De las 247 causas judiciales por femicidios en el 2020, tan solo cuatro alcanzaron sentencias, mientras que 32 fueron archivadas y 209 continúan en proceso judicial.
Al menos 287 femicidios fueron reportado en Argentina a lo largo del 2020, lo que representa que cada 35 horas una mujer fue víctima de algún tipo de violencia o amenaza.
De acuerdo al informe publicado por el Registro Nacional de Femicidios de la Justicia, del total de femicidios, 251 mujeres fueron asesinadas de manera directa y seis casos fueron travesticidio o transfemicidio.
Según los datos, el 84 por ciento de las víctimas tenían un vínculo con su asesino, mientras que casi el 80 por ciento de los casos fueron en el marco de violencia doméstica.
También se conoció que mujeres embarazadas, migrantes, indígenas, y varias en situación de calle y o con discapacidad estuvieron entre los casos de femicidios que dejaron al menos 230 menores de edad huérfanos a causa de esos crímenes.
De las 247 causas judiciales abiertas por femicidios en el 2020, tan solo cuatro alcanzaron sentencias, mientras que 32 fueron archivadas por diversos motivos y 209 continúan en proceso judicial.
El informe reveló que las provincias donde se reportaron más femicidios fueron Jujuy, en primer lugar, seguida de Tucumán, Chaco, Salta, Misiones, Santa Fe y Corrientes.
Las cifras del colectivo Mumalá (Mujeres de la Matria Latinoamericana), durante el 2021 han ocurrido más de 115 casos de violencia de género, 74 femicidios, femicidios vinculados y asesinatos de trans, 22 muertes violentas asociadas al género y 109 intentos de asesinato.
Pese a las varias medidas implementadas por el Gobierno y las fuertes campañas de concientización, los femicidios siguen golpeando con fuerza al país suramericano.
Fuente e Imagen: https://www.tercerainformacion.es/articulo/internacional/30/05/2021/argentina-reporto-mas-de-280-casos-de-femicidios-en-2020/
Franco Bifo Berardi anota una cuestión clave de nuestra modernidad: “la extinción de la mente crítica”.[1]
Su sola enunciación nos da la pauta de la trascendencia de su planteo.
Berardi observa con sagacidad y precisión una serie de pautas que ilustran ese proceso de extinción.
Fundamentalmente, registra “la saturación de la atención social” dada por “la velocidad y la intensidad de la infoestimulación” que nos absorbe casi permanentemente.
Mirado etimológicamente, el fenómeno desnuda toda su gravedad: eso que nos absorbe, so pretexto de nutrirnos informacionalmente, nos deja absortos. Y por lo tanto anonadados. Y esa absorción a que somos sometidos capta nuestra mente casi ininterrumpidamente; y es lo que nos elabora ya no sólo absortos sino mentecatos. Porque el origen de esa palabreja es tener la mente captada: mente captus, mente captada. Mentecato.
Imagen y/o palabra
Aun bien diagnosticado el fenómeno, entiendo hay un fallo en el abordaje de Berardi: en todo caso, observa una vía de extinción de la mente crítica, pero entiendo deja a un lado por lo menos otra, no menos importante: la sustitución de la palabra por la imagen en nuestra relación con la realidad (y su insoslayable temporalidad). Sustitución o desplazamiento que implica la presentización de nuestra relación con el mundo.
Cuando sobreviene el auge de la imagen, a mediados del s XX, había un motto que abonaba esa expansión formidable de lo comunicacional: “una imagen vale, otorga el conocimiento vivencial, más que mil palabras”.
Y es cierto. Lo que obviábamos entonces es que una palabra, la palabra, también puede brindarnos mil imágenes, enriquecer nuestro interior, mediante asociaciones, derivaciones. A diferencia de la imagen que nos impacta y a menudo nos deja “sin palabras”, la palabra no nos da la imagen sino que nos permite a nosotros “hacerla”; véase por ejemplo, esta frasecita (atribuida a Eduardo Galeano): “La realidad imita a la tele.” Todo el mundo que se abre a nuestro discurrir…
Una buena verificación de la elaboración de imágenes desde la palabra nos la da la lectura de, por ejemplo, una novela que, después de nuestra lectura, se pasa al cine y alcanzamos a ver dicha versión. Vemos entonces cómo habíamos hecho “la película” antes, en nuestro interior; a menudo mucho más rica y variada que la confección cinematográfica.
La palabra, entonces, despierta nuestras reflexiones y consiguientes imágenes, y en los mejores casos, nos embarca en nuevas búsquedas. Abre nuestras mentes.
La imagen tiene todo el atractivo de lo visual, y por eso mismo no necesita tanto de la palabra como de la emoción desnuda. Es más elemental. Tiene enorme carga emocional, evocativa.
La palabra, en cambio, es la que caracteriza nuestra humanidad. Somos humanos porque tenemos la palabra. La imagen es algo compartido con buena parte del mundo animal.
Pero los animales viven en el puro presente porque la temporalidad, hasta donde sabemos, les es ajena, al menos relativamente ajena. Los animales que llamamos “superiores” tienen por ejemplo pasado, porque es lo que revela el ejercicio de la memoria, tan presente. Que revela su experiencia.
Pero nuestra temporalidad; pasado, presente, futuro, es algo específicamente humano. Que podemos plasmar en imagen y en palabra.
