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La filosofía educativa en el ámbito universitario

Por: María Alejandra Rodríguez.

 

Resumen

La educación superior en Venezuela, como fundamento formativo para el desarrollo educativo, cultural, filosófico y  social puede ser un punto de referencia crucial  en función de la construcción de una sociedad humana, justa y libre. Los pedagogos y filósofos de renombre  suelen ser considerados como idealistas cuyas propuestas  han sido sueños ingenuos, pero que al final han influenciado en la creación de nuevos modos educativos. Se trata de educar más allá del bienestar individual y colectivo propuesto por una sociedad del éxito personal y del consumo, trabajar en función  del porvenir de la civilización y la supervivencia de la raza humana y del planeta; ya que una persona consciente de su compromiso existencial puede alcanzar grandes logros e impactar en el bienestar de los demás gracias a un humanismo trascendental y verdadero. Por eso la educación universitaria debe considerarse como el modo formativo humanista para emprender cualquier objetivo elevado, verdaderamente humano, comunitario y social, sea a través del currículo de carácter ético-espiritual de todas las profesiones, o de una formación filosófica en torno a las dimensiones antropológicas existenciales del sentido de la vida desde el compromiso social.

Palabras clave: Educación Universitaria,  Filosofía, Compromiso, Humanismo.

Abstract

The highest education in Venezuela as basis training to the educative, cultural, philosophic and social development can be a very important reference point in function to the building of a human, just and free society. The philosophers and pedagogues used to be considered as idealist which proposals have been naïve dreams, but that it has influenced in the creation of new educative ways. It’s treats to teach beyond to the individual or collective wellness proposed by a society of personal success, to work in function of the civilization future and the survival of the human beings and the planet; because of a person aware of his existential commitment can achieve big goals and impact in the wellness of others thanks to a true and transcendental humanism. That’s why the university education should consider as the humanist training mode to begin any high objective, human, communitarian and social, either through the curriculum of the ethic-spiritual character of every professions or a philosophic training around the existential anthropologic dimensions  of the life sense since the social commitment.

Key Words: University Education, Philosophy, Humanism.

La  educación superior es hoy uno de los retos más trascendentales para filósofos y educadores; y representa uno de los retos antropológicos y sociales más trascendentales. Al parecer las asignaturas actuales no responden a las verdaderas necesidades humanas en cuanto a su formación existencial, o búsqueda de sentido de la vida misma; las asignaturas apuntan hacia el “Hacer”, dejando de lado, y casi en el olvido, las dimensiones del “Ser” de los estudiantes. Sin duda, se está muy lejos, en la Venezuela actual,  de vivir en armonía con nuestros semejantes y no hemos conseguido razones existenciales para el compromiso social, como elemento esencial del ser humano concebido desde la antropología del encuentro, quedando en el fondo, un vacío existencial que reclama ser allanado desde el ámbito de la formación universitaria desde los planteamientos de la filosofía.

Por esto, desde una actitud fenomenológica y existencial, el hombre de la sociedad actual se plantea las preguntas sobre el sentido de la vida: ¿Qué es la vida? ¿Qué es la muerte? ¿Qué es el hombre? ¿Qué es la felicidad? ¿Por qué la muerte? ¿Por qué la injusticia? ¿Por qué el amor? Evidentemente, en el ámbito universitario, las preguntas surgen de un yo personal propio del joven estudiante quien se encuentra sumergido en la vorágine de la sociedad del siglo XXI. En este contexto,  Gevaert (1976) plantea lo siguiente:

Los interrogantes sobre la esencia del hombre y sobre el significado de su existencia, tanto hoy como en el pasado, no nacen en primer lugar de una curiosidad científica, encaminada al aumento del saber. Los problemas antropológicos se imponen por sí mismos, irrumpen en la existencia y se plantea por su propio peso. La existencia, al hacerse problemática, requiere una respuesta y obliga a tomar posiciones (p. 14)

Los intereses de la sociedad actual, dentro de la cultura de Occidente,  se han encausado al desarrollo de la  ciencia en función de la tecnología, economía y a la globalización de un modo particular de modelo antropológico centrado en el éxito personal como horizonte existencial, en donde solamente importa el yo-egoísta por encima de lo comunitario y social, enfocados en un modo filosófico totalmente envuelto en el pragmatismo. En este contexto, Barbera (2005) sostiene la dificultad de valorar la formación filosófica en la universidad pragmática, tecnológica y comercial propia de la sociedad capitalista actual:

Reflexionar acerca de la importancia de la Filosofía, dentro de una sociedad sumergida hasta el alma en el Pragmatismo más crudo que se haya vivido a lo largo de la historia de la humanidad, puede resultar un esfuerzo que probablemente carezca de significado , el recuerdo insignificante de  un momento de la vida universitaria, donde un profesor del montón habló de una asignatura del Pensum de estudio, referente a cosas extrañas y ajenas a la vida  real, no sólo de los estudiantes, sino de  la casi  totalidad del profesorado; tal vez, ajena y extraña de la vida concreta de los mismos profesores del Departamento de Filosofía, quienes muchas veces  reducimos la Filosofía a la utilidad que nos produce. Nosotros tendríamos que ser los primeros en hacernos la pregunta sobre la importancia de la Filosofía, pero, en el “Pensum de la vida misma. (p. 241)

Es decir, el crecimiento personal, humano, antropológico, existencial carece de interés por parte de una universidad al servicio del pragmatismo de la sociedad actual, la formación filosófica, ética, social, comunitaria, vocacional ha sido opacada por la formación técnica y comercial. El problema de fondo parece ser que no existe interés real, no solamente a nivel de discurso, que invierta espacio y tiempo en la formación humana de los diferentes egresados de las universidades venezolanas. ¿Hasta cuándo debemos esperar para empezar a construir una nueva sociedad, un nuevo ser humano comprometido vocacionalmente con la comunidad, con la sociedad y con el bienestar del planeta Tierra? Y sin dar la espalda a la realidad,  ¿Cómo educar para combinar tecnología y humanismo? Sin duda, la formación filosófica, desde las dimensiones antropológicas centradas en la trascendencia del compromiso como modo de existencia, conllevan a la trascendencia de la formación reducida al hacer tecnológico.

Hacia una formación existencial desde lo humano

Se tiene la convicción epistémica de que la Educación formal en el nivel superior, está plenamente justificada cuando se orienta al mejoramiento, tanto en cantidad como en calidad del sistema productivo de un país; es decir, la ciencia se convierte en tecnología y comercio; a pesar de que “la Universidad como formadora de generaciones futuras de profesionales y la Industria como lugar de producción en serie de bienes son realidades diferentes en cuanto a objetivos, lenguaje, valores, organización y percepción de procesos de formación humana. No resulta tan evidente lo homogéneo en cuanto a su naturaleza entre el mundo industrial y comercial, y las aulas de clases universitarias.

La estrecha unidad que se supone debe existir, se ha formulado desde un pragmatismo antropológico que gira en torno a la producción, la ganancia y el correspondiente éxito personal como sujeto que lleva adelante los procesos del capitalismo actual, que ha obviado el carácter humanista de la formación universitaria.

