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Internacionalismo o extinción: NOAM CHOMSKY

Transcripción del discurso del filosofo, lingüista y activista político Noam Chomsky,  durante la apertura en la cumbre inaugural de la Internacional Progresista (Septiembre 2020).*

Por: Noam Chomsky
Nos reunimos en un momento extraordinario, un momento que es, de hecho, único en la historia de la humanidad, un momento tanto de mal augurio y presagio y al mismo tiempo brillante de esperanzas por un futuro mejor. La Internacional Progresista tiene un papel crucial que desempeñar en determinar qué dirección tomará la historia.
Nos reunimos en un momento de confluencia de crisis de extraordinaria gravedad, con el destino del experimento humano literalmente en riesgo. En las próximas semanas, los problemas llegarán a un punto crítico en los dos poderes imperiales más grandes de la era moderna.
La decadente Gran Bretaña, habiendo declarado públicamente que rechaza la ley internacional, está a orillas de una fuerte ruptura con Europa, en camino de convertirse en un satélite estadounidense aún más de lo que ya es. Pero, por supuesto, lo más trascendente para el futuro es lo que pasa en la hegemonía global, disminuido por la bola de demolición de Trump, pero aún con abrumadora potencia e incomparables ventajas. Su destino, y con él el destino del mundo, puede determinarse en noviembre.
No sorprende que el resto del mundo esté preocupado, si no horrorizado. Sería difícil encontrar un comentarista más sobrio y respetado que Martin Wolf del Financial Times de Londres. Escribe que Occidente está enfrentando una grave crisis, y si Trump es reelegido, “esto será el terminal (el final)”. Palabras fuertes, y ni siquiera se refiere a las grandes crisis que enfrenta la humanidad.
Wolf se refiere al orden global, un asunto crítico, aunque no a la escala de las crisis que amenazan con consecuencias mucho más serias, las crisis que dirigen las manecillas del famoso Reloj del Apocalipsis hacia la medianoche—hacia la extinción.
El concepto “terminal” de Wolf no es algo nuevo en el discurso público. Hemos vivido bajo su sombra durante 75 años, desde que aprendimos, en un día inolvidable de agosto, que la inteligencia humana había creado los medios que pronto producirían la capacidad para una destrucción terminal. Eso fue abrumador, pero había más. No se entendió por aquel entonces que la humanidad estaba entrando en una nueva época geológica, el Antropoceno, en el cual las actividades humanas están despojando el medio ambiente de tal manera que ahora también se acerca a la destrucción terminal.
Las manecillas del Reloj del Apocalipsis fueron establecidas poco después de que las bombas atómicas fueran usadas en un paroxismo de matanza innecesaria. Las manecillas han oscilado desde entonces, a medida que las circunstancias globales han evolucionado. Cada año que Trump ha estado en el cargo, las manecillas se han acercado a la medianoche. Hace dos años se acercaron como nunca antes. El pasado enero, los analistas abandonaron minutos, y cambiaron a segundos: 100 segundos para la medianoche. Citaron las mismas crisis que antes: las crecientes amenazas de la guerra nuclear y de catástrofe medioambiental, y el deterioro de la democracia.
Esta última podría parecer fuera de contexto a primera vista, pero no lo es. El deterioro de la democracia encaja en este trío sombrío. La única esperanza de escapar de las dos amenazas de extinción es una democracia vibrante en la que ciudadanos preocupados e informados participen plenamente en la deliberación, la formación de políticas y la acción directa.
Eso fue el pasado enero. Desde entonces, el presidente Trump ha amplificado las tres amenazas, un logro no insignificante. Ha continuado su demolición del régimen de control de armas, que ha ofrecido alguna protección contra la amenaza de una guerra nuclear, a la vez que apremia el desarrollo de nuevas armas aún más mortíferas, para el gran deleite de la industria militar. En su dedicado compromiso por destruir el medio ambiente que sostiene la vida, Trump ha abierto nuevas y vastas áreas para perforar, incluyendo la última gran reserva natural. Mientras tanto, sus secuaces están desmantelando sistemáticamente el sistema regulatorio que mitiga de algún modo el impacto destructivo del uso de combustibles fósiles, y que protege a la población de químicos tóxicos y de la contaminación, una maldición que ahora es doblemente mortal durante una grave epidemia respiratoria.