Esas dimensiones temporales, totalmente asimétricas, –por cuanto lo pasado ya no existe y lo futuro, precisamente por su condición futura, tampoco existe y por lo tanto es totalmente inasible– no nos permiten ninguna norma o ardid de simetría.
La palabra apenas si nos permite acercarnos (a lo más, asintóticamente) al pasado y, respecto de lo futuro, ni siquiera eso; ni acercarnos (salvo mediante el viejo oficio –tan atractivo– de adivinar, intuir, apostar, y en general, errar).
Berardi se concentra en el muy real fenómeno de la saturación informativa y cómo eso nos dificulta la capacidad crítica mediante el anegamiento de nuestra conciencia.
La invasión de la imagen, opera, a mi modo de ver, como otro fuerte distractor, y encierra, además, un peligro todavía mayor, porque de algún modo establece otro camino de intelección cargado emocionalmente pero empobrecido en palabras, en conceptos.
Y ante el problema que plantea Berardi como principal; “la descomposición de la mente crítica, cuyos efectos incluyen la credulidad entre las muchedumbres y la agresividad autoconfirmatoria de la multitud”, la descomposición del discurso y su sustitución por la imagen, constituyen elementos a tener muy en cuenta.
Porque está comprobado que la falta de palabras genera una enorme frustración e irritación, y veo, precisamente en lo que Berardi califica “agresividad autoconfirmatoria de la multitud” una debilidad o ausencia de la palabra, del discurso. Debilidad o ausencia de cierta abstracción, inevitable ”cuando nos faltan las palabras”.[2]
Fiebre de chequeado, verificado, comprobado
Berardi lidia en su artículo con otro fenómeno actualmente insoslayable; la proliferación de las fake news.
Y es muy escéptico ante la tarea de crear guardias o aduana conceptuales de “lo verdadero”. Coincidimos con su escaso entusiasmo ante la idea policial de preservación de la verdad, aunque no compartamos la irrelevancia que le atribuye a la verdad. De cualquier modo, no necesitamos guardias sino criterios.
La preeminencia de la imagen nos plantea otra dificultad. Relacionada con una crisis del diálogo.
El diálogo es condición sine qua non de toda posibilidad crítica.
Entendemos que la extinción de la mente crítica puede estar muy relacionada, también, con una crisis del diálogo.
Innegable el proceso de tecnologización galopante de nuestras sociedades. Con distintos ritmos e intensidades, en el mundo entero.
Este proceso coincide, se solapa o se expresa de diversos modos; modernización, automación, miniaturización, computarización, entre otros.
La crisis a que me refiero sobreviene lentamente, de manera no expresa, incluso como si se tratara de ventajas y mejoras en la comunicación humana, generalmente esgrimidas sobre la base de ventajas que se ofrecen al usuario, al particular, al comprador, al consumidor, al cliente.
Examinemos una de estas manifestaciones. Las empresas buscan siempre abaratar costos. Factor que suele tener preeminencia sobre otras consideraciones.
Telefonista versus cinta grabada
El complejísimo mundo de las comunicaciones telefónicas, increíblemente expandido en las últimas décadas, estuvo basado hasta hace pocas décadas, en una red de teléfonos, internos y derivados, atendidos por equipos de telefonistas.
En el mundo empresario, el cliente llamaba a un número; el telefonista lo derivaba a la sección respectiva.
Tecnologización mediante, se fueron instalando centrales o centralitas telefónicas que respondían sin voz humana, con programas de opciones. Con enorme abundancia informativa sobre una serie de puntos a aspectos totalmente ajenos e irrelevantes para quien ha intentado el contacto telefónico.
Un ejemplo prístino de “la sociedad del cansancio” del filósofo coreano Byung-Chul Han: uno tiene que gastar su tiempo escuchando opciones que de nada le sirven; una fluidez extraordinaria no garantiza movimiento real.
La oferta de opciones frente al intento de comunicación telefónica con el mundo empresario puede llevar minutos, cuartos de hora que, tratándose de llamadas internacionales pueden ser además muy onerosas para el particular. Todo ese esfuerzo y tiempo aplicado por el cliente, el particular, el paciente –que se ahorra la empresa– tiene un costo psíquico, no sólo material. Muy a menudo el menú ofrecido no satisface al demandante, quien en todo caso, deberá repetir la intentona comunicacional para ver con qué se queda. Porque se trata de aceptar lo que se le ofrece. Cuando uno repasa las 6, 7 u 8 opciones brindadas, a veces con habilidad logra la opción de hablar con una voz humana, y en ese caso es probable que la demora se agigante y deba prepararse psíquicamente para oír que hay 16 personas antes que él o que la demora estimada es de 35 minutos…
El mundo empresario, cada vez más atrincherado ha ido sustituyendo cualquier relación más o menos espontánea por una relación de poder.
Basado en términos comunicacionales, que procuran funcionalizar las relaciones, pero que afectan el estado anímico de los particulares, de aquellos que todavía responden con su humanidad.
Desigual, el presunto diálogo entre el particular y el robot, la cinta grabada o el dispositivo electrónico movido con algoritmos.
