La Habana, 3 may (PL) Cuba ratificó su apoyo a las causas de Palestina y Puerto Rico, e instó a más de mil activistas de 34 países a unir sus voces y luchar para que ambos pueblos logren sus aspiraciones de autodeterminación.
En sus palabras en el pleno del Encuentro Internacional de Solidaridad con Cuba y América Latina, que sesionó en el Palacio de las Convenciones de esta capital, la presidenta del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, Kenia Serrano, afirmó que las dos naciones contarán siempre con el respaldo de la isla.
Patentizamos nuestra solidaridad con Palestina, víctima de la ocupación israelí, y con Puerto Rico, dijo Serrano, quien aseveró que las dos naciones merecen ser totalmente libres y soberanas.
Asimismo, demandó la liberación del independentista Oscar López Rivera, preso político puertorriqueño que este año cumple 35 años de injusto encarcelamiento en Estados Unidos, sentenció.
Serrano convocó a los representantes de 209 agrupaciones gremiales, instituciones y movimientos sociales que participan en el encuentro a apoyar estas causas, al tiempo que celebró la unidad manifestada por ellos en el rechazo a lo que calificaron como una contraofensiva capitalista en Latinoamérica.
En este sentido, el cónclave acogió un panel de intelectuales y activistas de países como Argentina, Brasil, Venezuela y Honduras, quienes analizaron los casos de sus países, ejemplos de las ansias de poder de la derecha capitalista y sus políticas neoliberales.
De igual forma, incluyó una sesión testimonial de luchadores sociales y sindicalistas de todos los continentes, quienes manifestaron su apoyo y reconocimiento a Cuba, y su Revolución, ejemplo de justicia social para los pueblos del mundo, según afirmaron en reiteradas ocasiones.
Nicaragua conoce a Byron “El Gallito” Rojas porque es el décimo segundo campeón de boxeo. Pocos saben que estudia una carrera técnica en Muy Muy, en su natal Matagalpa, siendo uno de los 32,000 estudiantes inscritos en los 43 centros del Inatec.
Luego de bachillerarse en el instituto Silmur se decidió a estudiar un técnico en veterinaria en la Escuela Tecnológica Santiago Valdovinos. En pocos meses terminará los estudios, que duraron tres años.
En su casa tiene conejos, perros y gallinas. Dedica dos horas y media diarias a hacer tareas y reunirse con sus compañeros de clases, y tres horas a los entrenamientos de boxeo.
“Deseo más triunfos en ese deporte para poner en alto a Nicaragua, estoy consciente que debido al desgaste físico esa carrera no es duradera, por eso tendré la opción de ejercer mi carrera como técnico veterinario”, dijo Rojas, antes de recibir un homenaje en Carazo.
Cada vez son más los jóvenes que optan por estudiar una carrera técnica. Es el caso de Luis López, de Chinandega, sus padres deseaban que cursara medicina en la UNAN-León, pero él se inclinó por mecánica industrial en un centro técnico.
“Desde pequeño me encanta la mecánica porque tengo dos tíos que ejercen ese trabajo, y aunque diario andés con la ropa sucia, ganás buen billete”, confesó López.
Manuel López, hermano mayor de Luis, se graduó como ingeniero civil en la UNI y considera que las carreras técnicas tienen mucho valor para Nicaragua.
“Hay muchos profesionales que no consiguen trabajo, en cambio los técnicos siempre tienen mucha demanda laboral. El taller de mis tíos, donde ejerce mi hermano, siempre está lleno de clientes”, reflexionó.
Beneficios
Estoy consciente que debido al desgaste físico esa carrera no es duradera, por eso tendré la opción de ejercer mi carrera como técnico veterinario”. Byron “El Gallito” Rojas
A Macdani Vargas, habitante del anexo Vila Libertad, le faltan tres meses para culminar la carrera de mecánica automotriz en la Fundación Samuel, de Managua. “La carrera es de 19 meses, tengo una beca, un bono alimenticio y otro de transporte, tengo excelentes calificaciones, agradezco a Dios, y la dirección de la Fundación por esta oportunidad”, expresó Vargas.
Anualmente en la Fundación Samuel matriculan a 125 jóvenes que estudian técnico en mecánica automotriz, técnico en asistente administrativo, técnico en asistente administrativo contable y técnico aire acondicionado comercial. Reciben una beca, un bono alimenticio y otro para transporte, precisó la directora de la Fundación Samuel, Ghislene Ortega Espinoza.
“Estas carreras tienen mucha demanda, lo cual nos alegra. Los muchachos no solo tienen la opción de obtener una beca, sino que la fundación les gestiona un empleo con 120 empresas que colaboran con nosotros”, agregó Ortega Espinoza.
El año pasado en la Fundación Samuel se graduaron 113 jóvenes y el 95% obtuvo un empleo tras culminar las pasantías en las empresas.
