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India: Amistad ‘online’ para supervivientes de violencia machista en la pandemia

Asia/India/23 Julio 2020/elpais.com

En plena cuarentena, un grupo de activistas de India ha organizado unos encuentros digitales para que las mujeres compartan sus experiencias

Sentada en una posición relajada con los brazos abiertos, Singh, pelo negro largo y mirada serena, rompe el silencio para explicar las reglas del juego: “Esta es una comunidad donde las personas son libres, aunque nunca obligadas, para compartir sus experiencias y a escuchar con paciencia, empatía y sin juicio; no es una sesión de terapia, así que si alguien necesita consejos o ayuda legal, por favor que avise al final de la sesión”.

Supreet K. Singh, terapeuta y profesora de yoga, es la facilitadora de SafeCircle. Lanzado un mes después del comienzo del periodo de confinamiento en la India, es un espacio de encuentro virtual pensado para dar apoyo a supervivientes de violencia de género en la pareja y de violencia doméstica (la que puede ser ejercida sobre cualquier miembro de la familia).

A primera hora de la tarde de un viernes de comienzo de junio, nueve personas se han conectado a través de la plataforma Zoom a la tercera sesión del círculo online. Las participantes tienen en su historial experiencias duras, en algunos casos todavía por procesar. La terapeuta sabe muy bien que podría darse el caso de que alguien necesitara acompañamiento una vez el encuentro haya acabado y por eso lo destaca nada más empezar.

Debido a la epidemia de coronavirus, Elsa Marie D’Silva, de la ONG Red Dot Foundation y creadora de Safe City —una plataforma que permite geolocalizar episodios de acoso y abuso sexual en espacios públicos y en la que también trabaja Singh—  empezó a recibir llamadas y mensajes en sus redes sociales por parte de mujeres víctimas de violencia en el entorno doméstico y que pedían ayuda.

Encerradas con sus agresores, en una situación de estrés para todo el mundo y con menor acceso a vías de escape, las mujeres y sus hijos no solo corren más riesgos de padecer episodios de violencias, sino que tienen menos posibilidad de pedir y recibir ayuda. Además de tener en estos momentos una sobrecarga de trabajo, emocional y de curas (de criaturas y personas mayores, por ejemplo), las mujeres representan, también en tiempo de crisis, el grueso del personal que se dedica a los servicios esenciales en el sector sanitario, en la limpieza y en los supermercados, entre otras.

Conscientes de esa situación, las mujeres del equipo de Safe City decidieron ponerse manos a la obra. “Después de organizar seminarios web sobre qué es la violencia de género en la pareja y cuáles son los recursos disponibles, decidimos organizar SafeCircle. Ya que no se puede salir a la calle a pedir ayuda, por lo menos quien la necesite puede sentirse parte de una comunidad donde romper el silencio, encontrar solidaridad y aprender estrategias para salir adelante”, explica vía Zoom Elsa Marie D’Silva.

Nandita Devraj tiene 50 años, vive en Jaipur, es emprendedora del sector textil y consultora de marca personal y medios sociales. En su juventud padeció violencias y acoso por parte de una expareja. A principio de junio se unió al círculo gracias a un artículo que leyó en las redes sociales. “La sociedad culpa a las personas que sufren violencia, y tener un espacio donde se te escuche sin juicio es muy empoderador, hace que sea más fácil abrirse y te permite también tener más claridad, u otra perspectiva, sobre lo que has vivido”, explica en una llamada de WhatsApp después de la sesión.

Los círculos virtuales tienen un valor reconocido también para las expertas. “En todo el mundo faltan espacios seguros para las mujeres y en todo el mundo parece que el patriarcado esté volviendo a coger fuerzas”, apunta Lalitha Kumaramangalam, quien hasta 2017 fue presidenta de la Comisión Nacional para las Mujeres (CNW), la principal entidad gubernamental que se ocupa de estas cuestiones en el país. “En la India, además, todavía se considera normal que un hombre pegue a su mujer y es común que incluso la policía justifique a los agresores y culpe a las que se presenten a denunciar”.

No es fácil para todas las supervivientes acceder a espacios como SafeCircle. Según la información publicada el pasado mes de mayo por la Telecom Regulatory Authority of India de cada 100 personas, 49,78 tienen acceso a Internet, es decir, una de cada dos. Las mujeres son las que menos disponen de él: según lo últimos datos de la Asociación de Internet y Teléfonos de la India (AMAI), solo el 33% de las personas usuarias son mujeres y el dato se reduce al 28% en las zonas rurales.

Las dificultades que tienen las mujeres para pedir ayuda durante el confinamiento y el estigma social se reflejan en las cifras proporcionadas por la Comisión Nacional para las Mujeres. A pesar de que las expertas alertan sobre un aumento de los casos de violencia durante y después del confinamiento, las denuncias recibidas a lo largo de estos meses por la entidad han bajado. “Las denuncias no se pueden hacer cuando las supervivientes están en casa con sus agresores sin tiempo, sin espacios seguros y sin privacidad”, señala Kumaramangalam. Y añade: “Sabemos muy bien que el hecho de que saben que las culparán es una de las principales razones por las que la mayoría de las mujeres que sufren violencias no denuncian y callan; por eso poder tener un espacio donde se te anima a hablar sin culparte es el primer paso y lo que más necesitamos tener aquí en la India para superar el problema”.

Para algunas, el círculo de seguridad ha representado no solo un lugar donde compartir experiencias vividas, sino una especie de catarsis. Es el caso de Tania Echaporia, de 48 años, que también es parte de Safe City. “Aquí es donde por primera vez he podido primero, darme cuenta, y después, hablar de la violencia que mi padre ejercía sobre mi madre. Esto me está ayudando también a construir una relación mejor con ella”.

