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Universidades y Estado

México / 17 de diciembre de 2017 / Autor: Diego Valadés / Fuente: Reforma

El artículo 3o de la Constitución fue adicionado en 1980, otorgando a las universidades autónomas «la facultad y la responsabilidad de gobernarse a sí mismas». Significó la culminación de un largo y difícil proceso.

Los primeros planteamientos de autonomía universitaria los hizo el gobierno de Francisco I. Madero. José María Pino Suárez encargó un proyecto al abogado y poeta José I. Novelo. Las vicisitudes de ese gobierno malograron la propuesta. Luego, en plena revolución constitucionalista, distinguidos universitarios retomaron la idea. Entre ellos figuraron Erasmo Castellanos Quinto, Manuel Gamio, Genaro Fernández MacGregor y Julio Torri.

Al promulgarse la carta de Querétaro otros más se sumaron a la petición. En este segundo grupo estuvieron Antonio y Alfonso Caso, Luis Enrique Erro, Manuel Gómez Morin y Vicente Lombardo Toledano. Desde la propia Universidad Nacional el rector José Natividad Macías, uno de los autores del proyecto de la Constitución, exigió también ese derecho.

Durante la primera legislatura de la Constitución de Querétaro, Novelo, a la sazón senador, presentó una iniciativa que fue aprobada por el Senado, pero no prosperó entre los diputados. Las voces exigiendo la autonomía universitaria se multiplicaron y el gobernador de Michoacán, Pascual Ortiz Rubio, estableció la Universidad Autónoma del Estado de Michoacán, en octubre de 1917. Esto sucedió antes del célebre movimiento de Córdoba, en Argentina.

La primera Universidad autónoma del continente fue la nicolaíta, aunque por razones ajenas a la institución dejó de serlo en 1921. En síntesis, la lucha por la autonomía universitaria está asociada a la Revolución Mexicana. Pocos años después, en 1929, la Universidad Nacional protagonizó un intenso movimiento que culminó en su trasformación como institución autónoma.

A partir de entonces se vivieron altibajos en el proceso autonomista de las universidades mexicanas. La reforma constitucional de 1980 pareció una solución definitiva; empero la experiencia muestra que subsisten diversos problemas, en especial el de la financiación, que puede llegar a ser crítico.

En algunas instituciones autónomas el pasivo laboral genera una fuerte presión sobre sus exiguos recursos, y en todas hay restricciones al desarrollo de su planta académica. Los recursos fiscales disponibles siempre son inferiores a las necesidades sociales por satisfacer. Esto ocurre así en todas partes, aunque el caso mexicano presenta carencias inadmisibles porque la inversión destinada a la investigación sigue estancada.

En los 35 países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos el promedio de la inversión en investigación y desarrollo es del 2.6% del PIB. El primer lugar lo ocupa Israel, con el 4.3, y el penúltimo corresponde a México, que en 2010 destinó el .4% y en 2015 apenas alcanzó el .6%.

Está demostrado que la educación superior y la investigación son factores decisivos en el desarrollo. En muy buena medida la transformación de China y de India se ha basado en grandes inversiones destinadas a generar conocimiento, como desde largo tiempo atrás lo vienen haciendo Estados Unidos y Europa.

Llama la atención que entre nosotros todavía sea un tema secundario. Es de desear que los programas de gobierno que configuren los partidos en 2018 superen esa omisión.

El mayor volumen de la investigación en México se lleva a cabo en las instituciones públicas. No obstante, en varios estados las universidades tienen que hacer frente a carencias de personal, instalaciones y equipo, pues mes con mes se les regatean los recursos.

El Estado debe absorber los pasivos laborales que lastran a muchas universidades y les dificultan realizar
sus tareas. Además, las universidades autónomas necesitan recursos cuyo aumento sea progresivo y previsible, con objeto de programar un crecimiento sostenido de la educación y de la investigación. Es esencial la certidumbre de que el flujo presupuestario no dependa de decisiones coyunturales. La autonomía debe resguardar a las universidades de los vaivenes políticos.

El artículo 74 constitucional permite presupuestos plurianuales en materia de infraestructura; conviene adicionarlo para que también sean aplicables a la educación superior y a la investigación.

Fuente del Artículo:

Transcrito de la Edición Impresa del Diario Reforma correspondiente al día 5 de diciembre de 2017. Puede consultarse también un fragmento en:

http://www.reforma.com/aplicacioneslibre/preacceso/articulo/default.aspx?id=125063&urlredirect=http://www.reforma.com/aplicaciones/editoriales/editorial.aspx?id=125063

Fuente de la Imagen:

Lista de las mejores Universidades de México

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Un sesgo anacrónico en la paideia: educación sin filosofía en Esparta

España / 17 de diciembre de 2017 / Autor: Marcos Santos Gómez / Fuente: Paideia. Educación y Filosofía

