El canciller de Hungría, Péter Szijjárttó, y el ministro cubano de Educación Superior, José Saborido, firmaron hoy aquí un programa de cooperación educativa y científica.
El programa incluye áreas como la propiedad intelectual, el otorgamiento de becas de estudio e investigaciones científicas conjuntas, según un reporte del noticiero de televisión.
El ministro de Asuntos Exteriores y de Comercio de Hungría, de visita en Cuba, expresó que respetaba el énfasis brindado por Cuba a la innovación así como el esfuerzo para modernizar la economía.
A su vez, Saborido reiteró la voluntad de colaborar mutuamente para intercambiar experiencias.
La agenda del diplomático húngaro en Cuba incluyó también la asistencia a la firma de un acuerdo de cooperación cultural y el encuentro con su homólogo cubano, Bruno Rodríguez.
Centro América/Cuba/11 Noviembre 2017/Fuente: Prensa Latina
La viceministra primera de Educación Superior en Cuba, Martha del Carmen Mesa, apoyó en la Unesco la adopción de una Convención Mundial sobre Reconocimiento de Cualificaciones de nivel universitario, que ayudaría a reforzar la cooperación en el sector.
Según informaron hoy fuentes diplomáticas, al intervenir en la Comisión de Educación de la 39 Conferencia General de la Unesco la representante de la nación caribeña argumentó que un convenio de este tipo mejoraría la movilidad académica y permitiría fortalecer la cooperación internacional en la esfera de la educación superior.
Agregó que los resultados de las discusiones que se desarrollan en la Unesco representarán un paso importante hacia la movilidad académica mundial y la confianza en los sistemas de educación superior.
Para Cuba, sostuvo, lo que se dirime en torno a la referida Convención es la defensa de una educación para el desarrollo sostenible; la promoción de una cultura de paz y no violencia; la ciudadanía mundial; la apreciación de la diversidad cultural, así como la contribución de la cultura al desarrollo sostenible.
Asimismo, la viceministra llamó la atención sobre la necesidad de una revisión de los convenios regionales relacionados con la misma materia, como importante contribución de cada área a los nuevos retos de la educación terciaria.
De acuerdo con la declaración, los propósitos y principios sociales, humanísticos y morales que Cuba defiende en la educación superior, se corresponden con la aspiración de que la educación contribuya no solo al cumplimiento de las aspiraciones individuales y nacionales, sino también a hacer del mundo un lugar mejor para la humanidad.
La Comisión de Educación sesiona en el marco de la 39 Conferencia General de la Unesco, que comenzó la semana pasa y se extenderá hasta el 14 de noviembre.
Se cuenta que algunos ansiosos de conocimientos en la Roma de 1603 pensaron que asociándose, viéndose las caras, intercambiando saberes, iban a poder realizar mejor el sueño de cualquier ser humano: entender y transformar el entorno para su propio bienestar. Se iban también a proteger de un ambiente conservador con respecto a los nuevos saberes y al progreso, amparados por una institución reconocida. Con el proverbial romanticismo mediterráneo escogieron para ella el nombre del “lince”, que es un animal muy astuto, característico por una visión prodigiosa. Así nació una de las primeras academias de ciencias del mundo, la “Accademia Nazionale dei Lincei”. Los cubanos aún hoy nos solemos referir a cualquier persona inteligente, capaz de comprender o ver algo con facilidad, como que “es un lince”. Galileo encontró en esta academia el apoyo imprescindible para poder publicar sus trabajos y protegerse de los que no veían bien sus revolucionarios hallazgos, que por poco le cuestan la vida.
