La escalada del conflicto está agravando años de crisis para los niños y las familias.
Incluso antes de la reciente escalada del conflicto, muchas familias del Líbano se encontraban al borde de la ruina debido a múltiples e implacables crisis, incluido un colapso económico devastador que ha disparado los índices de pobreza. La actual escalada está teniendo un efecto catastrófico sobre los niños y las comunidades vulnerables.
¿Qué está pasando en el Líbano?
Cientos de niños han muerto o resultado heridos, cientos de miles han sido desplazados y muchos otros corren peligro debido a las hostilidades en curso. Miles de niños y familias viven ahora en las calles o en refugios; muchos han huido de sus hogares sin suministros ni pertenencias esenciales. Las condiciones humanitarias empeoran cada hora.
A medida que el conflicto se agrava, el costo psicológico para la población, en particular entre los niños y los jóvenes, va en aumento. Casi todos los niños del Líbano se han visto afectados de alguna manera. Muchos han sido víctimas de bombardeos, han perdido a sus seres queridos, sus hogares y el acceso a la educación. Ahora se enfrentan a un futuro incierto.
Los bombardeos continuos están alterando y dañando cada vez más los servicios esenciales de los que dependen las familias, al tiempo que los niños en el Líbano corren un riesgo cada vez mayor de sufrir problemas de salud y protección, incluidas enfermedades transmitidas por el agua como el cólera, la hepatitis y la diarrea.
El conflicto se suma a la situación ya frágil de decenas de miles de familias en el Líbano. El país se ha visto afectado por una serie de crisis implacables en los últimos años, incluida la enorme explosión del puerto de Beirut, el impacto de la pandemia de COVID-19 y el quinto año de un colapso económico devastador.
Fuente de la Información: https://www.unicef.org/emergencies/lebanon-emergency
El Ejército israelí atacó el hospital de Al-Aqsa donde se encontraban refugiados al menos un millón de palestinos desplazados. El ataque dejó al menos cuatro muertos y más de 40 heridos, entre los que se encuentran personas quemadas tras un incendio causado por el bombardeo. El Ejército de Israel, como es habitual, dijo que estaba atacando un centro de comando de Hamás. Nuestros corresponsales en Jerusalén para Israel y los Territorios Palestinos, Federico Cué Barberena y Janira Gómez Muñoz, ampliaron la información sobre la situación en la Franja de Gaza y los últimos ataques entre Israel y Hezbolá.
Un nuevo 2 de octubre se nos traviesa: en México 56 años sin verdad ni justicia sobre la masacre del Estado mexicano -a través de sus policías, militares y paramilitares- en Tlatelolco con miles de muertos, desaparecidos, heridos y presos políticos-; en el mundo es el día mundial de la noviolencia, en memoria de los 157 años del nacimiento de Gandhi.
Recién está comenzando un nuevo gobierno en México, encabezado por Claudia Sheinbaum, continuidad en mucho del anterior de López Obrador, donde se plantea continuar con la transformación y el cambio de régimen en el país. Existen algunas fundadas esperanzas -por diferentes razones y siempre con reflexión- que se pueda avanzar con firmeza en alguna vuelta de tuerca importante en este proceso, pero su buen resultado dependerá de la organización, compromiso, co-operación y vigilancia de las organizaciones, movimientos sociales y ciudadanía en general a partir de sus luchas y demandas. Respecto a la masacre de Tlatelolco, y la Guerra Sucia del Estado mexicano contra los opositores, los comisionados del mecanismo de Esclarecimiento Histórico de la Comisión para la Verdad sobre la Guerra Sucia, entregaron a la nueva presidenta su informe final: “Fue el Estado (1965-1990)”, con la exigencia que se revise a fondo y “se haga un reconocimiento público de parte de la autoridad de que se han cometido estas graves violaciones y el compromiso de investigar y castigar a los responsables”.
En la primera conferencia mañanera de Claudia, autonombrada “hija del 68” por la lucha allí de su madre, ya se avanzó algo en esta demanda más que urgente, justa y necesaria: “En cumplimiento a la instrucción de la Presidenta y con la convicción de la responsabilidad histórica que han otorgado millones de mexicanos, me dirijo a ustedes para pronunciarnos en nombre del Estado mexicano por los actos cometidos el 2 de octubre de 1968. Este crimen de lesa humanidad fue ideado desde la más alta autoridad del Poder público y la responsabilidad recayó en el entonces Presidente, un acto de represión estudiantil, decenas de muertos, heridos y detenidos y torturados. En este acto nos dirigimos a las familias y a los sobrevivientes de aquel periodo, pues son ellos quienes se encargaron de tener viva la memoria y continuar con la lucha y exigencia de justicia. Tenemos la responsabilidad de garantizar que se reconozcan los crímenes hace 56 años y por ese motivo el Estado mexicano ofrece una disculpa pública a todas las personas que perdieron un ser querido o fueron Víctimas de los crímenes de lesa humanidad de esa noche, hechos como este no pueden volver a repetirse”, dijo la titular de la secretaría de Gobernación. Declaración positiva que ojalá inicie realmente un periodo de verdad, justicia, reparación y acompañamiento a los familiares de las víctimas no sólo de la Guerra Sucia, sino también para los de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala y para los de los más de 130 mil desaparecidos que hay en México actualmente, agrupados en centenares de colectivos. Ahí sí estará una de las principales claves de una verdadera construcción de paz en el país, lo que es asimismo un gran “debe” del gobierno saliente.
