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Universities criticised for ‘tokenistic’ support for Black Lives Matter

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 A Black Lives Matter protest at Oriel College, Oxford University, in June. Scholars say there is ‘no clear incentive for universities to take racial justice seriously’. Photograph: Rex/Shutterstock

More than 300 academics and students have criticised universities for their “tokenistic and superficial” support for the Black Lives Matter movement given their poor record on tackling institutional racism.

In an open letter to the education secretary, Gavin Williamson, and higher education funding councils, regulators and representative bodies, the scholars said the sector had underestimated the prevalence of racism and failed to address its “systemic and structural nature”.

The letter called out universities for publicly supporting the Black Lives Matter movement in the wake of the killing of George Floyd while racial inequalities, such as the attainment gap between white and black and minority ethnic (BAME) students, persist.

It states: “While these and other racial inequalities remain, statements that Black lives matter can at best be regarded as tokenistic and superficial.

“The sector has, to date, been overly optimistic in its assessment of the extent of the problem, it has been slow to act and, where action has been taken, it has failed to seriously engage with the systemic and structural nature of racism.”

The letter, signed by leading BAME and white academics, urges the government and higher education bodies to take urgent action to ensure universities improve their efforts.

The three authors of the letter – Richard Itaman, a lecturer in comparative political economy and development at King’s College London, Keston Perry, a lecturer in economics at the University of the West of England, and Angelique Golding, a business manager at Goldsmiths, University of London, – told the Guardian in a statement: “There is no clear incentive for universities to take racial justice seriously or consequences if they do not. However, there are disadvantages to us: black and minority ethnic staff leave, are not promoted and experience racism but these facts do not lead to the institution radically improving its practice.”

They propose universities provide training that substantially addresses institutional racism, white privilege and racial micro-aggressions, such as dismissive and stereotyping comments. Research by the Guardian last year found most did not.

The ethnicity of applicants and shortlisted and successful candidates for senior university jobs should be published, as well as a detailed breakdown of the pay gap between white and BAME staff. Universities should also introduce positive action schemes to train, hire and promote BAME staff to address their under-representation in the workforce.

Another proposal is that funding bodies should make grants dependent on universities demonstrating how they are tackling racism. The seven UK research councils recently revealed that white researchers are almost 59% more likely to receive research funding than their BAME peers.

The letter also recommends that the government provides dedicated funding for the Equality and Human Rights Commission, which published a report on racism in higher education last year, to ensure that universities implement these proposals.

A Department for Education spokeswoman said: “Racism is abhorrent and should not be tolerated anywhere in society, including in higher education. The secretary of state has received the letter and we will respond in due course.”

A spokeswoman for Universities UK, which represents 137 higher education institutions, said: “We have called upon senior university leaders to redouble their efforts to address racial harassment. This must be a strategic priority.” She added that its advisory group to tackle racial harassment would publish recommendations in the autumn.

Source of the article: https://www.theguardian.com/education/2020/jul/06/universities-criticised-for-tokenistic-support-for-black-lives-matter

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Educación virtual de calidad para todos

Por: María Del Carmen Aceña. 

 

La semana pasada la ministra de Salud y el director de la Coprecovid brindaron una conferencia de prensa. Realmente no fue nada alentador ver las proyecciones de los nuevos contagios de la pandemia de Covid-19, afirmando que agosto será el peor mes. Genera mucha ansiedad no contar con una hoja de ruta que tenga planes tanto para reactivar la economía como para abrir los servicios. Además de la salud y el empleo, tengo una seria preocupación por la educación pública. Difícilmente, los niños, niñas y la mayoría de los jóvenes tendrán educación presencial durante el resto del año.

Hace más de 10 años se planteó en el Ministerio de Educación -Mineduc- la importancia de no solo cambiar los contenidos, sino utilizar la educación virtual como un medio para el aprendizaje. Lamentablemente, en las últimas tres administraciones se dio mayor peso a los aumentos salariales masivos del personal que a invertir en el futuro de los estudiantes.

Sin embargo, considero a esta crisis como un motor de transformación educativa en el país. A pesar de que se implementó un nuevo currículo nacional base, se mantiene el modelo de enseñanza tradicional que no permite desarrollar muchas de las destrezas de este siglo. Aún se basa gran parte en el aprendizaje de memoria, la instrucción activa del docente y la recepción pasiva de conocimientos de los estudiantes. Coincido con el equipo del Ministerio de Educación sobre la importancia de cambiar las experiencias de aprendizaje para que los estudiantes se motiven a aprender y desarrollar las habilidades para tener éxito en esta época; sin embargo, esto requiere mejorar sustancialmente la gestión pública.

El BID señala que las habilidades del siglo XXI se pueden agrupar en tres: a) cognitivas, b) de función ejecutiva y c) las socioemocionales. Cognitivas se refiere a mínimas, como lectura y escritura, técnicas, digitales y pensamiento crítico. Las de función ejecutiva buscan la flexibilidad mental, el autocontrol, la autorregulación y la capacidad de las personas para reflexionar sobre sus procesos de pensamiento y la forma en que aprenden. Por último, las socioemocionales son: motivación, autoestima, perseverancia, adaptabilidad, compromiso, empatía y tolerancia. En esta era el maestro se convierte en un orientador, pues según los expertos, el conocimiento se duplica cada tres meses.

“¿Qué opina de cambiar drásticamente la educación en Guatemala? ¿Cómo damos este salto a la educación virtual?”

