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Ser niño y estudiar en El Salvador: un camino de obstáculos

América Central/El Salvador/Fuente: www.elsalvador.com

Niños y niñas que aprenden en la educación pública del país intentan seguir su rumbo entre la pandemia, falta de recursos tecnológicos y altos números de deserción, en un panorama gris en el Día del Niño en El Salvador.

El Día del Niño es una fecha especial en los centros escolares del país, donde normalmente hay disfraces, payasos, fiesta y alegría entre la comunidad de maestros y estudiantes. Pero el impacto del COVID-19 a nivel global, y por supuesto en el país, tiene ahora a los alumnos en sus hogares, recibiendo clases en línea y, en muchas ocasiones, batallando por no abandonar los libros, agotados ante un paquete de problemas que ha venido a pintar de gris este día.

El primer reto es tecnológico. Paz Zetino, secretario general de Bases Magisteriales, explica que “el alumno que no tenía acceso a la red de internet, ni los instrumentos tecnológicos necesarios, se vio desesperado y abandonó con facilidad” la escuela.

Según datos del Ministerio de Educación, en 2019 comenzaron su año lectivo 1,289,021 alumnos, entre primaria y bachillerato. La cifra resume escuelas públicas e instituciones privadas. De ese número, solo 1,251,219 comenzaron sus estudios a inicios de 2020, o sea 37,808 menos.

Para Paz Zetino, el impacto que ha tenido el modelo de clases en línea provocará números mucho mayores de deserción escolar al cierre de 2020.

“Hay agotamiento en recursos, porque la pandemia se fue alargando. Hablamos de pago de internet, compra de equipo. Se volvió insostenible la situación financiera. Imagínese un hogar con tres hijos, y dependían de solo un aparato telefónico, ¿cómo estar enviando las tareas de todas las materias en un solo teléfono? Los teléfonos colapsaron. Y los padres de familia no tuvieron capacidad para reponer esos aparatos y seguir en el proceso. Lo que hicieron fue dejar de enviar tareas”, resume el representante de una de las principales agrupaciones de maestros del país.

Entre 9% a 13% es el índice de deserción en el país, añade Paz Zetino. Este año va a crecer. El doctor Óscar Picardo, académico e investigador de la Universidad Francisco Gavidia, añade que “todos los años tenemos deserción muy fuerte en tercer ciclo, estamos perdiendo 6 de cada 10 que terminan educación básica, a partir de 7° grado”.

Muchos de estos estudiantes no siguen su camino académico porque sus padres los ponen a trabajar.

“En este país, tenemos una gran cantidad de gente que se dedica a la actividad informal, a la venta ambulante. Ellos empiezan a involucrar a los niños y niñas desde temprana edad en esa actividad. El niño, cuando ve que eso le produce dinero y algún beneficio, se va acostumbrando a eso, y después no quiere salir de ahí. Es un círculo vicioso. Con esos niños nos cuesta muchísimo, porque prefieren andar vendiendo chiles y cebollas en un mercado”, argumenta Paz Zetino.

Picardo dice que este fenómeno “es multicausal. Hay problemas de violencia, mudanza, laborales, económicos… hay papás que cuando sus hijos entran a una edad después de preadolescencia, les dicen ‘llegó la hora de trabajar’, y ni modo”.

Identifica además que la educación en el país tiene un problema de fondo, y que al final impacta en la educación de los niños: cada cinco años, el nuevo Gobierno entrante hace un nuevo plan, no se aprovecha lo avanzado por el anterior y no hay un modelo educativo ni un currículum nacional elaborado a largo plazo. Así ha sido al menos desde la reforma educativa de 1995, comenta Picardo.

“Cecilia Gallardo comenzó con el modelo constructitiva, después Evelyn Jacir de Lovo puso Escuela 10, después Darlin Meza arrancó con el plan 20-21, luego el primer plan del Frente con Vamos a la Escuela; después El Salvador Educado, y ahora es el Plan Cuscatlán. Cada uno de esos planes ha ido cambiando el modelo. En el Gobierno del FMLN, se pensó el modelo de escuela inclusiva de tiempo pleno, y eso ya se olvidó, se dejó de lado”, lamenta Picardo.

También hay una constante negativa, según estudios impulsados por Picardo, que viene pasando desde 2008, pues de los 200 días de calendario escolar, solo 100 son días efectivos para estudio. En los demás “Hay mucho feriado, muchas actividades de fiestas cívicas, culturales, ensayos de bandas de paz, etc. En una escuela típica, el Día del Maestro se celebra cinco veces y se pierde mucho tiempo. Prácticamente el 50% de tiempo efectivo, lo cual es un correlato de la PAES”, argumenta el investigador educativo.

El año pasado, la nota global PAES fue de 5.52.

Y también están los retos en la zona rural, donde hay escuelas sin techo, con piso de tierra y lodo, baños sin condiciones dignas; apenas el 17% tienen internet -subraya Paz Zetino- y, según Picardo, el porcentaje es aún menor para los centros educativos que tienen bibliotecas o laboratorios.

Como resultado, “esas ausencias hacen que la educación sea muy teórica. Lo describo con una frase: Los estudiantes conocen, pero no comprenden ni aplican lo que saben”, comenta Picardo.