No dejen de hablar del Genocidio en Palestina
Cuesta creer y tomar consciencia que ya ha transcurrido un año -televisado en directo las 24 hrs.- desde el inicio de este proceso genocida del gobierno sionista israelí -junto a la múltiple complicidad y silencio internacional de todo tipo, empezando por el gobierno de Estados Unidos y sus pares europeos- sobre la población palestina indefensa de Gaza y ahora Cisjordania. Cada día que ha transcurrido ha sido más inhumano y brutal el exterminio de todo tipo, con 43 mil gazatíes asesinados hasta hoy (2/3 mujeres y niños), 21 mil niños desaparecidos, con lo que se comprueba cómo no se trata de una limpieza étnica -como ha existido desde 1948- sino de un genocidio, que busca exterminar por generaciones cualquier posible existencia palestina allí, que busca matar de hambre, enfermedad y abandono a todos y todas en esa minúscula franja con más de dos millones de personas. Tampoco se quieren testigos, por eso han sido asesinados 172 periodistas y 133 trabajadores de la ONU; ni heridos o educación por eso han sido destruidos todos los hospitales públicos, cuanta escuela y universidad existían, y asesinados 283 trabajadores de la salud. Ni hablar del total aniquilamiento de casas, edificios públicos, instituciones…El objetivo es “arrancar de raíz” toda huella palestina por generaciones, ocupar y tomar esos territorios para la colonización israelí y la expansión capitalista, con mano de obra asiática más barata, ya no palestina, en lo que William Robinson ha llamado un “excedente de humanidad laboral”.
Sin embargo -justo al año- para aumentar el increíble grado de deshumanización se está agregando otra etapa a esta guerra genocida de “7 frentes” según Netanyahu, como es la invasión israelí al Líbano, y ¿después a Cisjordania, Yemen, Siria…Irán? En lo que ya constituye el inicio de una guerra regional ¿o de una tercera guerra mundial nuclear?
¿Cuánta condena y solidaridad internacional política, mediática, institucional se generó con la invasión rusa a Ucrania? ¿Cuántas sanciones, boicots, represalias, entrega de armas para defenderse, solidaridad mundial se ha volcado a favor de Ucrania? ¿Alguien ha dicho o hecho algo similar contra la invasión de Israel al Líbano…?
Como pocas veces en la historia, este genocidio ha desnudado la hipocrecía e inhumanidad del orden social mundial (desde sus principales potencias económico-político-militar), la impunidad y la “doble moral” de escándalo, con todo el apoyo de los grandes medios y corporaciones internacionales. Además, ha quedado exhibida la nulidad del derecho internacional en cuanto a su poder de acción y coerción, más allá de declaraciones y sentencias sin ninguna aplicación práctica. Y asimismo la normalización i impotencia de las sociedades civiles mundiales, que en una gran mayoría están contra el genocidio y simpatizan con los palestinos, pero que no han ejercido masivamente más que mínimamente acciones de verdadera presión política hacia sus gobiernos, para que ejerzan presión real sobre Israel y solidaridad concreta con los palestinos. Ni hablar del escándalo moral de las mayorías de la población israelí, encerrados muchos en el silencio o miedo de sus casas -¿cuántos además serán los que apoyen ideológicamente a su gobierno sionista?-, estando sólo en desobediencia civil los familiares de los rehenes y un sector muy valiente solidario y noviolento de la población, que siempre ha luchado por la paz. Toda esta lucha resulta totalmente insuficiente para detener el genocidio. Se refuerza así la teoría histórica central: el genocidio es la acción de muchos sobre pocos, quienes lo legitiman en formas muy diferentes, desde el silencio o el encierro de no querer ver hasta dar una orden, apretar el gatillo o tirar una bomba.
Bien dijo el presidente de Turquía Recep Erdogan en su reciente intervención ante la asamblea de la ONU: “El Consejo de Seguridad de la ONU ¿qué está esperando para impedir el genocidio en Gaza y decir ‘basta’ a esta crueldad y barbarie?…en Gaza no solamente son los niños los que están muriendo, sino también el sistema de Naciones Unidas…las esperanzas de la humanidad para vivir en un mundo más justo se están muriendo…es el cementerio de mujeres y niños más grande del mundo”.