Otras tantas surgieron más tarde, en más de medio siglo. La “Deutscher Akademie der Naturforscher Leopoldina”, en la actual Alemania, “The Royal Society” en Londres, la “Académie des Sciences” en Paris. Todas alrededor de la mitad del siglo XVII. El propósito era, sin excepción, el de que las personas ávidas de saber y sabias se asociaran para intercambiar conocimientos, darlos a conocer, cooperar, promoverse y protegerse. Algunas veces eran los propios gobernantes los que las fundaban a pedido de los sabios, buscando que buenas inteligencias los ayudaran a trabajar mejor, aunque sabían bien que nunca les iban a ser incondicionales. Las personas que cultivan el saber suelen ser leales a sus propias convicciones, casi siempre muy pensadas y maduras. Por eso cuando un sabio honesto, que no necesita simular, abraza un ideal, esa causa merece mucha confianza. ¡Cuán orgullosos estamos de que la inmensa mayoría de nuestros científicos de hoy son revolucionarios de corazón! Los políticos visionarios han sabido siempre que uno de los mejores aliados del bienestar y la riqueza es el saber. Fidel no dudó en plantear para Cuba una sociedad de “hombres de ciencia” para el futuro que nos soñó en 1960.
La vida nos muestra esa realidad hoy en la distribución de la riqueza de este mundo. Los que lo hicieron bien entonces pusieron a sus países en condiciones de recuperarse con eficiencia de cualquier guerra, cataclismo o crisis. Hoy también logran repartir parte de las riquezas que se crean entre todos y no solo para los poseedores, aunque más mal que bien. Así aplacan las necesidades de las mayorías y logran una relativa paz social en esos países, llamados “desarrollados”.
En las condiciones de una crisis económica brutal, en 1996, Fidel también creó la Academia de Ciencias de Cuba (ACC) en su forma actual, que es continuadora de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana. Esta se había inaugurado el 19 de mayo de 1861 en la capilla de la entonces Real y Literaria Universidad de La Habana. El presidente fundador fue su principal impulsor desde años antes, el Dr. Nicolás Gutiérrez, prestigioso cirujano, con varias obras publicadas y que fue también rector de la Universidad de La Habana por un par de años.
Nuestra actual Academia es una institución oficial del estado cubano, de carácter nacional, independiente y consultiva en materia de ciencia. Tiene como misión social contribuir al desarrollo de la ciencia y al progreso socio económico del país, promover la divulgación de los avances científicos nacionales y universales; prestigiar la investigación científica de excelencia; elevar la ética profesional y la valoración social de la ciencia; así como estrechar los vínculos de los científicos y sus organizaciones entre sí, con la sociedad y con el resto del mundo.
Los estatutos establecen que los académicos que se eligen para pertenecer a ella deben mantenerse vinculados a la actividad científico-técnica y haber obtenido en ella resultados relevantes. Tal y como corresponde a un país de altos niveles de cultura, fruto de la consecuente política de la Revolución a lo largo de décadas, la gran mayoría de nuestros académicos son hoy al menos doctores en ciencias en una especialidad. La realización de las misiones que la ACC tiene asignadas y tendrá en el futuro solo se pueden realizar desde el saber hacer y el alto reconocimiento científico de sus actores y conductores.
En cumplimiento de la misión que le da razón de ser, nuestra ACC emprendió en 2012 y culminó en 2013 un informe acerca del estado de la ciencia en Cuba (http://karin.fq.uh.cu/acc/Estado_de_la_ciencia_en_Cuba-2012/) que ha sido planteado y discutido con las más altas esferas del gobierno. Se trata de un diagnóstico y proposiciones acerca de la situación y perspectivas de nuestra ciencia que resulta clave para la comprensión del momento actual. Muchos de sus planteamientos están presentes en los más recientes documentos aprobados para la política futura de la Revolución, como es el caso de los lineamientos del PCC y la conceptualización del socialismo cubano de cara al futuro.
En estos momentos la ACC está en proceso de elecciones y renovación. La composición que logremos puede ser muy importante para nuestra Patria. La nuestra es una de las pocas de este mundo donde la posición de académico no es vitalicia por definición y que tiene una variante de participación que se denomina como la de “jóvenes asociados”. Gracias a ello, se logra un dinamismo y vinculación con la situación actual de la ciencia muy notables.
Las tareas de la ACC en un futuro como el previsible en estos momentos para nuestro país son capitales para lograr un verdadero socialismo que sea próspero y sostenible. Se trata de un foro donde los decisores y dirigentes políticos pueden asesorarse, oír opiniones, críticas honestas, proposiciones, iniciativas creadoras, todas por parte de personas electas desde la base y confirmadas por los propios académicos como de los más calificados en sus respectivas ramas, independientemente del organismo o institución donde trabajan. ¿Cómo pensar que se puedan crear riquezas en el mundo de hoy y que un socialismo tenga éxito extrañando los saberes y sin contar con los criterios de los que son reconocidos como sabedores?