El panorama es gris. Pero hay esfuerzos que pintan de otro color este día, como el del profesor Carlos Perdomo Fuentes, quien ha hecho la diferencia en el Centro Escolar Caserío Las Brisas Mandinga, en El Presidio, Sonsonate.

Desde 2005, Perdomo inició una serie de gestiones, a nivel privado y gubernamental, que al final llevaron a que este centro educativo rural cuente con más de 30 computadoras, internet y aire acondicionado.

“La parte tecnológica en las escuelas rurales es uno de los principales desafíos, y todavía no tenemos la infraestructura adecuada. Con la pandemia todo ha sido más difícil. Pero a veces depende de la gestión de uno en la escuela, de los maestros y padres también”, comenta con optimismo Perdomo.

El profesor Perdomo no acepta que este 1 de octubre sea gris, y prefiere colorearlo de compromiso y esperanza.

Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/noticias/nacional/coronavirus-ninos-sin-acceso-a-educacion-durante-pandemia-por-falta-de-recursos/759278/2020/

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Los nueve derechos humanos vulnerados durante la pandemia del COVID-19 en El Salvador, según informe

América Central/El Salvador/27-09-2020/Autora: Liseth Alas/Fuente: www.elsalvador.com

Escasez de agua, negación a la salud, la falta de transparencia de datos y detenciones arbitrarias, entre otros, son parte de los derechos humanos fundamentales vulnerados durante la emergencia del coronavirus en El Salvador en el marco de las medidas aplicadas por el Gobierno, según los resultados de la Contraloría Social de la Gestión Pública de la Pandemia causada por el COVID-19 que desarrolló la Alianza Ciudadana contra la Privatización de la Salud y el Foro Nacional de Salud.

El informe fue presentado este martes en un evento en línea organizado por las instituciones, donde se expusieron los datos recopilados a través de una encuesta virtual en la que participaron los líderes de las comunidades, quienes se han mantenido vigilantes de las necesidades que ha atravesado la población de sus sectores durante la pandemia.

La muestra se recopiló con 253 personas y se desarrolló del 1 de mayo al 31 de julio en 60 municipios de nueve departamentos de El Salvador.

La contraloría concluyó que por lo menos nueve derechos humanos fundamentales han sido vulnerados en el país durante las medidas aplicadas por el Ejecutivo, algunos de estos pese a las resoluciones de la Sala de lo Constitucional que, según el análisis, fallaron a favor de la ciudadanía que se amparaba en esta al considerar que se tomaban decisiones arbitrarias que los afectaban.

“Qué significa, que estos derechos han sido transgredidos por la autoridad o por es Estado”, indicó el consultor Marcos Fermán, quien fue el encargado de la ponencia del documento.

De acuerdo con los resultados de la contraloría estos son los derechos humanos cuestionados a la gestión pública de la pandemia:

1. Derecho a participar en la toma de decisión en los asuntos públicos a nivel local

Ni el gobierno central ni las alcaldías han involucrado a las comunidades en sus planes de prevención y sobre todo en la fiscalización de los recursos financieros y sanitarios para la atención del COVID-19, explicó Fermán.

“Antes de la pandemia y hoy con la pandemia, todos los problemas y procesos se ven cuestionados... La participación ciudadana en su sentido estricto ha sido violentada”, agregó.

2. Derecho de acceso a recibir información pública

Este derecho es complementario al de participación, dijo el consultor, pues incluso está estipulado en el artículo 6 de la Constitución de la República y en la Ley de Acceso a la Información Pública. De acuerdo con el estudio, el 65% de los encuestados indicó no haber recibido información sobre cómo prevenir el COVID-19 por parte de ninguna entidad local o del gobierno central.

“El Salvador ha sido uno de los países un tanto más cuestionados, porque una de las disposiciones que se tomó en uno de los decretos fue cerrar todos los procesos administrativos y judiciales, el acceso a la información es un proceso administrativo y en la pandemia se cerró… Hay gente que aún ha solicitado información y no se la han entregado”, apuntó Fermán.

Lamentó que durante la pandemia “el Gobierno de El Salvador puso en cuarentena el acceso a la información, eso debe de quedarnos claro que estamos frente a un gobierno con poca vocación democrática”.

También cuestionó a los diputados: “Esta fue una ley de emergencia nacional y se les pasó, dejando de responder las solicitudes de información, donde se suspendían los procesos administrativos y judiciales”.

3. Derecho a la integridad personal

Esta vulneración se refirió a las atribuciones que el Gobierno otorgó a la Policía y Fuerza Armada y las retenciones que se desarrollaron por presuntamente violar la cuarentena, lo que provocó que ciudadanos se avocaran ante la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y esta determinó que no se debía restringir la circulación de personas.

Según datos de la Procuraduría para la Defensa de Derechos Humanos (PDDH) retomados en el informe, del 21 de marzo al 13 de abril se recibieron 471 denuncias “por acciones arbitrarias de diversa índole, principalmente detenciones abusivas sobre quienes infringían la norma de aislamiento”.

Centro de Contención en el Injuve de la colonia Zacamil. Muchos denunciaron hacinamiento, falta de pruebas y mucho tiempo retenidos. Foto EDH / archivo

“Quiero señalar que la restricción del derecho a la libre libertad de tránsito establecida en la Constitución de la República solo se puede establecer en los estados de excepción no en una emergencia, esa es una gran confusión que ha tenido el gobierno central”, afirmó el consultor del Foro Nacional de Salud en la ponencia.

