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El vuelo inesperado del Maestro militante Luis Bigott

Hoy nos sorprendió con su vuelo, más aun cuando con su entusiasmo de maestro militante, nos había ofrecido acompañarnos ayer en un encuentro para conversar sobre los sueños y entre muchos de ellos, para conversar sobre Otras Voces en Educación. Pero no solo porque no pudo llegar a ese encuentro nos sorprende su partida, sino porque aun con la salud alertando el estado de su cuerpo físico, su alma y su corazón hacían que pies y manos llegaran a donde se había comprometido, como así lo hizo el año pasado cuando con gripe y fiebre encima, nos regaló su presencia en el Ier Congreso de Educación Comparada que realizamos en Maturín a mediados del mes de marzo.

Así era la militancia de Luis Bigott, a prueba de fuego, de su cuerpo y de sus malestares físicos, pero también a prueba de los males que en el ámbito académico colonial y político moderno, suelen adherirse viralmente a la razón y la emoción como forma de aplacar la conciencia crítica y los saberes y haceres por todo lo bueno y lo justo para todos y para todas

El tamaño de su firme compromiso con la pedagogía crítica, la educación popular, la emancipación del pensamiento y la transformación de la educación universitaria nuestramericana, lo demostró en su extensa trayectoria docente y como investigador, siendo Profesor de la Universidad Central de Venezuela y de la Universidad del Zulia, Director de la Escuela de Educación de la Universidad de los Andes, profesor invitado de Universidades extranjeras como la Complutense de Madrid, San Marcos de Lima, la Universidad de Santo Domingo, la Autónoma de Bogotá y la Universidad de Buenos Aires,  trayectoria que culminó como Vicerrector Académico de la Universidad Bolivariana de Venezuela, espacios en los que siempre demostró congruente y abiertamente su compromiso con la formación de hombres y mujeres que contribuyesen en la transformación de la realidad nacional y latinoamericana.

Pero el andar en las escuelas, en las universidades y entre los pupitres no fue suficiente, por eso nos dejó diversas publicaciones entre las que destacan “Temas de Historia de la educación Venezolana”, “Redes Socio-Culturales (Investigación y Participación Comunitaria)», «¿Qué es un educador intercultural?», «Investigación alternativa y educación popular en América Latina»;  y “Pedagogía de la Descolonización”, entre otros textos que sin duda alguna han influenciado y seguirán influenciando el campo de la educación, al regalarnos insistentemente en ellos, ideas y planteamientos sobre una educación igualitaria, inclusiva y promotora de un pensamiento y una praxis transformadora de la realidad.

Pero tampoco su labor como escritor le fue suficiente, por ello en su trayectoria de vida fue un activo defensor y promotor de la cultura latinoamericana y caribeña y en especial la de los pueblos originarios del sur, teniendo como importantes logros haber sido el Fundador y Primer Director de la Dirección Nacional de Artesanías del Consejo Nacional de Cultura (CONAC),  Presidente de la Fundación de Etnomusicologia y Folklore, Asesor de la Comisión Ministerial de Cultura de Haití y de los Ministerios de Educación y Cultura de Nicaragua, así como Fundador del Instituto Pedagógico Latinoamericano y Caribeño de la República de Cuba.

Pero tampoco eso le fue suficiente, el  maestro Luis vio necesario dar el salto de la academia a la política; y su interés por la integración latinoamericana le llevó a desempeñar importantes cargos en la gestión pública gubernamental como Diputado al Parlamento Andino, presidiendo desde ese espacio la Comisión de Política Exterior, la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología y la Comisión de Movimientos Sociales del Parlamento Andino.

Pero tampoco su andar en la política le fue suficiente, porque hoy tras su partida inesperada, quizás sin saberlo, nos deja un inmenso compromiso por la siembra y el riego de sus ideas sobre la educación como espacio emancipador para transformar realidades y tejer redes con las cuales echar andar  sociedades más justas e igualitarias.

Por eso, desde este lado, nunca serán suficientes las palabras de agradecimiento y de honra para el maestro Bigott. Toca entonces, como herederos y herederas  de lo que en vida regó desde que lo parió un gran caño del  Río Orínoco, asumir la tarea dada, tarea amorosa que nos deja como inigualable maestro revolucionario, investigador militante y agitador de todo lo bueno para la patria grande.

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ETICA DESDE LOS MOVIMIENTOS EMERGENTES DE NUESTRAMERICA

etica

Por: Julio C Valdez

Intentamos caracterizar la ética en Nuestramérica (América Latina) desde la conformación histórica de los actuales movimientos sociales. Lo hacemos bajo el supuesto de que tales movimientos tienen como cualidad primordial la superación de milenarias situaciones de opresión, injusticia e inequidad a las que históricamente han sido sometidos nuestros pueblos y naciones. Y, en esa búsqueda emancipadora, pueden irse creando las bases para la construcción colectiva de nuevos e inéditos estadios sociales.

¿Desde dónde miramos?
Entendemos que la ética es expresión de momentos y condiciones históricas muy específicas. Siendo este el caso, hablar de ética es asumir sin reservas posibilidades de reinterpretar permanentemente la historia. El caso de Nuestramérica, por ejemplo, nos habla de un proceso que, desde el siglo XV hasta hoy, ha estado signado por perennes invasiones: de España-Portugal primero, y luego de Inglaterra y Estados Unidos. Tales invasiones han traído consigo procesos de coloniaje y vasallaje que implican formas de sometimiento de nuestras sociedades americanas en lo político-militar, lo socioeconómico, lo lingüístico-cultural y lo institucional.
Lo anterior se traduce en que estos procesos seculares de dominación, incorporados a los llamados aparatos ideológicos de los estados, nos han hecho asumir el discurso implicado en ellos. De esta forma, hablamos el lenguaje de los que intentan dominarnos, como si fuese el nuestro.