La biblioteca más grande del mundo se llama Google y muchos estudiantes aún no cuentan con acceso a toda una era de la información y un mundo virtual. Es el momento de llevar la tecnología a las aulas. Solo por medio de su uso se podrá llevar educación a los alumnos y además desarrollar las habilidades digitales para que sean partícipes de la revolución tecnológica. Además, se democratizaría la información, llegando a todos los rincones del país. Con las nuevas tecnologías de la información y comunicación -TIC-, el docente podrá fomentar el aprendizaje personalizado y activo, la continuidad del aprendizaje fuera de lo formal y el desarrollo de las nuevas competencias. ¿Cómo logramos contar con dispositivos e internet y llevar la educación virtual a todos? Será de aprovechar estos momentos.

Hay mucho que aprender de otros países, inclusive localmente varios lo están haciendo. Se puede armar un equipo integrado por personas capaces y experimentadas que apoyen al ministerio. Se requerirá de un equipo técnico multidisciplinario que presente un plan con acciones concretas y presupuesto. Contar con el asesoramiento de personalidades como Luis von Ahn y Marcos Andrés Antil sería de gran utilidad. Cada día la tecnología es más barata. Se necesita de un dispositivo por estudiante (aproximadamente Q300 es el costo de una tableta). Adicionalmente, una computadora para cada maestro, cuya inversión sería alrededor de Q2,500. Se tendrá que diseñar contenidos y plataformas específicas.

Respecto al acceso a datos e internet, está pendiente la subasta de la frecuencia de cuarta generación (4G) que urge realizar para apoyar este plan. Además, contar con un equipo de soporte tanto de los dispositivos como al software al servicio de los estudiantes. La estrategia partiría de priorizar algunos grados en la primaria (los últimos tres) y toda la secundaria. En menos de tres años se tendría cubierto todo el país. El cálculo para llevar a cabo esta estrategia inicialmente es de alrededor de 700 millones de quetzales, lo equivalente al 4% del presupuesto actual del Mineduc.

Este año se pueden usar los rubros destinados al Programa Académico de Desarrollo Profesional Docente -Padep/D-, libros de texto, el bono de fin de año del maestro y ahorros. Adicionalmente, debe invertirse en la capacitación y formación inicial del docente con esta nueva perspectiva. Se requiere de un sistema de reclutamiento de docentes basado en el mérito, la excelencia y que sea muy competitivo, cuya mejora en su remuneración sea por carrera y no por pactos colectivos. Un perfil que se acople a las necesidades de la sociedad del conocimiento. Maestros que aprenden por sí mismos, investigan, orientan y aman la enseñanza. Educadores de vida que guían a los alumnos a convertirse en mujeres y hombres de bien y de éxito en la vida, en el trabajo y en su comunidad. En Perú lo están haciendo. Bajo la iniciativa “Aprendo en casa” han distribuido alrededor de un millón de tabletas y computadoras para los establecimientos.

En las zonas rurales, sin acceso a internet ni electricidad, los alumnos reciben un cargador solar y en las escuelas con energía eléctrica y buena conectividad, se les dota de un plan de datos. Será necesario contar con una visión a nivel nacional que sirva de norte, en el cual docentes, funcionarios, políticos, sociedad civil, fundaciones, universidades y empresarios estén de acuerdo. Y para que trascienda gobiernos, se requiere una institucionalidad fuerte y técnica que garantice la continuidad y su presupuesto. ¡El momento es ahora! ¿Qué opina de cambiar drásticamente la educación en Guatemala? ¿Cómo damos este salto a la educación virtual? ¿Le gustaría ser parte de esta transformación digital?

 

Fuente del artículo: https://www.publinews.gt/gt/opinion/2020/07/05/educacion-virtual-de-calidad-para-todos.html

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La fuerza de la educación: salir juntos de la pandemia

La fuerza de la educación: salir juntos de la pandemia

Por Mariano Jabonero

Todos trabajamos conjuntamente transparentando carencias con voluntad de cambio y mejora.

Mariano Jabonero, Secretario General de la Organización de los Estados Iberoamericanos para la Educación

Siempre he defendido que la construcción de políticas de integración regional y subregional en Iberoamérica es posible a través de la educación y de la cultura. Salvo excepciones, otros intentos con una mayor intencionalidad política han tenido una vida breve o sufrido todo tipo de avatares. Así, hoy podemos decir que solo dos organizaciones mantienen una actividad multilateral estable: la Alianza del Pacífico y el Sistema de Integración Centroamericano (SICA). Por supuesto que sin considerar a la banca multilateral (BID, CAF o el BCIE), cuya actividad financiera e inversiones en toda la región han asegurado su continuidad.

En este sentido, es justo destacar la creciente presencia y actividad de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), quien con 71 años de experiencia es la organización decana del sistema iberoamericano de cooperación. Sus 17 oficinas en otros tantos países aseguran la mayor presencia y actividad cooperadora en Iberoamérica, y ponen de manifiesto que la educación, la cultura y las lenguas son los medios más poderosos para unir intereses, trabajar juntos y apostar por un futuro mejor para todos.

Por todo ello, el pasado 18 de junio ocurrió un hecho muy relevante que demuestra ese potencial antes expuesto: la educación nos une y cuenta con una gran capacidad para hacernos trabajar de la mano y encontrar soluciones compartidas. Ese día, la OEI convocó a una reunión virtual a ministras y ministros de todos los países centroamericanos, e invitó a participar en ese evento al secretario general del SICA, Dr. Vinicio Cerezo. La actividad fue coordinada por el exsecretario de Educación Pública de México y presidente del Consejo Asesor de la OEI, Dr. Otto Granados.

El éxito del evento fue total, con asistencia de todos y cada uno de los máximos responsables educativos de El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá. Después de las intervenciones preliminares de los secretarios generales de la OEI y del SICA, cada responsable ministerial fue exponiendo con detalle la reacción de su gobierno frente al covid-19.

