El mundo académico de Brasil se ve cada vez más amenazado por la influencia de China. En los últimos años, las principales instituciones de enseñanza superior del país, establecieron asociaciones con instituciones chinas a un ritmo cada vez mayor, como la Universidad Estatal de Campinas (Unicamp) y la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG). Los expertos advierten de los riesgos de este creciente poder blando utilizado por Pekín para promover el modelo chino.
“La influencia de China en las universidades brasileñas nunca ha sido mayor”, dijo a Diálogo el periodista Gabriel de Arruda Castro, editor del periódico brasileño Gazeta do Povo. “Obviamente, esto abre la puerta a la presencia de representantes de un régimen autoritario, lo que no ocurre cuando Brasil establece asociaciones académicas con países como Alemania o Francia”.
En enero de 2023, Castro publicó un artículo señalando la creciente influencia de China en las universidades brasileñas. “Desde entonces, esta influencia incluso ha aumentado”, afirma. “Instituciones como la Universidad de Brasilia (UnB) y la Universidad Federal de Santa María, firmaron otras asociaciones o reforzaron las que ya tenían [con instituciones chinas]”.
Aunque los acuerdos entre universidades brasileñas y extranjeras son habituales, Castro señala que estos países respetan la independencia y la autonomía académica de sus centros de enseñanza. Las universidades chinas, en cambio, están sometidas al estricto control del Gobierno de Pekín. “Desde el punto de vista del régimen chino, no tiene ningún sentido financiar ningún proyecto que pueda criticar al modelo chino”, afirma Castro.
Amenaza silenciosa en Brasil
El poder blando de China también crece en las universidades de todo el mundo. La diferencia es que en Brasil crece silenciosamente, mientras que en otros países está causando preocupación, dice Castro.
En Inglaterra, por ejemplo, un reciente documental de Channel 4 indica que las universidades sufren “la injerencia del Estado chino y la represión de disidentes en suelo inglés. Pekín apunta cada vez más a los campus universitarios para ejercer una fuerte influencia en todo el mundo”, afirma un informe de 2023 del laboratorio de ideas estadounidense Council on Foreign Relations.
En Brasil, en cambio, la influencia china crece sin trabas entre los muros universitarios, dice Castro. “No hay debate en Brasil sobre los riesgos de abrir las puertas, sin mucho cuidado, a un régimen que es autoritario y tiene la costumbre de promover el espionaje”, afirma Castro. “Nadie se preocupa por esto en Brasil”.
Instituto Confucio
Parte de la influencia china en las universidades brasileñas es inyectada a través de asociaciones con el Instituto Confucio, una organización vinculada al Ministerio de Educación chino, cuya misión oficial es difundir su cultura y su lengua.
Con sedes en más de 150 países, el Instituto afirma en su portal que las asociaciones están “basadas en los principios de respeto mutuo, consulta amistosa, igualdad y beneficio mutuo”. Pero la organización es criticada en varios países por socavar la libertad académica en las universidades que la acogen, participar en actividades de espionaje industrial y militar, y promover las opiniones del régimen chino en temas como Taiwán.
El 13 de agosto de 2020, el Departamento de Estado de los Estados Unidos designó al Instituto Confucio como “misión extranjera” de China, y señaló en un comunicado que “promueve la propaganda global de Pekín y su campaña de influencia maligna en las aulas. Los Institutos Confucio están financiados por la República Popular China y forman parte del aparato de propaganda e influencia global del Partido Comunista Chino”.
En 2023, la Oficina Federal Alemana para la Protección de la Constitución, calificó al Instituto Confucio como herramienta de influencia política. Afirmó en su informe anual que “Las actividades y formas de cooperación de China amenazan con socavar la libertad académica en el ámbito de la educación y la investigación”, publicó la agencia alemana de noticias Deutsche Welle.
Mientras tanto, en Brasil, el Instituto Confucio se extiende a gran velocidad. En la actualidad, 13 universidades brasileñas cuentan con filiales de la organización. La más reciente se creó en septiembre de 2023, en la Universidad Federal de Bahía (UFBA), mediante un acuerdo con la Universidad de Shanghai.
Según el sitio web de la UFBA, también hay filiales del Instituto Confucio en la Universidad Federal Fluminense, la Universidad Estatal Paulista, la Unicamp, la UNB, la UFMG, la Universidad Federal de Río Grande do Sul, la Universidad de Pernambuco, la Universidad Federal de Ceará, la Universidad Estatal de Pará (UEPA), la Fundación Armando Alvares Penteado, la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro y la Universidad Federal de Goiás.
Castro afirma que, por lo general, las asociaciones con el Instituto Confucio no implican que China envíe fondos directamente a las universidades. Pekín sólo paga a los profesores de mandarín en los espacios físicos existentes. De este modo, las universidades no se benefician económicamente de las asociaciones, pero sí de estrechar lazos con China.
“Obviamente, en estos casos no se cuestiona la visión oficial del régimen. Por tanto, la promoción de la cultura china se mezcla con la promoción del régimen chino”, afirma Castro. “En mi investigación no encontré ninguna perspectiva crítica de China”.
