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República Dominicana: Barrick y EDUCA firman acuerdos de educación para centros públicos y privados

América Central/República Dominicana/21-06-2020/Autor(a) y Fuente: acento.com.do

Esta iniciativa busca innovar la calidad de la educación de centros públicos y privados.

Barrick Pueblo Viejo (PVDC) y Acción Empresarial por la Educación (EDUCA), suscribieron un acuerdo de colaboración interinstitucional dirigido a formular y ejecutar iniciativas de incidencia, innovación orientadas a mejorar la calidad de la educación de centros públicos y privados, con particular atención en los territorios de interés común.

Mediante este compromiso, ambas entidades se proponen unificar esfuerzos de colaboración para aplicar metodologías innovadoras en los centros apadrinados por la empresa, que aseguren que los estudiantes aprendan, siguiendo, claro está, los preceptos y reglamentos dispuestos por el Ministerio de Educación de la República Dominicana.

La alianza fue sellada entre la señora Juana Barceló, presidente de Barrick Pueblo Viejo, y el señor Samuel Conde, presidente de EDUCA, en un acto que resultó en sí mismo una innovación, dado que fue realizado de forma virtual a en el marco de la nueva normalidad que desenvuelve el país a raíz de la pandemia del Covid-19.

 Samuel A. Conde, presidente de Educa

Samuel A. Conde, presidente de Educa

Samuel A. Conde, presidente de Educa, tras imprimir su firma, reconoció que la educación dominicana vive un momento clave y decisivo para reorientarse definitivamente hacia la calidad de los aprendizajes.

Por su parte, la señora Juana Barceló, presidente de Barrick Pueblo Viejo, señaló que mejorar la calidad de la educación en las comunidades cercanas a sus operaciones representa uno de los objetivos estratégicos de la empresa en la búsqueda de contribuir con el desarrollo sostenible del país.

 Juana Barceló, presidente de Barrick Pueblo Viejo

Juana Barceló, presidente de Barrick Pueblo Viejo

Ambas instituciones, asimismo, se proponen realizar en forma conjunta estudios que faciliten la mejor comprensión de los aprendizajes, promover formación de docentes de todos los niveles de la educación dominicana

Fuente e Imagen: https://acento.com.do/editorial/lo-que-viene-despues-de-la-crisis-del-covid-19-8831489.html

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Una tarea ineludible: Proteger la libertad de expresión

Por: Miguel Guerrero  

El fallo del Tribunal Constitucional declarando la inconstitucionalidad de varios artículos de la Ley 6132 de noviembre de 1963 sobre Expresión y Difusión del Pensamiento, hace oportuna la discusión del tema de la responsabilidad de la prensa. El Tribunal eliminó el sistema que extiende sobre terceros las acciones de otro, lo cual, a mi juicio, no sólo tiene un efecto trascendente en el ejercicio periodístico, sino también en todo el ámbito de la práctica democrática y el respeto a los derechos ciudadanos.

¿Por qué  entonces es tan importante la fijación de los límites de esa responsabilidad, ahora que la decisión del TC libera en cierto modo a los medios de lo que se ha dado en llamar delitos de palabra o de prensa? ¿A quién le corresponde la fijación de esos medios? ¿Es una tarea del Gobierno, de las iglesias o de cualquier otro grupo de la sociedad organizada?

¿Obliga la fijación de esos  límites del accionar periodístico a permanecer al margen de las discusiones públicas, a renunciar a mantener una posición a favor de alguna corriente electoral, ahora que nos encontramos en un proceso considerado esencial para el futuro de las instituciones democráticas y la práctica partidista?¿Por qué es tan importante la fijación de esos límites?

A los medios no les ha parecido trascendente asumir esa tarea. La razón descansa en la presunción de que fijarse límites implica una renuncia a actuar con libertad y fijar posiciones independientes, rehuir de su condición de vigilia del respeto a las leyes y la Constitución y abandonar su responsabilidad de servir de garante del respeto al orden jurídico.

