Page 262 of 401
1 260 261 262 263 264 401

Tecnologías libres y geopolítica del conocimiento

Por: Santiago José Roca P.

En este trabajo nos proponemos realizar algunas precisiones en torno a un modo de interpretación del conocimiento y las tecnologías libres en el cual éstos dialoguen con la perspectiva de una geopolítica del conocimiento del Sur. Para ello estableceremos relaciones entre ciertos elementos para fundamentar el concepto de que el conocimiento y las tecnologías libres son categorías que pueden integrarse en los esfuerzos por decolonizar la producción material y de saberes, ayudar a construir estilos tecnológicos no dependientes y formar una geopolítica multipolar del conocimiento y el desarrollo integral de la región. Apuntamos hacia la exploración y la fundamentación de la idea de que, en contraste con las prácticas del capitalismo cognitivo, el esquema de producción abierta y de gobernanza orientada a los bienes comunes puede proporcionar una palanca para cultivar el sentido de una geopolítica del conocimiento enraizada en el Sur.

Palabras Clave: geopolítica del conocimiento, tecnologías libres, bienes comunes, Sur global.

Introducción: En torno a la geopolítica del conocimiento y el desarrollo.

La ciencia y la tecnología son ciertamente una mediación esencial para el desarrollo y la riqueza de un país, no sólo cuantitativa, sino cualitativa, pero deberían estar orientadas no con criterios meramente universales y abstractos de las potencias científicas y tecnológicas que han dominado la situación en el mundo moderno en los últimos cinco siglos. La ciencia y la tecnología no tienen un valor abstracto, sino que deben concretarse en las exigencias de un país o de una región. Es necesaria una política de descolonización epistemológica y tecnológica.

Enrique Dussel, Hacia la liberación científica y tecn ológica [1]

Es conocido que las dinámicas de producción y validación del conocimiento científico y tecnológico se encuentran vinculadas con esquemas colonialistas, cuyo fin es conservar el saber, los talentos y los recursos del Sur como patrimonio susceptible de explotación en tanto que forma de dominación sociocultural [2][3]. Dado que los modos de reproductibilidad del saber están vinculados con estos esquemas, las políticas de desarrollo de la región poseen un sesgo eurocéntrico, lo cual explicaría la aparición de estilos tecnológicos desarrollistas o neocoloniales como formación social acorde con la posición geopolítica asignada al Sur1 [4]. De esta manera, la construcción de alternativas de desarrollo endógeno y de estilos tecnológicos creativos se encuentran a contracorriente de la colonialidad del poder/saber eurocéntrico e involucra otra geopolítica del conocimiento.

Tomemos en cuenta también que la comprensión de la tecnología como fenómeno social está cambiando muy rápido. La transformación de las sociedades industriales en post-industriales ha generado conceptos como “sociedad del conocimiento” en el contexto de una geopolítica de desarrollo desigual donde coexisten el capitalismo cognitivo con la explotación mineral. La articulación de este modelo hace posible la interdependencia entre “mundos” de desarrollo desigual según la fuente de valor mercantil sea el monopolio del conocimiento tecnológico o de las actividades de minería. Así mismo se han desplegado formas de extracción del capital cognitivo de la periferia capitalista mediante cercos impuestos por políticas de propiedad intelectual, una institucionalidad eurocentrista que destina sus recursos y talentos a los problemas del centro [6][7], e incluso por prácticas de outsourcing para la creación de productos tecnológicos que luego se concretan como mercancía en otros mercados. Fenómenos como la precarización del trabajo y el endurecimiento de las políticas de propiedad intelectual aparecen como parte de modos de gestión cerrados y centralizados que caracterizan las dinámicas del capitalismo cognitivo [8][9].

En un escenario en disputa, no deja de ser pertinente reclamar modos alternativos de gestión del conocimiento que puedan contribuir con la superación del extractivismo como expresión del capitalismo dependiente y del colonialismo cultural. Es por ello que la creación de una sociedad del conocimiento del Sur aparece como una empresa postcapitalista y decolonial, a su vez determinante para una geopolítica del conocimiento y el desarrollo. Sólo desde esta perspectiva el capitalismo y el colonialismo aparecen como problemas a los cuales se oponen los elementos de una geopolítica del Sur: multipolaridad, postcapitalismo y decolonialidad.

El conocimiento y la tecnología libre como modelo de producción abierta.

Cuando hablamos de conocimiento y tecnologías libres nos estamos refiriendo a creaciones cuyos procesos de producción son “abiertos”. Por ejemplo, el “software libre” involucra dinámicas de trabajo colaborativo que contrastan con el ciclo de producción cerrado de una cadena de montaje, por lo cual, a diferencia de un esquema de diseño propietario, los programas generados pueden ser modificados por los usuarios. Se puede sintetizar esto con el concepto de “diseño abierto”. Un diseño es abierto si está pensado para que el ciclo de vida de un producto trascienda la manufactura y uso del bien. Las denominadas “libertades del software” (ejecución, modificación, redistribución y copia del software [10]) dan cuenta de un ciclo de producción que incluye la transformación constante de los bienes finales. En contraste, el diseño privativo, basado en ciclos cerrados y productos “terminados”, establece que todo producto alcanza una forma final que precede a su utilización y obsolescencia. Esto es una manera de afianzar el monopolio sobre la conceptualización, la producción, la distribución y el uso de los bienes y servicios, lo cual queda establecido explícitamente en las normas de propiedad intelectual que se deriva de ese modelo.

Si damos pie a la comparación con la cadena de montaje, podemos decir que los procesos de producción en tecnologías libres integran directrices como la horizontalidad, al iteratividad, la flexibilidad y la descentralización; en contraste con la jerarquización, la linealidad, la especialización y la centralización de los modelos de producción cerrados. Además, en cuanto que el conocimiento es objeto de intermediación, existe una valoración del mismo como un recurso compartido y como un bien común (“commons”), y no sólo como bien mercantil (“commodities”), por lo que son necesarios el acceso a los datos y la existencia de comunidades políticas de productores-usuarios, o “produsuarios”. El enfoque de producción abierta ha entrado en diferentes áreas del conocimiento, de manera que podemos identificar su presencia en corrientes como la investigación colaborativa, el acceso abierto a las publicaciones, el software y el hardware libre, la manufactura distribuida y las licencias libres.

En el contexto de un ecosistema de productores podríamos precisar un sistema de intercambio en el cual aspectos como financiamiento, diseño, manufactura, distribución, consumo y reutilización se desarrollan con parámetros como participativo, horizontal y distribuido, lo que ha recibido denominaciones como “economía colaborativa” [11] y “economía social del conocimiento” [12]. En este sentido, el modelo de producción entre pares o peer-to-peer (P2P) ejemplifica un esquema de producción abierta que apunta a la creación de valor de uso a través de la cooperación de productores organizados en una comunidad asociativa, con acceso a capital distribuido y con respeto a modos de propiedad común [13]. Entre algunos aspectos representativos de este modelo tenemos: capital nominal y real distribuido, procesos de producción abiertos, creación de valor de uso, coordinación colectiva, propiedad común, interés social. Estos conceptos involucran una comprensión distintiva de elementos como el capital y el trabajo en tanto que factores de la producción de bienes tangibles e intangibles.

