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«No estoy segura de que la humanidad quiera sobrevivir» Entrevista a la escritora y activista india Arundhati Roy

Asia/India/29 octubre 2016/Autor: Joseph Confavreux/Fuente: Rebelión

La novelista, activista y ensayista india Arundaty Roy, prosigue en su intento de «despertar nuestra imaginación» contra el chovinismo, el capitalismo y los procesos en apariencia inofensivos que les permiten prosperar. Arundhati Roy, autora de El dios de las pequeñas cosas acaba, 20 años después, una nueva novela que se publicará en inglés el año próximo y en francés a comienzos de 2018. Mientras tanto, publica dos obras que se inscriben en el combate contra los nacionalistas hindúes y el capitalismo voraz. El primero, Espectros del capitalismo (Capitán Swing), en realidad, es una recopilación de artículos centrada en las tensiones de Cachemira y la forma en las que las ONG, las fundaciones filantrópicas, las becas de estudio, los discursos tranquilizadores sobre la diversidad y el arte sirven de vehículo para el acaparamiento de tierras y la destrucción de los imaginarios en una India donde el desarrollo económico exponencial es compatible con el hecho de que «más del 80% de la población vive con menos de 50 céntimos al día». Frente a esto, Arundaty Roy da cuenta de las luchas que intentan resistir a estos rodillos financieros e ideológicos. Si el análisis es oscuro sobre la suerte que espera una humanidad que ha aniquilado las formas de pensar diferente, suprimiendo unas formas de vida para imponer otras, Arundaty Roy sigue exigiendo el «derecho a soñar en un sistema que ha intentado transformar a todos los individuos en zombis hipnotizados hasta el punto de confundir el consumismo irreflexivo con la felicidad y la plenitud». El segundo se titula Que devons-nous aimer? (Gallimard). Firmado junto con el actor y realizador John Cusak, es el resultado de un encuentro con Edward Snowden y Daniel Ellsberg, el antepasado de los «denunciantes», en el origen de la filtración de los «Papeles del Pentágono» durante la guerra de Vietnam. Fundamentalmente, consiste en una reflexión sobre el patriotismo, en nombre del cual dicen haber actuado Ellsberg y Snowden mientras que Arundaty Roy llama a redefinir nuestras prioridades: «un bosque virgen, una cadena de montañas o un valle fluvial son más importantes y sin duda, más dignos de amor que cualquier país jamás llegará a serlo. Podría llorar por un valle fluvial, y eso ya me ha sucedido. ¿Pero por un país?”

Escribe que India es actualmente una superpotencia como las otras, «con bombas nucleares y una escandalosa desigualdad»… En 1988, en El fin de la imaginación, ya había declarado:»Si protestar contra la instalación de una bomba nuclear en mi cabeza es antihindú y antipatriótico, entonces yo me separo. Por la presente me autoproclamo república itinerante independiente». Casi 20 años después, ¿cómo es su relación con India?

–En India, el discurso nacionalista se ha convertido en terrorífico; eso ha desembocado en ensayos nucleares. Quienes no han celebrado esto como una señal de una gran nación han sido acusados de traición. La diferencia es que quienes estigmatizaban como antihindú a los pocos que no comulgaban con el culto de la gran potencia nuclear hoy están instalados en el poder y atrincherados detrás de sus convicciones de extrema derecha. Claro, la región está lejos de la situación siria o iraní, pero un gobierno con Modi a la cabeza, azuzando el conflicto en Cachemira y la tensión con Pakistán, ofrece razones para inquietarnos porque ahí se habla de potencias que poseen bombas nucleares.

¿Está personalmente en el punto de mira de los nacionalistas hindúes?

–El gobierno opera subcontratando su descontento frente a las voces divergentes a la gente. Así se organizó una manifestación delante de mi domicilio organizada por el ala femenina del BJP, pidiendo mi detención. Y en el último abril, los estudiantes de la universidad Nerhu organizaron una discusión por el ahorcamiento del cachemir Afzal Guru, sobre el que escrito varios textos. Algunos grupos increparon a los estudiantes y un periodista de una cadena en continuo preguntó: ¿Quién está detrás de todo esto? ¿Por qué está aún en libertad? Los medios de comunicación propiedad de grandes empresas intiman a las voces independientes a callarse y el gobierno subcontrata la censura a la multitud encolerizada.

¿Cómo explicar que el crecimiento exponencial de India haya desembocado en una situación en la que las 100 personas más ricas del país detentan más de un cuarta parte del PIB? ¿Por qué la teoría del «trickle don», según la cual el crecimiento permite que la riqueza «gotee» hacia las clases desfavorecidas, se ha revelado falsa y, al contrario, hemos asistido a un masivo «gushup»(literalmente, surgimiento), proceso por el cual la concentración de la riqueza opera en detrimento de las clases pobres?

