¿Dónde queda el derecho a la educación de los refugiados?

Autor: Carmen García

  • La educación es una herramienta indispensable para el desarrollo de cualquier persona y una de las principales prioridades de las comunidades de refugiados.

El movimiento y el tránsito de las personas han definido las sociedades antiguas y modernas. Estos movimientos y migraciones son el resultado de fenómenos sociales, políticos, económicos y culturales. En determinados momentos y circunstancias, enormes cantidades de personas, familias e incluso poblaciones, se trasladan voluntaria o involuntariamente a través de las fronteras territoriales.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos afirma que todo individuo tiene derecho a la educación, y esto comprende que sea gratuita y elemental. Además, garantiza el derecho de los padres y los tutores legales a elegir la educación de sus hijos conforme sus convicciones religiosas, morales o filosóficas. A pesar de esto, en muchas ocasiones esta declaración es tan sólo lo que su propio nombre indica y no pasa a ser un instrumento legal obligatorio.

Según ACNUR, el derecho a la educación de los refugiados se establece en el artículo 22 de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951; la resolución 64/ del Consejo de Derechos Humanos de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el derecho a la educación en situaciones de emergencia (Naciones Unidas, 2010), y en el proyecto de resolución del Consejo de Derechos Humanos sobre el derecho a la educación de los refugiados, los migrantes y los solicitantes de asilo (junio de 2011) (Naciones Unidas, 2010).

Cuando se trata de la infancia, la educación se vuelve mucho más relevante. Sin embargo, más de la mitad de niños, niñas y adolescentes refugiados del mundo se encuentran no escolarizados. Los grandes núcleos de este problema se concentra principalmente en siete países: Chad, la República Democrática del Congo, Etiopía, Kenia, Líbano, Pakistán y Turquía. Según ACNUR, son tres cuatro años los años de escolarización que pierden estos niños cuando huyen de sus casas. Tener derecho a la educación es tener más probabilidades de contribuir a hacer realidad las capacidades individuales, por un lado, y a aplicar las normas compartidas de respeto y justicia social, por el otro.

Menos del uno por ciento de los refugiados asisten a la universidad.

En el caso de los adultos, la situación es un tanto diferente. El acceso a la educación puede significar nuevas formas de subsistencia, pero además, están los jóvenes que tienen aspiraciones de índole profesional. Para buscar una solución a este problema, algunos Gobiernos han abierto programas de becas ofreciendo así una educación superior a jóvenes refugiados, como es el caso de Alemania con la Academia Albert Einsten. Desde 1992 brinda la posibilidad de que jóvenes refugiados asistan a las universidades.

Otro de los países que se ha unido a esta medida es Italia, que en el pasado mes de noviembre ha ofrecido una beca a un refugiado sursudanés, Emmanuel, y espera poder duplicar el número de becas que ofrece actualmente hasta al menos cien.

En la actualidad, más de la mitad de los refugiados y desplazados que hay en el mundo son niños y desde distintas asociaciones como ACNUR se trabaja para que puedan tener derecho a una educación en los campos de refugiados, pero todavía queda mucho trabajo que hacer.

En lo que se refiere a España, un informe realizado por Miguel Recio, director del IES Vega del Jarama (Madrid) ha llegado a la conclusión de que la principal dificultad está en la falta de inversión en la partida de igualdad de oportunidades para atender a este perfil del alumnado. Según este estudio, a pesar de la crisis económica del país, España es en la actualidad el mayor donante privado al ACNUR poniendo en marcha diferentes líneas de actuación y programas especializados que han contribuido a garantizar la protección del colectivo.

A nivel autonómico, destaca el País Vasco y Cataluña. En la primera, la Comisión de Ayuda al Refugiado inició una campaña de movilización ciudadana para reclamar los derechos de las personas refugiadas en la región. En la segunda, se organizó la Red Educativa de apoyo a las Personas Refugiadas que cuenta actualmente con 114 entes.

Asimismo, algunas universidades españolas pusieron en marcha distintas iniciativas para apoyar a personas refugiadas que quisieran empezar sus estudios en el país. Destaca el Plan de Acogida a Personas Refugiadas por la Universidad Complutense de Madrid o el esfuerzo de cooperación con los países árabes con orientación humanitaria impulsado por la Universitat de Barcelona.

Fuente del Artículo:

http://www.eleconomista.es/ecoaula/noticias/8791506/12/17/Donde-queda-el-derecho-a-la-educacion-de-los-refugiados.html

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Carmen García

Colaboradora de El Economista