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Madre Tierra en tiempos de pandemia

Madre Tierra en tiempos de pandemia

Fuentes: Rebelión

Desde 1970, la comunidad internacional celebra el Día Mundial de la Tierra. Y, a partir del 2009, la ONU, a propuesta del gobierno indígena de Bolivia, estableció el 22 de abril como el Día Mundial de la Madre Tierra.

El concepto de Madre Tierra supera la concepción cartesiana (moderna) de la Tierra como un recurso o natura inerte para satisfacer necesidades humanas. El concepto de Madre Tierra, no sólo reconoce la cualidad de sujeto y portadora de derechos a la Tierra. Sino, también nos evoca nuestra condición de hij@s de la Tierra en comunidad con los otros seres.

Nos recuerda nuestra dependencia existencial de la Tierra como fuente (de Ella venimos) y como destino (hacia Ella vamos). Incluso nuestra identidad como Tierra que somos. No únicamente porque corporalmente estamos compuesto de elementos químicos que preexisten en la Tierra, sino porque en la medida que hacemos auto conciencia inmersos en la Tierra, somos tierra que siente, tierra que llora, tierra que piensa, que sufre y se regenera.

Esto no es ninguna elucubración metafísica. Es únicamente una básica constatación real, muy a pesar de las doctrinas antropocéntricas (modernas) y teológicas celestiales. A mis padres, cuando fallecieron, los reincorporamos al vientre fecundo de la Madre Tierra, y Ella los re acogió para que continúen conviviendo con nosotr@s, conspirando contra la muerte y construyendo el Buen Vivir. Es lo que vemos y sentimos.

¿Qué mensaje nos está dejando la Madre Tierra con esta pandemia del COVID19?

Aunque no se sabe con certeza el origen del virus COVID19, por su carácter desconocido, se asume que proviene de otro ecosistema que no es el cuerpo humano. En este sentido el mensaje parece ser: “Respete los ecosistemas. No los destruyas, ni manipules más de la cuenta. Cultiva con mesura”.

Después de cinco siglos continuos de la modernidad prepotente (varón blanco, montado en su razón y su maquinaria), un imperceptible e impredecible virus exógeno humilla en el planeta al arrogante antropocentrismo moderno. El mensaje parece ser: “Los humanos, por muy modernos que sean, no son dueños, ni tienen el control total de lo que les rodea. La ciencia no es exacta, ni es capaz de predecir la conducta de agentes externos”.

Viendo a millones de ciudadanos libres desesperados, encarcelados en sus domicilios urbanos, y a muchos campesinos intentando volver hacia sus comunidades rurales empujados por el instinto de la sobrevivencia, otro mensaje para el ser humano parece ser: “Vuelve a la Tierra. Sin comida, ni agua, no puedes sobrevivir a ninguna pandemia. Tu sustento cotidiano viene de la Tierra no del supermercado”.

Nos duele que COVID19 se lleve, sobre todo, a los adultos mayores, dejando a la juventud huérfana de referentes socioculturales, pero con la posibilidad de reinventar un mundo diferente al mundo moderno pre COVID19. ¿Será que la Madre Tierra busca despejar a las siguientes generaciones de los promotores, depositarios o transmisores de las tradiciones de desarrollo no amigables con la comunidad cósmica y humana?

Otra de las lecciones que nos deja parece ser: “El destino de la humanidad es la comunidad, colectividad. Mas no el individualismo acumulador”. En tiempos de pandemia, la filosofía neoliberal está de rodillas en sociedades capitalistas. Está demostrado que el interés privado no había sido el mejor proveedor de servicios y ni de bienes que prometía.

Es más, los países capitalistas (EEUU., Unión Europea) que acusaban de “malos” a los países de tendencia socialista están estupefactos viendo cómo aquellos “malos” como Cuba, China, Rusia, Venezuela, son los que mejor cooperan y ayudan al mundo a enfrentar la pandemia. “COVID19 está desnudando la perversidad de los supuestos buenos. Y mostrando la benignidad/solidaridad de los supuestos malos”.

Autor:  Ollantay Itzamná

Fuente de la Información: https://rebelion.org/madre-tierra-en-tiempos-de-pandemia/

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Los retos urgentes del movimiento cooperativo ante el tiempo de reconfiguración socioeconómica capitalista global

Los retos urgentes del movimiento cooperativo ante el tiempo de reconfiguración socioeconómica capitalista global

Por José Yorg, el cooperario / 24/04/2020

Rebelión

“El tiempo de cuarentena por el coronavirus es el tiempo para ajustar  los mecanismos del nuevo formato capitalista, pero también les sirve  la inacción de los posibles actores de la alternativa de construir un mundo mejor, duermen la siesta”.

“Los que hacen la revolución pacífica imposible, harán inevitable la revolución violenta. Cuanto más se oprime un conjunto de necesidades y cuanto más se impide que se ejerzan derechos, más se facilita que estallen revoluciones claramente violentas” (John F. Kennedy).

“Para que la reorganización de la sociedad beneficie a la raza humana tiene que ser completa en todas sus partes. Es necesario que las cosas viejas perezcan y todo se renueve. La religión, las leyes, el gobierno, las clases, las instituciones y todas las reglamentaciones comerciales del viejo mundo, deben ser puestas de lado y abandonadas apenas se realice la nueva organización y ocupe el puesto de aquella que incluye en su seno toda la vieja miseria humana” (Robert Owen).

Partimos de la fuerte convicción de que estamos en una situación de extrema peligrosidad sanitaria mundial, pero también, ello conllevaría la bancarrota del sistema capitalista  mundial, al menos en su versión actual. Está en entredicho el modelo de la oferta y demanda.

Ahora, más vale que nos preguntarnos: ¿Cuáles son los retos urgentes del movimiento cooperativo ante la situación de catástrofe generada por la pandemia y que indican al mismo tiempo el fin del capitalismo actual, pero no su desaparición?

Roberto Fermín Bertossi en su artículo denominado “Desafíos cooperativos por el COVID-19” nos ilustra con su extraordinaria pluma y dispara al inicio que “Después de semejante pandemia mundial, nada será lo mismo. La revalorización de la vida y el temor a la muerte, súbitamente, recobraron toda su real dimensión, connotaciones e intensidad  pues, siendo mortales, vivíamos como inmortales”.

Sus argumentos siguientes son en verdad sólidos y convincentes, nos vimos en la extenuante tarea de resumir para centrarnos en lo que consideramos el meollo de la cuestión:

 “Ello nos sugiere un nuevo tiempo, un nuevo orden ecológico, social, sanitario, económico y financiero (menos líquido, más humano), político y cultural; un nuevo contrato social entre todos los pueblos del mundo a partir de la persona, de la familia, de lo cooperativo, madurando la “unión productor/consumidor”, “prestador/usuario”, etc.; siempre desde el respeto mutuo, simétrico”…” un nuevo orden mundial requiere creatividad e inventiva para asumir sin demora, este inédito desafío mundial con activo compromiso cooperativo sobre información y conocimiento, con conciencia educativa solidaria, con ciencia y previsión, con legitimidad actual, experticia y anticipación gubernamental, asignando un rol vital al “cuidado de la casa común”; democratizando ciencia y tecnología para que cooperen sin prevalecer sobre el bien común ni el bienestar general”.

 Ahora, ¿Quién o quiénes serán los sujetos de cambio? ¿Quiénes organizarán la potencia necesaria para acometer tal faena anhelada? Y lo más áspero que se deberá resolver: La resistencia más vigorosa que, sin dudas, presentarán los bancos internacionales, el trust, cártel, holding, los auténticos poderes del mundo, no dejarán así como así la construcción de ese “nuevo orden mundial”, porque, como dijo alguien “el mundo no está hecho tan felizmente”.

Pero además, esos sectores, tan afines a tener todo bajo control, que poseen medios y herramientas, intelectuales y científicos a su disposición, por lo que no sería un acto de profanación pensar que su fase de reconversión productiva capitalista no esté ya en plena acción.

A tenor de nuestra capacidad como movimiento cooperativo y mutual, de la economía popular y social,  de influir hacia ese cambio, será hoy, en esta circunstancia de apertura y entredichos posiblemente sea  mayor que la que hemos tenido en tiempos pretéritos.

 Así que, la peor actitud que puede asumir el cooperativismo organizado es tener una actitud pasiva, de espera, de renuncia a iniciativas, en fin, a seguir de furgón de cola.

Tiempos de reconfiguración socioeconómica

Se ha abierto un tiempo en el mundo, que a nuestro criterio, podríamos denominarlo “Tiempo de reconfiguración socio-económica”, hablamos de reconfigurar el modelo capitalista por otro modelo organizativo socio-económico global, o cuanto menos, en Argentina, hablamos de construir un mundo mejor. Requerimos un sujeto constructor, ese escultor que labre su obra, un mundo cooperativo real, palmario y no meramente una sana y bonita aspiración, pero inconducente.

El capitalismo imperial y globalizado necesita y así se evidencia, instalar contextos represivos con aceptación prudente del pueblo, que se asuma tales agresiones como oportunas y naturales, así procede sin más. Pero también en su fase de reconversión productiva capitalista requiere expoliar con más intensidad y menos resistencia al mismo tiempo.

Ya está inferido, con indicios ciertos, que el capitalismo está en pleno proceso de reconversión, eso ya no es novedad. Están utilizando el tiempo de cuarentena para ajustar  los mecanismos del nuevo formato capitalista, pero también les sirve  la inacción de los posibles actores de la alternativa de construir un mundo mejor, duermen la siesta.