Ahora bien, existen algunas tendencias problemáticas en torno a la apropiación del modelo de producción abierta, consecuencia de la presencia del capitalismo cognitivo como forma actualizada del capitalismo contemporáneo. Entre tales tendencias podemos mencionar las siguientes:

  • El precedente histórico del neoliberalismo puede generar presión para que se transfieran a la sociedad las competencias del Estado a través de la externalización de costos, como en los casos de la seguridad laboral y las actividades de interés social.
  • Persistencia de una lógica monopólica en fenómenos como el capitalism o netárquico, representado por emprendimientos que conjugan arquitectura de redes con un modelo de negocios cerrado orientado a la concentración de capitales, a pesar de que implementen modelos y herramientas de código abierto [14].
  • La denominada “gig economy”, o economía del trabajo “a destajo” como forma de institucionalización de la precarización laboral generalizada, popularizada gracias a la utilización de plataformas de servicio digitales2.
  • Una interpretación rentista del conocimiento libre, es decir, la comprensión (colonialista) de que el conocimiento como producto se equipara a la renta minera y que debe repartirse según la lógica redistributiva del Estado, perspectiva que reproduce la carga del rentismo en aspectos como la ausencia de relación percibida entre el trabajo como factor de producción y la creación de valor social.

Es claro que en cada uno de estos esquemas se mantienen las condiciones de apropiación privada del valor generado por el trabajo cognitivo, premisa de fondo del capitalismo cognitivo. Al mismo tiempo, tales esquemas apoyan la división internacional del trabajo y el desarrollo desigual, vistos en escala global. La presencia de estas tendencias justifican la exploración de una sociedad del conocimiento que reúna una geopolítica multipolar, una economía no-mercantilista y una institucionalidad cultural decolonial.

La producción abierta como problema de decisión política.

Podemos hacer una comparación entre el modo de producción abierta y formas de organización tradicional como la cayapa, el convite y la manovuelta. De esta forma podríamos ver analogías entre la manovuelta y la producción entre pares en cuanto que formas de organización vinculadas con el valor de la reciprocidad; entre la cayapa y el trabajo colaborativo, entre el convite y el aporte colectivo (crowdfunding) y entre el conuco (o taller) y los nodos de fabricación distribuida con impresoras 3D. Esta coincidencia resulta de que el momento actual de desarrollo de medios de producción como las tecnologías de información favorece el regreso de formas de organización cooperativas que precedieron al capitalismo industrial. Por lo tanto podemos afirmar que la exploración de las tecnologías libres apoya la búsqueda de alternativas a la racionalización capitalista de la producción y el trabajo, las cuales a su vez son consustanciales con la colonialidad del poder y del saber [2]. En este sentido la idea de formular modos alternativos de producción puede hallar su espacio en las raíces de una geopolítica decolonial.

Por lo tanto, estamos ante una discusión que tiene siglos: el gobierno de la actividad económica. Diferentes propuestas pueden derivarse del liberalismo, el anarquismo o del socialismo, por nombrar algunas categorías de filosofía política. Por ejemplo, en la filosofía del conocimiento libre existe una presencia importante del libertarianismo y del comunitarismo liberal, por lo cual se tiende a la defensa de los derechos del individuo o de la comunidad autónoma frente a los monopolios económicos (corporaciones) y políticos (Estados). Por lo tanto, es necesario poder describir el problema no sólo en términos estrictamente económicos o técnicos, sino también políticos.

Evidentemente, esto guarda relación con las dimensiones económica y técnica del modelo de desarrollo. Las tecnologías libres apoyan el cuestionamiento y la transformación del conjunto de relaciones productivas que caracterizan el capitalismo periférico y que obstaculizan la creación no sólo de valor mercantil, sino de valor social (“externalidades positivas” de la actividad económica [9]), importante desde la perspectiva de una economía del conocimiento como bien común de interés público. Para que ello sea posible se requiere formular un esquema de creación de valor social fundado en el conocimiento libre y diseñar los momentos de despliegue de las potenciales cadenas productivas en esta área, distribuidas territorialmente con una perspectiva de desarrollo endógeno y con visión de multipolaridad. En el caso de las economías extractivistas, el conocimiento y las tecnologías libres pueden proporcionar elementos para revisar los esquemas de capacitación, diseño, manufactura, procesos productivos y de consumo. Así mismo pueden ayudar a fomentar la captación de programas informáticos, maquinarias, equipos, procesos técnicos y esquemas de gestión que contribuyan con la creación de capacidades productivas distribuidas territorialmente.

La gestión participativa de la producción abierta: el conocimiento como bien común.

En el plano estratégico, este modelo requiere establecer modos de coordinación entre productores, que ayuden a formar consensos en torno a temas como la gobernanza de la actividad económica y el régimen de propiedad, para superar las limitaciones del capitalismo periférico y la recepción colonialista de los modos de producción libres3.

En cuanto a la coordinación entre productores uno de los objetos de cooperación es el acceso al conocimiento. Ahora bien, es necesario hacer precisiones para distinguir entre el conocimiento como “recurso compartido” y como “bien común” (“commons”, “procomún”). Por una parte, el conocimiento es un recurso compartido cuando se hace énfasis en los datos y en el acceso a los repositorios. Un ejemplo es el concepto de Open Access, que se orienta principalmente a proteger el libre acceso a productos de investigación [15]. Pero el conocimiento es además un bien común si, con énfasis en los sujetos y las relaciones, se garantiza el acceso en contextos sociales definidos por vínculos de reciprocidad. Un ejemplo podemos extraerlo de experiencias de gestión de los recursos comunes naturales [16] y los movimientos que proponen el intercambio de semillas, como Open Source Seed Initiative (http://osseeds.org/), por citar sólo uno4. Si bien en ambos esquemas existen normas que franquean el acceso a los recursos, en el primero es suficiente satisfacer la condición de no exclusión de los bienes, mientras que en el segundo es necesario además el consenso activo de los participantes. Según nos inclinemos de uno u otro lado podremos hablar de un énfasis en el repositorio o un énfasis en la comunidad.

Aunque ambos esquemas son permeables, el segundo está más cerca del comunitarismo y del interés en la regulación colectiva de las actividades de producción. Éste incluso puede entenderse dentro de un abanico de alternativas. En síntesis, un bien es “común” si existe una comunidad política plural que ejecute modos de autogestión de los recursos compartidos. De esta manera, la regulación comunal proporcionan la calidad de “común” a los bienes compartidos, por lo que se requieren modos de establecer pautas para la gestión de los mismos [17]. Resulta pertinente entonces comprender que la definición de bienes comunes abarca el concepto de recursos compartidos y las dinámicas institucionales necesarias para gestionarlos:

El procomún es un tipo particular de ordenación institucional para gobernar el uso y la disposición de los recursos. Su característica prominente, que la define en contraposición a la propiedad, es que ninguna persona individual tiene un control exclusivo sobre el uso y la disposición de cualquier recurso particular. En cambio, los recursos gobernados por procomún pueden ser usados por, o estar a disposición de, cualquiera que forme parte de un cierto número de personas (más o menos bien definido), bajo unas reglas que pueden abarcar desde «todo vale» a reglas formales finamente articuladas y cuyo respeto se impone con efectividad. [18]

En el caso del cuidado de los bienes comunes naturales se requiere la existencia de pautas asumidas colectivamente, tales como límites claramente definidos; coherencia con las condiciones locales y mecanismos para la resolución de conflictos [16]. Si bien es necesario establecer diferencias entre los bienes tangibles y el conocimiento, dada la condición intangible de éste, puede afirmarse que la existencia de normas compartidas es una condición necesaria para la presencia de una comunidad de productores-usuarios que encuentran en el conocimiento no sólo un recurso compartido sino también un bien común.

Para el conocimiento y la tecnología, la condición de los recursos y su dinámica de creación y circulación dentro de un sistema sociotécnico funciona como intermediación en el conjunto de relaciones de los productores, sea que estemos hablando de artefactos (libros, computadoras), instalaciones (repositorios, conectividad) o ideas (datos, información, conocimiento) [19]. En el modelo de producción entre pares, el carácter distribuido de los medios de infraestructura, información y organización implica la posibilidad de compartir recursos para fortalecer cadenas de producción y de gestión distribuidas [18]. En este sentido, una red de pares productores que se relacionan en términos de reciprocidad, muy probablemente recurrirá a pautas normativas para garantizar la posibilidad de que todos puedan acceder a los recursos del conocimiento y tributar al acervo común de saberes.