Nada más incierto. La fijación de esos límites fortalecerá el clima en que se desenvuelve la prensa y hará más difícil los esfuerzos por acallarla o someterla a la reproducción de verdades oficiales.

La fijación de límites para proteger la libertad de expresión

En muchos países, la ausencia o inobservancia de los límites que impone un ejercicio responsable de la libertad, hace que los ciudadanos se muestren dispuestos a renunciar a derechos con tal de preservar niveles aceptables de seguridad. En otra dimensión es lo que ocurrió en Estados Unidos, tras los atentados del 11 de septiembre y lo que luego se vio en Europa ante los efectos de inmigraciones masivas que han pulverizado valores tradicionales de esas sociedades y los logros políticos de la Unión, como la libre circulación, y la desaparición virtual de las fronteras. En Estados Unidos y Europa los ciudadanos han aceptado la pérdida de algunos derechos a cambio de una mayor seguridad y la preservación de tradiciones y valores.

La no fijación de esos límites por la propia prensa en nuestro país hará, como en efecto podría estar ocurriendo, que muchos ciudadanos terminen aceptando algunas restricciones a causa de lo que se lee en algunos medios digitales y en las redes y lo que ven y escuchan a diario en muchos programas de televisión y radio. La no fijación de esos límites ha creado paradigmas que atentan contra el buen y sano ejercicio del periodismo.

Muchos de ustedes pensarán que estoy proponiendo límites a la libertad o métodos virtuales de censura o autocensura. Todo lo contrario. Lo que trato de decir es que la no fijación de esos límites, cuya responsabilidad compete exclusivamente a la prensa, acabará por debilitarla y hacerla extremadamente vulnerable a la vocación autoritaria del poder político y los prejuicios de los llamados poderes fácticos.

¿Cómo abordar esa tarea? ¿Qué debe hacerse para establecer las débiles fronteras resultantes de ese esfuerzo sin que ello implique una restricción de la práctica del periodismo, sin desproteger, además, el marco del ejercicio de las demás libertades públicas? Mientras más se eluda el tema más difícil será la tarea. 

Otra amenaza: la concentración de medios

El problema que  hace difícil la fijación por la prensa nacional de los límites de su responsabilidad se debe en parte a la incomprensión de la importancia que ella tiene en la preservación del clima de libertad en que ha existido en las últimas décadas en el país. Radica en el éxito de las prácticas que hacen paradójicamente necesarias la responsabilidad de fijar esos límites.

A partir de algún momento, lo que se considera un buen ejercicio de periodismo comprometido con una “verdad” inexistente, ha radicado en desechar el buen uso de las palabras y hacer del ruido un modelo de ejercicio. Es lo que vemos en muchos exitosos programas de radio y televisión. Y como la altisonancia cala bien en muchas audiencias, con el tiempo esa modalidad del periodismo se ha hecho muy popular alcanzando los ratings más altos del espectro radial y televisivo. Ese nuevo modelo, al que han contribuido las redes, acabará por distorsionar el justo y correcto rol de una prensa responsable en todas olas facetas de la vida nacional, en los procesos electorales y, por ende, en la estabilidad social y el fortalecimiento de las instituciones democráticas, incluyendo la propia prensa.

Para terminar, permítaseme aclarar, que tanto como la irresponsabilidad de eludir la fijación de los límites de su propio ejercicio, existe otra gran amenaza para el futuro de la prensa y es la concentración de medios, que en los últimos años hemos visto crecer dentro de un proceso aparentemente carente de límites y que podría terminar en un peligroso monopolio de control de la información, tan peligroso en el gobierno como en manos privadas.

El monopolio de la información, provenga de donde provenga, hará añicos el papel de los medios en los procesos electorales.

Fuente: https://acento.com.do/2020/opinion/8822625-una-tarea-ineludible-proteger-la-libertad-de-expresion/

Imagen: https://pixabay.com/

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Cultura democrática

Por: Marisol Vicens Bello

 

La verdadera democracia no es aquella que se consagra en la Constitución por más derechos y deberes que la misma contemple sino la que verdaderamente se ejerce, ni radica exclusivamente en que se celebren elecciones para elegir las autoridades, sino que depende de muchos otros factores que la califican como buena o, la desnudan como mala.