Dicho esto, el movimiento cooperativo Latinoamericano y universal debe re-plantearse seriamente  sus visiones y estrategias que devienen hoy, claro está, cuanto menos desfasados, dado que no estamos en tiempos normales, por tanto, corresponde -a nuestro criterio- esa acción revisora y la elaboración de estrategias y tácticas superiores acordes a los tiempos actuales y coyunturales que es un tiempo de definición, tiempos de reconfiguración soci-económica.

El escenario, entonces, puede ser una oportunidad en cuanto a dar un paso adelante, asumir un tiempo de avance hacia el estadio superior de la cooperación, descontando que nada será facil, pero la realidad así lo impone.

Se requiere, sin dudas, para acometer esa renovación, de un Stratego, de un conductor político-cooperativo y cuadros tácticos con enorme vocación organizativa y de una concepción que anime una acción en unidad para impulsar el desmantelamiento capitalista y construir el mundo cooperativo.

¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!

Autor: José Yorg

Fuente de la Información: https://rebelion.org/los-retos-urgentes-del-movimiento-cooperativo-ante-el-tiempo-de-reconfiguracion-socioeconomica-capitalista-global/

 

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Los desaparecidos y torturados por el modelo global de educación en casa

El espejo roto

La hegemonía neoliberal se muestra en las prácticas y los enfoques, tanto “regulares” como contingentes, por ello los discursos “radicales”, sin correlato en prácticas razonadas de resistencia resultan significantes vacíos. El capitalismo muta en apariencia y performance según el tiempo histórico, se reacomoda, absorbe parte de las iniciativas del cambio y las hace funcionales a su lógica de dominación. Por ello debemos estar atentos, la agenda de transformación radical también debe cambiar de manera permanente, sin desdibujar el horizonte; no basta con hacer lo que era revolucionario en los setenta u ochenta del siglo XX, resulta que en el presente hay que hacer eso y otras muchas cosas y, seguramente el foco de atención cambio de manera drástica.

Este cambio incesante genera causa una especie de vértigo, una sensación de inestabilidad permanente en las burocracias educativas nacionales, que como “pájaros en grama” buscan en todas las direcciones las claves de lo nuevo que se hace evidente en anuncios de las bancas de desarrollo, los organismos mundiales del capital. Las burocracias educativas acostumbradas a recibir órdenes, buscan el manual que contenga los pasos a seguir para su perspectiva de la transformación de los sistemas escolares; no terminan de entender que el capitalismo incluso requiere una nueva casta burocrática. El viejo modo de entender los sistemas escolares comienza a ser un obstáculo para el capitalismo cognitivo del siglo XXI. A los burócratas neoliberales la ansiedad propia de los “mandaderos” del sistema, le hace estar mirando para todo lado, intentando hallar las respuestas que les resultan esquivas.

Incluso la burocracia educativa “bien intencionada”, aquellos(as) que consideran que las reformas educativas son la mejor solución posible, los ahoga la falta de discusión, debate y análisis crítico. Sin reflexiones estructurales que les permitan comprender lo que está pasando y construir escenarios realistas, la actual aceleración del cambio les impulsa a sentirse atacados, por ello la piel se les pone “de gallina” y reaccionan con recetas de propaganda.

En el campo de la izquierda pedagógica la situación también es dramática. La reflexión estructural sobre las repercusiones de la tercera revolución industrial en lo escolar y educativo fue una agenda esquiva para este campo. Un “tufo” a desprecio por lo tecnológico sirvió para eludir las necesarias discusiones sobre las nuevas perspectivas del capital y la redefinición de las narrativas y prácticas de resistencia.

Todo está cambiando y los sistemas escolares no escapan a ello. La disolución de la vieja escuela, que venimos denunciando desde 2015, comienza a generarse, a abrirse paso. Es tan drástico lo que comienza a perfilarse que la incredulidad es el signo predominante en el magisterio. Pasada el confinamiento preventivo contra la pandemia volveremos a la arquitectura escolar, a los espacios escolares y muchos pensaran que solo se trata de recuperar contenidos y poner nuevamente en marcha la vieja máquina educativa newtoniana.  Esta mirada, formulada para evitar salir de la zona de confort propia de las rutinas escolares, no impedirá que el Ministerio de Educación Planetario, que es hoy la alianza OCDE-Banco Mundial, siga trabajando para destruir la vieja escuela pública presencial que conocimos. La tensión entre presencialidad y virtualidad  se agudizará y es aún impredecible el curso que tomará. Pero lo que sí es evidente es que el capitalismo está empujando el surgimiento de una nueva máquina educativa.

Las terribles cifras previas a la pandemia

En 2018 el Instituto Internacional de estadísticas de la UNESCO publicaba el “eatlas sobre niños fuera de la escuela”, en el cual se indicaba que 258 millones de niños, adolescentes y jóvenes en el mundo entero están fuera de los sistemas escolares, por razones diversas, fundamentalmente vinculadas a la pobreza extrema, la carencia de electricidad y agua potable, las guerras y migraciones forzadas. Esta cifra está compuesta por 59 millones de niños y niñas en edad de estudiar primaria, 62 millones de jóvenes y adolescentes y 138 millones de jóvenes que fueron excluidos y no pueden culminar los últimos años de la secundaria.

Son las llamadas cifras rojas de la cobertura escolar, el eufemismo con el cual se habla de las consecuencias educativas directas del sistema capitalista. A ello se le debe adicionar que por lo menos un 50% de los niños y niñas que asisten a la escuela, pueden allí contar con el alimento que no pueden tener en sus hogares; para ellos la escuela es un espacio de contención social, donde aprender los contenidos es lo adicional. Para muchas niñas, niños y jóvenes la escuela es también un escape al abuso, la violencia intra familiar y la explotación laboral.

En aquellos países donde la educación secundaria no es obligatoria, ello incrementa la exclusión. Alerta UNICEF (2019) que la imposibilidad de acceso cercano a un centro con educación secundaria impedía que 25 millones de niños más pudieran estudiar, de ellos 15 millones niñas y 10 millones niños.

Menos de la mitad de la población del mundo tiene acceso a internet o una computadora. La crisis educativa evidenciada por la pandemia del COVID-19 pone de relieve que el acceso a la internet y a computadoras se convierte en un derecho humano fundamental. Y como hemos señalado en otros artículos, la dotación de computadoras con fines educativos debe ser en un primer orden y momento para las escuelas y en segundo lugar personales para los estudiantes y, los y las maestras y profesores.

En mi artículo “Pongámonos serios ¿educación virtual en casa? (https://luisbonillamolina.wordpress.com/2020/04/10/pongamonos-serios-cada-familia-una-escuela/ ) trabajé el recorrido del paradigma neoliberal, con sus aristas de calidad y pertinencia  que fueron construyendo la cultura evaluativa, requerimiento indispensable para consolidar el paradigma de la “escuela en crisis”. Y para salir de esta “crisis” que el propio neoliberalismo generaba con las reformas educativas permanentes, fueron impulsando políticas internacionales que construyeran las condiciones de posibilidad para el emerger de la educación virtual como “nuevo incluido” que iniciaría la disputa por el presupuesto educativo dedicado a la nómina docente, fomentando la idea de la casa como el nuevo lugar privilegiado para que ocurran los aprendizajes. Estas políticas públicas, impulsadas por el centro capitalista en materia educativa, se abrieron paso a través de:

  1. Acciones de los gobiernos que comenzaron a dotar a los estudiantes de computadores personales para llevar a la casa, no entendiendo que con ello contribuían a relocalizar el epicentro de lo educativo en la casa;
  2. Exclusión de los docentes de estos programas, pues no se les asignaban computadoras, ello para poder mostrar la obsolescencia y desactualización de la práctica docente, haciendo aparecer el saber pedagógico como obsoleto;
  3. De la desinversión en infraestructura tecnológica en los espacios escolares. En muchos países la dotación de computadoras y conexión a internet de las escuelas fue una tarea no abordada. Unas escuelas sin equipamiento ni infraestructura tecnológica, nos mostraban planteles escolares llenos de láminas, papeles y un modelo de educación frontal, centrada en el pizarrón. La escuela deliberadamente fue inducida a abandonar su rol de epicentro del saber y forzada a reconvertirse en museo de lo educativo. La contención social y el encuentro humano pasaron a ser las tablas de salvación de una escuela que perdía su capacidad de explicar y trabajar desde lo nuevo;
  4. La carencia de nubes educativas por parte de los ministerios de educación, que dejaba en manos de las trasnacionales de la informática y las corporaciones educativas la generación de contenidos educativos digitales;
  5. El sostenimiento del modelo frontal de aprendizaje impedía el desarrollo de novedosas formas de aprendizaje usando el desarrollo científico-tecnológico;
  6. Unas políticas de formación de formadores que desestimaban el vínculo de lo pedagógico con la aceleración de la innovación científico tecnológica y en otros casos, que hacían de los enfoques sociológicos una forma de ocultar la despedagogización que promovía el capitalismo neoliberal;
  7. Del cumplimiento del currículo preestablecido a la progresiva construcción de un currículo hecho a la medida de las exigencias de las pruebas estandarizadas, tipo PISA-OCDE, LLECE-UNESCO, se fue ocultando el hecho que lo que estaba en crisis era el currículo pre-establecido, que para cambiar la escuela había que destruir la vieja noción de currículo, pero la autonomía escolar suele asustar a todes, tanto de derechas como de izquierdas;

Los desaparecidos del modelo neoliberal de educación en casa

El control epidemiológico del Coronavirus llevó a la sociedad mundial al confinamiento en sus casas. El 24 de marzo de 2020 la UNESCO advertía que 1.370 millones de niños y niñas estaban fuera de las escuelas, es decir, el 80% de los estudiantes registrados. La mayoría de gobiernos, como en una película de Walt Disney expresaron que se garantizaría el derecho a la educación mediante la “educación en casa”, “educación en familia”, “cada familia una escuela”; el paradigma neoliberal de la sociedad educadora se imponía en todo el orbe. En realidad, la transferencia de las responsabilidades educativas de los Estados a las familias dejaba en estado de in indefensión a millones de seres humanos.