El resultado de estas asociaciones suele ser la exaltación del modelo chino en las universidades brasileñas. La Universidad Federal de Santa Catarina y la UEPA, por ejemplo, ofrecieron en los últimos años el curso en línea: China 1949-2025: de un país muy pobre a la mayor economía del mundo. El programa incluía temas como La ayuda rusa, 100 años del Partido Comunista Chino, El socialismo chino, y Becas en China, según los portales de las universidades.
Asociación tecnológica
La otra forma de influencia china en las universidades brasileñas son las asociaciones de innovación tecnológica en áreas como la agricultura. “Son áreas que requieren inversión financiera, y las universidades públicas brasileñas no siempre tienen esa capacidad. Así que China interviene ayudando a financiar laboratorios, por ejemplo, teniendo en cuenta la importancia de Brasil como exportador de materias primas agrícolas”, dice Castro.
En su opinión, estas iniciativas pueden entrañar un gran riesgo de espionaje. “Tal vez porque no es percibido como un adversario directo de China, Brasil tiene un poco menos de este aspecto [del espionaje]. Pero tal vez haya aquí un ‘espionaje blando’: saber dónde está Brasil en determinadas áreas de conocimiento, para luego utilizarlo como ventaja estratégica en una posible competencia en algún área o para ofrecer soluciones”, dice.
“Esto es más o menos lo que hacen en África por otros medios. Es decir, satisfacen la demanda local de forma pragmática al principio, pero hacen que estos países dependan cada vez más de China”, agrega Castro.
“Antes de entrar en asociaciones, incluidas las que implican recursos financieros, con regímenes extranjeros autoritarios como China, nuestros investigadores deberían ser un poco más cuidadosos. Lo mismo deberían hacer los gobiernos, que casi siempre son los mantenedores de estas universidades”, remarca Castro.
El año pasado, a pocos meses de ocurrir la nueva escalada de violencia israelí-palestina, se llevaba a cabo la exposición Catástrofe, del artista Dor Guez, en el museo Laboratorio Arte Alameda de la Ciudad de México;[1] en ella se abordaba el conflicto y se exponían fotografías, objetos, diversas obras relacionadas con la vida cotidiana en ese territorio, así como también se proyectaban diversos elementos multimedia que invitaban al espectador a experimentar el conflicto (la catástrofe).
De esta exposición recuerdo claramente tres momentos. El primero se refiere a un video en el que se proyectaba el caso de una joven palestina que habitaba y trabajaba en Israel y, en alguna parte del video, entre llanto y dolor, la chica narraba el modo en que para evitar ser discriminada tuvo que cambiar su nombre de origen árabe por uno hebreo. El segundo momento se trató de una imagen en la que había uno o varios nopales y en la curaduría se explicaba que esta planta fue llevada desde América a esta región de Medio Oriente, donde el pueblo palestino la adoptó como un símbolo de resistencia. El último momento fue una actividad en equipos en la que se nos pidió a los asistentes marcar el contorno de la figura de una persona en papel Kraft y después, simulando que la figura dibujada era un territorio, se nos pidió que dentro de la figura marcáramos nuestras fronteras, heridas, cicatrices, traumas, etc.
A un año de esta exposición y a días de cumplirse un año de la reactivación de la violencia armada en aquella región, uniendo estas situaciones, me es necesario considerar que la cuestión palestina no es en absoluto ajena de la realidad nacional y latinoamericana. Por ejemplo, el caso de la chica palestina me llevó a recordar la situación de un familiar mexicano residente en el extranjero que decidió no darle su apellido a su hijo para evitar que sea objeto de discriminación, con lo que se borra parte de su identidad y origen. El uso del nopal como símbolo de la resistencia palestina frente al colonialismo, expansionismo e imperialismo tampoco es, en absoluto, algo ajeno a la resistencia y los símbolos que de ella emanan en la región latinoamericana frente a procesos históricos análogos. Por último, la cuestión de simular el contorno del cuerpo como territorio, me lleva a pensar en el tratamiento de la memoria como elemento epistémico-ético-político desarrollado por pensadores judío-alemanes en el contexto de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, el cual no puede ser inconsecuente con la catástrofe humanitaria que está padeciendo el pueblo palestino actualmente: la violencia totalmente desproporcionada del ejército israelí, las pérdidas humanas, las mutilaciones, las heridas, el exterminio étnico, los desplazamientos forzados, los crímenes de guerra, la destrucción de hogares, edificios, escuelas y hospitales, etcétera.
