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Publicar sin perecer, en la Universidad

Por: Enrique Diez

Se ha hecho famoso en el ámbito universitario e investigador un dicho irónico y dramático a la vez: “publica o perece”.

Como ya describí en un artículo anterior en el Diario de la Educación, el actual sistema de evaluación impuesto al profesorado universitario está empujando a centrarse exclusivamente en la loca carrera por “publicar o perecer”, investigando para ello en temas “vendibles comercialmente”, determinados por índices como el JCR (Journal Citation Reports), que son los que contabilizan para la evaluación y promoción. Aunque el número y el índice de publicaciones no acredita ni el acierto en la investigación, ni la correlación con una mejor docencia.

Este modelo presiona a la comunidad investigadora para adaptar su trabajo hacia lo que se valora, marcado por el “duopolio” de Clarivate y Elsevier, multinacionales que controlan el negocio de los artículos científicos y determinan los criterios para su valoración. La presión de “publicar o perecer” ha generado una inflación de publicaciones inabarcable, que muy pocos leen, y que solo sirve para aumentar este hipertrofiado mercado autorreferencial. Lo cual obliga a un proceso continuo de competición por publicar en las revistas más citadas, naturalizando la competencia en vez de la cooperación. Se instala así una relación con el conocimiento instrumental, acelerada, hiperactiva, regida por el corto plazo. Lo que vale, lo que cuenta, lo que tiene valor (de mercado) es la acumulación, lo inmediatamente vendible y comercializable en el mercado, aparcando la ciencia de base y la investigación de fondo a largo plazo.

De tal forma que este “efecto ANECA”, el “publicar o perecer” para ser valorado y acreditado, está cambiando la dinámica de investigación y docencia en la Universidad, persuadiendo a la comunidad científica de que una parte, la valoración de una sola forma de generar conocimiento, es el todo, en donde la calidad depende del índice de impacto y lo que está fuera de este sistema “carece de valor” o “no cuenta”.

Por eso es urgente generar un sistema alternativo público de evaluación y acreditación del profesorado universitario, que suponga una valoración más justa de su producción científica y su labor docente, y que responda a un modelo de ciencia y docencia para el bien común.

Un Sistema Nacional Público de Evaluación de la Producción Científica en Abierto

El primer paso, como medida de urgencia, es poner en marcha un Sistema de Evaluación Público de la Producción Científica Española en Abierto. Un sistema que sustituya progresivamente los rankings por la valoración de la actividad científica según criterios acordados de buenas prácticas; que, más allá de la revisión por pares, se evalúe el impacto social de las investigaciones contando con el juicio de los sectores implicados en cada caso: administraciones públicas, agentes sociales o sociedad civil organizada; que los criterios de valoración combinen la trayectoria individual de los investigadores o investigadoras, con la participación en grupos o equipos de investigación, puesto que el conocimiento se genera colectivamente; etc., etc. Este es el primer paso de otro sistema posible de evaluación de la producción científica más justo, que responsa a un modelo de ciencia para el bien común.

El objetivo de esta alternativa es superar las métricas basadas en el factor de impacto de las citas en JCR y similares que miden el continente más que el contenido, ahorrar al Estado una ingente cantidad de dinero que pagamos a ese duopolio de empresas privadas que lo controlan y sentar las bases para que la academia acuerde un nuevo sistema de evaluación de la labor docente e investigadora del profesorado universitario que sea comprensivo, razonable, global, equitativo, coherente y justo.

Este sistema alternativo de ciencia abierta u Open Science supone seguir la propuesta de la Declaración de San Francisco sobre Evaluación de la Investigación (DORA) y apoyar la Declaración de Berlín sobre Acceso Abierto al Conocimiento en Ciencias y Humanidades, de manera que se priorice la evaluación de las publicaciones electrónicas de acceso abierto a efectos de carrera académica, a la vez que se mantienen estándares de rigor y práctica científica solvente, con mecanismos de control del contenido publicado transparente y riguroso (revisión por pares, tal como propone la Beall’s List of Predatory Publishers.

