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El fitoplancton se apunta a la lucha contra el cambio climático

Por: Carmelo Marcén

El fitoplancton pasa absolutamente desapercibido. Es diminuto. Y a pesar de eso parecer ser el mayor productor de oxígeno del planeta, además de estar en la base de la cadena alimenticia. Es tiempo de que la educación le preste más atención.

De vez en cuando hay que llevar a la escuela cuestiones de la vida que pasan desapercibidas y, sin embargo, tienen una alta trascendencia. Es lo que le sucede al fitoplancton. Es posible que no se sepa mucho de él porque sus componentes son diminutos, porque parece que hay mucho o porque no se asoma a nuestra comida ni se vende en las grandes superficies; quizás se debe a que cuesta algo pronunciar esa “c” que lo identifica.

En realidad, este olvido lo arrastran otros muchos seres vivos muy útiles para la biodiversidad, y para nosotros, como las mariposas, los gusanos, los hongos o líquenes, etc. ¡Qué pena que se hable de ellos en pocas materias escolares! Y habría que hacerlo, incluso se podrían presentar al alumnado de los cursos más pequeños; si quieren en el contexto de un viaje exploratorio novelado al estilo de Julio Verne, que ya habló de mares fosforescentes en sus 20.000 leguas de viaje submarino. Las causantes de todo esto eran unas bacterias (Vibrio harveyi) que forman parte del fitoplancton y que ahora iluminan ese mar de ardora, del que National Geographic nos ilustra mucho y bien. Descubran en su clase la atractiva imagen de la luminiscencia, que tan presente está en la naturaleza aunque nos pase desapercibida.

Retomen el interés por el fitoplancton. Escriban la palabreja en la pizarra -descompóngala en sus dos partes-, denle un cierto sentido de curiosidad; apóyense si quieren en las muchas imágenes sencillas que encontrarán en Youtube. Hablen de todo esto con el alumnado y cuenten por qué la bióloga Penny Clishom dijo que el fitoplancton, que ya estuvo en el origen de la vida, es algo así como “el microorganismo que hace funcionar el planeta en secreto”. Utilicen esta excusa para hablar de la importancia de la biodiversidad, pero no solo en la clase de ciencias; forma parte de la cultura básica universal que se exhibe en la vida cotidiana.

Ayuden al alumnado a descubrir que los bosques, los grandes y frondosos árboles de selvas y taigas,  no están solos en su lucha contra la contaminación del aire y el acelerado cambio climático. Los diminutos que forman el fitoplancton –que vive no lejos de la superficie del mar– les ayudan, y mucho, en el proceso de la fotosíntesis que, sin entrar en detalles complejos de entender, es la fábrica donde desaparece el dióxido de carbono y se elabora el anhelado oxígeno que da la vida. Tan importante es el papel del fitoplancton que puede afirmarse, lo recoge bien National Geographic, que el verdadero pulmón del planeta está en los océanos, pues producen, si los dejan los elementos cantaminantes como los plásticos– entre el 50 % y 85 % del oxígeno liberado al aire. Aunque habrá que resaltar que el fitoplancton es un fabricante de oxígeno muy lento; además tiene muchos depredadores, no solamente las ballenas que tragan cada día millones de cianobacterias y demás componentes del plancton.

En el mar casi todo asombra. Ese bosque marino de fitoplancton que parece invisible tiene que ver también con el color del mar. De hecho muchos científicos opinan que la contaminación marina que va en aumento y acabará con una parte del fitoplancton –que lleva disminuyendo ya hace un siglo– provocará un cambio en la coloración de las aguas de océanos y mares.

El plancton que alimenta al mundo está en riesgo, a pesar de constituir el universo más rico de consumidores primarios que sostiene la cadena alimenticia. La pérdida del fitoplancton, los científicos hablan de que cada año desaparece en torno al 1 %, resquebrajaría la vida global. Se dice que ha podido disminuir en torno al 40 % en el Hemisferio norte desde 1950. Seguro que ahora también se ve amenazado por los microplásticos que inundan todas las aguas marinas. Pero también hemos leído recientemente noticias positivas: parece que el fitoplancton ártico puede resistir al cambio climático tras una rápida evolución que le permite aguantar temperaturas más elevadas. ¿Hay ahí también una esperanza para el resto de los seres vivos, incluidos nosotros? Si es así se llama adaptación. Imaginamos que algo se ha hablado del asunto en la Cumbre por el Clima Chile Madrid COP25 que estos días se celebraba.

