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¿Cómo se enfrentan a la Selectividad los países europeos?

Por: Carmen García. 

 

Desde el inicio de la pandemia, los colegios, institutos, universidades y centros de formación han echado el cierre temporal como medida preventiva. Esta medida ha afectado a prácticamente el 90% de alumnos del mundo que se han quedado sin clase durante estas semanas. De esta forma, todo el calendario escolar se ha visto modificado, rompiendo con la cotidianidad y a la espera de establecer nuevas fechas para los momentos más determinantes. La selectividad es uno de los exámenes más importantes a los que se enfrentan los estudiantes de bachillerato a la hora de acceder a la universidad y algunos países europeos ya han tomado una decisión en cuanto a esta prueba se refiere.

En España, las comunidades autónomas están fijando estos días cuáles serán las fechas definitivas tanto para la evaluación ordinaria como extraordinaria de la EvAU. No obstante, a pesar de que todavía no se conoce exactamente cuándo se realizará en todas las regiones, se sabe de antemano que esta prueba ordinaria se hará entre el 22 de junio y el 10 de julio.

Francia

El pasado viernes, el ministro de Educación de Francia, Jean-Michel Blanquer, anunció la cancelación definitiva de «Baccaulauréar», la Selectividad en este país, que estaba prevista para mediados de junio. Este examen será sustituido por las notas derivadas de la evaluación continua a los alumnos.

Italia

Por su parte, Italia está ultimando un decreto ley para regular la liquidación del año académico y preparar el regreso de septiembre. Se trata de un aprobado general, es decir, que todos los alumnos pasen al próximo curso sin importar las notas obtenidas. En cuanto a la selectividad (maturità), la ministra de Educación ha aclarado que esta prueba se mantendrá, pero se celebrará exclusivamente mediante un examen oral de una hora a través de alguna plataforma online.

Reino Unido

Desde el Reino Unido, el mundo educativo también ha dado un giro completo. El Gobierno de Boris Johnson no solo canceló las pruebas GCSE, que se realizan a los niños de 15-16 años para obtener el título de secundaria, sino que tampoco se llevará a cabo el «A-level», la selectividad. En el nuevo sistema de evaluación acordado, la nota final se basará en el progreso académico del alumno en los últimos cursos, la valoración de los docentes y la participación en la clase.

Noruega

Los países nórdicos son conocidos como los mejores en educación. En Noruega, la cancelación de estas pruebas no conlleva mucha preocupación, ya que solo representan el 20% de la calificación final, mientras que el trabajo que realizan durante el curso suma el 80% restante.

Alemania

El Arbitur, el término con el que se conoce la selectividad en Alemania, es una prueba conocida fundamentalmente por su dureza. El gobierno alemán ha decidido no suspender este examen, pero sí que se realizará bajo estrictas normas de higiene y manteniendo la distancia entre los alumnos.

Países Bajos

El Gobierno de los Países Bajos es otra de las naciones que ha suspendido el examen de acceso a la universidad. En su lugar, la nota válida para acceder a la educación superior será la de los exámenes finales escolares. Hasta el momento, la Selectividad contaba un 50% y los finales otro 50%.

Irlanda

El primer ministro irlandés, Leo Varadkar, todavía no ha dado indicaciones claras sobre la realización del «Leaving Certificate», la EvAU en Irlanda. Sin embargo, ha explicado que el examen se hará «por las buenas o por las malas», evitando así que los estudiantes pierdan un curso escolar.

Letonia

El primer ministro de Letonia, Krisjanis Karins anunció que los exámenes centralizados de selectividad para alumnos de secundaria, que debían celebrarse a finales de marzo se pospusieron hasta mayo.

Estados Unidos y China

Estados Unidos es el país está más afectado por la pandemia del coronavirus. El número de contagios ya supera los 300.000 y se prevé que la situación empeore durante las próximas semanas. En este fatídico escenario, el SAT, la EvAU estadounidense, que estaba prevista para el 2 de mayo ya ha sido cancelada y muchas universidades están ajustando sus criterios de admisión.

China es uno de los países reconocidos por su dureza extrema en educación. Su sistema educativo es uno de los que más despuntan y los estudiantes están sometidos a una gran presión. La selectividad recibe el nombre de «GaoKao» y es considerado el examen de selectividad más duro del mundo. Al año se presentan 10 millones de estudiantes. Esta vez, el coronavirus ha aplazado la prueba al 7 y 8 de julio.

Fuente del artículo: https://www.eleconomista.es/ecoaula/noticias/10465359/04/20/Como-se-enfrentan-a-la-Selectividad-los-paises-europeos.html

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La educación en tiempos de cuarentena

Por: Julián De Zubiría.

 

  • Mi última columna en la Revista Semana estará dedicada a analizar el tema que originó mi vinculación seis años atrás. En esta ocasión, tengo en cuenta el contexto que la humanidad está viviendo en la actualidad. Las dos preguntas que intento abordar son las siguientes: ¿Por qué la educación no puede parar? y ¿por qué no podrá seguir siendo la misma después de la cuarentena?

Mil quinientos millones de niños y jóvenes fueron enviados a sus casas en los 137 países que han decretado cuarentenas durante los últimos dos meses. Sin duda, ha sido la mejor de las decisiones por el favorable impacto que esta medida puede tener para detener la expansión del extraño virus. Sin embargo, la educación es un derecho y, en consecuencia, en sentido estricto, no puede parar. Si los Ministerios de Educación no asumieran su responsabilidad, estarían violando el sagrado derecho que tienen los niños y niñas de recibirla.

En Colombia la medida se adoptó desde el pasado 16 de marzo y cubrió a 9,8 millones de estudiantes. El problema grave es que todavía no hay un plan general para brindar educación de calidad a la gran mayoría de ellos. Es cierto que casi nadie estaba preparado para este cambio abrupto, pero ya llegó el momento de pensar en serio en el tipo de educación que recibirán durante su permanencia en casa. Es posible que, en el caso de los escolares, este tiempo se extienda, pues la distribución del virus sería inmanejable con millones de niños circulando todos los días libremente por las calles o transportándose en buses.

Un buen grupo de universidades y algunos colegios privados, se adaptaron rápidamente y dieron efectiva respuesta a las nuevas demandas. Formaron a sus docentes, ampliaron sus contratos con plataformas digitales, y como tenían muy buenas condiciones previas y altos niveles de conectividad, pudieron brindar educación virtual. Lo que era una excepción, se volvió la regla, y en un tiempo breve, los profesores lograron continuar sus procesos educativos mediante plataformas para el trabajo sincrónico y disincrónico. Aun así, no es posible seguir esta ruta en la educación pública, dado que tan solo el 4% de los municipios tiene buena conectividad, el 63% de los bachilleres del 2018 no tenía acceso a Internet desde sus hogares y, en las zonas rurales, tan solo el 9% de los jóvenes disponen de computador. La pandemia volvió a mostrar las inmensas inequidades de nuestro país. En este caso, en acceso a la virtualidad y conectividad. Lo que debería ser un derecho, en Colombia, sigue siendo un privilegio.

El MEN ha debido convocar a las asociaciones de directivos docentes, profesores, padres de familia y estudiantes, para conformar comités que ayudaran a diseñar una política a mediano plazo. No lo hizo. Intentó desesperadamente encontrar respuestas en sus funcionarios. Por eso envió a sus maestros a trabajar en lo que se llaman “semanas institucionales” y, luego, decretó vacaciones para maestros y estudiantes. El 19 de abril culminan y no hay un plan estratégico por fases para garantizar formación escalonada, selección de contenidos pertinentes para todas las áreas y grados, distribución de materiales o conectividad por etapas.

En educación, tenemos los ojos vendados desde hace mucho tiempo, porque no garantizamos pertinencia, contextualización, equidad, ni calidad. Es por ello que, aunque no puede parar, la educación tampoco puede seguir haciendo lo que siempre ha hecho: trabajos mecánicos, rutinarios y repetitivos, que no enseñan a leer, pensar y convivir a nuestras próximas generaciones. Llegó el momento de replantear el sistema y de incorporar un verdadero plan de renovación para garantizar un mínimo de calidad en la educación pública para los próximos meses.

En primer lugar, en Colombia hay que retomar la televisión y la radio. Esa es la única posibilidad en el corto y mediano plazo. De manera organizada y sistemática, hay que trasladar las aulas de todos los grados y áreas a la televisión. Esto exige la conformación de un comité pedagógico muy diverso, plural y amplio, de manera que se garantice una adecuada selección de contenidos pedagógicos. La pertinencia y la contextualización han estado ausentes en la educación colombiana de tiempo atrás, mucho más en tiempos de incertidumbre en los que se han tomado la mayoría de las decisiones sin la reflexión y participación necesaria. En estos momentos, la voz de los rectores y los maestros es muy importante para no tomar una decisión de esta trascendencia recurriendo exclusivamente a los criterios de los funcionarios del MEN o a la disponibilidad técnica de las programadoras. Solo las madres irresponsables “conectan” a sus hijos al televisor para poder ellas hacer otras cosas. De eso, no se trata la educación. Hay que elaborar un plan articulado nacional y regionalmente en televisión y en radio, para evitar la duplicación de esfuerzos y garantizar mínimos en la calidad, pero hay que aprovechar la coyuntura para impulsar las competencias que hoy no se forman en los niños: creatividad, pensamiento, convivencia, autonomía y lectura crítica.

Hoy en día, más de 5 millones de niños reciben alimento diario en sus instituciones educativas. Salvo casos muy excepcionales, no tiene sentido obligar a desplazar a familiares a las instituciones educativas para recoger el alimento cada semana, como ha dispuesto el MEN. La opción más viable, es entregar a las familias bonos mensuales canjeables en supermercados de cadena. Con muy buena planeación y acudiendo a la responsabilidad social, evitamos la propagación del virus. Además, se equivoca el MEN al pretender que sean los maestros quienes los entreguen. Un bono canjeable elimina la innecesaria movilidad semanal de los familiares y los docentes, en mayor medida, mientras dura la fase exponencial en el crecimiento de los contagios, que está previsto hasta mediados de mayo, aunque podría prolongarse si la cuarentena se levanta antes de tiempo y se decreta lo que eufemísticamente han llamado “aislamiento inteligente”.

Una tercera responsabilidad del Estado tiene que ver con la formación de los docentes para el manejo de la virtualidad. En Colombia el 78% de las personas tienen celular. Los docentes tendrían que formarse en la virtualidad mediante la utilización de estos dispositivos. Hay que entender que más que un problema técnico, es un problema de tipo pedagógico, que ayudaría al país a repensar los propósitos y contenidos esenciales que deberían primar en la educación básica: desarrollar el pensamiento, la creatividad, la autonomía, la solidaridad y la lectura. La formación en la virtualidad debería ser aprovechada para seguir cualificando la formación de los profesores e impulsar la necesaria transformación pedagógica que les debemos de tiempo atrás a las nuevas generaciones. Los docentes tienen la responsabilidad de cualificar su formación pedagógica y digital, el MEN la responsabilidad de brindar las condiciones para que sea posible y entre todos, tenemos que garantizar la calidad de la educación de la cual hemos carecido.

Los estudiantes universitarios han levantado la consigna de bloquear las universidades públicas, dado que muchos de ellos no tienen acceso a Internet. Se equivocan: ellos no pueden pedir que se viole el derecho a la educación. La consigna tiene que ser otra y ya ha sido adoptada en países como China, Estados Unidos, Italia o Bolivia: hay que garantizar conectividad gratuita desde el celular para todos los estudiantes universitarios que no cuenten con esta posibilidad. Así mismo, hay que divulgar que las diversas plataformas digitales permiten la conexión también mediante el uso del teléfono fijo.  Por tanto, vía celular o telefonía fija, todo estudiante universitario debe continuar sus estudios de manera virtual. Mediante alianzas con el sector privado, el Estado debe garantizar cuanto antes la conectividad. Es su obligación constitucional y ética. La consigna que deberían levantar los estudiantes universitarios en estos momentos es la de la conectividad gratuita para garantizar que se cumpla el derecho a la educación.