En consecuencia, nos han hecho suponer que la humanidad toda, tras sucesivos intentos, ha logrado el estadio final de un proceso de civilización creciente, que lleva implícito el progreso, lo bueno, lo noble. No sobra decir que –desde esta óptica- existen países que supuestamente se acercan más que otros a tal estadio: los Estados Unidos y otros países europeos, tales como Inglaterra, Alemania y Francia. Y, por ende el papel nuestro como pueblos latinoamericanos sería el de imitar a tales avatares.
Este discurso que nos inunda desde la organización social dominante y desde los mensajes que emiten las grandes transnacionales de la comunicación, nos han convencido de algunos supuestos desde los que, inconscientemente, orientamos nuestra vida, es decir, una ética del vasallaje. Por ejemplo:

1. La competencia feroz entre seres humanos ha de ser nuestro estado natural. Pues desde una supuesta evolución, la competencia está inscrita en nuestra naturaleza, y se liga con la búsqueda de supervivencia. En otras palabras, para sobrevivir hemos de competir entre nosotros y nosotras a ver quién se queda con los recursos. Sólo los más aptos quedarán (el darwinismo social).

2. Siendo la competencia la “forma natural” de la vida, el Estado ha de responder a ese supuesto. Así, mientras menos regulaciones y controles ejerza el estado, mejor podremos desplegar nuestros mecanismos competitivos para sobrevivir. Extrañamente, si en el mundo animal los menos aptos perecen, en nuestras sociedades se supone que el éxito de unos puede terminar ayudando a vivir a otros individuos no tan capaces, eso sí, si se pliegan a las normas de los triunfadores. Así, la libertad es fundamentalmente la libertad de competir y avasallar.

3. Si en el mundo animal la vida misma y el potencial genético de los vencedores son indicadores de éxito, en las sociedades humanas lo es la apropiación del capital, llave de la obtención de recursos (capital). Quien más acumula, manda.

4. En el mundo social competitivo, la naturaleza es sólo una mercancía más, otra fuente de riqueza, y de esa forma hay que tratarla. Cabe exprimirla y saquearla sistemáticamente para obtener sus tesoros. Eso han tratado de enseñarnos.

5. Esta visión materialista, competitiva, se ha erigido desde la desacralización creciente del mundo, la desaparición progresiva de la espiritualidad, del mundo metafórico vivo, el predominio de ciertas posiciones científicas y cientificistas que reducen toda la riqueza vital a meros procesos materiales observables y medibles.

A partir de esos supuestos, podemos construir algunas pautas implícitas en la ética dominante. Son esquemas que muchas veces rigen nuestros comportamientos desde las sombras, sin que lo sepamos plena y conscientemente. Y, usualmente, mientras tendemos a valorar con fuerza estos valores impuestos, atribuimos una gran debilidad a ciertas características ínsitas en nuestra conformación histórica: la empatía, la fraternidad, la cooperación y la solidaridad.

La ética desde la visión colonizada:
Desde la óptica de la visión que nos ha sido impuesta, se concibe que…
 Somos seres individuales, solitarios, amenazados por otros seres humanos, siempre a la defensiva. En vez de unirnos con ellos y ellas, se supone que debemos enfrentarlos y enfrentarlas para apropiarnos de las cosas. Hemos de ser personas “exitosas”, “triunfantes”, para obtener las cosas y los símbolos que nos asegurarán la vida que queramos tener, aunque para ello tengamos que atropellar y someter a otros seres humanos, o subyugar y hasta destruir la propia Naturaleza. Eso lo haremos con la fuerza de nuestros poderes y recursos, o con los modos en que hemos podido desarrollar la llamada viveza criolla.
 Somos seres hetero-referenciados, cuyas pautas para mirarnos y reconocernos están en los patrones culturales impuestos. Así, podremos asumir el supuesto progreso y la civilización en la medida que dejemos de parecernos a nosotros mismos (como latinoamericanos) y seamos cada vez más semejantes a como se supone son las personas y las naciones “exitosas” de los Estados Unidos, y acaso de Europa. Entonces, nos han hecho creer que no éramos nada hasta que fuimos “descubiertos” y “civilizados” por otros pueblos. Y éramos ociosos y perezosos hasta que emigrantes de otros continentes vinieron a constituirnos como verdadera sociedad.
 Lo anterior hace que podamos llegar a despreciarnos como pueblo (negar o tergiversar nuestra historia, nuestra cultura, nuestro lenguaje), para intentar encarnar los prototipos vomitados por los aparatos ideológicos de los colonizadores. De esta forma, lo indígena, lo campesino, lo ancestral, que traen consigo relaciones de mutualismo, confraternidad, constituyen “pesados fardos” de los que tenemos que liberarnos para entrar de verdad en la modernidad.
Ejemplo de lo anterior, en el caso de Venezuela, se manifiesta en que el espacio fundamental de identidad hasta ahora predominante responde –con vaivenes y bemoles- a la historia de occidente. Es decir, muchos venezolanos se sienten parte del mundo occidental, de su relato de progreso creciente (con sus modos de vida, sus valores, su tecnología), en contraposición con lo indígena, africano, árabe, incluso asiático, que para ellos representa lo primitivo, lo inferior, lo salvaje. Y por ello hay amplia resistencia ante propuestas y estrategias de estado que tiendan a alejarnos de esos patrones.

