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Raúl Zibechi: “Gaza es el fin de la humanidad. Hay un proyecto de exterminio de los pueblos molestos”

Por: Berta Camprubí

Raul Zibechi (Montevideo, 1952) empieza a ser lo que algunas comunidades llaman un mayor, un pensador que tiene una mirada global, situada en América Latina, con experiencia y con ya bastante camino recorrido. Un mayor que, además, cada vez le da más importancia a la espiritualidad y a los cuidados. Le gusta volver a los sitios —a Chiapas, al Wallmapu, al Cauca…— cada cierto tiempo, para ver como avanzan o retroceden o se transforman los procesos de lucha, las comunidades organizadas, los pueblos resilientes y los territorios vivos. Es de los que te saca el patriarcado y el machismo en cualquier respuesta sin necesidad de que se lo nombres a propósito, algo poco frecuente en varones blancos relativamente privilegiados. Y está en Barcelona solo un par de días, para presentar el libro Veus per una transició ecosocial (Pol·len Edicions, 2024) en el que ha colaborado con un artículo sobre la descolonización de la transición ecosocial, básicamente un llamado a no pretender que esa transición sea liderada por los Estados, sino por los pueblos y los procesos. Conversamos en Ona Llibres una tarde de lluvia agradecida.

Hoy tenemos un problema de brújulas, los instrumentos para saber dónde estamos y cómo se mueven los vientos y las olas están fallando, incluso en la meteorología que es una ciencia crítica

Te gusta leer el mundo desde sus procesos de resistencia, en términos de construcción de comunidad, de construcción de autonomías: ¿cómo ves al mundo desde esos términos en este momento?
Lo veo en el borde del precipicio, lo veo a un hilo de la destrucción de la humanidad y en ese sentido, toda la mirada se apoya en dos pies: en un pie, las guerras que van escalando, Ucrania, Israel contra Palestina, pero también Yemen, Afganistán, Siria… y las guerras no declaradas como la de México —¡350.000 muertos!— o Colombia. Y en el otro pie, este caos climático y un futuro que no sabemos cómo va a ser, porque el caos no es solo climático, es social, es geopolítico, es un caos cultural. Los valores que existían antes, en los periodos de los Estados del bienestar o los Estados que ordenaron un poco las sociedades, hoy están totalmente fuera de control y ahí es cuando nos cuesta más poder interpretar lo que está sucediendo. Hoy tenemos un problema de brújulas, los instrumentos para saber dónde estamos y cómo se mueven los vientos y las olas están fallando, incluso en la meteorología que es una ciencia crítica.

Los territorios que más conoces son los de Abya Yala, ¿cómo ves procesos de resistencia como el zapatismo o las luchas indígenas en Colombia ante el auge de la violencia del narco?
No sé si se podría decir que están en crisis, pero enfrentan graves obstáculos. No solo por el narco, también por los progresismos. López Obrador ha militarizado México, Boric ha mandado más soldados al Wallmapu que Pinochet, el progresismo muchas veces encierra los procesos de resistencia. En el Cauca, con Gustavo Petro y Francia Márquez, se logró la entrega de tierras ancestrales, pero no siempre es para construir. Esos procesos están viendo también mucha división interna. Y ya entrando en la violencia del narco: el narco es también extractivismo, es capitalismo, es patriarcado.

Con el auge de consumo de fentanilo en Estados Unidos, la cocaína se consume menos en el norte y las rutas se están yendo más hacia Asia y hacia Europa, pasando por Brasil y también por Argentina y Uruguay

También es colonial la cocaína, que se consume principalmente en el norte global, mientras la hoja de coca se cultiva solo en Colombia, Perú y Bolivia.
Sí, sin duda, el narco es colonial: colonialismo y patriarcado trabajan juntos porque son inseparables, María Galindo suele decir “no se puede ser antipatriarcal sin ser anticolonial y viceversa”. Actualmente el colonialismo, ahora un neocolonialismo, de la mano del extractivismo, de la acumulación por despojo, está cambiando las geografías. En el caso del narco, las principales rutas ya no van hacia el norte, lo explica Petro y en eso tiene razón, con el auge de consumo de fentanilo en Estados Unidos, la cocaína se consume menos y las rutas se están yendo más hacia Asia y hacia Europa, pasando por Brasil y también por Argentina y Uruguay. Y sí, la contaminación y la violencia se quedan en los territorios del Sur y la droga se va. Aun así, es importante remarcar, que a la vez siguen surgiendo nuevos procesos de autonomía en diferentes lugares, en la Amazonía peruana, los wampis, los achuares, ya se han constituido nueve gobiernos autónomos en pocos años.

A nivel de política institucional en América Latina, se ha profundizado en la alternancia entre progresismo y conservadurismo —más o menos ultra—. Reina la inestabilidad. Te voy a nombrar algunas situaciones y nos comentas brevemente cómo las ves desde tu punto de vista. La primera, la vuelta de Lula al Palacio de Planalto después de cuatro años de Bolsonaro.
Horrible. Quiero decir, Lula no es peor que Bolsonaro, pero el Lula actual comparado con los primeros gobiernos de Lula está varios escalones más abajo, no está haciendo nada interesante.

Siguen surgiendo nuevos procesos de autonomía en diferentes lugares, en la Amazonía peruana, los wampis, los achuares, ya se han constituido nueve gobiernos autónomos en pocos años

Creó el Ministerio de los Pueblos Indígenas.
Para domesticarlos, con Sonia Guajajara. Porque los pueblos indígenas fueron la principal resistencia a Bolsonaro. Pero con Lula sigue avanzando el extractivismo, el capitalismo e incluso João Pedro Stédile, líder del MST, que siempre ha sido lulista, decía el otro día que no se ha avanzado nada en reforma agraria, que es una vergüenza.

