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Centro América: El 60 % de los jóvenes no llega a las aulas

Centro América/07 Agosto 2016/Fuente: El tiempo /Autor:EFE

Cerca de 60 por ciento de los jóvenes de 15 a 24 años que viven en Centroamérica, unos 5,4 millones, está fuera del sistema educativo y buena parte de ellos, el 36 %, trabaja en puestos de baja calidad y remuneración, por lo que es de urgencia mejorar el sistema educativo de la región.

Esta es una de las principales conclusiones del Quinto Informe Estado de la Región, presentado esta semana en Guatemala y en el que se analizan los desafíos del desarrollo humano sostenible y la evolución en la integración regional.

El escrito hace un análisis en profundidad de la educación, pues es una condición necesaria para que los países eleven la productividad de sus economías, mejoren la equidad social e impulsen la habilitación ciudadana que, a su vez, lleva al fortalecimiento de la democracia.

En el sector educativo existen «notables brechas» en la inversión y la inclusión que realizan los países del norte y del sur de Centroamérica. Mientras en Costa Rica y Panamá la mitad de los jóvenes de entre 15 a 24 años se dedican «exclusivamente a estudiar», en Guatemala y Honduras apenas lo hace una cuarta parte, y en El Salvador y Nicaragua solo 44 % estudia, reveló el informe.

Las diferencias en cobertura, aprobación y abandono escolar también son notables, sobre todo entre las zonas rurales y urbanas de los países. Las calificaciones obtenidas por los estudiantes centroamericanos en las pruebas internacionales Terce, un estudio realizado por la Unesco, alertan sobre la «baja calidad de la educación primaria» en comprensión de lectura, matemáticas y ciencias.

Pese a los avances logrados de los últimos años, advierte el escrito, la inversión pública en educación sigue siendo baja en relación al promedio regional de América Latina y el Caribe: Centroamérica invierte 1.200 dólares anuales por persona, la mitad del promedio mundial y de Latinoamérica. Concretamente, en Costa Rica y Panamá la inversión es de 1.053 y 926 dólares anuales por persona, respectivamente, mientras que en Guatemala y Nicaragua no alcanza los 200.

Ante esta situación, los sistemas educativos de la región requieren «cambios estructurales de diversa magnitud», sobre todo en los países más rezagados, El Salvador, Panamá y Belice, que están con una inversión, cobertura y calidad baja. En cambio, los sistemas educativos de Guatemala, Nicaragua y Honduras, aún en una situación «incipiente», deben aumentar la financiación para lograr «niveles básicos» de calidad, apuntó el Quinto Informe Estado de la Región.

Fuente de la noticia: http://www.eltiempo.com/estilo-de-vida/educacion/el-60-de-los-jovenes-centroamericanos-no-llega-a-las-aulas/16665825

Fuente de la imagen: http://www.eltiempo.com/contenido/estilo-de-vida/educacion/IMAGEN/IMAGEN-16665865-2.jpg

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Salud: un reto monumental

Carolina Vásquez Araya

Los cambios en el sistema de salud no dependen de una sola persona.

 Sería injusto e irreal esperar mejoras inmediatas en el sistema de salud de Guatemala solo por haberse producido un relevo ministerial. Es de todos conocido el colapso en el cual se encuentra la atención sanitaria a nivel nacional, la manera como se ha administrado esa caja de Pandora de la que muchos han echado mano para llenarse los bolsillos, y los intereses involucrados en el manejo de su presupuesto.

La designación de la doctora Lucrecia Hernández Mack, sin embargo, ha lanzado un soplo de aire fresco en esa nube gris. Muchos esperan que dada su juventud, su integridad, su experiencia profesional y su calidad de médica salubrista -todo lo cual permite suponer una visión holística distinta al enfoque tradicional sobre los retos y posibles soluciones- las decisiones emanadas de esta nueva administración logren resultados en corto tiempo.

Eso es imposible. La restauración de la funcionalidad plena de los puestos y centros de salud, de los hospitales, el abastecimiento básico de instrumental, medicinas y otros suministros indispensables para la atención sanitaria a la población, no dependen de la capacidad de una sola persona al mando ni se verán sus efectos en un abrir y cerrar de ojos. Lo que suceda en los próximos meses dependerá fundamentalmente de la voluntad de los equipos humanos comprometidos con esa misión, siempre y cuando sean capaces de dejar por un lado sus intereses particulares para embarcarse en la aventura de trabajar con el claro propósito de reparar los serios daños ocasionados por la corrupción enquistada en ese importante ministerio.