La memoria y el vínculo de la cuestión palestina con América Latina
El conflicto israelí-palestino, como es bien sabido, se reactivó cuando el 7 de octubre de 2023 miembros de la organización fundamentalista Hamás ingresaron a territorio israelí y asesinaron a cerca de 1 200 personas y tomaron como rehenes a 251 más. A partir de ahí, ha ocurrido una respuesta del Estado israelí que, más que una defensa a su pueblo y su soberanía, se ha convertido en una reacción totalmente desproporcionada de su parte y se ha tornado en una ofensiva de exterminio étnico y expulsión de palestinos de su territorio. Según datos de Naciones Unidas, para fines de marzo de 2024, los muertos israelís se mantenían en 1 200, mientras que los muertos palestinos ascendían a 32 623.[2] Asimismo, Amnistía Internacional publicó que, a mitad de mayo de 2024, el desplazamiento forzado de palestinos por el actual conflicto era de aproximadamente 2 000 000 de personas,[3] y según el portal The Palestine Chronicle, hasta el 4 de octubre de 2024, se contabilizan 41 788 muertos, 96 794 heridos y 10 000 desaparecidos en territorio palestino.[4]
De acuerdo con estos datos ¿podemos decir si estamos frente a un genocidio del pueblo palestino? Según el Diccionario de la Real Academia Española, genocidio es definido como “Exterminio o eliminación sistemática de un grupo humano por motivo de raza, etnia, religión, política o nacionalidad”.[5] En consecuencia, desde nuestro punto de vista, es innegable que sí se está ante uno, pues lo que está ocurriendo en Palestina corresponde a esta definición. Vale tan solo citar las palabras de Craig Mokhiber en su Carta de renuncia como director de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Nueva York, donde señaló:
Una vez más, somos testigos de un genocidio que se desarrolla ante nuestros ojos, y la Organización a la que servimos parece impotente para detenerlo […]
[…] la actual matanza del pueblo palestino, arraigada en una ideología colonial etnonacionalista, una continuación de décadas de persecución y limpieza sistemáticas, basadas enteramente en su condición de árabes, y junto con declaraciones explícitas de intenciones por parte de los líderes del gobierno y el ejército israelíes, no deja lugar a dudas ni debates. En Gaza, hogares, escuelas, iglesias, mezquitas e instalaciones médicas están siendo atacados sin motivo y miles de civiles están siendo masacrados. En Cisjordania, incluida la Jerusalén ocupada, las viviendas son confiscadas y reasignadas únicamente en función de la raza. Además, los pogromos violentos perpetrados por los colonos van acompañados de unidades militares israelíes. En todo el país reina el apartheid.
Este es un caso de genocidio de manual. El proyecto colonial europeo y etnonacionalista de colonización en Palestina ha entrado en su fase final, hacia la destrucción acelerada de los últimos vestigios de la vida palestina autóctona en Palestina. Lo que es más, los gobiernos de los Estados Unidos, el Reino Unido y gran parte de Europa son totalmente cómplices de este horrible asalto. Estos gobiernos no solo se niegan a cumplir con sus obligaciones de «garantizar el cumplimiento» de las Convenciones de Ginebra, sino que arman activamente la ofensiva, brindan apoyo económico, inteligencia y encubren política y diplomáticamente las atrocidades de Israel. [6]
Ante esto, valdría la pena entonces retomar los postulados de algunos pensadores judío-europeos, como Walter Benjamin, quien planteaba la necesidad de peinar la historia a contrapelo y de frenar la locomotora del progreso capitalista.[7] Se trata de un pensador del cual parten otros autores para sustentar la cuestión de la memoria.[8] Inserta en una crítica al fascismo y a las izquierdas que hacían eco del progreso capitalista en los años treinta del siglo XX, esta noción apunta contra la tradición historicista y positivista de hacer la historia desde el vencedor, sin interpretación de los hechos, sin juicios o valoraciones, una narrativa que solo cosifica el pasado y concuerda con los que ejercen la dominación.
Proveniente de la teología judaica, en Benjamin la memoria consiste en la redención de los muertos, y tiene por objeto recuperar a las víctimas, a los abatidos y a los caídos que el progreso ha dejado a su paso. De tal forma, la radicalidad de esta noción ocurre cuando ésta se encuentra y se vincula con las luchas de los oprimidos, y así de lo que se trata es de llevar a cabo “la obra de la liberación en nombre de tantas generaciones de vencidos.”[9] Apunta este filósofo:
Encender en el pasado la chispa de la esperanza es un don que sólo se encuentra en aquel historiador que está compenetrado con esto: tampoco los muertos estarán a salvo del enemigo si éste vence. Y este enemigo no ha cesado de vencer.[10]
Para Benjamin, la revolución comunista no podía sustentarse en la concepción del progreso capitalista, pues en ella está el germen de la catástrofe que ve el Angelus Novus.[11] En consecuencia, desde el judaísmo, propone introducir en el materialismo histórico la idea de mesianismo, que en un sentido secular, puede considerarse como el momento en que la revolución irrumpe al cuestionar desde un hecho singular el desenvolvimiento de historia, desde el pensar que las cosas pueden suceder de otro modo, desde el considerar que el mundo en el que vivimos puede ser otro, desde un reclamo humano de justicia para las víctimas, los muertos y los olvidados.
La memoria intenta impedir que el olvido, como mecanismo destructivo del progreso capitalista, se reproduzca. Sin embargo, ésta no consiste en un simple recordar o tener presente algo para no repetir errores, sino que es un elemento que recupera las heridas y hace presentes las injusticias, los muertos, las víctimas, los oprimidos y los proyectos frustrados del pasado.[12] Una nueva vida social no puede continuar con una lógica que lleva en sí la catástrofe. Por tal motivo, la memoria se convierte en un instrumento de resistencia, de reivindicación frente a lo que intenta ser olvidado y de revisión crítica de la historia.[13] Asimismo, la memoria nos permite confrontar las narrativas elaboradas en el desarrollo capitalista que legitiman el exterminio de lo otro, así como también permite mostrar sus saldos negativos y de muerte.
