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Acoso escolar en tiempos de confinamiento

Por: Educación 3.0

¿De qué manera ha afectado el confinamiento a las víctimas del acoso escolar? Antonia Martí Aras y Cristina Gabarda Méndez, directora y profesora, respectivamente, del Máster Universitario en Acoso escolar y mediación en la Universidad Internacional de Valencia, reflexionan sobre cómo han influido las nuevas tecnologías en el bullying y señalan la necesidad de que la sociedad actúe desde todos los contextos posibles para acabar con este problema.

La situación de pandemia y de crisis sanitaria nos ha llevado a un proceso de confinamiento generalizado que ha durado meses. Esta inesperada situación de aislamiento social repentino ha supuesto un reto emocional para toda la población, pero, en especial, para los menores. Para la mayoría de ellos, vivir confinados y sin poder compartir momentos lúdicos y escolares con sus compañeros les ha generado estados de ansiedad y frustración que los padres han debido gestionar en función de sus propios recursos y habilidades personales.

Ante esta situación, hemos detectado un grupo de alumnos a los que la no asistencia a los centros escolares ha supuesto una tregua a su sufrimiento. Nos referimos a los alumnos que diariamente son acosados en las aulas y fuera de ellas, víctimas del bullying. Constantemente deben afrontar, la mayor parte de las veces en silencio, agresiones físicas y psicológicas.

Antonia Martí Aras y Cristina Gabarda Méndez

Acoso escolar online

Otra parte de estos alumnos víctimas de agresión han visto incrementadas las conductas de acoso escolar fuera de los centros a través de las nuevas tecnologías. Si hay algo que se ha dado durante este periodo de confinamiento, ha sido una mayor conectividad a redes sociales e Internet, viéndose incrementadas las agresiones y vejaciones morales y emocionales.

Como hemos recogido, el uso, que en tiempo de confinamiento se ha convertido en un abuso, de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) son muy habituales en la adolescencia y preadolescencia, tanto en el ámbito personal y social, como en nuestras aulas escolares. Las nuevas tecnologías están provocando cambios profundos en la forma de relacionarse con los demás y, con ello surgen fenómenos peligrosos como el cyberbullying: una forma de intimidación, a través del teléfono móvil y de Internet. Se desencadena junto con la expansión tecnológica propia de esta era y no deja de ser una extensión del acoso offline que sufren los menores en el ámbito escolar y que traspasa las aulas, provocando consecuencias emocionales y psicológicas mucho más profundas y difíciles de resolver como la baja autoestima, trastornos emocionales, problemas psicosomáticos, depresión, ansiedad o pensamientos suicidas, pérdida de interés en actividades que antes le resultaban placenteras, aislamiento social, trastornos fóbicos, entre otras. Todas son las secuelas que la violencia en la red puede generar en menores con estrategias de afrontamiento que aún están pleno desarrollo.

Compañeros señalan a una niña, haciéndole acoso escolar.

Es fundamental que la sociedad actúe desde todos los contextos posibles para poder poner fin a la alta prevalencia de este fenómeno en nuestra población adolescente, además, desde un contexto multidisciplinar: desde la escuela, con la formación e información de toda la comunidad educativa trabajando desde la prevención a edades muy tempranas, fortaleciendo así valores e intereses contrarios a la violencia y haciendo énfasis en la inteligencia emocional. Por otro lado, las familias deben ser formadas y atendidas, la brecha digital es un gran factor de riesgo para la perpetuación de tales conductas, además de la falta de supervisión parental o la comunicación negativa dentro del seno familiar. Y desde la comunidad: a nivel social y cultural, con tolerancia cero a la violencia, la sanción de conductas de acoso y la existencia y promoción de campañas de sensibilización y actuación frente al acoso y ciberacoso son fundamentales.

Por último, la atención y tratamiento psicológico de las víctimas y agresores y sus familias por equipos de especialistas multidisciplinares accesibles, es fundamental para su recuperación y evitar reincidencias.