Melania Brenes, viceministra académica de Costa Rica, expuso la estrategia del país que se dirige a cuatro tipos de estudiantes: los que cuentan con conectividad y dispositivos, los que tienen conectividad de baja calidad, los más vulnerables con conectividad pero sin dispositivos y los que no cuentan ni con dispositivos ni conectividad. Para todos ellos están entregando contenidos educativos digitales y otros apoyos.

La ministra salvadoreña, Carla Hananía, nos informó sobre la creación de diferentes grupos de trabajo cuya actividad se programa en cuatro fases: contención de la emergencia, integración de diferentes plataformas, digitalización de la educación y regreso a clase. Han priorizado la capacitación de docentes en habilidades digitales, la revisión de los currículos y la salud mental de los docentes, entre otros aspectos, considerando los efectos negativos añadidos producidos por la tormenta Amanda.

Para la ministra de Guatemala, Claudia Ruiz Casasola, también es importante la adecuación curricular y dar continuidad a la entrega de alimentos a niños y niñas. La situación de conectividad de cada zona ha condicionado los recursos paliativos suministrados, por lo que han hecho especial énfasis en la televisión, los programas radiales y guías didácticas, provisión de un seguro médico escolar y atención telemática en los hospitales.

El ministro Arnaldo Bueso, de Honduras, informó que desde el momento del confinamiento empezaron a servirse de canales de televisión públicos o privados para dar servicio educativo a través de ese medio, así como apoyar a los docentes para que su desempeño sea eficaz en condiciones diferentes y, al igual que expusieron otros colegas suyos, asegurar la entrega de alimentos a los estudiantes.

La ministra de Nicaragua, Miriam Raudez, informó que decidieron no suspender las clases presenciales de manera generalizada y que trabajan intensamente en medidas preventivas, con iniciativas de educación no presencial en algunos municipios, como son los cinco que registran mayor absentismo escolar, a los que ya han empezado a enviar recursos complementarios de apoyo.

Por último, intervino Maruja Gorday, ministra de Panamá, quien informó que ante la pandemia, la reacción fue rápida: apoyarse en los recursos que los organismos internacionales les proporcionamos, como hicimos desde la OEI, junto con la cooperación no reembolsable y definir una estrategia en tres fases: restablecer el año lectivo a distancia, garantizar el derecho a la educación y resaltar y priorizar la acción en los grupos vulnerables, entre ellos los alumnos que se gradúan y pasan a la universidad. Han invertido, entre otros rubros, en la mejora de infraestructura, capacitación de docentes y recursos virtuales.

La OEI decidió desde el primer día de pandemia que no cerraba, que solo cambiaba su forma de trabajar; tampoco los ministerios de Educación centroamericanos cerraron: asumieron con responsabilidad y determinación hacer frente al covid-19 para seguir asegurando el derecho a la educación para todos y todas, aun en las condiciones más difíciles.

Todos, gobiernos, escuelas, docentes, familias y sociedad civil y organizaciones internacionales, como es el caso de la OEI, trabajamos conjuntamente transparentando carencias con voluntad de cambio y mejora, frente a quienes niegan u ocultan los problemas pretendiendo con ello perpetuar desigualdades e injusticias. Tampoco caímos en el retórico e inútil ejercicio de los llamamientos, ni en las estériles y grandilocuentes declaraciones. Juntamos esfuerzos, compartimos información, preocupaciones, estrategias, contenidos digitales y audiovisuales, programas de capacitación de docentes, redes, etc. Y vislumbramos un futuro distinto en cuanto a modelos curriculares, docentes con capacitación más pertinente y un sistema híbrido presencial y en línea que asegure una ventana de innumerables oportunidades educativas para todos y todas en unas nuevas repúblicas digitales.

La educación en Centroamérica no paró y demostramos, una vez más, que la educación nos une y nos fortalece. ¡Gracias a todos!

Fuente de la Información: https://www.laprensagrafica.com/opinion/La-fuerza-de-la-educacion-salir-juntos-de-la-pandemia-20200703-0048.html

 

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México: Ayotzinapa y el fin de la “verdad histórica”

Ayotzinapa y el fin de la “verdad histórica”

Por Cristóbal León Campos | 03/07/2020 | México

La noticia de las nuevas órdenes de aprehensión dirigidas a 46 involucrados con la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa en Iguala, Guerrero, genera en el ánimo de miles de mexicanos y seres humanos en el mundo que han se mantenido firmes exigiendo justicia, un aire de esperanza de que al fin el crimen de Estado se aclare a detalle y se conozca el paradero de los desaparecidos. Sin embargo, no es posible elevar las campañas a todo el vuelo y asegurar como lo ha hecho Alejandro Gertz Manero, actual Fiscal General de la República, al declarar “se acabó la verdad histórica”. Realmente, eso únicamente sucederá cuando la justicia se aplique en todo sentido y con todo rigor sobre los involucrados, esto naturalmente, implica la detención y el enjuiciamiento de Enrique Peña Nieto y muchos mandos militares y policiacos que idearon, participaron, conocieron y ocultaron información desde aquella fatídica noche-madrugada del 26 y 27 de septiembre de 2014.