–Eso ocurre en todo el mundo; eso se llama capitalismo; no es necesario tener un diploma en economía para comprenderlo. Pero en India, este fenómeno es doble porque, al contrario que el desarrollo chino permitido por la producción y exportación de bienes manufacturados, el crecimiento indio se basa enteramente en la extracción de recursos naturales y minerales. Históricamente, los británicos y los franceses han colonizado el mundo para extraer sus preciados recursos. Hoy, en India, una elite está colonizando su propio país. Además, el capitalismo indio es especial en esto ya que las grandes empresas, como Tata por ejemplo, abarcan todos los campos de la vida, de la extracción minera a la educación o ¡los cosméticos! No son solo los pobres los que son rechazados por este sistema, sino también los pequeños comerciantes o los agricultores, entre los que los suicidios son frecuentes, mientras India se ha convertido en una economía muy potente.

¿En qué sería el capitalismo, como escribe, una «historia de fantasmas?

–Me refiero a una cita de Marx que juzgaba que el capitalismo «de unos medios de producción e intercambio tan potentes, parece un mago que no sabe dominar las fuerzas infernales que ha convocado». Las fábricas han cerrado, los empleos han desaparecido, los sindicatos se han evaporado. Se ha dirigido a las personas que integraban el proletariado las unas contra las otras: hindúes contra musulmanes, castas contra castas, regiones contra regiones… Pero el capitalismo se ha convertido en una religión sin ninguna lógica. Ha desencadenado una psicosis colectiva. Sabemos que seguir viviendo como lo hacemos acarreará el fin del mundo y de la humanidad. Sabemos eso. Pero saber no es suficiente para cambiar el curso de las cosas.

¿Por qué piensa que las viejas recetas que han permitido al capitalismo superar las crisis pasadas, por ejemplo, «la guerra y el mercado» sencillamente no van a funcionar?

–La fuerza del capitalismo reside en su creatividad y su capacidad de adaptación… Sí, es creativo. Es suficiente para ver hasta qué punto mientras el capitalismo supuestamente tiene por principio la competencia, y el comunismo estaría basado en la unidad, los capitalistas están unidos mientras que los comunistas están completamente divididos y son incapaces de ponerse de acuerdo. Pero estamos en una situación en la que la rapidez de circulación del dinero y del capital, altera los parámetros de la comprensión humana y hunde nuestra alma de tal manera que somos incapaces de entender. Estamos en un gran problema como especie.

Tiene palabras muy duras para las fundaciones filantrópicas y las ONG. ¿Por qué?

–Sin duda, algunas ONG hacen un excelente trabajo pero la «onegización» de todo, permitida por la financiación «filantrópica» de algunas empresas, plantea problemas. Cuando el Estado se retira de la educación, la salud, la mayoría de los espacios que deben ser considerados como derechos inalienables, a partir de ese momento, hay que recurrir a la caridad de estos filántropos y a la acción de estas ONG. Es una quimera. Otro problema de las ONG se debe a que describen el mundo de una determinada manera. Toma a las ONG feministas, por ejemplo. Son importantes para luchar contra la mutilación sexual o los estereotipos de género. Pero la lucha de las mujeres de Chhattisgarh contra el acaparamiento de sus tierras o la de las mujeres de Orissa contra la construcción de una presa no se consideran como combates feministas dignos de ser financiados como tales. La lucha de las mujeres contra la agenda imperialista y capitalista jamás ha sido considerada como una lucha feminista digna de apoyo. Lo que es financiado por las ONG no es malo pero es fundamental mirar qué es financiado en relación con lo que no lo es. Empresas como Rockefeller o Carnegie que tienen beneficios descomunales tuvieron la idea a comienzos del siglo XX, de reservar un pequeño porcentaje de sus beneficios para las obras filantrópicas y asegurarse de esta forma un control menos visible de la elaboración de políticas que les son útiles. Mire la manera en la que estas grandes fundaciones -Gates, Ford, Carnegie, Rockefeller- invirtieron en la industria de la educación y transformaron la idea misma de la pedagogía.

En Estados Unidos, existen excelentes universidades, con una verdadera diversidad de procedencia del alumnado que captan al conjunto de las elites del Tercer Mundo, esgrimiendo esta bandera. Pero en estos lugares, no se cuestiona en profundidad la desigualdad, el funcionamiento del capitalismo, la lucha de clases. Es una forma de adoctrinamiento perfecta porque no se parece a un miembro de la KGB que viene a buscarte y te amenaza con un arma para enviarte a un campo de reeducación. Pero sigue siendo una reeducación suave. De las filas de las grandes universidades británicas o norteamericanas, han salido buenos investigadores y universitarios pero también los primeros ministros, ministros de economía, economistas y banqueros que han contribuido a abrir la economía de su país a las corporaciones mundiales. Se ignora y se olvida a todas aquellas personas que plantean cuestiones molestas y se atemperan las formas de pensar. Se ha hecho desaparecer toda una parte de nuestra posibilidad de imaginar un mundo diferente. La manera como han sido destruida la gente que tenía imaginarios distintos, como los pueblos de los valles de Chhattisgarh o de Orissa, es catastrófica. Pensando sin duda en desprenderse del pasado, en realidad, han destruido el futuro.

¿Hay ejemplos de la desactivación de protestas radicales debidas a la financiación de las fundaciones?