Todo el genocidio avanza bajo el falso argumento de la autodefensa, construido con total impunidad e “infantilismo social” por los gobiernos y medios cómplices. El mecanismo para instalar masivamente esta gigantesca mentira es “congelar” -reificar- la reflexión en el 7 de octubre con la brutal masacre de Hamas donde se asesinaron a 1200 ciudadanos israelíes pacíficos de todas la edades, sin tomar en cuenta la historia anterior (al menos desde la Nakba de 1948) ni la posterior a partir del exterminio del 8 de octubre. Ese tipo de reflexión centrada sólo en el propio victimismo justifica todo el genocidio humano y material-territorial, las actuales invasiones a países vecinos, el odio y deshumanización total hacia las víctimas: la proporción criminal es matar a 100 palestinos por cada israelí asesinado el 7; colocar explosivos en los celulares y beepers sin tomar en cuenta que el propietario pudiera estar en el momento de la explosión en un kínder, hospital, escuela…
Una muy valiosa estudiante universitaria de derechos humanos palestina que participó en la exposición gráfica bilingüe conjunta que hicimos entre la Unam y la universidad Al-Quds de Belén este año (https://www.serpajmx.org/_files/ugd/6e3166_9677fff34a214edb955e8f6b2811af4f.pdf), y que se puede imprimir o solicitar fácilmente, nos pregunta: “Todo lo que está pasando en Palestina para evitar que los palestinos tengan derecho a la resistencia, a la autodeterminación y a existir ¿es porqué Israel es la víctima y tiene derecho a asesinar a palestinos?” y “¿Quiénes son los perpetradores y víctimas en este conflicto? Tu respuesta depende de tu sentido de humanidad”.
Como complemento, en una conferencia que me parece importante para entender el fondo y manipulación ideológica de este genocidio, el periodista israelí Gideon Levy (https://www.youtube.com/watch?v=_80ho1asfWA) señala los tres principios que legitiman el genocidio internamente ante la población israelí y a nivel internacional: 1) la gran mayoría de “los israelíes están convencidos de ser el pueblo elegido”, lo que les da el derecho de hacer lo que quieran; 2) no existe en la historia de los invasores “una ocupación donde el ocupador se presenta a sí mismo como la única víctima”; 3) la peor razón es la “deshumanización sistemática de los palestinos”, si no son humanos como los israelíes entonces ya no hay problemas de derechos humanos. “Una vez escribí que tratamos a los palestinos como animales, y recibí cartas de protesta de parte de organizaciones israelíes protectoras de animales”.
Esta enorme manipulación y tergiversación nacionalista mesiánica de la historia, tiene su raíz en un proceso de desviación y radicalización ideológica donde ciertos grupos dentro del sionismo -nacido en el siglo XIX entre los judíos askenazis europeos occidentales-, que se fueron transformando en un movimiento colonialista de colonos judíos en un territorio ya habitado, donde se empezó una limpieza ética y desplazamiento de palestinos -que vivían allí desde milenios pacíficamente con judíos y cristianos, en una proporción enorme de población y tierras a su favor-, desde los años 20 del siglo pasado. Como bien señala el importante historiador israelí IIán Papé: “El principal objetivo sionista radical fue la eliminación de los nativos, para pasar de un país árabe a uno judío…conquistando la mayor tierra posible con el menor número posible de palestinos” (https://www.youtube.com/live/ukPnbeSHWwA).
Esta colonización a partir de la abierta complicidad política y militar inglesa desde 1917 (Tratado de Balfour) al menos, y la brutal política de colonialismo militar-económico-político-social israelí inicial de limpieza étnica y ahora de genocidio, “han convertido a Israel en el lugar menos seguro en el mundo para los judíos, pues Israel genera anti-semitismo y hostilidad”, como bien afirma desde la mirada de los árabes judíos -muy ajenos y de experiencias opuestas en cuanto a antisemitismo, a los judíos occidentales sionistas- el historiador judío iraquí Avi Shlaim (https://www.youtube.com/watch?v=SMJJiZlXOi0).
Por nuestra parte, en América Latina continuaremos cada vez con más decisión y cantidad todo tipo de manifestaciones de apoyo al pueblo palestino que pide al mundo -como forma central de resistencia- que “No dejen de hablar de Palestina”. Asimismo, exigiendo a nuestros gobiernos e instituciones culturales, económicas, sociales y educativas que rompan convenios e intercambios de todo tipo con sus pares israelíes que no se hayan pronunciado con determinación y claridad contra el genocidio, en lo que constituyen acciones de no-cooperación básicas para que esta barbarie “No se realice en nuestro nombre”. Mientras, esperamos que surjan más acciones de desobediencia civil masiva muy grande dentro de Israel, Estados Unidos y Europa, países involucrados más directamente en la construcción y ejecución de este genocidio.
A su vez, me pregunto si en México el partido en el poder (Morena) y con mucho poder político y social, no pudiera plantearse que una forma de demostrar autonomía positiva y constructora de paz respecto al actual gobierno, sería exigir al gobierno que realice acciones y sanciones políticas, económicas y culturales mucho más contundentes hacia el gobierno israelí para que detenga ¡Ya! este genocidio. Sería algo muy importante sea para el gobierno que para el partido, para así aumentar su fuerza moral y legitimidad en terrenos de construcción de paz.
El mundo académico de Brasil se ve cada vez más amenazado por la influencia de China. En los últimos años, las principales instituciones de enseñanza superior del país, establecieron asociaciones con instituciones chinas a un ritmo cada vez mayor, como la Universidad Estatal de Campinas (Unicamp) y la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG). Los expertos advierten de los riesgos de este creciente poder blando utilizado por Pekín para promover el modelo chino.