Hay avances sin duda, el hecho de que por fin se habrán expedientes relativos a delitos de desaparición forzada y delincuencia organizada, proporciona una nueva dimensión a las investigaciones judiciales, el envío de nuevas evidencias físicas a la Universidad de Innsbruck para su indagación y la solicitud de colaboración a la Interpol para la detención de Tomás Zerón de Lucio, quien fuera el titular de la Agencia de Investigación Criminal, pueden sentar las bases para ir aclarando los niveles de responsabilidad criminal que llegan a los más altos cargos del poder en México, el mismo presidente, Andrés Manuel López Obrador, ha reconocido la corrupción en las investigaciones anteriores que permitió la construcción de la llamada “verdad histórica” anunciada en 2015 por Jesús Murrilo Karam, extitular de la Procuraduría General de la República (PGR), con la cual el gobierno de Peña Nieto pretendió dar el carpetazo final y sepultar todo, para escribir una hoja más de la historia tan dolorosa de la guerra sucia que aún continúa en nuestro país, puesto que quiérase o no, las llagas siguen abiertas por tantos crimines de Estado cometidos sobre los movimientos sociales, dirigentes, militantes y opositores al régimen capitalista.

La voluntad real del actual gobierno federal esta puesta en los reflectores, los grados de putrefacción del sistema jurídico mexicano son inimaginables, la muestra reciente de ello, ha sido la liberación de José Ángel Casarrubias Salgado, “El Mochomo”, uno de los líderes del grupo criminal Guerreros Unidos, quienes según diversas investigaciones periodísticas están involucrado en la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, aunque eso no signifique que esta agrupación sea la única responsable como se quiso hacer creer, el caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa es un crimen de Estado del cual no hay que perder la pista. “El Mochomo” fue reaprendido y fincado con nuevos delitos al salir del penal donde estaba preso tras seis años de búsqueda, la evidente complicidad de autoridades para su liberación empaña todo deseo real de justicia para este caso como para miles de otros que aún aguardan en la larga lista de impunidad característica del país. Los golpeteos políticos entre fracciones de diferente color y de intereses anquilosados en el sistema, son una prueba más a superar para alcanzar la verdad.

La esperanza de que se haga justicia sigue firme sin importar el dolor que ha significado este crimen de Estado, los Padres y Familiares de los 43, continúan con en su busque y exigencia de justicia recorriendo la nación, llevando su voz y su causa, construyendo nuevas redes de resistencia ya no sólo para la resolución de su caso, sino para que nunca jamás se repitan estos hechos, para que la sociedad se transforme y con ella el régimen que hizo posible la desaparición de los 43. La nueva dirección en las investigaciones no debe significar el fin de las movilizaciones y del reclamo social, al contrario, deben incrementarse para que la justicia y la verdad llegue hasta Ayotzinapa, una comunidad-escuela siempre golpeada, pero en permanente resistencia y lucha. Tal y como dijera Rosario Castellanos en su poema sobre Tlatelolco, sigamos sin descanso “hasta que la justicia se siente entre nosotros”.

Fuente de la Información: https://rebelion.org/ayotzinapa-y-el-fin-de-la-verdad-historica/

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Argentina – La deuda: “desensillar hasta que aclare”

La deuda: “desensillar hasta que aclare”

Fuentes: Rebelión

Tengo la impresión que nuestro gobierno al igual que muchos actores no gubernamentales (partidos, movimientos sociales, sindicatos, etcétera) además de amplios sectores de la sociedad civil subestiman la magnitud de la crisis económica actual. Es comprensible que eso lo haga la derecha, y es el mensaje que transmiten sus compinches mediáticos. Para ellos la crisis es un momentáneo traspié producto de la cuarentena a la cual se oponen presuntamente en nombre de la libertad y los derechos individuales. Confunden a sabiendas (porque no pueden ser tan ignorantes) la causa con el remedio y entonces el culpable es éste, no el virus. La evidencia que ellos optan por desconocer demuestra que el bajón económico venía de antes, de la irresuelta crisis de las “hipotecas subprime” de los años 2007-2008. Esta fue el disparador de la recesión mundial que se extendería hasta finales del 2015 para después dar lugar a una leve e insuficiente recuperación. Lo que hizo la pandemia fue profundizar, vertiginosamente, las contradicciones que se agitaban en el seno del sistema capitalista y corroer las bases de su precario restablecimiento. La hegemonía del capital financiero contaminó a todo el sistema con su proverbial parasitismo y acentuó la fatal disyunción entre la especulación financiera y la economía real. Mientras las ganancias de los tahúres financieros crecían hasta las nubes la producción se desplomaba y la desocupación crecía incontenible. En Estados Unidos las personas que se acercaron a las oficinas de la seguridad social para tratar de obtener el módico y transitorio seguro de desempleo superó la cifra de cuarenta y siete millones.[1] No muy diferente fue el comportamiento en casi todos los demás países. Los pronósticos (conservadores) del FMI para las economías más desarrolladas prevén para este año una caída entre el 8 y el 13 por ciento del producto, cifras que con ligeras variantes se anticipan para los países de la periferia del sistema. La Argentina caería un 9.9 % mientras que en Brasil la caída sería de un 9.1 y en México el descenso sería del 10,5 , al paso que la economía mundial se contraería en un 5 por ciento. Hay que tener en cuenta que todas estas estimaciones están sujetas a una muy posible revisión a la alza en la medida en que la pandemia continúe su curso y las actividades económicas se reduzcan aún más.

Dados estos antecedentes no sorprende que hayan comenzado a oírse con más fuerza las voces de economistas que proponen una moratoria generalizada de la deuda, tanto la soberana como la de los particulares. En ese sentido, y contrariamente a la opinión prevaleciente, la situación de la Argentina está lejos de ser una escandalosa excepción. Una mirada sobria a los datos oficiales de los distintos gobiernos permite comprender las razones de quienes proponen un jubileo global como necesaria estrategia para salir de la crisis. Estados Unidos tiene una deuda pública que supera los 23 billones de dólares (o sea, 23 millones de millones de dólares, lo que en inglés se cita como 23 “trillones” de dólares), equivalente al 98 % de su PIB. ¿Caso único? ¡Para nada! En el Reino Unido esta proporción asciende al 116 %, al 126 % en Italia, en Francia al 213 %, en Holanda llega a 533 % y en Irlanda al 780 %. Por comparación, en China este guarismo apenas si llega al 13 % y en Rusia al 40 %.La Argentina tiene una relación deuda/PIB que según diversas estimaciones fluctúa en torno al 85%.