–Esto se vio durante el movimiento de los derechos civiles en Estados Unidos, cuando las fundaciones Ford y Rockefeller financiaron con becas, subvenciones o formación, a organizaciones negras «moderadas». Más recientemente, en África del Sur, las fundaciones norteamericanas, para contrarrestar la influencia de la URSS en la ANC, decidieron financiar esta organización permitiéndole eliminar a organizaciones más radicales como el Black Consciousness Movement, de Steve Biko. Y cuando Nelson Mandela se convirtió en el primer ministro negro de África del Sur, se plegó completamente al consenso de Washington e hizo desaparecer cualquier rastro de socialismo del programa de la ANC. Incluso dio la más alta distinción honorífica de África del Sur al general indonesio Suharto que mató a centenares de miles de comunistas en Indonesia… Hoy, África del Sur está gobernada por antiguos militantes que se mueven en Mercedes, pero esto es suficiente para mantener el mito de la liberación de los negros. En India, al menos transcurrieron 50 años entre la descolonización y el neoliberalismo capitalista que es una forma de colonización de su propio país por las elites. En África del Sur, no hubo ninguna transición entre estas dos dominaciones. La revolución no puede ser financiada por las ONG o por empresas que tienen interés en el statu quo y se acomodan fácilmente a una existencia domesticada y suavizada.

Igualmente, es severa con las políticas llevadas a cabo en nombre de los Derechos Humanos. ¿Por qué?

–Es necesario matizar respecto a esta cuestión. No digo que la de los derechos humanos sea una mala política; muchos de mis mejores amigos son activistas de los derechos humanos. Pero digo que esto no es suficiente. Cuando debían constituir nuestros derechos mínimos, se han convertido en la única cosa que tenemos derecho a reclamar. El capitalismo ha reducido la idea de justicia únicamente a estos derechos mientras que el sueño de la igualdad se convertía en blasfemia. Sin embargo, los derechos humanos pueden ser un límite a nuestra imaginación política. El concentrarse estrechamente en esta cuestión permite también el interesarse solo en la violencia y las atrocidades, reprender de la misma forma a las dos partes de un conflicto así sean los maoístas y el gobierno indio o el ejército israelí y Hamas. En India, en el estado de Cachemira, de Orissa o de Chhattisgarh, existen movimientos de resistencia que no son pacifistas sino armados porque no tiene otra opción para luchar contra el saqueo de sus recursos. Pero aunque sus reivindicaciones son justas, no obtienen el apoyo de la clase media porque practican una «violencia» pretendidamente incompatible con los derechos humanos…

¿Qué se puede hacer frente a esto?

–No es como si nada se hubiera hecho. Se han llevado batallas. Los pobres han logrado parar a poderosas compañías mineras. Ha habido victorias pero a menudo se quedan sin visibilidad y no son famosas…

¿Se definiría como comunista?

–No. Pero pienso que las clases sociales son un dato esencial para comprender cómo funciona el mundo y analizarlo de forma justa. No pensar en términos de clase es como un cuerpo sin esqueleto ni estructura. Pero también creo que pensar solo en términos de clase, como lo hacen ciertos comunistas, es como un esqueleto sin cuerpo.

¿De qué puede estar formada esta «nueva imaginación» de la que escribe que necesitamos? ¿Se puede describir?

–Sí, se puede pero no en cuatro frases. Es lo que he intentado hacer en la nueva novela que estoy terminando.

«Quizás sea el tiempo de retomar la noche» escribe. ¿Qué significa este proyecto?

–Esta frase es una referencia al gigantesco edificio de Antilia, situado en Bombay, que pertenece al hombre más rico de India, Mukesh Ambani. Es la casa más cara jamás construida, con 27 pisos, tres helipuertos, seis plantas de parking, 600 empleados domésticos… Los vecinos se quejan de que este monstruo con todas sus luces les ha robado la noche. Pero reapropiarse de la noche es también una antigua reivindicación feminista y se inscribe en la necesaria recuperación de la naturaleza violentada sea el aire o el agua…

¿Su propuesta de suprimir la herencia le parece realista?

–La herencia es solo bienes financieros o materiales. Cuando se observa la imposición del sistema de castas en India, se comprenderá hasta que punto la herencia es también una cuestión de posición, de estatus, de derechos. Si se quiere cambiar las cosas, me parece importante empezar a pensar una forma de no perpetuar los privilegios y los bienes adquiridos.

¿A qué llama las «guerras del modo de vida» en el libro consagrado al encuentro que tuvo con Edward Snowden en compañía de Daniel Ellsberg, otro lanzador de alertas, responsable de la filtración de los «Papeles del Pentágono» durante la guerra del Vietnam?

–El modo de vida norteamericano se ha convertido en el modo de vida europeo y el modo de vida de la elite india. Snowden y Ellsberg tuvieron razón al denunciar la crueldad de la guerra de Vietnam o la vigilancia de la NSA pero sigue siendo necesario comprender por qué Estados Unidos hace estas guerras, tanto ayer como hoy. La razón es, antes que nada, el control de los recursos y la voluntad de aprovecharlos lo más rápidamente posible. Para ello, hay que preconizar un determinado modo de vida particular basado en un apetito de consumo infinito y desenfrenado.

