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Camerún: La reserva de la biosfera del Dja se muere.

Los intereses económicos de los poderosos de Camerún están matando uno de los espacios naturales más importantes del mundo.

África/Camerún/14.06.2016/Autor:Chema Caballero/Fuente:http://elpais.com/

Basil Fouda y su ayudante, Pierre, acaban de cruzar el puente de madera sobre el río Dja, abandonando la reserva de la biosfera del mismo nombree, en el sur de Camerún. En su camión transportan varios troncos enormes de moabi hasta Yaundé, donde serán transformados en tablas en una serrería antes de continuar hasta Duala para ser embarcados rumbo a Europa.

La compañía para la que los camioneros trabajan es francesa y ha conseguido una concesión para talar árboles en el corazón de la reserva. “Es el Gobierno quien las otorga porque ahora él gestiona directamente el parque”, asegura el conductor. “Ya no lo hace Ecofac (el programa de la Unión europea para el establecimiento de una red de áreas protegidas en África)”.

No se sabe hasta qué punto esta afirmación es verdad, pero unos metros más allá del puente se encuentra una edificación abandonada donde hasta hace cuatro años los guardas forestales registraban a todo el que pretendía adentrarse en la reserva. Ahora, los vehículos y las personas entran y salen libremente. A pocos metros de la antigua garita, una decena de camiones esperan a ser cargados y emprender la misma ruta que Basil y Pierre. Además, el Gobierno está arreglando las carreteras del parque para que los camiones puedan pasar más fácilmente.

La excusa del ejecutivo para conceder estos permios en una reserva de la biosfera es la construcción de una presa hidroelectrica en mekim, sobre el río Dja, por parte de una compañía china y con financiación del Banco de China, que inundará parte de las tierras de la misma. Por eso ha permitido que las madereras saquen los árboles que quedarán cubiertos por las aguas dentro de pocos meses. No es solamente la deforestación lo que está poniendo en peligro el rico patrimonio de este parque, también las actividades mineras, la caza ilegal y la presión de la población que vive en ella la amenazan de muerte.

Cercada casi en su totalidad por el río Dja, la reserva es excepcional por su rica biodiversidad y la gran variedad de primates que viven en ella. Alberga 107 especies de mamíferos, de las cuales cinco están en peligro de extinción.

Cualquier reserva de la biosfera debe cumplir tres funciones de manera integrada: conservación de la biodiversidad y la diversidad cultural, desarrollo económico, socio-cultural y ambiental sostenible y apoyo logístico a la investigación, el monitoreo, la educación ambiental y la formación. Por eso, toda reserva necesita de una zonificación adecuada: un núcleo dotado de instrumentos legales de protección que garanticen la función de conservación de aquellos componentes más valiosos o representativos y de la preservación de los servicios ambientales que proporciona. Una zona tapón, donde las actuaciones deben ser compatibles con la conservación del núcleo y contribuir al desarrollo, a la investigación, a la educación y a la conservación de modelos tradicionales de uso. Y finalmente una zona de transición, donde tendrán lugar las actuaciones destinadas específicamente a promover el desarrollo de las poblaciones locales dentro de criterios de sostenibilidad, donde se experimentarán estrategias y modelos de desarrollo sostenible y donde tendrán lugar la mayor parte de las acciones de demostración.

Todo esto está presente, al menos sobre el papel, en la reserva del Dja que,segun la UNESCO, es uno de los bosques húmedos más vastos y mejor conservados de África ya que el 90% de su superficie no ha sido perturbada por la presencia humana. Pero estos datos puede que no sean verdad.

Etienne Mefe Sala, jefe búlu de Mimbil, uno de los pueblos que está dentro de la reserva, tiene claro que la deforestación de la misma no reporta ningún beneficio a la población local: “las madereras vienen porque el Gobierno les ha dado la concesión y nosotros no recibimos nada a cambio de que se lleven los árboles. También tenemos problemas con nuestros campos, a veces caen árboles sobre ellos y destrozan el sembrado. Tendríamos que ser indemnizados por ello y no lo somos”. Tampoco sabe muy bien si las aguas del nuevo embalse inundarán sus tierras. “Si fuera así tendrían que indemnizarnos como han hecho con otros pueblos, pero a nosotros no nos han dado nada, lo único que sabemos es que se están llevando nuestros árboles y nosotros no recibimos nada a cambio”. Esta declaración contradice la afirmación del Gobierno de que solo se concede la explotación de las tierras que serán anegadas tras la conclusión de la presa.

El Gobierno está arreglando las carreteras del parque para que los camiones puedan pasar 

En el pueblo de los pigmeos baka del mismo nombre que está pegado al anterior, tampoco ven con buenos ojos la deforestación. Los pigmeos han vivido siempre de la selva, de la que se consideran parte inalienable, no habitantes de la misma. En ella cazan, pescan y recolectan miel, frutos y tubérculos para comer o hojas, cortezas y raíces para su medicina. Jean Pierre Bessala, sentado a la puerta de su mungulu (casa tradicional pigmea hecha de ramas y hojas) comenta que no está bien que talen la selva. «En ella nos buscamos la vida plantando y cazando. Antes era una riqueza para nosotros pero ahora no es tan fácil como antes. La explotación forestal comenzó en esta zona hace seis meses y desde entonces la caza ha descendido. Los animales huyen por el ruido y la destrucción. Todos, no queda casi ninguno”, explica.

Su vecino, Francis Libendji, es de la misma opinión: “necesitamos los árboles que se llevan para nuestras medicinas. La caza desaparece, la vida es más complicada. Todo esto nos plantea buscar una selva nueva porque la que ahora nos rodea está desapareciendo. Ahora mismo están ampliando un mungulu en el pueblo. Antes eso se hacía en un par de días, ahora se tarda semanas porque cuesta mucho encontrar las hojas”.

Robert Okale, al que todo el mundo conoce como Petit Robert, es uno de los guardas forestales de la reserva; nació en ella, en un pueblo llamado Ndjibot. Es también voluntario de cerca y lejos, la única ONG que trabaja en la zona, principalmente por el desarrollo de los bakas. Él no está de acuerdo con que se haya abierto el parque a las madereras, piensa que todo lo que no es el núcleo del mismo tendría que haberse transformado en bosque comunal para beneficio de la población que allí habita. “La gente que vive en la reserva es de la más pobre del país. Solo se benefician de ella unos pocos, gente importante del país: el presidente y sus amigos.”

El presidente camerunés, Paul Biya, tiene en la actualidad una gran plantación de piñas junto al río Dja. Según Robert, los informes de impacto no la permiten, como tampoco la presa de Mekin, “pero las autoridades pasan por alto las normas internacionales”.