¿A que merecía la pena hablar del fitoplancton? La trascendencia para la vida –sea en forma real o imaginada– no se debe medir por el tamaño de quien presta el servicio, sino por este. Anotemos esta idea y démosle curso entre el alumnado; hagámosla parte de los nuevos desarrollos curriculares, en lo que debe fluir también la interdependencia en el sistema global que es la ecosfera. Experimenten en sus clases; verán que muchas veces la atención a algo pequeño mueve el interés por aprender, máxime si nos procura tantos beneficios. El descubrimiento de mundos nuevos es una manera de abrir los horizontes de la imaginación. La escuela, agobiada por el cumplimiento de los desarrollos curriculares, olvidó que el mundo está fuera de sus paredes.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/ecoescuela-abierta/2019/12/13/el-fitoplancton-se-apunta-a-la-lucha-contra-el-cambio-climatico/

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Los padres pueden ‘diseñar’ el cerebro de sus hijos

Por: Ana Camarero

La adquisición de técnicas de neuroeducación por parte de los progenitores ayuda a los niños a aprender con facilidad

Los momentos en el sofá del salón, antes de irse a dormir, eran especiales. Acurrucado junto a su madre, Martín escuchaba atentamente el fragmento del cuento que tocaba esa noche. Durante 15 minutos, atendía la historia que Laura le contaba de manera pausada. En ese tiempo, su madre le explicaba por qué el protagonista se encontraba triste, cómo disfrutaba jugando en los columpios del parque junto a sus amigos o por qué se había enfadado. Al finalizar la lectura, siempre surgían carantoñas, abrazos o achuchones que le hacían reír hasta que le dolía la barriga. Estímulos y emociones como estos, disfrutados en el entorno familiar, ayudan a los más pequeños a construir su mundo interior y a interpretar la realidad exterior. No en vano, aseguran los expertos, la familia es la primera escuela para el aprendizaje. Un aprendizaje que, en palabras del neurocientífico Francisco Mora, se produce solo si se ama aquello que se quiere aprender, y que está ligado estrechamente a lo emocional.

Hoy se sabe que el cerebro cambia biológicamente, por efecto de la plasticidad neuronal, con cada experiencia; que cada cerebro es único y que las emociones tienen un cometido preponderante en el aprendizaje y la memoria. Por eso, Nora Rodríguez, fundadora y directora de Happy Schools Institute (HSI), Neurociencias y Educación para la Paz, insiste en la importancia de que los padres aprendan neuroeducación, puesto que son los primeros diseñadores del cerebro de los hijos.

“Las neurociencias han demostrado cómo funciona el cerebro en tiempo real, y esto le otorga la oportunidad de sintonizar mejor con sus hijos, no solo a nivel afectivo, educativo y práctico. Por ejemplo, muchos ya ponen en práctica las ventajas de enseñarles a volver sobre sus pasos si no han hecho algo del todo bien, porque han entendido que equivocarse es, ni más ni menos, una gran oportunidad para aprender”, apunta la fundadora de HSI, que añade que “lo interesante es que, al asumir un papel de compromiso emocional en la educación de los hijos, los padres también cambian la química del cerebro, enseñando a sus hijos a conocer sus emociones y la forma en que aprenden mejor”.

En opinión de Nora Rodríguez, que los padres y madres adquieran conocimientos de las técnicas de neuroeducación ayuda a sus hijos a que aprendan más fácilmente. “Pueden llevar a cabo estrategias simples y fomentar en ellos la mentalidad de crecimiento, sabiendo que la plasticidad neuronal les posibilitará aprender mejor aquello que hoy les cuesta un poco, si lo practican. Se descarta el ‘no sirvo para esto’. Cuando un niño piensa, imagina, cuando construye su mente, también modela la biología de su cerebro en la interacción con los adultos”, concluye la experta en neuroeducación.

María Guijarro-García, subdirectora de la Unidad de Investigación Corporativa ESIC Valencia, explica que “padres e hijos pueden aprender sobre el funcionamiento del cerebro y así aprender metacognición, o pensar sobre cómo pensamos”. Guijarro-García insiste en que “saber cómo funciona el cerebro es útil para aprender ciencias y humanidades, y para desarrollar habilidades sociales e inteligencia emocional”. A través de la neurociencia, añade, los progenitores tendrán «mejores herramientas para ayudar al desarrollo emocional e intelectual de sus hijos, y podrán enriquecer su educación y aprendizaje usando la metacognición, la recuperación de la información, o retrieval practice (evocación o recuerdo), para aprovechar tales situaciones y desarrollar la empatía, la cooperación, el cuidado, el optimismo social, la amabilidad y el autoconocimiento».

No obstante, desconocer herramientas sobre neuroeducación y de neurociencia no implica que los padres no puedan educar de manera adecuada a sus hijos. Pero sí es una realidad, en opinión de Guijarro-García, “que el conocimiento de la neurociencia y su aplicación en la educación puede ayudar a que los padres eduquen a sus hijos de forma consciente e informada, y busquen que los maestros de sus hijos estén al tanto de estos conocimientos y los sepan aplicar en sus aulas”.