“La influencia de China en las universidades brasileñas nunca ha sido mayor”, dijo a Diálogo el periodista Gabriel de Arruda Castro, editor del periódico brasileño Gazeta do Povo. “Obviamente, esto abre la puerta a la presencia de representantes de un régimen autoritario, lo que no ocurre cuando Brasil establece asociaciones académicas con países como Alemania o Francia”.
En enero de 2023, Castro publicó un artículo señalando la creciente influencia de China en las universidades brasileñas. “Desde entonces, esta influencia incluso ha aumentado”, afirma. “Instituciones como la Universidad de Brasilia (UnB) y la Universidad Federal de Santa María, firmaron otras asociaciones o reforzaron las que ya tenían [con instituciones chinas]”.
Aunque los acuerdos entre universidades brasileñas y extranjeras son habituales, Castro señala que estos países respetan la independencia y la autonomía académica de sus centros de enseñanza. Las universidades chinas, en cambio, están sometidas al estricto control del Gobierno de Pekín. “Desde el punto de vista del régimen chino, no tiene ningún sentido financiar ningún proyecto que pueda criticar al modelo chino”, afirma Castro.
Amenaza silenciosa en Brasil
El poder blando de China también crece en las universidades de todo el mundo. La diferencia es que en Brasil crece silenciosamente, mientras que en otros países está causando preocupación, dice Castro.
En Inglaterra, por ejemplo, un reciente documental de Channel 4 indica que las universidades sufren “la injerencia del Estado chino y la represión de disidentes en suelo inglés. Pekín apunta cada vez más a los campus universitarios para ejercer una fuerte influencia en todo el mundo”, afirma un informe de 2023 del laboratorio de ideas estadounidense Council on Foreign Relations.
En Brasil, en cambio, la influencia china crece sin trabas entre los muros universitarios, dice Castro. “No hay debate en Brasil sobre los riesgos de abrir las puertas, sin mucho cuidado, a un régimen que es autoritario y tiene la costumbre de promover el espionaje”, afirma Castro. “Nadie se preocupa por esto en Brasil”.
Instituto Confucio
Parte de la influencia china en las universidades brasileñas es inyectada a través de asociaciones con el Instituto Confucio, una organización vinculada al Ministerio de Educación chino, cuya misión oficial es difundir su cultura y su lengua.
Con sedes en más de 150 países, el Instituto afirma en su portal que las asociaciones están “basadas en los principios de respeto mutuo, consulta amistosa, igualdad y beneficio mutuo”. Pero la organización es criticada en varios países por socavar la libertad académica en las universidades que la acogen, participar en actividades de espionaje industrial y militar, y promover las opiniones del régimen chino en temas como Taiwán.
El 13 de agosto de 2020, el Departamento de Estado de los Estados Unidos designó al Instituto Confucio como “misión extranjera” de China, y señaló en un comunicado que “promueve la propaganda global de Pekín y su campaña de influencia maligna en las aulas. Los Institutos Confucio están financiados por la República Popular China y forman parte del aparato de propaganda e influencia global del Partido Comunista Chino”.
En 2023, la Oficina Federal Alemana para la Protección de la Constitución, calificó al Instituto Confucio como herramienta de influencia política. Afirmó en su informe anual que “Las actividades y formas de cooperación de China amenazan con socavar la libertad académica en el ámbito de la educación y la investigación”, publicó la agencia alemana de noticias Deutsche Welle.
Mientras tanto, en Brasil, el Instituto Confucio se extiende a gran velocidad. En la actualidad, 13 universidades brasileñas cuentan con filiales de la organización. La más reciente se creó en septiembre de 2023, en la Universidad Federal de Bahía (UFBA), mediante un acuerdo con la Universidad de Shanghai.
Según el sitio web de la UFBA, también hay filiales del Instituto Confucio en la Universidad Federal Fluminense, la Universidad Estatal Paulista, la Unicamp, la UNB, la UFMG, la Universidad Federal de Río Grande do Sul, la Universidad de Pernambuco, la Universidad Federal de Ceará, la Universidad Estatal de Pará (UEPA), la Fundación Armando Alvares Penteado, la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro y la Universidad Federal de Goiás.
Castro afirma que, por lo general, las asociaciones con el Instituto Confucio no implican que China envíe fondos directamente a las universidades. Pekín sólo paga a los profesores de mandarín en los espacios físicos existentes. De este modo, las universidades no se benefician económicamente de las asociaciones, pero sí de estrechar lazos con China.
“Obviamente, en estos casos no se cuestiona la visión oficial del régimen. Por tanto, la promoción de la cultura china se mezcla con la promoción del régimen chino”, afirma Castro. “En mi investigación no encontré ninguna perspectiva crítica de China”.
El resultado de estas asociaciones suele ser la exaltación del modelo chino en las universidades brasileñas. La Universidad Federal de Santa Catarina y la UEPA, por ejemplo, ofrecieron en los últimos años el curso en línea: China 1949-2025: de un país muy pobre a la mayor economía del mundo. El programa incluía temas como La ayuda rusa, 100 años del Partido Comunista Chino, El socialismo chino, y Becas en China, según los portales de las universidades.
