Centro América/Haití/16 Diciembre 2017/Fuente: Prensa Latina
El Ministro de Educación Nacional y Formación Profesional, Pierre Josué Agénor, presentó hoy en conferencia de prensa el nuevo plan de la educación preescolar.
La iniciativa forma parte de la reforma que experimenta este sector, y pone especial énfasis en la formación de la primera infancia para la construcción del nuevo ciudadano.
‘El objetivo primordial es informar a aquellos directamente involucrados en el proceso educativo en estas edades, los cambios profundos en conductas y prácticas que son esenciales para facilitar una educación de calidad’, señaló el funcionario.
Agénor subrayó además que el plan se aplicará de manera oportuna. Además del departamento Oeste, un equipo se dirigirá a Hinche en la Meseta Central, Fort-Liberté (Noreste) y Milot (Norte) para extender la primera fase del experimento.
‘El Ministerio tiene la intención de establecer un ambiente saludable para el desarrollo equilibrado de nuestros niños’, añadió Agénor.
El proyecto financiado, por el Banco Interamericano de Desarrollo y la Oficina de Gestión de la Educación Preescolar, busca mejorar la calidad de la enseñanza en las primeras edades y dotar a quienes trabajan en el sector con las herramientas necesarias.
Después de tres días de que su esposo estuviera internado en el hospital Padre Hurtado, ubicado en la comuna de San Ramón, una mujer haitiana pudo conocer su diagnóstico médico. Llevó a su pareja de la misma nacionalidad de urgencias, pero su manejo del español era muy precario. Por lo mismo, esperó horas para que desde el recinto consiguieran un intérprete de creole que le informara sobre su estado de salud. Fueron días de angustia.
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Un grupo de mujeres asiste al taller “Nadie es Perfecto” que ofrece la municipalidad de San Miguel a las madres con hijos que presentan algún tipo de retraso en su crecimiento. Dentro del grupo se encuentra una mujer haitiana madre de mellizos de ocho meses. La sesión es dirigida por una parvularia que en la primera ronda les pide una breve presentación para que compartan el diagnóstico hecho por el Centro de Salud Familiar (Cesfam) al que acuden. La profesional les pregunta si todavía amamantan, sobre la alimentación de las guaguas, sobre sus rutinas, entre otros temas. Llegó el turno de la extranjera, pero no hubo manera de comunicarse. Nadie sabía cómo ayudarla porque no manejaban su idioma y la mujer tampoco entendía el castellano. Para la próxima oportunidad quedaron de llevar unas fichas con figuras dibujadas de manera que la mujer las asociara a las ideas que buscaba expresar.
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Y con un desenlace fatal, recordamos el caso de Joane Florvil, la mujer haitiana que falleció mientras enfrentaba un proceso judicial por el supuesto abandono de su hija. Aunque hace una semana atrás finalmente esa tesis fue descartada y se sobreseyó dicha arista de la causa, los responsables de su muerte se mantienen en investigación a cargo del Ministerio Público. Con todo, se entiende que la primera negligencia cometida fue no comprender a la mujer y malinterpretar el hecho de que dejara a su hija al cuidado de un guardia de un servicio público, lo que no habría configurado el delito de abandono según estimó el Quinto Juzgado de Garantía de Santiago.
Las coincidencias de estos casos saltan a la vista: se trata de una inmigración vulnerable, racializada por el color de su piel, de mujeres a las cuales no se les están garantizando sus derechos y de una barrera idiomática como un gran obstáculo para acceder a esos servicios. Es un hecho patente y doloroso que la incomunicación deja la puerta abierta para que se cometa toda clase de abusos. Y el Estado una vez más es reactivo. A pesar de que hace más de cinco años las estadísticas proyectaban que las cifras de la inmigración serían exponenciales, nuevamente se llega al punto de lamentar una muerte para advertir la falta de facilitadores y la necesaria adaptación que requieren los servicios públicos ante la nueva conformación de la sociedad. De los casos antes mencionados e hilando mucho más fino, es posible advertir otras situaciones: ¿Qué está pasando con los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres haitianas que asisten a centros de salud públicos? Y, en los partos, ¿hay traducciones en las cartas de consentimiento si quieren explicitar que no desean una cesárea?
