Trabajadores de la salud piden mayor distribución de vacunas en el interior de Venezuela




Por: David Rivas/Izquierda Diario
Días atrás el ministro de educación universitaria, Cesar Trómpiz declaraba que el 90% de las universidades del país se habían sumado al “Plan Universidad en Casa”, pero algunas organizaciones estudiantiles y de profesores desmienten esta versión develando las innumerables dificultades que implican la educación a distancia en el país.
La educación, fue uno de los primeros sectores sociales que pararon sus actividades apenas se dio a conocer los primeros casos de COVID-19 en el país el pasado 13 de marzo, las universidades públicas del país ratificaron horas después el decreto de paralización de actividades por parte del Ejecutivo nacional.
Se abría un angustiante escenario para muchos jóvenes que combinaban sus estudios con trabajos de medio tiempo o rebusques por internet en medio una de las peores crisis económicas que ha sufrido la nación, con el pasar de los días muchos estudiantes universitarios veían con preocupación la posibilidad de seguir sus estudios en la cuarentena.
El Gobierno nacional hablaba de “estudios a distancia” por medio del “Plan Universidad en Casa”, pero a diferencia de la educación básica y media, la universitaria varía mucho dependiendo de que carrera cursa el estudiante en cuestión, siendo algunas más prácticas, dependiendo de laboratorios, talleres o personalización de la evaluación asignada.
César Trómpiz, ministro del Poder Popular para la Educación Universitaria, el pasado 14 de marzo por medio de llamada telefónica en un programa de la televisión estatal anunciaba que el 90% de las universidades públicas del país se habían unido al “Plan Universidad en Casa”. Pero, ¿en qué consiste este plan?, el ministro responde “desde el uso de la llamada telefónica y mensajes de texto hasta las dos herramientas más utilizadas el correo electrónico y mensajería a través de la red social WhatsApp”.
Las directrices del mentado plan parecen más ficción que realidad, pues con el déficit de educadores para el sector universitario ¿cómo sería factible aplicar clases por medio de “llamadas telefónicas”? Pero si a lo que se refiere el ministro es a llamadas por plataformas de internet como Skype, WhatsApp o Zoom, sigue estando difícil la cosa, pues el servicio de internet en el país es extremadamente limitado, pues algunos expertos indican que solo el 60% de los hogares cuentan con una conexión de internet estable.
Las otras opciones también son poco alentadoras, pues es imprescindible que el estudiante cuente con algún teléfono inteligente para poder comunicarse por correo o mensajes de WhatsApp, además de un plan de datos, que aunque el ejecutivo nacional ordenó no cortar las líneas, la verdad es que se siguen cortando si no se pagan a tiempo.
Pero tomando en cuenta que el estudiante cuente con estos últimos requisitos, no queda otra que poner en duda el método didáctico que permita continuar con el semestre.
Para los profesores la situación no es muy distinta en cuanto a infraestructura para cumplir el dichoso plan, salvo que muchos tienen que cubrir con su misero salario los planes de internet o telefónicos que emplearan en dar las clases online.
Los rangos de sueldos de los profesores universitarios van desde los 588 mil bolívares, para la escala de instructor a dedicación exclusiva, hasta los 959 mil para un profesor titular también a dedicación exclusiva, esto equivaldría en dólares a un rango entre los 3 y 5 dólares respectivamente.
Otras variantes que hacen prácticamente imposible cumplir con el plan del Gobierno para las universidades sería la preocupante escasez de profesores titulares disponible. Y es que se estima que en la Universidad Central de Venezuela (UCV), una de las más importantes del país, más del 62% de los profesores son jubilados, otros tantos solo dan clases ad honorem y el porcentaje de profesores dedicados a tiempo completo es poco comparado con las cuotas óptimas para una Universidad. Esta situación es debido a la terrible precariedad de los profesores universitarios y la migración de muchos de ellos por la crisis del país.
Tomando en cuenta que aún bajo estas paupérrimas condiciones queden profesores con la dedicación y el tiempo para seguir el plan, tendría este que dividirse entre las asignaciones y el plan académico y las vicisitudes que impone la cuarentena, el mísero salario y el cuidado de sus propios hijos si es que los tiene.
Las autoridades de la Universidad Central de Venezuela (UCV) también determinaron la suspensión de clases el 13 de marzo, pero dejaron en manos de las facultades la decisión de continuar o no las clases a distancia.
En la UCV, las facultades de Medicina, Odontología, Veterinaria, Agronomía y Farmacia suspendieron cualquier tipo de actividad a distancia con el alegato de que son “carreras prácticas que dependen de laboratorios y talleres”. Humanidades y Educación por su parte también se negaron a aplicar cualquier plan a distancia. Arquitectura por su parte abrió el curso de algunas optativas teóricas que se pueden ver de forma intensiva por modalidad online.