Los padres y madres tienen que entender que sus descendientes permanecerán en sus casas un tiempo prolongado y que, mientras dure este aislamiento, sus hijos no podrán contar con el apoyo y el consejo de sus maestros y tampoco podrán compartir juegos, deportes o actividades con ninguno de sus compañeros. En este contexto, ellos tienen la obligación de acompañar sus procesos emocionales y de orientarlos en las nuevas tareas que exige la convivencia prolongada, como serían las de arreglar los cuartos, ayudar en los oficios y el aseo general de las casas. La educación siempre debe responder a las necesidades del contexto y hoy, éstas, son algunas de ellas. El problema grave es que en Colombia la mitad de los padres golpea con un palo o un cinturón a sus hijos. Esta situación se podría agravar en una época de cuarentena y confinamiento en casa como el que todos estamos viviendo. En este extraño periodo en el que están prohibidos los abrazos, necesitamos desterrar el maltrato y aprovechar la oportunidad para que los padres dialoguen y compartan más con sus hijos. Puede ser una gran oportunidad que les de la vida y ojalá la aprovechen para proveerles seguridad, jugar con ellos y señalarles en qué han avanzado. Los profesores tenemos que hacerlo todos los días del año con grupos de 35 o 40 estudiantes. Ahora los padres lo deberían hacer con 2 o 3 niños, quienes, precisamente son sus hijos.

La responsabilidad de los maestros es cualificarse pedagógicamente y formarse en las nuevas competencias digitales que nos ayudarán a repensar la educación. Deberán orientar a los padres de sus estudiantes en las nuevas competencias que temporalmente asumirán, evaluar los procesos formativos y llevar a cabo el seguimiento del desarrollo académico y socioafectivo, de cada uno de sus alumnos. En épocas de incertidumbre, miedos y encierro, la prioridad es la salud mental de todos, empezando por la de los niños.

Ninguno puede ser indiferente a la profunda tragedia que estamos viviendo como sociedad al tener que luchar contra un enemigo microscópico que, ante el más mínimo descuido, nos infecta. Todos somos responsables para que esta crisis no se prolongue en el tiempo y para que no volvamos a la normalidad que estábamos viviendo antes, porque ahí está el engendro que hoy ha explotado: en el consumo frenético, en la destrucción de la selva, el descongelamiento de los glaciares y las crecientes inequidades sociales y económicas con las que hemos convivido. El problema más grave es que este cambio cultural no será posible sin contar con el liderazgo de los diversos educadores. La educación no puede parar a pesar de la pandemia, pero tampoco podrá volver a ser la misma. No parará, porque como sociedad, no podemos dejar que niños y jóvenes se queden sin su derecho a estudiar y no volverá a ser la misma, porque las crisis, bien manejadas, son excelentes oportunidades para impulsar el desarrollo.

PD: Agradezco inmensamente a la Revista Semana la gran oportunidad que me brindó al abrirme sus espacios durante los últimos años para ayudar a ampliar la reflexión pedagógica en el país. Sin embargo, no comparto el enfoque editorial que ha venido tomando la Revista y, en consecuencia, he decidido renunciar a partir de la fecha a su gentil ofrecimiento ¡Mil gracias a todos!

Fuente del artículo: https://www.semana.com/opinion/articulo/la-educacion-en-tiempos-de-cuarentena-columna-de-julian-de-zubiria/661969

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Leer la palabra y el mundo

Por: Rodrigo J García. 

 

Llego el ‘Covid-19’ y los centros educativos cerraron, al tiempo que se informaba a la opinión pública del ‘remedio’ a esta situación escolar: La enseñanza teleinformática.

El término ‘remedio’ no dejaba de ser una expresión tranquilizadora e incluso mágica. Sabemos que ni las instituciones educativas, ni sus profesionales cuentan con la formación necesaria y que los centros escolares carecen de recursos informáticos y pedagógicos para transformar rutinas académicas y expositivas en interacciones online educativas.

Muchos estudiantes tampoco poseen la infraestructura necesaria; una situación que se agrava en los grupos sociales más débiles y en los que necesitan apoyo educativo específico para el acceso y gestión de los aprendizajes.

Más allá de la falta de previsión de las administraciones educativas y de la torpeza de algunas de sus decisiones, estas circunstancias pueden brindarnos una oportunidad.

LA CRISIS SILENCIOSA

Leer la palabra y el mundo
FOTO: GIANLUCA BATTISTA

MARTA CRAVEN NUSSBAUM.

Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales (2012).

«Me preocupa que otras capacidades igualmente fundamentales (…) corran riesgo de perderse en el trajín de la competitividad (…). Nos referimos a la capacidad de desarrollar un pensamiento crítico; la capacidad de trascender las lealtades nacionales y de afrontar los problemas internacionales como “ciudadanos del mundo”; y por último, la capacidad de imaginar con compasión las dificultades del prójimo

Marta C. Nussbaum. La crisis silenciosa

Quizá haya llegado el momento de desplegar otros modos de acercar a los estudiantes al conocimiento, construir otro tipo de relaciones de enseñanza y aprendizaje y definir bases para una escuela diferente; y no solo por el hecho —de por sí muy relevante— de que ciertos aprendizajes puedan o no sustentarse telemáticamente, sino por algo mucho más incierto y exigente: La vuelta a la escuela, al instituto, a la universidad…

Es fácil prever que este regreso no va a ser una simple continuidad; seguro que exige otros comportamientos profesionales diferentes. Nos podemos encontrar en un entramado de usos sociales complejos, más interconectados y preocupados por el conocimiento y la gestión de la información. En este nuevo escenario la participación y el control de las instituciones, el análisis sistémico de la realidad y el sentimiento de ciudadanía global van a estar muy presentes.

Para cuando se produzca esa ‘vuelta’ sería muy provechoso que nos pillara mínimamente ‘entrenados’ y aprovechar así el actual estado de confinamiento para ejercitar otros comportamientos docentes, aunque esto suponga ‘elaborar el duelo’ por la pérdida voluntaria de algunos estilos de enseñanza que han llevado a nuestro sistema educativo al actual desajuste: Las cifras de un 17,9% de abandono escolar son bastantes elocuentes.

Por tanto, ahora tenemos la ocasión de desplegar otras relaciones de enseñanza y aprendizaje, utilizando la experiencia de profesionales que las vienen construyendo, desde hace años, en busca de una escuela más democrática, comprometida y justa, preocupada por la formación de estudiantes libres, autónomos, con conciencia ética, rigurosos y responsables en sus aprendizajes. Cada vez vamos tomando más conciencia de que es poco funcional seguir afianzando formatos de enseñanza sostenidos en una idea del conocimiento como algo ‘hecho’, cosificado y fragmentado, a cuyo dominio se accede mediante la realización de deberes reiterativos, prefijados en un libro de texto físico o digital, y bajo la amenaza de que pueden ‘entrar en el examen’.

LA IMPORTANCIA DEL ACTO DE LEER

Paulo Freire y la historia de un manuscrito... (Pablo Gentili)
Paulo Freire y la historia de un manuscrito… (Pablo Gentili)

PAULO FREIRE

«La lectura del mundo precede a la lectura de la palabra, de ahí que la posterior lectura de ésta no pueda prescindir de la continuidad de la lectura de aquél. Lenguaje y realidad se vinculan dinámicamente. La comprensión del texto para ser alcanzada por su lectura crítica implica la percepción de relaciones entre el texto y el contexto.»

Feire, P. La importancia de leer y el proceso de liberación.

Pongámonos, por un momento, en la situación de un docente de Educación Secundaria, en la materia de Lengua Castellana y Literatura, que contacta telemáticamente con sus estudiantes de cuarto de ESO o de Bachillerato. Les plantea trabajar algunas habilidades de competencia comunicativa y decide que, en lugar de remitir ’online’ un listado de deberes para el próximo examen, les propone entrar en un itinerario de aprendizaje diferente: Un proyecto pedagógico, de libre acceso en la Red, denominado por sus creadoras “Leer la palabra y el mundo”.

Con el ánimo de familiarizarlos con la lógica de este itinerario didáctico les plantea, por ejemplo, la lectura de algunos párrafos del ensayo ‘Los nuevos estados de vigilancia’ de Ignacio Ramonet, disponible en uno de los módulos: ‘Cerca de la Distopía.

Para ilustrar mejor este proceso transcribimos, a continuación, un fragmento de dicho ensayo…

UN ENSAYO: ‘EL IMPERIO DE LA VIGILANCIA’

Leer la palabra y el mundo
BANKSY

IGNACIO RAMONET

La idea de un mundo situado bajo “vigilancia total” ha parecido durante mucho tiempo un delirio utópico o paranoico, fruto de la imaginación más o menos alucinada de los obsesos de la conspiración. Sin embargo, hay que reconocer la evidencia: vivimos, aquí y ahora, bajo la mirada de una especie de imperio de la vigilancia. Sin que lo sepamos, cada vez más nos observan, nos espían, nos vigilan, nos controlan, nos fichan. Cada día, nuevas tecnologías se refinan en el seguimiento de nuestro rastro. Satélites y drones de mirada penetrante nos siguen desde el espacio. En las terminales de los aeropuertos, escáneres biométricos analizan nuestros andares, “leen” nuestro iris y nuestras huellas digitales. Cámaras de infrarrojos miden nuestra temperatura. Las pupilas silenciosas de las cámaras de vídeo nos escrutan en las aceras de las ciudades o en los pasillos de…

» Continúa en el Poyecto pedagógico: Leer la palabra y el mundo. Módulo (Cerca de la Distopía).

Una vez leídos todos los párrafos facilitados en el itinerario didáctico de esta temática (‘Los nuevos estados de la vigilancia) nos encontramos con una serie de actividades variadas: de compresión lectora, que piden relacionar determinados enunciados con aquellos párrafos de la lectura que son coincidentes en esa idea; de elaboración de respuestas a la pregunta ¿Alguna vez habéis tenido la sensación de que el ordenador o el móvil ‘os espiaba’?; de argumentación, invitando a pensar en las consecuencias del despliegue de ese ‘imperio de la vigilancia’ e incluso de ampliación y profundización, visionando una entrevista con Edward Snowden y solicitando conclusiones o que se pronuncien sobre esta temática, después de haber accedido a noticias como… “Yahoo espió los correos electrónicos de sus clientes a petición del FBI y la NSA”, “Evgeny Morozov: ‘Los datos son una de las más preciadas mercancías’ ”, Nos falta empatía hacia los vigilados, cuando los vigilados somos nosotros”.

Viñetas del dibujante Stuart McMillen de comparación entre dos grandes distopías del siglo XX: ‘1984’ de George Orwell y ‘Un mundo feliz’ de Aldous Huxley.
Viñetas del dibujante Stuart McMillen de comparación entre dos grandes distopías del siglo XX: ‘1984’ de George Orwell y ‘Un mundo feliz’ de Aldous Huxley.

Hasta aquí, podemos considerar que la tarea y las actividades planteadas no dejan de ser parecidas a las desplegadas habitualmente en las rutinas escolares. La diferencia se encuentra en el enfoque utilizado para su elaboración y en la finalidad y sentido que la enseñanza de la Lengua Castellana y Literatura tiene para las docentes creadoras de este material.

Como muestra del enfoque pedagógico que preside esta innovación, transcribimos, a continuación, algunas referencias teóricas y consideraciones que las autoras facilitan en la presentación didáctica del módulo —Cerca de la Distopía  al que nos venimos refiriendo.

LEER Y ESCRIBIR SON CONSTRUCCIONES SOCIALES.
Emilia Ferreiro

«Leer y escribir son construcciones sociales. Cada época y cada circunstancia histórica dan nuevos sentidos a esos verbos. Sin embargo, la democratización de la lectura y la escritura se vio acompañada de una incapacidad radical para hacerla efectiva: creamos una escuela pública obligatoria, precisamente para dar acceso a los innegables bienes del saber contenido en las bibliotecas, para formar al ciudadano consciente de sus derechos y obligaciones, pero la escuela no ha acabado de apartarse de la antigua tradición: sigue tratando de enseñar una técnica”.