Luego en Perú tenemos a un presidente electo en prisión preventiva desde diciembre de 2022.
Primero hay que tener en cuenta que Pedro Castillo nunca fue de izquierdas, nunca fue progresista, fue estalinista, aliado con la peor izquierda del Perú, hizo un Gobierno corrupto, inestable, con bandazos de un lado para otro. Y quien lo derrota es la vieja oligarquía tradicional peruana, con un saldo de por lo menos 50 muertos. Dina Boluarte es un monstruo, sin duda, pero Castillo quizás no tomó las mejores decisiones.

Recientemente fue reelegido Nayib Bukele en El Salvador, con cárceles llenas de jóvenes en un país que se proclama ahora como el más seguro de América. ¿A costa de qué?
A costa de liberar territorios para el extractivismo. Está haciendo acuerdos con empresas mineras y de otro tipo para fomentar el despojo. No le preocupa tanto la seguridad de la gente sino los intereses económicos y financieros con empresas que llegan a extraer recursos. Entonces solo por ser joven y tener tatuajes te vas a la cárcel y ahora, a pesar de que estaba prohibido en la Constitución, se reelige como presidente cinco años más, es un régimen militar.

Milei es hijo de un periodo grande de mal gobierno progresista. Y es hijo de un periodo de deterioro de las condiciones de vida de los sectores populares

Milei en Argentina: ¿cómo pudo pasar?
Milei es hijo de un periodo grande de mal gobierno progresista. Y es hijo de un periodo de deterioro de las condiciones de vida de los sectores populares, de una inflación del 100% y de un 50% de la población en la pobreza. Entonces por un lado está este empobrecimiento, falta de horizontes. Y por otro lado, la base social dura de Milei son varones de menos de 25 años que reaccionaron ante el empoderamiento de las mujeres de su misma edad. Su propuesta es profundamente patriarcal, violentamente machista y también es una reacción de un sector de las clases medias que están hartas de los pobres y de que el Estado apoye a los pobres con subsidios.

Ante tanta inestabilidad en América Latina, proyectos como Unasur han quedado atrás: ¿hay alguna iniciativa de integración latinoamericana que esté funcionando y que pudiera tener un rol a nivel global ante una posible transición ecosocial?
En América Latina un proyecto de integración no ha funcionado en gran parte por la lógica colonial, porque cada nación tiene que competir con las otras por sus intereses, por sus exportaciones. Hoy los Estados sobreviven con el extractivismo, con la acumulación por despojo. Los únicos sujetos capaces de protagonizar una transición ecosocial, o en quiénes podríamos fijarnos, son los pueblos originarios, campesinos, negros y algunas periferias urbanas. Ellos son claramente los que tienen la menor huella ambiental.

Hay que mirar a los pueblos como los sujetos de esa transición hacia un mundo sostenible, básicamente porque ellos para vivir necesitan el agua limpia, necesitan sus territorios libres de minería

Los Estados no tienen ninguna propuesta, entonces?
No. De ninguna manera. Fíjate que el proyecto de Petro es una alianza con el Pentágono para proteger la Amazonía, eso es otro delirio porque el Pentágono es la institución con la huella ambiental más grande del mundo. Ahí hay un enorme déficit de los Estados que además siguen vendiendo petróleo. Ahora viene un debate muy fuerte en Brasil porque Lula quiere permitir la explotación petrolífera en la Amazonia y eso perjudica a los pueblos. El Estado-Nación es un gran consumidor, un gran depredador, necesariamente precisa del extractivismo para implementar su propio sostenimiento. La matriz colonial del Estado en América Latina lo ha llevado a ser el protector de la minería, de los monocultivos. Creo que hay que mirar a los pueblos como los sujetos de esa transición hacia un mundo sostenible, básicamente porque ellos para vivir necesitan el agua limpia, necesitan sus territorios libres de minería. Y se está avanzando en eso, por ejemplo ahora en Colombia se han creado los Territorios Agroecológicos por parte de organizaciones campesinas vinculadas al Congreso de los Pueblos. Eso es muy importante porque el Estado no tiene más remedio que sancionarlos en el marco de los acuerdos de paz, y si se van implementando, vamos dando saltos adelante. Pero insisto, los sujetos son los pueblos, no los Gobiernos, no los Estados. No podemos creer que a través del poder estatal se pueden cambiar las cosas, uno de los problemas de esta transición es que el Estado ya no es una herramienta de transformación positiva.

¿Lo fue en algún momento?
En algún momento jugó a ser un árbitro entre clases. En Europa con los Estados del bienestar sobre todo, en América Latina con Estados del bienestar más restringidos, pero lo fue.¿Estás de acuerdo con los postulados del decrecimiento?
Hace más de 30 años que se habla de decrecimiento, en principio no estoy en desacuerdo, el problema es otro: cuando creamos una propuesta que es buena, ¿quién se encarga de hacerla?

Hay que tomar conciencia de que el decrecimiento, como toda la transición, son procesos de conflicto social y si olvidamos eso estamos haciéndole juego al capitalismo verde

En una hipotética instalación de políticas públicas para poner en marcha el decrecimiento, ¿crees que todos los países deberían decrecer del mismo modo o a la misma velocidad? ¿Hay una mirada anticolonial del decrecimiento?
Los primeros que tienen que decrecer son las grandes empresas petroleras y mineras, el 1% más rico, que es el que tiene la principal huella, y los ejércitos. ¿Quién mide los impactos de las bombas en Gaza sobre el medio ambiente? Hay que tomar conciencia de que el decrecimiento, como toda la transición, son procesos de conflicto social y si olvidamos eso estamos haciéndole juego al capitalismo verde.