Hace mucho que se induce al hombre moderno a tener una visión economicista de la historia y del futuro personal y de la humanidad. Este sometimiento de lo humano a lo económico y tecnológico, empieza a provocar en el ámbito mundial resultados catastróficos a nivel planetario y de justicia social, tal como lo señala Solana (2012), en su llamada a volver a lo humano, a lo existencial:

Es necesario -a pesar del “mundo globalizado que demanda una respuesta directa e innovadora en relación con la ciencia y la tecnología”-, volver a los objetivos originales: aquellos que hicieron que la escuela, como institución rectora de la sociedad, llegara a existir, aquellos que enseñaron Aristóteles, Rousseau, Dewey y Kant entre tantos otros; al menos socializarlos, colocar al ser humano como elemento prioritario, por encima de las máquinas. (p. 42)

“Dentro de este contexto de reflexión filosófica y social, en búsqueda del sentido humano que pueda permitir la sociedad actual, Córdova (2009) apunta hacia la denuncia de las injusticias del hombre contra el hombre que  produce el pragmatismo llevado a sus últimas consecuencias:

Nuestra producción ha crecido en los últimos años, pero este crecimiento no ha permitido aún cambios significativos para el bienestar humano y la justicia social”; persiste la pobreza, la carencia de alimentos y de vivienda; sin embargo, se ha incrementado la delincuencia y la paz social se ve, más que nunca, seriamente amenazada. “No podemos seguir midiendo el mejoramiento de una sociedad sólo por el número de productos y de servicios que se ofrecen para su consumo. ” (p. 97)

Si se concibe el desarrollo de una sociedad como la capacidad de las personas para elevar, individual y colectivamente, la calidad de su vida, la educación humanista cobra la prioridad que le corresponde entre las acciones que realiza el Estado moderno. La persona humana es por excelencia el centro y razón de ser de la universidad. No se trata solamente de egresar “peones sociales”; sino seres humanos en el más trascendental sentido de lo humano; el ser humano no puede ser reducido a un hacedor, a una cosa producida en serie, el hombre es trascendencia en sí mismo, y su calidad de vida se da en el ser, en esa dimensión trascendental de la existencia, y no en el laborar mecánico con el cual se conforma el pragmatismo tecnológico.

Lo dado como “algo”, reduce al hombre a una cosa, y el hombre es un ser personal, un ser para la trascendencia, de eso se trata el sentido antropológico de lo educativo en las universidades formadoras de la juventud venezolana. Dentro de este marco reflexivo, Morales (2005) expresa el verdadero sentido trascendental y personalista como eje orientador del proceso educativo en todos los niveles de la educación formal:

En segunda instancia, educar para la trascendencia requiere ver el sentido de lo educativo, la perspectiva a desarrollar implica la educación como espacio tiempo de trascendencia, a ello se refiere el autor como el punto clave donde se deslindan otros aspectos como superar la estructura academicista y de didácticas centradas únicamente en el conocimiento como finalidad. La trascendencia surge en el compromiso de establecer lo humano como centro único de interés, el aula se convierte en encuentro de subjetividades, el otro no es visto como la negación del yo sino como fundamento de apertura a un tú. Trascender es apropiarse de la expectativa de futuro que posee el otro y generar la alteridad. El problema es que el costo de la trascendencia es el compromiso ontológico, un sujeto que emerge después de la postmodernidad con todo la esperanza de seguir siendo. Nadie podrá eliminar la “necesidad” perenne del ser humano por realizarse, ni siquiera un psicologismo reductor a una conciencia animal.  (p. 67)

Desde el paradigma positivista y pragmático, se concibe que los objetivos del sistema industrial se ajustan a la vida concreta de los seres humanos, quienes son formados como piezas del sistema de producción, que no poseen rostros, ni nombres propios, y que al final son remplazados como cualquier pieza de la maquinaria. De hecho, si se impone el positivismo pragmático de la filosofía de la producción y comercialización del actual sistema social; entonces, nuestras vidas carecerán de existencia, estarán al servicio de la maquinaria de producción y de comercialización; y en el fondo, esos serán los objetivos reales, más allá del currículum de la educación superior. De este modo el tener y el hacer en función de ese tener constituirán el verdadero marco de filosofía antropológica desarrollada en las universidades venezolanas.

Si, por el contrario, el sistema industrial y de comercialización es sólo una parte de la vida, y no la vida misma; entonces, lo humano emerge en modo espiritual, cultural y trascendental; aparece la familia, la comunidad, el  compromiso social como horizontes existenciales de la vida; es decir, aparece la antropología del ser. Así, pues,  los valores estéticos, morales, espirituales, tendrían preferencia; quienes dediquen su vida al compromiso de la formación filosófica, antropológica y existencial, no estarán sujetos a los fines reduccionistas del sistema comercial e industrial; sino que éste estará subordinado a los objetivos elevados del ser humano y sin duda, habrá más oportunidad de descubrir el humanismo real, comprometido en lo comunitario, social y planetario, tal como lo señala Morin (2000) al referirse al pensamiento complejo, el cual exige la capacidad de sinceridad epistémica y existencial en la comprensión de la naturaleza real del universo, como lo expresa en Los siete saberes necesarios a la educación, donde plantea un modo distinto de ontología y de la antropología filosófica correspondiente como modo alternativo de entender lo humano como habitantes de un mismo hogar planetario, biológico y universal:

Estamos en un gigantesco cosmos en expansión constituido por miles de millones de galaxias y miles de millones de estrellas y aprendimos que nuestra Tierra es un trompo minúsculo que gira alrededor de un astro errante en la periferia de una pequeña galaxia de suburbio. Nuestro planeta erra en el cosmos. Debemos asumir las consecuencias de esta situación marginal, periférica, que es la nuestra. Como seres vivos de este planeta, dependemos vitalmente de la biosfera terrestre; debemos reconocer nuestra muy física y muy biológica identidad terrenal (p.53)

Se trata de cumplir prioritariamente con los objetivos humanos, sin descuidar aquellos que nos permitirán vivir dignamente como familia, comunidad, nación y sociedad humana. De hecho, sería muy razonable pensar que cuanto mejor sea nuestro nivel de vida en el sentido estrictamente humano, más allá de la vida por el tener; mejor podremos enfocar las actividades destinadas a producir los mismos bienes que requiere la sociedad a través de sus procesos de industrialización, ya sea incrementando bienes o mejorando servicios. Ciertamente, al priorizar la formación humanista se promueve la formación de un mejor profesional, porque se atienden los aspectos más importantes como compromiso vocacional, con sentido existencial de la vida misma. Se trata de producir con sentido humano. Lo que requiere no hombre seriados, sin personalidad; sino, de seres realmente humanos, cuyo trabajo sea humano y con sentido trascendental.

 

Bibliografía

Barbera, G (2005) Sobre el Concepto y la Importancia de la Filosofía. Revista Ciencias de la Educación  Nº 26.  Editorial. Universidad de Carabobo. Valencia-Venezuela.

Córdova, E (2009) “Principios de la Educación humanista” Revista Magistralis, Abril. Universidad Iberoamericana-Puebla.

Gevaert, J. (1976) El problema del hombre. Salamanca: Sígueme.

Morales (2005) Fundamentos Epistemológicos para la Educación más allá de la Postmodernidad. Educar para la Trascendencia. Artículo publicado en la revista Anthropos – Venezuela

Solana, Fernando (2012). XX Sesión de la Conferencia General de la UNESCO, en París el 26 de octubre de 1978 y publicado por la SEP.

Fuente del artículo: http://www.eleutheria.ufm.edu/ArticulosPDF/161221_MARodriguez_La_Filosofia_Educativa.pdf

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El Pensamiento Complejo y el Paradigma de la Modernidad (Más allá del materialismo de Edgar Morin)

Por: Prof. Gerardo Barbera.

RESUMEN

El estudio de las obras de Edgar Morin es un proceso de investigación que implica abarcar áreas como la ontología, antropología, sociología, ética y educación, como un sistema único y complejo de alternativas filosóficas, con implicaciones epistémicas, antropológicas,  sociales y educativas. Morin plantea un saber centrado en la complejidad ontológica y epistémica, como estructura sistémica de la conciencia del sujeto, comprendido en unidad  con todos los seres vivos del ecosistema planetario, y en unidad onto-cósmica con el universo.  Sin embargo, no obstante a presentar la Complejidad como alternativa al paradigma positivista, el problema del Ser Trascendente en su relación con el hombre, no ocupa lugar alguno en las propuestas de Morin, como dimensión esencial antropológica  del Pensamiento Complejo, lo cual  ha motivado a proponer la posibilidad de complementar lo inmanente de las alternativas morianas, desde una antropología trascendente abierta a la esperanza espiritual que se postula como sentido de la existencia.

Palabras Clave: Pensamiento Complejo; Paradigma Positivista; Materialismo; Trascendencia.