Posterior a Benjamin, la propuesta teórica de lafilosofía después de Auschwitz ha retomado también el tratamiento de la memoria presente en el judaísmo, señalando que ésta podría permitir que la Modernidad sea realmente “incluyente” y en donde la permanencia de lo particular sea garantía de una universalidad no totalitaria.[14] Por lo anterior, más que una categoría estrictamente formal, la memoria consiste en una herramienta que permite “recuperar el pasado desde una postura ética y política”,[15] pero también crítica.
En consecuencia, esta corriente señala algo importante para lo que está sucediendo actualmente: no debe olvidarse que a pesar de las dimensiones humanas en las que está inserta la fábrica de la muerte de Auschwitz, el Holocausto no fue el primer genocidio ocurrido en la llamada Modernidad, sino que anterior a él existieron otros, entre los que destaca el ocurrido en América Latina durante su conquista. Tal idea, presente en esta filosofía no pueden por tanto ser inconsecuente con lo que está ocurriendo en aquella región. Es aquí precisamente donde la apariencia de lo distante de la cuestión palestina se difumina y permite pensar en la lógica que nos une a la totalidad.
No debe considerarse que el genocidio que está padeciendo el pueblo palestino es algo totalmente ajeno a nuestra historia latinoamericana. Ubicada históricamente en el proceso de acumulación originaria (expropiación originaria) descrito por Marx en el Libro I de El capital, la conquista de América es un antecedente de la catástrofe y el exterminio en el sistema capitalista. Al respecto, no debe quedar en el olvido que cerca de veinte millones de vidas fue el costo humano de la conquista de este continente, de ahí que se piense que éste fue el primer Holocausto de la historia moderna.[16] En el caso de nuestro país, se estima que entre los primeros treinta años transcurridos desde el desembarco de Hernán Cortés a estas tierras, “la población del México central se había reducido de veinticinco a aproximadamente seis millones de hombres. Esto significa que la conquista, solamente en México, tuvo una secuela de diecinueve millones de víctimas”.[17] Además de esto, se calcula que de “1508 a 1860 cruzaron el Atlántico más de quince millones de negros y otros tantos murieron durante la travesía, víctimas de los ‘filántropos’ esclavistas portugueses, españoles, franceses y, sobre todo, británicos”.[18] Y aún más, se estima que durante la colonización de África, este continente perdió “en algo más de tres siglos, de 50 a 100 000 000 de personas, entre deportadas y muertas”.[19]
A esto se debe de recordar los múltiples genocidios cometidos bajo la expansión del sistema capitalista por el mundo: guerras interimperialistas; los lanzamientos de bombas nucleares en Japón; los golpes militares, las dictaduras y el exterminio de disidentes en América Latina; la guerra de Vietnam; la guerra de los Balcanes; el genocidio en Ruanda, etc. Por tanto, el progreso capitalista, que se devela en Marx como una lógica de subsunción formal y real de la naturaleza y el trabajo, no es más que una lógica destructiva (de catástrofe según Benjamin) que integra y subordina, y sobre las determinaciones de reproducción de las necesidades humanas, establece determinaciones de explotación, dominio y mercantilización.
Esto es precisamente lo que hace posible que en el siglo XXI el sionismo se convierta en un neofascismo y que el Estado de Israel bajo los principios de éste se convierta en parte de la expansión imperialista occidental (estadounidense), esa es su misión “civilizatoria” en la región. Por tal motivo, es importante precisar clara y contundentemente que lo que está ocurriendo en Palestina es un genocidio y por tanto no debe ser olvidado ni borrado ni subestimado por las narrativas del sionismo y el imperialismo norteamericano.
*Politólogo por la UAM-I, maestro en filosofía por la UNAM y doctorante por la UAM-X.
[12] Adorno señala que “El poder de la memoria es traer al presente el pasado, pero no cualquier pasado, sino el pasado ausente”, aquel que se quiere dejar en el olvido. Citado por Reyes Mate, Memoria de Auschwitz. Actualidad moral y política, Trotta, Madrid, 2003, p. 153.
[13]Cfr. Mauricio Pilatowsky, “La Filosofía después de Auschwitz en Latinoamérica”, en Reyes Mate y Ricardo Forster. El judaísmo en Iberoamérica, Trotta, Madrid, 2007.
[16]Cfr. Hans Magnus Enzensberge, “Las casas, o una mirada retrospectiva hacia el futuro”, en El interrogatorio de la Habana y otros ensayos, Barcelona, Anagrama, 1973, p. 145.
[18] D. Riazanof, “Notas aclaratorias”, en C. Marx y F. Engels, Biografía del Manifiesto comunista, 9ª ed., México, Compañía General de Ediciones, 1974, p. 115.
[19] Juan Brom, “13. El sistema capitalista”, en Para comprender la historia, México, Grijalbo, 2003, p.106.
