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¿Son necesarias las cámaras en las aulas para combatir el acoso escolar?

Por: Eduardo Azumendi

El Fiscal Superior del País Vasco, Juan calparsoro, ha defendido la necesidad de instalar cámaras de vigilancia en los centros escolares para resolver determinados casos de acoso escolar, porque son conductas que «se producen a veces en ámbitos ajenos a otros compañeros o a testigos». Calparsoro hacía alusión así a un caso de acoso escolar especialmente violento registrado en un colegio vizcaíno. «Es importante contar con los medios necesarios, siempre respetando los derechos de terceros, claro», ha puntualizado.

La Fiscalía pide tres años de libertad vigilada para el supuesto autor, un menor que habría acosado a una compañera de bachiller durante el curso 2014-1015, según una información publicada por el diario El Correo. La Ertzaintza investigó durante diez meses la denuncia y para su resolución fue precisa la colocación de una cámara en el aula del centro educativo donde se producía el acoso.

Según Calparsoro, «llama la atención, como ha ocurrido con anterioridad con la violencia de género, que hasta la fecha este tipo de actividades delictivas no llegaban, más que en los casos extremos, a los juzgados y fiscalías. Hoy en día sí que llegan cuando tienen que llegar y, afortunadamente, hay medios y hay una respuesta».

El fiscal general recalcó la idea de que antes eran situaciones que «quedaban en un ámbito privado o entre compañeros», pero en la actualidad los centros escolares, las instituciones y la Administración de Justicia han asumido que este tipo de delitos «son hechos que tienen que ser investigados» y «tener la respuesta penal que merecen».

«Los casos de acoso escolar», ha añadido, «son más comunes de lo que desgraciadamente deberíamos pensar. No es ni un hecho aislado ni se puede decir que sea generalizado. Son hechos que ocurren, y se va recabando un número importante de denuncias que, desgraciadamente, denota que hay algo a lo que sí deberíamos responder».

Acoso más allá del aula

En la Memoria de la Fiscalía vasca correspondiente al ejercicio 2015, la fiscal de Álava asegura que el adjetivo «escolar» no es adecuado para englobar el fenómeno en su totalidad. «Sería escolar si realmente únicamente tuviera lugar dentro de las aulas, pero ello no es así. Las redes sociales hacen que este acoso se desarrolle fuera de este elementoy que pueden sumarse a él menores que no comparten aula o colegio con la víctima».

«Y es que las conductas de acoso», abunda la fiscal de Álava, «van más allá del recinto escolar, siendon internet y las redes sociales donde mejor se plasman las conductas insultantes o intimidatorias, sin perjuicio de que su origen sea el centro escolar».

El acoso escolar se ha convertido en una lacra, en uno de los problemas más serios e importantes a los que se enfrentan las escuelas en todo el mundo. Al bullying, tal y como se conoce a este fenómeno por su nombre en inglés, se ha sumado en los últimos años el ciberbullyin, que tiene las mismas características, pero que se hace a través de las nuevas tecnologías y las redes sociales, tal y como apunta la Fiscalía de Álava. Desde 2007, la iniciativa finlandesa Kiva, que en finlándes coloquial se usa para describir algo agradable y, al mismo tiempo, es el acrónimo de Kiusaamista Vastaan (contra el acoso escolar), ha triunfado en el país nórdico y ya se ha exportado a más de una decena de países. El objetivo de esta iniciativa desarrollada por la Universidad de Turku es disminuir y prevenir el acoso escolar y garantizar un ambiente de aprendizaje tranquilo y seguro para todos. Para los profesionales nórdicos, la excelencia educativa de su sistema escolar (reconocido habitualmente por los resultados de los exámenes PISA) pasa por una lucha eficaz para erradicar el acoso escolar. Y según los resultados, Kiva lo está consiguiendo. Varios colegios en Euskadi han implantado el modelo.