Por ahora todo tiene mucho de improvisación y en el reglamento que se elaboraría una vez aprobada la modificación a la Ley de Extranjería, de 1975, podría establecerse la cantidad de traductores que se requieren por servicio según la demanda extranjera por comuna u otra división apropiada. Sería una implementación de manera formal. Esos son temas que se deben discutir en medio de la tramitación que sigue trabada en el Congreso, hoy en la comisión de Gobierno Interior que debió despachar la iniciativa que creó la Subsecretaría de la Niñez y que, en teoría, se retomaría migración durante estas semanas.
La tía Rosita y sus estudiantes
Una intérprete para 138 estudiantes haitianos. Jornadas semanales de 8:30 a 15:00 horas y un día hasta las 17:00 horas. Sueldo 360.000 mil pesos. Esa es la realidad de la profesora dominicana Rosa Féliz (34), la tía Rosita. Hace seis años que llegó a vivir a Chile y desde hace siete meses que trabaja en el colegio Humberto Valenzuela, ubicado en la comuna de Estación Central. Vive en Cerrillos y se traslada por cerca de una hora en transporte público para llegar a su lugar de trabajo y a la salida corre para ir a buscar a su hijo al jardín.
Rosa ha asumido un rol fundamental en este colegio que registra una de las matrículas más altas de estudiantes extranjeros de la comuna, en especial de haitianos. Muchos de ellos llegan sin hablar nada de español. Es un gran desafío, explica, sobre todo cuando los niños son de mayor edad. “El aprendizaje es mucho más eficaz en los niños más pequeños, con los de cuarto y quinto hay que lidiar también con sus temores de quedar en vergüenza frente al grupo porque no sabe y se cohíben más”, precisa.
Rosa Féliz y uno de sus estudiantes
Como cada mañana sus clases comienzan a las 8:30 con el primer curso, pero a veces la requieren mucho más temprano. Su labor se ha extendido también a ayudar con la información a los apoderados haitianos. “Ay, tía Rosita, que bueno que llegaste. Había un papá haitiano y le dijimos que volviera en la tarde porque no le pudimos hablar”, le dicen otros colegas a la profesora porque muchos padres dejan a los niños a primera hora para irse a trabajar. Destacan que su rol es imprescindible.
Rosa figura en la nómina del colegio como monitora de creole y aunque tiene su título de profesora parvularia, labor que desempeñó durante ocho años en República Dominicana, aquí ha tenido dificultades para revalidar su profesión. Reconoce avances con los niños, pero también frustraciones. “A los niños los inscriben por edad y no por conocimiento, por ejemplo, en un curso de cuarto básico me encuentro con niños con los que debes comenzar prácticamente un proceso de alfabetización porque muchos no son lectores. Ellos se quedan un poco atrás”, explica.
Pese a esa dificultad provocada por el sistema escolar, la profesora ha aplicado su propia metodología de trabajo. En su sala se observa una cartulina con los nombres de los niños haitianos divididos en tres grupos según su dominio del español. A partir de eso evalúa quienes requieren de más horas pedagógicas en el taller o de un reforzamiento. Después de dos o tres clases pregunta a los profesores de otras asignaturas si han notado cambios en aquellos niños que llegaban sin hablar ni una palabra en español y así va sondeando el nivel de aprendizaje que han logrado.
Material de trabajo de la profesora
En este colegio donde trabaja la tía Rosita, ubicado en la población Los Nogales de Estación Central, se espera que la matrícula para 2018 ascienda a unos 200 niños haitianos. Son proyecciones que la dirección estima de acuerdo a los nuevos estudiantes inscritos hasta ahora, pero aún resta un largo periodo en el que sin duda podrían aumentar. Lo que no está claro es si mantendrán a una sola profesora y le incorporarán más horas pedagógicas o si los recursos permitirán contratar a otro profesional que desempeñe sus mismas funciones.