Y estas creencias son tan fuertes que, a pesar de las crisis mundiales (económica, política, social, cultural, ecológica) del sistema capitalista, que no sólo afectan ya en gran magnitud a las naciones pobres, sino también a las más emblemáticas (como los Estados Unidos, Inglaterra, Francia), muchos siguen sintiendo que de lo que se trata es de emprender los propios negocios, posicionar nuestros proyectos empresariales en el sistema económico mundial y ser exitosos y exitosas. Como si tales crisis constituyesen apenas un mal sueño del que pronto despertaremos, y no situaciones límite que han de llevarnos a cambiar radicalmente nuestras visiones de futuros posibles.

Nuevos escenarios sociales en América Latina
No obstante lo anterior, en América Latina las cosas han empezado a cambiar. Entre otros, hay dos factores que propician estas transformaciones: los ensayos políticos a gran escala –desde políticas de estado-, como por ejemplo en Venezuela, Ecuador y Bolivia, y los llamados movimientos sociales. Enfatizaremos en estos últimos.

Hablar de movimientos sociales es referirnos –a lo largo de nuestra historia- a una diversidad de iniciativas organizacionales integradas a las vidas cotidianas, que implica en sí acciones insurreccionales, con una escasa división del trabajo, donde los propios colectivos dan y ejecutan las órdenes de modo simultáneo. Estos movimientos sociales alimentados por las fuerzas sociales emergentes (movimientos de género, indígenas, negros, defensores del ambiente, entre otros), inician luchas reivindicativas que luego han pasado a constituir proyectos político-culturales que apuntan a nuevos procesos pluralistas de civilización, realmente planetarios, posracistas, poscoloniales y probablemente posmodernos.

Los movimientos latinoamericanos están constituidos por comunidades vinculadas a la naturaleza como medio y sentido de vida (por ejemplo indígenas, campesinos), experiencias locales urbanas (organizaciones comunitarias, propuestas artísticas), modos de acceder o reinventar lo laboral (movimientos de trabajadores), reivindicación de etnias y de identidades ancestrales (indígenas, afrodescendientes), reafirmación de género y de libertad sexual (movimientos feministas y diverso-sexuales)… Entre otros.

Podríamos ver entonces los movimientos sociales como conjuntos de personas que, como colectivos organizados, inventan y asumen acciones que en sí mismas se integran en diversos ámbitos (económico-social-cultural-ancestral-político). En el despliegue de estas acciones, se favorecen las situaciones de encuentro, intercambio e integración social. Ello supone que, como seres humanos, todos somos iguales ante la ley y ante Dios, tenemos las mismas posibilidades y las mismas oportunidades. La naturaleza y la forma en que nos relacionamos entre sí, y no las propiedades adquiridas, definen lo que somos. La sociedad es, en consecuencia, una configuración de personas-colectivos, interconectados entre sí. Cada colectivo, en relación con los otros, desde sus ámbitos específicos, imprime dirección y sus propios rasgos a la vida social.

¿Y cómo miramos la ética desde estos movimientos sociales?
Queremos referirnos a los movimientos sociales como sujetos colectivos que, desde sus vivencias cotidianas, encarnan utopías concretas que –bien leídas e interpretadas- pueden darnos señales de las sociedades del futuro que aspiramos construir. Nos cuidamos de idealizar tales movimientos, pues sabemos que se originan y desarrollan en estas sociedades latinoamericanas que, como hemos visto, están signadas por situaciones de injusticia, inequidad, asimetrías. Y estas condiciones inevitablemente están presentes en todos nosotros, hasta que mediante profundas reflexiones y procesos de solidaridad crecientes, podamos minimizarlas.

En nuestro proceso revolucionario venezolano actual no hay dualidad entre la ética (normas y pautas para la acción personal) y la política (ideario y proceso de acciones colectivas). El coloniaje-vasallaje secular está presente en nuestra cotidianidad y nuestras relaciones cotidianas, por lo que cualquier acción en nuestra familia, nuestra vecindad, con nuestras amistades, en nuestro ámbito laboral, es tan política como la organización política propiamente dicha. En cualquier espacio social en que nos movamos podemos cuestionar y reconstruir el tejido social heredado de los colonizadores, en lo socioeconómico, lingüístico-cultural y lo institucional, en aras de nuevos ensayos sociales. Así, cualquier posición que asumamos desde la ética, es también una posición política.

¿Cuáles pautas éticas podemos aprender de los movimientos sociales?
Por ejemplo, desde los movimientos sociales latinoamericanos, la ética se asume como superación de un estado de cosas y encarnación de utopías concretas, vivenciales. Veamos las siguientes pautas:
1. La sociedad actual, cimentada sobre la desigualdad, la opresión, la injusticia y la exclusión nos condiciona para la competencia inclemente entre seres humanos, para la explotación y la subordinación. En cambio, las búsquedas de nuevos estadios sociales nos convidan a vivir y trabajar en armonía, solidaridad, confraternidad. Constituyendo el tejido de lo colectivo, mediante el diálogo constante y profundo, nos convertiremos en protagonistas de procesos históricos inéditos.

2. Nuestro núcleo fundamental de identidad no está en el mundo capitalista occidental colonial, sino en las luchas por la liberación de múltiples pueblos, desde nuestros ancestros indígenas, pero también los pueblos árabes, africanos, asiáticos… Nos identificamos, no con formas sociales que suponen la cima de la evolución humana (el fin de la historia), sino con aquellas otras que luchan para liberarse de yugos y sometimientos de potencias imperiales y sus vasallos.