Es Edward Bernays, el sobrino de Freud, uno de los primeros en cambiar la forma de vender estos productos insistiendo no en la necesidad de poseer esto o aquello sino en conseguir hacer creer que tal o cual producto participaban de tu propia personalidad, de tu necesaria realización. Es el imaginario de un consumo sin límites, esa idea de que la felicidad pasa por la posesión de más y más objetos, esa forma mediante la cual creemos que la civilización y el capitalismo son una sola y misma cosa es lo que hay que volver a plantear si queremos tener una posibilidad de supervivencia. Pero no estoy segura de que la humanidad quiera sobrevivir…

En este encuentro que tuvo con Edward Snowden y Daniel Ellsberg, se percibe que sigue reticente a los motivos patrióticos de su acción. Dicen haber actuado en nombre de cierta idea de Estados Unidos que la guerra de Vietnam o la vigilancia de NSA «traicionan». Rechaza desde hace tiempo el chovinismo pero, si este causa algunas guerras, ¿los hombres, sin embargo, no han alcanzado los estados-nación para combatirse mutuamente?

–Yo no digo que no tengan que existir países o naciones sino que no deberían estar provistos de semejante poder esotérico como en Francia o en India, donde mucha gente estima que sus países encarnan una superioridad cultural o civilizadora. No es ninguna tontería. Hay que relajarse. ¿Cómo explicar el fracaso de escritores y artistas que proporcionan un imaginario menos mortífero que el de la bandera? Es muy frecuente que artistas y escritores se plieguen a las demandas del mercado incluso teniendo el deseo de experimentar, porque se espera de ti que experimentes pero dentro de ciertos límites. Cuando escribí mi primera novela, El dios de las pequeñas cosas, fui bien acogida; sentí que se esperaba que yo publicara, dos años después, otra novela y así sucesivamente. Pero si yo hubiera querido satisfacer esa demanda, no hubiera podido participar en ninguna de las luchas en las que he participado, ni escribir los ensayos que he escrito. Cuando he publicado, en lugar de una nueva novela, El fin de la imaginación, quienes me habían alabado sintieron una rabia loca y me detestaron. El imaginario de consumo infinito ha penetrado en el mundo artístico y asistimos a formas de «cultural washing» lo mismo que vimos con el «green washing». El mayor festival de literatura mundial se encuentra hoy en India, en Jaipur. Todo el mundo va allá, los editores, los escritores… Se habla de la libertad de expresión, del arte, mientras que las personas que financian el festival destruyen los pueblos de los bosques y apoyan un gobierno en el que el simple hecho de no ser hindú y nacionalista es considerado un crimen. Las compañías mineras financian festivales de cine o de literatura con gentes maravillosas que hablan bajo vigilancia de libertad de expresión mientras sus patrocinadores destruyen el mundo.

¿Qué debemos amar entonces para retomar el título de su libro?

–Hay que reflexionar mucho, es por lo que he terminado de escribir una nueva novela sobre ese tema. Pero creo que debemos acabar con la idea de que la naturaleza debe ser sojuzgada y dominada por los seres humanos. Debemos acabar con la convicción de que el ser humano debe estar en el centro del mundo y con todos los relatos que la atraviesa.

 

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India ranked at lowly 87 in gender gap index

Asia/India/Octubre de 2016/Fuente: The Indian Express

RESUMEN: El miércoles la India clasificó  en el lugar 87º a nivel mundial en términos de igualdad de género a pesar de un salto de 21 lugares desde el año pasado, debido en gran medida al progreso en el frente de la educación, mientras que Islandia ha encabezado la tabla. La India ocupó el número 108 en el índice de disparidad entre los sexos anual compilado por el Foro Económico Mundial con sede en Ginebra. India ha cerrado su brecha de género en un 2 por ciento en un año y su brecha que llega a 68 por ciento en los cuatro pilares que WEF en medidas como – economía, la educación, la salud y la representación política. La mejora más importante ha sido la educación en la que «la India ha conseguido cerrar su brecha en su totalidad en la enseñanza primaria y secundaria», dijo WEF, añadiendo que en la esfera económica, «aún queda mucho trabajo por hacer». India ocupa el lugar 136 en este pilar de 144 países.

India was Wednesday ranked low at 87th place globally in terms of gender equality despite a jump of 21 places from last year largely due to progress on the education front while Iceland has topped the chart. India was ranked 108th on the annual Global Gender Gap index compiled by Geneva-based World Economic Forum. India has closed its gender gap by 2 per cent in a year and its gap now stands at 68 per cent across the four pillars that WEF measures — economy, education, health and political representation.

The major improvement has been in education where “India has managed to close its gap entirely in primary and secondary education”, WEF said, adding that in the economic sphere, “much work remains to be done”. India ranks 136 in this pillar out of 144 countries.

On educational attainment, India was ranked at 113th place; in terms of health and survival, it was a placed at a lowly 142, while on political empowerment it was among the top 10 countries.

