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Cuba: Inicia en Las Tunas Jornada por el Día del Educador

Cuba/16 noviembre 2017/Fuente: Tiempo 21

La provincia de Las Tunas inició este 13 de noviembre la Jornada por el Día del Educador, para agasajar a profesores, trabajadores no docentes y funcionarios del sector educacional, con un variado y merecido programa de actividades a la altura de quienes entregan lo mejor de sí en la formación de las nuevas generaciones.

En esta ocasión los buenos resultados del territorio traducidos en las más de 100 medallas obtenidas en los concursos de conocimientos, el ingreso a la Educación Superior de casi la totalidad de la matrícula de preuniversitario, y la continuidad de estudios de la mayoría del alumnado en todas las enseñanzas, fueron razones más que suficientes para que este oriental territorio alcanzara este año la sede del acto central nacional por el Día del Educador, que se celebrará el próximo 22 de diciembre en el municipio de Puerto Padre.

Dan a conocer programa por la sede del día del educador (+Audio) http://fb.me/3FtPEtXj4 

En la víspera de la fecha, que conmemora el aniversario 56 de la Campaña de Alfabetización, se realizarán en Las Tunas matutinos especiales, galas artístico-culturales, intercambios con maestros y profesores en activo y jubilados reincorporados, reconocimientos y entrega de condecoraciones, montaje de exposiciones alegóricas a la fecha y visita a sitios históricos de la localidad.

«Los educadores al llamado de la Patria: ¡Presentes!», es el lema que el Sindicato de la Educación en Las Tunas escogió para significar el compromiso con el pueblo, la familia y la sociedad durante los días de homenaje a maestros y profesores.

El almanaque se acerca al último mes del año y nos recuerda el momento en el que Fidel Castro, en la Plaza de la Revolución, junto a los alfabetizadores, declara a Cuba Territorio libre de Analfabetismo, el 22 de diciembre de 1961, colofón de la Campaña de Alfabetización.

Fuente: http://www.tiempo21.cu/2017/11/13/inicia-las-tunas-jornada-dia-del-educador/

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Cuba: Universidad de Camagüey, savia para una Cuba mejor

Camagüey / 15 de noviembre de 2017 / Por: Fidel Manzanares Fernández / Fuente: http://prensa-latina.cu/

La Universidad de Camagüey (UC), a poco más de 500 kilómetros al este de la capital cubana, se erige entre los centros docentes más importantes del país, con un prestigio alcanzado en medio siglo de esplendor, que hoy alista su colectivo hacia la categoría de Excelencia.
Cuando el 6 de noviembre de 1967 quedó inaugurada la primera casa de altos estudios fundada por la Revolución cubana, las luces del futuro se proyectaron hacia una nación de mayores oportunidades; y ya suman más de 74 mil profesionales, de ellos mil 500 extranjeros de 77 nacionalidades, graduados en este centro a lo largo de su historia.

En el marco por los festejos del 50 cumpleaños, su colectivo docente se enfila con múltiples perspectivas para alcanzar la máxima distinción que otorga la Junta de Acreditación Nacional a los centros de Educación Superior en Cuba y así lo ratificó el rector Santiago Lajes Choy.

Las celebraciones por el medio siglo comenzaron con una gala especial, acontecida en el Teatro Principal, en la ciudad de Camagüey, declarada por la Unesco Patrimonio Cultural de la Humanidad, escenario de un digno espectáculo que contó con el Conjunto Artístico Maraguán, el más laureado de los grupo de aficionados en Cuba.

En la cita cultural, distintas instituciones homólogas, como la Universidad Central ‘Martha Abreu’, de Las Villas, así como la Universidad de Perú, y la Autónoma de Puebla, reconocieron la labor de la homóloga de Camagüey, que cuenta con 53 carreras.

Dichos centros docentes extranjeros mantienen un estrecho vínculo con la Universidad camagüeyana; y destacan proyectos de colaboración como los sostenidos con la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, en México, capaz de beneficiar a más de dos mil estudiantes y a un centenar de profesores.

En este 2017, la UC también contó con el financiamiento de 150 mil euros provenientes de la Universidad de Ghent en Bélgica, que permitió habilitar laboratorios con tecnología de última generación para las investigaciones relacionadas con la calidad de la leche y la producción de probióticos para la cría de camarones.

El decano de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UC, Amílcar Arenal, explicó que este tipo de intercambio ‘fortalece la infraestructura para la exploración y además contribuye a la formación de académicos y estudiantes cubanos en el llamado Viejo Continente’.

Para la institución docente los proyectos de intercambio y colaboración internacional se han convertido en premisa y tema priorizado.

Solo con el apoyo del proyecto VLIR, del Consejo de Universidades Flamencas de Bélgica, se instalaron servidores profesionales y, mediante cables de fibra óptica, se amplió el ancho de banda de Internet de todas las facultades del centro.

Semejante crecimiento tecnológico amplia las perspectivas de investigación y proyecciones para 2018, cuando se prevé la puesta en marcha de otra veintena de colaboraciones con instituciones foráneas, entre las que sobresalen estudios de Administración con la Lehman-College de Nueva York.

En el aspecto científico del presente año destacó además la Conferencia Internacional Ciencia y Tecnología por un Desarrollo Sostenible que, desde campos como las Ciencias Agropecuarias, Química, Ingeniería Eléctrica y Mecánica, con el propósito de lograr estabilidad en las esferas económica, social y ambiental del planeta. Los foros organizados por la UC, que cuentan con el auspicio de importantes proyectos de la Unión Europea, no solo aumentan el prestigio de la institución, sino que, además, contribuyen al desarrollo socio-económico continuado y sostenible de Cuba.

Más allá de la formación docente y de las actividades investigativas, la UC se integra como ente activo en la sociedad; y muestra de ello resultó su apoyo en las tareas recuperativas tras el paso del huracán Irma por el litoral norte camagüeyano, el pasado 9 de septiembre.

Un contingente de estudiantes universitarios se sumó a las acciones de ayuda en distintos Consejos Populares de los municipios de Esmeralda y Sierra de Cubitas, especialmente en las zonas costeras, que sufrieron notables daños en el fondo habitacional.

Por todo ello, durante cinco décadas de labor, la Universidad de Camagüey se ha mantenido como la gran familia que marca el futuro de sus profesionales, quienes se forman en esta región centro-oriental cubana como hombres de bien, conscientes de su papel y su misión social en el universo de una Cuba mejor.

Fuente noticia: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=131381&SEO=universidad-de-camaguey-savia-para-una-cuba-mejor
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Mostrará Cuba avances de la Genética humana y médica.

Centroamérica/Cuba/14.11.2017/Autor y Fuente: http://www.acn.cu/

Genética Comunitaria en la Era de la Medicina Genómica: el reto es Prevenir, es el tema de una cita científica que se desarrollará en la capital del 14 al 17 de este mes, con el fin de mostrar los avances de la genética humana y médica en Cuba y en otros países.