Además, se refirió a otro error que, según él, se está cometiendo en la actualidad al exigir la prueba COVID-19 a los salvadoreños que ingresan al país. “Después rectificaron la plana y dicen que a quienes se les está exigiendo es a las aerolíneas… se siguen vulnerando derechos, muchos constitucionalistas ya se pronunciaron”.

4. Derecho a la seguridad personal y seguridad ciudadana

El 45% de los encuestados consideró que se descuidó la seguridad en las comunidades, el 30% percibió que no, mientras 10% dijo que no sabe y un 15% señaló que “la inseguridad se traduce en hechos de violencia contra las mujeres”.

5. Derecho a la salud

Un 37% de los participantes en la consultoría dijo que se les negó la atención a la salud “porque solo se atendían casos” relacionados al COVID-19. Manifestó que, incluso, hubo centros de salud que optaron por cerrar o suspendieron la consulta externa.

La consulta externa en el ISSS y hospitales públicos permaneció suspendida durante la emergencia. Foto/ Archivo

 “No han estado atendiendo las enfermedades crónicas, solo dan el medicamento y no le dan seguimiento de cómo es que va la salud, no hay promotores de salud en algunas comunidades”, señaló Yeni Jiménez, representante del equipo coordinador de la Mesa Nacional Territorial.

6. Derecho a la alimentación

El informe cuestiona las canastas de alimentos que entregó el Gobierno al considerar que lo hizo de forma desproporcional y que hubo personas de escasos recursos que no fueron beneficiarias ni del paquete de comida ni con el bono de $300. Además, critican “el tipo de comida” que se repartió que “no tiene un enfoque cultural”.

“Y yo recibí platanitos, pensaba ver huevos, frutas pero algo es algo no” escribió Carolina en su cuenta de Twitter junto a la foto de la primera bolsa de víveres que recibió.

“Quienes no tienen energía eléctrica no se vieron beneficiados con la canasta y los que intentaron obtenerla fue toda una odisea”, señaló Alba Villatoro, de la Mesa Territorial de Prevención de Violencia Social hacia la Mujer.

“Hubo mucha improvisación, falta de planificación y falta de participación de la gente en la toma de decisión”, dijo Fermán.

“La alimentación no se está regalando, al final pagamos el costo del alimento y del bono”, sostuvo Jiménez.

También, en el análisis se señala que no hubo control de precios de la canasta básica durante la emergencia.

7. Derecho a la educación y la cultura

“La pandemia expuso la brecha digital existente en la familia”, indicó Fermán. Agregó que maestros y padres de familiar han tenido que invertir en internet para continuar en línea las clases, incluso, tienen conocimiento, que hay quienes deben pagar por impresiones de las guías.

Edgardo recibe sus clases a través de canal 10. La nueva modalidad de envío de tareas por WhatsAPP les ha generado un gasto a su familia. Foto EDH/ Yessica Hompanera

“Esto significa que la educación ha dejado de ser pública y gratuita, porque hay muchos maestros y familias que han tenido que pagar internet y conseguir los dispositivos para las clases”, aseveró el consultor.

8. Derecho al acceso al agua

El 41% de los encuestados dice que desde siempre ha estado desabastecido de agua potable; un 26% afirmó que no contó con el servicio durante la pandemia, mientras un 31 % expresó que sí contó con el suministro y un 2% respondió que no sabe.

El informe criticó que los municipios más afectados por la escasez de agua son los que registran más contagios de COVID-19, entre estos San Salvador, Soyapango y Santa Tecla.

“El GOES y entidades de salud han enfatizado que el primer frente de defensa es el lavado de manos con agua y jabón”; no obstante en El Salvador, de acuerdo con la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples de 2019, “para ese año 131,918 hogares urbanos y 154,887 rurales no tenían un nivel de acceso básico y elemental al agua”.

“El tema del agua se ha evidenciado y colocado en la agenda pública durante la pandemia, pero siempre hemos estado desabastecidos de agua, siempre ha caído de manera irregular y siempre hemos tenido agua de mala calidad”, cuestionó Fermán.

9. Derecho a un vida libre de violencia para las mujeres

El 49% de los participantes en la encuesta respondió que sí tiene conocimiento de hechos de violencia contra la mujer en el marco de la pandemia, un 40% dijo que no y un 11% respondió que no sabe.

De los casos registrados, según los datos recopilados en el informe, solo un 9% (25 personas) se atrevió a denunciar, pero de estos solo 1% (3 personas) fue atendido.

A criterio del experto “la Policía descuidó la seguridad ciudadana y personal por atender la pandemia, eso no es malo, pero yo debo saber administrar los recursos para atender la pandemia, pero sin descuidar las otras atenciones o la realización de otros derechos”.

El confinamiento por la pandemia del COVID-19 se ha sumado a los patrones culturales ya existentes, como el caso del machismo, para que se repitan actos violentos contra centenares de salvadoreñas. Foto Referencia. Archivo

Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/noticias/nacional/nueve-derechos-humanos-vulnerados-pandemia-coronavirus/756151/2020/
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Aborto en El Salvador: el caso de Cindy Erazo y qué supone su liberación para otras 18 mujeres condenadas por la estricta ley contra la interrupción del embarazo

Cindy Erazo salió en libertad condicional este martes luego de pasar seis años en una cárcel de El Salvador acusada de homicidio agravado por dar a luz a un bebé muerto.