Los presupuestos comunicacionales de las cintas grabadas y del lenguaje-e reposan en que la intercomunicación se puede hacer con exactitud. Pero la comunicación humana no es una ciencia exacta. Por eso, por ejemplo, no existen, prácticamente sinónimos, al menos totales, totalmente equivalentes, en las lenguas que hablamos los humanos.
El lenguaje, como entidad intercomunicadora, es como un trabajo de orfebrería, se puede siempre pulir y tallar, para apenas aproximarnos. A diferencia de la comunicación electrónica, que busca, y expresa, la exactitud.
Atender a la clientela de las empresas mediante un contestador automático, con sus opciones, revela el desprecio del diseñador por el alma humana (y por los tiempos de los humanos, objeto de las empresas), frustrada en un porcentaje de casos y situaciones.
No en la mayoría, ciertamente, si el contestador automático ha sido medianamente bien programado: Podrá responder, con efectividad al 60% o al 85% o, pongamos, al 92 % de las consultas. Pero “cansará” a unos cuantos.
¿Por qué este afán tecnocratizador?
Para tener todo (cada vez más) bajo control. Para que todo lo que los humanos podamos hacer, resulte cognoscible y por lo tanto, predecible.
La erección de tales centros comunicacionales implica, aunque no se lo diga expresamente, erradicar toda comunicación no computarizable, es decir, ajena al control.
¿Qué control? El establecido por la creciente red de algoritmos, registros, opciones que ofrecen los sistemas cibernéticos para que nos movamos en una suerte de parque zoológico humano, al decir de Peter Sloterdijk.[3]
El “todo bajo control” de nuestra era cibernética deja como proyecto rudimentario un diseño como el 1984 de George Orwell.
A la vez, los gigantes GAFA,[4] titulares de las conexiones neurales de nuestro novel “cuerpo social”, han generado, con la tecnologización galopante, un negocio de dimensiones jamás entrevistas. Y una adhesión incondicional de todas las redes y los individuos que creen a pie juntillas en el poder establecido o se sienten gananciosos con ello.
Con lo cual, en última instancia, el interés crematístico y el político recaen en el mismo núcleo de poder.
Debilitamiento del diálogo humano, saturación progresiva de la mente crítica, los seres humanos vamos teniendo que enfrentar modos cada vez más complejos de dominio, cada vez más alejados de lo que tradicionalmente se había considerado el poder sobre mentes y pueblos.
El sistema de la hipermodernidad cibernética sin límites ni fronteras nos ofrece todas las ventajas, todos los placeres, todas las oportunidades como nunca antes.
Los motores de nuestra hipertecnologizada sociedad pasan por la velocidad, el traslado, el goce. Y el desvanecimiento de toda idea de opresión, injusticia, y rebeldías consiguientes.
La cuestión es, apenas, si a la vuelta inesperada de alguna esquina, nos toparemos con la realidad de nuestra heteronomía, cansancio, saturación, y una ya inocultable contaminación generalizada, extinguida nuestra capacidad crítica, como denunciara Franco Berardi.
[1] “La extinción de la mente crítica”, Caja Negra, Difundido desde PostaPorteña, no. 2200, 24 abr. 2021.
[2] Hay ejemplos dramáticos de cómo la escasez o falta de vocabulario genera irritación, frustración y de allí la violencia está a un paso: los niños que procesan una muy baja instrucción y educación, y llegan a la adolescencia con escaso vocabulario; por ejemplo, analfabetos en una sociedad alfabetizada, sufren un doble impulso a la delincuencia: carecen de las herramientas intelectuales básicas para las tareas “normales” de una sociedad y el recurso del robo se les hace casi único modo de sobrevivencia.
Y los extranjeros habitando un país con idioma desconocido, quedan mudos ante observaciones o reconvenciones de la sociedad que viven, y las sufren en un idioma que no entienden; eso, despierta enorme frustración y agresividad.
[3]Normas para el parque humano, Ediciones Siruela, Madrid, 2000.
[4] “Google, Apple, Facebook y Amazon: cómo funciona el ‘grupo GAFA’». https:// www.bbc.com, 6 jun 2019.
Fuente de la Información: https://rebelion.org/extincion-de-la-mente-critica-o-del-dialogo-humano/
En la presentación de la Alianza por la FP, Isabel Celaá -que sigue sin cumplir sus compromisos educativos- adelanta su voluntad de integrar toda la Formación Profesional en un sistema supeditado a las necesidades empresariales.
En el día de hoy, la Ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá ha presentado la denominada “Alianza por la Formación Profesional: una estrategia de país”. En esta presentación, la Ministra ha hecho públicos algunos anuncios de vital importancia para el futuro de la Formación Profesional que, a día de hoy, sigue siendo parte del sistema educativo, por lo que estas decisiones afectan no solo al diseño del modelo de enseñanza de nuestro país, sino también al profesorado que, actualmente, lleva a cabo esta labor profesional en nuestros centros educativos.