La Doctora en Ciencias Beatriz Marcheco,  presidenta del Comité Organizador del III Congreso Internacional de Genética Comunitaria, anunció que el foro también se propone compartir experiencias, y reflexionar sobre la aplicación, con fines preventivos, de los resultados de la revolución genómica en la atención primaria de salud, en busca de una mejor calidad de vida y acceso equitativo a las nuevas tecnologías.

Marcheco, directora del Centro Nacional de Genética Médica, explicó que entre las diversas temáticas de la cita científica se incluyen la Genética comunitaria; Clínica; Molecular, Enfermedades complejas; Medicina fetal; Citogenética; Errores Congénitos del Metabolismo y Epigenética y Mecanismos básicos.

Contempla, además, el Estrés Oxidativo y Enfermedades Genéticas; Inmunogenética; Educación en genética; Manejo y Terapias en Enfermedades de origen hereditario, Genética y Cáncer; Farmacoge  y Bioinformática y Genética y evolución de las poblaciones.

Marcheco, también presidenta de la Sociedad Cubana de Genética Humana precisó que el martes serán los cursos pre-congreso del evento, entre ellos versarán sobre el Asesoramiento Genético en el contexto de las nuevas tecnologías genómicas, Actualidades sobre Genómica y Cáncer y Vigilancia Epidemiológica de Defectos Congénitos.

También sobre Genética Forense; Masculinidad hegemónica, salud y herencia epigenética. Estrategias para su Prevención; Genes y Trastornos Mentales; Diagnóstico de Defectos Congénitos y Enfermedades genéticas en la atención prenatal y Bases genéticas de la Infertilidad. Programa Nacional Cubano de Reproducción Asistida.

Renombrados expertos internacionales también participarán en la magna cita, que incluye el III Encuentro cubano sobre el Síndrome de Prader Willi, organizado por la Sociedad Cubana de Genética Humana y Cáritas.

Según expertos el síndrome de Prader-Willi es un trastorno genético poco común que provoca disminución de la fuerza muscular, bajos niveles de hormonas sexuales y una sensación constante de hambre.

La parte del cerebro que controla la saciedad o el hambre no funciona como debe en las personas con este síndrome, ellas  comen de manera excesiva, lo cual conlleva a la obesidad.

El encuentro tiene el propósito de intercambiar información y experiencia con profesionales y familiares, sobre el manejo clínico y sicológico de esa dolencia, en temas específicos como la esfera afectivo–motivacional y cognitiva, las manifestaciones endocrino metabólicas y el tratamiento nutricional para una mejor calidad de vida de esa personas, señala la convocatoria del evento.

Fuente: http://www.acn.cu/salud/29852-mostrara-cuba-avances-de-la-genetica-humana-y-medica

Imagen: http://www.acn.cu/images/2017/noviembre/10-/genetica%20humana.jpg

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Entrevista: El feminismo negro visto desde la perspectiva de una filósofa intercultural

Entrevista a Maydi Bayona, profesora de la Facultad de Filosofía e Historia de la Universidad de La Habana
El feminismo negro visto desde la perspectiva de una filósofa intercultural

 

Pedro Alexander Cubas Hernández
Prensa Comunitaria
Pedro Cubas (PC): ¿Cómo fueron sus inicios o primeros acercamientos a las temáticas que emanan de los estudios de género, de la mujer y de los feminismos?

Maydi Bayona (MB): Pienso que cada proceso de iniciación irrumpido tiene que ver con informaciones e instrumentos necesitados por tod@s, para acometer nuestra misión de vida. Todo comienzo es la búsqueda de datos, conocimientos y habilidades para transitar el largo y complejo camino de aciertos, desaciertos e integraciones de mundos y saberes.

Acercarme a los estudios de género, de mujeres, de las diversas expresiones de feminismo, me llevó a comprender que para enfrentar los tipos de discriminaciones abiertas y encubiertas que acontecen en nuestra cotidianidad, no pueden enfrentarse sólo desde las viseras, la catarsis, la denuncia en un mundo marcado por la racionalidad como recurso de emancipación. Se hace necesaria una estrategia que encuentra sus recursos en el conocimiento profundo y en la crítica de los paradigmas patriarcales y etnocentristas que fundamentan las bases epistémicas de la historia, la filosofía, la teología, la antropología, la economía, la sociología, las ciencias de la educación, jurídicas, de la comunicación y a las propias ciencias naturales. No obstante, es válido apuntar que “género”, desde los estudios decoloniales latinoamericanos y caribeños, es una categoría en debate entre las teóricas feministas; por ser considerada una categoría etnocentrista que sólo aborda las formas de relaciones entre hombres y mujeres de la cultura occidental.

No obstante a ello, es un instrumento teórico importante que unido a las diversas expresiones de las teorías feministas, en especial la que nos ocupa, el Feminismo Negro, permite comprender los niveles de relaciones y conflictividades de las prácticas humanas; lo que en este ejercicio hermenéutico, implica la incorporación de la diferencia y de los componentes étnicos, clasistas, económicos, regionales, etarios, socioculturales, etcétera, para comprender la causalidad de los complejos procesos de vidas de las mujeres y hombres, en particular, enalteciendo los mundos de mujeres.

Es importante significar que “género” es una categoría gestada, por las luchas femeninas, al corpus de la política internacional y las ciencias sociales, referido a marcar las diferencias sociales y culturales entre lo femenino y lo masculino. Relativizó los significados de ser mujer y ser hombre a partir de la distinción sexo/género. Asimismo desde sus funciones sociales exigió un conjunto de derechos que compartimos con los hombres. Reclamó, de igual modo, un grupo de derechos que es atributivo de las mujeres, en función de destruir la condición de mujeres objetos, condicionada desde las lógicas patriarcales.

Introducirme en estos caminos, me hizo reflexionar acerca de los endebles instrumentos de defensa y legitimación de nuestras identidades plurales a todos los niveles de relaciones e instrucción, que van desde la naturalización de la condición genérica, el masculino del lenguajes, los pobres conocimientos sobre nuestras identidades originarias, la división sexista-clasista-racial del trabajo y la normalización de la epistémica occidental como lo clásico y verdadero, estigmatizando los otros epistemes bajo el velo mítico y alternativo; limitando la pluralidad de voces, saberes, de cuerpos sentí-pensantes a los presupuestos de las culturas patriarcales occidentales y coloniales y sus correspondientes mundos de opresiones y segregacionista.

La visión articulada de la categoría “género” con aristas de las diversas expresiones feministas, en especial, el Feminismo Negro, el comunitario indígena, y el decolonial latinoamericano y caribeño fue, para mí, una invitación a indagar en ese infinito mundo de pluralidades humanas, culturales y epistémicas que me habitan en el plano más personal con altos compromisos sociales. En tanto soy una mujer negra, cubana, afro, caribeña, asiática e hispánica, partiendo de los componentes que conforman mi base genética y cultural, con un alto compromiso con la defensa de la dignidad humana.

