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Computadores e Internet para garantizar el derecho a la educación

Por: Ángel Pérez Martínez. 

 

Sin estos dos bienes no se garantizará el derecho a la educación y se ampliará la brecha social. 

Con la pandemia, las escuelas cerradas y el confinamiento, el peso de la familia y las condiciones donde viven y estudian los niños cobró renovada importancia. La riqueza material e inmaterial (cultura, formación, tipo de trabajo e intercambios sociales) de la familia y el tiempo que puedan destinar los padres de familia, la calidad de estos acompañamientos y las capacidades para involucrarse en el proceso educativo de los hijos en la casa, ahora, resultan imprescindibles. 

Desde los años setenta del siglo pasado Pierre Bourdieu y otros señalaron que gran parte de la vida y de la forma como nos involucramos en la sociedad, así como las oportunidades de desarrollo de las personas dependen del capital económico, el capital cultural y el capital social de las familias (entorno) en el que nacen los seres humanos y transcurre su vida.  

Esta es una de las razones por la que sociólogos, economistas y educadores han insistido que en el ordenamiento social los niños con desventajas económicas, culturales o sociales tienen menos oportunidades educativas que su contraparte, los niños que nacen o provienen de familias con mayor riqueza.

Luego, en países como Colombia, donde existe una altísima concentración de los ingresos y de la riqueza, no hay nada nuevo cuando se afirma que una minoría de niños tienen mayores recursos (materiales e inmateriales) para aprender, y que, si la sociedad y el Estado no buscan compensar estas inequidades con los otros niños, a través, por ejemplo, de un sistema educativo de buena calidad para todos, estas desventajas se ampliarán en el tiempo.

Estas desventajas de los niños, a futuro, se legitimarán por la vía del mérito, porque en aparentes condiciones de igualdad, competirán unos y otros para acceder a instituciones educativas de educación superior de calidad o para acceder al mercado laboral, mediante concursos, donde se vincula el conocimiento con habilidades profesionales o personales.  

El sociólogo y pedagogo Emile Durkheim, desde comienzos del siglo pasado, sustentó la necesidad de considerar la educación como un hecho social, donde la escuela es una institución que permite a la humanidad un método privilegiado de integración, de socialización y de aprendizaje. En este proceso, los países desarrollados, de manera especial los europeos, después de la segunda guerra mundial, enfatizaron en la inversión y calidad de los sistemas educativos, como una forma de cerrar brechas sociales y de luchar contra la pobreza y las inequidades que producen no solo la riqueza material, sino la pobreza cultural y las interacciones sociales de las familias.  

La cantidad y calidad de los recursos materiales que los hogares destinen para apoyar el proceso educativo en casa del niño o adolescente pasan por: destinar un lugar y un escritorio o mesa donde el estudiante pueda concentrarse y realizar las labores educativas, con o sin virtualidad; contar con libros y otros utensilios educativos, de acuerdo con el grado escolar y las necesidades que determine el docente y; tener acceso a Internet y a un computador, por lo menos. Los padres que trabajan en casa y tienen un hijo, o más, saben que un solo computador no resuelve el problema. 

Sobre los recursos materiales en casa para estudiar, diversos estudios muestran que los niños con desventajas económicas durante el encierro están muy afectados. Como lo mencioné en el artículo anterior, una encuesta aplicada en Inglaterra por investigadores del Institute for Fiscal Studies a 4.000 padres de familia de estudiantes entre 4 y 15 años encontró que los niños, ubicados en la quinta parte de ingresos más altos de las familias pasan 5,8 horas al día en actividades educativas, 75 minutos más que sus pares, en el quinto más pobre de los hogares 4,5 horas al día.

También, el estudio señaló que 58% de los niños más pobres, de primaria, no cuentan con un espacio donde estudiar en casa. En Chile otra encuesta del proyecto Educación 2020 encontró que el 67% de los estudiantes no tienen materiales para realizar tareas y el 63% no tienen un espacio cómodo para estudiar.  

En Colombia los datos del DANE señalan que mientras el 97% de las familias estrato 5 y 6 tienen conexión a Internet, solo el 17% de las familias que pertenecen al estrato 1 acceden a este servicio. Además, se conoce que cerca de 5 millones de estudiantes de los colegios oficiales no tienen en sus casas ni conexión a Internet, ni computadores. Este dato nos permite afirmar que más del 60% de los estudiantes más pobres hoy no tienen posibilidades de recibir de los colegios oficiales y de sus maestros enseñanza en línea, de manera virtual. 

Con pandemia o sin pandemia, la sociedad y el Gobierno deben reconocer que sin computadores y sin Internet de buena velocidad no existen posibilidades reales de educación de buena calidad para los niños más pobres.  

