria y mascarillas (para los alumnos de secundaria).

“La aplicación de un protocolo estricto quedó en manos de los directores de cada centro, que son quienes tienen que garantizar las condiciones para su cumplimiento”, señala Antonio Romano, profesor universitario del Instituto de Educación y exdirector de Planificación de la ANEP. “Es una presencialidad bastante compleja y muy diferente de la escuela que se dejó en marzo”, añade Pablo Caggiani.

Entre los criterios para definir el retorno a clases se consideraron aspectos como la desigualdad, la adaptación a los horarios de las familias y mantener la virtualidad para aquellos niños y niñas que no participan de forma presencial. “El promedio de asistencia a más de un mes del retorno ha sido muy bajo. La gente toma precauciones y una de ellas es no mandar a los niños a la escuela”, indica José Olivera, presidente de la Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria (Fenapes). Según datos del Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP), en la primera semana, solo el 48% de los niños convocados asistieron a las escuelas públicas. Un porcentaje que se elevó a un rango entre el 60% y 70% siete días después.

Dificultades e inconvenientes

“Los niños tenían muchas expectativas de volver a la escuela para encontrarse con sus amigos, pero la forma como esto ha ocurrido no ha estado bien y no les hemos consultado”, opina Antonio Romano. El docente enumera algunos “inconvenientes” del regreso a la presencialidad, como la desconexión de muchos estudiantes y familias tras permanecer tanto tiempo en casa –”se desvincularon de la propuesta escolar”, precisa–; las dificultades para las escuelas de barrios más pobres; o los problemas prácticos para la implementación del protocolo: “Exige ventilación, pero estamos en pleno invierno”, apunta. “El primer día de clase había cuatro grados y teníamos las ventanas abiertas mientras los estudiantes se congelaban sentados en sus bancos con las mascarillas puestas”, recuerda Alejandra, profesora de secundaria y orientadora pedagógica. La docente, que terminó enferma después de estos primeros días de clase, insiste: “Tuve que mandar mensajes a los padres para avisarles que mandaran a los niños como si fueran a estar a la intemperie y quietos”. A su parecer, “hay una enorme improvisación porque las directivas no han sido claras” y “las formas de implementación están alejadas de la realidad”.

“Hemos tenido que hacer una ingeniería de reacondicionamiento de las escuelas para que los niños pudieran mantener las distancias dentro de las aulas”, exclama Elbia Pereira, secretaria general de Federación Uruguaya de Magisterio de Trabajadores de Educación Primaria o FUM-TEC, que reúne 25.000 afiliados docentes y no docentes de todo el país. La dirigente sindical destaca el “doble esfuerzo” de los docentes, que llevan a cabo el trabajo presencial y virtual, lo que conlleva una sobrecarga laboral importante.

Desde el punto de vista pedagógico, Pereira considera que los aprendizajes “son muy dispares y distintos” comparados con la etapa previa a la pandemia. Por eso, opina que “no se deben comparar resultados” y es tajante en su conclusión: “Nada sustituye la presencialidad del docente en el aula”.

Hasta ahora, ningún centro escolar de Uruguay se ha visto obligado a cerrar por contagios de COVID-19 y solo han interrumpido nuevamente las clases los colegios con presencia de focos comunitarios cerca. Sin brotes en los centros educativos y considerando la necesidad de mantener la escuela presencial, el gobierno apuesta ahora por aumentar los días y extender los horarios de docencia después de las vacaciones de invierno. “Cuando las familias entienden que los centros cuentan con las medidas de higiene necesarias y que los funcionarios proceden con mucha responsabilidad, se logra que los estudiantes vuelvan”, dijo Robert Silva, autoridad de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP). A partir del 3 de agosto el país dará un paso más para normalizar la rutina escolar que el virus puso a prueba.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/2020/08/05/la-receta-de-uruguay-para-el-reabrir-las-escuelas/

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Uruguay: Desde el lunes se amplían días y horarios de las clases presenciales

América del Sur/Uruguay/02-08-2020/Autor(a) y Fuente: www.republica.com.uy

A partir del lunes, se comenzarán a ampliar los días y horarios de las clases presenciales. La medida está diseñada para que los escolares tengan al menos cinco días de presencialidad cada dos semanas.

Los niños que van a escuelas de tiempo completo tendrán clase los 5 días de la semana, en vez de 2, y se los dividirá en dos turnos.

En las otras escuelas, los niños tendrán 5 días de clase cada 2 semanas y se permitirá un máximo de 4 horas por día de clase.

En Secundaria y UTU se le pedirá a cada centro que adopte medidas para incorporar más días.