El indagar en estos temas que nos ocupan, sirvió para concientizar e hilvanar en principios, lo antes expuesto, con el compromiso de sanar nuestros cuerpo-mentes-espíritus, e incluso invocar la sanación de las generaciones ancestrales, que se guardan en las memorias de nuestros cuerpos. Sanar, rectificar el presente para garantizar los cambios y equilibrios del futuro. Puede ser esta la modesta huella que dejemos como partes de un todo. Porque como bien enarbola la “Red de Sanadoras Ancestrales del Feminismo Comunitario”, mujeres en defensa del territorio cuerpo-tierra, nacida en Guatemala y con mujeres de todo el continente latinoamericano y caribeño: “Sanando tú, sano yo. Sanado yo, sano la memoria y el futuro de nuestros cuerpos oprimidos física y mentalmente. Sanamos arropándonos colectivamente y en solidaridad”.

Asimismo, acercarme a los estudios de género y del Feminismo Negro, con la perspectiva del feminismo comunitario: “En defensa del territorio-cuerpo-tierra”, abrió una puerta que condujo a parte del núcleo de mi existencia. Ello me llevó a tomar conciencia de los efectos de la globalidad y de sus estilos hegemónicos de vida. Un hecho muy triste, no sólo para lamentarse de él, sino como objeto de lucha para sumarse a las acciones por subvertir estos.

Por ejemplo: el recurso de identidad personal, o sea, el derecho a tu nombre y a tu identidad verdadera. Duele cuando te nombran García, Morales, Torres, Bayona, Castyñeira, y en tu condición de ser negr@, descendientes directos de african@s sólo te remitan a estados de dominación y sojuzgamientos. Eres la materialidad de la identidades suplantadas del “deber ser”, la materialidad de la colonialidad del ser que te convierte en el “no ser” de tu legítima identidad desconocida, o como diría Fanon, estas situado en la “zona del no ser”. No siendo estas las únicas razones para estar situado en esta zona.

Esta situación se hace doblemente fuerte y discriminatoria cuando pensamos en el proceso de la maternidad. Es en el cuerpo de las mujeres donde se materializa este misterio de la vida, y son los padres los que determinan la trascendencia de una identidad legitimadora, con el nombramiento de su apellido, en primera instancia, de la identidad primaria y permanente. Resultado de expresiones sociales normativas que determinan a la tradición como un prejuicio de autoridad, que define a los procesos y valores culturales, pre-establecido por el mundo de los hombres.

Nuestros cuerpos femeninos devienen en objeto, y no en ese cuerpo vivo y bendecido, conectado directamente con el corazón de la tierra-útero-luna-corazón del cielo. Las visiones patriarcales te desmiembran de un derecho a nombrar el fruto de nuestros vientres. En la esclavitud fue aun peor, para las mujeres africanas y su descendencia, cuando ese fruto nacido salió generalmente como mercancía al mundo y sin ninguna posibilidad de derecho a un nombre, ni reclamo sobre este. Es un fenómeno que responde a las lógicas del llamado “capitalismo patriarcal racialmente estructurado” –como explican Ku-Kum Bhavnani y Margaret Coulson (2004)– y a la división sexo-racial del trabajo.

En el plano de las identidades legitimadoras, donde las cuestiones de género quedan incluidas, me gustaría profundizar en el enfoque intercultural, en aras de dialogar con las esencias de las culturas africanas, asiáticas, caribeña, cubana y latinoamericana, al mismo nivel que las ibéricas, en tanto, fuentes nutrientes directas de mi existencia y potenciadoras de mi núcleo. Esta perspectiva necesariamente me ha conducido a ahondar en sus complejidades, encontrándome en este corpus identitario, incorporando a este enfoque, además, los notables y complejos conflictos entre sexo/género, clase y raza. Asimismo, al observar las dinámicas de relaciones pre-establecidas por las instituciones, herederas de valores coloniales y neocoloniales, que en su afán de emancipación, no escapan de reproducir e invisibilizar formas de opresiones y discriminaciones.

Ello ha condicionado socialmente rupturas con determinados presupuestos categóricos que niegan, limitan, fragmentan a nuestras existencias femeninas; re-funcionalizando patrones de conductas auto-excluyentes como comportamientos naturales, sin conciencia crítica de la auto-negación misma que practicamos como persona humana. Cuando lo que necesitamos es focalizarnos hacia un locus de enunciación diverso y fecundo, que nos legitima como sujeta de derechos.

La in-visibilización del locus de enunciación diverso y fecundo ha sido la estrategia civilizatoria de occidente en aras de limitar, confundir y fragmentar, por generaciones, nuestra condición humana, coartando las formas de participación, menoscabando todas las otras perspectivas epistemológicas y de concepción del mundo.

Entender esta dimensión como presupuesto ético, me ha hecho recolocarme, ante todo, en la defensa de la dignidad humana, más allá de nomenclaturas y clasificaciones por clase, edad, étnico-racial, género o por lo que se quiera. Comprender la complejidad de los procesos enmarcados en sus locus de enunciación también me han llevado moralmente a indagar acerca de las raíces éticas, culturales, sociopolíticas, históricas y geográficas de mí y nuestras existencias multiculturales, dotada de reservas de humanidad. Son estas las premisas en las que desde un inicio condicionaron mi acercamiento a los estudios de género, de las mujeres y el feminismo desde una perspectiva intercultural y desde la equidad.

Reflexionando sobre esta pregunta, y re-leyendo episodios de mi vida y mi ambiente familiar, me ha hecho pensar en las causas que me llevaron por estos senderos. En línea directa con mi madre en nuestras largas conversaciones desde pequeña, ella me compartía sus tristes experiencias socioculturales como mujer, negra, humilde, instruida y elegante en la búsqueda de trabajo y sus sueños rotos por resistirse al acoso sexual. Con esos antecedentes, juntas edificamos un proyecto de vida para mí, cargado de sacrificios, dedicación, tenacidad, entrega en defensa de una vida digna y de derechos. Que aunque asegurado por la existencia del proceso revolucionario cubano, por una parte; también nos nutríamos espiritualmente en los principios de las memorias de las luchas de nuestr@s ancestr@s por lograr la independencia de Cuba con tod@s y para tod@s las futuras generaciones, que hoy constituimos.

En esta búsqueda un momento importante lo marco en el año 1997, con la asignatura de Antropología en mi tercer semestre de la Licenciatura de Filosofía en la Universidad de La Habana. Recuerdo que tenía la orientación de un trabajo de campo sobre la cinematografía cubana. En la etapa de diagnóstico comencé mis indagaciones dirigiendo la mirada hacia el tratamiento que se les daban a las mujeres en el cine cubano. Múltiples fueron las muestras analizadas por sugerencias de especialistas en la materia: “Cecilia”, “Retrato de Teresa”, “Lucía”, “Madagascar”, “La Última Cena”, “Memorias del Subdesarrollo”, entre otras.