Esparta, por mucho que hoy repugne a una concepción democrática del Estado, ejerció un inmenso atractivo en la Antigüedad como modelo de una paideia que por primera vez y de un modo sin paliativos, era obra directa del Estado. Es decir, organizó una suerte de educación pública, por primera vez en la historia, a la que los griegos de su tiempo veían con admiración pero que se trataba en realidad de una forma primitiva de educación, pues su fuente social e ideológica era el Estado racial, un tipo de agrupación política arcaica heredera directa de la nobleza de sangre y cuya rígido inmovilismo impedía el desarrollo de un nous filosófico independiente, como sí habría de propiciar sobre todo la democracia ateniense. Se daría, pues, de un modo diferente a la complejísima paideia del mundo ateniense que obedecería, ésta, a un profundo cambio social y político en relación con los modelos arcaicos de sociedad. Un sutil nuevo modo racional de abordar el mundo que habría de implicar los extremos de una singularización individualista y, por otro lado, el manejo y tratamiento de lo común, tanto el funcionamiento de la polis como el vínculo con la tradición que consiste antes en su reelaboración que en su aceptación pasiva. Así que el pensamiento y la individualización vendrían sobre todo en el Ática, aun cuando estos se produjeran de manera paralela a la necesidad o aspiración de una cierta regulación pública de la educación en la polis.

Por tanto, el caso de Esparta es, señala Jaeger, un fenómeno “pedagógico” y social aislado que no tendría que ver con el complejísimo y rico proceso de la llamada “ilustración” ateniense del siglo V a. C., en el momento de auge del movimiento sofístico. En cualquier caso, lo relevante del caso espartano es que responde, de algún modo, a algo profundo y arraigado, como una constante, que suele aparecer en la “naturaleza humana”, una suerte de viejo anhelo quizás o ideación que, en sus aspectos lúgubres pero también ventajosos, reaparece en la literatura, por ejemplo, todavía hoy (en la ciencia ficción muy a menudo). Estamos en un tiempo en que lo moral se fundía con lo político y el nomos, las leyes, respondían a lo que hoy tratamos como ámbitos diferenciados. Señalará Jaeger, más adelante en el libro, que esta diferenciación la acarrearía el cristianismo, con su creación de una “conciencia” individual vinculada a la culpabilidad personal. Sin embargo, lo propio de la ilustración ateniense frente a Esparta sería la escisión de nomos y physis, de la normatividad y la ley, por un lado, y la naturaleza, por otro. El pensamiento, de hecho, o lo que llamamos “racionalización”, se refleja en que produce una desnaturalización de distintos ámbitos culturales, desde la moral a la ley, como estamos señalando, a también todo lo que hemos denominado “cultura” o “conocimiento” o, también podíamos llamarlo, “saberes”, que se escinden y desnaturalizan y se tornan “artificiales”.

Esta desnaturalización opera, creo, en varios sentidos. Uno es como la vive el individuo que, paradójicamente, cuando es despojado de lo que es, de lo que inercial y ciegamente lo constituye, sabe que es individuo, emerge como tal. Es un movimiento en lo cultural por el que ello se separa y se vive como algo ajeno que puede propiciar y empieza en efecto a crear la sensación de algo ajeno, que se tiene y se añade a uno, o no, y cuya adquisición, en la Atenas de los sofistas, será precisamente la obra de una educación por primera vez especializada (“formal”, la llama Jaeger). De manera paradójica, aunque emerge como preocupación por lo público, la nueva razón y la nueva paideiaparticipan de una cierta disolución de la misma sociedad que trata de poner en relación y a la que responde. Estamos hablando de un considerable cambio en el modo de vida que vendrá relacionado con la democracia y, lo que es la tesis principal del libro de Jaeger, con la racionalización y la necesidad de crear y practicar una pedagogía consciente.

El educador “oficial”, desde la fuerza de la poesía que por primera vez es abiertamente educativa, es decir, destinada a crear un tipo de hombre-ciudadano desde su fuente en la comunidad, será Tirteo. Es decir, la poesía, con su fuerza irradiante, sella, imprime una imagen con una eficacia mayor que la del pathos personal, pues éste se modula y concentra en la lengua literaria que es capaz de conmover removiendo hondamente las emociones y trabajando con ellas. Aquí, el arte es sublimación y pedagogía.

Como hemos señalado, se da en Esparta una voluntad de crear un ciudadano, pero no hay ni puede haber el individuo del mundo democrático, que emerge como producto de la escisión de physis y nomos por la que el mundo humano y político puede ser pensado. Es decir, no hay filosofía, en esta pedagogía que, por tanto, no elige de manera consciente su modelo de “hombre” o su “ciudadano”, y sí se ajusta a un modelo de educación en que no opera el sentido crítico y que se limita a reproducir un cierto ideal. El modelo espartano fue una aparente, y por tanto falsa, democratización basada en la extrapolación a la comunidad del ideal aristocrático en que la areté se funda en una comunidad de sangre que no responde a su organización, interpretación y cuestionamiento radicales propios del ejercicio del nuevo logos. Ni siquiera, creo, tendríamos el intento de reelaborar este modelo estático que supuso la obra de Hesíodo para dar juego y “crear” una nueva clase social o su ideología. Estamos más cerca de Homero que lo estaba Hesíodo y su mundo campesino.