Incluso hoy, cuando la investigación tanto ha avanzado en el conocimiento de los procesos lectores, hay una dimensión que sigue quedando extramuros de la escuela: la perspectiva socioculturalLa lectura crítica de los medios de comunicación —prensa, radio, televisión, internet— sigue siendo una de las asignaturas pendientes de nuestro sistema educativo. Y no es posible concebir hoy una lectura de la palabra que no vaya ligada, como ya reclamara Paulo Freire, a la lectura del mundoNo queremos lectores competentes «a secas», capaces de descifrar una instrucción o esquematizar un texto. Pretendemos contribuir a la formación de lectores que se pregunten quién dice qué y a qué intereses responde esa precisa construcción de un titular o una portada; lectores capaces de comparar, contrastar, evaluar; de leer entre líneas y tras las líneas. El aprendizaje de la lectura tiene mucho que ver con la formación de una ciudadanía democrática capaz de leer también lo que el Poder pretende esconder… (Continúa en Presentación para el profesorado)

‘Leer la palabra y el mundo’ es el proyecto pedagógico que da sentido a estos materiales y al itinerario didáctico que los sostiene. Es una iniciativa surgida desde la reflexión colectiva de cuatro profesoras de Educación Secundaria de Lengua Castellana y Literatura, de distintos Institutos Públicos de Educación Secundaria de la Sierra de Guadarrama, en Madrid: Guadalupe JoverÁngeles BengoecheaRosa Linares y Flora Rueda (Grupo Guadarrama).

El proyecto ‘Leer la palabra y el mundo’ responde a ese enunciado de Paulo Freire que vincula la lectura de la palabra y la lectura del mundo. Se organiza en cuatro secuencias de creciente grado de dificultad, una para cada curso de la Educación Secundaria Obligatoria, aunque intercambiables en algún momento y utilizables en otras etapas educativas. Cada secuencia elige un hilo conductor —los mitos, los derechos civiles, la ropa que vestimos, las distopías contemporáneas— para agavillar un conjunto de textos diversos —orales, escritos y audiovisuales— y acompañar tanto el proceso de lectura como el de interpretación y de producción oral y escrita. Así se vertebran las actividades sugeridas en cada uno de los centros de interés que componen cada módulo.

Tendremos ocasión, en entradas posteriores, de describir con cierta profundidad el papel que estas profesoras confieren a la competencia comunicativa en la formación de estudiantes autónomos, libres y responsables.

Lo mismo que hemos mencionado la posibilidad de uso telemático, vamos a entrar, a continuación, en un aula física para observar esa vinculación que hace la profesora entre el dominio lector y la necesaria interpelación de la realidad. El escenario, en este caso, es un aula de primero de ESO, y la temática que trabajan: La Biblia’, una parte del módulo: ‘Mitos de aquí y allá’.

EL SACRIFICIO DE ISAAC (DIARIO DE CLASE)

El sacrificio de Isaac
El sacrificio de Isaac CARAVAGGIO

GUADALUPE JOVER

 Uno, dos, tres, cuatro, cinco; uno, dos, tres, cuatro, cinco; uno, dos, tres…

Chicos y chicas van entrando en el aula. Ya saben de qué va el reparto de números. En apenas un par de minutos la clase está organizada en cinco grupos de seis personas. Hoy toca que sea el azar el que los conforme.

Empezamos.

Nos endontramos en primero de ESO, en el mes de octubre, en el itinerario didactico Mitos de aquí y de allá, y familiarizados ya con los cuentos africanos y los mitos griegos, hoy nos asomamos a otro de esos libros determinantes en la conformación del imaginario colectivo occidental: la Biblia.

El fragmento seleccionado es el de “El sacrificio de Isaac”.

 Mirad estos cuadros… ¿Qué vemos? —decenas de manos el alto—. ¿Qué creéis que está pasando? —y aquí mil hipótesis—.

Leemos en voz alta el fragmento correspondiente al sacrificio de Isaac, proyectado en una pantalla a la vista de todos. Houda no tarda en levantar la mano.

 Profe, en el Corán es diferente.

 ¿Cómo que en el Corán es diferente? —primera noticia de que Abraham apareciera en el Corán—.

 Sí. Que en el Corán la historia de Abraham es diferente.

 ¿Y cómo es?

Houda nos cuenta que en el Corán Abraham no va con Isaac sino con Ismael, el hijo que había tenido con la esclava Agar, y que no lo lleva engañado, sino que le explica lo que Dios le ha pedido. Houda nos cuenta muchas cosas. Yo estoy atónita.

Algunos de sus compañeros —Anás, Moha, Khaoula, Osama— intervienen para añadir o matizar algo. Escucho fascinada. Fascinada y avergonzada. Tanto, que confieso mi desconocimiento del Corán como algo imperdonable —así lo veo en ese momento— en alguien que quiere aproximar a niñas y niños a un cierto mapa de la cultura… desde una perspectiva intercultural.

Continuamos.

Observamos que el texto se organiza en torno a cinco breves diálogos, y chicas y chicos deliberan acerca de qué acto de habla domina en cada uno de ellos: las órdenes, sin duda, siempre acatadas. Este primer paso nos permitirá pautar la elaboración de un buen resumen del texto, y abordar una cuestión determinante en el episodio.

Sí, el sacrificio de Isaac ha sido presentado siempre como el paradigma de la obediencia debida. Pero ¿dudó Abraham? ¿Qué pensó Isaac? ¿Cómo reaccionó luego Sara, esposa de Abraham, al enterarse de lo sucedido?

Dividimos cada equipo en dos subgrupos de tres. Cada miembro del grupo asumirá un papel y contará, en diferente formato, su particular vivencia:

  • Abraham, en forma de monólogo interior;
  • Isaac, en forma de relato;
  • Sara, en diálogo con su esposo.

No siempre las percepciones concuerdan. Más allá de la disparidad de puntos de vista —sin duda hemos enriquecido el texto bíblico—, cada escrito es revisado y corregido por cada uno de los compañeros del grupo. Leemos algunos en voz alta.

Y sobreviene el coloquio, que no tarda en transformarse en acalorado debate¿Es siempre la obediencia una virtud?

Para conocer la fundamentación del módulo del que forma parte la tarea docente que hemos descrito recurrimos al apartado de ‘Presentación para el profesorado’ y lo ilustramos recogiendo dos de los párrafos.

MÓDULO: MITOS DE AQUÍ Y ALLÁ
Presentación para el profesorado

Resulta casi inevitable abrir unos materiales orientados al desarrollo de la lectura crítica en la educación secundaria con un itinerario centrado en los textos narrativos. La competencia lectora de los estudiantes y su propio horizonte de expectativas convierte a estos textos en los que menos resistencias les ofrecen, y los más adecuados por tanto para iniciar un recorrido que salga al paso de las dificultades lectoras con que habitualmente tropiezan. Por otra parte, se trata de un territorio idóneo también para desarrollar sus habilidades de interpretación: la capacidad de leer no solo entre líneas sino también tras las líneas de un texto; la capacidad de traer los textos a nuestro horizonte y emitir juicios propios acerca de su contenido, la intención con que fueron creados o la forma en que son transmitidos.

Este módulo se centra en un motivo inequívoco, el de los mitos, aunque intenta huir de la tradicional acepción que con frecuencia los vincula exclusivamente al legado grecolatino. El itinerario ofrece un recorrido por diferentes relatos fundacionales de diversas tradiciones culturalesla tradición oral africanala mitología clásicaLa Bibliael Popol Vuh (libro sagrado del antiguo pueblo quiché de Centroamérica), el Mahabhárata (la gran epopeya de la cultura india) y Las mil y una nochesEn un mundo globalizado como el nuestro y en unas aulas inevitablemente multiculturales como las nuestras, nos preocupa que chicas y chicos puedan verse reconocidos en los relatos que la escuela ofrece. Un itinerario como éste constituye, a nuestra manera de ver, un modo sugestivo de aproximarnos a las raíces de quienes antaño quedaban lejos pero hoy nos son ya próximos, y constatar, simultáneamente, las fecundas diferencias entre unas tradiciones y otras y la asombrosa recurrencia de motivos y episodios … (continúa en Presentación para el profesorado)

Finalizamos esta entrada, anunciando su continuidad y mostranto una de las actividades sugeridas, en este caso, utilizando el género del ‘comic’ y poniéndolo en relación con otro de los grandes mitos, descrito en la gran epopeya india recogida en el libro del Mahabhárata.

MAHABHÁRATA. TEXTO 2

GRUPO GUADARRAMA

Vamos a leer ahora un episodio del Mahabhárata en donde Bhima, uno de los cinco hermanos Pándava, se convierte en el protagonista debido a su fuerza. Junto al texto, os ofrecemos las tres páginas del cómic que corresponden a ese episodio. Como veis, se han eliminado los diálogos de los bocadillos. Vuestra tarea consiste en rellenar estos bocadillos con los diálogos (en estilo directo) que os vais a encontrar expresados en el relato en estilo indirecto.

  • Ejemplo de estilo indirectoBhima dijo que tenía mucha fuerza.
  • Ejemplo de estilo directo: (en el bocadillo, lógicamente, solo escribiríais lo que aparece en negrita y sin comillas) Bhima dijo: «Tengo mucha fuerza». 

Viñetas 1-2: Los Pándavas y su madre Kinti se ocultaron en el bosque. De todos ellos, era Bhima el que mostraba mayores dotes para enfrentarse a las amenazas y riesgos de este lugar. Si, por ejemplo, tenían que cruzar un río, ahí estaba Bhima para solucionar el problema con su enorme fortaleza.

Viñetas 3-6: Sucedió que en una parte del bosque, cerca de donde los Pándavas se encontraban, vivían dos ogros hermanos llamados Hidimba e Hidimb. Apenas Hidimb olió y olió a los Pándavas, pidió a su hermana que capturara a alguno de ellos para comérselo durante la cena. Esta, acostumbrada a las maneras despóticas de su hermano, obedeció inmediatamente, guiada por su poderoso olfato de ogra. Olfateando todo el tiempo durante el camino, descubrió a los Pándavas.

Viñetas 7-9: Cuando por fin los encontró, los Pándavas y su madre se encontraban durmiendo en un claro del bosque. Únicamente Bhima, que hacía la guardia, estaba despierto. Hidimba, escondida tras un matorral, observó al más fuerte de los Pándavas y quedó admirada de su potente físico. Se dijo a sí misma que nunca había visto un hombre tan fuerte, tan musculoso, y que si se presentaba ante sus ojos con la forma de ogra podría asustarlo. Decidió, pues, transformarse en una joven humana. Cuando Bhima la vio, muy sorprendido, le preguntó quién era y de qué palacio venía, pues por su presencia la había confundido con una princesa. Hidimba le comunicó que era hermana del dueño del bosque, un ogro, que devoraría a todos en cuanto supiera que estaban en su bosque y acto seguido le pidió que la siguiera…. (Continúa en MAHABHÁRATA )

LECTURAS

Feire, PLa importancia del acto de leer. En Resumen Latinoamericano. 2018.

Marta C. Nussbaum. La crisis silenciosaEn Sin fines de lucro: por qué la democracia necesita de las humanidades. Katz.. 2010.

¿Y los contenidos gramaticales? —algo por lo que siempre se les pregunta—. Al margen de que, según el curso, sean objeto de una sistematización específica, se abordan al hilo de las actividades de producción y comprensión textual. Pongamos un ejemplo: el uso de sinónimos, hiperónimos y pronombres es esencial al redactar un texto para evitar repeticiones; pero desenvolverse bien con unos y otros es clave también a la hora de no perder el hilo de una lectura por no reconocer, por ejemplo, cuál es el referente de determinado pronombre. Todos estos problemas de comprensión lectora acaban pasando factura a nuestro alumnado en las clases de Historia y Biología… o en la resolución de problemas de matemáticas.

Continuará…

(*) Versión para profesionales en ResearchGate (Descargar en pdf).

(**) El Grupo Guadarrama está compuesto por Ángeles BengoecheaGuadalupe JoverRosa Linares Ros y Flora Rueda profesoras de Lengua Castellana y Literatura en Institutos de Educación Secundaria de la Sierra de Guadarrama (Madrid). Coautoras de publicaciones y materiales ‘online’ de desarrollo de la competencia lectura y la educación literaria como: Cuatro propuestas en línea para la ESOConstelaciones literarias: Sentirse raro. Miradas sobre la adolescenciaFrente a la adversidad y Tres días en la ópera. En la misma línea conceptual de los materiales del Proyecto Leer la palabra y el mundo, han elaborado la secuencia didáctica: Constelaciones literarias para bachillerato, una incursión por los clásicos de la literatura universal.