La observación de estas obras me hizo caer en cuenta que existía un grupo de mujeres, hasta cierto punto invisibilizado y estigmatizado en esos grandes clásicos. ¿Cuáles son las condicionantes que provocaba esta constante? Múltiples son las causales que condicionan este fenómeno. En ese momento una respuesta la encontré en la categoría de “modo de apropiación de la realidad”, aportada por Carlos Marx. Sin embargo, aunque esta categoría contribuía a la reflexión del fenómeno me era limitada, lo cierto es que existe un patrón de medida que presupone un “deber ser”, legitimado por los valores éticos, estéticos, políticos y culturales de Europa. La ideología colonial se estableció como norma del status quomoldeando nuestras subjetividades a su imagen y semejanza. La representación desmedida de objetualidad de las mujeres negras, en estos filmes, me confrontó en mi condición de mujer negra, provinciana, de familia humilde, formándose como una intelectual.

La repetición de patrones secundarios para crear ambientes marginales en las locaciones de determinados planos fotográficos, como protagonistas del complejo mundo plantacionista de la esclavitud, donde el irrespeto a la condición humana, la objetualidad, la ignorancia, el dolor, la servidumbre y los cuerpos violentados, fueron una constante. Las pocas veces en las que fueron protagonistas, en realidad no lo eran, sólo daban un servicio, porque en realidad la verdadera protagonista eran la marginalidad, el estatus social a lo que debería estar confinadas y la religión africana, presentadas con sus mejores velos de prejuicios y estigmatizadas de igual forma que sus representantes. ¿Existía alguna intencionalidad en este patrón representacional?

Esta situación me colocaba en el primer año de la carrera cuando una de las profesoras, para alentarnos, nos decía: “No entiendo para qué tantas mujeres filósofas. En la historia de la filosofía nada han aportado las mujeres…” Por cómo me trataba comprendí, que desde sus normativas, y si por demás eras mujer negra, no había esperanzas para la Filosofía. Lo interesante es que ella legitimaba los ecos de una cultura clasista, patriarcal y etnocentrista. Ella estaba convencida que ese era el “ser” del “deber ser”. Siendo este el mismo patrón que media en las subjetividades materializadas en las producciones audiovisuales de cine y televisión antes mencionadas y no superadas.

Por este tiempo, la Facultad de Filosofía e Historia abría un capítulo en la Universidad de La Habana: los estudios de Género e Historias de Mujeres, un curso optativo impartido por el Doctor en Ciencias Históricas Julio César González Pagés. Participaron unos 10 o 12 estudiantes de lo más selecto de las carreras de historia y sociología. Para gran parte de l@s profesionales de la filosofía en Cuba, hasta hoy, dichos temas no han sido, penosamente, una problemática de importancia.

PC: ¿Cuándo comenzó su interés por estudiar e investigar específicamente el Feminismo Negro?

MB: Fue en el año 2003, en el Departamento Investigaciones Ecuménicas (DEI), de Costa Rica. Fue un curso impartido por la Doctora Silvia Regina de Lima Silva (brasileña), que se titulaba “Feminismo negro”. Para mí fue un descubrimiento, pues ella indagaba en la raíces del fundamentalismo teológico colonial.

Recuerdo que en esa semana dormí muy poco meditando acerca de las reflexiones que la profesora hacía en el aula acerca del concepto de “interseccionalidad”, definido como la interdependencia existentes entre sexismo, clases sociales, racismo y opresión; unidades objetivas necesarias para el análisis de la situación de las mujeres negras. Las que se derivan como formas legítimas establecidas que afectan el modo de vida y las historias de las mujeres negras en los procesos colonialistas, globalizados y contemporáneos en el ámbito de las estructuras de las relaciones sociales de producción, en las división social e internacional del trabajo. Asimismo, puntualizaba sobre otro elemento de ese núcleo: la teología fundamentalista colonial, y su sentido mesiánico.

Pensaba sobre las diversas y contradictorias reacciones que se derivaban. Recuerdo que trabajamos mucho el pensamiento ecuménico brasileño y feminista negro de Brasil, líderes en ese momento y en estas cuestiones en América Latina. Conocí de la militancia, acciones y aportaciones de Luiza Helena de Bairros, Léila González, Sueli Carneiro y de la propia profesora, entre otras.

Yo en el año 1998 había hecho un trabajo sobre la esclavitud y la representación de la mujer negra. Pero era beber de hipótesis que nacían de interpretaciones críticas de la historia e interpretando historias de vidas de mujeres y familiares negras. Pero descubrir el Feminismo Negro desde las líricas y poéticas mujeristas, vientristas, interseccionalista, de conocimientos, empoderamientos, etcétera, propuestas por estas mujeres: Angela Davis, Alice Walker, bell hooks, Kimberlé Williams Crenshaw, Patricia Hill Collins, Afua Cooper, Rebecca Walker, Betty Ruth Lozano Lerma, Ochy Curiel, Wendy Patricia Maswell, y su impronta, fue una revelación.

En el 2016 estuve en Haití, donde pude conocer a Angela Davis, y una vez más su discurso fue estremecedor, alrededor de este y otros temas de urgencia en la sociedades globales, modernas y contemporáneas. Sólo que estos discursos, como muchos otros, necesita salir a la calle y llenarse de gente, calar la conciencia crítica. Quedarse en los oídos de las élites, no es justo. Y es eso lo que habitualmente pasa.

PC: ¿Qué conocimientos tiene usted sobre la historia del Feminismo Negro o de las mujeres negras en Cuba; y cuál es la importancia de esos saberes en la actualidad cubana?

MB: La lucha de las mujeres negras en Cuba encuentra sus principales referentes en las mujeres esclavizadas que de múltiples maneras llevaron la resistencia y la defensa a su existencia y valores identitarios, desde el espacio de cocina con la culinaria, la oralidad, su religiosidad, el cimarronaje y hasta la manigua, como el ejemplo de Carlota Lucumí, en 1843, en Matanzas. Otro emblemático ejemplo se encuentra en Mariana Grajales, “Madre de la Patria”, designada así por José Martí; ratificada en reiteradas ocasiones por Raúl Castro; y limitada sólo a “Madre de los Maceos”. Ella no sólo donó sus fuerzas e ideales, sino también a sus hij@s al servicio por la independencia de Cuba. Una vez, en 1878, desde Jamaica, junto a sus hijas y nueras, crea clubes patrióticos con el objetivo de continuar apoyando la gesta emancipadora cubana. ¿Será que la resistencia a asumirla como “Madre de la Patria” responde a patrones racistas marcados por la colonialidad y a rezagos patriarcales que forman parte de los cimientos de nuestra identidad? Nuestra Patria –multicultural y mestiza– tiene reconocido un indiscutible “Padre de la Patria”: Carlos Manuel de Céspedes; pero no así, una madre; aunque criterios de autoridad como nuestro José Martí, lo haya expresado en el siglo XIX y en el XXI, con convicción lo reitere nuestro presidente Raúl Castro Ruz, ¿es acaso eso posible?

Ejemplos como este nos dicen que en Cuba se dio, en la década del 60 del siglo XX, una gran Revolución en el mundo de las mujeres cubanas; pero a mi parecer, no se tenía conciencia de género. Muchas personas aún no tienen una idea clara de lo que significa la categoría “género” y una casi total idea errada y prejuiciada del feminismo. Asimismo, hubo altos desconocimientos de sus tipologías e historias.