La fórmula ganadora, de acuerdo con algunas opiniones vertidas en los medios de comunicación y redes sociales, sería un apoyo irrestricto del Ejecutivo, del Congreso, de las organizaciones civiles y de la ciudadanía a este nuevo intento de recuperación del enorme complejo nacional para la atención en salud. El acompañamiento no solo deberá ser constante, sino también consciente e informado sobre el estado real de las instalaciones, las condiciones de trabajo del personal, los detalles del gasto y los planes para poner todo eso en condiciones de supervivencia, dado que actualmente se encuentra en riesgo vital.

La ministra Hernández Mack ha de ser muy valiente para haber aceptado un reto que otros consideran prácticamente imposible de vencer. Hoy será su primer día de trabajo, ya directamente desde el despacho ministerial, y enfrentará los innumerables retos dentro y fuera de la cartera. Desde la distancia resulta difícil imaginar la reestructuración de ese laberinto poblado de amenazas, pero no deja de ser esperanzador pensar en la posibilidad de que, durante esta administración, la población más necesitada encuentre la atención necesaria con sensibilidad humana en el sistema, cuando acuda a él.

La ministra podría echar una mirada a su alrededor y, como sugería algún Presidente anterior, “buscar en las gavetas”, donde quizá encuentre recursos de programas irrealizables por falta de capacidad de ejecución, otra de las grandes deficiencias de un Estado clientelista y poblado de burócratas poco o nada preparados para cumplir sus funciones. La ciudadanía observa con expectación los primeros pasos de esta nueva funcionaria, pero hay que tener la suficiente lucidez para no esperar milagros, sobre todo cuando algunos de los problemas más acuciantes han permanecidos irresueltos por décadas de abandono, malos manejos y presiones malintencionadas de sectores de poder que han usado al sistema de salud como una fuente de enriquecimiento personal.

Fuente del articulo e imagen: http://www.carolinavasquezaraya

 

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Jóvenes latinoamericanos: “¿sospechosos?”

Por: Marcelo Colussi

El 80% no se mete. Hay jóvenes invisibles, son la mayoría: viven escondidos para evitarse problemas. Joven de una barriada pobre de Guatemala

En el que ahora parece muy lejano año 1972 –lejano no tanto por la distancia cronológica sino por otro tipo de lejanía– decía el en ese entonces presidente de Chile socialista, Salvador Allende, que“ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica”.

Hoy, casi cuatro décadas después y habiendo corrido mucha –¿quizá demasiada?– agua bajo el puente, esa afirmación parece fuera de contexto. ¿Se equivocaba Allende en aquel momento? ¿Cambiaron mucho las cosas en general? ¿Cambió la juventud en particular? Y si cambió, ¿por qué se dio ese fenómeno?

Por lo pronto, hablar de “la” juventud es un imposible. De hecho, “juventud” es una construcción socio-cultural, por tanto sujeta a los vaivenes de los juegos de fuerza de la historia, de los entrecruzamientos de poderes, cambiante, dinámica. Como mínimo, habría que hablar de distintos modelos de juventud, situándolos explícitamente: ¿juventud urbana, rural, de clase alta, pobre, marginalizada, varones, mujeres, estudiante, trabajadora, desocupada? ¿Juventud que emigra a los Estados Unidos? ¿Juventud rural emigrada a la ciudad viviendo en zonas precarias y marginales? ¿Juventud que practica golf y piensa en su doctorado en Harvard? El rompecabezas en cuestión es complejo. ¿De qué “juventud” hablamos? Para muchos –en las áreas rurales fundamentalmente– a los 30 años ya se es un adulto consumado, con hijos, quizá con nietos, mientras que en ciertas capas urbanas –minoritarias por cierto– a esa edad, siguiendo patrones del Norte del mundo, aún se vive lo que podríamos llamar “adolescencia tardía”, sin trabajar, disfrutando aún la condición de estudiante y el dulce pasar que trae la falta de carga familiar. En toda Latinoamérica este rompecabezas adquiere mayor complejidad aún si consideramos el tema étnico: ¿juventud indígena?, ¿juventud no-indígena? Más allá de la edad, no hay muchos elementos en común entre tantas y tan diversas realidades.

Las sociedades latinoamericanas en general tienen un perfil especialmente joven. O “joven”, al menos, para los parámetros que imponen las visiones dominantes, que no son las nacidas en estas latitudes precisamente. Es algo así como la noción de belleza: se es “bello” o “bella” siguiendo esquemas eurocéntricos; el hueso que atraviesa la nariz, el poncho o los ojos color castaño no gozan de la mejor reputación en este ámbito, y la belleza va de la mano del modelo de “conquistador blanco”. Dicho de otro modo: el esclavo piensa y reproduce la cabeza del amo. ¿Por qué es atractivo para los “morenitos” del Sur teñirse el cabello de rubio? La ideología dominante es la ideología de la clase dominante, sin dudas.