Por fortuna el país empieza a reaccionar para solucionar este problema de inequidad y de exclusión. En el último mes el MEN anunció la compra de 101.771 portátiles a $526.416 cada uno. La ministra de las TIC sostuvo que el país comprometerá recursos en los próximos 10 años por $2,1 billones para lograr conectar a 10.000 sedes educativas rurales, con la ventaja adicional que se beneficiarán las familias que viven en el entorno. Además, varias secretarías de educación ya anunciaron esfuerzos similares. 

Destaco el caso de Bogotá que adquirió 100.000 computadores con su respectivo acceso a Internet para suplir las necesidades de 300.000 estudiantes en la ciudad, y lo más importante, de manera complementaria, convocó a una Donatón (entre el 29 de junio y el 31 de julio) a los empresarios, a las cooperativas y en general a los ciudadanos que estén en capacidad de hacerlo, para que donen dinero, o computadores nuevos o usados (en buen estado), de tal manera que se puedan entregar equipos a una mayor parte  de los 200.000 niños de la ciudad que aún no cuentan con computador. ¡Invito a ser solidarios en favor de los niños de la ciudad!

Fuente del artículo: https://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/computadores-e-internet-para-garantizar-derecho-a-la-educacion-por-angel-perez/292420

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¿Cómo va la educación virtual en Colombia?

¿Cómo va la educación virtual en Colombia?

Balance de las ventajas, desventajas y retos que la virtualidad enfrenta en nuestro país después de tres meses de cuarentena.

Francisco Cajiao*

Educación y Escolaridad

Antes que nada, es importante esclarecer la diferencia entre dos conceptos que suelen usarse como sinónimos: educación y escolaridad. Si bien la educación abarca el proceso gradual de adquisición de competencias cognitivas (escolaridad), también involucra procesos de desarrollo emocional fundamentales para la formación de ciudadanos capaces de vivir en sociedad.

Teniendo en cuenta esta distinción, es necesario preguntarse qué efectos ha tenido la virtualidad en el aprendizaje formal y en procesos de desarrollo emocional como la formación de vínculos, la colaboración con pares, el reconocimiento de la diversidad y la participación activa en procesos democráticos, como la construcción de identidad y la capacidad de autocontrol.

Estos últimos tienen un lugar preponderante en la educación presencial: el intercambio continuo entre niños, familias, maestros y funcionarios administrativos permite el aprendizaje de valores cívicos y morales. Sin duda, una de las funciones fundamentales de este tipo de educación es construir comunidades educativas.

Por otra parte, es importante señalar que el aprendizaje de los contenidos formales que permite el desarrollo sistemático de competencias lingüísticas, matemáticas, científicas y artísticas varía dependiendo de la edad, la motivación, la madurez biológica y emocional y la experiencia vital de cada individuo. En ese sentido, también debemos preguntarnos por la eficacia de la virtualidad entre personas de edades diferentes.

Ventajas y desventajas de la virtualidad

Indudablemente, los programas informáticos de alta calidad que usan inteligencia artificial resultan más eficientes que la didáctica tradicional para acceder a información, proveer ejercicios interactivos y explicar las ideas y procedimientos de las diversas disciplinas porque combinan recursos que no tienen profesores en un salón de clases: imágenes, sonido, videojuegos, simulaciones, hipertexto, etc.

En ese sentido es cierto que la instrucción virtual puede tener efectos notables en los procesos de instrucción. Sin embargo, desde una perspectiva práctica, no es tan claro, al menos en Colombia, pues en las últimas pruebas Saber Pro, las universidades que cuentan la oferta virtual más amplia, estuvieron en el grupo de aquellas que tuvieron los puntajes más bajos

Sobre este punto es importante aclarar que, si los profesores se limitan a dictar clases tradicionales a través de computadores, tabletas y celulares, es imposible aprovechar las capacidades que se obtienen con el diseño de Objetos de Virtuales de Aprendizaje (OVA)

Desde que llegó la pandemia, ha predominado el uso de aparatos tecnológicos para dar cátedras tradicionales, enviar lecturas y poner tareas. Como han señalado los rectores de varias universidades, lograr una verdadera educación virtual es costoso y requiere un cambio de mentalidad difícil de conseguir.

Mientras no aprovechemos el verdadero potencial que ofrecen las nuevas tecnologías, no podemos esperar que la educación virtual tenga efectos positivos en los estudiantes.

En la educación básica resulta aún más complicado emitir juicios de valor porque, aunque chicas y chicos parecen estar familiarizados con los aparatos tecnológicos, su relación con la virtualidad se limita principalmente a juegos y redes sociales, así que no está claro cómo responden a los procesos de aprendizaje formal.

Habrá que esperar a que regresen a las clases presenciales para saber a ciencia cierta cuánto progresaron en lectura crítica, matemáticas, ciencias e historia. Esa evaluación será fundamental para discriminar el progreso por grupos de edad, condición socioeconómica y nivel educativo de sus cuidadores.

La importancia de la sociabilidad

Desde comienzos del siglo XX, pedagogos, psicólogos y neurólogos han insistido en que el juego tiene un papel fundamental en el desarrollo biológico del cerebro humano porque es la forma como los niños se acercan al mundo usando los sentidos y la motricidad.