Robert está seguro de que con la inundación de tierras provocada por la nueva presa se creará una fuerte presión sobre el núcleo de la reserva, ya que la gente entrará en él para plantar.

El guarda forestal comenta también que el presidente y sus amigos se han apoderado de “miles de hectáreas” en la zonas aledaña a la reserva para plantar palmeras de aceite, árboles de caucho y cacao. “Hay tanto beneficio que tienen su propio aparcamiento, enorme, y han construido pueblos para los trabajadores”, añade. “Eso está provocando que mucha gente que se queda sin tierras por la expropiación esté entrando en el interior de la reserva para cultivar”.

Robert también denuncia que son los amigos del presidente y los ministros los que practican la caza ilegal dentro de la reserva. Comenta la frustración de querer perseguir a cazadores ilegales y encontrarse con que no se puede hacer nada “contra estos hombres importantes”, que incluso se permiten dejar a los agentes forestales “notas con amenazas si intentamos perseguirlos sobre, por ejemplo, un elefante al que le han quitado los colmillos. Los tribunales solo condenan a pequeños cazadores furtivos, en su mayoría pigmeos. Es una injusticia”.

El Gobierno dice que solo se concede la explotación de las tierras que serán anegadas tras la conclusión de la presa

Moise Kwanbe es uno de los cazadores bakas más famosos de la reserva del Dja. Como la mayoría de los pigmeos, practica la caza tradicional que está permitida fuera del núcleo de la reserva, pero sabe que la gente con dinero de la capital contrata a los bakas para que rastreen a los grandes animales: “si llegas con dinero se puede organizar la caza del elefante y sacar el marfil fácilmente de aquí”.

Robert añade que no solo se cazan ilegalmente elefantes. “También el pangolín y el cuerno de rinoceronte tienen mucho mercado, principalmente en Asia”. Pierre, el ayudante del camión, asegura que gran parte del marfil sale entre los grandes troncos que transportan los vehículos madereros hasta Yaundé o Duala.

Es difícil controlar toda la reserva, “es enorme”, asegura Robert. “Tiene 526 hectáreas en el núcleo y un millón en los alrededores. Tiene más de 40.000 habitantes y solo somos 80 guardas forestales para todo eso”. Añade: “no tenemos vehículos ni medios de comunicación, tenemos que hacer todo el trabajo a pie, o depender de las empresas madereras que nos presten vehículos para perseguir a los furtivos”. Además, están muy mal pagados, él mismo no llega ni a los 100.000 francos CFA al mes (unos 150 euros). “No puedes pedirle a un funcionario que no puede ni pagar el colegio de su hijo que defienda la reserva”, comenta.

Según Robert, varias ONG han escrito informes denunciando el deterioro de la reserva de la biosfera del Dja y la UNESCO amenaza con clasificarla como sitio en peligro. “Pero el Gobierno utiliza esos informes para decir que es verdad que la reserva está sometida a mucha presión pero que no tiene dinero, así consigue fondos que luego nunca se invierten en el parque”.

Cuando habla como persona nacida en la reserva, Petit Robert también se indigna; piensa que “sin reserva, la gente que vive aquí tendría mucho más dinero. No entiendo por qué aquí la población es tan pobre y en Djoum, que no tienen reserva, es rica: tienen luz, teléfono… Explotan la selva y sacan riqueza de ella. Nosotros no recibimos nada por conservar la reserva”. Según él los habitantes de la reserva del Dja deberían recibir dinero por conservarla: “nosotros guardamos la reserva para beneficio de todo el planeta, pero sus habitantes no reciben ningún beneficio. Cada árbol contribuye oxígeno al planeta, pero la gente que vive aquí no recibe nada porque el planeta respire”.

En definitiva, concluye Petit Robert, con mucha amargura: “Unos pocos se están haciendo ricos a costa de explotar en su propio beneficio la reserva de la biosfera del Dja, mientras que la población que la habita es de la más pobre y marginada del país. Una injusticia”.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/06/10/planeta_futuro/1465567296_724634.html

Imagen: http://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2016/06/10/planeta_futuro/1465567296_724634_1465568615_noticia_normal_recorte1.jpg

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Argentina: Violencia de género, un problema cultural que la educación no logra resolver.