 

THE COMPLEX THINKING AND THE PARADIGM OF MODERNITY

(BEYOND THE MATERIALISM OF EDGAR MORIN)

SUMMARY

The study of the works of Edgar Morin is a research process that involves covering areas such as ontology, anthropology, sociology, ethics and education, as a unique and complex system of philosophical alternatives, with epistemic, anthropological, social and educational implications. Morin proposes a knowledge centered on ontological and epistemic complexity, as a systemic structure of the subject’s consciousness, understood in unity with all living beings in the planetary ecosystem, and in an on-cosmic unity with the universe. However, despite presenting Complexity as an alternative to the positivist paradigm, the problem of the Transcendent Being in its relationship with man does not occupy any place in Morin’s proposals, as an essential anthropological dimension of Complex Thought, which has motivated propose the possibility of complementing the immanent of the morian alternatives, from an open transcendent anthropology to the spiritual hope that is posited as the meaning of existence.

Palabras Clave: Complex Thought; Positivist paradigm; Materialism; Transcendence.

La insuficiencia epistémica del Positivismo

Estudiar las obras de Edgar Morin deja huellas  en la propia episteme de vida de quienes se acercan a las propuestas del Pensamiento Complejo. De hecho, la visión epistémica del paradigma científico de la Modernidad dejar de ser la misma, y la simplicidad ontológica del positivismo que se pretende imponer en el área de las investigaciones sociológicas, psicológicas y filosóficas se cuestiona de modo radical desde el Pensamiento Complejo.

Desde las alternativas presentes en el Pensamiento Complejo, se logra comprender un modo de investigar más acorde con la problemática de la existencia personal, sin quedar atrapado entre los límites de en un método analítico y castrante del paradigma positivista. El método experimental se entiende como lo que es: una herramienta, y no “La Herramienta”

Por un lado, en cuanto  al contenido académico, las nuevas posturas desde el Pensamiento Complejo invitan a cuestionar, desde lo epistemológico, los fundamentos de la lógica racional positivista en su pretensión de imponerse como único lenguaje académico; y, en consecuencia, se cuestionan aquellos diseños de investigación en el área humanista que no van más allá de los repetidos “pasos experimentales”: Planteamiento del Problema. Objetivos, Marco Teórico, Marco Metodológico, Aplicación de Técnicas de Recolección de Datos, Cuadro Estadísticos, Análisis de los Resultados, Conclusiones y Recomendaciones.

Además, cabe señalar, que desde el Pensamiento Complejo, se cuestionan las propuestas del estructuralismo  social, en cuanto pretenden ser el modo casi único de explicación del desarrollo histórico de la humanidad; una sociedad entendida como una gran maquinaria, donde cada ser humano solamente cumpliría una función impersonal, y la opción antropológica se reduciría al rol social,  tal como lo señala Blanquart (2011) al referirse a la ausencia de lo verdaderamente humano de la teoría estructuralista: “Aquí el hombre no es más que un lugar de paso de las fuerzas de un mecanismo a escala de una ciudad o de mundo” ( p. 451)

Desde las alternativas del Pensamiento Complejo toda propuesta ontológica, epistémica y antropológica; y sobre todo, educativa, propias del paradigma de la Modernidad, entran en crisis epistémica en su pretensión de convertirse en el único lenguaje científico-académico  posible.

Morin (2003), en una de  obras centrales, Introducción al pensamiento complejo, de modo realmente humilde, se propone a sí mismo como un iniciador, de lo que tal vez, llegue a ser con el tiempo, un paradigma epistémico: “el Paradigma de la Complejidad”, que se convierta en una verdadera  alternativa al dogmatismo epistémico del llamado Paradigma de la Modernidad, que sin duda, es realmente el modo cultural actual del saber en el ámbito académico y científico:

El paradigma de simplificación (disyunción y reducción) domina a nuestra cultura hoy, y es hoy que comienza la reacción contra su empresa. Pero no podemos, yo no puedo, yo no pretendo, sacar de mi bolsillo un paradigma de la complejidad. Un paradigma, si bien tiene que ser formulado por alguien, por Descartes por ejemplo, es en el fondo, el producto de todo un desarrollo cultural, histórico, civilizacional. El paradigma de la complejidad provendrá del conjunto de nuevos conceptos, renuevas visiones, de nuevos descubrimientos y de nuevas reflexiones que van a conectarse y a reunirse (p.110)

Desde la complejidad se puede hablar de la aventura del saber humano, de caminar por lo desconocido, de sorpresas, de irracionalidades, de acercamientos, de ciertas sombras, de procesos de investigación,  la pasión de los seres humanos se impone de modo complementario a la fría razón de individuos centrados en un yo-conciencia apartado del mundo-cosa. Se trata del libre juego de la libertad humana, resistiendo a los obstáculos impuestos por las reglas de la racionalidad lógica del positivismo.

Frente a este reduccionismo epistémico del positivismo, comienza el surgimiento de un Pensamiento Complejo, que se revela a los dogmatismos impuestos desde el paradigma de la Modernidad desde las llamadas ciencias exactas, que se levantan como modelos epistémicos desde lo analítico y aislable,  a todo conocimiento, tal como lo expresa Morin (1995) en su autobiografía Mis Demonios:

Mi singularidad estriba en haber querido vincular lo diverso, y haber levantado mi obra sobre este principio. Todo lo que he hecho a supuesto siempre la asimilación y la reunión de lo que estaba desencajado, informaciones e ideas compartimentadas. Mi sentido de las verdades contrarias y mi rechazo de las verdades aisladas suscitaron los principios de un pensamiento complejo, es decir de un pensamiento que relaciona lo que, de orígenes diversos y múltiples, forma un tejido único e inseparable: complexus. (p.273)

 La síntesis entre lo racional y lo pasional, como modo de acercarse a los textos de Morin, se hace  hilo hermenéutico de interpretación y comprensión de un pensamiento no encerrado entre los límites impuestos por un sistema lógico-positivista. Se propone un sistema de teorías  complejas, en el sentido de totalidad donde se conjugan lo intelectual, lo pasional y la vida misma del autor; o como lo expresa Sánchez (2010) al referirse a la naturaleza compleja de lo epistémico y ontológico del proceso de investigación:

Asumir este paradigma en sus dimensiones teórica, epistemológica y ontológica, implica que la naturaleza ontológica del hecho de estudio es indeterminada, incierta y contradictoria surge la dialógica entre lo simple y lo complejo, la unicidad y la diversidad, lo uno y lo múltiple de la docencia contenida en la investigación. (p.104)

 Así, pues, se recomienda que la obra de Morin ha de ser estudiada, no sólo en términos de su contenido; sino, del proceso productor, que incluye la historia de vida de alguien que ha transitado por vivencias del horror de la Segunda Guerra; y que ha vislumbrado la posibilidad de superar el horror de las guerras, hacia nuevas posibilidades de aprendizajes en función de  la sobrevivencia de la especie humana.

La experiencia de vida real de Morin, le lleva a la necesidad de aprender  de las cenizas de la muerte, de superar el odio, los conflictos, las irracionalidades, a través de la educación ecológica y del encuentro entre seres humanos que habitan el mismo planeta.  Sin embargo, desde las opciones trascendentales y espirituales de miles de millones de habitantes de este planeta, también es irracional imponer, al estilo de Morin, el materialismo radical como modo antropológico, y disimular la actitud antirreligiosa bajo el supuesto de que la religión no es un tema científico digno de los ámbitos académicos.

El  Pensamiento Complejo cobra su verdadero sentido en sus propuestas educativas hacia nuevos horizontes de paz y armonía, pero, con la alternativa de una trascendencia espiritual, que sigue ausente en Morin (2003), quien insiste en proponer una antropología donde el hombre tendría que reintegrarse a lo animal como su verdadera realidad ontológica:

La ciencia del hombre no tiene fundamento alguno que enraíce al fenómeno humano en el universo natural, ni método apto para aprehender la extrema complejidad que lo distingue de todo otro fenómeno natural conocido. Su estructura explicativa es aún la física del siglo XIX, y su ideología implícita es siempre el Cristianismo y el Humanismo occidentales. La sobre-naturalidad del Hombre: * Que se entienda desde ahora mi camino: es un movimiento sobre dos frentes, aparentemente divergentes, antagonistas, pero inseparables ante mis ojos; ciertamente, de reintegrar al hombre entre los otros seres naturales  para distinguirlos, pero no para reducirlo (p. 39)

 Sin embargo, en Morin, la producción teórica y académica es un proceso que, en su devenir histórico, marca un camino cognitivo desde el Pensamiento Complejo, con la finalidad de trascender el paradigma de la simplificación analítica del positivismo, tal como lo expresa Morin (1999) resaltando la necesidad de adecuación y asociación epistémica, antropológica, social, educativas  y ontológica del saber humano: “Existe una falta de adecuación cada vez más amplia, profunda y grave entre nuestros saberes disociados, parcelados, compartimentados entre disciplinas y, por otra parte, realidades o problemas cada vez más pluridisciplinarios, transversales, multidimensionales, transnacionales, globales, planetarios”.   (p. 23)

No se puede obviar que la historia propia del pensamiento y de la Cultura Occidental se ha basado casi exclusivamente en la epistemología racional, que responde desde la lógica a un paradigma de la simplificación. Ha sido un modo de conocer que se ha impuesto desde Parménides, Platón, Aristóteles y conforma  los sustentos teóricos de la Ciencia Clásica positivista y afecta otras áreas del saber humano: la Filosofía, la Ética, la Política y la Educación, la Psicología y la Sociología.

