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Familias que se rebelan contra el sistema y educan a sus hijos en casa

Por: Ana Torres Menárquez

Adriana y Antonio son homeschoolers. Educan a su hijo Diógenes, de ocho años, en casa. Creen que la educación no es una ciencia exacta. “No está claro si se aprende mejor con disciplina o con flexibilidad, los griegos ya debatían sobre ello y han pasado más de 2.000 años y no se ha llegado a ninguna conclusión”, opina el padre del niño, Antonio Soria, de 43 años y ex profesor de Filosofía de Secundaria. Viven en el centro de Madrid y su hijo no aprende matemáticas con libros de texto. No siguen ninguna metodología específica. Dejan que sea Dío, como al chico le gusta que le llamen, quien se interese por los temas y pregunte. Entonces ellos se documentan para contestar, le llevan a museos, leen libros o ven documentales. Internet es su mayor fuente de conocimiento.

En España todas las familias están obligadas por ley a escolarizar a sus hijos desde los seis hasta los 16 años. Educar en casa es una opción que no está regulada y que puede ser motivo de denuncia. Por eso, no existe un registro oficial de homeschoolers, pero los expertos calculan que hay unas 4.000 familas. «Hay pocos casos de familias a las que un tribunal haya obligado a escolarizar a sus hijos. La mayoría de denuncias se archivan una vez que la Fiscalía comprueba que no hay abandono», señala Carlos Cabo, profesor de la Universidad de Oviedoy autor de la primera tesis doctoral sobre homeschooling en España.

Según la investigación publicada en 2012 por Cabo, la mayoría de familias viven en la clandestinidad por miedo a posibles denuncias. En 2010 el Tribunal Constitucional se posicionó a favor de una sentencia que obligaba a dos familias de Málaga a escolarizar a sus hijos y resolvió que «la facultad de los padres de elegir para sus hijos una educación ajena al sistema de escolarización obligatoria por motivos de orden pedagógico no está comprendida en ninguna de las libertades constitucionales».

Los procesos judiciales, señala Cabo en su tesis, suelen comenzar con una denuncia de los centros educativos -en el caso de que el menor haya sido desescolarizado-, de los servicios sociales, de vecinos o incluso de familiares cercanos. «Cuando se comprueba que los menores no están desatendidos, el caso se suele archivar. Hay ocasiones en las que la Fiscalía entiende que hay infracción de ley y el caso pasa a los Tribunales, que suelen fallar a favor de quienes educan en casa», señala Cabo. En países como Reino Unido, Francia, Noruega, Estados Unidos o Canadá es legal educar en casa.

Con ese escenario, hay familias como la de Adriana y Antonio que no quieren esconderse. «La escuela atrofia los intereses que surgen durante la infancia, se pierden las ganas de aprender porque no hay factor sorpresa», cuenta Adriana, de 41 años. Ella no terminó la carrera de Psicología y desde hace años se dedica, junto a Antonio, a la venta de productos por internet. Son autónomos y trabajan en casa.

Es una mañana de jueves, es festivo, pero no para ellos. Dío lee sus cómics de Tintín y avanza en su nuevo proyecto: un videojuego hecho de papel. Dice que de mayor quiere montar una empresa de videojuegos. A sus padres no les preocupa su futuro laboral, tienen «plena confianza» en las capacidades de su hijo y creen que si quiere acceder a la Universidad sabrá cómo hacerlo. Dío toca el piano, va a clases de teatro y se reúne con otros niños homeschoolers en pueblos de la sierra de Madrid. «Seguir horarios y cumplir mandatos no te prepara mejor para la vida», apunta Antonio. «La responsabilidad se adquiere con la libertad», añade. Su hijo decidió voluntariamente dejar de ver la televisión porque le aburría. Durante un año y medio, sus padres le dejaron verla tantas horas como quiso.

El perfil mayoritario de las familias homeschoolers tiene estudios superiores. En la investigación de Cabo, en la que entrevistó a 114 familias, el 56% de ellas aseguraron tener estudios universitarios. «Lo hacen por razones pedagógicas. Apuestan por una educación personalizada, aunque es cierto que no todo el mundo está dispuesto a dedicar tanto tiempo a sus hijos o simplemente no se lo puede permitir», indica Cabo. El 23% de los padres aseguraron ser autónomos, el 13% funcionarios y un 7% asalariados.

«Antes era un tipo de vida que escogían los hippies, pero ahora está mucho más extendido, en parte, como consecuencia de los problemas a los que la escuela no sabe responder como el bulling», opinia Mariano Fernández Enguita, catedrático de Sociología de la Universidad Complutense y autor del libro La educación en la Encrucijada. Aún así, defiende que el colegio es «la mejor opción» para un niño puesto que enseña a vivir en sociedad y supera las limitaciones de la familia. Crea personas autónomas. «Una escuela es más pública que una familia. Si algo funciona mal se detecta antes. Los malos tratos familiares se suelen conocer a través del colegio», añade.

Maite, que prefiere no dar su nombre real, educa a sus dos hijos en su casa en un pueblo de 7.000 habitantes del País Vasco. Critica que la escuela pública no respeta los diferentes ritmos de los niños, ni sus inquietudes, y que «todos aprenden lo mismo al mismo tiempo». Ella y su marido tienen un negocio de venta de antigüedades, son autónomos. «En el sistema educativo siempre se puede entrar, lo complicado es salir», apunta. Un niño que no ha acudido a la escuela puede presentarse por libre a las pruebas de la ESO cuando cumple 18 años y con 21 a las de Bachillerato. A partir de ahí, puede realizar la selectividad y acceder a la Universidad.