Tania nunca había pensado en hablar del tema con nadie hasta que llegó al círculo. Y ahora está intentando involucrar a sus conocidas que actualmente están viviendo con sus abusadores y no tienen espacios y tiempo para hablar. Para poder acompañar también a las mujeres que no tengan cómo participar en las sesiones del círculo durante la cuarentena, SafeCity está desarrollando otra iniciativa. Lo llaman WhatsApp bot: enviando un mensaje a un número, recibes las posibles opciones de situaciones que estás viviendo y todos los números para pedir ayuda o consejos (legales, psicológicos etcétera) sin tener que hablar en voz alta.

Las sesiones del círculo virtual tampoco acabarán con el confinamiento: las activistas y las expertas saben que es probable que la violencia de género se dispare cuando acabe la emergencia sanitaria y las mujeres y criaturas salgan libremente, porque entonces los agresores podrían sentir peligrar el control que han estado ejerciendo durante el confinamiento. Otro riesgo es que las mujeres que han perdido el trabajo o pierdan el trabajo con la crisis, y las que hayan renunciado a su puesto para dedicarse a los cuidados, se encuentren ahora más dependientes económicamente de sus parejas y tengan, por lo tanto, más difícil salir de situaciones de violencia. Lalitha Kumaramangalam insiste: “Se necesitan más espacios seguros y servicios para mujeres, no solo en la India, sino en todo el mundo”.

La sesión de esa tarde de junio está a punto de terminar. En las dos horas que ha durado las participantes no solo han compartido sus historias, sino que también han hecho ejercicios de relajación y meditación. Y han dibujado. Mientras, en la pantalla aparece la lista de contactos útiles (policía, ONG asociadas con Safe City que hacen acompañamiento legal y psicológico…) y en el aire permanece la calma tras la última meditación. La facilitadora Supreet lanza una propuesta: “Esta semana haz algo especial para ti y la que viene, vuelve y compártelo”.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2020/07/14/planeta_futuro/1594730349_227247.html

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Google invertirá 10.000 millones de dólares en promover una India «digital»

Asia/India/16 Julio 2020/https://www.voanoticias.com/

Google invertirá 10.000 millones en la India para la red sea más accesible y útil. No se limitará al contenido ya existente en inglés, sino que promoverá el uso en las distintas lenguas del país, una enorme nación que representa un enorme mercado, pero donde sólo una de cada diez personas tiene acceso a internet.

Google anunció que invertirá 10.000 millones de dólares en un esfuerzo para hacer el internet más “accessible y útil” para los más de 1.000 millones de personas que viven allí.

«Esto es una reflexión de nuestra confianza en el futuro de ´la India y su economía digital”, dijo el presidente de Google, Sundar Pichai, en una declaración el lunes.

El dinero, que sería canalizado a través de un nuevo “Fondo para la Digitalización de la India” durante los próximos cinco o siete años, será invertido en el sector de tecnologías de India.

«Haremos esto mediante una mezcla de inversiones de capital, sociedades, gastos operativos, infraestructura e inversiones en el ecosistema”, dijo Pichai.

Esta nueva inversión representa el más grande compromiso de Google con el país asiático.

Estas inversiones se enfocarán en aumentar el acceso a internet en toda la India, así como ayudar a las empresas con la transición hacia las operaciones en línea.

Mucho de esto se logrará mediante la promoción del uso de aplicaciones y nuevas plataformas de programas.

Google busca usar esta iniciativa para aumentar el acceso a internet más allá de lo que existe en idioma inglés, e incluir lenguas locales de toda la India.

La compañía también espera usar esta inversión para el bien común, trabajando para mejorar áreas tan amplias como educación, agricultura y salud.

«Al hacer estas inversiones miramos con entusiasmo el poder trabajar junto al primer ministro Narendra Modi y el gobierno indio, así como con empresas indias de todos los tamaños, para poder materializar una visión compartida de una India digital”, dijo Pichai. “Nuestra meta es asegurar que la India no solo se beneficie de la siguiente ola de innovación, pero que la encabece”.

Fuente: https://www.voanoticias.com/tecnologia-ciencia/google-invertira-10000-millones-de-dolares-en-promover-una-india-digital

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India: Salir a correr, un privilegio solo para algunas mujeres

Asia/India/09 Julio 2020/elpais.com

Una práctica tan habitual en muchos países es excepcional en otros. En India, la seguridad en las ciudades y el tradicional reparto de tareas son grandes obstáculos para la presencia femenina en calles y carreras. Varias iniciativas ciudadanas intentan cambiarlo

Más de un millar de mujeres indias en pantalones cortos, algunas acompañadas por hijas, madres, amigas o maridos, otras solas, se reunieron el pasado ocho de marzo a las seis de la mañana, antes de los primeros rayos de sol, junto al fuerte del barrio de Bandra, en Bombay. Estaban allí para calentar antes de participar en una carrera popular, en las categorías de cinco y diez kilómetros, organizada con motivo del Día Internacional de la Mujer. En otras dos ciudades de India, Bangalore y Chennai, se celebraron competiciones simultáneas.

En apenas tres cuartos de hora, aparecen las primeras participantes en la meta: Khavita Bhoir, en primer lugar, en 44:47 minutos; Pratibha Khutade, segunda (0:44:54) y Manisha Sanwa, tercera (00:49:08). Manisha dice, orgullosa y todavía fatigada tras bajar del pódium, que empezó a correr hace solo unos meses tras dar a luz por cesárea a su hija, en abril de 2019. Tras las vencedoras, sigue un goteo de mujeres de todas las edades. Hay algunas jubiladas y también niñas con sus madres, jóvenes en pantalones cortos y mallas, otras con camiseta larga y alguna con pañuelo.

Detrás de la iniciativa se encuentran Sangeeta y Sunil Shetty, un matrimonio indio, apodado por la prensa como la “ultra pareja” por sus récords acumulados en ultra maratones. “En 2012 nos convertimos en la primera pareja india que corría 100 kilómetros juntos; en 2013, fuimos la primera en correr durante 24 horas seguidas; en 2016, durante 36 horas, y en 2017 nos convertimos en la primera pareja del mundo que corría durante 48 horas”, enumera Sangeeta antes del evento. “Fueron tres días y dos noches en el estadio de Bangalore”, puntualiza, y explica que solo se podía parar un instante para cambiarse de ropa o comer algo. En ese tiempo, Sunil completó 266 kilómetros y Sangeeta, 214.