Fuente: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/acoso-escolar-en-tiempos-de-confinamiento/

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Amistad cívica y amistad partidista

Por: Leonardo Díaz

Así hemos arribado a las elecciones del año 2020 dentro de un sistema caracterizado por la hipercorrupción con su terrible secuela de degradación espiritual.

Durante mucho tiempo la filosofía política occidental olvidó una noción aristotélica fundamental para el problema de la cohesión del Estado: la “amistad cívica”.

En su lengua materna el término es “philia politike”. Su traducción literal es “amistad política”. Sin embargo, este concepto puede interpretarse de un modo soso, como camaradería de francachela; o en un sentido más nocivo, como apandillamiento partidario.

Además, sabemos que el término “político” proviene del vocablo griego “polis”, ciudad-estado. Por tanto, traducir el vocablo como “amistad cívica” es fiel al sentido aristotélico y nos libra de los extravíos interpretativos señalados.

Hechas estas aclaraciones, debemos entender la amistad cívica como una práctica dirigida a la consecución de un proyecto social común, en vez de guiado hacia intereses particulares.

En contraposición al término de Aristóteles, empleo el término de “amistad partidista” para referirme a una práctica dirigida para beneficiar un proyecto partidario por encima del interés común.

Si hay un signo distintivo de la historia política dominicana, acentuada durante las últimas dos décadas, es que las prácticas políticas desde el poder han estado caracterizadas por la amistad partidaria. Lo que las acentúa es el proceso que la filósofa húngara Ágnes Heller denominó “refeudalización”.

La refeudalización es un proceso de concentración ilícita de la riqueza económica de una sociedad que permite a una camarilla política constituirse en un grupo corporativo estatal compitiendo de manera irregular en el mercado y, si es posible, sometiendo a los grupos económicos tradicionales de esa sociedad.

Paralelo a las referidas acciones el grupo corporativo construye una plataforma clientelar disfrazada de “ayuda social” para convertir a los sectores empobrecidos en compromisarios del voto. Mediante la señalada “ayuda” millones de personas excluidas por el modelo económico sustentado por la camarilla corporativa reciben como regalo paternal las migajas de lo que les corresponde por derecho, mientras los índices de desarrollo humano expresan la realidad de la ineficacia del modelo económico basado de modo exclusivo en el crecimiento del PIB.

Estas prácticas, gestadas desde el trujillato, han sido continuadas e incrementadas por una generación política que se autoproclamó depositaria de un estandarte de moralidad que los distinguía de las prácticas nepotistas, clientelares y corruptas.

Así, hemos arribado a las elecciones del año 2020 dentro de un sistema caracterizado por la hipercorrupción con su terrible secuela de degradación espiritual. Si en la sociedad dominicana de hoy muchas personas sospechan de cualquier programa comunitario se debe a la decepción generada por años de prácticas de amistad política y refeudalización que han convertido en quimera todo proyecto de reorganizar el Estado sobre bases no clientelares.

Y, poco a poco, se va socavando nuestra humanidad con su potencial de empatía y solidaridad mientras resuenan las palabras que Aristóteles escribió en la Política (1253a 30-35): “…apartados de la ley y de la justicia, nos convertimos en el peor de todos los animales”

Fuente: https://acento.com.do/deportes/noche-de-apertura-en-duelos-nacionales-yanquis-y-dodgers-gigantes-8837089.html

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Teletrabajo: beneficios y riesgos

Por: La Jornada

Es un hecho conocido que la pandemia de Covid-19 ha dado un auge sin precedente al teletrabajo, trabajo en casa o home office, un hecho lógico e incluso inevitable en circunstancias en que millones de personas en todo el mundo deben permanecer confinadas, sea porque pertenecen a algún grupo de riesgo ante los efectos del coronavirus, o bien porque deben acatar disposiciones gubernamentales de permanecer en casa.

Tal práctica no sólo da un respiro a la economía y a innumerables empresas, que pueden seguir operando en forma total o parcial, sin tener a sus empleados en un local físico; es benéfica, por añadidura, para el ambiente y para reducir el estrés en los centros urbanos, los cuales ven atenuados, así sea de manera provisional, sus problemas de movilidad.