3. Desde la óptica de las luchas por la emancipación y la creación de nuevos esquemas civilizacionales basados en la reciprocidad, la confraternidad y la construcción social colectiva en equidad, el estado no puede minimizarse, ni dejar suelta la competitividad salvaje, sino que debe ser un actor fundamental en la fundación de nuevos marcos jurídicos y nuevos horizontes de organización social, donde todos los seres humanos –sin excepción alguna- seamos protagonistas de nuestros procesos de vida solidaria.

4. Estas posiciones, lejos de considerar la naturaleza como un reservorio de materias primas que amerita ser explotada y saqueada, nos la presenta como una madre cósmica y material (la pachamama), como un organismo vivo que nos contiene y del que somos parte, y al que debemos respeto y amor.

5. Este camino que emerge desde los movimientos sociales necesariamente está acompañado de una forma de reencantamiento del mundo, de una revitalización creciente de la humana espiritualidad –que no tiene que ver con ninguna religión-, con la reconquista de los universos metafóricos, con una visión cotidiana anegada de poesía en movimiento.
¿Hacia una ética de la liberación?
Un camino posible para liberarnos en solidaridad y propiciar la transformación radical de nuestras formas relacionales hacia el buen vivir, pasa por el establecimiento de relaciones dialógicas con las personas que tienen que ver con nuestros ámbitos cotidianos, por el avance por convertirnos en colectivos de aprendizaje constante, por el ensayo permanente de procesos y proyectos socioproductivos, sociales y culturales, desde el amor y el respeto a la Naturaleza, teniendo como eje una mirada latinoamericana y mundial.
Tal camino implica un trabajo cotidiano para abrir y sostener espacios de diálogo con sentido entre personas, desde su originariedad y diversidad, es decir, entre artistas, intelectuales, sabios ancestrales, científicos, comunidades de sabedoras y sabedores, para reinterpretarnos, para recrearnos desde nuestra historicidad actual, para reconstruir nuestros tejidos culturales integrando lo ancestral y lo contemporáneo, en aras de generar las condiciones para vivir nuestras utopías concretas.
Lo anterior nos coloca ante la posibilidad de ensayar siempre formas de liberación progresiva con familiares, amigos, organizaciones, instituciones, países, regiones –entendiendo que todos son también espacios políticos- en la construcción de nuevas formas, esquemas, pautas de relaciones solidarias y cooperativas, de redes solidarias de producción y socialización de bienes para la vida de todos.
Para esto, parece necesario inventar sistemas de aprendizaje, saberes integrados e integrales, más allá de las instituciones educativas tradicionales, inmersas en todos los espacios sociales, siempre compartibles, siempre transformables.

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Murió el ex ministro de la Inteligencia, Luis Alberto Machado

noticia

crédito web.

23-02-16.-Este martes se conoció la noticia del fallecimiento de Luis Alberto Machado, quien fue un reconocido abogado venezolano, ex secretario de la Presidencia y ex Ministro de Desarrollo Intelectual de Venezuela.

Machado se desempeñó como Secretario de la Presidencia durante Rafael Caldera primer presidente (1969-1974).

En sus libros y escritos sobre el tema afirmó que perciben límites a la inteligencia son falsas y están vinculados principalmente a la crianza y el condicionamiento social. Sostuvo que a través de la estimulación del medio ambiente cuidado, sobre todo en las primeras etapas del desarrollo del niño, la inteligencia puede desarrollarse indefinidamente y de manera exponencial a lo largo de la vida.

Fue nombrado Ministro de Desarrollo Intelectual, un puesto en el gabinete creada específicamente para el avance y la aplicación de sus ideas con el apoyo del gobierno, durante la presidencia de Luis Herrera Campins (1979-1984).

fuente: www.aporrea.org

 

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Hacia la construcción de sistemas de aprendizaje permanente

comunidades de aprendizaje

En este último capítulo nos vamos a referir a cómo viabilizar lo que hemos venido refiriendo. Estas vías, desde nuestra óptica, tienen que ver con la posibilidad de crear y sostener, en todos los espacios posibles, sistemas articulados de aprendizaje permanente. Y en esto, insistimos, no puede haber un solo protagonista, ni un ente centralizador, sino que debe ser generado por todos, en todas partes, y con grandes posibilidades de articularse entre sí para hacer de la sociedad un gran sistema interconectado de aprendizaje y diálogo de saberes.

Puntos de convergencia
Visto lo anterior, insistiremos en algunos puntos de partida y de convergencia, como ejes articuladores de estos espacios de aprendizaje permanente:

1. Todos, absolutamente todos, vamos a sentirnos, pensarnos y asumirnos como los hacedores de historia, como los constructores del porvenir. No todos somos líderes, y tal vez no todos tengamos el mismo reconocimiento. Pero todos, desde donde nos movemos cotidianamente, tenemos grandes y pequeños papeles que cumplir en las transformaciones sociales. Los procesos formativos han de confrontarnos con nosotros mismos, y entre sí, para reconocernos en lo que somos, y aún en lo que podemos hacer.