Fuente: http://www.eldiario.es/norte/euskadi/Camaras-aulas-combatir-fracaso-escolar_0_567994014.html

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Educación, formación y tecnología, un galimatías difícil de resolver

Por. Redacción prnoticias

Hay quien opina que la educación es una labor de la familia. Dicen que es en ella donde debe empezar y terminar en el colectivo sociocultural al que se pertenece. Otra cosa muy distinta es la formación, que es la introducción de diversas materias útiles para el desarrollo del ser humano y, por ende, de la sociedad. Se puede ser exquisitamente educado pero analfabeto y poseer una eminente formación académica y ser un maleducado. Sin dejar de estar de acuerdo en esto, cuando hablamos de preparar a una persona, el primer paso es, sin duda, la familia, pero luego,comienza a externalizarse comenzando por la educación escolar, superior y, posteriormente, la formación de posgrado.

Hasta aquí, parece todo correcto. Pero cuando profundizamos en los problemas de incorporación al mercado laboral que actualmente tienen nuestros jóvenes, nos encontramos con que los educadores (colegios y universidades) dicen que el muro lo levantan los centros de formación mientras que estos se quejan de que los estudiantes no salen bien preparados. Ambos, aquí si coinciden, acusan a las tecnologías de no poder hacer programas a medio plazo porque van demasiado deprisa. Por su parte, las empresas tecnológicas, se quejan de la falta de preparación del profesorado para utilizar y poder incorporar herramientas tecnológicas adecuadas. En definitiva, todos tienen la culpa o al menos eso es lo que parece.

Para hablar de este galimatías, tuvimos con nosotros a Armando Fernández, de CICAE (además es Directivo del Colegio Alameda Osuna de Madrid y miembro de 32 Visionary Intel Educations), a Ovi Barceló, Ejecutivo de Educación de Microsoft y Gabino Diego, Director de Línea Corporate de IMF business school. La primera cuestión que pusimos sobre la mesa fue si el problema es generacional por parte del profesorado, sobre todo por la incorporación de herramientas tecnológicas. Armando Fernández, comenta que habría que empezar por analizar cada una de estas características, lo que es muy complejo. Depende de las competencias del profesorado, características de este, entorno, objetivos de los centros y de las familias. Por todo ello el abanico es muy amplio para elegir.

Por otro lado, las administraciones están haciendo grandes esfuerzos para superar estos problemas, pero hay un hándicap en los presupuestos y en las competencias. De lo que no hay duda es que, si no corregimos esta situación, estamos perdiendo una gran oportunidad para nuestros alumnos y al final perderemos el tren de la competitividad, quedándonos en un país periférico, es decir, dependiente de la innovación de otros países.

Por su parte, Ovi Barceló cree que lo se está planteando entre todos son universos distintos. Si hablamos de los diferentes aspectos de la educación y de la formación, hay temas muy concretos como son las actitudes de comportamiento social (esto está muy claro y todo el mundo lo tiene asumido). Pero si hablamos de, por ejemplo, las redes sociales… ¿Entramos en la formación o en la educación? ¿Quién tiene responsabilidad sobre eso? Probablemente nadie tenga la respuesta. Con el uso de la tecnología pasa lo mismo, las empresas tecnológicas van por su cuenta, para sacar el máximo beneficio posible, mientras que los profesores van detrás de todas las innovaciones que se generan. La tecnología no debe de ser un elemento extraño en las aulas.

Para Gabino Diego, en España hay pendiente un gran pacto por la educación y mientras ese no se produzca difícilmente se podrá avanzar. Cuando la educación se utiliza para postular unos principios y no se tiene en cuenta al alumno, ni al profesorado, ni a la escuela ni al mundo de la empresa, nos encontramos con un sistema educativo anquilosado y anclado en unos vicios importantes.

Existe una diferencia muy grande entre las empresas, lo que el mercado laboral demanda y lo que el sistema educativo es capaz de aportar. Nos encontramos con unas necesidades enormes que demandan profesionales capaces de abordar esa transformación digital tan necesarias para las empresas, y sin embargo hay verdaderas dificultades para encontrar profesionales capaces de afrontar este reto. En definitiva, ni el sistema educativo en cualquiera de sus fases, tanto en la educación primaria como en la educación superior, ni los posgrados, son capaces de dar respuesta a esta demanda.