El docente se presenta, sostiene Nora Rodríguez, como la figura que pone en práctica una educación integradora y para ello es importante el aprendizaje de nuevos conocimientos, pero también, saber cómo funciona su cerebro, cómo conectan con sus alumnos, qué estrategias aplicar en las asignaturas de las primeras horas, o cerca del mediodía.

“Hoy no es suficiente con que los niños y los adolescentes acudan a diario a aulas tecnológicamente innovadoras si los docentes desconocen con qué nuevas técnicas neuroeducativas cuentan para desarrollar el potencial social y humano de sus alumnos», apunta Rodríguez, que insta a entender que cada cerebro es único y que, por tanto, no existe una única manera de aprender.

«El cerebro social debe ser parte del currículum», señala la fundadora de HSI. Una idea con la que coincide, María Guijarro-García: «Si los maestros aprenden y aplican estos principios, mejorará la calidad de vida, tanto de los padres e hijos como de los mismos maestros, porque aplicar las estrategias de aprendizaje basadas en principios de neurociencia, tales como la retrieval practice, espaciar las prácticas e intercalar contenidos no implica mayores recursos ni un exceso de carga laboral. Por el contrario, se pueden preparar actividades en muy poco tiempo y con un alto impacto en los resultados de aprendizaje de nuestros hijos».

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/12/16/mamas_papas/1576499793_458312.html

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El derecho a la información de la infancia, un derecho no cubierto (o no del todo)

Por: Pablo Gutierrez del Álamo

Los medios de comunicación no dan prácticamente ningún espacio para la infancia y la juventud, más allá de series de dibujos animados o similares. La información no parece ser una prioridad en un país en el que el 40% de los jóvenes no diferencia entre lo que es opinión e información.

Lo dice la Convención de los Derechos del Niño; niños y niñas tienen derecho a la información. Pero ¿se cumple? Si cualquier se da una vuelta por las parrillas de los diferentes canales de televisión convencionales puede comprobar que no. ¿Radios hechas por y para niños? Más allá de las existentes en muchos centros educativos, tampoco parecen ser un referente. ¿Periódicos y revistas? Tampoco muchos.

Se trata de un porcentaje alto de la población que se encuentra al margen de la información, del foco de interés de las grandes empresas de comunicación. Desde la vuelta de la democracia a España de una manera u otra se han perdido muchos referentes en los que las niñas y niños eran protagonistas, como espectadores, como ciudadanos críticos también.

Desde los tiempos en los  que se puso en marcha el programa Prensa Escuela desde el Ministerio de Educación ha llovido mucho. Y con ello se ha perdido mucho también. También desde que en 1989 dejada de emitirse en Televisión Española el primer y casi único informativo en el que chicas y chicos no solo eran protagosnistas de la información, La Semana, también la redactaban y tenían labores en la producción y postproducción del espacio informativo que entonces dirigía Francisco García Novel.

Es verdad que en algunas televisiones autonómicas, como la catalana TV3 hay espacios para la información dedicadaa esas generaciones que llamamos el futuro de la sociedad, aunque son el presente. Nos encontramos en un país que no dedica esfuerzos públicos (y muy pocos privados) a que la ciudadanía crítica sea una realidad desde los primeros años y nos los recuerda, cómo no, PISA 2018. El 40% de quienes hicieron la prueba no saben distinguir qué es opinión y qué es información.

Algunas de estas situaciones se explicaron el pasado día 11 en la Universidad Complutense de Madrid durante el I Diálogo sobre Contenidos Infantiles y Juveniles en el que intervinieron representantes de algunas de las propuestas pasadas y presentes más interesantes en el panorama informativo dedicado a las personas menores de edad.

Desde el propio Francisco García Novel, quien comentó cómo se hacía aquel informativo que vió la luz en 1974, todavía en dictadura, y cerró la emisión en el 89; Beatriz Sainz de Rozas, presentadora del informativo juvenil 2.4 del Canal 24 horas de TVE; Gustavo Puerta, director de la revista ilustrada ¡La Leche!, para menores de 9 a 12 años; Beatriz Lucas, directora de los programas Alumnos Radioactivos y Cero en Conducta en la emizora M21 del Ayuntamiento de Madrid (que ya no emite en las ondas y que a partir del 31 de diciembre desaparecerá de Internet también); Edelmira Rodríguez, Directora de Contenidos y Programación de CMM de Castilla-La Mancha.

Todos contaron sus experiencias profesionales con la infancia y la juventud alrededor de la información, de cómo chicas y chicos han participado y participan en la creación de contenidos (para radio y televisión, sobre todo) informativos, en los que han tenido la ocasión de hablar de sus intereses y preocupaciones, de sus vidas, de su día a día en colegios e institutos.