Incluso antes de que se declarara la actual emergencia sanitaria, el teletrabajo había cobrado auge desde los años 80 del siglo pasado por diversas razones: la primera, es obvio, fue la revolución en las telecomunicaciones digitales que lo hizo posible, así como la paulatina masificación de dispositivos capaces de interconectarse.

La solución resultaba interesante para los empleadores, en una lógica de reducción de costos de operación, pues al tener a menos personal en sus empresas pagaban montos menores por los servicios y ocupaban menos espacio físico; para muchos trabajadores, el realizar sus funciones desde casa representaba la posibilidad de ahorrar tiempo y dinero en transporte.

Así, hace más de 30 años, en Francia se llevaron a cabo los primeros programas piloto de teletrabajo impulsados por el gobierno, aprovechando la infraestructura del entonces novedoso sistema Minitel. Pese a las perspectivas positivas, tales programas piloto evidenciaron muy pronto algunos efectos indeseables del trabajo en casa: el traslado de la carga laboral a los hogares tendía a incrementar las tensiones familiares y de pareja.

En el tiempo transcurrido desde entonces el vertiginoso desarrollo de Internet, de aplicaciones colaborativas y de actividades económicas nativas de la red multiplicaron el número de personas que trabajan en casa mediante una conexión remota. Con ese antecedente, ante la angustiosa situación económica creada por la pandemia en curso para países, regiones y hogares, el teletrabajo parecía, si no una panacea, cuando menos una herramienta de indiscutible utilidad. Y lo es, en efecto.

Pero, más allá de las consecuencias negativas intrínsecas a la fusión del lugar de trabajo con la vivienda –que, en palabras de Jesús Uribe Prado, profesor-investigador de la Facultad de Sicología de la UNAM, implica romper la línea entre lo público y lo privado–, al calor de la crisis epidémica se ha constatado un patrón de abusos por parte de los patrones, algunos de los cuales se aprovechan de la circunstancia para abusar de sus trabajadores, como si por estar laborando en sus hogares diera pie a disponer de ellos más allá de la jornada laboral regular e incluso a deshoras o en días de descanso.

Otras inquietudes surgen de la indefinición de la seguridad, los riesgos y los accidentes laborales en situaciones de trabajo en casa y de los peligros que se ciernen sobre la seguridad de la información corporativa cuando ésta transita por enlaces remotos.

Con estas consideraciones en mente resulta claro que, con o sin pandemia, el home office seguirá al alza en las sociedades modernas y es urgente extender y complementar las legislaciones laborales con el fin de garantizar que esta modalidad de trabajo no se traduzca en situaciones de explotación, en riesgos injustificables para los asalariados ni en procesos de alteración y desintegración familiar.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2020/07/07/opinion/002a1edi

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COVID 19 y Género

 Manuel Alberto Navarro Weckmann

La experiencia generada a partir de las acciones relacionadas con la emergencia sanitaria, ha propiciado diferentes efectos de acuerdo con la actividad que cada persona desarrolle en su vida personal, familiar o profesional, así, la emergencia ha sido un parteaguas muy importante que nos permite visibilizar lo que realmente sucede detrás de lo que hemos denominado como nuestra “normalidad”.

La educación, como un ámbito netamente social, recibe, en todos los sentidos, los efectos de lo que sucede en la comunidad, de tal manera que la emergencia sanitaria no ha sido la excepción, así, como señala el documento de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) “Desigualdades educativas y la brecha digital en tiempos de Covid-19”,  entre los factores que condicionan el acceso a una enseñanza de calidad en línea son: la clase social, la raza, la etnia, el género, la ubicación geográfica y el tipo de institución a la que pertenecen los estudiantes.

De entre estos factores, uno de ellos, en donde se ha visibilizado dicha realidad, tiene que ver con las problemáticas y desequilibrios en materia de género, en donde claramente se ha trasladado el peso de muchas de las acciones dentro del confinamiento a la mujer, quien por “costumbre” y machismo, se constituye en el pilar de las principales acciones que se dan en el hogar.