Al respecto Barbera (2001) señala la relación de la Cultura Occidental con la filosofía de la Antigua Grecia:

La Filosofía Occidental tiene su origen y sus raíces fundamentales en la Antigua Grecia, considerada como la cuna de nuestra cultura en general, y de manera especial, del eje ontológico, metafísico, antropológico y de la Ética. Sin embargo, el elemento básico de la filosofía griega, desde el cual se interpreta todo el sistema filosófico fue su concepción antropológica, centrada en la racionalidad como lo esencial de la naturaleza humana (p. 9)

La pretensión del paradigma racional ha sido el de idealizar, racionalizar, normalizar; en una especie de afán de reducir lo dado en la realidad a esencias conceptuales, encasillando al ser del ente en sí, entre las paredes de la conciencia subjetiva, perfilando la identidad entre Pensamiento y Ser, en una visión fragmentada de la realidad, compuestas  de elementos o eslabones,  comprensibles en sí mismos, sin relación a los otros elementos.

La tarea del conocer desde la racionalidad simplificadora, consistía en aislar cada elemento en su individualidad, sacarlo de su entorno, tenerlo ahí a la mano, para ser analizado como un ente particular. Es decir, concebir la realidad como esquemas o conceptos ordenados, dándoles un sentido lógico y definitivo que cuadre con la naturaleza lógica del pensamiento.

Por tanto, la búsqueda de la razón lógica como fundamento ontológico, ha sido el afán que impulsó los primeros esfuerzos del naciente paradigma de la racionalidad, que se fundamentó en una antropología del “animal racional”; y en una tarea filosófica basada en esencias abstractas correspondientes a un mundo entendido como el  conjunto de infinitos elementos o eslabones a los que habría que aislar para su adecuado conocimiento.

 Dentro de este contexto, Condillac (2010) defenderá el proceso analítico al referirse al modo de conocer lo dado en la realidad: “El análisis es el único método para adquirir conocimientos como lo aprendemos de la misma naturaleza” (p. 28)

En este sentido, Fraile. G (1990) en su Historia de la Filosofía I, presenta un comentario acerca de esta búsqueda; que ya en los primeros presocráticos, llamados “Naturalistas”, se convirtió en la tarea filosófica  por excelencia, la naturaleza era el desde donde encontrar sentido lógico racional a todo lo existente, a todo el saber en su totalidad:

Las especulaciones de los primeros filósofos griegos se inician en torno al hecho de la mutación. Les impresionan los cambios cíclicos de las cosas, la regularidad de los movimientos celestiales, el orden y la belleza del Cosmos, los fenómenos atmosféricos, la generación y corrupción de los seres. Pero en contra de lo que hubiera podido esperarse en la aurora misma de la Filosofía, su actitud no es de realismo ingenuo y directo, más que las cosas particulares les preocupa la Naturaleza. No se preguntan simplemente qué son las cosas, sino que tratan de penetrar más adelante, inquiriendo de qué están hechas, cómo se hacen y cuál es el primer principio de donde todas provienen. Esto equivale a contraponer el ser al aparecer, las esencias a los fenómenos, lo cual les lleva a preguntarse si por debajo de las apariencias sensibles existe alguna realidad estable, algún principio, permanente a través de las mutaciones incesantes de las cosas” (p. 138)

El paradigma positivista de la Modernidad se apoya en conceptos que suponen la existencia real de sustancia universales presentes en los objetos particulares, que están más allá de los fenómenos, más allá de las apariencias. Según el racionalismo lógico,  detrás del caos existe el orden, a semejanza de las realidades lógicas del pensamiento humano. De modo, que al estilo aristotélico, aun no superado en el positivismo racional del paradigma de la Modernidad, lo universal, en cuanto soporte ontológico, se encuentra presente en cada objeto; y, por tanto, puede ser descrito y descubierto por la subjetividad humana.

De hecho, el ideal epistemológico del positivismo lógico, se caracteriza por suponerse no afectado por las vicisitudes de la subjetividad. Así, las esencias abstractas serían atemporales, eternas, invariables, iguales siempre a sí mismas. Dentro de este contexto, la conciencia sería observadora neutral de la realidad externa, la cual estaría compuesta por sustancias simples e individuales. En consecuencia, el saber consistiría en la elaboración de un sistema lógico de conceptos abstractos, sin importar su relación con lo vivido en lo personal, comunitario o social.

Se elabora un conocimiento científico de contenidos abstractos y no de relaciones; se describe generalmente lo referente al ente en sí reflejado en la subjetividad como abstracción universal. Referente a este tema, Sánchez (2010) refuerza la necesidad de centrarse en lo humano como razón de ser  del saber humano en su totalidad:

De allí que propone que un currículo humanista que responda a los resultados afectivos más que a los cognitivos, se conciba al salón de clase como centro clave para construir a partir del entorno social como contenido, donde las voces de los estudiantes sean para diagnosticar y avalar modelos de criticismo, lo relevante no es lo que uno sea sino lo que crea, para que haya tolerancia en ambiente democrático de socialización del conocimiento, para problematizar los contenidos preestablecidos y generar conocimiento escolar cada vez más humanos. (p. 85)

Desde el paradigma de la Modernidad, el conocimiento de estas sustancias abstractas sería positivo, simple y objetivo; lo que se traduce, en un conocimiento científico universal, objetivo y analítico; y en un proceso educativo, todos los alumnos aprenderían los mismos contenidos conceptuales, ya sean matemáticos, físicos, biológicos, comunitarios, humanitarios. Se hace pertinente la advertencia de Morin (2003) sobre la necesidad de trascender lo simplificador del positivismo hacia un Pensamiento Complejo:

Pero si los modos simplificadores del conocimiento mutilan, más que lo que expresan, aquellas realidades o fenómenos de los que intentan dar cuenta, si se hace evidente que producen más ceguera que elucidación, surge entonces un problema: ¿cómo encarar la complejidad de un modo no-simplificador?  (p. 21)

Desde el Pensamiento Complejo propuesto por Morin, se cuestiona la episteme  clásica de orden universal, propio de la Modernidad,  y se erosiona la idea de objeto sustancial y de esencia universales  de la filosofía positivista, desde la cual ha fundamentado la razón lógica-positivista su mundo de verdades universales, absolutas y eternas. El Pensamiento Complejo, por el contrario, es un proceso que plantea nuevas alternativas ontológicas, antropológicas, educativas y sociales, distintas al positivismo clásico.

El Pensamiento Complejo como alternativa

Con las alternativas epistémicas de la Complejidad, Morin inicia una nueva comprensión de lo ecológico, como propuesta educativa del nuevo milenio de paz mundial. Desde el Pensamiento Complejo se sostiene, que  el mundo no es solamente lo que se consume para sobrevivir como animales salvajes, donde el más apto lograría la permanencia; por el contrario, se busca una educación desde el compartir; y no aceptar la imposición de una educación para éxito personal como fundamento educativo único, que la cultura consumista propone  como finalidad misma de la vida; y, como razón del sistema educativo. Desde la cultura del éxito, el otro se concibe como la competencia a vencer; en el fondo, se insiste en la antropología de la violencia a través de una educación en función del logro.