Por Víctor Leopoldo Martínez
Las «mujeres” son como los «negros”, un mal social que los hombres blancos deben «soportar”. El hombre evita trabajar como «negro” porque es denigrante, pero ve como bueno y elogiable que una mujer lo haga porque para eso está, para trabajar como «negra” (la propia mujer también sostiene esto a la hora de «dar examen” al macho). Las mujeres «blancas” tienen mujeres pobres y «oscuritas” para que sean sus sirvientas. Las mujeres blancas disfrutan del sexo porque tienen recursos económicos para el aborto. Las «negritas” hacen el amor sabiendo que se juegan la vida si tienen que abortar; o por los planes sociales. El hombre tiene derechos porque trabaja fuera de casa y trae el «sustento”. Las labores hogareñas de la mujer no son parte de un trabajo sino un «deber” por gratitud hacia el hombre que trae el sustento. Hoy la mujer trabaja afuera porque «debe” ayudar al hombre; un «deber” sin muchos «derechos”, de ahí su sueldo diferente y en ocasiones inferior. La mujer es una «serpiente” y tan mala como la «bola negra” de billar cuando se trata de la diversión del macho.
Para vender cualquier producto, o para que un programa televisivo tenga audiencia tiene que «ofrecer” culos y tetas de mujeres revoloteando en la pantalla; no pocas mujeres se prestan al juego porque «paga bien” si esas tetas o culos se transforman en buena «merca” para un macho. Su creador fue Gerardo Sofovich, el continuador Marcelo Tinelli. El macho cuanto, más desnudo pueda aparecer, más macho es por ser más sexy. La mujer, cuanto más desnuda pueda aparecer, más permisiva para ser violada y/o violentada está diciendo ser porque lo hace para provocar. El hombre puede vestirse como se le canta; la mujer, si lo hace, «quiere guerra” (y en las guerras siempre hay muertes).
El hombre es violento con la mujer por cobardía, ya que jamás hablará de sus miedos. La sabe inferior en términos físicos y por ende indefensa y descarga sobre ella posibles traumas psicológicos infantiles irresueltos, cuando no reproduciendo modelos y costumbres familiares incorporados. La mayoría de las mujeres naturalizaron y justifican aún hoy esa violencia por aceptación cultural del sometimiento que supuestamente les cabe por una cuestión de género. Las madres educan a sus «nenas” para que sean futuras «señoritas decentes” (sometidas) a los dictámenes «machos”;  y de chiquitos justifican que los «nenes” fajen a sus hermanas. Las madres compran muñecas para que sus hijas mujeres sean futuras buenas madres y compran «autitos” para que sus nenes sean buenos conductores y ya grandes pueden gritar en la calle a una mujer que maneja un vehículo «anda a lavar los platos”. Maestras y profesoras (que son mayoría dentro del sistema educativo) exigen a las «niñas” comportamientos «de niñas” sin brindarles nunca un argumento sólido para tal exigencia. En cualquier establecimiento educativo la buena alumna se caracteriza por ser «obediente” a los dictados de una educación pensada por y para machos. La buena alumna lo es porque es buena y sumisa repetidora de lecciones, nunca por ser pensante, algo que no la prepara para ser una «buena mujer.
Las mujeres sólo se deben dedicar a lavar platos, la ropa, a cocinar y a cuidar chicos, y si son científicas es porque están al pedo y/o quieren competir con los hombres. Si un hijo sale «desviado” es culpa de la mala educación de esa madre. Un imbécil y energúmeno macho humano se arroga el don divino de poder golpear y hasta disponer de la vida de su –o una- mujer, y nunca falta en boca social el «por algo le pegó, algo habrá hecho esa mujerzuela”. Una «diva” televisiva –Mirta Legrand- pregunta a una de sus invitadas: «¿Qué hiciste para que te golpee?”. Muchas de sus seguidoras televidentes la acompañaron con sus comentarios hogareños justificatorios: «Seguro que algo anduvo haciendo, lo habrá gorreado” (infiel).
El hombre, cuanto más «gorreador”, más macho; la mujer, cuanto más prueba tratando de encontrar placer sexual ante tanto macho inútil y frustrador, más puta es. El hombre tiene derechos, la mujer tiene que agradecer los poquitos que los hombres le otorga. Sólo el 33% de las bancas parlamentarias (municipales, provinciales o nacionales) puede ser ocupado por mujeres … «y agradezcan”. Si una mujer es presidenta, hasta para sus pares de género es una «yegua que tiene que ir a la guillotina” y dejarle lugar a un macho misógino (Cristina vs. Macri) que, aunque sea un torpe e inútil, basta con que sea «macho”.
Las mayores enemigas de los derechos de la mujer lamentablemente están dentro de las propias mujeres. Por ahora, las defensoras de esos derechos son excepciones. Las propias mujeres hicieron suyo el calificativo «mina” para denigrarse entre ellas. Trazando paralelos, las «minas” son sólo «surcos” donde los machos pueden penetrar como quieren y cuando quieran y hacerlas saltar por el aire si se deciden explotarlas a cielo abierto.
¿Y la educación? La educación continúa acompañando de la mano de maestras, profesoras, licenciadas y doctoras a una sociedad para que esos desvalores nunca se pierdan. El viernes 3 de junio, la plaza 25 de Mayo de Catamarca, lugar del acto central para la convocatoria por «#NiUnaMenos”, se pudo haber transformado en el escenario propicio para una clase abierta sobre violencia de género, con presencia de funcionarias y hasta la propia Gobernadora, que son mujeres, y con una plaza colmada de maestras y profesoras con sus alumnos viendo y discutiendo el tema. No fue así. Sólo había no más de 100 mujeres recordando víctimas de atroces crímenes, mientras muchas y muchos pasaban por el lugar mirando a esas «locas” que piden justicia para unas locas a las que mataron seguramente porque algo hicieron como simples seres humanos de género femenino. Lamentable.
 
Fuente: 
http://www.elesquiu.com/policiales/2016/6/13/violencia-genero-problema-cultural-educacion-logra-resolver-217173.htm
Imagen: http://www.elesquiu.com/u/fotografias/m/2016/6/12/f620x0-197714_197732_15.jpg
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España: Ideología y política educativo.

Beatriz Muños Gonzalez.

Europa/España/Junio 2016/Fuente:http://www.hoy.es/

Para la retórica clásica, los topos lugares comunes eran un método de argumentación empleado por los oradores con la finalidad de conseguir el consenso del auditorio en torno a su postura. Con el tiempo se gastaron, perdieron originalidad quedando reducidos a frases hechas, banales y manidas.

Pocos espacios son tan propensos para los lugares comunes como el de la política y pocos contextos tan propicios como las campañas electorales. Es entonces cuando asistimos a un auténtico festival del lugar común; se utilizan para argumentar, pero no se argumenta sobre ellos. Supongo que a cada uno le resultarán particularmente irritantes aquellos que tienen que ver con su ámbito profesional o de interés; a mí me cambia el humor cuando empiezo a escuchar los referidos a la educación.

Entre ellos, uno de los que me parece más incomprensible -por su falta de fundamento  es aquel que dice que hay que llegar a un «consenso educativo al margen de las ideologías», que «hay que sacar a la educación de la lucha partidista». Un mantra repetido hasta el hartazgo en el que, en el mejor de los casos, se sugiere un falso dilema entre ideología y conocimiento experto o científico y, en el peor, se plantea explícita y torpemente que las decisiones en materia educativa -la política educativa- debe ser neutra. Mucho me temo que esto último no es posible y que la contradicción entre política -ideología- y ciencia es, en buena parte, intencionadamente ficticia. En cualquier caso, la relación entre ambas nunca podrá analizarse dibujando un trazo grueso. Intentaré, en estas líneas, explicar mi posición que ya adelanto defiende la conveniencia del diálogo entre ambas. La ilustraré con un ejemplo.

Toda la investigación educativa confirma la correlación entre fracaso escolar y nivel socioeconómico de las familias y del entorno. Esta misma investigación enfatiza la importancia de la universalización de la Educación Infantil de 0 a 3 años. Se trata de una medida sin duda alguna progresista pues beneficia sobre todo a los estratos sociales más vulnerables; a esa edad se construyen las capacidades siendo más fácil prevenir el fracaso e intervenir en él. Desde la perspectiva de la igualdad/desigualdad de oportunidades y del gasto económico, sería el más redistributivo y eficiente; desde luego mucho más que cualquier otro que pueda hacerse en niveles educativos posteriores. Además, la medida también favorece la conciliación.

A tenor de lo anterior, la decisión de priorizar la reducción del fracaso y el abandono escolar con la mirada puesta en la reducción de la exclusión o en la ruptura de círculos de pobreza, es una decisión ideológica; de igual manera es una decisión ideológica no hacerlo o prestar más atención a otras cuestiones. Podría decirse que la descripción y explicación de los fenómenos y de las realidades sociales correspondería a la investigación -a la ciencia- mientras que la selección y priorización de los objetivos de las políticas públicas -que lleva implícita la problematización o no de esas realidades sociales, es un asunto ideológico ya que responde al tipo de sociedad, ciudadanía e incluso trabajadores y trabajadoras (que me perdone la RAE) que cada opción política defiende. Votamos a un partido u otro porque encontramos afinidad entre el modelo societario que propone y el que deseamos. Si atendiéramos al mantra de «la educación al margen de las ideologías» nos daría igual votar a uno o a otro y no parece que sea así.

