Page 2391 of 2492
1 2.389 2.390 2.391 2.392 2.393 2.492

Matar o no matar los comentarios en los medios, he ahí la cuestión

Por Javier Pastor.

¿Tenemos los comentarios que nos merecemos? Esa es una de las preguntas que los medios se plantean hoy en día. Lo hacen los mismos que apostaron por abandonar ese diálogo unidireccional de la era pre-internet para acometer uno de los proyectos más importantes de la nueva etapa de la comunicación: la de escuchar por fin a los lectores y la de convertirlos en parte de la conversación. Los monólogos habían acabado.

Aquello no funcionó. Al menos, no como todos esperábamos. Los comentarios se convirtieron pronto en un problema para quienes creyeron que iban a ser una revolución. La conversación ya no era tal: era -a menudo- ruido. La culpa no era en realidad de los lectores, sino de unos medios que no han (hemos) sabido adaptarse a este escenario. La situación es ahora compleja, y hemos hablado con varios de los grandes medios de nuestro país para entender el fenómeno de los comentarios.

¿El fin de los comentarios en los medios?

El debate llega en un momento singular en el segmento de los medios de comunicación. Varios medios estadounidenses han ido sumándose a una tendencia singular: la de cerrar sus secciones de comentarios y redirigir la conversación a las redes sociales. Popular Science, The Chicago Sun-Times,Reuters, Re/code, The Week, Mic, Bloomberg, The Verge (parcialmente), The Daily Dot, The Daily Beast y hace tan solo unos días Motherboard han tomado una decisión que ahora plantea más que nunca el debate sobre la validez de los comentarios.

En todos esos casos el mensaje ha sido similar: el esfuerzo no compensa, y de todos modos la conversación está cada vez más presente en las redes sociales y no en las ingobernables secciones internas de comentarios. NiemanLab, oráculo de quienes hacemos periodismo (sea tecnológico o no), analizaba esa tendenciahablando con los responsables de las publicaciones.

Kara Swisher ya explicaba las razones en aquel adiós de Re/code a los comentarios: «creemos que las redes sociales son el nuevo ámbito de los comentarios«. Su visión sobre esta situación iba de hecho más allá: «no está claro por qué los comentarios son una parte particularmente buena de la experiencia en un sitio web«.

VARIOS MEDIOS ESTADOUNIDENSES HAN IDO SUMÁNDOSE A UNA TENDENCIA SINGULAR: LA DE CERRAR SUS SECCIONES DE COMENTARIOS Y REDIRIGIR LA CONVERSACIÓN A LAS REDES SOCIALES

La conversación parece haberse vuelto insostenible para muchos. Nilay Patel, editor jefe de The Verge, también lo dejaba claro: «podemos implementar un millón de herramientas para ayudarnos a encargarnos de los malos usuarios, pero lo que realmente necesitamos hacer es construir una comunidad que desde el primer momento impida que esos malos usuarios logren destacar«. Otros como Reuters habían llegado a la conclusión de que su trabajo era hacer periodismo. Dan Colarusso, editor ejecutivo de este medio, explicaba que «no buscamos iniciar un debate. Buscamos contar las noticias. Sentíamos que ya que buena parte de la conversación sobre nuestras historias ya había gravitado hacia las redes sociales, ese era el mejor sitio para que ese discurso tuviese lugar«.

Los argumentos de los editores de estos prestigiosos medios transmiten una idea clara: los comentarios no merecen la pena. No son los únicos: el debate sobre la validez de los comentarios se ha visto claramente sacudido por el uso de estos sistemas de forma tóxica. Jessica Valenti escribía en The Guardian como para los escritores lidiar con los comentarios no tiene (¿a menudo?) sentido: «es como trabajar en un turno doble en el que te prestas voluntariamente a ataques de gente con la que nunca te has encontrado y que esperas no encontrarte nunca. Especialmente si eres una mujer«.

«LO QUE REALMENTE NECESITAMOS HACER ES CONSTRUIR UNA COMUNIDAD QUE DESDE EL PRIMER MOMENTO IMPIDA QUE ESOS MALOS USUARIOS LOGREN DESTACAR»

Algunos simplemente argumentarían que esta periodista y todos aquellos que no entienden el valor de los comentarios tienen una fácil solución: no leerlos. Pero Valenti iba más allá y también atajaba esa cuestión. «Cierto, simplemente podría dejar de leer comentarios. Pero no debería tener que hacerlo. Ignorar cosas odiosas no hace que desaparezcan«. Otra editora en Salon, Mary Elizabeth Williams, se mostraba de acuerdo con esa reflexión que sitúa a los comentarios como una herramienta para que muchos lancen ataques personales y contaminen una conversación en las que las «minorías gritonas» suelen arrastrar al resto de la comunidad.

A aquellos de vosotros que, tras leer los reportajes, escriben respuestas en los comentarios y ofrecen una perspectiva sana e ilustrada -tanto si estáis de acuerdo con el autor como si no- os saludo. A aquellos que leéis los comentarios porque encontráis allí una conversación informativa e intelectualmente desafiante, mazel tov. A todos los demás, disculpadme, pero sospecho poderosamente que sois trolls, masoquistas, o ambas cosas.

Pero como en todo, es necesario buscar otras perspectivas. Y desde luego, hay quien lo hace. Muchos, en realidad.

En defensa de los comentarios

El responsable último de la calidad de la conversación es el medio. El problema, claro, es que los medios jamás vieron lo que se les venía encima. Todos abrieron (abrimos) alegremente la caja de Pandora cuando permitieron a sus lectores expresar sus opiniones libremente. Sin registro y sin demasiada atención inicial a la moderación. Entrad y comentad, decíamos desde nuestra posición privilegiada. Y entrasteis. Y comentasteis. Y llegó el caos.

De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Ramón Salaverría, José Manuel Rodríguez, Marlilín Gonzalo, Virginia Pérez, Adrián Segovia, Chema Martín, Guiomar del Ser, y Emilio Contreras

Los medios -y los lectores- hemos aprendido a base de tropezar en distintas piedras una y otra vez. Y uno de los que mejor ha aprendido es The New York Times, referente de medios impresos y digitales y que lleva mucho tiempo investigando sobre esta cuestión en particular. En el reciente Computation + Journalism Symposium -tenéis el vídeo con las larguísimas jornadas del día 1 y del día 2 en YouTube- participaba por ejemplo Bassey Etim, responsable de la comunidad en este diario. Este experto defendía el valor de esta parte del negocio: «tenemos que tratar los comentarios como contenido«, afirmaba. «No podemos ceder el mundo social a las grandes empresas«.

«TENEMOS QUE TRATAR LOS COMENTARIOS COMO CONTENIDO»

En The New York Times no están solos en esa defensa de los comentarios: los analistas y responsables de estas secciones en los principales medios de nuestro país también creen que el balance es muy positivo. Hemos podido contar con la participación de:

Y esto es lo que nos han contado. Comienza la conversación sobre la conversación.

La moderación, tan compleja como fundamental

El primer gran tema sobre el que hablábamos con este grupo de expertos y responsables de medios de comunicación era el de la moderación de comentarios. Los sistemas de moderación manual (humana) no pueden lidiar con el enorme volumen de mensajes que la mayoría de grandes medios reciben, así que la solución pasa por, como decía Ramón Salaverría, «combinar la moderación automática con la manual«, algo en lo que coincidía también Jose Manuel Rodríguez, que añadía que «los sistemas de moderación automático sirven para activar alertas tempranas, detectar conductas, pero luego viene la intervención humana, que permite cortar metáforas racistas o cosas que devalúan el debate«.

En esa labor han aparecido por supuesto tecnologías y servicios que permiten asistir a los medios en las tareas de moderación: Disqus o Livefyre se encuentran entre los más conocidos para externalizar esa gestión y hacerla más cómoda gracias a la integración de distintas opciones de inicio de sesión (login) social o de gamificación.

«LA GENTE NO ENTIENDE UN VOTO NEGATIVO: NO SE DIFERENCIA LA DENUNCIA (RACISMO, VIOLENCIA) CON TEMAS CON LOS QUE UN LECTOR ESTABA EN CONTRA DE LA OPINIÓN DE OTRO Y LE VOTABA NEGATIVO»

En eldiario.es también tuvieron que lidiar con el problema de la moderación, y Marilín Gonzalo nos contaba como bajo su experiencia «lo que más funciona es que la comunidad se modere a sí misma«. El año pasado este medio tuvo que afrontar un cambio importante en un sistema de comentarios que comenzaba a írseles de las manos, y en junio compartieron con los lectores las posibilidades para que ellos también participaran. En diciembre la decisión estaba tomada, y allí explicaban cómo todos los lectores podrían comentar y votar, pero solo los socios de forma conjunta podrían moderar comentarios inapropiados. Tanto los votos como las denuncias serían públicas, en un sistema que aprendía de la colaboración con Menéame, que precisamente lleva años lidiando con un problema similar.

Esos sistemas de votos tratan de evitar, como decía Gonzalo, que la sección se convirtiera en un chat: «eso creaba mucho ruido y nos alejaba de lo que queríamos, que es que cada noticia generase un debate sobre el que se estaba hablando«. Además, explicaba, la gente no entiende un voto negativo: «no se diferencia la denuncia (racismo, violencia) con temas con los que un lector estaba en contra de la opinión de otro y le votaba negativo«.

