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Apostemos a las tendencias educativas modernas

Por: Vilma Báez Valdez

Hace algún tiempo escribí un artículo sobre “La desmaterialización de modelos de educación”. En el cual les compartía que en lo personal, yo, como docente me preguntaba ¿cómo enseñaré hoy? ¿seguiré usando el modelo clásico victoriano, el modelo constructivista teórico práctico, de competencias? o ¿asumiré el reto de hacerlo a través de las nuevas tecnologías de la comunicación? refiriéndome a la importancia de aceptar en el aula de clases el que los estudiantes usasen sus juguetes tecnológicos como la computadora, la tablet, la laptop, el celular y por supuesto, el internet. Pues,  no he cambiado de idea, hago un mix de los modelos educativos para enseñar y ahora aún mejor, soy de la tendencia de que nuevos recursos requieren nuevas metodologías y tendencias modernas a utilizar en los procesos educativos,  los docentes debemos de adecuarnos a las tendencias tecnológicas para sacar el mayor potencial posible a estos maravillosos aparatitos.

La enseñanza clásica, convencional para los jóvenes que nacieron a mediados del siglo pasado y principio de este, se tornaba lenta, monótona y repetitiva, los estudiantes estaban obligados a aprender las mismas cosas al mismo tiempo, al unísono y  escuchar solo el criterio del profesor dentro del aula de clases. En la actualidad, el modelo de aprendizaje es impuesto, obligatorio a partir de reglas obsoletas que no están acorde a los tiempos virtuales en que vivimos. Sin embargo, los avances de la ciencia y de la tecnología imponen necesariamente un cambio en el método hacia un modelo del aprendizaje con una tendencia moderna, debemos ser capaces de ver y hacer las cosas desde otra perspectiva y desarrollar una metodología que aproveche las relaciones entre los instrumentos tecnológicos y las fuentes de información. Como docentes sabemos que el internet es un aula virtual gigante, que alberga un mundo de información y del conocimiento que ha acumulado la especie humana en su devenir histórico; en donde todos podemos hacer preguntas, explorar y obtener respuestas sobre cualquier tema de interés, con la ventaja que cada quien puede obtener información desde su propia casa, lugar de trabajo, de preferencia, a su propio tiempo y ritmo, tornándose el aprendizaje más divertido, motivador y hasta puede despertar vocaciones que pudieren estar ocultas en la persona.

En el aula de clases, yo veo como mis estudiantes pasan a exponer un tema frente al salón, y no llevan tarjetas de notas, o papelitos en donde tengan anotados los temas que van a desarrollar, ahora lo que usan es el celular o una tablet. Y en una de esas yo me pregunte: ¿podré usar una de esas tablet para impartir mis clases? mi respuesta, fue: Sí, la utilizaré como un instrumento complementario al proceso metodológico de enseñanza, como un soporte en el cual se puede apostar a dinamizar, a buscar información de manera ágil y rápida, a utilizar google earth, webquests, usar aplicaciones, presentaciones multimedia, prezi, blog personales, aprovechar las características audiovisuales, crear videollamadas, hacer entrevistas, webinar, retar el imaginativo de las nuevas tecnologías o cualquier otro recurso educativo en línea, haciendo también una combinación con el uso de la pizarra digital o tradicional.

Ante estas nuevas tendencias modernas, el docente debe de garantizar en la clase que tales herramientas sean utilizadas de manera segura y responsable, el docente debe de dirigir y decidir el uso de estas herramientas en el aula en el momento adecuado, para sacarle el mejor provecho y para adoptar una nueva forma de enseñar, el profesor siempre será el guía de la clase, la enseñanza no debe perder el sentido filosófico, teórico y práctico del conocimiento.

Fuente: http://www.elnuevodiario.com.ni/opinion/407853-apostemos-tendencias-educativas-modernas/

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Indicadores invisibilizados del Derecho a la Educación

Rafael Lucio Gil

En artículo reciente anotábamos algunas pautas para comprender la Educación como un Derecho Humano. El discurso oficial insiste en “restituir derechos”, entendiéndose que ello incluye el de Educación. Pero cuáles son los componentes e indicadores de este Derecho, que  debieran ser tomados en cuenta, para que esté realmente siendo restituido, más allá del discurso simbólico.

Las cuatro A que propusiera Katarina Tomasevski en Naciones Unidas, como pilares de este Derecho, posibilitan profundizar en los indicadores requeridos para lograr su integralidad. Estos, aún son invisibilizados por las estadísticas habituales; explicitarlos posibilitaría avanzar notablemente en la mejora de la educación. Ocultarlos significará, no solo traicionar este Derecho, sino también mentirle a la Nación. Son estos cuatro pilares –Asequibilidad o Disponibilidad, Accesibilidad, Aceptabilidad y Adaptabilidad, que posibilitan que el edificio del Derecho a la Educación se construya sobre bases sólidas.

Desde la ASEQUIBILIDAD o DISPONIBILIDAD, se requiere que el estado asegure las instituciones, recursos financieros, personal y programas educacionales en la cantidad requerida, con las instalaciones necesarias para funcionar adecuadamente según los contextos específicos.