De acuerdo con Javier Enrique Díez (2004: P.5), toda la historia humana desde sus inicios está marcada profundamente por el patriarcado. Todas las culturas, todas las civilizaciones, todas las organizaciones lo han sufrido de una forma o de otra, sin embargo, al normalizarse se mezcla con otro tipo de actividades y disminuye su aspecto evidente, por lo que, es a raíz de circunstancias especiales como es el caso de la emergencia sanitaria, en el que se hace por demás visible.

A mediados del mes de abril, la doctora Elizabeth Hannon, Directora Asistente en The British Journal for the Philosophy of Science, comentó públicamente en Twitter sobre una dramática disminución en la presencia de artículos enviados por académicas mujeres, el cual fue uno de los primeros llamados de atención sobre el particular, sin embargo, conforme pasa el tiempo, más se hace evidente, como es el caso de las Trabajadoras de la Educación, quienes han visto sobrecargadas sus actividades al intentar desarrollar sus actividades laborales desde el hogar.

Más allá de eso, llama poderosamente la atención en los datos duros que tiene a la vista del público en general la propia UNAM en el sitio “Datos duros sobre la violencia de género”, en donde se incrementó la ocurrencia de presuntos delitos registrados en averiguaciones previas contra mujeres en más e un 13%, las llamadas de emergencia por violencia contra las mujeres en más de un 22% y en donde de acuerdo con la Red Nacional de Refugios A.C., se ha incrementado más de un 37% la violencia física contra ellas.

Vivimos en una sociedad compleja y en donde impera fuertemente el machismo y las actitudes de violencia y discriminación hacia la mujer, por lo que los tres niveles de gobiernos deben de establecer acciones afirmativas para su protección, es establezcan protocolos especiales para su defensa y sobre todo, cada una y cada uno de nosotros, aportar lo que esté de nuestra parte para visiibilizar el problema.

manuelnavarrow@gmail.com

https://manuelnavarrow.com

Fuente e Imagen: https://profelandia.com/covid-19-y-genero/

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Los educadores populares

Por: Lev Moujahid Velázquez Barriga

El Programa de Educación y Cultura para el Estado de Michoacán (PDECEM), se encuentra entre las propuestas educativas regionales de la CNTE, cuyos principios y horizontes le permitieron enfrentar las últimas reformas neoliberales. El PDCEM es la expresión de diversas miradas de las comunidades pedagógicas de base y tiene tantas manifestaciones como colectivos que se han apropiado de él o lo han transformado según su contexto regional y sus aportaciones cooperativas.

Este, al igual que los demás proyectos educativos de la CNTE sólo se entiende como un movimiento pedagógico que se construye y reconstruye de abajo hacia arriba, no al revés; son los colectivos pedagógicos populares los que inventan o se equivocan, tal como decía Simón Rodríguez “Inventamos o erramos”, para referirse a la tarea monumental de hacer lo propio desde la mirada latinoamericana y decolonial. Ninguna burocracia sindical o gubernamental, por más revolucionaria y progresista que se nombre, puede sustituir este movimiento pedagógico, incluso las comisiones educativas de la CNTE tienen la responsabilidad de acompañar, organizar, difundir, investigar, formar y sistematizar de manera horizontal; pero, de ningún modo suplantan la inteligencia colectiva del movimiento.

La organicidad de la pedagogía en movimiento se expresa en el diálogo, en la relación práctica-teoría-práctica, en el intercambio de experiencias y la “compartencia” de conocimientos de los que viven cotidianamente la educación, se trata de devolverles el protagonismo a los colectivos escolares y la voz a las comunidades de aprendizaje, de romper con esos vicios que todavía menosprecian al magisterio cuando el secretario de educación los invita al diálogo pero hace un monólogo, se trata de desterrar la falacia de que los expertos en la educación y la escuela son los que la reflexionan desde fuera.