A partir de esa cosmovisión hegemónica que concibe expectativas de vida superiores a, por lo menos, 60 años, puede decirse que las categorías niñez, adolescencia y juventud comprenden, sumadas, más de la mitad de la población total de la región latinoamericana. Es decir: son colectivos jóvenes, con tasas de natalidad muy altas. A diferencia, por ejemplo, de Europa –donde la población envejece sin recambio generacional– en América Latina, con índices de crecimiento demográfico elevados, la población total se viene duplicando a gran velocidad en estas últimas décadas, lo que hace que el grupo etáreo menor de 30 años crezca muy rápidamente. Y justamente ahí, en ese gran segmento, se encuentran problemas crónicos que no están recibiendo las respuestas adecuadas.

Las poblaciones jóvenes de las mega-ciudades que cada vez se expanden más en la región (donde se encuentran algunas de las urbes más grandes del mundo, con alrededor de 20 millones de habitantes, y que siguen recibiendo sin parar inmigrantes internos que huyen de la pobreza crónica del campo), por una compleja sumatoria de factores, en vez de verse como el “futuro” del país, en muy buena medida esos grupos poblaciones constituyen un “problema”. Problema, claro está, para el discurso dominante. ¿Por qué problema? Porque los modelos de desarrollo económico-social vigentes no pueden dar salida a ese enorme colectivo, y lo que debería ser una promesa hacia el porvenir, una “semilla de esperanza” –para decirlo en clave de político en campaña proselitista– en muy buena medida es una carga, un trastorno para la lógica del poder que no encuentra salida digna para tanta gente.

Por lo pronto vemos que no hay “una” juventud, sino situaciones diversas, con proyectos disímiles, antagónicos en muchos casos. Pero hay un común denominador: en ningún caso está presente esta figura que evocaba Salvador Allende. La vocación revolucionaria de la juventud parece haberse extinguido; o, al menos, está muy adormecida. ¿Qué pasó? ¿Tanto se equivocaba el presidente chileno, o tanto han cambiado las circunstancias?

Según puede leerse en un análisis de situación sobre la realidad de los países centroamericanos –extensible a otros de Sudamérica también– formulado por una de las tantas agencias de cooperación que trabajan la problemática juvenil (en este caso, la estadounidense USAID), “la falta de oportunidades de educación, capacitación y empleo limita severamente las opciones de los jóvenes y la mayoría se ven obligados a ser trabajadores no calificados antes de los 15 años. Esto es particularmente grave entre los jóvenes del área rural. Desesperados, muchos de ellos emigran a las ciudades y otros países en busca de trabajo y un número cada vez mayor cae en el “dinero fácil” provisto por el crimen organizado y las pandillas juveniles”.

Es evidente que para la visión dominante hoy día la juventud, o buena parte de ella al menos, ha pasado a ser un “problema”; de esa cuenta, rápidamente pude “caer en el dinero fácil”, en los circuitos de la criminalidad, en la marginalidad peligrosa. En ese sentido, es siempre un peligro en ciernes. Sin negar que estas conductas delincuenciales en verdad sucedan, desde esa óptica de cooperación a que nos referimos, “juventud” –al menos una parte de la juventud: la juventud pobre, la que marchó a la ciudad y habita los barrios pobres y peligrosos, la que no tiene mayores perspectivas– es intrínsecamente una bomba de tiempo. Por tanto, hay que prevenir que estalle. Y ahí están a la orden del día las sacrosantas campañas de prevención.

¿Prevención de qué? ¿Qué se está previniendo con los tan mentados programas de prevención juvenil? ¿Cuáles son los supuestos implícitos ahí?

Es evidente que cierta juventud (la que no tiene oportunidades, la excluida, la que se encuentra en los grandes asentamientos urbanos pobres –que, dicho sea de paso, alberga a una cuarte parte de la población urbana de Latinoamérica–) constituye un “peligro” para la lógica de las élites dominantes. Hoy el peligro no es, como festejaba casi cuatro décadas atrás Salvador Allende, ser “joven revolucionario”. Pareciera que la sociedad bienpensante ya se sacó de encima eso; el peligro de la revolución social y las expropiaciones salió de agenda (al menos por ahora). En estos momentos la preocupación dominante respecto a los jóvenes –a estos jóvenes de urbanizaciones pobres, claro– es que puedan “ser un marginal”, caer en las pandillas, buscar el “dinero fácil”.