«ANTES SE POSTMODERABA TODO, PERO HOY EN DÍA ESA LABOR ES IMPOSIBLE»

Los servicios que han planteado alternativas a los integrados dentro de los sistemas de gestión de contenidos (CMS) de los medios han seguido avanzando, y hubo intentos valientes de transformar esos debates en conversaciones que tuvieran sentido por sí solas. Branch lo intentó sin éxito, y tras tres años de lucha acabaría siendo adquirida por Facebook y finalmente desapareció. Atentos, por cierto, al esfuerzo de The Coral Project, una iniciativa que ofrecerá herramientas para replantear esa conversación online y que es fruto de la colaboración de The Mozilla Foundation, The Washington Post, The New York Times y The Knight Foundation, aunque sus desarrollos serán productos software Open Source.

En un terreno distinto tenemos a Discourse, un sistema creado por Jeff Atwood (@codinghorror). Este desarrollador ya fue co-fundador de la red de preguntas y respuestas Stack Exchange, pero acabó dejando aquel proyecto para tomarse un tiempo que le serviría para preparar su siguiente meta. Discourse -que entre otras cosas es Open Sourcefunciona de forma similar a los tradicionales foros de debate, pero se ha convertido en una poderosa alternativa para gestionar esos debates gracias a sus completas opciones y a la experiencia de este desarrollador, que ya tuvo que afrontar todo lo relacionado con las comunidades online en la red que fundó junto a Joel Spolsky.

Discourse hace uso de la ludificación (o gamificación) para fomentar el debate civilizado y para ofrecer herramientas que la comunidad utiliza para expulsar a los trolls y los «malos actores», y ese concepto también se usa en cierta medida en diversos sistemas de comentarios en estos medios. Adrián Segovia, CDO en As.com, nos explicaba como aunque en este medio no se utilizaba de forma amplia este tipo de técnicas sí se aprovechan en El País, del mismo grupo, donde hay niveles de superusuario que una vez en ese estado no necesitan esa minuciosa moderación que otros usuarios sí requieren: a esos usuarios, como ocurre en The New York Times con ciertos usuarios «de confianza», no se les modera porque su experiencia en el sitio demuestra que su aportación es constructiva.

«SE LLEGAN A HACER COMENTARIOS XENÓFOBOS CON UN TONO EXQUISITO»

Guiomar del Ser confirmaba esa apreciación, y nos contaba cómo en El País «trabajamos en refuerzos positivos: la visibilidad [de los «superusuarios»] es mayor, con ellos hay post-moderación, mientras que con los demás hay pre-moderación«. Antes, afirmaba la responsable de redes sociales de este diario, se postmoderaba todo, pero hoy en día esa labor es imposible, algo que ha hecho que en El País -como en otros muchos medios- hayan acudido a los servicios de Interactora, una empresa que gestiona este tipo de temas, y con cuyos responsables también tuvimos la oportunidad de hablar.

Lo hicimos con Joan Llorach, fundador y CEO de la firma, que nos comentaba cómo la empresa trabaja con diversos medios de gran calado. Para su labor hacen uso de herramientas automáticas que utilizan junto a la moderación humana. Llorach no pudo darnos detalles en temas como los filtros semánticos que utilizan para descartar mensajes que de primeras saben que van a introducir ruido, pero afirmó que en este apartado hay límites respecto a lo que la tecnología puede detectar y filtrar.

«Se llegan a hacer comentarios xenófobos con un tono exquisito que no se pueden pillar con tecnología«, explicaba, añadiendo que esas herramientas automáticas sirven para determinar con mucha precisión «si los comentarios son positivos o negativos«. En ese análisis hay verdaderos tesoros: por ejemplo, puede ser muy relevante para monitorizar las opiniones sobre un hotel determinado.

Sin embargo Segovia incidía en el problema fundamental de este apartado: «la moderación buena es cara, porque tiene que ser humana. Si tienes que moderar mucho a lo mejor tienes que cerrar los comentarios«. Mientras que en blogs y medios de pequeña entidad esa labor de moderación es asumible por parte del responsable o responsables, la cosa cambia en medios de esta dimensión, en los que el volumen de comentarios es enorme.

«LA MODERACIÓN BUENA ES CARA, PORQUE TIENE QUE SER HUMANA»

Emilio Contreras, de Marca, coincidía en esa apreciación: los 20.000 comentarios que reciben a diario pueden llegar a ser 50.000 en temas candentes -clásicos Madrid-Barça, por ejemplo-, y «gestionar eso cuesta mucho dinero«. En el caso de Marca hay postmoderación, lo que implica que suelen aparecer trolls y comentarios xenófobos y racistas, con mucho usuario que como nos comentaba «hace mucho ruido«. Y sin embargo, eso sería lo ideal, señala Segovia: el periodista debe contestar y participar de la conversación, pero en estos medios esa labor impediría precisamente hacer periodismo.

Usuarios anónimos y usuarios con seudónimo

«El anonimato es una excusa para comportarse a una forma distinta a como lo harías cara a cara«, afirmaba Jose Manuel Rodríguez, que añadía que uno de los problemas asociados a ese anonimato es que «retiran la responsabilidad de lo que dicen«, aunque apuntaba a otro efecto importante de ese anonimato: «también protege a usuarios marginados o amenazados«.

Ramón Salaverría apuntaba a los problemas legales derivados de esos comentarios anónimos, que pueden hacer que el medio sea susceptible de ser demandado legalmente. «En las redes sociales hay menos problemas«, indicaba Salaverría, que nos hablaba de los esfuerzos e iniciativas que han tratado deimpulsar temas como el DNI digital o esos mecanismos de registro universales propuestos por Facebook o Google. «Por eso los medios piden cada vez más datos de los usuarios«, señalaba Rodríguez al hablar de este aspecto del anonimato.

LOS COMENTARIOS A MENUDO SE HACEN CON FINES QUE NO SON NI LIMPIOS NI TRANSPARENTES. A MENUDO HAY GRUPOS DE PRESIÓN QUE CONDICIONAN LA CONVERSACIÓN

De hecho Rodríguez no asociaba anonimato con una mala calidad de los comentarios. Más bien al contrario: «en determinados asuntos la gente quiere expresarse, y si le das la oportunidad de hacerlo en tu medio, lo hacen«, y ponía el ejemplo de Menéname, donde nos decía, «encuentras gente preparadísima«.

La reflexión algo más personal venía de Virginia Pérez, de El Mundo, que nos comentaba cómo en el tema del anonimato “he cambiado mi visión con los años:Los comentarios a menudo se hacen con fines que no son ni limpios ni transparentes. A menudo hay grupos de presión que condicionan la conversación«. En su opinión, el anonimato debería tender a desaparecer en los medios salvo en esas situaciones especiales de colectivos marginados o amenazados.

La validez del anonimato en los comentarios contrasta con el uso de seudónimos(que según Fundeu no hay que confundir con apodos o alias), utilizados por artistas y escritores a lo largo de la historia y que ahora han tenido también clara repercusión en foros, redes sociales, blogs y por supuesto medios en los que ciertas personas prefieren ofrecer ese pseudónimo como identidad alternativa, aunque lo mantengan incluso en diversas plataformas y escenarios online.

«UNO DE LOS GRANDES ERRORES ES ASUMIR QUE LOS SEUDÓNIMOS SE USAN EN MODO DEFENSIVO PORQUE LA GENTE TIENE COSAS QUE ESCONDER»

En Wired aparecía hace tiempouna reflexión sobre el tema por parte de Daniel Ha, CEO y co-fundador de Disqus, que afirmaba que estos seudónimos «permiten a la gente expresarse más libremente, con mayor autenticidad y con mayor impacto«. Los datos de esta empresa revelaban que el 65% de los que comentan lo hacen bajo seudónimo, y que estos usuarios contribuyen siete veces más que los que comentan de forma anónima y cinco veces más que los que se identifican con Facebook.

«Uno de los grandes errores es asumir que los seudónimos se usan en modo defensivo porque la gente tiene cosas que esconder. En lugar de eso, los usuarios se han expresado y está claro que los seudónimos habilitan una mayor conversación, no lo contrario«, destacaba Ha, que añadía que los seudónimos «eliminan los prejuicios y permiten que la calidad de un argumento y la profundidad de los conocimientos de un usuario hablen por sí solos«.

Es por lo tanto conveniente separar el anonimato del uso de seudónimos que permiten asumir una personalidad alternativa de forma permanente, algo muy común por ejemplo en Twitter -yo mismo soy «javipas» allí-, donde muchos usuarios utilizan nombres de usuarios que suelen ser sus seudónimos en otras plataformas incluidos los comentarios en otros medios. El anonimato está a menudo relacionado con esa protección de la identidad no solo para contaminar conversaciones en foros, medios y blogs, sino también para evitar posibles presiones y amenazas muy reales. El software Tor es un buen ejemplo de cómo aprovechar este concepto para que periodistas o «soplones 2.0» (los famosos «whistleblowers«) puedan realizar su labor sin miedo a represalias.

¿Son los comentarios un truco para ganar tráfico?

Echar una ojeada a los comentarios en diversos medios y sobre todo en diversos temas plantea una reflexión. ¿Por qué permitir que todo ese ruido forme parte del contenido? Muchos podrían pensar en un argumento coherente: a mayor número de comentarios, mayor tráfico y mayor tiempo en página. Métricas que contribuyen a que los anunciantes valoren ese medio para sus campañas publicitarias.

Preguntamos a nuestros interlocutores por esta cuestión, y Ramón Salaverría se mostraba especialmente crítico con este apartado: muchos medios, nos decía, «no tienen un criterio claro sobre cuál es su principal prioridad: u ofrecer calidad en la información o utilizar estrategias para lograr el máximo tráfico posible. Es relativamente fácil multiplicar el número de visitas, pero eso no contribuye a mejorar su reputación informativa. En España los medios tienen un doble rasero, una doble deontología profesional«.