China vuelve a sorprender al mundo con un espectáculo de drones
El tema del espectáculo se tituló “Ciudad en el cielo, con grandes posibilidades”. Foto: Xataka.
China batió dos récords Guiness el pasado 26 de septiembre debido al mayor número de drones participantes en una exhibición de luces y también al mayor número de drones controlados por un mismo ordenador.
Medios de prensa de ese país reportaron el espectáculo realizado en el cielo de Shenzhen, ciudad localizada en la costa sureste, en el cual participaron 10 197 drones, coordinados mediante un solo ordenador para formar figuras e iluminar el nocturno cielo.
La tecnología de los drones, capaces de encenderse y apagarse, al mismo tiempo que se desplazan y cambian su tonalidad de luz, originaron varias figuras. Entre ellas destacaron el skyline de la ciudad o el pájaro Dapeng, un animal mitológico chino muy importante en la cultura de la nación.
El tema del espectáculo se tituló “Ciudad en el cielo, con grandes posibilidades” y se realizó en el Shenzhen Bay Park. De acuerdo con videos en redes sociales, una gran cantidad de viandantes se quedó perpleja, capturando el show con teléfonos.
La semana del 1 al 7 de octubre resulta sumamente importante para China. Si bien su día nacional es el primero de mes, lo cierto es que las celebraciones por el aniversario 75 de la fundación del país como República Popular se expanden durante la semana.
Según ha trascendido, durante los festejos, los habitantes disponen de vacaciones y el Gobierno organiza espectáculos en cinco diferentes localizaciones para siete días consecutivos.
China es el país que más drones fabrica y exporta. No para de confeccionar distintos tipos, ya sea para fines civiles, artísticos o militares, puesto que también resulta una tecnología apreciada en los conflictos armados, como se ha podido comprobar durante los últimos años en Ucrania.
En video, la exhibición
Fuente de la Información: http://www.cubadebate.cu/noticias/2024/10/06/china-vuelve-a-sorprender-al-mundo-con-un-espectaculo-de-drones-video/
“Ensangrentados, magullados y destrozados”: más de 690 niños habrían resultado heridos en Líbano en las últimas seis semanas
UNICEF pide un alto el fuego para proteger a los niños mientras aumentan drásticamente las lesiones físicas y el sufrimiento psicológico
Amir, de 8 años, resultó herido el 23 de septiembre en el sur del Líbano durante la peligrosa escalada del conflicto en el Líbano. Ahora está siendo tratado en uno de los hospitales públicos de Beirut.
AMÁN, 4 de octubre de 2024 – Se informa que más de 690 niños han resultado heridos en el Líbano a medida que el conflicto se ha intensificado drásticamente en las últimas semanas.
Desde el 20 de agosto, el número de niños heridos en el conflicto ha aumentado drásticamente, elevando el número total de heridos en el último año a 890 al 2 de octubre, según el Ministerio de Salud Pública libanés.
“Este desastroso conflicto está cobrando un precio tremendo entre los niños”, dijo la directora regional de UNICEF, Adele Khodr. “Los médicos nos cuentan que han tratado a niños ensangrentados, con hematomas y destrozados, que sufren tanto física como mentalmente. Muchos sufren ansiedad, recuerdos y pesadillas relacionados con las explosiones. Ningún niño debería verse sometido a situaciones tan horribles”.
Las lesiones más comunes que se han registrado entre los niños incluyen conmociones cerebrales y traumatismos craneoencefálicos por el impacto de las explosiones, heridas por metralla y lesiones en las extremidades. La pérdida de audición causada por las explosiones también es común.
Según el Ministerio de Salud Pública del Líbano, en el último año han sido asesinados al menos 127 niños, y más de 100 de estas muertes ocurrieron sólo en los últimos 11 días.
“No son meros números. Son niños inocentes que tenían sueños y un futuro como cualquier otra persona”, añade Khodr.
Mientras tanto, se estima que más de 400.000 niños han sido desplazados de sus hogares, lidiando con el miedo, la ansiedad, la destrucción y la muerte en un entorno incierto y desconocido, y sin saber cuándo regresarán a sus hogares o a la escuela. UNICEF está especialmente preocupada por las repercusiones a largo plazo de estos acontecimientos en su salud mental.
El sistema de salud del Líbano está bajo una enorme presión debido al creciente número de víctimas y se ha visto afectado directamente por el conflicto: al menos 10 hospitales han sufrido daños, incluida una unidad de cuidados intensivos neonatales.
En respuesta, UNICEF ha entregado 100 toneladas de suministros médicos de emergencia y se espera que se envíen otras 40 toneladas durante el fin de semana. Estos suministros se están distribuyendo a hospitales, centros de atención primaria de la salud, clínicas temporales y equipos de respuesta inmediata para brindar atención vital a familias, especialmente mujeres embarazadas y niños, en todo el Líbano. UNICEF también está apoyando los servicios médicos en 50 refugios y las sesiones de apoyo psicosocial.