Oportunidades
Carlos Iraheta, director de operaciones de la Fundación Fabretto, que ofrece carreras técnicas en varios municipios del país a jóvenes de escasos recursos, detalló que cada año entran 788 estudiantes en los centros ubicados en San José de Cusmapa, Las Sabanas, Somoto, Ocotal, Estelí, Managua y la Costa Caribe. Las más demandadas son agroindustria y agricultura.
43 Centros Técnicos tiene el Inatec a nivel nacional.
“Los muchachos aprenden a ser emprendedores con agronegocios. Las carreras técnicas son importantes para el desarrollo del país, por eso la demanda ha crecido”, precisó Iraheta. Los graduados reciben un certificado del Instituto Tecnológico Nacional (Inatec).
Las carreras técnicas de mayor demanda en el proyecto vocacional Aprendo y Emprendo, financiado con fondos de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), son refrigeración, electricidad, mecánica y fontanería.
“El esfuerzo más grande de los centros es alinear la oferta educativa con la demanda del sector privado para cerrar esa brecha y dar técnicos de mayor calidad que demanda el sector privado”, dijo Róger Pérez Marenco, técnico del proyecto vocacional Aprendo y Emprendo.
Según el funcionario, las carreras duran entre dos meses y tres años, y los jóvenes tienen la oportunidad de realizar pasantías y obtener un empleo gracias a alianzas con empresas del sector privado.
La Usaid apoya a la Fundación Samuel, Cepodi, Don Bosco, Roberto Clemente, Aprodese y Rey Juan Carlos I, entre otros.
Recientemente el Inatec dio a conocer que las carreras técnicas de dibujo arquitectónico, técnico agropecuario, técnico en programación, técnico en banca y finanzas, técnico en contabilidad, técnico en administración y técnico en mantenimiento industrial serán reconocidas por las universidades adscritas al Consejo Nacional de Universidades (CNU).
Este año el Inatec tiene programado la instalación de 40 nuevos centros tecnológicos en distintas partes del país, con lo cual se estaría llegando a 80 en total desde el programa de Educación Técnica en el Campo.
Recién llegué de Perú donde tuve oportunidad de mirar diversos tipos de filosofías educativas en acción. Algunas grotescas en el trato al niño, tanto que tuve que salir furioso del aula; otras tan vanguardistas2 que me invadió la envidia: ¡yo quiero eso para los niños de México! El viaje me dejó varias lecciones, pero una de ellas, no me suelta; aquí va.
En la escuela se aprenden muchas cosas que rebasan los contenidos curriculares, son aprendizajes relacionales, culturales, simbólicos. Las escuelas son mensajeras de ideas, valores institucionales y sociales, códigos, algunos conscientes y otros más inconscientes. Los expertos lo denominan el “curriculum oculto”.
¿Y qué les estamos diciendo a los niños en muchas escuelas en el mundo en pleno siglo XXI? Que las preguntas valiosas ya están hechas por otros, y que las suyas son irrelevantes; matamos su innata curiosidad. Que los problemas suelen tener una solución correcta, y no varias; rompemos con su pensamiento creativo. Que el arte de pensar es solamente para los adultos; aniquilamos el pensamiento crítico. Que todos aprendemos igual, y por tanto, quienes no lo hacen al mismo ritmo son más o menos listos que otros. Que las niñas no son buenas en matemáticas y que los niños no son buenos para la comunicación; marcamos preferencias y reforzamos estereotipos3. Que si vienes de una condición humilde no puedes soñar, aspirar, progresar; reforzamos la idea de origen como destino. Que los adultos pueden callar e interrumpir al niño, pues su voz importa poco.
Les decimos que sólo uno enseña, mientras los otros deben aprenderle, matando así el aprendizaje social o colaborativo. Que memorizar y repetir es un hábito necesario, mientras que pensar y expresarse no resulta conveniente; el adulto debe hablar y el niño escuchar. Que el error está prohibido, perdiendo la posibilidad de mirarlo como el inicio del aprendizaje. Que lo importante es ganar, quitando el valor de colaborar o de disfrutar la experiencia misma; generamos culturas individualistas. Que las oportunidades son de unos y que otros nunca las tendrán, por lo que hay que resignarse, renunciar al cambio. Que la ciencia es de los adultos, a lo mucho de los jóvenes de secundaria, nunca de los niños; ignoramos el estado natural del niño como científico, explorador del mundo a su alrededor. Les decimos que aprendemos saberes por materias separadas, contrario a nuestros proyectos de vida y de la estructura misma del cerebro que nos indica que todo está interconectado. Que deben vivir con prisa, pues hay que apresurar la infancia para ser adultitos. Que español y matemáticas son mucho más importante que la cultura, el arte, el autocuidado, el ejercicio, las emociones, el carácter. Que aprender sus intereses (de los niños) son irrelevantes o aburridos. Que la diversión siempre es fuera del aula; matando el gusto por aprender en el aula.