Para que la casa sea el escenario contingente de lo escolar se requería de partida que en el hogar de cada uno y una de los estudiantes existiera por lo menos una computadora y conexión internet; y ello sin contar los hogares con más de estudiantes, padres docentes y o quienes laboran en el teletrabajo. Sin embargo, el Informe de “We are social y Hootsuite (2020) señala que solo el 59% de la población mundial tiene acceso a la internet, es decir 4.5 billones de personas y que la tendencia es que se privilegie la conexión a través de celulares por encima de las de computadores personales.  El dato relevante en términos de inclusión y cobertura educativa es que un poco más del 40% de la población mundial no tiene acceso a internet. Continua el citado informe señalando que, a nivel mundial, “más de 5.19 billones de personas usan ahora teléfonos móviles” (We are Social y Hootsuite, 2020). Dos cosas nos interesan resaltar de este último dato, la primera que aún más de dos mil millones de personas no usan un celular y el segundo, que pareciera que la estrategia de comunicación educativa debería reorientarse hacia la computadora de bolsillo que es el celular; ello encuentra enormes resistencias entre los docentes, sobre todo por el tamaño de las letras y formatos, pero también porque no se les ha enseñado a usar pedagógicamente el celular. Por el contrario, hasta hace semanas el celular se prohibía en muchas ciudades y escuelas del planeta.  El dato relevante sigue siendo la imposibilidad de cobertura 100% en la “estrategia contingente de educación virtual en casa”, pareciera que un mínimo del 40% queda fuera del alcance de esta iniciativa. En Estados Unidos solo 57 de cada 100 personas tiene un computador personal, esta cifra es aún más baja cuando se estratifica por estratos sociales y profesiones. Los docentes suelen ser una de las profesiones que más tiene computadores personales en casa, pero las cifras de los gremios de América latina ubican esta cantidad por debajo de la media norteamericana. Es decir, muchos de los docentes sobre los cuales se soporta la propuesta de educación virtual en casa no cuentan con computador para ello; comienzan a ser los primeros desaparecidos de la estrategia educativa de los ministerios de educación.

El 21 de abril, el Task Force de trabajo docente publicaba en el portal de UNESCO que de los 1.730 millones de niños, niñas y jóvenes en casa, 826 millones no tienen acceso a computadora en el hogar, mientras que 706 millones no tienen acceso a internet a casa; es decir el 50% de la población estudiantil. Estas cifras varían según el país y la región, pero en ningún caso la cifra es menor del 40% sin internet ni computadora. Es decir, mientras los gobiernos declaran la “continuidad” de lo educativo, millones de niños, niñas y jóvenes han desaparecido de los sistemas escolares.

Son estos nuevos desaparecidos de la educación, los que no aparecen en los discursos de las burocracias educativas. Este hecho, nos hace recordar el tristemente célebre discurso de un dictador del cono sur en los finales de los setenta del siglo XX cuando se le increpaba por los desaparecidos y contestaba “simplemente no están”. Precisamente ¿Dónde están esos millones de niños, niñas y jóvenes que hasta febrero contaban con una escuela pública para estudiar? Más allá de la crisis previa de lo escolar, era innegable el papel socializador de la escuela, por ello responder por los desparecidos de lo educativo se convierte en el grito mundial del presente.

Los torturados por el modelo de educación en casa

Aquellos privilegiados que cuentan con una computadora en casa viven otro drama, el de la tortura por lo educativo como nueva normalidad cotidiana. Primero, las familias tienen que priorizar y decidir sobre los tiempos de uso del computador de casa y la conexión, cuando son varios los integrantes del núcleo familiar que se disputan el acceso al equipo y la internet.   Esto se agudiza en aquellos países y lugares donde los cortes de luz, el racionamiento eléctrico son una constante, donde la conexión es inestable o solo disponible en determinados horarios.

Segundo, para los “desaparecidos de facto”, aquellos que no tienen forma de conectarse para resolver las tareas y continuar en la “normalidad escolar” en tiempos de Coronavirus, la angustia, el estrés por sentirse excluidos se convierten en una cruel tortura emocional y cognitiva. Es la toma de conciencia abrupta respecto a la exclusión social en la que vivían, a la par que sienten amenazada la posibilidad de salir de la pobreza a través del estudio, idea que sembró el liberalismo educativo.

Tercero, el aprender a manejar “plataformas educativas digitales” que desconocían hasta entonces. Y aprender en plural, porque ello se convirtió en un ejercicio de madre, padre, abuelos, tíos y estudiantes; todo aquel que coadyuvaba al aprendizaje en el hogar tuvo que dar el “salto a lo tecnológico” en un tiempo breve, sin manuales, ni clases metódicas. Ello también depende del capital cultural de una familia, porque en algunos casos contar con computadora e internet no resulta suficiente; entonces hay que pedir “auxilio” a alguien externo en medio de la cuarentena.

Cuarto, para los y las maestras y profesores, en su mayoría nacidos antes del clip tecnológico que trajo la década de los ochenta, quienes vieron lo tecnológico como entretenimiento y no en su impacto en el cambio del paradigma educativo, ahora deben reaprender lo pedagógico en un contexto digital. Y el único referente que tienen son los cursos a distancia, del tipo “academia americana”, con textos para leer y llenar respuestas, o la televisión educativa de los setenta con libros para llenar a partir de los videos pregrabados, solo que ahora con computadora, celular y cámara digital. Maestros y profesores que no recibieron formación previa por ello y hoy en un neo darwinismo social son lanzados a un “cada quien resuelva como mejor pueda”. Esa entropía está generando una fragmentación de lo educativo como no habíamos visto en décadas, quizá desde los inicios de la escuela moderna. Para colmo tienen a los directores y supervisores exigiéndoles el cumplimiento de la planeación curricular; lo importante es el cumplimiento de la administración curricular en cualquier contexto. También es justo decir, que estos directores y supervisores son fustigados para que envíen los reportes sobre el “cumpli-miento” (así, con guión intermedio) escolar, para que las altas jerarquías educativas puedan comunicar que “todo marcha bien”.

Quinto, el volumen de contenidos y tareas que le llegan a les estudiantes como educación bancaria virtual es impresionante; pasan cada día cinco, seis y hasta ocho horas resolviendo las guías, cuestionarios, dibujos, ejercicios, crucigramas, sudokus,  etc., en la lógica comunicacional unidireccional. En muchos casos los videos enlatados que les envían son de trasnacionales de la educación. Esta dinámica está enviando a millones de estudiantes a los brazos del “Dr. Google”, a la copia mecánica e irreflexiva de contenidos.  Además, nadie tenía previsto este largo encierro en casa, por lo que las hojas de papel, los lápices y plumas, los borradores y los colores comienzan a escasear; no hay margen para el error, cada hoja es valiosa, cada grafito puede ser el último que se consiga.  Como en un reality show educativo se compite por la hora de entrega.  Estudiar se esta convirtiendo en una carrera de obstáculos en casa, en una tortura que no garantiza aprendizaje alguno

Sexto, los padres, madres, hermanos, tías ya abuelos que tienen que dedicar horas de su tiempo para recordar contenidos que hace muchos años no usan, reaprender como se hace ahora y aprender cosas de las que nunca habían escuchado.  Eso pudiera sonar fascinante a no ser porque ello se hace compitiendo con el tiempo necesario para sobrevivir, en medio de cifras espeluznantes que hablan de 2.000 millones de trabajadores informales, 1.200 de ellos altamente precarizados que viven el día a día.  Tienen que estudiar con sus hijos e hijas mientras resuelven cómo llevar un bocado de pan a la mesa.

Séptimo, les maltratades por la cultura patriarcal, la misoginia, el machismo en las casas. Las opresiones afloran en los encierros forzados como magistralmente lo escribiera José Saramago en “la ceguera”. Para muchas mujeres y niñas la escuela presencial era también un lugar para escapar por horas al trato inhumano en casa, así como para los más pequeños quienes sufrían el maltrato infantil. La escuela presencia no es perfecta y tenemos que colocarla patas arriba, pero ese es tema de otro artículo.

Todos los actores del hecho educativo estamos siendo torturados y algunos replican la acción. Con esta política de “educación en familia” la casa, pasa a ser un lugar para tortura mentes y muertes, para adormecer conciencias, en un proceso de ensayo de educación virtual que más se parece a un lavado cerebral. La casa tiene que ser un espacio educativo basado en el diálogo, el encuentro, el aprender haciendo, el aprendizaje amoroso y, esta situación de contingencia debería concentrarse más en ello.