Asociación tecnológica
La otra forma de influencia china en las universidades brasileñas son las asociaciones de innovación tecnológica en áreas como la agricultura. “Son áreas que requieren inversión financiera, y las universidades públicas brasileñas no siempre tienen esa capacidad. Así que China interviene ayudando a financiar laboratorios, por ejemplo, teniendo en cuenta la importancia de Brasil como exportador de materias primas agrícolas”, dice Castro.
En su opinión, estas iniciativas pueden entrañar un gran riesgo de espionaje. “Tal vez porque no es percibido como un adversario directo de China, Brasil tiene un poco menos de este aspecto [del espionaje]. Pero tal vez haya aquí un ‘espionaje blando’: saber dónde está Brasil en determinadas áreas de conocimiento, para luego utilizarlo como ventaja estratégica en una posible competencia en algún área o para ofrecer soluciones”, dice.
“Esto es más o menos lo que hacen en África por otros medios. Es decir, satisfacen la demanda local de forma pragmática al principio, pero hacen que estos países dependan cada vez más de China”, agrega Castro.
“Antes de entrar en asociaciones, incluidas las que implican recursos financieros, con regímenes extranjeros autoritarios como China, nuestros investigadores deberían ser un poco más cuidadosos. Lo mismo deberían hacer los gobiernos, que casi siempre son los mantenedores de estas universidades”, remarca Castro.
El año pasado, a pocos meses de ocurrir la nueva escalada de violencia israelí-palestina, se llevaba a cabo la exposición Catástrofe, del artista Dor Guez, en el museo Laboratorio Arte Alameda de la Ciudad de México;[1] en ella se abordaba el conflicto y se exponían fotografías, objetos, diversas obras relacionadas con la vida cotidiana en ese territorio, así como también se proyectaban diversos elementos multimedia que invitaban al espectador a experimentar el conflicto (la catástrofe).
De esta exposición recuerdo claramente tres momentos. El primero se refiere a un video en el que se proyectaba el caso de una joven palestina que habitaba y trabajaba en Israel y, en alguna parte del video, entre llanto y dolor, la chica narraba el modo en que para evitar ser discriminada tuvo que cambiar su nombre de origen árabe por uno hebreo. El segundo momento se trató de una imagen en la que había uno o varios nopales y en la curaduría se explicaba que esta planta fue llevada desde América a esta región de Medio Oriente, donde el pueblo palestino la adoptó como un símbolo de resistencia. El último momento fue una actividad en equipos en la que se nos pidió a los asistentes marcar el contorno de la figura de una persona en papel Kraft y después, simulando que la figura dibujada era un territorio, se nos pidió que dentro de la figura marcáramos nuestras fronteras, heridas, cicatrices, traumas, etc.
A un año de esta exposición y a días de cumplirse un año de la reactivación de la violencia armada en aquella región, uniendo estas situaciones, me es necesario considerar que la cuestión palestina no es en absoluto ajena de la realidad nacional y latinoamericana. Por ejemplo, el caso de la chica palestina me llevó a recordar la situación de un familiar mexicano residente en el extranjero que decidió no darle su apellido a su hijo para evitar que sea objeto de discriminación, con lo que se borra parte de su identidad y origen. El uso del nopal como símbolo de la resistencia palestina frente al colonialismo, expansionismo e imperialismo tampoco es, en absoluto, algo ajeno a la resistencia y los símbolos que de ella emanan en la región latinoamericana frente a procesos históricos análogos. Por último, la cuestión de simular el contorno del cuerpo como territorio, me lleva a pensar en el tratamiento de la memoria como elemento epistémico-ético-político desarrollado por pensadores judío-alemanes en el contexto de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, el cual no puede ser inconsecuente con la catástrofe humanitaria que está padeciendo el pueblo palestino actualmente: la violencia totalmente desproporcionada del ejército israelí, las pérdidas humanas, las mutilaciones, las heridas, el exterminio étnico, los desplazamientos forzados, los crímenes de guerra, la destrucción de hogares, edificios, escuelas y hospitales, etcétera.