Les hemos dicho que van a la escuela para ser alguien en la vida, cuando ya son alguien en la vida. Que la autoridad siempre tiene la razón y claro, la autoridad les corresponde a los adultos. Ah, y que jugar es irrelevante, pues el juego es de los niños. Lo triste es que detrás de todos estos mensajes hay una visión pesimista sobre las potencialidades del niño.
Lo que aquí sostengo no es novedoso; no seré ni el primero ni el último en denunciarlo. El problema es que en pleno siglo XXI nos seguimos equivocando tanto con ellos. ¿Qué estamos haciendo? Los adultos hemos creado una adultocracia escolar torpe, acotada en conocimientos sobre ellos e indiferente a sus necesidades e intereses. En nuestros roles de padres y educadores a veces somos inconscientes, soberbios, ingenuos y crueles con los niños.
Los niños tienen una capacidad inquisitiva admirable, pero la vamos agotando conforme avanzan en la escuela. Desde Aristóteles ya se hablaba de esta sed de conocimiento connatural de los seres humanos; el asombro (thauma). Quizá como bien apunta Loris Malaguzzi, creador de la filosofía educativa Reggio Emilia: “mientras avanzamos en la escuela perdemos poesía por la vida” y en parte, la vamos perdiendo porque extinguimos sus intereses, su placer por aprender, sus inquietudes, limitamos sus lenguajes.
¿Y qué podemos hacer? Mucho. Aún hay mucho por hacer. A veces, el mejor consejo es no estorbar. Mirarlos es un buen comienzo, pues ellos – al igual que los adultos – buscan la mirada: ¡mira mamá, ya puedo! Entrarle junto con ellos en una actitud científica, como John Dewey nos invitaba, dispuesta a poner las ideas a prueba. Oírlos y mirarlos con el mismo asombro que ellos miran, incluso devolverles la mirada con el mismo gusto y ternura con que ellos nos miran. Cada que realizo grupos focales con niños de preescolar y primaria, siempre hay al menos uno que pide a gritos la atención y el afecto.
Torpemente queremos enseñar cuando ellos ya están aprendiendo, pues los niños sí que tienen innumerables estrategias para aprender. Desde bebés nacemos con un pensamiento hipotético agudo, como lo han planteado las investigaciones de Alison Gopnik de la Universidad de Berkeley4; degustamos, arrojamos y recogemos juguetes y comida para probar qué sucede, hasta que viene alguien a interrumpir el asombro con un regaño. Y con el tiempo crecemos y el habla nos permite compartir estas hipótesis, intereses, gustos y preguntas. Lo que sucede es que hay poco tiempo para que un adulto las escuche, pues hay prisa5 para que aprenda lo que nosotros queremos adoctrinar… ¡perdón, educar! Con demasiada frecuencia, los padres y maestros no los oímos con interés; lo que podemos hacer es eso, escuchar con genuino interés, con infinita atención. Algunas filosofías educativas como los Jardines Experimentales de Israel de Guideon Lewin o los nidos de Reggio Emilia, son ejemplos muy valiosos para reconocer la potencia de una pedagogía de la escucha. Toda la corriente del aprendizaje basado en el juego (Play Based Learning6), así como los modelos basados en proyectos (Project Based Learning), que hoy resuenan como novedosas7 son un buen ejemplo del respeto al niño.
Algunas de estas experiencias educativas ya están en México, sin embargo suelen encontrarse en escuelas con niños en condiciones aventajadas, y uno siempre pregunta: ¿qué hay del resto de los niños? Por lo pronto, como sociedad, lo más importante será cambiar de paradigma hacia una visión optimista del niño y de sus innumerables lenguajes para propiciarles, acercarles y proponerles situaciones de aprendizaje8.
Esta semana celebramos el día del niño, y le pregunto a quien esto lea (profesor, madre, padre, tías, abuelos) con sus actitudes y mensajes ¿qué le está diciendo a los niños que le rodean?
3 Una interesante reflexión sobre ello puede encontrarlo en el libro: “Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas (2013)”. Se plantea que ambos sexos nacen con el mismo potencial intelectual, pero son las circunstancias socioculturales las que marcan diferencias desde la niñez, las cuales se agudizan en la etapa adulta, en síntesis, se habla de una discriminación sexual.
En el sistema de educación público, actualmente 45 mil estudiantes están afectados por la falta de 300 docentes que el Ministerio de Educación (Meduca) no ha logrado nombrar.
A pesar de que hay una extensa lista de maestros y profesores desempleados y dispuestos a laborar, la burocracia de un sistema obsoleto de nombramiento y las pugnas internas entre las autoridades de Educación complican la crisis.
Para los gremios educativos, una de las causas del problema es la práctica ilegal de la «retención de vacantes», que luego se prestan para actos de corrupción y clientelismo político, que el Meduca tampoco ha sido capaz de frenar.
Los gremios anunciaron que mañana, martes 3 de mayo, remitirán nota formal a la ministra de Educación, Marcela Paredes de Vásquez, «para que se investigue a los funcionarios involucrados en esta retención de vacantes», adelantó Humberto Montero, del Magisterio Panameño Unido.