Sin embargo, este fenómeno pedagógico tan antiguo y primitivo, nos debe conducir hoy, creo, a formularnos algunos interrogantes muy actuales. Si tomamos el mero efecto de una pedagogía que se vale, en este caso de la poesía, para plasmar un modo de vida, quizás no estemos en el ámbito de la paideia, de la formación ilustrada que consideraremos al hablar de Atenas. ¿Es suficiente, preguntaríamos hoy, con “educar” para una ciudadanía sin que al mismo tiempo se re-elaboren los contenidos culturales de ese mundo en lo que constituye la tarea de creación de “individuos críticos” por excelencia? ¿Es posible educar para la democracia sin que al mismo tiempo se proporcionen los elementos para un cuestionamiento que, paradójicamente, convierte en conjetura aquello que nos cimenta ideológicamente? Da la impresión de que el pensamiento “ilustrado” de la Atenas del siglo V a. C. adviene con un elemento de negativización en su seno, con una suerte de velada amenaza nihilista o disolvente, como en efecto materializará la sofística. Quizás la posibilidad de impugnar aquello mismo que te constituye, en una suerte de suicidio intelectual, sea un requerimiento sine qua nom para que, todavía hoy, podamos hablar de democracia. Con ella, en efecto, surge la incomodidad y el peligro de pensar. Como otra cara de la moneda, tendríamos el monolitismo aristocrático de Esparta. También en el caso de la tradición filosófica presocrática jónica, no ya Atenas, había albergado una figura como Jenófanes, cuya labor formativa se basa precisamente en crear esta suerte de paradoja que implica el pensar la propia tradición, lo que es, repetimos, una desnaturalización de la misma, su alejamiento de la fundación en una comunidad de sangre.

En definitiva: ¿es aconsejable hoy una pedagogía que sirva a la encarnación de un ideal con el peligro de que se torne, en este sentido, ideológica o mera construcción cómplice de un modo de vida, por muy deseable que éste sea, sin que existan huecos o fisuras de razón que lo impugnen? Esparta nos retrotrae a la paradoja, brutalmente manifiesta en ella, de que la democratización en el sentido de funcionamiento homogéneo y bien protegido de fisuras de una comunidad, y que no implica una cierta desintegración individualista de la polis, no es democracia. Se precisa de la individualización que es a su vez causa y efecto de la racionalización, del movimiento “cultural” y subjetivador en que consiste pensar. Estaríamos de otro modo, pues, ante una cierta organización del heroísmo homérico, ya nada más. 

Obra de referencia:

Jaeger, W. (1990). Paideia: los ideales de la cultura griega. Madrid: FCE.

Fuente del Artículo:

https://educayfilosofa.blogspot.mx/2017/01/un-sesgo-anacronico-en-la-paideia.html

Fuente de la Imagen:

http://laeducacionespartana.blogspot.mx/

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Cinco consideraciones para una malla curricular nacional

Mauricio Mora Rodríguez

A propósito de la nueva idea del MEN de estructurar una malla curricular estándar.

Después de los DBA la nueva apuesta del MEN es una malla curricular nacional que se articule con los estándares y sea una orientación para los profesores  del país, aunque por ahora es un proyecto en formación sí me gustaría desde aquí proponer unas consideraciones a los académicos encargados de estructurar este nuevo proyecto tan importante para el desarrollo de nuestras instituciones educativas.

Una crítica constante que recibe el ministerio es no incluir a los docentes en el diseño de sus políticas y programas, en el mejor de los casos terminan siendo objetos de socialización de decisiones ya tomadas.

1. Que en su elaboración participen docentes

Una crítica constante que recibe el ministerio es no incluir a los docentes, protagonistas del proceso educativo, en el diseño de sus políticas y programas, en el mejor de los casos terminan siendo objetos de socialización de decisiones ya tomadas; en Colombia tenemos excelentes docentes, con experiencias pedagógicas exitosas y con deseos de aportar al mejoramiento de la calidad, ellos podrían asesorar al equipo académico de las universidades ofreciendo la perspectiva del que ejecuta la malla curricular todos los días en sus salón de clases.

2. Debe responder a las necesidades educativas del país

Cosa bien difícil en un país tan diverso, el nuevo currículo tiene que tratar de reducir el centralismo a sus justas proporciones, pero además responder al reto que propone la coyuntura del posconflicto y la conformación del nuevo país que llegará después de la firma de la paz, parece simple preguntarse qué clase de colombianos queremos formar para las décadas siguientes, a esto debe responder las nuevas mallas curriculares. Las experiencias exitosas de otros países pueden ayudar, pero deben ser contextualizadas para que no queden en un simple ‘copie y pegue’

3. Debe conciliar la independencia y la necesidad de unidad

Para el ministerio es necesario que los colegios del país tengan un recorrido temático similar, desde la promulgación de los estándares es evidente esa intención, pero también es importante que los diseñadores de las mallas recuerden que la ley les da libertad a los colegios para diseñar sus propios currículos atendiendo a las particularidades que cada uno presenta, esta nueva propuesta debe conciliar estas dos contrapartes.