Los responsables de los medios aclaraban la cuestión y defendían la validez de los comentarios aun cuando hay situaciones en las que efectivamente el aporte de valor es discutible. José Manuel Rodríguez explicaba cómo para El Confidencial hay tres responsabilidades: la ética (nada de insultos y amenazas en los comentarios), la legal (no pueden existir comentarios constitutivos de delitos como amenazas o revelación de datos confindenciales), y la estética (que los comentarios aporten valor a la conversación), pero además trataba de ponerse en el lado del lector: «en una comunidad además te interesa la opinión de los que comentan y eso te incita a aportar«. Chema Martín no veía la vinculación, y afirmaba que «no es algo que tengamos presente de cara a pedir más opinión«. De hecho, añadía, «los comentarios dependen de la noticia, ciertos temas hacen que la conversación hacen que ésta esté más o menos polarizada«.

«EN ESPAÑA LOS MEDIOS TIENEN UN DOBLE RASERO, UNA DOBLE DEONTOLOGÍA PROFESIONAL»

Marilín Gonzalo nos explicaba cómo en la inclusión de los comentarios «no intervienen solo objetivos comerciales, sino también la visión del medio: ahí es donde alineas los comentarios, el debate es necesario«. Por su parte Adrián Segovia sí reconocía que al menos al principio sí que los medios «fueron un poco majaderos: todos le sacábamos partido. Generábamos impresiones publicitarias, pero a medida que metías más páginas vistas el impacto publicitario«. El responsable de estas estategias en As hacía autocrítica sobre aquella etapa: «No hemos sabido liderar ese tipo de cosas, hemos vivido un poco mojigatos, y teníamos que haber mantenido la estrategia y no cambiarla a cada poco con miedo, siguiendo tendencias«. De hecho, concluía Segovia, lo que le ha quedado claro es que «la conversación la debes capitanear tú«.

La relevancia de los comentarios va mucho más allá del tráfico también para Guiomar del Ser, y afirmaba que en El País «el tráfico es un argumento, pero no el definitivo. Se trata de establecer una relación de fidelidad con los usuarios, muchos se lo toman muy en serio y se sienten muy implicados con esa labor en la conversación«. Aquí del Ser nos destacaba cómo los comentarios no solo aportan valor a la conversación: «muchas veces nos permiten corregir errores«.

«LA CONVERSACIÓN LA DEBES CAPITANEAR TÚ»

En esa misma línea estaba Emilio Contreras, que afirmaba que para este medio los comentarios «son una manera de dar protagonismo al usuario, y creemos que estamos obligados a desarrollar esa vía«. El redactor jefe de Marca afirmaba que los comentarios han cambiado para siempre a los medios: «la gente ha dejado de ser el sujeto pasivo que compraba el periódico y lo tiraba luego

Psicología de los comentarios

Pero, ¿por qué la gente comenta en medios online? Es lo que se preguntaba Maria Konnikova en un fantástico artículo en The New Yorker en el que precisamente hablaba del cierre hace dos años de los comentarios en Popular Science. Los editores del medio afirmaban que los comentarios, particularmente los anónimos, «socavan la integridad de la ciencia y llevan a una cultura en la que la agresión y la burla dificultan el debate de fondo«.

Konnikova aludía a lo que el psicólogo John Suler llama «efecto de deshinibición online«: la desconexión entre la identidad del que comenta y lo que está diciendo. En algunos estudios como este de Arthur Santana -profesor de comunicación en la University of Houston- la relación entre el anonimato y la comunicación incivil era evidente, aunque también promovía la participación e incluso el pensamiento creativo.

Para José Manuel Rodríguez la tentación era demasiado alta: «En España nos gusta opinar de todo, aunque no tengamos ni idea de nada. Si lo haces en Twitter, cómo no lo vas a hacer en los comentarios. Es una cuestión de querer figurar. Los tertulianos cobran por hablar y los tuiteros pagarían por ser escuchados«. Rodríguez hacía referencia a la célebre pirámide de Maslow o la jerarquía de las necesidades humanas, que es la que precisamente entra en juego con las técnicas de ludificación de las que hablábamos anteriormente.

«LOS TERTULIANOS COBRAN POR HABLAR Y LOS TUITEROS PAGARÍAN POR SER ESCUCHADOS»

De hecho, nos contaba Adrián Segovia, muchos usuarios dan especial relevancia a los comentarios, e incluso pasan directamente del titular a esos comentarios -y a la participación- sin leer el texto de la noticia o reportaje con detenimiento. Eso puede generar todo tipo de efectos: desde cómo los comentarios condicionan nuestra percepción de lo que leemos hasta el fenómeno conocido como la realidad compartida en la que nuestra experiencia en estas situaciones está afectada por la forma en la que la compartimos (o no) socialmente.

Konnikova lo explicaba en el artículo anteriormente citado: «elimina los comentarios completamente, y te llevarás contigo parte de esa realidad compartida, que es precisamente por lo que a menudo queremos compartir o comentar desde el primer momento. Queremos creer que otros nos leerán y reaccionarán ante nuestras ideas«. Como decía Emilio Contreras, de Marca, «la gente se siente reflejada en sus opiniones«.

Quitar los comentarios «es de hecho un acto de censura«, explicaba Segovia, que añadía que los diarios se han convertido «en una conversación pública con sus lectores: internet ha hecho que se conviertan en medios bidireccionales«. Marilín Gonzalo aportaba precisamente la visión contraria, la del periodista: «el choque que se da en un periodista que escribió en papel y pasa a digital es muy fuerte: ve lo que comentan en los textos, y eso les afecta: muchos incluso pensaron en dejar de escribir«. Para la jefa de producto de eldiario.es la gestión de los comentarios es determinante: «hay que cuidar los comentarios no solo de cara hacia fuera, sino hacia dentro: hay que enseñar al periodista a manejar lo que eso le genera«.

«QUEREMOS CREER QUE OTROS NOS LEERÁN Y REACCIONARÁN ANTE NUESTRAS IDEAS»

También hay otro factor esencial en esa psicología de los comentarios: el sentimiento de pertenencia a una comunidad, de tener esa aceptación social que es también parte de la pirámide de Maslow. Guiomar del Ser nos hablaba de cómo en temas polarizadores en El País los comentarios se convierten a menudo en un chat, algo que tratan de evitar pero que es extremadamente difícil. En esos y otros temas, no obstante, se nota la existencia de una comunidad de usuarios con grupos de personas afines: «son un punto de encuentro para mucha gente que puede llevar años comentando noticias«.

Las redes sociales como alternativa (o amenaza) a los comentarios tradicionales

Todo el debate propuesto en este reportaje se cimentaba en una tendencia: la de esos medios que han eliminado sus secciones de comentarios «locales» y que de un tiempo a esta parte han trasladado la conversación a las redes sociales.

En Reuters tomaron esa decisión en noviembre del año pasado, y sus editores explicaban como «durante los últimos años han cambiado muchas cosas en la forma en la que los lectores interactúan con las noticias«, y añadían que la decisión de eliminar los comentarios en su sitio estaba argumentada en un cambio de tendencia:

Buena parte de los debates articulados y bien informados en las noticias, además de la crítica o la alabanza por esas historias, se ha trasladado a las redes sociales y a los foros de discusión. Esas comunidades ofrecen una conversación vibrante y, algo importante, están autogobernadas por los participantes que mantienen al margen a aquellos que intentan abusar del privilegio de comentar.

Ese razonamiento es el compartido por otros medios que han tomado la misma decisión, pero los participantes de nuestro debate no veían ventajas definitivas en esa estrategia, aunque reconocían la relevancia de unas redes de las que cada vez les llega más tráfico: Emilio Contreras nos explicaba cómo «el impacto de las redes sociales es cada vez mayor. Antes Marca vivía del tráfico directo y de buscadores, y ahora la mitad llega ya de estas redes«.

«YO PREFIERO SABER SI ESTÁN HABLANDO MAL DE MÍ O NO EN MI PROPIA PLATAFORMA»

Para José Manuel Rodríguez la diferencia entre una plataforma de debate (los comentarios dentro del medio) y otra (las redes sociales) estaba clara: «en un medio la opinión de la gente con la que comentas puede interesarte o no, pero en redes sociales comentas las noticias con la gente de tu entorno, no con los usuarios del medio«. Aquí Rodríguez volvía a incidir sobre la relevancia de esa «marca personal» que uno construye en redes sociales: «articulas un discurso ante personas que sabes quién eres«.

Como en ese caso, para Marlín Gonzalo lo ideal era aprovechar ambas vías de conversación, y advertía de una desventaja de las redes sociales: la conversación en Twitter y Facebook deja de ser tuya y «pasa a ser de otros«. Gonzalo añadía además que veía lógico que «algunas publicaciones lleven la conversación a Facebook, pero lo que no entiendo es que no combines ambas cosas«. Virginia Pérez, de El Mundo, entendía que esa migración de los comentarios hacia redes sociales era hasta lógica por los recursos que impone gestionar la conversación, pero también veía peligro en esa dependencia de esas plataformas: en redes sociales «pierdes el control del usuario para que esté en tu medio, y no solo en la red social«.

«EN REDES SOCIALES COMENTAS LAS NOTICIAS CON LA GENTE DE TU ENTORNO, NO CON LOS USUARIOS DEL MEDIO»

La utilización de las redes sociales como plataforma de conversación también tiene otra ventaja para Adrián Segovia: en ellas «no se potencia el anonimato, tienen donde ir a por ti. En un comentario [local] no tienes nada, solo la responsabilidad legal de que tu comentario forma parte del contenido que estás publicando«. Y aún así, señalaba también, lo ideal era combinar ambas: «puedes aprovechar las redes sociales, pero también formar comunidad en tu medio«.