(***) Hacemos una mención especial a Maribel García, profesora de la Universidad el Estado de Nueva York (SUNY) y la Universidad de Boston en Madrid, por el diseño y maquetación ‘online’ de los materiales.’

(****) Agradecemos a la comunidad educativa y de manera especial a los estudiantes de los Institutos de la Sierra de Guadarrama de Madrid, participantes en el desarrollo de estos materiales, por su colaboración y apoyo a este tipo de iniciativas educativas innovadoras.

(*****) La imagen de cabecera es un detalle de una de las ilustraciones de la profesora Luz Beloso para el libro “A soidade das medusas” de Iria Collazo. Editorial Galaxia.

Fuente del artículo: https://elpais.com/elpais/2020/03/30/escuelas_en_red/1585565138_409646.html

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Efectos del COVID-19

Por: Fabiola Guarneros Saavedra.

El escenario es catastrófico. El mundo vive una crisis sanitaria, humana y económica sin precedentes y la salida aún no se vislumbra. Los gobiernos están a prueba una vez más en su capacidad de respuesta, contención y planeación presupuestaria y fiscal, ya perdieron muchas oportunidades y hoy sus sistemas económicos y de salud colapsan.

Las acciones de gobierno en el mundo —y México no es la excepción— se están llevando a cabo sobre la base de prueba y error. Y, en algunos casos, la emergencia sanitaria está adquiriendo elementos de crisis política, como se ve en la contradicción frecuente entre autoridades locales y gobiernos centrales, o entre integrantes del propio gabinete.

La pandemia del coronavirus ha obligado a que los países cierren sus fronteras, las economías se paralicen y las sociedades entren en cuarentenas severas. Los efectos serán devastadores, además de los miles de vidas se perderán empleos, oportunidades de inversión; disminuirán los salarios, aumentará la pobreza, quebrarán empresas; habrá un menor crecimiento económico, menor integración en cadenas de valor, deterioro de las capacidades productivas y del capital humano, y se hará un boquete en la educación.

¿Qué harán los gobiernos? ¿Qué hará México? ¿Sirve un pacto de gobernabilidad con los sectores productivos del país? ¿Cuál es la estrategia económica que caminará a la par de la contención sanitaria? Las respuestas las tendremos hoy en el mensaje que dará el presidente Andrés Manuel López Obrador durante la presentación de su plan económico.

Debemos tener presente que México, como los países de América Latina y el Caribe, enfrentan la pandemia desde una posición más débil que la del resto del mundo, ya lo advirtió la CEPAL en su informe especial sobre COVID-19, presentado el viernes pasado.

Basta ver el impacto de este virus en los sistemas de salud públicos, cuya infraestructura es insuficiente para enfrentar la pandemia. “La mayoría de los países de la región se caracteriza por tener sistemas de salud débiles y fragmentados, que no garantizan el acceso universal necesario para hacer frente a la crisis sanitaria del COVID-19”, dice la CEPAL en el informe América Latina y el Caribe ante la pandemia del COVID-19.

La recomendación es fortalecer el sistema de salud con una mayor asignación de recursos públicos, pero justo es uno de los rubros en el que menos se invierte. Los países de la región gastan en promedio el 2.2% del PIB en salud, lo que está lejos del 6% del PIB recomendado por la OPS para reducir las inequidades y garantizar el acceso y la cobertura universal.

La crisis del coronavirus afectará el número de empleos, la calidad del trabajo y a los grupos más vulnerables, como los trabajadores en el sector informal. “La pérdida de ingresos laborales se traducirá en un menor consumo de bienes y servicios, y puede llevar a muchos trabajadores a situaciones de pobreza”, advierte el organismo de la ONU.

La realidad es que esta crisis tendrá impactos mayores en los más vulnerables: personas con problemas de salud, adultos mayores, personas con discapacidad, jóvenes desempleados, personas subempleadas, mujeres, trabajadores sin prestaciones y migrantes.

Los niños también serán las otras víctimas de la pandemia, pues el cierre de planteles educativos impacta en el terreno del aprendizaje y en la seguridad alimentaria de los alumnos de las escuelas de tiempo completo.

“La suspensión de las clases tendrá un impacto más allá de la educación, en la nutrición, el cuidado y la participación de los padres (especialmente de las mujeres) en el mercado laboral”, señala el informe.

Aunque se han hecho planes para promover el uso de dispositivos digitales en los sistemas educativos —en México han sido un fracaso—, muchas instituciones no cuentan con la infraestructura de tecnologías digitales necesaria. Además, no en todos los hogares del país se tiene acceso a las computadoras y a internet, así que los procesos de enseñanza y aprendizaje a distancia no están garantizados.

¿Qué recomienda CEPAL? Que los gobiernos pongan en marcha medidas de protección del empleo y de los ingresos de los grupos más vulnerables. Contemplar un subsidio de desempleo y un ingreso básico de emergencia, así como proteger a las pequeñas y medianas empresas.

El organismo considera que, para abordar la emergencia económica, se requieren también acciones de política fiscal para reorganizar presupuestos e implementar paquetes de estímulos, a fin fortalecer los sistemas de salud, proteger los ingresos y minimizar la contracción de la economía.

“La salida de la crisis dependerá de la fortaleza económica de cada país”, dijo Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL. ¿Iremos por ese camino?

Fuente del artículo: https://www.excelsior.com.mx/opinion/fabiola-guarneros-saavedra/efectos-del-covid-19/1374184

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El camino obligatorio y permanente del teletrabajo

Por: Claudio Rama. 

En medio de la pandemia, tarde lamentablemente, se ha planteado el teletrabajo como uno de los mecanismos para construir un equilibrio viable entre la necesaria protección de la salud a través de la cuarentena y el distanciamiento social por un lado, y la protección de la calidad de vida a través del empleo y el funcionamiento de la economía por el otro.

Pero el teletrabajo debe ser visto de forma diferenciada y con un enfoque más amplio y de largo plazo. No es una modalidad flexible que atenta contra el empleo, ni una solución paliativa en el contexto de la crisis actual, ni mucho menos una forma precaria de trabajo, sino como uno de los ejes de los nuevos escenarios laborales que están instalándose en el mundo en el mediano y largo plazo de la mano de las tecnologías digitales y de las nuevas oportunidades de especialización, diferenciación y flexibilización. Es en este sentido un sendero que Uruguay debe recorrer y que debe aprovechar la circunstancia actual en la cual una parte importante del empleo tradicional se está pasando a modalidades de teletrabajo para comenzar a consolidarlo con políticas y acciones sociales acordes para los tiempos futuros. No debe ser sólo una respuesta desordenada, rápida y coyuntural al coronavirus y la necesidad de superar los riesgos de una parálisis económica total, como algunos han planteado equivocadamente. Es claro que muchas organizaciones tanto públicas como privadas están realizando transformaciones rápidas para ajustarse a esos escenarios, pero debe considerarse como una de las formas estructurales del mercado de trabajo para muchas líneas de producción y servicios que es necesario impulsar.

Es parte de la nueva economía digital basada en el mayor uso del conocimiento, que requiere recursos humanos profesionales más capacitados y marcos jurídicos de estabilidad, y que no sólo permitirán mayores oportunidades de exportar servicios, mayor calidad de vida a sus participantes, menos contaminación en las ciudades y más oportunidades a la sociedad.

El teletrabajo es una derivación del impacto arrollador de las tecnologías en el mundo del empleo como nos revela el reciente informe “La naturaleza cambiante del trabajo” del Banco Mundial. Es una oportunidad de trabajo que brinda la innovación y las tecnologías digitales, y es también resultado de la conformación de amplias plataformas digitales globales que viabilizan estas nuevas formas de trabajo en red. Es sin duda además una derivación de la nueva sociedad de acceso con un decreciente costo de internet y los equipos informáticos y una oportunidad en un mundo global de ofertar servicios más allá de las fronteras nacionales, y que los jóvenes y no tan jóvenes profesionales continúen emigrando.

Es también una derivación de las nuevas realidades de largos tiempos ociosos en el tránsito en las atiborradas ciudades, y especialmente en Montevideo cuya compleja estructura urbana sigue llevando a la población hacia el este con crecientes tiempos perdidos de transporte y de vida. También en Uruguay es imprescindible para crear oportunidad de trabajo en el interior del país que siempre tiene menos oportunidades y sufre el drenaje de recursos humanos.

No se puede pensar con el mismo paradigma que el trabajo a domicilio que se expandió hace 500 años antes de las manufacturas en el temprano capitalismo huyendo de los gremios de entonces, ni mucho menos como una expresión de lógicas de empleo precarias e informales basadas en ventajas por las diferencias de estructuras de costos y de prestaciones sociales.

La telemedicina, el teletrabajo, la teleeducación, las telecompras, el trabajo mediado por plataformas o la economía colaborativa y las miles de miles de formas de trabajo en red desde las casas, oficinas, cafés o coworking, no son formas precarias de empleo, sino nuevas formas del empleo modernas que se están expandiendo en el mundo presente y futuro, expandidas al límite gracias a tecnologías digitales, conectividad, software de trabajos profesionales y costos de traslado. Es un amplio mundo de trabajo más calificado, que no requiere fuerza bruta sino habilidades cognitivas e informáticas y que remunera al conocimiento y las competencias por encima de otras variables laborales. La mayor parte de esos empleos son de alta formación y de elevada productividad.

Al tiempo que se produce un avance de la inteligencia artificial y la automatización, también se está expandiendo el teletrabajo, de tipo especializado, muchas veces en formas tercerizadas y de alcance global. Algunos lo ven como un mundo de “call centers” y centros de apoyo como empleo, pero la realidad de los datos muestra que el teletrabajo está más asociado a tareas técnicas, tecnológicas y de profesionales universitarios, y que se desarrolla más ampliamente en los países desarrollados. Ya en Luxemburgo el 15% de la población activa está inserta laboralmente en el teletrabajo. Los países que expanden la educación a distancia para los estudiantes también al tiempo han impulsado el teletrabajo docente, que es la otra cara de la moneda de las nuevas dinámicas educativas que se requiere profundizar en forma urgente. Tanto los estudiantes como los profesores pierden tiempo de viajes, y también más se benefician ambos de sus actividades mediadas por tecnologías de comunicación digitales, tanto en la enseñanza como en el aprendizaje.

En Uruguay el teletrabajo era visto como un fenómeno marginal y no era mirado como centro de la política económica, de educación y de empleo y la pandemia, entre sus positivas y necesarias derivaciones, es expandir esta nueva modalidad laboral, y nuevas formas de aprovechar las tecnologías en un mundo laboral con menos fábricas de enormes cadenas de producción en serie, sino de más trabajos en red, con más trabajos de servicios profesionales y técnicos, y con nuevos desafíos para el mundo educativo, normativo. Las resistencias ideológicas deben superarse también ante estas nuevas realidades y se necesita un nuevo marco de regulación urgente pero que no la limite y anule.

Un interesante estudio del fenómeno del teletrabajo en Uruguay, realizado por Diego Ventura en el 2017, mostraba nuestras debilidades en la materia, verificado además en el bajo peso del sector de comunicaciones, menor incluso que el promedio regional. Mientras que en Uruguay, el sector de las comunicaciones era el 1,4% del PIB, en la región el promedio regional era 50% superior al alcanzar el 2,1% del PIB, en tanto que en los países desarrollados era el 4,2%, o sea tres veces más. Y los datos muestran la alta relación entre el desarrollo económico y el uso de las tecnologías de comunicación e información.

Fuente del articulo: https://www.republica.com.uy/el-camino-obligatorio-y-permanente-del-teletrabajo-id760170/

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Una nueva era educativa,

Por: Jorge Camacho Bueno.

Esta emergencia sanitaria ha planteado un reto a la comunidad educativa mundial. No se trata de ver cómo recuperaremos las clases perdidas; debemos abrir los ojos y darnos cuenta de que, de un día para otro, los colegios hemos entrado a una nueva era educativa.

Estas circunstancias ponen en riesgo la educación pública y privada del país; sin embargo, los colegios privados tienen diversos puntos de partida al implementar la educación a distancia y bien pueden brindar su experiencia a los colegios del Estado. El Minedu podría promover este intercambio de experiencias a través de redes de docentes, facilitando el trabajo colaborativo entre instituciones públicas y privadas.