Trump ha llevado también hacia adelante su campaña para socavar la democracia. Por ley, los nombramientos presidenciales están sujetos a la confirmación del Senado. Trump evita este inconveniente dejando las posiciones abiertas y, en cambio, llenando las oficinas con “nombramientos temporales” que responden a su voluntad – y si no lo hacen con suficiente lealtad al señor, son despedidos. Ha purgado al ejecutivo de cualquier voz independiente. Solo quedan los aduladores. El Congreso estableció hace mucho tiempo Inspectores Generales para monitorear el rendimiento de la rama ejecutiva. Empezaron a mirar en el pantano de corrupción que Trump ha creado en Washington. Este rápidamente se cuidó en salud despidiéndolos. Apenas hubo nadie del Senado Republicano que se asomó para ver lo que pasaba, ya que Trump se los había metido a todos en el bolsillo, con lo que apenas quedaban destellos de integridad, aterrorizados por la base popular que Trump ha movilizado.
Esta arremetida contra la democracia es sólo el comienzo. La última jugada de Trump es advertir que podría no abandonar el cargo si no está satisfecho con los resultados de las elecciones en noviembre. La amenaza se ha tomado muy en serio en las altas esferas. Para mencionar unos ejemplos, dos respetados comandantes jubilados de alto rango publicaron una carta abierta al presidente del Estado Mayor Conjunto, general Milley, revisando su responsabilidad constitucional de enviar al ejército  para destituir por la fuerza a un “presidente ingobernable” que se niegue a abandonar el cargo después de una derrota electoral, añadiendo en su defensa los tipos de unidades paramilitares que este despachó a Portland, Oregón, para aterrorizar a la población por encima de la fuerte objeción de lxs funcionarios electos.
Muchas figuras del establishment consideran que la advertencia es factible, entre ellas el Proyecto de Integridad de la Transición, que acaba de comunicar los datos de los “juegos de guerra” que ha estado realizando sobre los posibles resultados de las elecciones en noviembre. Los miembros del proyecto son “algunos de los republicanos, demócratas, funcionarios públicos, expertos de los medios, encuestadores y estrategas mejor formados que hay”, explica el codirector del Proyecto, incluyendo figuras prominentes de ambos partidos. Bajo cualquier posible escenario aparte de una clara victoria de Trump, los juegos conducen a algo parecido a una guerra civil, con Trump escogiendo terminar “el experimento estadounidense”.
Otra vez palabras fuertes, jamás escuchadas de las voces sobrias de la corriente principal. El simple hecho de que tales pensamientos surjan es de mal augurio. No están solos. Y dado el incomparable poder de los EE.UU., es mucho más que “el experimento estadounidense” lo que está en riesgo.
Nada como esto ha ocurrido en la historia de la democracia parlamentaria a menudo problemática. Y si nos ceñimos a años recientes, Richard Nixon —una persona no muy agradable en la historia presidencial— tenía razón en creer que había perdido las elecciones de 1960 sólo por la manipulación criminal de operativos demócratas. No impugnó los resultados, poniendo el bienestar del país por delante de la ambición personal. Albert Gore hizo lo mismo en el año 2000. Pero hoy no.
Creando nuevos caminos en desprecio por el bienestar del país no es suficiente para el megalómano que domina el mundo. Trump también ha anunciado una vez más que él podría ignorar la Constitución y “negociar” por un tercer mandato si él decide que tiene derecho a ello.
Algunos eligen reírse de todo esto como si fuera el juego de un bufón. A su propio peligro, como muestra la historia.
La supervivencia de la libertad no está garantizada por “barreras de pergamino”, advirtió James Madison. Las palabras en papel no son suficientes. Está fundada en la expectativa de la buena voluntad y la decencia común. Eso fue hecho trizas por Trump junto con su coconspirador el líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, quien ha convertido el “mayor cuerpo deliberativo del mundo”, como se denomina a sí mismo, en una broma patética. El senado de McConnell se niega incluso a considerar propuestas legislativas. Se preocupa por ser generoso con los ricos y apilar el poder judicial, de arriba a abajo con abogados jóvenes de extrema derecha capaces de salvaguardar la agenda reaccionaria Trump-McConnell por una generación, sin importar lo que quiera el público, sin importar lo que el mundo necesite para sobrevivir.
El despreciable servicio hacia los ricos por parte del partido republicano Trump-McConnell es sorprendente, incluso para los estándares neoliberales que exaltan la codicia. Una ilustración es dada por los principales especialistas en política fiscal, los economistas Emmanuel Sáez y Gabriel Zucman. Muestran que en 2018, después de la estafa fiscal que fue el único logro legislativo de Trump-McConnell, “por primera vez en los últimos cien años, los multimillonarios han pagado menos [en impuestos] que los trabajadores del acero, los profesores de escuelas y los jubilados”, eliminando “un siglo de historia fiscal”. “En 2018, por primera vez en la historia moderna de los Estados Unidos, el capital ha tenido menos impuestos que el trabajo”: una victoria verdaderamente impresionante de la guerra de clases, llamada “libertad” en la doctrina hegemónica.
