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Ricardo Salazar: Cualquier gobierno guatemalteco que no priorice la salud y educación está perdido.

Centro América/Guatemala/30.08.2016/Autor: Brenda Larios/Fuente:http://agn.com.gt/

El profesor de Literatura Latinoamericana en la Universidad de Connecticut, Ricardo Salazar, originario del municipio de El Tejar, del departamento occidental de Chimaltenango, alertó hoy que “cualquier gobierno guatemalteco que no priorice la salud y la educación, está perdido”.

Salazar, uno de los connacionales que han destacado a nivel internacional, fue uno de los panelistas invitados al II Encuentro Nacional por la Calidad Educativa y las Nuevas Tecnologías, inaugurado por el presidente de Guatemala, Jimmy Morales, en un hotel del sur de la capital.

Durante su intervención destacó que Guatemala cuenta con herramientas y que lo más importante ahora es “el buen gobierno y resaltó, en declaraciones a la Agencia Guatemalteca de Noticias (AGN), la labor del presidente Morales, sobre todo por los diálogos con los diferentes sectores de la sociedad.

“El gobierno que tenemos ahorita parece que tiene los compromisos fuertes, me impresionó mucho lo que dijo el Presidente, me parece que él estaba muy claro en la importancia de que los niños tuvieran que comer, tuvieran las vacunas cabales, no tuvieran una calle atascada de lodo, eso me parece genial”, exclamó.

Para el profesor, la salud y la educación de una persona deben ser la prioridad de cualquier país.

“Cualquier gobierno guatemalteco que no priorice la salud y educación está perdido, son lo principal que necesitan las personas en el área rural para poder progresar”, alertó.

Comentó que el mandatario tiene que ser un líder para crear esta clase de conversaciones para decirle a la gente lo que está haciendo y que use el poder para apoyar al “buen gobierno” en lugar de crear “estructuras paralelas”.

Cuestionado sobre este tipo de diálogos que involucran a los diferentes sectores del país, Salazar señaló que es “extremadamente alentador” y dijo que estos proyectos no solo deben quedarse en un discurso sino deben implementarse para que el país pueda cambiar.

Desde que asumió el poder el 14 de enero pasado, el Presidente les ha dado prioridad a la salud y a la educación.

En el sistema de salud aumentó de 40 a 75 por ciento el abastecimiento de medicinas y equipo quirúrgico, mientras que en el educativo ha entregado 8.000 escritorios.

“Si nosotros le apostamos a lo más importante, que es nuestra gente, y le invertimos a lo más importante, que son su salud y su educación, ellos mismos van a encontrar soluciones a la infinidad de problemas que se han encontrado en el camino”, señaló el gobernante.

Quién es Ricardo Salazar

Originario de Tecpán, Chimaltenango, desde una edad temprana desarrolló un interés malsano y pasión por la historia, alimentada por las grandes brechas de riqueza y la educación que le rodeaban, lo que lo llevó al cumplir 18 años a tomar un autobús a Estados Unidos y asistir a Los Ángeles Community College (WLACC) a tiempo parcial.

Después de 5 años en WLACC y con el apoyo de muchos profesores y consejeros es transferido a la UCLA (Universidad de California), donde se especializó en la historia.

Tras graduarse de UCLA, obtuvo un doctorado en Historia de América Latina bajo la tutela sabia de John Womack.

Durante una visita a su tío, que vive en Chimaltenango, fue invitado como panelista en el Segundo Encuentro Nacional por la Calidad Educativa y las nuevas tecnologías.

En su participación en el evento, el presidente Morales también recordó a otros ilustres guatemaltecos: Miguel Ángel Asturias, premio Nobel de Literatura en 1967, y al creador de Duolingo, Luis Von Ahn, “un genio de la informática”. En este programa se pueden aprender idiomas de forma gratuita.

Fuente: http://agn.com.gt/index.php/2016/08/25/ricardo-salazar-cualquier-gobierno-guatemalteco-que-no-priorice-la-salud-y-educacion-esta-perdido/

Imagen: http://agn.com.gt/wp-content/uploads/2016/08/LEO_0305-696×464.jpg

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Educación media a medias

Por: Anabella Giracca

En el círculo de educadores muchas veces se escucha decir que acá no existe un Ministerio de Educación, sino un Ministerio de Educación Primaria. Certero comentario, dada la obsesión que durante nuestra historia se ha tenido de cubrir la primaria y debilitar la llamada “continuidad educativa”. El Estado elige dónde y quiénes deben de conformarse con tener solo hasta sexto, porque lo demás les corresponde a unos cuantos solamente.