El viceministro Carlos Staff mencionó la semana pasada que ya se habían «girado instrucciones para agilizar los nombramientos» de las vacantes pendientes.
Pero el profesor Montero reveló ayer que «la propia ministra se mostró anonadada» por la cifra de vacantes que siguen sin poder llenarse.
«Ya no podemos esperar más; exigimos que se investigue… pueden ser los captadores de análisis, altos funcionarios en las regionales o los propios directores que están aguantando las vacantes», denunció Montero.
Queja de padres
No obstante, para Eleazar Gómez, secretario de la Confederación de Padres de Familia, el letargo en nombrar a los docentes que hacen falta se debe a acciones apadrinadas por las propias autoridades educativas.
«El Meduca ha creado unos resueltos (1165 y 1231) que complican la burocracia y extienden el periodo de nombramiento porque se impone una lista [de maestros] que debe aportar el Meduca, pero que tarda en llegar y no es precisa», reveló Gómez.
En este sentido, calificó de «inoperante» que haya una lista de 8,000 docentes, pero que no aparezcan con claridad sus números de contacto, dirección o la depuración de sus puntajes actuales.
«Que a estas alturas persista esta situación es una falta de respeto al sistema educativo, y sobre todo a los estudiantes, porque se está violando su derecho a la Educación», sentenció Gómez.
Por su parte, el dirigente gremial Jerry Méndez explicó que a muchos directores de planteles no les queda otra opción que aplicar paliativos que desgastan a sus docentes y no satisfacen las necesidades de los estudiantes.
«No podemos seguir con maestros atendiendo hasta dos grupos al mismo tiempo para tratar de llenar la carencia que debe resolver el Meduca», denunció el profesor Méndez.
Deudas
«Con los estudiantes: El presidente Juan Carlos Varela prometió que la educación sería “uno de los pilares” de su gestión, pero 45 mil estudiantes no tienen profesores. El secretario de la Confederación de Padres de Familia también denunció la falta de más 7,000 sillas en los centros escolares y la mala calidad del grano que distribuye el IMA. “Nuestros hijos tampoco están recibiendo la crema y las galletas nutritivas”, advirtió Eleazar Gómez.
Con los docentes: El Gobierno sigue sin pagar los incentivos adicionales que prometió a los profesores que se apuntaron para la jornada extendida. “Esto ha hecho que muchos ya se estén planteando volver a la jornada regular”, reveló el profesor Humberto Montero, quien señaló también el malestar porque ya no se dan computadoras y otros beneficios»
Candelario Jimón Alonzo llegó a Estados Unidos con el sueño de lograr más en la vida de lo que podría ser por los caminos llenos de baches en las tierras altas de su nativa Guatemala. Esta era su oportunidad: Podría terminar la secundaria en Estados Unidos y algún día convertirse en maestro.
Sin embargo, el chico de 16 años se la pasa solo casi todos los días en una casa deteriorada en Memphis, donde vive con su tío; sale ocasionalmente a jugar fútbol y a aprender lo que pueda de inglés con sus amigos.
Las autoridades educativas locales han impedido a Jimón asistir a la escuela desde que intentó inscribirse en enero.
Según abogados, se ha impedido a Jimón y a por lo menos otros 12 jóvenes inmigrantes que huyeron de la violencia en América Central estudiar en secundarias públicas en Memphis porque las autoridades afirman que esos adolescentes carecen de un documento oficial que avale su escolaridad o porque eran demasiado mayores como para graduarse a tiempo.
En lugar de inscribir a Jimón y a los otros menores en alguna escuela secundaria, un distrito escolar falto de efectivo los derivó a una escuela para adultos en el este de Memphis que ofrecía clases de inglés algunas horas a la semana.
Pero antes de que Jimón pudiera siquiera registrarse, el estado clausuró los programas de Desarrollo Educativo General (GED por sus siglas en inglés) y de inglés porque pocos estudiantes se graduaban, lo que en la práctica anuló las posibilidades del chico de acceder a una educación formal.
«La verdad es que yo quería estudiar matemáticas e inglés cuando llegara aquí», dijo Jimón, quien creció hablando español y la lengua indígena quiché. El adolescente, delgado y de voz suave, está en proceso se solicitar un permiso de permanencia permanente.
La portavoz escolar del condado Shelby, Natalia Powers, dijo que su amplio distrito tenía una política que ofrecía a los estudiantes de 16 años o más la opción de inscribirse en un programa GED, pero cuando éste fue cancelado los alumnos tenían disponible en un programa «similar» de una organización local sin fines de lucro.
Sin embargo, los abogados y defensores señalaron que se había negado a los menores la opción de asistir a una secundaria convencional y la organización sin ánimo de lucro de Memphis no enseñaba inglés.