Piaget señaló acertadamente que los niños comprenden los objetos a través de la acción. Así pues, comprenden qué es un balón y para qué sirve pateándolo y lanzándolo, no leyendo sobre él ni contemplándolo. Entonces, ¿qué imagen del mundo están construyendo los pequeños a través de pantallas que únicamente muestran representaciones de las cosas? No en vano, muchos ‘gurús digitales’ les prohíben las pantallas a sus hijos hasta que cumplen doce años.

Es innegable que la educación virtual presenta grandes limitaciones en términos de sociabilidad. En estos meses llenos de video llamadas, los niños han perdido la oportunidad de socializar con los pares que tenían en las aulas de clase. El contacto físico es tan importante que a pesar de que estas tecnologías existen hace dos décadas, los altos ejecutivos siguen viajando de un lugar a otro para resolver problemas, hacer negocios y emprender nuevos proyectos.

La brecha digital

Además de las limitaciones que presentan las nuevas tecnologías en materia de sociabilidad, tenemos un problema aún más difícil de resolver: la desigualdad en el acceso a los aparatos fantásticos que permiten viajar del interior de una célula a la última frontera del universo en segundos.

Para visitar virtualmente los mejores museos del mundo, oír música proveniente de todas las latitudes, visitar bibliotecas remotas, editar vídeos y diseñar edificios es necesario contar con equipos de cómputo de última tecnología porque los equipos viejos cada vez soportan menos programas y no pueden procesar información compleja. En Colombia, la brecha digital es enorme: solo los más privilegiados contamos con conexión a internet y equipos en buen estado.

Un artículo publicado recientemente por el portal 070 señala que, de acuerdo con el
DANE, apenas el 9,4% de los hogares en zonas rurales cuenta con un computador de escritorio, portátil o tableta. Así mismo, menciona que el Laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana (LEE) advirtió que el 96% de los municipios del país no podrá impartir lecciones virtuales porque menos de la mitad de sus estudiantes de grado once tiene computador e internet en su casa.

Esto significa que pese a los esfuerzos realizados por el Ministerio, las Secretarías de Educación y los maestros, gran parte de la población se ha visto damnificada por la brecha digital. Los más pobres no tienen más remedio que acudir a transmisiones televisivas o radiales como si aún vivieran en el siglo pasado.

Incluso si tuviéramos equidad digital —a pesar de los costos y la obsolescencia programada—, tendríamos que enfrentar las numerosas limitaciones que presenta la virtualidad, y las desigualdades sociales que caracterizan a Colombia.

Por ahora, todo parece indicar que el miedo al virus hará que el confinamiento de los niños se extienda en gran parte del país lo que queda del año.

[1] Los OVAs son diseños instruccionales que incorporan contenidos digitales autocontenibles, interoperables, flexibles y accesibles; están basados en un propósito educativo, capaces de incorporar actividades de aprendizaje y de evaluación, utilizando herramientas de contextualización.

Autor: Francisco Cajiao

Fuente de la Información: https://razonpublica.com/va-la-educacion-virtual-colombia/

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México: Morir en el magisterio poblano (Parte II)

Morir en el magisterio poblano (Parte II)

Para mi colibrí, por la libertad de su vuelo 

Miguel Ángel Rodríguez

Este texto, por la índole de los sucesos que narra, bien podría ser una carta dirigida, en primera instancia, a Luis Miguel Barbosa Huerta, gobernador de Puebla y al secretario del trabajo Abelardo Cuellar Delgado, con copia a Santiago Nieto Castillo, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, y, hasta cabría, para la mismísima secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval Ballesteros, para que intervengan, con carácter de urgencia, en la deconstrucción de las estructuras neoliberales de saqueo y atropello a los derechos y prestaciones laborales del magisterio poblano a la hora de su muerte.

Las preguntas que me hago, con las que me interesa tejer, no son retóricas, son el resultado auténtico de mi perplejidad, por ello les interrogo, como autoridades de Morena, lo siguiente: ¿Es legal gravar con el impuesto sobre la renta (ISR) los derechos y prestaciones magisteriales, seguros de vida, gratificaciones y estímulos por defunción y renuncia –como ocurre en este momento en Puebla? ¿Por qué gravamos la exigua “herencia” del magisterio -que ni siquiera alcanza para nombre tan pomposo-, en un país que no grava las pornográficas herencias y donaciones de los empresarios y políticos mexicanos a su rentista descendencia?

Por oscuros designios de la Providencia hube de habérmelas con la burocracia de dos instituciones cruciales del gobierno estatal, son la clave del éxito político: la Secretaría de Educación Pública y la Secretaría de Planeación y Finanzas. Ese circuito dinerario, como se sabe, inyectó, en el pasado reciente, cantidades millonarias de recursos ilegales al mercado electoral: es el cuerno de la abundancia.