Dada la magnitud de las necesidades en el Líbano, UNICEF hace un llamamiento urgente a la comunidad internacional para que movilice apoyo humanitario y garantice que las rutas de suministro hacia el Líbano permanezcan abiertas, permitiendo la entrega rápida y segura de ayuda vital a los niños necesitados.
UNICEF sigue pidiendo un alto el fuego urgente e insta a todas las partes a proteger a los niños y la infraestructura civil y a garantizar que los actores humanitarios puedan llegar de forma segura a los necesitados, de conformidad con sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario.
Fuente de la Información: https://www.unicef.org/press-releases/bloodied-bruised-and-broken-more-690-children-reportedly-injured-lebanon-last-six
De urgencia, como respuesta a la escalada de agresiones en Líbano, así se reunirá hoy la Asamblea General de las Naciones Unidas en su sede en Nueva York, después de casi un año de citas en las que no se ha conseguido detener el genocidio en Gaza, y tras varios días de ofensiva israelí contra el país vecino, que ha dejado cientos de víctimas mortales en poco más de una semana.
Ayer, en su discurso ante los estados miembros, el Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres alertaba de que “Líbano está al borde del colapso”, y calificaba a Gaza de “pesadilla interminable que amenaza al resto de la región”, “el mundo no se puede permitir otra Gaza”, alertaba. Poco después, en su última intervención ante las Naciones Unidas, el presidente estadounidense Joe Biden defendía su “determinación” desde el 7 de octubre por “evitar una guerra más amplia que afecta a toda la región”, mientras insistía, en que “aunque la situación haya escalado “una situación diplomática aún es posible”.
Mientras se repiten discursos ya conocidos, ante la inminente asamblea extraordinaria de Naciones Unidas, el primer ministro, Benjamin Netanyahu se prepara para viajar a Estados Unidos, pues se dirigirá ante la Asamblea General de la ONU el próximo jueves. Según publicaban las noticias del Channel 12 israelí, recogiendo el testimonio de miembros del gobierno, este viaje de Netanyahu ha despertado críticas al considerar que se ausentará del país durante un momento crítico, gesto que consideran “irresponsable”.
Más allá de la retórica y de las llamadas a la desescalada, lo cierto es que una vez más Israel es quien está cometiendo el grueso de las ofensivas: un cálculo elaborado por Al Jazeera refleja que desde el 8 de octubre, Israel habría realizado 8.300 ataques contra Líbano, cuatro veces más que los lanzados por la milicia, que raramente dejan víctimas mortales.
De hecho, durante la jornada de ayer, el conteo de víctimas libanesas de la ofensiva israelí no paraba de aumentar hasta llegar a las 569, un goteo que no ha cesado durante el día de hoy, mientras el ejército sionista continua con sus bombardeos. La ofensiva también dejó al menos 1.835 heridos. Hezbollah por su parte ha incrementado el número de cohetes lanzado contra Israel, llegando a enviar 300 de estos artefactos durante la jornada del martes. También disparaba un misil tierra-tierra contra los cuarteles generales del Mossad en Tel Aviv, interceptado por el escudo antimisiles de Israel.
Si el aumento continuo en el recuento de víctimas libanesas recuerda al escenario gazatí, también lo hace la proliferación de personas buscando refugio, muchas tras haber recibido mensajes del ejército sionista empujándolos a la “evacuación”. En los últimos días miles de personas se dirigen hacia el Norte, hacia las montañas y hacia Beirut, especialmente después de que Nasser Yassin, ministro de Medio Ambiente, anunciara la apertura de 252 escuelas para las personas desplazadas, donde ya se refugian 27.000 personas. Ya en agosto, Naciones Unidas hablaba de más de 110.000 residentes libaneses del sur desplazadas.
También se repite el argumentario israelí para fijar los objetivos de su ofensiva: del mismo modo que el Estado sionista lleva casi un año insistiendo en que continuará su “guerra contra Hamás” hasta que hayan vuelto todas las personas hechas prisioneras el 7 de octubre, el ministro de defensa Yoav Gallant visitaba ayer las tropas desplegadas en el Norte de Israel, provenientes de Gaza, anunciando que la ofensiva seguiría hasta que los israelís pudiesen restablecerse en las ciudades y asentamientos del Norte, mientras se puso sobre la mesa una invasión terrestre al Líbano, según recogía The Israel Times. En un post dirigido a Antonio Guterres, el ministro de Gallant le contestaba “la pesadilla de la que habla ya es un hecho”, y acusaba a las Naciones Unidas de no cumplir su obligación de evitar los ataques de Hezbollah.
Los ataques israelís se han cobrado esta semana también en Líbano la vida de dos periodistas, el cámara de Al-Manar TV, Kamel Karaki asesinado en la ciudad Qantara del Sur del Líbano, según reportaban los medios locales, y el periodista Hadi al-Sayed, quien trabajaba en el canal de televisión libanés Al Mayadeen, y fue asesinado en su casa por un bombardeo israelí. Estas dos últimas víctimas se sumarían a los otros tres periodistas muertos bajo fuego israelí desde el 7 de octubre, según reporta la Federación Internacional de Periodistas.