En la última reunión de la Mesa de Negociación del Personal Docente no Universitario del Ministerio de Educación y Formación Profesional celebrada el 29 de abril, el departamento que dirige la Sra. Celaá se comprometió a abrir una negociación sobre el futuro de la Formación Profesional con los representantes del profesorado, para establecer un diseño consensuado sobre el futuro de estas enseñanzas. En el día de hoy, hemos podido constatar que la Ministra incumple sus compromisos y que ese diseño lo tiene ya establecido con otras entidades, para satisfacción de los representantes del mundo empresarial que, en sus intervenciones, no han desaprovechado la oportunidad de mostrar su agrado al ver como se ponen a su servicio importantes activos que, actualmente, pertenecen al mundo educativo. La indisimulada alegría con la que el Presidente de la CEOE, Antonio Garamendi ha cerrado su intervención, con la significativa frase “esto no ha hecho más que empezar” refleja la preocupación con la que la Confederación de STEs-i contempla esta Alianza que, por lo manifestado en esta presentación, pretende poner al servicio de las empresas, personal y recursos públicos.
La próxima ley orgánica de FP, que la ministra ha anunciado, será aprobada por el Consejo de Ministros, en el ya cercano mes de junio, habrá de concretar los aspectos adelantados en el acto de hoy. Ese será el momento de establecer la respuesta que desde el mundo de la educación se dé a este proyecto que pone en peligro el futuro profesional de decenas de miles de profesores y puede proporcionar mano de obra barata a las empresas.
Los sindicatos que conformamos la Confederación de STEs no vamos a permanecer de brazos cruzados ante una agresión de esta magnitud. El Ministerio de Educación y Formación Profesional que, viene mintiendo reiteradamente al profesorado en las Mesas de Negociación, está poniendo en serio riesgo el sistema de enseñanza reglada de formación profesional. En un momento en el que -por una vez y aunque sea solo para una parte de la educación- hay asignación presupuestaria, los representantes de la Administración Pública deciden que sean las empresas privadas las que puedan ser las beneficiarias de los miles de millones de euros que, vía Presupuestos Generales del Estado y fondos provenientes de la Unión Europea, van a llegar a la Formación Profesional.
Fuente e Imagen: https://www.tercerainformacion.es/articulo/actualidad/25/05/2021/stes-i-el-ministerio-de-educacion-pone-la-formacion-profesional-al-servicio-de-las-empresas/
Artículo presenta un análisis sobre cómo el derecho humano a la educación en Chile ha sido entendido en La Constitución política promulgada en 1980 durante la dictadura de Pinochet y cómo deve ser garantizado en el proceso de construcción de una nueva carta magna (proceso constituyente).
La Constitución política vigente promulgada en 1980 en dictadura (7 años después del golpe donde la elite toma el poder) tiene dos aspectos estructurales que permiten que el sistema educativo se haya puesto al servicio del proyecto político –económico neoliberal. El primero, relega al Estado a un rol subsidiario respecto los privados. El Estado pierde su iniciativa educativa y sólo acude como apoyo y ayuda a otros agentes sociales que son los que impulsan la labor educativa en nuestro territorio: en consecuencia el Estado no garantiza el Derecho a la Educación a las personas.
Lo segundo, instala una determinada concepción de lo que se ha llamado históricamente en Chile la “libertad de enseñanza”. Así se consagra en la Constitución “el derecho de los padres a escoger el establecimiento de enseñanza para sus hijos” y también “el derecho a cualquier ciudadana/o de abrir, organizar y mantener establecimientos educacionales”. Este doble principio sí está garantizado por el Estado, no así el derecho la educación, que no está garantizado. [1]
Esta “libertad” tiene larga data en Chile, desde finales del siglo XIX. En esos tiempos, la elite terrateniente conservadora y latifundista (quien aliada a la iglesia católica mantenía el control del país) no quería que las escuelas católicas – en ese entonces el 70% de la matrícula aproximadamente – fuera supervisada por el Estado durante los primeros estertores del estado docente en Chile. Tal principio perduró en la siguiente Constitución de 1925 y permitió a la elite cierta autonomía a su labor educativa: de esta forma, el proyecto educativo de la elite seguía disputando conciencias, incluso con fondos del Estado. Sin embargo, como en casi toda Latinoamérica, el sistema educativo público se fortaleció, ya hacia el año 1970 el Estado sostenía directamente aproximadamente el 70% de la matrícula aproximadamente… en crecimiento.[2]
Antes de la Reforma Neoliberal, la educación pública en Chile venía consolidándose, no sólo a través de la gestión del Estado, también a través de las propuestas que las organizaciones sociales (principalmente docentes) que venían construyendo a través de sus luchas. La historia social en Chile muestra como durante el siglo XX sucesivos movimientos de docentes, de estudiantes y trabajadores fueron amalgamando un proyecto educativo popular. Un proyecto pedagógico laico, democrático, comunitario que fue en gran parte recogido por el proyecto de la Escuela Nacional Unificada, reforma educativa que el gobierno de la Unidad Popular presentaría, junto a un proyecto de reforma constitucional, en un fatídico día de septiembre, cuando una oleada de sangre cayó sobre nuestro país. [3]
Con la Constitución del 80 la fórmula quedó a la medida del proyecto educativo religioso – empresarial. Combinó el Estado subsidiario con la libertad de elegir y ofertar, constituyéndose el mercado como patrón de funcionamiento para el sistema educativo chileno.