Pienso que muchos de los grupos de trabajo y de mujeres que llevan una lucha en defensa de la mujer y sus derechos, lo hacen empíricamente o desde un superficial acercamiento a los temas. Por múltiples causas, no siempre se hace un buen manejo de la complejidad de la teoría de género y de todas las tendencias feministas. Muchas veces reproducen estereotipos y re-funcionalizan el sexismo, y otros valores patriarcales entre grupos de mujeres y diversos. Por otra parte, no siempre se hacer un uso adecuado del instrumento que estas teorías les proporcionan.

Con ello no niego el trabajo de organizaciones, activistas e instituciones nacionales e internacionales, gubernamentales y ONG en la Isla. Sólo afirmo que es insuficiente. Y que los logros que han alcanzado las mujeres cubanas en el orden social no son proporcionales a la conciencia de género alcanzada.

Pienso que hay que continuar trabajando duro en la recuperación de las memorias de mujeres invisibilizadas en nuestra historia, en particular de las mujeres negras y sus improntas en el siglo XIX y XX cubano. El conocimiento de estas cuestiones en las generaciones de hombres y mujeres cubanas en la actualidad, y en particular en el caso de las mujeres negras, contribuye a reconfigurar nuestros centros humillados, sojuzgados históricamente.

Es la invitación a caminar en la búsqueda de nuestro propio ser, ese que las ideologías coloniales han intentado ubicar en el fondo del pozo y que no siempre se deja ver en la superficie. Con la Revolución cubana de 1959 y con la creación, en 1960, de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), se abrió un marco de oportunidades sociales para tod@s, sólo que unido a sus programas de justicia social, equidad y la impronta humanista y revolucionarias, que la define. Sin embargo, quedan efectos del sesgo de valores heredados de la ideología colonial, que están en los modos de apropiación de la realidad de los sujetos/as. Esto se expresa en el comportamiento y se re-funcionaliza en las dinámicas sociales, como parte de las contradicciones que la misma sociedad genera en su seno; más allá de las voluntades políticas. Y, ¿cómo dejar de ser patriarcal o dejar de ser racista?

Las imágenes televisivas representan, de forma abierta o subliminar, a la esclavitud y a la “mala suerte” que, en consecuencia, heredaste como “único patrimonio”; aunque las lógicas sociales de nuestro proyecto revolucionario garanticen otras posibilidades para nuestras existencias y dignificación de nuestras vidas.

Dentro de los principales exponentes del Feminismo Negro cubano, en la contemporaneidad, encontramos, en el campo de la investigación, a: Inés María Martiatu Terry, Leyda Oquendo Barrios, Daisy Rubiera Castillo, Norma Guillard Limonta, Digna Castañeda Fuertes, Lourdes Serrano Peralta, Magdalena Mazón Hernández, Yulexis Almeida Junco, Olida Hevia Lanier, Zuleica Romay, Belkis Rojas, entre otras. En el arte: Belkis Ayón (en la plástica), Gloria Rolando (en el cine), Georgina Herrera (en la poesía), Fátima Patterson (en el teatro santiaguero y caribeño). En cuanto a proyectos sociales, me gustaría mencionar la labor de Cuba en la Articulación Regional de Afrodescendientes (ARA).

Pienso que es significativo el libro Afrocubanas, coordinado por Daisy Rubiera e Inés María Martiatu. Ese texto brinda múltiples aristas del significado de ser mujer negra y desarrolla nuestros presupuestos de Feminismo Negro. De igual modo es de destacar las tertulias organizadas por Daisy, Yulexis y Oilda. Desde mi modesto punto de vista, el espacio se caracteriza por ser profundo en sus análisis, intercultural, interreligioso e interdisciplinario de creación, en despertar y visibilizar el universo simbólico de opresiones a las que son sometidas las mujeres; así como llamar la atención sobre sus potencialidades. Ha brindado capacitación sobre diversos temas, siempre reflexionando acerca de la situación de la mujer, en general, y de las mujeres negras, en particular. El espacio es un ejemplo de cómo el feminismo puede ser un verdadero movimiento de emancipación.

En cuanto a la capacitación puntualizar a la socióloga Yulexis Almeida Junco, quien lleva un sostenido trabajo en esa dirección, particularmente en la socialización de la impronta del Feminismo Negro. La profesora desarrolla cursos optativos en la Universidad de La Habana y en otros espacios académicos y comunitarios. Asimismo, los proyectos sociales de FLACSO-Cuba de la Universidad de La Habana.

Una mención especial para nuestra cineasta Gloria Rolando, exponente del Feminismo Negro cubano. Desde el discurso cinematográfico, y el ejemplo consecuente de su propia vida, ha dejado obras maestras, que recogen la impronta ancestral, el mundo de opresiones y de prejuicios a los que hemos sido sometidas las mujeres y las culturas africanas y caribeñas. Ella expone los rostros humanos, las esencias y complejidades culturales que las habitan, tanto en sus subjetividades como en los espacios de enunciación, siempre desde un universo plural. Ella aborda, desde la indagación seria, fragmentos de la historia de Cuba no recogidos. Como bien ella plantea, “los investigo y visibilizo, no por ser mujer negra, sino por ser cubana”. Obras como: “Oggún un eterno presente” (1991), “Los hijos de Baraguá” (1996), “Los ojos del arcoíris” (1997), “Rembarque” (2014), “Conversando con mi abuela” (2016), son muestra de ello. En la búsqueda de su propia historia nos revela un mundo muchas veces desconocido, sutilezas naturalizadas donde toman cuerpo la opresión, la segregación, el dolor, la nostalgia y el aporte de fenómenos sociales, como las migraciones. En sus obras recupera lo auténtico de las manifestaciones que adopta la condición de sujeta/o histórica/o en la nación cubana. Lo que tributa a un fortalecimento de identidades liberadoras.

Pienso que en Cuba, en los espacios institucionales, culturales y académicos, se debe continuar sistematizando el trabajo de sensibilización, libre de prejuicios, hacia estudio de las teorías feministas como instrumentos necesario para educar y trabajar el perfeccionamiento de políticas públicas por el mantenimiento de la equidad social. Que ello no sólo constituya un asunto de las élites que se ocupan en estos temas. Insisto, debe concientizarse desde la base, porque cuando llega verticalmente como política, se pierde su sentido emancipatorio y de defensa de la dignidad y derechos de las mujeres.

Por ejemplo, aun no se comprende la necesidad de la perspectiva de género en el lenguaje. Aunque mucho se ha escrito sobre el tema, se defiende un lenguaje puramente patriarcal. No obstante a ello, la educación y los medios de comunicación, así como sus productos culturales, desempeñan un papel importante en ir desmitificando estas lógicas sexistas y discriminatorias, de la que a veces no se tiene conciencia, porque tampoco se tiene conciencia del valor y significado de la diversidad como patrimonio para nuestro espacio.

PC: ¿Cuáles son las contribuciones teóricas y metodológicas fundamentales del Feminismo Negro que, en su opinión, coadyuvan a una comprensión real de la situación de las mujeres negras en el contexto en que usted vive, estudia y trabaja actualmente?

