Page 34 of 146
1 32 33 34 35 36 146

China emite estándares curriculares para escuelas secundarias vocacionales

Asia/China/30 Enero 2020/spanish.xinhuanet.com

El Ministerio de Educación de China ha publicado estándares curriculares para cinco cursos básicos en las escuelas de formación profesional secundaria, con el objetivo de aclarar los requisitos de calidad académica y resaltar las características de la educación vocacional.

Las nuevas normas incluyen cinco cursos: matemáticas, tecnología informática, educación física y salud, física y química.

Además, definen los valores fundamentales y los objetivos curriculares de los cursos y aclaran su contenido, indicó la cartera en un comunicado.

En comparación con el programa de estudios anterior, el nuevo se centra en mejorar la capacidad de los estudiantes para resolver problemas, y servirá de base para la evaluación por etapas y el examen académico.

Fuente: http://spanish.xinhuanet.com/2020-01/26/c_138735263.htm

Comparte este contenido:

Si te escandalizan las colas en las guarderías tienes que ver lo que está pasando en China

Si te escandalizan las colas en las guarderías tienes que ver lo que está pasando en China

Millones de padres chinos están dispuestos a todo con tal de que su hijo pueda acabar en una buena universidad. Y lo que se les pide a los niños no es mucho menos

En China, la carrera por entrar en los mejores colegios o universidades es una competición despiadada. No lo es tanto en España, ni mucho menos, pero la larga cola que hacían unos padres a la puerta de Santa Bernardita en Madrid para conseguir una plaza para sus hijos recuerda a la obsesión que se vive en el gigante asiático por la educación.

Con una clase media en China en constante crecimiento, que esta década pasará de los 430 a los 780 millones de personas, acceder a una de las universidades más prestigiosas del país se percibe como la llave para ascender de clase social. Millones de padres están dispuestos a todo: desde dilapidar los ahorros de toda la familia hasta cambiarse a una casa diminuta para estar cerca de un buen colegio. A los hijos no se les exige menos: agendas de ministro y renunciar a su vida personal desde que nacen.

De los pañales a los libros

«En ciudades como Shanghái uno debe empezar a planificar la educación de su hijo antes de que nazca. Es mucho mejor elegir, por ejemplo, una guardería privada. Aunque son caras, con dos años los niños ya tienen un profesor nativo que les enseña inglés», explica Qi Ruifang, una mujer de 36 años que trabaja en una empresa de logística.

Esta madre y su marido no dudaron en inscribir a su hija en una guardería privada al poco de que naciese. Están convencidos de que esta elección ha sido decisiva para que la niña lograse entrar en una escuela de primaria de élite. Con solo seis años, Xuan Xuan tuvo que enfrentarse a su primera entrevista para ser admitida. No era de trabajo, pero bien lo parecía. Qi recuerda cómo madre e hija pasaron días repasando sus conocimientos de matemáticas, inglés y chino para impresionar a la maestra encargada de seleccionar a los nuevos alumnos.

Ahora que la pequeña está admitida la presión no disminuye. «Con seis años tiene que quedarse hasta las 10 de la noche para terminar todos los deberes. Al menos son tres horas de estudio más al día después del colegio. Los caracteres es una de las tareas más arduas. Son muchas horas y su padre y yo tenemos que ayudarla todas las noches», reconoce Qi Ruifang con resignación.

Las clases sustituyen el tiempo de juego

Meimei no sabe lo que es levantarse un fin de semana y perder el tiempo viendo la televisión y yendo a jugar al parque con sus amigos. Solo tiene diez años pero su agenda se parece más a la de un CEO al mando de una empresa que a la de una niña de su edad. Nada más desayunar tiene que vestirse corriendo para asistir a su primera clase del día: danza. Luego tiene piano y por la tarde pintura.

«Los fines de semana se consagran a actividades más creativas, mientras que entre semana tiene que asistir a clases de cálculo, chino y STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas)», explica Sarah, una madre de 40 años que vive en Cantón. Para Meimei la diversión queda relegada a unos minutos antes de acostarse y a un rato el domingo por la tarde. Parece un buen entrenamiento para una sociedad en la que el 9-6-6, trabajar de nueve a seis de la tarde seis días a la semana, es una filosofía bastante extendida.