Sobre la base de la retracción de la iniciativa educativa estatal y la liberalización de una oferta subsidiada se diluyó la educación pública hasta borrar incluso su significado histórico. En 30 años la matrícula de la educación obligatoria pasó al control de los privados. De un 22 % en 1982 a un 42% en 1990 a casi un 70 % (quizás más) en la actualidad. Durante los gobiernos democráticos el sistema subsidios a la oferta se extendió a la educación superior, la cual está en un 85 % controlada por los privados. Similar proceso se espera ocurra con la creciente cobertura de la educación parvularia.[4]
¿Qué es hoy la educación pública con estos porcentajes de matrícula? ¿Qué sentido de construcción social puede tener? El sentido de la educación, tema tan relevante para pensar la educación que queremos quedó, hace años, en manos de los privados ¿Qué privados son? ¿Representan lo público? No son organizaciones comunitarias, sociales, menos populares las que gestionan las escuelas en Chile. En los años ochenta muchas de estas escuelas comenzaron a ser gestionadas por pequeños comerciantes que vieron en el “mercado educativo” una oportunidad de negocio. Un mal negocio, que sin recursos, sin alianzas y lo peor de todo sin proyecto, tenía un costo social y humano que muchos ya no quieren sostener.
¿Quién se hace cargo? No ha sido el Estado. La Constitución no lo promueve, ni lo permite. Se “ha hecho cargo” en gran parte, el empresariado, que a través de fundaciones, corporaciones, agencias, programas, donaciones, subsidios y un complejo entramado de alianzas público-privadas ha imprimido el sello mercantil al sistema educativo en Chile. Tras la retórica de la calidad han manipulado el sentido común de las personas, incluso de los mismos profesores, haciendo que la educación sea desde su propio origen una mercancía más en el proyecto político y económico empresarial. En este proyecto competimos por la educación, requerimos libertad de elección, porque si la educación no se traduce en un mejor empleo, no tiene ya ningún sentido.
El proyecto educativo neoliberal pasó de la pinochetista Constitución al sentido común nacional. Las sistematizaciones existentes sobre las discusiones constituyentes hechas en los últimos años muestran una realidad compleja. Si bien la educación sigue siendo una amplia demanda ciudadana, la calidad y su gratuidad son la principal demanda mencionada por las asambleas y cabildos sistematizados hasta la fecha. Educación cívica y no sexista aparecen en forma muy secundaria. Otros temas como la inclusión, la participación, el sentido de la educación, o lo comunitario prácticamente no aparecen. [5]
¿Qué cambio constitucional podría revertir esto? O mejor dicho, ¿es posible pensar una constitución sin un proyecto educativo que se oponga al proyecto de la elite? No podemos repetir recetas anteriores y debemos apropiarnos del contexto. Para esto es importante cuestionar el norte educativo del proyecto educativo de la elite. La lucha por la educación debe tener un nuevo Sur.
El “pacto por la paz” que dio origen a este cambio constitucional no tomó en cuenta los tiempos que requiere este proceso. Peor aún, no consideraron el tremendo error que puede significar lanzarse a legitimar un entramado constitucional sin haber avanzado conjuntamente en un proyecto popular anti neoliberal. En el caso de la Educación. el proyecto educativo popular neoliberal debe apostar a sacar a los empresarios y la Iglesia del control de la educación, pero para eso debe poner sobre la mesa un proyecto educativo que vaya más allá de la calidad y la gratuidad, que portan en si la reproducción de la competencia como un virus endémico del sistema escolar.
Este proyecto educativo popular para el siglo XXI debe basarse en las luchas de los movimientos sociales, tal como lo hizo el casi triunfante proyecto educativo popular que se fraguó en las luchas del siglo XX. Son las organizaciones de actores educativos, las que no firmaron ningún acuerdo son las que deben dar continuidad a este proceso. ¿Educación y poder constituyente? El poder constituyente en educación comenzó con el siglo. El 2001 los estudiantes secundarios protagonizaron el mochilazo, el 2006 el pingüinazo[6] y el 2011 abrió un nuevo período de luchas intersectoriales que sacudieron el sentido común neoliberal con la revuelta popular en Octubre del 2019. Este período nos dejó una serie de propuestas[7] sobre las cuales las organizaciones debemos trabajar, difundir y formar (nos) para que, en un lapso más largo que los tiempos que da el pacto convencional, podamos conquistar el sentido común nacional.
Propuestas que hablan de una educación pública garantizada por el Estado, por supuesto que gratuita y de calidad, pero con un proyecto educativo popular, más allá del mercado, con sentido democrático y comunitario. Que permita a las comunidades repensar y construir los sentidos de la educación ante los desafíos del siglo XXI. Solo así podremos ejercer auténticamente poder constituyente, poner freno al desarrollo proyecto educativo de la elite y por fin realmente escribir la historia a nuestra manera.
[2] Entre el año 1925 y el año 1973 la Educación Pública aumentó de 500.000 a más de 3 millones de matriculados (Manuel Riesco). Riesco, M. (2007). La necesidad de reconstruir el sistema nacional de educación público desmantelado por la dictadura y la LOCE. Revista Pensamiento Educativo, PUC, 40, 243-261.