According to the WEF’s Global Gender Gap Report 2016, the prospects of global workplace gender parity slipped further, and economic parity between the genders could take 170 years after a “dramatic slowdown in progress”.

Globally, the leading four nations continue to be Scandinavian: Iceland (1), Finland (2), Norway (3) and Sweden (4).

The next highest placed nation is Rwanda, which moves one place ahead of Ireland to 5th position. Following Ireland, the Philippines remains unchanged at 7th, narrowly ahead of Slovenia (8) and New Zealand (9), which both move up one place. With Switzerland dropping out of the top 10, 10th position is taken up by Nicaragua, WEF said.

In 2015, projections based on the Global Gender Gap Report data suggested that the economic gap could be closed within 118 years, or 2133. The latest report noted that the prospects for workplace gender equality have slipped beyond our lifetimes to 2186.

“Slowdown partly down (due) to chronic imbalances in salaries and labour force participation, despite the fact that, in 95 countries, women attend university in equal or higher numbers than men,” the report said.

In this latest edition, the report finds that progress towards parity in the key economic pillar has slowed dramatically with the gap – which stands at 59 per cent – now larger than at any point since 2008.

“Behind this decline are a number of factors. One is salary, with women around the world on average earning just over half of what men earn despite, on average, working longer hours taking paid and unpaid work into account,” WEF said.

Another challenge is stagnant labour force participation, with the global average for women at 54 per cent compared with 81 per cent for men. Moreover, the number of women in senior positions also remains stubbornly low, with only four countries in the world having equal numbers of male and female legislators, senior officials and managers.

Fuente: http://indianexpress.com/article/india/india-news-india/india-ranked-at-lowly-87-in-terms-of-gender-equality-3103633/

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India: Three school buildings set afire in Kashmir

Srinagar / 26 de octubre de 2016 / Fuente: http://www.newindianexpress.com/

Three school buildings were set ablaze by unknown persons in Kashmir over the past 24 hours, setting alarm bells ringing among authorities who have decided to step up security around educational institutions.

A Government school was set ablaze by unknown persons in the wee hours today in Noorbagh area of the city but the blaze was put out by fire tenders, a police official said.

He said the school building suffered damage in the fire and the firefighting operation.

In another incident, miscreants tried to burn down Government Higher Secondary School at Aishmuqam in Anantnag district, the official said.

The school building was saved by the timely intervention of fire brigade personnel, he said adding one window panel was damaged due to the fire.

Last night, fire broke out in a building of Government Middle School in Sadrukote Bala of Bandipora district.

Fire tenders were rushed in and the blaze was put out, the official said, adding the incident is suspected to be handiwork of miscreants.

The official said in view of these incidents, the security patrol around school buildings have been increased to ensure that such incidents are not repeated.

State government has announced that annual board examinations will be held next month even though the schools have remained closed since July following killing of Hizbul Mujahideen commander Burhan Wani in an encounter with security forces.

Protests have been held against the government decision to hold examinations.

Fuente noticia: http://www.newindianexpress.com/nation/2016/oct/25/three-school-buildings-set-afire-in-kashmir-1531630.html?pm=331

Foto: https://www.google.co.ve/url?sa=i&rct=j&q=&esrc=s&source=images&cd=&cad=rja&uact=8&ved=0ahUKEwj85YX-lvbPAhXE5CYKHSRpCJ0QjRwIBw&url=%2Furl%3Fsa%3Di%26rct%3Dj%26q%3D%26esrc%3Ds%26source%3Dimages%26cd%3D%26cad%3Drja%26uact%3D8%26ved%3D0ahUKEwj85YX-lvbPAhXE5CYKHSRpCJ0QjRwIBw%26url%3Dhttp%253A%252F%252Fwww.lajino.cl%252F2014%252F12%252Fincendio-destruye-completamente-instalaciones-de-escuela-abandonada-en-laja%252F%26psig%3DAFQjCNH15Evuj3GA-iS1TVYnu_nV6KKmRg%26ust%3D1477492578122528&psig=AFQjCNH15Evuj3GA-iS1TVYnu_nV6KKmRg&ust=1477492578122528

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Improve performance of Indian schools to provide quality education

Asia/India/Octubre de 2016/Fuente: Cath News

RESUMEN: El Sistema de Educación Indígena debe dotar las escuelas eficazmente y  centrarse en la mejora del rendimiento escolar para proporcionar una educación de calidad para todos los niños, así lo afirmó el profesor Pranati Panda, Jefe de la Unidad de Normas Escolares y Evaluación (USSE), Universidad Nacional de Planificación de la Educación y de la Administración (NUEPA), Nueva Delhi. En este contexto, se prevé el Programa Nacional de Estándares y Evaluación de la Escuela (NPSSE) como un paso positivo para que todas las escuelas  participen de forma continua en el mejoramiento de sí mismo, dijo el profesor de la panda. Panda estaba hablando en los dos días del programa de la Escuela Nacional de Estándares y Evaluación de Estado del Grupo Central, distrito y los funcionarios del Centro de Investigación para la Educación.