Desde la cultura del éxito, lo que valdría sería la medalla de oro, el triunfo, la victoria; entonces, desde la educación para el éxito individualista o eres el ganador, o eres el perdedor. Pero, desde el Pensamiento Complejo, el mundo es el hogar de todos, como lo advierte Morin (2002) en su llamado sobre la necesidad de asumir, desde la política, el problema de la muerte, que se hace real y palpable en el sufrimiento cotidiano de los más débiles y en la amenaza de la aniquilación total de la raza humana:

Al convertirse en mundial, la política no sólo se ha ampliado a horizontes planetarios: se ha dejado invadir por los problemas primeros, fundamentales, de la vida y la muerte de la especie humana. La irrupción del Tercer Mundo en la escena mundial ha hecho que el hambre, los alimentos, la salud o la natalidad surjan como problemas clave de la política mundial. En el otro extremo de la política mundial, en el polo del desarrollo técnico, el armamento termonuclear plantea el problema de la vida o la muerte de la especie, y esta alternativa de vida o muerte plantea al modo político el hasta ahora problema filosófico del hombre. (p. 17)

Desde la perspectiva del conocimiento y sus fundamentos epistémicos, el Pensamiento Complejo se propone como alternativa de comprensión de una realidad que lleva en su seno confusión, incertidumbre, desorden. La realidad en sí misma es un sistema de relaciones complejas. Por tanto, la complejidad ontológica no puede ser reducida a una idea simple: “sistema”. Según Morin, lo complejo no puede resumirse a nivel de comprensión epistémica en el término “complejidad”, o ser interpretada objetivamente mediante alguna “ley de la complejidad”. La complejidad no sería definible de un modo simple para tomar el puesto de la simplicidad sustancial del positivismo lógico. La complejidad en cuanto  paradigma epistémico demanda la necesidad de una metodología alterna, que acerque a la complejidad ontológica de lo real, que no obvie el misterio de la realidad  y del sentido de la existencia  personal y social.

La ciencia y todo el saber humano se hace vida y no contenidos abstractos; o si se prefiere, todos los contenidos abstractos aprendidos cobran verdadero sentido desde la complejidad de la realidad y de la vida humana trascendente. La existencia en su complejidad se convierte en retos de compromisos morales y éticos donde el compartir con la comunidad, la sociedad y el bienestar del planeta Tierra se hace un modo de vida de convivencia y de conciencia humana, que deberían estar presentes en todos los diseños curriculares para iniciar el camino de paz y hermandad entre todos los pueblos de la Tierra.

Desde paradigma de la ontología mecanicista de la Modernidad, que entendería la realidad social como si se tratase de una colonia de hormigas, cada individuo se reduciría a la función, y la personalidad existencial desaparecería en una realidad totalitaria e impersonal, la meta sería la producción de bienes de consumo a través de las industrias, empresas, mercado y de la tecnología, tal como lo expresa Morin (2003)  en su artículo ¿Sociedad mundo, o imperio mundo?,  desde las propuestas para una nueva Era Planetaria, desde una educación ecológica para la paz :

La idea de desarrollo ha llevado consigo siempre una base tecno-económica, mensurable por los indicadores de crecimiento y los de renta. Supone de manera implícita que el desarrollo tecno-económico es la locomotora que tira adelante, naturalmente, de un “desarrollo humano” cuyo modelo acabado y exitosos es el delos países llamados desarrollados, es decir, occidentales. Esta visión supone que el estado actual de las sociedades occidentales constituye la meta y finalidad de la historia humana. (p 21)

Morin se muestra partidario de un concepto complejo de educación, de persona y de sociedad, que visualiza la heterogeneidad como  característica de lo humano, lo educativo, lo social, lo económico, la tecnología, la empresa, la industria y de la política; pero sin fe religiosa, sin esperanzas espirituales, lo que indica que se tiene que trascender el Pensamiento Complejo propuesto por Morin hacia un modo de Pensamiento Complejo Trascendental; y no materialista y nihilista.

La sociedad comprendida desde el Pensamiento Complejo no puede ser reducida a uno de sus rasgos dominantes, ya sea el económico, el cultural, la violencia, la paz, el político, todos los elementos pertenecen de igual modo al hombre y a la sociedad. Desde la complejidad, la sociedad no se entiende  sólo como capitalista o liberal, industrial o consumista. Éstas serían definiciones unidimensionales, que responderían a intereses de grupos dominantes, y no a lo que realmente sería en sí misma: la complejidad humana y social.

Desde el Pensamiento Complejo se comprende la realidad social como el hogar  comunitario  donde se desarrolla la historia de vida  de las personas de un mismo hogar planetario; se procura educar al ser humano como  habitantes desde una conciencia ecológica y de hermandad.

Mientras más compleja es una sociedad, mientras más antagonismos, desórdenes y conflictos la conformen en su historia,  entonces, mayor deben ser sus relaciones comunitarias de fraternidad, libertad y crecimiento; mayor debe ser el énfasis en un proceso educativo que hermane, que una, que lleve al compromiso, al encuentro; por lo menos en cuanto a ideales y horizontes éticos de compromisos personales y sociales centrados en lo que Morin (2003) llama lo irreductible del individuo ante el peligro de los totalitarismos sociales:

El individuo es irreductible. Cualquier tentativa de disolverlos en la especie y en la sociedad es aberrante. Es el individuo humano, repitámoslo, el que dispone de cualidades de la mente;  dispone incluso de una superioridad sobre la especie y sobre la sociedad porque sólo él dispone de la consciencia y de la plenitud de la subjetividad. La posibilidad de autonomía individual se actualiza en la emergencia histórica del individualismo, al tiempo que sigue siendo inseparable del destino social histórico.  (p. 78)

Sin embargo, Morin sigue las huellas teóricas-filosóficas del materialismo dialéctico del marxismo en su visión ontológica y antropológica. En lo referente al problema del hombre, ya en su obra , El Paradigma perdido (1973), Morin señalaba que, al intentar constituir el campo de estudio antropológico, son indispensables analizar  las interacciones, interferencias y actividad del ser humano de la actual sociedad, en por lo menos  cuatro dimensiones sistémicas y complementarias, a la vez que competitivos y antagónicos: (1) el sistema genético (código genético, genotipo), (2) el cerebro, (3) el sistema sociocultural y (4) el ecosistema, en su carácter local de hogar ecológico, y en su carácter global de medio ambiente.

Todas estas dimensiones son de un sujeto radicalmente biológico, cuyo aporte cultural sería como la energía lumínica que produce una lámpara; simplemente, para Morin, no hay ninguna posibilidad de un Yo espiritual que trascienda la muerte biológica del sujeto. La pérdida del valor del ser humano como persona siempre es una tentación  propia del marxismo y de las opciones materialistas, y de la misma antropología biológica-cultural de Morin, todo es materia, ya sea física o biológica, tal como lo advierte Gevaert (2014) al referirse a la antropología marxista, que en el caso de Morin, siempre está subyacente cuando se refiere a la relación hombre-humanidad:

Para Marx el individuo no es más que un eslabón de la colectividad. La persona pierde valor y significado porque depende totalmente de la colectividad, esto es, del partido que se presenta como encarnación y expresión de la colectividad. El individuo, en línea de principio, puede ser sacrificado a las exigencias del colectivo; hay ciertas exigencias totalitarias frente a las cuales el respeto a una persona no es más que un sentimiento burgués (p. 40)

En el Pensamiento Complejo propuesto por Morin (2002), lo central no es la persona, lo individual, sino, la supervivencia de la humanidad, iniciando desde lo físico, lo biológico hacia lo cultural, la persona no existe; sino, que está, ahí arrojado sin personalidad, como un sistema tan físico como el sol, así lo afirma, cuando reduce a lo físico todo cuanto existe:

Mi insistencia en inscribir físicamente el concepto de máquina no tiende en absoluto, el lector debe comenzar a saberlo, a reducir lo que es biológico a lo físico: tiende por el contrario a rehabilitar el concepto degradado de físico; tiende a comprender cómo lo que es biológico, humano y social puede y debe ser al mismo tiempo necesariamente físico. Y esto no solamente porque todo lo que es biológico, humano y social está constituido por materia física. Sino sobre todo porque todo lo que es biológico, humano y social es organización activa, es decir, máquina. (p. 202)