La continuidad es un valor fundamental en educación. Ese “detalle” que debería de garantizar que la niñez completa cuente con acceso a preprimaria de una forma igualitaria, luego primaria, luego básico (educación media), luego diversificado y por último acceso a la universidad. Valga el dicho de “educación para todos y durante toda la vida”. Acá nada de eso pasa: unos cuantos tienen acceso a preprimaria, muchos a primaria, pocos a básicos y contados a diversificado. ¿De universidad? De eso ni hablar, porque el acceso es cada vez más débil y exclusivo. (ojo que acá solo hablamos de cobertura, una de las dos caras de esa moneda llamada educación).

La urgencia de repensar la educación no es nada nuevo. ¿Qué tipo de ciudadano aspiramos para un país como el nuestro? ¿Hacia dónde queremos encaminar la educación pública? ¿Para qué? ¿Para quiénes? Preguntas aparentemente ingenuas pero que requieren de esfuerzos colectivos para responderlas. Simplemente porque el tipo de guatemalteco que necesitamos lo define el Estado a través de su proyecto educativo.

Es hora de sentarse a dialogar sobre el tema, a debatir sobre el tema, despojarlo de quienes se han creído sus dueños porque, francamente, es nuestro. Sí, recuperar lo “nuestro” debería de ser el lema. Al parecer, el 22 al 24 de agosto, en las instalaciones del Colegio Liceo Javier, se llevará a cabo un foro sustantivo, liderado por Ejegua (educación jesuita en Guatemala), felizmente dedicado a la educación media. Porque hablar desde todos los espacios de calidad, de mitos, de contradicciones, de desafíos, de inclusión educativa, de innovaciones, de brechas, de génesis, de diversidad, de procesos, de gasto, de contextos particulares, de lo público, entre otros, es cardinal. Es hora de asumir, de tomar acciones, de reorientar con creatividad y fuerza hacia una educación incluyente y global. Que estos eventos se reproduzcan, porque seguir esperando es el peor error que puede cometer esta sociedad. Muy simple: cada país merece la educación que defiende.

Fuente: http://elperiodico.com.gt/2016/08/17/opinion/educacion-media-a-medias/

Fuente de la Imagen: https://www.google.co.ve/search?q=Educaci%C3%B3n+media+a+medias&biw=1024&bih=485&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwjCl5yB2dPOAhWEQyYKHSzpDMwQ_AUIBigB#tbm=isch&q=Educaci%C3%B3n+media+en+guatemalas&imgrc=bnpo6mtlbRoB7M%3A

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La historia no había terminado, rectifica Fukuyama

Por: Marcelo Colussi

«Lo que demonizó a Carlos Marx e hizo de él un adversario formidable; no fue haber predicado la revolución, sino haber demostrado su inevitabilidad, aunque tal vez ocurra de manera diferente a como él lo soñó.» Jorge Gómez Barata

«Defiendo la construcción del Estado como uno de los asuntos de mayor importancia para la comunidad mundial, dado que los países débiles o fallidos causan buena parte de los problemas más graves a los que se enfrenta el mundo: la pobreza, el sida, las drogas o el terrorismo». Esta idea jamás podríamos asociarla al pensamiento neoliberal, que se caracteriza por una apología de la libre empresa y de la reducción del Estado. Pero curiosamente es lo que dice Francis Fukuyama en su libro Construcción del Estado: gobierno y orden mundial en el siglo XXI, de 2004.

Fukuyama, funcionario del Gobierno estadounidense, se hizo famoso cuando en 1992 (acompañando la desintegración de la Unión Soviética y la reversión de todo el campo socialista de Europa del Este) pronunció el grito triunfal en su libro El fin de la historia y el último hombre: «la historia ha terminado». Pero en realidad lo dicho por él ni es pensamiento profundo, ni encierra ninguna verdad. ¡La historia no había terminado! ¿A quién se le podría ocurrir tamaño dislate? Es más que obvio que eso es una visceral manifestación ideológica, un grito de fanático atolondrado más que una serena reflexión de un acendrado académico.