«El mercado laboral no me preocupa, está en permanente cambio. A los de mi generación (tiene 41 años) la carrera nos iba a salvar la vida, y yo jamás he ejercido», cuenta. En su casa tampoco se usan libros de texto, pero ella sí sigue una guía de contenidos para que sus hijos aprendan lo mismo que los otros chicos de su edad. Además de acudir a la biblioteca y utilizar contenidos de internet, especialmente de YouTube, el recurso «más importante» es la gente de alrededor. «Conocimos a un astrónomo retirado y se ha convertido en una fuente de conocimiento inigualable para mis hijos», cuenta. En el pueblo, los vecinos ya no les juzgan ni les miran con extrañeza, pero prefieren mantenerse en el anonimato para evitar posibles problemas con la justicia.

Otra de las máximas expertas en España sobre homeschooling es Madalen Goiria, autora de la tesis doctoral La opción de educar en casa (Tirant, 2014) y profesora de Derecho Civil en la Universidad del País Vasco. «Lo que más les preocupa a los padres es la socialización de sus hijos, la reincorporación a la escuela, el acceso a los estudios superiores o los pasos que deban dar si reciben una notificasión de los servicios sociales», explica.

En su investigación deja claro entre las cerca de 4.000 familias que educan a sus hijos en casa, destacan dos motivos fundamentales. La inadaptación de los niños a la escuela y los problemas de bulling y la disconformidad con las pedagogías. «Muchos lo hacen para evitar que sus hijos sufran, los ven infelices. Otros ven el sistema público demasiado centrado en la memorística y la autoridad, se sienten excluídos del proceso de aprendizaje», detalla Goiria, que cree que se trata de un modelo caduco.

«El sistema no responde a las necesidades del 100% de los alumnos y no existen mecanismos eficaces para salvar a los que se quedan colgados», dice en referencia al 19% de jóvenes entre 18 y 24 años que abandonaron prematuramente el sistema educativo habiendo completado como mucho el primer ciclo de la ESO, según datos de Eurostat de 2017, y que sitúan a España como el segundo país en fracaso escolar por detrás de Malta.

Goiria hace una reflexión: si el Estado no interfiere en el control de la alimentación en los hogares, ¿por qué debe hacerlo con la educación? «El Gobierno no controla la planificación nutritiva de la familia, da por hecho que lo harán bien, y muchas enfermedades derivan de una mala alimentación», apunta. «¿Por qué no nos parece normal que los progenitores quieran dedicar gran parte de su tiempo a enseñar y educar a sus hijos?», lanza. «España ya no es una sociedad analfabeta», zanja.

Fuente: https://elpais.com/economia/2017/10/11/actualidad/1507731627_695560.html

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39 ayuntamientos de la Comunidad de Madrid llevan a la Asamblea una ley por la escolarización inclusiva

Por: Pablo Gutiérrez del Álamo 

Tras más de dos años de trabajo la iniciativa legislativa de los ayuntamientos llega a la Asamblea de Madrid para cambiar la escolarización en un intento por equilibrar la atención a la diversidad además de dotarla de recursos.

Que el alumnado con necesidades educativas especiales llegue a las aulas ordinarias y se quede en ellas es el objetivo prioritario de un texto legal que lleva dos años construyéndose poco a poco, por un grupo promotor que hace 24 meses, más o menos, decidió que había que hacer algo más que protestar por la situación de la escuela en Madrid.

La idea es obligar de alguna manera al Ejecutivo a que vuelva a planificar con cuidado la escolarización para que el alumnado con necesidades se reparta de manera más homogénea entre los centros sostenidos con fondos públicos.

Eso por un lado. Por el otro, además, que cuando se concentre este alumnado en algún centro, este reciba diferentes apoyos por parte de las administraciones.

Ayudas en forma de un cupo máximo de alumnado con necesidades educativas especiales por aula (dos) y la reducción de ratio de estas aulas (dos alumnos por cada ANEE). También entraría en juego más personal de apoyo, en función de lo que han llamado tasa de necesidades educativas de apoyo a la inclusión (TNEAI) que, en definitivamente, es la que medirá cuántos apoyos y cuáles le harán falta a cada centro.

La tasa de necesidades educativas de apoyo a la inclusión es el porcentaje de alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo y/o en situación de riesgo social con respecto al total de alumnado del centro en el que se encuentren. Así reza el texto legal.

Es decir, alumnado con NEE diagnosticado, aquel cuyos padres o tutores legales reciben la Renta Mínima de Inserción (Remi), el de incorporación tardía, en situación de acogimiento, alumnado de compensatoria con informe de la orientación de la administración o del centro educativo y el alumnado adoptado que se entienda que está en situación de desventaja.

La propuesta de ley determina, por ejemplo, que si en un nivel educativo determinado la TNEAI es igual o mayor del 20%, habrá a media jornada un docente de apoyo. Si la tasa está por encima del 30% el maestro estará a jornada completa. Esto, continúa el texto, además de las plantillas que marque la normativa.

También se establecen otros ratios de docentes. Por ejemplo, un docente de Pedagogía Terapéutica por cada nueve alumnos con necesidades educativas especiales y uno de audición y lenguaje por cada 15 ANEE.

Pero además de mirar a los recursos humanos, uno de los puntos fuertes del texto tiene que ver con la reducción de las ratios en las aulas en la que haya alumnado NEE. En el caso de que en una clase hubiera un alumno de estas características, se reduciría en dos la ratio máxima legal. Esta reducción, dice el texto, se hará en los niveles que den acceso al centro y acompañará al alumno NEE durante toda su escolarización.

Además, se quiere fijar un máximo de dos niños o niñas con necesidades educativas especiales por cada aula (lo que supondría una reducción de la ratio de cuatro alumnos sobre la legalmente establecida).

Aulas abiertas especiales

El texto abre la posibilidad de crear ciertas aulas especiales ara el alumnado con necesidades educativas especiales derivadas de trastornos del espectro autista, discapacidades intelectuales, motoras y/o sensoriales.

Se permitirá su puesta en marcha siempre y cuando se haya agotado la vía de escolarización ordinaria, con el apoyo necesario, y siempre “sin perjuicio de la inclusión del alumnado en su aula de referencia”.