Esto demanda cumplir indicadores, tales como: escuelas suficientes con estructuras adecuadas (baños para ambos sexos, agua potable, normas antisísmicas, condiciones seguras). Estado aceptable de la infraestructura y dotaciones de insumos escolares. Docentes capacitados y en número suficiente, que reciban sueldos competitivos en el país; materiales de enseñanza suficientes, disponibilidad de bibliotecas, instalaciones de computadoras y tecnologías de la información.

La ACCESIBILIDAD deberá traducirse en que la educación sea accesible para todos, física y económicamente, sin discriminación de ninguna clase. Que sea gratuita, particularmente, en sus diferentes niveles.

Esto debe comprender la abolición de costos directos e indirectos, tales como uniformes, útiles escolares, alimentación escolar; ubicación geográfica adecuada de las escuelas  y docentes en todas las regiones del país. Provisión adecuada de medios de transporte gratuito para llegar a la escuela, estrategias de acción afirmativa (becas, transferencias condicionadas a la asistencia) para garantizar el acceso a los grupos discriminados e históricamente excluidos.

La ACEPTABILIDAD refiere a la forma y contenido en calidad y probidad. Comprende el deber del estado, de asegurar que las escuelas tengan ciertos estándares mínimos para el proceso de enseñanza-aprendizaje,  currículo pertinente; materiales escolares que valoren las diferencias, la pluralidad étnica y el diálogo intercultural. Gestión democrática de la escuela, valores y relaciones entre sujetos de la comunidad escolar, que tengan como base el respeto y la promoción de los derechos humanos, incluso la superación de cualquier forma de violencia en el ámbito de la escuela.

Formación inicial y continuada de docentes y demás trabajadores de la educación. Estrategias de incorporación permanente de los derechos humanos a la educación, y para superar todo tipo de discriminaciones en el campo de la educación. Capacidad de responder a adolescentes embarazadas o con niños y niñas pequeños. Requiere responder a jóvenes trabajadores que tengan la edad permitida por la Convención de la Infancia, y que frecuentan la escuela.

La ADAPTABILIDAD se refiere a la necesidad de que la educación sea flexible y capaz de responder a las necesidades de los estudiantes, dentro de diversos ambientes sociales y culturales.  Recursos físicos, docentes y de dotación escolar, que permitan la Adaptación del proceso educativo a los contextos específicos donde habitan las poblaciones, y la interculturalidad. Capacidad de responder a contextos multilingües. Los Docentes deben estar preparados para educar a niños y niñas con discapacidad en escuelas ordinarias, y se debe disponer del equipo y el apoyo necesarios para que las personas con discapacidad puedan alcanzar el mismo nivel de educación que las demás personas.

Por último, en los últimos años también se ha incluido la RESPONSABILIDAD en la educación, que demanda al estado establecer mecanismos que permitan a la ciudadanía supervisar al estado, y exigirle cumplir con sus obligaciones. Procesos participativos amplios para discutir leyes y políticas públicas relativas al Derecho; realizar publicaciones de informes sobre el avance de las leyes, políticas públicas y procesos presupuestarios relativos al Derecho; y establecer canales expeditos que permitan el monitoreo del Derecho por parte de la ciudadanía, incluyendo niños, niñas y adolescentes, así como la reorientación pertinente de la política y el presupuesto público.

Fuente del articulo: http://www.elnuevodiario.com.ni/opinion/393854-indicadores-invisibilizados-derecho-educacion/

Fuente de la imagen:  http://observatoriopoliticasocial.org/wordpress/wp-content/uploads/2014/02/indicadores.pn

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El desempleo juvenil y la educación para el emprendimiento

Por: Miguel De Castilla Urbina

La falta de correspondencia entre las demandas de los sectores productivos y las ofertas de los sistemas escolares, en términos del personal  capacitado para participar eficientemente en las empresas y unidades industriales y de servicios, tiene diferentes  formas de manifestarse según países y el nivel de desarrollo de los mismos.  En la mayoría de los casos, particularmente en los del mundo del subdesarrollo, los sectores productivos impulsados por las demandas de los procesos de globalización económica y los tratados de libre comercio, piden a las universidades y centros de educación técnica productos que estas, debido a diferentes factores, no están en capacidad de ofrecer, lo que está obligando a repensar la viabilidad financiera de estos aparatos si no cambian de misión, o al menos introducen cambios en sus apuestas curriculares y administrativas que ayuden a mitigar las consecuencias de ese desencuentro.

Las consecuencias de la falta de acuerdo entre los dos subsistemas mencionados, afecta no solo a los aparatos productivos y a las propias unidades  académicas, sino que también a la propia clientela estudiantil que logra matricularse y graduarse en las mismas.  La más dramática de ellas se produce cuando él o la recién graduada (o), conforme su perfil profesiográfico, busca empleo en los mercados de trabajo de cualquiera de nuestros países y no logra encontrarlo, iniciándose a partir de esta situación múltiples búsquedas, negaciones y fracasos.  El problema del desempleo juvenil para la población recién graduada, común y casi natural en los países empobrecidos de la periferia capitalista, en los últimos años se ha puesto de moda en todos los sectores de la geografía humana, especialmente en las economías de los países altamente desarrollados como los europeos.  Por ello no es extraño que la Comisión Europea, desde los primeros años del siglo que transcurre, se haya dado a la tarea de generar toda una iniciativa de cara a la construcción y difusión de una ideología llamada del emprendimiento como sinónimo del también llamado espíritu empresarial.