MB: Para responder a esta pregunta se requiere acercarse a los rasgos generales que definen al Feminismo Negro, del resto. En este sentido, Yulexis Almeida identifica un grupo de características, que me gustaría tomar como referencias para dejar bien definido de que hemos estado hablando hasta ahora.

Marca sus inicios en los años 60 y 70 del siglo XX en Estados Unidos y Gran Bretaña. Se focaliza en el análisis del origen de la opresión de las mujeres, “la división sexual del trabajo y el trabajo doméstico. Profundiza en la lucha anti-colonialista contra el racismo, la desigualdad de clase y las prácticas patriarcales. El concepto de “mujer negra” se convirtió en una identidad política estratégica. La reformulación de la separación de espacios público y privado (a partir del eslogan lo personal es político). El estudio de la vida cotidiana”. Se reivindica enérgicamente la despenalización del aborto. Se publican, crean y se usan anticonceptivos como un derecho de las mujeres sobre sus cuerpos. Se produce la descentralización, diversificación de la masculinidad hegemónica. Critica el carácter racista y clasista que no reconoce a la mujer negra, y la ve como fuerza de trabajo y ser mal remunerada.

Una vez definido debo plantear, en segundo lugar, que no obstante a todos estos aportes que definen al Feminismo Negro, penosamente, en mi espacio académico más inmediato, estos estudios no son prioridad. No esta modalidad del feminismo, ni ninguna otra. Existen aislados estudios sobre el pensamiento filosófico de mujeres muy puntuales. No se ha fraguado la conciencia del valor que tributan al campo de la filosofía, los estudios de género y feminismo, aun existiendo feministas marxistas. Sin embargo, algunas acciones en el área de postgrado se están desarrollando en relación a los estudios de género y el Feminismo Negro, decolonial, comunitario, por quien les habla. No pasa así en el área de los estudios sociológicos, quienes son la vanguardia en estos temas.

En tercer lugar, apelando al plano personal, como filósofa, desde estudiante ya me había introducido en estas imprescindibles redes para comprender la complejidad y totalidad de las dinámicas y comportamientos del/la sujeto/a social. Y para poder entender mejor desde mi lugar de enunciación el verdadero significado del cosmos de la polis griega y otras formas del cosmos más apegadas a mi existencia. Para ello los estudios decoloniales me aportaron mucho, sobre todo en poder articular lógicamente a la categoría de género y raza en el sistema de relaciones sociales de producción. Las que en el espacio colonial americano y caribeño adoptan un significativo valor epistemológico y cultural.

En un cuarto momento de la respuesta me gustaría poner en diálogo principios provenientes de la cosmovisión del feminismo comunitario y –en entrevista con la psicóloga social guatemalteca Lorena Cabnal–, el Feminismo Negro y decolonial como mensajes para concientizar sobre la complejidad que habita en ser mujeres y sus conexiones con las dimensiones físico, mental, espiritual y lo comunitario. En pensar en nuestra primera casa, nuestros cuerpos y en su plataforma en la que habitamos colectivamente, la tierra. Acerca de estos referentes y sus significados reflexionemos.

En la voz de Lorena Cabnal, como lideresa espiritual, desde el feminismo comunitario apunta: “Es necesario que las mujeres: conozcan y concienticen que en el cuerpo tenemos un mapa. Hay una memoria corporal, espiritual, ancestral de nuestros úteros que condiciona nuestros tiempos presentes. Es imprescindible interiorizar que existe una razón de los cuerpos y una necesidad de energizarse en las cuatro dimensiones: físico, mental, espiritual y lo colectivo comunitario”.

Concientizar que el cuerpo femenino no sólo son cuerpos-placer, cuerpos-gestantes. Son además, cuerpos conectados por un hilo cósmico y sincronizado con la luna y los astros. De este hecho nacieron los primeros calendarios lunares hasta el siglo XIII, cuando el poder eclesiástico y patriarcal impuso el calendario Gregoriano por encima de los calendarios lunares.

En cuanto a esa histórica relación “ser humano- naturaleza”, que determina el contenido de la producción, sería interesante que supiesen que en la antigüedad los vientres de las mujeres, la Luna y la Tierra, tenían una comunicación directa. Las mujeres sabían cuando plantar la semilla, tanto en su territorio cuerpo, como en el territorio tierra, razón por la que eran consideradas por el sistema patriarcal como brujas, hechiceras y amenazas.

Por eso se hace indispensable asumir el acto del sangrado como algo hermoso y su tiempo como una posibilidad de viajar hacia nuestros mundos interiores. La menstruación hay que naturalizarla en nuestra psiquis como generadora de energías hermosas, vitales y sanadoras. Vivir la posibilidad de tenerla como una manera legítima de florecer, ser libres y sentir. Hacer conciencia el hecho de que las opresiones vividas por las mujeres, a través de los tiempos sobre sus cuerpos, constituye una de las causas de la desincronización con la Luna, los astros y sus hilos astrológicos y, por tanto, de los períodos menstruales y sus dolencias. Interiorizar que la desarmonización de los cuerpos de las mujeres con la Luna es la causa del sistema opresor patriarcal que sufren las mujeres.

Estos son algunos de los principios del feminismo comunitario de las mujeres indígenas de Guatemala. Ellos, indiscutiblemente, confrontan nuestras vidas de mujeres e invita a pensar y activar estos complementos dormidos, silenciados y estigmatizados. Ello, a su vez, nos conecta con otros elementos a tener en cuenta para nuestras vidas como legado de las múltiples comunidades de mujeres afro-latinas-caribeñas, quienes han salvaguardado el legado de las cosmogonías, cosmovisiones y espiritualidades africanas, lo que reafirma la tenencia de un patrimonio tangible e intangible que se estableció como tronco cultural legítimo en el diverso y denso bosque del continente americano.

Es este último, uno de los conflictos que enfrentan las mujeres afro-latinas-caribeñas. Dicho problema se ubica entre las dos orillas del Atlántico: los archipiélagos caribeños y las orillas americanas bañadas por las aguas del Océano Atlántico. Cuando pensamos física y literalmente en el territorio cuerpo–tierra, nuestras ancestras africanas perdieron sus tierras natales y, con ello, su libertad. Sólo con la muerte a través de sus espíritus volverían a su lugar de origen en estado de libertad. Ese fue un principio de vida de l@s african@s en estas tierras. Como alternativa de supervivencia se fueron adaptando y modificando estos lares. Fueron troncos culturales muy fuertes que lograron fructificar y hacerse perdurables. Estos son memorias históricas que sostienen los principios del Feminismo Negro y decolonial, respectivamente.

Se hace imprescindible concientizar que América Latina y el Caribe, para las generaciones posteriores, dejó de ser el espacio de acogida para convertirse en un espacio originario. Entonces, cómo explicar que aun hoy, en pleno siglo XXI, luego de cinco siglos de haber llegado nuestros primeros ancestros y haber procreado a sus descendencias, todavía la condición de inferioridad y el racismo colonial y natal haga estragos sobre el cuestionamiento de si los descendientes de las/os africanas/os son, o no son, originarias/os.