El “acceso abierto” supone su disponibilidad gratuita en la Internet pública, sin que implique ningún cargo ni tasa para poder publicar, para que cualquiera la pueda leer, descargar, copiar, distribuir, imprimir, con la posibilidad de buscar o enlazar todos los textos de estos artículos, recorrerlos para indexación exhaustiva, usarlos como datos para software, sin barreras financieras, legales o técnicas, distintas de la fundamental de tener acceso a la propia internet. La única limitación a la reproducción y distribución de los textos publicados no puede ser otra que dar a los autores y autoras control sobre la integridad de su trabajo y el derecho a ser apropiadamente acreditados-as y citadas-os.

Los repositorios de acceso abierto, administrados por universidades u organizaciones de investigación, son una valiosa infraestructura que podrían apoyar la transición a un sistema de evaluación y comunicación académica más colaborativa y eficiente. Por ejemplo, Open Scholar ha coordinado un consorcio para desarrollar un módulo de Revisión Abierta (OPRM) para repositorios institucionales. Iniciativas como Redalyc, SciELO, Latindex o Dialnet han intentado ir más allá del modelo descrito, buscando corregir sesgos de cobertura regional, de idioma y de disciplina, fomentar el acceso abierto al contenido íntegro de las publicaciones, manejar un conjunto extenso y transparente de criterios científicos de inclusión de publicaciones en la base de datos; o acompañar el acceso a la base de datos, con algunas utilidades de análisis o generación de informes. Como comprobamos, por tanto, se puede hacer.

Además, el acceso abierto, mandato europeo en Horizonte 2020, no sólo es económicamente factible, sino que proporciona a quienes leen un poder extraordinario para encontrar y utilizar literatura relevante, y brinda a los autores y autoras y a sus trabajos dimensión nueva, con visibilidad, lectores y lectoras e impacto.

Ya se han presentado dos iniciativas parlamentarias en este sentido. Por lo tanto, si se quiere, y hay voluntad social y política para ello, se puede. Pongámonos en marcha para plasmarlo cuanto antes y dar un giro completo a esta locura del “publicar o perecer”.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/03/15/publicar-sin-perecer-en-la-universidad/

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Transitar los bosques a través de la literatura

Por: Carmelo Marcén

Apetece una lectura socioecológica de los bosques en su Día Internacional, pero de la mano de Thoreau y Daudet

Se acercaba el 21 de marzo, Día Internacional de los Bosques. A una profesora de mi instituto de Secundaria, harta de explicarlos mediante aspectos morfológicos y clasificaciones espaciales, se le ocurrió celebrarlo leyendo un par de libros. Quería acercar a sus chicos y chicas la idea de que los bosques son el resultado de los tiempos construidos en interacción entre las condiciones ambientales y la apropiación social. Buscaba que entendiesen los bosques en clave de sostenibilidad porque notaba que buena parte del alumnado mira este asunto y lo ve complejo; aprecia los contenidos ambientales como cerrados y estáticos, quizás porque en las clases de Conocimiento del medio y Ciencias naturales así se estudian. La maestra empleaba a veces la imaginación literaria para abrir los compartimientos estancos escolares. En ese momento, la literatura se convierte en un espacio abierto de reflexión participativa, crítica y motivadora, que nunca se llena.

La vida, en cierta manera, se asemeja a un bosque: cantidad de seres vivos en interacción constante entre ellos y con el medio físico. Han pasado más de 150 años, desde que dos autores nos dejaron descritos unos bosques singulares. Estaban desprovistos de la carga conceptual con la que tradicionalmente son vistos en la enseñanza tradicional. Tampoco mostraban el halo de peligro -cargados de gente mala, niños y doncellas atropellados y con una instructiva moraleja- que les dieron los cuentos infantiles que de ellos hablan, del estilo de Caperucita Roja o Pulgarcito, que Perrault o los hermanos Grimm lanzaron a la cultura occidental.

En 1854 Henry D. Thoreau publicaba Walden. La vida en los bosques, en donde exaltaba el valor de la naturaleza y la necesidad de salvarla de la explotación. Quería demostrar que la vida en ella está sometida a la libertad impuesta por la convivencia del escenario, ajena a los avatares de la sociedad que cuando el autor vivió se industrializaba. Recordaba en su libro que la naturaleza marca sus reglas, sus castigos y recompensas para que cada cual trace su camino. Nos proponía adentrarnos en los bosques si queremos vivir deliberadamente. Por ellos habremos de enfrentarnos solos a los hechos de la vida y ver si de estos se puede aprender al menos una parte mínima de lo que nos pueden enseñar. Advertía de que hay momentos en que toda la ansiedad y el esfuerzo acumulados personalmente se sosiegan en la infinita indolencia y reposo de la naturaleza, acaso escuchando la vida salvaje.