Las escuelas en Estados Unidos continúan como unas de las pocas instituciones gubernamentales en las que se garantizan los servicios a los jóvenes inmigrantes, pero el gobierno federal ha otorgado pocos recursos o poca supervisión para vigilar que eso suceda, en parte porque esas escuelas se gestionan de manera local.
Desde el otoño de 2013, el gobierno federal ha colocado casi 104.000 menores que llegaron solos con tutores adultos en diversas comunidades en todo el país, donde se espera que asistan a la escuela mientras buscan que un tribunal de inmigración les otorgue un permiso de residencia.
Meses después, durante la dramática oleada de cruces irregulares en la frontera, los departamentos de Educación y Justicia emitieron recomendaciones conjuntas en las que se recordaba a los distritos escolares un fallo de 1982 de la Corte Suprema según el cual los estados no pueden negar a los niños la educación pública gratuita, al margen de su situación migratoria.
Los distritos en los que se detecte que han infringido la ley pueden verse obligados a modificar sus políticas de inscripción, pero el proceso no es sencillo. Para empezar, pocos niños migrantes comprenden sus derechos.
Los estudiantes y quienes los defienden pueden demandar a los distritos escolares o quejarse ante los departamentos de Educación o Justicia, pero las investigaciones acumulan tantos retrasos que pueden tardar años y suelen resultar en sanciones civiles, dijo Lisa Carmona, abogada de la organización sin ánimo de lucro Southern Poverty Law Center.
«Algunos estudiantes que vienen de otros países podrían estar muy retrasados, pero eso no permite al distrito escolar decir que nunca tendrán éxi6to, así que los ponen en su entorno menos exigente, para siempre», afirmó John Affeldt, abogado gerente de la organización pro derechos civiles sin ánimo de lucro Public Advocates, con sede en San Francisco.
Muchos distritos escolares se han esforzado para encontrar los recursos y el personal para satisfacer las necesidades educativas de esos estudiantes, que a menudo portan traumas emocionales, tienen huecos de instrucción y son mayores que otros alumnos que estudian en inglés.
Para determinar dónde ése no era el caso, AP analizó estadísticas federales para identificar zonas donde el número de niños inmigrantes era relativamente grande en comparación con el número de inscripciones en las escuelas públicas y en comparación con el número de alumnos que estudian formalmente inglés.
En Alabama, California, Florida, Louisiana, Maryland, Massachusetts, Mississippi, New Jersey, Nueva York, North Carolina, Ohio, Tennessee, Texas y South Carolina, trabajadores sociales y abogados dijeron a la AP que se había impedido a los inmigrantes en edad escolar inscribirse, se les había mantenido fuera de las aulas durante meses por elaborados requisitos burocráticos o se los había derivado a reformatorios y programas educativos para adultos.
Se desconoce la cifra total sobre asistencia de menores centroamericanos en las escuelas porque el gobierno no facilita estadísticas sobre condados que han recibido menos de 50 de ellos, lo que implica que no hay información disponible sobre unos 25.000 niños inmigrantes.
Portavoces de los departamentos de Educación y Justicia declinaron hacer comentarios sobre el alcance del problema, pero señalaron que las agencias se mantienen atentas para proteger los derechos civiles de los menores migrantes no acompañados.
Algunos distritos han adoptado medidas extraordinarias para acomodar a los alumnos, que a menudo llegan para encontrarse con sus parientes y a veces han abandonado su país para escapar de pandillas delictivas o la extrema pobreza.
Un distrito en una zona rural de Kansas modificó la ruta de un autobús escolar para garantizar que un grupo de adolescentes que llegaron solos al país asistiera a clases.
Una secundaria en San Francisco reescribió novelas dirigidas a adultos jóvenes para adaptarlas a un lenguaje de nivel básico y despertar el interés por la lectura de los recién llegados.
En marzo de 2015, las autoridades federales extendieron subvenciones por 14 millones de dólares a distritos escolares donde el gobierno había acomodado más de 50 menores que llegaron solos al país.
Sin embargo, esa cantidad equivale a menos de 175 dólares por menor inmigrante al que se radicó en esos condados desde octubre de 2013 y muchos distritos afirman que tienen que cubrir una enorme parte del costo.
En Miami-Dade, Florida, el cuarto distrito escolar más grande del país, las autoridades estiman que educar a cada estudiante nacido en el extranjero cuesta unos 2,700 dólares más cada año.
«Básicamente hemos tenido que ayudarnos entre nosotros porque no hemos recibido gran cosa en lo que a ayuda se refiere de los estados o los federales», dijo Gabriela Uro, directora del Consejo de Escuelas de Gran Ciudad, que representa a grandes distritos urbanos como el de Miami.
Los nuevos alumnos pueden tener un impacto especialmente grande en distritos más pequeños, como el condado de Nobles, en Minnesota, unas 250 millas al suroeste de Minneapolis. El distrito tiene 3.000 alumnos, y desde el otoño de 2013, el gobierno ha introducido al menos a 121 menores no acompañados en el sistema, lo que supone en torno al 3% del alumnado público actual, según datos federales.