            Ahora bien, no resulta nada claro desaparecer y tranquilizarse existencialmente racionalizando la muerte: “somos parte de una realidad física y biológica, y tenemos que morir como cualquier célula, o desaparecer como una molécula que se desvanece”. El problema de la muerte como trama existencial, perturba el sentido  mismo de la vida; y no es tan sencillo, no desaparece en cuanto trama existencial. No es común y fácilmente aceptable que la persona se conciba a sí misma como una molécula del universo, o como una célula de la humanidad. Este modelo antropológico de Morin no resulta tan convincente desde las perspectivas de la existencia personal, problema que Barbera (2001)  enfoca desde la trascendencia del hecho físico de la muerte:

El problema del hombre en particular es el mismo de la humanidad en general. Es decir, si la vida de un hombre no tiene sentido; entonces, la historia de la humanidad no tiene sentido. El problema es el mismo: la muerte como único dato ontológico inevitable, como el mensaje más terrible que nos llega desde el exterior, como dato que la racionalidad no logra convertir satisfactoriamente en acontecimiento común en lo personal. La muerte se convierte en el rompe sentido. La tarea humana está planteada: la superación de la muerte. El camino es a través de la esperanza, un camino entre la angustia y la libertad. (p. 179)

Lo sistémico en lo físico, biológico y antropológico, permite y hace necesaria  la complejidad del pensamiento; y en consecuencia, las alternativas educativas parten desde la posibilidad del Pensamiento Complejo, en este aspecto se comparte el ideal de Morin, pero se insiste en la insuficiencia y se propone la visión de una antropología trascendental, que permita la posibilidad de un Pensamiento Complejo Trascendental realmente humano desde la vivencia de lo espiritual, Barbera (2006) en su texto Reflexiones elementales en torno a la ética, plantea el conocimiento como saber humano e integral:

Solamente desde una ontología y una metafísica como fundamento del saber, tiene coherencia la epistemología, la antropología filosófica, la ética, la lógica, la filosofía de la educación, y cualquier área del conocimiento filosófico; y, en consecuencia, cualquier conocimiento alcanzado por el ser humano, ya sea filosofía, ciencia, o religión; todo el saber humano se fundamenta en una ontología y en una metafísica determinada, que plantea una forma de vida específica, ya sea explícita o implícita, sea consciente o no la persona de la metafísica y de la ontología con la que fundamenta sus opciones epistemológicas y existenciales. (p. 10)

Este modo antropológico alternativo basado en la episteme de la complejidad, exige la capacidad de aprender desde lo existencial, ya que la educación sin lo humano, se convierte en un proceso de consumo de información analítica o sistémica, tal como lo señala Barbera (1987) al indicar que en los procesos masivos de educación impersonal, se corre el riesgo de desnaturalizar lo humano del proceso de aprendizaje:

Cuando la institución escolar consigue que el hombre identifique su necesidad de aprender con la demanda de la escolaridad como un hecho aparte de su vida familiar y espiritual, el proceso de educación deja de ser natural y se transforma en un producto de contenido abstracto y universal, totalmente impersonal, medible y elaborado profesionalmente con anterioridad. El aprender se convierte en un problema de cantidad de consumo. (p. 98)

El desarrollo del Pensamiento Complejo, siempre y cuando no se convierta en un “taller de habilidades del pensamiento”   facilitaría el  desarrollo de la creatividad, la cual adquiere hoy una singular importancia, pues permite la construcción de nuevos modos de entender el conocimiento y la enseñanza más allá del pragmatismo tecnológico como único resultado válido del saber científico; o del lenguaje “académico-científico”, como modo de exponer el proceso de investigación en el área de las ciencias sociales, y de modo específico en el campo de las investigaciones educativas.

Para que un discurso de investigación en las ciencias sociales sea válido, no es cierto que se requiera de un lenguaje técnico, como quien dice “hablar en tercera  persona”, o solamente de hechos comprobables, lejos de temas filosóficos, o de las reflexiones teológicas. Esto sería la negación más absoluta de la posibilidad de investigar desde el Pensamiento Complejo.

El conocimiento desde el Pensamiento Complejo, desde la apertura a lo trascendental se hace vida, capaz de combinar numerosas cualidades racionales, emotivas, afectivas, espirituales en torno a los problemas y situaciones de la historia de vida que desarrolla cada persona.  La educación es vida, y la vida trasciende lo informático, lo físico y lo biológico. El Pensamiento Complejo como propuesta epistémica supera los límites impuestos por el materialismo inmanente de Morin.

El centro de la antropología de la complejidad, lo plantea Morin desde lo ontológico. Entonces, es la propuesta ingenua de un manual, sino, que la complejidad de la inteligencia humana es un hecho, el hombre es complejidad en sí mismo, su hacer personal, comunitario y social es complejidad, su modo de pensar es complejidad; este es precisamente lo obviado por la epistemología positivista de la Modernidad.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Barbera, G (1987) Críticas socio-educativas de Ivan Illich. En revista Anthropos Nº 15. Instituto Superior Salesiano de Filosofía y Educación. Caracas- Venezuela.

Barbera, G (2001) Aproximaciones al problema del sentido de la vida. En Revista Ciencias de la Educación Nº 17. Universidad de Carabobo. Valencia-  Venezuela.

Barbera, G (2006) Reflexiones elementales en torno a la ética. Ed. Universidad de Carabobo. Valencia- Venezuela.

Blanquart, P (2011) Ateísmo y Estructuralismo. Ed. Cristiandad. Madrid- España.

Condillac, E (2010) Lógica. Ediciones Orbis. Barcelona- España.

Fraile, G (2010) Historia de la Filosofía  I. Biblioteca de Autores Cristianos (BAC). Madrid-España.

Geveart, J (2014) El Problema del Hombre. Ed. Sígueme. Barcelona-España.

Morin E. (1973) El Hombre y la muerte.  Ed. Kairos. Barcelona-España.

Morin, E. (1995) Mis Demonios. Barcelona- España: Cairos.

Morin, E. (2002)  Introducción a una política del hombre. Barcelona-España: Gedisa

Morin, E (2002) El Método  II (La vida de la vida)    Madrid-España.   Ed.  Cátedra

Morin E (2003) Introducción al pensamiento complejo. Ed. Gedisa. Barcelona-España.

Morin, E (2003) ¿Sociedad mundo, o imperio mundo? En Revista Gazeta de Antropología Nº 19 París- Francia.

Sánchez, B (2010) Praxis pedagógica y construcción del conocimiento. Un concretum integrador en la educación básica venezolana. Tesis Doctoral en Educación, presentada a la Universidad de Carabobo- Venezuela.

Fuente del artículo: http://www.eleutheria.ufm.edu/Articulos/180321_GBarbera_Pensamiento_Complejo_Paradigna_Modernidad.htm

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Venezuela: Revista científica Orinoco. Pensamiento y praxis 10ma Volumen VII

Reseña: La Revista Arbitrada: Orinoco, Pensamiento y Praxis, es una publicación, que difunde trabajos científicos estrictamente originales en castellano, avances de investigación, Artículos arbitrados y teóricos, ensayos, Informes o propuestas de aprendizaje Críticos Académicos, ponencias y revisiones bibliográficas,, relacionadas con las Ciencias Sociales, Diversidad Cultural y Poder Popular, arbitrada por especialistas de reconocida trayectoria, bajo el sistema doble ciego, cuyos nombres se mantienen en estricta confidencialidad y recibe trabajos todo el año. El Objetivo de la ROPP es: a) contribuir a la confrontación y difusión de conocimientos, así como posibilitar el intercambio entre pares y estimular el avance de la producción en Ciencias Sociales, Diversidad Cultural y Poder Popular. b) Contribuir con la construcción del conocimiento científico en las áreas de las Ciencias Sociales, Diversidad Cultural y Poder. C) Estimular la reflexión crítica sobre teorías, perspectivas y problemas de las área indicadas.

Contenido 10ma Volumen:

Ciudad Guayana, la urbe que nació en San Félix.