Indian education system needs to introduce effective schools and focus on improving school performance to provide quality education to all kids, said Professor Pranati Panda, Head of Unit on School Standards and Evaluation (USSE), National University of Educational Planning and Administration (NUEPA), New Delhi.

In this context, the National programme on School Standards and Evaluation (NPSSE) is being envisaged as a positive step to enable all schools to continuously engage themselves in self-improvement, Prof Panda said.

Panda was speaking at the two-day Nagaland State Level Orientation and Workshop on Shalla Siddhi, the National programme on School Standards and Evaluation for State Core Group, District and Educational Block Research Centre officials on Thursday.

Expressing that government schools have not been performing upto the mark despite immense efforts, she said through NPSSE a growing emphasis is being placed upon developing a comprehensive and holistic school evaluation system as central to school improvement.

She said that NUEPA under the aegis of Union Ministry of Human Resource Development (MHRD) is leading the NPSSE with an aim at evaluating each school as an institution and creating a culture of self-progression with accountability. The NPSSE, she said, visualizes ‘School Education’ as the means and ‘School Improvement’ as the goal. Delivering the welcome address, Nagaland State Mission Director for SSA, Gregory Thejawelie said through the programme, efforts would be made to evaluate the performance of the schools in general. It would also cater to the diverse and essential needs of the schools and teachers in the country, he said.

Fuente: http://www.catchnews.com/education-news/improve-performance-of-indian-schools-to-provide-quality-education-1476951664.html

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India: CET only option left for students

Bengaluru / 19 de octubre de 2016 / Por: Rashmi Belur / Fuente: http://www.newindianexpress.com/

The engineering students who lost their seats for not heeding the warning by Karnataka Examinations Authority (KEA) have approached KEA authorities, who have expressed helplessness. The only option left is for the students to appear for the Common Entrance Test (CET) in 2017.
A KEA official told Express, “We cannot change rules now. Even after series of instructions and warnings, students have made the mistake.”

One desperate student said, “I got to know about my seat cancellation only when I got a call from college authorities. When I enquired with KEA they said I have been allotted dental seat. But I made the option entry for fun. When I approached the dental college where I got admission, they said the last date was over.”

The parent of another student said he was an electrician and had managed to save money for his son’s engineering course. “Now he has lost the seat and I am scared he will lose a year. We request the higher education minister to intervene,” he said. Most of those affected were studying in top colleges like BMS College of Engineering, RV College of Engineering, Nitte Meenakshi Institute of Technology and others.

“Seats of two students in our college have been cancelled. We have asked if this can be considered special case as students will lose one precious year. If the government agrees, we will revert it,” Dr K Mallikarjun Babu, principal, BMS College of Engineering.

Fuente noticia: http://www.newindianexpress.com/states/karnataka/2016/oct/19/cet-only-option-left-for-students-1529481.html?pm=331

Foto: http://indianexpress.com/article/education/kea-cet-2016-second-extended-seat-allotment-result-out-today/

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India: New doco We Shall fight details India’s struggle for education justice

Asia/India/Octubre de 2016/Autora: Nisha Thapliyal/Fuente: Green Left.org

RESUMEN: El All India Foro por el Derecho a la Educación (AIFRTE) acaba de lanzar un documental sobre su lucha contra la privatización de la educación en la India. La película, pelearemos, ganaremos ofrece una rara visión de las voces de base para la educación pública en la India. Fue filmada en gran parte durante una marcha nacional 2014, cuando activistas AIFRTE de toda la India emprendieron un viaje por carretera a la ciudad central india de Bhopal, en el estado de Madhya Pradesh. Durante el viaje de un mes, activistas detenidos en las ciudades y pueblos para celebrar reuniones públicas y eventos de educación popular para crear conciencia sobre el asalto neoliberal en la educación pública. La marcha culminó con una reunión de tres días en Bhopal con actuaciones culturales de Jan geet (canciones populares), y el teatro popular y discursos de intelectuales y activistas públicos respetados.

The All India Forum for the Right to Education (AIFRTE) has just released a documentary about its struggle against the privatisation of education in India. The film, We Shall Fight, We Shall Win provides a rare glimpse into grassroots voices for public education in India.

It was largely filmed during a 2014 national march when AIFRTE activists from all over India undertook a road trip to the central Indian city of Bhopal in the state of Madhya Pradesh. During the month-long journey, activists stopped in towns and villages to hold public meetings and popular education events to raise awareness about the neoliberal assault on public education. The march culminated with a three-day meeting in Bhopal featuring cultural performances of jan geet (people’s songs), and popular theatre and speeches by respected public intellectuals and activists.

The 54 minute-long documentary is available in English and Hindi and can be watched and shared online via the AIFRTE Campaign YouTube channel. This article provides a brief historical overview of AIFRTE and discusses key messages in the film. Readers are encouraged to view the film and share their feedback with AIFRTE through the YouTube page or via email to aifrte.secretariat@gmail.com.

AIFRTE was officially founded in 2009 at a key moment in the history of Indian education — the passage of the 2009 Right to Free and Compulsory Education Act. Despite its name, the Act has primarily functioned to weaken a historically underfunded and unequal public education system.