En este orden, en el año 2003, la Comisión Europea publicó el «Libro Verde del Espíritu Empresarial», definiendo al emprendimiento o espíritu  empresarial, como “la actitud en la que se refleja la motivación y la capacidad del individuo, independiente o dentro de una organización, a la hora de identificar una oportunidad y luchar por ella para producir nuevo  valor o éxito económico.  Hace que la creatividad o la innovación se introduzcan en un mercado ya existente y compitan en él y lo cambien, o den lugar, incluso a la creación de nuevos mercados”.

De lo que se trata es, de que la persona que busca trabajo y no logra encontrarlo, no se dé por vencido y por el contrario esté en capacidad de generar ideas que sean capaces de convertirse en los gérmenes de una futura empresa.  Ese es el sentido del llamado espíritu empresarial, como sinónimo de la actitud o conjunto de capacidades de los seres humanos para crear empresas, sea de manera individual o colectiva como si fuesen cooperativas.  Es el emprendimiento como “la actitud y el proceso de crear una actividad económica (empresa) combinando la asunción de riesgos, la creatividad y la innovación, en una organización nueva o en una ya existente”.

En años recientes la difusión de este enfoque propio de la esfera empresarial, ha venido ganando terreno en el campo educativo, llegando al extremo que algunos agreguen a los cuatro aprendizajes propuestos por la Comisión Delors en la Educación encierra un tesoro, un quinto aprendizaje con el nombre de «Aprender a Emprender», y otros ya hablen de una educación para el emprendimiento.

En Nicaragua, donde el Gobierno de la República, la Empresa Privada y los trabajadores en alianza, luchan en contra de todos los espacios donde se reproduce la pobreza, existen múltiples manifestaciones que buscan diseminar las semillas del emprendedurismo a través de artículos de opinión, noticias periodísticas, cursos cortos de capacitación y/o posgrados, los que debieron servir como antecedentes para la elaboración de un currículo, que en todos los niveles del sistema escolar, desde el preescolar hasta todas las carreras de la educación superior, enseñe a investigar, innovar, crear y también enseñe a emprender.

Fuente: http://www.elnuevodiario.com.ni/opinion/407852-desempleo-juvenil-educacion-emprendimiento/

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Entrevista a Marta María Blandón: “Los embarazos adolescentes nunca han sido declarados un problema grave”

Nicaragua/20 octubre 2016/ Fuente: El Nuevo Diario.

Marta María Blandón. La directora de Ipas Centroamérica dice que en Nicaragua persiste la doble moral en temas de educación sexual.

Para la organización Ipas Centroamérica es “penoso” que Nicaragua mantenga la tasa más alta de embarazos en adolescentes en Latinoamérica, dice su directora, Marta María Blandón. Se estima que cada año en Nicaragua nacen al menos 35.000 bebés de madres menores de 19 años. Blandón afirma que en este país la educación sexual sigue abordándose incorrectamente con los jóvenes.

¿Qué es lo que pasa en Nicaragua con los embarazos adolescentes?

Este no es un fenómeno nuevo, creo que el tema de los embarazos precoces que muchos de ellos son minimizados, escondidos por diversas razones tiene que ver con que las familias muchísimas veces sienten culpa, sienten pena; muchas madres incluso son responsabilizadas por los padres de esas niñas, por las familias, la comunidad, porque no la cuidó, porque no le dio información, porque no estuvo pendiente, porque es una tarea que se presume que tenemos que cumplir las mujeres. Realmente ha sido una problemática aceptada con resignación de parte de la familia. Es una problemática donde el Estado y los gobiernos de turno no le han dado la importancia y prioridad que merece, porque determinar que eso es un problema grave, lo declarás como un problema grave, estás obligado a buscar los recursos de cualquier índole para resolverlos.

Directora de Ipas.– Directora de Ipas. –

¿A qué se refiere con que no se le ha dado la importancia debida?

Es que si decís que hay una situación de alarma de la roya, tenés que ver qué hacés con esos cafetales. Sin embargo, este -los embarazos adolescentes- nunca ha sido un problema declarado como grave, como prioritario o como una epidemia, porque no hay interés de colocar los recursos necesarios, económicos y humanos para darle respuesta a este problema.

¿Esto se debe a un asunto de desinterés o un problema cultural?

Lamentablemente existe una doble moral para enfrentar o abordar los temas que tienen que ver con sexualidad en general. Y cuando se trata de la sexualidad de los adolescentes y jóvenes, la doble moral, este estigma, este tabú se multiplica por mil. Se mandan mensajes y mandatos que están totalmente fuera de la realidad. Se manda a los jóvenes desde las escuelas, las iglesias, los ministerios a que no tengan relaciones sexuales cuando ya están teniendo relaciones sexuales. Entonces esos mensajes no calan. Porque los chavalos experimentan, prueban, les gusta, entonces no encuentran dónde buscar información correcta, adecuada, que les permita ejercer ese derecho, porque es un derecho, con responsabilidad y a su debido tiempo.