En sus bosques de cerca de Boston, Thoreau unía conocimiento y poesía, ciencia e imaginación, lo particular y lo global; mezclaba lo objetivo con lo maravilloso, allí encontró armonía en la diversidad como le ocurrió a Humboldt en las selvas amazónicas. Además, el americano nos dejó en su vida frases memorables que traían pensamientos profundos, de plena actualidad para el debate social. Ahí va uno en forma de propuesta global: la vida ciudadana son millones de seres viviendo juntos en soledad, quizás porque no encuentran un planeta saludable donde instalar su casa. O cuando afirmaba que buscaba la totalidad del bosque, lleno de conexiones, correlaciones y detalles, apreciables en un conocimiento basado en la experiencia de los sentidos, al estilo de lo que proponía el filósofo John Locke. ¡Qué cosas para entonces! Han pasado años y años pero seguimos atascados en la noble tarea de apuntalar el mañana en clave de sostenibilidad, usando una parte de la paciencia natural, acaso escuchando en la vida y en la escuela los lenguajes no escritos como pueden ser los sonidos del bosque, o de los campos abiertos cobijados por el inmenso cielo.

Allá por 1873 se publicaba Wood’stown. Alphonse Daudet habla en este cuento fantástico de una ciudad hecha por los hombres en un espacio natural sorprendentemente bello a la orilla del río Rojo. Los hombres lo explanaron y construyeron su ciudad y su puerto con madera robada al bosque cercano, que tenía un poder regenerador inaudito, que solo pudieron detener provocando incendios. La ciudad de madera, Wood’stown, lucía un insolente esplendor. Un comienzo de verano, en represalia, el bosque-ciudad reverdeció y recuperó el espacio perdido, llevándose por delante todas las edificaciones. Ni rastro quedó de la ciudad, ni de techos, ni de muros.

Estos dos libros antiguos merecen un lugar en una biblioteca escolar. De su lectura puede partir un debate, imprescindible en un mundo acuciado por problemas ambientales, sobre la naturaleza y nuestro papel en ella, que resultaría aprovechable en varias materias y cursos; incluso valdría para hablar del pasado, presente y futuro.

Decía Niezstche que “aun el hombre más razonable tiene necesidad de volver a la naturaleza, es decir, a su relación natural ilógica con todas las cosas”. Hagamos de la naturaleza -muy antropizada, siempre compleja y sujeta a múltiples perspectivas- un eje permanente en nuestras clases. Podemos leer las crónicas de Humboldt sobre sus viajes por América para entender el papel de los bosques y ver cómo anticipaba en 1800 el cambio climático.

Reflexionemos sobre lo que dice mientras suena en nuestros oídos y escuchamos con deleite en nuestro pensamiento la apuesta de Wangari Maathai, la keniata Premio Nobel de la Paz 2004, de que: “La naturaleza une las culturas del mundo”. Por ahí puede ir el futuro compartido, que en cierta forma transita por los bosques de Thoreau y Daudet, como lo hacía el más reciente, pero ya antiguo, El hombre que plantaba árboles de Jean Giono, que debemos invitar a chicos y chicas a que lo lean; también lo tienen en imágenes en YouTube. La biblioteca escolar, real o virtual, es un escenario pleno de naturaleza y vida sostenible. Habrá que adentrarse en ella, en el bosque socioecológico todavía por descubrir.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/ecoescuela-abierta/2018/03/15/transitar-los-bosques-a-traves-de-la-literatura/

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5 tecnologías innovadoras para instituciones educativas

21-03-2018 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org

Por: Jimena Genetti

Tecnologías innovadoras para brindar soluciones concretas frente a los desafíos actuales y futuros que surgen en los planteles educativos. 