Este matrimonio lleva corriendo 17 años. Empezó Sunil, el marido, de 57 años, “simplemente porque quería perder peso”. Dos días después, se sumó Sangeeta y desde entonces, entrenan juntos. «Era el deporte más sencillo y barato, solo necesitábamos unas zapatillas», dice Sunil. “A veces ni eso”, añade Sangeeta. Sunil dice que correr cambió por completo su estilo de vida. Desde hace seis años organizan carreras multitudinarias por toda India con una empresa especializada en la organización de estos eventos deportivos.

“Entre unos 2.000 participantes, un 80% son mujeres”, explica Sunil sobre la asistencia a la carrera del día de la mujer de marzo citada. Reconoce que aunque en las competiciones de este deporte organizadas en India, la participación femenina es minoritaria, ha aumentado bastante: “Si miras atrás, hace 10 años, las corredoras era un 10% y ahora son un 20% o 25%. No voy a decir que vayamos a alcanzar la igualdad total en los próximos años, porque es demasiado optimista, pero al menos deberíamos lograr un 30 o 35%, porque vemos que India ya no es una sociedad tan conservadora como solía serlo; el hecho de que una mujer corra en pantalones cortos ya es un logro, así que las cosas están cambiando rápido”, concluye Sunil.

Sangeeta y Sunil Shetty son un matrimonio indio, apodado por la prensa como la “ultra pareja”, por sus récords acumulados en ultra maratones de hasta 100 kilómetros.
Sangeeta y Sunil Shetty son un matrimonio indio, apodado por la prensa como la “ultra pareja”, por sus récords acumulados en ultra maratones de hasta 100 kilómetros. L. G. A.

Shibani Gulati, de 40 años, no subió al podio ese día pero, para ella, su victoria es la carrera que empezó en 2010. Ese año, fue la primera superviviente a un trasplante de riñón en India. Fue su hermano quién le donó el órgano “y durante la recuperación pensé que se trataba de una segunda vida y quería ponerme un reto, así empecé a correr,” recuerda. Desde entonces, no ha parado. Esta es la 34ª carrera en la que participa.

“No digo que antes no estuviese viva, pero correr me ha hecho más disciplinada, he empezado a ver la vida de una manera más positiva y, sobre todo, mi salud ha mejorado”, asegura Gulati. “Si te levantas a las cuatro de la mañana para correr, tienes que acostarte más temprano, por lo que debes reestructurar todo”, agrega. Dice que, en estos años, “el número de mujeres indias que corren se ha multiplicado». En su mismo entorno, muchas. «Es muy importante que más se sumen. Que den ejemplo, y que los hombres que ya corren involucren a las mujeres de casa.» Aunque admite que aunque queda por delante una gran carrera de obstáculos. Uno de los retos más importantes en India aún es la inseguridad: “Hay mujeres que no se sienten seguras corriendo en la calle, especialmente cuando hay poca luz. Aunque Bombay —añade— es mucho más segura que otras ciudades de India».

Una violación cada 15 minutos

En India, en solo un año, casi 39.000 mujeres denunciaron violaciones, lo que supone que, al menos, una mujer fue violada cada 15 minutos según el último informe anual sobre crímenes (2018-2019) del Ministerio del Interior de India. Además, 64.000 indias denunciaron secuestros y abducciones. Solo un tercio de las denuncias va a juicio y hay miles de casos en espera, según el mismo informe. En el segundo país más poblado del mundo, con más de 1.300 millones de personas, las estadísticas de inseguridad difieren mucho entre norte y sur, entre regiones y entre zonas urbanas o rurales, con Madhya Pradesh y Chhattisgarh en cabeza, según Reuters, dos de los 28 Estados de India, en el interior del país.

«La imagen de las mujeres indias corriendo en pantalones cortos en ciudades como Bombay no representa un cambio real en la forma en que ellas acceden al espacio público en India», explica la escritora Kalpana Sharma, autora de Whose news? The media and women’s issues (¿Quiénes son noticia? Los medios y los problemas de las mujeres), que afirma que la mayoría de las indias, “rurales o urbanas», todavía no se sienten seguras llevando la ropa que desean en espacios públicos debido a la misoginia y la hostilidad inherentes. “Para muchas mujeres en India, los espacios públicos son de acceso, no de ocio”, añade.

Los cuatro de la manada de Delhi, ahorcados en marzo

En los últimos años, algunos de los casos de violaciones en el país han sido especialmente mediáticos y han despertado fuertes protestas, como el llamado Nirbhaya, un juicio que despertó el interés internacional tras la brutal tortura y violación en grupo de una joven estudiante en 2012. Los cuatro culpables fueron condenados recientemente a muerte y ejecutados el pasado 20 de marzo. “Yo soy contraria a la pena de muerte, no reduce los delitos y es deshumanizante”, añade Sharma.

Algunas voces, como la de Sharma, cuestionan que, por un lado, los medios utilicen las violaciones para incitar el odio de ciudadanos y políticos: “Incluso un parlamentario sugirió que los violadores debían ser linchados”. Y por otro, la prensa, trate a las víctimas con un doble rasero. Dice que las violaciones de mujeres de entornos humildes o de dalits (intocables) no provocan protestas y además, la mayoría de los delitos contra las mujeres en India se produce por un familiar o conocido, y muchos de ellos no se denuncian.

“Si yo corro los sábados, mi marido corre los domingos»

Otro de los obstáculos para que la comunidad de corredoras de India crezca es que las mayores responsabilidades de la casa recaen sobre ellas: los niños, familias grandes, cocinar. Lo cuenta Gulati: «Al final, del día, las mujeres están realmente exhaustas. Y si, además, tienes que salir a correr de madrugada es extenuante”.