39 ayuntamientos

Ya en el mes de julio, según el grupo promotor, la habían firmado 20 municipios, entre ellos la capital. Representan más de cinco millones de personas, el 75% de la población de la región. Ayer, fueron 39 los ayuntamientos que presentaron en el Parlamento regional la iniciativa legislativa.

“Alberguemos, reza la página web dedicada a la ILA, la esperanza de que se abra en la Asamblea de Madrid un profundo debate sobre un sistema educativo verdaderamente inclusivo”.

Fuentes de Ahora Madrid destacan la situación de fuerte segregación de población en la ciudad de Madrid, análoga a otros municipios de la Comunidad, y es por esta situación por la que creen necesaria la aceptación de la moción para tramitar la ILA, así como el hecho de haberla llevado ayer a la Asamblea. “Agradecemos la ILA”, dicen, porque el Ayuntamiento no tiene competencias suficientes para hacer frente a las situaciones que les llegan a las juntas de distrito, 21, repartidas por la ciudad. Quieren, al igual que el grupo promotor, que la Consejería de Educación se haga cargo de la respuesta a situaciones muy complicadas en relación a la segregación del alumnado con mayor vulnerabilidad social.

El próximo lunes 23 de octubre la mesa de la Asamblea valorará la documentación entregada por los 39 ayuntamientos (cuatro documentos cada uno de ellos según fuentes de Ahora Madrid). Se decidiría si la documentación es correcta o si hay que subsanar algún error. A partir de ahí, crece la incógnita.

Según fuentes de grupo parlamentario de Podemos en la Asamblea, la Mesa podría solicitar un informe al Gobierno de la Comunidad sobre los posibles costes de la iniciativa que podría demorarse hasta dos semanas. Aunque desde el partido entienden que no habrá problema con la aceptación de la ILA, habrá que esperar hasta el lunes para conocer cuáles serán los plazos reales de tramitación.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/10/18/39-ayuntamientos-de-la-comunidad-de-madrid-llevan-la-asamblea-una-ley-por-la-escolarizacion-inclusiva/

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Escuela inclusiva también para la superdotación y las altas capacidades

Por: Saray Marqués

“Se trata de que, ante los incendios en Galicia, en el aula esos niños que lo están viviendo hablen del fuego, sus consecuencias, del medio ambiente… Se aprovecha esa conexión emocional para trabajar cuestiones que están en el currículo. Y se hace de un modo interdisciplinar, planteando planes de actuación contra el fuego, de concienciación, analizando cómo han actuado las administraciones… intentando que ese proyecto no se quede dentro del aula, sino que tenga proyección exterior”, ejemplifica la profesora de Psicología Evolutiva y Educación de la Universidade de Santiago de Compostela Carmen Pomar.

Expone así el modelo por el que ha optado su comunidad para atender a los alumnos con altas capacidades y talentosos, pero no solo. Financiado por la Fundación Barrier, y con la asesoría de los profesores de la Universidad de Connecticut Joseph M. Renzulli y Sally M. Reis, el SEM (de schoolwide enrichment model), apuesta por el aprendizaje inductivo, yendo de lo particular a lo general, parte de los intereses de los alumnos, respeta sus estilos de aprendizaje y busca proyectos en que se solucionen conflictos y problemas cercanos al alumnado, “frente a lo que suele suceder en el aula tradicional, en que el profesor explica un tema y propone después una práctica sobre ese tema (actividades, ejemplos), en que se va de lo general a lo particular”. De momento, es un piloto en 11 centros gallegos, muy diversos, que lo aplican desde hace dos cursos, cuando el programa, que también incluye formación del profesorado en desarrollo del talento en las aulas, relevó a su “hermano pequeño”, Talento 3.0.

Iniciativas como esta le sirven a Pomar para avalar que en el campo de las altas capacidades, en el que abundan las quejas de las familias, “no estamos bien pero tampoco tan mal como hace 20 años, ha habido una importante reactualización de las leyes y, con respecto a Europa, estamos muy por encima”.

Las altas capacidades no figuraban en la LOGSE, aparecen por primera vez en el decreto de regulación de la educación especial de 1995. Hasta 1996 el BOE no recogerá el término sobredotación intelectual. Diez años después, en la LOE, se recalifica como alta capacidad intelectual y se considera que, como la discapacidad o la incorporación tardía al sistema, necesita de apoyo específico educativo. Así lo recuerda María Antonia Casanova, subdirectora general de educación especial en el Ministerio en 1996 y directora general de Promoción Educativa en la Comunidad de Madrid cuando esta pone en marcha su programa de enriquecimiento extracurricular para este alumnado, pionero en el Estado, en el curso 1999-2000. Arranca con 120 alumnos de primaria a bachillerato. Hoy son más de 2.000. Escolarizados en centros ordinarios, acuden dos sábados al mes a seis institutos donde se reúnen con otros alumnos con altas capacidades, niños de su misma edad que comparten sus mismos intereses, su mismo “idioma”, con los que desarrollan proyectos de aprendizaje cooperativo. Al tiempo, sus familias pueden hablar con expertos y recibir formación.

Hoy, otras comunidades han seguido la estela de Madrid o han creado sus propios modelos. Murcia, considerada un referente en atención a la diversidad, cuenta con institutos de escolarización preferente para alumnos con altas capacidades -en vez de haber un alumno de este tipo disperso en cada instituto se pueden concentrar más en el mismo, lo que permite diseñar actividades que les enriquecen tanto a ellos como al resto-. También cuenta con equipos de orientación específicos de altas capacidades.

Baleares, por su parte, acaba de lanzar un protocolo de identificación, y Aragón cuenta desde 2014 con un decreto que, a juicio de Juan Carlos López Garzón, de la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía, “da una definición bastante acertada de lo que son las altas capacidades intelectuales”.

¿Qué implica tener altas capacidades?