Habría que empezar por aquellos sectores sociales, países, naciones que más contaminan. Si le pides a una comunidad amazónica que tiene un carro para 200 personas que decrezca igual que Barcelona, estás cometiendo una injusticia ambiental brutal. Hay que ser muy precisos. El decrecimiento llevado desde esa lógica, sería una política anticapitalista y anticolonial, me parece a mí.En Europa se expanden las extremas derechas. Decías que en América Latina difícilmente puede funcionar una política de integración. ¿En la Unión Europea sí está funcionando? ¿Cuál es la función de la UE desde tu punto de vista? 
La Unión Europea se creó para ejercer un poder que no estuviera subordinado a los Estados Unidos, ese fue el inicio del euro. Hoy ese proyecto está perdido, Europa está subordinada a los Estados Unidos, sin capacidad de tener una política internacional mínimamente autónoma y ahora en una situación de crisis, de falta de futuro, irrumpe esta nueva política que se le llama extrema derecha, que yo discrepo. Hoy en día derecha e izquierda se parecen mucho. La energía hay que ponerla en otra cosa y no en las campañas electorales.

Europa está subordinada a EE UU, sin una política internacional mínimamente autónoma y ahora en una situación de crisis, de falta de futuro, irrumpe esta nueva política que se le llama extrema derecha

Aquí en el Estado español los colectivos de personas migrantes organizados saben bien qué partidos —efectivamente de izquierda y de derecha— votaron a favor del Pacto Europeo de Migración y Asiloehicieron campaña para votar en las europeas en esa clave.
Votar pueden votar, no tengo problema, pero si no nos organizamos, si no hay una fuerza de base, no estamos haciendo nada.

Por último, la situación en Gaza nos trae a los colectivos organizados en contra de la guerra, del racismo, del fascismo, una grave sensación de desesperanza, ¿qué ves tú en Gaza? ¿A donde deberíamos mirar para poner en práctica un poco de esperanza activa?
Creo que Gaza es el fin de la humanidad. Gaza nos deja claro que el 1% de la población está dispuesto a eliminar pueblos enteros para seguir estando en el poder. No es que los israelíes sean malos —que en general lo son— sino que hay un proyecto de exterminio de los pueblos molestos. Que son palestinos, que son yemeníes, que son zapatistas, nasas, mapuches… Ese es el proyecto, y es un proyecto colonial. La mayor esperanza está en que los pueblos son tan potentes, tan fuertes, que los de arriba necesitan atacarlos para destruirlos y eliminarlos de la faz de la tierra. Los de arriba tienen cierto miedo a los de abajo, esa es la esperanza.

Fuente de la información e imagen: El Salto

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Las mujeres afganas pierden la esperanza de recuperar sus derechos tras más de 1.000 días sin educación.

Por:

El 15 de agosto de 2021, marcó un nuevo capítulo oscuro en la historia de Afganistán cuando los talibanes retomaron el poder. Una víctima de esta situación es Amal, una estudiante universitaria de 24 años que soñaba con convertirse en una gran periodista. Hoy, sin embargo, su vida ha dado un giro dramático debido a la prohibición de la educación para las niñas mayores de 12 años impuesta por los talibanes.

Amal, cuyo nombre real se mantiene en secreto, comenzó a manifestarse en las calles junto a otras mujeres poco después de la toma de poder de los talibanes. A pesar de las amenazas y la violencia, incluso estableció una escuela clandestina en su casa. Sin embargo, los talibanes irrumpieron en su casa hace siete meses, amenazando con matarla a ella y a su familia, y la golpearon brutalmente. Amal, al igual que muchas mujeres afganas, vive en clandestinidad y soledad, luchando por su derecho a la educidad y sintiéndose abandonada por la comunidad internacional.

La comunidad internacional ha sido rápida para condenar las acciones de los talibanes, pero sus palabras han tenido poco impacto en la realidad de las mujeres en Afganistán. Los talibanes no han revocado ninguna de sus prohibiciones a las mujeres, y países vecinos como Rusia y China están dando pasos hacia el reconocimiento de su gobierno. La ONU incluso ha invitado a los talibanes a participar en una conferencia internacional sobre Afganistán en Doha, Qatar, a finales de junio.

Esta invitación ha causado indignación entre los grupos de mujeres afganas que han estado protestando contra lo que los expertos de Naciones Unidas describen como un «apartheid de género«. Estas mujeres temen que se estén dando pasos hacia la normalización de los talibanes. La soledad y el aislamiento de las mujeres afganas son tales que estas activistas solo pueden protestar fotografiándose con la cara tapada y pancartas en sus manos dentro de sus casas. Algunas, las más valientes, incluso se atreven a salir a la calle para protestar, a pesar de la represión brutal.

El jueves pasado, marcó 1.000 días desde que las adolescentes afganas fueron prohibidas de estudiar por los talibanes. La agencia de las Naciones Unidas para la infancia, Unicef, se unió a la conmemoración de este día sombrío, deplorando las 3.000 horas de educación que se han perdido para un millón y medio de jóvenes afganas. Esta pérdida amenaza su autonomía y su futuro.

Además de la educación, los talibanes también han prohibido el derecho al trabajo para las mujeres afganas, su libertad de movimiento, e incluso su libertad de expresión. El último de estos ataques se anunció recientemente, cuando el líder supremo de los talibanes, Hibatullah Ajundzadá, limitó el salario de todas las mujeres del país a una cantidad insignificante, independientemente de su edad, puesto de trabajo, experiencia y formación académica.