El cineasta Julio García Espinosa acostumbraba decir que todo hecho cultural tiene que convertirse en un acontecimiento. El arte y la literatura alcanzan su plena realización en la conciencia, la mente y los sentimientos de sus destinatarios. Depositados en esa memoria, se enriquecen con asociaciones imprevistas, despiertan inquietudes y curiosidades, crecen en multiplicidad de sentidos. Silenciado, el libro dormirá en los anaqueles de librerías y bibliotecas, la función teatral sufrirá las consecuencias de un público anémico y el concierto contará con la presencia de unos pocos especialistas. Resulta entonces que un enorme esfuerzo de creación y producción cae en el vacío.
Los animales procuran sus medios de subsistencia. Construyen su hábitat. En caso de necesidad, entrenan a los recién nacidos hasta que disponen de la aptitud de valerse por sí mismos y articulan una organización colectiva cuando requieren la protección de la manada. Solo nuestra especie ha sido capaz de desarrollar una impresionante creatividad en la ciencia, el arte y la literatura. Fuente todas ellas de una riqueza espiritual que le permite superar la adversidad, afincar valores y mejorar la calidad de vida.
Cuando Silvio recorre los barrios periféricos, crecidos muchas veces en medio de la improvisación y la precariedad, los conciertos desencadenan la participación colectiva en la solución de problemas prácticos, en la inventiva de los carteles, en la intensa comunión silenciosa que supera, a pesar del entorno físico poco favorable, la que se produce en reputadas salas de conciertos. Al final, se levanta el coro de voces unidas para entonar las canciones icónicas, preñadas de nostalgia, de esperanza, de autorreconocimiento, de confianza en lo mejor que anida en cada uno de nosotros. No me lo han contado. Lo he vivido.
Por su resonancia, la animación de la vida cultural concierne al conjunto de la sociedad. No puede delimitarse al cumplimiento de la tarea específica de un sector institucionalizado. Distribuidas semanalmente, las carteleras muestran un número variado de propuestas. Hay presentaciones de libros, conferencias, exposiciones, funciones de teatro y danza, conciertos con valiosísimos intérpretes de música culta, música popular bailable, estrenos de cine… En muchos casos el llamado no encuentra respuesta merecida por parte del público potencial. Un acercamiento elemental al problema revela graves insuficiencias en el orden de la información. El asunto concierne a nuestros medios de comunicación. Precisa caracterizar lo novedoso de cada acontecimiento y establecer las indispensables jerarquías. Suele suceder que somos generosos y profusos en la adjetivación. Economizar los calificativos permite dotar de luz propia lo verdaderamente excepcional. La información pertinente despierta curiosidad y eso induce a romper la ruptura cotidiana. La transformación de cada hecho en acontecimiento, tal y como lo reclamaba Julio García Espinosa, no depende tan solo de la calidad de la propuesta. Cristaliza y cobra sentido cuando alcanza a su destinatario, devenido partícipe en el proceso creador. Para el logro de este propósito, la difusión debe estar acompañada por un efectivo ejercicio crítico eslabonado desde las publicaciones especializadas hasta los medios de comunicación de mayor acceso popular. En este orden de cosas queda mucho terreno por desbrozar. A la escasez de espacios en nuestra prensa plana, al desperdicio del tiempo disponible en la radio y la televisión, se une el lastre de factores de orden subjetivo. Uno de ellos consiste en subestimar la capacidad de entendimiento del pueblo. Hemos olvidado la advertencia del Che al respecto en El Socialismo y el hombre en Cuba. Hemos olvidado también que cuando estábamos combatiendo el analfabetismo lanzamos una edición masiva del Quijote de Cervantes, uno de los clásicos de la literatura universal. Fuimos capaces entonces de colocar la varilla en lo más alto. No caímos en la tentación de suministrar a las masas, a pesar de su baja escolarización, la más asequible papilla predigerida.