La memoria y el vínculo de la cuestión palestina con América Latina
El conflicto israelí-palestino, como es bien sabido, se reactivó cuando el 7 de octubre de 2023 miembros de la organización fundamentalista Hamás ingresaron a territorio israelí y asesinaron a cerca de 1 200 personas y tomaron como rehenes a 251 más. A partir de ahí, ha ocurrido una respuesta del Estado israelí que, más que una defensa a su pueblo y su soberanía, se ha convertido en una reacción totalmente desproporcionada de su parte y se ha tornado en una ofensiva de exterminio étnico y expulsión de palestinos de su territorio. Según datos de Naciones Unidas, para fines de marzo de 2024, los muertos israelís se mantenían en 1 200, mientras que los muertos palestinos ascendían a 32 623.[2] Asimismo, Amnistía Internacional publicó que, a mitad de mayo de 2024, el desplazamiento forzado de palestinos por el actual conflicto era de aproximadamente 2 000 000 de personas,[3] y según el portal The Palestine Chronicle, hasta el 4 de octubre de 2024, se contabilizan 41 788 muertos, 96 794 heridos y 10 000 desaparecidos en territorio palestino.[4]
De acuerdo con estos datos ¿podemos decir si estamos frente a un genocidio del pueblo palestino? Según el Diccionario de la Real Academia Española, genocidio es definido como “Exterminio o eliminación sistemática de un grupo humano por motivo de raza, etnia, religión, política o nacionalidad”.[5] En consecuencia, desde nuestro punto de vista, es innegable que sí se está ante uno, pues lo que está ocurriendo en Palestina corresponde a esta definición. Vale tan solo citar las palabras de Craig Mokhiber en su Carta de renuncia como director de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Nueva York, donde señaló:
Una vez más, somos testigos de un genocidio que se desarrolla ante nuestros ojos, y la Organización a la que servimos parece impotente para detenerlo […]
[…] la actual matanza del pueblo palestino, arraigada en una ideología colonial etnonacionalista, una continuación de décadas de persecución y limpieza sistemáticas, basadas enteramente en su condición de árabes, y junto con declaraciones explícitas de intenciones por parte de los líderes del gobierno y el ejército israelíes, no deja lugar a dudas ni debates. En Gaza, hogares, escuelas, iglesias, mezquitas e instalaciones médicas están siendo atacados sin motivo y miles de civiles están siendo masacrados. En Cisjordania, incluida la Jerusalén ocupada, las viviendas son confiscadas y reasignadas únicamente en función de la raza. Además, los pogromos violentos perpetrados por los colonos van acompañados de unidades militares israelíes. En todo el país reina el apartheid.
Este es un caso de genocidio de manual. El proyecto colonial europeo y etnonacionalista de colonización en Palestina ha entrado en su fase final, hacia la destrucción acelerada de los últimos vestigios de la vida palestina autóctona en Palestina. Lo que es más, los gobiernos de los Estados Unidos, el Reino Unido y gran parte de Europa son totalmente cómplices de este horrible asalto. Estos gobiernos no solo se niegan a cumplir con sus obligaciones de «garantizar el cumplimiento» de las Convenciones de Ginebra, sino que arman activamente la ofensiva, brindan apoyo económico, inteligencia y encubren política y diplomáticamente las atrocidades de Israel. [6]
Ante esto, valdría la pena entonces retomar los postulados de algunos pensadores judío-europeos, como Walter Benjamin, quien planteaba la necesidad de peinar la historia a contrapelo y de frenar la locomotora del progreso capitalista.[7] Se trata de un pensador del cual parten otros autores para sustentar la cuestión de la memoria.[8] Inserta en una crítica al fascismo y a las izquierdas que hacían eco del progreso capitalista en los años treinta del siglo XX, esta noción apunta contra la tradición historicista y positivista de hacer la historia desde el vencedor, sin interpretación de los hechos, sin juicios o valoraciones, una narrativa que solo cosifica el pasado y concuerda con los que ejercen la dominación.
Proveniente de la teología judaica, en Benjamin la memoria consiste en la redención de los muertos, y tiene por objeto recuperar a las víctimas, a los abatidos y a los caídos que el progreso ha dejado a su paso. De tal forma, la radicalidad de esta noción ocurre cuando ésta se encuentra y se vincula con las luchas de los oprimidos, y así de lo que se trata es de llevar a cabo “la obra de la liberación en nombre de tantas generaciones de vencidos.”[9] Apunta este filósofo:
Encender en el pasado la chispa de la esperanza es un don que sólo se encuentra en aquel historiador que está compenetrado con esto: tampoco los muertos estarán a salvo del enemigo si éste vence. Y este enemigo no ha cesado de vencer.[10]
Para Benjamin, la revolución comunista no podía sustentarse en la concepción del progreso capitalista, pues en ella está el germen de la catástrofe que ve el Angelus Novus.[11] En consecuencia, desde el judaísmo, propone introducir en el materialismo histórico la idea de mesianismo, que en un sentido secular, puede considerarse como el momento en que la revolución irrumpe al cuestionar desde un hecho singular el desenvolvimiento de historia, desde el pensar que las cosas pueden suceder de otro modo, desde el considerar que el mundo en el que vivimos puede ser otro, desde un reclamo humano de justicia para las víctimas, los muertos y los olvidados.
La memoria intenta impedir que el olvido, como mecanismo destructivo del progreso capitalista, se reproduzca. Sin embargo, ésta no consiste en un simple recordar o tener presente algo para no repetir errores, sino que es un elemento que recupera las heridas y hace presentes las injusticias, los muertos, las víctimas, los oprimidos y los proyectos frustrados del pasado.[12] Una nueva vida social no puede continuar con una lógica que lleva en sí la catástrofe. Por tal motivo, la memoria se convierte en un instrumento de resistencia, de reivindicación frente a lo que intenta ser olvidado y de revisión crítica de la historia.[13] Asimismo, la memoria nos permite confrontar las narrativas elaboradas en el desarrollo capitalista que legitiman el exterminio de lo otro, así como también permite mostrar sus saldos negativos y de muerte.
