Cuba/26 de Marzo de 2018/Periódico 26
«La primera vez que me invitaron al salón vi almorzando a Karole y me sorprendí muchísimo. En la casa siempre le doy la comida porque si no, juega con ella y se tarda horas. Aquí se comportan muy diferente y saben cómo hacerlo todo, se sientan a la mesa, sujetan correctamente la cuchara, no mezclan los alimentos. Me parecía estar viendo a otra niña, es increíble cuán independientes pueden ser».
Así nos cuenta Inés Adela, una madre del grupo de cuarto año de vida del círculo infantil Amiguitos del Minint, centro escogido en esta provincia para poner en práctica el Tercer Perfeccionamiento Educativo, que también experimentan otras seis instituciones escolares de todas las enseñanzas aquí.
«La educación en este nivel consta de la atención institucional y la no institucional, y ambas viven la transformación. En la modalidad institucional, el experimento se aplica a segundo y cuarto años de vida de este centro», explica Yanara Campaña Mariné, jefa del departamento de Primera Infancia de la Dirección Provincial de Educación.
El propósito es enfocar los conocimientos de manera integral y mirar al infante en todos los momentos de la vida, ya sea en el círculo, en la casa o en la comunidad. «Anteriormente -agrega- se llamaba Educación Prescolar y ahora se denomina Primera Infancia, para no etiquetarla como una preparación previa a la escuela; cuando en realidad es una fase que posee por sí misma, importancia vital en la futura personalidad del niño».
PUERTAS ABIERTAS
Atravesar las puertas de «Amiguitos del Minint» es reconfortante. Pasillos decorados con plantas, adornos infantiles creados por manos habilidosas, el saludo cordial de quien te recibe, la risa y el inconfundible murmullo de los pequeños, dan al visitante la sensación de estar en un lugar diáfano, en el que se trabaja bien y con amor. No es casualidad entonces, que sean protagonistas de una de las transformaciones más profundas encauzadas por el sistema educacional.
«Resulta un verdadero reto -dice Yirka Rodríguez Delisle, directora del centro- porque cambió la concepción de muchos años. Los agentes comunitarios y la familia desempeñan ahora un rol tan importante como las educadoras y cuadros de dirección. Se propone un nuevo currículo más amplio y desarrollador. Hablamos de un aprendizaje que nos posibilita manejar los diferentes contenidos y objetivos de manera más integral».
Comenta que entre los principales cambios está el trabajo en red. En etapas precedentes solo se realizaban convenios con la formación vocacional y con Cultura. «Hoy abrimos las puertas a los diferentes agentes de la comunidad. La biblioteca Abdala puede prestarnos sus servicios con bibliografía actualizada. Un instructor de arte de otras enseñanzas imparte la docencia a los diferentes grupos».
El proceso viene acompañado de nuevas tecnologías. Cuentan con tabletas para los niños, tres televisores LCD para el gabinete y los salones, una laptop y se modernizó la computadora de la institución, la cual tiene ahora acceso a Internet.
El salón de segundo es pura algarabía. Onirsi, Daimara y Lianné organizan juegos para los que prefieren estar sentados. Mientras, en el patio, Griselda entona todo un repertorio y a su alrededor un bullicioso grupo canta e imita con formas impensables sus movimientos; ella es su paradigma musical.
Madelaine Carralero, la jefa de ese año de vida, nos explica con Cristian colgado de su falda, que el nuevo programa está muy por encima del anterior en cuanto al nivel de desarrollo que persigue. Al preguntarle qué nuevos conocimientos adquieren los infantes, argumenta que «se incorpora el aprendizaje del color, deben conocer relaciones de lugar como: arriba, dentro, fuera, al lado; comienzan a identificar las personalidades históricas, los miembros del núcleo familiar, así como las formas y el tamaño.
El grupo de cuarto es más tranquilo, al menos en apariencia. Cada día comienza con la gimnasia y luego sigue el horario de juego, el cual, según nos revela la educadora Yeimí Espinosa, es una de las actividades más importantes en esas edades, pues estimula el pensamiento y la creatividad. Potencia además, el desarrollo psicomotor y les permite expresar emociones, conocer la importancia de cada rol e interactuar con los demás.