4. Debe estructurarse para una educación integral y no simplemente para mejorar las pruebas SABER

Lo que será muy difícil mientras sigan midiendo la calidad de los colegios mediante pruebas estandarizadas, ojalá el nuevo currículo no se limite a la necesidad de subir los ISCE ni por preocuparse para entrar en la OCDE, sino que busque una formación integral, más viva y representantiva.

5. Más diálogo con los maestros y menos exposición mediática

Un cambio como estos no se puede hacer de la noche a la mañana, este trabajo debe pensarse y realizarse con mucho tacto, sin dejarse llevar por la necesidad de presentar resultados; de la misma manera, al proceso de socialización con los docentes debe dársele un tiempo pertinente porque generalmente los primeros en saberlo son los medios de comunicación. Una correcta socialización de los documentos finales y sus fundamentaciones teóricas reducirán el impacto que estas medidas tendrán entre los maestros del país.

Fuente del articulo: https://compartirpalabramaestra.org/columnas/cinco-consideraciones-para-una-malla-curricular-nacional

Fuente de la imagen:

https://compartirpalabramaestra.org/sites/default/files/styles/articulos/public/field/image/cinco-

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Se buscan docentes innovadores

Revista Semana Educación

Para Richard Culatta, CEO de la Sociedad Internacional para la Tecnología en la Educación (ISTE por sus siglas en inglés), “(l)a tecnología nunca va reemplazar a los maestros, pero los maestros que sí usan la tecnología van a reemplazar a los que no la saben emplear como recurso en sus clases”. Frente a ese panorama revolucionario que impone el desarrollo tecnológico en el mundo y que afecta directamente el sistema educativo, el docente ha comenzado a entender su gran responsabilidad en garantizar a sus estudiantes una formación pertinente y de calidad.

Sin embargo, este cambio de paradigma en América Latina es lento por la falta de recursos y de acompañamiento que se destina al gremio. Según el estudio “Profesores excelentes: cómo mejorar el aprendizaje en América Latina y el Caribe”, del Banco Mundial, “la calidad de los docentes de la región se ve comprometida por un pobre manejo de la tecnología en el aula y no siempre logran mantener la atención y la participación de los estudiantes”.

Para transformar esta realidad en las aulas, se creó un proyecto que tiene como fin contribuir a que los docentes adquieran las competencias y habilidades necesarias para desenvolverse en una sociedad digital, y que puedan así formar y ser acompañantes de niñas y niños pertenecientes a diversos entornos educativos.

Se trata de Aulas Fundación Telefónica (AFT), un proyecto que combina la formación virtual, presencial y blended para formar a los docentes en el uso de nuevas tecnologías. La formación que se imparte a los maestros que viven en México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Panamá, Ecuador, Colombia, Venezuela, Perú, Chile, Argentina, Brasil, Costa Rica y Uruguay, cuenta con dos cursos: Ruta TIC y Ruta de Innovación, que sumados dan como resultado un total 90 horas de aprendizaje. En el primer curso se forma a docentes en el uso y la apropiación de las TIC, mientras que el segundo curso se ofrece para enseñar a los docentes a producir e implementar ideas innovadoras con sus estudiantes.

AFT está operado en Colombia desde hace casi 10 años por la compañía Telefónica Educación Digital (TED). De acuerdo con ésta, en 2016, los cursos de AFT impartieron formación bajo las metodologías virtual, presencial y blended a 8.896 maestros en 28 departamentos y 289 municipios del país. “Para 2017, nuestra meta es la formación de 13.900 docentes. A noviembre, ya hemos logrado formar a 15.088 docentes, lo que representa un 111% de cumplimiento. Cabe destacar que también se ha alcanzado un 87% de certificación”, explica Fabián Hernández, Director de Asuntos Públicos y Regulatorios de Telefónica Movistar Colombia.

Para el docente Jair José Alba, de la Institución San Juan Bautista de la Salle en Medellín, este proyecto fortalece los procesos pedagógicos que tienen en su institución a través de la implementación de la tecnología. “Estuve indagando qué hacía la Fundación no solo en Colombia sino en todo América Latina y me di cuenta de opciones que me interesaron mucho como digitalizar y sistematizar muchos de los procesos pedagógicos y administrativos de la institución, una tarea que ya estamos haciendo”, cuenta Jair.

Cada año se abren cuatro convocatorias gratuitas, en las que pueden participar profesores de todo el país. Una vez se culmina este proceso, aquellos docentes certificados que presenten proyectos innovadores en torno a las TIC, optan a una plaza para asistir al “Encuentro Nacional Aulas Fundación Telefónica”, el gran evento en el que se culmina la experiencia. Además, cada año el proyecto otorga incentivos a los docentes que completan exitosamente su formación. Entre otros incentivos, este año algunos docentes tuvieron la oportunidad de asistir al Congreso Internacional de Innovación Educativa en Ciudad de México.