En Afganistán, ya no hay policías, juezas, diputadas, abogadas, ni apenas funcionarias, ni periodistas mujeres. Los talibanes también han prohibido a las mujeres trabajar en ONG y en las agencias de la ONU, con contadas excepciones en los ámbitos sanitario y educativo. La educación secundaria y superior también están prohibidas para las mujeres. En diciembre de 2022, los talibanes prohibieron a las mujeres estudiar en la universidad. En abril de 2023, cerraron las academias privadas donde muchas niñas estudiaban idiomas o matemáticas, entre otras disciplinas, incluidas en una lista de materias «no aptas» para mujeres.

Las afganas, y por consiguiente sus hijos pequeños, tienen prohibido viajar sin un guardián masculino y no pueden entrar en parques infantiles ni naturales. Tampoco pueden entrar en gimnasios, ni en baños públicos, ni siquiera ir de pícnic al campo. Los fundamentalistas han cerrado peluquerías y salones de belleza y les han prohibido llamar a programas de radio. El Comité para la Protección de los Periodistas, con sede en Nueva York, denunció en abril que tres periodistas habían sido detenidos por aceptar llamadas de oyentes femeninas.

Entre junio de 2023 y marzo de 2024, el «régimen asfixiante» que rige Afganistán aprobó 52 reglamentos que atentan contra los derechos de las mujeres y las niñas del país, según un informe del relator especial de Naciones Unidas para los derechos humanos en Afganistán, Richard Bennett.

A finales de marzo, el emir Ajundzadá anunció en la radiotelevisión pública del país una enésima y grave decisión contra las mujeres afganas: la reinstauración de la flagelación pública y la lapidación de mujeres por adulterio. En reacción a esta decisión, Sahar Fetrat, investigadora afgana de Human Rights Watch, afirmó en declaraciones al diario The Guardian que la inacción de la comunidad internacional explica este anuncio.

Sin educación ni perspectivas de tener un trabajo, la suerte de muchas adolescentes afganas está echada. Las organizaciones internacionales alertan de la relación directa entre el abandono escolar, los matrimonios forzados y las maternidades precoces, y la perpetuación de la pobreza. El costo económico anual de la prohibición de trabajar a las mujeres afganas es de unos 934 millones de euros, el 5% del PIB del país, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Desde su escondite en Kabul, Amal deplora que la violación de los derechos de las mujeres no solo no haya provocado una intervención de la comunidad internacional, sino que se ha convertido en una herramienta de chantaje de los talibanes para alcanzar «sus objetivos políticos». El primero, el de ser reconocidos como gobernantes legítimos de Afganistán. Algunas voces, como la del Gobierno chino, defienden ya que hay que hablar con ellos.

https://mediatribu.cl/2024/06/18/las-mujeres-afganas-pierden-la-esperanza-de-recuperar-sus-derechos-tras-mas-de-1-000-dias-sin-educacion-internacional/

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Continúa el asalto talibán a los derechos de la mujer en Afganistán

Se siguen violando los derechos humanos en Afganistán, en particular los de las mujeres, que sufren estrictos códigos de vestimenta y son excluidas de ciertos trabajos, mientras continúa la prohibición a su derecho a la educación superior y se le limita su libertad de movimiento.

 

Han pasado casi tres años desde que los talibanes recuperaron el control de Afganistán y los derechos de las mujeres siguen siendo objeto de ataques.

 

El jueves, la portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU (ACNUDH), Liz Throssell, reveló que en su último acto de desapoderamiento, las autoridades de facto han comunicado a las funcionarias que tienen prohibido trabajar no obstante sus cualificaciones o experiencia, y que a partir de ahora se les recortará el salario al nivel más bajo.

 

Los talibanes tomaron Kabul, la capital de Afganistán, en agosto de 2021, y rápidamente comenzaron a erosionar los derechos de las mujeres, incluyendo estrictos códigos de vestimenta, prohibiendo la educación superior para las niñas, excluyendo a las mujeres de ciertos trabajos, y más.

 

Según Throssell, las autoridades del país habían dicho a las mujeres que podrían volver a trabajar cuando se dieran “las condiciones necesarias”, pero las mujeres no han recibido ninguna información sobre cuándo podría ser eso.

 

Tres años después, no se han tomado medidas para que todas las funcionarias puedan volver al trabajo.

 

“Esta última decisión, discriminatoria y profundamente arbitraria, ahonda aún más la erosión de los derechos humanos en Afganistán, tras las decisiones de restringir el acceso de las mujeres y las niñas a la educación y el empleo, limitar su libertad de movimiento y restringir su presencia en los espacios públicos, afianzando de hecho la exclusión de las mujeres de la vida pública”, afirmó Throssell.

 

Tres mil millones de horas de aprendizaje perdidas

El jueves también se cumplen 1000 días desde que los talibanes prohibieron la educación de las niñas más allá del sexto grado, un “hito triste y aleccionador” según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

 

Para 1,5 millones de niñas, esta exclusión sistemática no sólo constituye una flagrante violación de su derecho a la educación, sino que además se traduce en una disminución de sus oportunidades y en un deterioro de su salud mental», afirmó en una declaración pública Catherine Russell, directora ejecutiva de UNICEF.

 

Russell afirmó que la educación no sólo ofrece oportunidades, sino que “protege a las niñas de los matrimonios precoces, la malnutrición y otros problemas de salud, y refuerza su capacidad de resistencia ante desastres como las inundaciones, la sequía y los terremotos que asolan con frecuencia Afganistán”.