Con varios años de experiencia en la profesión refiere que «ya no se habla puramente de una dimensión, sino que se enlazan unas con otras en la búsqueda de la integralidad. En Lengua Materna, por ejemplo, solo aprendían a expresar un vocablo y ahora incluyen, además, el color, la forma y otras características que entran dentro de la comunicación y el desarrollo con el entorno.
«Antes utilizábamos una lámina o un títere. Ahora en el tema cumpleaños, por ejemplo, recreamos ese festejo y les mostramos videos en la televisión o la computadora, de manera que visualicen la realidad del acontecimiento. Los llevamos al huerto a regar las plantas, recoger la basura y así les inculcamos el amor por la naturaleza. Nos auxiliamos del paquete Pa´que te Eduques, que contiene muchos audiovisuales atractivos.»
La alimentación resulta esencial. Espinosa comenta que con la nueva propuesta los niños no solo aprenden hábitos higiénicos y nutricionales; incorporan, el uso de todos los cubiertos, fomentan la cortesía y otros modales esenciales de convivencia. «Al finalizar el período pretendemos que identifiquen su género y muestren estabilidad en el estado de salud. Deben ser independientes, hablar en oraciones completas y manifestar habilidades motrices coordinadas».
UNA ALIANZA IMPRESCINDIBLE
La educación es una obra compartida entre padres y docentes. Cuando la familia participa de manera activa en los procesos escolares, los hijos mejoran el comportamiento y su actitud ante el estudio. Esta interacción desde edades tempranas otorga al ámbito escolar un carácter de familiaridad y contribuye al desarrollo pleno de las capacidades del niño y a la unificación de criterios educativos en la casa y la escuela.
«Ese lazo más profundo resulta vital para el desarrollo del infante. Antes, usted lo dejaba en la mañana y no volvía hasta la tarde. Ahora, cuando desee, puedes participar en las actividades», opina Jorge Luis Báez, un abuelo del salón de cuarto. «Es innegable la sabiduría que tienen, por eso creo que necesitan nuevos planes de estudio para formarse cualitativamente superiores».
Anaisi García, la mamá de Isabela, colabora en todo lo necesario porque reconoce la importancia de la formación de los hijos. «A partir de estas renovaciones, me he introducido más en su mundo, la oriento mejor en la casa, porque conozco,mediante las reuniones de intercambio. los contenidos que aquí reciben «.
Al respecto, la educadora Yeimí refiere: «En el propio trayecto hacia el círculo, el padre debe iniciar la conversación con su hijo sobre el tema que ese día vamos a desarrollar en el salón. Sin el apoyo de ellos no podemos lograr los objetivos».
Madelaine coincide con el criterio de su colega. «En el hogar deben conversar mucho con los niños para mejorar su lenguaje, rectificarles cuando pronuncian mal, siempre de una forma cuidadosa para no apenarlos. En el caso de los de segundo, incentivar la construcción de frases de dos o tres palabras».
Los avances son visibles, pero hay que consolidar aún más esa integración a favor de la labor educativa, a partir de las potencialidades de cada familia. «Se trata de apropiarse, como progenitores, de métodos que garanticen el seguimiento de los contenidos en casa», afirma Yanara.
DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA
Los cambios se sustentan en investigaciones científicas desplegadas en el país. No significa que lo escrito en los documentos perdurará, pues depende de su efectividad en la práctica.
«Acompañamos a la institución en este experimento con visitas mensuales. Nos informan, tras la aplicación de las orientaciones, aquello que funciona y lo que no. Cada provincia posee sus individualidades y lo que es viable en una, no necesariamente debe serlo en otra. Respetamos el resultado que obtienen nuestras educadoras de la experiencia diaria», refiere Campaña Mariné.
Y agrega, «nos entrevistamos con los docentes y con los padres para obtener una respuesta más completa. Siempre existe cierta resistencia a lo nuevo y aunque aquí se ha asimilado bastante bien, aún queda mucho por hacer, sobre todo, con el trabajo en red, porque depende también de los aportes de la comunidad».
Para el próximo curso, el perfeccionamiento continúa en el «Amiguitos del Minint», de manos de los mismos niños con los que empezó. La diferencia es que pasarán a tercer y quinto años de vida para poder realizar la evaluación final, cuando lleguen a sexto año. Si se aprueban las transformaciones, para el 2019-2020 se extenderán a los otros 27 círculos del territorio.