En cuanto a las formas de organización, la colectivización de los medios de la producción distribuida bajo formas que procuren la socialización de los excedentes (como las redes, las cooperativas y las empresas de propiedad social) parece ser, al menos como argumento, una fórmula para contrarrestar la apropiación de los esquemas distribuidos y de las herramientas de código abierto por los modelos cerrados, centralizados y privativos, orientados a la concentración de capitales, propios de la comprensión netárquica de la economía colaborativa5 [20]. Esta orientación armoniza con la idea de que la existencia de sistemas de regulación comunitaria es consustancial con el cuidado de los recursos en tanto que bienes comunes.

La gestión participativa de la producción abierta y las relaciones de producción.

Entramos entonces en un punto que por razones de espacio no podemos más que esbozar. Evidentemente, el esquema de producción abierta tiene consecuencias específicas para la caracterización de los factores de producción. Para explorar esta caracterización, es necesario evitar dos razonamientos extremos: el conocimiento no es un bien meramente abstracto ni un bien exclusivamente material. En cambio, en la categoría que genéricamente hemos referido como “conocimiento” confluyen el conjunto de condiciones tangibles e intangibles que, dadas las relaciones entre la esfera cultural y la esfera técnica, permiten la acumulación de instalaciones, medios de almacenamiento y transmisión; información, saberes tácitos y explícitos en uso; y la regularización de funciones de interés cognitivo asumidas en un sistema abierto de construcción de saberes.

Así, por ejemplo, si consideramos el trabajo físico e intelectual como una actividad humana en la cual se invierte tiempo y energía para la producción de un bien o servicio, tenemos que preguntarnos qué significa que el proceso de producción sea “abierto” y que el producto sea “libre”. En el contexto de las relaciones de reciprocidad implicadas en la lógica de la producción de pares, el aporte del trabajo se entrega al procomún en espera de participar dentro de las mismas condiciones en el conjunto de bienes. El valor social del trabajo es absorbido en una parte por el productor, y otra parte se entrega voluntariamente al proceso de producción como abono a un esquema de beneficio colectivo, de manera que el trabajo recibe insumos del procomún y entrega así mismo resultados6. En la búsqueda de un equilibrio, el enfoque debe apuntar a negar la posibilidad de separación del conocimiento (como bien intangible) de factores como la inversión, la infraestructura y el trabajo, pero al mismo tiempo debe evitar que se trate los soportes tangibles de la información como bienes estrictamente materiales. El hecho de que el conocimiento como bien simbólico sea generado en un marco de relaciones sociales y materiales, constituye quizá el nodo crítico de los problemas actuales en torno a la comprensión de la economía del conocimiento, como delata por ejemplo la diatriba en torno a la propiedad intelectual.

Es posible que en condiciones de gobierno colectivo sobre los bienes comunes sea más viable construir el sentido decolonial de una geopolítica del conocimiento. Para ello resulta pertinente el planteamiento de formas de regulación pública que permitan evadir las lógicas del mercado y de la burocracia, pero que se conviertan en referencia para el fomento de actividades económicas fundadas en el libre acceso al conocimiento con énfasis en el desarrollo endógeno. En este caso podría interesar buscar los aportes de formas de regulación pública comunitaria, como modo de gestión no burocrático centrado en el interés público. Dicho papel sería cumplido por organizaciones civiles de carácter socioproductivo que contribuyan con la gestión participativa de recursos compartidos -como el conocimiento- en el contexto de un marco de relaciones económicas con interés en el fomento de los bienes comunes.

Conclusiones: para una geopolítica del conocimiento y el desarrollo del Sur.

El conocimiento y las tecnologías libres pueden ayudar a apalancar un enfoque decolonial que confronte a modos hegemónicos de institucionalización de la producción de conocimiento y, por tanto, de prácticas vinculadas con la planificación del desarrollo que se asocian a estilos tecnológicos propios de culturas coloniales/desarrollistas. No obstante existe el riesgo de recolonización a través de la recepción de nuevas “ofertas” tecnológicas que encubren prácticas de capitalismo cognitivo y de posiciones de talante regresivo asumidas socialmente (como la interpretación rentista del conocimiento). La regulación comunal (énfasis en la comunidad política) en tanto esquema de gobernanza de la producción de pares, aparece como alternativa para la gestión participativa de iniciativas orientadas a la economía del conocimiento, en comparación con formas de interpretar el conocimiento libre más afines con la importación de patrones culturales y estilos tecnológicos. Así mismo, es posible que en el seno de redes para el cuidado del conocimiento como bien común existan mayores posibilidades de cultivar un proyecto de autonomía decolonial.

La economía política de los bienes comunes puede tener cabida en la estructura de un proyecto nacional de vocación cívica y popular. Esto enlazaría con una política de cooperación Sur-Sur y de integración multipolar. De este modo el esquema de producción abierto aparecerá como elección política y no como una ilusión determinista y potencialmente recolonizadora. Para ello, es importante conservar la referencia de que no se trata sólo de recursos compartidos, sino de la socialización de los recursos tangibles/intangibles y de los modos de gestión, por lo que la comunidad política tiene un papel protagónico. Por ejemplo, una política de Open Access convencional se concentra en la difusión de los productos de investigación, pero las dinámicas de creación de conocimientos y el contenido de los resultados se encuentra ausente de su ámbito de preocupación [1 5 ] . Por lo tanto, una política de Open Access enfocada en los repositorios y no en la comunidad de investigación, no tiene por qué considerar un problema el hecho de que los productos de investigación sean resultado de un conjunto de relaciones neocoloniales, ni que los contenidos reflejen una visión eurocéntrica. Esto sólo aparece como problema a partir del cuestionamiento planteado por la decolonialidad como vertiente sociocultural de una preocupación geopolítica y económica que necesariamente planteará la re-institucionalización de las relaciones de creación y aplicación de conocimientos [21].

El enfoque de modos de producción abierta vinculados con modos de gobernanza colaborativa de los recursos compartidos/bienes comunes puede convertirse en palanca para la formulación de un modo de desarrollo integral que trascienda la concepción reduccionista del desarrollo económico. La economía del conocimiento como bien común de interés público, pensada desde el Sur, se muestra relevante entonces para una geopolítica del conocimiento y el desarrollo, en particular porque representa una oportunidad para cultivar potencialidades culturales que permitan formular estilos tecnológicos que apoyen una geopolítica multipolar. Por tanto, la producción distribuida desde una geopolítica del Sur puede convertirse precisamente en parte de una propuesta de desarrollo para el Buen Vivir.

Referencias

[1] Dussel, E. (2014). «Hacia la liberación científica y tecnológica». América Latina en Movimiento. Ciencia, tecnología e innovación en la integración suramericana. N° 493, Marzo. Ecuador: ALAI.

[2] Quijano, A. (2000). “Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina”. En: Lander, E. (Comp.). La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas. Buenos Aires: CLACSO.

[3] Lander, E. (2000). “Ciencias sociales: saberes coloniales y eurocéntricos”. En: Lander, E. (Comp.). La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas. Buenos Aires: CLACSO.

[4] Varsavsky, Oscar (2006). Hacia una política científica nacional. Caracas: Monte Ávila.