James K. Galbraith, hijo del eminente economista John  K. Galbraith, y profesor en la Universidad de Texas/Austin ha sido desde hace tiempo uno de los más ardientes defensores de la tesis del jubileo de la deuda.[2] Según él, una vigorosa recuperación de la pandemia sólo será posible a condición de que se produzca una masiva anulación de la deuda. “La enorme maraña de deudas impagas que no podrán ser cobradas exigirá que el sistema financiero sea refundado desde sus bases” dice en su artículo. Galbraith recuerda algunos episodios cruciales del siglo veinte y observa que, afortunadamente, los gobiernos aprendieron de los desastres ocasionados con posterioridad a la Primera Guerra Mundial cuando Alemania fue obligada a pagar una deuda exorbitante como “reparaciones de guerra.” Apenas pudo hacerlo en mínima parte y a poco andar interrumpió sus pagos al Reino Unido, Francia y Bélgica, los que a su vez dejaron de pagar sus propias deudas con Estados Unidos. Cómo Washington presionaba a Londres, París y Bruselas para que pagaran sus deudas éstos hicieron lo propio con Berlín. El resultado: un círculo vicioso de deudas incobrables que en conjunción con otros factores terminó desatando la Gran Depresión y abriendo las puertas para el auge del Nazismo y, tiempo después, la Segunda Guerra Mundial.

Para Galbraith las traumáticas lecciones de la primera posguerra hicieron que los gobiernos adoptaran una actitud completamente diferente y que las deudas originadas por la Segunda Guerra Mundial fueron canceladas o licuadas, reducidas a una mínima expresión. Washington dejó de presionar a Londres y a sus aliados para que cumplieran con sus obligaciones porque sabía muy bien que aquellos no tenían como hacerlo. Una actitud similar se adoptó en relación a Alemania, ratificada luego plenamente en 1953 a resultas de lo cual ese país pagó una ínfima parte de su deuda externa. Y otro tanto ocurrió, siguiendo un trámite aún más complejo, con Japón, que no sólo debía reparaciones de guerra a Estados Unidos sino también las derivadas de su ocupación de China, Indochina (Vietnam), Corea y las Filipinas. Incidentalmente, el Reino Unido tampoco pudo pagar la cuantiosa deuda que al terminar la Segunda Guerra Mundial tenía con la Argentina, lo que precipitó la nacionalización de varias empresas británicas radicadas en este país, entre ellos los ferrocarriles. Según Galbraith, la actitud dominante en ese entonces fue decisiva para viabilizar la construcción del estado de bienestar keynesiano y el auge de la socialdemocracia que abrió el período más luminoso en la historia del capitalismo. Y agrega que algo similar ocurrió dentro de Estados Unidos cuando, en los años de la Gran Depresión la mayoría de las deudas fueron anuladas y la economía pudo, lentamente recuperarse con la gestión de Franklin D. Roosevelt.

Pero Galbraith no está sólo en su prédica. Daron Acemoglu, un economista turco y profesor en el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por su sigla en inglés) que escribió hace apenas unos días un artículo llamado “La Gran Limpieza de la Deuda.” [3]  El punto de partida de su análisis es la constatación de que la deuda externa global antes del coronavirus ya ascendía a algo más de 7,5 billones de dólares (un 9 % del PIB mundial) y que la misma podría incrementarse exponencialmente a causa de la pandemia,  desencadenando  una cesación generalizada de pagos que hundiría a la economía mundial en una profunda depresión. En términos muy similares se expresa Bernard Hickey, un analista financiero neozelandés, cuando escribe que: “las deudas están creciendo en espiral mientras los gobiernos, las empresas y las familias pugnan por conseguir préstamos para paliar la caída de los negocios”. Muchos temen, continúa Hickey, que las deudas crezcan tan desorbitadamente como para “hundir a las economías y provocar una parálisis del sistema financiero global.”[4] En la misma línea se encuentra Michael Hudson cuando titula un artículo de reciente aparición que “Un jubileo de la deuda es la única manera de evitar la depresión.”[5]

Acemoglu avanza por el sendero abierto por Galbraith hace años y propone el perdón de las deudas en los casos en que éstas hubieran sido contraídas por gobiernos corruptos o al margen de las reglas del control democrático del proceso de  endeudamiento, rasgos que caracterizan nítidamente lo ocurrido durante el cuatrienio de Mauricio Macri. En su artículo asegura que este jubileo servirá también para propinar un ejemplar castigo a los inversionistas que, al margen de cualquier consideración ética, concedieron los préstamos atraídos por las exorbitantes tasas de interés que los malos gobiernos estaban dispuestos a pagar y las no menos jugosas comisiones percibidas por  la larga cadena de intermediarios (instituciones bancarias, consultoras, agencias calificadoras de riesgo, etcétera) que viabilizaban sus préstamos.