Problemas de todo tipo

Lamentablemente, muchos de estos proyectos han desaparecido ya. El ya mencionado La Semana (en el 89), también el informativo 2.4 que tuvo tiempo para emitir ocho programas entre los meses de mayo y junio de este año pero que hoy por hoy se desconoce cuál será su futuro. También el programa Alumnos Radioactivos que ha supuesto un acercamiento importante para miles de alumnos y alumnas de la ciudad  de Madrid a la radio, no solo como oyentes sino, precisamente, como creadores.

Son poquísimas las propuestas que tienen en cuenta a la infancia a la hora de, siquiera, ofrecer la información de la actualidad «convencional» pasada por el filtro del lenguaje y de los saberes de la infancia. No se hacen programas escolares oficiales que enseñen a chicas y chicos a acercarse a los medios de comunicación para aprender a interpretar qué es información y qué no lo es, qué aparece como importante y qué como secundario. Algo que conocen en carne propia, como explicaba Beatriz Sáinz durante la conversación que se mantuvo (de tres horas) cuando dijo que «los menores no son referentes o protagonistas», y si lo son «son siempre ciritcados». Algo que intentaron paliar desde sus programas lanzando mensajes alentadores a la juventud.

Otras de las dificultades tienen que ver con la calidad de lo que se produce para la infancia, así como los mensajes que se les envían. O de cómo es la narrativa que se utiliza para enviarles los mensajes; una narrativa que debería modernizarse porque no puede contarse igual a una persona adulta una información que a chicas y chicos de 8, 9 o 10 años. O 16.

También está la dificultad de a qué contenidos pueden o no acceder niñas y niños. Mientras Francisco García comentaba cómo en uno de sus programas entrevistaron a Felipe González (PSOE) y a un representante del PCE, jefe de prensa en aquel momento, para que explicaran a su audiencia de La Semana qué era lo que diferenciaba al socialismo del comunismo, «ahora dirían que adoctrinamos. Pero los chavales hacían lo que querían».

Esta es la clave, el miedo adulto a dejar a la infancia expresarse. «Si les dejas, tienen muchas lecciones que darnos», comentaba Beatriz Lucas, «no les damos la oportunidad. Falta su punto de vista en los contenidos audiovisuales».

Un caso de éxito

Desde la televisión de Castilla-La Mancha, Edelmira Rodríguez explicó cómo un programa pensado en colaboración con la Consejería de Educación de la Región y pensado para emitirse por la plataforma digital de la televisión autonómica, pasó a la emisión convencional dado el éxito conseguido.

Se trata del programa ‘Los investigadores’, pensado como una especie de escape room en el que nueve alumnos de diferentes centros de la Comiunidad (uno por cada provincia) tenían que realizar una investigación en el plazo de una hora. Cada cual tenía que realizar alguna tarea concreta y gracias a la colaboración del grupo se consiguía alcanzar una solución.

Trabajo en equipo, conocimientos adquiridos en los años de la secundaria obligatoria y colaboración entre lo ingredientes para el éxito, no solo del grupo de alumnos, sino para el éxito del propio programa.

Eso sí, según comentó, hoy por hoy se encuentra la realización de más programas en espera por dificultades presupuestarias.

Este primer Diálogo que «amenaza» con no ser el último, fue convocado por la Academia de TV, la Cátedra Complutense de comunicación y marketing por la infancia y la adolescencia (UCM), y la Muestra de TV de Calidad para los niños «La Maleta Prix Jeunesse».

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/12/13/el-derecho-a-la-informacion-de-la-infancia-un-derecho-no-cubierto-o-no-del-todo/

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El dolor que no duele

Por: Carolina Vásquez Araya

Acostumbrados como estamos a vivir la vida contemplándola a través de las pantallas, hemos logrado crear eficaces anticuerpos contra el dolor, pero sobre todo contra la necesidad de involucrarnos en aquello capaz de trastornar nuestro espacio personal. Ya somos maestros en el truco de abstraer cuanto pudiera destruir esa ilusión de seguridad que nos permite ir por senderos pavimentados, en donde tocamos la realidad tangencialmente gracias a que nos la presentan fraccionada en cápsulas fáciles de digerir. La tragedia ajena, entonces, puede ser observada sin ese molesto prurito de culpa que –de ser más potente- nos obligaría a actuar.

Este sistema, diseñado para darnos la ilusión de participar activamente, utiliza a los grandes medios de comunicación, que han jugado un papel fundamental por su capacidad de ingresar a nuestro hogar, el espacio personal más íntimo y seguro. Durante la segunda mitad del siglo pasado, la cobertura mediática de las guerras e invasiones -en donde se comenzaron a utilizar recursos cinematográficos de enorme impacto visual y psicológico- tuvo el efecto de convertir la destrucción y la muerte de otros en un espectáculo capaz de absorber nuestra atención sin afectar de manera significativa nuestros sentimientos ni trastornar nuestro sentido de la realidad. Es más: la abundancia de imágenes e información editados a propósito para empujarnos a tomar partido sin darnos la posibilidad de escarbar más a fondo en la búsqueda de la verdad, nos convirtió en meros espectadores.