Uno de los principales ejes en la transformación educativa colombiana es el uso acertado de las nuevas tecnologías, para lo cual se hace necesario no sólo garantizar su implementación, sino identificar previamente cuáles son esos desarrollos que permiten hacer frente a los desafíos particulares en diversas áreas como el acceso, calidad, seguridad e inclusión.

Con el fin de brindar soluciones concretas frente a los desafíos actuales y futuros que surgen en los planteles educativos, Jimena Genetti, gerente de Soluciones de Axis Communications, presenta cinco tecnologías innovadoras que podrían ser implementadas:

1. Enseñanza a distancia con sensación presencial

La oferta de cursos 100% online o que combinan la modalidad presencial con la interacción vía web aumenta cada año. Market Research Future calcula que el mercado global de educación online, que es totalmente virtual, va a aumentar a una tasa de crecimiento anual del 24% entre 2017 y 2023. Si esta previsión se confirma, estamos hablando de casi 423 billones de dólares en movimiento para el 2023.

La generación de contenidos de calidad para esas plataformas es fundamental. Los videos necesitan tener audio superior, alta resolución y calidad broadcast para una reproducción nítida, fluida y con fidelidad de colores (en definitiva, es importante que el alumno acompañe una cirugía o la demostración de una técnica como si estuviera allí). A veces, el video necesita ser grabado en un laboratorio o en un ambiente diferente, entonces la cámara debe ser portátil para poder colocarla sobre cualquier mesa. Y los videos generados necesitan ser subidos a la plataforma de un modo simple, en el formato adecuado. Con el incremento de la enseñanza en línea, más y más cámaras como la AXIS V59 serán utilizadas para crear estas bibliotecas digitales.

2. Control de áreas restringidas

Con millones de personas circulando diariamente, parece imposible supervisar el flujo de personas en todos los edificios de una institución educativa. Pero un mayor control de ciertos espacios es muy válido: algunos de los equipos más caros están dentro de laboratorios. El estacionamiento muchas veces es de uso exclusivo para empleados. Las bibliotecas abiertas a visitantes externos, y otras solo para alumnos. Las áreas administrativas no deben recibir profesores. La sala de profesores no debe recibir alumnos.

Existen videoporteros del tamaño de un iPhone que pueden ser colocados en la entrada de cada uno de estos lugares, al lado o por encima de la manija. Basta con presionar el botón para que el responsable de la central de control abra la puerta. En la central, se visualiza a la persona y se abrirá o no. Para salas con circulación más intensa, el mismo videoportero AXIS A8105-E puede realizar el reconocimiento facial de los visitantes y abrir automáticamente, sin que nadie lo accione. En este caso, incluso se puede programar que solamente los alumnos de determinada clase, en el semestre actual, accedan al laboratorio. En el siguiente semestre, la lista se actualiza y los nuevos alumnos pasan a tener acceso, y ya no los anteriores.

3. Llamada por reconocimiento facial

El antiguo repaso de lista de alumnos para saber quién está presente en el aula se quedó en el pasado. Pero existen razones (académicas, administrativas y de seguridad) para registrar quién de hecho asistió a las clases presenciales. La respuesta tecnológica para esto es el reconocimiento facial para controlar la presencia del alumno.

Con una cámara colocada adecuadamente, es posible registrar en el sistema quién estuvo en el salón durante todo el semestre lectivo. Pero sabemos que algunas instituciones prefieren no grabar lo que ocurre en el aula. En este caso, la cámara se puede utilizar para generar gráficos en lugar de imágenes, listando en una pantalla a los alumnos presentes y ausentes y mostrando el nivel de ausentismo, pero sin mostrar o almacenar las imágenes de la sala. Esto permite incluso medir, de forma dinámica, el interés de los alumnos por determinado curso o profesor.

4. Seguridad perimetral

Tal vez el aspecto más determinante en la elección de los padres de un colegio para sus hijos sea la seguridad. No es suficiente con que la institución parezca segura. Las medidas de seguridad deben crear una reputación a largo plazo, basada en la prevención de riesgos y en la responsabilidad ante amenazas.