[3] Algunos significados asociados a la Libertad de Enseñanza en la reforma constitucional propuesta por la Unidad Popular el año 1973: “La educación que se imparta a través del sistema nacional será democrática y pluralista, y no tendrá orientación partidaria oficial. Su modificación se realizará también en forma democrática, (…) Los organismos técnicos competentes harán la selección de los textos de estudio sobre la base de concursos a los cuales tendrán acceso todos los educadores idóneos, cualquiera que sea su ideología. Habrá facilidades equitativas para editar y difundir esos textos escolares, y los establecimientos tendrán libertad para elegir los que prefieran. (….)El ingreso y promoción de profesores e investigadores a la carrera académica se hará tomando en cuenta su capacidad y aptitudes. El personal académico es libre para desarrollar las enseñanzas conforme a sus ideas, dentro del deber de ofrecer a sus alumnos la información necesaria sobre las doctrinas y principios diversos y discrepantes. Los estudiantes universitarios tienen derecho a expresar sus propias ideas y a escoger, en cuanto sea posible, la enseñanza y tuición de los profesores que prefieran.
[4] A pesar de la tenaz oposición de las funcionarías de la Junta Nacional de Jardines infantiles, este sistema de subsidios se aprobó pase recientemente en el parlamento para aumentar la cobertura en la educación parvularia.
[5] Unidad Social, Universidad de Chile, Universidad Católica del Norte, Universidad de Tarapacá, Universidad de Tarapacá, Universidad Arturo Prat, Universidad de Santiago, Universidad Tecnológica Metropolitana, Universidad de Valparaíso, Universidad de Concepción, Universidad de La Frontera, Universidad de Los Lagos y Universidad Austral de Chile. (2021). Demandas prioritarias y propuestas para un Chile diferente: sistematización de 1.233 cabildos ciudadanos .disponible en https://doi.org/10.34720/wk9d-dp94 . ver también las sistematizaciones hechas a los encuentros locales autoconvocados realizados en todo Chile el 2016. Un buen artículo sobre el tema es Ihnen, C., Millaleo, S., & Soto, F. (2020). El debate constitucional sobre el derecho a la educación y su impacto en la ciudadanía. Revista de ciencia política (Santiago), 40(3), 699-728.
[6] Pingüinos se les llama en Chile a lxs estudiantes secundarixs.
[7] Para revisar algunas de ellas en la web del Foro por el Derecho a la Educación Pública. Libro: Una década de luchas y propuestas por el derecho a la educación. Revisar Además documentos de sistematización. Encuentro Nacionales de Actores Educativos 2020-2021 y Folletos para el debate constituyente en la misma web.
Fuente e Imagen: https://redclade.org/noticias/educacion-y-poder-constituyente-en-chile/
Los alumnos suspenden en empatía, base y soporte de otras competencias emocionales como la comunicación, la escucha activa y el trabajo en equipo.
Desde 2015 la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) está investigando y comprobando la necesidad de la educación emocional en niños y jóvenes, así como promoviendo políticas y guías para su implantación en los centros. Según un informe de 2020 de la UNESCO (Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), incluir habilidades socioemocionales en los programas de formación docentes ayuda a abordar el estrés e impulsan las habilidades emocionales y sociales en el aula.
Instituto de Inteligencia Emocional y Neurociencia Aplicada, ha realizado el I Estudio a nivel nacional de Educación Emocional en los Colegios en España. Según los datos extraídos, el 94% de los docentes afirman que mejorarían en su trabajo con los alumnos si tuvieran formación en educación emocional. El 73% de los encuestados añaden que la importancia de formación en competencias emocionales es mucho más importante que antes de la pandemia.
En sus encuestas, los directores de los centros escolares apuntan que esta formación sería muy beneficiosa para los alumnos. El 55% de los encuestados creen que la inteligencia emocional puede reducir mucho el acoso escolar, y el 100% entre bastante y mucho. Asimismo, el 100% de los directivos aseguran que mejoraría la motivación y el gusto de los alumnos por aprender, el rendimiento escolar y los prepararía para el mundo laboral; además el 68% cree que mejorarían como personas, un 66% manifiesta que mejoraría la relación entre los alumnos y el 55% piensa que disminuiría el acoso escolar.
Competencias emocionales más importantes
Según los educadores, los alumnos suspenden en empatía, una competencia emocional que es la base y soporte de otras como la comunicación, la escucha activa y el trabajo en equipo. Sin embargo, cuando se les pregunta por las competencias emocionales más importantes para los alumnos el 36% dicen que es la autoestima, el 32% se decanta por el autocontrol y otro 32% por la comunicación. Si se les pregunta por las suyas propias, para los docentes, el primer lugar lo ocupa la comunicación (88%), el segundo lugar la autoestima (73%) y el tercer lugar el optimismo (71%); a las que siguen trabajo en equipo (69%), flexibilidad (67%), autocontrol (66%) y resiliencia (64%).
Este estudio realizado por Idiena es de la primera encuesta a nivel nacional que se realiza en este campo, cuya necesidad se ha incrementado por la situación que el Covid-19 ha supuesto tanto para la sociedad en general como para los centros educativos en particular, que han tenido que hacer un gran esfuerzo para dar la mejor respuesta posible a alumnos, padres y madres.
Las encuestas se han realizado entre febrero y abril de 2021 y la muestra obtenida es representativa de toda España; han participado 109 colegios (12 públicos, 22 privados y 75 concertados), 44 directores de centros escolares y 557 docentes. «Hemos obtenido una colaboración única en la historia, que nos ha permitido analizar y obtener unos resultados sobre el sector de altísimo valor, tanto para el propio colectivo docente como para la sociedad en general (padres y madres, autoridades públicas)», asegura Michael José Belzunce, presidente de Idiena.