Otras organizaciones vinculadas con el sector educativo también están colaborando con la educación a distancia. Por ejemplo, algunas editoriales han compartido con la comunidad educativa el acceso a sus libros digitales y Google ha liberado las prestaciones profesionales de su aplicación de videoconferencias a las instituciones educativas.

Estamos viviendo circunstancias inéditas, imprevistas y urgentes. Estas primeras semanas han sido de adaptación a esta nueva era de la educación, por lo que debemos valorar la cuota de sacrificio que están haciendo los profesores y las familias para adaptarse al estudio en casa. Para esto es necesario entender las diferencias entre educación a distanciaeducación virtual y educación online.

Para la primera etapa de suspensión de clases era suficiente la educación a distancia. En esta modalidad los profesores entregan materiales de estudio escritos, enlaces de recursos audiovisuales y los alumnos deben realizar los trabajos asignados y entregarlos en fechas definidas o cuando se reanuden las clases. Para la entrega usan el correo electrónico, el WhatsApp o aplicativos de comunicación. La educación a distancia permite que cada uno vaya a su ritmo y decida cuándo estudiar y hacer los trabajos. Esto requiere que los alumnos tengan mucha disciplina y una capacidad de autoaprendizaje desarrollada.

Al ser más prolongada la suspensión de clases, algunos colegios han optado por la educación virtual; plataformas web que contienen las indicaciones y clases del profesor donde los alumnos pueden descargar los materiales, subir sus trabajos, participar en foros entre alumnos y profesores, y rendir exámenes. La educación virtual suma a las ventajas de la educación a distancia el uso de Internet y todo lo que esto supone; pero sigue teniendo la limitación de ser más adecuada para alumnos autónomos, con conexión a Internet y acceso a un celular, computadora o tablet.

Un paso más en esta nueva era educativa es la educación online. Esta incorpora los beneficios de las anteriores y requiere que alumnos y profesores se conecten simultáneamente por videoconferencia. En esta clase el profesor puede compartir su pantalla a los alumnos, mostrarles una presentación, un documento o simular una pizarra para explicarles un tema. La diferencia esencial con respecto a las anteriores estrategias es la atención de los alumnos en tiempo real. Para esto hace falta organizar los horarios de clases y comunicar estos a las familias para que se conecten oportunamente.

Otro aspecto importante a tomar en cuenta es establecer, así como se hace en las clases presenciales, la normativa de convivencia online, por ejemplo: prender sus micrófonos cuando lo indique el profesor, hacer las preguntas escribiendo por el chat para no interrumpir, estar en un lugar apropiado para el estudio, no distraerse enviándose mensajes entre ellos durante la clase. Esta modalidad se adapta muy bien a alumnos de primaria y secundaria, pero requiere conexión a Internet de profesores y alumnos al mismo tiempo.

La educación es un derecho y el Estado tiene la responsabilidad de asegurarla a todos los escolares. La implementación de la educación a distancia en el país requiere creatividad, cooperación y solidaridad entre los sectores público y privado, de modo que ningún estudiante se quede sin la posibilidad de seguir educándose.

La educación básica regular quedará marcada por un antes y un después del coronavirus, que cual meteorito ha impactado el modelo educativo vigente.

Fuente del artículo: https://elcomercio.pe/opinion/colaboradores/una-nueva-era-educativa-jorge-camacho-noticia/

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Coronavirus, nuevas profesiones y máquina educativa newtoniana

La crisis de orientación educativa generada por el Coronavirus ha puesto sobre el tapete el debate en torno a la escuela y los sistemas escolares, en el marco de la aceleración de la innovación. La virtualidad educativa se ha convertido en el elemento detonador de estas discusiones. Pero ciertamente la virtualidad no es nueva, emerge con la cuarta generación[1] de la tercera revolución industrial, sin embargo, las instituciones educativas la veían como un complemento, no como una de las columnas vertebrales del modelo educativo del capitalismo de la tercera revolución industrial.

En la última fase de la tercera revolución industrial (2018-2020) son múltiples las voces que señalan que el modelo profesional de las tres primeras revoluciones industriales estaba resultando ineficiente para proveer conocimiento relevante y acorde con la aceleración de la innovación y por lo tanto las profesiones no podía prever el mañana, algo sobre lo cual como hemos dicho antes, el Informe Faure (1973) llamaba la atención.

En la actualidad el modelo de reclutamiento empresarial, corporativo y de alto desempeño nada tiene que ver con los procesos de selección que se hace en las escuelas, liceos y universidades. Antes se pedía coherencia y linealidad en el recorrido de formación del aspirante, hoy se pide caos convergente en su perfil profesional. Por ejemplo, mi propia formación es lineal porque soy pedagogo, con especialidad en formulación de políticas educativas, maestría en gerencia educativa, doctorado en ciencias pedagógicas y postdoctorado en calidad educativa; con esta formación lineal gane concurso de cátedra en mi universidad. Pero, seguramente si me presentara hoy con ese tránsito de calificación técnica ante una trasnacional de la formación en línea, ellos preferían contratar a un Licenciado en educación con especialización en mercadeo, maestría en sistemas informáticos de toma de decisiones, doctorado en antropología cultural y postdoctorado en lenguaje de juventudes. Ni la carrera de pedagogo aborda esas otras temáticas, ni mis postgrados tampoco. Ese que pudo ser considerado “que no sabía lo que quería” porque su síntesis curricular es caótica, me ganaría el empleo a quien como yo de manera lineal mostré que “si sabía lo que quería”.

Este desenfoque en el perfil profesional tiene entre otras causas la especialización que caracteriza a muchas universidades. Su incapacidad para valorar adecuadamente el nuevo curso caótico de las exigencias del empleo. Por ello, en la carrera de filosofía solo pueden dar clases filósofos o cientistas sociales; le costaría mucho a informáticos, especialistas en genética, biólogos digitales o especialistas en metadatos lograr que le habilitaran para trabajar allí. Y si los convocan es para dar “materias complementarias”, nunca para hibridar el tronco profesional.

La culpa no es de la universidad, aunque si está obligada a pensar el problema.  La dificultad surge porque este modelo de formación es el propio de la primera y segunda revolución, derivado del concepto de la máquina newtoniana que he graficado en otros artículos. Toda la escuela y universidad fue pensada desde la especialización y el ensamblaje de partes para conformar el todo.

La transdisciplinariedad como exigencia epistemológica y formativa de la tercera revolución industrial fue vista por la academia como si se tratara de un juego de futbol en el cual a cada uno de los jugadores le colocamos en su espalda, en vez de sus nombres, la identificación de una disciplina, mientras en la banca están otros jugadores a la espera; entonces pareciera que tendríamos un equipo transdisciplinario.  Es la idea de marcos en las tesis de grado (marco histórico, tecnológico, político, etc.). La transdisciplinariedad real implicaría que cada jugador de la selección de futbol que conformamos, fuera un poco enfermero, otro tanto sociólogo, informático, filósofo y mecánico.  Esa exigencia de otra transdisciplinariedad nunca la entendió la universidad. Por ello es que el gran capital optó por la captación y formación de sus recursos humanos de alto nivel bajo el formato de calificación “extra universitaria”.

El problema es que no se había resuelto esta cuestión cuando se produce un nuevo giro (2015-2020) que impulsa la aceleración de la innovación hacia la cuarta revolución industrial (2021/2025). Y con ello nuevas demandas y performances para la formación profesional y la docencia. La universidad, los centros de formación de maestros y los propios educadores nos resistimos ante lo que de manera difusa se mostraba, porque lo nuevo se nos parecía al “desorden conceptual y operacional” que tanto se nos enseñó a combatir desde nuestra educación y ejercicio profesional. El caos convergente y la lógica modular de la nueva máquina cognitiva de la cuarta revolución industrial está naciendo. Todo el caos que nos ha generado la educación virtual es solo una apertura mental para lo que vendrá.

 

Las resistencias anticapitalistas ante esta dinámica

Desde la izquierda y las pedagogías críticas siempre tuvimos claridad sobre el carácter reproductor del sistema, asignado por el capitalismo a la escuela. Unos la vieron simplemente como un aparato ideológico del Estado, otros la entendimos como ello, pero también como un lugar de disputa, de resistencias, porque estaba constituida por seres humanos, en su inmensa mayoría explotados.

Defendimos a la escuela en su dimensión democratizadora del conocimiento que había sido apropiado durante siglos por los instalados en el poder. Defendimos la escuela porque abría la posibilidad que millones de trabajadores y sus familias comprendieran de manera científica al mundo, derrotando el oscurantismo de los dogmas religiosos. Defendimos la escuela porque era un espacio de encuentro, para la construcción de tejido social, para la formulación compartida de resistencias anticapitalistas.

Estábamos conscientes, en mayor o menor medida, que la escuela para el capitalismo no solo intentaba reproducir el performance de la fábrica con la carga de explotación, fragmentación y apropiación de la plusvalía, en ese caso ideológica, sino que también era otra máquina de control social. A esa máquina newtoniana educativa decidimos intentar aflojarle las tuercas, los tornillos, desarmarla andando, construyendo saber pedagógico emancipador, prácticas educativas liberadoras. Unas veces avanzamos, otras nos atascamos y en algunos casos incluso ajustamos la máquina de dominación con palabras radicales que se convertían en significantes vacíos, narrativas funcionales a la propia dominación.

Defendimos la escuela pública por sus posibilidades para construir educación popular, crítica, científica y alternativa. Hicimos de la disputa escolar una posibilidad para pensar otra escuela, en otro tipo de sociedad, que para nosotros es la socialista democrática. No fue nuestra intención defender a la máquina educativa newtoniana, lo que ocurre es que entramos en caos cuando esa máquina se convirtió en obsoleta para el capitalismo y comenzó a transformarse en una nueva máquina. Con el emerger de la tercera revolución industrial la escuela capitalista comenzó a mutar y la incomprensión estructural del cambio en curso, generó en algunos casos un pensamiento conservador de la izquierda pedagógica, que nos llevó a abrazarnos al viejo modelo como si fuera un salvavidas ante nuestra incapacidad de pensar lo alternativo en lo nuevo.

Y estábamos en desconcierto paradigmático funcional cuando se nos comenzó a anunciar y mostrar la nueva máquina educativa propio del capitalismo de la cuarta revolución industrial. La pandemia del Coronavirus ha servido para construir hegemonía que sienta las bases de la edificación y puesta en marcho en el mediano plazo, de una nueva máquina educativa capitalista. Conocer posibilita resistir y pensar alternativas en defensa de la escuela pública en nuevos contextos y circunstancias.

 

La nueva máquina educativa capitalista de lógica difusa y convergencia caótica

Como lo hemos señalado anteriormente, el capitalismo estructuro a la sociedad y sus sistemas (incluido el educativo) mediante la lógica disciplinar y en analogía al funcionamiento de la maquina newtoniana (partes ensamblables, correajes, punto inicial, movimientos, resistencias, soluciones lineales y matriciales).