El distrito contrató a dos nuevos maestros de inglés y personal de apoyo educativo especial en el último año para cubrir la demanda.
Todos los niños deben asistir a la escuela hasta al menos octavo grado o hasta que cumplan 16 años, de acuerdo con las leyes de enseñanza obligatoria en los 50 estados. En muchos estados, los estudiantes pueden inscribirse aunque sean mayores de 16.
Para los estudiantes que aprenden inglés, el lineamiento señala que los distritos escolares deben proveer en un periodo razonable servicios adecuados de asistencia lingüística para que los estudiantes puedan participar en igualdad de condiciones en el programa ordinario de enseñanza.
Desde enero de 2015, 22 distritos de Nueva York han cambiado sus políticas como resultado de una pesquisa en curso del fiscal general del estado sobre las acusaciones de que las autoridades escolares habían desviado a los alumnos a programas alternativos que no otorgaban títulos o les habían denegado el acceso.
Ni el Departamento de Educación ni el de Justicia precisaron cuántos de los aproximadamente 14.000 distritos escolares de la nación fueron investigados por incumplimientos similares.
«Continuamos comprometidos en trabajar con nuestros socios federales y organizaciones en comunidades para abordar cualquier problema que los niños que llegaron solos puedan enfrentar en relación con el sistema educativo», dijo la portavoz del Departamento de Educación Dorie Nolt.
A partir de su fusión con Random House, Penguin Clásicos, «inventor de los libros de bolsillo» ha desembarcado en nuestro idioma con más de veinte títulos y en 2017 publicará obras fundamentales de la literatura argentina; busca sumarse a otras colecciones accesibles y eruditas, como El Séptimo Círculo y Minotauro, que han educado y deleitado a millones de lectores locales durante décadas.
Una parte relativamente trascendente de los objetos que utilizamos hoy en nuestra vida cotidiana tiene su origen en las necesidades militares surgidas durante la Segunda Guerra Mundial, como las vendas adhesivas y los libros de bolsillo. Estos dos casos, en concreto, ilustran cómo pequeñas ideas aparecidas en los años 30 terminaron de perfeccionarse y de hacerse realidad gracias a lo que en términos militares se denomina «esfuerzo de guerra», es decir, acciones destinadas más a mantener alta la moral de las tropas que a ir directamente por la victoria en clave armamentística. El pocket book de la colección Penguin -el primero en su tipo- apareció en 1935 gracias al británico Allan Lane, y se vio favorecido por la contienda debido a que su impresión requería de un costo reducido en papel -racionado en su momento- por lo que la empresa fue elegida informalmente como la proveedora de libros para los soldados aliados. Así fue que Penguin terminó por imponerse en el gusto popular durante esos seis años de conflicto armado y una vez finalizada la guerra quedó posicionada en el mejor de los escenarios: no sólo por lo económico, sino también porque muchas editoriales le habían cedido patrióticamente los derechos de sus autores y obras más importantes para que éstas llegaran a manos de aquellos que luchaban en el frente. La posguerra confirmó la revolución de los libros de bolsillo y ubicaron al sello Penguin como el referente histórico del sector en el mundo anglohablante.
El desembarco en habla hispana
Su catálogo se edita en varios idiomas, pero hasta 2015 Penguin continuaba ajena al mercado de libros en español. El escenario se modificó cuando Random House se fusionó este gigante «de bolsillo». Fue así que hace un año se publicaron en España los primeros títulos de lo que se conoce como Penguin Classics, una de las colecciones de la editorial -que se inició en 1946 con una traducción en prosa de E. V. Rieu de La Odisea-que abarca desde clásicos de la Antigüedad hasta obras anteriores al siglo XX. En nuestro país, el sello desembarcó en las librerías en noviembre último, con ocho novelas canónicas de la literatura decimonónica: Drácula, Cumbres borrascosas, Crimen y castigo, Moby Dick, Otra vuelta de tuerca, Frankenstein, Rojo y negro y Madame Bovary. Para este primer semestre de 2016 se espera que publique un total de cuarenta títulos -están disponibles en versión papel y ebook- entre los que se cuentan La Ilíada, El Corán, Hamlet, La educación sentimental, Guerra y paz, La letra escarlata yMujercitas, además de una selección de clásicos españoles como el Poema del Mío Cid, El conde Lucanor, La vida es sueño, El Quijote y La celestina, entre otros.
Desde las oficinas locales de Penguin Random House, Mariana Vera, una de sus editoras, cuenta que la mayoría de los ejemplares editados en la Argentina incluyen introducciones a cargo de referentes literarios, cronologías y líneas de tiempo. «Pensando en el lector argentino, hicimos un trabajo de neutralización de las traducciones como para suavizar el español y hacer la lectura más amigable. Son modificaciones sutiles basadas sobre el reemplazo del vosotros y sus conjugaciones por el ustedes, además de la sustitución de ciertos términos en clave local.» Para 2017, la editorial tiene proyectada la publicación de cuatro clásicos de la literatura argentina que incluirán estudios introductorios de críticos especializados: El matadero y La cautiva,de Esteban Echeverría; Martín Fierro, de José Hernández; Facundo, de Domingo Faustino Sarmiento, y Una excursión a los indios ranqueles, de Lucio V. Mansilla.