Posterior a Benjamin, la propuesta teórica de lafilosofía después de Auschwitz ha retomado también el tratamiento de la memoria presente en el judaísmo, señalando que ésta podría permitir que la Modernidad sea realmente “incluyente” y en donde la permanencia de lo particular sea garantía de una universalidad no totalitaria.[14] Por lo anterior, más que una categoría estrictamente formal, la memoria consiste en una herramienta que permite “recuperar el pasado desde una postura ética y política”,[15] pero también crítica.
En consecuencia, esta corriente señala algo importante para lo que está sucediendo actualmente: no debe olvidarse que a pesar de las dimensiones humanas en las que está inserta la fábrica de la muerte de Auschwitz, el Holocausto no fue el primer genocidio ocurrido en la llamada Modernidad, sino que anterior a él existieron otros, entre los que destaca el ocurrido en América Latina durante su conquista. Tal idea, presente en esta filosofía no pueden por tanto ser inconsecuente con lo que está ocurriendo en aquella región. Es aquí precisamente donde la apariencia de lo distante de la cuestión palestina se difumina y permite pensar en la lógica que nos une a la totalidad.
No debe considerarse que el genocidio que está padeciendo el pueblo palestino es algo totalmente ajeno a nuestra historia latinoamericana. Ubicada históricamente en el proceso de acumulación originaria (expropiación originaria) descrito por Marx en el Libro I de El capital, la conquista de América es un antecedente de la catástrofe y el exterminio en el sistema capitalista. Al respecto, no debe quedar en el olvido que cerca de veinte millones de vidas fue el costo humano de la conquista de este continente, de ahí que se piense que éste fue el primer Holocausto de la historia moderna.[16] En el caso de nuestro país, se estima que entre los primeros treinta años transcurridos desde el desembarco de Hernán Cortés a estas tierras, “la población del México central se había reducido de veinticinco a aproximadamente seis millones de hombres. Esto significa que la conquista, solamente en México, tuvo una secuela de diecinueve millones de víctimas”.[17] Además de esto, se calcula que de “1508 a 1860 cruzaron el Atlántico más de quince millones de negros y otros tantos murieron durante la travesía, víctimas de los ‘filántropos’ esclavistas portugueses, españoles, franceses y, sobre todo, británicos”.[18] Y aún más, se estima que durante la colonización de África, este continente perdió “en algo más de tres siglos, de 50 a 100 000 000 de personas, entre deportadas y muertas”.[19]
A esto se debe de recordar los múltiples genocidios cometidos bajo la expansión del sistema capitalista por el mundo: guerras interimperialistas; los lanzamientos de bombas nucleares en Japón; los golpes militares, las dictaduras y el exterminio de disidentes en América Latina; la guerra de Vietnam; la guerra de los Balcanes; el genocidio en Ruanda, etc. Por tanto, el progreso capitalista, que se devela en Marx como una lógica de subsunción formal y real de la naturaleza y el trabajo, no es más que una lógica destructiva (de catástrofe según Benjamin) que integra y subordina, y sobre las determinaciones de reproducción de las necesidades humanas, establece determinaciones de explotación, dominio y mercantilización.
Esto es precisamente lo que hace posible que en el siglo XXI el sionismo se convierta en un neofascismo y que el Estado de Israel bajo los principios de éste se convierta en parte de la expansión imperialista occidental (estadounidense), esa es su misión “civilizatoria” en la región. Por tal motivo, es importante precisar clara y contundentemente que lo que está ocurriendo en Palestina es un genocidio y por tanto no debe ser olvidado ni borrado ni subestimado por las narrativas del sionismo y el imperialismo norteamericano.
*Politólogo por la UAM-I, maestro en filosofía por la UNAM y doctorante por la UAM-X.
[12] Adorno señala que “El poder de la memoria es traer al presente el pasado, pero no cualquier pasado, sino el pasado ausente”, aquel que se quiere dejar en el olvido. Citado por Reyes Mate, Memoria de Auschwitz. Actualidad moral y política, Trotta, Madrid, 2003, p. 153.
[13]Cfr. Mauricio Pilatowsky, “La Filosofía después de Auschwitz en Latinoamérica”, en Reyes Mate y Ricardo Forster. El judaísmo en Iberoamérica, Trotta, Madrid, 2007.
[16]Cfr. Hans Magnus Enzensberge, “Las casas, o una mirada retrospectiva hacia el futuro”, en El interrogatorio de la Habana y otros ensayos, Barcelona, Anagrama, 1973, p. 145.
[18] D. Riazanof, “Notas aclaratorias”, en C. Marx y F. Engels, Biografía del Manifiesto comunista, 9ª ed., México, Compañía General de Ediciones, 1974, p. 115.
[19] Juan Brom, “13. El sistema capitalista”, en Para comprender la historia, México, Grijalbo, 2003, p.106.
China vuelve a sorprender al mundo con un espectáculo de drones
El tema del espectáculo se tituló “Ciudad en el cielo, con grandes posibilidades”. Foto: Xataka.
China batió dos récords Guiness el pasado 26 de septiembre debido al mayor número de drones participantes en una exhibición de luces y también al mayor número de drones controlados por un mismo ordenador.
Medios de prensa de ese país reportaron el espectáculo realizado en el cielo de Shenzhen, ciudad localizada en la costa sureste, en el cual participaron 10 197 drones, coordinados mediante un solo ordenador para formar figuras e iluminar el nocturno cielo.