Continuamos con el programa y, en esta ocasión en la sección de ayudas. Martina Naranjo, CEO de MNH Licitaciones nos ha traído unas nuevas e interesantes ayudas sobre contratación, que analizamos para que aquellas empresas interesadas puedan saber cómo acceder sin dificultad. Para terminar, Ivan Fernández, nos advirtió de los cambios que se están produciendo en la gama media de smartphones, donde no hay un líder claro y al parecer, se prepara una guerra entre fabricantes que sin duda beneficiará al mercado y por consiguiente a los usuarios.

Fuente: http://prnoticias.com/podcast/ondacro/20156732-educacion-formacion-tecnologia

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España: “¿Cómo vamos a tener una sociedad inclusiva si no tenemos educación inclusiva?”

Por: Eduardo Azumendi

Los profesionales lamentan que en el sistema educativo se está funcionando con normativas del siglo pasado para necesidades de este siglo en cuanto a la integración de niños con discapacidad

“Hoy en día, todavía persiste la idea de que la respuesta a los niños y niñas con patologías mentales debe hacerse en el aula. La respuesta hay que darla en el centro porque el aula en sí es un concepto restrictivo”

En la década de los 80 se sucedieron una serie de cambios y movimientos sociales importantes que ayudaron a impulsar el surgimiento de la escuela y la sociedad inclusiva. “Antes, la integración de los niños con discapacidad no existía”, según Juan Antonio Tejero, responsable de Berritzegune Nagusia Bilbao. Sin embargo, con el paso de los años ningún gobierno ha sido capaz de actualizar a 2016 las nuevas  necesidades de integración en la escuela de los niños con discapacidad. Eso es lo que cree Tejero.

Los berritzegunes son servicios de apoyo para la innovación y mejora de la educación en los niveles de enseñanza no universitaria. Estos centros, pertenecientes al Departamento de Educación del Gobierno vasco, tienen entre sus misiones posibilitar esa integración en las mejores condiciones. Tejero, quien ha participado en un taller de los cursos de verano de la Universidad del País Vasco sobre la educación inclusiva sostiene que “a los problemas globales, la administración da respuestas puntuales y en el ámbito de la educación nos estamos acostumbrando cada vez más a que cada problema tenga una solución puntual que no asume el claustro educativo”.

En 1982 se aprobó el Plan de Educación del País Vasco en el que se adoptó el concepto de aulas de educación especial, en las que “los niños estaban incluidos en aulas de los centros, pero estaban cerradas. Por esta razón, coloquialmente se les llamaba ‘aulas cerradas’. El 7 de octubre de 1982, como consecuencia de la presión de un movimiento colaborativo compuesto por asociaciones de padres, personal sanitario, educativo e, incluso político, se aprobó en el País Vasco una norma sobre educación especial que tenía como objetivo dar respuesta a nuevas necesidades.

Sin embargo, actualmente “existe un gran problema ya que se mantienen las estructuras de la década de los 80 en 2016, lo que significa que no se posibilita la capacidad de adaptarse a los cambios”.

De forma paralela, “el sistema sanitario y el educativo han ido reproduciendo los mismos problemas”. Algunas patologías como el Síndrome de Down están más incluidas en las aulas porque “causan menos problemas”, pero otras como el TDAH (déficit de atención con o sin hiperactividad) presentan más dificultades para la inclusión. “Hemos ido integrando esas patologías, pero están surgiendo otras diferentes que el sistema educativo intenta resolver derivando al ámbito sanitario”.

Desde la década de los 90 al año 2000 se produjo un cambio “socialmente interesante” ya que la educación se hizo obligatoria hasta los 16 años después de la aprobación de la LOGSE en 1992. “Esos dos años supusieron un gran avance social y espero leer algún día que la educación obligatoria se amplía hasta los 18 años”.

Teniendo en cuenta todas estas cuestiones, Tejero cree que se impone una reflexión sobre la forma de solucionar los conflictos. “A los problemas globales, la administración da respuestas puntuales y en el ámbito de la educación nos estamos acostumbrando cada vez más a que cada problema tenga una solución puntual que no asume el claustro educativo”.