Pero además, el ejemplo utilizado me permite avanzar en mi exposición: si la realidad social se problematiza o no y en grado diferente en función de planteamientos ideológicos que definirán, a su vez, objetivos políticos, la manera de conseguirlos tendría mucho que ver con ese diálogo entre conocimiento y política que propongo. No solo conocemos la importancia de la educación a edades muy tempranas, también tenemos evidencias de la influencia de la jornada escolar en las desigualdades, de cómo afecta el tipo de agrupamientos en el aula y la organización de los centros; sabemos que cuanto más adelantemos los itinerarios más favorecemos la desigualdad, mucho más si encima estos son de nivel curricular inferior. Sabemos tantas cosas y las ignoramos tantas veces. Por eso no se entiende que en educación con frecuencia utilicemos homeopatía para tratar un tumor. La mayoría de nosotros no aceptaría que su médico le propusiera «probar otras cosas a ver si mejoras» y le exigiríamos que nos tratase la dermatitis como hasta la fecha se ha demostrado que el tipo de dermatitis que tenemos debe tratarse. En medicina la innovación se traduce en aplicar los nuevos tratamientos demostrados, no en aplicar ocurrencias o terapias seudocientíficas. El lugar común de la innovación también tiene su espacio en el discurso político sobre educación.

En las ultimas elecciones generales y autonómicas leí con interés los programas en materia educativa. Analizados con detenimiento, poco «pacto al margen de ideologías» era posible; sí encontré muchos lugares comunes y mucha incoherencia. Las afectadas y grandilocuentes declaraciones de intenciones sobre arreglar el sistema entre todos, innovar y luchar contra el fracaso, o bien venían acompañadas de medidas que contribuían a todo lo contrario, o bien de otras que a todas luces solo eran analgésicos contra los dolores de la enfermedad o tiritas que tapaban la herida; en ocasiones medidas que «apuntaban maneras» pero que resultaban insuficientes. Incluso algunos estaban descubriendo América en 2015. A pesar de todo ello, las propuestas reflejaban la distancia ideológica entre unos y otros. Comprendo que haya quien, a sabiendas de que su proyecto resultará poco popular, quiera ocultarlo y lo intente disfrazar con clichés, palabrería o verdades a medias, pero me cuesta entender que algunos caigan en la trampa de la desideologización de la política educativa. Desearía una mayor franqueza en la definición de posturas ideológicas y más diálogo entre ciencia y política. Contribuirían a elevar el nivel del debate incorporando, además, propuestas eficaces; evitaría que pensemos que todo es lo mismo o que no hay soluciones para algunos problemas.

Fuente: 

http://www.hoy.es/extremadura/201606/12/ideologia-politica-educativa-20160612010820-v.html

Imagen: 

http://resizer.hoy.es/resizer/resizer.php?imagen=http://www.hoy.es/RC/201606/10/media/cortadas/colas-viajeros-renfe-ktHG-U20633046776yII-660×371@RC.jpg&nuevoalto=150&nuevoancho=235

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El orgullo de nuestra  comunidad LGBTI  

Ilka Oliva Corado

Hace unos días hice limpia en mis redes sociales. A raíz de un comentario en apoyo a la comunidad LGBTI   salieron a relucir seguidores homofóbicos que no expresaron argumentos (¿qué argumento sería válido para justificar el odio a la diferencia y a la libertad?) sino que me cayeron encima con infinidad de insultos.  Que me decían que me quemaría en el infierno, que era una sucia, cocha, pervertida sexual.  Yo la tuve fácil porque solucioné el problema eliminando y bloqueando gente.

 Pero la vida real no está en las redes sociales, ¿qué sucede con las agresiones verbales y físicas que sufrimos quienes somos parte de la comunidad LGBTI? ¿Qué sucede con la invisibilidad del sistema que nos niega los derechos que legítimamente nos corresponden? ¿Con los crímenes de odio? ¿Con la exclusión tanto en centros educativos como en los centros de trabajo? ¿Con la discriminación que está en las acciones más simples; como una mirada, un gesto?

Nos critican por nuestro colorido al celebrar el Orgullo, realmente la gente común cree que se trata  de una especie de bacanal en el que se incluye todo tipo de drogas y variedad de orgías. Esta es la perspectiva de quienes ven a la comunidad LGBTI como la perversión de la raza humana.

Pero el mes del Orgullo no es más que la conmemoración de eventos trágicos que sufrió la comunidad LGBTI en décadas pasadas (en ese tiempo LGBT). Los disturbios de Stonewall (28 de junio de 1969), en el barrio neoyorquino de Greenwich Village,  cuando la policía realizó redadas contra los manifestantes de la comunidad LGBTI que por primera vez exigían sus derechos en público y un alto la persecución policial que el gobierno ordenaba contra homosexuales.

Por tratarse de Estados Unidos y un barrio neoyorquino esta noticia le dio la vuelta al mundo e hizo visible lo invisible hasta entonces. ¡Y aquí estamos, como hemos estado desde el inicio de los tiempos y somos legión! Eso es el desfile del Orgullo, una celebración, nuestro pronunciamiento, nuestro manifiesto como comunidad.

Es una acción política en la que exigimos igualdad social, respeto a nuestros derechos, un alto a la homofobia y a los crímenes de odio. En donde nombramos a los mártires, en donde agradecemos a los ancestros por sus luchas que han abierto nuestro camino. En donde reafirmamos nuestra lucha para abrir caminos a las siguientes generaciones.

Nuevamente 47 años después en Estados Unidos, la comunidad LGBTI sufre una embestida como la de Stonewall, en esta ocasión en un bar gay de Orlando, Florida, en la que un homofóbico abrió fuego matando a 50 personas e hiriendo a docenas. Por tratarse de Estados Unidos la noticia le ha dado al vuelta el mundo, y en consecuencia visibilizando a la comunidad LGBTI del mundo entero.

A cumplirse un año de la Ley del Matrimonio Igualitario y un aniversario más del Mes del Orgullo Gay. Esto enluta los corazones de la comunidad LGBTI, pero nos debería enlutar a todos, como cualquier otra masacre que se realiza por cualquier razón en cualquier lugar del mundo.  Esto debería colocar al gabinete presidencial en una situación de emergencia y realizar enmiendas a la Ley de Armas, no es posible que cualquier  persona pueda comprar un arma como si de un chicle se tratara.