Por el momento, para la dominicana existe una cuestión evidente y es que contar un intérprete “es un paso muy incipiente para romper con la barrera idiomática” y traspasar los conocimientos. “Hay muchas necesidades por la cantidad de niños extranjeros que llegan. El Ministerio de Educación dice que hay que darles educación a todos por igual como un derecho, pero si aquí entre profesor y estudiante no se entienden y no se cuentan con las herramientas suficientes, es muy difícil entregar los contenidos”, afirma. Y esa es precisamente otra de las situaciones más frustrantes que reconoce, el observar a un niño sentado en su puesto pero a la vez verlo acongojado o desconcentrado porque, en el fondo, no comprende los contenidos que se hablan en la sala de clases.
“Joane se sentía amordazada”
Joane Florvil murió sin saber realmente de qué se le acusaba. Estuvo detenida 12 horas, primero en la 44° Comisaría de Lo Prado y luego en la 48° Comisaría de Asuntos de la Familia en Santiago. Su relato antes de que falleciera fue que carabineros le puso un casco antimotines para evitar que se golpeara la cabeza como había ocurrido poco después de que la encarcelaran. Su angustia aumentaba con el correr de las horas. No sabía nada de su hija de dos meses que había dejado a cargo de un guardia de una oficina municipal mientras iba a ayudar a su esposo. Ese fue el hecho que injustamente le costó muy caro. Le costó, por ejemplo, no volver a tener a su hija en brazos por días, una separación muy dolorosa. En algún momento incluso creyó que estaba muerta y que ese habría sido el motivo de su arresto. Impotencia, dolor, rabia por la imagen que se construyó de ella, la de una verdadera delincuente. Le costó esa condena mediática antes de tiempo, con imágenes que una y otra vez la destacaban esposada. Luego vino un “tírate a esa colchoneta a dormir”, la orden de los policías según le contó a sus familiares. Y, tal vez, el mensaje detrás de ese casco antidisturbios sería: “Sigue golpeándote, total con esto no vas a morir”. Negligencias.
Hoy se sabe que la madre haitiana murió siendo inocente y que al momento de su arresto no hubo traductor. Según consta en el parte policial, sólo se dispuso un intérprete para su familia. El caso es investigado por la Fiscalía y aunque ya están disponibles los informes del Servicio Médico Legal (SML) que detallarían la causa de su muerte, son antecedentes de carácter reservado hasta que finalice la indagatoria.
Pero las responsabilidades van por grado y Virginia Palma Erpel, abogada de la ONG Acción Mujer y Madre que asumió parte de la defensa de la extranjera, particulariza algunas. En primer lugar, explica que “el protocolo de cualquier funcionario que tiene a una persona detenida y observa que se está infringiendo daño físico es llevarla a un centro asistencial de inmediato y no después de 12 horas”. Fueron golpes que los neurocirujanos asociaron a la rabia y a una persona que se siente amordazada por la incomunicación. Aunque no se puede descartar que la mujer fuera víctima de una golpiza dentro de la celda, según el testimonio de un médico haitiano que la atendió luego en la Posta Central.
Lo que pasó durante esas 12 horas se mantiene en una nebulosa. Es necesario reconstruir los hechos sucedidos en esas horas y develar cuáles fueron las decisiones que se tomaron en cada uno de los servicios que atendieron a Joane, desde su permanencia en la comisaría, el traslado a la Posta Central y, finalmente, al Hospital Clínico de la Universidad Católica. Y, en estos dos últimos lugares, evaluar si le suministraron los medicamentos de manera adecuada o si por un mal manejo médico se produjo la hepatitis fulminante que le causó la muerte. Un punto claro es que ella no tenía antecedentes previos de alguna otra enfermedad.