NO quiero que me desaparezcan ni torturen ¿Qué hago?

La vieja escuela no servía para construir hombres, mujeres y sexo diversos libres, pero estas pasantías de educación virtual en casa elevan de manera exponencial el modelo de educación para la servidumbre y la repetición. Primero, tenemos que abrir un debate global sobre esta situación; segundo, pasar del debate a la acción, como lo están haciendo los universitarios de Galicia promoviendo la primera huelga virtual, pero esta huelga tiene que ser mundial.  En consecuencia es urgente construir espacios de articulación estudiantil, de maestras y profesores, de familias, de pedagogos críticos de sindicatos y gremios, de generadores de opinión crítica; tercero, hay que comenzar a pensar esa otra escuela, sin currículo preestablecido, con algunos estándares consensuados por grado o año escolar, pero además, construir otro modelo de formación de profesores basado en colectivos pedagógicos, que rescaten el saber pedagógico y la acción educativa para aprender a pensar.

*Fuente: https://luisbonillamolina.wordpress.com/2020/04/27/los-desaparecidos-y-torturados-por-el-modelo-global-de-educacion-en-casa/

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Pandemia y capitalismo de vigilancia

Pandemia y capitalismo de vigilancia

Por Aram Aharonian

La pandemia del COVID-19 es más que un “cisne negro” (un hecho inesperado, poco frecuente). La pandemia seguramente pasará, pero la crisis quedará -la social, la económica, la política-, significando un mundo diferente que ni los más osados científicos sociales y politólogos han podido imaginar, con un estimado de más de tres mil millones de desempleados.

La necesidad de “quedarnos en nuestras casas” obligó a trabajadoras y trabajadores a seguir produciendo desde sus hogares con la modalidad del “teletrabajo”; docentes y estudiantes que continúan con parte de la currícula de manera virtual, así como también los grupos de riesgo dentro de los cuales se encuentran en gran medida nuestros jubilados y jubiladas, el sector de mayor riesgo en la pandemia.

¿Qué mundo les tocará vivir a las nuevas generaciones? En el mundo feliz (1932) del británico Aldous Huxley, las personas viven drogadas con el imaginario “soma”,y felices, manipuladas por un plan superior en el que la ciencia de punta sólo sirve a una estructura de dominación.

No tenemos soma, pero sí (tenemos Netflix y) un número infinito de aplicaciones y servicios gratis diseñados específicamente para convertirnos en felices adictos y en los auténticos recursos que surten la acumulación de riqueza en el nuevo capitalismo –el capitalismo de vigilancia- que ordena el mundo. Nunca nos hemos sentido tan libres pese a ser observados sin descanso.

El ser humano se ha convertido en un terminal de corrientes de datos. Hoy sabemos que con este saber se puede influir, controlar y dominar totalmente a las personas, a través de los algoritmos y la inteligencia artificial. La pandemia despertó la voracidad de los vendedores de dispositivos de vigilancia y tecnología de rastreo de personas, presuponiendo que la ciencia de datos será esencial para derrotar al enemigo invisible

Alentados por el éxito de China y Corea del Sur (entre otros países  asiáticos) en el combate al covid-19, líderes políticos de democracias liberales, de derecha e izquierda, se mostraron encantados con la capacidad de control de los dispositivos digitales y del modelo estadístico de los algoritmos que extraen padrones y realizan predicciones.

Cámaras, software, sensores, celulares, aplicaciones, detectores, son presentados ahora como las armas más sofisticadas para el combate al virus…y para la domesticación de las poblaciones.

La industria de telecomunicaciones e informática –que junto a la farmacéutica será una de las ganadoras en esta crisis- prospera gracias a un principio básico, el de extraer los datos personales y vender predicciones sobre los comportamientos de los usuarios a los anunciantes. Pero hasta ahora se lograban pronósticos que facilitaban la previsión de hechos, acontecimientos (y su manipulación, claro), no certezas.

Las empresas (y los gobiernos) comprendieron que para que aumenten los beneficios (financieros pero sobre todo de manipulación) se hacía necesario tratar de modificar las conductas humanas a gran escala.

La mano de obra ya no está configurada por empleados que reciben un salario a cambio de su trabajo, sino por usuarios de aplicaciones y servicios gratuitos, satisfechos de adquirirlos a cambio de ceder sin consentimiento a múltiples empresas un registro de sus experiencias vitales.

En el nuevo capitalismo, los datos personales se acumulan para producir el bien que se pondrá a la venta en el mercado: predicciones sobre nosotros mismos. Los propietarios de los medios de producción no son otros que los que ejercen el monopolio del negocio digital: Google, Facebook, Apple y Amazon, señala Patricia Serrano en El Economista de España.

Las medidas de excepción adoptadas, la llamada flexibilización de derechos, los cortes de salarios, el irrespeto a los principios básicos de la ciudadanía, las violaciones de privacidad, con el fin declarado de enfrentar al virus y la crisis, podrán no ser de excepción para convertirse en permanentes. E incluso ampliarse. El virus no destruirá el capitalismo. Todo indica que la vigilancia (policial, cibernética) conseguirá consolidarse.

“El capitalismo industrial, con todas sus crueldades, era un capitalismo para las personas. En el de vigilancia, por el contrario, las personas somos por encima de todo fuentes de información. No es un capitalismo para nosotros, sino por encima de nosotros”, sentencia Shoshana Zuboff , profesora emérita de la Harvard Business School en una entrevista en la BBC.

Tu smartTV te observa. Pero también tu teléfono, tu coche, tu robot de limpieza,tu asistente de Google y hasta esa pulserita que monitoriza el número de pasos que das. Una pista: todos los productos que llevan la palabra smart o incluyen la coletilla de ‘personalizado’ ejercen de fieles soldados al servicio del capitalismo de vigilancia. Así lo resume Zuboff.

El filósofo surcoreano Byung-Chul Han, profesor en la Universidad de las Artes de Berlín y autor de una decena de libros, profundiza en esta idea: “El ser humano es un terminal de corrientes de datos, el resultado de una operación algorítmica. Con este saber se puede influir, controlar y dominar totalmente a las personas”.

“En la cárcel, hay una torre de vigilancia. Los presos no pueden ver nada pero todos son vistos. En la actualidad se establece una vigilancia donde los individuos son vistos pero no tienen sensación de vigilancia, sino de libertad”, explica en su obra “La expulsión de lo distinto”, que analiza el impacto de la hipercomunicación y la hiperconexión en la sociedad.

Para Han, la sensación de libertad que brota en los individuos es engañosa: “Las personas se sienten libres y se desnudan voluntariamente. La libertad no es restringida, sino explotada”. Añade que “la gran diferencia entre internet y la sociedad disciplinaria es que en esta última, la represión se experimenta. Hoy, en cambio, sin que seamos conscientes, somos dirigidos y controlados”.

Paloma Llaneza, abogada, experta en ciberseguridad y autora de Datanomics, señala que el consentimiento en realidad no existe cuando escribimos nuestros datos personales rápidamente para bajarnos aún más rápido una aplicación gratis o recibir una newsletter semanal. “El consentimiento es una de las grandes mentiras de internet”, afirma.

El problema empieza cuando nuestros datos son usados para otras finalidades y cedidos a terceras empresas que buscan conocernos mejor y sacar un perfil de cómo somos. “Sin saberlo, el usuario puede estar dando consentimiento a ser escaneado en redes sociales y, de ahí, se saca el perfil de la persona. Solo con las fotos de Instagram ya se pueden deducir cosas del comportamiento”, explica.

Mientras algunos líderes políticos apelaban a la “unidad” en la guerra contra el enemigo invisible, y otros negacionistas llevaban a su gente al genocidio, aparecían algunas líneas de fractura. A través de las redes sociales (y los cacerolazos) se compelía a los gobiernos a adoptar medidas drásticas para proteger a las poblaciones, la salud común.

El coronavirus afecta a toda la industria manufacturera de alto contenido tecnológico (incluyendo industria automotriz, aeronáutica y telecomunicaciones), básicamente porque su producción implica aglomeración de personas, no es considerada esencial y en definitiva se ajusta a las proyecciones de la demanda, nada alentadoras hoy.

En este análisis sólo se rescatan algunos sectores, primordialmente de servicios, entre los cuales tenemos el caso de las OTT (over the top), las empresas de telecomunicaciones que brindan servicios de streaming. O sea, usan internet para llegar a los usuarios con video (Netflix), audio (Spotify) o mensajería (Whatsapp, de Facebook) y/o aplicaciones de teleconferencia (como Skype o Zoom).

Con el aislamiento social, las plataformas que recolectan datos personales y los venden en el mercado avanzan para convertirse no solo en grandes intermediarios del entretenimiento sino también de la educación, lo que no puede aceptarse como algo natural y mucho menos como solución excepcional, señala Sérgio Amadeu da Silveira, profesor de la Universidad Federal de ABC, Brasil.

El covid-19 seguramente pasará. El neoliberalismo es una pandemia que durante cuatro décadas infectó hasta las fuerzas de izquierda que deberían haberlo combatirlo. Enfrentamos dos pandemias…

Autor: Aram Aharonian

Fuente de la Información: https://www.nodal.am/2020/04/pandemia-y-capitalismo-de-vigilancia-por-aram-aharonian/

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¿El COVID-19 El Nuevo Orden Mundial?