Una de las últimas tecnologías para la seguridad de perímetros es el uso de cámaras inteligentes instaladas en el muro que detectan la invasión de forma inmediata, incluso por la noche. En caso de invasión, la cámara del Axis Perimeter Defender conectará las luces, accionará el altavoz AXIS C3003-E y dirigirá la cámara PTZ al área de alerta. Las imágenes de video en tiempo real se envían al personal de seguridad en servicio y las cámaras pueden ser utilizadas para seguir al atacante en vivo. Esto refuerza el deber de que, dentro de los muros de la escuela, todos estén protegidos.

5.  Avisos anti-bullying

Imagine un sistema de sonido que permite hablar con los alumnos en las áreas interiores y exteriores, de forma remota, incluso si usted está hablando a través de un teléfono móvil. Los mensajes pueden ser por cuestiones de prácticas, como un aviso sobre cambio de horarios, o también de naturaleza educativa, para sensibilizar a los alumnos que están haciendo bullying.

Los datos de 2016 del Centro Nacional para Estadísticas Educativas, en Estados Unidos, muestran que más de uno de cada cinco estudiantes reportan haber sufrido bullying. Otro estudio, de 2010, muestra que sólo el 36% de los niños que fueron víctimas de este abuso llegaron a reportarlo. Es responsabilidad de las instituciones de enseñanza velar por el bienestar de sus alumnos y crear ambientes plurales y no opresores, tanto por las consecuencias psicológicas como por las académicas.

Existen estudios que señalan una relación entre las víctimas de bullying y un deterioro en el desempeño académico. Por otro lado, la sensación de seguridad influye positivamente en el rendimiento del alumno.

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/actualidad/articulos-informativos/5-tecnologias-innovadoras-para-instituciones-educativas

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La enseñanza de la filosofía: más allá del currículo, más cerca del aula

Por: José de la Cruz Garrido

En el reciente debate que ha suscitado la aparente “exclusión” de la filosofía de la educación media hay que precisar algunos puntos. Primero que nada, cabe destacar que el CNED realizó observaciones, las cuales buscan la “clarificación de la orientación [de la asignatura] desde un punto de vista disciplinar y la incorporación de habilidades de lecturas y análisis crítico de textos”. En resumen, exigen situar la asignatura dentro de un campo y ampliar las temáticas tratadas, incluyendo la ética y la metafísica.

Como precisa Carlos Ruz en su blog, “el CNED no tiene atribución alguna para eliminar asignaturas del currículo nacional, sino que están focalizadas en los siguientes puntos, consagrados en la Ley Nº 20.370 conocida como “Ley General de Educación” (LGE), y que vino a reemplazar la Ley Nº 18.962 llamada “Ley Orgánica Constitucional de la Enseñanza”. La polémica por tanto se centraría en la siguiente observación: el considerando Nº6 inciso a), se dice que “Si bien existe consenso en que las asignaturas de Filosofía y Ciencias Naturales son necesarias y aportan significativamente al desarrollo del pensamiento crítico, lógico y científico de los estudiantes, no existe acuerdo entre los consejeros acerca de la pertinencia de que formen parte de la Formación General Común para todos los estudiantes de III y IV medio”. Es importante aclarar que por formación General Común se comprende al núcleo de asignaturas que son obligatorias para todos estudiantes. A estas asignaturas se sumarían, en III y IV medio, las asignaturas de Formación General Complementaria (con obligación de la escuela de impartir, pero alguna flexibilidad para el estudiante para elegir) y las asignaturas electivas.

En mi opinión, el centro de la cuestión sin embargo no está en observaciones más, observaciones menos sobre la obligatoriedad o no de un curso, el detalle de su contenido y otras minucias. En rigor, la filosofía hace años que no se enseña en Chile como asignatura obligatoria (ni sus contenidos responden a sus preguntas fundamentales). Un esbozo de historia y algo de psicología es lo que ofrecen sus programas. Los temas de fondo son dos: ¿Es este paradigma de obligatoriedad curricular la idónea para responder la pregunta qué y cómo enseña filosofía en un proyecto educativo público? ¿No se pone, por lo mismo, a la filosofía, una disciplina esencialmente metodológica, de razonamiento y reflexión, en un orden que le es ajeno, esto es, como una parcela más entre otras de asignaturas?

Los temas de fondo son dos: ¿Es este paradigma de obligatoriedad curricular la idónea para responder la pregunta qué y cómo enseña filosofía en un proyecto educativo público? ¿No se pone, por lo mismo, a la filosofía, una disciplina esencialmente metodológica, de razonamiento y reflexión, en un orden que le es ajeno, esto es, como una parcela más entre otras de asignaturas?