2. Los seres humanos, todos, vamos construyendo la Historia (con mayúscula y con minúscula), desde las realidades diarias que nos constituyen y que reconfiguramos, pero también desde nuestros sueños, nuestras esperanzas, nuestras utopías encarnadas. Claro que también tenemos que vivir criticando estos haceres y esos soñares, por cuanto pueden estar teñidos de las ideologías que sustentan el sistema capitalista dominante, y crear condiciones para vivir procesos de libertad, plenitud y creación. En la medida que podamos abrir diálogos con todos los espacios sociales posibles, nos aproximaremos a la edificación de un proyecto alternativo de nación y de sociedad. Las tareas formativas, aquí, tienen que ver con la posibilidad de compartir miradas críticas sobre la realidad (sobre todo la cotidiana) y también sobre nuestros anhelos y esperanzas.

3. La tarea inmediata es trabajar de manera compartida para crear las condiciones y medios que nos ayuden a buscar un desarrollo pleno en lo personal/ colectivo, en todas las esferas de nuestra vida. Así, la labor formativa tiene que ver con aprender y reaprender todos los días a liberarnos progresivamente de las estructuras opresivas y a ejercitar cotidianamente la liberación y la creación de nuevos estadios de vida, mediante la articulación horizontal, participativa, entre todos los espacios posibles.

Sistemas de aprendizaje permanente
Es vital, desde nuestro punto de vista, crear espacios de aprendizaje en todos los ámbitos sociales donde nos movemos: familias, vecindarios, organizaciones comunitarias, comunas, escuelas, universidades, empresas sociales, el poder municipal y estadal, etc. Ello ha de apuntar a fortalecer y desarrollar los movimientos sociales como entes diversos, plurales y heterogéneos, pero simultáneamente vinculados entre sí y con otras instancias sociales. Los espacios de aprendizaje se inician con la dedicación de ciertas horas de la semana a reunirse en algún lugar para dialogar e intercambiar ideas, saberes y aprendizajes.

Por ejemplo, los consejos comunales, las comunas, las empresas de propiedad social y las instituciones del estado pueden ser espacios privilegiados para el ejercicio del aprendizaje de la democracia, de cara a la transformación social. Ello se debe, en el caso de los dos primeros, a que son puntos de encuentro entre el gobierno municipal y el gobierno local, donde se prioriza la autonomía y los requerimientos de las comunidades.

Y, en el caso de las empresas de propiedad social y las instituciones oficiales, se trata de abrir espacios autogestionarios y de corresponsabilidad, en ámbitos organizacionales tradicionalmente imbuidos en una fuerte carga de autoritarismo y burocracia. Estamos hablando de un proceso de la mayor importancia, aunque no exento de complejidad, para la construcción de nuevas formas de existencia social.

El proceso de surgimiento y consolidación de consejos comunales y comunas, y el desarrollo de potencialidades revolucionarias en las empresas sociales requieren de la profundización del aprendizaje compartido en diversas instancias y niveles. Por ejemplo, los gobiernos municipales deben asumir una apertura hacia “arriba” (articulación con otras instancias gubernamentales y empresas sociales) y hacia “abajo” (articulación con las comunidades locales). Ello implica, por una parte, simplificar los procedimientos administrativos y agilizar la toma de decisiones, y por la otra, ampliar la capacidad de diálogo y de interacción con sus interlocutores.

En cuanto a las comunidades locales organizadas, base de los movimientos sociales, este proceso les mueve a abrirse al diálogo directo con tres tipos de actores sociales:
 Su propia gente (la comunidad en sí),
 Las otras comunidades (por ejemplo, en la creación de la red de consejos parroquiales y comunales), y
 Los gobiernos municipales, tradicionalmente alejados y casi autosuficientes.

En el caso de las instituciones oficiales, se plantea una apertura interpretativa de los grandes planes sociales y económicos de la nación, y un repensar con profundidad sus propios seres y sus fundamentos, sus modos de organización, con potencialidad transformadora. Ello representa, tanto para el gobierno municipal, regional y nacional, como para las comunidades específicas, y las empresas de producción y de propiedad social, la previsión y realización de acciones organizadas de mayor alcance y complejidad. Para emprender tales acciones, conviene desarrollar y perfeccionar a diario altos niveles de aprendizaje colectivo. Este aprendizaje no puede ser meramente espontáneo, aunque tampoco nada parecido a un programa de estudios formales. Requiere la concertación, así como la disposición actitudinal y las competencias de las personas involucradas en los distintos niveles.

Así, la conformación y el fortalecimiento de este tejido social revolucionario está relacionado con la generación de un sistema vivo de aprendizaje permanente, que involucre diversos actores: gobierno central, gobiernos municipales, regionales, y las comunidades locales.

Este sistema (alejado de atavismos burocráticos), ha de tener como horizonte el aprendizaje de la convivencia y la integración, mediante el ejercicio diario del diálogo, de la búsqueda de acuerdos, del perenne ensayo del consenso. Sólo dentro de esta intención del intercambio y el compartir, adviene el aprendizaje de la teoría/ práctica necesaria para llevar a cabo las acciones (elaboración de planes, constitución de las mesas técnicas, ejercicio participativo de presupuesto, entre muchas otras).

Se trataría, en fin, de un sistema abierto, sin jerarquías preestablecidas, que favorezca al máximo la comunicación entre los diversos actores (gobierno nacional, regional, municipal, local, así como de las respectivas comunidades), en una interacción permanente, y una constante sistematización (reflexión, análisis, conceptualización) de las experiencias desarrolladas. Una especie de atarraya, donde todos los puntos son importantes, pero lo más importante es el mantenimiento de la trama social total.

Los espacios desde donde se ha de tejer este sistema, así como la gestión del mismo, han de estar en manos de las propias comunidades y de los gobiernos locales y municipales, por una parte, y de los trabajadores de las instituciones oficiales, por la otra. Se trata de un aprendizaje desde la cotidianidad, y quienes deben desarrollarlo y administrarlo son los actores principales ya mencionados.