«Mi prioridad es que mi hija reciba la mejor educación posible y no me importa sacrificar una gran parte de nuestro presupuesto en esto», dice Sarah, que confiesa gastar 1.200 euros en clases extraescolares al mes para su hija. «He abandonado la idea de tener un segundo hijo hace años. Es demasiado tiempo y dinero. Prefiero dedicar todos mis esfuerzos en uno para que pueda llegar más lejos», concluye Sarah.

A pesar de que el gobierno ha intentado en estos últimos años disminuir la presión que viven los niños reduciendo la carga lectiva, la situación no ha hecho más que empeorar ya que los padres han aprovechado este vacío para llenarlo aún más con clases extraescolares.

Y mientras la obsesión de los padres por la educación aumenta también lo hacen las cifras millonarias que suma este negocio. Según ha publicado la agencia de noticias china Xinhua en 2016, más de 137 millones de estudiantes (de un total de 180 millones) asistían a clases extraescolares. Se calcula que el volumen de negocio en este país podría superar los 100.000 millones de euros al año.

Las ‘xuequfang’

Desde que nació su hija, Hualing tenía claro que la llevaría a las mejores escuelas de Shanghái. Cuando se puso a buscar vio que las que tenía cerca de su barrio no estaban mal, pero ella quería la mejor. Fue entonces cuando Hualing y su marido decidieron invertir en una ‘xuequfang’, es decir, un apartamento en una zona con colegios buenos. «Primero tuve que vender mi casa. Después convencí a mis padres de que vendieran la suya y se fuesen a vivir a las afueras a un apartamento más pequeño», explica Hualing. La pareja sacrificó los ahorros familiares para mudarse a un piso de 60 metros cuadrados en el centro de Shanghái por el que pagaron 1.2 millones de euros.

Los ‘xuequfang’ existen en toda China, pero principalmente se concentran en megaurbes como Pekín, Shanghái y Cantón. Aunque estos pisos no son una garantía para entrar a la escuela deseada, su precio no ha dejado de aumentar en los últimos años. En Shanghái la diferencia de precio entre una ‘xuequfang’ y otro piso cerca al que no le toca el colegio puede ser de más de 5.000 euros el metro cuadrado», explica Fenfang, una profesora que invirtió en uno de ellos hace años.

En ocasiones, en estos pisos que literalmente se traducen por «escuela, zona, casa» ni siquiera viven los padres. «A veces no miden más de 15 metros cuadrados. Son cuatro muros y un techo pero merece la pena pagar por ellos con tal de que tu hijo pueda estudiar donde quieras», dice Fengfang. Tanto ella como Hualing están convencidas de que mereció la pena gastar esa suma de dinero.

Pensar la universidad en la guardería

Calles cortadas, cámaras de vigilancia, toma de las huellas dactilares e incluso sistemas de reconocimiento de retina. No es una película de ciencia ficción, sino una imagen habitual en muchos de los centros donde cada año millones de alumnos se examinan del ‘gaokao’ o la prueba de acceso a la universidad en China.

Uno de estos centros está en Maotanchang. Esta localidad se ha hecho famosa por alojar a más de 8.000 madres que cada año se mudan con sus hijos para acompañarlos en el tortuoso proceso del ‘gaokao’. Detrás dejan a sus maridos, que continuarán trabajando para poder financiar los gastos ese año. Durante el año de preparación, las madres asumen el papel de entrenadoras personales, disponibles 24 horas al día para que sus hijos no pierdan ni un solo segundo de estudio.

La presión es también brutal para los hijos. Angie, productora en la provincia de Anhui, lo recuerda como una pesadilla: «Medio año antes del ‘gaokao’ tenemos que estudiar de domingo a domingo. Vas a clase de ocho de la mañana a nueve de la noche y cuando vuelvas a casa cenas y sigues estudiando hasta medianoche».

Numerosos expertos llevan años advirtiendo de las consecuencias negativas que un proceso tan exigente puede tener para la salud mental de los hijos. Para Joán, un español casado con una mujer china y con más de diez años en el país, la decisión está clara. «Este año nos volvemos a España. Jugar y experimentar es tan importante como estudiar. No quiero que mi hija se críe en un entorno con tanta presión», dice convencido este empresario.

Muchos padres en China se han hecho eco de esta advertencia y han optado por buscar un modelo alternativo enviando sus hijos al extranjero. Una opción que cada vez es más popular pero que no deja de estar restringida a solo unos pocos privilegiados.