India es uno de los países en los que las mujeres dedican más tiempo a las labores no remuneradas del hogar frente a los hombres, según la OCDE, 351 minutos al día, es decir, casi seis horas, frente a los 51,8 minutos que dedican ellos. En España, el reparto es de 289,1 minutos ellas y 145,9 minutos, ellos, es decir, casi cinco horas las mujeres y dos los hombres, más del doble. “Así que uno de los elementos necesarios para que las mujeres corran en India, es que el hombre se convierta en un socio equitativo,” reconoce Gulati. “En mi casa, por ejemplo, si yo corro los sábados, mi marido corre los domingos, y cada uno se ocupa de la casa un día”.

Las embajadoras de las carreras rosas de India

Entre las corredoras estaba también Shital, de 43 años, aún con la camiseta empapada tras la competición, quien explicaba que ella convenció a su amiga Bharti para que empezara a correr. Bhati, a su lado, dice que a su ver animó a otras amigas y estas, a su vez, enrolaron a más. Shital es una de las denominadas «embajadoras del pinkhaton» (maratones rosas, por el juego de palabras en inglés), otra iniciativa surgida en India que consiste en involucrar a más mujeres en la comunidad de corredoras del país y que actúa como un rumor en red: se lo dicen unas a otras hasta que se multiplican las participantes. Para Shital es más fácil motivar a las mayores que a las jóvenes: «Cuando eres joven tienes diferentes prioridades”.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/06/30/planeta_futuro/1593526957_430805.html

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Unicef alerta sobre efecto de Covid-19 en población infantil de India

Asia/India/25 Junio 2020/prensa-latina.cu

La representante de Unicef Yasmin Ali Haque dijo en un reporte difundido hoy que la Covid-19 impide las oportunidades de desarrollo y aprendizaje, y el derecho a sobrevivir y prosperar de millones de niños en la India.
Las familias más vulnerables necesitan planes de protección social que les ayuden a acceder a la atención de salud, la escolarización de los niños y pagar la nutrición y otros servicios esenciales. Desde marzo pasado, la pérdida masiva de empleos e ingresos provoca más dificultades a las familias más pobres, se reflejó hoy en el periódico The Statesman.

La masiva migración inversa de las ciudades al campo, como resultado de la pérdida de 118 millones de puestos de trabajo y las dificultades económicas derivadas de la pandemia y las medidas de contención, causó dificultades extremas a millones de personas, agregó el informe de Unicef.

El cierre de escuelas afectó a 247 millones de niños de la enseñanza primaria y secundaria y a 28 millones de infantes de la enseñanza preescolar en la India. Esto se sumó a los más de seis millones de menores que estaban fuera de la escuela antes de la crisis de la Covid-19.

El gobierno contrató múltiples vías para la continuidad de la educación, incluidos portales web, aplicaciones móviles, canales de televisión y radio y se hacen esfuerzos para proporcionar libros de texto a los niños que asisten a la escuela en sus hogares, incluso en zonas remotas del país.

También, el Consejo Nacional de Investigación y Capacitación Educativa preparó un calendario académico alternativo hasta duodécimo grado para orientar el aprendizaje en el hogar.

Pero los datos disponibles indican que sólo una cuarta parte de los hogares de la India tiene acceso a internet y hay una gran brecha entre zonas rurales y urbanas y entre los géneros.

En tanto, el aumento de las dificultades económicas amenaza con incrementar el matrimonio infantil, el trabajo infantil, la violencia doméstica y de género, y el empobrecimiento.

Los niños de la calle enfrentan mayores riesgos de trata y de abuso y explotación sexuales.

La experiencia de anteriores emergencias sanitarias muestra que los menores corren más riesgos de explotación, violencia y abuso cuando se cierran las escuelas, se interrumpen los servicios sociales y se restringe la circulación.

En India unos 20 millones de niños menores de cinco años sufren de emaciación y más de 40 millones están crónicamente desnutridos. Más de la mitad de las mujeres indias de 15 a 49 años de edad están anémicas.

Un estudio que publicó la revista Lancet Global Health Journal señaló que la reducción de la cobertura de los servicios de salud, la interrupción de las actividades de inmunización y el aumento de la emaciación infantil causarán en los próximos seis meses la muerte de 300 mil niños en la India.

Fuente e imagen tomadas de: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=376471&SEO=unicef-alerta-sobre-efecto-de-covid-19-en-poblacion-infantil-de-india
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India: Con el coronavirus Bill Gates lleva a cabo sus planes respecto a la sanidad

Con el coronavirus Bill Gates lleva a cabo sus planes respecto a la sanidad

Traducido del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

Foto: Vandana Shiva © Romain Guédé

Entrevista a la ecologista india Vandana Shiva, figura de la lucha contra los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) y muy crítica con el “filantrocapitalismo” que encarnan sobre todo Bill Gates y su Fundación.

En su última obra publicada el pasado otoño 1 %, reprendre le pouvoir face à la toute-puissance des riches [1 %, retomar el poder frente a omnipotencia de los ricos] (editado por Rue de l’échiquier, 2019) Vandana Shiva define de la siguiente manera el “filantrocapitalismo”: “El filantrocapitalismo […] tiene poco que ver con la caridad o con hacer donaciones, más bien tiene que ver con el beneficio, el control y el acaparamiento. Se trata de un modelo económico de inversión y de un modelo político de control que asfixian la diversidad, la democracia y las soluciones alternativas, y que atribuyendo ayudas financieras ejercen una dominación y proporcionan nuevos mercados y monopolios a los multimillonarios”. Bill Gates, la segunda fortuna mundial, simboliza este “filantrocapitalismo”. Su Fundación Bill y Melinda Gates, su principal instrumento para las donaciones, está muy activa en India. Su visibilidad mediática frente a la crisis actual y los millones que ha invertido en la investigación de una vacuna la convierten en un objetivo privilegiado de las teorías de la conspiración. No obstante, conviene preguntarse (y criticarlo) por este nuevo poder que ha adquirido el fundador de Microsoft junto a otros multimillonarios como Jeff Bezos (Amazon, primero fortuna mundial), Mark Zuckerberg (Facebook, séptima fortuna mundial) o, en Francia, Bernard Arnault (LVMH, tercera fortuna mundial). Un nuevo poder que está lejos de ser muestra de una generosidad desinteresada.