¿El COVID-19 El Nuevo Orden Mundial?

José mejías

Docente ETI La Victoria, email:mejiascje@gmail.com

La Victoria, Estado Aragua, Venezuela.

 

RESUMEN

Hola a todas y todos les disertó estas líneas preguntándome ¿será el covid-19 (Coronavirus) el que nos haga despertar, arreglar, compartir las nuevas experiencias, tendencias del orden mundial a nivel de las políticas de estados, modos de producción, sostenimiento y convivencia de los habitantes del planeta? Este análisis crítico puede que se ha prematuro establecerlo, sin embargo considero que como docente en formación, es valedero la conversación escrita y por supuesto oral en el momento que tengamos la oportunidad de debatirla, de cómo pudiera estar moviéndose las distintas naciones del mundo, en cuanto a cómo asumen, ahora la pandemia del covid-19 y las consecuencias que se han de generar a raíz de su permanencia, seguimiento, control y evaluación de cambios en el aspecto de crecimiento y desarrollo de una nación. Por supuesto nuestro País Venezuela, tiene que estar preparándose para que de alguna manera ese nuevo orden mundial, generado a mi modo de ver, con la puesta en práctica de medidas de cuidados, seguridad, alerta, seguimiento y control para evitar a toda costa la propagación y permanencia de este virus Covid-19, en nuestro territorio nacional. También ir planificando  los planes de acciones, que van a motivarse por las medidas tomadas de manera responsables.

Palabras claves: Covid-19, formación, producción, disciplina, desarrollo.

 

INTRODUCCIÓN.

Para comenzar a cambiar la ciudadanía de una forma educada, consensuada, la existencia de una convivencia, crecimiento y desarrollo anhelados por todos y todas  que estamos en el plano de la formación de aprendizajes y conocimientos para la vida en mundo pluripolar y con distintos matices, visiones para la supervivencia en un nuevo orden mundial teorizado, para los que estamos como maestros y acompañantes del proceso pedagógico de nuestras niñas, niños y adolescentes. Asimismo en nosotros vaya este aprendizaje reflexivo para compartirlo en los espacios en donde se tenga que debatir. A continuación les narro una parte reciente de la historia universal del siglo XX, para conocer un poco sobre la teorización de los antecedentes del nuevo orden mundial.

 

EL COVID-19, UN TEMA DE ORDEN MUNDIAL.

A partir del año 1903, Taylor expuso los principios de la organización científica del trabajo. Taylor estableció así una norma de productividad cuyo respecto aseguró mediante el salario “a destajo”. Criticado de entrada por privar de toda iniciativa al operario y porque su carácter “científico” no dejaba lugar alguno a la contestación. Esto ocurrió en los Estados Unidos de Norteamérica (EEUU).  A nivel mundial la explotación incontrolada y el despilfarro de los recursos naturales, así como la destrucción de la fauna y de la flora, han impulsado a la creación de sociedades y fundaciones con fines ecológicos, científicos.

El culto al dinero, ha sido como un sueño de riqueza y al esfuerzo. Lo cual considera la supervivencia entre  todas las personas; donde triunfan los más fuertes y agresivos. El éxito y la fortuna son señales de progreso de la ciudadanía.

Pensar en una suma de cuidados de la salud,alimentación, crecimiento y desarrollo de todas y todos, debe ser unas garantías totales de cualquier régimen de gobierno, sea cual fuese su ideología política. Ya que observó con detenimiento el avanzar, controlar, mediar las causas y consecuencias del país China frente a esta pandemia mundial del Covid-19, decretada por la Organización Mundial de La Salud (O.M.S.). Y como lo padecen otras naciones Europeas como Italia, España en su tratamiento, seguimiento, determinante por sus gobiernos. Han generados crisis, pánico, resguardos; pero con una poca efectividad, resultando en unos descenso de personas, producto del no acatamiento y nivel cultural manifestado por toda la población. Que prela sobre el orden, obediencia; elacatamiento voluntario para evitar la propagación y consecuencias nefastas, que hasta el día de hoycontinúa causando estragos en todas las personas y los alrededores a estos países europeos; y trasladándose hacia  continente Americano.

Se tendrá que asumir una reducción significativa en la cadena de línea de producción de alimentos, enseres, servicios esenciales como el agua,luz eléctrica, comunicación e información entre otros; vitales para el funcionamiento, recuperación de los insumos necesarios para levantar la buena salud, confianza en todas y todos, en apalancar de nuevo todos los países afectados por esta pandemia mundial (Covid-19).

Hay que seguir de cerca las medidas individuales y colectivas que asumenlos gobiernos de todos los países afectados por el covid-19, para discernir una evaluación  cuantitativa y cualitativa, del poder de avance y recuperación de su población a través de mecanismos que activen modos de producción, distintos a los que se venían llevando, dado a la poca colaboración que de alguna manera, afectaran la vida personal, familiar y sociedad de la generación actual. Seremos observadores participantes en la entrega de información veraz, confiables, para la construcción de un nuevo diseño de convivencia y de orden de producción, que acreciente, cambiando el paradigma de ser “tercer mundista” o país en vías de desarrollo, para convertirnos en país emergente de una nueva forma de acompañar la historia; con un orden  disciplinado, organizado que cambie de verdad la dirección individual y colectiva de cómo empezar a producir  con efectividad y eficacia la producción de bienes y servicios.

 CONCLUSIÓN.

Nuestra labor como formadores, nos detiene a evaluar toda la compresión humana, las diferencias, y puntos de vista, que son de algúnmodo el punto de inicio de mi consideración, para comenzar el nuevo orden de renacer, construir, cambiar e ir a la transformación que se espera lograr para el bienestar de cada una y uno, así como el colectivo en general. Por ultimo quiero expresar el comportamiento de la mujer como “la jefa” en el orden y balance, llevando las medidas disciplinarias que se proporcionan para  evitar el contagio y propagación del Covid-19 en nuestro país.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS.

Organización Mundial de La salud (O.M.S.), Tema Covid-19. Recuperado el 21 de marzo de 2020, de              https://wwwWho.int/es/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019 O.M.S. covid-19.com.

Autor: José Mejías

Fuente de la Información: OVE

 

 

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Las nuevas cárceles

Escrito por: Luis Miguel Alvarado Dorry

“La realidad no es así, la realidad está así. Y está así no porque ella quiera, ninguna realidad es dueña de sí misma, esta realidad está así porque de este modo sirve a determinados intereses del poder” (Freire, 2006, pág. 71)

Actualmente las realidades y necesidades de les estudiantes, docentes y familias se enfrentan a la incertidumbre laboral, sea formal e informal y, resguardarse para evitar el contagio del coronavirus COVID-19, aunado a esto, el encierro, la falta de interrelación y socialización, y las exigencias de las autoridades educativas mexicanas en construir y distribuir cuadernillos (virtuales y físicos) con actividades escolares, planeaciones, evidencias, entre otras, con el fin de cubrir lo más posible el currículo para salvar el ciclo escolar, minan los espacios de confinamiento e incrementan los niveles de estrés de les protagonistas educativos.

En este artículo hago unas reflexiones y evidencio otras a partir de pequeños acontecimientos de nuestras neocotidianidades y neoconvivencias que dan cuenta cuán importante son las escuelas como espacios físicos de socialización y con-vivencias.

 

Una breve narrativa

Un sábado de abril, me levanté de la cama luego de despertarme, me dirigí al espejo y me vi la gran melena que tenía, esta, provocada por el tiempo. A casi un mes de confinamiento, evitamos salir lo más posible por el temor al contagio, a su vez, contagiar a nuestra familia y, solo para poder cortarme el cabello no lo vi tan necesario.

Recordé que tenía una máquina para cortar cabello que me había regalado hace tiempo mi madre, en seguida,  coloqué un espejo grande encima de una mesa, con el fin de verme en el reflejo a la hora de cortarme el cabello, conecté una extensión para poder conectar la rasuradora y, dispuse a raparme.

Mi compañera de vida me apoyó con la parte trasera donde mi vista no podía llegar, detallando el corte, no fue hasta que, mi hijo de cuatro años, me dijo que él también quería cortarse el cabello como yo. Era mi primera experiencia en el corte de cabello y, una vez que terminó mi compañera de vida de dar los últimos retoques, me dispuse a cortarle el cabello a mi hijo.

En ese escenario, recordé algunas películas sobre reclusorios, celadores y recluses, en donde les recién llegades a las cárceles para cumplir su condena, les rapan como medida de higiene, disciplina y, una vez homogenizades, para evitar fugas. En ese momento, sentí y me vi en los zapatos de un recluso al observar que, encerrades hace casi un mes a causa de la contingencia sanitaria provocada por el coronavirus COVID-19, el corte de cabello homogenizado con mi hijo por la falta de habilidad al respecto y, solamente movernos hacía la cocina, sala, recámaras, patio y garaje sin poder ver ni salir hacia las calles, con la añoranza de que todo esto transcurra lo más pronto posible para poder visitar a nuestres seres queridos.

Por lo anterior, ¿qué delito cometimos para estar encerrades y, al parecer, todavía no existe sentencia alguna? Nuestros hogares se han convertido en nuestras nuevas cárceles y, no me refiero a no querer estar y permanecer en ella, sino que, el temor, nos obliga a permanecer y evitar el encuentro con nuestras familias, amigues y compañeres de escuela y de trabajo.