El Reloj del Apocalipsis fue puesto en hora en enero pasado antes de que se entendiera la escala de la pandemia. Tarde o temprano la humanidad se recuperará de la pandemia, a un costo terrible. Es un costo innecesario. Lo vemos claramente en la experiencia de países que tomaron medidas decisivas cuando China el 10 de enero, proporcionó al mundo información pertinente sobre el virus. Entre ellos estaban principalmente el este y sudeste asiático y Oceanía, y otros que se quedaron rezagados, y en la retaguardia unos cuantos absolutos desastres, en particular los Estados Unidos, seguidos por el Brasil de Bolsonaro y la India de Modi.
Pese a la mala conducta o indiferencia de algunos líderes políticos, al final habrá una especie de recuperación de la pandemia. Sin embargo, no nos recuperaremos del derretimiento de los casquetes polares, ni de la explosiva velocidad de incendios árticos que liberan enormes cantidades de gases de efecto invernadero a la atmósfera, ni de otros pasos en nuestra marcha hacia la catástrofe.
Cuando los científicos más prominentes nos advierten “Entren en Pánico”, no están siendo alarmistas. No hay tiempo que perder. Pocos están haciendo lo suficiente, y lo que es peor, el mundo está maldecido con líderes que no sólo rechazan tomar medidas suficientes sino que deliberadamente aceleran nuestro trayecto hacia el desastre. La maldad en la Casa Blanca está a la cabeza de esta monstruosa criminalidad.
No son sólo los gobiernos. Lo mismo se aplica a las industrias de combustibles fósiles, los grandes bancos que las financian y otras industrias que se benefician de acciones que ponen en grave riesgo la “supervivencia de la humanidad”, según las palabras de un memorando interno filtrado del mayor banco de Estados Unidos.
La humanidad no sobrevivirá a esta malignidad institucional. Los medios para manejar la crisis están disponibles, pero no por mucho tiempo. Una tarea primordial de la Internacional Progresista es asegurar que todos entremos en pánico ahora, y actuemos en consecuencia.
Las crisis a las que nos enfrentamos en este momento único de la historia son, por supuesto, internacionales. El desastre medioambiental, la guerra nuclear y la pandemia no tienen fronteras. Y de una manera menos transparente, lo mismo es verdad sobre el tercero de los demonios que amenazan la tierra y dirigen las manecillas del Reloj del Apocalipsis hacia la medianoche: el deterioro de la democracia. El carácter internacional de esta plaga se hace evidente cuando examinamos sus orígenes.
Las circunstancias varían, pero tienen algunas raíces comunes. Mucha de la maldad se remonta al asalto neoliberal lanzado con fuerza a la población mundial hace 40 años.
El carácter básico del asalto fue plasmado en los pronunciamientos iniciales de sus figuras más prominentes. Ronald Reagan declaró en su discurso inaugural que el gobierno es el problema, no la solución, lo que significa que habría que remover las decisiones de los gobiernos, que al menos parcialmente están bajo control público, y pasarlas al poder privado, que es completamente irresponsable al público, y cuya responsabilidad es el autoenriquecimiento, como proclamó el economista Milton Friedman. La otra fue Margaret Thatcher, quien nos instruyó que no existe la sociedad, sólo un mercado en el cual las personas son arrojadas para sobrevivir lo mejor que puedan, sin organizaciones que les permitan defenderse contra sus estragos.
Sin darse cuenta, Thatcher estaba parafraseando a Marx, quien condenó a los gobernantes autocráticos de su época por convertir a la población en un “saco de papas”, indefenso ante el poder concentrado.
Con una consistencia admirable, las administraciones Thatcher y Reagan se movieron rápidamente  para destruir el movimiento obrero, el principal impedimento al duro dominio por parte de los amos de la economía. Al hacerlo, adoptaban los principios rectores del neoliberalismo de sus comienzos en la Viena de entreguerras, donde el fundador y santo patrono del movimiento, Ludwig von Mises, apenas pudo contener su alegría cuando el gobierno protofascista destruyó violentamente la vibrante socialdemocracia austriaca y los despreciables sindicatos de comercio que interferían con la economía sana al defender los derechos de los trabajadores. Como von Mises explicó en su clásico neoliberal de 1927 Liberalismo, cinco años después de que Mussolini iniciara su brutal mandato, “No puede negarse que el fascismo y movimientos similares que apuntan al establecimiento de dictaduras están llenos de las mejores intenciones y que su intervención ha salvado por el momento a la civilización europea. El mérito que el fascismo se ha ganado por sí mismo vivirá eternamente en la historia” – aunque sólo será temporal, nos aseguró. Los Camisas Negras se irán a casa después de haber terminado su buen trabajo.