La idea de prevención en ciernes pareciera que apunta a prevenir que los jóvenes delincan, ¡pero no que no sean pobres! Este último punto pareciera no tocarse; lo que al sistema le preocupa es la incomodidad, la “fealdad” que va de la mano de lo marginal: ser un pandillero, ser un asocial, no entrar en los circuitos de la buena integración. Lo que está en la base de este pensamiento es una sumatoria de valores discriminatorios: ser morenito, estar tatuado, utilizar determinada ropa o provenir de ciertas áreas de la ciudad ya tiene un valor de estigma. Como dijo sarcásticamente alguien: “la peligrosidad de los jóvenes está en relación inversamente proporcional a la blancura de su piel”. ¿Por qué tanta policía de “gatillo fácil” ensañada con cierta juventud? ¿Qué es lo que se busca prevenir entonces cuando se hace “prevención” con los jóvenes?

Las causas por las que se dan determinadas conductas –las delincuenciales para el caso– no se tocan allí; la prevención, en esa lógica, es ese mecanismo aséptico que apunta a los síntomas, a lo visible, lo superficial. Se busca cosméticamente que no se vea la punta desagradable del iceberg; pero la masa principal se desconoce. ¡Y ahí está justamente lo más importante! ¿Por qué ahora hay un imaginario que liga en muy buena medida juventud con peligro? Porque ese sector, ese enorme colectivo, el que años atrás se movilizaba y, rebelde, emprendía la crítica al sistema –tomando las armas en más de un caso, con una mística de abnegación que hoy parece haberse esfumado– hoy día está pasando cada vez más a ser un problema para el equilibrio sistémico en tanto el capitalismo se empantana cada vez más no pudiendo asimilar cantidades crecientes de población que buscan incorporarse al mercado laboral y a los beneficios de la modernidad. Ante ello, ante esa cerrazón estructural del sistema capitalista, la masa crítica de jóvenes en vez de verse como “promesa de futuro” termina siendo una carga. Al no saber qué hacer con ella, y siempre desde autoritarios criterios adultocéntricos, termina identificándola en gran medida con la violencia, con el consumo de droga, con el alcoholismo y la haraganería; en definitiva, con todo lo que pueda ser negativo, reprochable. Si años atrás la policía podía detener a un joven por “sospechoso de guerrillero subversivo”, hoy día puede hacerlo por sospechoso de ¿“violento”?, de ¿“pobre”?, simplemente de ¿“joven”?

Ahora bien: el sistema también genera antídotos, prótesis que le permiten seguir funcionando. Si bien es cierto que la juventud dejó de ser ese fermento “biológicamente revolucionario” (y molesto para la dinámica dominante) de años atrás, y en buena medida hoy es sinónimo de “sospechosa”, paralelamente aparece otro modelo, nuevo sin dudas: el joven “comprometido”. Pero no con un compromiso como puede haber sido el de aquel modelo de juventud politizada de algunas décadas atrás, sino un compromiso mucho más “light”, para decirlo con términos que ya nos marcan el ámbito cultural dominante: globalización neoliberal triunfante, individualismo, ética del sálvese quien pueda, fin de las ideologías, pragmatismo y lengua inglesa como insignia del triunfo en juego: el “number one” como aspiración, para no ser un looser.

Cultura “light”, actitud “light” … ideología “light” por lo tanto. Eso pareciera que es lo que está en juego, y buena parte de la juventud, la que no es sospechosa de peligrosidad, la que no remeda la pandilla, ahora presenta este perfil. Hablamos de una juventud comprometida, pero no como lo era en otro momento histórico, lo cual la llevó en muchos países latinoamericanos a tomar actitudes radicales –que, no olvidar, se pagó con la propia vida–. Pareciera que esta juventud actual que se “compromete” con su entorno no pasa de participar en actividades de voluntariado social, ayudando a sus congéneres en servicios que, si bien no son llamadas “caritativos”, no están muy lejos de ello. ¿Qué son, si no, todos estos voluntariados que surgen cada vez más con más fuerza? El compromiso llega hasta ir a atender niños pobres en un orfelinato un fin de semana, o viejitos en un geriátrico. Loable, claro… pero ¿qué significa eso? ¿No es eso lo que siempre han hecho los Boys Scouts o las Damas de Caridad? ¿Eso es el “compromiso” social?

Aunque dicho demasiado esquemáticamente quizá, hoy pareciera que la juventud en América Latina básicamente discurre entre estos modelos: o se es sospechoso (por ser pobre, por estar excluido, por portar los emblemas de la disfuncionalidad –tatuajes, cierta ropa, provenir de una barriada pobre y marginal, el color de la piel, etc.–) o se es un joven “comprometido” desde estos nuevos esquemas de participación: compromiso light, despolitizado, en sintonía con la idea de responsabilidad social empresarial. Aunque, claro está, la realidad es infinitamente más compleja que eso: la juventud, retomando lo dicho por Allende, no puede dejar de ser rebelde. Y eso, guste o no guste, es un eterno fermento de cambio, aunque se la disfrace de lo que se quiera.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=215223&titular=j%F3venes-latinoamericanos: %93%BFsospechosos?%94-

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América Latina necesita salvar su identidad cultural

Centroamérica/Guatemala/05 de Agosto de 2016/Autor: Eduardo Vasco/Fuente: Rebelión

Entrevista a la escritoria y poetisa guatemalteca Ilka Oliva Corado

«América Latina necesita salvar su identidad cultural»

La escritora y poetisa guatemalteca Ilka Oliva Corado es inmigrante indocumentada y vive en EEUU hace más de diez años. Escribe para diversos medios del continente y tiene sus artículos traducidos al inglés, francés y portugués. Ella también es columnista de Diário Liberdade. La sangre latinoamericana hierve en sus venas.