Sobre los cuerpos–mentes femeninos negros, aún pesan las incomprensiones del ser o no ser originario como una causa más para la exclusión. Razón por la cual, lo originario se legitima como una condición política incuestionable para los nativos del continente; pero, al mismo tiempo, posee un carácter excluyente. Este último ha sido muy bien manejado por el sistema capitalista neoliberal que utiliza las diferencias étnicas, raciales, culturales y residenciales para usurpar territorios y lo más auténtico de nuestras culturas y espiritualidades.

En estas polémicas entre “ser-no ser-pertenecer” ha constituido en el mundo de las mujeres afro-descendientes un recurso de resistencia y mediación intercultural. Los saberes ancestrales han sido elemento común tanto para las mujeres afro-descendientes como para las indígenas. Estos han condicionado y hasta determinado las concepciones de sus metodologías, cimentadas en el complejo y misterioso mundo de las espiritualidades; la búsqueda de la libertad, que en diálogo con los modos de hacer contemporáneos implementan estrategias de lucha frente a las injerencias del capital y las concepciones patriarcales en no pocos grupos que han concientizado su condición y misión.

PC: ¿En qué medida usted podría contribuir, desde la práctica, a enriquecer las discusiones teóricas y cotidianas sobre Feminismo Negro en el contexto de la lucha por los derechos, la visibilización y el empoderamiento de las mujeres negras?

MB: En este sentido, me identifico como una agente intercultural, entre las sabidurías ancestrales que nos habitan y las sabidurías institucionalizadas por la geopolítica del conocimiento etnocentrista de occidente. Experimento el desarrollo de un lenguaje que se re-significa y democratiza todo el tiempo, como consecuencia de una toma de conciencia crítica de mi ser y sus “yo” plurales, integrados en mi condición de mujer y de persona. La cuestión no es solo política, es también existencial; aunque ha sido la práctica consolidada del modo de apropiación de la realidad occidental institucionalizado y legislado en políticas fragmentarias y prejuiciosas, por más de 500 años, las que han limitado los lenguajes, las conciencias; dividiendo y excluyendo por sus marcas genéricas, clasista, étnico-racial, etaria, geopolítica, etcétera.

Las observaciones analíticas en mis investigaciones y maneras de enseñar desde la perspectiva de género me llevan a tener en cuenta, en mis reflexiones y modos de hacer, a las interrelaciones de los locus de enunciación en el que existimos y en el que hemos sido educados. Y es desde acá que desarrollo esta reflexión. No puedo escapar de la historia, aunque no por ello tengo que ser víctima, ni objeto de ella. Este presupuesto me llevó a comprender una de las funciones de los estudios de género y feminismo, pues me hizo caer en cuenta de la responsabilidad, que en tanto mujer cubana, negra y profesional posee con la salvaguardia y renacimiento de los valores de nuestra “Ancestralidad”. Recuperando desde ello a sus hacedoras, que nos hacen sentirnos personas y pertenecientes de un lugar y múltiples culturas. Recuperar el orgullo y la dignidad de ser mujer afro-latina-caribeña.

En mis escritos, charlas entre amig@s, docencias de postgrado de “Género, Comunicación y Decolonialidad”, he experimentado unas metodologías “otras”, preocupadas no por la trasmisión de conocimiento, sino por la sensibilización de la conciencia a partir de legitimar a la dignidad humana, como un derecho de vida y de respeto a la diferencia. Elementos estos, que le desconocieron a una parte importante de mis ancestr@s, en particular a los african@s y sus descendientes; pero también pienso que no es desconociendo la humanidad de los otros que legitimaremos la nuestra. Con ello gano una comprensión otra de un problema ético-cultural que defiende la esencia de la diversidad humana.

Por otra parte, la experiencia interdisciplinaria entre filosofía, antropología y estética (como salida a mis investigaciones), ha sido transversalizada por las teorías de género, del Feminismo Negro y del feminismo comunitario latinoamericano. Ello ha contribuido a la comprensión de las tipologías que puede adoptar el “sujet@ y su negación” en su corporalidad y extensión.

Ahora me encuentro trabajando en el concepto “clave intercultural”, la paradoja de la emancipación y los prejuicios como círculo hermenéutico. Herramienta epistémica y sociopolítica para develar problemáticas, que ante los presupuestos tradicionales de la lucha de clases, se quedan fuera de contexto e invisibilizados. Tales como: la recuperación de las memorias históricas de las abuelas y abuelos (amerindios, africanos, asiáticos y caribeños); las que han sido silenciadas junto a sus corpus antropológico y filosófico, unos más que otros. Introducir transversalmente las contribuciones de las teorías de género y feministas, en estas problemáticas filosóficas que acontecen en nuestra sociedad, me ha servido para comprender la diferencia y la necesidad de rehacer el mapa de la historia de nuestras raíces y a recuperar, entender y respetar el patrimonio heredado, en especial el relacionado con el mundo de las mujeres y la re-evaluación de su lugar en el mundo.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=233987

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Firman Cuba y Hungría programa de cooperación educativa y científica

Cuba/13 de Noviembre de 2017/Prensa Latina

El canciller de Hungría, Péter Szijjárttó, y el ministro cubano de Educación Superior, José Saborido, firmaron hoy aquí un programa de cooperación educativa y científica.
El programa incluye áreas como la propiedad intelectual, el otorgamiento de becas de estudio e investigaciones científicas conjuntas, según un reporte del noticiero de televisión.

El ministro de Asuntos Exteriores y de Comercio de Hungría, de visita en Cuba, expresó que respetaba el énfasis brindado por Cuba a la innovación así como el esfuerzo para modernizar la economía.

A su vez, Saborido reiteró la voluntad de colaborar mutuamente para intercambiar experiencias.

La agenda del diplomático húngaro en Cuba incluyó también la asistencia a la firma de un acuerdo de cooperación cultural y el encuentro con su homólogo cubano, Bruno Rodríguez.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=130419&SEO=firman-cuba-y-hungria-programa-de-cooperacion-educativa-y-cientifica
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Cuba apoya en Unesco convenio para reforzar cooperación universitaria

Centro América/Cuba/11 Noviembre 2017/Fuente: Prensa Latina
La viceministra primera de Educación Superior en Cuba, Martha del Carmen Mesa, apoyó en la Unesco la adopción de una Convención Mundial sobre Reconocimiento de Cualificaciones de nivel universitario, que ayudaría a reforzar la cooperación en el sector.
Según informaron hoy fuentes diplomáticas, al intervenir en la Comisión de Educación de la 39 Conferencia General de la Unesco la representante de la nación caribeña argumentó que un convenio de este tipo mejoraría la movilidad académica y permitiría fortalecer la cooperación internacional en la esfera de la educación superior.

Agregó que los resultados de las discusiones que se desarrollan en la Unesco representarán un paso importante hacia la movilidad académica mundial y la confianza en los sistemas de educación superior.

Para Cuba, sostuvo, lo que se dirime en torno a la referida Convención es la defensa de una educación para el desarrollo sostenible; la promoción de una cultura de paz y no violencia; la ciudadanía mundial; la apreciación de la diversidad cultural, así como la contribución de la cultura al desarrollo sostenible.