Fuente del articulo: http://www.semana.com/educacion/articulo/se-buscan-docentes-innovadores/550714

Fuente de la imagen: https://static.iris.net.co/semana/upload/images/2017/12/14/550713_

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Para que fragüe el mérito, nos deben la tutoría

David Calderón

En su Política para Amador, el filósofo Fernando Savater expone con mucho tino qué es lo que está errado en la sucesión dinástica que supone una monarquía, y por qué, con todos su bemoles, es mejor y más digno un sistema electoral competitivo para elegir a la cabeza del Estado. El asunto es que las virtudes y alcances de una persona, su destacado desempeño como líder, pueden no estar para nada presentes, o no en los niveles adecuados, en sus descendientes. La monarquía hereditaria nos quiso ahorrar -obvio, con gran ganancia para las pocas familias involucradas directamente- la inestabilidad del cambio, y para ello se permitió una alucinante concentración de poder y recursos para preparar a los sucesores, y que así –supuestamente- llegaran listos al puesto que era su destino. Amargamente descubrimos que la sucesión hereditaria trae más distorsiones que certezas, y que tener a alguien en una función vitalicia y con privilegios sucesorios, sin evaluaciones de desempeño que pudieran condicionar su permanencia, es sencillamente validar la tiranía.

Con gran trabajo nos hemos desembarazado, en la sociedad contemporánea, de esa tradición. Con la Ilustración y las revoluciones liberales del XIX, también nos quitamos de la idea de que los hijos deben seguir forzosamente los oficios de sus padres y que es injusto para ellos, porque es inaceptable que se imponga sobre la voluntad individual un arreglo social que privilegia estabilidad sobre logro. “te toca carnicero, ni modo”; “dibujas bien, pero eso es irrelevante”; “te toca ama de casa y esposa calladita, aunque tienes talento de oradora y talante de aventurera”.

Igual de importante, se fue consolidando con evidencia la convicción de que el sistema hereditario deteriora el bien que los ciudadanos ofrecen a la colectividad si no hay control externo e independiente -para ser médico hay que estudiar y pasar exámenes, pues heredar la licencia para ejercer sin más es poner a los demás en peligro. En el último siglo nos estamos volviendo aún más precisos: cuestionamos los sistemas de complicidad y poder de los matrimonios convenientes, de las empresas familiares opacas, de la red de autoprotección –para consolidar la discriminación, la impunidad y el privilegio- en los colegios privados, e incluso, en las sociedades más avanzadas, cuestionamos que sin más se hagan los legados y herencias de bienes, pues concentran la riqueza y detienen el progreso y la innovación, y que por tanto, deben tasarse vigorosamente (ésa es hoy la verdadera prueba de qué tan liberal y creyente en el mérito individual es un político o empresario “liberal”).

Uno de los procesos fundamentales que se desprenden del cambio constitucional y legal para el sistema educativo, aprobado en 2013 y de observancia obligatoria para la Federación y los estados, es el ingreso a la profesión docente a partir de un concurso público. Es decir, a diferencia de la práctica vigente hasta entonces, los nombramientos que le dan ingreso al servicio como maestro a una o un joven, no pueden estar vinculados al prestigio dinástico de sus padres maestros; no se puede “heredar” la plaza, como se venía haciendo, ni tampoco tenerla comprada, canjeada, condicionada a moche, favor o apoyo; ni siquiera puede ser “automática”.

En una profesión de servicio público, el hecho de haber estudiado en una escuela –incluso a cargo del estado, como las Normales públicas- no garantiza que están presentes los rasgos del perfil, o bien, estando presentes, no ordena la adecuada prelación para la designación como servidor público –garante del derecho a aprender de los niños- y que se ocupen los puestos disponibles. Nunca hubo derecho a heredar o transar plazas; ahora tampoco se “dan”, pues no son propiedad de los maestros: son mandatos de la sociedad democrática, de enorme dignidad y responsabilidad, pero no son propiedades y menos perpetuidades.

Las discusiones con el equipo de transición y con los legisladores llevaron a que se notara que la mera resolución correcta de un examen de oposición (en pantalla, pero es equivalente a un examen de papel y lápiz) es un indicio significativo pero incompleto de la idoneidad de un maestro novel. Por ello quedó plasmado en el artículo 22, párrafo segundo de la Ley General del Servicio Profesional Docente (LGSPD) que en los dos primeros años los maestros que alcancen una asignación a resultas del concurso tiene derecho y obligación de recibir tutoría, por parte de un docente experimentado.

Esta ha sido una de las piezas de la reforma legal que peor se ha implementado, y en la que el gobierno federal y los gobiernos estatales tienen poco qué presumir. Para los años de concurso vigente con las nuevas reglas, no hay información confiable pública sobre las tutorías efectivamente realizadas, caso por caso. El único estudio disponible al respecto, realizado por el INEE en el ciclo escolar 2015-2016, muestra que sólo 36% de los nuevos ingresados tuvieron al menos una sesión con sus tutores. No hubo presupuesto, no quedaron claras las reglas de designación de tutores, hay barrera de tiempo o distancia… no lo sabemos. Aquí hay un tache muy grande al equipo actual de la SEP y sus correspondientes en los estados; le están fallando a dos tercios de los maestros que comienzan su vida profesional con el nuevo esquema, y sobre todo están violando –sí, las autoridades- el derecho de los niños al máximo logro de aprendizaje, como marca la Constitución, pues es garantía de dicho derecho contar con un maestro idóneo según lo que marca la ley.