En 20minutos hace tiempo que tratan de potenciar esa conversación en ambas plataformas y Chema Martín nos explicaba cómo por ejemplo ellos hacen uso del llamado índice Eco de actividad Social, pero que tratan de avanzar en formas mejores de mezclar ambas alternativas: «quizás la solución sea integrar esa conversación de Facebook por ejemplo en tu página«, algo que en lo que Guiomar del Ser se mostraba de acuerdo y que de hecho la propia Facebook ofrece desde hace tiempo con su propia plataforma de comentarios. Aún así, Martín insistía en algo de lo que también hablaban sus colegas en otros medios: «hay comentarios que ya nos estamos perdiendo todos [los medios] porque están en zonas privadas, como en las publicaciones que comparten los lectores en sus propios perfiles de Facebook, que no son las mismas que las que aparecen en nuestras páginas. Yoprefiero saber si están hablando mal de mí o no [en mi propia plataforma]«, aclaraba.

Comentarios invivibles, pero insustituibles

Concluíamos este debate preguntándoles a nuestros participantes dos cosas: una,qué pasaría si en sus medios eliminasen las secciones de comentarios, y dos, si creen que efectivamente los comentarios tienen validez en los medios o no.

Para Ramón Salaverría la cuestión no estaba en los comentarios en sí, sino en el tipo de comentarios. De hecho, nos decía, «estoy a favor de los testimonios«, aquellos comentarios que aportan información añadida, pero no los comentarios sin argumentación del tipo «yo opino, a mí me parece«. José Manuel Rodríguez, de El Confidencial, explicaba que los comentarios tienen sentido para este medio, que tiene «una comunidad pequeña pero fiel, y preferimos no ceder en esas opiniones, y desarrollar esa comunidad propia«.

Marilín Gonzalo, de eldiario.es, era contundente: «un medio sin comentarios no tiene ningún sentido, la conversación debe ser de ida y vuelta, la gente tiene tanto que aportar que nunca nos hemos planteado cerrar esos comentarios para siempre«. En esa misma línea se situaba Chema Martín, que explicaba que sin comentarios «creo que 20minutos perdería su esencia. Los comentarios nos sirven como **ejercicio interno de crítica y autocrítica«.

«UN MEDIO SIN COMENTARIOS NO TIENE NINGÚN SENTIDO»

En este punto es en el que Virginia Pérez prefería aportar su opinión personal con una reflexión distinta: si los medios eliminaran los comentarios, nos decía, «ganaríamos en credibilidad«, pero iba más allá y afirmaba algo especialmente revelador, aunque de nuevo lo hacía a título personal:

Basta que uno lo haga [eliminar los comentarios] para que el resto vaya detrás. No muchos lo admiten, me encantaría tener en el medio en el que trabajo una participación de calidad, que el medio se nutra de la aportación al igual que pasa al revés, pero eso no pasa. Es muy difícil que nadie vaya a admitir que los comentarios son un dolor de cabeza para los medios.

Aún así, aclaraba Pérez al evaluar ese posible cambio en El Mundo: «creo que no soportaría una gran pérdida de datos, pero esto no podría ir solo, habría que acompañarlo con otras cosas: refuerzo informativo, activar el tiempo de permanencia, mejora de otros aspectos«. De hecho, concluía, «sí a los comentarios,siempre y cuando el medio actúe de una manera activa en su canalización«.

En As creen que los comentarios son muy importantes, y Adrián Segovia nos explicaba que «en términos numéricos no pasaría nada, seguiríamos generando muchísimo tráfico» si cortaran los comentarios. Pero también aclaraba que «desde el punto de vista de enriquecimiento del contenido se perderían cosas, hay comentarios muy válidos y que aportan visiones distintas«. Emilio Contreras, de Marca, también creía que eran una parte fundamental de su medio: «Si no fuera por los comentarios aquí no entraría nadie«, y nos adelantaba cómo en este diario ya están preparando mejoras notables en esa parte en la que quieren dar «mayor protagonismo al usuario«.

«ES MUY DIFÍCIL QUE NADIE VAYA A ADMITIR QUE LOS COMENTARIOS SON UN DOLOR DE CABEZA PARA LOS MEDIOS«

En El País tampoco contemplaban la posibilidad, y como afirmaba Guiomar del Ser, «quitar comentarios no está planteado ni a corto ni a medio plazo. No queremos renunciar a ello, sino combinarlo y cuidar las comunidades en otras redes«. Pero es que además nos descubría otro factor relevante para los medios que no habíamos tenido en cuenta: los comentarios generan negocio. Su comunidad es, nos decía, «casi como una “clientela” con la que te relacionas, a la que sirves y que es parte de tu negocio. A la hora de establecer comunicaciones, suscripciones, servicios para el cliente, esa información es valiosa«.

Publicado originalmente en: http://www.xataka.com/especiales/la-transformacion-de-los-comentarios-en-medios-online-la-conversacion-evoluciona

Imagen: http://i.blogs.es/ac90fc/audiencia/2560_3000.jpg

Comparte este contenido:

Problemas psiquiátricos: los grandes desconocidos, también en el aula

España/05 mayo 2016/Autor:María Jesús Mardomingo Sanz/Fuente:El Correo Gallego

Los problemas psiquiátricos de los niños y adolescentes son uno de los grandes desafíos de nuestro tiempo, sin embargo, el desinterés, los prejuicios y el desconocimiento general de esta realidad son notables. La afirmación de que los niños sufren problemas psiquiátricos produce casi siempre sorpresa, escepticismo y rechazo. ¿Cómo es posible? Si los niños no captan la desgracia y las circunstancias adversas de la vida ¿pueden padecer estas enfermedades? La respuesta es sí. En primer lugar porque las enfermedades psiquiátricas no solo se deben a factores ambientales desfavorables y en segundo lugar porque los niños “sí que captan la realidad”.
El 10 % de los niños y el 20 % de los adolescentes sufren un problema psiquiátrico. Son cifras que se constatan en los países occidentales con muy escasas variaciones entre unos y otros. Son cifras, por tanto, que requieren la atención de la medicina, la escuela, la familia y la sociedad. Estos problemas psiquiátricos, además, pueden diagnosticarse, tratarse y evolucionar favorablemente en numerosas ocasiones, con enorme alivio para el paciente y la familia y con un ­cambio completo de la perspectiva vital del sujeto.
El temor a las enfermedades mentales, a la “locura”, y la visión idealizada de la infancia como una etapa feliz de la vida, contribuyen a esta actitud de prevención y negación de estos problemas, con gran  perjuicio para los niños y sus familias.
¿Y cuáles son los tres grandes pilares para la detección y el diagnóstico? La familia, la escuela y el sistema sanitario. Por lo que se refiere a la escuela, son los profesores quienes muchas veces captan que al alumno le pasa algo, que ha cambiado de carácter, que ha disminuido su rendimiento académico, que está distraído o ausente en clase, que presenta problemas de disciplina que antes no tenía o que se están incrementando, que no aprende de forma adecuada. Y es el profesor quien habla con el niño o el joven y advierte a los padres para que consulten, favoreciendo el diagnóstico y el tratamiento ­temprano, que es la base de la buena evolución.
Esto requiere que el profesor conozca estos problemas y que los padres, y por tanto la sociedad, acepten que los trastornos psiquiátricos no son un motivo de vergüenza o deshonra del paciente y de la familia sino que son entidades médicas, iguales al resto de las enfermedades. Y como tales se pueden diagnosticar, tratar, curar, y siempre mejorar.
El papel del colegio puede ser esencial para diagnosticar el autismo, los trastornos del espectro autista y los retrasos del desarrollo en los niños pequeños. Para los problemas de aprendizaje, la fobia escolar, la depresión, los trastornos de ansiedad, el TDAH y los problemas de conducta en Primaria. Y para los trastornos de la alimentación, el consumo de drogas, el absentismo escolar, la depresión, el trastorno obsesivo o el trastorno disocial en la ESO y el Bachillerato.
Como psiquiatra de niños he tenido la suerte de estar en contacto con los profesores de mis pacientes. Ellos han sido muchas veces la clave para saber que un adolescente comenzaba con un nuevo episodio de depresión o que otro, que tenía un TDAH, había dejado de tomar la medicación.
Quiere esto decir que los ­profesores, por si no tuvieran poco con su trabajo, ¿también tienen que ser psiquiatras infantiles? ­Muchos se echarán las manos a la cabeza. Y con  razón.
No, los profesores no tienen que ser psiquiatras infantiles, pero deben conocer aspectos generales de los trastornos psiquiátricos de los niños, no para hacer un diagnóstico, sino para detectar signos de alerta o motivos de preocupación. Estos conocimientos deberían formar parte de la formación continuada del profesorado, una formación que es imprescindible no solo para estar al día, sino para sentirse motivados en el desempeño de una de las tareas más exigentes y destacadas a la que uno puede dedicar la vida: enseñar y educar a los niños y a los jóvenes.
Los profesores son uno de los grandes valores de nuestro país, pues en sus manos está una de las tareas más trascendentales. Necesitan aprecio, reconocimiento y que se les proporcionen los medios para su enriquecimiento intelectual. También en el tema de los problemas psiquiátricos de los niños.

Fuente noticia:

http://www.elcorreogallego.es/galicia/ecg/problemas-psiquiatricos-grandes-desconocidos-tambien-aula/idEdicion-2016-05-05/idNoticia-995500/

Fuente imagen:

http://www.fundacioncadah.org/web/articulo/-como-captar-la-atencion-de-los-ninos-hiperactivos-en-el-aula.html

Comparte este contenido:

Del aprendizaje expandido a la transformación de la educación

Juan Freire

[Este texto es la introducción y contextualización del curso del mismo nombre (programa del curso en pdf) qorganizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) y el Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y Formación del Profesorado (INTEF) del MECD. Se publicó inicialmente en educaLAB, el blog de INTEF, con el título de La educación expandida]1. El escenario del cambio educativo

Los cambios sociales y tecnológicos de las últimas décadas por una parte obligan, pero por otra ayudan, a la evolución de la educación tal como han hecho en muchos otros ámbitos como la política, la cultura o la empresa. Es esta una relación inicialmente conflictiva pero que si se logra traspasar la fase dialéctica para llegar a un enfoque basado en el diálogo entre agentes puede conducir a mejores procesos de aprendizaje tanto formales como informales. Estos cambios podemos definirlos a partir del desarrollo de tres elementos básicos como son las tecnologías sociales, las nuevas comunidades de práctica y los laboratorios ciudadanos que se convierten en piezas clave para entender el escenario actual.