Fuente de la Información: https://www.elconfidencial.com/mundo/2020-01-20/guarderias-asia-china-largas-colas-overbooking_2409247/

 

Comparte este contenido:

El balance del nuevo coronavirus aumenta a 17 muertos en China

Redacción: Aporrea

El nuevo coronavirus aparecido en China ha causado hasta ahora 17 muertos y contaminado a centenares de personas, según un último balance cuyo anuncio el miércoles desata los temores de propagación, por lo que la OMS podría decretar este día une «urgencia internacional».

El anterior balance era de 9 muertos.

El número total de personas contaminadas subió a 444 en la provincia de Hubei, epicentro de la epidemia, precisaron responsables de esta provincia del centro de China en una conferencia de prensa televisada.

En total 1.394 personas estaban bajo observación médica.

El nuevo coronavirus podría mutar y propagarse más fácilmente, advirtieron el miércoles las autoridades, lo que aumentó el temor a escala internacional, ya exacerbado tras la detección de un primer caso en Estados Unidos.

El virus de la familia del SRAS, que surgió el mes pasado en Wuhan, en el centro de China, alcanzó ya a varios países de Asia y el martes se registró el primer caso fuera del continente, en Estados Unidos.

Hong Kong señaló el miércoles un primer caso sospechoso: un hombre de 39 años que llegó en tren desde la ciudad de Wuhan, epicentro de la epidemia. El resultado definitivo de las pruebas médicas se conocerá el jueves.

Un comité de urgencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) estaba reunido en Ginebra para determinar si declara una «emergencia de salud pública a nivel internacional».

Las preocupaciones se agudizan ante la proximidad de las festividades y vacaciones por el Año Nuevo lunar, cuando tradicionalmente centenas de millones de chinos viajan para visitar sus familias.

Este coronavirus genera una viva preocupación por su similitud con el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAS), que mató a casi 650 personas en toda la región en 2002-2003.

Los casos ya se registraron en casi la mitad de las provincias del país, incluidas las megalópolis de Pekín y Shanghái. El miércoles también se confirmó un caso en la región semiautónoma de Macao.

En Wuhan, las autoridades hicieron obligatorio el uso tapabocas en lugares públicos, según El diario del pueblo.

En una farmacia de Pekín, una empleada explicaba a los clientes que ya no hay tapabocas ni productos desinfectantes para vender.

Controles fueron instalados en cinco aeropuertos de Estados Unidos y en Reino Unido e Italia, a donde llegan vuelos provenientes de Wuhan.

Ventilación, desinfección

El viceministro de la Comisión Nacional de Salud de China, Li Bin, enumeró en conferencia de prensa algunas de las medidas urgentes que se están adoptando, como desinfección y ventilación de aeropuertos, estaciones y centros comerciales e instalación de detectores de temperatura en sitios concurridos.

El gobierno chino ha clasificado este brote en la misma categoría de la epidemia de SRAS. Esto significa aislamiento para las personas diagnosticadas, y la posibilidad de determinar cuarentenas.

El miércoles, la Confederación Asiática de Fútbol anunció que los partidos de fútbol femenino clasificatorios para los Juegos Olímpicos de Tokio-2020, programados en febrero en Wuhan, fueron desplazados al este del país.

El nuevo coronavirus fue identificado originalmente en Wuhan, pero ya se registraron casos en Japón, Corea del Sur, Tailandia y Taiwán. Estados Unidos confirmó el martes el primer caso.

Sospechas

Hasta ahora, la OMS había utilizado el término de «emergencia de salud pública a nivel internacional» solamente en casos de epidemias que requieren una respuesta internacional importante, incluida la gripe porcina H1N1 en 2009, el virus Zika en 2016 y la fiebre del Ébola, que devastó parte de África occidental de 2014 a 2016 y la RDC desde 2018.

El virus fue detectado en diciembre en Wuhan, donde viven 11 millones de personas, en un mercado de abastos. En este mercado se vendían animales salvajes de forma ilegal, declaró el miércoles el director del Centro Nacional de Control y de Prevención de Enfermedades, Gao Fu.

Por su parte, el alcalde de Wuhan, Zu Xianwang, pidió a los residentes que no salgan de la ciudad, y que los visitantes posterguen sus viajes en la medida de lo posible.

Se piensa que la cepa es un nuevo tipo de coronavirus, una familia que cuenta con una amplia gama de virus que pueden provocar enfermedades benignas en el hombre como el catarro, pero otras más graves como el SRAS.