Un joven no se atreve, por ejemplo, a ir a decirle a una consejera escolar o una maestra: ‘mire, estoy teniendo relaciones sexuales y no sé cómo hacer para prevenir un embarazo, para prevenir una enfermedad de transmisión sexual’, porque temen la posible respuesta de que no están en edad de hacer eso, no tienen permiso para hacer eso, (les dicen) sos un degenerado, eso es cochinada, eso está mal y entonces mejor no preguntan. Igual pasa si vas al centro de salud. Las enfermeras, los médicos incluso, tienen mucha desinformación de qué métodos anticonceptivos pueden usar los jóvenes… piensan (los trabajadores de salud) por ejemplo que un DIU (dispositivo anticonceptivo) no se le puede poner a una joven, que los implantes no funcionan, que las pastillas dan problemas; el mismo personal de salud tiene mucho tabú y mucho recelo para poder orientar adecuadamente a los jóvenes.

En ocasiones anteriores varias organizaciones que trabajan con jóvenes han dicho que se debería crear una política para la adolescencia del mismo modo en que existen normas y protocolos para atender a la primera infancia ¿cree usted que esto tendría un efecto para resolver el problema?

Ahí voy a diferir. Aquí tenemos un marco legal para mi gusto bastante avanzado y bastante completo, que aunque siempre es perfectible, yo no quisiera más políticas. Si cumpliéramos las que tenemos, estaríamos mejor. Lo que pasa es que no se cumplen, no hay monitoreo de la calidad de los servicios públicos que se ofrecen para nadie y tampoco para los adolescentes. La norma del Minsa en los servicios de salud te dice qué hacer, las directrices del Ministerio de Educación te dicen qué hacer en términos generales.

El problema es que no hay recursos ¿con qué tiempo un maestro que da clases en la mañana, vende ropa usada en la tarde, da clases en la noche y además tiene el cargo de consejero, se va a capacitar? Realmente es desproporcionado pedirles eso de acuerdo a los recursos humanos y la capacitación que tienen. Se necesitan más recursos, más presupuesto, más capacitación y personal que se encargue de monitorear lo que están haciendo. Pero mientras eso no sea establecido dentro de los programas institucionales del Estado yo veo que es poco lo que se va a poder incidir desde ahí.

¿A quién le corresponde ese liderazgo en el Estado?

Cada año de los 1.600 casos de niñas menores de 14 años que salen de los centros públicos de salud que han parido un niño ¿cuántos de esos se han hecho una denuncia como dice el Código de la Niñez y la Adolescencia? ¿Cuál sería la institución responsable de monitorear que eso se haga? No existe un liderazgo ¿Es el Ministerio de la Familia, es la Procuraduría de la Niñez, es el Ministerio de la Juventud, es el Ministerio de Salud o es el Ministerio de Educación? Tiene que haber una norma que establezca roles y responsabilidades estatales y la coordinación con organizaciones comunitarias que tienen una experiencia, pero no tienen el poder para que entre todos realmente podamos aportar de manera conjunta a ir bajando estos indicadores. Mientras no se declare que es un problema serio, que hay interés de resolverlo y que para eso tenemos que juntarnos y echarle la vaca, como se dice en buen nicaragüense, no vamos a resolverlo.

¿Cuál debería entonces ser la estrategia?

Yo creo mucho en la educación, en educar a los adultos para que vayamos educando a los niños de manera diferente y creo que hay que demandarle al Estado su responsabilidad. Movilizarnos para decirle a las instituciones del Estado que estén más involucradas en las rutas de este problema que tiene que ver con el Ministerio de Familia, el Ministerio de Juventud, Educación, Salud, para que cumplan su rol y que realmente estos datos que son relevantes sea una campanada y digan empecemos pues, hagamos algo.

Según los datos presentados durante el lanzamiento de la campaña “Lo que debe ser penoso”, Managua, Chinandega y el Caribe Sur son las zonas donde hay más casos ¿a qué se debe?
Managua y Chinandega tienen una explicación bastante lógica por la concentración de población que representan a nivel nacional y el Caribe, lamentablemente, siempre tiene los peores indicadores por la distancia y la falta de atención que tienen del Gobierno central para resolver esa problemática. No es un problema aislado de donde están las áreas más vulnerables del país.

 

Fuente: http://www.elnuevodiario.com.ni/nacionales/407587-embarazos-adolescentes-nunca-han-sido-declarados-p/

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El concepto de calidad de Fe y Alegría y sus sistema de mejora.Una mirada alternativa.

Por: Elizabeth Riveros Serrato.

En el año 2004 Fe y Alegría comienza a desarrollar un sistema de mejora de la calidad que permita a los centros educativos entrar en una dinámica de aprendizaje y mejora continua. El propósito del sistema es fomentar una cultura permanente de la mejora de la calidad educativa. De esta manera, Fe y Alegría busca contribuir desde su propia experiencia al mejoramiento de la calidad de los sistemas educativos públicos de los países de América Latina y el Caribe.

La calidad educativa es una noción compleja que puede asumir significados diversos, incluso contradictorios, según quien la defina. Parte de la complejidad depende de que se trata de un concepto multidimensional ya que los procesos educativos se desarrollan en múltiples niveles (sistema educativo, escuela, sala de clases, familias de las y los estudiantes, entre otros) y están afectados por una pluralidad de factores, algunos internos a las escuelas, otros externos. A eso se suma que la calidad educativa es una noción ideológica que descansa sobre un proyecto político y social, es decir, lo que se entiende como calidad se construye de acuerdo a la visión que cada sociedad tenga sobre su futuro y el de las personas que se quieren formar para hacer realidad esa visión. En este sentido, subyacen a la idea de calidad educativa sistemas de valores y aspectos éticos del ordenamiento social.