Las tecnologías sociales se originan con el surgimiento de Internet que ha sido el espacio de acción donde se han desarrollado «todo tipo de tecnologías (infraestructuras, hardware, software, servicios web) que son susceptibles de ser utilizadas para el empoderamiento ciudadano, y especialmente para el desarrollo autónomo de proyectos colaborativos». Estas tecnologías son sociales porque van asociadas al nacimiento de comunidades de práctica que las construyen, las hacen crecer, las gestionan y las utilizan en sus propios proyectos. Pero estas son nuevas comunidades, que a diferencia de las tradicionales son electivas, múltiples, recursivas y combinan procesos y espacios analógicos y digitales. Su mayor novedad en todo caso quizás resida en la escala que alcanzan, dado que la tecnología permite procesos de coordinación entre grandes colectivos que antes eran inviables o muy costosos. De este modo hoy en día contamos con multitudes inteligentes capaces de generar verdadera inteligencia y acción colectivas (más allá de la mera agregación estadística y minería de datos). Estas comunidades son herederas en muchos de sus valores y reglas de gobierno de las comunidades hacker dado que se basan en su funcionamiento en el consenso aproximado, la posibilidad de hacer «fork», y la cultura digital (meritocracia; conciencia de red; «makers» dado que la reflexión se sustenta en la acción, en el hacer).

 

Por último, para completar el dibujo que hacemos del presente debemos incluir los laboratorios ciudadanos que constituyen la evolución de los espacios públicos institucionales dedicados al consumo cultural a otros enfocados a la producción ciudadana. Espacios donde ocurre la producción colaborativa entre diferentes públicos, y que normalmente conlleva la transdisciplinariedad y la participación activa de amateurs y profesionales en el desarrollo de proyectos que generan nuevo conocimiento. Estos laboratorios son diversos en sus orígenes dado que en ocasiones suponen la evolución de centros cívicos y culturales, en otras son espacios de coworking, o incluso las tradicionales bibliotecas que desarrollan nuevos programas para dar servicio a sus usuarios. Pero son también diversos porque son creados y gestionados tanto por instituciones públicas, como por empresas o diferentes tipos de organizaciones ciudadanas.

2. Donde sucede hoy en día la educación

La educación no puede permanecer al margen de las innovaciones sociales y tecnológicas descritas antes. En este nuevo contexto es relevante por una parte comprender que innovaciones afectan a los procesos de aprendizaje y a los roles de las instituciones educativas y por otra reflexionar estratégicamente sobre como debe transformarse la educación para aprovechar de forma óptima este nuevo escenario. No vamos a recopilar aquí los múltiples proyectos que, de manera directa o indirecta, afectan a la educación, pero si utilizaré algunos casos que creo son paradigmáticos de lo que está sucediendo. En el ámbito digital puede valer como referencia lo que están representando los MOOCs (massive open online courses) que demuestran que hoy en día el proceso nuclear en que se han basado la mayor parte de estrategias pedagógicas en las últimas décadas, la transferencia de conocimiento, puede suceder ya de modo igual o más efectivo por otras vías (usando otros canales y con la participación otros agentes). Pero además de los MOOCs han nacido múltiples comunidades digitales centradas en intereses comunes (casi siempre aparentemente alejados del ámbito educativo) que se convierten en espacios de producción de conocimiento y que a la vez permiten el aprendizaje de contenidos y competencias por los participantes.

Pero no toda, ni tan siquiera la mayoría, de la innovación educativa sucede «dentro» de Internet. El valor de las tecnologías sociales no reside tanto en los proyectos digitales en si mismos como en su papel como instrumento para desarrollar proyectos que van más allá de lo digital. Y en este sentido tan importante como la propia tecnología es la comunidad y sus nuevos modos de relación y gobernanza. Tomemos como ejemplo el caso de El Campo de Cebada donde «vecinos y vecinas del Distrito Centro [de Madrid] agrupados, para fomentar el uso temporal del solar del derribado polideportivo de La Latina». Con estos vecinos trabajan activamente activistas políticos y urbanistas (como el colectivo Zuloark) mostrando la superación de la distinción tradicional entre lo amateur y lo profesional. El Campo de Cebada se ha convertido en un espacio que acoge comunidades que desarrollan diversas actividades, muchas de ellas con un fuerte componente educativo. Pero al mismo tiempo el propio espacio es una infraestructura educativa ya que facilita que diversos colectivos desarrollen proyectos que son su vehículo de aprendizaje. El Campo de Cebada es un espacio público analógico, pero es consecuencia también de las tecnologías sociales y las nuevas comunidades que describíamos antes que lo han convertido en un laboratorio ciudadano. Lo digital está presente como herramienta de coordinación y gestión, pero también como modelo organizativo y como ética. Por todas estas razones este proyecto acaba de recibir el premio Golden Nica de Digital Communities delPrix Ars Electronica 2013.

3. (Casi) todo puede ser aprendizaje: la educación expandida

 Aprender no ha sido nunca algo que solo suceda dentro de espacios acotados e institucionalizados para ese fin. La vida es un continuo de experiencias que significan oportunidades para aprender. Esto siempre ha sido así pero quizás lo es hoy más que nunca por el potencial educativo que representan las tecnologías sociales, los nuevos entornos de comunidades de práctica y los laboratorios ciudadanos. En 2009 gracias al trabajo del colectivo Zemos98 se empezó a utilizar el término educación expandida para referirse al hecho de que “la educación puede suceder en cualquier momento y en cualquier lugar”, que fue el subtítulo elegido para el libro que recoge una serie de reflexiones teóricas y casos de prácticas de aprendizaje expandido y que «bebe de las propuestas de la educación no formal, del activismo social y de la investigación en procesos de participación». El reconocimiento de estas prácticas expandidas como  educación ha provocado un renovado interés desde instituciones y colectivos y está sentando las bases para por una parte abrir las instituciones educativas a la sociedad incorporando estas prácticas en los currículos.

4. Los retos de la transformación de la educación

Nos encontramos por tanto en un momento de transformación radical de la educación. Podemos entender que el nuevo entorno tecno-social es el que fuerza este cambio, pero a la vez es el que abre nuevas e inmensas posibilidades para desarrollar procesos educativos más potentes e integradores. El primer reto se relaciona con lo comentado respecto a la educación expandida: cómo incorporar las experiencias de construcción colectiva de conocimiento que suceden fuera de las aulas (sean los MOOCs o proyectos como El Campo de Cebada) y de las instituciones educativas (tanto en el espacio público como en comunidades digitales) pero que son procesos con un importante componente de aprendizaje.

Pero esto no es más que una parte del desafío y de la oportunidad. Al tiempo, la propia Educación, la que sucede desde las instituciones, se debe transformar para seguir siendo significativa y con relevancia social. Dentro de esta transformación es precisa la evolución de los modelos pedagógicos hacia otros que se enfocan en las competencias, en el desarrollo de proyectos («aprender haciendo» inspirado en la idea de que el aprendizaje es más efectivo cuando se basa en problemas y retos específicos), a la vez que se hace un uso intensivo de la tecnología digital tanto en la transferencia de conocimiento como en la interacción y desarrollo de proyectos. Por último, un aprendizaje realmente significativo solo es posible cuando el estudiante trata de entender su entorno más cotidiano y aplica lo que aprende a la resolución de problemas próximos y reales en la relación con otros agentes sociales. Esta idea nos lleva al concepto de ecosistemas de aprendizaje, y a la necesidad de desarrollar entornos donde la educación se mezcle con otros agentes como empresas y organizaciones sociales.

Un ejemplo paradigmático de este nuevo enfoque lo tenemos con la metodología Team Academy, nacida en Finlandia y hoy en día representada en su comunidad internacional por la Team Academy Learning Network, que además de centrarse en el aprendizaje activo basado en proyectos para el desarrollo de competencias, sitúa como eje central del aprendizaje el equipo y por tanto la cooperación activa entre «aprendices». En el ámbito universitario español la experiencia Team Academy ha sido desarrollada y ampliada por la red de laboratorios Mondragón Team Academy en programas de grado y posgrado que integra tanto a universidades como empresas y laboratorios.

Fuente: http://nomada.blogs.com/jfreire/2013/09/transformacion-educacion.html

Comparte este contenido:

En España: La reválida convoca en la comarca a un millar de alumnos sin tener nada claro

La confusión sobre su utilidad y objetivos es la nota dominante ante las pruebas que hoy arrancan para los chavales de 6º. curso

SERXIO GONZÁLEZ

La hora ha llegado para los 1.010 chavales de entre once y doce años que cursan 6º. curso de Educación Primaria en los 34 colegios que imparten este nivel de enseñanza en el territorio de Arousa. Siendo precisos, para aquellos cuyas familias decidan enviarlos hoy a clase. Porque uno de los absurdos que entraña la aplicación de esta controvertida reválida es la posibilidad de que los alumnos se queden en casa, como muestra de disidencia ante una de las medidas más polémicas de cuantas contiene la LOMCE. Y no son pocas. La confusión sobre la utilidad y los objetivos que persigue esta prueba externa es lo único que verdaderamente está claro ante el inicio de los exámenes. Ni siquiera la postura de los padres es unánime. En general, las AMPA arousanas rechazan en redondo la convocatoria, pero no existe un criterio homogéneo ante la división de opiniones que se detecta en muchos centros.