De la pragmática participativa tutelada a una participación autoconsciente.

Feminización de la sociedad Vs Modelos falocráticos.

Recensión. La expulsión de lo distinto. Percepción y comunicación en la sociedad actual.

Editor: Fondo Editorial ORINOCO
Pensamiento y Praxis. Rif.- J-403372659.

Descárgale en: https://orinocopensamientoypraxis.blogspot.com/

 

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Movimiento Indígena Unido de Venezuela propone expandir educación intercultural bilingüe a todos los niveles

Redacción: VTV

El proceso de construcción del Movimiento Indígena Unido de Venezuela ha avanzado en la unidad de los pueblos originarios a través del despliegue y la participación protagónica de las comunidades ancestrales y a la fecha llevan más de 250 asambleas comunitarias.

Así lo informó la ministra del Poder Popular para los Pueblos Indígenas, Aloha Núñez, durante su participación este miércoles en el programa Al Aire, que transmite Venezolana de Televisión (VTV).

Precisó que en Venezuela hay 724 mil habitantes indígenas distribuidos en tres mil comunidades, «Ahí estamos consultando en las bases para garantizar la unidad».

Núñez aseguró que los objetivos de este movimiento pasan por asegurar la continuidad de la Revolución Bolivariana y garantizar el fortalecimiento de los derechos de los pueblos indígenas, como mecanismo de unidad.

«Pasamos a no tener nada a tener derechos consagrados dentro de nuestra Constritución de la República Bolivariana de Venezuela, el derecho a la educación intercultural, al uso de los idiomas indígenas, a la vida, al reconocimiento como pueblo indígena, gracias a la Revolución Bolivariana», afirmó.

La titular de la cartera para los Pueblos Indígenas, instó a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) a mejorar el marco legal para profundizar los derechos de las pueblos originarios. Una de sus propuestas, recogida durante las consultas públicas, pasan por incluir en la Constitución que la educación intercultural bilingüe llegue a todo el pueblo venezolano a través de los niveles del subsistema educativo.

Asimismo, aseguró que proponen establecer un sistema normativo que garantice la administración de la justicia en los pueblos y comunidades indígenas.

Por último, reprochó que la derecha venezolana utilice a algunas individualidades que no han sido electas por las comunidades indígenas.

Fuente: http://vtv.gob.ve/movimiento-indigena-unido-de-venezuela-250-asambleas-comunitarias/

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Alarmante: 59 de cada 100 niños en Paraguay no están escolarizados

Redacción: La Unión

59 de cada 100 niños y adolescentes en Paraguay no están escolarizados, según datos de la Coordinadora por los Derechos de la Infancia y la Adolescencia (CDIA). Otro de los problemas sociales que atañen a menores guarda relación con el embarazo precoz.

La Semana de los derechos de la niñez y adolescencia

La CDIA organiza la Semana de los derechos de la niñez y adolescencia, la cual posee una serie de actividades a ser llevadas adelante en más de 100 municipios del país.

“El objetivo no solamente es darles chocolatadas y jugar, sino también es reflexionar, junto con las comunidades y los niños, la situación en la que están viviendo y cómo podemos mejorar su calidad de vida”, expuso

Como organización, afirmó que lo que siempre exigen a las autoridades de Gobierno son prevención de la violencia hacia niños, mayores garantías de protección y mayor inversión en el desarrollo de los niños.

Fuente: https://www.launion.com.py/alarmante-59-de-cada-100-ninos-en-paraguay-no-estan-escolarizados-120394.html

 

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Venezuela: Creada Fundación para unificación técnica de universidades y centros científicos en el desarrollo agroalimentario

Redacción: VTV

Este miércoles el Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, autorizó la creación de una fundación que unirá a todas las universidades y centros científicos en una sólida institución, cuya misión central será unificar el esfuerzo nacional en función de que la ciencia y la tecnología se apliquen al desarrollo agroalimentario en favor del pueblo venezolano.

“Autorizo la creación inmediata y puesta en funcionamiento de la Fundación para la Unificación Técnica, la Investigación, Capacitación y Extensionismo, para el fortalecimiento en el sector agroalimentario nacional llamado UTICE, proceder a su creación. ¡Autorizado!”, expresó el Jefe de Estado.

Desde el Palacio de Miraflores, donde el Primer Mandatario encabezó una jornada de trabajo mostrando los avances de Miércoles Productivos, procedió a la firma del decreto que establece el funcionamiento de esta Fundación del Estado venezolano “para unificar la técnica, la investigación, la capacitación y la formación del sector agroalimentario nacional”.

La nueva institución pública tendrá 3 grandes funciones en los ámbitos de investigación, formación y capacitación agroalimentaria del país, mediante el desarrollo de 10 elementos fundamentales:

  • Semilla y genética animal
  • Sustrato y estudio de suelos
  • Bioinsumos y biocontroladores
  • Banco proteico alternativo para alimentación animal
  • Prácticas agronómicas de mínima labranza
  • Equipos e implementos agrícolas, manejo de recursos hídricos y sistemas de riego
  • Medicina veterinaria
  • Procesos agroindustriales y agroalimentarios en pequeña y mediana escala
  • Preservación de alimentos
  • Empaque y sistemas de almacenamiento

 

Universidades deben adaptarse a la producción nacional

El Presidente Maduro destacó que en el ámbito de formación y capacitación, esta fundación contará con el acompañamiento fundamental de las universidades venezolanas, para lo cual solicitó al nuevo ministro de Educación Universitaria, César Trómpiz, que las carreras y la currícula se adapten a las tareas necesarias para el desarrollo agroalimentario nacional.

“Todas las universidades deben entrar en la onda de la producción y soberanía alimentaria nacional”, ordenó.

Pidió que se formen a los nuevos ingenieros y economistas agrónomos, veterinarios, y administradores para la producción agrícola y pecuaria.

“Ustedes ministros, siéntense a incorporar a las universidades. Todos los años ingresan miles de estudiantes y es una gran inversión que hace el Estado. Más de 2 millones 500 mil estudiantes que cursan nobles carreras, como abogados y administradores, pero ¿y los agrónomos, ingenieros agrícolas, los veterinarios, la gente que va a producir los alimentos?. Hay que formarla”, instruyó.

Al estampar su firma en el decreto, para que inmediatamente se publique en Gaceta Oficial y entre en vigencia esta inédita fundación para el desarrollo agroalimentario nacional, el Jefe de estado mostró su optimismo ante el avance que Venezuela tendrá en la producción gracias a la ciencia y el esfuerzo de todos.

“Venezuela lo tiene todo, compañeros. Lo tenemos todo, voluntad, conocimiento, el proyecto Nacional Simón Bolívar y el Plan de la Patria 2025 en la mano”, dijo, mostrando el documento de esta Ley de la República.

Fuente: http://vtv.gob.ve/creada-fundacion-unificacion-tecnica-universidades-agroalimentario/

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La tradición oral Mapoyo, un patrimonio de la humanidad con sólo seis hablantes del idioma

Venezuela/América del Sur/Reportaje: Carla García

Originalmente, los mapoyo relataban su historia en la lengua wanai, pero, poco a poco, la colonización fue imponiendo un nuevo idioma hasta que sólo quedaron seis hablantes y su tradición oral se vio amenazada. El riesgo de perder su cultura ancestral detonó en estos indígenas venezolanos la determinación de defenderla a toda costa, por lo que empezaron a trabajar en su recuperación.

Había una vez un lugar muy cerca del Orinoco donde el tiempo era diferente y sólo existía ligado a la luz y al sol, donde el origen de la vida era un cerro y donde nada era más importante que la naturaleza, porque ella guardaba los símbolos y permitía subsistir. En ese lugar, la gente se reunía para relatar a la comunidad sus experiencias y así mantenerlas vivas como parte de su historia.

Ese sitio todavía existe, está en Venezuela y se llama Los Pijiguos, en el estado de Bolívar. Los Pijiguos está habitado por un pueblo descendiente de los caribe: el mapoyo o wanai, que continúa transmitiendo de generación en generación su cosmogonía, conocimientos, historia y cultura a través de relatos que van contando los sabios, es decir, las personas de más edad.