Pero también en consecuencia llega hasta nuestros países, de sociedades con mentes patriarcales, misóginas y machistas. Y nos coloca frente al espejo y nos cuestiona, nos escupe en el rostro, ¿de qué estamos hechos los seres humanos? ¿En dónde está nuestra integridad, nuestra sensibilidad, el respeto que tanto profesamos y exigimos? ¿En dónde está lo que nos hace humanos? ¿En dónde está esa conciencia, ese ideal político que habla de derechos humanos para todos por igual? ¿Cuándo vamos a cambiar el sistema patriarcal que tanto daño nos hace a todos? ¿Cuándo vamos a condenar la homofobia y los crímenes de odio?  ¿Cuándo vamos a dejar de discriminar y atacar a quien es diferente y ha tenido los arrestos para atreverse a vivir en libertad?

Este texto no busca adentrarse en fundamentalismos ni análisis de ningún tipo, ya he escrito al respecto y seguiré escribiendo siempre, hoy este texto es para enviar un abrazo a la comunidad LGBTI del mundo entero, en nuestro mes, el mes del Orgullo.  Y para recordarles a los homofóbicos que discriminan y atacan y asesinan en crímenes de odio, que aquí estamos y que no nos vamos a ir a ningún lugar, ¡porque somos legión y tenemos el mismo derecho! Y que vendrán crías, millones de crías más, y que nos seguimos reproduciendo con la belleza de los jardines de multicolores, con el encanto del arcoíris, con la fecundidad que da el amor.

Y que seguiremos transformando este mundo, para volverlo más humano, más diverso, más fecundo, así se nos vaya la vida en ello.

Porque eso somos los LGBTI amor, amor puro y el amor no distingue de razas, credos, colores, géneros. El amor es del alma, el alma es esencia y los LGBTI hemos demostrado a través de los tiempos de qué estamos hechos. No será ahora que nos van a silenciar y exterminar. Somos como los girasoles: ¡seguimos viendo de frente al sol! Ése es nuestro Orgullo, ¡nuestra resistencia! Y sí, también aunque no les guste, ¡nuestra belleza singular!

En el mes del Orgullo y siempre, ¡somos legión!

Blog de la autora: https://cronicasdeunainquilina.com/2016/06/12/el-orgullo-de-nuestra-comunidad-lgbti/

Ilka Oliva Corado. @ilkaolivacorado contacto@cronicasdeunaunainquilina.com

12 de junio de 2016, Estados Unidos.

Imagen de uso libre tomada de: http://orig08.deviantart.net/b568/f/2012/137/5/e/lgbt__banner_by_irina1492-d5040si.png

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Maestros y Universidad

Por: Hugo Aboites

Salvo algunos momentos, las universidades no han dejado de contribuir de manera muy importante a darle la razón y argumentos al Imperio, incluso proveyéndolo de armas. El napalm, por ejemplo, esa sustancia gelatinosa inflamable que produce enormes bolas de fuego que arrasan con familias y vecindarios enteros, fue concebido y desarrollado en los laboratorios de la Universidad de Harvard y probada por primera vez en sus campos deportivos. Pero en otras muchas áreas la producción de conocimiento ha sido orientada por las necesidades del Estado y los grandes negocios. Como las simientes, en los años 70, de lo que después se desplegaría por el mundo con el nombre de neoliberalismo (Friedman, Universidad de Chicago). A pesar de la autonomía –ese principio magnífico que mitiga el poder de gobiernos y empresas sobre la orientación del conocimiento–, nuestras universidades no han escapado de la fuerte presión por generar innovaciones, productos y razones al Imperio.

Napalm

En los 90 se describía, por ejemplo, cómo una universidad mexicana, pública y autónoma había establecido un acuerdo con la sucursal de una multinacional que, entre otras cosas, proveía de sistemas a los aviones de caza, tanques y helicópteros de combate de las fuerzas armadas estadounidenses. Según este convenio, la universidad facilita, gratuitamente, investigadores, instalaciones y laboratorios dentro de su campus.

Por otra parte, alguna institución mexicana incluso ha hecho contribuciones al desarrollo de misiles de combate, sin que sirva de consuelo que la beneficiada haya sido la Marina Armada de México, y cientos de universidades participan en convenios con banca Santander (por conducto de Universia).

Además de estos llamativos ejemplos, hay una miríada de proyectos académico-empresariales-gubernamentales que sistemáticamente aprovechan las instalaciones y reclutan al personal calificado de las universidades para campañas de recolección de muestras de especies de la flora y fauna mexicana destinadas a laboratorios trasnacionales, asesoran dependencias gubernamentales, hacen análisis e impulsan programas de estudio diseñados específicamente para determinada empresa. En suma, un subsidio sistemático de recursos públicos al ámbito privado. El folleto de una institución llegaba a plantear como ideal convertirse en un hotel de cinco estrellas para albergar proyectos de investigación de grandes empresas.

Se ha creado así una cultura que ha convertido en huésped distinguido al actor empresarial en la vida universitaria. El problema, sin embargo, es que una institución pública de educación superior y, especialmente, una universidad pública y autónoma que es sostenida con recursos del erario tiene en su ley orgánica un mandato social muy amplio, atender a los problemas nacionales, y es claro que éstos no son necesariamente los del Estado o de las grandes empresas. Como muestran claramente los datos y análisis críticos y los airados reclamos de las manifestaciones que vemos en las calles, la enorme mayoría de los mexicanos tiene necesidades y problemas que no se han resuelto ni se resolverán desde la lógica de la ganancia o la del poder.

ACAPULCO, GUERRERO, escuela de la colonia Nueva Revolución

La vinculación con esos poderes no es un asunto sólo del subsidio que representa el uso de recursos públicos y universitarios a los que menos necesitan, sino también en la progresiva adopción de una visión que acepta que los nuevos conocimientos, la generación de dispositivos y políticas públicas y hasta la formación de jóvenes estudiantes son final y principalmente productos para el consumo privado o estatal, y que por tanto las grandes corporaciones tienen un interés legítimo y prioritario en determinar sus características. Una visión que nazca desde el espíritu mismo de la educación superior pública y, además autónoma y universitaria, va en otra dirección; busca atender los problemas nacionales también desde la perspectiva de quienes los sufren. De ahí que declararvisitantes distinguidos a las maestras y maestros que se manifiestan en la Ciudad de México es una manera real y simbólica de señalar que la visión de quienes sufren y conocen de cerca la situación de las grandes mayorías es la más importante. Provenientes muchos de ellos de las clases populares, encargados de crear condiciones para que se formen millones de niños y jóvenes, los maestros son uno de los sectores con mayor capacidad de entender y manifestar cuál es la situación y problemática del pueblo mexicano a partir, precisamente, de su vivencia en decenas de miles de pequeñas comunidades rurales, las periferias de las ciudades, los barrios pobres de las capitales.