[5] Graham, M. (2014). «The Knowledge Based Economy and Digital Divisions of Labour». R. Potter. (Ed.) In Companion to Development Studies. 3° Edición. Hodder. 189-195. Disponible en: https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=2363880

[6] Lander, E. (2001). “Los derechos de propiedad intelectual en la geopolítica del saber de la sociedad global”. En: Comentario Internacional. Revista del Centro Andino de Estudios Internacionales, no. 2, II semestre, 2001.

[7] Lander, E. (2005). “La Ciencia Neoliberal”. En: Revista Venezolana de Economía y Ciencias Sociales. (11) 2. Caracas, Venezuela.

[8] Vercellone, C. (2004) “Las políticas de desarrollo en tiempos del capitalismo cognitivo”. En: Capitalismo cognitivo, propiedad intelectual y creación colectiva. Madrid: Traficantes de sueños.

[9] Boutang, Y. M. (2004). “Riqueza, propiedad, libertad y renta en el capitalismo cognitivo”. En: Capitalismo cognitivo, propiedad intelectual y creación colectiva. Madrid: Traficantes de sueños.

[10] GNU Foundation (2016). “¿Qué es el software libre?”. Disponible en: https://www.gnu.org/philosophy/free-sw.es.html

[11] B auwens, M. (2012). Synthetic overview of the collaborative economy. Orange Labs – P2P Foundation.

[12] Vila-Viñas, D. & Barandiaran, X.E. (Eds.). Buen Conocer – FLOK Society. Modelos sostenibles y políticas públicas para una economía social del conocimiento común y abierto en el Ecuador. Quito, Ecuador: IAEN-CIESPAL.

[13] Bauwens, M. (2005). “La economía política de la producción entre iguales”. P2P Foundation. Disponible en: goo.gl/C5abJt

[14] Fernández, M. y Del Moral, L. (2016). “La ética hacker frente al capitalismo netárquico: software libre y peer production en las iniciativas de Economía Colaborativa en Andalucía”. Revista Teknokultura Vol. 13(1), 141-168.

[15] García, D. y Rendueles, C. (2014). “Abierto, libre… y público. Los desafíos políticos de la ciencia abierta”. Argumentos de Razón Técnica, nº 17, 2014, pp. 45-64.

[16] Ostrom, E. (1990). Governing the Commons. The evolutions of institutions for collective action. EUA: Cambridge.

[17] Ostrom, E. (2008). «El gobierno de los bienes comunes desde el punto de vista de la ciudadanía». En: Helfrich, S. Genes, bytes y emisiones: Bienes comunes y ciudadanía. México: Ediciones Böll.

[18] Benkler, Y. (2003) «La economía política del procomún». Novática, 163, Mayo-Junio. España.

[19] Ostrom, E. y Hess, Ch. (2001). «Artifacts, Facilities, And Content: Information as a Common-pool Resource». Conference on the Public Domain, Duke Law School, 09 de noviembre de 2001.

[20] Scholz, T. (2016). Cooperativismo de plataforma. Desafiando la economía colaborativa corporativa. Barcelona, España: Dimmons.net. Investigación acción en producción procomún. Internet Interdisciplinary Institute (IN3) – Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

[21] Roca, S. (2015). “Geopolítica del Conocimiento: repensar el Acceso Abierto desde el Sur”. Revista Conocimiento Libre y Licenciamiento. Conocimiento Libre a la luz del Pensamiento Bolivariano. N° 10 – Especial. Mérida: CENDITEL; pp. 36-53.

Nota: este artículo aparecerá publicado en la Revista “Conocimiento Libre y Licenciamiento – CLIC”. N° 13. Mérida, Venezuela: Centro Nacional de Desarrollo e Investigación en Tecnologías Libres (CENDITEL). Disponible en: http://convite.cenditel.gob.ve/

1Los resultados de esta forma de división internacional del trabajo pueden verificarse en la distribución geográfica de los resultados de la creación intelectual. Véase por ejemplo: [5] .

2Véase por ejemplo: Arun Sundararajan (26-07-2015). «The ‘gig economy’ is coming. What will it mean for work?». The Guardian. Disponible en: https://www.theguardian.com/commentisfree/2015/jul/26/will-we-get-by-gig-economy

3Esto implica ejercer presión contra la institucionalidad de la formación económica rentista. El fracaso del modelo económico-institucional del Estado rentista, en cuanto que mantiene la dependencia de la renta, representa una amenaza para las conquistas sociales en particular en aquellas sociedades que han abrazado una suerte de extractivismo redistributivo.

4Léase por ejemplo: López, G. (16-04-2016). «La iniciativa de Semillas de Código Abierto en contra de las corporaciones». El Salmón Contracorriente. Disponible en: http://www.elsalmoncontracorriente.es/?La-iniciativa-de-Semillas-de

5Como propuesta en este sentido, puede verse por ejemplo: Carson, K. (01-03-2016). «Which Way for the Gig Economy?». P2P Foundation. Disponible en: https://blog.p2pfoundation.net/which-way-for-the-gig-economy/2016/03/01. Algunas plataformas promueven directamente el cooperativismo como alternativa al modelo privado. Véase como un caso: Platform Cooperativism. Disponible en: http://platformcoop.net/about

6Así, desde una perspectiva que considera la producción de tecnología como proceso y como sistema abierto, un esquema de este tipo puede proporciona mayores posibilidades de brindar retornos sociales positivos a los participantes y los no-participantes directos del sistema sociotécnico.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=219929

Imagen de archivo

Comparte este contenido:

Venezuela: Instituciones educativas realizan grilla cultural y deportiva

Venezuela/Diciembre de 2016/Autora: María Morillo/Fuente: El Tubazo Digital

Con el fin promover el rescate de los valores en la sociedad, fue llevada a cabo una Grilla Cultural y Deportiva, en la Plaza Bolívar de San Juan, donde participaron niños y niñas de diferentes instituciones educativas.

Durante la Grilla, se llevaron a cabo diversas actividades, como juegos tradicionales, juegos de ajedrez, obras de teatro, cantos, bailes, entre otras dinámicas.

Dicha Grilla Cultural y Deportiva, comenzó a las ocho de la mañana.

Guillermo Mombrun, enlace del Municipio Escolar N°1 en la Coordinación de Deporte, indicó que este tipo de actividades forman parte de las líneas pedagógicas del Ministerio de Educación para incentivar diversos valores a los niños, niñas y adolescentes,  resaltando la cultura autóctona del municipio Juan Germán Roscio.

Mumbrum aseguró “Tenemos una participación de más de setecientos estudiantes, quienes se encuentran realizando cada una las de las actividades que tenemos preparadas”

Por su parte José Santaella, profesor de Cultura del Liceo Bolivariano “Gral. Pedro Zaraza” manifestó “Nuestros niños estuvieron presentes en diferentes juegos como voleibol, pelota de goma, carreras de sacos, juegos de metras y otras actividades regreativas”

Asimismo, participaron más de 50 unidades educativas, tanto públicas como privadas, incluyendo la Educación Especial, quienes también formaron parte de esta Grilla Cultural y Deportiva.