La tecnología de los drones, capaces de encenderse y apagarse, al mismo tiempo que se desplazan y cambian su tonalidad de luz, originaron varias figuras. Entre ellas destacaron el skyline de la ciudad o el pájaro Dapeng, un animal mitológico chino muy importante en la cultura de la nación.
El tema del espectáculo se tituló “Ciudad en el cielo, con grandes posibilidades” y se realizó en el Shenzhen Bay Park. De acuerdo con videos en redes sociales, una gran cantidad de viandantes se quedó perpleja, capturando el show con teléfonos.
La semana del 1 al 7 de octubre resulta sumamente importante para China. Si bien su día nacional es el primero de mes, lo cierto es que las celebraciones por el aniversario 75 de la fundación del país como República Popular se expanden durante la semana.
Según ha trascendido, durante los festejos, los habitantes disponen de vacaciones y el Gobierno organiza espectáculos en cinco diferentes localizaciones para siete días consecutivos.
China es el país que más drones fabrica y exporta. No para de confeccionar distintos tipos, ya sea para fines civiles, artísticos o militares, puesto que también resulta una tecnología apreciada en los conflictos armados, como se ha podido comprobar durante los últimos años en Ucrania.
En video, la exhibición
Fuente de la Información: http://www.cubadebate.cu/noticias/2024/10/06/china-vuelve-a-sorprender-al-mundo-con-un-espectaculo-de-drones-video/
“Ensangrentados, magullados y destrozados”: más de 690 niños habrían resultado heridos en Líbano en las últimas seis semanas
UNICEF pide un alto el fuego para proteger a los niños mientras aumentan drásticamente las lesiones físicas y el sufrimiento psicológico
Amir, de 8 años, resultó herido el 23 de septiembre en el sur del Líbano durante la peligrosa escalada del conflicto en el Líbano. Ahora está siendo tratado en uno de los hospitales públicos de Beirut.
AMÁN, 4 de octubre de 2024 – Se informa que más de 690 niños han resultado heridos en el Líbano a medida que el conflicto se ha intensificado drásticamente en las últimas semanas.
Desde el 20 de agosto, el número de niños heridos en el conflicto ha aumentado drásticamente, elevando el número total de heridos en el último año a 890 al 2 de octubre, según el Ministerio de Salud Pública libanés.
“Este desastroso conflicto está cobrando un precio tremendo entre los niños”, dijo la directora regional de UNICEF, Adele Khodr. “Los médicos nos cuentan que han tratado a niños ensangrentados, con hematomas y destrozados, que sufren tanto física como mentalmente. Muchos sufren ansiedad, recuerdos y pesadillas relacionados con las explosiones. Ningún niño debería verse sometido a situaciones tan horribles”.
Las lesiones más comunes que se han registrado entre los niños incluyen conmociones cerebrales y traumatismos craneoencefálicos por el impacto de las explosiones, heridas por metralla y lesiones en las extremidades. La pérdida de audición causada por las explosiones también es común.
Según el Ministerio de Salud Pública del Líbano, en el último año han sido asesinados al menos 127 niños, y más de 100 de estas muertes ocurrieron sólo en los últimos 11 días.
“No son meros números. Son niños inocentes que tenían sueños y un futuro como cualquier otra persona”, añade Khodr.
Mientras tanto, se estima que más de 400.000 niños han sido desplazados de sus hogares, lidiando con el miedo, la ansiedad, la destrucción y la muerte en un entorno incierto y desconocido, y sin saber cuándo regresarán a sus hogares o a la escuela. UNICEF está especialmente preocupada por las repercusiones a largo plazo de estos acontecimientos en su salud mental.
El sistema de salud del Líbano está bajo una enorme presión debido al creciente número de víctimas y se ha visto afectado directamente por el conflicto: al menos 10 hospitales han sufrido daños, incluida una unidad de cuidados intensivos neonatales.
En respuesta, UNICEF ha entregado 100 toneladas de suministros médicos de emergencia y se espera que se envíen otras 40 toneladas durante el fin de semana. Estos suministros se están distribuyendo a hospitales, centros de atención primaria de la salud, clínicas temporales y equipos de respuesta inmediata para brindar atención vital a familias, especialmente mujeres embarazadas y niños, en todo el Líbano. UNICEF también está apoyando los servicios médicos en 50 refugios y las sesiones de apoyo psicosocial.
Dada la magnitud de las necesidades en el Líbano, UNICEF hace un llamamiento urgente a la comunidad internacional para que movilice apoyo humanitario y garantice que las rutas de suministro hacia el Líbano permanezcan abiertas, permitiendo la entrega rápida y segura de ayuda vital a los niños necesitados.
UNICEF sigue pidiendo un alto el fuego urgente e insta a todas las partes a proteger a los niños y la infraestructura civil y a garantizar que los actores humanitarios puedan llegar de forma segura a los necesitados, de conformidad con sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario.
Fuente de la Información: https://www.unicef.org/press-releases/bloodied-bruised-and-broken-more-690-children-reportedly-injured-lebanon-last-six
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