Pero aquí también se transgredió uno de los principios fundamentales de los imputados que es su presunción de inocencia. “Ella no pudo en ningún momento dar a entender o intentar demostrar que era inocente de lo que se le estaba culpando porque ni siquiera llegó a entenderlo”, afirma la abogada. La ONG asumió dos aristas del caso, por un lado la causa de familia que buscaba reencontrar a la hija de Joane con sus parientes para que no permaneciera al cuidado del Consejo Nacional de la Infancia. Esa línea está cerrada y cumplió su objetivo. Y, por otro lado, se estaba siguiendo la arista penal donde se le imputaba el delito de abandono que también fue sobreseída. Para un futuro, el equipo jurídico no descarta presentar una querella contra todos los que resulten responsables de la muerte de la mujer, pero es una decisión que deberá tomar la familia de la haitiana residente en Chile.
Este se ha convertido en un caso emblemático que demuestra la incapacidad para garantizar el derecho básico de la comunicación, pero también deja al descubierto el racismo. “A una inmigrante alemana, por ejemplo, ¿le habrían quitado su guagua? No lo creo”, cuestiona la abogada Virginia Palma. El caso salió a la luz por la muerte implicada, pero ¿cuántos otros siguen bajo un manto invisible porque no llegan a cobrar vidas aunque tengan igual gravedad? Lo cierto, es que las mujeres haitianas siguen muriendo en el país por este y por otros motivos. “Después del caso de Joane nos han llegado varios casos de mujeres que mueren en los partos y donde no se tienen mayores antecedentes. Los esposos tampoco pueden hablar, dicen que no saben las causas”, comenta con pesadumbre la abogada de la ONG Acción Mujer y Madre.
Capacitando a los nuevos profesionales
Peterson Saindard explica la utilidad de unos manuales que ayudó a preparar junto a la ONG Byenvini (bienvenido en creole) e IFMSA Chile. “Con esto en mano, la idea es que el médico aprenda a leer. Entonces, llega el paciente y le explica su dolencia y el rápidamente va buscando el término. También incluye la frase ´¿en qué te puedo ayudar?´ y eso debe memorizarlo. Por eso, el libro está dividido en partes”, explica el profesor de nacionalidad haitiana.
Guía para estudiantes de medicina
Lleva poco más de un año viviendo en Chile y domina un español muy fluido, en parte se debe a que cursó estudios de Lengua en la Universidad Estatal de Haití antes de viajar y ahora se desempeña impartiendo clases para distintas instituciones. Hace unos sábados atrás comenzó a enseñar creole a un grupo de estudiantes de medicina. Se reúnen en las dependencias de la Universidad Andrés Bello pero son estudiantes de distintas casas de estudios. El manual lo prepararon precisamente con la intención de capacitar a los futuros profesionales que tendrán trato directo con pacientes inmigrantes a lo largo de su quehacer diario y, también, entendiendo la educación como una herramienta fundamental para terminar con los prejuicios. “La idea de las clases es desarrollar la autonomía de los estudiantes”, acota Peterson.
Por otro lado, dicta clases de español a un grupo de ocho trabajadores haitianos de una empresa de construcción de Quilicura. No van a clases en el mismo horario, depende de los turnos que tengan. Por lo mismo, el nivel de aprendizaje de los funcionarios es muy disímil. “Todos entienden, pero les cuesta hablar bien”, reconoce entre risas. Y agrega que su método es despertarles una pasión por la lectura porque afirma que ninguno lee. “No intentan mejorar su idioma, todo lo aprenden en la calle y eso les genera muchas confusiones”, comenta.
La falta de comunicación provoca miedo por parte del trabajador. Probablemente, no puede atreverse a denunciar malos tratos o a renunciar a sus labores. Es una idea que plantea Peterson desde su experiencia como intérprete, como haitiano que debió conseguir un trabajo con contrato para regularizar sus documentos, y que también conoció las condiciones vulnerables. Y reparó que cumpliendo las mismas funciones en un supermercado, a él le pagaban el sueldo mínimo y a sus colegas al menos cien mil pesos más. Sufrió la desigualdad, el racismo.
Cartel en negocio de chilenos, Estación Central.
“Para la manera en que están trabajando algunos haitianos yo no he podido encontrar otra palabra más que esclavitud”, dice pausado encontrando los términos adecuados para cada oración. Pero entiende que no es una situación inocente. A su juicio, la falta de una regularización en todo ámbito responde a las necesidades de tener mano de obra barata en una oleada migratoria que elige a Chile como país con mayores oportunidades, y que sin duda beneficia a un grupo de empleadores.