 

ONU Mujeres informó recientemente de que esta prohibición de la educación está relacionada con un aumento del 25% en las tasas de matrimonio infantil y del 45% en las tasas de maternidad precoz.

 

La cabeza de UNICEF afirmó que el organismo está trabajando intensamente para apoyar a todos los niños y niñas de Afganistán.

 

Poner fin a las violaciones de derechos

Mientras se siguen violando los derechos humanos en Afganistán, expertos independientes en derechos piden a los talibanes que proporcionen ayuda médica al ciudadano estadounidense Ryan Corbett, que se encuentra detenido.

 

Corbett fue detenido en 2022 cuando viajó a Afganistán para realizar labores humanitarias y ha permanecido cautivo desde entonces.

 

Su salud mental y física ha empeorado gravemente y Alice Jill Edwards, relatora especial de la ONU sobre la tortura y otros tratos crueles, ha declarado que debe recibir tratamiento médico “en un hospital civil sin demora”, y que las condiciones de detención eran “totalmente inadecuadas y sustancialmente inferiores a las normas internacionales”.

 

Los relatores especiales y otros expertos en derechos humanos nombrados por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU son independientes de cualquier gobierno, no reciben salario por su trabajo y prestan servicio a título individual.

 

https://news.un.org/es/story/2024/06/1530551

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La denegación de la infancia palestina

‘Sin niñez desde el nacimiento’ revela la opresión sistémica a palestinos ‘Denegación desde el nacimiento’ revela la opresión sistémica a palestinos.

Desde octubre cuando comenzó la última agresión de Israel contra Gaza descrita como “una fábrica de asesinatos masiva”, la deshumanización literal y real de los palestinos se ha intensificadoUNICEF ha calificado a Gaza de “cementerio de niños” y “un infierno en vida”, como resultado de los severos e implacables ataques de Israel.

La relatora especial de Naciones Unidas, Francesca Albanese, se refirió a la “denegación deliberada a la niñez desde el nacimiento” de los palestinos bajo la “ocupación eterna” de Israel, que ha causado un “daño interminable” a la población. Sin embargo, la violencia israelí contra los niños palestinos no es un fenómeno reciente.

‘Niega la niñez’ a los palestinos durante generaciones

Israel ha matado al menos a 14 500 niños palestinos desde el 7 de octubre. Sin embargo, los abusos de Israel contra los niños palestinos antes de esta guerra ya habían sido ampliamente documentados. El periodista Chris Hedges detalló la violencia de los israelíes contra los niños palestinos en Gaza en su libro de 2002 “La guerra es una fuerza que nos da significado”:

Se les ha disparado a niños en otros conflictos de los que he informado […] pero nunca antes había visto a los soldados llevar niños como ratones a una trampa y asesinarlos por deporte. […] “Todos tiramos piedras”, dijo Ahmed Moharb, de diez años. “Por el altavoz, el soldado nos dijo que fuéramos a la cerca a buscar chocolate y dinero. Luego nos insultaron. Luego lanzaron una granada. Empezamos a correr. Le dispararon a Ali por la espalda. No volveré a ir. Tengo miedo’.

La académica palestina Nadera Shalhoub-Kevorkian, cuyo trabajo se centra en trauma, crímenes de Estado y criminología, vigilancia, violencia de género, derecho y sociedad, y estudios sobre genocidio, acuñó el término “unchilding” (negación de la infancia) en 2019, para examinar críticamente el uso de niños palestinos como ventaja para lograr objetivos políticos.

Middle East Monitor informó que, entre 2000 y 2020, “las fuerzas de ocupación israelíes habían matado a 3000 niños. A algunos los mataron frente a los lentes de los medios internacionales, como a Muhammad Al-Durrah de 11 años”. En 2021, Defence for Children International también destacó los ataques de Israel contra niños palestinos, y Human Rights Watch observó un aumento en el número de niños palestinos que los israelíes ha matado en Cisjordania en agosto de 2023.

En 20202022, y mediados de 2023, Save the Children informó sobre los abusos punitivos sistemáticos por parte de Israel y el trauma bajo custodia de los niños palestinos, incluidos registros corporales sin ropaManifestaron que “el cargo más común que se les imputa a niños es el de lanzar piedras, por el que la pena máxima es de 20 años”.

Defence for Children International encontró que la mayoría de los niños procesados entre 2013 y 2018 experimentaron abusos por parte de israelíes mientras estaban bajo custodia. Ahmad Manasra se hizo conocido por pasar toda su adolescencia en prisión, incluidos dos años bajo régimen de aislamiento, lo que le provocó un grave deterioro psicológico. Según The Guardian, el encarcelamiento masivo de niños palestinos por parte de Israel representa “un universo oculto de sufrimiento que afectó a casi todos los hogares palestinos”.

«Los niños palestinos merecen crecer». Pancarta de manifestación pacífica a favor de Palestina en Berlín, 2 de diciembre de 2023. Foto del autor, utilizada con autorización.

El papel de los medios en promover la denegación de la infancia palestina

Dos artículos de Jason Burke de The Guardian, publicados el 22 y 23 de noviembre, ilustran la denegación de la infancia palestina representada en los medios. Burke señaló en ambos artículos que “los rehenes [israelíes] que serían liberados son mujeres y niños, y los prisioneros palestinos también son mujeres y personas de 18 años o menos”.

El uso de lenguaje divergente dentro del mismo artículo para referirse a los niños es paralelo a la jerarquía morir” versus “matar», que se utiliza para restar importancia a las muertes palestinas versus israelíes en los medios.