A inicios de los noventa, caído el muro de Berlín y derrumbado el campo socialista europeo, el capitalismo se sintió exultante, triunfal. Todo parecía indicar que la economía planificada no llevaba a ningún lado y que el mercado se imponía como modelo único e inevitable. Coadyuvaba con esta visión la idea de democracias parlamentarias como más «civilizadas» y dando más respuestas a los problemas sociales que las «dictaduras» del proletariado de partido único. La misma población rumana, por ejemplo, se encargó de fusilar a Ceauscescu con la misma saña que lo hicieron anteriormente los italianos con Mussolini. La derrota del experimento socialista, al menos la presentada por la prensa capitalista, parecía total.

Fue tan grande el golpe –y en buena medida el golpe mediático que el capital supo implementar al respecto– que el discurso dominante inundó toda la discusión. La izquierda misma se quedó perpleja, sin argumentos. Parecía cierto que la historia nos dejaba sin respuesta. Pero la historia no había terminado. ¿Puede terminar acaso? ¿De dónde saldría esa monumental taradez?

El término «globalización» se adueñó de los espacios mediáticos y del ámbito académico, pasando a ser sinónimo de progreso, de proceso irreversible, de triunfo del capital sobre el «anticuado» comunismo que moría. Y nos lo hicieron creer. La siempre mal definida globalización pasó a ser el nuevo dios; según se nos dijo –Fukuyama fue uno de sus principales difusores– la misma traería desarrollo y prosperidad a todo el planeta. La historia había terminado (mejor dicho: el socialismo había terminado) y el término que lo expresaba con elegancia –por no decir con refinado sadismo– era globalización. No se podía estar contra ella.

Levantar los «viejos, anticuados, antidiluvianos» planteos del socialismo, del «defenestrado» marxismo, condenaba al ostracismo. Eran solo quimeras de nostálgicos trasnochados. O al menos ese fue el discurso dominante que buena parte de la izquierda terminó aceptando. A tal grado lo aceptó, que en muy buena medida esa izquierda fue cooptada por la ideología del posibilismo, de la resignación. De ahí que, ante tanto golpe recibido, algunos años después la aparición de izquierdaslight (encabezadas en muy buena medida por Hugo Chávez en Venezuela con la propuesta de un renovado socialismo del siglo XXI –nunca definido hasta el día de hoy–) encendieran tantas esperanzas.

En los noventa del pasado siglo el optimismo triunfalista del neoliberalismo en boga campeaba en mundo. Después de las fracasadas experiencias socialistas (bueno, habría que discutir más eso del «fracaso»), o mejor dicho, después de la presentación mediática que hacía el capitalismo victorioso de los acontecimientos que marcan estos años, no parecía quedar mucho espacio para las alternativas. Con fuerza irrefrenable, las políticas neoliberales barrieron el planeta. Según nos aseguraban sus mentores, por fuerza traerían la paz y la felicidad. Se quitaban así del medio, de un plumazo, los inconmensurables logros que habían traído todas esas experiencias socialistas, en cualquiera de sus expresiones: en la Rusia bolchevique, en la China de Mao Tse Tung, en la Cuba revolucionaria, en Vietnam, en la Nicaragua sandinista (cuando Daniel Ortega era comandante guerrillero y no empresario como es ahora). En todas esas experiencias, no hay que olvidarlo nunca, se terminó con el hambre, con la desnutrición crónica, con el analfabetismo, con la exclusión de los por siempre excluidos. En todas esas experiencias –¡no hay que olvidarlo jamás!– el poder popular fue un hecho, las mujeres mejoraron sustancialmente su condición de eternas oprimidas, no hubo niños de la calle, el deporte y la cultura pasaron a ser política de Estado y los logros científicos (premios Nobel a granel) brillaron rutilantes. Ningún país que fue intervenido con planes neoliberales (léase: capitalismo despiadado sin anestesia) logró algo de eso; por el contrario, en todos (¡en todos!, tanto del opulento Primer Mundo como entre los pobres del Sur) creció alarmantemente la pobreza, aunque hubiera supermercados abarrotados de productos del Tercer Mundo.