Pero más allá de eso y esperanzado en que los cambios favorezcan a sus compatriotas que llegan dispuestos a todo por conseguir un sueldo, por precario que sea, dice que el punto de encuentro en materia idiomática debe ser la cooperación. “Tú me ayudas y yo te ayudo. No puede ser de otra manera porque no sólo los haitianos deben esforzarse por aprender mejor el español, sino que los chilenos también deben manejar lo mínimo para lograr la interacción”, concluyó Peterson.
Centro América/Haití/25 Noviembre 2017/Fuente: Prensa Latina
Haití cuenta hoy con unas 100 escuelas »Amigas de la higiene» a propósito del proyecto de certificación por niños impulsado por el Departamento de Salud, el Ministerio de Educación y el Banco Interamericano de Desarrollo.
El programa nació en el año 2015 y tuvo como objetivo implicar a los niños en la limpieza y el control de sus centros educacionales y velar por el agua, el saneamiento y la higiene.
100 centros educativos, unas 10 escuelas por departamento, se benefician de este proyecto que desde hace dos años mantiene niveles aceptados de higiene con criterios establecidos de manera consensuada.
Los establecimientos certificados como ‘Amigos de la higiene’ recibirán una placa de honor. Este estado será revisado cada dos o tres años, después de la primera evaluación.
Otras instituciones se agregarán gradualmente a la lista, sobre todas aquellas recién construidas, reconstruidas o renovadas.
El Ministerio de Educación de Haití se ha propuesto con este programa alentar a la administración escolar, los estudiantes, padres y a la comunidad, a mantener las condiciones higiénico-sanitarias en las escuelas, regular la inspección de estos centros desde el punto de vista físico, de salud y educativo, así como visibilizar esos modelos a nivel nacional.
Friday evening at Hotel Villa Cana, in the presence of several government authorities, including Wilson Laleau, President Moïse’s Chief of Staff, Régine Lamur, Minister of Youth, members of the Presidential Commission on Innovation and Integration of young people, of the Director of secondary education and of several departmental directors of education took place the Ceremony of award ceremony for the laureates of the text contest on the Battle of Vertières.
27 young people from 9 departments from 9 departments across the country (the Nippes delegation was absent) participated in the event.
Following the rules established by the organizers, 3 laureates were chosen by department for the quality of their text.
Laureates of laureates :
First with a score of 90 out of 100: Janvier Darline, St Michel College of Charpentier (South);
Second with a score of 88 out of 100: Jacob Efrantzka Theodore, Institution St. François Xavier (North).
Organized by the Ministry of National Education and Vocational Training in partnership with the Presidency, this contest has allowed these young people to reflect on the Dessalinian ideal and the prowess of Vertières in order to provide ways to face new challenges faced by Haiit today.
Maxime Mesilas, the Director of Secondary who spoke on behalf of the Minister Cadet, delayed because of difficulties on the road because of bad weather, stressed the importance of this initiative aiming at enabling young people to put their potential to good use. Other contests will follow during the year, he said.
Wilson Laleau praised these young people who have distinguished themselves by the quality of their text and took the opportunity to provide advice to these young people for the success of their academic and professional background by insisting that Haiti has been a beacon for the world at the beginning of the 19th century and that our turpitude, our bad choices and infighting led us to the situation of today. It is possible to take up the torch, according to him, if we adopted another way of doing by inspiring us with the heroes of Vertières.
Each of the 27 laureates present received in prize a laptop from the Presidency and books will also be offered by the Ministry.
En un libro de texto para estudiantes de primaria en Tanzania, los varones aparecen forzudos y atléticos mientras que las niñas simplemente parecen estar orgullosas de sus coloridos vestidos.
En otra escuela en Haití, los alumnos aprenden que las madres «se ocupan de los hijos y preparan la comida» mientras que los padres trabajan «en una oficina».