La OMS criticó entonces al gobierno chino por haber tardado en dar la alerta y haber querido esconder la envergadura de la epidemia.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=264782

Comparte este contenido:

Si te escandalizan las colas en las guarderías tienes que ver lo que está pasando en China

Asia/China/20 Enero 2020/elcofidencial.com

Millones de padres chinos están dispuestos a todo con tal de que su hijo pueda acabar en una buena universidad. Y lo que se les pide a los niños no es mucho menos

En China, la carrera por entrar en los mejores colegios o universidades es una competición despiadada. No lo es tanto en España, ni mucho menos, pero la larga cola que hacían unos padres a la puerta de Santa Bernardita en Madrid para conseguir una plaza para sus hijos recuerda a la obsesión que se vive en el gigante asiático por la educación.

Con una clase media en China en constante crecimiento, que esta década pasará de los 430 a los 780 millones de personas, acceder a una de las universidades más prestigiosas del país se percibe como la llave para ascender de clase social. Millones de padres están dispuestos a todo: desde dilapidar los ahorros de toda la familia hasta cambiarse a una casa diminuta para estar cerca de un buen colegio. A los hijos no se les exige menos: agendas de ministro y renunciar a su vida personal desde que nacen.

De los pañales a los libros

«En ciudades como Shanghái uno debe empezar a planificar la educación de su hijo antes de que nazca. Es mucho mejor elegir, por ejemplo, una guardería privada. Aunque son caras, con dos años los niños ya tienen un profesor nativo que les enseña inglés», explica Qi Ruifang, una mujer de 36 años que trabaja en una empresa de logística.

Esta madre y su marido no dudaron en inscribir a su hija en una guardería privada al poco de que naciese. Están convencidos de que esta elección ha sido decisiva para que la niña lograse entrar en una escuela de primaria de élite. Con solo seis años, Xuan Xuan tuvo que enfrentarse a su primera entrevista para ser admitida. No era de trabajo, pero bien lo parecía. Qi recuerda cómo madre e hija pasaron días repasando sus conocimientos de matemáticas, inglés y chino para impresionar a la maestra encargada de seleccionar a los nuevos alumnos.

Ahora que la pequeña está admitida la presión no disminuye. «Con seis años tiene que quedarse hasta las 10 de la noche para terminar todos los deberes. Al menos son tres horas de estudio más al día después del colegio. Los caracteres es una de las tareas más arduas. Son muchas horas y su padre y yo tenemos que ayudarla todas las noches», reconoce Qi Ruifang con resignación.

Las clases sustituyen el tiempo de juego

Meimei no sabe lo que es levantarse un fin de semana y perder el tiempo viendo la televisión y yendo a jugar al parque con sus amigos. Solo tiene diez años pero su agenda se parece más a la de un CEO al mando de una empresa que a la de una niña de su edad. Nada más desayunar tiene que vestirse corriendo para asistir a su primera clase del día: danza. Luego tiene piano y por la tarde pintura.

«Los fines de semana se consagran a actividades más creativas, mientras que entre semana tiene que asistir a clases de cálculo, chino y STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas)», explica Sarah, una madre de 40 años que vive en Cantón. Para Meimei la diversión queda relegada a unos minutos antes de acostarse y a un rato el domingo por la tarde. Parece un buen entrenamiento para una sociedad en la que el 9-6-6, trabajar de nueve a seis de la tarde seis días a la semana, es una filosofía bastante extendida.

«Mi prioridad es que mi hija reciba la mejor educación posible y no me importa sacrificar una gran parte de nuestro presupuesto en esto», dice Sarah, que confiesa gastar 1.200 euros en clases extraescolares al mes para su hija. «He abandonado la idea de tener un segundo hijo hace años. Es demasiado tiempo y dinero. Prefiero dedicar todos mis esfuerzos en uno para que pueda llegar más lejos», concluye Sarah.

A pesar de que el gobierno ha intentado en estos últimos años disminuir la presión que viven los niños reduciendo la carga lectiva, la situación no ha hecho más que empeorar ya que los padres han aprovechado este vacío para llenarlo aún más con clases extraescolares.

Y mientras la obsesión de los padres por la educación aumenta también lo hacen las cifras millonarias que suma este negocio. Según ha publicado la agencia de noticias china Xinhua en 2016, más de 137 millones de estudiantes (de un total de 180 millones) asistían a clases extraescolares. Se calcula que el volumen de negocio en este país podría superar los 100.000 millones de euros al año.