Tanto el informe final como el análisis de resultados han sido realizados por un equipo de doctores investigadores especializados en Inteligencia Emocional y otras disciplinas, apoyando así y siguiendo la línea de rigurosidad científica propia de IDIENA. La muestra ha contestado a una encuesta detallada con un 95% de nivel de confianza y un 5% de margen de error.
«Los datos son muy significativos y ayudan en la toma de futuras decisiones. Ahora queremos hacer llegar este estudio y sus conclusiones a todo el sector educativo y a la sociedad, haciéndoles partícipes de la importancia de incluir la educación emocional en el sistema educativo. Una necesidad que se ha acentuado con la pandemia. Las principales barreras que encuentra el sistema son las distintas legislaciones de las comunidades autónomas, una escasa sensibilidad hacia el concepto, la falta de formación del claustro, las dificultades de implementación en los programas educativos y la ausencia de un modelo de referencia que sea estable», afirma Michael José Belzunce.
Actualmente, no existen estadísticas oficiales en España sobre cuántos colegios imparten educación emocional. Según las estimaciones de Idiena, solo el 5% de los centros las incluyen en sus programas. La Comunidad de Canarias es la excepción en la educación pública con un inicio piloto en algunos centros de primaria que se inició en 2014. También se encuentran algunas iniciativas puestas en marcha por centros privados apoyados por la Fundación Botín.
Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-educacion-emocional-colegios-necesidad-urgente-pandemia-202105200139_noticia.html
La urgencia por el regreso a clases luego de que el sector magisterial sea vacunado no se encuentra solamente en la idea romántica de volver a las aulas luego de más de un año de que se han cerrado las instalaciones físicas de los centros escolares…
Las condiciones bajo las cuales se llevan a cabo las actividades educativas han demostrado en este tiempo de emergencia sanitaria, que no solamente han sido injustas, sino que han dejado ver y han incrementado las brechas sociales y económicas que nuestro país presenta de hace al menos 30 años.
La urgencia por el regreso a clases luego de que el sector magisterial sea vacunado no se encuentra solamente en la idea romántica de volver a las aulas luego de más de un año de que se han cerrado las instalaciones físicas de los centros escolares, sino en los más de 3 millones de estudiantes de educación básica que este año no se inscribieron al presente ciclo escolar por diversas razones, principalmente las relacionadas al ámbito económico.
De acuerdo con la Encuesta para la medición del Impacto Covid-19 (ECOVID-ED) 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), las inequidades que se presentan en el sistema educativo trascienden a las que pueden tener que ver con el conocimiento, que es lo que corresponde a la escuela, sino que abarcan aspectos por demás injustos y que se encuentran en el campo de la inequidad de un sistema económico excluyente.
En este sentido, el derecho a la educación consagrado en la Constitución se ha visto mermado en millones de niñas, niños y adolescentes (NNA) que verán la repercusión de ello en sus vidas y nuestra sociedad habrá de recibir sus efectos en el corto, mediano y largo plazos a manera de las diferentes violencias que han sido normalizadas en los últimos años.
De acuerdo con la ECOVID-ED, el 35% de quienes se ausentaron del sistema educativo nacional, fue por falta de recursos económicos para poder pagar un servicio de internet que les permitiera el acceso a seguir estudiando, mientras que un 26% carecía de un equipo de cómputo o televisión en su hogar para seguir las clases en línea. La situación fue grave para 210 mil NNA, para quienes no fue accesible el horario de las clases, 180 mil no contaban con una persona mayor que les apoyara en sus clases en línea, mientras que 150 mil no contaron con información, menos con el apoyo para saber como ingresar a las clases en esta modalidad.
La situación para quienes si tuvieron alguna manera de tomar clases en línea no fue una luna de miel, pues el estudio reporta, además, que más 7 de cada 10 lo hicieron desde un teléfono celular, 5 de cada 10 no ha tenido alguien mayor que les acompañe en sus actividades y trabajos escolares, mientras que la mitad de los hogares reportaron problemas para poder avanzar en las clases, lo cual incluye la capacidad económica, la falta de infraestructura tecnológica así como la falta de materiales para el seguimiento adecuado del aprendizaje.
La situación de quienes históricamente han sido vulnerados se agravó a partir de las condiciones generadas por la pandemia, refleja la gravedad de la situación de una situación económica de la más grave crisis de los últimos 100 años en el mundo, pero, sobre todo, refiere el tamaño del reto para los tiempos que vienen.
El ojo avizor no pasa por alto que el liderazgo de David Calderón al frente de Mexicanos Primero ha contribuido a la crisis educativa que padecemos los docentes…
“No sé cuál sea la clave para el éxito, pero la clave del fracaso es querer quedar bien con todo mundo”.
¿A qué llama David Calderón, presidente ejecutivo y cofundador de Mexicanos Primero, “participar de verdad”, en el artículo[1] de su autoría, publicado el 20 de mayo de 2021 en El Financiero?
La duda es legítima, porque en él se afirma textualmente
“La participación de maestras y maestros está, con mucho, limitada a esperar con agobio que se reestablezcan las páginas web en las que deben capturar sus datos de calificaciones, o de aspiraciones a promoción”
Refiriéndose al incumplimiento de la SEP según el artículo 145 de la Ley General de Educación, debido a que no ha convocado hasta la fecha al Consejo Nacional de Participación Social y al papel que el brazo jurídico de la asociación ha desempeñado para hacer valer la ley.