Hoy seguimos la tendencia marcada desde entonces; y ese hábito de observar sin sentir la obligación de participar activamente, se ha potenciado de manera importante con el uso de las redes sociales, desde donde mostramos ante un público desconocido una faceta pulida y maquillada de nuestra verdadera personalidad. En ellas somos revolucionarios, sin serlo. En ellas nos tomamos la libertad de opinar sin la responsabilidad de responder por ello ante nadie, porque al final de cuentas “son mis espacios y pongo en ellos lo que me viene en gana porque tengo el derecho de gozar de mi libertad de expresión”; y gracias a ese truco mágico de las plataformas digitales, nos erigimos como participantes legítimos de los acontecimientos que estremecen al mundo.

Sin embargo, hay quienes sí lo hacen; sí participan activamente y defienden sus derechos saliendo a las calles a enfrentar la represión para exigir cambios. Son otros –no nosotros- a quienes no les bastan las redes sociales como forma de protesta, porque desde ellas saben que nada cambiará, porque saben reconocer un paliativo mental y no están dispuestos a conformarse con ello. Otros a quienes vemos caer a lumazos, asfixiados por los gases y víctimas de toda clase de abusos por una única razón: enfrentar a un sistema cruel, inhumano y depredador creado para el beneficio de unos en desmedro de las amplias mayorías ciudadanas.

Pero ellos, al fin y al cabo, forman parte del espectáculo que otros consumen ávidamente aun cuando padecen de los mismos males. Quizá ya sea el momento de involucrarse y luchar por valores tan elementales como el imperio de la justicia y el respeto por la vida humana. Luchar para no ver en la pantalla la agonía de un niño migrante, y desviar la mirada. Luchar por salir de la seguridad de la palabra y hacer un pacto con la conciencia; asumir la autoridad de todo ciudadano ante el dolor de los demás, ese dolor que hoy no duele porque se matiza con los colores de una película de ficción de la cual no somos –ni queremos ser- protagonistas.

El espectáculo no basta. Es imperativo participar y sentir el dolor de otros.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=263367&titular=el-dolor-que-no-duele-

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PISA: evaluación neoliberal en educación

Por:Enrique Díez

El impacto que ha adquirido el informe PISA, una prueba de evaluación estandarizada realizada por la OCDE, tiene que ver con el giro económico neoliberal que se está produciendo en la concepción de la educación a nivel mundial.

Como denuncian intelectuales del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), PISA es un inmenso dispositivo de control que aspira a imponer una perspectiva educativa neoliberal, que nos aleja del reconocimiento de la educación como un derecho y nos aproxima a su interpretación como una inversión pensada de acuerdo con las exigencias del mercado: “competir con éxito en el ámbito del panorama internacional y abrir las puertas a puestos de trabajo de alta cualificación, lo que representa una apuesta por el crecimiento económico” (LOMCE, preámbulo).

Proporcionar mano de obra adaptada a las exigencias de la producción moderna, se ha convertido, con mucho, en la tarea primordial y la más importante de las funciones atribuidas a la enseñanza, en este “giro neoliberal”. El papel público de la educación como lugar de aprendizaje para la democracia y para la ciudadanía democrática se ha pasado a considerar como un despilfarro de la inversión pública y una pérdida de tiempo. Como si los seres humanos se pensaran y definieran únicamente como trabajadores y trabajadoras de la maquinaria laboral.

De esta forma se está produciendo una auténtica mutación en la naturaleza y fines de la educación. La problemática de la inserción laboral prevalece sobre la aspiración a la integración social y política de los futuros ciudadanos y ciudadanas y se ha convertido en la principal línea directriz de las reformas y las políticas educativas y evaluadoras inspiradas por la OCDE.

La OCDE es un organismo internacional creado para “maximizar el crecimiento económico” de los países que lo integran. Es a esta institución, con una clara orientación economicista, a la que nuestros representantes políticos han decidido encomendar ser el árbitro global de las políticas públicas de educación y determinar lo que los estudiantes deben saber y las escuelas enseñar.

El informe PISA, emanado de la OCDE, está exclusivamente centrado en cambiar las escuelas para “mejorar la competitividad económica”, olvidando que hay muchos otros aspectos de la educación: el desarrollo artístico, la reflexión crítica, la educación emocional, la participación cívica, la convivencia, etc. Estos aspectos, menos susceptibles o imposibles de ser medidos, no se tienen en cuenta, reduciendo de esta forma la visión colectiva en torno a lo que es o debería ser la educación.

En este sentido, expertas latinoamericanas se preguntan si lo que mide PISA es la creatividad o la adaptación al modelo neoliberal de nuestros jóvenes: «se pretende presentar la estandarización bajo los ropajes de la objetividad cuando lo cierto es que en el fondo encubre la pretensión de hegemonizar, a través de su medición, los valores de una determinada sociedad”.