«Teño claro que o meu fillo non vai ir, pero hai algúns pais que argumentan que as leis están para cumprilas e si van mandar os seus, así que a decisión queda nas mans de cada quen», explica una madre desde Carril. En Rubiáns, en cambio, la asociación se ha posicionado frontalmente en contra de la reválida, haciéndolo constar expresamente en el último consello escolar. En algunos centros, son las AMPA las que han asumido la tarea de informar a las familias. En otros, sus respectivas direcciones han organizado reuniones explicativas. Por fin, no faltan colegios en los que son los tutores de los dos cursos concernidos quienes tratan de desbrozar la maraña de unos exámenes cuyo sentido último nadie acierta a explicar.

Lo que dice la LOMCE

Uno de los puntos que más inquietud generan se refiere a los efectos de estos exámenes en el expediente de los alumnos. La nota informativa que la Consellería de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria ha difundido, a fin de tranquilizar a las familias, sostiene que las consecuencias de la reválida serán nulas, sea cual sea la nota que obtenga el chaval. Sin embargo, el AMPA de O Piñeiriño advierte de que esta afirmación «non coincide co imperativo legal establecido na LOMCE no seu artigo 20.2 e o documento do Ministerio de Educación, Cultura e Deporte, que baixo o título Marco Xeral insiste en que ??se terá especialmente en conta o resultado da proba individualizada?? para a avaliación final do alumno».

Esta puntualización forma parte del escrito que tendrán que presentar en sus respectivos colegios aquellos padres que se nieguen a que sus hijos realicen las pruebas. El documento considera que la reválida es «inútil e antipedagóxica», que desautoriza la labor de evaluación continua que realizan los profesores a lo largo del curso, y que dilapida recursos que deberían invertirse en incrementar medios y personal en los centros. El turno de 6º. se extiende entre hoy y el viernes. Los días 24 y 25 le tocará a 3º.

Fuente: http://www.lavozdegalicia.es/noticia/arousa/2016/05/11/revalida-convoca-comarca-millar-alumnos-tener-claro/0003_201605A11C1995.htm

Comparte este contenido:

Acerca de los Paradigmas Educativos

Juan Carlos Gómez B.

Hacer un intento por indagar lo que significa la formación del profesor desde una perspectiva global, dentro del contexto social, resulta, a juicio general, una tarea de exégesis meticulosa en la cual habría que recoger, integrar y analizar diversos tópicos como lo son: lo pedagógico, lo histórico, lo académico, lo social, lo afectivo, lo cognitivo, etc., que originarían precisamente un modelo de profesor altamente competitivo en el ámbito escolar en la pedagogía actual (la llamada pedagogía por proyectos) pero, que a su vez resultaría  inmerso dentro de un paradigma educativo. Dado que las intenciones de este proyecto escrito no pretenden abarcar tanto, es menester delimitar la ya mencionada tarea y se hará desde dos perspectivas que son de  interés particular: por un lado realizar someramente una revisión sobre los paradigmas educativos trabajados por Ana Rodríguez e Irene Gutiérrez (1995) y por otro, encaminar un análisis sobre la orientación “investigación-acción” que por estos tiempos parece tener bastante resonancia.

Obligadamente habría que hacer una revisión de la línea que las autoras siguen como camino para la formación del profesor, es decir, hablar de enseñanza-aprendizaje, de modelo didáctico, de hombre como ente social, de educación y obviamente de pedagogía. Sin que una jerarquización amerite un orden establecido pero atendiendo a la relación mutua que subyace a estos procesos comenzaré exponiendo la línea desde la pedagogía.

Debe admitirse que es uno de los conceptos más trasegados, tanto es así, que la misma pedagogía hoy, ha traspasado los muros del ámbito escolar; se habla indistintamente de pedagogía política, de pedagogía moral, educativa, ética, social, etc., pero sea cual sea su perspectiva de análisis alude a una formación, hecho este que comienza en el individuo para luego proyectarse a la sociedad. La pedagogía en escala profesional estaría asociada a la conducta* del profesor frente al estudiante, aunque aveces se suele confundir lo pedagógico con lo didáctico. Lograda una distancia desde el mero camino del arte como fue concebida en tiempos tradicionales (paideia) hasta adquirir un estatuto científico, el trabajo de la pedagogía se centra en el conocimiento. “La pedagogía es la disciplina que conceptualiza, aplica y experimenta los conocimientos referentes a la enseñanza de los saberes específicos en las diferentes culturas. Se refiere tanto a los procesos de enseñanza propios de la exposición de las ciencias, como al ejercicio del conocimiento en la interioridad de una cultura”. (ZULUAGA Olga, 1988, p.10).

De cara a la educación Not dice que se trata de la “transformación (de un individuo) orientada hacia determinadas finalidades y obtenida mediante la explotación de situaciones apropiadas”. (NOT Louis, 1983, p. 9), para él la pedagogía es la metodología de la educación. Educación, pedagogía y didáctica entonces, estarán siempre en íntima relación y habría que decir que esta última se ha pensado como el discurso a través del cual el saber pedagógico ha estructurado la enseñanza para hacerla objeto central de sus elaboraciones*.

La enseñanza como exterioridad y el aprendizaje como interioridad respecto al mundo (contexto real) referencian los aspectos más importantes que encaminan la formación del hombre como ente constitutivo de la sociedad y por ende como ser  capaz de dar cuenta de su transformación y la transformación de su medio en aras de un mejoramiento continuo y efectivo.

Consecuente con los anteriores elementos que propician el desarrollo educativo se presentan diversos paradigmas cada uno de los cuales fundamenta la formación de profesores bajo políticas propias:

–          La orientación positivista: de corte cualitativo y cuyo modelo proceso-producto se basa en la Didáctica. Se ubica en esta línea los modelos mediacionales bajo la perspectiva de racionalidad  lógica.

–          Orientación Naturalista (interpretativa o hermenéutica): en esta línea se sitúan los modelos ecológicos y enfoques del pensamiento más allá de procesos exclusivamente académicos, por ejemplo, creencias, valores, actitudes, etc.

–          Orientación crítica o reconstruccionista: también de orientación cualitativa con componente ideológicos. Se ubica en ella la orientación de la investigación-acción (conocido como paradigma emergente).

Zeichner (1983) propone un análisis de cuatro categorías las cuales son estudiadas por las autoras del texto y que se presentan como tendencias que subyacen a la formación del profesorado:

– Concepción tradicional-oficio: tendencia que sigue vigente y que palabras más, palabras menos, hace referencia a la enseñanza transmitida de la misma forma como nos fue enseñada en los diversos niveles de la academia primaria, secundaria y universitaria. Su característica primordial es la mala calidad ya que se privilegia el enseñar como el hecho único de dominar los contenidos, obviamente la enseñanza hoy se dirige más allá: tener en cuenta aspectos afectivos, volitivos, cognitivos, problemas de aprendizaje, productivos,  etc. La propuesta para ir desmontando esta “tradición académica” (en palabras de Zeichner) es la creación  de “escuelas de desarrollo profesional” en las que se combina la indagación, el oficio junto con la disciplina científica para una formación más activa y real frente as un contexto determinado.

– Concepción personalista: centra la formación en la persona del profesor como futura eficacia. Se vincula a la psicología perceptiva donde lo más importante es la percepción (autopercepción) del ser mismo. El ser se construye dentro de una cultura a través de experiencias propias y en constante interacción con los otros. Esta concepción va de la mano con la corriente humanista que concibe la educación como “proceso de construcción de sí mismo. Toda persona tiene capacidad de autodesarrollo, de autorealización. El papel del educador es procurar los medios y condiciones adecuadas para que ese potencial se desenvuelva” (RODRÍGUEZ, M. Ana, 1995 p.23).

Concepción tecnológica: Pone acento en el desarrollo de habilidades y competencias y asume al maestro como técnico. La actividad de éste será de carácter instrumental. Surgen cuatro modelos a saber:

Ø  Modelos basados en las técnicas de microenseñanza: fundamentada en el conductismo, enseñanza descompuesta en microprocesos (exponer, motivar, evaluar, etc.).

Ø  Modelos basados en el análisis de la interacción: centrados en el entrenamiento del  profesor para el manejo de la interacción en el aula, su fundamento es unidireccional luego lo importante es la repercusión del maestro sobre el alumno.

Ø  Modelos basados en la supervisión clínica: de origen conductista , su meta es formar al profesor en la propia realidad escolar.

Ø  Modelos basados en la adquisición de competencias: se trata de una prolongación de la microenseñanza y basan su trabajo en las capacidades del profesor para producir resultados en los alumnos.

Concepción de profesor orientado a la indagación: se basa en le paradigma investigación-acción donde lo importante o mejor, lo más destacado es la concepción de hombre como ser que se  encausa hacia metas reales, donde el ámbito educativo adquiere un estatuto más riguroso en tanto que se problematiza  el medio para una posterior construcción social. Se perfila un maestro no agotado en el diagnóstico por cuanto es capaz de pasar al plano de lo propositivo, de indagar en el ámbito teórico-práctico para generar principios metodológicos capaces de dar cuenta de una problemática real de contexto y su consecuente solución en términos operativos. Se definen políticas de una permanente construcción académica y personal en donde en últimas no sólo se beneficia el profesor sino que a la par el alumno alcanza a formar parte de ese proceso de educación altamente competitivo para los retos que la nueva sociedad exige. La praxis de la mano con la teoría  generan un campo de acción en donde se evidencia una conexión mutua de relación causal entre lo aprendido, el problema investigado, la aprehensión de técnicas metodológicas prácticas y por supuesto respuestas efectivas y proyectivas.