Una tradición de malas prácticas ha desdibujado el perfil profesional del crítico. Debe ser, ante todo, un especialista entrenado en la observación y el análisis del producto artístico. En el ejercicio del criterio han de primar principios éticos, no empañados por la complacencia, la amistad o por la simple descalificación. Su condición es la de interlocutor privilegiado del artista y del público. Interviene en un cruce de miradas que retroalimenta al creador con la visión reflexiva del otro, mientras ofrece pautas para que lectores y espectadores emprendan su aventura de creación personal.
El dominio del capital financiero se ejerce a través de la economía, de la intromisión en la política. Modela y difunde conceptos sobre la educación. En tiempos de la llamada globalización manipula conciencias. Se vale para ello de las múltiples vías de comunicación desarrolladas en la contemporaneidad. Ya no se trata, como otrora, de la simple transmisión de mensajes, sino de la intervención en el modo de generar mentalidades. Las tendencias homogeneizadoras sustituyen el fomento de la diversidad en el plano individual y en el de las naciones. Sofisticadas técnicas de marketing proponen un desfile de íconos distribuidos en rápida sucesión, muy pronto desechables. El producto cultural se convierte en artículo de consumo destinado a un espectador pasivo y acrítico.
Para sobrevivir al embate invasivo de fórmulas que corroen la reflexión, la memoria y los mecanismos asociativos que integran y dan sentido a los diversos componentes de la realidad, la resistencia habrá de producirse mediante el fomento del espíritu crítico desde las primeras edades. Propiciada por la Revolución, la democratización de la cultura respondió, en primera instancia, a la voluntad de poner al alcance de las mayorías lo que había sido privilegio de unos pocos. Era también un modo de potenciar la creatividad en todos los ámbitos de la vida con la finalidad de devolvernos la capacidad de constituirnos en partícipes activos del devenir de nuestra historia. Ese proyecto fundador tiene hoy más vigencia que nunca.
Cuba / 12 de noviembre de 2017 / Autor: Manuel Alejandro Hernández Barrios / Fuente: Mesa Redonda
Emisión: 03/11/2017
Para una Cuba nueva, era necesario una nueva universidad. La Universidad de Camagüey “Ignacio Agramonte Loynaz”, primer centro de educación superior creado por la Revolución el 6 de noviembre de 1967 en Cuba. A los 50 años de esa institución, forjadora de una valiosa historia, estuvo dedicado el espacio televisivo Mesa Redonda de este viernes 3 de noviembre, una emisión transmitida desde el telecentro de esa provincia.
Ser la primera de la Revolución fundada en el mismo año de la caída en combate del Guerrillero Heroico Ernesto Che Guevara de la Serna marca un simbolismo y un compromiso para la misión de un centro de educación superior.
A cinco décadas de trabajo del centro el doctor en ciencias Santiago Lajes Choy, rector de la Universidad de Camagüey, refirió que la fecha que se conmemora en esta ocasión responde a un sueño hecho realidad, a un anhelo de generaciones y patriotas camagüeyanos que solo fue posible después del triunfo de la Revolución.
Contó que el 6 de noviembre de 1967 comenzaron en Camagüey los estudios superiores en las carreras de Agronomía y de Ciencias Pedagógicas, las cuales marcaban el inicio del desarrollo socioeconómico y respondían a las necesidades reales de la provincia. En sus inicios fueron una filial de la Universidad Central de Las Villas. Al irse sumando otras carreras de medicina e ingenierías. En 1972 se constituye como centro universitario, una categoría superior a la que ostentaba hasta el momento, bajo el principio de Estudio y Trabajo. El 8 de mayo de 1975, por acuerdo del Consejo de Ministros, se constituye la Universidad de Camagüey. De ella se desprendieron la Universidad de Ciencias Médicas, la Universidad de Ciencias Pedagógicas, la Universidad de Ciego de Ávila y la Universidad de Las Tunas. No solo fue receptora de sabia universitaria, sino multiplicadora.
En la actualidad, y como producto de la experiencia de Artemisa y Mayabeque, se decide integrar la Universidad de Camagüey, la Universidad de Ciencias Pedagógicas y la Facultad de Deportes. Así surge la Universidad de Camagüey integrada “Ignacio Agramonte Loynaz”. Sentenció que se trajo a las hijas de nuevo a casa.