-¿Estás acompañando la crisis política en Brasil?

-Por supuesto, es un abuso a la democracia y a Dilma que junto a Lula han sido los mejores presidentes de Brasil.

-El mismo lo pasó recientemente en Paraguay y Honduras. ¿Será coincidencia eso?

-La modalidad de Plan Cóndor en estos momentos es otra, y el eje central es la manipulación de los medios de comunicación. Ya no se oprime con dictaduras sangrientas, lo que hacen es idiotizar a las masas (digo masas, hablando propiamente de la clase media latinoamericana) que de por sí son indiferentes, y las conducen hacia donde la oligarquía quiere. Todo eso lo disfrazan de democracia.

Ahora bien, hablando de los golpes blandos son estructuras que se han hecho a fuego lento, lo intentaron en más de una ocasión con Chávez, con Cristina, Evo, Correa, y no es novedad que le tocara a Lula y a Dilma. Están en peligro las reformas sociales que estos gobiernos han llevado a cabo durante la última década en la región.

-¿Por que la clase media es tan fácilmente manipulada?

-Por su indiferencia, tienen el pensamiento colonialista más enraizado que el pueblo. La clase media siempre busca ser burguesa, eso la coloca en distancia de años luz con el pueblo aunque económicamente vivan de apariencias. Porque es clasista y racista y responde a una educación de tinte burgués y capitalista.

-¿Crees que EEUU está por tras de estos golpes en América Latina?

-Siempre lo ha estado. Esa no es novedad. La oligarquía latinoamericana siempre ha respondido a los intereses corporativos y políticos de Estados Unidos.

Mas allá de la injerencia del imperio, tal vez haya algo en la cultura política latinoamericana, que la corrupción tenga raíces históricas, con la brutal colonización, esclavización y sumisión hasta los días de hoy de los pueblos nativos y los pobres por las oligarquías de todo el continente…

Por supuesto, echarle la culpa de todo a Estados Unidos es no tener agallas para reconocer que el mal comienza en nuestro propio continente precisamente por eso, por las mentes colonizadas, por el racismo y la segregación. Si los de adentro no vendieran los de fuera no comprarían. Eso es así.

-La oligarquía vendepatria, que no valora a los costumbres y tradiciones históricas de nuestros pueblos, pero sí lo hace con la cultura importada e impuesta por EEUU…

-Exacto, hemos crecido bajo normas de colonización, no tenemos identidad y todo lo que viene de afuera lo vemos como excelente y fantástico que lanzamos por la borda lo propio. La oligarquía latinoamericana no es más que un grupo empresarial sin patria y sin identidad, su patria y su identidad son el dinero y su comodidad. Ellos importan todo lo que tenga que ver con el mundo anglo.

-¿Crees que América Latina aún persigue su identidad propia y original?

-Los pueblos milenarios sí, los pueblos indígenas, los pueblos originarios, ellos aún tienen identidad y luchan por rescatarla de las garras de la imposición. Claro que sí la tiene, Latinoamérica aún sigue en resistencia porque hay muchas cosas por salvar, entre ellas su identidad cultural.

-De los pueblos originales, los más conocidos que luchan por su identidad son los indígenas de la floresta amazónica, los Aymara en Bolivia y los Mapuche en Chile. Pero, ¿como está la situación de los pueblos nativos de América Central, que, más allá de los Mayas y Aztecas, tantas otras culturas fueron violentadas por los españoles? ¿Hay memoria y rescate de las tradiciones ?

-Si te das cuenta los que siempre han manifestado son los pueblos originarios. En Guatemala por ejemplo están en manifestaciones constantes, a las que la sociedad capitalina no presta atención. Inclusive para las manifestaciones por corrupción los denigraron dentro de las mismas. Los capitalinos dejaron de manifestar y ellos (los pueblos originarios y movimientos campesinos) siguen manifestando. Porque el olvido del Estado y en paradoja el ataque del mismo no les permite vivir siquiera con lo básico, encima les roba el modo de sobrevivencia y la misma fotografía está en El Salvador, Honduras y México. Extracciones mineras, desviando los ríos hasta secarlos. Ecocidios. Son los pueblos originarios los que han mantenido la cultura y las tradiciones mientras los capitalinos cada día pierden más su identidad.