En el colectivo de altas capacidades incluiría López Garzón a aquellos alumnos “que aprenden más rápido, recuerdan mejor, tienen más capacidad de pensamiento abstracto, se apasionan por temas específicos excluyendo otros que no les interesan y destierran o procesan muchos estímulos a la vez y son conscientes de lo que ocurre”. Garzón descarta así el criterio de un coeficiente intelectual igual o superior a 130 (para superdotados) e igual o superior a 120 (para altas capacidades), como promulga la Fundación El Mundo del Superdotado, fundada en 2011 “para influir en las administraciones y en el ámbito de la educación” y que celebraba este fin de semana su quinto congreso nacional.

Su presidenta, al frente de un gabinete psicológico desde 2003, Carmen Sanz Chacón, explica cómo entre sus aspiraciones está lograr ese criterio único a escala nacional para definir a altas capacidades y superdotados. Con este rasero, un 2% de los alumnos tendrían que ser diagnosticados con esta etiqueta. Hoy, solo un 0,29% en toda España lo son, faltarían por identificar 140.000 superdotados, y la situación es muy dispar, del 0,03% de alumnos en Cataluña al 1,23% en Murcia.

Para la fundación, llegar al 2% significaría reducir en este mismo porcentaje el fracaso escolar, aumentar en la misma proporción los alumnos excelentes en PISA -en España un 6% en lectura, un 7% en matemáticas y un 5% en ciencias, frente al 8%, 11% y 8% de la OCDE- y reducir los trastornos psicológicos graves, problemas de adaptación y conductas disruptivas en clase. Y, para ello, aboga por la detección temprana: “Recomiendo a los padres que si con cuatro años tienen dudas no esperen mucho más, pues la Administración es muy lenta y si un padre comienza a moverse a los seis o siete años cuando se tomen las medidas el niño o la niña tendrá ocho o nueve y ya pueden haber surgido problemas”.

Carmen Pomar, por su parte, entiende que la concepción de altas capacidades no engloba solo a quienes adquieren conocimiento más rápido o necesitan más conocimiento, sino a aquellos con una estructura de pensamiento muy diferente. “Por eso chocan tanto con el sistema educativo tradicional, que sigue una progresión muy aritmética y lineal: sumar, restar, multiplicar, dividir… Estos alumnos a lo mejor entienden estas cuatro operaciones juntas, las enlazan, por eso no podemos pensar solo en darles más materia, sino en proporcionarla de una forma distinta, profundizando más, dándoles más libertad de acción y respetando sus estilos de aprendizaje. El sistema educativo está pensado para uniformizar hacia la tendencia central, como en una campana de Gauss, y los que se escapan de esta tienen poca respuesta”.

Añade Pomar que, si bien los alumnos superdotados solo suponen el 2%, si se habla de altas capacidades la proporción puede subir al 12 o 13%, si se incluye a los talentosos que lo son en algunas áreas mientras que en otras pueden ser incluso mediocres. “Nosotros respetamos, aceptamos y promovemos la realidad de los superdotados, este 2% de niños que se escapan mucho de los cánones de desarrollo habituales, y son, por tanto, los más perdidos en el sistema, pero creemos también que hay alumnos que se pueden escapar en alguna de esas áreas, y que requieren de atención especial. Además, consideramos que el criterio del CI es una variable necesaria, pero no suficiente, y que las pruebas no son infalibles”.

Renzulli malinterpretado

En su artículo 24, el decreto aragonés al que aludía López Garzón define el alumnado con altas capacidades como el que requiera “por un periodo de su escolarización o a lo largo de toda ella, de medidas específicas para responder a las necesidades derivadas de un funcionamiento personal caracterizado por la adquisición temprana de aprendizajes instrumentales, o unas aptitudes y habilidades cognitivas, generales o específicas, por encima de lo esperado en su grupo de edad de referencia”. Para Garzón, en ese o (y no y) está la clave. Considera el experto, autor de Didáctica para alumnos con altas capacidades (Síntesis), que en ocasiones, en España, se ha dado una mala interpretación a las teorías de Renzulli: “Este aboga por dotar a todos los alumnos de experiencias (crear productos novedosos, dar respuesta a problemas reales) en que puedan desarrollar al máximo nivel posible sus capacidades creativas, su capacidad cognitiva, su grado de implicación. Esa es la meta, no el inicio, pero a menudo se ha usado como modelo de diagnóstico, para identificar de partida a los alumnos con altas capacidades, que además de tener una alta capacidad cognitiva debían mostrar una alta motivación y ser creativos, aunque en la escuela, en casa, no se hubiera facilitado esa creatividad”.

¿Inclusividad o especialización?

Como Casanova, como Garzón, Pomar aboga por un abordaje de las altas capacidades desde la educación inclusiva. “Puede haber colegios que cuenten con su aula inteligente, que funcione bien si está bien trabajada, o incluso están los institutos de escolarización preferente. Me sirven, si esos alumnos no están muy separados del resto siempre, porque la sociabilidad y el desarrollo afectivo se ha de cuidar especialísimamente”, sostiene Casanova.

“Los centros especializados, salvo excepciones, requieren que la familia se encuentre en una situación económica muy holgada -en EEUU solo existe un Estado donde hay un centro de este tipo público- por lo que lo ideal es tratarlo de forma de inclusiva dentro del propio centro, lo que no quiere decir obligatoriamente dentro del aula. No pasa nada porque en determinados momentos haya agrupamientos flexibles, y no por la fecha de fabricación de los niños, por intereses…”, analiza Garzón, que habla de un tipo de escuela “que realmente atiende a la diversidad, en la que el centro de atención de la clase ha dejado de ser el currículo y el profesor”.