“El protagonismo de las pruebas PISA en los últimos años ha tenido un tremendo efecto reduccionista y simplificador sobre el debate educativo. Primero, en lo que casi todo el mundo coincide, al reducir la complejidad del aprendizaje y la educación a unos pocos indicadores cuantitativos; segundo, al concentrar todo el foco sobre el desempeño en las tres disciplinas clásicas que mide (vía competencias, sí, pero disciplinas al fin y al cabo) en detrimento de otras materias; tercero, al reducir la escolarización a la enseñanza y el aprendizaje académicos, ignorando la función de cuidado que igualmente compete a la institución escolar” (Fernández Enguita, 2018, p. 150).

Lo cierto es que cada vez más expertos, como el catedrático de sociología de la educación Julio Carabaña, demuestran sólidamente que este programa de evaluación estandarizada carece de valor para ayudar a mejorar la enseñanza en las aulas y el funcionamiento de las escuelas. Pues las pruebas de este examen miden capacidades muy generales que dependen de la experiencia acumulada en toda la vida del alumnado, desde su nacimiento. Por lo que, como incluso reconoce PISA en sus propios textos “si un país puntúa más que otro no se puede inferir que sus escuelas sean más efectivas, pues el aprendizaje comienza antes de la escuela y tiene lugar en una diversidad de contextos institucionales y extraescolares”.

De ahí, que cuestione la inadmisible pretensión de este organismo económico para “llevar las políticas educativas en una dirección determinada”. No sólo porque las capacidades que mide PISA dependen poco o nada de las escuelas, sino porque ni siquiera dependen de los cambios pedagógicos y políticos que PISA propone. Por eso cada vez más expertos consideran que PISA no solo es un fracaso, sino un fraude, pues no sirve para cumplir su objetivo principal, que es ayudar a la mejora de las escuelas y los sistemas educativos.

Uno de los análisis más pormenorizados de la metodología de evaluación de PISA, recogido en el libro PISA according to PISA, confirma que los rankings “están basados en tantos puntos débiles que deben ser abandonados de inmediato”, y advierte que los análisis sobre cómo deben ser las buenas escuelas o las diferencias entre los distintos sistemas educativos, “van mucho más allá de lo que permite una aproximación cauta a estos datos. Son en su mayoría pura especulación”.

De hecho, PISA no realiza un seguimiento longitudinal de la evolución de los estudiantes (de dónde se partía cuando se inició el proceso educativo o que transformaciones se han logrado), compara lo que no es comparable (no es lo mismo un centro urbano que uno en un área rural o marginal; no es lo mismo educar a jóvenes en situación de riesgo que a estudiantes procedentes de las élites culturales de un país) y solo mide lo que puede ser medido (nada dice acerca de la imaginación o la creatividad de los estudiantes, su capacidad para hacer buenas preguntas, su inventiva, su capacidad crítica y de transformación justa del mundo). Además de su concepción homogeneizadora, sin tener en cuenta el contexto socioeconómico y cultural de cada país y región, o los sesgos socioculturales de los ítems de las pruebas. Como si solo existiera un mundo, una única cultura y una única forma de insertarse en el mundo, según este modelo.

Un problema crucial que conlleva también es que está cambiando las prioridades del profesorado, que se ve obligado a centrarse en buscar la forma de obtener resultados, dedicando el tiempo a preparar lo que le piden en las pruebas. El buen docente comienza a ser el que genera buenos resultados conforme PISA. Esto aumenta aún más el ya alto nivel de estrés en las escuelas, con una presión constante por el rendimiento. Lo cual supone que este “régimen PISA” supone un riesgo real de transformar el deseo de aprender en afán de aprobar y tiene el peligro de transformar al alumnado con dificultades en un estorbo para mantenerse en el ranking y la atención a la diversidad en un problema para centrarse en la obtención de resultados.

Debemos reconsiderar este tipo de pruebas estandarizadas. No es admisible creer que unas puntuaciones de las pruebas de PISA muestran la calidad de los sistemas educativos, la capacidad del profesorado, el desarrollo de los estudiantes, y la mejora de la sociedad. Debemos replantear la evaluación como un proceso integral orientado a producir información, contextualizada social y culturalmente, para mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje. Se están llevando a cabo otro tipo de evaluaciones bastante mejor enfocadas como, por poner un solo ejemplo, las pruebas UNESCO.

Como dice Pablo Gentili, deberíamos salir de PISA, porque “PISA simplifica lo que es complejo. PISA jerarquiza lo que no tiene un orden. PISA compara lo incomparable. PISA silencia lo que la realidad amplifica. PISA distrae lo que merece atención. PISA consagra lo que es banal y trivializa lo que debería ser fundamental”. Y esto sólo exige voluntad política para hacerlo.