Para tener una posición respecto de la reforma educativa, las universidades deben, por lo menos, escuchar a los maestros y distinguirlos de quienes hoy están dispuestos a arrasar los principios progresistas que todavía mantiene el tercero constitucional. Son dos clases distintas en lucha por la educación.La educación es, reconocidamente, uno de los más graves problemas nacionales, pero, más grave aún, nos dicen, una reforma educativa que busca eliminar a quienes son los más fidedignos portadores y mensajeros de la realidad del país, los maestros. Se busca excluirlos, acosarlos con evaluaciones y eventualmente expulsarlos –como ya lo fueron de la Ciudad– también del aula o del empleo. Así será posible sustituirlos, incluso con egresados de la educación superior capaces de garantizar su eficiencia en la formación de niños y jóvenes de futuras generaciones como parte delcapital humano que demanda reiteradamente Mexicanos Primero.

Fuente: http://impulsoinformativo.net/2016/06/12/maestros-y-universidad/

Imagen de cabecera, de uso libre tomada de http://2.bp.blogspot.com/-QUxlDbka2Pw/UnpyNjWUGGI/AAAAAAAABDY/x18oQq_uTso/s1600/universidad-medieval.png

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Esta boca es nuestra  

Por Claudia Korol

Son niños, niñas y adolescentes de quienes poco se habla salvo cuando se los señala como criminales –a ellos en general– o se encuentran sus fotos en las búsquedas de paradero –las de ellas–. Viven en la calle y se refugian en casas de noche o centros de día para paliar la intemperie que se siente aun más allá de la piel. Pero en esos lugares encuentran también oportunidades, como la de convertirse en cronistas de la movilización que el viernes pasado colmó las calles. Indagaron, hicieron sus carteles, recogieron otras voces, sumaron las propias y conjuraron el estigma de ser víctimas, criminales o invisibles.

Son pibas y pibes de los barrios. Viven en las calles y utilizan las casas de noche o los centros de día para pasar ahí parte de su vida cotidiana. Pero “pasar”, en este caso, se vuelve un modo de ser y de dejar de ser. De transformarse.

Son pibas y pibes que viven en la precariedad, pero que han aprendido, en la calle y en la dureza del tránsito diario, a caer y a volver a levantarse, a no paralizarse frente al miedo, a organizarse, a compartir, a estar con otros y otras, a ser protagonistas.

Son pibas y pibes que han sufrido y sufren muchas violencias. Sin embargo, al juntarse, al trabajar en grupo, al participar en procesos de educación popular, van formando una conciencia crítica que les permite hacer gestos y acciones creativas, como la cobertura periodística original que han realizado de la movilización #NiUnaMenos #VivasNosQueremos.

En una jornada previa al 3, el viernes 27 de mayo, se hizo en el espacio de la CTA Autónoma un taller para coordinar los esfuerzos de lxs jóvenes “cronistas populares”, integrantes de organizaciones de niñez. La convocatoria decía: “Que no te cuenten otra historia, escuchá la que te cuentan lxs pibxs”, en la búsqueda de que sean protagonistas de la preparación de la jornada del 3, en su difusión previa, y en su relato posterior. Desde abajito, desde los territorios y cuerpos negados, ocultados, criminalizados, recuperamos estas voces.

No todxs pudieron llegar al taller, pero luego lo fueron replicando en sus lugares. De este modo participaron antes o después en el esfuerzo, pibas y pibes de Fiorito –integrantes de “Chicos del Sur” y de “Che Pibe”–, de El Transformador –colectivos que actúan en el Oeste y en el centro comunitario “El Ranchito” de Lomas de Zamora–, de Ruca Hueney –General Rodríguez–, del Frente Territorial Salvador Herrera –integrado por diferentes villas y barrios de CABA–, y las compañeras que coordinan el espacio de niñez de la CTA. Una parte de estos grupos se organiza en el espacio “Niñez y Territorio”. 3

Participaron en la coordinación del taller varias educadoras populares de esos colectivos, del portal informativo Marcha, y del Equipo de Educación Popular Pañuelos en Rebeldía. Con estas voces que compartimos en el andar intenso de las jornadas del #NiUnaMenos, fue naciendo y enredándose esta crónica.

Muchos modos de contar

Por grupos de whatsap, facebook, blogs, siguen circulando las fotos, videos, audios, escritos, que lxs cronistas populares fueron produciendo, y que se pondrán en común a partir de un próximo taller. La tecnología, en este caso, es apropiada por chicos y chicas como recurso para contar y difundir lo que nadie cuenta. Quienes han sido desde siempre convertidos en invisibles, quienes sufren la criminalización de la pobreza, las pibas que viven amenazadas por las redes de trata y de prostitución, los pibes que intentan ser captados como “soldaditos” por las redes de narcos, las pibas atrapadas en los laberintos de la violencia de sus padres, hermanos, reproducidas a su vez en noviazgos violentos, los pibes que sufren la violencia institucional, hoy se paran no como víctimas, sino como cronistas. No se quejan. Denuncian y señalan. “El Estado es responsable” dicen, replicando la consigna que acompaña la convocatoria en este año del #NiUnaMenos.

La creatividad se vuelca en carteles, en pinturas, en frases desafiantes. “No dejemos que nos maltraten”, “Para decir Ni una menos, hay que enseñar que el amor entre mujeres existe”, “Para decir Ni una menos, hay que dejar de preguntar cómo iba vestida cuando la violó”, “Para decir Ni una menos, hay que dejar de decir que los celos son amor”, “Piquetera mata galán”, “Mujeres unidas jamás serán vencidas”, “Si tocan a una, estamos todas”, “No podemos vivir asustadas ni aterrorizadas”. En las creaciones coloridas, se adivina la marca del sistemático trabajo previo realizado por los educadoras y educadores populares. Una gran parte de los grupos fueron el año pasado al Ni Una Menos, y realizan cotidianamente experiencias de comunicación popular, de “contar” su mirada de la historia.