Los mismos principios inspiraron el entusiasta apoyo neoliberal para la espantosa dictadura de Pinochet. Unos años después, de forma diferente se pusieron en operación en el escenario global bajo el liderazgo de Estados Unidos y del Reino Unido.
Las consecuencias eran predecibles. Una fue la fuerte concentración de riqueza yuxtapuesta al estancamiento de gran parte de la población, reflejado en el campo político al socavar la democracia. El impacto en los Estados Unidos muestra con claridad lo que se podría esperar cuando el régimen de los negocios es prácticamente indiscutible. Tras 40 años, el 0.1 por ciento de la población tiene el 20 por ciento de la riqueza, el doble de lo que tenían cuando Reagan fue elegido. La remuneración de los directores ejecutivos se ha disparado, aumentando con ella la riqueza de la gerencia en general. Los salarios reales para los trabajadores masculinos que no están en puestos de supervisión han disminuido. Una mayoría de la población sobrevive de cheque en cheque, casi sin ahorros. Las instituciones financieras, en su mayoría depredadoras, han explotado en extensión. Ha habido repetidas crisis financieras, aumentando en gravedad, tras las cuales los perpetradores son rescatados por el amable contribuyente, pese a que eso es el menor de los subsidios estatales implícitos que reciben. El “mercado libre” condujo a la monopolización, con una reducción de la competencia y la innovación, ya que los fuertes tragaron a los débiles. La globalización neoliberal ha desindustrializado el país a través del marco de acuerdos de inversión y comercio mal etiquetados como “acuerdos de libre comercio”. Adoptando la doctrina neoliberal de “impuestos son robos”, Reagan abrió la puerta a paraísos fiscales y empresas fantasmas, previamente prohibidas de ejercer por leyes de cumplimiento efectivo. Eso creó una gran industria de evasión de impuestos que facilitó el robo masivo de los más ricos y del sector corporativo a la población en general. No fue un cambio pequeño. El alcance se estima en decenas de billones de dólares.
Y así continúa, mientras la doctrina neoliberal se arraigó.
Mientras el asalto apenas estaba tomando forma, en 1978, el presidente de la United Auto Workers, Dougherty Fraser, renunció a un comité de gestión laboral establecido por la administración Carter. Se escandalizó al ver que los líderes empresariales habían “elegido librar una guerra de clases unilateral en este país – una guerra contra los trabajadores, los desempleados, los pobres, las minorías, los más jóvenes y los más viejos, e incluso muchos de la clase media de nuestra sociedad”, y habían “roto y desechado el pacto frágil y no escrito que existía previamente durante un período de crecimiento y progreso” —durante el período de colaboración de clases bajo un capitalismo reglamentado.
Su reconocimiento de cómo funciona el mundo se demoró, de hecho era demasiado tarde para evitar la amarga guerra de clases lanzada por los líderes empresariales a quienes pronto se les dio rienda suelta por parte de gobiernos complacientes. Las consecuencias en gran parte del mundo no sorprenden –  rabia general, resentimiento, desprecio por las instituciones políticas mientras las principales instituciones económicas, una propaganda efectiva las oculta de la vista. Todo esto crea un territorio fértil para demagogos que pretenden ser tus salvadores mientras te apuñalan por la espalda, mientras que desvían la culpa de tus condiciones a chivos expiatorios: inmigrantes, negros, China, quien sea que encaje en los viejos prejuicios.
Volviendo a las grandes crisis que enfrentamos en este momento histórico, todas son internacionales, y dos de las internacionales se están formando para hacerlas frente. Una da inicio hoy: la Internacional Progresista. La otra se ha formado bajo el liderazgo de la Casa Blanca de Trump, una Internacional Reaccionaria compuesta por los estados más reaccionarios del mundo.
En el hemisferio occidental, la Internacional Reaccionaria incluye el Brasil de Bolsonaro y algunos otros. En Medio Oriente, los principales miembros son familias dictaduras del Golfo; la dictadura egipcia de al-Sisi, tal vez la más dura en la historia de Egipto; e Israel, que hace tiempo que descartó sus orígenes socialdemócratas y se desplazó lejos a la derecha, el efecto previsto de la prolongada y brutal ocupación. Los acuerdos actuales entre Israel y las dictaduras árabes, que formalizan antiguas relaciones tácitas, son un paso significativo hacia la consolidación de la base de la Internacional Reaccionaria en el Medio Oriente. Los palestinos son pateados en la cara, el destino apropiado para quienes carecen de poder y no se postran a los pies de los amos naturales.