Tengo la idea de que algo puede cambiar en este sexenio, pero es una percepción que tiende a desvanecerse, entre otras cosas, por el peso de los hechos que aquí relato.

Les hablo de la muerte de un ser amado que, a su vez, amó, con la fuerza de los infinitos leones azules del cosmos, el disfrute sublime de ser profesora. Un 19 de octubre del 2018 Diotima Aguilera se marchó entre incienso, cantos, bailes y flores. Desde entonces busco la manera de hacer efectivo un derecho laboral del magisterio. Han pasado casi dos años de cansados, amargos, lentísimos trámites burocráticos, porque me tocó la mala suerte de experimentar, en medio del río, lo que significa un cambio de gobierno. Cuando algunas direcciones generales quedan acéfalas muchos meses. Para colmo, la malhadada pandemia que paralizó el funcionamiento de las oficinas públicas durante un largo lapso, donde aún debo tramitar, como ya narré en la primera parte, un juicio sucesorio mañosamente intestamentario.

Con el tiempo aprendí a ser paciente. Me inscribí en cursos de meditación zen, casi termino en budista, para sortear el hoyo negro de emociones y pensamientos, para sobrevivir al trance que significa navegar entre el Caribdis succionador y los sedientos colmillos de Escila, un viaje que pone a prueba el temple de la serenidad a cada paso, pues hablo de enfrentar la expresión burocrática más ¿neoliberal?, ¿patrimonial?, ¿patrimonioliberal? de México: las estructuras de dominio despótico de Rafael Moreno Valle.

Hablo de estructuras policiacas de poder, comandadas por funcionarios metrosexuales, ignorantes y soberbios, como la mayoría de los secretarios, subsecretarios y directores generales de la Secretaría de Educación Pública de la Puebla de ese tiempo aciago. Un estado de excepción en el que la distinción de clase social y origen étnico, como base, constituían los criterios del ascenso económico, político y laboral; así fue que, con esa burbuja megalómana, clasista y racista, las oficinas de las altos ejecutivos y ejecutivas de la SEP se convirtieron en una suerte de pasarela liliputense de la Quinta Avenida. Se veían a diario engalanar los sombríos pasillos de la SEP las más caras (las máscaras) prendas de ropa en el mundo. Dior, Prada Armani, Versace, Gucci, Louis Vuitton y un ostentoso etcétera: la distinción. Mientras, en el lado oscuro del cuadro, la depauperación económica y moral del profesorado poblano.

No es necesario ser profesor de economía de la Universidad de Harvard ni del MIT ni tampoco de la London School of Economics and Political Science para saber que el gremio magisterial fue una de las organizaciones laborales más agraviadas por las violentas políticas neoliberales, pero es necesario recordar, en cambio, que el epicentro del terremoto neoliberal mexicano, cualquier cosa que eso sea, se ubicó en Casa Puebla.

¿Cuánto le ineresaba la educación pública al clan morenovallista? ¿Qué sabían de educación los secretarios de educación de Rafael Moreno Valle?

La respuesta a la dos preguntas es la nada. Ni siquiera conocían bien el estado, el nombramiento se cifraba en un principio: fidelidad incondicional al finaciero proyecto político presidencial. Un proyecto que logró seducir a prestigiados investigadores cuantitativos de la educación, pues miraban en el modelo educativo de Puebla un milagro mexicano. Imagínense ustedes, era posible pensar que un estado con una población cada vez más pobre, porque los porcentajes de seres humanos en condiciones de pobreza crecieron mucho durante el morenovallismo y con la riqueza fecunda de siete culturas indígenas en su territorio, podía demostrar con evidencias científicas, un prodigioso aprovechamiento escolar de sus estudiantes. En ese desfundamentado viaje, por qué no, se podía sugerir al calce, que también Chiapas, Oaxaca y Michoacán, con altos porcentajes de población indígena, podrían ser parte del milagro del modelo educativo poblano. La verdad científica como prueba absoluta de que en la sociedad del rendimiento sí se puede todo.

No quiero desviarme más del asunto, así que vuelvo a El Proceso de la burocracia poblana.

Un año y dos meses después del deceso de mi amada, entre finales del 2019 y principios del 2020, pude reunir, con la asesoría amabilísima de Edith Candelario, una eficiente trabajadora administrativa de la SEP, los documentos necesarios para integrar el expediente y hacer efectivo el derecho a una “Gratificación por defunción”, un derecho laboral del magisterio poblano que, por ley, está exento de cualquier gravamen o impuesto.

En enero de 2020 me presenté en la Secretaría de Planeción y Finanzas con la licenciada Susy Salas y con Jesús Carmona (su asistente), ambos dependientes del contador Juan David Carrasco, quienes me informaron que para poder hacer efectiva la “Gratificación por defunción”, antes tenía que darme de alta, necesariamente, en el registro del padrón de proveedores. Les pregunté que por qué había de hacerlo, pues hasta donde mis entendederas alcanzaban, se trataba de un derecho, de una prestación exenta del pago de tributación.