El parto ocurrió en agosto de 2014, luego de que Erazo sufriera una emergencia obstétrica en un centro comercial de San Salvador, la capital del país. La joven fue detenida en el mismo local.

El embarazo tenía ocho meses y una semana de gestación.

Erazo, ahora de 29 años, fue condenada a 30 años de cárcel en 2015. Pero su sentencia fue apelada en 2016 y reducida a 10 años.

En 2019 recibió el beneficio de salir de la cárcel un día a la semana para visitar a su familia y a su hijo de 10 años.

Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-54272238

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El Salvador: Alumnos rezagados cursarán dos grados en el 2021, según Educación

América Central/El Salvador/20-09-2020/Autor(a) y Fuente: www.elsalvador.com

Las autoridades del ramo planean echar mano de la modalidad educación acelerada para nivelar alumnos. Docentes aún no reciben lineamientos hacia el próximo año.

La ministra de Educación, Carla Hananía de Varela, afirmó que en 2021 aplicarán un proceso de recuperación con los niños que se queden rezagados académicamente este año y aplicarán la modalidad de enseñanza acelerada para nivelar a los que no lograron estudiar.

“Vamos a tener que trabajar dos años en uno para aquellos alumnos que se han quedado atrás y que no han estado conectados (a internet); tampoco los vamos a dejar abandonados y para ellos estamos diseñando una estrategia de educación acelerada especial”, dijo Hananía de Varela el pasado jueves.

La educación acelerada es la misma que bajo la sombrilla del Programa Modalidades Flexibles, ha sido servida desde 2005 para lograr reinsertar al sistema educativo a aquellos jóvenes que por diversas razones habían abandonado sus estudios.

“Hay que hacer adecuaciones curriculares para llevar al niño a que tenga el máximo conocimiento, eso se tiene que hacer, porque de lo contrario, no eso de dos años en uno no es posible”

Paz Zetino Gutiérrez, Secretario general Bases Magisteriales

“El Ministerio de Educación tiene esas metodologías, cuenta con ellas, están probadas y son exitosas”, reconoció la funcionaria.

Paz Zetino Gutiérrez, presidente de la gremial de docentes Bases Magisteriales, sostuvo que el próximo año todos los países tendrán que hacer adecuaciones curriculares para reforzar a los niños que llevan vacíos de conocimientos hacia el siguiente grado, de lo contrario los escolares se frustrarán, sobre todo de los primeros grados.

Zetino Gutiérrez señaló que la titular de Educación reconoce que se tendrá que hacer un gran esfuerzo titánico para que los alumnos se nivelen, sin embargo cuestiona que se esté hablando de que los alumnos harán dos grados en uno.

“Esa frase de dos años en uno no es lo más correcto, eso es imposible, pero usted debe saber que los programas están diseñados de manera gradual, al grado tal que el conocimiento de contenido de tercer grado, con el de cuarto grado difieren en muy poco, pero hay un nivel de adelanto en el cuarto grado”, advirtió.

El dirigente gremial reiteró su preocupación sobre el rezago que se pueda dar en los niños de primero, segundo y tercer grado en donde se aprenden códigos de lectura, escritura y cálculos básicos; por tanto considera que “ahí es donde tendremos que hacer quizás jornadas mucho más complementarias”.

Según lo externado por Zetino Gutiérrez sí hay preocupación ante el hecho de que a estas alturas los funcionarios no tengan una planificación definida de qué es lo que se va a hacer con los niños rezagados al fin de este año lectivo, dado de que la ministra habla de que no habrá promoción automática; sobre la evaluación de los bachilleres y el proceso de recuperación a inicios del 2021.

“Ese plan (de recuperación académica del próximo año) no se puede estandarizar a todos, porque no todos los alumnos han estado atendidos de igual manera; unos han sido mejor atendidos porque se han conectado, tienen más recursos y hay otra cantidad que tiene mucho más problema”, agregó.

Para el secretario general de Bases Magisteriales a la larga el plan de recuperación lo va a tener que hacer cada escuela, cada maestro, dependiendo del diagnóstico que se tenga a partir de febrero: “Es el profesor el que va a tener que diseñar todo ese paquete”.

El profesor Daniel Rodríguez, secretario general del Simeduco, externó que están de acuerdo con la ministra en que se debe ayudar a los niños y adolescentes a salir del rezago en que han caído, ya sea por falta de acceso a tecnología u otras razones, puesto que es cuestión de solidaridad que no pierdan el año escolar.

A raíz de la pandemia, las clases presenciales quedaron suspendidas durante el resto del año. Foto EDH

Rodríguez manifestó que hasta el lunes 7 de septiembre, Educación no había presentado ningún plan a las gremiales del sector y que están a la espera de ello, pero reiteró que “si el plan es viable y no recarga de trabajo a los docentes creo que no habría problemas”.

Por su parte Óscar Martínez, secretario general de SEDESA, coincidió con Rodríguez en que la iniciativa ministerial es aceptable dado que hay muchos niños que han perdido la continuidad educativa.

“Implementar eso de la educación acelerada ya se ha hecho con las administraciones anteriores y resulta un poco”, comentó.