El presidente del Codicen, Robert Silva, dijo a Informativo Carve del Mediodía que aún no está sobre la mesa la posibilidad de instrumentar la obligatoriedad en la concurrencia de los alumnos, ya que “el principio de obligatoriedad cede ante el principio de libertad” por la situación sanitaria.

En referencia a la asistencia, Silva señaló que en Secundaria un 71% de alumnos concurre a clase, en UTU lo hace un 60%, mientras que en Primaria la cifra ronda el 65%.

La situación que preocupa a las autoridades es la concurrencia de los alumnos de las escuelas Aprender, porque son los que menos asistencia tienen.

Fuente e Imagen: https://www.republica.com.uy/desde-el-lunes-se-amplian-dias-y-horarios-de-las-clases-presenciales-id778770/
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Uruguay, el suicidio como derrota social. Estudio

Sin bordear ni barrerlo bajo alfombra, el tema del suicidio se visualiza en Uruguay e inclusive se le dedica cada año un día en el mes de julio para reflexionar sobre semejante dolorosa problemática.

 

Tanta atención merece al tratarse del país con mayor tasa de autosupresión de la vida, 20 de cada 100 mil habitantes, en la región de pertenencia.

De acuerdo con integrantes del grupo de especialistas en comprensión y prevención de la conducta suicida de la Universidad de la República (Udelar), Uruguay viene registrando un incremento sostenido en los últimos 30 años.

En los 1990 eran cerca de 500 personas por año las que acometían esos actos extremos, en los 2000 más de 600 y en la actualidad sobrepasan los 700.

Las cifras que registra el Ministerio de Salud Pública y que sigue de cerca el fenómeno apuntado muestran que la incidencia masculina es mucho mayor, con tres de cada cuatro suicidios, pero en una reversión de tendencia el 75 por ciento de los intentos corresponden a mujeres mientras los hombres superan en los consumados.

En el marco del Día Nacional de Prevención del Suicidio de 2020, el ministro del ramo, Daniel Salinas, catalogó esta problemática como ‘una pandemia que se lleva muchas vidas’, que corre pareja a la de Covid-19.

Agregó que parece necesario tratar este tema, en especial, en momentos de pandemia de virus, en los cuales se acentúan sentimientos como soledad, angustia y depresión, y por tal motivo, explicó, se reforzaron las líneas de contención telefónica y otras medidas específicas ‘que tienen impacto significativo en la receptividad por parte de la población’.

A propósito un estudio de la Facultad de Psicología de Udelar señaló que en la pandemia en curso la salud mental de los uruguayos ‘se deterioró, afloró la depresión y la ideación suicida’.

Por lo menos 37,8 de quienes participaron lo manifestaron y aunque los investigadores advirtieron que la cifra ‘hay que tomarla con pinzas’, dejó ‘una pista de que ese malestar es muy alto’.

Pero el profesor adjunto de Psicología Clínica, Hugo Selma, admite que ‘la salud mental, en general, es un agujero negro y no se le da el énfasis merecido’, y reflexiona que ‘se ha paralizado un país por 34 muertes (y probablemente muchas más que se evitaron), pero por año mueren más de 700 por suicidio y el dato nos pasa desapercibido’.

Para el psiquiatra Ricardo Bernardi el virus en sí, las muertes y la pérdida de un familiar describe una primera ola de afectación, le sigue una segunda del miedo a la recesión y el impacto económico y una tercera ola que involucra a la postergación de proyectos o incluso de consultas médicas que no fueran de urgencia.

Y todo esto, dice, va sedimentando para una cuarta ola que es la repercusión mental.

La Organización Mundial de la Salud estima que el 4,4 por ciento de la población padece depresión, y de ahí que según Selma, ‘en Uruguay estamos ante un problema grave’.

Desde el Área de Salud mental del ministerio se registró en 2019 un total de 723 suicidios, un guarismo bastante superior al de las muertes provocadas por siniestros de tránsito, que sumaron 422 en el mismo período.

Otro dato más lamentable refiere a que en los jóvenes menores 29 años, se percibe son unos 150 por año los que se suicidan.

Una de esas prematuras muertes motivó entre otros jóvenes en 2017 un especial movimiento que bajo el nombre de Te veo mañana (TVM) busca hablar del tema de forma más real y cercana con las personas, a partir de interrogantes como ¿estamos haciendo algo para prevenir?

El objetivo de TVM es lograr una prevención en primera instancia, a través de la concientización y desmitificación de todo lo referido a la salud mental, especialmente del suicidio.

Uno de los principales fines es empoderar a las personas, para que sepan que ellas también pueden ser agentes del cambio poniendo el tema sobre la mesa en un espacio libre de prejuicios.

Suele hacer talleres a demanda, en instituciones tanto públicas como privadas en Montevideo y el interior del país, y si bien se apunta primariamente a adolescentes y jóvenes, se realizaron también para personas mayores, e incluso en una oportunidad a profesionales de la salud.