De mil maneras intenté exponerles que era el legado de una profesora para sus hijas, que ellos sabían que ese trámite me convertiría automáticamente en causante sujeto al impuesto sobre la renta, que no me parecía ni justo ni legal. Que me defendería contra ese latrocinio, les dije que escribiría una queja contra quien resultara responsable de tal asalto en despoblado. Supongo que acostumbrados a la indignación de los deudos, imperturbables me miraron y, al unísono repitieron que había de dos sopas, la tomas o la dejas, me dijeron que era la única vía para avanzar en El Proceso.

Subí las escaleras arriba, baje las escaleras abajo, ¿aquí está…?, ¡acá no está…! Llené el formato que un jóven funcionario tramitó de manera eficiente, volví a bajar y subir tres veces las escaleras, y, al final de El proceso, pago de por medio, estaba convertido en un flamante e involuntario proveedor de la Secretaría de Planeación y Finanzas de Puebla. En ese divertido sube y baja el derecho laboral de los docentes, la “Gratificación por defunción”, la herencia propiamente de las profesoras y profesores finados, se convierte en mercancía gravable, sometida al mismo trato del mercado y, por lo tanto, sujeta al pago del impuesto sobre la renta (ISR).

Es decir, sin temerla ni deberla, el magisterio poblano se ve despojado, en un santiamén, con felonía, de lo conquistado en una vida de trabajo, en términos reales de un derecho social que constituye la única herencia para su desdendencia, que por ningún motivo es rentista, como la prole de tantas y tantos niñas y niños bien de la vieja y nueva burguesía poblana. ¿Cuántos cientos de millones de pesos le esquilma el Estado, anualmente, a los deudos de los profesores fallecidos, con la trapisonda jurídica de convertirlos, por la fuerza, en proveedores, en causantes, para arrancarles el 16 por ciento de su “herencia”…?

¡Algo se tiene qué hacer para remediar este entuerto del gobierno de Morena!

El economista Thomas Piketty está de mi lado, baste recordar lo que escribió respecto a la disputa sobre los derechos de sucesión en Estados Unidos y en Italia: “…resulta difícil pretender defender la igualdad de oportunidades y reclamar al mismo tiempo la abolición de los derechos de sucesión, que desempeñan un rol esencial en la limitación de la reproducción social desde la Revolución Francesa, y más aún, desde la Tercera República, que los volvió progresivos en 1901. En los Estados Unidos y en Italia los intentos de Bush y de Berlusconi de abolir el impuesto a las sucesiones suscitaron fuertes resistencias, incluso entre millonarios como Warren Buffert y Bill Gates, quienes se consideran self-made men y no quieren que sus hijos se transformen en rentistas.” Ni los hombres más ricos del mundo esperan ver a sus retoños, a sus criaturas, convertidos en parásitos sociales, dedicados, en su inmensa mayoría, a despilfarrar el dinero que sus padres y abuelos atesoraron bajo las excluyentes leyes de la acumulación originaria del capital  y la acumulación originaria del poder político –ambas con aromas a sudor y sangre inocente.

No se puede construir una política económica redistributiva del ingreso, como la que impulsa AMLO, gravando más a quienes menos tienen, es imposible hacer efectiva la promesa de “Primero los pobres” con la implementación de ultraneoliberales políticas fiscales que derivan, como en este caso, en la depauperación del ya de por sí depauperado magisterio nacional. Me parece económica y políticamente siniestro, propio de una política de corte ultraconservador, consentir en estas prácticas de despojo; esto es, son políticas económicamente excluyentes, pues incluyen para excluir, para marginar aún más al profesorado, son acciones contrarias al ideario democrático de Morena.

La disyuntiva para el gobierno de Morena en el estado de Puebla, a partir de las enseñanzas de Thomas Pikkety sobre la igualdad de oportunidades, es muy clara. O se comprende y frena el sentido ilegal, inequitativo e injusto de gravar los seguros de vida, los estímulos y gratificaciones por defunción y renuncia, que, en los hechos, son equivalentes a una famélica “herencia” del magisterio para sus descendientes, o, bien, como recomienda la OCDE, se legisla un gravamen nacional y local, de por lo menos igual porcentaje, para los derechos sucesorios de la élite de empresarios y políticos de la entidad, cuyas cuantiosas fortunas y donaciones podrían significar un cambio sustancial en la recaudación fiscal, amén del efecto redistributivo sobre la economía de la región.

En Japón el impuesto sobre los derechos sucesorios alcanza hasta el 55 por ciento de las herencias y donaciones, en cambio, las heredades de las burguesías nacional y poblana están exentas de cualquier gravamen, los derechos sucesorios en México son la expresión de “un monumento venerado” en el mundo occidental –como espléndidamente describe Piketty.