La violencia israelí contra Líbano ha generado la indignación de organizaciones internacionales como Amnistía Internacional, cuya secretaria general, Agnes Callamard, señalaba ayer en una entrevista en Al Jazeera: “Israel está cometiendo violación tras violación de la ley internacional”, tras enumerar los ataques indiscriminados en Gaza, el asesinato de trabajadores humanitarios o de periodistas. Callamard señalaba también a los gobiernos que siguen armando al estado sionista, especialmente Estados Unidos, donde ayer miles de manifestantes se concentraron en las principales ciudades exigiendo el cese del apoyo militar a Israel por parte de la superpotencia y un embargo de armas.
El genocidio en Gaza no cesa
No por estar desplegando su violencia contra la población libanesa Israel ha aflojado su ofensiva contra Gaza, al contrario, el ejército sionista ha recrudecido los ataques contra el centro de la franja, y la ciudad de Khan Younis en el Sur, cuya parte oriental ha sido totalmente arrasada. También el campo de refugiados de Nuseirat ha sido objeto de múltiples ataques aéreos. Desde el castigado territorio llegan testimonios sobre familias enteras masacradas. Entre ellas, una mujer embarazada y sus cuatro hijos, asesinados en Rafah en el bombardeo de una vivienda.
Y es que, según denuncia la Defensa Civil palestina, Israel está intensificando la destrucción de edificios residenciales. Esta organización denuncia el bombardeo de ocho viviendas y la muerte de 53 palestinos entre Khan Younis y Rafah solo el martes. Mientras, las cifras de personas asesinadadas en Gaza es de al menos 41.467 con por lo menos cerca de 100.000 personas heridas, apuntan los datos del Ministerio de Salud.
Incursiones y arrestos en Cisjordania
Mientras bombardea Líbano y Gaza, Israel ha hecho de Cisjordania un campo de incursiones militares continuas, como las que ayer martes, en las inmediaciones de Hebrón, de Nablús o de Belén, se tradujeron en la detención de varios palestinos, según la agencia de noticias Wafa.
En total son ya casi 500 los y las palestinas asesinadas en Cisjordania, 116 de ellas niñas, unas 3.500 las personas desplazadas, y 11.000 las detenidas desde el 7 de octubre. El territorio ocupado vive un deterioro sin precedentes, con una crisis económica que se deja sentir sobre los hogares palestinos.
Por otro lado, el pasado domingo, soldados enmascarados israelíes invadieron las oficinas de Al Jazeera en Ramallah, acusando a la redacción de incitar al terror, y entregando una orden de cierre por 45 días. Organizaciones como Reporteros Sin Fronteras, han denunciado la acción, calificándola de “censura sin precedentes”.
Las autoridades gazatíes hacían público el pasado domingo un documento de 649 páginas recogiendo las 34.000 víctimas identificadas de la masacre israelí. Un tercio de ellas son niños y niñas.
Las autoridades palestinas publicaban el domingo 15 de septiembre la lista de las víctimas mortales de la ofensiva israelí que se cierne sobre Gaza desde el pasado 7 de octubre. Un total de 649 páginas en las que figuran los nombres de las más de 34.000 personas asesinadas por el ejército sionista que el Ministerio de Salud gazatí ha podido identificar. El número es inferior a las casi 42.000 bajas confirmadas y queda lejos de la estimación de 186.000 muertos que incluía la revista científica The Lancet en un artículo publicado el pasado junio.
Publicada en la cuenta de Telegram del Ministerio, la lista se detiene a finales de agosto, siendo testigo, con sus primeras 14 páginas completas de nombres de bebés asesinados en casi un año de masacre en la Franja, del alcance letal de la ofensiva, que se ha cebado particularmente en la infancia, siendo un tercio de las personas asesinadas niñas y niños, según las autoridades gazatíes.
A pesar de la dificultad para mantener un registro de las muertes en un territorio devastado por los bombardeos y en el que el sistema hospitalario ha colapsado, actores como el equipo de investigación Airwas, identificaba una correspondencia notable entre las cifras oficiales distribuidas por el ministerio y los reportes en las redes de los habitantes en Gaza.
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— Dr Prital Patel (@prital_) September 16, 2024
“Las primeras 14 páginas son de menores de un año, las primeras 14 páginas son de menores de un año”, repetía en las redes sociales la científica experta en salud pública Prital Patel, recogiendo el documento. “Los funcionarios de Biden han pasado casi un año intentándonos convencer de que la masacre de bebés forma parte del derecho a Israel a defenderse”, clamaba por su parte la académica Assal Rad.
Y es que, según señalaban ayer lunes en una rueda de prensa conjunta en Ginebra, varios expertos de Naciones Unidas, los días de impunidad para Israel pueden estar llegando a su fin. “Creo que es inevitable que Israel se convierta en un estado paria frente a su continuo, imparable y humillante asalto a las Naciones Unidas, por encima de millones de palestinos”, decía Francesca Albanese, una de las expertas convocadas por el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Estas voces críticas han puesto en cuestión la continuidad de la membresía del estado sionista en las Naciones Unidas.