El PDECEM está ligado a los procesos de cambios civilizatorios que ponen en el centro la vida, está necesariamente encaminado a romper con la hegemonía de un sistema que produce desigualdades sociales, se debe a un proyecto plurinacional de democracia de los pueblos; es por eso que no se puede encerrar en el ámbito áulico ni reducir a la implementación de libros de texto ni encadenar a la certificación, por más alternativas que sean ambas cosas; su espacio inmediato de transformaciones es la comunidad, el barrio, la colonia, el vecindario o la localidad, justo ahí donde es posible desencadenar cambios locales de impacto global, de construir una nueva hegemonía histórica y cultural que siente las bases de una ciudadanía crítica y organizada capaz de involucrarse en la construcción del gobierno popular.

Este vínculo comunitario es la tarea que han desarrollado los programas de Alfabetización Popular y de los Centros de Desarrollo para la Creatividad, el Arte, la Cultura y el Deporte; desde ahí se proponen, a veces con éxito y otras con limitaciones: desplegar redes de economía solidaria, proyectos autosustentables,  recuperar los saberes comunitarios, rescatar la cultura popular, fomentar la lectura política de la realidad, conformar núcleos de base para la autogestión de la democracia protagónica y el alcance de la justicia social. Sin esta relación, la escuela y el magisterio quedarían ensimismados en sus dinámicas escolares y gremiales.

Otra de las tareas transversales del PDCEM es el desmantelamiento de las bases ideológicas, científicas, filosóficas y teóricas del capitalismo, para ello su Escuela de Formación se entiende como el despliegue de espacios formativos de los educadores populares en cada región y en cada delegación; como disciplina de estudio sistemático de la teoría de la organización popular, de la realidad actual y de las pedagogías de la rebelión. En esta tarea, la investigación es fundamental, pero no esa que se hace en el claustro ni la que sigue los principios de la ciencia dominante para enaltecer a las vacas sagradas; la  investigación militante tiene compromisos claros con el empoderamiento de los oprimidos, es construcción de conocimientos y propuestas desde los educadores populares que están directamente involucrados en las resistencias pedagógicas, a partir de las metodologías participativas: sistematización de experiencias, narrativas pedagógicas, dialéctica constructiva y otras que contribuyan a que los oprimidos produzcan conocimientos para la liberación.

Estos proyectos regionales de la CNTE enfrentan serias amenazas, puesto que  el discurso gubernamental propone disolverlos, argumentando que todos sus planteamientos ya han sido incorporados a la Nueva Escuela Mexicana, lo cual es absolutamente falso, la narrativa de la reciente reforma educativa sigue siendo neoliberal y pro empresarial, en su horizonte está la continuidad de la globalización económica y por eso el nuevo gobierno optó por la actualización del proyecto de despojo más grande del capitalismo en los siglos XX y XXI para México, el TMEC (antes TLC). Los únicos que han materializado sus proyectos son las multinacionales de Google Microsoft, Grupo Carso, Grupos Salinas, Grupo Televisa y la banca; las experiencias regionales fueron excluidas y ahora pretenden que sean sometidas a los designios del gran capital.

La urgente defensa de los proyectos de educación emancipadora de la CNTE necesita que las y los educadores rompan con el distanciamiento social (manteniendo el físico) y se convoquen al encuentro dialógico para construir la hoja de ruta crítica con ese propósito, una vía puede ser el Taller Virtual del Educador Popular 2020 de la Sección XVIII; sin embargo, en este contexto de la pandemia, habrá que seguir abriendo camino en lo que Paulo Freire llamaba, el inédito viable.

El autor escribe para OVE

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¿Y cómo salimos a trabajar?

Por: lahora.com.ec

El Estado debe asumir su responsabilidad de colaborar con la familia en el cuidado de los niños menores de cinco años. Es inaceptable que la totalidad del cuidado de un grupo tan vulnerable recaiga únicamente en las familias, en muchos casos compuestas únicamente por una madre a cargo de varios menores.

El cierre de los centros de cuidado infantil anteriormente financiados por el Municipio de Quito y el Patronato San José, conocidos como Guagua Centros, es una pérdida no solo para la ciudad, sino para el progreso de la mujer capitalina.

Parecía que la decisión era una de ‘austeridad’ y revanchismo: los Guagua Centros fueron el proyecto estrella del ex alcalde de Quito, Mauricio Rodas. Con la llegada del acalde Jorge Yunda, se habían cerrado algunos; con la pandemia, se terminó por cerrar todos.