La crisis sanitaria, económica y social que ha desatado el COVID-19 en muchos aspectos nos ha forzado a innovar y a soltar un poco las amarras de un acendrado e inútil hiper formalismo e impulsar finalmente el uso de firmas digitales, escolaridad mediante plataformas electrónicas, audiencias virtuales, asambleas no presenciales, procesos en línea.

Sin embargo en otros aspectos como la campaña política nos ha retrotraído  al  estado más primitivo, pues  más que nunca la oferta electoral está basada en el asistencialismo, y aunque se entiende que bajo las circunstancias actuales la población está muy  necesitada  y de alguna forma hay que contribuir a llevarle alivio, esto no justifica ni que las dádivas sustituyan las propuestas de reales soluciones a sus problemas, ni que importe más lo que da un candidato que lo que representa, ni mucho menos, que el gobierno permita que se confunda su rol con el de su candidato, haciéndose ausente en distintas situaciones para ceder el protagonismo a su postulado. 

Es lamentable que iniciativas democráticas tan importantes como la celebración de debates electorales que desde hace más de 20 años ANJE está impulsando, se sigan encontrando con los mismos obstáculos que hicieron abortar su primer intento formal de celebración de debate electoral en el año 2000, siendo uno de sus candidatos el varias veces presidente Joaquín Balaguer que a sus 94 años se postulaba por novena vez.

La nueva política, el relevo, la sangre nueva, son puras expresiones mercadológicas que carecen de sentido cuando los que supuestamente las encarnan siguen utilizando los mismos patrones de conducta y malas mañas que reflejan escasa cultura democrática y modernidad, como escudarse en viejas creencias para seguir rehuyendo el debate porque el que está arriba no se arriesga aunque se tenga mucho que proponer, o de preferir seguir vendiendo las mismas promesas gastadas de cada cuatro años que someterlas al escrutinio de un debate público, de utilizar los recursos del Estado en beneficio de  los candidatos oficiales, de denigrar la dignidad de la gente en un lastimero cambalache de dádivas por votos.

Pero no solo muchos de nuestros políticos y candidatos tienen bajos niveles de comportamiento democrático, sino que gran parte de nuestra sociedad también los tiene, y eso no tiene que ver con los niveles sociales, porque la carencia de cultura democrática y el acomodamiento con la cultura del “dado”, y de estar en buenas con el poder, está tanto en los más desposeídos que reciben funditas o empleos, como en los más poderosos que reciben jugosos contratos y otros beneficios. 

Por eso no sorprende que los partidos puedan seguir dándose el lujo de preferir el confort de recitar en solitario sus propuestas, pues entienden que pierden más si están arriba sometiéndolas al debate que, negándose a hacerlo, porque nunca han sentido un real costo por su negativa.

En medio de una campaña oportunista, mediática, y asistencialista, el mejor ejercicio que cada quien debería hacer es imaginarse a cada uno de los candidatos ejerciendo el rol de presidente en sus múltiples facetas, como ejercería su liderazgo de la Nación, como manejaría la economía, como actuaría dirigiendo los trabajos del Consejo Nacional de la Magistratura que próximamente deberá conocer de la elección de nuevos jueces del Tribunal Constitucional y del Tribunal Superior Electoral, cómo representaría el país en foros extranjeros, cómo administraría los recursos del Estado, como actuaría frente a la corrupción.  Ojalá que muchos hicieran este ejercicio, y los ayudara a realizar un debate interno en el que resulte ganancioso lo que su conciencia les diga sea mejor para el país, y no lo que su ambición les diga sea más conveniente para sus propios intereses.