Al este, un candidato natural es la India, donde el Primer Ministro Modi está destruyendo la democracia secular del país y convirtiéndolo en un Estado racista nacionalista hindú, mientras aplasta a Cachemira. El contingente europeo incluye la “democracia iliberal” de Orban en Hungría y elementos similares en otras partes. La Internacional Reaccionaria también tiene un poderoso respaldo en las instituciones económicas mundiales dominantes.
Las dos internacionales abarcan una gran parte del mundo, una a nivel de Estados, la otra al nivel de movimientos populares. Cada una es un representativo prominente de fuerzas sociales mucho más amplias, que tienen imágenes del mundo muy contrapuestas que deberían emerger de la pandemia actual. Una de esas fuerzas está trabajando implacablemente para construir una versión más dura del sistema neoliberal global del cual se han beneficiado enormemente, con medidas de vigilancia y control más intensas. La otra mira hacia adelante a un mundo de justicia y paz, con energías y recursos dirigidos a servir las necesidades humanas en lugar de las demandas de una pequeña minoría. Es una especie de lucha de clases a escala global, con muchas facetas e interacciones complejas.
No es exagerado decir que el destino del experimento humano depende del resultado de esta lucha.
Fuente: Rebelion.org
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Fuente e imagen: https://www.bloghemia.com/2021/06/internacionalismo-o-extincion-por-noam.html
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Discurso De Noam Chomsky En Las Naciones Unidas Sobre El Conflicto Palestina-Israel (Transcripción)

Discurso del filosofo Noam Chomsky en las Naciones Unidas, el  22 de Octubre del 2014. Transcripción del ingles realizada por:  Democracy now 

«Si no se sabe lo que se está buscando, si no se tiene idea de lo que es relevante, dispuestos a cuestionarse esta idea, si no se tiene eso, explorar en internet es sólo tomar al azar hechos no verificables que no significan nada.» – Noam Chomsky

 El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, dijo el martes que está preparando una investigación sobre los ataques a las instalaciones de la ONU durante el reciente ataque de Israel a Gaza. Unos 2.100 palestinos, la mayoría de ellos civiles, murieron en el conflicto, junto con 67 soldados israelíes y seis civiles en Israel.
Bueno, hoy pasamos la hora con el profesor Noam Chomsky, disidente político, lingüista y autor de renombre mundial. Es profesor emérito del Instituto de Tecnología de Massachusetts, donde ha enseñado durante más de medio siglo. En un evento poco común que tuvo lugar el martes pasado, 800 personas llenaron el salón de la Asamblea General de la ONU para ver a Noam Chomsky, embajadores y público de todo el mundo. El evento fue organizado por el Comité para el Ejercicio de los Derechos Inalienables del Pueblo Palestino. Noam Chomsky pronunció un discurso importante:
NOAM CHOMSKY :
Muchos de los problemas del mundo son tan insolubles que es difícil pensar en formas incluso de tomar medidas para mitigarlos. El conflicto entre Israel y Palestina no es uno de ellos. Por el contrario, las líneas generales de una solución diplomática han sido claras durante al menos 40 años. No es el final del camino, nunca nada lo es, sino un importante paso adelante. Y los obstáculos para una resolución también son bastante claros.
Los lineamientos básicos se presentaron aquí en una resolución presentada al Consejo de Seguridad de la ONU en enero de 1976. Se pidió un acuerdo de dos estados en la frontera reconocida internacionalmente —y ahora estoy citando— ”con garantías de los derechos de ambos estados a existen en paz y seguridad dentro de fronteras seguras y reconocidas «. La resolución fue presentada por los tres principales estados árabes: Egipto, Jordania, Siria, a veces llamados los «estados de confrontación». Israel se negó a asistir a la sesión. La resolución fue vetada por Estados Unidos. Un veto de EE. UU.  suele ser un veto doble: el veto, la resolución no se implementa y el evento se veta de la historia, por lo que hay que buscar mucho para encontrar el registro, pero está ahí. Eso ha establecido el patrón que ha continuado desde entonces. El más reciente de EE. UU. El veto fue en febrero de 2011 — ese es el presidente Obama — cuando su administración vetó una resolución que pedía la implementación de la política oficial estadounidense de oposición a la expansión de los asentamientos. Y vale la pena tener en cuenta que la expansión de los asentamientos no es realmente el problema; son los asentamientos, indiscutiblemente ilegales, junto con los proyectos de infraestructura que los sustentan.