Así que nos la deben. Se lo deben a los miles de jóvenes con vocación que se han esmerado por ser las primeras generaciones que tiene sobre sus hombros la mirada escrutadora de la sociedad, con un marco legal exigente para poner sobriedad al bandidaje extremo de las cúpulas sindicales, partidistas y burocráticas. ¿Tendremos los ciudadanos que recurrir a la legítima defensa en tribunales? ¿Habrá un spot televisivo sobre los logros de la tutoría? Este pendiente de la reforma emplaza directamente al nuevo secretario Granados, al INEE tan ausente en temas de derechos, a la CNDH, a los gobiernos estatales. Salir de la herencia es logro. Pero solo si no caemos en la simulación.

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/para-que-frague-el-merito-nos-deben-la-tutoria/

Fuente de la imagen: http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2014/07/maestros-examen.

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Argentina. Reforma de la formación docente

Roberto Rodríguez

Durante el siglo pasado Argentina fue el ejemplo latinoamericano del desarrollo y calidad de un sistema educativo. Mucho antes que en otras latitudes de la región, se consiguieron en ese país niveles más que aceptables de cobertura en todos los tramos del sistema, se lograron adelantos pedagógicos de vanguardia, y la calidad de la educación básica, media y superior era ampliamente reconocida.

Entre otros aspectos, Argentina consiguió, con notable anterioridad temporal a los demás países latinoamericanos, controlar el analfabetismo. En los años sesenta la población de mayores de quince años sin capacidad para leer y escribir era menor a diez por ciento, cuando el promedio regional se ubicaba en más de una tercera parte del total. Hacia el año 2000 el analfabetismo se había reducido a tres puntos porcentuales, nivel correspondiente al de los países de mayor desarrollo. En el otro extremo de sistema, Argentina produjo en el siglo XX nada menos que cinco premios nobel, tres de ellos en disciplinas científicas. En América Latina esa es la mayor cantidad de galardonados nobel.

Al día de hoy el panorama es distinto. Aunque se conservan los grados de cobertura previamente alcanzados, lo que implica la efectiva universalización en la educación básica y uno de los mayores niveles de escolarización superior en el continente, varios indicadores hacen notar deterioros de calidad. Por ejemplo, en la prueba PISA de la OCDE los resultados de ese país han sido inferiores a los de otros países de la región. En la más reciente aplicación (2015), en que fue medido del desempeño de estudiantes de 15 años únicamente de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), se tuvieron resultados inferiores a los de Costa Rica, Uruguay y Chile en lectura, y a los de Uruguay y Chile en matemáticas.

Se destacan también serios problemas de financiamiento al rubro educativo, tanto en el plano nacional como en el correspondiente a la capital, así como de infraestructura en todos los niveles del sistema. Medido en términos reales, el salario docente ha venido disminuyendo y las condiciones laborales de la profesión también se han deteriorado. Producto de lo anterior, en los últimos años la movilización del magisterio, sobre todo en la CABA, ha desencadenado un ciclo de protestas y conflictos que cuestionan no solo la política laboral docente, sino también las propuestas de reformas.

En ese marco, en noviembre de este año las autoridades de la ciudad dieron a conocer los rasgos generales del Plan de Transformación Educativa que se proponen instrumentar en los próximos años. Parte del proyecto consiste en generalizar y profundizar las iniciativas en materia de educación de los últimos dos años. En primer lugar, el programa de mejoramiento de infraestructura, que incluye la construcción de nuevas escuelas y el equipamiento de las existentes, y en segundo una serie de proyectos relacionados con el uso de medios y tecnologías digitales.

Se anunció, además, una iniciativa de reforma de los planes de estudio del bachillerato (en Argentina educación secundaria), que ya comentamos en estas páginas, cuya principal novedad consiste en la implementación de estancias laborales durante el último semestre lectivo. Por último se indicó la voluntad del gobierno local de reformar las instituciones y los procesos de formación del magisterio.

Al anunciar el proyecto, el jefe de Gobierno de la CABA, Horacio Rodríguez Larreta, indicó que se trata de “crear una universidad pública y gratuita para la formación docente porque creemos que la capacitación es clave para el futuro de los chicos. Es un proyecto que enviaremos a la Legislatura porteña para su discusión. Hacia 2024, la propuesta es que hayan egresado 5,000 alumnos.” Pero no dio mayores detalles sobre su contenido y propuesta de implementación (véase nota).

No obstante, hace una semana ingresó a la legislatura porteña una propuesta del ejecutivo local, según la cual “se concentra la formación docente de gestión estatal de Capital en la universidad que, como toda alta casa de estudios del país, gozará de autonomía académica e institucional y de autarquía económica financiera y administrativa. La universidad estará en la órbita del ministerio de educación porteño. Tendrá un rector designado por el poder ejecutivo de la Ciudad, que será quien conduzca el proceso de formulación y reconversión del proyecto institucional y académico.” Es decir, se prevé que el conjunto de institutos de formación docente, normales superiores y especiales, que suman 26 instituciones públicas en la ciudad, se centralice en una nueva entidad: la Universidad de Formación Docente de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con la sigla UniCABA (véase iniciativa).