Las ‘xuequfang’

Desde que nació su hija, Hualing tenía claro que la llevaría a las mejores escuelas de Shanghái. Cuando se puso a buscar vio que las que tenía cerca de su barrio no estaban mal, pero ella quería la mejor. Fue entonces cuando Hualing y su marido decidieron invertir en una ‘xuequfang’, es decir, un apartamento en una zona con colegios buenos. «Primero tuve que vender mi casa. Después convencí a mis padres de que vendieran la suya y se fuesen a vivir a las afueras a un apartamento más pequeño», explica Hualing. La pareja sacrificó los ahorros familiares para mudarse a un piso de 60 metros cuadrados en el centro de Shanghái por el que pagaron 1.2 millones de euros.

Los ‘xuequfang’ existen en toda China, pero principalmente se concentran en megaurbes como Pekín, Shanghái y Cantón. Aunque estos pisos no son una garantía para entrar a la escuela deseada, su precio no ha dejado de aumentar en los últimos años. En Shanghái la diferencia de precio entre una ‘xuequfang’ y otro piso cerca al que no le toca el colegio puede ser de más de 5.000 euros el metro cuadrado», explica Fenfang, una profesora que invirtió en uno de ellos hace años.

En ocasiones, en estos pisos que literalmente se traducen por «escuela, zona, casa» ni siquiera viven los padres. «A veces no miden más de 15 metros cuadrados. Son cuatro muros y un techo pero merece la pena pagar por ellos con tal de que tu hijo pueda estudiar donde quieras», dice Fengfang. Tanto ella como Hualing están convencidas de que mereció la pena gastar esa suma de dinero.

Pensar la universidad en la guardería

Calles cortadas, cámaras de vigilancia, toma de las huellas dactilares e incluso sistemas de reconocimiento de retina. No es una película de ciencia ficción, sino una imagen habitual en muchos de los centros donde cada año millones de alumnos se examinan del ‘gaokao’ o la prueba de acceso a la universidad en China.

Uno de estos centros está en Maotanchang. Esta localidad se ha hecho famosa por alojar a más de 8.000 madres que cada año se mudan con sus hijos para acompañarlos en el tortuoso proceso del ‘gaokao’. Detrás dejan a sus maridos, que continuarán trabajando para poder financiar los gastos ese año. Durante el año de preparación, las madres asumen el papel de entrenadoras personales, disponibles 24 horas al día para que sus hijos no pierdan ni un solo segundo de estudio.

La presión es también brutal para los hijos. Angie, productora en la provincia de Anhui, lo recuerda como una pesadilla: «Medio año antes del ‘gaokao’ tenemos que estudiar de domingo a domingo. Vas a clase de ocho de la mañana a nueve de la noche y cuando vuelvas a casa cenas y sigues estudiando hasta medianoche».

Numerosos expertos llevan años advirtiendo de las consecuencias negativas que un proceso tan exigente puede tener para la salud mental de los hijos. Para Joán, un español casado con una mujer china y con más de diez años en el país, la decisión está clara. «Este año nos volvemos a España. Jugar y experimentar es tan importante como estudiar. No quiero que mi hija se críe en un entorno con tanta presión», dice convencido este empresario.

Muchos padres en China se han hecho eco de esta advertencia y han optado por buscar un modelo alternativo enviando sus hijos al extranjero. Una opción que cada vez es más popular pero que no deja de estar restringida a solo unos pocos privilegiados.

Fuente e imagen tomadas de: https://www.elconfidencial.com/mundo/2020-01-20/guarderias-asia-china-largas-colas-overbooking_2409247/

Comparte este contenido:

Académicos y estudiantes mexicanos detectan sargazo mediante algoritmo

América del Norte/México/19-01-2020/Autor(a) y Fuente: Spanish. xinhuanet. com

 Académicos y estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) desarrollaron un algoritmo capaz de detectar de manera temprana el sargazo y darle seguimiento desde Africa hasta América.

La UNAM dio a conocer en un comunicado que los universitarios, integrantes del equipo «Sargassum Busters», obtuvieron por dicha herramienta el primer lugar en el certamen internacional «Ocean Hackathon», realizado en Francia.

El algoritmo utiliza imágenes del satélite Sentinel-2 de la Agencia Espacial Europea, para detectar con mayor precisión la presencia de la macroalga en la superficie marina.