“Estamos acotando nuestra zona de confort”. Se crea, por tanto, un gran problema para la administración ya que va creando figuras determinadas. Desde que en 1998 el Departamento de Educación aprobara una nueva normativa, no se han efectuado reformas. “No ha habido ningún gobierno que se haya puesto de acuerdo para cambiar o actualizar a las necesidades de 2016. Por ejemplo, hoy en día todavía persiste la idea de que la respuesta a los niños y niñas con patologías mentales debe hacerse en el aula. La respuesta hay que darla en el centro porque el aula en sí es un concepto restrictivo”.

Sin cambios

La ampliación de la duración de la etapa escolar obligatoria supuso un avance importante pero “de 2001 a 2016 no ha habido ningún cambio ni ninguna dinámica clara del Departamento de Educación. Ahora cambiamos sólo la terminología”.

Las necesidades han hecho que surjan algunos proyectos que pretender dar solución a estos nuevos retos. Por ejemplo, en 2007 nacieron los Centros Territoriales para la Atención Educativa, Hospitalaria, Domiciliaria y Terapéutico-Educativa cuya finalidad es  “ofrecer apoyo educativo y terapéutico al alumnado si no puede asistir de manera habitual a su centro escolar por prescripción facultativa”. Aun así “estamos funcionando con normativas del siglo pasado para necesidades de este siglo”.

Según Tejero, “la normativa de la administración encorseta para dar seguridad a la propia administración. Intentamos protocolarizar todo, lo que tiene un lado positivo, al aportar seguridad, pero, a su vez, nos deja absolutamente vendidos. Estamos hablando de sociedad incluyente pero, como va a un ritmo muy pausado igual hay que saltarse los protocolos para que sea de verdad incluyente”.

“Estamos en una sociedad cambiante”, añade, “y si no tenemos la capacidad de adaptarnos no sobreviviremos. Un sistema inclusivo debe hacer que el alumno o paciente sienta respeto por la persona que tiene delante. En la educación inclusiva no tenemos un plan amplio, sino muchos protocolos. ¿Cómo vamos a tener una sociedad inclusiva si no tenemos educación inclusiva? Hay que dar respuestas globales a problemas individuales”.

Fuente: http://www.eldiario.es/norte/euskadi/vamos-tener-sociedad-inclusiva-educacion_0_563444530.html

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Puerto Rico: Cae la matrícula en postsecundaria

Por: Lyanne Meléndez García

Baja. Este año hubo 41 % estudiantes matriculados menos en comparación con la cantidad que había hace seis años

La cantidad de estudiantes que se matriculan y gradúan de programas postsecundarios técnico-vocacionales (PTV) en Puerto Rico ha mermado durante los últimos seis años, según dio a conocer el Consejo de Educación Superior de Puerto Rico.

Para este año académico (2015-2016), se matricularon 48,091 personas, lo que son 34,440 estudiantes menos, si se compara con la cantidad que había hace seis años, 2010-2011, cuando se registraron 82,531. Porcentualmente, esto representa una reducción de 41 % del total matriculado para ese entonces.

Según el informe publicado ayer, los egresados de 2014-2015 sumaron 27,690. Esto representa una disminución de 10,686 estudiantes, en comparación con hace seis años (2010-2011), ya que en ese entonces se graduaron 38,376.

El informe sale a la luz a solo días de que la institución postsecundaria MBTI cerrara sus puertas y dejara en el limbo a decenas de estudiantes con respecto a los grados que allí cursaban.

Tasa de retención

En cuanto a la tasa de retención, el informe demuestra que durante los últimos años se ha mantenido en no más de 60 %. En el pasado año educativo, cuando se graduaron 27,690, estaban matriculados 50,816, lo que representa una tasa de 54 %. El promedio de graduación era el mismo para 2013-14, mientras que para 2012-13 fue de 55 %. Para 2011-12 fue de 60 %, mientras que para hace seis años en 2010-11 era de 46 %.

Las áreas académicas con mayor número de egresados son servicios personales y culinarios con 9,679, profesionales de la salud y programas relacionados con 6,703, y mecánica y reparación de equipo con 2,855. A estos se le suman administración, gerencia y mercadeo (1,499) y tecnologías relacionadas con la ingeniería (1,178).