Fuente: https://acento.com.do/2020/opinion/8825262-cultura-democratica/
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República Dominicana: Ministerio de Educación recontratará a más de 7 mil maestros y maestras para que impartan docencia en el año escolar 2020-2021

América Central/República Dominicana/07-06-2020/Autor(a) y Fuente: acento.com.do

El ministro de Educación, Antonio Peña Mirabal, anunció este miércoles la recontratación de 7 mil 337 maestros y maestras que fueron contratados para el año escolar 2019-2020 y esta vez continuarán su labor de enseñanza para el ciclo 2020-2021, lo que garantiza que la comunidad educativa tenga los docentes necesarios para la impartición de las clases.

Dichos educadores iniciarán su labor formativa cuando inicie el próximo año lectivo, situación que dependerá del curso que tome la pandemia del COVID-19 en el país.

La inversión dispuesta por el Ministerio de Educación para esos fines es de RD$150, 412,000 que serán desembolsados mensualmente para cubrir los honorarios de los miles de facilitadores que serán recontratados. Esos profesionales iniciaron sus servicios en septiembre de 2019 y el contrato concluye en el mes en curso.

El ministro de Educación informó este miércoles que contrató alrededor de 7,000 profesores y profesoras que aprobaron en el Concurso de Oposición Docente del pasado año, y fueron distribuidos en diferentes planteles escolares a nivel nacional que los requirieron para las labores del año escolar 2019-2020.

“Queremos asegurarnos de que no falten maestros en nuestras aulas, tanto para jornadas presenciales como las alternativas digitales que sean necesarias, por lo que esta noticia lleva tranquilidad a la comunidad educativa, en especial a esos docentes que desconocían su suerte en este tema”, precisó Peña Mirabal.

Dichos docentes continuarán sus labores en las regionales en las que fueron asignados: Barahona cuenta con 290; San Juan de la Maguana 106; Azua 924; San Cristóbal 409; San Pedro de Macorís 263; La Vega 500; San Francisco de Macorís 106; Santiago 285; Valverde Mao 191; Santo Domingo II 1,100 y Puerto Plata 400. Mientras, en Higüey 658; Monte Cristi 778; Nagua 222; Santo Domingo III 672; Cotuí 157; Monte Plata 110 y Bahoruco 166 maestros.

El titular del MINERD aclaró que estos maestros obtuvieron las mejores calificaciones en el Concurso de Oposición Docente de 2019 donde más de 50 mil fueron convocados.

Fuente e Imagen: https://acento.com.do/2020/actualidad/8825309-ministerio-de-educacion-recontratara-a-mas-de-7-mil-maestros-y-maestras-para-que-impartan-docencia-en-el-ano-escolar-2020-2021/

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República Dominicana: Talento venezolano puede ser útil para enfrentar la pandemia

Centro América/ República Dominicana/ 02.06.2020/ Fuente: www.elcaribe.com.do.

El 61% de los venezolanos residentes en el país cuenta con estudios superiores

La crisis económica causada por la pandemia que creó el nuevo coronavirus aumenta el desempleo de la población, y afecta con dureza a las comunidades migrantes. Pero, para recuperar la economía se necesita, sobre todo, del talento, la creatividad y los conocimientos de los trabajadores y las trabajadoras.

En República Dominicana, una parte de esos conocimientos y talentos se encuentra en la población migrante y particularmente entre la venezolana. De acuerdo con el estudio “Promoción de medios de vida para población venezolana en República Dominicana”, el 61 % de los venezolanos residentes en el país cuentan con estudios superiores, principalmente en economía, administración, ciencias de la salud; y pedagogía y educación.

En parte, por su formación académica, la mano de obra venezolana no compite, sino que complementa la nacional, según Carmen Moreno, directora de la Oficina de la OIT para América Central, Haití, Panamá y República Dominicana.

Mientras que la directora del Instituto Nacional de Migración, Florinda Rojas, destacó el potencial de ciertos trabajadores venezolanos para ayudar al país a hacer frente a la crisis causada por el covid-19.