En Che Pibe, relatan, vienen acompañando a chichos y chicas para que manifiesten sus opiniones, preocupaciones, y propuestas, como parte del ejercicio del derecho a la participación de niños, niñas y adolescentes. En ese camino, un grupo de ellas participó en el 2015 en el Encuentro de Mujeres, donde junto a otros grupos lograron que se creara una comisión de niñas. También participaron en el primer #NiUnaMenos, y generaron crónicas de aquella cita multitudinaria. En un video producido por Che Pibe el año pasado, una de las “che pibas” explica que luchar contra la violencia hacia las mujeres “es muy importante, por lo que viene pasando con el tema de las mujeres, el maltrato, que se llega a matar a las mujeres”. Otra nos dice que el #NiUnaMenos es necesario, “para que las chicas chiquitas y grandes no desaparezcan más. Como son bonitas y eso, los chicos se las llevan, las matan, les hacen otras cosas. No pueden ser libres, porque las matan”.

En Ruca Hueney, una organización social cuyo eje central es el trabajo comunitario con niños, niñas y jóvenes en General Rodríguez, convivenpib@s de 11, 12 hasta 18 años, con adultos que asumen el rol de educadores. Los y las adolescentes que viven en la casa, son víctimas de desigualdades sociales, de vulneración de derechos, y encuentran en el modelo familiar comunitario, una alternativa para reparar los daños y abusos a los que han sido sometidxs. Dice Marcos (13 años), de Ruca Hueney, en su crónica: “Ni una menos para mí, es basta de violencia. Es que dejen de desaparecer a las mujeres”. Rocío, también de Ruca, lo expresa así: “Las mujeres somos bonitas porque luchamos. Los varones son nuestros compañeros cuando nos respetan”. Las suyas son voces que tienen la experiencia de animar una radio comunitaria, la FM Ruca Hueney 91.5, donde cuentan cómo ven su barrio. Es parte de la experiencia también, el funcionamiento de una escuela primaria y secundaria con talleres diversos, vinculados a un emprendimiento productivo agroecológico, donde la producción central es de lácteos orgánicos.

“La previa”

En el taller preparatorio de la actividad, se pensaron los diferentes modos en que se iba a comunicar. Carteles. Videos. Fotos. Audios. Escritos. Se decidió utilizar algunas preguntas comunes, y salir con ellas a los barrios, de modo que al preguntar, también se estuviera difundiendo la convocatoria para marchar el 3 de junio.

Michelle, de Chicos del Sur, dice ahí que “la violencia es algo que sucede mucho en el barrio… se le puede preguntar a los pibes y pibas qué piensan sobre la violencia de género”. Se discute si hablar de violencia de género o de violencia contra las mujeres. Alguien dice que violencia de género es más amplio, y que abarca también a lxs trans y travestis, que sufren muchas violencias. Alguien responde que tal vez no se entienda en el barrio lo de género, y que mejor digamos violencia contra las mujeres. Se acuerda hacer las dos preguntas. Uno de los chicos sugiere preguntar si “las mujeres se merecen que les peguen”. Explica la pregunta. “Es que cuando se les dice que eso no puede ser, los pibes te responden que les pegan porque se lo merecen”. Los pibes piensan, dicen, proponen. Por momentos sienten vergüenza, pero finalmente todos y todas hablan. Se hacen cargo del protagonismo.

Después del diálogo se descarta la pregunta sobre si las mujeres merecemos que nos peguen, pero releyendo las respuestas recibidas en los barrios, podemos adivinar esa tensión: “¿Violencia hacia la mujer? Negro, el que le pega a una mina es un cobarde. Te puede meter los cuernos, te puede hacer lo que quieras, pero sos un cobarde. Andá y tomátelas. Sos un cagón si le pegás a una mina. Eso es lo que yo pienso”, responde uno de los entrevistados por los Chicos del Sur. Una chica responde: “Pienso que la violencia hacia la mujer está mal, porque los hombres son más fuertes que nosotras. Y nosotras no tenemos con qué defendernos. Si los hombres piensan que somos zorras, que somos putas, que somos esto o lo otro, no importa, no nos tienen que pegar, porque no nos podemos defender hacia ellos. Yo ya vi muchos casos que mataron a muchas mujeres por esto. Eso es lo que pienso. Que está mal”. Otra mujer responde también: “Sí, es horrible, y hay un montón de casos de esos de violencia hacia la mujer, que no se pueden defender. Los hombres tienen más fuerza. A algunas mujeres las matan. Tendrían que poner un límite. Hay bastantes mujeres que mueren, están quemadas, sufren. Algunas no lo pueden ni decir, ni hablar”. Los cronistas populares multiplican las voces del barrio, las confusiones del barrio, los miedos del barrio, los sueños del barrio.

Entre los carteles hechos por lxs pibxs, hay uno que dice: “Ni una Casa menos”. Se refieren a la amenaza que significa la decisión del Concejo Deliberante de Morón de poner en evaluación del Poder Ejecutivo la continuidad de la Casa de Noche de El Transformador. En un comunicado explican que “la casa no es sólo un techo para dormir, es también la posibilidad de repensar aquellos vínculos dañados, y de construir nuevos a través de experiencias saludables de convivencia. Esto implica nuestro compromiso sostenido durante el día en el acompañamiento y armado de las estrategias que nos planteamos junto a las personas que la habitan”. Quitarles el techo que lxs cobija, es una violencia que golpea sobre otra violencia.

El Transformador organizó la “callejeada” en Morón, trabajando con pibes y pibas en la calle los temas de la violencia de género. Nos cuentan que la “callejeada” es parte de sus prácticas como colectivo. “Es una “intervención recreativa en las calles, con pibas y pibes que la transitan en su cotidiano. A partir de ella comenzamos a acompañar sus situaciones e historias de vida, e intervenimos la vía pública, dando cuenta de esa niñez que parecía invisible”. Dicen desde su experiencia de callejeadas que “el objetivo es conocer para poder, a partir de ahí, generar un vínculo. Desde un saludo, conocer los nombres, pero siempre desde el lugar que ellos le impriman al encuentro. Este reconocimiento de su existencia fractura la monotonía de la constante invisibilización a la que son sometidxs diariamente, y abre una puerta para la vinculación”.

El 3 y después

Una parte de esta generación de comunicadores y comunicadoras asumió el desafío de “contar” la historia el mismo 3. Retrataron la salida del barrio, la llegada al Congreso, el encuentro con otros chicos y chicas, la chocolateada en la Avenida de Mayo. Fueron con sus rostros pintados de colores, con los carteles artísticos discutidos y elaborados colectivamente.

La gente de Ruca Hueney nos dice que ahí están marchando “pibes de los barrios, hijas de lxs laburantes, que vienen de las ollas populares, los merenderos, las huertas comunitarias, el trueque, que hoy se organizan teniendo presente esa memoria de lucha colectiva”. Desde esa memoria crearon la escuela, la radio “nuestras formas cooperativas de organización laboral, nuestros modos de alimentarnos y curarnos”. Nos dicen que los pibes son vistos por lo general cuando se los criminaliza, y que las pibas son vistas cuando se las desaparece.