Fe y Alegría promueve el derecho a una educación de calidad para todos y todas, lo que significa reconocer que todas las personas necesitan y deben ser educadas para desarrollar sus potencialidades y participar plenamente de la sociedad. La educación es un derecho crucial debido a que posibilita el acceso a otros derechos básicos. En otras palabras, las consecuencias de la falta de educación, o de una educación de mala calidad, llevan a la exclusión social.

Al ser la educación un derecho fundamental para el desarrollo de las personas y su bienestar en la sociedad, Fe y Alegría entiende que ese derecho debe ser garantizado por el Estado. Fe y Alegría asume la opción de trabajar en y por la educación pública desde una comprensión de “lo público” como el lugar de todos y todas, accesible a todas y todos, desde donde se construye el bien común. Para Fe y Alegría la existencia de una educación pública de calidad propicia el desarrollo y fortalece la democracia.

Promover el derecho a una educación de calidad implica eliminar todas las barreras que limitan el acceso a la educación o a la continuidad de los estudios, sean las que discriminan a las personas o las que segmentan por grupo socioeconómico. Se trata de fomentar una educación pública inclusiva y equitativa: una comprensión de la calidad educativa inseparable de la equidad.

Fe y Alegría es consciente de que América Latina es una de las regiones más desiguales del mundo en su distribución de la riqueza y de que esta desigualdad económica se traslada al plano educativo. Pese a que en promedio el 95% de los niños y niñas de la región tiene acceso a la educación escolarizada, la calidad es muy deficiente. Más del 50% de la población estudiantil no alcanza las capacidades mínimas para la lectura ni para la resolución de problemas matemáticos [1].

Existen una serie de elementos que contribuyen a reproducir la desigualdad educativa [2]:

• acceso diferencial a distintos niveles educativos para las personas pobres y las que no lo son;

• tratamiento diferencial en las escuelas, que otorga más ventajas a estudiantes que proceden de hogares de mayores ingresos;

• segregación social en las escuelas, por la cual la mayor parte de las y los estudiantes aprende en la escuela a convivir y a relacionarse sólo con personas de un nivel socio-cultural semejante al suyo;

• diferencias importantes en los esfuerzos privados que realizan las familias para apoyar a sus hijos e hijas (en la transmisión directa de capital cultural);

• contenidos y procesos educativos que no se dirigen específicamente a tratar la desigualdad como problema de estudio. La superación de la desigualdad no se logra solo con la distribución de recursos materiales. Es imprescindible tener en cuenta aspectos socio-culturales, políticas y subjetividades, propias de cada persona. Se requiere ofrecer una educación entendida como medio de expansión de las capacidades individuales y colectivas. La propuesta pedagógica debe confiar en que todas las personas tienen capacidades; debe ser mediadora entre la realidad de cada sujeto y la comprensión que cada cual tenga de ella y debe ofrecer alternativas pertinentes que sean atractivas y despierten capacidades.

Educación de calidad, para Fe y Alegría, es la que:

Forma la integralidad de la persona potenciando el desarrollo pleno de todas sus dimensiones, la que valora su unicidad individual y su pertenencia sociocultural favoreciendo la apropiación y construcción personal y colectiva de conocimientos, actitudes y habilidades; es la que capacita para mejorar la calidad de vida personal y de la comunidad, comprometiendo a las personas en la construcción de una sociedad más justa y humana.

Se caracteriza por una práctica educativa y de promoción social entendidas como proceso concientizador, transformador, participativo, solidario, reflexivo, relevante, creativo, equitativo, eficiente y eficaz, elaborado desde y con las personas excluidas, que promueve un liderazgo grupal sin exclusión, donde cada uno tiene un lugar en el quehacer de la comunidad.

La Calidad implica la transformación de los sujetos, de la escuela y de las comunidades, para Fe y Alegría la calidad está directamente relacionada con la posibilidad que tiene la escuela de acercarse a la realidad del sujeto que quiere formar:

• Un sujeto crítico, empoderado, con capacidad de proposición y de compromiso con su realidad, con liderazgo, con capacidad para argumentar y construir.

• Una escuela abierta, sin modelos, no homogenizada, en búsqueda, que pasa de la actividad a la acción y da sentido desde el contexto.

• Una comunidad empoderada, que construye propuesta y tejido social, que reconoce la importancia de lo público y se compromete con él, que desarrolla proyecto para generar procesos de justicia y equidad.

Adoptando la definición de calidad educativa, los valores, los compromisos y los criterios expuestos, se construye el Sistema de Mejora de la Calidad de Fe y Alegría (SMCFyA) como una herramienta que organiza la escuela y que proporciona elementos para la mejora. Se desarrolla, por lo tanto, como un ciclo que se compone de cuatro fases que se explican a continuación:

La evaluación de los centros educativos

La evaluación se realiza con el propósito de diagnosticar, comprender, dialogar, aprender y mejorar la calidad de los procesos educativos. La evaluación no debe reducirse a un ejercicio de control sobre el evaluado que consiste en la comparación, la clasificación, la jerarquización, o incluso la discriminación. Por el contrario, la evaluación debe estar encaminada a la mejora de la práctica educativa y fundamentarse en el compromiso de todos y todas con el conocimiento y la reflexión. Solo si la evaluación genera comprensión y participación, es posible obtener mejoras educativas. Desde esta perspectiva, se trata de un reto pedagógico y ético, más que un mero hecho técnico.