Algunas otras carreras están aplicando planes de lecturas y guías en acuerdo con los estudiantes, pero todavía queda un limbo inmenso que no está recibiendo clases de ningún tipo en un panorama lleno de incertidumbre.
La Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios de Venezuela (Fapuv) insiste en que no hay medios garantizados para continuar la las clases a distancia. En un comunicado la Fapuv indica que “si existe tal plan, no es del conocimiento de las universidades, ya que el Ministerio no ha presentado una propuesta estructurada, con objetivos claros, actividades a desarrollar, plazos, responsables y presupuesto.” Las declaraciones desmienten tajantemente al ministro de educación superior al declarar que “90% de las universidades del país se habían sumado al Plan Universidad en Casa”.
La crisis que atraviesa el país desde hace varios años pone en jaque a miles de jóvenes que tienen que decidir entre estudiar en la universidad, precarizarse con salarios de menos de 3 dólares o emigrar a otro país con salarios precarios, ausencias de derechos por ser “ilegales” y aguantando ataques xenofóbicos.
Esta es la realidad de los jóvenes en el país, donde algunos pocos aún pueden mantenerse en la universidad con trabajos de medio tiempo mal pagados.
El plan del Gobierno sin una infraestructura adecuada por años de desinversión en educación, internet y telefonía celular empujarán a la deserción a la mayoría de ellos que no podrán seguir el ritmo de clases a distancia por falta de mecanismos o por vivir el día a día para conseguir los insumos básicos para ellos y sus familias en medio de la cuarentena.
La lógica en estos casos no puede ser el “sálvense quien pueda”, debe haber elementos básicos de organización entre los estudiantes junto con los centros de estudiantes para evitar la deserción y atender casos particulares que impliquen la imposibilidad de ver algún contenido a distancia, junto con los profesores asignados barajar métodos flexibles para la enseñanza que no impliquen dejar afuera a muchos por no contar con lo que parece básico pero que en Venezuela se hace extraordinario, una línea telefónica y una conexión a internet.
En cuanto al “Plan Universidad en Casa” es más que evidente que es una parafernalia más del Gobierno para dar la impresión de que “toda marcha sobre ruedas”, pero que no tiene en cuenta la realidad de la universidad venezolana o simplemente la pasa por alto para la propaganda oficial.
https://www.laizquierdadiario.com.ve/La-educacion-a-distancia-para-los-jovenes-universitarios-es-una-ficcion-dificil-de-asimilar
Luis Bonilla-Molina realiza una nueva entrevistas de las Ciencias Sociales en Venezuela. En esta oportunidad comparte con la cientista social: Margarita López Maya, profesora universitaria nacional y referente en el pensamiento crítico.
Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=lBujYQ8Nb7I
Luis Bonilla-Molina y Nelson Ortega nos presentan un mapeo del contenido del Primer Informe de Coyuntura Global, realizado desde el Centro Internacional de Investigaciones «Otras Voces en Educación».
Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=6W7QCV_se4w
Erlys Unda tiene 16 años al servicio de la docencia. Los últimos dos lucha por ganarle la batalla a un cáncer de mama. Su sueldo como educadora está lejos de ayudarle con los gastos que genera la enfermedad, sobre todo, en un país donde todo se hace cuesta arriba debido a la inflación y donde los medicamentos que deberían entregarle en el Seguro Social llegan esporádicamente.
Los 10 de cada mes, a Erlys le agregan a su cuenta bancaria la cantidad de tres millones 330 mil bolívares por concepto de pago de nómina como docente nacional. A la siguiente quincena se le suma un millón 800 mil del pago por cesta ticket de alimentación.
Un sueldo que no alcanza, ni siquiera, para comprar dos manzanas, que rondan los cinco millones de bolívares. Escasamente usa el dinero para recargar saldo a su teléfono y poder trabajar a distancia. A pesar de todo, siempre ha estado activa en sus obligaciones académicas porque nació con la vocación a la docencia.

La historia es difícil. “El sueldo no alcanza para nada. Menos para el tratamiento. Sobrevivimos haciendo magia porque por más creativa que me ponga, haciendo rifas u otras cosas para recaudar fondos para el tratamiento, no alcanza. Tengo que comprar las medicinas porque muy poco llegan al Seguro Social”.
Una de las pastillas tiene un costo de 60 millones de bolívares, un precio que se mantiene en ascenso. Los médicos le recomendaron someterse a una histerectomía, que no puede realizarse porque tampoco cuenta con seguro HCM. Con ese sueldo es imposible pagar la operación en un centro de salud privado, tampoco en un hospital público, pues debido a la pandemia el oncológico Dr. Miguel Pérez Carreño mantiene cerrado el quirófano.
Pero Erlys, quien además tiene un pequeño hijo en condición especial, no es la única docente en una situación simular: María* es maestra en nómina estadal. Su salario se hace aún más reducido para mantener a sus cuatro hijos. Debe hacer actividades extracurriculares para poder comer.