Pero hoy, dos décadas y media después de este grito de guerra proferido por Fukuyama y respaldado por el «No hay alternativas» de la Dama de Hierro Margaret Tatcher, la realidad nos muestra algo bastante distinto a paz y felicidad planetarias. El capitalismo creció, sin dudas, pero a condición de seguir generando más pobreza y devastando el planeta. La riqueza se reparte cada vez en forma más desigual, con lo que puede decirse que si algo creció, es la injusticia. Y las guerras no sólo no han desaparecido sino que pasaron a ser un elemento vital en la economía global; de hecho, en la dinámica de la principal potencia, Estados Unidos, es su verdadero motor, ocupando alrededor de un cuarto de todo su potencial y definiendo su estrategia política tanto interna como internacional. Pero aun peor: las estrategias bélicas siguen dominando el panorama político mundial, teniéndose la posibilidad de un enfrentamiento nuclear como una circunstancia real, lo que traería la peor tragedia para la humanidad. Por tanto la historia no había terminado. ¿Podemos quedarnos impasibles ante tamaña estupidez intelectual? ¿No debemos reaccionar ante esa fanforrenería académica y levantar nuestra voz? La historia sigue, y aunque la escriban los que ganan, ahí está devorando seres humanos, cambiando, transformándose continuamente, haciéndonos ver que junto a la «oficial» hay otra historia: la verdadera.

Después de unos primeros años de impactante conmoción, tanto el campo popular como el análisis objetivo de los hechos fueron saliendo del estado de shock, haciéndose evidente que este momento de euforia de los grandes capitales era un triunfo coyuntural, enorme sin dudas, pero solo eso: un triunfo puntual (una batalla) en una larga historia que sigue su curso. ¿Por qué iba a terminar la historia?

«Siéntate al lado del río a ver pasar el cadáver de tu enemigo», enseñó hace 2.500 años el sabio chino Sun Tzu en el Arte de la Guerra. Parece que este oriental entendió mejor el sentido de la historia que este moderno oriental americanizado, Fukuyama. La historia no termina.

Después de observar los desastres que ocasionó el retiro del Estado en la dinámica económica-social de tantos países siguiendo las recetas (impuestas, por supuesto) de los organismos financieros internacionales de Bretton Woods (FMI y Banco Mundial) en esta ola neoliberal absoluta, también hay gente pensante que reacciona. Este desastre –con éxodos imparables de inmigrantes desde el Sur hacia el Norte, con niveles de violencia creciente, con brotes desesperados de terrorismo– torna al mundo cada vez más problemático, más invivible. Y ahí aparece nuevamente Francis Fukuyama.

En realidad en el libro citado de 2004 no desdice radicalmente de lo dicho años atrás, pero lo matiza. Lo cual, en otros términos, no es sino expresión de una enorme inconsistencia intelectual. Un grito de guerra no es teoría. Y lo que años atrás se nos presentó como formulación seria y sesuda –que la historia había terminado– no pasa del nivel de pasquín barato de pueblito provinciano, mal redactado y mucho peor pensado. No hay en juego ningún concepto riguroso: sólo hay fanfarronería ideológica. Si luego Fukuyama debió apelar a esta revalorización del papel del Estado, ello es lisa y llanamente porque la historia le demostró la inconsistencia del show propagandístico que nos lanzó años atrás. Además, pone el acento en el Estado y no en las relaciones estructurales que el mismo expresa. El problema no está en el Estado, si debe ser fuerte o débil: el problema siguen siendo la lucha de clases, la estructura real de la sociedad, de la que el Estado es su expresión. ¿Acaso terminó la lucha de clases? Si así fuera, ¿por qué los centros de poder siguen almacenando armas y denostando al marxismo como su peor enemigo?

La historia no ha terminado, porque la matriz misma del ser humano es eso: la historia, el devenir, el fluir. Ser y tiempo (historia), dijo Heiddeger. «No podemos bañarnos dos veces en el mismo río», sentenció Heráclito de Efeso hace dos milenios y medio en la Grecia clásica. No se equivocaba: la historia pasa, fluye, no se detiene. El capitalismo –exultante, victorioso, lleno de glamour y de gloria en la actualidad, pero que hace agua por todas partes– es solo un momento de esa historia. Nada es eterno. ¡Sí hay alternativas!, habría que responder. En tanto haya injusticias habrá quien levante la voz y se oponga a ellas, aunque hoy día se amarre la protesta, se la criminalice y se la intente reemplazar por espejitos de colores. ¡Esa lucha interminable es la historia de nuestra especie!