Six years on, the unfunded legislation remains virtually unimplemented. The closure of government primary schools continues apace — most recently in the wealthy state of Andhra Pradesh — as do efforts to undermine the status of government school teachers. Instead of increased accountability, the Act has absolved the government of all responsibility for its resounding failure to provide universal and equitable education for all Indian children.

It is in these conditions that India has become destination #1 for venture capitalists and philanthro-capitalists who seek to profit from education in countries with struggling public education systems.

In India, these currently include vulture capitalist-funded actors such as Omega Schools and Bridge International Academies (funded by Pearson Affordable Learning Funds), and the Indian School Finance Company (funded by Grey Ghost Ventures).

These for-profit providers offer “low-cost” English-language private education to families who believe that learning English will secure the futures of their children. In reality, these for-profit schools have only added another tier to a multi-tiered education system which ensures that poor, low-caste, Adivasi and Muslim children, mainly girls, continue to be denied equitable and culturally responsive education.

The failed promises of the “low cost” private school movement have been amply documented by education researchers.

Since its inception, AIFRTE has worked to develop a national coalition which can sustain local and national resistance to education privatization. It now includes 45 member organisations and social movements located in 20 out of 29 states in the country.

Members include community groups, not-for-profit non-governmental organisations, university student and teacher unions and social movements as well as individual educators, public intellectuals, parents, students and concerned citizens. The goals of this coalition are captured in one of their favoured slogans “Education is not for sale, it is a people’s right”.

From November 2 to December 4, 2014, 2000 activists from all four corners of India travelled by road to Bhopal — the site of the world’s worst industrial disaster — the deadly Union Carbide gas leak in 1984.

The Struggle for Education March sought to raise awareness about key challenges facing the Indian public education system, including:

  • the ongoing commercialisation and privatisation of public education through Foreign Direct Investment, so-called Public-Private Partnerships and the move to treat higher education as a tradeable commodity under the World Trade Organization-GATS framework; and
  • the destruction of a secular education system through policies and practices that institutionalised prejudice and discrimination based on caste, religion, gender, disability, language, and other forms of socio-cultural difference.

As an alternative to privatisation, the campaign put forward a vision of a fully-free and state-funded common education system based on Constitutional values of democracy, egalitarianism, socialism and secularism.

It also called for the medium of instruction in schools to reflect the diversity of languages that constitute Indian society and for Indian languages to be given primacy in all sectors of national life.

The march was also held in solidarity with two other ongoing people’s struggles: the three decades-long struggle for justice and compensation for the people of Bhopal, and north-eastern movements to repeal the Armed Forces Special Powers Act (AFSPA) that gives security forces unrestrained powers for search, arrest and the use of deadly force against persons suspected of acting against the Indian state.

The documentary provides a “people’s history” of Indian education — a history that is rarely told in mainstream education discourse. Viewers can expect to learn about popular struggles for the right to education which have their roots in colonial and pre-colonial education and social reform movements around issues of caste, patriarchy, communalism and class inequality.

The documentary also recounts the evolution of post-independence education policy. It highlights the influence of the World Bank in the systematic dismantling of public education, which began in the 1980s.

It includes a range of voices that reflect the linguistic and cultural diversity of India including rarely represented voices from Adivasi (indigenous) and Dalit communities as well as from the militarised regions of Kashmir and central and north-eastern India. These voices testify to the exponential growth in educational inequality from the diverse perspectives of students, parents, activists and public intellectuals.

What makes this film unique is that many of these voices draw on rich regional cultural traditions of music, theatre and art to express themselves and raise public awareness.

The film makes several specific critiques of the Indian education system. First and foremost, that it is an unequal and segregated education system where privileged (upper- and middle-class and caste) children receive more and higher-quality educational opportunities because of the purchasing power and social status of their families.

The second critique addresses the dominant “human capital” orientation in Indian education — public and private — which is focused exclusively on producing students who will be productive and obedient workers for the capitalist economy.

Activists argue that curriculum and pedagogy fail to inculcate social awareness and responsibility and the traits are necessary for full and direct citizen participation.

The film challenges dominant perceptions among policy-makers, media and the public that “private is always better than public”. This perception takes the form of a widespread belief that children who attend English-medium private schools can be assured of securing well-paying and respectable jobs.

The reality is that after almost a decade of “private schools for the poor” — or so-called low-cost private schools — the evidence shows that these children are in no way able to compete with graduates of elite or high-fee private schools.  Furthermore, even English-speaking university graduates remain unemployed or under-employed in overwhelmingly large numbers.

Last but not least, the film links the problem of unequal and segregated education in a society deeply stratified by class, caste, gender, religion, and class. The scope of injustice is reflected in the lack of access to high-quality universal health care, widespread poverty, state-condoned violence against Dalits and religious minorities, the displacement of Adivasi people from their traditional lands and consequently, the destruction of their cultures and way of life.

In sum, the film argues that struggles for public education are intrinsically connected to other struggles for economic, social and cultural justice.