“Claro que no me vale el aula de siempre, donde todos aprenden lo mismo al mismo tiempo de la misma manera. Ni para estos alumnos ni para ninguno. El planteamiento de la educación inclusiva ha de ser muy personalizado, con métodos diversos para los distintos estilos de aprendizaje, ritmos, talentos, personalidades, CI… Un alumno con altas capacidades hará preguntas que el maestro no sabe responder. No pasa nada, basta con un ‘No lo sé, vamos a investigarlo juntos’. Con una buena atención y reconocimiento en el aula ordinaria puede convertirse en el líder de su grupo, ayudar al maestro”, insiste Casanova, que reconoce que una alta capacidad mal atendida puede derivar en fracaso escolar: “Pero esto no se arregla separando, sino con educación inclusiva”.

“Sería una paradoja que en un momento en que tratamos de normalizar al máximo la situación de los niños con algún tipo de síndrome, discapacidad o patología intentásemos lo contrario con los alumnos con altas capacidades”, abunda Pomar, que señala que en Francia se crearon algunas escuelas exclusivas hace 20 años pero que, por lo demás, se trata de un modelo más propio de países del Este de Europa y de algún país asiático. “Yo no soy partidaria, creo que lo importante es luchar para que la enseñanza pública llegue a estos niños y responda a sus necesidades, y para ello hay que empezar por sensibilizar a docentes y orientadores”.

Si la Fundación El Mundo del Superdotado reclama “facilitar la creación de colegios especiales de superdotados, tanto públicos como privados, para que los padres que así lo deseen puedan dar a sus hijos educación específica”, si Carmen Sanz proclama que “el café para todos no funciona, porque no es lo mismo un niño que sabe leer con tres años que uno que sabe leer con seis, y es una cuestión de justicia social darle a cada uno lo que necesita”, Carmen Pomar se sitúa en una posición “antagónica”: “Son alumnos que emocionalmente presentan una gran desincronía, muy maduros pero con muy pocas herramientas de gestión de la inteligencia emocional. No creo que meterles en centros gueto ayude a su desarrollo socioemocional, porque después vivirán en un mundo heterogéneo y diverso”, analiza la responsable de la Unidad de Atención Educativa de Altas Capacidades de la USC.

“Yo me alegro de haberlo hecho como lo hice, de no haber ido a un colegio especial”, subraya Irene Herranz, que participó del programa de enriquecimiento curricular de Madrid entre 3º de primaria y 2º de bachillerato y hoy cursa un máster de Bioinformática. Con un 149 de CI, sus padres renunciaron a una flexibilización académica (el adelanto de un curso). Estudió en un colegio concertado y en dos institutos públicos y asegura que la mejor experiencia fue en el último: “Era un instituto grande, con un alumnado muy variado, y para mí, enriquecedor, por estar todos juntos, porque considero que esa interacción social es importante”. Reconoce que ella nunca tuvo problemas de acoso escolar ni se escondió por ser de altas capacidades, aunque matiza que en el programa había una gran mayoría de chicos. “¿Aburrirme en el instituto? Un poco, como todo el mundo, aunque no tenía mucho tiempo… Lo compatibilizaba con el conservatorio de danza, y, ya que me parecía fácil, procuraba sacar buenas notas”, rememora.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/10/17/escuela-inclusiva-tambien-para-la-superdotacion-y-las-altas-capacidades/

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Sin ciencia no hay paz

18 de octubre de 2017 / Fuente: http://pcnpost.com

Por: Cesar Viloria

Desde hace ya varios años el emprendimiento se ha convertido en una de las grandes apuestas para el desarrollo económico del país. Entidades de gobierno, agencias independientes,  empresa privada y otros organismos han multiplicado esfuerzos para apoyar a emprendedores que con una idea de negocio, luego de un proceso de maduración e incubación, muchas veces logran consolidar su empresa y mover la economía. Además, prácticamente todas las universidades cuentan con una oficina encargada de promover los emprendimientos que surjan de los estudiantes, profesores y egresados.

Incluso, han surgido los llamados ángeles inversionistas. Personajes con el capital suficiente para invertir dinero en una muy buena idea de negocio con el único interés de apoyar a un pequeño emprendedor a salir adelante, o con la visión de que el proyecto es tan bueno que con solo un pequeño porcentaje de regalías de las utilidades le será suficiente para recuperar con creces la suma invertida.

En el contexto de la economía digital, los emprendimientos (más conocidos como startup) tienen una particularidad. En la investigación “Digital Globalization: The new era of global flows” desarrollada por el McKinsey Global Institute, se identificó que el 80% de los emprendimientos digitales obtienen un alcance global prácticamente desde su nacimiento. Por supuesto, en su gran mayoría, no requieren de un local comercial en cada región geográfica en la que se vayan a implementar.

Como aporte al desarrollo de la industria digital, he implementado en mi clase de TIC, Innovación y Desarrollo de la Sociedad una metodología de fomento a los emprendimientos digitales que ha dado resultados interesantes. Solo por nombrar algunos ejemplos, puedo citar:

  • TrainEars: una herramienta informática desarrollada por estudiantes de Música y de Ing. Electrónica que facilita el desarrollo de competencias de entrenamiento auditivo en estudiantes de Música. Este grupo fue seleccionado en el programa Apps.co de MinTIC y es finalista en el concurso Emprende Uninorte.
  • ShoesTOM: una App desarrollada por un estudiante de Ing. Electrónica con una Diseñadora de Modas que permite al mercado femenino comprar zapatos con diseños a la medida de sus gustos. Este emprendimiento fue seleccionado en el programa Apps.co de MinTIC.
  • EcoFodder: una alternativa a la alimentación con concentrado para animales de producción agrícola, desarrollada por un estudiante de Ing. Civil y uno de Ing. Electrónica que utiliza tecnología para acelerar el proceso de la cosecha. Este grupo se encuentra de finalista en el concurso Emprende Uninorte.
  • ACFemme: una herramienta informática promovida por estudiantes de Comunicación Social muy útil para la prevención y el control del acoso callejero a la mujer. Este grupo quedó como finalista en el programa Apps.co de MinTIC.
  • Firulais: una app promovida por una estudiante de Ing. Mecánica que sirve para conectar a personas que quieren adoptar mascotas con casas de refugio de animalitos perdidos. Este emprendimiento quedó como finalista en el programa Apps.co de MinTIC.