Un clásico entre los clásicos: la edición de La bestia debe morir de El Séptimo Círculo.
La revolución de bolsillo
La importancia de Penguin en el panorama de la literatura universal se debe a que hasta 1935 sólo existían los libros de tapa dura, únicamente accesibles para determinadas clases socioeconómicas. La idea revolucionaria de Allan Lane, un joven británico vinculado con el negocio editorial, fue poner a disposición de todo el mundo sin distinción literatura de calidad mediante la comercialización de ejemplares tan baratos como un paquete de cigarrillos y que no sólo se vendieran en librerías, sino también en kioscos de revistas y estaciones de trenes. De ahí que el éxito de Penguin se cifró en convertir a un público que sólo tomaba prestados libros en las bibliotecas a uno que podía comprarlos sin hacer temblar su economía. El lanzamiento de los primeros títulos –Adiós a las armas, de Hemingway; un misterio de Agatha Christie y Ariel, de André Maurois, entre otros- fue un verdadero hit: sólo durante ese 1935 se vendieron alrededor de tres millones de ejemplares.
La revolución de los libros de bolsillo llegó acompañada de unas tapas tan simples como atractivas, tanto que hoy se han convertido en un ícono del diseño. Edward Young, un joven estudiante de 21 años, fue el responsable de la creación del clásico formato de tres franjas horizontales, dos de las cuales -los extremos- cambiaban de color según el tema de la colección: naranja para ficción, azul para biografía y verde para misterio. Young supo encontrar también en la ilustración de un pingüino el logotipo con el que se identifica a la editorial.
Reconocibles a la distancia, las portadas de Penguin mantuvieron este diseño hasta los años 60, cuando las nuevas tecnologías permitieron introducir ilustraciones, colores y fotografías a las cubiertas que, sin embargo, hasta hoy mantienen la maqueta básica de las tres franjas. Con el paso del tiempo, aquellas primeras tapas se convirtieron en un sello tan importante que cuando en 2015, la editorial cumplió 80 años se multiplicaron los objetos de merchandising inspirados en ese primer diseño. Hoy es posible encontrar toda clase de artículos con la impresión de los libros que, en definitiva, revela una supuesta cultura de su dueño: hay tazas, reposeras, termos, libretas tipo Moleskine, lápices, bolsos, llaveros, portadocumentos, toallas, juegos de mesa, gorras, baberos, paraguas y hasta enteritos para bebés.
Cuadros personalizados que imitan la tapa clásica de Penguin, una de las ofertas de merchandising para el 80° aniversario de la colección, en 2015.
Otras colecciones memorables
En la Argentina, el movimiento de los clásicos de bolsillo accesibles a todas las clases sociales tuvo célebres referentes locales. Aquí repasamos algunas de las colecciones que dejaron una huella indeleble en la educación literaria del ciudadano local.
El séptimo círculo. Entre las aventuras emprendidas por Borges y Bioy Casares, se cuenta la colección de novelas policiales inglesas que los escritores dirigieron desde 1945. Con referencia directa al lugar destinado a los violentos el infierno en La divina comedia, la primera entrega de la serie fue La bestia debe morir, de Nicholas Blake, traducida por Wilcock. Si bien la colección se editó hasta 1983 y llegó a sumar 366 títulos, la curaduría de Borges y Bioy se limitó a las primeras 120 obras.
Tor. Lejos de la sobriedad del Séptimo Círculo, esta editorial es conocida tanto por los más de doce mil títulos que publicó con tapas de tipo sensacionalista como por las dudosas prácticas comerciales de su alma máter, Juan Carlos Torrendell. Desde 1916, y a pesar de los numerosos juicios y escándalos que tuvieron que enfrentar, los libros de Tor no sólo democratizaron el consumo literario local, sino que fueron las piedras fundamentales en la construcción de sus bibliotecas. Hasta 1971, la editorial fue la mayor divulgadora de clásicos: desde las obras de Freud y de Marx hasta las novelas de aventuras de Salgari. Entre las diferentes colecciones de la editorial se destacan la de Misterio, la Sexton Blake, la Serie Amarilla de policiales, la Ultra de ciencia ficción y las Delly y Amapola de novela rosa.
Minotauro. En 1955, el legendario Francisco Porrúa fundó una de las principales editoriales de ciencia ficción en castellano, donde se publicaron por primera vez en español obras de autores fundamentales como Ray Bradbury, J. R. R. Tolkien, J. G. Ballard y Philip Dick, entre otros. Bajo distintos seudónimos, Porrúa se encargó de todas las traducciones y así amplió el universo de autores del género conocidos para el público hispano.