El también diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) y presidente de la Comisión de Industria, Construcciones y Energías de la misma, Santiago Lajes Choy, informó que la Universidad de Camagüey (UC) cuenta con una matrícula de más de 12 mil estudiantes de 8 provincias del país, la más grande de su historia. Comprende 10 facultades, 53 carreras. Más de tres mil 800 alumnos pertenecen al curso diurno, de ellos 84 son estudiantes extranjeros, fundamentalmente africanos. Más de siete mil 900 alumnos pertenecen al curso por encuentro y 191 a la enseñanza a distancia. Además, cuenta con diez Centros Universitarios Municipales en los que estudian más de tres mil 400 estudiantes en curso por encuentros.
Hoy cuentan con un claustro de mil 500, de ellos 259 doctores en ciencias, el 45 % profesores titulares y auxiliares. En total la UC tiene tres mil 109 trabajadores incluyendo a los valiosos trabajadores de servicio. Se han graduado más de 77 mil 500 profesionales, de ellos más de dos mil extranjeros de todos los continentes.
Tres sedes, una sola institución
Desde 2014 la UC vive un rejuvenecimiento de su propia historia, en un proceso de integración que ha sido de los más exitosos de la nación cubana. El doctor en ciencias Andrés Díaz López, metodólogo y profesor titular de la Universidad de Camagüey, describió que el Instituto Superior Pedagógico José Martí surgió en 1976 después de transitar sus primeros años compartiendo vivencias en el Centro Universitario. En 2009 se convierte en Universidad de Ciencias Pedagógicas para formar jóvenes en carreras pedagógicas desde Villa Clara hasta Guantánamo.
Andrés Díaz López, quien fuera rector del Instituto Superior Pedagógico de Camagüey, ahora integrado a la Institución universitaria, enfatizó que en el año 1972 se forma el primer contingente del destacamento pedagógico Manuel Ascunce Domenech que realiza sus priemras actividades en Ceballos, territorio de Ciego de Ávila. En 1973, la experiencia se traslada a Sierra de Cubitas en Camagüey. En 1978 se creó el contingente internacionalista Che Guevara que cumplió misión en la República Popular de Angola. En 2002 se desarrolla el proceso de Universalización como parte de la Revolución Educacional, momento en que los estudiantes se vincularon a la formación de niños y jóvenes de los diferentes subsistemas de enseñanzas.
Expresó que la integración de las instituciones de educación superior que se ha llevado a cabo en Camagüey tiene su éxito desde el mismo surgimiento de la UC y la forma en que surge, otros factores claves de ese éxito son la ubicación geográfica que tienen los centros de educación superior que comparten espacio natural y la participación protagónica de la comunidad universitaria en la toma de decisiones ante determinadas alternativas.
Anunció que la UC fue la primera universidad integrada que logró la categoría de evaluación Superior dado por la Junta de Acreditación Nacional. Hizo énfasis en el reconocimiento social de la UC por su labor extramuros, por la formación de los profesionales que en ella han estudiado y por el desarrollo científico alcanzado, lo que le permite mantener su identidad como la alta casa de estudios de Camagüey.
Explicó que en las tres sedes de la UC está distribuido el personal de las diferentes carreras universitarias. Las carreras pedagógicas están presentes en las tres sedes, la Ignacio Agramonte, la José Martí y la Manuel Fajardo, formando parte del proceso de integración, influyendo y dejándose influenciar de manera que forme parte de la integración.
La integración contribuye a la formación integral de mejores egresados
La doctora en ciencias Alicia Rodríguez Gregorich, vicerrectora de formación de la Universidad de Camagüey, explicó que la UC desarrolla 53 programas de pregrado, de ellos 43 se desarrollan en cursos diurnos en la modalidad presencial y otros 43 en el curso por encuentros o modalidad semipresencial, también se estudian a distancia tres carreras distribuidas en las sedes centrales de la universidad.
Mencionó que la Junta de Acreditación Nacional ha evaluado con la categoría de excelencia cinco de las 53 carreras de esta casa de altos estudios y otros nueve con la categoría de certificadas lo que prestigia el desarrollo de la actividad docente y metodológica del claustro de profesores.