La pedagogía y la actividad del aula seguían esta lógica secuencial. Los saltos y lo no previsto, eran vistos como errores, no como muestras de crecimiento exponencial, de la nueva forma de construir y divulgar conocimiento. Cuando en el aula se producían brincos que rompían la secuencialidad (espacio) y temporalidad (tiempo) de las partes que ensamblaban el todo, el sistema intervenía con sus regímenes de vigilancia (administración curricular, cumpli-miento de objetivos, entre otros), castigo (calificaciones, cuadros de honor, bonificaciones, etc.) y separación (aprobados, en aprendizaje, reprobados, expulsados). La fábrica escolar era una réplica adornada de la máquina newtoniana capitalista.  Para cada una de las etapas de la vieja y nuevas máquinas educativas capitalistas correspondía un paradigma. Veamos un breve cuadro que nos muestra la síntesis paradigmática de lo que señalo:

 

           Cuadro 1. Paradigmas educativos por revoluciones industriales

Revolución Industrial Paradigma
Primera y Segunda Disciplinar
Tercera Atasco de la rigidez disciplinar y lo Transdisciplinario como apertura a los nuevos requerimientos
Transición entre tercera y cuarta revolución industrial La educación no sirve para lo que se necesita. Crisis educativa como síntesis de la transición
Cuarta Convergencia y fusión disciplinar en nuevos campos integrados del conocimiento. Ni lo disciplinar ni lo transdisciplinario interpretan la nueva estructura del conocimiento y los procesos de enseñanza-aprendizaje. La lógica difusa y el caos convergente y móvil, singular para cada espacio y tiempo, parecieran ser el corpus ontológico de lo nuevo que se comienza a mostrar

 

 

 

Los paradigmas nos llevan y se expresan en conceptos. Para el capitalismo industrial la escuela se asocia a la instrumentalización de la escolaridad y una parte importante de la educación. La escolaridad es la operacionalidad institucional del paradigma educativo del capitalismo, dirigida por ministerios de educación. Si revisamos la mayoría de leyes de educación nacionales y de marcos constitucionales encontramos que los elementos fuerza  a partir de los cuales se elabora el concepto de escuela en cada lugar es el resultante de la convergencia de tres grandes tareas que le son asignadas a la educación (escolar) y el plantel: la primera, construir ciudadanía para el modelo de gobernanza política imperante; segundo, el llamado desarrollo integral de la personalidad que no es otra cosa que habilitar al individuo para el modelo de consumo; y, tercero, para construir un piso mínimo de base que posibilite la expansión de la mentalidad mercantil del conocimiento, la ciencia y la tecnología, con la intención que el saber que se elabore sea pertinente y de calidad para el modo de producción capitalista de cada momento histórico.

Por ello, en la década de los setenta y ochenta se comenzó a decir que la crisis de la escuela era de calidad (eficacia) y pertinencia (legitimidad), como una forma de expresar que el modelo de ciudadanía, consumo y construcción del conocimiento estaba cambiando y los sistemas escolares no daban respuesta educativa a ello. Este déficit instaló la necesidad, el requerimiento de la cultura evaluativa que terminaba dando argumentos para impulsar cambios gatopardianos y, una carrera indetenible por reformas que no terminaban de explicitar que era lo que estructuralmente se debería modificar.

Esta dinámica instaló en el siglo XXI la noción de crisis educativa como seudo concepto que posibilitara el emerger de una nueva maquinaria educativa. Por supuesto, un seudo concepto como éste, suele ser difícil de traducir para un magisterio poco formado para vincular el pensamiento abstracto con la realidad concreta del aula. La crisis educativa como pseudo concepto expresaba el paradigma transicional entre tercera y cuarta revolución industrial.

El paradigma capitalista que comunica y construye hegemonía respecto a que “la educación no sirve para lo que se necesita”, fundamenta la elaboración de un pseudo concepto de “crisis educativa” que se expresa en distintas formas de déficits de calidad y pertinencia. Esta especie de trabalenguas construye “consenso social” respecto a que hay que cambiar radicalmente lo educativo, que hay que desmontar la máquina educativa newtoniana y poner en funcionamiento una nueva máquina escolar.

El concepto, o mejor dicho este pseudo concepto conduce a una lógica operacional. Esta acción táctica se expresa en dos niveles: desmontar lo viejo y armar lo nuevo. Pero como no se cuenta con un concepto, sino con un pseudo concepto resulta difícil elaborar y comunicar un manual de instrucciones. El desmontaje queda a medias y la posibilidad de armar se confunde con maquillaje de lo viejo. La idea de crisis educativa permanente conduce a pensar que hay que desmontar lo que tenemos y montar algo nuevo que no se tiene claro de que es lo que se trata.

Queda en evidencia el hilo conductor entre lo planteado por los Informe Faure (1973), Delors (1996) y la “Educación como bien público” (2015), respecto a la percepción social que la educación cada vez prevé menos (calidad) y tiene menor capacidad de proveer (pertinencia). Pero el pseudo concepto de “crisis educativa” expresa una decisión del capitalismo sistémico de buscar un nuevo modelo educativo y de escuela que le sea útil para el performance del modo de producción capitalista en transición entre la tercera y cuarta revolución industrial.

Preocupa que la carencia de un debate de este tipo puede encontrarnos sin herramientas teóricas y prácticas para evitar ser arrastrados al molino de una nueva lógica de funcionamiento escolar, sin posibilidades de emprender reales resistencias. En otro caso, la crítica a la vieja máquina educativa newtoniana sin precisión del horizonte de transformación del capitalismo, como lo he dicho antes, nos puede llevar a defender formas de opresión escolar del pasado ante la incomprensión de las nuevas opresiones y menos aún la ruta para construir alternativas.

Entonces intentemos pensar la estructura funcional que tendría la nueva máquina educativa capitalista, para tratar de anticipar sus expresiones en lo educativo y sus demandas para los procesos de enseñanza-aprendizaje, es decir para la docencia, la formación de formadores y las ciencias pedagógicas.

No le queremos hacer la tarea al capitalismo, sino comprender que procura hacer, para poder iluminar las resistencias anticapitalistas y fortalecer la construcción de una escuela pública, un proyecto de educación liberadora y un accionar de las pedagogías críticas en un contexto mundial de crecientes desigualdades y opresiones, en el marco de la aceleración de la innovación científico-tecnológica.

Ya hemos explicado la lógica de estructuras ensamblables y fijas de los sistemas escolares, como dinámicas que emulan la máquina educativa newtoniana obsoleta para la propia lógica reproductiva del capital en el siglo XXI. El problema reside en conocer la estructura de la mutación y estar dispuestos a recorrer el camino que nos muestra cómo eso se instrumenta en la maquinaria social, de los saberes y conocimientos, rompiendo con la forma de actuar que se instalaron con la primera y segunda revolución industrial.

Repasemos, en la primera y segunda revolución industrial, el desarrollo disciplinar fue útil para ir al detalle del conocimiento, desarrollar las ciencias y contribuir cada uno de estos campos a la aceleración del conocimiento. Todo el desarrollo disciplinar respecto a la aceleración de la innovación fue concebido como partes de un todo. Cada quien mejoraba lo mejor posible el diseño y funcionamiento de la pieza que le correspondía, para que la maquina en su conjunto mejorara su velocidad, producción y eficacia. Era la lógica disciplinar de los procesos de enseñanza-aprendizaje, enseñar por materias, por  estancos, era lo ideal, incluso para promover “vocaciones”.

En la tercera revolución industrial la informática no podía desarrollarse sola, sin la electrónica, la filosofía, el estudio de los componentes químicos y las cualidades físicas de los materiales, la comprensión de la cognición humana y su vínculo con la lógica binaria, sin las matemáticas y el cálculo cuántico. Luego los softwares demandarían manejo de todos los conocimientos. Pero allí, en un primer momento, aún prevalecían los equipos especializados por disciplinas, hasta que en un segundo momento los equipos de trabajo se hicieron transdisciplinarios para contribuir de manera más eficiente en cada segmento de los procesos de aceleración de la innovación.

Sin embargo, como lo hemos dicho, las universidades y la educación pensaron qué, para entender la realidad, ello ahora demandaba la mirada de distintas disciplinas, pero cada “una en su lado”. La idea de rompecabezas, de piezas de legos orientó esta mirada, que es solo un reacomodo de la lógica de la máquina newtoniana. Desde esa mirada, la realidad resultaba ser un producto conformado por la sumatoria de distintas piezas para componer el cuadro final.

Esto se expresó en la educación básica en las llamadas áreas de aprendizaje como “intento” fallido de superar las visiones disciplinares, las cuales, en términos prácticos, resultaban más en desarrollos para los chicos, que en enfoques de trabajo de los docentes. En las universidades lo transdisciplinario se vio expresado en las tesis de grado en “los marcos” (histórico, social, cultural, tecnológico, etc.), pero cada quien seguía siendo el gurú de una disciplina.

En la fase final de la tercera revolución industrial y la eclosión de la cuarta revolución industrial el funcionamiento y los procesos de su construcción cambiaron en el campo de la producción y construcción de conocimiento capitalista de vanguardia, si no veamos los manuales de funcionamiento gerencial de google, por ejemplo.

Los equipos de investigación y conducción de la innovación capitalista se conformaron con dinámicas transdisciplinarias, con manejo básico de distintos campos, quienes apelaban a pequeños grupos especializados para resolver problemas puntuales de la lógica convergente. Lo disciplinar se convirtió en auxiliar, en un tema subalterno a la conducción convergente del conocimiento. Pero la escuela, el liceo, la universidad, los ministerios de educación no se daban por enterados o el inmovilismo por temor a equivocarse los paralizaba. Eso confirmaba el pseudo concepto de “crisis educativa” como artífice de los intentos fallidos por cambiar.

El problema es que en la mayoría de los casos se pretendía hacer un cambio desde las propias estructuras que estaban obsoletas. Los sistemas educativos se resistían (en) a abrirle paso a esta nueva lógica porque ello implicará colocar la mesa en la cual estudiábamos y trabajábamos “patas arriba”.

Contados estudios abordaron la comprensión del problema a partir de los ciclos de las revoluciones industriales, su impacto en el modo de producción capitalista y la movilidad de demandas que ello generaba en los sistemas educativos. Por ello, nos parece útil la metáfora de máquina educativa newtoniana para comprender el atasco escolar y valorar el emerger de la nueva máquina en construcción.  Cada revolución industrial requería un nuevo tipo de máquina, pero la máquina educativa newtoniana se negó a transformarse.

 

 

Cuadro 2. Lógica de las máquinas educativas capitalistas

Revolución Industrial Tipo de maquinas
Primera y segunda Especializadas para cumplir de la mejor manera tareas precisas.
Tercera Máquinas que pueden servir para distintos campos de trabajo y sociedad. Demandan conocimientos de disciplinas en enfoques multidisciplinarios y transdisciplinarios, antes considerados erráticos
Transición entre la tercera y cuarta revolución industrial Integración de análisis de metadatos, inteligencia artificial y comportamiento social
Cuarta Maquinas que se adaptarán a todos los territorios y contextos guiadas por inteligencia artificial, análisis de meta datos, nanotecnología y que aprenden. Serán capaces de reconstruir sus partes y desarrollar nuevas. Su relación con el conocimiento humano será la innovación convergente y la anticipación de problemas multidisciplinarios algo que tiene los límites de la lógica binaria, de estructuras jerárquicas y comparada

 

 

La escuela/universidad como nueva máquina educativa capitalista

Si ni lo disciplinar ni lo transdisciplinario son el signo de la nueva máquina educativa capitalista, ¿cuál sería su formato? Me acerco al tema explorando escenarios y probabilidades, cuya concreción en la realidad dependerá del curso de las dinámicas económicas, sociales, políticas, culturales y tecnológicas. Tal vez el contorno de esta nueva máquina adquiera otras aristas o mi anticipación se quede corta en algunos aspectos, pero lo que si es cierto es que la crisis del Coronavirus puso en evidencia que el capitalismo ha decretado el ocaso de la vieja máquina educativa newtoniana.

La máquina educativa newtoniana construyó hegemonía sobre ciudadanía para el régimen de gobernabilidad imperante a nivel mundial y posibilitó la expansión global del consumo como práctica que constituye a la cotidianidad de la inmensa mayoría de la población. Esta misma máquina funcionó como un dispositivo ideológico y cultural de control, castigo, premio y de edificación del llamado horizonte de éxito personal. Pero también la máquina educativa newtoniana formó el personal y las mentalidades para sostener y ampliar el modo de producción capitalista.

Este modo de producción tiene como uno de sus soportes fundamentales la tecnología y el impulso de la aceleración de la innovación. En consecuencia, los aprendizajes de base, la formación de estructuras mentales para la aproximarse al saber científico, comunitario y ancestral, así como las rutinas y características de la construcción del conocimiento, tuvieron en el preescolar, escuela, liceo y universidad un nicho importante de reproducción y de ampliación cultural dominante.

La ciencia y la máquina educativa newtoniana del capitalismo de la primera y segunda revolución industrial fue disciplinar, mientras que el de la tercera fue transdisciplinar. La tercera revolución industrial puso en crisis a la vieja máquina educativa y comenzó a desmontarla, pero la brevedad de su ciclo antes del emerger de la cuarta revolución industrial no permitió darle forma estable y permanente a esa otra máquina.