Martínez, quien es director del Complejo Educativo Anselma Sánchez de Mancía, dijo que ellos tuvieron el programa de educación acelerada tiempo atrás y dio buenos resultados, pero fue claro en señalar que eso depende de que el proceso esté bien orientado, que los maestros estén bien capacitados y que haya un seguimiento técnico del Ministerio de Educación (MINED).

El dirigente de SEDESA, al igual que su colega de Bases Magisteriales, sostuvo que el maestro será quien al final haga el diagnóstico de cada uno de sus estudiantes y tendrá que determinar las acciones a tomar en cada caso porque no todos llegan con el mismo nivel.

Enfatizó que los padres van a tener que seguir ayudando definitivamente en este proceso de recuperación porque ya anunciaron que el próximo año el proceso educativo será semipresencial para evitar contagios.

Martínez explicó que por el momento esperan más detalles de parte de educación sobre cómo se aplicará el proceso de recuperación al final del año con los niños que no alcancen las competencias.

“Hasta ahorita está esa debilidad que no hay una definición a esta altura cómo se va a evaluar educación básica para el cierre del año, no hay línea todavía”, indicó.

Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/eldiariodehoy/alumnos-rezagados-cursaran-dos-grados-2021-educacion/753821/2020/

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El Salvador: Caso masacre jesuita ¿En qué etapa de estudio está en la Sala de lo Penal?

Caso masacre jesuita ¿En qué etapa de estudio está en la Sala de lo Penal?

A petición de la defensa, la Sala de lo Penal tuvo que reconformarse para estudiar el expediente.

Después de dos recusaciones, los magistrados de la Sala de lo Penal, de la Corte Suprema de Justicia, ya conocen la petición de la defensa de los militares vinculados a la masacre de seis sacerdotes jesuitas y dos colaboradoras, ocurrida el 16 de noviembre de 1989, y que impidió reabrir el caso en 2018.

Según el magistrado de la Sala, Leonardo Ramírez Murcia, ya hay conformación del tribunal superior en materia penal y estarían próximos a resolver. 

Está próximo a ser resuelto, elaborándose los argumentos por cada uno de los magistrados presentes que integran ahorita la Sala de lo Penal y espero que próximamente podamos estar teniendo, juntando las posiciones y vamos a resolver como tenga que resolverse, lo más luego posible». (Leonardo Ramírez, Magistrado Sala de lo Penal.9

Ramírez explicó que antes que la Sala iniciara a estudiar el caso, la Corte en Pleno tuvo que resolver dos recusaciones de la defensa de los militares requeridos en este proceso, una en contra de él y otra en contra de la magistrada presidenta de la Sala, Doris Luz Rivas.

El pleno de la Corte negó la recusación en contra de Ramírez y accedió a la de Rivas, nombrando un magistrado suplente.

El viernes 11 de septiembre, la sección segunda de la Sala de lo Penal declaró culpable en calidad de autor, al excoronel salvadoreño, Orlando Inocente Montano, por la masacre de cinco jesuitas españoles en la residencia de la UCA y lo señaló de también ser el autor de los homicidios en contra de las tres víctimas salvadoreñas. El Tribunal Español impuso una condena de 133 años años al exmilitar por los crímenes.

Lecciones

El procurador para la Defensa de los Derechos Humanos, Apolonio Tobar, señaló que España ha dado «lecciones» a la justicia salvadoreña, con la condena del excoronel Inocente Montano.

Hemos considerado que nos han tenido que venir a dar lecciones de otros países de cómo hacer las cosas, esta condena en contra del coronel Montano y de ser muy analizada por las autoridades de El Salvador». Apolonio Tobar, Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos.

En 2018, el Juzgado Tercero de Paz de San Salvador reabrió el proceso penal, pero una apelación de la defensa llevó el expediente ante una Cámara superior; la Cámara ratificó la decisión y la defensa volvió a apelar, elevando el proceso ante la Sala de lo Penal, de la Corte Suprema de Justicia.

Fuente de la Información: https://diario.elmundo.sv/caso-masacre-jesuita-en-que-etapa-de-estudio-esta-en-la-sala-de-lo-penal/

 

 

 

 

 

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Un falso dilema educativo

Por: Luis Armando González

La situación de crisis suscitada por el coronavirus –que al parecer seguirá presente, aunque con menor virulencia, a lo largo de 2020 — ha puesto en uno de los primeros lugares del debate académico el asunto de lo virtual y presencial en la educación. Y es que la crisis aludida forzó la entrada en vigor de estrategias formativas no presenciales, en prácticamente todos los niveles educativos; en ellas, se recurrió –por lo general de manera improvisada y abrupta— a los distintos recursos ofrecidos por Internet y la telefonía celular: desde las plataformas que permiten realizar videoconferencias grupales, pasando por el correo electrónico y los mensajes en Messenger y WhatsApp, hasta las llamadas telefónicas.

Salvo los procesos educativos diseñados previamente para ser impartidos virtualmente –y que continuaron, y aún continúan, con una lógica previamente establecida—, las actividades docentes que habían sido planeadas según criterios presenciales tuvieron que ser implementadas de manera no presencial. En la práctica, esto generó distintas complicaciones no sólo en razón de la disponibilidad de los recursos tecnológicos (personales o institucionales), sino en razón de las deficiencias en las habilidades técnicas por parte de docentes –no todos, por supuesto— no preparados para atender cursos, materias, seminarios, talleres o grupos de tesis de manera virtual. Aunado a ello, estaban (y siguen estando presentes) dos temas nada secundarios: primero, la pedagogía y la didáctica virtuales son distintas de las presenciales; y segundo, los contenidos (teóricos y metodológicos) presenciales no se trasiegan automáticamente hacia lo no presencial.