Asimismo, la viceministra llamó la atención sobre la necesidad de una revisión de los convenios regionales relacionados con la misma materia, como importante contribución de cada área a los nuevos retos de la educación terciaria.

De acuerdo con la declaración, los propósitos y principios sociales, humanísticos y morales que Cuba defiende en la educación superior, se corresponden con la aspiración de que la educación contribuya no solo al cumplimiento de las aspiraciones individuales y nacionales, sino también a hacer del mundo un lugar mejor para la humanidad.

La Comisión de Educación sesiona en el marco de la 39 Conferencia General de la Unesco, que comenzó la semana pasa y se extenderá hasta el 14 de noviembre.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=130099&SEO=cuba-apoya-en-unesco-convenio-para-reforzar-cooperacion-universitaria
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¿Cómo, por qué y para qué existe una Academia de Ciencias Cubana en el siglo XXI?

Por: Luis A.Montero Cabrera

Se cuenta que algunos ansiosos de conocimientos en la Roma de 1603 pensaron que asociándose, viéndose las caras, intercambiando saberes, iban a poder realizar mejor el sueño de cualquier ser humano: entender y transformar el entorno para su propio bienestar. Se iban también a proteger de un ambiente conservador con respecto a los nuevos saberes y al progreso, amparados por una institución reconocida. Con el proverbial romanticismo mediterráneo escogieron para ella el nombre del “lince”, que es un animal muy astuto, característico por una visión prodigiosa. Así nació una de las primeras academias de ciencias del mundo, la “Accademia Nazionale dei Lincei”. Los cubanos aún hoy nos solemos referir a cualquier persona inteligente, capaz de comprender o ver algo con facilidad, como que “es un lince”. Galileo encontró en esta academia el apoyo imprescindible para poder publicar sus trabajos y protegerse de los que no veían bien sus revolucionarios hallazgos, que por poco le cuestan la vida.

Otras tantas surgieron más tarde, en más de medio siglo. La “Deutscher Akademie der Naturforscher Leopoldina”, en la actual Alemania, “The Royal Society” en Londres, la “Académie des Sciences” en Paris. Todas alrededor de la mitad del siglo XVII. El propósito era, sin excepción, el de que las personas ávidas de saber y sabias se asociaran para intercambiar conocimientos, darlos a conocer, cooperar, promoverse y protegerse. Algunas veces eran los propios gobernantes los que las fundaban a pedido de los sabios, buscando que buenas inteligencias los ayudaran a trabajar mejor, aunque sabían bien que nunca les iban a ser incondicionales. Las personas que cultivan el saber suelen ser leales a sus propias convicciones, casi siempre muy pensadas y maduras. Por eso cuando un sabio honesto, que no necesita simular, abraza un ideal, esa causa merece mucha confianza. ¡Cuán orgullosos estamos de que la inmensa mayoría de nuestros científicos de hoy son revolucionarios de corazón! Los políticos visionarios han sabido siempre que uno de los mejores aliados del bienestar y la riqueza es el saber. Fidel no dudó en plantear para Cuba una sociedad de “hombres de ciencia” para el futuro que nos soñó en 1960.

La vida nos muestra esa realidad hoy en la distribución de la riqueza de este mundo. Los que lo hicieron bien entonces pusieron a sus países en condiciones de recuperarse con eficiencia de cualquier guerra, cataclismo o crisis. Hoy también logran repartir parte de las riquezas que se crean entre todos y no solo para los poseedores, aunque más mal que bien. Así aplacan las necesidades de las mayorías y logran una relativa paz social en esos países, llamados “desarrollados”.

En las condiciones de una crisis económica brutal, en 1996, Fidel también creó la Academia de Ciencias de Cuba (ACC) en su forma actual, que es continuadora de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana. Esta se había inaugurado el 19 de mayo de 1861 en la capilla de la entonces Real y Literaria Universidad de La Habana. El presidente fundador fue su principal impulsor desde años antes, el Dr. Nicolás Gutiérrez, prestigioso cirujano, con varias obras publicadas y que fue también rector de la Universidad de La Habana por un par de años.

Nuestra actual Academia es una institución oficial del estado cubano, de carácter nacional, independiente y consultiva en materia de ciencia. Tiene como misión social contribuir al desarrollo de la ciencia y al progreso socio económico del país, promover la divulgación de los avances científicos nacionales y universales; prestigiar la investigación científica de excelencia; elevar la ética profesional y la valoración social de la ciencia; así como estrechar los vínculos de los científicos y sus organizaciones entre sí, con la sociedad y con el resto del mundo.

Los estatutos establecen que los académicos que se eligen para pertenecer a ella deben mantenerse vinculados a la actividad científico-técnica y haber obtenido en ella resultados relevantes. Tal y como corresponde a un país de altos niveles de cultura, fruto de la consecuente política de la Revolución a lo largo de décadas, la gran mayoría de nuestros académicos son hoy al menos doctores en ciencias en una especialidad. La realización de las misiones que la ACC tiene asignadas y tendrá en el futuro solo se pueden realizar desde el saber hacer y el alto reconocimiento científico de sus actores y conductores.

En cumplimiento de la misión que le da razón de ser, nuestra ACC emprendió en 2012 y culminó en 2013 un informe acerca del estado de la ciencia en Cuba (http://karin.fq.uh.cu/acc/Estado_de_la_ciencia_en_Cuba-2012/) que ha sido planteado y discutido con las más altas esferas del gobierno. Se trata de un diagnóstico y proposiciones acerca de la situación y perspectivas de nuestra ciencia que resulta clave para la comprensión del momento actual. Muchos de sus planteamientos están presentes en los más recientes documentos aprobados para la política futura de la Revolución, como es el caso de los lineamientos del PCC y la conceptualización del socialismo cubano de cara al futuro.

En estos momentos la ACC está en proceso de elecciones y renovación. La composición que logremos puede ser muy importante para nuestra Patria. La nuestra es una de las pocas de este mundo donde la posición de académico no es vitalicia por definición y que tiene una variante de participación que se denomina como la de “jóvenes asociados”. Gracias a ello, se logra un dinamismo y vinculación con la situación actual de la ciencia muy notables.

Las tareas de la ACC en un futuro como el previsible en estos momentos para nuestro país son capitales para lograr un verdadero socialismo que sea próspero y sostenible. Se trata de un foro donde los decisores y dirigentes políticos pueden asesorarse, oír opiniones, críticas honestas, proposiciones, iniciativas creadoras, todas por parte de personas electas desde la base y confirmadas por los propios académicos como de los más calificados en sus respectivas ramas, independientemente del organismo o institución donde trabajan. ¿Cómo pensar que se puedan crear riquezas en el mundo de hoy y que un socialismo tenga éxito extrañando los saberes y sin contar con los criterios de los que son reconocidos como sabedores?

Fuente: http://www.cubadebate.cu/opinion/2017/11/04/como-por-que-y-para-que-existe-una-academia-de-ciencias-cubana-en-el-siglo-xxi/#.WgTWV9Lia00

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