Entre 1960 y 2020 la máquina educativa newtoniana del capitalismo de la tercera revolución industrial parecía un vehículo destartalado que requería rápido diagnóstico de un mecánico; el problema fue que los mecánicos sabían reparar lo viejo y las nuevas tareas asignadas al automóvil eran la causa del desbarajuste, entonces, cada vez más el carromato mostraba que ya había cumplido con su tarea. Era enigmático el diseño del nuevo coche, pues no se conocía ni se ofertaba en lugar alguno. El que no apareciera lo nuevo no significaba que lo viejo le servía a la lógica del capital.

Ya Adorno, Horkheimer y la “Escuela de Frankfurt habían advertido sobre el papel cada vez más relevante de la industria cultural en la construcción de hegemonía capitalista y la reproducción de sus modelos de enseñanza-aprendizaje. Con la tercera revolución industrial el complejo industrial cultural asumió un papel protagónico y de primer orden en la construcción de mentalidades a escala global.

La nueva ética, los comportamientos morales, las mutaciones del concepto “necesario” de ciudadanía, la ampliación del campo de consumo, fueron construyendo otra forma de educar a través de las mercancías de la industria cultural. La internet, redes sociales, la interactividad en línea, la big data y la inteligencia artificial fueron construyendo los rasgos de la nueva máquina educativa capitalista.  Era como en la metáfora de Cortázar, un modelo para armar, o mejor dicho que se estaba comenzando a constituir.

A pesar de esta nueva dinámica ¿Por qué en este largo periodo no se termina de desmontar la escuela, liceo, universidad de la primera y segunda revolución industrial? Porque a pesar de la obsolescencia de su rol para fortalecer la hegemonía capitalista en sus nuevas formas, las instituciones educativas seguían teniendo un papel muy importante en la contención de los y las niñas y los jóvenes.

Es decir, en la medida que el modelo de trabajo no terminaba de cambiar, la escuela era la institución más útil para la contención. Por ello, las reformas y contrarreformas resultaban ser solo parches, ideas a medio camino, que lo único que perseguían era construir la idea de “crisis educativa” que posibilitara lograr en algún momento el consenso social sobre el desmantelamiento del viejo aparato escolar. Este papel de contención social es lo que hasta ahora ha permitido la permanencia de la vieja máquina educativa newtoniana.

La vieja máquina educativa newtoniana es como un zombi que marcha según un patrón que no es necesariamente útil para los fines económicos, pero que tiene un rol en la contención social. Pero el cambio en el mundo del trabajo que acarreará la cuarta revolución industrial, plantea el desafío impostergable de constituir nuevas formas de contención.

En otros escritos he planteado que ese nuevo espacio de contención pareciera prefigurarse en “casa”, en un nuevo modelo de hogar, y en un cambio radical del performance conocido para la casa. La destrucción del mundo privado de la casa, la invasión de lo público, sirvieron de preparación para la relocalización del mundo del trabajo, sociabilidad, consumo, educación en casa. La crisis del Coronavirus ha servido de pretexto para realizar el primer ensayo global al respecto. Aunque en semanas o meses se vuelva a la “normalidad” de la escuela/universidad, ésta ya nada volverá a ser lo misma.

En el periodo de transición entre la tercera y cuarta revolución industrial (2009-2025) el capitalismo ha comenzado a plantearse propuestas de modelos para sustituir la vieja máquina educativa newtoniana. Algunos de ellos son: a) educación como bien común (UNESCO, 2015) que intenta sostener el papel de contención de las instituciones educativas, trabajando las visiones de pertinencia y calidad que hemos analizado en otros textos; b) lógica mercantil de los sistemas de educación pública que abra la posibilidad de modelos de neo-privatización educativa; c) enseñanza en casa, ya que –señalan- no se justifica una inversión tan grande del presupuesto público en el sostenimiento de escuelas que no producen el conocimiento adecuado ni los valores de la élite gobernante (Betsy DeVos y la Administración Trump); d) el modelo de escuela a medio tiempo finlandesa; e) educación basada en el territorio resemantizando la noción de pertinencia. Desde este enfoque lo local se opone a lo global como resistencia a la invasión de lo tecnológico, una especie de pulsión de fuga ante la invasión en lo cotidiano de lo tecnológico y la aceleración de la innovación que genera incertidumbre ante lo nuevo que no se conoce.

Cada uno de estos arquetipos cuenta con defensores y detractores, pero ninguno ha construido hegemonía propia, sino que ha abonado a la noción de “crisis de la escuela/universidad” que alimenta el periodo de desmontaje de la vieja máquina educativa newtoniana.

Considero que la crisis educativa del Coronavirus ha desnudado las terribles y dramáticas inequidades, desigualdades del sistema capitalista, pero también ha puesto en evidencia que las instituciones educativas tienen una limitada o nula capacidad de prever y proveer (Faure, 1973) para situaciones contingentes como estas.

La contingencia será el signo de los nuevos tiempos, tanto por la aceleración de la innovación como por la puesta en marcha de un nuevo orden mundial que hará de las pandemias y crisis biológicas un tema cotidiano. La idea mundial que ha instalado la pandemia es que las escuelas, universidades, centros de formación de formadores y ministerios de educación pública no están preparados para situaciones como estas. Y ahí surgen las corporaciones mundiales de la informática, la conectividad, del complejo industrial cultural del siglo XXI a mostrar como el sector privado y no el público tiene respuestas.

Más del 90 por ciento de los contenidos educativos digitalizados están en manos del sector privado y han entrado de manera abrupta y rápida a resolver buena parte de la brecha de conocimiento e infraestructura de lo educativo público.  Con ello han acelerado el debate sobre la nueva máquina educativa capitalista.

Para que termine de perfilarse lo nuevo en materia de institucionalidad educativa, se debe producir el giro en espiral concéntrica ascendente, de ciento ochenta grados, en el mundo del trabajo y la producción.  Con el desembarco de la cuarta revolución industrial millones de seres humanos van a ampliar significativamente las ya dramáticas cifras del empleo informal y van a ser lanzados al trabajo en casa, en una nueva era de maquila de mercancías digitales en casa. Esto unido al modelo de apartheid social planetario apoyado en la tecnología que se comienza a ensayar con la crisis del Coronavirus van a obligar a pensar la educación desde la nueva lógica del capital.

La nueva máquina educativa capitalista de la transición a la cuarta revolución industrial tendrá un enorme componente digital, de eso que hoy se llama educación virtual pero que lo será realmente. Tendrá una perspectiva de profesionalidad inacabada alimentada por el paradigma de la educación durante toda la vida. La presencialidad tendrá una utilidad práctico-formativa, más que conceptual, mucho más de capacidad para trabajar con equipos y, de cumplimientos de tareas individuales de alta precisión.

Las disciplinas y la transdisciplinariedad cederán espacio al caos convergente de conocimientos, donde se hibriden conceptualmente y en la práctica actividades que hasta ahora pertenecen a campos separados de las ciencias. Lo nuevo dará cabida y estará abierto a otros campos, como un espacio interactivo y nunca cerrado.

La utilidad táctica, coyuntural de lo que se conoce y sabe hacer, será el motor de la formación inacabada y permanente de la nueva élite profesional. Un nuevo proletariado, no como trabajador en el sentido marxista, sino como excluido en la vieja noción de plebe, será el signo de las mayorías. La idea de éxito por el esfuerzo será la moral capitalista que alimente lo educativo, no la democratización ni la eliminación de las inequidades.

Pero esta idea estará tensionada y disputada por cada uno de los modelos que hoy se plantean como alternativos para salir de la “crisis educativa”. Lo que planteo es que, si bien el capitalismo está empujando hacia una esquina, el juego no está decidido y dependerá mucho de la correlación de fuerzas de la lucha de clases en los actuales momentos. También de la voluntad con conocimiento que desarrollen los pueblos acerca del futuro que nos espera si nos mantenemos pasivos.  Las cartas comienzan a estar echadas, cada clase social debe saber cómo jugarlas.

 

Nuevas profesiones

Las nuevas profesiones no son un tema exclusivo de las universidades, sino de todo el sistema en su conjunto. Desarrollar los nuevos estilos profesionales que demanda el capitalismo cognitivo del siglo XXI, pero que en oposición también se plantean desde las resistencias, implica un reacomodo de todo el sistema educativo, desde la educación inicial al postgrado.

Aunque el lugar de enunciación del cambio en ciernes es agendado por el capitalismo cognitivo del siglo XXI, también deberíamos verlo como oportunidad para quienes hemos criticado que el modelo profesional capitalista de la primer y segunda revolución industrial no posibilitaba la construcción de una sociedad de justicia entre iguales. El resultado de todo este cambio no está predeterminado, es aún un final abierto y, esa es la perspectiva con la cual deberíamos aproximarnos a este debate.

La nueva máquina educativa capitalista a) procurará fusionar en unos treinta campos lo que hoy representan miles de perfiles profesionales de egreso; b) el rasgo profesional no serán de especialización disciplinar, ni de transdisciplinariedad, sino de convergencia caótica cognitiva, para  aprender a aprender según el requerimiento coyuntural; c) procurara desarrollar las capacidades y habilidades para aprender de manera autónoma y “auto agenciada” durante toda la vida; d) requiere el desarrollo de habilidades para entender de manera permanente que módulo nuevo de aprendizaje se requiere para sostener el estatus de profesional, lo cual ocurrirá en todas las áreas de conocimiento; e) la competencia adquirirá una nueva relevancia como soporte del impulso de la aceleración de la innovación; f) la titularidad tendrá caducidad, será otorgada por un tiempo determinado, no será el fin de un ciclo sino el inicio, como lo ilustró Stephen King en su novela “la larga marcha” (1979).

Las llamadas carreras de pregrado, cualquiera será el nombre que tengan serán variantes por década o quinquenio. El cambio incesante será un rasgo de la formación profesional. Lo que hoy denominamos postgrado pareciera que van a mutar hacia estudios con una cantidad de créditos similares o parecidos, pero cuyas materias serán modulares, ofertadas tomadas de acuerdo a las necesidades de los estudiantes y su entorno laboral. En consecuencia, las titulaciones serán más contextuales y de obsolescencia mucho más rápida. Lo que hoy llamamos doctorados parecieran que van a ir orientados al “emprendimiento” de innovación y su validez dependerá de los conocimientos generados en los últimos tres o cinco años.

El problema que surge es que el clima existente en las universidades, tanto conservadoras como progresistas, es el de defender el actual modelo y encerrarse sobre si mismas. Me hace recordar las apelaciones conservadoras a la autonomía universitaria de las jerarquías religiosas de las casas de estudios superiores en américa latina cuando se impulsó el paradigma científico como sustituto de la fe. Hoy el modelo de universidad de la primera y segunda revolución industrial se está convirtiendo en un dogma, como si las resistencias y la lucha de clases en el siglo XXI no demandarán un nuevo tipo de universidad para enfrentar la dominación capitalista, pero también para apropiarse lo nuevo a favor de los pueblos.

 

La nueva formación de los docentes en el marco de la actual transición

Todo lo que hemos reflexionado y analizado hasta ahora tendrá un impacto directo en el concepto de profesional de la docencia, de maestra y profesor y, por supuesto en el modelo de formación docente. La mayor deuda al respecto la tiene la formación de formadores. La universidades y centros de formación de docentes tenían la tarea de formar los administradores del currículo para la máquina educativa newtoniana, desde una perspectiva trunca de lo pedagógico. Hoy incluso eso ha cambiado, por eso es que he señalado que actual modelo de formación de formadores no le resulta útil a los requerimientos de la producción y el mercado capitalista, pero tampoco a la construcción de alternativas anticapitalistas.

Quienes nos resistimos a vernos como una parte pasiva de la máquina educativa capitalista, a ser parte despreocupada de la máquina social de dominación, más que nadie tenemos que tratar de conocer el funcionamiento de la escuela/universidad y su mutación en una nueva máquina de poder hegemónico, para poder no solo resistir, sino contribuir a producir algo distinto, alternativas que abran paso a un cambio radical. Solo quien conoce una realidad puede transformarla.