Durante mucho tiempo, ha existido un consenso internacional abrumador en apoyo de un arreglo en este sentido. El patrón que se estableció en enero de 1976 continúa hasta el presente. Israel rechaza un arreglo de estos términos y durante muchos años ha estado dedicando amplios recursos para asegurar que no se implemente, con el apoyo incansable y decisivo de los Estados Unidos —militar, económico, diplomático y de hecho ideológico— al establecer cómo se desarrolló el conflicto. es visto e interpretado en los Estados Unidos y dentro de su amplia esfera de influencia.
No hay tiempo aquí para revisar el registro, pero su carácter general se revela al mirar lo que sucedió en Gaza en la última década, llevando adelante una larga historia de crímenes anteriores. El pasado 26 de agosto se alcanzó un alto el fuego entre Israel y la Autoridad Palestina. Y la pregunta en todas nuestras mentes es: ¿Cuáles son las perspectivas para el futuro? Bueno, una forma razonable de intentar responder a esa pregunta es mirar el expediente. Y aquí también hay un patrón definido: se alcanza un alto el fuego; Israel lo ignora y continúa su asalto constante contra Gaza, incluido un asedio continuo, actos intermitentes de violencia, más asentamientos y proyectos de desarrollo, a menudo violencia en Cisjordania; Hamas observa el alto el fuego, como Israel reconoce oficialmente, hasta que alguna escalada israelí provoque una respuesta de Hamas,
El primero de la serie fue el Acuerdo sobre Movimiento y Acceso en noviembre de 2005. Voy a dar una paráfrasis detallada del mismo. Pidió un cruce entre Gaza y Egipto en Rafah para la exportación de bienes y el tránsito de personas, la operación continua de los cruces entre Israel y Gaza para la importación y exportación de bienes y el tránsito de personas, la reducción de los obstáculos al movimiento dentro del territorio. Cisjordania, convoyes de autobuses y camiones entre Cisjordania y Gaza, la construcción de un puerto marítimo en Gaza, la reapertura del aeropuerto de Gaza que Israel había destruido recientemente. Estos son esencialmente los términos de sucesivos altos el fuego, incluido el que se alcanzó hace unas semanas.
El momento del acuerdo de noviembre de 2005 es significativo. Este fue el momento de la retirada de Israel, como se llama, de Gaza: la expulsión de varios miles de colonos israelíes de Gaza. Ahora, esto se describe como un noble esfuerzo por buscar la paz y el desarrollo, pero la realidad es bastante diferente. La realidad fue descrita, muy rápidamente, por el funcionario israelí encargado de negociar e implementar el alto el fuego, Dov Weissglas, íntimo confidente del entonces primer ministro Ariel Sharon. Como explicó a la prensa israelí, el objetivo de la desconexión —lo cito a él— era «congelar el proceso de paz», para «evitar el establecimiento de un estado palestino» y garantizar que la diplomacia «se haya cumplido». eliminado indefinidamente de nuestra agenda «.
La realidad sobre el terreno es descrita por los principales especialistas de Israel en la ocupación: un historiador, el respetado historiador Idith Zertal, el principal corresponsal diplomático de Israel, Akiva Eldar, escribió el libro principal, el trabajo estándar sobre el proyecto de asentamiento, llamado Señores de la tierra., refiriéndose a los colonos. Lo que dicen sobre la desconexión es esto: dicen, “el territorio arruinado” —y para entonces estaba arruinado, en gran parte del motivo de la remoción de los colonos— ”el territorio arruinado no fue liberado ni por un solo día del control militar de Israel, o del precio de la ocupación que los habitantes pagan todos los días. Después de la desconexión, Israel dejó tierra arrasada, servicios devastados y personas sin presente ni futuro. Los asentamientos fueron destruidos en un movimiento poco generoso por parte de un ocupante no ilustrado, que de hecho continúa controlando el territorio y matando y hostigando a sus habitantes por medio de su formidable poder militar ”. Ahora, esa es una descripción precisa de la fuente israelí más respetada.
Los Acuerdos de Oslo, hace 20 años, establecieron que Gaza y Cisjordania son una unidad territorial indivisible, cuya integridad no puede romperse. Durante 20 años, Estados Unidos e Israel se han dedicado a separar Gaza y Cisjordania en violación de los acuerdos que habían aceptado. Y una mirada al mapa explica por qué. Gaza ofrece el único acceso al mundo exterior de Palestina. Si Gaza se separa de Cisjordania, cualquier autonomía que finalmente se pueda otorgar en Cisjordania sería encarcelada: Israel por un lado, un Jordan hostil, aliado de Israel, por el otro, y además, uno de los lentos y La política firme respaldada por Estados Unidos es apoderarse del Valle del Jordán, alrededor de un tercio de Cisjordania, gran parte de la tierra cultivable, que esencialmente aprisionaría al resto aún más fuertemente, si Gaza se separa de Cisjordania.