Los artículos de The Guardian siguieron un período intenso marcado por comentarios racistas denigrantes, incluidos los comentarios del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. en octubre, en los que llamó a los palestinos los “hijos de la oscuridad” y “animales humanos”.

The Guardian no es la única agencia de noticias que emplea un lenguaje divergente, vago o impreciso cuando hace referencia a niños y bebés palestinos. Associated Press se ha referido a los niños palestinos como “menores”, Sky News describió a una niña de cuatro años como  una “jovencita”, y The Washington Post ha utilizado el término “vidas frágiles” en lugar de “bebés prematuros”. Un vistazo diario de los principales titulares archivados de The New York Times del 22 de noviembre al 3 de diciembre revela un mínimo indicio de víctimas palestinas, lo que ciertamente no refleja el gran número de muertes infantiles que ocurrieron durante ese período.

Después de su publicación, The Guardian modificó ambos artículos mencionados anteriormente para referirse a los palestinos menores de 18 años como «niños». Para explicar el cambio, en una nota al final de los artículos escribieron: «Cualquier insensibilidad anteriormente expresada fue involuntaria».

El influenciador judío queer Matt Bernstein (mattxiv) declaró en Instagram: “Cuando nos permitimos ver a los palestinos como algo menos que seres humanos íntegros […] nos volvemos cómplices de nuestra propia bancarrota moral”.

El lenguaje utilizado en las noticias es crucial para comunicar detalles clave a los lectores. Un estudio de la Universidad de Columbia de 2016 encontró que al 59% de los enlaces publicados “no les hicieron clic y presumiblemente quedaron sin leer”, y subrayaron la importancia de los titulares de noticias al informar e influir en las audiencias. Las palabras utilizadas en los avances de las redes sociales, como el título y el tema, son críticos para quienes no leen más allá de los titulares para comprender el alcance de la situación.

«Es como si estuviéramos pagando en exceso por un pecado que no cometimos. Niña de tres años en Gaza». Pancarta de una manifestación pacífica a favor de Palestina en Berlín, 4 de noviembre de 2023. La cita es de Save the Children. Foto del autor, utilizada con autorización.

Niños racializados en alto riesgo

La denegación de la infancia no es exclusiva de los palestinos, y se pueden obtener perspectivas valiosas si se examina otros grupos racializados que también son objeto de violencia significativa.

En Estados Unidos, los niños negros tienen seis veces más probabilidades que los niños blancos de que la Policía los mate a tiros. Casos destacados, como los asesinatos de Trayvon Martin, de 17 años, Ma’Khia Bryant, de 16, y Tamir Rice de 12, ilustran el riesgo excesivo que enfrentan los niños negros en su vida diaria.

La investigadora Alisha Nguyen explica:

Para justificar el trato deshumanizante contra los niños negros, la lógica blanca afirma que los niños negros son menos inocentes y que, por lo tanto, deberían recibir menos protección y no merecen el mismo nivel de tolerancia en comparación con los niños blancos.

Más tarde, Steve Loomis, presidente de la Asociación de Patrulleros de la Policía de Cleveland, describió a Rice como «un niño de 12 años en un cuerpo de adulto» como manera de justificar la fuerza excesiva utilizada por el policía que asesinó al niño de sexto grado.

De manera similar a los comentarios de Loomis, ha habido intentos de justificar el asesinato de niños palestinos. El Ministro de Defensa israelí, Avigdor Lieberman, declaró en entrevistas de radio y en X el 30 de noviembre, “No hay inocentes en Gaza”. El presidente Isaac Herzog compartió el mismo sentir.

«No hay inocentes en Gaza”.

Como activista y educadora, Wagatwe Wajuki dijo en X:

Si uno se pregunta por qué los negros se identifican con la lucha por la liberación palestina: la negativa de los medios blancos a ver a nuestros hijos como niños resuena. […] Bajo la supremacía blanca, la infancia se racializa porque asocian la infancia con la inocencia y solo los niños blancos son considerados inocentes.

El periodista israelí Gideon Levy escribió en Haaretz sobre los niños que mató Israel:

Ninguna explicación, justificación o excusa podría jamás encubrir este horror. Sería mejor si la maquinaria propagandística de Israel ni siquiera lo intentara. […] Un horror de esta magnitud no tiene otra explicación que la existencia de un Ejército y un Gobierno que no tienen límites establecidos por la ley o la moral.

Fuente de la información:  https://es.globalvoices.org

Fotografía: Global voices. Parque infantil en Cisjordania. Foto de Justin McIntosh, agosto de 2004. Wikimedia Commons. (CC-BY-2.0).

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UNICEF: Declaración de Adele Khodr, Directora Regional de UNICEF para Oriente Medio y Norte de África, sobre la intensificación de las hostilidades en Rafah y el norte de Gaza

Declaración de Adele Khodr, Directora Regional de UNICEF para Oriente Medio y Norte de África, sobre la intensificación de las hostilidades en Rafah y el norte de Gaza

Niños sentados en el maletero de un carro durante su desplazamiento desde Rafah, al sur de la Franja de Gaza, debido a los continuos bombardeos y hostilidades. Mayo de 2024.

AMMÁN, 14 DE MAYO DE 2024 – “La escalada de las hostilidades en Rafah y en toda la Franja de Gaza ha agravado el sufrimiento de cientos de miles de niños y niñas, que llevan 218 días soportando una cruel pesadilla. No podemos aceptar que su tragedia se retransmita en directo como un daño colateral de un conflicto que nunca eligieron.