Estos actores, en medio de la diaria praxis de previsión y realización de acciones para el mejoramiento de la vida comunitaria, dedicarían momentos al análisis, la reflexión y el disfrute de lo que se hace, así como de la detección de los aprendizajes derivados, de modo de poder compartir esos conocimientos con otros miembros de la comunidad, y de otras comunidades. No está demás llevar registros, y pensar en publicaciones puntuales, por ejemplo: cómo dirigir una asamblea, o como ejecutar un presupuesto, o algo así como: viviendo y creciendo comunitariamente…

Sin embargo, aunque el aprendizaje relevante estará en manos de las comunidades organizadas y los gobiernos municipales, es posible contar con el respaldo de otros grupos de profesionales. Por ejemplo, pueden conformarse equipos de apoyo formativo, que favorezcan tipos específicos de aprendizaje, tales como los técnicos (cómo un diagnóstico comunitario, elaboración de presupuesto), y de apoyo a los práxico-actitudinales (llevar a cabo una negociación, tomar decisiones, etc.). Estos equipos de apoyo pudieran estar formados por universitarios, escuelas de gerencia social, y otras instancias pertinentes. Los recursos técnicos y financieros para llevar a cabo esto, requerirían de acuerdos interinstitucionales, y del aporte de las empresas de propiedad social.

La vida en las comunidades de aprendizaje
Los espacios de formación han de convertirse progresivamente en verdaderas comunidades de aprendizaje. Hablamos de seres humanos en relación cercana, capaces de reconocerse mutuamente y de compartir sentires, saberes y posibilidades. Mas, esto, lejos de distraer el sentido de la organización que comparten, ha de potenciar sus acciones y proyectos para cumplir los roles acordados y mejorar las condiciones de vida.

Sin embargo, las comunidades de aprendizaje no deben estar subordinadas a otros espacios organizacionales. Es decir, no son simples medios para el logro de los fines de la organización, sino un ámbito con perfil propio. Y, al mismo tiempo, tiene que vincularse con la vida entera de esa organización, sin sustraerse de ella.

Estas comunidades de aprendizaje serán siempre un ensayo en sí mismas, es decir, una creación permanente desde los intereses y los requerimientos vitales de sus integrantes. Algo con vida propia, con el ritmo y el estilo que las personas le vayan imprimiendo. Pueden asumir acciones como las siguientes:

 Intentar crear las reglas de juego entre todos, por consenso. Ello hará que cada quien se concentre en el grupo, y no sólo en sí mismo, y ejerciten el ponerse de acuerdo. Estas reglas tienen que pautar las vivencias compartidas del colectivo, en cuanto a tiempo, espacio, responsabilidades personales y compartidas, etc.

 Realizar acciones permanentes para fomentar la participación activa y relevante de todos los integrantes, de cara a la creación colectiva de un clima de libertad, respeto, tolerancia, solidaridad, compromiso. No se trata de imponer valores más bien abstractos, incoloros, sino de vivirlos en el transcurrir cotidiano.

 Sumergirse en un ambiente agradable, de trato respetuoso y sentida amabilidad, pero al mismo tiempo abrir cauce para la problematización constante, la crítica sistemática del mundo y la autocrítica constructiva. Ese mundo incluye sistemas complejos de vínculos personales, familiares, grupales, locales, nacionales, regionales y hasta mundiales. Más, esos sistemas no constituyen formas abstractas, ajenas, sino que están contenidos en las redes multidimensionales de relaciones que transitan nuestra vida cotidiana. Así, problematizar y cuestionar el mundo es también hurgar y transformar nuestra vida cotidiana.

 Asumir experiencias integrales e integradas con otras, de cara a la generación y desarrollo de proyectos de vida/ aprendizajes. Estos proyectos a la par que permiten el crecimiento y desarrollo interno de los seres humanos, se orientan a procesos de liberación plena, crecimiento personal y transformación progresiva de la sociedad.

 Codificar y sistematizar tales proyectos, convirtiéndoles en aprendizajes compartidos, relevantes, comunicables a personas de la misma comunidad, o de otras comunidades, por medio de informes, esquemas, gráficos, etc.

[Capítulo siete del libro Movimientos sociales en Venezuela, una propuesta transformadora, de mi autoría, publicado por la editorial venezolana El Perro y la Rana en 2012]

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¿Nuevas cartografías educacionales?

En la búsqueda de repensar la educación, para dar cuenta de las complejas inminencias actuales, requerimos de nuevas cartografías educacionales. Nos conviene –creemos-  tanto inventar nuevas miradas que apunten hacia territorios inéditos, vivibles, profundizando el sentido de lo humano, como reapropiarnos de toda la herencia de experiencias exitosas, teorías fructíferas, esquemas videntes, métodos efectivos de los mundos de la educación.

¿Cómo hemos de mirar la educación y lo educativo, desde la mayor criticidad posible, sin desdeñar sus historias y aportes milenarios? ¿Cómo hemos de reinventar la educación para reinventar también la sociedad, superando las trampas de las miradas reduccionistas, sesgadas, monointeresadas? ¿Es posible dar cuenta de infinitas experiencias de específicos resultados, sin falsearlas, sin encasillarlas, y al mismo tiempo avanzar en la generación y enriquecimiento de interpretaciones más sistemáticas, más teóricas? ¿Dónde hemos de situarnos para readmirar procesos de formación-investigación-interacción-proyección que florecen en todos los espacios sociales, de modo pancrónico, con la participación imbricada de la totalidad humana? ¿Mirar desde un proyecto político; un ángulo epistémico; una teoría fortalecida…?