-¿Y como ellos vienen manteniendo su cultura y tradiciones?

-Pues como pueden, con lo poco que el Estado les permite. Vemos gobiernos neoliberales que los atacan. En Guatemala «la tierra arrasada» fue plan de Estados Unidos y el ejército guatemalteco para acabar con los indígenas. Además pesa mucho la influencia del exterior. Todo lo que viene de afuera es visto como lo mejor, cuando no lo es, cuando lo propio es lo que tenemos valorar.

Son los pueblos originarios los únicos que mantienen vivas las tradiciones y la cultura propia de la región. Y se les ataca y explota por eso.

-¿Los diferentes costumbres de nuestros pueblos permiten o dificultan la aproximación entre nosotros?

-No creo que sea cuestión de costumbres o cultura. Porque las distintas costumbres y las culturas son parte de nuestra diversidad. Nos enriquece como continente. Lo que nos divide es la indiferencia en su grado más vil. En esa mente colonizada no nos abrimos a otras formas de pensamiento, a otras costumbres, a otras culturas.

-¿Entonces crees que los pueblos de nuestra América todavía no se conocen?

-Creo que no me di a entender. Quiero decir que lo que nos separa como humanidad es la indiferencia no las culturas ni las tradiciones, porque éstas al cabo nos enriquecen. Hablando propiamente de pueblos originarios por supuesto que sí se conocen, no olvides que venimos de una misma raíz, hay diferencias pero lo vital es lo que nos une.

Me parece que hay un paradojo con nuestros pueblos. Aunque seamos, en general, amistosos, acogedores, humildes, un pueblo digno, verdadero y amable…, aún vivimos en sociedades conservadoras, tal vez herencia del pasado colonial…

Claro, con nuestra doble moral a cuestas, cachurecos a morir, desleales y xenófobos. Porque somos racistas por excelencia y discriminamos todo aquello que no nos parezca y lo desvalorizamos. Nos creemos superiores por clase social, color de piel, grado de escolaridad. Somos un continente hermoso, sublime y por desgracia colonizado. Y no damos por dónde cambiar las estructuras y arrancar de raíz esa norma patriarcal que aún nos sigue dominando.

-¿Tienes esperanza de que eso cambie?

-Sería lo ideal pero sabemos que no sucederá de la noche a la mañana. Llevamos 500 años con ese yugo colonizado que nos ha convertido en clasistas y racistas al colmo de negar lo propio. Nuestra propia identidad. Para cambiar se tiene que trabajar en todos los estratos de la sociedad: en cultura, educación principalmente. Y eso no será fácil, claro que no es imposible pero se necesita querer hacer las cosas y como vemos estructuralmente nuestras sociedades son de doble moral.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=214904

Fuente de la imagen:http://ec.globedia.com/de-la-identidad-y-otros-demonios

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Maestros y funcionarios de salud de Guatemala cierran carreteras en protesta

Centro América/ Guatemala/4 de agosto de 2016/Fuente: la información

Miles de maestros y funcionarios de la salud de Guatemala bloquearon este jueves unos 15 tramos carreteros en distintos puntos del país, reclamando mejoras en educación y abastecimiento en hospitales, informaron líderes del movimiento.

Los trabajadores usaron llantas, piedras, ramas de árboles y pancartas para bloquear tramos de rutas en 10 de los 22 departamentos del país.

El dirigente del movimiento educativo, Salvador Casasola, dijo a la prensa que convocaron los bloqueos por el incumplimiento estatal en programas educativos y el no respeto a pactos colectivos con los trabajadores. «No llegaron los libros y los útiles escolares están incompletos, la comida llegó en mal estado y no se cumplió a cabalidad con los desembolsos» de fondos para el Ministerio de Educación, agregó.

En tanto, el dirigente del sindicato de Salud, Luis Alpírez, comentó que las protestas son para exigir al presidente Jimmy Morales una pronta salida a la crisis hospitalaria que vive Guatemala.

Según Alpírez, los 44 hospitales públicos del país carecen de insumos y medicinas para atender a los pacientes. El gobernante ha reconocido que el sistema hospitalario se encuentra en crisis debido a que recibió la cartera de Salud «en total colapso» y sin recursos. Morales asumió el cargo el pasado 14 de enero para un período de cuatro años.

El vocero de la Dirección General de Protección y Seguridad Vial (Provial), Juan Carlos Aquino, precisó a periodistas que los manifestantes bloquearon varios tramos carreteros en puntos estratégicos del país, lo cual ha paralizado gran parte del tránsito vehicular en el territorio.