“Este documento expone propuestas para la formulación de políticas públicas y/o programas que permitirían identificar a inmigrantes venezolanos calificados e incorporarlos en áreas o actividades en las cuales pudieran aportar sus habilidades y conocimientos para ayudarnos a responder adecuadamente a la crisis de salud que la COVID-19 ha creado”, dijo la funcionaria durante la presentación del informe en un encuentro virtual, donde se enfatizó la necesidad de que los migrantes se incorporen a la economía mediante el trabajo decente y el empleo digno.

Posibles aportes en salud y educación

De acuerdo con el estudio, la formación en ciencias de la salud y particularmente en enfermería podría ayudar a reducir el déficit de enfermeras y enfermeros que existe en el país, si se agilizan los procesos de regularización migratoria.

“República Dominicana tiene apenas 14 de los 23 profesionales de la salud (médicos, enfermeros y parteros) por cada 10,000 habitantes recomendados por la Organización Mundial de la Salud. Esto obedece no a un déficit de médicos sino de profesionales en enfermería. Por lo que se recomienda la creación de programa de flexibilización de procesos migratorios y facilidades en la reválida académica en la práctica de enfermería”, se indica en el estudio realizado por el Instituto Nacional de Migración (INM RD), la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Además, migrantes venezolanos bilingües, con formación en medicina o enfermería, podrían tener oportunidades de trabajo en el turismo de salud, que, de acuerdo con el documento, se encuentra en expansión. “Los empresarios entrevistados del sector turístico mostraron interés en contratar venezolanos, ya que valoran su formación académica y servicio al cliente, además les permite hacer frente a dos de sus principales retos en materia de gestión humana: la atracción de talento (ya que el personal calificado en su mayoría no es originario de los polos turísticos) y la rotación de personal. En lo relativo a la atracción de talento, los nacionales venezolanos han manifestado no tener inconvenientes en reubicarse cuando se trate de un empleo digno y considere regularización migratoria y además tienden a tener una rotación menor al promedio de mercado”, de acuerdo con el documento.

En el estudio también se destaca que el sistema educativo dominicano puede beneficiarse de profesionales que fortalecerían el trabajo de los docentes nacionales con prácticas innovadoras para fortalecer el aprendizaje de niños y niñas.

“En Venezuela la educación básica tiene prácticas no existentes en RD, tales como la participación permanente de especialistas en Educación Especial como soporte al docente”, se indica en el informe.

Dificultades para la regularización

Pero la regularización del estatus migratorio es un proceso difícil para la comunidad venezolana en la República Dominicana. El 77 % de los venezolanos encuestados para este estudio se encuentra en una situación migratoria irregular, y obtener residencia dominicana es complejo y costoso. Para solicitar visa de trabajo, los venezolanos deben viajar a su país e iniciar trámites en un consulado dominicano.

“Esto, en el caso de las personas que ya se encuentran en territorio dominicano, incrementa al costo del trámite, el costo del pasaje aéreo, penalidades por estadía tardía e incluso costos para acelerar trámites en Venezuela”, se informa en el reporte.

Además, la República Dominicana puede negar la visa al solicitante, e incluso si se obtiene visa, no hay garantías de que se permitirá el ingreso del migrante.

“No hay garantías de que aun con la visa de trabajo su ingreso al país sea permitido por las autoridades migratorias”, de acuerdo con el estudio.

Por otra parte, tanto la inseguridad que rodea al trámite como el costo de este, que ronda los US$1,221 por persona, desestimula a potenciales empleadores de pagar el proceso a los migrantes.
Tanto el estatus migratorio irregular como las dificultades para obtener documentos pone a la población venezolana en riesgo de sufrir abusos del empresariado.

“Se han documentado casos de empleadores que aprovechan la irregularidad migratoria de los trabajadores venezolanos para incumplir sus obligaciones patronales. Esto a pesar de que el Código de Trabajo Dominicano (Ley 16-92) garantiza la protección de todos los trabajadores en territorio nacional, independientemente de la existencia de un contrato, su nacionalidad o estatus migratorio”, según el estudio.