«Con esta herramienta sería posible rastrear su desplazamiento y profundizar sobre las posibles causas de su crecimiento en los últimos años», explicó el miembro del equipo, Héctor Ramírez Gómez.

El estudiante del doctorado en Ciencias Bioquímicas expuso que con dichas herramientas se podrá también «establecer una alerta temprana para evitar su llegada masiva a las costas, y el consecuente deterioro ecológico y económico que conlleva».

El equipo mexicano utilizó algoritmos de inteligencia artificial para detectar el sargazo en la superficie marina, con el fin de observar su presencia y dinámica de la costa oeste de Africa al golfo de México.

«Hoy se sabe que (el alga) viaja desde ese continente (Africa) hasta el Caribe mexicano. Lo que falta es averiguar a qué se debe su crecimiento descontrolado», abundó el universitario.

Los integrantes del equipo, siete de la UNAM y dos de la BUAP, compitieron contra más de 50 jóvenes de ocho ciudades francesas, en el Campus Mondial de la Mer, ubicado en Brest, puerto del noroeste de Francia, considerada una de las comunidades más importantes del país europeo en el estudio de los océanos.

Ramírez Gómez detalló que previamente ganaron la etapa nacional del «Ocean Hackathon», competencia de programadores que resuelven distintos problemas informáticos, en este caso enfocados al cuidado de los océanos del mundo.

El algoritmo para la detección satelital del sargazo fue propuesto por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) y el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), ambas instituciones mexicanas.

La propuesta se realizó dada la necesidad de un sistema más preciso de detección y de alerta temprana de la macroalga.

Tras ganar el primer lugar, los mexicanos fueron invitados al Foro de Investigación de todo el Océano Atlántico (AAORF, siglas en inglés) a efectuarse en febrero próximo en Bruselas, Bélgica.

Los ganadores presentarán en dicho foro su proyecto ante otra audiencia internacional y por el momento se encuentran en la búsqueda de patrocinios para asistir.

Fuente: http://spanish.xinhuanet.com/2020-01/13/c_138699381.htm

Imagen: Gerd Altmann en Pixabay

Comparte este contenido:

China: Estudiantes aprenden cómo hacer pinturas al estilo Tantou de Año Nuevo en Changsha

Asia/China/19-01-2020/Autor(a) y Fuente: Spanish. xinhuanet. com

CHINA-CHANGSHA-FESTIVAL DE PRIMAVERA-AÑO NUEVO-ESTILO TANTOU

Estudiantes aprenden cómo hacer pinturas al estilo Tantou del Año Nuevo en Changsha, provincia de Hunan, en el centro de China, el 11 de enero de 2020. Es una tradición para las personas en China pegar las imagenes del Año Nuevo para celebrar el Festival de Primavera. El estilo Tantou de las imágenes de Año Nuevo es un patrimonio nacional cultural inmaterial. (Xinhua/Xue Yuge)

CHINA-CHANGSHA-FESTIVAL DE PRIMAVERA-AÑO NUEVO-ESTILO TANTOU

CHANGSHA, 11 enero, 2020 (Xinhua) — Dai Jing, una maestra del taller de estilo Tantou de imágenes de Año Nuevo, presenta su arte tradicional a los estudiantes en Changsha, provincia de Hunan, en el centro de China, el 11 de enero de 2020.

Fuente e Imagen: http://spanish.xinhuanet.com/photo/2020-01/13/c_138697779.htm

Comparte este contenido:

China ramps up tech education in bid to become artificial intelligence leader

Asia/ China/ 14.01.2020/ Source: www.nbcnews.com.

A bespectacled eight-year-old has become the poster child for China’s campaign to dominate the world of high tech.

From his home in Shanghai, Vita Zhou hosts training videos for other children on how to code for artificial intelligence. He already has almost 80,000 followers on the Chinese streaming website Bilibili, and some of his videos have gained more than 1.3 million views. Vita has even attracted the attention of Apple CEO Tim Cook, who sent him birthday wishes Monday on Weibo, China’s equivalent of Twitter.

“What do you think? Isn’t it easier to write code once you understand how it works?” Vita says in one video. With the help of his dad, Zhou Ziheng, he demonstrates how to write codes with Apple-developed Swift Playgrounds, an app teaching kids basic coding through interactive games.