En el enfoque del sociólogo, investigador y docente en la Udelar, Pablo Hein, se debe tratar el suicidio como ‘derrota social’, y que no hay nada que festejar en la tradicional jornada de los 17 de julio en el décimo país con las peores cifras al respecto y el segundo en América Latina.

Durante una reciente entrevista con el semanario Caras y Caretas se mostró profundamente preocupado por ‘esa curva de suicidios que -con algunos altibajos- sube ininterrumpidamente en Uruguay’.

Sostuvo que se cayó en un enfoque cuantitativista y frívolo del tema que ‘nos permite sentirnos más cómodos y golpearnos el pecho un momento y después proseguir sin sacar conclusiones de la enormidad de los que perdemos, que un compatriota se nos vaya cada 11 horas por esa causa’.

El crítico académico aboga por copiar lo que se está haciendo en países de Europa que tuvieron éxito en sus estrategias de contención y les fue bien con el manejo de lo que llaman el ?currículum emocional’ de las personas, en lugar de remitir el tema al ámbito sanitario, a la psiquiatría sin percibir que es un problema de todos.

Con firmeza expuso que ‘si hiciéramos una autopsia psicológica de los procesos que conducen al suicidio, siempre llegaríamos a un fondo social y cultural’ y ante una persona cercana que se suicida ‘siempre hay una claudicación de la solidaridad y de los afectos y debemos sentirlo como una derrota social que nos involucra a todos’.

Sin embargo una reciente encuesta promovida por el Sindicato Médico ante un proyecto de Ley de un diputado del oficialista Partido Colorado para legalizar el suicidio asistido arrojó un 62 por ciento de opinión ciudadana a favor.

¿Otra señal de derrota social?

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=385359&SEO=uruguay-el-suicidio-como-derrota-social
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Uruguay: Inefop suspendió más de 10.000 becas económicas del programa Uruguay Estudia

América del Sur/Uruguay/Ladiaria.uy

El instituto alega falta de información sobre el rendimiento, mientras que ANEP asegura que se entregaron todos los informes solicitados.

10.115 fueron las solicitudes de apoyo económico que envió la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) al Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop) para este año en el marco del programa Uruguay Estudia. Inefop dice no contar con la información necesaria para renovar el convenio, mientras que la ANEP responde que entregó todos los datos requeridos.

El programa Uruguay Estudia lo lleva adelante la ANEP, el Inefop financia los apoyos económicos, y la coordinación entre las partes corre por cuenta del Ministerio de Educación y Cultura (MEC). El objetivo es “brindar orientación y apoyo pedagógico a través de tutorías, para la culminación de ciclos educativos a personas jóvenes y adultas que dejaron de asistir a la educación formal”.

Estela Alem, responsable de la Dirección Sectorial de Educación de Jóvenes y Adultos de la ANEP, que coordina el programa, aseguró a la diaria que la decisión de Inefop de no financiar las becas este año “fue una sorpresa”, porque el procedimiento no varió con respecto a años anteriores y los resultados siguen siendo “excelentes”.

Por su parte, el representante del MEC en el directorio de Inefop, Guillermo Dutra, explicó a la diaria que “la gerencia de Formación Profesional de Inefop elaboró un informe en enero y aconsejó a este Consejo Directivo que se debería tener más información respecto al pago de las becas, en temas como los informes de resultados y trayectorias de los beneficiarios, informe de proyección, conteniendo descripción y pertinencia de cada una de las poblaciones atendidas, fundamentación de los criterios de asignación de las becas y un protocolo de administración, con roles y contrapartes en cada etapa del proceso de gestión”.

Según Dutra, el Consejo Directivo anterior de Inefop le solicitó esa información a la ANEP, por intermedio del MEC, y como “hubo una demora por parte de la ANEP” en la respuesta, “este programa se quedó sin financiamiento para el año 2020”. El representante detalló: “Como Consejo Directivo nos encontramos con una recomendación en la cual se hacía un llamado de atención sobre la falta de información que había con respecto a la aplicación de la beca, y sobre todo en los mecanismos de control. Nos respondieron en junio, cuando teníamos el presupuesto 2020 ya armado; en abril asumimos y sin esta información tuvimos que avanzar sobre las prioridades que teníamos definidas”.

Sin embargo, Alem asegura que la información solicitada fue brindada y que los resultados respaldan el programa. Según explicó la directora, el procedimiento normal consiste en entregar los resultados académicos de los estudiantes antes de fin de año, porque las becas se aprueban en las primeras sesiones de enero del Consejo Directivo de Inefop. Esto implica que los informes no estén cerrados, porque el período lectivo abarca los exámenes de febrero.