Además, la evaluación debe estar orientada hacia la autonomía: la comunidad educativa debe tener una clara implicación y capacidad de autodeterminación de manera que pueda tomar decisiones y estas tengan un efecto positivo en el propio centro y, a largo plazo, en la eficacia del sistema educativo. La evaluación como proceso dialógico y sistémico debe generar impactos tanto en el pensamiento de las y los docentes, del estudiantado, de los equipos directivos y de la comunidad.

Todo ello reflejado en los impactos que se generan en los contextos, en las prácticas de intervención y en la cultura organizacional. Fe y Alegría opta por un enfoque de evaluación caracterizado principalmente por:

• ser multidimensional: toma en consideración los resultados, los procesos educativos, la estructura y los recursos del centro y el contexto;

• ser de carácter autoevaluativo: requiere la implicación de los sujetos evaluados (con un acompañamiento externo);

• estar encaminado hacia la mejora: utilizar la información arrojada por la evaluación para entender qué cambios son necesarios para mejorar;

• ser participativo: requiere el involucramiento de todos y todas en el análisis de esa información;

• ser democrático y transparente: es fundamental consensuar las interpretaciones y las prioridades;

• hacer del centro educativo el protagonista de la toma de decisiones: cada uno identifica las acciones y líneas de trabajo necesarias para la mejora;

• estar contextualizado;

• tener como objetivo ni jerarquizar, ni clasificar los centros educativos.

Desde un enfoque multidimensional e integral, la evaluación tiene como objeto:

Las dimensiones están estrictamente interrelacionadas y cada una arroja información para iluminar a las demás y dibujar un cuadro completo de la situación en el centro educativo. El contexto define, limita y orienta la intención con la cual un centro educativo trabaja. Se puede decir que un centro es de calidad cuando responde al contexto en que se encuentra, con sus intereses y necesidades, y desde allí desarrolla estrategias para transformar esa realidad.

La forma en que se utilizan los recursos influye en el hecho educativo. Los procesos educativos y su interacción son determinantes para la calidad educativa. Por eso, la evaluación de estos procesos es la que posteriormente orientará las posibles líneas de acción para la mejora de los centros.

Por último, los resultados se consideran como una de las dimensiones que debe generar un centro en la medida que las demás se articulan. En coherencia con el valor asignado a una educación integral, la evaluación mide los aprendizajes cognitivos de las y los estudiantes en matemáticas y lenguaje, y también sus actitudes y valores frente a sexualidad y cuidado del cuerpo, violencia, justicia y solidaridad. Para lograr la vivencia efectiva de esta fase y del sentido de la evaluación desde esta mirada de cultura de mejora, se hace necesario ir desarrollando y generando de manera consciente, las capacidades de: • Mirar-se, de hacer pares en el camino para reconocer y ver la práctica y las prácticas que los centros educativos realizan.

• Reconocer el contexto, dar sentido a la realidad que día a día vemos y conocemos, analizar y relacionar esas realidades con las posibilidades de aprendizaje y de formación del sujeto que queremos formar.

• Comprender y leer las diversas percepciones que hay en la escuela sobre las realidades y las prácticas que se desarrollan.

• Contrastar la práctica con otras realidades para revisarla y ajustarla.

La reflexión

A partir de la devolución de los resultados el centro educativo entra en un proceso de reflexión que sigue a lo largo de todo el ciclo de mejora. Para ello, organiza equipos de centro , con representación de todos los estamentos y actores de la comunidad educativa, que van a reflexionar y dialogar sobre los resultados encontrados.

Durante esta fase se busca que el centro educativo entienda las debilidades y fortalezas encontradas en la evaluación y proceda a identificar los problemas centrales . Una vez delimitados los problemas, los equipos los priorizan y definen las líneas de acción para intervenir sobre ellos. Todo esto implica desarrollar capacidades de:

• Diálogo y conversación, participación e interacción entre diferentes sujetos.

• Reconstruir y ajustar la práctica a partir de la reflexión.

• Problematizar, hacer preguntas, cuestionar la realidad y lo que se vive en la escuela. • Darse cuenta de lo que se es, lo que es la práctica. Se trata de un proceso que exige tiempo y muchas veces no está exento de dificultades, pero el esfuerzo se traduce en la adquisición de capacidades al interior de la comunidad educativa, conocimiento de la propia realidad, aprendizaje colectivo, construcción de consenso y apropiación de la estrategia de mejora, lo cual es fundamental para lograr una cultura de la mejora educativa.

La elaboración e implementación de planes de mejora

Una vez definidas las líneas de acción el centro, los equipos de trabajo entran en una fase de organización y planificación de las mismas, para desde ahí encaminar las acciones de manera priorizada, secuencial y gradual. Esta organización lleva a la elaboración del plan de mejora , proyectado a tres años, que expresa objetivos y resultados a perseguir.