Esta entrevista, que se realizó antes de que apareciera esta pandemia, se ha actualizado con dos preguntas al principio a las que Vandana Shiva respondió por correo electrónico el 7 de mayo.

Basta ! : ¿Cómo analiza la crisis del COVID-19? ¿Se puede hablar de crisis ecológica?

Vandana Shiva : No estamos ante una sola crisis, hay tres que intervienen simultáneamente: la del COVID-19, la de los medios de subsistencia y, de rebote, la del hambre. Son las consecuencias de un modelo económico neoliberal basado en el beneficio, la avidez y una globalización que llevan a cabo las multinacionales. Esta situación tiene un fundamento ecológico: por ejemplo, la destrucción de los bosques y de sus ecosistemas favorece la aparición de nuevas enfermedades. Estas tres crisis llevan a la creación de una nueva clase, la de las personas a las que denomino “las dejadas a su suerte”, explotadas por el neoliberalismo y la emergencia de dictaduras digitales. Hay que tomar conciencia de que la economía dominada por el 1 % no está al servicio del pueblo y de la naturaleza.

¿Puede la crisis del coronavirus reforzar, precisamente, el poder de este “1 %” y de los “filantrocapitalistas” como Bill Gates, figura central de su libro?

Esta crisis confirma mi tesis. Bill Gates lleva a cabo sus planes de salud, agricultura, educación e incluso de vigilancia. Durante 25 años de neoliberalismo el Estado se ha transformado en Estado-empresa y ahora se observa una transformación en un Estado de vigilancia apoyado por el filatrocapitalism. Este 1 % considerá inútiles al 99 %: su futuro es una agricultura digital sin campesinos, unas fábricas completamente automatizadas sin trabajadores. En estos tiempos de crisis del coronavirus tenemos que oponernos, e imaginar nuevas economías y democracias basadas en la protección de la tierra y de la humanidad.

Usted equipara este control con una nueva forma de colonización e incluso califica a Bill Gates de “Cristóbal Colón de los tiempos modernos”, ¿a qué se debe esa comparación?

A que Bill Gates no hace otra cosa que conquistar nuevos territorios. No es simplemente filantropía, en el sentido de un don a la colectividad, como siempre ha existido en la historia. En realidad son inversiones que le permiten crear unos mercados en los que Gates adquiere unas posiciones dominantes. En el capitalismo hay unos interlocutores que hacen beneficios, pero con la filantropía Bill Gates dona algunos millones ¡pero acaba por tomar el control de instituciones o sectores que valen varios miles de millones! Esto se ve claramente en la sanidad o la educación, que él contribuye a privatizar y a transformar en verdaderas empresas.

También es el caso de la agricultura en la que Bill Gates utiliza las tecnologías digitales como nuevo medio para hacer entrar las patentes. La primera generación de OGM, que se suponía iba a controlar los parásitos y las malas hierbas, no ha cumplido sus promesas, pero Bill Gates continúa poniendo dinero para financiar la edición del genoma, como si la vida no fuera más que un copiar y pegar, como en Word. Impulsa esta técnica e incluso ha creado una empresa especialmente para ello, Editas. Bill Gates quiere jugar a ser el amo del universo imponiendo una sola y única forma de hacer las cosas: una sola agricultura, una sola ciencia, un solo monocultivo, un solo monopolio. Es también lo que trata de hacer ala abordar el problema del cambio climático.

¿Cómo?

Promueve su solución: la geoingeniería, que es la modificación a propósito de las condiciones meteorológicas y del clima. Es una idea estúpida, no es ecológica y es completamente irresponsable porque ataca la luz solar para hacer mecánicamente un “enfriamiento planetario”. El problema no es el sol, que nos es indispensable, sino los combustibles fósiles y nuestro sistema industrial y agrícola. Habla a todos los jefes de Estado de la geoingeniería. Recuerdo sobre todo la COP 21 (Conferencia sobre el Cambio Climático) en París en 2015, en la que estaba por todas partes. Era increíble, estaba en el escenario con los jefes de Estado, se comportaba como si fuera el cabeza de cada gobierno. Nunca había visto algo parecido en 40 años de carrera en las instituciones de la ONU, es una auténtica transformación.

¿Diría usted que ahora es más poderoso que algunos Estados o instituciones internacionales como el FMI o el Banco Mundial?

Es mucho más poderoso. Cuando el Banco Mundial quiso financiar la presa de Sardar Sarovar en India a finales de la década de 1980 hubo protestas y el BM acabó por recular [Narendra Modi inauguró la presa en 2017 gracias a otros circuitos de financiación y se convirtió en la segunda presa más grande del mundo, ndlr]. La impunidad del Banco Mundial tiene sus límites, no se puede librar de sus responsabilidades, mientras que Bill Gates, por su parte, sigue evitando los obstáculos, siempre. Aunque fracase en un lugar, tratará de desregularizar en otro.

Me he dado cuenta de que lo que logramos detener en India Bill Gates lo financió para implantarlo en otro lugares, como los OGM: por ejemplo, en 2010 Monsanto trató de introducir una berenjena OGM. India ha sido un terreno de experimentación para desarrollar nuevas tecnologías destructoras. El ministro de Medioambiente organizó audiciones públicas para saber qué opinaban de ello los campesinos, los consumidores y los científicos. Siempre digo que es la primera vez que una verdura era objeto de un debate democrático profundo…

La berenjena OGM se prohibió a raíz de estas consultas, pero Bill Gates encontró después un medio de financiarla y promoverla en Bangladesh. Ahora bien, si se aprueba en Bangladesh, inunda obligatoriamente India puesto que se trata de una frontera no controlada. Ahora Bill Gates la emprende con África, donde mete miles de millones de dolares para promover una nueva revolución verde, con productos químicos y OGM, y obligando a los países africanos a cambiar sus leyes para autorizar estas semillas.

¿Cómo explica semejante poder hoy en día?