Expuso que la UC tiene la posibilidad de mantener y sistematizar los cursos de nivel medio para carreras pedagógicas en diez especialidades, lo que permite entregar en dos años entregar un profesional de nivel medio superior preparado para cubrir docencia en los doce municipios en secundaria básica y pre universitario. Desarrollan cursos por encuentros en las especialidades de matemática, física e historia para la formación de profesores de secundaria básica, nivel de enseñanza que más déficit de profesores tiene en la provincia.
Señaló que el movimiento de alumnos ayudantes hacia dentro de la universidad posee alrededor de 200 miembros cada año, lo que fortalece el claustro a los departamentos de las tres sedes universitarias. En la actualidad en el centro se realiza un trabajo docente, científico y metodológico que permite la labor educativa integral y la formación de un profesional comprometido con la Revolución y permita que dentro de los estudiantes se puedan contar con talentos que conforman el Movimiento de Artistas Aficionados de la Federación Estudiantil Universitaria, el movimiento deportivo y la incorporación de los estudiantes al contingente Leonela Relys del movimiento pedagógico.
Comentó que en la actualidad hay un fortalecimiento de la labor metodológica y docente de los profesores que tributa a la formación integral de mejores egresados.
50 años de ciencia y compromiso
Desde los inicios de la UC la ciencia, la técnica y la innovación han estado integradas de manera pertinente para impactar en el desarrollo económico y social del territorio y del país. Según la doctora en ciencias Yailé Cabellero Mota, directora de relaciones internacionales de la Universidad de Camagüey, explicó que las relaciones y las alianzas con otras instituciones científicas ha permitido que las ciencias camagüeyanas estén organizadas en 14 áreas fundamentales.
Ejemplificó que en la biotecnología y la agroindustria existen resultados notables en el establecimiento de cultivos de probióticos para la camaronicultura cubana, en la automatización de los procesos biotecnológicos del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, en el aprovechamiento de la Biomasa cañera como energía renovable.
Expuso que existe un vínculo permanente entre la institución y el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, el Ministerio de la Agricultura, con la Estación de Pastos y Forrajes del Instituto de Suelos. La UC ha estudiado resultados concretos para el acopio y distribución de la leche y la optimización de rutas críticas en este sentido.
Mencionó que la UC es protagonista del sistema de gestión de mantenimiento y protección de las redes y los circuitos de los sistemas eléctricos, una labor que llevan a cabo con la Empresa Eléctrica, con la Termoeléctrica 10 de Octubre y con la Oficina Territorial del Uso Racional de la Energía.
Las Tecnología de la Información y las Comunicaciones constituyen un área que impacta de manera transversal en todas las áreas del conocimiento. Los resultados más notables son la aplicación de técnicas de inteligencia artificial para la predicción de sucesos en áreas tan importantes para el país como la Ingeniería Civil, la Meteorología, el Turismo, el Perfeccionamiento de la Educación Superior.
Conversó sobre el aporte de los resultados en el área de la vivienda y conservación del patrimonio urbano y arquitectónico en el centro histórico de Camagüey, que contribuyó a la declaración del centro histórico de la ciudad como Patrimonio de la Humanidad.
La creación de alianzas y de relaciones exteriores ha propiciado la superación de los recursos humanos, la recuperación y construcción de la infraestructura de aulas y laboratorios, en la captación de recursos financieros. La UC tiene convenios con 19 países, con más de 115 centros universitarios. México, República Dominicana y España son los países que destacan.
Camagüey / 08 de noviembre de 2017 / Fuente: http://www.cadenagramonte.cu
A mantener sus resultados integrales y el legado del Comandante en Jefe Fidel Castro, inspirador de la formación de las nuevas generaciones, instó el ministro de Educación Superior, José Ramón Saborido Loidi, a estudiantes y profesores de la Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz, en el acto central por el aniversario 50 de esa institución.
El titular ponderó los logros de la casa de altos estudios agramontina en el ámbito académico, científico-investigativo, extensionista y cultural durante el encuentro, que acogió el Teatro Avellaneda de esta ciudad y contó con la presencia de Fernando Vecino Alegré, Juan Vela Valdés y Rodolfo Alarcón Ortiz, quienes en etapas precedentes fungieron como ministros de la Educación Superior en Cuba.