Hay un texto ilustrado en Pakistán en el que todos los políticos -poderosos y de gran autoridad- son hombres.
En Turquía un dibujo animado muestra a un niño que sueña con ser doctor mientras que una niña se imagina como una futura novia luciendo un vestido blanco.
La lista continúa y no sabe de fronteras.
Los textos escolares de escuela primaria están plagados de prejuicios de género y esto es algo que puede verse de manera sorprendentemente similar en todos los continentes, aseguran los expertos.
Es un problema «escondido a plena vista».
«Hay estereotipos masculinos y femeninos camuflados en lo que parecieran ser roles bien establecidos para cada género», afirma la socióloga Rae Lesser Blumberg.
La profesora Blumberg, de la Universidad de Virginia, en Estados Unidos, ha estado estudiando textos escolares de todo el mundo por más de una década y señala que las mujeres son sistemáticamente borradas o se las muestra en roles de subordinación.
«El prejuicio de género es un tema de bajo perfil, no acapara los titulares dado que aún hay millones de niños que aún no reciben educación formal», dice.
Aunque la matrícula escolar ha aumentado en forma dramática desde el año 2000, la agencia de las Naciones Unidas para la educación, Unesco, estima que más de 60 millones de niños aún no pisan un aula, y el 54% son niñas.
«Estos libros perpetúan el desequilibrio entre los géneros», afirma Blumberg. «No podemos educar a los niños del futuro con libros del pasado».
La agencia de la ONU señaló que las actitudes sexistas son tan ubicuas que los textos escolares terminan socavando la educación de las niñas y limitando sus expectativas profesionales y de vida.
Según la Unesco, estos libros representan un «obstáculo escondido» para lograr la equidad de género.
Ya sea que se mida en cantidad de líneas de texto, de acuerdo a la proporción de personajes, a las menciones en los títulos, las citas en índices o cualquier otro criterio, «las encuestas muestran que las mujeres son vastamente subrepresentadas en los libros y el currículo», dice Aaron Benavot de la Universidad de Albany, en EE.UU., exdirector del informe de la Unesco de 2016 Monitoreo de la Educación Global.
Según los expertos el problema es tripartito.
El aspecto más obvio es el uso del lenguaje prejuicioso, ya que en general se usan palabras masculinas para describir a toda la humanidad.
Luego está el problema de invisibilidad: las mujeres muchas veces están ausentes de los textos, sus roles en la historia y en la vida diaria están subsumidas por los personajes masculinos.
«Había un texto sobre científicos que recuerdo muy bien, en el que la única mujer era Marie Curie», cuenta Blumberg.
«¿La mostraba descubriendo el radio? No, miraba tímidamente sobre el hombro de su marido mientras este hablaba con un hombre que se veía elegante y distinguido».
En tercer lugar, se usan estereotipos tradicionales sobre los trabajos que realizan hombres y mujeres, tanto dentro del hogar como afuera, además de expectativas sociales y características de cada género que son un cliché.
Un ejemplo notable es un texto escolar italiano que enseña palabras relacionadas a distintos oficios. Hay 10 opciones distintas para hombres, desde bombero hasta dentista, y ninguna para mujeres.
En tanto, a las mujeres se las muestra realizando tareas domésticas, desde cocinar y lavar hasta cuidar de los niños y de los ancianos.
«También preocupa que las mujeres aparezcan como pasivas, sumisas, ocupando estos roles estereotípicos», afirma Catherine Iere, experta en educación de la Universidad de East Anglia, en Reino Unido, quien también participó del estudio de la Unesco.
«Si los alienígenas nos visitaran…»
El problema no es nuevo. Los textos escolares han estado bajo la lupa desde los años 80, siguiendo una iniciativa feminista para crear reformas en países desarrollados.
Un estudio estadounidense de 2011, considerada la investigación más amplia sobre este tema ya que analizó más de 5.600 libros para niños publicados en el siglo XX, estimó que los varones son representados casi el doble que las mujeres en títulos y 1.6 veces más como personajes centrales.
Desde que se identificó el problema por primera vez ha habido algo de progreso para reducir el sexismo, pero este ha sido «muy lento», aseguran los expertos.