Gates ha creado e invertido 12 millones de dólares en la Cornell Alliance for Science, que se presenta como una institución científica, pero que no es sino un órgano de comunicación. Cada vez que hay un debate, trae a esta “institución” que elabora una propaganda engañosa a favor de la biotecnología. Como es Bill Gates, el New York Times y CNN hablarán de ello y le dedicarán la portada… Para él la filantropía es solo un pretexto, a través de ella favorece sus propios intereses e influye en las políticas gubernamentales. Es una forma muy inteligente de entrar en el juego sin plegarse a sus normas, porque si una empresa dijera a un gobierno “aquí está mi dinero, haz esto”, no funcionaría, con toda seguridad se echaría a la empresa. Bill Gates, en cambio, juega con su imagen. La gente todavía lo ve a través de Microsoft, como un genio y un gigante de la informática. Sin embargo, hay ingenieros brillantes que lo han hecho mucho mejor y han luchado para mantener softwares de libre acceso y un Internet abierto, al contrario que él. Bill Gates no es un inventor, ha introducido las patentes y así es como ha levantado su imperio.

En su libro insiste también en la utilización de la tecnología y de los algoritmos…

Se ha elevado la tecnología al rango de religión. Se ha convertido en la religión del 1 %, del mismo modo que en Estados Unidos la cristiandad dio legitimidad al 1 % de la época para exterminar al 99 % de las personas amerindias en nombre de la “misión civilizadora”. Actualmente hay millones de personas a las que se quiere “civilizar” con estas nuevas herramientas de comunicación o de pago. Por otra parte, la tecnología es algo más que una herramienta. Es un instrumento de poder muy poderoso para reunir información que después se puede manipular para diferentes propósitos. Estas tecnologías se utilizan a diario, pero son sobre todo otra forma más de controlar.

También detrás de esta revolución digital encontramos a Bill Gates. Por ejemplo, ¡desempeñó un papel fundamental en la desmonetización de India! Obviamente, hacer desaparecer el dinero en efectivo para desarrollar las transacciones digitales es una forma de acelerar la revolución digital de la que él se beneficia. Ahora bien, de la misma manera que las patentes de las semillas son un intento deshonesto cuyo objetivo es poner a los agricultores “fuera de la ley” al declarar ilegal el guardar las semillas, la “desmonetización” perturba directamente las prácticas económicas de la mayoría, que representa el 80 % de la economía real de India. Es una forma de dictadura tecnológica. En ninguno de los dos casos el resultado de ello es una elección soberana del pueblo indio.

Y al mismo tiempo la gente acaba votando en las urnas a los representantes de esta política del 1 %, como, por ejemplo, en India donde Narendra Modi fue reelegido por un amplio margen el año pasado. ¿Es como si hubiera una nueva forma de “servidumbre voluntaria”?

¡Ya no estamos realmente en una democracia electoral honesta, donde la gente vota con pleno conocimiento y conciencia de lo que está en juego! Hoy en día los algoritmos conforman en gran medida al sistema electoral. En las últimas elecciones en India se autorizó a las empresas y a los particulares a hacer donaciones anónimas a los partidos políticos, lo que significa que las mayores empresas del mundo pudieron financiar las elecciones, algo que hasta entonces era ilegal. El resultado de ello es que la gran mayoría de estas donaciones llegaron a las arcas de un solo partido [el BJP, la derecha nacionalista, actualmente en el poder, ndlr]. Las elecciones indias costaron más caras que las estadounidenses, a pesar de que India está lejos de ser un país rico. Por consiguiente, podemos preguntarnos de dónde viene ese dinero… Es imposible tener una democracia honesta y funcional si el pueblo ya no vota de forma soberana. Todo el reto político para el 1 % es esta pérdida de autonomía, en todos los ámbitos.

La elección del término “1 %” puede parecer un tanto simplista, ¿por qué le parece un término apropiado hoy en día?

El 1 % es en sí un valor aproximativo, yo hablo sobre todo de unos pocos multimillonarios que controlan la mitad de los recursos del planeta. Estos miles de millones van directamente a unos fondos de inversión. Antes las entidades más grandes eran algunas empresas: Monsanto, Coca-Cola… Hoy son enanas. Son propiedad de los mismos fondos de inversión: BlackRock, Vanguard, etc. En realidad hay una sola economía, la del 1 %. Ellos son quienes destruyen, los demás, el 99 %, está excluido. Son los parados de hoy y de mañana, los campesinos desarraigados, las mujeres a las que se deja de lado, los pueblos indígenas a los que se asesina. Las personas que conforman el 99 % no son las responsables, son las víctimas. El 1 % es el responsable de los daños. Y nombrar a este “1 %” es formar un “nosotros” que, juntos, puede pedirles cuentas. Tenemos el derecho, el deber y el poder de hacerlo. Es una invitación a la solidaridad y a la acción. Es necesario que el 99 % se alce.

Fuente: https://www.bastamag.net/Vandana-Shiva-fondation-Bill-Gates-philanthropie-capitalisme-neo-colonialisme-covid-Inde

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a los autores, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.

Fuente de la Información: https://rebelion.org/con-el-coronavirus-bill-gates-lleva-a-cabo-sus-planes-respecto-a-la-sanidad/

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Suicidio de joven de 14 años por falta de acceso a clases online desata protestas en India

Redacción: La República

En India, una escolar se habría quitado la vida al no poder ingresar a sus clases en línea porque no contaba con un televisor ni un teléfono inteligente.

Las escuelas del estado de Kerala, en la India, iniciaron este lunes su año académico bajo el sistema de clases virtuales, transmitidas por medio de plataformas digitales y televisión, en cumplimiento de las disposiciones de seguridad para contener la propagación del nuevo coronavirus.

En ese contexto, funcionarios de la policía dieron a conocer el fallecimiento de una joven de 14 años, quien habría acabado con su vida después de faltar a una clase en línea debido a que no contaba con los recursos necesarios para poder conectarse a la sesión.

La alumna fue identificada como Devika Balakrishnan y según el reporte policial, ella desapareció de su hogar el lunes por la tarde, aproximadamente a las 3:30 p.m. (hora local). Alrededor de las 6:00 p. m., su cuerpo fue hallado carbonizado en una calle desierta cerca a su casa, ubicada en Valanchery, distrito de Malappuram.