“La semana pasada comenzó en Rafah una operación militar temida desde hace tiempo que ha desplazado a más de 448.000 personas a zonas inseguras como Al-Mawasi y Deir al Balah. Entretanto, los intensos bombardeos y las operaciones terrestres se han extendido al norte de Gaza, dejando un rastro de destrucción en zonas como el campamento de refugiados de Jabaliya y Beit Lahia. Al menos 64.000 personas se han visto obligadas a huir de sus hogares, que han quedado devastados.

“Los civiles –ya exhaustos, desnutridos y expuestos a numerosos sucesos traumáticos– están siendo testigos del aumento del número de muertos, heridos y desplazados en medio de las ruinas de sus comunidades. Incluso las operaciones humanitarias, que se han convertido en el único salvavidas para toda la población de la Franja, se están viendo amenazadas.

“Desde el inicio de esta última escalada, UNICEF ha tenido que enfrentarse a mayores dificultades para hacer llegar cualquier tipo de ayuda hasta la Franja de Gaza. La escasez de combustible sigue siendo un problema crítico.

“En el norte, los principales hospitales situados en las zonas de evacuación, como el Kamal Adwan, el Al-Awda y el Hospital Indonesio, se encuentran en medio del fuego cruzado, lo que perturba gravemente la entrega de suministros médicos esenciales y pone en peligro muchas vidas. Las personas que están en riesgo inminente de hambruna han dejado de recibir ayuda.

“También me preocupan mucho las infraestructuras de agua y el acceso al agua potable y el saneamiento en toda Gaza. En el norte hay pozos indispensables que han sufrido grandes daños, mientras que en Rafah al menos ocho instalaciones están fuera de servicio, lo que afecta a unas 300.000 personas, muchas de ellas niños y niñas que probablemente recurrirán al agua contaminada y enfermarán gravemente. Cuando falta el agua, es la infancia la que más sufre.

“Los pasos fronterizos deben abrirse rápidamente y debe permitirse que las organizaciones humanitarias se desplacen con seguridad y proporcionen la ayuda de emergencia de la que dependen todos los niños y niñas de Gaza. De no ser así, se producirá una tragedia todavía mayor que la que ya hemos presenciado, un desenlace que debemos tratar de evitar sin dilación.

“Tras más de siete meses de conflicto, con decenas de miles de vidas perdidas e innumerables llamamientos al alto el fuego, la violencia persiste. Es crucial que callen las armas y se respeten los derechos de la infancia. Los niños y las niñas de Gaza, que están soportando atrocidades inimaginables, merecen un alto al fuego inmediato y la oportunidad de vivir un futuro en paz”.

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Fuente de la Información: https://www.unicef.org/es/comunicados-prensa/declaracion-directora-regional-unicef-oriente-medio-intensificacion-hostilidades-rafah

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Chile: A 76 años de la Nakba, en medio de la intifada universitaria global contra el genocidio

A 76 años de la Nakba, en medio de la intifada universitaria global contra el genocidio

La Universidad de Chile ha sido durante años un espacio de activismo palestino, y se han denunciado muchas veces sus persistentes vínculos con las universidades del Estado genocida. Pero para sus autoridades, hacer tratos con criminales de lesa humanidad no parece ser violento.

«La clausura de la libertad académica empequeñece a las universidades y las despoja de su valor esencial». Así termina la carta de la Rectora de la Universidad de Chile, Rosa Devés, en respuesta a la pacífica movilización estudiantil en contra del genocidio del pueblo palestino.

Quisiéramos que esas palabras estuviesen dedicadas a la memoria de lxs académicxs asesinadxs por el ejército israelí o en condena a la destrucción de las casas de estudio por sus bombardeos. Quisiéramos que, junto con ello, hiciera referencia a las expulsiones, despidos y represión policial que rectores autoritarios han ejercido sobre estudiantes judíxs y palestinxs en universidades de todo el mundo.

Ojalá fueran palabras dedicadas a criticar las vinculaciones con universidades de un Estado ocupante como Israel.

Todo lo anterior clausura la libertad académica porque la vuelve imposible. Pero la Rectora prefiere que sus palabras de mayor condena vayan dirigidas a estudiantes, académicxs y funcionarixs de su universidad que se manifiestan por la paz, la libertad y la justicia en Palestina. No dice nada respecto de los convenios y colaboración que mantiene la Universidad con universidades que trabajan para la Ocupación. Y prefiere comparar la violencia genocida de Israel con la movilización universitaria, haciéndose eco de una retórica criminalizadora e inmoral.

El miércoles 15 de mayo de 2024, a 76 años de la Nakba («catástrofe»), es decir, del inicio de la cruel limpieza étnica perpetrada por Israel contra el pueblo palestino, estudiantes de la Universidad de Chile, articuladxs en su Federación y su Comité de Solidaridad por Palestina, realizaron una manifestación pacífica en el frontis de la Casa Central. Allí se reunieron cientos de estudiantes, con la compañía de estudiantes de otras universidades, para denunciar el genocidio en Palestina y exigir que la Universidad de Chile ponga término a tres convenios con universidades israelíes.

En el marco de esa movilización, se dio inicio a una acampada pacífica en uno de los patios de la Casa Central, sumándose a las acampadas universitarias por Palestina que ya se han levantado en todo el mundo.

Negamos rotundamente que dichas acciones hayan tenido un carácter violento, porque la libertad de expresión y de manifestación en una universidad pública no tienen nada de violento, sino que son la garantía misma de los valores universitarios. Condenamos que la Rectora se refiera a la acción de «grupos externos», porque con eso se opone al sentido de la universidad pública, en la que hay lugar para toda la comunidad, no solo para sus miembros exclusivos. Solo eso define su carácter público y nacional, y esa es su principal riqueza.