Las nuevas cárceles y les nuevos recluses empezamos a sufrir angustias e incertidumbres, principalmente, por el bienestar de nuestras familias y amigues y, por la impotencia de no poder ayudar a las demás personas; nuestras convivencias con les otres se han reducido a una llamada telefónica, escribir mensajes de textos o una videollamada en su caso. Mandar besos, abrazos, caricias y expresar todo tipo de emociones y sentimientos a través de un dispositivo. Esto, se ha convertido hoy en día en los nuevos modos de convivencia, la tan mencionada digitalización-virtualización de nuestra cotidianidad.

Mientras que, les más pequeñes, aun explicándoles sobre el tema y de nuestras condiciones, a diario preguntan ¿hasta cuándo podremos salir a la calle? Cada lunes me preparo para salir de casa a comprar frutas, verduras y agua, con las medidas de seguridad pertinentes; cuando mi hijo me ve, me dice rápidamente “quiero ir contigo” y en mi negativa, observo la tristeza en sus ojos.

Un día me pide subirme a su resbaladilla (deslizadero o rampa) que le compramos hace un par de años, mi respuesta fue “no, porque estoy muy grande y pesado y, al subirme, puedo quebrarla”, empezó a caminar pensando en qué jugar, se vuelve a dirigir a mi preguntándome “¿papá puedes subirte a mi triciclo?, tú te subes al rojo y yo en el azul” volví a responderle lo mismo.

Ante esto, mi hijo empezó a caminar y pensar, su aseveración fue “creo que necesitamos otro niño o niña”, en consecuencia, asevero acerca de la importancia que tiene la escuela como espacio de coexistencia con les otres, de socialización, de con-vivir, es decir, de vivir con otres, a este proceso Rubén Reinoso [1] afirma que “el cerebro, es el único organismo que se termina de desarrollar producto de la interacción social, hay un fenómeno biológico llamado neotenia”. En este sentido, investigaciones del historiador Yuval Noah Harari (2014) menciona que, este hecho, fue causado por la evolución humana de hace aproximadamente 2.5 millones de años, en donde la crianza y educación de les niñes no solo estaba en manos de la madre o el padre, sino que era necesario el apoyo de la familia y otres miembros del grupo, por lo tanto, “la evolución favoreció a los que eran capaces de crear lazos sociales fuertes” (pág. 22), es pues, la escuela, un lugar importante para el desarrollo integral de las capacidades de los seres humanos en presencia física de les otres.

En esta este contexto, el acelerado interés del sistema capitalista neoliberal que aprovecha el confinamiento, espacio otorgado por la pandemia, que denominé en mi artículo anterior como prueba piloto del capitalismo en el advenimiento de la cuarta revolución industrial [2], intenta destruir los imaginarios colectivos de encuentro y con-vivencias cara a cara con el hito de crear sociedades totalmente virtualizadas, individualistas y con ideologías autosuficientes y aisladas. La pandemia evita, en este tiempo, nuestras relaciones sociales físicas confinándonos a nuestras nuevas cárceles, mientras que, el capitalismo tecnológico y cognitivo, pondera la virtualización de las relaciones interpersonales y del acto educativo, con ello fragmentar las cosmovisiones colectivas.

 

La vocación obligada

Por lo que respecta a niñes, jóvenes y adultes, ensayan y construyen, en sus nuevas cárceles devenidas de la contingencia sanitaria, neoconvivencias y neocotidianidades, es decir, pasan mayor tiempo en la digitalización-virtualización, unes por la excesiva carga curricular virtualizada para salvar el ciclo escolar presionades por sus docentes y, estos a su vez, por las autoridades, pero les han preguntado siquiera ¿cómo están emocionalmente?¿disponen de al menos un dispositivo electrónico y conectividad para hacer sus tareas? Y para aquellos que no cuentan ni siquiera con luz eléctrica ¿quiénes les resolverán sus dudas? ¿sus familiares? ¿y si estos no cuentan con los conocimientos adecuados? A las autoridades no les importa, al parecer, solo les interesa salvar el ciclo escolar, pero ¿cómo se evaluarán? O ¿qué evaluarán? ¿aprendizajes, conocimientos o información? ¿dónde queda la evaluación formal e integral? ¿Cómo se evaluarán las subjetividades de les estudiantes? Interrogantes que las organizaciones gremiales del magisterio, docentes de izquierdas, las pedagogías críticas y educaciones populares deben plantearse y entrar al debate para poder protegerse de la peligrosa instrumentalización de la razón en donde, las subjetividades, se reducen a la lectura de instructivos preestablecidos que reducen la libertad del pensamiento, con el hito de la construcción de seres explotados cognitiva-corporalmente y de consumo.

Otres grupos de niñes, jóvenes y adultes, solo se la pasan entretenidos con los dispositivos diversos como la TV, teléfonos inteligentes, computadoras, videojuegos entre otros, pertenecientes al complejo industrial cultural (Bonilla-Molina, 2018), ambos consumen acríticamente informaciones de todo tipo, por lo tanto, quedan expuestos a la alienación de los intereses del neoliberalismo salvaje, les excluides solo se la pasan sobreviviendo y añorando regresar a las aulas.

En este sentido, ¿les estudiantes están más interesados en regresar a la escuela para cubrir el currículo? O quisieran regresar para jugar, para rozarse, abrazarse, contarse todo lo que hicieron en casa y de sus añoranzas que tuvieron. Si las pedagogías, las educaciones y nuestras prácticas docentes están dirigidas con base a los intereses de les estudiantes, por lo tanto, hay que dejarles hacer lo que quieran hacer, cuidando que todo esto, este bajo el marco del respeto, sin embargo, las autoridades educativas distan de estos intereses y, su único hito es, cubrir lo más posible el currículo del programa para poder salvar el ciclo escolar, se observa entonces que, el modelo educativo neoliberal, dista de los intereses de les estudiantes e impone sus propios.

Por lo anterior, las autoridades inmediatas en Chiapas, México han dictado a manera de cascada en la estructura vertical para que, les Asesores o Auxiliares Técnico Pedagógico y docentes frente a grupo, construyan cuadernillos de actividades que emanen de los planes y programas de estudio o bien se apoyen en unos que ellas mismas construyeron para distribuirlos vía digital para los que cuenten con al menos un dispositivo y conectividad, les demás, donde no existe ni siquiera electricidad, mucho menos señal telefónica, se espera e invita a que les docentes por «vocación», a mi perspectiva más por obligación, a distribuir casa por casa o bien escuela por escuela esos cuadernillos.

En este contexto, las autoridades educativas están más preocupados no por salir de la crisis sanitaria, sino por la manera de evaluar los «aprendizajes» y salvar el ciclo escolar, dan instrucciones para distribuir los cuadernillos con el fin de que les estudiantes repasen los contenidos, a mi parecer, estas acciones van en contra de uno de los derechos fundamentales como la salud, de les docentes, familias y estudiantes, por lo tanto, a su derecho de vivir, exponiendo a todes al contagio, sin embargo, les docentes debemos exigir y buscar las maneras de manifestarnos contra este tipo de acciones, pues, cerca de que les estudiantes aprendan, se pondera aún más la instrumentalización de la razón y el contagio.

Contrario a estas acciones en donde, las autoridades educativas de Chiapas, México, llevan a cabo desde el 20 de abril en la reanudación de las clases virtuales y la distribución de cuadernillos en nuestras nuevas cárceles, Vigotsky (1979) asevera que, el aprendizaje y el desarrollo cultural se construyen en presencia e interacción con les otres.

Lo que debemos hacer y exigir primero les docentes, es esperar a salir de la crisis sanitaria, para luego, buscar los caminos no para cubrir los currículos y atiborrar de contenidos y tareas a les estudiantes, sino atiborrarles de juegos, de presencia, de existencia, de con-vivencias, de encuentros, es decir, de otredad.

Para mitigar el encierro obligatorio en nuestras nuevas cárceles varios artículos digitales invitan a establecer rutinas, hora de despertarse, de asearse, de desayunar, comer y cenar, de jugar, de hacer deporte, de charlar con les compañeres de encierro, de descanso, y al otro día lo mismo ¿qué dista de la vida en un reclusorio? O ¿de un “panóptico?  (Foucault, 2008, págs. 88-89), estas megacárceles se han reducido en minicarceles llamados «casa», «hogar» o domicilio y, dentro de ellas, todes nosotres, los recluses.

Si bien es cierto que, en muchos espacios familiares en este confinamiento, se fortalecen los lazos familiares que tanto habíamos anhelado, pero por nuestras vidas apresuradas y falta de tiempo no podíamos construirlas, otros tantos, se ha incrementado las violencias intrafamiliares, exclusiones, acosos, etc. Es decir, para el segundo grupo, el confinamiento, se ha convertido en verdaderas neocárceles.

En los reclusorios, las autoridades penitenciarias imponen tareas a los recluses para su readaptación, mientras que, las autoridades educativas mexicanas en educación básica, imponen cuadernillos de actividades, ver videos de hasta 50 minutos, entre otras actividades virtualizadas, con el fin de “entretener” y “readaptar” los tiempos y modos de les estudiantes y docentes, más no para desarrollar el proceso dialéctico de enseñanza-aprendizaje, porque para esto, se necesita de la presencia física e interacciones cara a cara de todes les actores educativos, en las escuelas.