Devika Balakrishnan. | Foto: The Telegraph India

Devika Balakrishnan. | Foto: The Telegraph India

El superintendente de policía de Malappuram, Abdul Kareem, indicó que se halló una nota de suicidio en su habitación. “Hemos recuperado una botella vacía de querosene en el lugar. Durante la investigación inicial, encontramos la frase ‘I Going’ (Me voy) escrito en su cuaderno. Parece ser un suicidio. El cuerpo ha sido enviado para una autopsia”, detalló.

El padre de la menor, un hombre de 45 años que ha estado desempleado durante los últimos dos meses debido al confinamiento, dijo que su hija había estado deprimida por no poder unirse a las clases. “Ella nos había estado diciendo que reparemos el televisor para asistir a la clase en línea. Pero no teníamos dinero para repararlo ni un teléfono inteligente”, declaró Balakrishnan.

En respuesta, el ministro de Educación del Estado de Kerala, C. Raveendranath, ordenó una investigación y solicitó un informe del oficial de educación del distrito sobre las circunstancias que llevaron a la menor a suicidarse. “Hemos introducido aulas de vecindario para niños que no tienen las instalaciones necesarias en el hogar”, señaló.

No obstante, Devika vivía en un área que aún no recibía dicha infraestructura, por lo que había sido registrada en la lista de estudiantes que no tenían televisor o internet en casa. “Ya se realizó una encuesta sobre las instalaciones en hogares de familias económicamente más débiles y el gobierno está trabajando en ello para ayudarlos a que sus hijos no sufran”, aseguró Raveendranath.

La muerte de la menor ha provocado protestas masivas por parte de organizaciones estudiantiles de Kerala, quienes han resaltado que este suceso refleja las desigualdades del sistema educativo. “La acción del gobierno ha puesto a los estudiantes pobres bajo estrés y presión”, señaló a Reuters Abhijith KM, líder del Sindicato de Estudiantes de Kerala.

El activista agregó que su agrupación había organizado protestas en todos los distritos de Kerala, respetando las medidas de distanciamiento y limitando el número de manifestantes a solo 50 personas.

El superintendente Kareem informó que un oficial resultó herido cuando alrededor de 28 estudiantes intentaron ingresar a la oficina de educación del distrito. La policía también utilizó porras para poder dispersar a los manifestantes en el norte del distrito de Malappuram.

A 14 y/o Dalit girl commits suicide by setting herself on fire because she didn’t have the facilities for online school. Her parents barely had enough money to recharge their electricity. When people protest, THIS is the police response

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https://twitter.com/rasmallaii/status/1267754448849231872/photo/1

Fuente: https://larepublica.pe/mundo/2020/06/03/india-suicidio-de-joven-de-14-anos-por-falta-de-acceso-a-clases-virtuales-desata-protestas-en-kerala-educacion-escuelas/

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En la respuesta COVID-19 de la India, minimice los errores de exclusión

Redacción: Carnegie

El bloqueo sin precedentes de la India expuso profundos problemas en la capacidad del gobierno para cuidar a sus ciudadanos más precariamente ubicados. Sin embargo, según los datos de la encuesta, incluso entre las personas más desfavorecidas encuestadas, el gobierno tiene mecanismos para transferir bienes y servicios esenciales.

Una de las responsabilidades más básicas del estado moderno es cuidar a sus ciudadanos más vulnerables. Ese ímpetu es aún más pronunciado en países pobres y democráticos. India cumple ambas condiciones, clasificando a 102 lamentables de 133 países en el Índice Global del Hambre 2019. Según la iteración más reciente de la Encuesta Nacional de Salud y Familia (NFHS) , realizada en 2015-16, aunque los indicadores de desnutrición han mostrado signos de mejora, todavía son inaceptablemente altos, y especialmente pronunciados en los estados más pobres, del norte y más rurales.

La cuestión de la efectividad del estado indio para proporcionar a sus ciudadanos más precariamente expuestos ha sido expuesta a la vista del público a raíz del bloqueo nacional sin precedentes promulgado el 24 de marzo para frenar la propagación del nuevo coronavirus. Aunque desde entonces el gobierno ha relajado este bloqueo, todavía está en vigor en gran parte del país donde las tasas de casos de COVID-19 continúan aumentando. Mientras tanto, la difícil situación de los trabajadores migrantes, los ancianos y los discapacitados, y aquellos que viven de la mano a la boca se ha vuelto más incierta.

El 26 de marzo, el gobierno central dio a conocer su respuesta fiscal inicial para amortiguar el duro golpe del bloqueo. Si bien ese paquete era relativamente limitado (representaba aproximadamente el 0,9 por ciento del PIB), dos elementos centrales se destacaron: la provisión de raciones de alimentos a través del Sistema de Distribución Pública (PDS) y las transferencias de efectivo a los hogares de bajos ingresos a través de los llamados » JAM ”(la trinidad ahora conocida de las cuentas bancarias de Pradhan Mantri Jan Dhan Yojana, la autenticación biométrica de Aadhaar y el dinero al que se accede a través del dispositivo móvil). En las últimas semanas, el gobierno ha anunciado paquetes complementarios para aliviar las restricciones de liquidez , reducir las cargas sobre los migrantes y los agricultores.(incluso mediante la expansión del acceso de los primeros a PDS), e impulsar la agricultura y la infraestructura rural .

Sin entrar en el debate sobre la adecuación de la respuesta inicial del gobierno central, una pregunta que vale la pena plantearse de inmediato es si la asistencia brindada realmente llegará a los beneficiarios previstos. Idealmente, uno quisiera datos en tiempo real para evaluar esta pregunta. Si bien eso es algo que muchos científicos sociales se esfuerzan por recopilar, en este artículo utilizamos datos de una encuesta de hogares única que nosotros (y nuestros colaboradores en el Centro para el Estudio Avanzado de India en la Universidad de Pensilvania, el Centro de Investigación de Políticas, y Ashoka University) realizada en 2018-19 en los estados de Bihar, Jharkhand y Uttar Pradesh. En estos tres estados, entrevistamos a los encuestados de más de 9,500 hogares seleccionados al azar en tres grupos urbanos (Dhanbad, Patna, y Varanasi) y hogares rurales dentro de una distancia de viaje de dos horas que podría considerarse razonablemente parte del ecosistema urbano más amplio. Estas geografías son dignas de estudio dada su privación relativa y sus grandes poblaciones.