¿Cuál es la conclusión que brota de este análisis? Respuesta: que en momentos en que se comienza a discutir la conveniencia de un jubileo global como prerrequisito para salir de la crisis las autoridades argentinas deberían abrir un paréntesis en la negociación de su deuda externa. La gran incertidumbre que rodea al futuro de la economía mundial una vez conjurada la amenaza de la pandemia unida a la vigorosa irrupción de las grandes tecnológicas (Google, Apple, Amazon y Facebook) en los negocios bancarios y financieros y los elevados niveles de endeudamiento de los principales estados nacionales hacen que cualquier negociación o compromiso de pago para el futuro inmediato se asiente sobre numerosas incógnitas, todo lo cual  conspira contra la posibilidad de elaborar una estrategia realista y sustentable para hacer frente a los compromisos externos. El mundo del mañana, y no sólo el de las finanzas sino toda la vida económica y social, será muy distinto al que hemos conocido. Si se produjera una anulación generalizada de la deuda (o una refinanciación sine die, que en la práctica es lo mismo) como ha ocurrido después de las dos grandes guerras del siglo veinte, cualquier propuesta que hoy elabore el gobierno nacional terminaría girando en el vacío, o forzando al país a asumir gravosos compromisos de largo plazo en un ambiente financiero internacional muy distinto y cuyas nuevas reglas, prácticas e instituciones poco tendrán que ver con las conocidas y en vigor antes del Covid-19. Por eso, la prudencia aconseja archivar el asunto y, como decía un astuto presidente argentino, habrá que “desensillar hasta que aclare.»

Notas:

[1] Ver https://tradingeconomics.com/united-states/jobless-claims

[2] Cf. “We’ll Need Mass Debt Forgiveness to Recover From the Coronavirus”, en Eric Levitz, New York Magazine, May 28, 2020
https://nymag.com/intelligencer/2020/05/coronavirus-debt-forgiveness-rent-mortgage-recession.html

[3] En https://www.project-syndicate.org/commentary/plan-to-navigate-emerging-market-debts-by-daron-acemoglu-2020-06 . Nota del 23 de Junio de 2020

[4] “The case for a modern debt  jubilee”, en  https://www.newsroom.co.nz/2020/06/22/1240584/the-case-for-a-modern-debt-jubilee

Fuente de la Información: https://rebelion.org/la-deuda-desensillar-hasta-que-aclare/

 

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El día del Maestro y la odisea de enseñar en tiempos de Cuarentena

Por Juan Carlos Palomino Paredes

Sin duda, la celebración del Día del Maestro, en los tiempos actuales de pandemia, marcará una gran huella en nuestra vida. Por ahora, en corto tiempo, nos hemos transformado en docentes digitales conectados cada día con las clases virtuales; pero cada vez más desconectados presencialmente de nuestros estudiantes y de nuestros colegas, que suelen sentirse abrumados por la mayor carga laboral y la remuneración que, muchas veces, no corresponde a las diversas actividades que realizan, pues el acondicionamiento a esta nueva forma de trabajo genera un mayor desgaste físico y emocional.

El problema del desgaste físico y emocional lleva al denominado síndrome de burnout y sobre este tema han escrito un sinfín de autores. Muchos de ellos coinciden en que este síndrome consta de una fatiga crónica, insomnio asociado a pocas horas de sueño, sensibilidad y tristeza al conocer los efectos negativos que nos trae día a día la covid19. Este síndrome se ve también asociado al estrés del docente debido a la excesiva carga que se les sigue asignando como la famosa elaboración de informes. A esto se suma ahora la falta de experiencia en la modalidad virtual. Todos estos elementos condicionan una mayor incidencia en el deterioro de la salud del docente.

A pesar de todo, los maestros “digitales”, seguimos dando lo mejor de nuestro talento, entregando nuestro bagaje sociocultural adquirido durante muchos años con todos los estudiantes a través de las clases a distancia.

Por otro lado, existe una problemática adicional, la de los maestros que se encuentran ejerciendo su labor en zonas donde existen muchas deficiencias técnicas, falta de elementos tecnológicos o de escasa o nulo acceso a la Internet. Esta situación no desanima a los verdaderos maestros y es ahí donde surge su ingenio para seguir formando no solo con conocimientos teóricos sino brindándoles a sus estudiantes el acompañamiento humano en esta difícil situación para lograr su objetivo: formar a sus estudiantes integralmente. Lo que significa que se debe seguir manteniendo el vínculo ya no solo con los alumnos sino que a todo este proceso se suma unos nuevos aliados: los padres de familia. Estos también contribuirán a que sus hijos logren aprender y alcancen una educación de calidad.

Hoy más que nunca, es necesario valorar la labor que ejerce el docente, reconociéndolo como un profesional que siempre se adapta a nuevos contextos, con distintas funciones y roles tanto en su labor educativa como personal. Los nuevos retos no nos asustan, ni los tiempos difíciles porque debemos enseñarles a nuestros alumnos que en medio de tanta miseria o desgracia, existen personas que trabajan para cambiar esta situación. Nuestro compromiso es que ante nuevas dificultades tengamos mejores estudiantes preparados para enfrentarlas trabajando responsablemente, con optimismo y solidaridad.

Nuestra vocación es grande y la labor es ardua; sin embargo, necesitamos que nuestro trabajo sea valorado por la sociedad y no sea minimizado ni precarizado porque detrás de cada docente existe también una familia que necesita de él.

Un saludo para todos los maestros, hoy frente o fuera de sus pantallas, que luchan diariamente para construir un futuro mejor.

Bibliografía

Árias, F. & Gonzáles, M. (2009). Estrés, agotamiento professional (burnout) y salud en profesores de acuerdo a su tipo de contrato. Ciencia y Trabajo, 33, 172–176.