El enfoque de derechos que se le ha querido dar en la esfera de la defensa pública de la enseñanza de la filosofía tampoco da respuesta a cómo enseñamos filosofía y cuál es su rol dentro de lo que se ha llamado la formación general. En definitiva, cuál es el rol del filósofo en el contexto de la educación escolar. Parece más bien una defensa corporativa con buenas intenciones, la que no comparto en el fondo, no obstante soy parte del “gremio”. Y es que, a mi juicio, lo anterior se debe principalmente a que el paradigma curricular impide abrirnos a comprender los cambios que se están produciendo en la oferta de plataformas para visualizar actividades y contenidos escolares. Videojuegos, animación, cine documental, plataformas web, repositorios en línea ya ofrecen contenidos de manera más económica y de mejor calidad que la grosera oferta de textos escolares, comprados o no por el Ministerio de Educación. La pregunta seguirá siendo cómo enseñamos y cómo logramos generar habilidades asociadas a los “contenidos” de la filosofía, que además son transversales y se entrecruzan con todas las disciplinas impartidas en la escuela. Dudo que detrás de Coursera (https://www.coursera.org/), Kahn Academy (https://www.khanacademy.org/), The Purdue Online Writing Lab (https://owl.english.purdue.edu/), MIT OpenCourseWare (https://ocw.mit.edu/index.htm), etc., estén expertos curriculares del tipo de los que están construyendo las bases observadas. La oferta educacional de estas plataformas surge de ejercicios flexibles y bottom up, y no de planificaciones rigidizantes top down del tipo que proponen el Mineduc y que se discuten el CNED. Y en eso radica su rotundo éxito.

Debemos reconocer que las  bases curriculares y los programas son instrumentos, y no fines, y cabe enfocarnos mejor en lo que más importa: la pregunta de cómo enseñamos dentro del aula (con todas las contingencias prácticas que enfrenta un docente en el siglo XXI), y así daremos luz a un debate más fructífero, que clarifique cuál es la contribución que puede dar la filosofía al desarrollo del pensamiento crítico del estudiante, y explicite cómo lograr su enseñanza de manera exitosa, en su relación con otras “materias”. Esto, más allá de la discusión circular sobre la obligatoriedad o no de una asignatura estanca, concebida en un contexto institucional rigidizante que debe ser cuestionado desde sus origenes. En efecto, a mi juicio parte importante de la discusión curricular hoy día debiera enfocarse en problematizar la idoneidad de la existencia de un currículum centralizado basado en la coacción. Y, de paso, hacer justicia con la idea platónica del carácter voluntario de abrirse a la formación y diálogo filosófico, no obstante está implícito en todo proceso educativo.

*Fuente: http://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2018/03/06/la-ensenanza-de-la-filosofia-mas-alla-del-curriculo-mas-cerca-del-aula/

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¿La educación virtual es una opción de formación? 4 beneficios de esta metodología

Por: Andrés Moncada

Flexibilidad en el tiempo, acceso a una extensa información y mayor interacción entre estudiantes son algunos de los provechos de esta nueva forma de aprendizaje. 

La educación virtual es una forma distinta de formación. No solo facilita el acceso para personas con dificultad para movilizarse, sino que, además, permite crear sus propios ritmos en base a su apretada agenda.

El portal ‘Universia’ explica algunas de las ventajas de estudiar de manera virtual (online).

Flexibilidad de tiempos. Educarte a distancia, a través de Internet, es una elección excelente para cursos, diplomados e incluso maestrías.  Ya que no debes ajustarte a un horario específico, puedes manejar tus tiempos con más libertad.

Ahorro de tiempo y dinero. Esta forma de estudio te permite evitar gastos en traslados, materiales impresos y otros imprevistos que se requieren al educarte presencialmente.

Información abierta. Las bibliotecas virtuales traen una ventaja muy grande a este sistema educativo. Te permiten acceder a los materiales que necesitas y trasladarlo a donde quieras a través de aparatos móviles (como tablets o celulares). Se recomienda perseverancia y decisión.