Michelle y Franco, corresponsales de Chicos del Sur, entrevistados por Camila Parodi, comparten su evaluación de la experiencia. Dice Franco: “Fue una experiencia muy linda, porque había gente que pensaba cosas distintas que las que pensábamos nosotros. Por ejemplo, nosotros le preguntamos a unos chicos, a dos chabones que estaban ahí, y nos dijeron: “¿Te parece esa pregunta? ¿Justo a nosotros vas a preguntarnos eso? Andá a preguntar para allá””. Michelle agrega: “Otro chabón dijo: “El que le pega a una mujer es un cagón. El que le pega a una mujer no es hombre”. Esa respuesta me gustó mucho. En nuestro barrio hay gente que se enteró de la movilización cuando salimos a hacer las entrevistas, antes que saliera por la tele. … El taller estuvo bueno, estuvo muy copado porque de ahí sacamos las ideas, nos organizamos entre todos. Después hicimos un grupo de whatsap, donde compartíamos lo que pensábamos en los distintos barrios. En la marcha hicimos el mismo reportaje con preguntas que eran: “¿Cómo te llamás? ¿De dónde venís? ¿Por qué estás hoy acá?”. La gente respondió muy bien. Otros no respondieron porque estaban apurados. Hicimos 21 audios, 18 videos. La marcha estuvo muy buena… Nosotros éramos muchos. Fue una de las movilizaciones más grandes que yo vi hasta ahora. Era impresionante ver a tanta gente que estaba en contra de la violencia hacia las mujeres. Eso me emocionó mucho”.

“Vivas nos queremos”

“Desaparecer para ser vistas.” Esta paradoja es parte de la historia de nuestro continente, donde los cuerpos de las mujeres han sido históricamente territorios de ocupación, lugares de conquista, trofeos de guerras coloniales. Las pibas de los barrios, sin embargo, empiezan a contar nuevas historias. Llenaron las calles de todo el país, reclamando un “Ya basta”. Nunca más la lucha contra la violencia patriarcal, será tarea sólo de las feministas.

Este año la cita del 3 de junio partió del Ni Una Menos, para decir que Vivas nos queremos. No se trata sólo de un agregado de consignas. Es la contraseña para pasar del lugar de víctimas, al lugar de protagonistas.

Las pibas de los barrios, las cronistas populares, lo están sintiendo y diciendo. Han aprendido que si tocan a una nos movilizamos todas, una práctica fundante del feminismo popular. Han aprendido que tienen derecho a decidir sobre sus cuerpos y sobre sus vidas. Han aprendido que los celos no son amor. Han aprendido que pueden escribir una historia nueva.

Vivas nos queremos. Vivas, deseantes, actuantes. No mujeres peleando entre sí por un lugarcito bajo el sol, sino caminando juntas con la alegría del encuentro. Vivas nos queremos, que significa que nos queremos vivas, pero también que nos queremos. A nosotras mismas, a nuestros cuerpos, a nuestras vidas, a nuestras comunidades, a nuestras semillas, a nuestros territorios… vivas.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-10632-2016-06-11.html

Imagen tomada de: https://bedia.files.wordpress.com/2010/01/caricatura11.jpg

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Por una espiritualidad liberadora

Por Antonio Perez Esclari

vientoLamentablemente, todavía son muy numerosas las personas que están atrapadas en una concepción dualista que opone cuerpo y alma, espíritu y materia, espiritualidad y vida cotidiana. Por lo general,  las personas espirituales son percibidas como aquellas que se dedican  a las actividades religiosas, que se la pasan en la iglesia y en el culto, que se preocupan fundamentalmente por la salvación de su alma.

De ahí que cuando se dice que una persona es muy espiritual, la mayoría piensa  en una persona muy religiosa,  poco ocupada  de los problemas de este mundo. En esta concepción, lamentablemente muy extendida, la espiritualidad tiene muy poco o nada que ver con las actividades cotidianas, como el trabajar, el enseñar, el gobernar, la vida familiar, la sexualidad, la educación de los hijos, la política, la diversión, el ocio.

Estos conceptos de espíritu y espiritualidad como realidades opuestas a lo material, a lo corporal, a lo mundano, provienen de la cultura griega, que hemos asimilado con naturalidad y que ha condicionado toda nuestra visión de lo espiritual. Sin embargo, para  el pensamiento bíblico, espíritu no se opone a materia, ni a cuerpo, sino a maldad,  a  miedo, a muerte.

En hebreo, la palabra espíritu, ruah, significa viento, aliento, hálito.  El espíritu no es otra vida sino lo mejor de la vida, lo que da vigor, sostiene e impulsa la vida. En este contexto semántico, espíritu significa fuerza, acción, libertad. Una persona con espíritu es una persona con fuerza,  con valor. Una persona sin espíritu es una persona acobardada, temerosa, sin coraje.

Por consiguiente, la genuina espiritualidad no es para huir de la realidad, sino para sumergirse en ella y tratar de humanizarla. La espiritualidad no niega la vida, sino que afirma su verdadero sentido  como  relación profunda  consigo mismo, con los demás,  con la naturaleza y con Dios. La espiritualidad  se alimenta de un Dios que sólo busca y quiere una humanidad más justa y más feliz, y tiene como centro y tarea decisiva construir una vida más humana. Buscar el cielo es trabajar por la tierra, trabajar por  un mundo fraternal donde todos puedan vivir con dignidad.

En eso consistió precisamente Pentecostés, la llegada del Espíritu, que se expresó como fuerza y fuego, como don de lenguas donde todos se entendían a pesar de la diversidad; como huracán arrollador, que cambió a unos asustados apóstoles que estaban llenos de miedo y con las puertas trancadas, en unos testigos valientes, llenos de ímpetu y creatividad, que salieron a proclamar con valor y convicción a Jesús Resucitado.  El Espíritu los llenó de valentía, transformó su corazón acobardado, los hizo vencedores del miedo y de la muerte, los convirtió en comunidad misionera, que se lanzó a continuar la misión de Jesús: establecer, aquí en la tierra, el Reino de Dios, la sociedad justa y fraternal, con predilección y cuidado especial de los más necesitados y débiles.

Ojalá que la celebración de este nuevo Pentecostés nos llene de valor para trabajar con vigor   por una salida no violenta a la crisis mediante el diálogo y la negociación para enrumbar de una vez  a Venezuela  por las sendas de la reconciliación, la paz, la productividad y  la prosperidad para todos.

Fuente: https://antonioperezesclarin.com/2016/05/16/por-una-espiritualidad-liberadora/

Imagen de uso publico tomada de: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/9/92/Espiritualidad_para_el_siglo_XXI.jpg

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