Por otra parte, aunque muchos venezolanos trabajan por cuenta propia, han mostrado poco interés en desarrollar emprendimientos formales porque “existe una percepción de alto riesgo al iniciar un negocio en República Dominicana sin un socio local, dado el desconocimiento del mercado, pocos contactos de negocios y limitaciones para acceder a financiamiento”, de acuerdo con el informe.

No obstante, el entorno social facilita la integración de los trabajadores venezolanos, ya que hay pocas manifestaciones de discriminación y xenofobia. Según el estudio, esto ocurre porque “las comunidades venezolana y dominicana comparten importantes lazos culturales, lo que ha permitido una fácil adaptación de ambas partes”.

El estudio se hizo a partir de una encuesta en la que se obtuvieron más de 900 respuestas de personas venezolanas o de origen venezolano. Además, se hicieron entrevistas a representantes del Ministerio del Trabajo (MT), el Instituto Nacional de Migración (INM), la Organización Internacional de las Migraciones y de la Fundación de la Comunidad Venezolana en República Dominicana (FUNCOVERD). También se consultaron 18 empresarios y ejecutivos de gestión humana.

Adicionalmente se hicieron grupos focales en Santo Domingo, Santiago y La Altagracia, en los que participación 62 profesionales venezolanos, se informa en el estudio.

Recomendaciones

Para facilitar la incorporación de la fuerza de trabajo venezolana a la economía nacional, en el estudio se sugiere:

  • Modificar el proceso de obtención de visa de trabajo, permitiendo cambio de estatus migratorio sin salir del país.
  • Crear portales informativos describiendo: a) proceso de regularización migratoria, b) revalidación académica, c) básicos de leyes laborales dominicanas.
  • Crear una base de datos de programas académicos en universidades venezolanas, de tal modo que se elimine la necesidad de legalización y apostilla de notas.
  • Revisar y mejorar los procesos de reválida académica.
  • Crear un programa especial que permita a los empleadores contratar trabajadores venezolanos por un período de tres meses sin necesidad de un visado de trabajo; finalizado este período el empleador tendrá la certeza de que el desempeño del trabajador justifica la inversión y permitiría la capitalización de los trabajadores para financiar y conseguir los documentos requeridos en Venezuela.

Fuente de la noticia: https://www.elcaribe.com.do/2020/06/01/talento-venezolano-puede-ser-util-para-enfrentar-la-pandemia/#

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Escuelas y universidades: ¿Abrirlas o mantenerlas cerradas?

Por:  Héctor Rodríguez Cruz 

 

La epidemia del COVID-19 se ha dejado sentir más profundamente en la vida cotidiana a nivel mundial, intensificando las perturbaciones y daños a la educación de más de 360 millones de estudiantes en todo el mundo, de acuerdo con las Naciones Unidas. Por su importancia e impacto, en todos los países del mundo el tema se ha convertido en un asunto de “seguridad nacional”.  ¡Aquí deberá suceder lo mismo!

La abrumadora preocupación está más que justificada porque las escuelas y universidades brindan una estructura y soporte para las familias, comunidades y economías enteras. ¡El efecto de cerrarlas durante días, semanas y meses podría tener repercusiones incalculables en los estudiantes, profesores, padres y las sociedades en general!

Sobre  la apertura de las escuelas y universidades del país, se tienen más preguntas que respuestas. Pero unas y otras gozan de igual  importancia porque impulsan la reflexión que deberá aportar pautas para tomar la mejor decisión, que no puede ser, como tampoco puede serlo en los demás sectores, producto de un decreto, una autorización presidencial o de una medida unilateral de las instituciones educativas. La responsabilidad de su apertura debe ser producto de la decisión concertada del gobierno, las autoridades educativas y todos los sectores del país. ¡Ni más ni menos!

Sin embargo, en este sentido no estamos partiendo de cero.  Resultan alentadores los esfuerzos logísticos y financieros que ha venido desarrollando el Ministerio de Educación desde el inicio de la pandemia. En el marco de su “Plan Nacional  Orientación Preventivo del COVID-19”, fueron distribuidos unos tres millones de brochures y otros materiales gráficos informativos en las 18 regionales y  los 122 distritos escolares del país. También hizo la transferencia de cerca de 380 millones de pesos a los centros educativos, colegios católicos, politécnicos y a las juntas de regionales y distritos escolares, para que dispusieran de los recursos necesarios en el plan preventivo.