Estos resultados positivos muestran que la Economía Digital no es solo cuestión de ingenieros sino que es un sector interdisciplinario donde lo principal es el apoyo de la tecnología para solucionar distintas problemáticas comerciales, educativas o sociales.

Fuente artículo: http://pcnpost.com/cesar-viloria-sin-ciencia-no-hay-paz-2/

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Apps educativas por la inclusión digital

18 de octubre de 2017 / Fuente: http://www.educaweb.com

Por: Sandra Gay Boelle

El sector educativo está pasando por un proceso de innovación en lo referente a las metodologías y el uso de recursos en las aulas. Hoy en día, cada vez son más los centros educativos que se adhieren a esta innovación complementando sus clases con recursos actualizados que permiten fomentar la creatividad y sobre todo, la motivación del alumnado.

Entre estos muchos recursos que implican cambios metodológicos, encontramos las aplicaciones educativas.

Un buen repositorio de recursos es la web Toolbox donde docentes y profesionales han evaluado las apps educativas clasificándolas según distintos criterios (sistemas operativos, gratuitas o de pago, nivel educativo y temáticas distintas) y complementándolas con sus experiencias en el aula.

En Toolbox podemos consultar las opiniones de varios docentes y la puntuación que le dan a cada aplicación educativa. Es una vía rápida para hacer una selección efectiva y de calidad de los recursos que podemos utilizar.

El uso de apps educativas en las aulas lleva consigo un factor determinante: el uso de dispositivos móviles. Antes de seleccionar apps, el centro debe plantearse de qué recursos dispone. Cabe decir que hoy en día, existen varios programas válidos para utilizar en el ordenador, pizarra digital y que, al mismo tiempo, ofrecen la posibilidad de utilizar como app para dispositivos móviles. Un ejemplo es la app Popplet, para crear mapas conceptuales o la app Padlet, que permite crear de forma colaborativa pósters digitales.

Los dispositivos móviles más utilizados son las tablets digitales. Todavía son minoritarios los centros que han introducido los móviles en las aulas como recurso educativo.

Siguiendo en la línea de las tablets, es importante hacer referencia a aquellos centros que no disponen de recursos económicos para adquirir este material. Debemos difundir buenas prácticas donde se utilice la tendencia BYOD (Bring Your Own Device).

Esta tendencia fomenta el uso de los dispositivos móviles de propiedad de los alumnos en las aulas. Es una manera de rentabilizar los recursos y aprovechar así la ocasión para fomentar hábitos saludables de uso, normativas, selección de aplicaciones, etc.

A través de esta práctica, los alumnos pueden dar continuidad a las tareas realizadas en el aula y compartir los aprendizajes con sus amigos/as y familias. Muchas veces las tablets son regalos que solo se utilizan como juego en el tiempo libre y de esta manera, se le saca todo el potencial educativo que puede llegar a tener.

En cuanto a mi experiencia en el uso de apps educativas, me gustaría destacar las siguientes:

Uso de apps educativas para trabajar el aparato locomotor y circulatorio. Los alumnos de ciclo superior de primaria trajeron 1 tablet de casa por cada 4-5 alumnos. Las dos condiciones principales eran que trajesen de casa la tablet cargada junto con el cargador y las apps instaladas. Utilizamos las app Anatomy y Essential Skeleton para ver en 3D todo el funcionamiento de los distintos aparatos que forman el cuerpo humano.

Una experiencia interniveles fue utilizar la app Quiver en el ciclo de educación infantil donde los alumnos de ciclo superior explicaban un cuento y después los más pequeños tenían que colorear un dibujo relacionado con la lectura. Los mayores les facilitaban las tablets con la app ya descargada para poder ver cada dibujo personalizado con distintos colores, en 3D. Quedaron fascinados.

También he utilizado apps educativas en el área de educación física, organizando distintas estaciones de acondicionamiento físico donde los alumnos pasaban por grupos y tenían que leer los códigos QR con la app I-nigma qr para descifrar mensajes o instrucciones para saber qué actividad tenían que realizar.

Realmente el uso de apps educativas en el aula permite utilizar una vía más de acceso a la información. En el mismo espacio, los alumnos pueden realizar un mapa conceptual en una hoja, en la PDI, en la pizarra de tiza, ordenador, tablets…y así conseguimos que cada alumno disponga de una diversidad de recursos y habilidades para organizar la información en clase.

Y dejo para el final una experiencia sobre apps educativas en USEE (Unidad Soporte Educación Especial) donde los alumnos utilizaron la app Tellagami para crear presentaciones de los distintos espacios de su centro y poderlo compartir con los compañeros del aula ordinaria.

Volviendo al principio, me gustaría remarcar que el uso de apps educativas en el aula facilita la atención a la diversidad y como consecuencia, la inclusión digital de todos los alumnos. La tecnología se convierte en un instrumento que permite el acceso a la información en distintos medios audiovisuales.

Debemos aprovechar las oportunidades que ofrece la tecnología para conseguir que todos nuestros alumnos lleguen a los mismos objetivos, aunque sea utilizando distintos caminos.

«Gracias a la app Niki Talk, yo podré comunicarme igual que tú.»

Fuente artículo: http://www.educaweb.com/noticia/2016/06/22/apps-educativas-inclusion-digital-9452/

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Gestionar y educar: ¿Cómo enfrentar a dos de tres imposibles?

18 de octubre de 2017 / Fuente: http://www.educaweb.com

Por: Silvia Gabriela Vásquez

Freud planteó la imposibilidad de educar, gobernar y curar.  La sociedad da por sentado que el director de escuela cumplirá con eficiencia su misión, desafiando, día a día, no uno sino dos de estos imposibles freudianos.