Fuente: http://noticias.lainformacion.com/disturbios-conflictos-y-guerra/agitacion-civil/Maestros-funcionarios-Guatemala-carreteras-protesta_0_941307150.html

Imagen: http://www.swissinfo.ch/image/42352710/3×2/640/426/431379217f69824f37617367017976a5/DE/image-doc-du5a1.jpg

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Estado Nación y Estado Plurinacional

Por Ollantay Itzamná

El Estado como campo de ejercicio del poder político es un espacio en permanente disputa desde donde los vencedores circunstanciales legalizan y legitiman sus opciones ideológicas mediante políticas públicas (incluida el ordenamiento jurídico interno) implementadas por las instituciones públicas creadas para tal fin.

En otras palabras, el Estado es tan antiguo como el poder mismo, y se constituye en una de las herramientas de dominación más eficaces que los vencedores utilizan sobre los vencidos.

Allá por el siglo XVI, en el norte de Europa, ante el fraccionamiento exacerbado del poder político por el sistema feudal, algunos “iluminados” (llamados filósofos) idearon lo que conocemos actualmente como el proyecto de Estado Nación con la finalidad de superar la fragmentación cultural y territorial, y así garantizar la gobernabilidad (la permanencia de la dominación).

En dicho proyecto político se entiende que a una nación (un pueblo que comparte territorio, historia, idioma, espiritualidad, cultura y aspiraciones de autodeterminación) le corresponde un Estado (organización jurídica y política de dicho pueblo).

Pero, esta idea de: “una Nación un Estado”, no se ha podido concretar (construir) ni en los mismos países europeos. Mucho menos, en países latinoamericanos multiculturales que como malos copiones tardíos “sus próceres” intentaron implementar dicha teoría política homogeneizante desde el siglo XIX.

Fracasaron los nacionalismo en el mundo entero porque la realidad social jamás es homogénea. Los humanos casi nunca estamos dispuestos a renunciar a nuestra identidad para asumir la identidad ideada (copiada) de los otros. Por eso, a mayor globalización, mayor es la glocalización. A mayor nacionalismo, mayor es la aspiración por la plurinacionalidad.

Ante esta incapacidad de construir la hegemonía cultural/identitaria desde el Estado Nación, los gestores y benefactores de este proyecto (racismo por medio) intentaron homogeneizar a los pueblos diversos (que cohabitan dentro de los territorios del Estado Nación aparente) mediante la aniquilación y/o la asimilación genética y cultural. A estos procesos irracionales denominaron ciudadanización.

En países cultural y genéticamente megadiversos como Bolivia, Ecuador, Perú, Guatemala, México, etc., el fracasado intento de la implantación del proyecto de Estado Nación fue sangriento e irracional.

En estos países, al igual que en el resto de la región, los criollos y mestizos intentaron imponer y homogeneizar su identidad cultural mal aprehendida de la Metrópoli sobre los pueblos originarios. Es decir, en estos países culturalmente megadiversos, los criollos/mestizos asumieron el “imaginario” mestizo como la identidad nacional oficial, y en consecuencia intentaron infructuosamente hacer desaparecer a las identidades originarias desde los aparatos estatales.

En el aparente Estado Nación de Guatemala, por ejemplo, el maya para ser guatemalteco tiene que renunciar a su identidad nativa e intentar imitar la identidad mestiza. La ciudadanía es sinónimo de culturicidio para los aborígenes en Guatemala.

El sistema del Estado Nación en este país está permeada por un racismo espantoso (institucionalizado y legalizado) que no sólo “naturaliza” el ideario mestizo como la identidad nacional obligatoria, sino que instala en el o la mestiza una falsa conciencia enfermiza de superioridad frente al resto. Este es uno de los males congénitos casi atávicos para el fracaso de cualquier intento de convivencia o de bienestar común en el país.

Este proyecto de Estado Nación ha fracasado en Guatemala apabullada por la emergencia plural de los pueblos que casi dos siglos de República ladinocéntrica no pudo aniquilar.

Estado Plurinacional para superar el racismo y democratizar el poder

En el mundo occidental, la idea de Estado Plurinacional (Estado construido y gestionado por varias naciones) encuentra sus raíces en los planteamientos de la ex Unión Soviética del pasado siglo, con la finalidad de mantener la unidad política sin sacrificar la diversidad cultural.

En el mundo Andino, el Estado Plurinacional encuentra sus vestigios en la administración política del Tawantinsuyo (siglos X y XIV), donde el incario se construyó/dinamizó utilizando justamente la riqueza de la autonomía de la diversidad cultural de los pueblos que lo integraban como motor para su expansión territorial y geopolítico. Los hallazgos históricos de María Rostworowski son ilustrativos para este fin.