En la iniciativa de ley constitutiva se indica que la nueva institución articulará la formación docente inicial y continua, que tendrá funciones de docencia, investigación y difusión de rango universitario, y que contará con facultades para el diseño e implementación de sus propios planes y programas de estudio. Se pretende aprobar la norma este mismo año y comenzar a funcionar el que entra. Pero el gremio docente no ha recibido bien la noticia. Principalmente porque no fue consultada con los maestros, pero también por los riesgos que presenta la desaparición de las 26 instituciones públicas existentes, con una larga tradición en su campo de especialidad. Habrá que ver si el proyecto logra convencer al profesorado, o si más bien abre un nuevo frente político de batalla.

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/argentina-reforma-de-la-formacion-docente/

Fuente de la imagen: http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2017/12/marcha-paro-maestros-argentina-foto-milenio_MILIMA20170

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Reconstrucción crítica de la subjetividad en la educación de la niñez

Por: Iliana Lo Priore.

Para contribuir a una metódica del análisis de las reformas y políticas educativas, en particular para la educación inicial, deseo señalar las determinaciones de base  que reivindica Guattari (1996), que preconfiguran las disposiciones subjetivas en los niños y las niñas, y sobre las que actúan el entorno sociocultural (entre estas, los variados dispositivos tecnológicos digitales) y la cultura escolar:   las semióticas asignificantes y las significantes que constituyen desde los primeros años de edad a los individuos y preconfiguran sus disposiciones posteriores como, por ejemplo, las de aprender escolarmente.

Él utiliza las categorías de semiótica asignificante y semiótica significante para tratar los componentes semióticos que contribuyen a producir la subjetividad, teniendo en cuenta la obra de Stern (2005), El mundo impersonal del infante.  En esta obra, la subjetividad pre-verbal se expresa a través de semióticas simbólicas asignificantes en una relación problemática y complicada con la máquina social lingüística o semiótica significante.  Esa subjetividad pre-verbal, pre-cognitiva o pre-individual, que subyace a todos los modos de subjetivación, es encubierta e ignorada.  Antes de la adquisición del lenguaje, los niños y niñas construyen activamente formas de percibir, de expresarse y de experimentarse a sí mismos en el mundo por medio de una semiotización no verbal diversificada y diferenciada.

El texto de Stern (ob.cit.), socava la supuesta unidad del sujeto al enumerar la multiplicidad de “sis” o “yoes”, de relaciones y de afectos pre-verbales que lo constituyen.  Él distingue tres sentidos de sí.  Un sentido de sí emergente, de sí nuclear y de sí intersubjetivo que preceden la aparición del sentido de sí verbal.  El sentido de sí, en los tres primeros casos, no significa un concepto de sí, ni un conocimiento de sí, ni una conciencia de sí ya que esas experiencias no son traducidas o expresadas por el lenguaje, la conciencia o la representación.  Los distintos sentidos de sí, anteriores al sentido linguístico de sí, no constituyen etapas pero si son niveles de subjetivación o vectores de subjetivación no verbales que se manifiestan en el transcurrir de la vida de manera paralela con el habla y la conciencia.

La relación consigo mismo presupone un posicionamiento que es existencial o afectivo antes de ser linguístico o cognitivo, y que es el centro de la subjetividad. Más aún, es a partir de ese núcleo asignificante que podrá haber significación y lenguaje.  Este asunto tiene implicaciones importantes para nuestros planteamientos ya que sobre esa subjetividad asignificadora que perdura a lo largo de la vida, actúa el emplazamiento alienante del poder-saber y tecnológico digital para “ser” o “estar” en el mundo, que trata de manipular los afectos, las percepciones, los ritmos, los movimientos, las duraciones, las intensidades y otras semióticas asignificantes.  Actúa tratando de controlar y modular los efectos de subjetivación y des-subjetivación.

Una estrategia para neutralizar, ordenar y normalizar o disciplinar la acción de las semióticas simbólicas y asignificantes de la inquietud de sí por ser-estar-en-el-mundo, que exceden o contrarían las significaciones dominantes en la escuela, provenientes de otros contextos socioculturales socializadores, consiste en jerarquizar las representaciones y los significados escolares sobre aquellas (las sensibilidades ante el entorno).

La subjetivación asignificante o afectiva funciona fuera de la conciencia y expresa la matriz existencial desde la que se asimilan las experiencias a partir de las cuales surgen pensamientos, formas percibidas, actos identificativos y sentimientos verbalizados.  Es un reservorio en el cual toda experiencia creativa puede prosperar.  Asimismo, todo acto de aprendizaje en última instancia, depende del sentido de sí emergente en los meses iniciales.

Guattari (1996) indica que es desde estas subjetividades de sí articuladas como universo protosocial, de carácter pre-verbal, que son adquiridos los caracteres familiares, étnicos, de clase, etcétera, a modo de inconsciente cultural por medio de la comunicación contigua, es decir, el habitus, el código sociocultural y las disposiciones duraderas del carácter que forman la identidad, y en definitiva, la inquietud de sí por ser-estar-en-el-mundo de manera sensible.