Enviado por su autor a la redacción de OVE

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Al mundo le faltan 142 millones de mujeres ‘desaparecidas’ por machismo

Por: Alejandra Agudo

El informe del Estado Mundial de la Población 2020 publicado por el UNFPA denuncia que hay 19 formas de violar los derechos de las mujeres y analiza en profundidad tres de ellas: los feticidios de niñas, la mutilación genital femenina y el matrimonio infantil

Las llaman «las desaparecidas». Son las que no llegaron a nacer porque fueron víctimas de feticidio femenino o murieron tempranamente porque sus padres desatendieron su alimentación y salud deliberadamente en su primera infancia. Por ser mujeres. El Fondo de las Naciones Unidas para la Población (UNFPA, por sus siglas en inglés), la agencia que se encarga de la salud sexual y reproductiva, calcula que hoy al mundo le faltan 142,6 millones de mujeres. Nacen menos de lo que es naturalmente normal (100 niñas por cada 106 niños) y fallecen de más en sus primeros años de vida. La preferencia por los hijos varones detrás de estas desapariciones es una de las 19 violaciones de sus derechos fundamentales que sufren las mujeres por el hecho de serlo, según este organismo. Desde el planchado de senos hasta las pruebas de virginidad. Pero en su informe anual del Estado de la Población Mundial 2020 se ha centrado en tres: la ya citada selección de niños, el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina.

«Imaginen a una niña de 12 años que adora ir a la escuela, pero a la que sus padres un día le dicen que se ponga su mejor ropa y dos horas después la casan con su vecino que le triplica la edad. O una chica de 16 años a la que le mutilan sus genitales. Imaginen a una pequeña de cuatro que escucha a sus padres quejarse de que no tienen un hijo y que ella es solo una carga», pide Natalia Kanem, directora ejecutiva del UNFPA, a un grupo de periodistas en la presentación por videoconferencia del informe titulado en esta edición Contra mi voluntad. «No nos hace falta imaginarlo porque son situaciones reales que ocurren miles de veces cada día en todo el mundo», agrega.

No fue una ficción paraJasbeer Kaur. Cuando tenía 25 años supo que estaba embarazada de trillizas. Tres niñas. «Ahora está prohibido pero, en aquel momento, te decían el sexo del bebé. La doctora se ofreció a practicarme un aborto porque consideró que sería difícil para mí criar a tres hijas Me explicó que el procedimiento era sencillo, similar a un parto. Por unos momentos tuve miedo, pero Dios me dio fuerzas para rechazar su oferta y dije que no», recuerda esta madre india 23 años después. Una decisión nada común que no gustó a su marido ni a sus suegros. «Ninguna niña había nacido en la familia de mi esposo en tres generaciones. Y dijeron que no iban a permitir que vinieran al mundo tres de golpe. Me dieron un ultimátum: aborta o vete», rememora Kaur. Y se marchó.

A pesar de que actualmente la revelación del sexo del bebé está prohibida en India para evitar los feticidios femeninos, tampoco algunos de los vecinos de Kaur en el Rajastán rural entienden aún hoy su decisión. «La gente aquí en mi pueblo a menudo me dice: ‘Pobrecita, deberías haber tenido al menos un hijo en lugar de tres hijas’. Y les digo: ‘¡Ahórrense esa basura! Soy mujer y estoy orgullosa de haber criado a estas chicas que ahora son adultas», relata. Pero esta madre es también un ejemplo vivo que todas las mujeres locales citan con orgullo, aseguran los autores del documento.

Sin embargo, la selección prenatal y posnatal de varones sigue muy extendida en India. De acuerdo con los datos analizados por el UNFPA, cada año se abortan selectivamente casi medio millón de niñas. Y una de cada nueve de las muertes infantiles de niñas menores de cinco años en el país son atribuibles a esta discriminación de género. India y China (666.300 feticidios femeninos anuales), son los mayores generadores de desaparecidas en el mundo. Y su balanza de sexos está muy descompensada con 112 niños por cada 100 niñas.

«Las mujeres no pueden esperar. Las chicas representadas en este informe no pueden esperar. Y sus derechos no deben dejarse de lado debido a la covid-19 o un huracán, ni por nada. Deben ser una prioridad. Es lo que exigen los Objetivos de Desarrollo Sostenible [ODS]», reclama Kanem en una entrevista por teléfono. «Aun así, muchas no van a la escuela, no terminan la primaria y ni sueñan con la secundaria. Y sabemos que la educación es protectora frente a otras violencias. El matrimonio infantil o la mutilación genital femenina es una discriminación hoy, pero es un trauma para el resto de sus vidas. Y, por supuesto, lo es la preferencia de hijos», resume.

En opinión de Kanem es necesario preguntarse por qué en algunas culturas y territorios los progenitores prefieren tener hijos varones y se producen abortos selectivos de niñas. «Es irónico. Encontramos que muchos quieren chicos para que, cuando sean adultos, les mantengan. Pero a veces eso no sucede e incluso tienen problemas para encontrar esposa. A veces es por cuestiones religiosas o porque es el hombre el que hereda y perpetúa el nombre de la familia». Pero todo eso se puede cambiar, anota la doctora, si se repiensa la seguridad económica de los ancianos o se pone en valor que una hija educada también cuidará de sus mayores, por ejemplo.

Es posible acabar con la mutilación genital femenina y el matrimonio infantil en 10 años

Para acabar con las prácticas dañinas contra las niñas y mujeres es necesario que las leyes y las políticas se traduzcan en acciones sobre el terreno, apunta Kanem. Y que las intervenciones que se desarrollan en las comunidades se puedan hacer crecer. «Algunos enfoques no son escalables. Entonces, si solo estamos haciendo dos y tres pequeños cambios en comunidades aquí y allá, es posible que no sean lo suficientemente potentes como para conseguir la transformación radical que necesitamos para lograr la igualdad de género para el año 2030».