Ojalá que Abelardo Cuéllar, secretario del trabajo, un hombre inteligente, sereno y honesto, pudiera deconstruir esta chicanada del morenovallismo, no sólo sería un acto de justicia, pues es necesario promover en los hechos la efectiva igualdad de oportunidades, sino que, además, representaría la armonización del marco jurídico local con el discurso democratizador de la Cuarta Transformación. Y, lo más importante, podría constituir una acción comunicativa del poder político, significaría la apertura de horizontes de sentido, un mensaje de solidaridad para el abandonado gremio magisterial.

Dejad que las profesoras y profesores muertos descansen en paz. No permitamos que yazcan insepúltos, a la intemperie, expuestos a la humillación de ilegales y regresivas políticas de recaudación fiscal e inermes a los colmillos del capital financiero, que trabaja eficientemente, como ya documenté en la primera parte, desde las entrañas del Leviatán, para jinetear, desplumar, desvalijar y, si los dejamos, desollar las escurridas “herencias” del magisterio poblano.

Fuente de la Información: http://www.educacionfutura.org/morir-en-el-magisterio-poblano-parte-ii/

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Guatemala: Las vendedoras de la aldea

Las vendedoras de la aldea

Ilka Oliva Corado

Este texto pertenece a la serie Las Insurrectas.

Siempre vienen a mi mente cuando las flores de las diez comienzan a abrir sus pétalos en las mañanas tibias del verano. Y con la brisa tenue de los días de sol y canícula, aparecen las panadas de agua regando el patio empolvado de aquella casita fue el nido que abrigó la inocencia de mi niñez. Y el olor a tierra mojada llega hasta la ventana de mi habitación, aquí en esta tierra lejana donde hoy planto ajos, semillas de tomates y acomodo las ramas de las parras de hierbabuena que se expanden galantes como enredaderas entre las flores de chiliguas, los tiestos y mi pequeña parcela en mi pueblo rentado.

Aparecen entre la bruma fina de los últimos minutos del rocío de la alborada, cuando el calor comienza a despuntar para darle paso al medio día. Las veo bajar por la calle principal de la aldea, con sus caites empolvados de tanto caminar, con sus canastos en la cabeza llenos de hierbas, verduras y flores. Con queso, crema y huevos de pato, chumpe y gallina. Son niñas y adolescentes que se fajan el día entre cuidar a los animales, moler el máiz en la piedra, echar las tortillas, lavar la ropa, cuidar las siembras, estudiar (algunas) y bajar a Ciudad Peronia, la colonia vecina recién creada a vender la cosecha.

La imagen aparece en una secuencia de tiempo, con la armonía de sus pasos equilibrando sus cuerpos que cargan los enormes canastos que blanquean de flores de izotes, güisquiles sazones espinudos y peruleros. Con ramitas de pascuas, velo de novia, dalias y crisantemos. Medidas de nísperos, limones frescos recién cortados y guayabas de carne roja, galanas.

Las lechugonas que se siembran en los terrenos que colindan con la casona del segundo estanque, que parece una casa patronal de una fincona, sobresale entre las otras de adobe. Con la tienda en el centro, el mostrador grande lleno de bandejas de pan, dulces de rapadura con ajonjolí de a cuatro por cinco len puestos en hojas de tusas. Y el refrigerador a la entrada con las aguas frías y bolsas de fresco de tamarindo y nance. Las bolsas de roscas y alborotos, las espumillas en pequeños canastos de mimbre y las trenzas de cabezas de ajo colgadas atrás de la puerta junto a una herradura de caballo y un manojo de siete montes, para las malas vibras.

Como pequeñas tomas corre el agua entre los surcos de flores y verduras, las zanahorias grandes y el culantro que esparce su aroma hasta la aldea el Calvario y Sorsoyá. A las patojas las esperan siempre como agua de mayo en Peronia, (una colonia que no tiene todavía su carácter y personalidad bien formados, pero los tendrá con los años, debido a la diversidad del origen de su población), es suficiente que caminen dos o tres cuadras para que vendan el contenido de sus canastos. Luego bajan al mercado para comprar sal, azúcar, canela, aceite, candelas, gas, pedazos de tela, las cosas que no pueden producir en la aldea.

No ofrecen, no tocan las puertas de las casas, solo caminan en medio de la calle con sus canastos, con sus espaldas erguidas y su yagual, sus grandes delantales. Bien aseadas, sus cabellos recogidos en trenzas, sus vestidos hechos por las mujeres de su familia, tímidas, hablan poco, lo absolutamente necesario para la venta. Eso es suficiente para que se alboroten las cuadras y salgan las vecinas a comprar lo que en un santiamén se termina. Y se queda la gente con las ganas de verlas regresar con sus canastos llenos de la belleza y esencia de la aldea que en mis años de infancia fue el horizonte que dio libertad a mis alas de chicharra.

Fuente de la Información: https://www.aporrea.org/internacionales/a292344.htm

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Argentina: En defensa del auténtico periodismo

En defensa del auténtico periodismo

Por Atilio Borón

En la Argentina actual muchos periodistas de los grandes medios hegemónicos sienten que no sólo tienen el derecho de opinar, lo que es incuestionable, sino también de mentir u ocultar toda información que pueda exponer a la luz pública los negociados (e inclusive los delitos) de sus patrones.