Pinta uñas y vende de todo un poco para sobrevivir. Sin embargo, no deja a sus alumnos porque está comprometida en formar excelentes profesionales del mañana, aunque ahora lo haga a distancia y el Internet no colabore mucho. La última quincena de este abril, que debían cancelarla el pasado 25, no había sido abonada en su cuenta, contó la maestra.
Aumento de salario para calmar ánimos
En relación al salario de los docentes, Luis Guillermo Padrón, presidente de la junta transitoria del Sindicato Venezolano de Maestros en Carabobo (Sinvemaca), filial de la Federación Venezolana de Maestros, dijo que un docente en Carabobo gana alrededor de $1 quincenal, lo que, evidentemente, alcanza tal vez para comprar solo un paquete de harina de maíz.
A Padrón le preocupa que el Estado venezolano vaya a hacer un aumento salarial que no tiene nada que ver con la realidad solamente para calmar los ánimos. “Por eso, este sábado Día del Trabajador, estaremos en la plaza Santa Rosa para seguir con la lucha sindical y reivindicaciones salariales para los maestros”.
Según el presidente de Sinvemaca, los docentes no están de acuerdo con la nivelación de sueldos que plantea el Gobierno nacional con base el Petro, que se traduciría en un pago de unos $30, por lo que piden un ingreso de $600 mensuales, que vienen solicitando desde el pasado 2020.
*María, nombre ficticio para proteger la verdadera identidad.
Fuente: https://www.el-carabobeno.com/quincena-de-docentes-no-alcanza-ni-para-comprar-dos-manzanas/
* Antonio Escalona Araujo, presidente de la Unión Agrícola y Ganadera de los Andes, dijo que la falta de combustible impide a más del 90% de los productores arar el campo, e iniciar el nuevo ciclo de siembras.
10 mayo/2021
El presidente de la Unión Agrícola y Ganadera de los Andes (Unagandes), Antonio Escalona Araujo, alertó que “la escasez de diésel en el país hace presagiar un desabastecimiento de alimentos sin precedentes en Venezuela”.
El dirigente agropecuario describió que en el campo venezolano hay consternación entre los productores al ver el silencio de los tractores por la falta de gasoil.
“Con la llegada de las primeras lluvias, los agricultores comienzan a preparar y arar las tierras pero la falta de combustible impide a más del 90% de los productores iniciar las siembras”, dijo Escalona.
“El ciclo de invierno, el más importante y productivo del año en Venezuela, está a punto de perderse puesto que no disponemos del diésel para movilizar la maquinaria en las labores de labranza, siembra, fumigación, cosecha y transporte”, agregó.
Dijo que los agricultores enfrentan fuertes dificultades para la siembra del maíz en más de un 90%.
Alertó, además, la pérdida que se avecina en la producción de leche “ante la imposibilidad de conservación y traslado oportuno a las receptorías y empresas procesadoras”.
“Hoy menos del 10% de la población venezolana goza de seguridad alimentaria mientras que la mayoría de las personas presentan altos índices de desnutrición”, sostuvo el dirigente agrario.
Comentó que Venezuela es rica en energía con inmensos recursos naturales y grandes extensiones de tierra fértil pero el sector agrícola y ganadero está paralizado por falta de combustibles e insumos.
Denunció que las fincas son blancos de ataques, invasión, extorsión, abigeato, matraca, importación sin consulta ni control, falta de apoyo crediticio, insuficiencia de agroquímicos, semillas, maquinaria, repuestos y medicamentos entre otras adversidades.
Indicadores en alerta
El presidente de Unagandes refirió que los indicadores presentan señales de alerta en la disminución de algunos productos en los anaqueles de los mercados, centros de comercialización y expendios de alimentos.
“Hoy producimos sólo el 48% de la capacidad instalada de carne de pollo y la producción de huevos es de solo el 26%”, alertó Escalona.
Denunció, además, que “el sector azucarero posee el 75% de los centrales en manos del gobierno pero en su mayoría están paralizados o en su más baja capacidad funcional”.
Indicó que el 25% restante de las centrales azucareras opera bajo la administración privada pero también está en proceso de paralización por falta de gasoil “necesario para el traslado y molienda, dejando sin proceso a más del 60% de la zafra”.
Dijo que en el estado Portuguesa, los planes para cosechar más de 10 millones de toneladas de frijol chino, de alto contenido proteico, se perdieron ante la paralización de sus maquinarias por falta de gasoil.
“La pérdida de 50 toneladas de hortalizas es un hecho en el eje de los estados andinos por falta de gasoil”, afirmó el presidente de Unagandes, que agrupa a 236 productores de Táchira, Mérida, Trujillo, Maracaibo, Lara y Barinas.–
Dick Elías Torres
Periodista
Fuente de la Información: https://lahora.com/2021/05/10/unagandes-alerta-desabastecimiento-sin-precedentes-en-venezuela-por-la-falta-de-gasoil/