El habitus, categoría propuesta por Bourdieau (1977), define las relaciones entre las disposiciones y tomas de posición en los individuos a partir de las determinaciones que produce su origen de clase social.  Las estructuras sociales objetivas preexistentes predisponen las conductas en tanto estructuras de percepción, pensamiento y acción en el mundo sociocultural; esto es el habitus, estructuras estructurantes “heredadas” por transmisibles y reiterables en un contexto dado, de disposiciones perdurables en los sujetos. Es un haber histórico o “biográfico” de los individuos o grupos, un acumulado sociocultural hecho ser o corporeidad.   A diferencia del código, con el que guarda también semejanzas, concepto incorporado por Bernstein (1998), que refiere a la gramática seleccionadora e integradora subyacente y reguladora de la orientación prevaleciente de los significados relevantes, las formas de su realización y los contextos evocadores en los individuos (el sentido), adquiridos tácitamente según su procedencia sociocultural familiar y de clase social.

Ambos conceptos, inciden en la constitución subjetivadora e individuante de las identidades personales y grupales o comunitarias como identificaciones con valoraciones, concepciones, creencias, normas, representaciones, etcétera, que permiten reconocer y reconocerse a las personas en su singularidad social, y como disposiciones adquiridas y posicionamientos duraderos del carácter ante sí, ante los otros y ante el mundo o entorno (ser-estar-en-el-mundo).  Aunque las disposiciones duraderas del carácter que identifica a los individuos perduren, no son invariables, ya que, de acuerdo con Ricoeur (1996), la identidad, a través de someterse a su despliegue narrativo como modalidad reflexiva de sí, –identidad narrativa–, puede sufrir variaciones al restituirle el relato su movimiento retrospectivo y reinterpretativo de sus experiencias, permitiéndole así a los sujetos la reapropiación personal de su historicidad en el mundo.

Estos condicionamientos del  habitus, del código y de las disposiciones adquiridas que configuran las identidades,  son imprescindibles para comprender  la actuación de la inquietud de sí por ser-estar-en-el-mundo frente a los emplazamientos de las TICs y el escolar del poder-saber para “ser” al tratar de imponer ideológicamente su instituida cultura hegemónica, que igualmente responde a concepciones y representaciones   clasistas de los grupos  sociales dominantes y hegemónicos en la sociedad, y que provocan el desencuentro y la confrontación socioeducativos  causantes de renuencias y resistencias en los comportamientos estudiantiles al no reconocerles su condición ético-cultural dignificadora diferente.

Después de haber expresado nuestras consideraciones respecto a la dialéctica de la inquietud de sí por ser-estar-en-el-mundo, y del emplazamiento tecnovirtual y tecnoinformacional, y escolar del poder-saber para “ser” sobre los niños y niñas, queremos cerrar señalando una posibilidad de acción liberadora, de reforma y política educativa (micropolítica de acciones proyectadas y realizables), para contrarrestar los efectos de las acciones de poder de la gubernamentalidad escolar.

Creemos que es posible inscribir la inquietud de sí por ser-estar-en-el-mundo en el contramarco de la reconstrucción crítica de la subjetividad alienada o del cuidado de sí foucaultiano, favoreciendo el desarrollo y afianzamiento trascendente de las semióticas asignificantes en los niños y niñas ante la prevalencia del poder que desea imponerles su neutralización de las semióticas significantes, por vía de los agenciamientos colectivos de enunciación o agenciamientos autopoiéticos (Lo Priore y Díaz, 2016). Haciendo prevalecer su enunciación plural o múltiple a través del despliegue de su sensibilidad con experiencias pedagógicas o educativas densas que así medien la resignificación y la representación del mundo, de los demás y de la presencialidad de sí mismos para ser-estar-en-el-mundo sentidizadoramente desalienados.

Agenciamientos que reflexiva y satisfactoriamente corroan las subjetivaciones de poder interiorizadas como   significaciones y representaciones sujetantes dentro de sí (semióticas significantes), hasta donde sea realizable como experiencias de “conversión”.  Sin creer que se puede hacer coincidir plenamente el sí mismo consigo mismo, pero que gratifican y potencian placenteramente el deseo reiterable de emancipación que se manifiesta al renombrar el mundo o de resignificar lo significado para cambiarlo (semióticas asignificantes y contrasignificantes), cuando se sentidiza que no se debe ser objeto de poder, sino ser sujetos con poder de transformación de sí y de la sociedad para ser-estar-en-el-mundo.

* ilianalopriore11@gmail.com

Referencias

Bernstein, B. y Díaz, M. (1985).  Hacia una teoría del discurso pedagógico. Revista Colombiana de educación. N° 15, 105-152.

Bourdieu, P.  (1977).  La reproducción.  Barcelona: Editorial Laia.

Guattari, F.  (1996).  Caosmosis. Buenos Aires: Manantial.

Lo Priore, I.  y Díaz Piña, J. (2016). Agenciamiento Autopoiético y Colectivos de Enunciación en Educación.  15/10/2016. En http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/177450.

Ricoeur, P.  (1996).   Sí mismo como otro. Madrid: Editorial Siglo XXI.

Stern, D.  (2005).  El mundo interpersonal del infante. Buenos     Aires: Editorial Paidós.

 

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