El plan de mejora inicia su implementación con el acompañamiento de las y los Coordinadores Pedagógicos de Fe y Alegría, y con la participación de todos los miembros de la comunidad educativa. Durante la implementación, la escuela debe valorar periódicamente el avance del plan para introducir los ajustes que se necesiten. Todo esto supone que el centro educativo vaya fortaleciendo su capacidad para valorarse y transformarse, generando una nueva cultura educativa. La idea que subyace al plan de mejora es que la escuela debe estar abierta al cambio.

Desarrollar la capacidad de proyectar y dar sentido a la acciones, de vivir en un plan que mueve y articula a todos y todas. Generar una capacidad de reconocer el avance, el cómo se va acercando al sueño propuesto, capacidad para saber qué acciones nos han permitido acercarnos al sueño, cuáles nos han estancado. Capacidad para comprender que avanzar es mejorar y mejorar es crecer y es lograr.

La sistematización

Finalmente, cada centro educativo desarrolla una sistematización del proceso de evaluación y mejoramiento. Sistematizar consiste en hacer una interpretación crítica de una o varias experiencias, a partir de su ordenamiento y reconstrucción, para descubrir la lógica del proceso vivido y los factores que intervienen.

Su objetivo dentro del Sistema de Mejora de la Calidad de Fe y Alegría es prestar atención a los procesos de mejora y reconstruir su implementación (actores relevantes, factores que facilitan o dificultan, el contexto en el que se da, etc.) para aprender e ir dejando huella de la forma en que sucedieron los cambios. De esta manera, se construye conocimiento al interior del centro y se facilita el aprendizaje para experiencias futuras de mejoramiento en la misma escuela, así como en otras que estén en un contexto similar.

Esta fase, que se da desde el comienzo de la implementación del plan de mejora, exige un esfuerzo adicional para el centro educativo que debe planear la sistematización, generar+ espacios de reflexión y tiempos para que el equipo sistematizador pueda recoger y organizar la información obtenida.

El conocimiento desarrollado a través de la sistematización debe ser difundido de manera amplia y variada (medios virtuales, publicaciones o en espacios de socialización) para que toda la comunidad educativa y otras instituciones conozcan la experiencia de mejora del centro.

Para realizar este proceso es necesario desarrollar capacidades de:
• Narrar y comunicar, de saber contar a otros que es lo que hemos hecho, narrar la vida que se ha producido en la transformación de las prácticas.
• Construir conocimiento y aprendizajes de lo que se realiza.
• Capacidad de transformar y ajustar la práctica.

La mejora de la calidad implica la transformación de las prácticas que hemos identificado que queremos transformar y a la vez reflexionar las prácticas y acciones que vamos implementando para la transformar la práctica. Hemos propuesto por lo tanto un concepto de calidad histórico y contextualizado, que implica el desarrollo y generación de nuevas capacidades, nuevas organizaciones, nuevas miradas.

Un concepto de calidad que implica el construir una nueva Cultura escolar, en un ciclo de Calidad que permite la creación y la transformación. Concepto de calidad que implica cuestionar y problematizar permanentemente lo que se hace y vive, una calidad que hace de la escuela un espacio de construcción y de búsqueda permanente. Una cultura que nos hace ser Sujetos de la acción de transformación de cada uno, de la escuela y de las comunidades.

*Elizabeth Riveros Serrato, Coordinadora Ejecutiva del Programa de Calidad educativa de la Federación Internacional Fe y Alegría.

Notas

[1] Resultados de países latinoamericanos en la prueba PISA. OCDE (2004), Informe del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos, París.

[2] F. Reimers (1993); “Una innovación educativa para proporcionar educación básica con calidad y equidad”, en: Revista de Pedagogía, vol. XIV, pp 31-49

Referencias bibliográficas

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MARCHESI, A. y MARTÍN, E. (1998) Calidad de la enseñanza en tiempos de cambio. Madrid: Alianza.

MEJÍA, Marco Raúl, (2012): Pedagogías Críticas desde el Sur (Cartografías de la educación popular). Bogotá: Editorial Magisterio.

MORÍN, Edgar. (1999). Los siete saberes necesarios para la educación del futuro . París: UNESCO. Francia. Trad. M. Vallejos G. Universidad Pontificia Bolivariana. Medellín. Colombia. VII – 68 p. (En http://www.complejidad.org/27-7sabesp.pdf o http://www.unesco.cl/0709.htm).

RIVEROS, Elizabeth. (2009). El Sistema de Mejora de la calidad Fe y Alegría. Una mirada desde la Educación Popular. Bogotá: Ladiprint Editorial Ltda.

RIVEROS Nicolás (2014). Brief sobre el Sistema de Mejora de la Calidad, Bogotá.

SANTOS Guerra, M.A. (2002) Trampas en educación: Un discurso sobre la calidad . Madrid: Ediciones Morata.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/el-concepto-de-calidad-de-fe-y-alegria-y-su-sistema-de-mejora-una-mirada-alternativa/

Imagen: http://insurgenciamagisterial.com/wp-content/uploads/2016/10/pinterest.jpg

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Nicaragua: Mined realiza foro internacional sobre tecnologías en la educación.

La cita fue organizada para reflexionar sobre los avances de la enseñanza en Nicaragua y compartir experiencias con expertos de otros países.