Este año Inefop esperó hasta marzo para obtener los resultados finales y tomar una decisión. Entre tanto, “nos hicieron varias preguntas a través del MEC y todas se respondieron, aunque siempre eran detalles de la planilla, algún nombre que no coincidía o una cédula incompleta”, afirmó la directora.

Gonzalo Baroni, director de Educación del MEC, dijo a la diaria que respecto de la situación no tiene “mejor información que Inefop o ANEP”, organismos a los que consideró “los directamente involucrados en el tema”.

¿De cuánto estamos hablando?

Según Alem, “estas becas económicas son necesarias de verdad” y las respaldan los “muy buenos” informes de impacto. “Hay un porcentaje altísimo de la población que tiene buenos resultados educativos, es un promedio superior al 80% de éxito educativo, claramente superior a la población que no recibe becas. Hay un impacto positivo en la trayectoria y en la continuidad educativa” de los beneficiarios. Este resultado, agregó, “se demuestra todos los años, de todas las maneras posibles, en todos los componentes que reciben esta beca”.

Alem recordó que los problemas con los apoyos económicos al PUE comenzaron a fines del año pasado. Según la directora, pasada la primera mitad del año, llegó un comunicado desde el Inefop que afirmaba que las becas aprobadas en enero se iban a reducir, alegando que “están sujetas a disponibilidad”. “Por eso ya el año pasado algunos estudiantes se quedaron sin su prestación. Fundamentamos e insistimos en la importancia de que todos la recibieran, pero no se llegó a volver a tenerlas y este año directamente no dieron ninguna”.

La solicitud que hizo la ANEP para 2020 responde a las necesidades de cada subsistema; el Consejo de Educación Técnico Profesional advirtió que necesitaba aumentar el cupo, por lo que se pasó de poco más de 8.000 becas en 2019 a 10.115 en 2020. Sobre esto Alem comentó: “Sabíamos que podían decirnos que no había margen para aumentar más, pero lo que no esperábamos nunca es que no dieran ninguna”.

El monto que se solicitó a Inefop asciende a 186.618.000 pesos, similar al de años anteriores; el ex director general de Inefop Eduardo Pereyra había destacado en la presentación de las becas de 2019 que 10% de los ingresos de Inefop son invertidos en las becas de apoyo a la educación.

Sobre la situación actual Dutra comentó: “Estamos con un déficit importante, reviendo prioridades. Claramente es a los grupos en situación más vulnerable a los que más nos interesa apoyar, y los jóvenes se destacan como un grupo objetivo”.

Según adelantó el representante del MEC en Inefop, “hay que hacer una evaluación del impacto del programa, ver si los móviles que llevaron a promocionar este programa se mantienen vigentes y si la forma de instrumentarlo debe mantenerse en los mismos términos”. También agregó que este tema es algo que “está pendiente de trabajo con la ANEP: para 2020 ya no tiene presupuesto, hay que ver para después”.

Fuente: https://ladiaria.com.uy/educacion/articulo/2020/7/inefop-suspendio-mas-de-10000-becas-economicas-del-programa-uruguay-estudia/

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Alerta feminista: distintas formas de violencia letal contra mujeres

América del Sur/Uruguay/Ladiariauy

Una nueva alerta feminista tuvo lugar en el Centro de Montevideo. Por la avenida 18 de Julio circularon cientos de mujeres exigiendo el fin de la violencia contra las mujeres.

En esta oportunidad se recordó a tres mujeres asesinadas en distintas circunstancias.

El femicidio de Oriana Oviedo ocurrió en Barcelona, España. Tenía 20 años y fue asesinada por su pareja, Germán González, de 35 años, también uruguayo, en el apartamento que compartían. La atacó con un arma blanca frente a su hijo de tres años. Su familia en Uruguay reclamó la repatriación de sus restos y el traslado del niño a nuestro país.

Mayra Acosta tenía 36 años y fue desaparecida los primeros días de diciembre de 2019. Su familia presentó la denuncia en enero y fue considerada por el Ministerio del Interior como una “persona ausente”. Algunos de sus restos óseos aparecieron en junio próximos a un contenedor en el barrio La Unión, en Montevideo. El resto de sus huesos aparecieron en una fosa séptica del barrio.

En la alerta también se reclamó por una mujer que fue encontrada calcinada en la intersección de Camino Tomkinson y Las Pitas, en un descampado a metros del arroyo Pantanoso, en Montevideo. En el lugar también se encontró ropa de la víctima y una bolsa de supermercado con pertenencias. El caso está siendo investigado por la Fiscalía.

Fuente: https://ladiaria.com.uy/feminismos/articulo/2020/7/alerta-feminista-distintas-formas-de-violencia-letal-contra-mujeres/

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