Fuente: http://www.eltubazodigital.com/noticias-de-venezuela/noticias-de-guarico/instituciones-educativas-realizan-grilla-cultural-y-deportiva/

Comparte este contenido:

La Andragogía y el Congreso de la Patria

Por Marcel Doubront

Supe por redes sociales la realización por parte de la Universidad Simón Rodríguez de un congreso de la patria bajo el nombre de “Congreso de la Patria Universitaria por la Andragogía Necesaria” el cual planteo temáticas como “Pertinencia de la Educación Universitaria Andragógica en el Desarrollo Productivo del País, Pensamiento y Acción Feminista a nivel Universitario, Las Universidades Como Territorio de Paz” aunque realmente no pude (aunque desconozco si estaba invitado), como Facilitador de la UNESR me gustaría hacer algunos aportes referidos a las temáticas no con mala intención o con complejo de autoinvitado sino como docente que ve a la educación entre ella la andragógica como un proceso de concienciación cultural creador de un cimiento de libertad para que como diría Mandela permita a la hija del obrero ser médica o el hijo de los trabajadores agrícolas ser presidente de la nación pero con otra lógica antagónica a la del explotador. .
La educación como diría Sócrates “es el encendido de una llama y no el llenado de un recipiente” lo cual al hablar de andragogía no solo pudiéramos estar conversando de una simple y ya conocida educación de adultos o con el adultos, sino la implementación de lo que Freire llamaría la “pedagogía de la pregunta” una acción de ambos y no de uno, que permitiese no solo el contraste de la idea a través de la duda creada por la razón (mayéutica) sino la construcción colectiva de una gran verdad en contraposición con la hegemonía del criterio, en ese orden de idea Valdez 2011 refiere:

La Andragogía se centra en el aprendizaje, no en la enseñanza. Más que un proceso de “recorrer” una serie de pautas y unidades curriculares, la Andragogía tiene que flexibilizar los modos de llevar a cabo un proceso de formación, de generar situaciones que favorezcan al máximo el aprendizaje entre las personas.

Hoy en día se confunde la andragogía con la discusión de un acuerdo de aprendizaje que ofrece más ponderaciones y evaluaciones que estrategias para la discusión, o mucho peor dejar al participante que se defienda solo como si alguien hiciera bien lo que no sabe, como dijera el maestro Simón Rodríguez, por ello al tocar el tema refuto mucho con colegas cuando hablan de la practica andragógica y no de la filosofía andragógica, la andragogía no es un estilo o un tipo de educación, es una bandera de lucha donde se une el conocimiento científico con los saberes populares para el desarrollo local, regional y nacional..

Pertinencia de la Educación Universitaria Andragógica en el Desarrollo Productivo del País.
Durante siglos la educación Venezolana estratégicamente por los factores de poder se viene caracterizando por el conductismo, observar, aceptar sin reflexionar ni sentir criticar y autocriticar, o como Freire diría “vivir la dualidad de ser es parecer y parecer es parecerse al opresor” adoctrinando a una sociedad para competir y no a compartir, siendo vulnerable a los sectores económicos, o en otros términos a los ricos que mediante la explotación del hombre por el hombres se hacen más ricos haciendo a los pobres más pobres, para un mejor entendimiento fíjese en la pirámide de Maslow una estructura que explica como la motivación influye en la conducta humana, esta consta de 5 niveles (Necesidades Básicas, Seguridad, Relaciones Humanas, Auto Estima, Autorrealización) los cuales para llegar al máximo el cual consta de la Satisfacción plena deben superarse cada uno de los anteriores, teniendo como primera:
A) el cubrimiento de las necesidades básicas como alimentarse, vestirse, otros placeres personales, entiéndase comprarse los zapatos de moda, la fragancia favorita, o algo más grave lo sucedido en esta guerra económica sus implementos de aseo, la leche y los pañales de sus hijos, los cauchos de su vehículo, la desaparición de la Harina pan pero simultáneamente la publicidad del producto en todos los medios de comunicación comercial, creando la necesidad de tenencia.
B) Seguridad: de no ser cubierto el anterior escalafón el ser humano no podría apropiarse del otro nivel que es el sentimiento de seguridad y por supuesto entraría en pánico o en una gran preocupación ante la política del rumor inducida por los medios de comunicación, redes sociales, discursos políticos y el acaparamiento de los productos de primera necesidad etc., lo cual lo hace vulnerable ante las campañas de manipulación mediática donde planifican atacar el aspecto emocional del ciudadano
C) Relaciones Humanas: al no poder cumplir los dos escalafones anteriormente mencionados el sentimiento de convivencia o pertenencia al grupo social seria casi inexistente porque toda la culpa asumirá que es de su vecino Chavista el cual seguramente no es dirigente político, no tiene cargo en el gobierno y sufre las mismas calamidades de usted pero de acuerdo a la zozobra a la que está inmersa lo hace ver como culpable, indudablemente al no confiar en su vecino que tiene más de 15 años viviendo al lado de su casa, que compartió con sus hijos navidades, cumpleaños, tareas, etc. Lo cual hace entendible cuando jóvenes y adultos caen en la sumisión de llamados a marchar a Miraflores o cualquier acto de enfrentamiento urbano bien sea con órganos de seguridad, civiles e institucionales.
D) Autoestima: Sería impensable que cubriera con el cuarto escalafón el cual consiste en el sentimiento de éxito, reconocimiento y confianza impidiendo obviamente por lo anteriormente explicado llegar al último escalafón como lo es la autorrealización que solo puede ser satisfecho una vez todas las demás necesidades han sido suficientemente alcanzadas.
E) Infectable Autorrealización producto de la manipulación psicológica mediante las ya mencionadas estrategias de dominio.
Ahora bien ¿Qué tiene esto que ver con la Pertinencia de la Educación Universitaria Andragógica en el Desarrollo Productivo del País?
Primeramente la educación es un proceso de liberación conciencial por lo cual el hecho productivo en el país desde las universidades debe estar signado en una profunda reflexión de que producimos, como producimos, a quienes producimos, para quien los producimos, refiriéndome a nuestros egresados, no podemos pretender hacer una revolución con métodos capitalistas y con esto no quiero decir que sus autoridades sea Revolucionarias o no, sino que desde hace tiempo tienen que revisarse los desfasados pensum de estudios, debe definirse si se forma para el mercado laboral o para la producción, de ser así formemos emprendedores andragógicamente o mediante sus potencialidades para la creación de medios de producción y no aspirantes a ser asalariados, en ese mismo orden de ideas Schavino 1998 plantea

“la urgencia de replantear el papel y forma de organización y administración de la investigación en la universidad, con el fin de posibilitar una articulación orgánica de ésta en la sociedad. Lograr esto implicaría la instauración de una nueva estructura organizativa que efectivamente conciba a las Universidades como fuentes legítimas de productos y servicios que respondan a las necesidades del país, contribuyendo a su desarrollo”

Para esto solo se necesita tener voluntad política en los núcleos:
a) Instalación de los Coordinadores académicos por áreas de Conocimiento el cual permita revisar, modificar, actualizar y adaptar, los pensum de estudios y establecer el vínculo político, ideológico y socio productivo del curso (existen decenas de facilitadores tiempo completo y dedicación exclusiva entre ellos docentes jubilados de otras instituciones y con esas dedicaciones en la UNESR que pudieran aportar)

b) Establecimiento de un banco de participantes emprendedores todo joven con capacidades productivas es un soldado contra la guerra económica y cada producto es una bala ante el acaparamiento y sobreprecio de los artículos

c) Iniciar los pasos para la conformación de Cooperativas Socio productivas Robinsonianas, luego de tener los jóvenes emprendedores clasificarlos en áreas productivas, analizar las fuentes de financiamiento (DIDES, FUNESR, Banco Bicentenario) a criterio de la universidad está si estos medios de producción dependerían de FUNESR o serian proveedores de la institución.

d) Instalar las Cooperativas Socio productivas Robinsonianas bajo los patrones jurídicos establecidos por la UNESR en sintonía con la CRBV, Ley de Universidades, Plan de la Patria 2013 – 2019

e) Otra opción la instalación de una misión saber y trabajo en articulación con el INCES donde participantes becados puedan hacer cursos de Herrería, Refrigeración, Fabricación, Electricidad, etc y sus pasantías o mediante el pago de la subvención estudiantil cooperar en el mantenimiento de la planta física.