Por lo anterior, las educaciones populares, pedagogías críticas y el magisterio en resistencia no debemos dar las espaldas a las tecnologías, sino que las tres primeras, debemos repensar en la construcción de una estrecha relación dialéctica con las segundas con el hito de humanizarlas, es decir, las tecnologías humanizadas, las pedagogías críticas, las educaciones populares y el magisterio en resistencia, colaboremos en la construcción de sociedades justas, con respeto a la diversidad y a nuestra Madre Tierra, más humanas y humanizantes.

 

Las bondades, la entrega

El capitalismo cognitivo y tecnológico está tratando por todos los medios de apoderarse de los sistemas educativos en todo el mundo, con el hito de construir, a partir de esta prueba piloto, neosociedades y neoconvivencias, confinados en nuestras nuevas cárceles. Ante esto las grandes corporaciones y emporios digitales-virtuales como Google, Microsoft, Facebook, GSM, Weidong, Zoom, KPMG, Coursera, entre otros no menos importantes, dueñas de un cúmulo sobre contenidos escolares, técnicos educativos, base de datos, inteligencias Artificiales (IA), entre otras innovaciones, ofrecen de manera gratuita espacios educativos virtuales, sin embargo, a mi perspectiva, detrás de esas bondades se oculta las enormes informaciones de transferencia no solo de la base de datos de estudiantes y docentes, sino que también de todo el proceso educativo.

De lo anterior, en esta prueba piloto del capitalismo cognitivo y tecnológico, nosotres les docentes, no le daremos los contenidos a los emporios de innovaviones científicos-tecnológicos y  a sus IA, porque ellos son los dueños de estos, empero, les otorgaremos en cada clase virtual de manera gratuita e inocente, nuestras prácticas, nuestras formas de organizar el grupo, nuestras actividades, el tiempo, las maneras de convivencia y motivación hacia nuestres estudiantes, las formas de relacionarnos, es decir, les daremos toda nuestra subjetividad y nuestra esencia, esto les servirá con el fin de dar los últimos ajustes a las Inteligencias Artificiales para su perfeccionamiento, lo que provocará, en un tiempo no muy lejano, seamos reemplazades [3].

Sin duda, estas aseveraciones no van en contra del uso de las tecnologías en las escuelas, en las aulas y en la vida escolar, pues somos seres tecnológicos, en este sentido, Noah Harari (2014) menciona que “en comparación con otros animales, los humanos nacen prematuramente” (pág. 22) sin garras, grandes colmillos, sin olfato, oído y vista aguda, pero fuimos recompensado con el enorme cerebro, sus diversas funciones y capacidades que nos dotó la evolución. El mismo historiador da cuenta de sus hallazgos en donde se encontraron “utensilios líticos” hace aproximadamente 2.5 millones de años, mientras que hace 300,000 años, el hombre ya había “domesticado” (pág. 26) al fuego, hoy se viaja a la luna, se desarrolla la inteligencia artificial, entre otras innovaciones tecnológicas. Sin embargo, estas innovaciones tecnológicas deben estar bajo las cosmovisiones de la ética, estética y lo más humanamente posible con el fin de beneficiar a todas las poblaciones sin exclusión alguna.

Las sociedades exigen conectividad y dispositivos tecnológicos en todos los territorios, mientras que les docentes exigimos capacitaciones como mero “adiestramiento”, los gobiernos nos lo darán, será el as bajo la manga del sistema capitalista bajo la premisa «construir las necesidades, para luego poner las soluciones a disposición» con el hito de apoderarse de toda las infraestructuras construidas y otorgadas por los gobiernos corruptos, con el fin de llegar hasta lo más recóndito del planeta, no para cerrar las brechas, sino para alienar la mayor cantidad de subjetividades, apoderarse de los territorios, privatizar la educación y, obtener la mayor ganancia posible a costa de la explotación salvaje de nuestra madre tierra y de la vida de las personas, con estas exigencias, aceleraremos nuestras sentencias a una cadena perpetua en nuestras nuevas cárceles.

 

A modo de cierre

Por todo lo anterior, Freire (2006) asevera que “La realidad no es así, la realidad está así. Y está así no porque ella quiera, ninguna realidad es dueña de sí misma, esta realidad está así porque de este modo sirve a determinados intereses del poder” (pág. 71), en este marco, el problema y uno de los grandes retos del magisterio en resistencia es la deconstrucción de nuestras concepciones que tenemos sobre la educación (presencial y virtual) y, de su peligrosa instrumentalización de la razón, esto debido a que docentes, estudiantes y familias estamos alienados a la espera de instrucciones para poder llevar a cabo las actividades escolares en este confinamiento, en donde, cerca de generar aprendizajes, dista mucho de ello y provoca una acumulación de información acrítica que evita el libre pensamiento.

En efecto, mientras no haya instructivos o manuales, les actores educativos nos mantenemos siempre como espectadores, a la espera que otres, desde otros contextos y realidades los construyan bajo sus particulares intereses, ente esto Freire (2005) menciona que “[…] el único modo correcto de pensar, desde el punto de vista de la dominación, es evitar que las masas piensen” (pág. 118), del mismo modo advierte que “el problema radica en que pensar auténticamente es peligroso” (pág. 54) peligroso en el sentido que, las masas, exigiremos dar cuenta de nuestras condiciones miserables en las que nos encontramos.

En este sentido, desde nuestras particularidades y contextos, el magisterio en resistencia tenemos que exigir-nos, con base en la relación dialéctica individual-colectivo y lo presencial-virtual, la construcción de alternativas educativas en las que luchemos juntes  y entre todes,  en palabras de Freire por “una educación que enseñe a pensar y no por una educación que enseñe a obedecer”.

Del mismo modo, el magisterio en resistencia debemos exigir a los gobiernos la construcción de plataformas educativas digitales-virtuales con la participación de nosotres les docentes, nuestres estudiantes y las familias, estas plataformas serían propias de la nación sin ofertarles nuestras subjetividades y base de datos a las grandes corporaciones antes mencionadas que acechan a nuestro sistema educativo nacional con miras a privatizarlo, sino que esta, sea de carácter nacional, pública, gratuita, inclusiva, de calidad y popular.

Una vez construidas, estas, nuestras plataformas, educarnos en ella desde la presencialidad no como meros centros de acopio, sino que nos problematice a nosotres docentes, a les estudiantes y familias, con el hito de construir unas educaciones y escuelas diferentes, unas educaciones y escuelas tecnológicamente humanas y humanizantes, unas educaciones y escuelas glocales.

Termino con algunas aseveraciones y exigencias de mi hijo al preguntarle del por qué le gusta ir a la escuela, su respuesta fue contundente “porque ahí hay niños y niñas y, porque me gusta jugar y aprender, correr, tocarlos y verlos”.

Palabras Claves: Educación, Neoconvivencia, Neocotidianidad, Con-vivir, Niñes, Socialización, Razón Instrumental, Alienación, Virtualización, Nuestras Plataformas, Inteligencias Artificiales, Capitalismo Cognitivo y Tecnológico, Pedagogías Críticas, Educaciones Populares.

Referencias

Bonilla-Molina, L. (2018). Mafaldas o Zombis. El complejo industrial cultural en el siglo XXI. Caracas: Ediciones OVE.

Foucault, M. (2008). Nacimiento de la biopolítica: curso en el Collage de Francia: 1978-1979. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Freire, P. (2005). Pedagogía del oprimido. México: Siglo XXI editores S.A. de C.V.

Freire, P. (2006). El grito manso. Buenos Aires, Argentina: Siglo XXI.

Harari, Y. N. (2014). De animales a dioses. Breve historia de la humanidad. Ciudad de México: DEBATE.

Vygotski, L. S. (1979). El desarrollo de los procesos psicológicos superiores. Barcelona: Crítica.

[1] https://www.youtube.com/watch?v=-HHITyfdscM

[2] http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/343543

[3] http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/344408

Fuente: El autor escribe para OVE

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¿Qué hay atrás de una tarea?

¿Qué hay atrás de una tarea?

Yunuén Verenice Vergara Rosales

 

Personalmente no me gustan las tareas, a menos que sean de investigar algo sencillo en familia. Como maestros de niños pequeños no podemos pensar en todas las tareas, como algo que genera un aprendizaje positivo en el niño, insisto al menos no todos los tipos de tarea.

A lo largo de mi tiempo como docente, he caído en la conclusión de que me he vuelto enemiga de dejar trabajos en casa, aclaro pequeños proyectos sencillos de investigación de temas que los niños eligen me parece perfecto; llevar a cabo alguna secuencia de instrucciones que le son familiares, tal vez; dejar juegos de diversos tipos con cosas que hay en casa o que les proporcioné siempre y cuando ellos tengan claras las reglas, excelente; pero “reforzar un contenido escolar que los padres desconocen” o “que aprendan un nuevo contenido de los del programa educativo” no, eso jamás, debemos pensar que el maestro viene acompañado de un trayecto de formación (debería al menos) que le permite acercarse a lo que el niño puede aprender, a cómo piensa, a cuáles son sus capacidades intelectuales o  sus intereses según la edad cronológica y mental, las formas en que decepciona y procesa la información, lo que en teoría debe ser la base de la propuesta del trabajo del maestro.

Pero y los padres ¿qué pasa con ellos? ¿También tienen esas bases? En el mejor de los casos si es hijo o nieto de profe del algún grado escolar cercano al del niño o tienen una gran facilidad para explicar, los hijos saldrán bien librados con las tareas, pero ¿y qué pasa con los que no? La tarea se volverá no solo un reto, sino una pesadilla.