La formación de cara a la investigación origina un pensamiento más práctico en el sentido de no sólo la utilización de teorías ya elaboradas sino como mecanismo para generar nuevas propuestas teóricas, en otras palabras se construyen corpus teóricos a partir de la(s) reflexión acerca de una situación o fenómeno problemático.

Habría que aclarar que los cambios paradigmáticos obedecen o responden a la demanda  de cambio exigida por las variaciones en la estructura social, a las múltiples críticas frente a la llamada “formación del docente” que abarcan desde una concepción eminentemente tradicional hasta una de corte conductista. La capacitación asumida desde modelos y métodos instrumentales supuestos para “enseñar” bien, es decir, enseñar a los maestros a enseñar, es un tipo de capacitación ya agotada, es necesario asumir la educación y la formación desde perspectivas tanto teóricas como prácticas que evidencien el momento coyuntural por el cual atraviesa la sociedad y esta coyuntura obedece precisamente a la indagación y resolución de problemas sociales.

BIBLIOGRAFÍA

–     NOT, Louis. Las pedagogías del conocimiento. México. Fondo de Cultura

       Económica, 1983.

–          RODRÍGUEZ, Marcos Ana. Un enfoque interdisciplinar en la formación de los maestros. Ed, Narcea, Madrid, 1995, p. 17-61.

–          VASCO, Carlos Eduardo. Pedagogía Discurso y poder. Corpodic. Bogotá, 1990.

–          ZULUAGA, Olga Lucía. Pedagogía, didáctica y enseñanza. En Revista Educación y Cultura. No. 14 Bogotá, marzo 1988, p.10.

* Es decir, a la acción del maestro, no sólo en el salón de clase sino también en los demás espacios escolares: patio, sala de profesores, en las reuniones, etc.

* Al respecto de la relación existente entre pedagogía y didáctica y su constante confusión ver VASCO, Carlos E. En Pedagogía, discurso y poder. Corpodic. Bogotá, 1990.

Fuente del articulo: http://articulacionporvenir.blogspot.com/

Fuente de la imagen: https://i.vimeocdn.com/video/541329723.jpg?mw=1920&mh=1080&q=70

Comparte este contenido:

Bolívar, la UBV y sus estudiantes

JOSÉ GREGORIO LINARES


En la UBV se está gestando un vigoroso movimiento bolivariano cuyo núcleo central lo constituyen sus estudiantes. La doctrina del Padre de la Patria es su artillería del pensamiento; su arma, la espada de Bolívar; su ideal, reencarnar junto al pueblo el espíritu del Libertador. Bolívar se convierte en antorcha que ilumina los espacios de lucha, estudio y reflexión.

El estudiante Heyfed expresa que Bolívar “despierta la sensibilidad por el prójimo, hombre de corazón noble, de grandes ideas, pero también de grandes amores, más allá del amor a su tierra, a su gente y a sus principios, vivía en el sentimiento puro hacia aquellas mujeres que robaron su corazón y aquellos amigos que se volvieron hermanos. Hoy debemos aprender a luchar y amar como Bolívar. Así, cada grano de arena que coloque cada uno será un fuerte torbellino contra el gran explotador y opresor, el imperialismo”.

Para Caridad, Bolívar es “un libertador de carne y hueso, un líder sentipensante que es imprescindible retomar, ya que una de las premisas de este proceso es la construcción de nuevos paradigmas a partir de la solidaridad, el amor, la sensibilidad”. Destaca la semejanza entre Bolívar y Chávez: “Ambos personajes lograron la trascendencia de su obra por haber consolidado el nivel de conciencia necesario para, como diría Luis Bigott, abrir el alma para comprender el alma del otro”.

Eukarys reflexiona: “Bolívar al morir se queda solo, sin ese pueblo que lo acompañó en las batallas para liberarlo del poder de la Corona. Cuando Chávez muere, su pueblo, ese pueblo que lo apoyó en su proceso revolucionario y lo sigue apoyando en este proceso, lo guía y lo acompaña hasta su sepulcro. El pueblo lo acompaña porque Chávez no sólo liberó a Venezuela de las dictaduras de la Cuarta República, sino que también le recordó a América Latina su historia”.

Asimismo Yurauqui considera que Bolívar nos enseñó que “el bienestar del pueblo está en primera instancia en manos del Estado, éste es el que debe manejar la seguridad y abogar por el bien común.

Además, el Estado tiene el derecho y el deber de promover la agricultura porque la producción del suelo es la actividad de más riqueza, es el motor de la vida misma”.

Raúl expresa: “Bolívar cobró vida cuando todos aquellos que sienten a la patria hasta en las entrañas, como dijera Augusto Mijares, acudieron al llamado para recrear la Venezuela posible. El Libertador bajó a la plaza una y otra vez, vuelto pueblo, y nos dio una nueva Constitución, unas leyes necesarias para la redención de los hombres y mujeres olvidados a su suerte por más de cien años de desidia y pobreza.

Hoy, una vez más, se cierne sobre la patria la sombra de la traición. No deseo que se cumpla la sentencia de Pablo Neruda que dice: “Bolívar despierta cada cien años cuando despiertan los pueblos”. No podemos esperar cien años más, hay que darle vida ahora mismo a Bolívar”.

Los estudiantes de la UBV nos demuestran con sus actos que “hoy, más que nunca, es la hora de Bolívar y está sonando en todos los relojes”. Luchan para “que suene también en todos los corazones”, como quería Chávez. ¡Que vivan los estudiantes!

Fuente del artículo: http://ciudadccs.info/jose-gregorio-linaresletra-bolivarianabolivar-la-ubv-y-sus-estudiantes/

Fuente de la imagen: http://hoyvenezuela.info/wp-content/uploads/2015/04/JOVENES-540×3721.jpg

Comparte este contenido:

Gobernanza de la educación superior: crítica y proposición

Perú/11 mayo 2016/ Autor: José Joaquin Brunner/ Fuente: El Libero

Abordaré el tema de la gobernanza de la educación superior; esto es, los arreglos formales e informales creados para dirigir, orientar, coordinar y regular al sistema encargado de proveerla.

Hasta ahora hemos discutido más bien sobre cómo distribuir el poder y el financiamiento entre distintos grupos de instituciones al interior de dicho sistema. Sin duda son materias importantes. Pero insuficientes para abordar el tema de la gobernanza, cuya organización, principios normativos y mecanismos de funcionamiento serán el objeto de la anunciada reforma de nuestra educación superior.

Este texto responde a tres preguntas:

Primero, ¿cuál es el mayor desafío que tenemos por delante para diseñar la gobernanza de nuestro sistema nacional?

Segundo, ¿cuáles son los principios que deben regir la gobernanza del sistema?

Tercero, ¿cuáles son las funciones y mecanismos de un esquema de gobernanza y cómo se planea modificarlos?

I

Para partir, entonces, sostendré que el desafío mayor que debemos enfrentar al diseñar la gobernanza de nuestro sistema es el carácter histórico-institucional del mismo y su trayectoria de desarrollo, expresados ambos en una peculiar economía-política. Esto es, la manera como distribuye la matrícula entre instituciones diversas -estatales, privadas subvencionadas y privadas sin subvención directa, según la clasificación de la Unesco- y además diferenciadas verticalmente entre instituciones universitarias y no-universitarias. Y, en seguida, la manera como el sistema se financia, tanto desde el punto de vista de las fuentes relevantes -públicas y privadas- como de las modalidades e instrumentos empleados para asignar y recibir recursos.

Dicho en términos concretos, el esquema de organización de nuestro sistema -para el cual queremos diseñar un esquema de gobernanza- corresponde al de un régimen mixto de provisión, con mayoría de matrícula privada, y a un régimen mixto de financiamiento, con gasto privado predominante.

En cifras gruesas este régimen ha impulsado nuestra tasa bruta de participación en la enseñanza superior a una cifra que supera el promedio de los países de Europa Occidental y América del Norte. A su turno, dentro de América Latina tenemos la más alta proporción de alumnos provenientes del quintil de menores ingresos. El gasto total en educación superior como porcentaje del PIB es el segundo más alto dentro de los países de dicha Organización, con una distribución de 60% y 40% entre fuentes privadas y públicas, respectivamente. En el plano de la formación de capacidades humanas (el capital humano de los economistas), tres de cada cuatro graduados proviene de instituciones privadas. A su turno, la producción de conocimiento medida por publicaciones indexadas es compartida en partes iguales entre universidades estatales y privadas.

Luego, si se busca sustituir el esquema de gobernanza prevaleciente, debería resguardarse el desempeño del conjunto del sistema, sin debilitar los logros reflejados en las cifras que acabo de mencionar.

Al contrario, si no hay una visión de conjunto del sistema, de su carácter mixto en todos los aspectos y, por ende, con diversidad de instituciones, no podrá diseñarse un adecuado esquema de gobernanza.

II

Paso ahora a mi segunda pregunta: ¿Cuáles principios básicos deberían regir la gobernanza de un sistema con estas características?

El principio fundamental ha de ser el reconocimiento de la autonomía de las instituciones y su responsabilidad (accountability) social. Como señala la Declaración de Graz de las universidades europeas del año 2003, “los gobiernos deben empoderar a las instituciones y fortalecer su esencial autonomía proveyendo un medio ambiente legal y de financiamiento estable. Las universidades aceptan rendir cuenta y asumen la responsabilidad de implementar reformas en estrecha colaboración con estudiantes y partes interesadas, mejorando la calidad institucional y la capacidad de gestión estratégica”.