Clásicos Jackson. Cuarenta tomos antológicos que resumen lo más importante de la literatura universal, ésa era la misión de la rama argentina de la editorial estadounidense W.M. Jackson Inc. Cada libro contiene obras de referentes literarios de todos los tiempos como las obras de Aristóteles; las comedias y las tragedias de Shakespeare; los grandes escritores rusos; los poetas líricos castellanos; los escritores místicos; La divina comedia y la literatura epistolar, entre otros. Adolfo Bioy Casares colaboró en la edición de algunas de sus entregas.
Biblioteca de Babel. En 1977 se edita por primera vez esta colección de títulos dirigida y prologada por Borges, bajo el sello Siruela en España y Franco María Ricci en Italia. Con ilustraciones incluidas, entre las 33 obras que componen esta antología señera de la literatura fantástica aparecen Las muertes concéntricas, de Jack London;El crimen de Lord Arthur Saville, de Oscar Wilde; La puerta en el muro, de H.G. Wells;La isla de las voces, de R.L. Stevenson; El ojo de Apolo, de G. K.Chesterton; La estatua de sal, de Leopoldo Lugones; La casa de los deseos, de Rudyard Kipling y Los amigos de los amigos, de Henry James.
Biblioteca básica universal. Dicen que Boris Spicacow, fundador del Centro Editor de América Latina (CEAL), fue el curador de la biblioteca del argentino de clase media. Con la premisa de hacer llegar libros para todos, el CEAL se concentró en publicar obras de calidad a precios accesibles para que pudieran estar al alcance de todas las clases sociales. Entre sus más célebres colecciones se encuentra la Biblioteca Básica Universal, que desde 1968 se dedicó a publicar títulos clásicos del canon literario.
Si todas las mujeres tuvieran acceso a educación primaria se reduciría en un sexto el número de matrimonios infantiles y la mortalidad de este sector.
Se evitarían dos tercios de las muertes maternas y también podrían prevenirse siete millones de casos de VIH/SIDA en la próxima década si cada niño recibiera educación.
Cada año más de escolarización puede aumentar los ingresos de un individuo en un 10 por ciento. Si todos los niños disfrutaran de igualdad en el acceso a la educación, el ingreso per cápita podría aumentar.
Los beneficios económicos de la educación primaria universal superarían con creces el aumento en el gasto público necesario para lograrlo.
En México, mucho se ha avanzado. En el año 2000, sólo el 32.8 por ciento de los jóvenes entre 15 y 24 años iba a la escuela. En 2015, con una población mayor, el 44 por ciento de ellos acude a estudiar. Sí, estupendo. Pero aún nos falta el 66 por ciento en Educación Media Superior y Superior.
En el mundo, hay 57 millones de infantes que no acuden a la Primaria. 57 millones de vidas, de personas que difícilmente romperán el círculo de la pobreza. A ellos hay que añadir otros 69 millones que no van a Secundaria.
Es por ello que la UNESCO lanza una campaña para que, en todo el mundo, durante la última semana de abril, se forme conciencia acerca de la importancia de destinar financiamiento a la Educación para cerrar estas brechas.
La Semana de Acción Mundial por la Educación (SAME) es una semana de movilización ciudadana, fundamentalmente de niños, niñas y jóvenes, que pretende acercar las reivindicaciones de la Campaña a la sociedad en general y a los responsables políticos de cada país, y llamar su atención sobre la necesidad de hacer real el derecho a una educación básica de calidad.
México es un país que gasta en Educación el porcentaje recomendado. Pero no gasta del todo bien. La Reforma Constitucional de 2011, que establece la obligación del Estado de brindar Educación Media Superior a todo el que la solicite, requiere, obviamente, que el alumno haya terminado la Secundaria. Se estableció un artículo transitorio en esa Reforma, a fin de que para 2021 (diez años después de emitida), las autoridades mexicanas pudieran estar en condiciones de brindar un espacio a todos los jóvenes.
Sin embargo, no parece que esa expectativa vaya a poderse cumplir cabalmente.
Para ello es que sirven estas campañas, para acentuar la insistencia no sólo en destinar los recursos financieros necesarios, sino para gastarlos bien. Que no se desperdicien.
La Semana de Acción Mundial por la Educación es un momento en que las Organizaciones de Sociedad Civil, como SUMA POR LA EDUCACIÓN, pueden alzar la voz para formar conciencia en el Poder Legislativo y Ejecutivo, así como en los tres órdenes de Gobierno, para analizar y proponer el Gasto Educativo como vía de acceso a una mejor calidad de vida para nuestros jóvenes.
Los gobernantes saben que no alcanza para todo, deben tomar decisiones y priorizar. Sin embargo, no basta el monto. Se ha señalado el desperdicio, y en ocasiones el despilfarro, en algunas partidas. Eso también forma parte de la agenda de exigencias ciudadanas al hablar de destinar mayores fondos a la educación.
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