Y es que pesar de que al inicio del libelo se apela al indiscutible interés superior de la niñez y el derecho a la educación como parte de esa promesa constitucional, para el autor la única participación “de verdad” ha sido la que él representa. La duda legítima ¿es necesario menospreciar a todos los demás actores educativos en su afán por quedar bien con los poderes que representa?
Es aún más meritorio que un docente, directivo, ATP, supervisor o Jefe de Sector construya desde la vía política -porque simple y sencillamente no cuenta con el aparato económico que lo respalde- lo que Mexicanos Primero pelea por la vía legal: el respeto a la ley por parte de las Autoridades Educativas Federales, Estatales y Locales.
La parte lamentabilísima es que para David Calderón ambas batallas son excluyentes ¡Qué diferencia con el maestro Fausto, profesor Triqui que desde su sabiduría ancestral y cosmovisión dual, dio cátedra a los maestros que nos sentimos agraviados con esta asociación desde “de Panzazo”!, pues “ambos (docentes y ONGs) son necesarios para trabajar en equipo desde nuestras trincheras por el bien no solamente de los niños más vulnerables, sino de nosotros mismos: Ningún trabajo hecho con amor, se queda corto, alcanza para todos”, dijo.
El tema del artículo de David Calderón no es, pues, la participación como vía para construir un “nosotros” sino una forma de consolidar el “yo” descalificando los esfuerzos de quienes no solamente no acaba de entender y por ende menosprecia, sino que a través de su narrativa, la ONG se convierte en el único instrumento efectivo de combate a la ilegalidad.
¿De qué le sirvió, pedir perdón en el foro “¿Qué sigue? Debate sobre el futuro de las políticas educativas y científicas”[2], organizado por el COMIE, IISUE, DIE y la UAM en 2018?
“Siempre estuvimos por que hubiera observación en el aula, pero no fuimos suficientemente firmes a ese respecto, sí usamos y mal usamos los términos ‘mérito’, por ejemplo, ‘evaluación con consecuencias’, después aclarábamos, ‘la primera consecuencia tiene que ser el apoyo’, pero eso ya no se escuchaba, entonces, contribuimos a la construcción de un imaginario que resultó negativo (…)
No me avergüenza decirlo, nos equivocamos, nos equivocamos muchísimo, me avergonzaría seguir en esa equivocación; estamos buscando nuevos caminos, no los tenemos muy claros. Lo que en todo caso sí nos convoca es a cómo construimos de todos modos, con firmeza, poniendo en el centro el derecho de los niños, eso queremos reiterarlo». Afirmó Calderón
Sobra decir que los primeros en vitorear el perdón del Presidente de Mexicanos Primero fueron los líderes sindicales y alfiles de Elba Esther cuya narrativa desconoce y demerita la evaluación de ingreso y promoción, que mezcló indignamente David Calderón en su calculada intervención para conseguir un aplauso que no solamente nadie le otorgó, pero que sí contribuyó a consolidar la torcida narrativa de una parte de la academia, gremial y populista de que los docentes que ingresaron y consiguieron promocionarse con las leyes de 2013 no merecían tales logros.
Si, hubo errores en la Reforma Educativa de 2013. Efectivamente, había que enmendar la evaluación de permanencia y ciertamente no conozco a ningún docente cuya “idoneidad” pueda ser probada por un examen, pero ¡¡¿cómo pudo pasar por alto la ruptura de los cacicazgos sindicales en el manejo de las plazas de ingreso y en las oportunidades de promoción (puestos y lugares) sobre todo para las mujeres maestras que logró la Reforma Educativa de 2013?!!
¿David Calderón cobra su nómina en Mexicanos Primero o en las oficinas del SNTE? Con las pruebas que él mismo ha aportado, la duda es más que pertinente.
El ojo avizor no pasa por alto que el liderazgo de David Calderón al frente de Mexicanos Primero ha contribuido a la crisis educativa que padecemos los docentes hoy en día en perjuicio del derecho a la educación de los niños de este país, que tanto dice defender porque ha demostrado que su prioridad -como la de tantos desubicados académicos- es el aplauso y reconocimiento a costa de quien y lo que sea. Y eso es peligrosísimo, considerando la cantidad de recursos económicos, políticos y legales que tiene a su alcance.
“Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”
Apocalipsis 3:16
Tan tóxico como un liderazgo gremial que opera como cartera de votos en el mercado electoral, es una posición gerencial que adrede utiliza el término “Autoridad Educativa” (ver artículo) en abstracto para debilitar las posiciones de liderazgo de quienes hacen lo que pueden con lo que tienen a pesar de tener en contra no solo a los aparatos gubernamentales y sindicales, sino a quienes supuestamente luchan por lo mismo, socavando al resto.
Esos son los verdaderos tontos útilesde la historia, que no ayudan pero sí estorban a todos aquellos que “de verdad” como afirma el Presidente de Mexicanos Primero en su artículo, trabajan para construir un mejor futuro para los niños de este país, más allá del discurso y de “perdones” que nadie ha pedido, por convivir.
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