Fuente: https://www.greenleft.org.au/content/new-doco-%E2%80%98we-shall-fight%E2%80%99-details-india%E2%80%99s-struggle-education-justice

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Las otras Malala

Por: Joana Oliveira

Cuatro adolescentes luchan por los derechos de las niñas en Colombia, Nepal, India y Nicaragua

A los 17 años, la nepalí Sabina Shresta ha conseguido evitar el matrimonio de por lo menos seis niñas con hombres mayores en su país. Brisa Isela Bucardo, de 16 años, es consejera comunitaria en Nicaragua y tiene un programa de radio, Zona 90, en el que habla sobre derechos de las mujeres, violencia doméstica y salud sexual. Shatabdi tiene 15 años y colabora con la policía de Nueva Delhi (India) en un programa de seguridad urbana. Ha logrado reducir casi en un 90% los casos de acoso que ocurrían en su comunidad. Yadis Xiomara, colombiana de 15 años, preside la Plataforma Juvenil de su municipio, donde aboga por el derecho a la educación de las niñas. Siguiendo el ejemplo de la pakistaní Malala Yousafzai, quien ganó en 2014 el Premio Nobel de la Paz, esas cuatro jóvenes, que trabajan con la ONG Plan International y que están en Madrid para promover el Día Internacional de la Niña (11 de octubre), luchan para romper los estereotipos de género y empoderar a las mujeres.

“Ser niña es ser invisible”, afirma Brisa. En la zona indígena donde vive, le han enseñado que su papel es hacer los quehaceres del hogar, servir al hombre y ser una buena madre de familia. Las niñas de entre cinco y 14 años dedican más tiempo que los niños de su misma edad a tareas del hogar y a ir a buscar agua y leña, un total de 160 millones de horas más, según un informe de Unicef. Pero Brisa sabe que puede hacer más que eso. “Quiero ser periodista. Así podré llevar a otras mujeres mensajes sobre qué hacer en una situación de violencia, por ejemplo”, cuenta con determinación en los ojos, muy negros, y en la voz.

En el caso de Yadis, quien vive en una comunidad rural, en la montaña, a 553 kilómetros de Bogotá, el principal problema es la dificultad que tienen para llegar a las aulas: los colegios están lejos de las poblaciones y, debido al conflicto de décadas entre el Gobierno colombiano y las FARC, hay minas en el camino. A lo largo de los años, algunos menores han muerto debido a las explosiones. “La educación es precaria, por eso carecemos de espacios de participación que incluyan a las niñas”, cuenta la joven.

Para mitigar la situación, Yadis montó un grupo en su escuela para dar charlas sobre los derechos de las mujeres. Ella habla, entre otras cosas, sobre la prevención de embarazos en la adolescencia y de enfermedades sexuales e incentiva a otras jóvenes a que tengan un “proyecto de vida”. El sueño de esta quinceañera es estudiar Derecho Político para convertirse en ministra de Educación en Colombia. “El desarrollo de un país depende de la educación, y las niñas somos una pieza clave en ese proceso”, afirma Yadis.

Sabina también lucha para que las cosas cambien en Nepal, que está entre los 10 países con mayores tasas de matrimonio infantil, según Unicef. Un estudio de 2013 realizado por la organización Plan Asia y el Centro Internacional para la Investigación sobre la Mujer indica que el 41% de las mujeres nepalesas entre los 20 y 24 años contrajeron matrimonio antes de la edad legal de 18 años. “Ser niña en Nepal es como llevar una cruz. Nos perciben simplemente como empleadas domésticas”, explica.

Para poner fin a esa via crucis, Sabina participa en talleres de promoción de los derechos infantiles, a través de los cuales ha podido frenar matrimonios forzados, ofreciendo protección a las víctimas de esa práctica. Su pasión es el trabajo social y por eso quiere ser consejera del Gobierno en políticas sociales.

El matrimonio infantil también es un problema en India. En la comunidad de Shatabdi, una colonia de reasentamientos, la mayoría de las chicas abandona la escuela después de ser obligadas a casarse cuando son adolescentes. Allí lo que se espera de una niña es que se eduque y se embellezca para llegar a ser una buena esposa, siguiendo unos cánones muy estrictos, como no exponerse al sol para tener la piel clara, no levantar nunca la voz ni reírse muy fuerte y hablar siempre de forma suave.

“Yo siempre quería jugar en la calle, pero me lo prohibían. Nunca he entendido porque una niña tiene que estar siempre en casa, renunciar a ir a la universidad y casarse tan pronto”, cuenta la joven, con una seguridad inesperada para su edad. Para hacer su comunidad más abierta y más segura, ella colabora con un programa de seguridad urbana y clases de defensa personal para mujeres. Su grupo organizó reuniones para que hubiera mayor presencia policial en las calles y así reducir los casos de acoso sexual.

“Pedí a las autoridades que nos ayuden a cumplir nuestros derechos”, dice Shatabdi. Ella nació el 1º de enero de 2001, el primer día del siglo XXI. Su nombre significa “secular”. Remite al principio de un cambio hacia una sociedad más igualitaria.

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