Entre los municipios con mayor número de unidades académicas se destacan San Juan con 62, seguido por Bayamón (35), Ponce (24), Caguas (19) y Mayagüez (19). Sin embargo, hay 27 municipios que solo cuentan con una institución académica de PTV. El informe establece que para este año hay 7,565 profesores, de los cuales un 45 % son hombres y 55 % son mujeres.

Según se expone en el documento, el Reglamento para el Licenciamiento de Instituciones de Educación Básica expone que a las instituciones que solo ofrecen talleres, adiestramientos y cursos cortos que no conducen a un certificado no se les requiere licencia del Consejo de Educación de Puerto Rico para operar, por lo que, a partir del 2013-14, se empezó a excluir a estas instituciones de las estadísticas.

Cae la matrícula en postsecundaria
Fuente: http://www.metro.pr/noticias/cae-la-matricula-en-postsecundaria/pGXpje!YyCVLjLrSkYLg/
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El precio de la Cultura.

Por: Jose Elizondo.

Dice Eduardo Galeano en su “Patas arriba, la escuela del mundo al revés” que el mundo al revés nos enseña a padecer la realidad en lugar de cambiarla, a olvidar el pasado en lugar de escucharlo y a aceptar el futuro en lugar de imaginarlo (…) que su escuela es una escuela del crimen, en la que son obligatorias las clases de impotencia, amnesia y resignación. Sin embargo nos recuerda no hay desaliento que no busque su aliento y así tampoco hay escuela que no encuentre su contraescuela.

Y es que si como decía Sócrates el conocimiento nos hará libres, cada vez resulta más evidente que a  la libertad le han puesto precio y si aspiras alcanzarla, pasando antes por la universidad, deberás contratar un plan de pensiones y domiciliar tú nómina en el banco de turno. La esclavitud posmoderna se descarga como última aplicación para tu móvil en esta cooperativa de consumidores en la que se ha convertido la cultura, como ya advirtiera  el sociólogo francés Zygmund Bauman. Como metáfora explicativa quizás la cooperativa de consumidores nos lleva a entender esa eterna insatisfacción que conlleva el deseo de la Libertad con mayúsculas. Porque siempre necesitamos más libertad de la que tenemos y cuando la ponemos precio jamás tendremos dinero suficiente.  Y quizás de eso se trate, de seguir pagando por un deseo inalcanzable. O de pagarlo caro…

Siempre subyacerá el debate sobre el papel  de la Universidad, como paradigma de saber, dentro de nuestra sociedad. Pero, ¿saber qué y para qué? Si como herramienta emancipadora, algo a día de hoy quizás demasiado utópico y relegado a nostálgicas distopías sesentayochescas. O como fórmula de ascenso y promoción en el escalafón del estatus social. Algo que, a día de hoy,  quizás debiera de ir acompañada de vacunas que curen el conocido virus de la “titulitis”,  junto con manuales de autoayuda que te expliquen cómo gestionar la frustración de una promesa incumplida cuando tras años de estudios, cursos, becas etc…te encuentras en la cola del paro por estar sobre-cualificado. Por no haber cumplido sus expectativas que, sin saber cómo, se convirtieron en las tuyas.

De ahí también la reflexión y el debate sobre si realmente se ha superado esa visión elitista y restringida en una sociedad que intenta entender e integrar a una generación denominada NI-NI. En un país con reformas educativas (LOMCE) donde son marginadas asignaturas como Filosofía. Terrible alegoría de la realidad. El pensamiento crítico convertido en una opción: Que el mero ejercicio de pensar-reflexionar-cuestionar acabe arrinconado hasta considerarlo como algo innecesario hace que el triunfe ese mantra repetido y aprendido: ¿Y “esto” para qué me servirá? Que traducido, podría ser algo así como: ¿De qué me  servirá pensar-reflexionar-cuestionar, el día de mañana? Un día de mañana que se convierte en un hoy impotente, amnésico y resignado.

Una simple elección donde un estudiante podrá cursar la educación obligatoria sin haber conocido a Platón, Marx, Kant o Sartre, entre otros pensadores claves para entender el pensamiento occidental, no deja de ser una buena forma de entender cómo el conocimiento se puede convertir en una fábrica de grilletes. Pues si de  la filosofía emana el pensamiento crítico, pilar fundamental de la democracia, quizás no sea siquiera necesario leer entrelíneas. Quizás, también por ello, debamos preguntarnos hasta qué punto se ha dado una verdadera democratización del conocimiento y hasta qué punto se rompen las desigualdades de origen en pos de la reiterada igualdad de oportunidades. ¿Igualdad de oportunidades para elegir pensar o no? ¿Igualdad de oportunidades para intentar comprar la ilusión de lo que no soy?