Repensar la función del director  

«La innovación es el resultado de un sabio y frágil equilibrio entre el saber acumulado y la necesidad de repensarlo» (Carbonell, 2001)

Si hay algo en lo que todos estamos de acuerdo con respecto a los centros escolares es en que los alumnos están allí para formarse.  Otro de los supuestos que suele aceptarse sin discusión es el que sostiene que los docentes están allí para enseñar.

Más adelante retomaremos esta división entre quien enseña y quien aprende con la intención de desarmarla.  Por ahora nos centraremos en el director (protagonista del presente monográfico) ya que su función no parece tan clara.

¿Qué significa, en su caso, dirigir? ¿Administrar? ¿Dar órdenes? ¿Tutelar? ¿Conducir? ¿Regir? ¿Representar? ¿Hacer que las normas sean respetadas? ¿Organizar?

El burnout del directivo

«Cuando cambias la forma en que miras las cosas, las cosas que miras cambian» (Wayne Dyer)

El director ha elegido una profesión «imposible», aunque no por ello menos practicada: se le pide que gobierne y, como si fuera poco, que eduque al mismo tiempo.

Si bien tendemos a culpar a la sobrecarga de trabajo como causa inevitable del burnout, dicho estrés se asocia más con la superposición y ambigüedad de roles que con la duración de la jornada laboral.  Por otra parte, algunos investigadores, entre ellos, Moreno y Peñacoba (1996), colocan el acento en la pérdida de la motivación emocional y cognitiva frente a actividades que en otro momento han sido importantes para la persona.

La sensación de no ser capaz de cumplir con las múltiples tareas demandadas suele aparecer cuando el director compara sus resultados con los ideales, evaluándolos como insuficientes. Trabajar en equipo favorece el encuentro con miradas distintas que detectan y valoran los pequeños avances, estimulando a avanzar y tornando más liviana la carga de la autocrítica.

La experiencia suele demostrar que en un ambiente en el que todos aprenden a desarrollar el propio potencial, beneficiándose a su vez con los aportes de otros, hay menos lugar para que se instale el burnout. Por fortuna, esta buena noticia es válida aún para aquellos que dedican una gran cantidad de horas a sus empleos.  Gracias a la escucha y la cooperación se logra mantener o recuperar el sentido, la vocación y la pasión originales, alejando los síntomas de agotamiento o desgaste.

¿Cómo debería prepararse un profesional para dirigir y educar con eficacia?

«Si gestionar se redujese sólo a operar (…) a partir de los recursos con que se cuenta, entonces no quedaría mucho margen para dar respuesta a todas las situaciones –sobre todo a aquellas que resultan inéditas– que se presentan a diario en las escuelas» (Marturet y Bavaresco, 2010)

Se espera de un director que lidere, que convierta los dilemas en problemas con solución posible para hacer que las cosas marchen; que no improvise, pero que sea flexible;  que tenga visión de conjunto; que sepa detectar prejuicios, generar diálogos que los evidencien, discutirlos, mediar y prevenir futuros inconvenientes; que fomente espacios de convivencia amable; que resuelva conflictos; que fije límites; que impulse la capacitación del profesorado; que articule recursos con personas e ideas; que conciba proyectos innovadores y viables; que los comunique, los implemente, los evalúe…

Es fundamental que los directores reciban instrumentos durante su formación académica para afrontar su compleja tarea con mayor seguridad (por ejemplo participando en cursos sobre liderazgo o asistiendo a talleres de resiliencia como los que compartimos en UdeMM desde hace casi una década) y en especial, que tengan la oportunidad de escuchar y observar in situa quienes se ocupan de gestionar centros.

Ningún libro podría contener las innumerables situaciones que los directivos deben resolver en su labor cotidiana. Gestionar es más que utilizar los recursos disponibles en los intentos de solución ante problemas cotidianos. Exige, entre otros requisitos, «crear las condiciones para», estar presente, ser tutor, inaugurar espacios, inspirar a otros, orientar, proteger…

Uno de los roles que el director desempeña con sus docentes y estudiantes es el de «quitamiedos«. Se denomina así a los guardarrailes, dispositivos de guía o vallas de protección que se colocan en algunas carreteras como medida de seguridad vial para indicar el borde de la calzada, el sentido de circulación, la presencia de una curva u otros obstáculos. Llegado el caso de una mala maniobra, absorben el impacto de los vehículos devolviéndolos a la vía.  Para que estos sistemas de contención cumplan con su objetivo (y no resulten ineficaces o, en el peor de los casos, ocasionen aquello que tratan de evitar) deben fabricarse con el material adecuado y colocarse a la altura precisa.

El director de una institución educativa funciona a la manera de un «quitamiedos»: contiene a los profesores y a los alumnos, les advierte acerca de la cercanía de desviaciones del proyecto institucional o los riesgos de «caer al vacío» y, ante un error o inconveniente, en lugar de «encausar» (señalar o culpar), absorbe el impacto, encauzando a todo el equipo para que retome el camino inicial con una mayor autoconfianza.

De esperanzas y de huellas: a esperar también se aprende  

«Ningún cambio educativo es posible si no se cuenta con profesores en diálogo e interacción entre sus prácticas y la teoría» (Anijovich, 2007)

En las primeras líneas de este artículo decíamos que si había algo en lo que todos concertábamos con respecto a los establecimientos educativos era en que los alumnos estaban allí para aprender.  A esta altura queda claro que los docentes y los directivos también.  Nuestra tarea no es inabordable pero jamás dejará de ser perfectible y debemos aprender, sobre todo, a esperar… porque tal como les ocurre a los maestros, los frutos provenientes de una gestión siempre se revelan a largo plazo.

Nos gusta creer que aquello que un profesor brinda en sus clases perdura, de lo contrario, nuestros esfuerzos no tendrían razón de existir.  Sin embargo, acaso no permanezca el contenido disciplinar propiamente dicho, sino el modo en que ha tenido lugar el milagro del aprendizaje.