Algunos de los textos fueron publicados hace mucho tiempo, sin embargo muchos se siguen usando, en especial en países de bajos ingresos y en escuelas que no cuentan con recursos suficientes para reemplazarlos.
«El problema empeora cada año porque el mundo está progresando, las mujeres realizan trabajos nuevos y los roles domésticos están cambiando», dice Blumberg. «Los libros no están mejorando al mismo ritmo así que la grieta se va ensanchando».
«Si los alienígenas nos visitaran no tendrían la menor idea de lo que realmente hacen las mujeres, tanto profesionalmente como en lo personal, si se basaran en nuestros textos escolares».
Preocupación universal
Las investigaciones también muestran que el problema es casi universal. Aunque hay diferencias en la frecuencia e intensidad, el sexismo está presente en los textos escolares tanto de países ricos como pobres.
Aunque la información está diseminada, una muestra de investigaciones publicadas a lo largo de la última década sirven de evidencia.
Por ejemplo, un texto de historia para alumnos de tercer grado en India no muestra a una sola mujer profesional
Un libro de inglés que se usa en Kenia muestra a hombres activos que tienen «ideas interesantes», mientras las mujeres y niñas cocinan y juegan con muñecas.
Los hombres representan el 80% de los personajes en libros de texto diseñados por el ministerio de Educación en Irán. En India solo el 6% de las ilustraciones representan a mujeres solas y en Georgia el 7%.
Textos de matemáticas en Camerún, Costa de Marfil, Togo y Túnez tenían una proporción de mujeres menor al 30%, según un estudio comparativo de 2007.
Y una investigación sobre textos de Ciencia en el Reino Unido y China también reveló que el 87% de los personajes eran masculinos.
En Australia, un estudio realizado en 2009 halló que el 57% de los personajes en textos escolares eran hombres, a pesar de que hay más mujeres que hombresen el país.
«Uno pensaría que los textos escolares en países de altos ingresos serían un poco más progresistas, sin embargo en Australia hay el doble de hombres representados en roles ejecutivos y cuatro veces más hombres que mujeres en roles políticos y de gobierno», señala Iere.
«Hay un caso extremo en un libro chino en el que hay una sola heroína durante la Revolución Comunista de 1949», cuenta la profesora Blumberg.
«Y no se la muestra luchando por nuevas leyes o en la línea de combate con Mao, le está dando un paraguas a un guardia masculino que está parado bajo la lluvia».
Herramienta educativa influyente
Los expertos resaltan que parte del problema es que los libros construyen una sensación de lo que es normal en un sociedad, en los ojos de los niños.
Como parte de el currículo oficial, estos textos son una herramienta educativa muy poderosa.
Se estima que un alumno o una alumna leen más de 32.000 páginas de textos escolares desde la primaria hasta el secundario. El 75% del trabajo en clase y el 90% de la tarea se hace a partir de estos libros, además de un gran porcentaje de la planificación docente.
Incluso en esta era en la que el acceso a internet y otros recursos digitales ha ampliado las herramientas educativas, «los libros de texto siguen siendo centrales, en especial en países pobres», señala Aaron Benavot.
«Cuando estos textos muestran expectativas muy estrechas sobre lo que deberían ser varones y niñas, los estudiantes aprenden esas pautas sociales», indica Iere.
El impacto que estos libros pueden tener sobre la visión de mundo de los niños ya ha sido medido por los académicos.
Un estudio israelí que involucró a niños de primer grado mostró, por ejemplo, que a quienes se les enseñó a los hombres y mujeres como iguales tendían a pensar que la mayoría de las carreras eran aptas para ambos géneros, mientras que quienes usaban textos con prejuicios de género solían encontrar aceptables esos estereotipos.
También se ha vinculado la poca representatividad femenina en textos científicos con el bajo número de niñas que eligen estudiar disciplinas académicas como Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas en todo el mundo.
Señales de progreso
No obstante ha habido algo de progreso en la última década.