Mayor interacción en línea. Gracias al desarrollo de la tecnología, puedes utilizar las múltiples herramientas que existen en las aulas virtuales. Estos instrumentos pueden ser videoconferencias, foros y chats educativos, que aseguran un intercambio de información de calidad entre docentes y alumnos.

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/actualidad/articulos-informativos/la-educacion-virtual-es-una-opcion-de-formacion-4-beneficios-de-esta-metodologia

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La monotonía del discurso educativo

Por: Pedro Badía

La educación no es una receta contra el desempleo es, sobre todo, el proceso necesario e insustituible para formar ciudadanos y ciudadanas que se pregunten los porqués de la existencia.

El discurso se vuelve cada vez más uniforme y el esquema educativo más homogéneo y más simple. Agentes sociales, partidos políticos y asociaciones de distinta índole parecen cada vez más imbricadas en el discurso de moda: educación, empleo y mercado. Cualquier llamamiento a la necesidad que el futuro de la democracia tiene de las Humanidades y del término humanismo aplicado a la educación se entiende como un gesto de rebeldía trasnochada, cuando no de arrogancia y de falta de perspectiva de futuro.

Diferentes agencias que se dedican a los estudios sociales y económicos como la OCDE y expertos de entidades como la Comisaría de Educación de la Unión Europea (UE) señalan la importancia de la formación, el desarrollo de ciertas competencias para una mejor inserción en el mercado laboral y la mejora de los sistemas escolares, como los caminos más fiables para superar la crisis social y económica en la que viven inmersos más de 20 millones de desempleados en la UE, y que es especialmente virulenta con los y las jóvenes.

La crisis económica se presenta como una consecuencia de la falta de formación de la juventud y de las competencias necesarias para hacer que la economía sea más dinámica y competitiva y tenga más capacidad para hacer frente y superar las crisis. Según Pablo Gentili, secretario general de CLACSO: “Una bella pero muy mal contada historia que vuelve heroica la labor educativa y que acaba condenándola ante las aparentes evidencias de su ineficacia para responder a los retos del presente”.

La ecuación más educación igual a más y mejores empleos y a más ingresos debe tratarse con mucho cuidado y de manera muy reflexiva. La educación, si puede arrojar luz para un futuro mejor, es para mejorar la calidad del trabajo en un mercado laboral más solidario, vertebrado sobre la equidad y la cooperación, para conseguir una economía sostenible que no apunte al crecimiento como único fin y objetivo. Pero la educación no puede convertirse en un proceso para mantener la dramática economía de guerra en la que vive más de la mitad de las personas del mundo, incluidos varios millones de españoles.

La educación no es una receta contra el desempleo es, sobre todo, el proceso necesario e insustituible para formar ciudadanos y ciudadanas que se pregunten los porqués de la existencia. “Cada vez que desaparecen los porqués se produce un vacío que se llena de cosas malas. Una democracia entra en crisis cuando se deteriora el medio ambiente de los porqués”, Manuel Rivas.

Es una lástima que las autoridades europeas y españolas no afronten las injusticia del mercado de trabajo, la discriminación, la injusticia social que a diario se perpetran en el modelo económico que sufre la sociedad, y apoya la mayoría de los gobiernos de la Unión Europea, entre ellos el español.

Ese está produciendo un cambio drástico que será perjudicial para el futuro de las democracias. El discurso monótono del mercado y la intoxicación de la educación por términos y estrategias que proceden de la economía, hace que la finalidad, el objetivo y los contenidos tengan un sentido y no otro, dejando fuera a la comunidad educativa de decisiones tan importantes como la construcción del currículo, la utilidad de la evaluación o el papel de la institución escolar en la sociedad. Se educa para incrementar la renta y se progresa para incrementar los datos macroeconómicos.

En realidad nos empujan hacia un entorno centrado cada vez más en el crecimiento y el éxito, en el que la rentabilidad importa más que la imaginación y el gusto por la vida.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/12/11/la-monotonia-del-discurso-educativo/

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¿Dónde queda el derecho a la educación de los refugiados?

Autor: Carmen García

  • La educación es una herramienta indispensable para el desarrollo de cualquier persona y una de las principales prioridades de las comunidades de refugiados.