Creen que la libertad de prensa, en su caso un escandaloso libertinaje, los faculta para desinformar deliberada e irresponsablemente a la población; lanzar campañas de terrorismo mediático contra quienes no comulgan con sus ideas e intereses; silenciar o difamar a sus contradictores; burlarse y escarnecer a los más altos funcionarios del gobierno nacional, comenzando por el propio presidente de la República y su investidura; a descargar un torrente interminable de «fake news» y a presentar las opiniones que les ordenan difundir los empresarios que contratan sus servicios como si fueran obra genuina de periodistas “independientes, objetivos y ecuánimes.” La misión de estos pseudo-periodistas -que jamás salieron a defender a un Julian Assange, a un Edward Snowden o a Chelsea Manning, y que no dijeron una palabra cuando bajo el gobierno de Mauricio Macri se lanzó una brutal cacería de periodistas en TELAM y muchos otros medios, se avaló a la patota que arrasó la redacción de Tiempo Argentino y expulsó a la señal TeleSur de la Televisión Digital Abierta- no es honrar y ejercer la libertad de prensa sino disimular, bajo un inmoral subterfugio, su condición de operadores propagandísticos al servicio de los grandes conglomerados económicos que en este momento se han lanzado con todas sus fuerzas y descaro a debilitar y derrocar al gobierno nacional, proyecto que sólo podrá ser desbaratado mediante una firme resistencia popular en defensa de la democracia.

Por eso mi apoyo a esta declaración que transcribo a continuación, en la convicción de que, como lo demuestran la historia y la experiencia cotidiana, no habrá democracia política digna de ese nombre mientras no se democratice al sistema mediático, la gran tarea pendiente que deberá ser encarada ni bien el Covid-19 sea un doloroso recuerdo del pasado.

Las voces de los periodistas que no se comercializan por un plato de lentejas.

100 empleados de los grupos hegemónicos, responsables de instituir un relato para favorecer a sus empleadores millonarios, firmaron una solicitada para defender a uno de ellos, el imputado por ser parte de una red de inteligencia ilegal, el vocero de las corporaciones, Luis Majul. Le contestamos más de mil (1000) comunicadores en esta solicitada que obviamente será silenciada por las propaladoras del odio y el poder concentrado. ¡Hagámosla circular!

http://socompa.info/noticias/periodistas/

Autor: Atilio Borón
Fuente de la Información: https://rebelion.org/en-defensa-del-autentico-periodismo/
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Acoso escolar en tiempos de confinamiento

Por: Educación 3.0

¿De qué manera ha afectado el confinamiento a las víctimas del acoso escolar? Antonia Martí Aras y Cristina Gabarda Méndez, directora y profesora, respectivamente, del Máster Universitario en Acoso escolar y mediación en la Universidad Internacional de Valencia, reflexionan sobre cómo han influido las nuevas tecnologías en el bullying y señalan la necesidad de que la sociedad actúe desde todos los contextos posibles para acabar con este problema.

La situación de pandemia y de crisis sanitaria nos ha llevado a un proceso de confinamiento generalizado que ha durado meses. Esta inesperada situación de aislamiento social repentino ha supuesto un reto emocional para toda la población, pero, en especial, para los menores. Para la mayoría de ellos, vivir confinados y sin poder compartir momentos lúdicos y escolares con sus compañeros les ha generado estados de ansiedad y frustración que los padres han debido gestionar en función de sus propios recursos y habilidades personales.

Ante esta situación, hemos detectado un grupo de alumnos a los que la no asistencia a los centros escolares ha supuesto una tregua a su sufrimiento. Nos referimos a los alumnos que diariamente son acosados en las aulas y fuera de ellas, víctimas del bullying. Constantemente deben afrontar, la mayor parte de las veces en silencio, agresiones físicas y psicológicas.

Antonia Martí Aras y Cristina Gabarda Méndez

Acoso escolar online

Otra parte de estos alumnos víctimas de agresión han visto incrementadas las conductas de acoso escolar fuera de los centros a través de las nuevas tecnologías. Si hay algo que se ha dado durante este periodo de confinamiento, ha sido una mayor conectividad a redes sociales e Internet, viéndose incrementadas las agresiones y vejaciones morales y emocionales.

Como hemos recogido, el uso, que en tiempo de confinamiento se ha convertido en un abuso, de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) son muy habituales en la adolescencia y preadolescencia, tanto en el ámbito personal y social, como en nuestras aulas escolares. Las nuevas tecnologías están provocando cambios profundos en la forma de relacionarse con los demás y, con ello surgen fenómenos peligrosos como el cyberbullying: una forma de intimidación, a través del teléfono móvil y de Internet. Se desencadena junto con la expansión tecnológica propia de esta era y no deja de ser una extensión del acoso offline que sufren los menores en el ámbito escolar y que traspasa las aulas, provocando consecuencias emocionales y psicológicas mucho más profundas y difíciles de resolver como la baja autoestima, trastornos emocionales, problemas psicosomáticos, depresión, ansiedad o pensamientos suicidas, pérdida de interés en actividades que antes le resultaban placenteras, aislamiento social, trastornos fóbicos, entre otras. Todas son las secuelas que la violencia en la red puede generar en menores con estrategias de afrontamiento que aún están pleno desarrollo.