Kanem cree que es posible alcanzar algunas de las metas establecidas en los ODS, sobre todo, acabar con la mutilación genital femenina y el matrimonio infantil para 2030. Pero con más acción y más actores involucrados. «Es por eso que hago un llamamiento a los hombres; para que sean parte de la solución, para que defiendan los derechos de las mujeres», apela. «También creo que es importante no subestimar el papel que están jugando los jóvenes. Ellas exigen la igualdad».

Tienen motivos. Los datos publicados por el UNFPA demuestran que hay progresos en la lucha contra la ablación o el matrimonio infantil, pero más niñas se verán afectadas debido al crecimiento demográfico en el planeta. Este 2020, se estima que 4,1 millones de niñas serán sometidas a la mutilación genital. En total, 200 millones de mujeres en el mundo han sido sometidas a esta violencia. Hoy, en un solo día, 33.000 niñas menores de 18 años serán obligadas a casarse, en la mayoría de los casos con hombres mucho mayores que ellas. Se sumarán a los 650 millones de esposas que fueron forzadas a enlazarse antes de alcanzar la mayoría de edad.

Alejandra Teleguario, de 19 años, es una de esas jóvenes que ha dicho basta. Esta guatemalteca es «activista feminista por los derechos sexuales de las juventudes y mujeres» de su país y forma parte del Grupo Asesor de Jóvenes del UNFPA en Guatemala. Comenzó su defensa de los derechos de las niñas y adolescentes con 13 años al conocer a chicas jóvenes, incluso de su edad, en el Hogar Seguro del Estado que habían sido víctimas de violencia de género, agresiones sexuales y matrimonio infantil. «Algunos casos eran muy fuertes», recuerda. En 2015, el Código Civil de Guatemala permitía las uniones desde los 14 años ellas y 16 ellos. Y los cambios que se produjeron desde entonces dejaban la puerta abierta a los enlaces entre menores. Hasta 2017. Teleguario se siente parte de esa victoria. «Aunque todavía hay datos preocupantes, sobre todo en municipios donde predomina la pobreza extrema y persisten prácticas culturales que no han permitido defender completamente los derechos de niñas y adolescentes», advierte.

Miembro de los programas de jóvenes líderes de la organización Women Deliver, Teleguario está involucrada con diferentes organizaciones, redes y actividades para acabar con las prácticas nocivas que sufren las niñas en su país, especialmente los embarazos adolescentes. «Entre enero y mayo de 2020 se han registrado 46.863 en chicas de 10 a 19 años. Es una cantidad desorbitada teniendo en cuenta que desde marzo el país ha estado en cuarentena por la covid-19. Y es un tema tabú la educación en temas de sexualidad», explica.

También es tabú el aborto y no constan casos de feticidios femeninos en el país, pero sí hay preferencia por los varones. «Cuando se festeja la llegada de un bebé, la alegría es mucho mayor si es un niño. Cuando se enteran de que es una niña, hay rechazo en algunas comunidades. Las familias son numerosas y hay una distinción muy fuerte entre las oportunidades que se le dan a los hombres y las mujeres. No es secreto que en Guatemala y otros países de la región se prioriza la educación de los chicos, entre otros privilegios», detalla. «Ellas se quedan en casa ayudando a la madre con las tareas del hogar. Además del hecho de que todavía se sigue practicando el intercambio de hijas por objetos o animales».

Nacer niña es una misión difícil en muchos países. Y una vez en este mundo, la vida va a ser más dura, plagada de obstáculos y violaciones de sus derechos. El ritmo hacia la igualdad de género y la erradicación de estas prácticas es lento. Así lo ha señalado la ONU: el ODS 5 que llama a poner fin a todo tipo de violencia ejercida contra las mujeres es el que menos ha progresado. «Es la década de la acción», apunta Kanem. «Y una estrategia para la acción concertada necesita una hoja de ruta, necesita un plan, necesita un acuerdo. Entonces, el estilo de debate combativo del feminismo puede ser productivo, pero el punto de ese debate debe ser: ¿qué vamos a hacer? Creo que las feministas, algunas de las estrategas más sabias y comprometidas del mundo, deben unirse para avanzar en esta agenda. Espero que defiendan la igualdad de derechos para las niñas, donde sea que estén. Y aunque se produzcan debates, aceptemos que una niña debe permanecer en la escuela, que tiene que estar bien preparada para el empleo y debe contar con la información para tomar decisiones sobre su cuerpo, su fertilidad y lo que quiere hacer para dar forma a su propio futuro», zanja la experta.

Y LLEGÓ LA COVID-19

Un informe del Fondo de Población de la ONU del pasado abril, advertía de que algunas medidas para combatir la covid-19, como el confinamiento y el cierre de clínicas por falta de material y personal, dejarán sin acceso a métodos anticonceptivos a 47 millones de mujeres. La investigación del UNFPA, realizada con contribuciones de Avenir Health, la Johns Hopkins University (EE UU) y la Universidad Victoria (Australia), desvelaba que, por cada trimestre de interrupción de los servicios de salud sexual y reproductiva habrá dos millones adicionales de mujeres que dejen de usar anticonceptivos modernos. Lo que supondrá un gran paso atrás en los progresos que se venían produciendo en la extensión de su uso, que casi se había duplicado en dos décadas, pasando de los 470 millones que los utilizaban en 1990 a 840 millones en 2018. ¿Resultado? Habrá siete millones de embarazos no deseados en seis meses en 114 países de renta baja y media.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/06/29/planeta_futuro/1593424633_591329.html

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