Al calor de esas y otras dificultades –que, cabe sospechar, se han tenido en distintos sistemas educativos alrededor del mundo— se fue generando un interesante debate acerca de lo virtual y lo presencial en la educación, debate en el cual se pueden identificar distintas posturas. Una especialmente llamativa consiste en proponer que la educación virtual ha llegado para reemplazar totalmente a la educación presencial, a la que se le reprochan las más variadas fallas y debilidades. Quienes abanderan esta posición, además de ver en lo virtual-tecnológico algo extraordinario para la educación, entienden que las pruebas de ello se encuentran en la actual experiencia en la cual lo presencial fue suspendido drásticamente y las actividades educativas virtuales pudieron ensayarse a plenitud. Hay quienes piensan que se trató de una novedad absoluta, como si antes de la actual situación no se hubiesen impulsado interesantes experiencias formativas virtuales, en las cuales si bien ya se visualizaban sus virtudes –lo virtual tiene ciertamente virtudes—, también se visualizaban sus limitaciones que no son únicamente técnicas o de procedimientos, sino que muchas veces involucran aspectos sustantivos.

En el polo opuesto se sitúan quienes opinan que la educación presencial es irremplazable, y que lo virtual no tiene (o no debe tener) un lugar importante en los procesos educativos que en verdad quieran ser tales. En favor de quienes creen esto está la ya milenaria tradición educativa que se remonta cuando menos a Sócrates y cuyos logros culturales (científicos, filosóficos, literarios) sólo una persona escasamente informada puede poner en duda. Es indiscutible que un nervio de la educación, entendida como un proceso de asimilación crítica de nuevos conocimientos, es el diálogo, la dialéctica, el contraste de ideas y opiniones, en lo cual intervienen la razón y la pasión.

Y el espacio privilegiado, durante cientos de años, para ese ejercicio es el espacio ocupado físicamente por los actores principales del proceso educativo (maestros y alumnos): el aula o salón de clases, el auditórium o, como prefería Aristóteles, el jardín de su Liceo. Ciertamente, la educación presencial, dialógica, tiene un largo recorrido histórico, pero no es por eso que se la debe considerar valiosa, pues que algo sea antiguo no lo hace bueno o positivo y, obviamente, tampoco lo nuevo o reciente es, sólo por eso, positivo o bueno. Son los logros los que cuentan; y la educación presencial tiene en su haber los suficientes como para tomarse con reservas las propuestas de su supresión total por mecanismos, estrategias y prácticas educativas virtuales. Los logros de la educación presencial no deben ocultar sus limitaciones o sus posibilidades de mejora; no deben impedir determinar qué áreas de ella pueden ser asumidas y tratadas de una mejor manera por mecanismos y estrategias virtuales. No es cierto que no se tengan pistas sobre esto último: tanto las experiencias previas a la crisis sanitaria como las experiencias suscitadas durante la crisis ofrecen información relevante sobre áreas o ámbitos educativos en los cuales lo virtual puede convertirse en un soporte de primera importancia para lo presencial. Y por supuesto que también las experiencias apuntadas revelan lo que no se puede pedir o esperar de lo virtual en materia educativa. Ni se tiene que ser extremadamente fantasioso con las posibilidades de lo virtual ni excesivamente pesimista o escéptico sobre sus potencialidades.

Lo prudente es sopesar, con honestidad y realistamente, los pros y contras. Por lo apuntado hasta ahora, es claro que la visión antitética de lo virtual y lo presencial en educación nos enfrenta a un falso dilema.

No se trata de elegir entre lo uno y lo otro –de abolir la educación presencial y poner en su lugar una educación virtual; o de cerrar las puertas a lo llegada de modalidades o prácticas virtuales en la educación—, sino de situarse en una postura intermedia, viendo a lo virtual como un buen complemento de unos procesos educativos que no deben renunciar a uno de sus nervios fundamentales: la dialéctica, el diálogo, el contraste y lucha de ideas entre interlocutores que interaccionan físicamente; el tensionamiento racional y pasional que permite la muerte de ideas inservibles y el surgimiento de ideas mejores, y que hasta ahora, después de 2,500 años, no encontrado mejor espacio para su desarrollo que ese espacio en el cual maestro y alumnos se las ven cara a cara. Y es partir de estas dinámicas que se han fraguado y se fraguan habilidades y capacidades investigativas que, tanto en las ciencias naturales como en las ciencias sociales, permiten explorar el mundo natural y social –es decir, plantearse problemas e indagar sobre los mecanismos que los explican— de modo fáctico, no virtual. Esas capacidades y habilidades, asimismo, requieren en gran medida, aunque no en exclusiva, actividades prácticas en el aula y fuera de la misma –por ejemplo, en comunidades, museos, archivos, empresas, mercados, hospitales o laboratorios— que son vitales para la formación de los estudiantes y para el cultivo de un saber que se problematiza sobre la realidad, y no sólo sobre abstracciones mentales matemática o conceptuales.