En la actualidad, Bolivia es el único país que según su Constitución Política se declara como Estado Plurinacional. En el caso ecuatoriano, el debate constituyente entre lo plurinacional e intercultural, primó lo segundo. En ambos países, quienes impulsaron e impulsan los procesos de la construcción del Estado Plurinacional, de abajo hacia arriba, son las organizaciones indígenas (actuales sujetos sociopolíticos colectivos).

En el caso boliviano, la cualidad de la plurinacionalidad del Estado unitario se centra en el reconocimiento expreso de la autodeterminación de los 36 pueblos indígenas coexistentes en el país, y la posibilidad de ejercitar las autonomías indígenas en diferentes circunscripciones territoriales.

Es decir, el carácter plurinacional de Bolivia se expresa en las disposiciones constitucionales que reconocen autonomías/potestades políticas, administrativas, legislativas, judiciales, culturales, espirituales, etc., a la diversidad de pueblos indígenas, sin renunciar a una visión compartida de país, ni mucho menos a la soberanía nacional boliviana.

La plurinacionalidad es una posibilidad de que un o una indígena sea ciudadana boliviana sin necesidad de renunciar a su identidad (idioma, costumbres, conocimientos, espiritualidad, etc.), ni la obligación de volverse mestizo. En este sentido, por ejemplo, el gobierno local, regional o nacional ya no es más monopolio impoluto reservado para mestizos.

La plurinacionalidad, como proyecto político, es una herramienta de liberación, tanto para mestizos, como para pueblos indígenas, de las enfermizas taras coloniales del racismo y centralismo político. Como proyecto cultural y ético, es un camino de desaprendizaje y aprendizaje fecundo en el concierto de diálogo de saberes. Toda una ingeniería política cultural de desmontaje de los estados coloniales y patriarcales.

El proyecto de Estado Plurinacional es lo diametralmente contrario al proyecto del bicentenario Estado Nación. Por tanto, éste no es la continuación de aquél. En este sentido, ni tan siquiera semánticamente se puede recurrir al término refundación para la creación o fundación del inédito Estado Plurinacional.

Fuente: http://www.matrizur.org/index.php?option=com_content&view=article&id=38024:estado-nacion-y-estado-plurinacional&catid=38:patria-grande

Imagen tomada de: http://especiales.elcomercio.com/planeta-ideas/imagenes/imagenes/slider88.jpg

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Guatemala crea aplicación para la seguridad de estudiantes

Guatemala/04 agosto 2016/Fuente: 20

El gobierno de Guatemala anunció el miércoles la creación de una aplicación de cómputo para dispositivos móviles con el fin de prevenir la violencia y el bullying escolar.

El presidente Jimmy Morales dijo que la idea es «la disminución y la erradicación de la violencia a la familia y a los niños. Permitirá que la comunidad educativa sea actor clave para prevenir acciones de riesgo que pongan en peligro la seguridad de los estudiantes».

Oscar Hugo López, ministro de Educación, explicó que la aplicación, llamada VozApp, promueve acciones de protección integral dirigidas a niños, adolescentes y jóvenes. Informó también sobre la celebración dentro del sistema educativo del país del día 16 de junio de cada año como «Día de la protección integral de la niñez, de la adolescencia y juventud».

Dicha declaratoria para la conmemoración de ese día especial está dedicada a Ángel Ariel Escalante, de 12 años, quien murió el 16 de junio de 2015 luego de que desapareciera de su escuela y su padre lo encontrara dos días después en un barranco, mal herido. Según informó el padre entonces, el niño era acosado por pandilleros para que se uniera a grupos delincuenciales pero se negó, por lo que fue agredido.

La aplicación fue realizada con el apoyo de la oficina de Unicef en Guatemala.

Pedro Cruz, de la organización Alertos-Ciudades Seguras, dijo a The Associated Press que fue desarrollada con el apoyo del sector empresarial.

«El sector empresarial está desarrollando tecnología para promover el desarrollo del país y en su contribución a la educación en Guatemala», afirmó.

Cruz explicó que la aplicación servirá para que cualquier persona pueda reportar algún asunto de inseguridad cercana a un centro educativo, e indicó que por ahora sólo estará disponible en el sistema Android.

«Las pandillas ponen en riesgo la seguridad y asistencia de los alumnos (a la escuela)», afirmó Morales, por lo que la aplicación ayudara a la comunidad a denunciar esto y a las autoridades a responder con acciones.

Fuente noticia: http://www.20minutos.com/noticia/56162/0/guatemala-crea-aplicacion-para-la-seguridad-de-estudiantes/

Fuente imagen: http://cmas.siu.buap.mx/portal_pprd/work/sites/comunic/resources/LocalContent/12364/2/gal_appMujer.jpg

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