Tal vez por eso arremeta Galeano contra lo que él llama “Los modelos de éxito” y en los que las posibilidades de que un banquero que vacía un banco pueda disfrutar, en paz, del fruto de sus afanes son directamente proporcionales a las posibilidades de que un ladrón que roba un banco vaya a parar a la cárcel o al cementerio. Y en las que el mismo banco  te ofrece créditos para tu formación universitaria manipula sus cuentas para imponer recortes laborales. Lo que no dejan de ser relaciones de poder. Y como decía el filósofo francés Michael Foucault “el poder no opera en un solo lugar, sino en lugares múltiples: la familia, la vida sexual, la forma en que se trata a los locos, la exclusión de los homosexuales, las relaciones entre los hombres y las mujeres (…) relaciones todas ellas políticas. No podemos cambiar la sociedad, a no ser que cambiemos éstas relaciones“.

Así, la pregunta sobre la universidad, como en la vida misma, es cual es el objetivo derivado de acceder al conocimiento; si cambiar la sociedad, o apuntalar aquello que consideramos incuestionable (dogmatismo) dentro de un  espacio  más, donde competir y encajar,  en el que no es necesario pensar, sino acumular datos hasta convertirnos en la mejor y más descargada aplicación para móviles desmovilizados de La última generación. ¿A qué precio?

O quizás sea como escribía Jean Francois Lyotard y los seres humanos alcanzamos nuestra humanidad más plena y real en la niñez. Y a partir de ahí empezamos a deshumanizarnos, a olvidar, a pagarlo con la vida…

Fuente: http://www.elfaradio.com/2016/10/03/el-precio-de-la-cultura/

Imagen: http://www.elfaradio.com/wp-content/uploads/2016/10/el-conocimiento-nos-har%C3%A1-libres.jpg

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Educación sexual a lo panameño.

Por: Noel Augusto Caballero.

En Panamá, como en Latinoamérica, la educación estaba inicialmente en manos de la Iglesia, como una concesión de los partidos políticos, Liberal y Conservador; de ahí el color amarillo de algunas banderas en ciertos países.

Esa influencia en la formación de los futuros gobernantes se vio cuestionada y mermada con el avance de reformas educativas promovidas por ilustres pensadores latinos y la Universidad de Córdoba, en Argentina, que promovían la instrucción laica y científica que ahora se refleja en los textos constitucionales.

Alguien dijo que la educación sexual en Panamá hay que hacerla al “estilo panameño”, para enervar las percepciones del proyecto de ley referente a este tema. La verdad es que esa expresión es un verdadero sofisma, porque hace referencia a una “educación” que, si la sopesamos histórica y literalmente, no existe al tenor de una política de Estado, de un sistema o de programa del Ministerio de Educación. Una vez quemados los proyectos de la reforma educativa, que encabezó Marcos Alarcón, la “educación” panameña ha venido a peor. (¿Pruebas?… sobran).

¿Cuál es ese “estilo panameño”? Aquí entra la educación o instrucción doméstica o de cada hogar. La suma de estas viene a formar la cultura del panameño, la cultura vernacular que está llena de cuentos y leyendas en cada uno de nuestros pueblos.

Esta naturaleza humana del panameño se palpa en los muy populares concubinatos y escándalos, ya sea en la ciudad o en el campo, por parte de algún presidente, alcalde, hacendado, potentado o político y que, sin ningún temor, se afirme que “fulana de tal es la querida o la amante de fulano”.

Hay otros relatos de prácticas de zoofilia, algunos son cuentos o leyendas y otros realidades; también, se habla de relaciones entre clérigos y feligreses (masculinos y femeninos). Entonces, ¿de qué educación sexual al estilo panameño estamos hablando?