La decisión deja en el desempleo a 720 mujeres y sin cuidados a 9.000 niños. Según el INEC, la medida afectaría a unas 4,500 familias cuyas madres, en su mayoría, deben renunciar a una oportunidad laboral o costear el cuidado de sus hijos.

En Ecuador, por cada dólar que gana un hombre, una mujer recibe 77 centavos. Aunque el rol del cuidado de los menores no estaría determinado por la ‘costumbre’ y se basara en la lógica financiera, el resultado sería el mismo: una afectación desproporcionada a las oportunidades de la mujer.

Este es un llamado a legisladores, autoridades y organizaciones a exigir al Estado que reconozca y, luego, asuma su responsabilidad de proveer un cuidado asequible para menores de familias que necesitan salir a trabajar, incluso a pesar del virus mortal.

Las grandes mentes discuten ideas; las medianas discuten eventos; las pequeñas discuten sobre otras personas.” Eleanor Roosevelt (1844-1962) Escritora, política y activista estadounidense.

El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable; para los temerosos, lo desconocido; para los valientes es la oportunidad”. Víctor Hugo (1802-1885) Poeta, dramaturgo y novelista francés.

Fuente: https://lahora.com.ec/quito/noticia/1102321786/y-como-salimos-a-trabajar

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‘Pin Parental’ vulnera los derechos de niñez y adolescencia: SEP y SEGOB

Por: Erick Juárez Pineda

Las reformas que podrían permitir a padres y madres vetar contenidos educativos despojan al Estado de su rectoría constitucional para definirlos y son inconstitucionales.

Desde inicios de 2020, al menos en cinco congresos locales se presentaron iniciativas de reforma a leyes de educación y de derechos de niñas, niños y adolescentes, así como a constituciones locales, donde se pretende establecer la injerencia de padres y madres en contenidos educativos. En ellas, se propone la opción de vetar contenidos educativos de clases, actividades, charlas o talleres, o elegir la no asistencia de sus hijas e hijos, cuando éstos no coincidan sus “convicciones éticas, morales o religiosas”. En consecuencia, autoridades educativas podrían verse impedidas de impartir conocimiento sobre educación sexual y reproductiva, diversidad, inclusión y perspectiva de género.

De aprobarse estas reformas, las autoridades competentes podrían considerarlas inconstitucionales al violar principios de progresividad y prohibición de no regresión de los derechos, así como transgredir la rectoría del Estado en la definición de contenidos educativos establecida en el artículo tercero constitucional. Asimismo, serían violatorias del marco nacional e internacional de derechos humanos en favor del Interés Superior de la Niñez.

Por tales razones, se enviará a los congresos locales de los 32 estados de la República un documento de análisis que expone los criterios jurídicos vigentes sobre la educación laica regida por el Estado mexicano, así como las referencias a los tratados y convenciones internacionales firmados y ratificados por México que defienden el derecho a la educación de niñas, niños y adolescentes y su dignidad intrínseca como sujetos de derecho.

Este documento también desarrolla un análisis de las consecuencias sociales de estas iniciativas estatales conocidas como ‘Pin Parental’: incremento de violencia y abuso sexual contra niñas, niños y adolescentes; del embarazo infantil y adolescente y juvenil; acoso escolar, discriminación y homofobia, entre otras.

Ante ello, las Secretarías de Gobernación, Educación y Salud, la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna), el Consejo Nacional de Población (Conapo), el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) y el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), instan a poner los derechos de niñas, niños y adolescentes por encima de los intereses de sus padres y madres.

Concluyen que el llamado ‘Pin Parental’ es una medida violatoria de derechos que se opone a la construcción de una sociedad equitativa, inclusiva, bien informada y responsable. De la misma manera, niega el derecho a una educación con perspectiva de género como un paso fundamental para garantizar el derecho de todas las niñas y mujeres a una vida libre de violencias.

Fuente e Imagen: http://www.educacionfutura.org/pin-parental-vulnera-los-derechos-de-ninez-y-adolescencia-sep-y-segob/

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