Un director dispuesto a continuar aprendiendo propicia tanto la puesta en práctica de la teoría como la teorización a partir de la experiencia y consigue que en sus aulas predomine el pensamiento crítico sobre la memorización, la reflexión sobre la impulsividad y la acción sobre la palabra vacía.  Sabe que, en educación, la huella que se deja nunca es inmediata, por eso confía su siembra, solidariamente, a aquellos que lo acompañan hoy y que, tal vez, habrán de sucederlo mañana…

Fuente artículo: http://www.educaweb.com/noticia/2016/11/10/gestionar-educar-como-enfrentar-dos-tres-imposibles-10629/

Foto: http://impactoevangelistico.net/imagenes/upload/enero2016/aprendamos-educar-nuestros-hijos-20160112153831.jpg

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La educación, la mejor herramienta para la prevención del acoso escolar

18 de octubre de 2017 / Fuente: http://www.educaweb.com/

Por: Marta Sabadell

El acoso escolar es una de las expresiones de agresividad más común en los niños y adolescentes (Menesini y Salmivalli, 2017).  Se trata de un comportamiento agresivo y sistemático que se perpetua de forma intencionada, repetidamente durante un tiempo y en el que se presenta una diferencia de poder. En ese sentido, pues, resulta especialmente difícil para la víctima hacer frente a esta situación y problema, ocasionando graves consecuencias a largo plazo (Menesini et al, 2012; Swearer y Haymel, 2015 citado en  Menesini y Salmivalli, 2017).

Así pues, conocer este fenómeno es clave para diseñar estrategias y recursos para todos los agentes educativos que se encuentran en la importante, pero a la vez, difícil tarea de combatir el acoso escolar. Y es que actualmente, existen múltiples programas y protocolos que concretan cómo intervenir en un caso de bullying, pero probablemente, no sólo necesitamos esta acción, sino que debemos insistir en trabajar mediante la  prevención del acoso escolar.

El impacto del acoso escolar en nuestra sociedad

La Ley Orgánica de Educación (LOE) de 2006 presenta un principio en el que se observa la necesidad de guiar la educación hacia valores de tolerancia, solidaridad, paz y libertad, además del pluralismo, la participación y el respeto. Por otro lado, en la LOMCE (Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa) de 2013, se hace referencia a la necesidad de trabajar, en los centros educativos, para la inclusión de todo el alumnado a través de actitudes contrarias al acoso escolar (Pérez, Ramos y Serrano, 2017).

Pero para eso, no sólo necesitamos a los centros educativos y a su profesorado. La familia tiene un papel especialmente importante en la prevención del bullying trabajando la resolución pacífica de los conflictos en el ámbito personal, familiar y social y en la transmisión de valores como la tolerancia cero a cualquier tipo de agresividad.

La prevención, como herramienta clave en la lucha contra el acoso escolar
La prevención constituye una de las herramientas más importantes para trabajar contra el acoso escolar.

Según Rey y Marchesi (2005) citado en Pérez, Ramos y Serrano (2017) las acciones de prevención primarias y secundarias que utiliza el profesorado español están relacionadas con enseñar al alumnado cuáles son los comportamientos adecuados en el aula (81,4%), enseñarles a relacionarse de forma positiva (73,1%) y elaborar de forma conjunta, profesorado y alumnado, las normas de convivencia en las aulas (41,6%).

Pero, cuando hablamos de prevención, no únicamente nos referimos a trabajar el fenómeno del bullying durante las horas de tutoría ni a establecer normas de convivencia escolar, sino a la implementación de programas, recursos y estrategias de educación emocional, de mediación o de educación en valores, entre otros.

  • La Educación Emocional quiere dar respuesta, como explica Bisquerra (2016), a diferentes necesidades sociales que no quedan completamente atendidas en la educación formal. Pretende, pues, desarrollar competencias emocionales que trabajen el afrontamiento de los problemas de relación y los conflictos interpersonales que surgen en el aula.
  • La Mediación escolar no sólo es una estrategia de resolución de conflictos, sino que, como comentan De Prada y López (2008), conlleva una serie de valores que educan en la cultura de la paz y de la tolerancia cero a la agresividad, consolidando formas de actuación participativa y democrática en la resolución de conflictos.
  • La Educación en valores es esencial para entender que el colegio no sólo debe dar respuesta al desarrollo cognitivo e intelectual sino al emocional, así como a las actitudes y valores sociales y morales (Ruiz, 2006), mediante el respeto, la solidaridad y la cooperación.

Así pues, es necesario trabajar la comunicación entre todos los agentes de la comunidad educativa, así como dotar a los centros educativos de las herramientas y recursos materiales y humanos necesarios para poder dar respuesta a este fenómeno. No podemos dejar de lado la necesidad de formación que capacite a la comunidad educativa para gestionar el acoso escolar.

Se trata de un problema de todos. Y la educación es el inicio de la prevención.

BIBLIOGRAFÍA

Bisquerra, R. (2016). Prevención del acoso escolar con educación emocional. Recuperado el 23 de junio de 2017 de: http://www.educaweb.com/noticia/2016/05/11/prevencion-acoso-escolar-educacion-emocional-9388/

De Prada, J. y López, J. (2008). La mediación como estrategia de resolución de conflictos en el ámbito escolar.

Menesini, E., y Salmivalli, C. (2017). Bullying in schools: the state of knowledge and effective interventions. Psychology, health & medicine, 22(sup1), 240-253.

Pérez, A., Ramos, G. Y Serrano, M. (2016). Formación del profesorado de educación secundaria obligatoria para la prevención e intervención en acoso escolar. Algunos indicadores. Educar, 52(1), 51-70.

Ruiz, R. O. (2006). La convivencia: un modelo de prevención de la violencia. La convivencia en las aulas: problemas y soluciones, 29-48.

Fuente artículo: http://www.educaweb.com/noticia/2017/06/29/educacion-mejor-herramienta-prevencion-acoso-escolar-14005/
Imagen: https://depsicologia.com/wp-content/uploads/No_Bullying_circle.gif
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