Describiré cuál fue mi experiencia esta semana, mi pequeño hijo lleva un programa que incluye un método matemático de origen japonés con el que se utiliza el ábaco Sorobán, distinto al nuestro (sistema arábigo) con el que yo aprendí y que él también está aprendiendo. Él está iniciando su proceso de aprendizaje de sumas y restas con en este método, del cual su maestra dejó unos ejercicios de tarea, adjunto con un video de refuerzo. Para mi hijo fue familiar el tema, para mí fue como si me estuvieran hablando en otro idioma, literal. Por más que me esforcé no pude entender nada, revisé incluso el video varias veces y no, ni así, mi hijo quería saber si lo estaba haciendo bien, yo no tenía la más mínima idea, sentí una gran impotencia, ese día no pude ayudarlo.

El primer día que mi hijo debía hacer su tarea de esta asignatura, yo tuve una larguísima jornada de trabajo y aun estando en casa no pude prestar atención a cómo lo hacía, así que tuve que confiar en que él si sabía cómo, a pesar que su cara con mirada de duda me decía lo contrario, me invadió una especie de miedo a que me fuera a preguntar algo, tal vez por eso con mayor razón estaba absorta en mis cosas y entre trabajo, casa, limpieza así como el aseo, ignoré su mirada de duda y la hoja de resultados.

Al día siguiente tenía un poco de remordimiento, pero mi día de trabajo fue aun más abrumador que el anterior,entoncessí, literal no pude supervisarle esa tarea, las otras asignaturas si pues eran másfáciles, me apoyé en su hermana mayor que conoce muy bien el método (para mí es un gran respiro) para que lo ayudara, entonces recordé por qué me choca dejar tareas, porque en definitiva  los padres y los profes no hablamos el mismo idioma, tal vez la lengua sí, pero nuestro bagaje conceptual no es el mismo, no podemos dar por hecho que si le damos instrucción al padre de familia lo está entendiendo y que además podrá orientar correctamente al hijo.

El tercer día evitamos la tarea de esa materia y avanzamos en las otras, le dije “mañana que te explique tu hermana” vaya carga a la pobre niña de solo 11 años, sin formación normalista como la mía, aun así, pretender que le explicara a su hermano, afortunadamente es una experta en la materia y al parecer no fue tan complicado, a pesar de algunos pleitos entre ellos porque él no entendía y porque ella lo regañaba por no poner atención, aunque cabe aclarar que si lo hacía.

Pero bueno llegó el viernes con dos días de retraso mi supervisión a sus trabajos y su hermana tenía sus propios retos con las tareas escolares, fue día de limpieza y para mí de locos con el trabajo, pero me llamaba un pendiente, era revisar la tarea del “terror”, me senté a ver su hoja de resultados, con ayuda de mi calculadora por supuesto, para no perder tiempo, revisé sus cálculos, había en una hoja de muchos resultados solo un par de errores, me sentí aliviada y lo felicité, pero tenía que aparecer mi hija que todo pregunta “lo hiciste con el ábaco o mental” el respondió tímidamente “mental” ella repeló y dijo “se me hace que lo estás haciendo como una suma ordinaria” (se refería al método arábigo) el con toda honestidad dijo “a las que no les entiendo sí”, por los ojos que puso mi hija de desapruebo, supe que algo no andaba bien, ella insistió en que las hiciera de nuevo para rectificar las que tenía mal y las que tenía números más grandes, aunque el resultado fuera correcto, por supuestoél se molestó defendiendo que había terminado y yo apoyé sin decir nada.

Mi hija siguió con su tarea, pero cuando mi hijo a punto de guardar la hoja, que ya habíamos tomado foto para envío de evidencia, en una plataforma que por ahora ha tenido un poco de problemas totalmente ajenos a la escuela, pero que llena de mensajes y de frustración los WhatsApp de grupo de padres de familia, dice de nuevo “mamá deberías de revisar si los hizo como le dice su profe” oh no, estaba yo ante un gran aprieto, porque YO NO SÉ, CÓMO DICE SU PROFE, lo dejé guardara la tarea sin correcciones, al fin teníamos al sábado para envío.

Hoy sábado lista para mandar evidencias, pensé que debemos de corregir lo que estuvo mal, porque es para calificación, ya había la advertencia de un recado dejado por la maestra en la plataforma, entonces, había que mandarla corregida, mi hijo estaba cerca, lo llamé para corregir la tarea, trajo su hoja, su lápiz y su ábaco, puse un gran borrador cerca y me dice “no mamá está prohibido borrar” pensé que estaba bien(lo cual ya habían mencionado anteriormente mis hijos pero lo había olvidado) ya que los errores permitían a la maestra reforzar al día siguiente de clase dónde él estaba teniendo dificultades, pero hoy no habría un día siguiente a corto plazo por la pandemia, pero sí habría más tarea, eso me dio aprensión.

Pedí el apoyo de mi asistente estrellami hija, sostuvieron un diálogo que no entendí, ella corrigió la postura y su manejo del ábaco de su hermano, lo cuestionó de cómo los “números amigos pequeños funcionaban” mi hijo repelaba un poco y ella volvía a explicar, me empezaba a invadir la frustración y me estaba enojando con mi hijo, ¿lo pueden creer? ¡Qué acto de crueldad de mi parte! que terrible sensación, mi hija vio mi cara, primeo preocupada y luego para bajar la tensión sonrió, me dijo “¿no le entiendes mami?” yo respondí que “¡claro que no!”, ella en su intento de explicarme, me escribió en una hoja cómo funcionaban esos dichosos números, por más que mis sentidos estaban atentos a ella, a sus trazos, a sus palabras, no entendí nada. Le dije siento que me estás hablando en chino, se sonrió y dijo esa misma expresión usa mi profe para este método bromeando, que es como hablar en chino para otros que no lo saben.

¡Qué alivio sentí que ella estuviera ahí! con su paciencia explicando a mí y a su hermano la forma correcta de hacerlo, nuevamente, por fin entendí después de 5 años que mi hija había empezado a estudiarlos pude entender cómo iban esa complejas sumas, eso que había tenido algunos intentos fallidos de adentrarme con unos tutoriales en YOU TUBE, mi hijo también con el refuerzo de ambas pudo entender y hacer mas ejercicios que los de las hojas, emocionado de haber digerido perfectamente ese bocado y yo también.

Esto me llevó a pensar nuevamente en qué difícil ha de ser para los padres no ser maestros, no saber de psicología, de didáctica, de teorías pedagógicas, de metodologías variadas, de las características de la etapa cognitiva de sus hijos y en muchos casos de no tener una experta sobre los temas en casa, cuando los maestros les dejamos tareas así a sus hijos los metemos en aprietos.

Refuerzo no solo en mis conocimientos, sino en mi experiencia de madre, que las tareas pueden ser totalmente antipedagógicas, dejar un tema nuevo o pretender que los papás les expliquen, puede ser similar a patear un avispero. Puede llevar a padres a recurrir a la violencia física o psicológica para presionar a los hijos, a un desgaste emocional de toda la familia por no saber cómo hacerles entender, a fracturar el vínculo afectivo de los padres con los niños al estarlos regañando por no entender, pero lo que es peor a hacerle creer al niño que él es el incapaz y que esto lo marque de por vida, llevando más a un perjuicio que a un beneficio.

La gran pregunta es ¿cómo llevar al niño a alcanzar los aprendizajes esperados en este periodo de la pandemia con las estrategias de la educación a distancia? ¿cuáles contenidos son los que sí se pueden revisar en casa? Reflexionar muy profundamente como docentes, pero que esa reflexión nos pueda llevar también a la propuesta pedagógica pertinente, que aterrice en lo que es realmente importante para el desarrollo del niño.

Por ahora las dudas me abordan más que las respuestas, no veo la luz con claridad, pero si tengo más claro lo que no debemos hacer. Cada maestro debe conocer muy bien las características de su entorno escolar, las posibilidades, las problemáticas, pero también conocer algo del tipo de las familias de los niños, además de conocer los procesos de desarrollo de los niños de manera integral, a estas alturas del ciclo escolar deberíamos saber por lo menos algo de esto, mucho antes de pensar en un trabajo específico a dejar, así como estar conscientes de las condiciones totalmente inéditas y extraordinarias que estamos viviendo por la emergencia sanitaria que aqueja al mundo.

En definitiva, cuando esta etapa que estamos viviendo con la pandemia termine, los profes tendremos mucha tarea al regresar, ayudar a reconstruir, no solo una sociedad vulnerada por distintos factores, sino una tarea de gran compromiso ético, replantear los objetivos básicos de la escuela, porque después de esto no debemos ser los mismos y debemos revisar a fondo los planes, programas, metodologías, la pedagogía que actualmente implementamos, para poder retomar, valorar y replantear lo que sea necesario de nuestra intervención, pero sobre todo, de lo que buscamos lograr en nuestros niños a corto y largo plazo.

La invitación pues a que las tareas que dejemos no sea por llenar solo un portafolio de evidencias, sino que tengan un verdadero sentido, que el trabajo del niño radique en aprender a pensar, mas que en ejecutar acciones como un instructivo y en definitiva cuidar las formas de nuestra propuesta.

Autora: YUNUÉN VERENICE  VERGARA ROSALES

Fuente: OVE

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