El informe de 2016 de la Unesco muestra que los contenidos que representan la equidad de género han aumentado en los textos escolares alrededor del mundo, con mayores referencias a los derechos de la mujer y la discriminación de género, en particular en Europa, América del Norte y África subsahariana.
Algunos países están liderando el cambio, y quizás no resulte sorprendente que el primero es Suecia, dado su actitud general hacia los temas de género.
Algunos de los libros del currículo nacional incorporaron personajes y pronombres de género neutro además de una representación más igualitaria de la vida diaria.
«Si ves a alguien revolviendo una olla y usando un delantal en un libro sueco, hay altas chances de que se trate de un personaje masculino», dice Blumberg.
En Hong Kong hubo investigaciones que documentaron un número equitativo de personajes femeninos y masculinos en textos escolares en inglés.
Y también ha habido progreso en Argentina, Costa Rica, China, India, Jordania, Pakistán, los territorios palestinos y Vietnam.
Pero una reforma completa de los textos escolares de un país es un proceso largo y costoso, que muchas veces queda postergado por cuestiones presupuestarias o burocráticas.
«Algunos de los cambios han sido superficiales y el compromiso de un gobierno no es sostenible si hay un cambio de régimen», advierte Benavot.
Por ello los expertos recomiendan métodos alternativos para hacer frente a los textos prejuiciosos.
Por ejemplo en India y Malaui se ha buscado usar la lectura crítica para identificar los casos de sexismo y cuestionar los estereotipos en discusiones grupales.
«El problema puede ser compensado llamando la atención sobre el tema y a los estudiantes les suele divertir actuar como ‘detectives'», señala Blumberg.
«Pero primero debemos entrenar a los docentes y eventualmente tenemos quereescribir estos textos si queremos una mejor educación».
Fritz Jacques emphasized the importance of the book in the cross-training of young people and invited the high school directors to appreciate this initiative of the Ministry at its true value.
The aim is to set up library embryos in high schools or to reinforce existing ones for the benefit of pupils.
Director Pléteau and Brice Saintil, the Representative of the National Office of Education Partnership (ONAPE), explained to the heads of the lycée that this initiative is part of the improvement of the quality of education but also a healthy way to occupy the minds of young people.
After the Northeast, the North and Center are the last two departments that will be touched before completing this operation.
América del sur/Chile/30 Septiembre 2017/Fuente: Sputniknews
Distintos organismos del Gobierno de Chile dieron comienzo de manera oficial al programa «Formador de Formadores para la Primera Infancia en Haití», con el objetivo de apoyar en la capacitación de educadores de infantes de la isla caribeña.
«El plan contempla apoyar desde nuestro país al Ministerio de Educación Nacional y Desarrollo Profesional (MENFP) haitiano, en la capacitación de educadores de párvulos», informó la Junta Nacional de Jardines Infantiles de Chile (Junji) a través de un comunicado.
El proyecto fue desarrollado por el Ministerio de Educación de Chile; la Junji; la Agencia Chilena para la Cooperación Internacional y el Desarrollo (Agcid), y el organismo Fondo Chile, con el propósito de «desarrollar competencias pedagógicas» en los educadores haitianos.
Este trabajo de colaboración comenzó en el primer Gobierno de la presidenta Michelle Bachelet (2006-2010) con la apertura de dos jardines infantiles en las localidades haitianas de Aquin y Vieux Bourg d»Aquin, albergando a más de 100 niños.
«Este proceso de acompañamiento y colaboración que se está iniciando entre Chile y Haití es importante para la formación de los educadores; los derechos humanos de la primera infancia van más allá de las fronteras», dijo Desirée López, vicepresidenta ejecutiva de la Junji, consigna el comunicado.
A su vez, la representante de la Embajada de Haití en Chile, Garly Theodore Joseph, manifestó estar «muy feliz» por la medida.
«Con niños bien formados podemos esperar un país mejor (…) cuando se trata de niños y niñas, solo nos queda agradecer cada iniciativa», dijo.
Actualmente en Chile hay 154 niños de familias haitianas matriculados en algún jardín infantil, según datos de la Junji.
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