Bueno, el acuerdo de noviembre de 2005 duró algunas semanas. En enero de 2006 tuvo lugar un acontecimiento muy importante: la primera elección plena y libre en el mundo árabe, cuidadosamente supervisada, reconocida como libre y justa. Tenía un defecto. Salió de la manera incorrecta: Hamas ganó el Parlamento, control del Parlamento. Estados Unidos e Israel no querían eso. Como recordarán, en ese período, el eslogan en boca de todos era «promoción de la democracia». El mayor compromiso de Estados Unidos en el mundo fue la promoción de la democracia. Aquí fue una buena prueba. Democracia: la elección salió mal; Estados Unidos decidió instantáneamente, junto con Israel, castigar a los palestinos por el crimen de votar de manera incorrecta; se instituyó un duro asedio, otros castigos; aumento de la violencia; Estados Unidos inmediatamente comenzó a organizar un golpe militar para derrocar al gobierno inaceptable. Esa es una práctica bastante familiar, no revisaré el registro. La Unión Europea, para su vergüenza y descrédito, estuvo de acuerdo con esto. Hubo una escalada israelí inmediata. Ese fue el final del acuerdo de noviembre, seguido de importantes ataques israelíes.
En 2007, un año después, Hamas cometió un crimen aún mayor que ganar unas elecciones justas: se adelantó al golpe militar planeado y se apoderó de Gaza. Eso se describe en Occidente, en los Estados Unidos, la mayor parte de Occidente, como la toma de Gaza por la fuerza de Hamas, lo cual no es falso, pero se omite algo. La fuerza se estaba adelantando a un golpe militar planeado para derrocar al gobierno electo. Ahora, eso fue un crimen grave. Ya es bastante malo votar de manera incorrecta en unas elecciones libres, pero adelantarse a un golpe militar planeado por Estados Unidos es mucho más serio. El ataque a Gaza aumentó sustancialmente en ese momento, los principales ataques israelíes. Finalmente, en enero de 2008 se alcanzó otro alto el fuego. Los términos eran prácticamente los mismos que los que he citado. Israel rechazó públicamente el alto el fuego, dijo que no lo cumpliría. Hamás observó el alto el fuego,
Ahora, eso continuó hasta el 4 de noviembre de 2008. El 4 de noviembre, que fue el día de las elecciones estadounidenses, las fuerzas israelíes invadieron Gaza y mataron a media docena de militantes de Hamas. Eso llevó a que los cohetes Qassam atacaran a Israel, una gran respuesta israelí, muchos asesinatos, todos palestinos, como de costumbre. A fines de diciembre, un par de semanas después, Hamas se ofreció a renovar el alto el fuego. El gabinete israelí lo consideró y lo rechazó. Este fue un gabinete moderado, dirigido por Ehud Olmert, lo rechazó y decidió lanzar la próxima gran operación militar.
Eso fue Plomo Fundido, que fue una operación horrible, tanto que provocó una reacción internacional muy sustancial, investigaciones de una comisión de Naciones Unidas, Amnistía Internacional, Human Rights Watch. En medio del asalto, el asalto, dicho sea de paso, fue cuidadosamente programado para terminar inmediatamente antes de la toma de posesión del presidente Obama. Ya había sido elegido, pero aún no había asumido el cargo, por lo que cuando se le pidió que comentara sobre las atrocidades en curso, respondió diciendo que no podía hacerlo, que Estados Unidos solo tiene un presidente y que no estaba este presidente todavía. Hablaba de muchas otras cosas, pero no de esto. El ataque estaba programado para terminar inmediatamente antes de la inauguración, por lo que podría responder a las preguntas diciendo: “Bueno, ahora no es el momento de mirar al pasado, miremos hacia el futuro. Los diplomáticos saben muy bien que ese es un eslogan estándar para quienes están involucrados en delitos graves: «Olvidémonos del pasado, miremos hacia un futuro glorioso». Bueno, eso fue justo en medio del asalto.
El Consejo de Seguridad aprobó una resolución —por unanimidad, con la abstención de Estados Unidos— pidiendo un alto el fuego inmediato con los términos habituales. Eso fue el 8 de enero de 2009. Nunca se observó, y se rompió por completo con el siguiente episodio importante de «cortar el césped» en noviembre de 2012. Ahora, puede tener una buena idea de lo que estaba sucediendo mirando a la víctima. cifras para el año 2012. Murieron 79 personas, 78 de ellas palestinas, la historia habitual.