Realmente lo más importante de ello no solo sería la creación de bienes y servicios que pudieran auto gestionar a la universidad y gran parte de la comunidad, sino la creación del nuevo perfil del egresado de la UNESR

Pensamiento y Acción Feminista a nivel Universitario

En relación a este punto no tengo mayores críticas porque la historia de nuestro país esta signada con un papel protagónico de la mujer desde la Negra Matea, Manuela Sáenz, Luisa Cáceres de Arismendi, Juana Ramírez, hasta la madre soltera que con la frente en alto cría a sus hijos haciéndolos Buenos padres, buenos hijos, y buenos ciudadanos, sin embargo la cultura machista se disminuye sustituyendo la educación de competencia por la educación liberadora, hoy a diferencia de años anteriores más del 60% de la matrícula universitaria está integrada por mujeres, por lo cual más que discutir el papel feminista también debe acentuarse el respeto de genero para el fortalecimiento de la sociedad Venezolana y Universal.

Las Universidades Como Territorio de Paz

La paz no es algo que se decreta sino que se construye, hoy la sociedad está dividida por el pensamiento impuesto por los grupos políticos que utilizan como canal de manipulación los medios de comunicación masivos como programas de radio, programas televisivos de farándula, redes sociales etc. La construcción de la paz no pasa por los discursos sino por la creación de medios para el entendimiento de que ambos sectores pueden ser uno solo y que son muy necesarios, por lo cual el respeto, la justicia, el reconocimiento y el entendimiento son las claves para ello, pero ¿Cómo puede existir respeto con atropellos? ¿Cómo puede existir Justicia sino se escucha o si el principal organismo que tiene la responsabilidad de administrarla es uno de los agresores? ¿Cómo puede existir reconocimiento si se escucha a un solo sector y no se debate? ¿Cómo puede ser factible el entendimiento cuando este tipo de opiniones son invisibles?

Con esto no pretendo ser dueño de la verdad sin embargo quería aportar mediante estas líneas que la andragogía es mucho lo que se puede aportar pero solo si se entiende que esta es una acción bidireccional y hasta multidireccional de lo contrario se llamaría adoctrinamiento

 

Artículo remitido por su autor a la redacción OVE

Imagen tomada de: http://www.desdelaplaza.com/wp-content/uploads/2016/04/congreso-patria.jpg

Comparte este contenido:

El sujeto andragógico o la constitución disciplinaria del cuerpo como adulto autoeducado

El sujeto andragógico o la constitución  disciplinaria  del cuerpo como adulto autoeducado

Jorge Díaz Piña

Partimos aquí de la consideración crítica que fundamenta a las prácticas discursivas andragógicas en torno  a una presupuesta distinción etaria o generacional, para el caso que nos ocupa, la de juventud/adultez,  que se basa a su vez, apoyándonos en el pensamiento libertario de Michel Foucault, en la mediación de relaciones disciplinadoras de poder-saber para configurar socialmente  a los cuerpos como dóciles y útiles desde los requerimientos de la gubernamentalidad. Más adelante desplegaremos el uso que daremos a estas nociones foucaultianas.

De entrada, conceptualizamos a la andragogía como un campo de acciones discursivas de poder-saber  tendientes a incidir en la autoeducación disciplinadora o normalizadora e individuante, con base  en la configuración sujetante del autogobierno o gobierno de sí mismos de  los cuerpos definidos como adultos (disciplinados, maduros, responsables, dóciles, etcétera), que se pretende legitimar  en la delimitación relativa y mistificada por medio de una taxonomía normadora de tipo  etaria o generacional,   respecto de la presunta indocilidad, indisciplina o arbitrariedad  de los cuerpos calificados como  jóvenes.

Se ha naturalizado como “obvia” la relación binaria juventud/adultez  configurada histórica y socialmente, haciéndola parecer que ha existido siempre esa delimitación etaria o generacional, que para muchos ya acostumbrados culturalmente a sus definiciones consolidadas, han olvidado que fueron históricamente creadas  por la Modernidad.  Sin darse cuenta que ese es un criterio relativo de correspondencia representacional que se ha construido sociopolíticamente o biopolíticamente en el tiempo y que no ha sido siempre así.  Que tales criterios han cambiado a través del devenir con las transformaciones societales que también se han producido históricamente.

Desde el enfoque que aquí asumimos, históricamente la Modernidad burguesa o capitalista a través del discurso del movimiento de la Ilustración, asumió el cambio societal producido históricamente a su favor desde la Revolución Francesa, argumentando justificadoramente su hegemonía en  la prevalencia de la razón sobre los dogmas religiosos que hasta entonces habían hegemonizado. Y a la razón la definió como el paso de la minoría de edad (“niñez y juventud”) a la adultez en el cuerpo social colectiva e individualmente asumido. Así la definió Inmanuel Kant (2007) en su  famoso texto que lleva por título Respuesta a la pregunta: ¿Qué es la Ilustración? La Ilustración, como sinónimo de educabilidad racional universal, sería  para Kant  la alternativa de los hombres a su autoculpable inmadurez o minoría de edad que se superaría con  el coraje y atrevimiento de pensar por sí mismos  autónomamente, con cabeza propia y no ajena o de otros, y para ello tendría que ilustrarse o educarse por propia decisión no necesariamente de modo individual, pudiendo hacerlo también junto a otros o bajo su tutoría. Recordemos sus palabras sobre la educación del hombre en su texto Pedagogía: “El hombre es la única criatura que ha de ser educada… Según esto, el hombre es niño pequeño, educando y estudiante” (s/f p. 2).

No obstante, para  Kant la adultez no se  alcanzó, y para Foucault, en la actualidad, tampoco, sino que fue traducida discursiva y prácticamente en una nueva forma tutelada de normalización o disciplinamiento (o sujeción) corporal del poder, “lo que debe ser un adulto, a diferencia de la ‘indócil’ juventud”, y por ello, junto a otras razones, para este último, se hace necesaria una ontología del presente o de nosotros mismos para comprender por qué no se ha alcanzado, entre otros aspectos, la condición  de la “adultez” o autonomía racional ilustrada kantiana de superar el estado tutelado o de minoría de edad de los hombres, para “promover nuevas formas de subjetividad que se enfrenten y opongan al tipo de individualidad que nos ha sido impuesta” (1986 p.36). En consecuencia, se ocupa de investigar las nuevas formas de sujeción o subjetivación que surgen en sustitución de las del Antiguo Régimen histórico como las de servidumbre y de esclavitud, por ejemplo, las de la gubernamentalidad y de las tecnologías del yo insurgentes.

En Foucault (1991), la gubernamentalidad se concibe como novedosas formas de legitimación y dominio insurgentes históricamente del Estado burgués para el control de las resistencias a su  hegemonía en las poblaciones, más eficaces que la represión corporal directa, a través de prácticas individualizantes y tecnologías del yo (de inducir acciones modificadoras sobre uno mismo), que producen la autodominación, el autogobierno (el control de sí) o la autonormalización (adecuación a las normas fijadas), convirtiendo así a los individuos en cuerpos dóciles y útiles al orden instituido.  Dentro de estas formas de sujeción individualizantes, ubicamos a la autoeducación andragógica pese a sus revestimientos retórico-discursivos actuales de “liberación de la minorización de los adultos”, encubridores de su acción disciplinaria individualizadora.