Es más, se afirma con muchas consideraciones válidas, que vivimos una crisis moral, social y de valores, que se manifiesta en todo el orden de la vida nacional, social y familiar; crisis esta que ha disparado las alarmantes estadísticas de desenfrenos, abusos y violaciones a menores de ambos sexos, enfermedades de transmisión sexual y embarazos de niñas y adolescentes, entre otros.

¿Cómo llegamos a esta situación? Simplemente, ninguno de los que han tenido en sus manos “la educación” (oficial o particular, incluyendo los centros religiosos) ha cumplido con su papel de rector educativo. Por lo tanto, lo primero por hacer es un acto de contrición o autocrítica, para que cada quien asuma su cuota de responsabilidad en esta tragedia social.

Fuente: 

http://www.prensa.com/opinion/Educacion-panameno-Noel-Augusto-Caballero_0_4590291080.html

Imagen: http://cfvod.kaltura.com/p/1199011/sp/119901100/thumbnail/entry_id/0_l5m53ich/version/100011/acv/162/width/667/height/375

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El sexismo público educativo: cambiarlo sin oportunismo idealista.

«La crisis de la educación pública hay que enfrentarla desde cimientos más radicales que los que ofrece nuestro tiempo, pero también sobre condiciones materiales más adecuadas. La acogida de la demanda por una educación no sexista debiese apuntar hacia el cuestionamiento de la existencia de la educación particular pagada, y también de la particular financiada con fondos públicos (hoy mayoría del sistema)».

Por: Ivan Salinas.

Asumiendo el ejercicio mental el ideal liberal de que todos somos iguales ante la ley, se vería muy injusto que un individuo tuviere más privilegios que otro cuando se enfrenta a la institucionalidad, al derecho. De allí que lo público, lo que se ajusta al contrato social que asume tal “igualdad ante la ley” tenga que ser enjuiciado por el incumplimiento de tal ideal.

Una niña de 11 años envió una carta a la Presidenta de la República pidiendo entrar al Instituto Nacional. Lo hace con la racionalidad obvia de quien siente vulnerado un derecho: el derecho a recibir la educación que reciben los estudiantes del Instituto Nacional, que son individuos con pene, con más de 200 años de tradición de ser educados así, entre otros que igualmente tienen pene. Esa gran diferencia biológica es inaceptable como excusa para negar el derecho, y abre un flanco muy necesario de debate sobre la posibilidad de pensar una educación pública inclusiva, y no sexista. Bien por el debate, y ojalá que se profundice.

La izquierda criolla actual, como es razonable y esperable, ha actuado condenando la segregación por género. Es una demanda de años, pero que ha adquirido más notoriedad a partir de los movimientos estudiantiles del 2006 y gracias al incansable y crecientemente organizado movimiento feminista chileno. Sin embargo, en todo esto hay una precaución que debe tomarse, y debe tomarse en serio si es que se buscan cambios serios.

Una pregunta de fondo que debemos hacernos sobre el espacio escolar es sobre su sentido de inclusión social. Por diseño, en Chile sabemos que las escuelas más que inclusión social lo que hacen es separar socialmente a quienes en ellas ingresan. El prolífico filósofo educativo John Dewey solía decir que la escuela no es un lugar en el que se prepara para la vida, sino más bien es la vida misma. Y hoy en Chile esa certeza filosófica tiene una profunda expresión material: niñas y niños pasan muchísimo tiempo en la escuela, donde comparten, hacen sus amigas y amigos, aprenden lo que les enseñan y lo que no les enseñan, y generan sus relaciones y afectos de largo plazo. Una escuela segregada es una receta para crear comunidades segregadas, y en Chile esas comunidades se definen por la plata que tiene tu familia (o cualquier otro marcador social que quepa en la nueva legalidad del voucher refundado de la Nueva Mayoría).