Así, la urdimbre educacional, en toda su extensión y complejidad, parece siempre trascendernos, eludirnos, desencontrarnos. Por ello, parece urgente la tarea de generar continuamente cartografías, tal vez sin quedarnos demasiado en alguna de ellas. Más, lo anterior no implica que desdeñemos nuestros valores y horizontes como seres humanos concretos, con despliegues procesuales y proyectos que nos comprometen. En tal sentido, nuestras cartografías, lejos de ser un cúmulo de ópticas desechables,  vienen a ser miradas que nos van constituyendo, enfoques plenos de nuestras búsquedas y esquemas valorativos, pero también en apertura creciente, susceptibles de mutaciones inesperadas.

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Tal vez nuestras cartografías (¿o sólo se trata de una cartografía en evolución constante?) pueda aprehenderse en la medida que vayamos clarificando qué intentamos desmontar o deconstruir, y qué pretendemos afirmar, validar. Por ejemplo, nos inscribimos en aquellos grupos humanos que suponemos la necesidad de ir desmontando progresivamente las estructuras fundantes de una sociedad en crisis, que intensifican diariamente situaciones globales de injusticia, inequidad y asimetrías. Y pensamos que asistimos y participamos en una búsqueda compartida de fundamentos para repensar y reasumir la vida y la condición social, invocando las cualidades de la sociedad que pretendemos crear, viviendo de manera compartida la justicia y la equidad, reorganizando el saber social desde la democracia cognitiva, generando condiciones de solidaridad y búsqueda compartida.

Lo anterior nos lleva a replantearnos críticamente las concepciones dominantes de lo educativo, entendiendo que lo educativo ocurre en todos los lugares de modo permanente, siendo las instituciones educacionales (escuela, liceo, universidad) sólo parte de esa totalidad. Necesitamos desmontar la visión dominante que atiende una mirada sesgada de lo social definiéndonos como individuos llamados a competir de modo permanente entre sí; del saber entendido como un método único, de supuesta validez universal, para mirar e intervenir la realidad; del aprendizaje como una mera adquisición de ciertas competencias aplicables en ámbitos delimitados, sin cuestionar los fundamentos societales; en fin, desmontar esa visión educativa que se despliega en procesos lineales, fragmentarios, competitivos, inmersos en un materialismo ramplón…

Requerimos, pues, apuntar hacia la pluralización de sistemas permanentes de aprendizaje (autopoiéticos), horizontales, reticulares, de control compartido, que florezcan en todos los espacios sociales posible (incluyendo los del sistema escolar), capaces de reinventarse a si mismo constantemente. Nos urge crear modos de generar aprendizajes y conocimientos desde la vida y para la vida, desde el diálogo y la construcción colectiva, desde lo transdisciplinario y lo transmetodológico.

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Percepción Docente y Convención Colectiva

 Percepción Docente y Convención Colectiva

Con una inflación de 180,9% reflejada al cierre del año 2015  por el Banco Central de Venezuela, los docentes del Ministerio del Poder Popular para la Educación aún siguen sin la firma de la nueva contratación colectiva, pese que ésta se venció en octubre del año pasado. Hoy día, la tabla salarial   de un docente IV -la más alta del escalafón- con mínimo 11 años de servicio y que trabaje 36 horas percibe un sueldo de 12.076,40 bolívares.

Ante una situación de decremento del poder adquisitivo, donde existe una microeconomía en poder de la especulación de espalda a la posibilidad de hacer colas para obtener los diferentes productos, urge que el gobierno y los sindicatos que representa a un millón de profesionales venezolanos realmente unan sus esfuerzos para mejorar la calidad de vida de quienes a diario se entregan en una labor por un mejor país. No existe una nación que se desarrolle sin la transversalidad del sistema educativo, en todos sus niveles y modalidades.

El docente, es la prioridad profesional, es quien forma a ciudadanos y ciudadanas cónsonos con un Proyecto Bolivariano de país. Nunca se logrará entender por qué otros profesionales perciben mayores beneficios que un docente, pese que son esos mismos profesionales quienes exigen que sus hijos tengan una formación de calidad, en las mejores escuelas y con los mejores maestros y maestras. Hacia dónde debe apuntar las reflexiones. Hacia un criterio de valoración, que  lejos de apartarnos en lucha por una neo-sociedad, libre de dominación mercantilista, se  asuma que ser maestro implica más que un consumo, es  la producción de prácticas sociales que se conjuguen con la armonía de desarrollo horizontal de lo educativo-societal-económico-político como conjunto de directrices, orientaciones, criterios y lineamientos conducentes a la preservación y elevación del bienestar común, procurando que los beneficios del desarrollo alcancen a todas las capas de la sociedad con la mayor equidad.

Por: Rose Mary Hernández Román y Jesús Contreras

Docentes de la Universidad «Rómulo Gallegos»-Venezuela

Fuente de la imagen: http://prensa.ula.ve/sites/default/files/stories/2013/01/Nueva-Convenci%C3%B3n.jpg

 

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Prevén firmar en 15 días nuevo contrato colectivo de educadores.