Asimismo, Santiago Lajes Choy, actual rector de la Universidad de Camagüey, destacó que más de 77 mil 500 profesionales de todas las áreas del saber y más de dos mil extranjeros han egresado en cinco décadas de ese plantel, el cual cuenta actualmente con 53 carreras, un claustro capacitado y aspira a alcanzar la categoría de Excelencia en 2018.
Por su parte, Yisel Gibson, presidenta de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) en la institución, significó el carácter inclusivo de la universidad agramontina, desde su génesis pintada de blanco, negro y mulato, al tiempo que ratificó el compromiso del estudiantado con las ideas contenidas en la carta enviada por el líder histórico de la Revolución Cubana Fidel Castro, el 17 de enero de 1978.
También en ese espacio, el Buró Provincial del Partido Comunista y la Asamblea Provincial del Poder Popular, de manos de sus máximas autoridades, así como la Unión de Jóvenes Comunistas en el territorio, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, la Ciencia y el Deporte y el Ministerio de Educación Superior; reconocieron a ese emblemático centro por su quehacer.
Con la motivación de ser la primera universidad creada por la Revolución, este 6 de noviembre tuvo lugar el acto central por los 50 años de la Educación Superior en Camagüey, jornada matizada por la emisión y cancelación de un sello postal, la entrega de medallas y reconocimientos, entre otras iniciativas.
Centro América/Cuba/08 Noviembre 2017/Fuente: Prensa Latina
Organizada por la Universidad de Camagüey, la Conferencia Internacional de Ciencias de la Educación, reúne desde hoy al centro-oriente cubano, especialistas de varios continentes enfocados en diversas temáticas pedagógicas, en busca de perspectivas y cambios.
En medio de la jornada de celebraciones por el medio siglo de vida de la primera institución universitaria creada por la Revolución cubana, el evento debate asuntos medulares, como la formación integral de los profesionales, la instrucción socio-emocional, estrategias y estilos de aprendizaje, educación ciudadana, cultura extensionista y ética.
Otros de los tópicos de gran interés resulta la innovación educativa a través de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, que a decir de la doctora María de los Ángeles Legañoa, ‘juegan un rol importante en los escenarios y prácticas pedagógicas’.
El centro de Convenciones Santa Cecilia, ubicado en el corazón del área de la urbe declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad, acoge los simposios con asuntos de importancia vital para el desarrollo y el bienestar de la población, entre ellos la educación ambiental.
Precisamente la doctora en Ciencias pedagógicas, Alisvech Águila, se refirió a este espacio como ‘la posibilidad socializar resultados que desde el punto de vista educativo llegan a varios niveles de enseñanza, que trascienden los propios trabajos doctorales’.
‘Las investigaciones de maestrías y tesis doctorales las llevamos a la práctica en las comunidades, especialmente en las costeras, pues la educación ambiental conforma la agenda priorizada de la política del país para la preservación de los ecosistemas y de toda las personas que de ellos se benefician’, acotó Águila.
En la conferencia magistral, en la inauguración del evento, el rector de la Universidad de Camagüey, Santiago Lajes, expresó que la educación de calidad está comprometida con el futuro de Cuba hacia una sociedad inclusiva en el siglo XXI.
Además de los talleres , el diálogo y los intercambios científicos, los investigadores nacionales y extranjeros, recorren sitios de interés socio-histórico de una ciudad con una rica vida cultural y con más de medio milenio de existencia; una de las primeras fundadas por los españoles en Cuba.
Desde su creación, en noviembre de 1967, la casa de altos estudios camagüeyana ha egresado más de 30 mil profesionales, entre ellos una cifra superior a los mil educandos extranjeros, procedentes de 25 naciones de Latinoamérica, Asia y África.
Perspectivas en la formación integral de los profesionales, la superación de los docentes y un adecuado clima laboral, prima en la la UC donde se cursan más de 40 carreras de las ciencias Agropecuarias, Técnicas, Sociales, Económicas, Jurídicas, Pedagógicas y de la Cultura Física.
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