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=215884

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Análisis de los marcos jurídicos en materia de alimentación escolar: El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua

Centroamérica/26 de Agosto de 2016/Fuente: FAO

Fecha de publicación: 2016
Editor: FAO
Páginas: 80 p.
Número de trabajo: I5948
País: El Salvador; Guatemala; Honduras; Nicaragua; Americas
Agrovoc:Nutrición; Escuelas; legal frameworks; Derecho a la alimentación; Derecho internacional;
Autor: Cruz, L.; González, J. U.
Resumen:

Partiendo del presupuesto que la alimentación escolar vincula una multiplicidad de ámbitos normativos que no requieren necesariamente estar regulados en un único instrumento jurídico, el presente estudio considera deseable la adopción de una legislación que reconozca el derecho de los niños, niñas y adolescentes al acceso a los alimentos en cantidad y calidad adecuada en el ámbito escolar. Para el análisis de los marcos jurídicos en materia de alimentación escolar en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua (países del CA-4), este estudio ha identificado una serie de objetivos regulatorios cuya normativa se considera necesaria para poder contar con un marco jurídico completo en materia de alimentación escolar. Resalta la necesidad de regular todos los ámbitos jurídicos de relevancia para la adecuada implementación de estos programas y de garantizar la coherencia entre las diferentes normas que regulan la materia.

Fuente: http://www.fao.org/publications/card/es/c/7e9902cf-c385-444d-8fbd-58e75fb944e7/

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Guatemala será sede de una reunión regional para la diversidad biológica.

Centro América/Guatemala/23.08.2016/Autor y Fuente:http://agn.com.gt/

Guatemala albergará durante la próxima semana una reunión preparatoria de Conferencia de las Partes del Convenio de Diversidad Biológica (CDB) y de la Convención de Comercio Internacional de Flora y Fauna Silvestres (CITES), que se celebrarán en septiembre en Johannesburgo.

El evento se desarrollará del 22 al 26 de agosto en la ciudad colonial de Antigua y abordará temas mundiales sobre conservación y utilización sostenible de la diversidad biológica, dijo hoy el director de la oficina técnica de biodiversidad del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap), José Luis Echeverría.

La cita pretende “deliberar temas y posicionamientos regionales” relevantes a los esfuerzos mundiales y al apoyo por parte de la cooperación internacional a países en vías de desarrollo.

A partir de este diálogo internacional, continuó, “se desprenderán las acciones prioritarias” que permitirán avanzar en la conservación del medio ambiente.

La secretaria general del CITES, Milena Sosa Schimdt, expresó por su parte que con la reunión preliminar “se pretende coordinar los trabajos” que luego se van a realizar durante la conferencia de las partes, que reunirá a 182 países signatarios del acuerdo y que se realizará en septiembre en Johannesburgo, Sudáfrica.

“Vamos a tener en cuenta unos 200 documentos” que tienen al menos 62 propuestas de inclusión de especies, subrayó la científica.

Guatemala pertenece a un grupo de países megadiversos por sus altos índices de diversidad biológica, especies y ecosistemas en el territorio.

Fuente: http://agn.com.gt/index.php/2016/08/19/guatemala-sera-sede-de-una-reunion-regional-para-la-diversidad-biologica/

Imagen: http://agn.com.gt/wp-content/uploads/2016/08/Aves-885×500-696×393.jpg

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Película: El profe Omar

El profe Omar

  • Director: Hector Sacalxot
  • Duración: 88 minutos
  • País: Guatemala
  • Género: Drama

Sinopsis: Omar se dedica a dar clases de informática y un día recibe la noticia de que debe trasladarse a una escuela rural. A la espera de que la tecnología llegue a sus aulas. El profesor debe afrontar los problemas de una nueva escuela, dando clases sin pizarrón en un aula de lámina, hará frente a diferentes dificultades al tratar de ayudar a los niños de la zona e, incluso, algunos padres se enfrentarán a él.