La Universidad de Chile ha sido durante años un espacio de activismo palestino, y se han denunciado muchas veces sus persistentes vínculos con las universidades del Estado genocida. Pero para sus autoridades, hacer tratos con criminales de lesa humanidad no parece ser violento.

Lxs estudiantes de Chile siempre han estado del lado correcto de la historia. Saben que no hay neutralidad cuando se trata de un genocidio, saben que no hay neutralidad posible si se trata de la ocupación de Palestina por parte de Israel. En esto, le están dando una gran lección a su Rectora y al Senado Universitario, que han querido mantener la falsa neutralidad que siempre favorece al agresor.

La Coordinadora por Palestina es una coalición de más de 140 organizaciones, entre las que se encuentran organizaciones estudiantiles y comités universitarios de solidaridad con Palestina.

Invitamos a todxs lxs estudiantes, funcionarixs y académicxs a sumarse a la Coordinadora para seguir trabajando por universidades libres de apartheid, verdaderamente democráticas, comprometidas con los derechos humanos y con el pluralismo, y no solamente con mantener el orden en sus pasillos.

Invitamos a la Rectora y a la comunidad de la Universidad de Chile a revisar de manera exhaustiva las credenciales humanitarias y ambientales de las instituciones con las que desarrollan alianzas y proyectos conjuntos, y poner a la universidad a la altura de los estándares internacionales en derechos humanos y sostenibilidad ambiental.

Solidarizamos con académicxs, funcionarixs y estudiantes de Chile y del mundo que ya han comenzado a recibir presiones censuradoras y medidas represivas. Eso es lo que pasa cuando las autoridades están más comprometidas con darle espacio al sionismo que con garantizar las libertades democráticas.

Celebramos la valentía estudiantil y saludamos la intifada universitaria global.

¡Viva Palestina libre! ¡Fin al genocidio y a la ocupación!

Coordinadora por Palestina

Fuente de la Información: https://rebelion.org/a-76-anos-de-la-nakba-en-medio-de-la-intifada-universitaria-global-contra-el-genocidio/

 

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El genocidio se recrudece

Las imágenes son impactantes, infantes bajo los escombros de edificios, mujeres y hombres desgarrados por las máquinas de matar, los tanques sionistas toman sus posiciones estratégicas en Rafah, el último reducto de sobrevivencia palestina, donde el cruce a Egipto es ocupado por las bestias militares israelíes y la entrada de ayuda humanitaria está totalmente suspendida, al tiempo en que las bombas ininterrumpidamente iluminan la oscura noche de un genocidio descarado y cínico, ante el cual el imperialismo estadounidense calla y juega con el doble discurso mientras sigue aportando millones de dólares, y las potencias de la Unión Europea y la OTAN se han olvidado de las sanciones económicas y políticas contra Israel, siendo que con total descaro no emiten mensajes pidiendo un alto al fuego, justo cuando se hablaba de una oportunidad para el avance en las negociaciones.

La ONU dice que es inaceptable la ocupación de Rafah, pero su discurso queda varado en el desierto de las hienas que devoran sus funciones y emprenden el avance del despojo territorial contra Palestina. Este genocidio es alevoso, se viene preparando desde hace más de 75 años, se ha saboreado en el comedor sionista inhumano entre gusanos y bestias que juran ser los “elegidos” asesinando en nombre de un Dios que jamás aceptaría la barbarie que hoy vivimos. En Israel, una parte de su población, con clara orientación sionista, baila y celebra este genocidio, gestos de una deshumanización profunda, pues ¿cómo se han olvidado de que ellos lo vivieron ante los nazis y hoy lo recrea su Gobierno sin un mínimo de conciencia contra el pueblo palestino? El genocidio se recrudece y ya nadie lo puede negar, aunque con formas legaloides haya quien busque desviar la verdad, hoy asistimos al infierno en la tierra, y las bombas, los tanques, las balas y la muerte avanzan con descaro por encima de toda humanidad.

Pero, así como un sector de la población israelí celebra la barbarie, también un importante segmento del pueblo de Israel se manifiesta contra el genocidio y pide el fin del gobierno de Benjamín Netanyahu, como ya se hacía antes del 7 de octubre del año pasado. Asimismo, en gran parte del mundo, los pueblos claman por el fin del genocidio; la juventud y los trabajadores y trabajadoras de muchas naciones, alzan la voz por un cese al fuego y por el derecho de Palestina de existir y ser libre. En países como Estados Unidos, Francia, México, Argentina, Cuba, España, Alemania y más, los estudiantes toman las universidades y los espacios públicos para rechazar la barbarie sionista, sin importar el incremento de la represión de los gobiernos aliados de este genocidio, pues nadie que se sienta humano puede seguir en silencio ante este crimen de lesa humanidad.

Es humanamente imposible no sentir dolor e indignación ante las imágenes de muerte y brutalidad en las que se observa el daño a infantes, mujeres y hombres; seres humanos. Es inconcebible estar en silencio frente al genocidio, no se puede callar sin ser cómplice. No es tiempo de ser indiferente y jugar a la neutralidad, los gobiernos del mundo deben romper relaciones con Israel y llamar en unión a un inmediato cese al fuego, y los pueblos hermandados debemos seguir hablando y clamando por la libertad palestina, por la justicia global y el fin de esta barbarie cuya esencia no es otra que la inhumana sinrazón del sionismo y el imperialismo. Callar no es opción ante el genocidio contra Palestina.

Fuente de la información: https://insurgenciamagisterial.com

Fotografía: El diario

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