El movimiento y el tránsito de las personas han definido las sociedades antiguas y modernas. Estos movimientos y migraciones son el resultado de fenómenos sociales, políticos, económicos y culturales. En determinados momentos y circunstancias, enormes cantidades de personas, familias e incluso poblaciones, se trasladan voluntaria o involuntariamente a través de las fronteras territoriales.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos afirma que todo individuo tiene derecho a la educación, y esto comprende que sea gratuita y elemental. Además, garantiza el derecho de los padres y los tutores legales a elegir la educación de sus hijos conforme sus convicciones religiosas, morales o filosóficas. A pesar de esto, en muchas ocasiones esta declaración es tan sólo lo que su propio nombre indica y no pasa a ser un instrumento legal obligatorio.

Según ACNUR, el derecho a la educación de los refugiados se establece en el artículo 22 de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951; la resolución 64/ del Consejo de Derechos Humanos de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el derecho a la educación en situaciones de emergencia (Naciones Unidas, 2010), y en el proyecto de resolución del Consejo de Derechos Humanos sobre el derecho a la educación de los refugiados, los migrantes y los solicitantes de asilo (junio de 2011) (Naciones Unidas, 2010).

Cuando se trata de la infancia, la educación se vuelve mucho más relevante. Sin embargo, más de la mitad de niños, niñas y adolescentes refugiados del mundo se encuentran no escolarizados. Los grandes núcleos de este problema se concentra principalmente en siete países: Chad, la República Democrática del Congo, Etiopía, Kenia, Líbano, Pakistán y Turquía. Según ACNUR, son tres cuatro años los años de escolarización que pierden estos niños cuando huyen de sus casas. Tener derecho a la educación es tener más probabilidades de contribuir a hacer realidad las capacidades individuales, por un lado, y a aplicar las normas compartidas de respeto y justicia social, por el otro.

Menos del uno por ciento de los refugiados asisten a la universidad.

En el caso de los adultos, la situación es un tanto diferente. El acceso a la educación puede significar nuevas formas de subsistencia, pero además, están los jóvenes que tienen aspiraciones de índole profesional. Para buscar una solución a este problema, algunos Gobiernos han abierto programas de becas ofreciendo así una educación superior a jóvenes refugiados, como es el caso de Alemania con la Academia Albert Einsten. Desde 1992 brinda la posibilidad de que jóvenes refugiados asistan a las universidades.

Otro de los países que se ha unido a esta medida es Italia, que en el pasado mes de noviembre ha ofrecido una beca a un refugiado sursudanés, Emmanuel, y espera poder duplicar el número de becas que ofrece actualmente hasta al menos cien.

En la actualidad, más de la mitad de los refugiados y desplazados que hay en el mundo son niños y desde distintas asociaciones como ACNUR se trabaja para que puedan tener derecho a una educación en los campos de refugiados, pero todavía queda mucho trabajo que hacer.

En lo que se refiere a España, un informe realizado por Miguel Recio, director del IES Vega del Jarama (Madrid) ha llegado a la conclusión de que la principal dificultad está en la falta de inversión en la partida de igualdad de oportunidades para atender a este perfil del alumnado. Según este estudio, a pesar de la crisis económica del país, España es en la actualidad el mayor donante privado al ACNUR poniendo en marcha diferentes líneas de actuación y programas especializados que han contribuido a garantizar la protección del colectivo.

A nivel autonómico, destaca el País Vasco y Cataluña. En la primera, la Comisión de Ayuda al Refugiado inició una campaña de movilización ciudadana para reclamar los derechos de las personas refugiadas en la región. En la segunda, se organizó la Red Educativa de apoyo a las Personas Refugiadas que cuenta actualmente con 114 entes.

Asimismo, algunas universidades españolas pusieron en marcha distintas iniciativas para apoyar a personas refugiadas que quisieran empezar sus estudios en el país. Destaca el Plan de Acogida a Personas Refugiadas por la Universidad Complutense de Madrid o el esfuerzo de cooperación con los países árabes con orientación humanitaria impulsado por la Universitat de Barcelona.

Fuente del Artículo:

http://www.eleconomista.es/ecoaula/noticias/8791506/12/17/Donde-queda-el-derecho-a-la-educacion-de-los-refugiados.html

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