Caracas, Venezuela / Febrero 2016 / Autor: Correo del Orinoco, El Impulso.com, El Tiempo.com

Las condiciones de existencia de un docente en Venezuela son de precariedad

Según el Presidente del Sindicato Nacional Fuerza Unitaria Magistral (Sinafum), Orlando Pérez, en los próximos 15 días se prevé firmar la nueva contratación colectiva del personal docente, administrativo y obrero del Ministerio para la Educación, como parte de las reivindicaciones salariales que debaten desde hace seis  meses junto a  17 organizaciones sindicales del país.

Pérez adelantó que plantean hacer una revisión del tabulador y proponen para los docentes 2,5 salarios mínimos: “es decir,  24.122,5 bolívares como salario base, además de un incremento trimestral para los trabajadores. Complementa diciendo «estamos proponiendo un aumento a dos años entre 120 % y 150 % y es correcto que la representación del Gobierno exprese la contraoferta». Sin embargo esta cantidad no se corresponde con el nuevo aumento del salario mínimo hecho en el marco de las medidas económicas tomadas por el Presidente Maduro  el día miércoles 17 de febrero. En ese sentido esa cantidad debería ascender a Bs 28.945.

Por otro lado, muchos son los docentes de base que al ser entrevistados manifiestan que este contrato, que está en discusión hace tres meses, no ha sido de manera democrática,  ya que ellos no son convocados a asambleas ni se les solicita en ningún momento sus aportes para que se discuta en el marco de satisfacer y resolver las penurias que pasa un docente en Venezuela hoy en día: A voz de la maestra Legna Machado, maestra de  primaria de una escuela de la parroquia Sucre de Caracas: “Nosotros somos un gremio sumamente maltratado. En primer lugar porque somos egresados universitarios que difícilmente podemos actualizarnos en el transcurso de nuestra carrera, ya que nuestras condiciones materiales de existencia. Cumplimos dobles jornadas de trabajo, saltando de una escuela a otra para poder tener un ingreso que en la actualidad no llega ni a modesto. En este sentido el salario no nos alcanza para adquirir libros, ni pagar postgrados. Los que se dictan de manera gratuita, tampoco los podemos hacer porque nuestro “tiempo libre” no es tan libre, mucho menos  si eres maestra y eres mujer. Por un lado, trabajas en dos o tres lugares; pero también somos las mismas mujeres que llevamos adelante a los hijos y cumplimos las tareas domésticas y cotidianas de un hogar porque vivimos en una sociedad sumamente machista y patriarcal. “

Otra arista es el sector del gremio que se declara en protesta, por el retraso en la discusión de las cláusulas salariales del contrato colectivo de los maestros, ya que han “escurrido el bulto con las cláusulas económicas. Un ejemplo de la desesperante situación es que un Licenciado o Profesor en la clasificación de docente IV,  cobra en una quincena la pírrica suma de Bs 5.650 Bs; lo que no le excede ampliamente el precio de 2,5 Kg de carne”, así lo hace saber una docente de la escuela José Avalos que pidió no ser identificada. Las medidas de protestas, que van desde paros escalonados hasta plantón en las zonas educativas,  han sido apoyadas y convocadas por las organizaciones sindicales nacionales y regionales como lo son: La Federación Nacional de Trabajadores de la Educación de Venezuela (Fenatev), la Federación Venezolana de Maestros (FVM) y la Federación de Trabajadores de la Enseñanza y Afines (Fretraenseñanza), en el caso de Zulia mencionó al Sindicato Unitario del Magisterio de Zulia (Sumazulia) y la Federación Unitaria del Magisterio Venezolano (Fetramagisterio), en Portuguesa y en Caracas, la FVM.

Rechazan paro

Orlando Pérez, ante estas medidas de protestas convocadas por las organizaciones sindicales anteriormente señaladas, se pronunció en contra, alegando que “con este llamado se viola el derecho a la educación y se deja de lado el esfuerzo de organizaciones sindicales para lograr una nueva contratación colectiva”.

En el estado Barinas se ha llevado a cabo la paralización de clases y en el mismo orden en el que se encuentra Orlando Pérez, la Defensoría del Pueblo del estado Barinas, encabezada por el defensor delegado, Leonardo Patiño, junto a los funcionarios del Idena y coordinadores de la Zona Educativa (ZEB) durante la última semana iniciaron las supervisiones a escuelas del estado, en primera instancia “para defender los derechos inapelables de los niños, niñas y adolescentes a la educación, segundo, el respeto objetivo a la manifestación sin violentar principios fundamentales consagrados en la constitución”.

Vale decir que en los patios de las escuelas en Venezuela al respecto de esta aseveración los maestros y maestras expresan claramente que “quien viola el derecho a la educación no es el maestro que se merece y exige mejores condiciones materiales, intelectuales y académicas; sino es el propio Estado que al someternos a estas penurias y a esta miseria nos obliga a protestar de la única manera que podemos hacer presión”. Otros más aseveran “Al Estado no le importa nuestras condiciones porque simplemente en las escuelas públicas no estudian los hijos de los burgueses ni de los altos funcionarios del gobierno”

Fuentes: http://eltiempo.com.ve/venezuela/laboral/preven-firmar-en-15-dias-nuevo-contrato-colectivo-de-educadores/211202

http://www.correodelorinoco.gob.ve/nacionales/delegados-gremiales-rechazaron-ayer-llamados-a-paro-convocados-caracas-y-algunos-estados/

http://www.correodelorinoco.gob.ve/regiones/defensoria-tomara-medidas-judiciales-a-docentes-que-no-acudan-a-sus-areas-trabajo/

http://www.elimpulso.com/noticias/regionales/docentes-no-doblegan-su-lucha-y-exigen-firma-del-contrato-ya

 

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