De los 9.617 hogares que encuestamos en estos tres sitios, el 63 por ciento informa acceso a asistencia alimentaria a través del PDS. Si bien puede haber problemas de accesibilidad, fugas o corrupción que comprometen el acceso a las raciones de alimentos que disfrutan los casi dos tercios de los hogares de nuestra muestra, estos hogares están, en términos generales, incluidos en la red de seguridad del gobierno.

De los hogares restantes sin acceso a PDS, una gran mayoría (61 por ciento) obtiene un puntaje superior a la mediana de nuestro índice de bienes del hogar, un indicador razonable de riqueza, y, por lo tanto, no necesita depender de la asistencia pública. Estos hogares tienen medios financieros adecuados para comprar alimentos directamente del mercado. Como lo demuestra la Figura 1, el acceso de los hogares más pobres a PDS varía según las ciudades; es más alto en Dhanbad (81 por ciento), seguido de Varanasi (69 por ciento) y Patna (64 por ciento). Pero, independientemente de la ubicación del hogar, el acceso a alimentos subsidiados comienza a disminuir drásticamente para los hogares que se ubican por encima del percentil 75 en activos (el más rico de nuestra muestra).

Figura 1: Bienes del hogar y acceso al Sistema de Distribución Pública (PDS)

Fuente: Centro para el Estudio Avanzado de India

Esto significa que casi el 15 por ciento (14.3 por ciento para ser exactos) de la muestra general cae por debajo de nuestra medida de riqueza media y queda fuera de la red PDS. En nuestra opinión, esta es la población más vulnerable a la que el gobierno debe dirigir su atención.

Sin embargo, dentro de este grupo relativamente privado, más del 80 por ciento de los hogares informan que al menos un miembro que reside en su hogar tiene acceso a los elementos combinados de la llamada «trinidad JAM». Esta es una definición generosa porque incluimos todos los hogares que tienen acceso a una cuenta bancaria de cualquier tipo, ya sea una cuenta «Jan Dhan» o no.

El hecho de que un porcentaje tan significativo de hogares en la parte inferior de la pirámide autoinforme que tienen acceso a esta tríada es un testimonio de los avances que India ha hecho en la expansión de la infraestructura social necesaria para inyectar transferencias directas de beneficios directamente en el banco de los hogares. cuentas

Para estos hogares pobres, incluso si el sistema PDS no afecta sus vidas, pueden, en principio, beneficiarse de la modesta infusión de efectivo que les envía el gobierno central (y de varios esquemas complementarios anunciados por los gobiernos estatales). Lo peor en nuestra muestra son aquellos 2.2 por ciento de los hogares (ver Figura 2) que tienen pocos activos pero también carecen de acceso a PDS y les falta al menos una de las tres patas de la trinidad JAM. Es cierto que constituyen (en términos absolutos) un pequeño número de hogares en nuestro conjunto de datos pero, si se extrapola a la población más grande, son significativos en número.

Figura 2: Evaluación del alcance de la red de seguridad social de la India

¿Quién comprende este 2 por ciento de la población? En la franja del norte de la India que estudiamos, estos hogares «excluidos» son algo más rurales, más propensos a pertenecer a las castas más bajas y menos propensos a poseer servicios como un inodoro o electricidad (Figura 3). Curiosamente, también tienden a tener tamaños de hogar más pequeños, en promedio. El 37 por ciento de los hogares fuera de la red de seguridad tiene tres o menos personas (en comparación con solo el 16 por ciento de los hogares incluidos en la red de seguridad).

Figura 3: Características de los hogares más desfavorecidos de nuestra muestra.

Fuente: Centro para el Estudio Avanzado de India

Fuente: Centro para el Estudio Avanzado de India

Fuente: Centro para el Estudio Avanzado de India

Al desarrollar su respuesta a la crisis hasta la fecha, el gobierno ha ampliado gradualmente la red de seguridad alimentaria al aumentar la cantidad de raciones disponibles y garantizar que los migrantes que no son beneficiarios de subsidios alimentarios en el estado en el que residen reciban alimentos a corto plazo. asistencia. Y, en un movimiento bienvenido, el gobierno anunció que estableció un plazo de marzo de 2021 para hacer que el sistema PDS sea totalmente portátil a través de las líneas estatales. Afortunadamente, esto evolucionará gradualmente para tejer una red de seguridad nacional que sea personal y no basada en el lugar.

Según nuestros datos, la brecha de la red de seguridad parece ser más aguda entre los hogares pobres, tanto en áreas urbanas como rurales, que quedan fuera de la red de seguridad alimentaria y no se puede alcanzar a través de la infraestructura de JAM. Sin embargo, incluso entre la pequeña parte de nuestros encuestados que clasificamos como los más desfavorecidos (que no tienen acceso a la infraestructura PDS ni JAM), todos menos dos hogares tenían al menos un miembro con una tarjeta Aadhaar. El gobierno debería abrir raciones de alimentos a este grupo, condicionalmente a la autenticación, si le preocupa el fraude o el abuso. Pero sería bueno recordar que, en un momento de crisis nacional sin precedentes, los errores de inclusión son mucho menos importantes que los errores de exclusión. El impulso humanitario debe reemplazar las preocupaciones de fuga y responsabilidad.

Este artículo se basa en datos de un estudio patrocinado por CASI, «Comprender los múltiples impactos de la urbanización en el norte de India: género, oportunidad económica y cambio social». 

Fuente: https://carnegieendowment.org/2020/05/25/in-india-s-covid-19-response-minimize-errors-of-exclusion-pub-81901

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