Fuente: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/12/12/pisa-evaluacion-neoliberal-en-educacion/

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Exclusions for racism in primary schools in England up more than 40%

By: Frankie McCamley.

«The person was my friend and I didn’t expect any of my friends to call me a name,» says nine-year-old Nai’m.

He has experienced racist abuse at primary school five times in a year. It has left his mother, Carla, in tears.

One of the perpetrators is now on a council register for racism, with another facing temporary exclusion.

Primary-school exclusions for racism in England are up more than 40% in just over a decade with the biggest rise in the North West, official figures show.

BBC News analysis of the figures showed:

  • 496 temporary exclusions for racism from primary schools in the academic year 2017-18
  • a rise of 40% on 2006-07, when there were 350 exclusions
  • in the North West there were 36 temporary exclusions in 2006-07, compared with 76 in 2017-18
  • the number of exclusions for racism across all schools in England has fallen over the same period

Nai’m’s story

Media captionNai’m says the racism left him shocked and sad at the same time

Carla, who moved to Manchester from Bermuda three years ago with Nai’m, says she was called by his school and told another pupil had called him «a black midget».

«I was in disbelief. But it did in fact happen, so I was taken aback,» she says.

«Then, three weeks later, I got a call again and his teacher was upset.»

  • When she went into school to talk to the teacher, Carla broke down in tears.

«I couldn’t believe that children would actually talk like that,» she says.

«He was only eight at the time and shouldn’t have had to endure this type of treatment.»

Nai’m, who plays for his local professional football club’s junior team, says much of the abuse happens on the school pitch.

But being called racist names by a friend left him «a little shocked and sad at the same time».

Nai'm playing football

Another child told him their parents had told them they weren’t allowed to talk to black or brown people.

Carla says the family have a good relationship with the school, which has been working with them to try to halt the abuse.

Nai’m gave a talk to fellow pupils at a special assembly about Bermuda and the school tried to get the parents to meet but some of the perpetrators’ parents refused.

It is up to each individual school to decide how to deal with and whether to document incidents of racism among pupils – the only national figures are those for exclusions and some campaigners say they are just the tip of the iceberg.

Spotting it early

«This is about it being OK to be different,» John Au tells a special assembly at Lawrence Community Primary School, in Liverpool.

He works for the Anthony Walker Foundation, set up after the Huyton teenager’s racially motivated murder, in 2005, to campaign for diversity and inclusion.

The school contacted the charity after staff overheard worrying conversations between pupils.

John Au delivers assembly at Lawrence Community Primary School, Liverpool
Image captionJohn Au delivers an assembly at a Liverpool primary school

«It was things like, ‘Go back to your own country,’ because a lot of the children come from different countries,» deputy head Lisa Flanagan says.

«We also heard children talking about the colour of someone’s skin.

«In some instances, pupils were refusing to learn about another religion because they thought they would be betraying their own beliefs.»

Dr Zubaida Haque, deputy director of race-equality think tank the Runnymede Trust, says racism in schools reflects attitudes outside the classroom.

«We have to understand, schools are a microcosm of society,» she says.

«So if we have an increase in hate crime in society, an increase of bigotry or there’s bullying going on outside of school, racism in papers and in a politician’s narrative, children will pick that up very quickly. And that’s what is happening.»

John Au says his organisation has been receiving an increasing number of requests from schools for help.

«Racism and discrimination is a problem that affects the whole of society. It doesn’t matter how old we are,» Mr Au says.

«Schools should be praised for identifying problems. We have to give them credit for that. When teachers spot things early, it stops them from escalating into something else.»

In a statement Nai’m’s primary school said: «The school prides itself in being an inclusive school and will continue to challenge all forms of racism.

«We strongly believe in educating our pupils by teaching them right from wrong, so that they are able to live in harmony with other people regardless of our differences.

«We want children to accept each other and celebrate our diverse school community.

«We are pleased that our families feel supported by staff and that they are positive about the way we deal with incidents when they arise.»

Source of the article: https://www.bbc.com/news/education-50331687

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“El Estado debe garantizar las ILES y la efectiva implementación de la Educación Sexual Integral para que no haya más Lucias”

Desde Andhes celebraron el fallo que obliga al Estado a realizar una reparación integral a la niña a la que se le obstaculizó el acceso a una interrupción legal de embarazo, pero demandan medidas urgente y políticas públicas para erradicar los abusos sexuales en las infancias y garatizar el acceso sin obstáculos a las ILES.

Mientras “Lucía” termina el primario, luego de haber sorteado con sus 11 años los obstáculos que el propio Sistema de Salud le impuso al intentar acceder a una interrupción legal del embarazo, un fallo le abre un nuevo panorama a su futuro.

El Estado tucumano deberá ayudar a ella y su familia, asegurándole una vivienda digna y un trabajo para su mamá, el único sostén del hogar.