Ajeno a la conmoción causada en la comunidad internacional por lo que se ha definido como un “genocidio de niños”, Israel asesinaba a 35 palestinos en Gaza solo ayer, mientras bloquea el 83% de la ayuda alimentaria destinada a la Franja, donde medio millón de personas están expuestas a la hambruna. Al mismo tiempo, personas refugiadas en las costas, en los alrededores de Deir al-Balah y Khan Younis, han visto estos días cómo la subida de la marea mojaba sus tiendas, suponiendo un nuevo desafío ante un nuevo invierno que se acerca sin que ceje el genocidio.
El Parlamento de Irak tramita una iniciativa legislativa contra las mujeres que busca socavar el principio de igualdad de género y permitiría el matrimonio de niñas a partir de los nueve años, entre otros retrocesos, lo que pondría en peligro aún más los derechos en un país cada día más islamizado.
De aprobarse la enmienda, se desatarían “efectos desastrosos”, advierte Human Rights Watch (HRW), ya que pondría en manos de los religiosos asuntos como el matrimonio, el divorcio y la herencia.
En un comunicado, la organización defensora de los derechos humanos explica que esta iniciativa parte de una enmienda presentada por el diputado Raad al Maliki a la Ley del Estatuto Personal, aprobada en abril pasado y que ya criminaliza las relaciones entre personas del mismo sexo y las intervenciones médicas de afirmación de género, entre otros derechos.
Los legisladores iraquíes han completado la primera lectura del proyecto del ley, pero aún quedan otras dos lecturas del borrador antes de someterse a votación.
Matrimonio a los 9 años; adiós al divorcio y la herencia
“Si se aprueba, tendría efectos desastrosos para los derechos de las mujeres y las niñas garantizados por el derecho internacional al permitir el matrimonio de niñas a partir de los 9 años, socavando el principio de igualdad en la ley iraquí y eliminando las protecciones para las mujeres en materia de divorcio y herencia“, advierte HRW.
La investigadora Sarah Sanbar, de HRW, afirma que “legalizar el matrimonio infantil privaría a innumerables niñas de su futuro y bienestar (…) Las niñas pertenecen a la escuela y al patio de recreo, no a un vestido de novia”, añade.
La enmienda propuesta, la tercera de este tipo tras las rechazadas por el Legislativo en 2014 y 2017, “legalizaría, en lugar de intentar revertir, el importante y creciente problema del matrimonio infantil en Irak”, lamenta la defensora de los derechos humanos.
Las mujeres, a merced de las escuelas islámicas
Según el proyecto legislativo, las parejas que celebren un contrato matrimonial podrían elegir si se aplican las disposiciones de la Ley del Estatuto Personal o las de escuelas islámicas específicas de jurisprudencia.
Si las parejas pertenecen a distintas escuelas del islam, se aplicaría la del correspondiente al marido. Esto “consagraría el sectarismo en Irak”, asegura Sanbar.
Un ejemplo, según HRW, sería la escuela de derecho Jaafari, seguida por muchos iraquíes chiíes, y que permite que las niñas se casen a partir de los 9 años de edad y los niños a partir de los 15.
La Ley del Estatuto Personal iraquí establece la edad legal para contraer matrimonio en 18 años, o en 15 con el permiso de un juez y “dependiendo de la madurez y capacidad física” del niño, lo que ya contraviene las normas jurídicas internacionales”.
“El proyecto de enmienda también autenticaría los matrimonios no registrados, es decir, los celebrados por líderes religiosos pero no están registrados en los tribunales del estatuto personal y son ilegales según la actual Ley del Estatuto Personal”, subraya HRW.
Se eliminarían los castigos penales para los hombres que contraigan estos matrimonios y permitiría que los líderes religiosos, en lugar de los tribunales, finalicen los matrimonios.
Sanbar ha reclamado a los diputados iraquíes “rechazar los intentos de despojar a las mujeres y las niñas de sus protecciones legales y negarse a anular décadas de derechos ganados con mucho esfuerzo”.
Si no lo hacen, advierte, “las generaciones actuales y futuras de mujeres iraquíes seguirán estranguladas por un sistema jurídico patriarcal opresivo”.
Irak, un país cada día más islamizado
La mayoría de la población de Irak, de unos 45 millones de habitantes, pertenece a la rama chií del islam, mientras que los suníes y los kurdos se reparten la minoría restante. Aunque los chiíes han sido siempre más, al igual que en la vecina Irán, el poder en Irak lo han tenido históricamente los suníes, que gobernaron con mano de hierro especialmente durante el régimen de Sadam Husein.
La Constitución de 2003, redactada y aprobada durante la ocupación estadounidense, dio un giro al juego político. A partir de ese momento, los chiíes tienen el poder ejecutivo, es decir, el Gobierno; los suníes, el Legislativo; y los kurdos, la Presidencia. Desde entonces, el poder chií no ha hecho más que aumentar y, con ello, la islamización de la sociedad. En los últimos años se ha venido observando un retroceso de los derechos de las mujeres.
Aún así, la Constitución iraquí reserva el 25% de los escaños del Parlamento a las mujeres, otra cosa es que se las escuche y puedan con esa minoritaria representación parar acciones legislativas como la que ahora se dispone a aprobar el Parlamento.
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