En su análisis del texto sobre la Ilustración de Kant,  Foucault (1991), enuncia la necesidad de realizar la referida ontología del presente:

La cuestión que a mi juicio surge por primera vez en este texto de Kant es la cuestión del presente, la cuestión de la actualidad: ¿qué es lo que ocurre hoy?, ¿qué es lo que pasa ahora?, ¿qué es ese ‘ahora’ en el interior del cual estamos unos y otros y que define el momento en el que escribo? (p. 191)

Él emprendió sus voluminosos estudios arqueológicos y genealógicos en torno a la ontología de nosotros mismos con base principalmente en la constitución moderna de los individuos como sujetos.  Asumiendo la noción de sujeto en sus dos sentidos, como individuo gobernado en su subjetividad o sujetado por sí mismo (autogobernado), y como individuo implicado en dispositivos de sujeción de poder-saber que controlan otros.  De aquí que investigue cómo se han constituido los sujetos de saber  con respecto a los regímenes de la “verdad” o conocimiento; como sujetos éticos con relación a los regímenes de disciplinamiento moral, y como sujetos normalizados o dominados con respecto a los regímenes de poder.

Ello implicó considerar a los sujetos modernos, junto a sus agrupamientos poblacionales, como constituidos por las prácticas de individuación masivas. Prácticas que suponen un saber individual a través de técnicas como, por ejemplo,  la examinación (médica, psicológica, psiquiátrica, escolar, etcétera), que permite encuadrar o capturar a cada quién y clasificarlo  para disciplinarlo en instituciones panópticas (escuelas, cárceles, cuarteles, manicomios, hospitales, etcétera), con base en compararlos con las normas (“lo normal”) o los estándares establecidos para el ejercicio del control. Prácticas individuantes a partir de las cuales se ven los individuos a sí mismos y son vistos por los otros. Estas prácticas hacen de ellos objetivaciones que conducen a divisiones o separaciones: entre el loco y el cuerdo, el enfermo y el saludable, el normal y el anormal, el infractor y el observante, y, agregamos nosotros, entre el joven y el adulto.

Hay un autor contemporáneo, Zygmunt Bauman, que ha caracterizado esas oposiciones binarias de la Modernidad, como ambivalencias en su texto Modernidad y ambivalencia (2005), y las considera como afortunadas contradicciones que limitan el ejercicio del poder ya que para él, la Modernidad lucha contra la ambivalencia con el expreso propósito de que al dividir y separar pueda imponer sus clasificaciones en todos los ámbitos de la sociedad.  Así, la ambivalencia aparece debido a la imposibilidad de imponer el orden de poder absoluto gracias a las oposiciones o contradicciones que a su vez genera. Foucault ha señalado al respecto que el poder genera resistencia, “allí donde hay poder hay resistencia”(1985 p.116).

Por ello, las instituciones disciplinarias o normalizadoras modernas ya señaladas, forjadas con base en la imposición de esas clasificaciones, serán signadas por la ambigüedad que les es congénita pese a sus recurrentes esfuerzos de poder por anularlas, como es el caso de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (UNESR), en sus recurrentes crisis por la ambivalencia que la cruza institucionalmente.

De nada les valdrá recurrir discursivamente de manera reiterada a presuntos orígenes inmaculados política e ideológicamente   inexistentes (no olvidemos que el pretexto de su “experimentalidad andragógica” surge de la manifiesta intencionalidad de la gubernamentalidad en la Ley de Universidades de 1970 vigente, de impedir nuevas universidades autónomas y democráticas luego del allanamiento policial-militar de las existentes en 1969 por el accionar crítico y contestatario de sus estudiantes y profesores en la Renovación Académica de 1968), o a idealizaciones de técnicas educativas disciplinarias convertidas en presuntos “principios” de la andragogía para exorcizar la “contaminación juvenil” o “pedagógica” de sus retóricos supuestos de la educación de la adultez (principalmente los supuestos de su potencial autodisciplina y autogobierno, o sus sinónimos,  para mayor paradoja); ni forjar una falsa historicidad desde el artificio de crear un objeto (la andragogía) con continuidad lineal en el tiempo basándose para ello en nombrar y citar algunas referencias alemanas y estadounidenses, y de sus dependientes traductores nativos, ejemplos de la colonialidad que ha campeado en estos predios, de quienes han usado en el pasado esa noción, cuando eso no provee de sustentabilidad argumentativa alguna desde que las historicidades lineales y alineadas fueron socavadas e impugnadas por la historicidad posestructuralista o posmoderna.

Tampoco creemos que se pueda socorrer a la andragogía tratando de hacer un salto mortal en el aire sin red para asirse del trapecio salvador  resbaladizo de la educación popular o de la educación liberadora freireana. ¿Cómo vincular sin eclecticismo y sin dialécticas vergonzantes epistémica o epistemológicamente  matrices o paradigmas radicalmente contrapuestos en esos planos? A menos que se abuse del vulgar recurso de manipulación ideológica de “ingenuos” e indigno de la condición de la inteligencia universitaria, de aquella monserga del sentido común de “tomar lo bueno de ambos”.

Lo que parece proceder si en verdad se desea la transformación radical de la UNESR, es la asunción de la discusión abierta y fundamentada universitariamente en el pensamiento reflexivo e informado, de pensarse a sí misma desde el pensamiento crítico que dice reivindicar, poniendo todo en debate, desde las presuntas “herencias” ( a las que hay que estar dispuesto a renunciar para “salvarse” a la vieja y noble usanza dignificadora) y supuestos sustentadores, hasta las practicaciones cotidianas, democráticamente y garantizando que todos participen, no tan solo consultándoles manipuladoramente,  en las decisiones finales de los cambios a asumir.

Referencias

Bauman, Z.  (2005). Modernidad y ambivalencia. Barcelona: Editorial Anthropos.

Foucault, M. (1985). Historia de la sexualidad (I). La voluntad de saber.  México: Editorial  Siglo XXI.

__________  (1986).  Por qué hay que estudiar el poder: la cuestión del sujeto. En Mills W. y otros. Materiales de sociología crítica.  Madrid: Ediciones La Piqueta.

__________ (1991). Saber y poder. Madrid: Ediciones La Piqueta.

Kant, I.  (2007).  Respuesta a la pregunta: ¿Qué es la Ilustración? En:  Erhard, J. y otros.   ¿Qué es la Ilustración?  Madrid: Editorial Tecnos.

Kant, I. (s/f).  Inmanuel Kant. Pedagogía.  En: www.ddooss.org./articulos/textos/kant_pedagogia.pdf

Comparte este contenido:

Educación para el porvenir

Por: Elías Jaua Milano

En estos días me involucre de manera especial, como padre y como dirigente revolucionario, en el inicio del año escolar. Hay que celebrar lo mucho que hemos avanzado en los niveles de escolaridad; la infraestructura educativa; la dotación de textos y tecnologías; el programa de alimentación; la reivindicación de las culturas locales y la mística de los docentes. Sin embargo, quedan tareas pendientes como la seguridad y mantenimiento de las infraestructuras; mejor calidad y pertinencia; superar el déficit docente en las áreas de las ciencias; la lucha contra la deserción escolar; el logro de la convivencia escolar y comunal.

Sobre estos temas, hay importantes recomendaciones emanadas de la consulta educativa realizada entre los años 2014 y 2015, se trata de aplicarlas y aprovechar estos años de aquí al 2020 para avanzar en esas tareas pendientes y consolidar un nuevo modelo educativo en nuestra Patria.

El profesor Aristóbulo Isturiz, nuestro Vicepresidente Ejecutivo, en una extraordinaria conferencia, sobre estos temas, dictada en días pasados expresaba que nuestro modelo educativo debe formar a los republicanos y republicanas para la sociedad que queremos, esa sociedad que está plasmada y acordada por el voto de la mayoría en nuestra Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Se trata entonces de formar para el porvenir a una generación de jóvenes, a partir de los valores de la solidaridad, el reconocimiento tolerante de nuestra diversidad física, de género, étnica cultural y política ideológica, pero a la vez orgullosamente identificada con la hermosa y común historia que nos pertenece, ser un pueblo hijo de libertadores y libertadoras.