Fuente de la reseña: http://www.moviuma.org/recursos/multimedia-ver/160-el-profe-omar.html

Fuente de la imagen: http://www.moviuma.org/documentos/multimedia/foto-multimedia-160.JPG

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Explotación Infantil: Los niños ‘alquilados’ de Guatemala

Guatemala/13 agosto 2016/Fuente: Aporrea

Limpian vidrios en las esquinas, hacen malabares con maquillajes de payaso, o fingen estar lisiados para mendigar. Así transcurre el día para muchos niños guatemaltecos, principalmente indígenas, y en varios casos «alquilados» por sus padres a redes de explotación laboral, según un reporte publicado por la agencia AFP.

Abandonados a su suerte en las calles de la capital y otros centros urbanos, los niños se convirtieron en una mina de oro para grupos ilegales que se aprovechan de las condiciones de pobreza en que vive el 59,3% de los 16 millones de habitantes de este país centroamericano.

Los niños «son reclutados por los tratantes que establecen acuerdos con los padres de familia, a quienes les dan una cuota por alquilar a estos niños y venir aquí a la capital a trabajar o a pedir dinero», dijo Rosy Palma, directora de desarrollo de la ONG Refugio de la Niñez.

La entidad acompaña a instituciones estatales que realizan operativos para rescatar a menores víctimas de explotación laboral, la mayoría obligados a migrar desde los departamentos indígenas de Sololá, Quiché, Huehuetenango y Totonicapán, ubicados en las montañas del oeste de Guatemala.

Aunque las autoridades estiman que un millón de niños trabajan en Guatemala, no han logrado establecer una estadística certera sobre los que son explotados en la vía pública y obligados a mendigar, señaló Palma.

Negocio rentable

«Por las situaciones económicas de esta población, muchos grupos organizados de delincuentes han logrado captarlos», indicó Harold Flores, protector de la Niñez de la Procuraduría General de la Nación, ente que ejerce la abogacía del Estado.

El funcionario explicó que los niños son forzados a extenuantes jornadas de hasta 16 horas diarias y se les fijan cuotas de unos 13 dólares que deben entregar al final del día, so pena de ser castigados.

«En algunos casos les indican que van a venir a estudiar, que van a venir a aprender un oficio, que van a tener una mejor vida que la que tienen en sus lugares de origen», relató Flores.

Con frecuencia, los niños viven hacinados en hoteles precarios y no reciben más alimentación que pan y agua, lamentó el funcionario.

Palma señaló que el negocio es muy rentable para los tratantes y que se ha observado un aumento continuo en el número de niños, niñas y adolescentes que son reclutados.

En promedio los padres que deciden «alquilar» a sus hijos reciben unos 25 dólares semanales, una cifra importante para familias en los límites de la sobrevivencia, apuntó la activista.

Una encuesta oficial publicada a finales de 2015 reveló que la pobreza entre los indígenas guatemaltecos, asentados principalmente en el altiplano occidental, alcanza un 79,2%.

Las comunidades indígenas representan el 40% del total de habitantes del país, de acuerdo con cifras oficiales, aunque líderes nativos señalan que en realidad constituyen más del 60%.

La explotación laboral de menores se concentra en el departamento central de Guatemala, donde se encuentra la capital, en Quetzaltenango (oeste) y en pueblos fronterizos con México en el suroeste, según estudios del Refugio de la Niñez.

Pocos esfuerzos

La Procuraduría reporta que las autoridades rescataron en todo el país a 68 menores explotados laboralmente durante el primer semestre de 2016, una cifra muy pequeña en comparación con las estimaciones oficiales sobre trabajo infantil.

Gloria Castro, defensora de la Niñez y Adolescencia de la oficina del Procurador de los Derechos Humanos (Ombudsman), lamenta que los operativos hayan sido insuficientes para atacar el problema.

«Lamentablemente el Estado a través de sus instituciones no ha hecho algo que valga la pena sobre el tema», refirió Castro, quien demandó a la Fiscalía fortalecer la investigación contra las redes de trata y al gobierno atender a las familias en condiciones de pobreza.

Según la Procuraduría, la explotación laboral de menores es un problema que también incide en la migración de centroamericanos hacia Estados Unidos, un fenómeno social y humano de dimensiones dramáticas.

El organismo ha detectado que muchos menores explotados en las calles de Guatemala han terminado migrando a México y Estados Unidos, con el propósito de escapar a su esclavitud.

Fuente: https://www.aporrea.org/internacionales/n295293.html

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