Lo que sigue ahora de cara a la apertura resulta ser más complejo, amplio, delicado y costoso. Requerirá  duplicar, o más, los esfuerzos técnicos, logísticos y colaborativos y los recursos financieros. No se trata de una simple “apertura de las puertas”,  sino de la “reconstrucción” mancomunada de “la nueva normalidad” de la educación dominicana. Pongamos en “pause” las urgencias, prejuicios, intereses particulares y autoritarismos. ¡Constituyámonos en una “comunidad pensante y dialogante” para proteger la salud en las aulas y elaborar un  vigoroso plan resiliente para su apertura!

Para todo el país la apertura de las actividades educativas, tiene una dimensión comparable a la apertura de las  actividades económicas.  Se trata de la defensa del derecho a la salud en el aula de una población educativa de  más de 5 millones compuesta por estudiantes, profesores, investigadores, laboratoristas, bibliotecarios, personal administrativo, personal de limpieza, de apoyo al almuerzo escolar, animadores culturales y deportivos;  padres, madres, tutores y amigos de la escuela, así como grupos empresariales, religiosos y comunitarios comprometidos con una educación de calidad para todos los dominicanos. 

No se trata simplemente de volver al  segundo “dulce  hogar” con las manos en los bolsillos, sin planes ni proyectos de vida. De lo que se trata es de regresar con esperanza al templo de la sabiduría donde se  forman  los hombres y mujeres para construir una sociedad digna, justa, transparente, solidaria y democrática.  De lo que es   volver a aprender y vivir la “nueva realidad” de la educación dominicana,  pero sin miedo al contagio y a la muerte que trae el COVID-19. ¡Se trata de volver a las escuelas y universidades garantizando la salud en el aula de la mitad de la población  dominicana!

Por eso es esencial que las escuelas y universidades del país reabran sus puertas con todas las garantías para asegurar la salud en el aula y de que todas las autoridades educativas trabajen para hacerlo posible y que cada comunidad educativa, los sectores económico y social,  cada uno de sus miembros, se haga responsable de las medidas necesarias para una vuelta a las aulas con todas las garantías sanitarias, higiénicas, de salud y seguridad. ¡Aquellas escuelas y universidades que no estén en condiciones para garantizarlas, mejor será que permanezcan cerradas hasta puedan hacerlo!

La estrategia para la apertura de las escuelas y universidades deberá ser por etapas. Debe enfocarse en la metodología  de  una estrategia “progresiva y escalonada”.  El proceso debe cumplir con los criterios y requisitos de claridad, seguridad y certidumbre; y privilegiar siempre la salud y la vida. En algunas zonas y poblaciones  con alta letalidad y alto riesgo de contaminación se dificultará más la apertura. Así, la apertura de las escuelas y universidades de estas zonas sólo podrá realizarse cuando las condiciones sanitarias se lo permitan.  ¡Por eso, no todas podrán abrir al mismo tiempo!

La apertura puede realizarse siguiendo el paradigma del “semáforo actualizable de cuatro colores”: rojo, anaranjado, amarillo y verde. ¡El rojo representa las mayores restricciones y el verde la apertura de todas las actividades! El anaranjado permite realizar más actividades esenciales. Es moverse un poquito de la situación del rojo; las personas vulnerables podrán incorporarse a las actividades, pero con máximo cuidado. El semáforo amarillo implica una ampliación de las actividades sin restricción, podrán operar todas las actividades esenciales y no esenciales, pero con restricciones en espacios abiertos y cerrados.

Según este paradigma las escuelas y universidades en color rojo, es decir, de  zonas geográficas y poblaciones muy afectadas por el COVID-19, no podrán abrir.   Aquellas en color verde, situadas en zonas no afectadas y poco afectadas por el COVID-19, podrán abrir sin restricciones. Las situadas en las franjas anaranjadas y amarillas podrán abrir con restricciones y riesgos calculados. Todos los “colores” deben ir acompañados y administrados  por “protocolos y guías” para el cumplimiento de la medidas de prevención y control del COVID-19.