A continuación, expondremos algunos de los elementos que considero demandará la cuarta revolución industrial a los procesos de enseñanza-aprendizaje. Conocerlos nos puede permitir repensar lo pedagógico, sobremanera porque el capitalismo cognitivo del siglo XXI se ha apropiado de muchas de nuestras críticas a la vieja máquina educativa newtoniana para abrirle paso a la nueva máquina. Eso nos confunde, nos desconcierta, pero es la nueva realidad.  Ello nos lleva al terreno de la disputa contra hegemónica para que las alternativas recuperen su orientación estratégica, pero también para actualizar nuestra agenda de lucha en materia educativa.

 

Cuadro 3. Premisas del capitalismo cognitivo del siglo XXI para la formación de formadores en el marco de la cuarta revolución industrial

Performance docente ü  La percepción del docente como depositario del mayor saber en el aula se diluye para asignarle nuevas tareas que fomentar la cultura de aprender a aprender

ü  El docente como orfebre digital, como gran experto en cada una de las formas de presentar el conocimiento en la era tecnológica;

ü  El docente como conocedor y usuario crítico en el aula de las novedades en mercancías culturales. Esto lo lleva a la formación de formadores a repensar la importancia del cine, la televisión interactiva, los videos juegos, la música y el video clip, las redes sociales, la virtualidad, la inteligencia artificial en lo educativo;

ü  Se aspira(rá) a que el docente sea un articulador de todos los conocimientos que llegan al aula, traídos tanto por estudiantes como por las familias y las comunidades, en la sociedad del aprendizaje permanente que está emergiendo;

ü  Se procurará que el docente estimule el desafío cognitivo que implica que el estudiante tome conciencia de su saber y la importancia de aprender de los otres, no solo del docente;

ü  Se requiere(irá) que el docente maneje los pisos básicos de todo conocimiento y cuente con una gran habilidad pedagógica para darles sentido, utilidad y direccionalidad a los aprendizajes que traen los estudiantes y ocurren(irán) en el aula.

ü  El docente ya no es más el administrador del currículo, sino un intelectual del aprendizaje.

ü  Crecerá la demanda para que el docente sea un investigador contextual, que sepa vincular con sus estudiantes lo que ocurre en el aula con la realidad de entorno escolar, y que esto lo sepa socializar con los colectivos pedagógicos por escuela;

ü  Se intentará construir la idea de una “edad ideal” para ser docente entre los 21 y 40 años como forma de romper con la estabilidad docente, la noción de carrera profesional y la estabilidad laboral;

ü  Se pedirá que el docente sepa mostrar en su praxis pedagógica el camino de aprender a aprender de manera permanente, como artesano del aprendizaje que entiende la utilidad de lo que hace en el todo;

ü  Se espera(rá) que el docente sepa negociar con los estudiantes los rituales y se reserve la autoridad de la direccionalidad;

ü  Si no está actualizado en términos conceptuales y operacionales de manera permanentemente, su autoridad se puede ver menoscabada por no tener capacidad de valorar todo el conocimiento que se pone en juego en el aula;

ü  Al entender el docente las diferencias de capital cultural, de origen social y de posibilidades de empalmar con lo nuevo que caracterizan a sus estudiantes debe tener capacidad para construir estrategias contingentes que le permitan nivelar los aprendizajes, para disminuir las asimetrías y las desigualdades expresadas en el aula.

 

Perspectiva curricular ü  El actual modelo curricular ha muerto. Su concepción es el fósil educativo en el aula;

ü  Es imposible avanzar en una educación para la cuarta revolución industrial con el actual modelo de desarrollo curricular;

ü  El nuevo modelo curricular será de estándares consensuados, mitad con la comunidad de entorno y los estudiantes y la otra mitad con la nación, con los ministerios de educación;

ü  Los estándares se pueden enunciar en una hoja de papel y no contienen las estructuras secuenciales del anterior modelo curricular;

ü  Estos estándares son una hoja de ruta para la actividad pedagógica, nunca un mapa inalterable. La contingencia y adaptabilidad curricular adquirirán un rol central;

ü  Los estándares será el mínimo esperado de enseñanza-aprendizaje en el aula;

 

Modelo evaluativo ü  Evaluación diagnóstica de conocimientos de partida en el aula;

ü  Evaluación abierta, sin metas prefijadas

ü  Evaluación de procesos de convergencia caótica de conocimientos;

ü  Evaluación de perspectiva futurica, es decir hacia donde apunta el conocimiento que el estudiante está desarrollando

 

Desarrollos didácticos ü  Adiós a los modelos didácticos mono enfocados

ü  La utilidad contextual de uno u otro enfoque será el referente moral de los modelos didácticos;

ü  Los métodos de proyectos multifactoriales hibridarán a las viejas propuestas didácticas dando paso a las didácticas pragmáticas de nueva generación;

 

Modelos de planeación ü  La planeación se reestructurará intentando transferir una parte de los costes educativos a las familias;

ü  La planeación será estratégica situacional que permita relacionar el largo plazo con el corto plazo, teniendo como columna vertebral la actualización permanente de lo educativo

ü  Las instituciones que expresan la cultura evaluativa, especialmente la OCDE a través de PISA, la UNESCO a través de instancias como el LLECE y la ONU con los ODS serán los planeadores de lo educativo;

ü  Transferencia de las soberanías nacionales en materia educativa a los organismos supranacionales y las corporaciones;

ü  Los Ministerios de Educación
Nacional serán las agencias encargadas de ejecutar la planeación supranacional;

 

Estilos de gestión y supervisión ü  La educación será un 75% o más en casa, orientada por el docente. El 25% o menos será para el ensamblaje de equipos de trabajo pedagógico por agendas y para evidenciar en la práctica los aprendizajes teóricos;

ü  Los directores y supervisores se contratarán por periodos, no serán permanentes.

ü  Los directores y supervisores provendrán de las mejores experiencias pedagógicas de

 

Estos son elementos que emergen a partir del análisis. Seguramente se quedan aún cortos y surgirán nuevos elementos en la medida que avancemos en los debates, en la reflexión compartida. Este es un momento para convocar a la genialidad colectiva. Pero como lo he dicho antes, el capitalismo no nos espera, avanza y ensaya formulas.  Una de ellas es la Universidad de la Singularidad, ya mencionada en otros artículos.

 

 

Las limitaciones de la propuesta alternativa capitalista denominada Singularity University

No existen moldes, ya no hay un modelo acabado para calcar, lo único que se puede intentar es conocer para desandar la perspectiva capitalista de aproximación al tema. Veamos este caso concreto. La universidad de la Singularidad, creada en 2009 para avanzar en un modelo de formación y la definición de carreras para la cuarta revolución industrial, propone 10 carreras de partida, para desde allí construir un nuevo perfil de las profesiones en el mundo. Hasta ahora ha ofertado a) Tecnología exponencial, b) Inteligencia artificial y robótica, c) Biología y medicina digital, d) Fabricación digital y nanotecnología, e) Redes y sistemas informáticos, f) Política, derecho y ética, g) Emprendimiento, h) Diseño, i) Innovación empresarial, j) Desarrollo personal.

Cuando uno analiza el abanico de opciones y la convergencia de conocimientos de las mismas se evidencia que está propuesta sigue atascada en el funcionalismo empresarial de la vieja máquina educativa newtoniana, intentando conformar un cuerpo institucional transdiscplinario, nunca caótico convergente. De más está señalar que el modelo de Singularity University (SU) no da cuenta de las prioridades sociales. Incluso SU muestra una clara epistemología burguesa de antaño, al no terminar de dar el salto a la integración real de ciencia, tecnología, arte y conocimiento que demanda la nueva lógica epistemológica de la máquina educativa capitalista que se está forjando.

Paradójicamente lo que si es cierto es que la Universidad de la Singularidad abre una grieta en la perspectiva newtoniana que heredamos de la primera y segunda revolución industrial, porque teóricamente cuestiona los procesos de esa máquina disciplinar.

Si hiciéramos una clasificación desde la vieja organización de campos disciplinares diríamos que la oferta académica de Singularity University se estructura de la siguiente manera: Pensamiento lógico matemático: Inteligencia artificial y robótica, Tecnología exponencial, Fabricación digital y nanotecnología, Redes y sistemas informáticos, Desarrollo personal; Ciencias de la Salud: Biología y medicina digital (desde una racionalidad de pensamiento lógico matemático); Ciencias Sociales: Política, derecho y ética, Emprendimiento, Innovación empresarial, Desarrollo personal. Ni una sola preocupación por la creatividad y el pensamiento artístico, ni por la conducta humana o las áreas de agro alimentación humana. Singularity University inicia el debate correcto, pero su praxis queda atrapada en el pragmatismo empresarial y el desprecio por lo humano. La Universidad de la Singularidad, en la lógica newtoniana, está trabajando la arquitectura de una nueva súper máquina, no en un cambio de paradigma. Esa lógica la separa del propio mercado, el consumo y la racionalidad práctica del capitalismo de la cuarta revolución industrial. Trabaja la singularidad como una nueva convergencia transdisciplinaria para producir otra máquina, pero resulta incapaz de atrapar la potencialidad del caos convergente.

 

El pensamiento crítico

La Universidad de la Singularidad tiene como uno de sus mentores a Ray Kurzweil, el gurú actual del transhumanismo y líder de las ideas de innovación en google. En su libro “la Singularidad está Cerca” (2006/2012) este nuevo pensador del vínculo entre aceleración de la innovación y dinamización del capitalismo, señala que lo único que aún no puede desarrollar la tecnología es el pensamiento crítico. Ni la inteligencia artificial, ni la súper conectividad, logran terminar de descifrar el enigma de lo que pareciera ser el signo distintivo, la identidad de la inteligencia humana. La programación informática y de la biología digital parecieran conflictuar con el pensamiento crítico.

El capitalismo sabe que es el pensamiento crítico lo que ha permitido la aceleración de la innovación, pero también ha sido el soporte de la construcción de resistencias y pensamiento anticapitalista. Por ello trata de entender su lógica constructiva y funcional para emularla en las máquinas, algo que le ha resultado esquivo. Este aspecto es sustantivo para desarrollar enfoques de resistencia.

 

Alternativas

La actual situación educativa, de confusión por la demanda abrupta de educación virtual en el marco de la pandemia del COVID-19, muchas veces ha sido abordada desde un lugar de reflexión y enunciación equivocado. Una parte importante del magisterio lo ha visto como un problema coyuntural de actualización tecnológica, de manejo de computadora, redes sociales, plataformas de video conferencias y acceso a contenidos digitales enlatados. Desde mi punto de vista, si no se parte de visualizar el proceso de mutación de la máquina educativa capitalista, el quiebre de la máquina educativa newtoniana, difícilmente vamos a poder anticipar lo que nos viene y, en consecuencia, construir resistencias y alternativas anticapitalistas.

Lo forma como el capitalismo cognitivo del siglo XXI construye hegemonía para lo nuevo, lo que vendrá, a partir de la crisis del Coronavirus, evidencia el horror de la lógica mercantil, que desprecia el encuentro humano, la sociabilidad, el abrazo, el apretón de manos. Hoy está usando la crisis para enseñar(nos) que se puede vivir, trabajar, comprar y estudiar desde casa.

Por ello, la construcción de alternativas tiene tres dimensiones. La primera apropiarse acerca del porque llegamos aquí, no como una acumulación de lamentos, sino como una profunda comprensión de las mutaciones del capitalismo a partir de la influencia de los tecnológico en los medios de producción, consumo y gobernabilidad.  La segunda, derrotar el fatalismo, como si el capitalismo ya no tuviera vuelta en el marco de la cuarta revolución industrial. Al contrario, las condiciones de posibilidad para abrir paso a una sociedad de iguales pueden estar más cerca si los pueblos se empoderan del conocimiento y deciden enfrentar la barbarie capitalista. Tercero, es urgente pensar lo educativo en clave de pedagogías críticas abiertas al encuentro de lo nuevo

En un tiempo en el cual todos quieren encontrar mesías y respuestas, lo que tenemos que impulsar la pregunta problematizadora que nos permitan encontrar las respuestas correctas para seguir construyendo la posibilidad de un mundo mejor.

[1] Primera generación las supercomputadoras de los cincuenta y sesenta. Segunda generación las computadoras personales o PC. Tercera generación la de las computadoras portátiles. Cuarta generación del internet, el celular y la web site. Quinta generación de las redes sociales. Sexta generación de la inteligencia artificial, conexión 4G y los metadatos.

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