Hace unos años salió un estudio que hizo el mismo diario que publicó la carta de la niña que quiere entrar al Instituto Nacional. El estudio decía que la mayoría de los gerentes en Chile había egresado de colegios privados. No se trataba de una mayoría relativa: el 84% de los gerentes de las empresas que venden más de US$80 millones por año eran egresados de colegios privados. La otra cifra: el 50% de los gerentes había egresado de solo cinco colegios privados donde la mensualidad supera el sueldo mínimo: El Verbo Divino, Sagrados Corazones de Manquehue, Saint George, San Ignacio, y Tabancura. El primero es, por cierto, católico y sexista. De esta lista también egresan una gran cantidad de políticos actuales, según la misma fuente. Si asumimos la noción Deweyana de que la escuela es la vida, podemos asumir que la política y los negocios en Chile están controlados por un mismo sector social que crece segregado y separado de la educación pública. El sexismo en esta segregación es rampante en la educación a la cual el Estado no puede intervenir pero de la cual egresan sus dirigentes políticos. Bonito corolario de la “libertad de enseñanza”: que viva para el poder, que se norme para el resto.

Que la educación pública hoy represente el 38% de la matrícula escolar también representa una limitación al Estado y su capacidad de hacer realidad modificaciones ultra necesarias en la inclusión social de grupos históricamente oprimidos. Si a los 11 años una niña escribiera a la presidenta queriendo entrar al Verbo Divino, acusando la extremadamente evidente desigualdad que no solo se debe al sexo, sino también a la cuna, quizá estaríamos hablando de otro conflicto: uno inexistente y sin posibilidad de expresión mediática. Pero como ocurre con el baluarte de la educación pública, un liceo emblemático, la cosa toma otro cariz. El liberalismo del “buen sentir” se toma la palabra y se une a una izquierda que se lanza, idealista como el liberalismo mismo, a “normar” el deber ser de esa educación pública, una que quizá no han vivido. Allí está la trampa de asumir como imposición una demanda que debiese surgir desde la organización de sus actores centrales: la comunidad escolar.

Pero hay limitaciones obvia a las capacidades actuales de las comunidades escolares en la educación pública. El abandono sostenido de parte de gobierno tras gobierno, la precarización de sus docentes (puestos hoy a competir entre ellos y con colegios desde donde salen los gerentes de Chile), su financiamiento-voucher(o continuo desangramiento del Estado hacia los privados), el despojo del profesionalismo pedagógico (a través de su formación entregada al mercado, la constante responsabilización de la calidad educativa, y la externalización privada de la mejora escolar mediante asesorías técnicas educativas), se cuentan entre las limitantes estructurales para el desarrollo de capacidades en la comunidad escolar. Nuestra educación pública debe reconstruirse, de eso no hay duda. La izquierda está llamada a contribuir a esa reconstrucción. Pero para eso, es relevante tomar en su peso el contexto histórico y las posibilidades de desarrollo y éxito de una demanda tan racional y necesaria como la educación no sexista.

El sexismo en la educación pública tiene que acabarse. Pero para eso no es necesario poner al Instituto Nacional o los liceos emblemáticos como blanco. Las balas de los enemigos de la educación pública disparan contra tales blancos, generando una onda expansiva difícil de detener cuando la izquierda se asume tras esas balas. Lo que necesitamos es educación pública en serio, fortalecida, bien financiada, que permita que los proyectos educativos acojan demandas de educación integral, no sexista, con modernización y sentido, en comunidad y en colaboración. No queremos más competencia, ni entre las escuelas por estudiantes-voucher, ni entre los docentes por un sueldo decente. La izquierda podría tener eso en su centro para evitar el oportunismo de usar al Instituto Nacional, o cualquier liceo emblemático, como el blanco perfecto de autodestrucción cultural y política.

La crisis de la educación pública hay que enfrentarla desde cimientos más radicales que los que ofrece nuestro tiempo, pero también sobre condiciones materiales más adecuadas. La acogida de la demanda por una educación no sexista debiese apuntar hacia el cuestionamiento de la existencia de la educación particular pagada, y también de la particular financiada con fondos públicos (hoy mayoría del sistema). Emanciparse de la opresión también implica emanciparse de sus formas de procesar los conflictos. Discutamos cómo hacemos una educación pública no sexista, pero no hagamos que sea la izquierda la que termine sepultando a la educación pública sumándose con oportunismo a los idealistas del mercado.

Fuente: http://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2016/09/28/el-sexismo-publico-educativo-cambiarlo-sin-oportunismo-idealista/

Imagen: https://pbs.twimg.com/media/CteMITiWgAEDwDS.jpg

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