Compañeros señalan a una niña, haciéndole acoso escolar.

Es fundamental que la sociedad actúe desde todos los contextos posibles para poder poner fin a la alta prevalencia de este fenómeno en nuestra población adolescente, además, desde un contexto multidisciplinar: desde la escuela, con la formación e información de toda la comunidad educativa trabajando desde la prevención a edades muy tempranas, fortaleciendo así valores e intereses contrarios a la violencia y haciendo énfasis en la inteligencia emocional. Por otro lado, las familias deben ser formadas y atendidas, la brecha digital es un gran factor de riesgo para la perpetuación de tales conductas, además de la falta de supervisión parental o la comunicación negativa dentro del seno familiar. Y desde la comunidad: a nivel social y cultural, con tolerancia cero a la violencia, la sanción de conductas de acoso y la existencia y promoción de campañas de sensibilización y actuación frente al acoso y ciberacoso son fundamentales.

Por último, la atención y tratamiento psicológico de las víctimas y agresores y sus familias por equipos de especialistas multidisciplinares accesibles, es fundamental para su recuperación y evitar reincidencias.

Fuente: https://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/acoso-escolar-en-tiempos-de-confinamiento/

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Amistad cívica y amistad partidista

Por: Leonardo Díaz

Así hemos arribado a las elecciones del año 2020 dentro de un sistema caracterizado por la hipercorrupción con su terrible secuela de degradación espiritual.

Durante mucho tiempo la filosofía política occidental olvidó una noción aristotélica fundamental para el problema de la cohesión del Estado: la “amistad cívica”.

En su lengua materna el término es “philia politike”. Su traducción literal es “amistad política”. Sin embargo, este concepto puede interpretarse de un modo soso, como camaradería de francachela; o en un sentido más nocivo, como apandillamiento partidario.

Además, sabemos que el término “político” proviene del vocablo griego “polis”, ciudad-estado. Por tanto, traducir el vocablo como “amistad cívica” es fiel al sentido aristotélico y nos libra de los extravíos interpretativos señalados.

Hechas estas aclaraciones, debemos entender la amistad cívica como una práctica dirigida a la consecución de un proyecto social común, en vez de guiado hacia intereses particulares.

En contraposición al término de Aristóteles, empleo el término de “amistad partidista” para referirme a una práctica dirigida para beneficiar un proyecto partidario por encima del interés común.

Si hay un signo distintivo de la historia política dominicana, acentuada durante las últimas dos décadas, es que las prácticas políticas desde el poder han estado caracterizadas por la amistad partidaria. Lo que las acentúa es el proceso que la filósofa húngara Ágnes Heller denominó “refeudalización”.

La refeudalización es un proceso de concentración ilícita de la riqueza económica de una sociedad que permite a una camarilla política constituirse en un grupo corporativo estatal compitiendo de manera irregular en el mercado y, si es posible, sometiendo a los grupos económicos tradicionales de esa sociedad.

Paralelo a las referidas acciones el grupo corporativo construye una plataforma clientelar disfrazada de “ayuda social” para convertir a los sectores empobrecidos en compromisarios del voto. Mediante la señalada “ayuda” millones de personas excluidas por el modelo económico sustentado por la camarilla corporativa reciben como regalo paternal las migajas de lo que les corresponde por derecho, mientras los índices de desarrollo humano expresan la realidad de la ineficacia del modelo económico basado de modo exclusivo en el crecimiento del PIB.

Estas prácticas, gestadas desde el trujillato, han sido continuadas e incrementadas por una generación política que se autoproclamó depositaria de un estandarte de moralidad que los distinguía de las prácticas nepotistas, clientelares y corruptas.

Así, hemos arribado a las elecciones del año 2020 dentro de un sistema caracterizado por la hipercorrupción con su terrible secuela de degradación espiritual. Si en la sociedad dominicana de hoy muchas personas sospechan de cualquier programa comunitario se debe a la decepción generada por años de prácticas de amistad política y refeudalización que han convertido en quimera todo proyecto de reorganizar el Estado sobre bases no clientelares.

Y, poco a poco, se va socavando nuestra humanidad con su potencial de empatía y solidaridad mientras resuenan las palabras que Aristóteles escribió en la Política (1253a 30-35): “…apartados de la ley y de la justicia, nos convertimos en el peor de todos los animales”

Fuente: https://acento.com.do/deportes/noche-de-apertura-en-duelos-nacionales-yanquis-y-dodgers-gigantes-8837089.html

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