Esta debería ser también, pienso yo, la base de cualquier reforma de nuestro esquema de gobernanza: fortalecer la autonomía, no debilitarla; proporcionar estabilidad legal y financiera a las instituciones y no un medio ambiente turbulento e incierto. Supone como condición, claro está, confianza de la autoridad pública y la sociedad en las instituciones. Y supone que éstas, a su turno, se comporten con responsabilidad: asuman sus deberes con los estudiantes, el público y el Estado; protejan las libertades de sus miembros y utilicen con efectividad y eficiencia los recursos que reciben para cumplir su misión.

Un principio adicional al anterior puede formularse así: para dotar de efectividad a la gobernanza de un régimen mixto es imprescindible que el gobierno formule y mantenga al día una estrategia de desarrollo sustentable del sistema a mediano plazo, en continua consulta y con el acuerdo de todas las partes interesadas. Solo por esta vía puede ordenarse y alinearse con el bien colectivo un sistema compuesto por instituciones autónomas y autogobernadas, ofreciéndoles un marco para guiar y orientar su propia actividad y plan de desarrollo, decidir sus inversiones y responder a los estímulos de las políticas públicas.

Me parece que hoy uno de los mayores vacíos que enfrentamos es la carencia de un bosquejo siquiera de lo que el gobierno espera del sistema, aun en cuestiones elementales como cuánto espera se expanda la matrícula, en qué áreas especialmente, mediante qué mix de educación presencial y virtual, cuánto se propone aumentar el gasto público y qué balance de matrícula estatal y privada persigue para 5 o 10 años más con sus políticas de financiamiento.

Un planteamiento estratégico como el sugerido es una pieza fundamental de la gobernanza. Sirve para “guiar o conducir a la distancia” al sistema sin interferir en su ámbito de autonomía.

III

Necesitamos conversar además sobre cuáles son las funciones y los mecanismos que deben considerarse a la hora de diseñar un esquema de gobernanza, tema que concierne a  la tercera pregunta que intento responder.

Los mecanismos que integran un modo de gobernanza son tres esencialmente, usados en diferentes combinaciones: regulaciones estatales en primer lugar; autogobierno de las instituciones enseguida y, por último, competencia entre las instituciones por estudiantes, personal académico, dinero y prestigio.

Aquí nos interesa ver cómo la reforma -lo que de ella se conoce- se propone modificar estos mecanismos para crear un nuevo modo de gobernanza.

III.1.

Un incremento de las regulaciones estatales está en el corazón del proyecto de reforma. Se desea reforzar el control y comando centrales mediante la creación de una Subsecretaría de educación superior, que funcionaría en consonancia con dos agencias públicas -una superintendencia y una agencia de acreditación- y con una tercera entidad legal, un “sistema de universidades estatales”. Además el gobierno regularía de manera especial y más estrechamente (panópticamente, incluso) a las instituciones privadas, las que de acuerdo a la regla de la gratuidad universal pasarían además a ser dependientes del financiamiento fiscal vía el subsidio de gratuidad y otros fondos para los cuales se las declare elegibles.

Dicho en otras palabras, el régimen mixto de provisión y financiamiento subsistiría solo de manera formal, pues en la práctica no habría más que universidades estatales y privadas dependientes del financiamiento fiscal, salvo unas pocas excepciones “de mercado”. Se supone, por tanto, que en adelante el sistema sería conducido y coordinado administrativamente, con fijación de precios públicos mediante los cuales el ministerio pagaría a a las instituciones por el número de estudiantes en diferentes programas y/o el número de graduados de esos programas.

De llevarse a cabo, este cambio introduciría un ‘nuevo paradigma‘ de organización de nuestra educación superior. Sería un sistema único en el mundo, en la medida que ofrecería la gran mayor parte de la provisión a través de instituciones privadas subsidiadas directamente por el Estado. Esto sucedería necesariamente, a menos que el diseño contemple un traslado masivo de matrícula privada a instituciones estatales. Obligaría asimismo a sustituir con gasto público el financiamiento que actualmente proviene de fuentes privadas, hasta llegar a una cifra que -en proporción al respectivo PIB- sería superior incluso a la que exhiben los países nórdicos.

Todo esto entraña una operación de enorme complejidad con consecuencias de largo alcance, que bien valdría discutir con mayor tiempo y profundidad.

III.2.

Respecto al mecanismo de gobernanza consistente en el autogobierno institucional de los académicos y administradores superiores, la cuestión que interesa es cuál sería el peso que se espera tengan las corporaciones y sus profesionales en las decisiones de nivel sistémico.

A lo largo del siglo XIX y buena parte del siglo XX, el peso de los mandarines u “oligarquías académicas”, como las llama la literatura, fue un componente central, tanto en el modelo británico a través de su incidencia en la distribución de los fondos públicos asignados negociadamente al sector, como en América Latina a través de la autarquía de las instituciones y su influencia sobre la política pública sectorial.

Hoy, nuestro poder -de los académicos- se ha reducido. Al nivel del sistema el peso del autogobierno profesional se limita a la actuación de los pares en procesos de evaluación institucional y de programas y a la selección de proyectos de investigación, así como al control de la comunicación de conocimientos dentro de las comunidades disciplinarias. El poder corporativo de las instituciones, en tanto, se halla representado hasta hoy por el CRUCH, que apenas expresa a una parte, importante sin duda, del sistema en su conjunto.  La reforma propone agregar a esta expresión corporativa una o más instancias consultivas para las restantes instituciones y crea un comité coordinador para las universidades estatales con participación de la subsecretaría, Conicyt y la Dirección de Presupuesto.

En fin, no parece que este asunto clave -la participación de las propias instituciones en la gobernanza del sistema, junto con la participación de partes interesadas externas- haya encontrado hasta ahora un tratamiento satisfactorio.

III.3.

Por último, la competencia por estudiantes, personal académico, recursos y prestigio ha sido desde el origen de las universidades un componente de su gobernanza. Solo durante la segunda mitad del siglo pasado, con la expansión de la provisión privada alrededor del mundo, esta competencia pasó a identificarse como “de mercado”. Y luego, al introducirse en el ámbito de la educación superior estatal y ser usada allí por los gobiernos para redefinir el contrato con sus propias universidades, se usó la noción de “cuasimercados”, “mercados internos” o “mercados administrados”. La adopción de estos mecanismos alrededor del mundo busca estimular a las instituciones para alcanzar niveles mayores de eficacia, eficiencia y de respuesta a las demandas de la sociedad y el Estado y de un entorno en continuo cambio.

Pues bien, por lo que toca a este mecanismo, la reforma se propone, explícitamente, desmercantilizar la educación superior, extrayendo por así decir a este sector del mercado y renunciando a la competencia como mecanismo de gobernanza. La gratuidad universal operaría como instrumento de remoción del mercado, al mismo tiempo que se reemplaza su rol complementario en la coordinación del sistema por una coordinación exclusivamente política-administrativa, incrementando para ello fuertemente, como vimos, el rol y las atribuciones de los agentes públicos.

De cualquier modo, en el caso chileno no resulta fácil imaginar -como ya adelantamos- que pudiera mantenerse un régimen mixto de provisión, incluso con proveedores privados financiados en su mayoría íntegramente por el subsidio de gratuidad, con prescindencia de mecanismos de mercado. Al contrario, a medida que se extiende el financiamiento fiscal del sistema, según muestra la experiencia, tiende a intensificarse también el uso de cuasimercados para los proveedores financiados por el presupuesto de la nación. Así ha ido ocurriendo en la mayoría de los países del Asia, en EEUU e incluso en Europa, donde según señalaba un informe ya hace ocho años: “hoy es evidente que la educación superior funciona crecientemente en cuasimercados, donde los gobiernos asumen un importante rol de guía y facilitador”. La única alternativa imaginable sería volver a los años dorados de la la educación superior de élites, cuando el Estado financiaba a todas las universidades, independiente de su carácter estatal o privado, mediante fondos basales no-condicionados y sin exigencias mayores de desempeño y accountability. ¿Pero acaso hay alguien que puede creer seriamente que sería posible recuperar ese mundo feliz?

IV

Concluyo indicando telegráficamente cuáles podrían ser, a mi juicio, las bases para una renovación de la gobernanza del sistema de educación superior.

Primero, una reafirmación explícita de un régimen mixto de provisión, perfeccionado con un claro estatuto de autonomía y accountability de las instituciones e igualdad de trato entre ellas en la medida de lo posible. Por tanto, no una gobernanza dual público-privada sino una gobernanza única para el sistema en su conjunto y sus diferentes tipos de instituciones.

Segundo, un aumento de la regulación pública del sistema mediante la existencia de un marco estratégico de desarrollo del sector, un esquema independiente de acreditación obligatoria conforme a estándares exigentes, auditorias académicas y rendición de cuentas.

Tercero, un esquema de financiamiento de costos compartidos, con gratuidad para los jóvenes meritorios provenientes de los estratos de menores recursos y un sistema amplio de créditos de estudio subsidiados y contingentes al ingreso para los demás estudiantes, manejado por una agencia pública independiente.

Cuarto, participación de las corporaciones autogobernada dentro de la gobernanza del sistema, en instancias consultivas, de coordinación, autorregulación y prospectiva estratégica.

Quinto, una mejor organización de la competencia regulando la transparencia del mercado y mediante un adecuado empleo de instrumentos de acreditación, superintendencia e información. Simultáneamente, un uso más intenso de mecanismos e instrumentos de cuasimercado para la asignación competitiva de recursos fiscales según las prioridades de la estrategia nacional y en función de los proyectos generados por las instituciones.

 

Fuente:

http://ellibero.cl/opinion/gobernanza-de-la-educacion-superior-critica-y-proposicion/

 

 

Comparte este contenido:
Page 2391 of 2492
1 2.389 2.390 2.391 2.392 2.393 2.492