Esa vitalidad en el conocimiento debe ser –y tiene que ser—potenciada por cualquier recurso, estrategia o práctica, que esté disponible o que sea accesible a los sistemas educativos, en sus distintos niveles. Aunque no sus capacidades más óptimas, la tecnología que permite acceder a recursos educativos virtuales ha llegado a un país como el nuestro. Hay instituciones que están utilizando esos recursos para el desarrollo incluso de cerreras completas al nivel de maestría. Algunas lo han hecho de manera meditada, ponderando bien los objetivos formativos que se persiguen y planeando con suficiente tiempo y meticulosidad los contenidos y las metodologías de enseñanza adecuadas para procesos educativos virtuales. Otras quizás no tanto, aunque esto debería ser objeto de un estudio detallado y profundo.

Lo que aquí se quiere destacar es que, en El Salvador, se tiene (o se va consiguiendo) una buena experiencia en estrategias educativas de carácter virtual que deberían ser tomadas en cuenta, en sus virtudes y en sus limitaciones, a la hora de realizar los ensambles entre los virtual y lo presencial, sin perder de vista que uno de los propósitos irrenunciables de la educación en todos sus niveles, pero especialmente a nivel superior, es formar personas con una concepción bien fundamentada –desde criterios científicos— de la realidad social y natural, lo mismo que con las capacidades y habilidades para explorar-investigar las dinámicas que hacen que las cosas naturales y sociales se comporten de la forma en que lo hacen.

La pregunta es cómo (de qué manera) determinadas estrategias formativas virtuales pueden contribuir a una educación integral y de calidad. Y, complementado con ello, la otra pregunta es cómo lo virtual puede ayudar a corregir, mejorar o potenciar lo que se hace en las estrategias educativas presenciales. De alguna manera, fue la pregunta que se hicieron los investigadores del CERN, a cuya cabeza estaba el físico Tim Berners-Lee, cuando decidieron crear la WEB: se trataba facilitar, entre los físicos, el intercambio de ideas, artículos, documentos, resultados de experimentos mediante una red ágil de comunicación e intercambio de información. A estas alturas, las potencialidades y eficacias de la WEB para distintas actividades educativas y de investigación son indiscutibles. El reto es hacer, en cada país y sistema educativo particulares, el mejor ensamble entre los recursos virtuales disponibles (o que se puedan diseñar) en Internet (que es algo más amplio que la WEB) y las estrategias educativas presenciales de forma tal que, en lugar de la anulación o exclusión de uno de las dos instancias, se logre una integración provechosa entre ambas.

Como en el presente, y visto desde El Salvador, es lo presencial lo predominante, lo virtual debería irse definiendo, e implementando, a partir de aquello que requiera mejora, o incluso supresión, en ese ámbito. Pero no a tientas ni a ciegas, o usando criterios de rentabilidad o de ahorro, sino teniendo en mente el objetivo de lograr una educación integral, en lo científico, lo técnico y lo humano. Si sucediera lo contrario, es decir, si fuera lo virtual lo predominante en educación, lo recomendable sería buscar en lo presencial recursos de apoyo, corrección o mejora. Pero no es el caso. Así que es lo virtual lo que debe contribuir a mejorar la educación presencial. En cada nivel educativo deben hacerse los análisis y estudios que indiquen los modos en los que se apoyo puede ser más eficaz y oportuno; y es que lo que puede ser potable y viable en educación superior (en algunas carreras, materias, seminarios, trabajos de investigación o debates teóricos o metodológicos) puede ser inviable o ineficaz, por ejemplo, en educación básica. Lo contrario también es cierto: lo viable y potable en educación básica (o en bachillerato) puede no serlo en educación superior.

En fin, lo que debería promoverse, en educación, es una articulación potenciadora de los virtual en lo presencial, y no un reemplazo total de lo presencial por lo virtual o un blindaje de lo presencial ante lo virtual. Hay quienes están trabajando, con seriedad y profesionalismo, en lograr esa articulación potenciadora. Hacen gala de sentido común, criterio racional y equilibrio en el juicio. Los hay también quienes están atrapados en las garras de la desmesura en su apreciación de lo virtual, y que están dispuestos a hacer todo lo que esté a su alcance por hacer que la educación presencial deje de existir. Si llegaran a salirse con la suya –nunca se sabe— lo más probable es que la formación integral de las personas (una formación de naturaleza crítica, reflexiva, fundamentada científicamente, investigativa, racional y pasional) se resentiría tremendamente. Y es que, en definitiva, lo virtual, por definición, no puede dar a las personas las vivencias, las experiencias, los tensionamientos y los desafíos que ofrecen las interacciones sociales efectivas, dentro y fuera del aula, y los problemas reales naturales y sociales. Sin esas vivencias, experiencias, tensionamientos y desafíos (no virtuales, sino reales porque tienen su raíz en las interacciones que las personas tienen con la realidad natural y social) no hay educación propiamente dicha, sino un remedo “virtual” de la misma.

San Salvador, 6 de septiembre de 2020

Fotografía: Fundación Telefónica Ecuador.