La Jueza de Familia, Valeria Brand, consideró que le corresponde al Estado responder ante la necesidad de esa familia que no puede regresar a la localidad de origen, 7 de Abril, dado que en febrero vence la prisión preventiva de Eliseo Victor Amaya, el acusado de la violación, quien vivía en la misma localidad.

Lucía fue abusada por Amaya, su abuelastro, en febrero de este año ingresó al Sistema de Salud con un embarazo en curso y su deseo manifiesto de no continuarlo.

El caso tomo relevancia nacional e internacional por las obstaculizaciones que sufrió la niña y su familia para acceder a una interrupción legal del embarazo en el Sistema de Salud Provincial, a pesar de que está contemplado por ley.

Ahora, el Poder Ejecutivo deberá proveerle a Lucía, sus tres hermanas y su mamá una vivienda, junto a ropa, calzado, útiles, textos escolares, enseres domésticos, y todo lo necesario para poder desarrollar una vida normal y en condiciones dignas. Además, el fallo estipula que el Estado deberá resolver la inserción laboral de la madre de la niña en la administración pública, asegurar el tratamiento psicológico de la niña, y plazas para las tres hermanas en el establecimiento educativo público secundario de la zona de la vivienda.

Desde Andhes, organización de abogados y abogadas de derechos humanos que acompañaron a Lucía y su familia junto a CLADEM, expresaron la importancia del fallo, pero a la vez remarcaron la necesidad de políticas públicas que garanticen que no sucedan otros casos como el de “Lucía”.

En ese sentido, Florencia Vallino, abogada de la ONG, sostuvo que “nos parece importante resaltar la necesidad de respuestas integrales por parte del Estado frente a las vulneraciones de derechos a las niñas y los niños. En este caso nos parece que forma parte de esa reparación integral a la que tiene derecho Lucía. Las distintas variables que aborda la resolución, buscan avanzar en esa respuesta integral”.

“Esta decisión resuelve un caso concreto de una niña de la cual se han vulnerado muchos de sus derechos y amerita esta reparación integral, que celebramos, pero que no deja de estar circunscrita al caso específico de ella. Lo que nosotras exigimos y demandamos medidas que garanticen la no repetición de estos casos en la provincia y un Estado que garantice el acceso a las ILES en toda la provincia, el acceso a los derechos sexuales y reproductivos para las niñas, las adolescentes y las mujeres”, enfatizó Vallino, y agregó: “garantizar esa no repetición implica tomar todas las medidas conducentes, entre ellas llevar adelante a nivel local la aplicación del protocolo ILE nuevo, y garantizar el acceso a derechos en general de las niñas y las adolescentes”.

Al respecto, afirmó que se necesitan políticas públicas. “Sabemos que este es un caso testigo de situaciones que se repiten y que siguen sucediendo en nuestra provincia. Sabemos también que las niñas quedan sujetas a la buena voluntad de las profesionales de la salud que les toca, que muchas veces condicionan el ejercicio de sus funciones a sus creencias religiosas. Eso sigue sucediendo hoy, y frente a eso necesitamos políticas públicas claras y compromiso político”.

“Hoy hay una bajada de línea nacional que de manera contundente marca como se debe dar esa garantía en el acceso a derechos y necesitamos que la provincia acompañe eso, mandando un mensaje contundente a los profesionales de la salud diciéndoles por un lado que es su función garantizar el acceso a derechos, y por otro lado que no van a ser perseguidos por la justicia cuando cumplan esas funciones que tienen a su cargo”, expresó Vallino en referencia al caso de los médicos que intervinieron en el caso “Lucía”, realizando la interrupción, quienes luego fueron imputados por homicidio por la fiscal Adriana Gianonni, y otros casos más que tomaron relevancia mediática.

Por otro lado, desde Andhes sostienen la necesidad de trabajar con la comunidad de 7 de Abril, para que no se repitan los casos de abuso sexual infantil. “Hay un mundo adulto minado por prácticas machistas, misóginas y patriarcales que entienden el cuerpo de las niñas como territorio, como objeto. Esta decisión no lo cambia, acá hay que trabajar con esa comunidad y el Estado necesita generar las medidas necesarias. Tiene que ver con campañas de concientización, con garantizar el acceso a la salud, con la real y efectiva implementación de la Educación Sexual Integral en las escuelas”.

“Lucía es la niña que conocemos, pero en 7 de Abril, como en muchas otras localidades, hay más niñas. ¿Cómo va a trabajar el Estado con esta comunidad? ¿De qué manera planea desnaturalizar estas prácticas? Garantizar educación sexual integral es el primer paso para prevenir el abuso sexual en las niñas y los niños”, finalizó la abogada.

Fuente del articulo: https://lanotatucuman.com/el-estado-debe-garantizar-las-iles-y-la-efectiva-implementacion-de-la-educacion-sexual-integral-para-que-no-haya-mas-lucias/tucuman/30/16/2019/42515/

 

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