Las escuelas y las universidades del país no pueden detenerse durante el COVID-19, ya que constituyen una parte esencial de la recuperación en una crisis: aporta normalidad, un sentido de la rutina, conocimientos y habilidades necesarias para el desarrollo, la resiliencia en casos de especial vulnerabilidad social y económica y sirve de puente para salvar las distintas brechas sociales, económicas y educativas a las que se enfrenta parte de la población. ¡Pero el COVID-19 no puede dejarse  suelto, hay que prevenirlo y controlarlo!

Para evitar contagio y muertes en las aulas debido al COVID-19,  y facilitar su pronta apertura aboguemos por la estrategia de la  “apertura escalonada y progresiva” de las escuelas y universidades, siguiendo el paradigma del “semáforo actualizable de cuatro colores”.  Hasta ahora nos hemos centrado en la acción inmediata, en la atención de las “urgencias”, en la improvisación  y en el exceso de un optimismo  que da ánimos y reconforta en medio del desconcierto  pero, cuanto antes, hemos de dar paso a la “planificación”  y  la “preparación” de la “nueva realidad” de la educación dominicana. 

Es conveniente que el COVID-19  encuentre a las escuelas y universidades del país abiertas. ¡Pero sólo aquellas que llenen las condiciones para estar abiertas! Las que puedan garantizar y defender la salud y la vida de los más de 5 millones que componen la comunidad educativa nacional.  Las que no lo estén deberán ajustarse a un programa para adecuarse para la apertura. No nos dejemos contagiar  por  el espíritu conformista del “todo va a salir bien”. Hagámoslo posible. ¡Hagamoslo juntos!

Fuente:  https://acento.com.do/2020/opinion/8819100-escuelas-y-universidades-abrirlas-o-mantenerlas-cerradas/

Imagen: https://pixabay.com/photos/nurse-stethoscope-medicine-2141808/

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Después de la pandemia

Por: Miguel Guerrero

Antes de la situación en la que el mundo  se encuentra por el COVID-19, se escuchaban quejas sobre la situación económica del país, en el sentido de que estábamos en crisis. La percepción era evidencia de un pesimismo en ciertos sectores influyentes de nuestra vida económica, cuya valoración del quehacer nacional se basa muchas veces en la marcha de sus propios negocios. A mi modo de ver, no vivíamos una crisis económica, pues cada día se abrían nuevas operaciones industriales, el turismo estaba en auge y la actividad comercial a todas luces se expandía con la apertura de nuevos y gigantescos  centros comerciales.

Nuestro problema no era de esa índole ni el país estuvo nunca bajo amenaza de una recesión. La verdadera crisis era, y ahora lo será mucho más, de carácter social, con tasas de desigualdad preocupantes dentro de un proceso de concentración de recursos reducido a círculos de pequeñas élites económicas muy creativas con un control creciente de la riqueza nacional. Buena parte de los nuevos y florecientes negocios  de las últimas dos o tres décadas provienen de esos grupos, sin que se hayan generado cambios importantes en la estructura social, debido a los bajos salarios y a un sistema de seguridad social que no los promueve.

Será a partir de esta pandemia que tendremos la amenaza de una crisis económica verdadera, por lo que será necesario estimular el consumo y la inversión interna tanto pública como privada para evitarla, reduciendo los niveles angustiantes de pobreza y marginalidad. La continuidad de las políticas económicas adoptadas antes y durante la pandemia será esencial al mantenimiento de nuestra estabilidad económica y financiera.

Los cambios radicales en esos planes y políticas ahuyentarían la inversión y destruirían la indispensable confianza en la solidez de nuestro potencial que ha sido el sostén de nuestro crecimiento.

Fuente: https://acento.com.do/2020/opinion/8813088-despues-de-la-pandemia/

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