Originalmente, los relatos se hacían en la lengua wanai, pero, poco a poco, la colonización fue imponiendo un nuevo idioma hasta que sólo quedaron seis hablantes y su tradición oral se vio amenazada.

El riesgo de perder su cultura ancestral detonó en los mapoyo la determinación de defenderla a toda costa, por lo que empezaron a trabajar en su recuperación. Así, en 2007 se incorporó a la escuela del pueblo el primer maestro bilingüe. Su lucha pronto contó con el apoyo del Gobierno venezolano, que acudió a la UNESCO para que se reconociera la tradición oral de ese pueblo en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial y se apoyara su preservación.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura no sólo la inscribió en la Lista en 2014, sino que declaró que requería medidas urgentes de salvaguardia e inició un programa conjunto con las autoridades venezolanas para elaborar material didáctico y un sistema de escritura wanai que se utilizaría en las escuelas de la comunidad.

Jairo García Bastidas, un joven luchador social mapoyo y participante en los esfuerzos de revitalización, señala que fue así como su pueblo ingresó a un proyecto de Estado para, en conjunto con la comunidad, reforzar, salvaguardar y mantener, la cultura viva de los wanai.

Jairo, quien es nieto del cacique mapoyo, explica que los maestros utilizan los materiales creados con la participación de todos para enseñar a los niños en la escuela.

“Son herramientas pedagógicas que facilitan el conocimiento de la lengua materna de acuerdo con la edad”, dice.

La recuperación de una tradición y un idioma es compleja e involucra a muchos actores. La ministra de los Pueblos Indígenas de Venezuela, Aloha Núñez, destaca la labor de varios ministerios e instituciones gubernamentales para rescatar la tradición oral y la lengua wanai.

“Hemos hecho un trabajo especialmente con las autoridades indígenas, con los abuelos y abuelas y con un líder que aún preserva y mantiene gran parte de la lengua wanai, un idioma que prácticamente estaba perdido. Hemos estado haciendo un esfuerzo para recuperarla y poderla plasmar en diferentes instrumentos educativos que nos permitan enseñar a los más pequeños por los menos las palabras más usadas referentes a la salud o las palabras principales del idioma”, apunta.

© Centro de la Diversidad Cultural, 2013. Con permiso de la UNESCO
Un maestro del proyecto para recuperar la tradición oral y la lengua mapoyo

La espada de Bolívar

Uno de los grandes orgullos de los mapoyo es su historia de pueblo combativo que llegó a luchar al lado de Simón Bolívar por la independencia de Venezuela, según consta en la memoria colectiva y lo demuestra la espada que el libertador les regaló como prueba de la entrega de los territorios que les pertenecían ancestralmente.

Jairo García Bastidas aduce que en la crónica de la historia venezolana da cuenta de la gran batalla de los ancestros wanai.

“Lucharon a favor de nuestros patriotas de aquel entonces, el general Paez y el libertador Simón Bolívar para liberar los espacios invadidos por el yugo español. Aquí hubo una gran batalla, fuerte, se perdieron muchas vidas de nuestros abuelos para liberar el territorio porque utilizaban a los mapoyo como esclavos y los adoctrinaban a religiones ajenas a su cultura. Esa batalla ocurrió en 1815, como evidencia viva tenemos una espada, una lanza que ha pasado por las generaciones de los diferentes caciques. “

Pese a que esa espada simbolizaba la entrega de sus territorios, los mapoyo debieron esperar casi dos siglos para que se oficializara la decisión de Simón Bolívar. Fue hasta el Gobierno de Hugo Chávez que se reconoció la entrega del territorio mapoyo.

Inspirados por ese pasado de lucha, los wanai empezaron a trabajar arduamente en la revitalización de su identidad cultural, en la cual el idioma es clave.

Semilla y frutos

Su plan comenzó con dos horas de clases diarias de wanai en todos los grados de educación primaria y, junto con el maestro y los padres, los niños empezaron a elaborar láminas con las frases más usadas en mapoyo y español. Además, se realizaron danzas y se dramatizaron rituales. Poco después, los niños aprendieron a entonar el himno nacional en su lengua.

Esta labor sembró la semilla de la enorme tarea de rescate, reconoce la ministra de los Pueblos Indígenas.

“Es importante destacar que ya había un trabajo que venía haciendo la comunidad y que a través de la UNESCO, se le ha dado mayor facilidad para poder sacarlo adelante.”

Jairo García Bastidas detalla el funcionamiento en la escuela del programa de recuperación del idioma y la cultura.

“Hay un plan por grados dentro del lapso académico y para finales del año escolar se genera un trabajo final para ver cómo ha evolucionado la rehabilitación del idioma en los niños de diferentes niveles. El año escolar se cierra con representaciones relacionadas con la cultura, que es uno de los primeros temas que se abordan en el ciclo”, dice Jairo.

Con apoyo de la UNESCO, estos trabajos se han reforzado y, a partir de 2014, la comunidad mapoyo, con la ayuda de una lingüista, elabora el primer diccionario bilingüe español-wanai/wanai-español.

Los esfuerzos están dando frutos.

© Centro de la Diversidad Cultural, 2013. Con permiso de la UNESCO
Niña mapoyo escuchando un relato.

Bibliotecas vivientes

“Hemos avanzado más de cuatro años con los sabios, los abuelos, los docentes, la familia completa de la comunidad para mantener nuestra cultura indígena del pueblo mapoyo. Hoy día, nuestra lengua materna no sólo se rehabilita entre los niños con el programa intercultural bilingüe, sino que se hace dentro de la comunidad con el proyecto de oralidad.”

Pero, ¿qué es la oralidad? “Como nuestros abuelos le van transmitiendo los saberes ancestrales a nuestra juventud, a los niños, con el conocimiento que tienen las madres, los padres, todo lo que hace lo cotidiano del pueblo mapoyo”, abunda.

Como parte del objetivo de preservar la tradición oral, las historias también han empezado a registrarse por escrito, agrega Jairo.

“Podemos decir que las bibliotecas vivas son nuestros abuelos, vamos compartiendo con ellos y haciendo las redacciones para transmitirlas a través de la escuela, a través de otro proceso de intercambio con la comunidad. Es la mejor forma, ya que tenemos muy pocos hablantes.”

Según el censo de 2011, para ese año había 423 indígenas mapoyo, 210 hombres y 213 mujeres. De entonces a la fecha, la población ha crecido y suma unos 600.

Los wanai son optimistas y confían en que su labor y el compromiso de su comunidad produzca a mediano plazo muchos más hablantes de todas las edades, especialmente jóvenes. Hoy, dos de los hablantes son mayores de 70 años y los otros cuatro rondan los 40.

La lengua y la naturaleza

El pueblo mapoyo sabe que la supervivencia de la lengua significa entre otras cosas la conservación de su filosofía de respeto a la naturaleza.

El territorio donde viven los mapoyo es rico en recursos naturales: hay bauxita, oro, diamante, uranio, coltán…pero para los wanai, la mayor riqueza es el agua que nutre el paisaje y les permite sobrevivir.

“Para el indígena mapoyo, el territorio es parte de su cuerpo. Cuidarlo, protegerlo es lo más importante y esto está en consonancia con la interculturalidad. A nuestra comunidad llega la educación sistemática del Estado, pero nosotros estamos equilibrando que un niño, aunque pueda manejar, por ejemplo, una computadora, no desconozca la propia vida cultural ni la condición del pueblo wanai”, subraya Jairo.

En este Año Internacional de las Lenguas Indígenas, la ministra Núñez comparte la percepción de los idiomas originarias como elemento integral de la cultura de los pueblos y las valora como herencia ancestral e instrumento de defensa de los pueblos indígenas.

“Es el método que nos ha permitido subsistir durante tantos años. Por eso es sumamente importante su rescate, revitalización y fortalecimiento. En medio de una globalización y de tantos medios y métodos tecnológicos se va perdiendo a veces el contacto con nuestras raíces y es fundamental mantener ese contacto, esa identidad, esa cultura y, por supuesto, los idiomas indígenas que son parte de nuestro autorreconocimiento como pueblos y comunidades indígenas en Venezuela.”

Fuente: https://news.un.org/es/story/2019/08/1460411

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