Fuente e Imagen: https://insurgenciamagisterial.com/un-falso-dilema-educativo/

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El Salvador: Las mujeres de San Julián enfrentan el hambre y desigualdad con huertos caseros

El Salvador permaneció bajo cuarentena obligatoria durante tres meses. El gobierno de Nayib Bukele prometió que abastecería de alimentos a todas las familias afectadas económicamente por las medidas para contener la propagación de la COVID-19; pero en muchas zonas la ayuda nunca llegó. Una de esas zonas está en San Julián, Sonsonate, donde las mujeres lograron sobrevivir al hambre y sostener a sus familias gracias a la comida que ellas mismas cultivan. Contaron a GatoEncerrado que al verse encerradas en cuarentena, sin la posibilidad de salir a ganarse el sustento diario y sin transporte público para movilizarse a los mercados, las mujeres se metieron en cuerpo y mente a trabajar en sus huertos caseros.

Estas mujeres, apoyadas por organizaciones como la Unidad Ecológica Salvadoreña (Unes), son la prueba de que los huertos caseros son la alternativa viable y necesaria para sobrevivir a la crisis económica y a la agudización de la desigualdad que dejará el impacto de la pandemia por COVID-19. Economistas han señalado que las medidas gubernamentales ante la pandemia en El Salvador dejará a más de cien mil personas sin empleo y que la desigualdad incrementará.

Uno de los informes más recientes de Oxfam, titulado «¿Quién paga la cuenta?«, señala que el impacto de la pandemia es tan grave que los países de América Latina y el Caribe (incluido El Salvador) tendrán un retroceso económico de 15 años. El informe también explica que entre los más golpeados están los más vulnerables y pobres de la región, pero no los ricos y multimillonarios. Entre los más vulnerables, como suele ocurrir en las crisis, están las mujeres. Por eso, la experiencia de mujeres que cultivan sus huertos caseros, como en San Julián, es valiosa para plantearse como una alternativa ante la crisis y desigualdad, según Jennifer Guzmán de Unes.

El informe de Oxfam también detalla que mientras los más vulnerables y pobres tienen que recurrir a medidas extremas para sobrevivir ante los impactos económicos de la pandemia, hay ricos que en medio de la crisis sanitaria se han hecho más ricos. Oxfam logró determinar, por ejemplo, que desde que iniciaron los confinamientos en la región hay ocho nuevos multimillonarios con un patrimonio mayor a los mil millones de dólares. Mientras tanto, hay mujeres en zonas como San Julián que lo único que tienen es su huerto casero.

María Avilés contó a GatoEncerrado que lleva 25 años cultivando su huerto casero. En tiempos de pandemia, crisis y vacas flacas, su huerto ha sido lo único que ha logrado sostener a su familia. Foto/Emerson Flores.

En su huerto, María Avilés siembra frutas y vegetales, pero en todo el proceso, según dijo, no utiliza químicos. Esto con el fin de garantizar que el alimento que llega a su mesa sea orgánico, sin preservantes artificiales. Foto/Emerson Flores.

«Muchas mujeres han tenido los beneficios de su propio empoderamiendo, ya que ahora ellas se visualizan a sí mismas como proveedoras de su hogar», aseguró Jennifer Guzmán, técnica territorial de la Unidad Ecológica Salvadoreña (Unes). Esta organización acompaña y apoya a las mujeres de San Julián, para que sigan cultivando en los huertos caseros. Por el momento, según Guzmán, la Unes tienen 35 iniciativas agroecológicas en la zona, junto al Comité Ambiental de San Julián.

En estos 25 años, María Avilés ha logrado ampliar su huerto. Gracias a su trabajo, no solo provee alimento a su familia, sino que su huerto también le da para vender en mercados y regalar alimento a sus vecinas. La crisis provocada por la pandemia le afectó menos, debido a que ella misma cultiva su comida: «Si yo quiero un tomate o mora, solo voy y la corto», explicó. Foto/Emerson Flores.

«Para mí es importante tener mi huerto, porque lo tengo cerca, lo tengo saludable. Yo sé lo que estoy consumiendo y sé que no lleva químicos», mencionó María Avilés, mientras mostraba su huerto. Foto/Emerson Flores.

Angélica María Monroy recibió un diplomado en Ciudad Mujer, en el que aprendió a cultivar sus propios alimentos. Hace más de un año empezó a recibir capacitaciones con la Unes y así empezó su huerto casero. Foto/Emerson Flores.

Angélica Monroy asegura que tener su huerto en casa le ayudó ante las dificultades económicas provocadas debido a la pandemia por las medidas que tomó el gobierno para evitar la propagación de COVID-19. Foto/Emerson Flores.

Angélica Monroy explicó que en su huerto siembra tomate, chile, cebolla, cebollines y maíz. Su esposo y uno de sus nietos le apoyan en el cultivo y cuidado de su huerto. Foto/Emerson Flores.

Sonia Esperanza Huezo también tiene su huerto, en el que cultiva maíz, yuca, hierba buena, espinaca y otro tipo de semillas que sirven para la alimentación de ella, su esposo y sus dos hijos. Foto/Emerson Flores.

«Esto es bueno, porque nos ayudamos y ya no gastamos dinero para salir a comprar comida. A mi esposo yo le enseñé a cultivar, ahora él es el que cultiva la milpa», dijo Sonia Huezo. Foto/Emerson Flores.

septiembre 10, 2020

 Fuente: https://gatoencerrado.news/2020/09/09/las-mujeres-de-san-julian-enfrentan-el-hambre-y-desigualdad-con-huertos-caseros/

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