Centro América/Nicaragua/18.10.2016/Autor y Fuente:http://www.lavozdelsandinismo.com/

El Ministerio de Educación (Mined) dio inicio este jueves en Managua el Primer Foro Internacional “Las tecnologías educativas y conectividad para más calidad”, dirigido tanto a estudiantes y profesores como a las madres y padres de los escolares.

La cita, que finalizará mañana viernes, fue organizada para reflexionar sobre los avances de la educación en el país y compartir experiencias a fin de incrementar la calidad de la enseñanza.

Asimismo, el foro buscó hacer una contribución al liderazgo y el desarrollo profesional de los docentes en el ámbito de las tecnologías educativas como elementos innovadores dentro de sus prácticas pedagógicas.

Según Salvador Vanegas, asesor presidencial en temas educativos, con esta cita el Mined promueve el aprendizaje creativo y la calidad en la educación.

Además, recordó que por orientaciones del Presidente de la República, Comandante Daniel Ortega, el ministerio desarrollo este año un proceso de reflexión con el objetivo de enriquecer los planes de enseñanza.

Como parte de ese empeño han surgido propuestas muy creativas e innovadoras, varias de las cuales incluyen el uso de las redes sociales, dijo.

Igualmente -agregó-, se han desarrollado congresos municipales, departamentales y nacionales con la presencia de especialistas de varios países que viajaron a Nicaragua para compartir sus experiencias.

Fuente: http://www.lavozdelsandinismo.com/nicaragua/2016-10-14/mined-realiza-foro-internacional-sobre-tecnologias-en-la-educacion/

Imagen: http://www.lavozdelsandinismo.com/wp-estaticos/2016/10/foro-tec-edu.jpg?809f8c

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Jóvenes excluidos de educación y trabajo

Por: José Roberto Osorio

Según el estudio “Exclusión educativa y laboral de la población de 15 a 24 años en Centroamérica”, (ERCA-Estado de la Nación, con auspicio de OIT), en 2015, Centroamérica tenía 45.4 millones de habitantes de los cuales 9.1 millones, cifra equivalente a una quinta parte, eran jóvenes. El 59 % de ellos estaba fuera del sistema educativo y dos millones (22.8 %) estaban simultáneamente fuera del sistema educativo y del mercado laboral.

Este grupo es importante numéricamente y porque se espera desempeñen funciones sociales, económicas y políticas estratégicas para sus países, aunque muchos ya se han incorporado tempranamente al mundo del trabajo, generalmente en forma precaria y es obvio que se integran de varias y con frecuencia limitadas formas a la dinámica social. Empero, sin formación, o con una de baja calidad, no tendrán las condiciones para contribuir positivamente al proceso de desarrollo de los países y la falta de trabajo decente les impediría disponer de recursos mínimos para crear familias y ser parte de un proceso de crecimiento de ellos mismos y de cada nación. CEPAL ha planteado que “una persona en edad laboral debe contar al menos con 12 años de escolaridad formal para reducir su riesgo de ser pobre”.

En la Región, Honduras tiene el mayor porcentaje de jóvenes de su población (2015), con el 22 %, siguiéndole Nicaragua con el 21 %. Guatemala y El Salvador exhiben una tasa del 20 %, Costa Rica el 18 % y Panamá el 17 %.

La cobertura educativa en la Región se habría incrementado. En 2013 la educación primaria acogía entre el 80 % y 95 % de los niños y niñas en edad de acudir a la escuela, tasa que disminuye a menos de la mitad en preescolar y secundaria en la mayor parte de los países. Un fuerte desafío de la institucionalidad y los propios civiles es lograr una inclusión temprana de los estudiantes y retenerlos en el sistema para que continúen en la secundaria.

En cuanto a inversión pública en educación por persona, en 2013, Costa Rica casi sextuplicaba, por ejemplo, la de El Salvador y Honduras; decuplicaba la de Nicaragua, siendo casi el doble de la que se registró en Panamá.

También en 2013, la PEA de la Región fue de 20 millones de personas y la tasa de desempleo del 5.5 %. El problema mayor no es el desempleo sino la “precariedad de las condiciones de trabajo, y en ambas situaciones la población joven es la más afectada”. Los jóvenes tienen fuertes limitantes para incorporarse al mundo del trabajo y la tasa de desempleo en este grupo social duplica o triplica los promedios de cada país.

La clasificación elaborada en el estudio mencionado va desde la exclusión total que es la de aquellos jóvenes que no estudian ni trabajan (en este contexto se denominarán NENT, debido a las tergiversaciones del muy difundido vocablo “ninis”, grupo que en ocasiones se ha llegado a interpretar como una amenaza a la convivencia democrática, en tanto no creen en nada y se oponen a todo), hasta la inclusión en que se encontrarían los jóvenes que se dedican solamente a estudiar.

Combinaciones intermedias son “solo trabaja” y “estudia y trabaja”.

Suponiendo que los jóvenes que solo estudian (inclusión), asisten a un grado acorde a su edad y reciben una educación de buena calidad, tendrían mayores y mejores oportunidades de inserción en el mercado laboral.

En general los jóvenes trabajan en empleos peligrosos, mal remunerados y precarios.

Este panorama, complicado y difícil, impone tareas urgentes y prioritarias a los gobiernos, en particular a los tomadores de decisiones, gestores y gerentes públicos.

Fuente: http://www.laprensagrafica.com/2016/10/07/jovenes-excluidos-de-educacion-y-trabajo

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