Una generación de jóvenes instruida en el saber hacer para la vida cotidiana, que sepa usar la mente y las manos frente a los pequeños y grandes retos de la cotidianidad. Una generación que cultive su espíritu y su salud a través del arte y el deporte.

Si queremos porvenir, necesitamos formar una generación de venezolanos y venezolanas, que tenga conciencia de los grandes desafíos que como especie humana nos toca enfrentar en el presente y que serán más complejos en el futuro inmediato y en consecuencia oriente su formación técnico profesional para la producción de alimentos y otros bienes esenciales para la vida; para el desarrollo de nuevas fuentes y el uso racional de la energía y el agua; para la innovación científica aplicada a preservar la salud humana y el ecosistema; para la innovación y uso de las tecnologías de la comunicación como instrumentos de una política de promoción de la pluralidad cultural, la paz, la vida y la convivencia en nuestro mundo.

Creemos profundamente que esa formación solo se puede lograr desde los valores del humanismo, desde los valores del socialismo. Despejemos el horizonte y ganemos el porvenir.

Fuente: https://www.aporrea.org/educacion/a236718.html

Foto de archivo

Comparte este contenido:

Venezuela: Sede del MPPE estrenó el Centro de Salud para el Buen Vivir “Doctor Salvador Allende”

Venezuela/Diciembre de 2016/Autor: Edel Lara/Fuente: MPPE

Para brindar atención médica a docentes, personal administrativo y obrero que labora en el edificio del Ministerio del Poder Popular para la Educación (MPPE), este miércoles se reinauguró el Centro de Salud para el buen Vivir “Doctor Salvador Allende”, ubicado en el piso 1 de la sede ministerial.

“Estamos muy contentos de reinaugurar este espacio, porque le estamos dando un nuevo enfoque y una nueva visión, porque no solamente se dará atención medica general y especializada sino que además contamos con la posibilidad de incorporar programas de salud pública y sobretodo privilegiar la promoción de la salud para el buen vivir”, así lo informó Marisela Bermúdez, presidenta del Instituto de Previsión y Asistencial Social para los trabajadores del Ministerio de Educación (Ipasme).

Bermúdez destacó que lo que “nuestra meta es no quedarnos aquí lo que queremos es darle toda la información posible a los usuarios y usuarias para que aprendan nuevos estilos de vida que permitan una mejoría en cuanto a la salud”.

En este sentido, la presidenta del Ipasme, aclaró que el centro de salud lleva por nombre Salvador Allende en reconocimiento al legado que dejó durante el período presidencial este compatriota chileno. “Hoy honramos su nombre, este fue un hombre que durante su periodo presidencial busco siempre la mejoría de su país, durante su periodo como presidente quiso darle una mejor calidad de vida a su pueblo”.

Pablo Sepúlveda Allende, nieto de Salvador Allende, agradeció la oportunidad de que un centro de salud lleve tan importante nombre “esta inauguración me parece muy importante pues se le esta dando un nuevo enfoque a la salud, el del buen vivir, pues justamente la lucha de Salvador fue ir cambiando las bases de la sociedad tanto económicas como culturales para la promoción del buen vivir”.

El nieto de Salvador Allende informó que la buena salud de la sociedad incrementa la calidad de vida por lo que “la educación juega un papel fundamental para la buena salud, desde las escuelas debe promocionarse la buena salud y como mantenerla. El legado de Salvador Allende fue transformar la sociedad, él lo que proponía fue un cambio de vida del ciudadano”.

Raíza Aular, Gerente de Salud del Ipasme, informó que la reinauguración de este centro de salud para el buen vivir “Doctor Salvador Allende” permitirá la atención de más de tres mil 500 usuarios y usuarias, además atenderemos a los 330 niños y niñas del preescolar “Canta Pirulero”.

“Aquí se le estará brindando atención medica a todos los servidores y servidoras del MPPE, tendremos las especialidades medicina general, pediatría, ginecología y obstetricia, odontología, ecografías, servicio de laboratorio” dijo Aular.

Fuente: http://www.me.gob.ve/index.php/noticias/69-noticias-2016/noviembre/2315-sede-del-mppe-estreno-el-centro-de-salud-para-el-buen-vivir-doctor-salvador-allende

Comparte este contenido:

Sobre la Enseñanza por Proyectos (3/12)

Por: Julio Mosquera

  1. De Europa a América
La enseñanza de la arquitectura se inicia en México alrededor de 1779. Sin embargo, no es sino hasta el 4 de noviembre de 1785 que es inaugurada oficialmente la Academia de las Nobles Artes de San Carlos de la Nueva España. En esta Academia, al igual que en Europa, se entregaban medallas a los mejores artistas y se exigía la realización de un proyecto para la finalización de los estudios. Tenemos que los primeros graduados de esta Academia realizaron proyectos de una aduana, un Colegio de Minería, un retablo, la Celda para la marquesa de Selva Nevada en el convento de Regina y la reconstrucción de la Iglesia de Tulacingo respectivamente (México Desconocido, 2002).

Durante el Siglo XIX el método de proyecto pasó de la arquitectura a la formación de ingenieros. Los nuevos colegios y universidades industriales o técnicas asumieron dicho método.

En Estados Unidos, el Instituto de Tecnología de Massachussets, fundado en 1864 en la ciudad de Boston, no fue una excepción. Según Knoll (1997), la fundación de este instituto marcó el transplante del método de proyecto desde Europa a los Estados Unidos. Tenemos así un doble proceso de apropiación. Por un lado académico, su adopción en escuelas de ingeniería y por el otro geográfico, su traslado a los Estados Unidos. Este proceso de apropiación tuvo una enorme influencia sobre la manera como se usó y se fundamentó teóricamente este método.

Al ser trasladado a tierras estadounidenses, el método de proyecto sufre transformaciones cuyo carácter se debe a particularidades de los habitantes de esas tierras y las condiciones económicas de ese momento.

«(…) El sentido práctico norteamericano es una fuerza indomable, que no conoce ni admite barreras, que destruye con su tenacidad práctica toda clase de obstáculos y que siempre lleva a término lo empezado, por mínimo que sea; es una fuerza sin la cual no puede concebirse una labor constructiva seria.» (Stalin, 1924/1972, p. 128)

El método de proyectos continuó evolucionando en territorio estadounidense. Cerca de 1870, el profesor Stillman H. Robinson, de la Universidad Industrial de Illinois en la ciudad de Urbana, propuso que la teoría y la práctica debían mantenerse juntas. Para este profesor el futuro ingeniero debía formarse primero como artesano. Desde esta perspectiva, la cual se distanciaba de las tradiciones dominantes en Paris y Boston, los estudiantes tenían que aprender tanto las leyes de la ciencia y las tecnologías como a ser capaces de construir máquinas, aparatos y turbinas (Knoll, 1997). La adopción de este enfoque requería de parte del estudiante la realización de un acto completo de creación. El trabajo de estos iba más allá del bosquejo del proyecto en el papel, ellos tenía que construirlo en el taller. En palabras de propio Robinson:

«En la práctica la enseñanza consiste principalmente de la ejecución de proyectos, en los cuales al estudiante se le requiere construir máquinas, o partes de estas, de su propio diseño y a partir de sus propios planos de trabajo.» (citado en Knoll, 1997, p. 4, Mi traducción)

El interés de Robinson no se limitaba a extender el trabajo de proyecto a su concreción en un modelo físico que funcionara. Él buscaba además que los futuros ingenieros alcanzaran una formación como ciudadanos democráticos, es decir, ciudadanos creyentes en la igualdad de los hombres y en la dignidad (Knoll, 1997).

Tomado de: http://www.aporrea.org/educacion/a236384.html

Comparte este contenido:
Page 262 of 401
1 260 261 262 263 264 401