Vita’s celebrity comes as China steps up efforts to become a world leader in artificial intelligence by 2030. The trend of teaching young people to code has been on the rise in recent years, particularly as the Asian giant fights to close the gap in its workforce in the technology sector, most notably AI talent. In November, China’s education ministry updated its curriculum to include books about AI, big data, coding and quantum computing.

A quarter of the 422-page recommended reading list is now about science, math, chemistry, aerospace, medicine and most notably AI.

“Coding’s not that easy but also not that difficult — at least not as difficult as you have imagined,” Vita, who is familiar with Swift, Scratch and C++ languages, told the AFP news agency.

China has a lot of ground to make up on AI, with the number of top researchers in the field standing at one-fifth of that in the United States in 2017, according to research by the Washington-based Center for Data Innovation.

At the same time, it faces a shortage of 5 million AI professionals, according to a 2017 article from the state-owned newspaper People’s Daily.

These disadvantages have not stopped it from setting ambitious targets: The country aims to catch up with the U.S. next year, based on “A Next Generation Artificial Intelligence Development Plan,” a government blueprint.

In order to close in on the talent gap, the country is now speeding up AI education for children, in addition to efforts to increase the talent base from universities. By 2018, there were 96 Chinese universities with AI-related programs, up from just 19 in 2017.

Despite some shortcomings, a trove of Chinese AI companies such as iFlytek, SenseTime, Cloudwalk and DJI, have caught the world’s attention for standing out in sound recognition, facial recognition and drone technologies. China’s big tech companies, such as Baidu, Tencent, Alibaba and Huawei, also have invested heavily in AI research and development.

Image: A trainer leading a class at a children's computer coding training center in Beijing
A trainer leading a class at a children’s computer coding training center in Beijing on Nov. 8, 2019Wang Zhao / AFP – Getty Images file

Some of those companies have taken a hit in China’s trade war with the U.S., with Washington blocking a few Chinese tech firms from acquiring its most advanced technologies. But experts say the roadblocks are only fueling China’s desire to get ahead.

“The increasingly fierce trade and technology competition between China and the U.S. puts pressure on China to improve its innovative capacity,” said Zhang Xusheng, a science, technology, engineering and math professor at Zhejiang University. “And it naturally means we need to bring the students to study high-tech and be more innovative.”

In 2018, the education ministry added AI to the high school curriculum, encouraging around 25 million teenagers to study the technology. The same year, China’s first AI textbook for high school students — which introduces the basics of image recognition, sound recognition, text recognition and deep learning — was put into use in more than 40 pilot schools.

“I would like to read the books to explore the scientific reasoning behind things like AI, aerospace, programming and big data,” Cui Jingjing, 14, a high school student in Fujian, said. “I am also keen to join science competitions.”

“I think China will win the AI race with the U.S.,” Cui said, “We are catching up very fast.”

China is not alone in ramping up AI education. While the private sector has led the response to AI, governments like France, South Korea and the United States also have strategies in place to expand their workforce in the sector with increased investments, although predominantly at the postsecondary level, according to a 2019 UNESCO report.

Many European Union member states are also reviewing their curricula to integrate more lessons about computational thinking in the classroom. Some countries like Austria, Poland and Lithuania have long provided strong computer science education in high schools.

Image: A pupil reading a book outside a classroom as she waits to attend a class at a children's computer coding training centre in Beijing
A pupil reading a book outside a classroom as she waits to attend a class at a children’s computer coding training centre in Beijing on Nov. 8, 2019.Wang Zhao / AFP – Getty Images file

The enthusiasm for AI education goes beyond policy. The market value of the coding industry for children reached around $57 million in 2018 and is expected to surge to around $4.3 billion by 2023, increasing 650 percent in the span of five years, according to a report by iResearch, a Shanghai-based consulting company.

That investment is transforming classrooms. In Shenzhen, China’s tech hub, an AI program for students in grades 3 to 8 was being piloted in 2019.

Zheng Weicheng, a primary school math teacher in Fujian province, thinks that teaching AI also has broader benefits by helping children establish scientific concepts and improve their problem-solving ability, which will directly benefit their future development.

“Well-equipped youths lead to a powerful country,” Zheng said.

Source of the notice: https://www.nbcnews.com/news/world/china-ramps-tech-education-bid-become-artificial-intelligence-leader-n1107806

Comparte este contenido:
Page 34 of 146
1 32 33 34 35 36 146