Después del asalto de noviembre, se alcanzó un alto el fuego con los términos habituales. Describiré lo que sucedió a continuación citando a un destacado especialista, Nathan Thrall. Es un analista líder en Medio Oriente para International Crisis Group. Mientras escribe, Israel reconoció que Hamas estaba observando los términos del alto el fuego, y «por lo tanto, vio pocos incentivos» para hacer lo mismo. Los ataques militares contra Gaza aumentaron, junto con restricciones más estrictas a las importaciones. Se bloquearon las exportaciones. Los permisos de salida fueron bloqueados.
Eso continuó hasta abril de 2014, cuando los palestinos cometieron otro crimen: Hamas con sede en Gaza y la Autoridad Palestina con sede en Cisjordania firmaron un acuerdo de unidad. Israel se enfureció, enfureció aún más cuando el mundo lo apoyó principalmente. Incluso Estados Unidos dio un apoyo débil, pero real. Varias razones de la reacción israelí. Una es que la unidad entre Gaza y Cisjordania, entre los dos movimientos, amenazaría las políticas de larga data de separar los dos, por las razones que mencioné. Otra razón fue que un gobierno de unidad socava uno de los pretextos de la negativa de Israel a participar seriamente en las negociaciones, a saber, ¿cómo podemos negociar con una entidad que está internamente dividida? Bueno, si están unificados, ese pretexto desaparece. Israel se enfureció. Lanzó importantes ataques contra los palestinos en Cisjordania, apuntando principalmente a Hamas. Cientos de personas arrestadas, en su mayoría miembros de Hamas. También Gaza, también asesinatos.
Había un pretexto, por supuesto. Siempre la hay. El pretexto fue que tres adolescentes, adolescentes israelíes, en los asentamientos habían sido brutalmente asesinados, capturados y asesinados. Israel afirmó oficialmente que pensaba que estaban vivos, por lo que lanzó un asalto de varias semanas en Cisjordania, alegando que estaban tratando de encontrarlos con vida. Mientras tanto, las detenciones, los ataques y así sucesivamente. Resulta que supieron de inmediato que los habían matado. Ahora, también supieron de inmediato que era muy poco probable que Hamas estuviera involucrado. El gobierno dijo que tenía conocimiento seguro de que Hamas lo había hecho, pero sus propios especialistas destacados, como [Shlomi Eldar], habían señalado de inmediato que el asalto, que fue un crimen brutal, muy probablemente fue cometido por miembros de un clan separatista. , el clan Qawasmeh en Hebrón, que no recibió luz verde por parte de Hamas y que había sido una espina en sus costados. Y eso, aparentemente, es cierto, si nos fijamos en los arrestos y castigos posteriores. De todos modos, ese fue un pretexto para este asalto, asesinatos en Gaza también. Eso finalmente provocó una respuesta de Hamas. Luego vino la Operación Margen Protector, la que se acababa de completar, y más brutal y destructiva incluso las que la precedieron.
El patrón es muy claro. Y hasta ahora, al menos, parece continuar. El último alto el fuego se alcanzó el 26 de agosto. Fue seguido de inmediato por la mayor apropiación de tierras de Israel en 30 años, casi mil acres en el área de Gush Etzion cerca de lo que se llama Jerusalén, Gran Jerusalén, aproximadamente cinco veces el tamaño de cualquier cosa que haya sido Jerusalén, tomada por Israel, anexada violación de las órdenes del Consejo de Seguridad. El Departamento de Estado de EE. UU. Informó a la Embajada de Israel que Israel, lo estoy citando ahora, «la actividad israelí en Gush Etzion socava los esfuerzos estadounidenses para proteger a Israel en las Naciones Unidas», e instó a que Israel no debería proporcionar municiones para «aquellos en el [Naciones Unidas] que interpretaría la posición [de Israel] como endurecimiento «. En realidad, esa advertencia se dio hace 47 años, en septiembre de 1967, en el momento de la primera colonización de Israel, la colonización ilegal, de Gush Etzion. El historiador israelí Gershom Gorenberg nos lo recordó recientemente. Poco ha cambiado desde entonces, en los últimos 47 años, aparte de la escala de los crímenes, que continúan, sin interrupción, con el apoyo constante de Estados Unidos.
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El voto femenino y la lucha de clases

Por: Rosa Luxemburgo

 

«¿Por qué no hay organizaciones de mujeres trabajadoras en Alemania? ¿Por qué se sabe tan poco del movimiento de mujeres obreras?». Con estas palabras Emma Ihrer, una de las fundadoras del movimiento de mujeres proletarias en Alemania, introducía en 1898 su obra Mujeres obreras en la lucha de clases. Apenas han transcurrido catorce años desde entonces, y el movimiento de mujeres proletarias ha conocido una gran expansión. Más de ciento cincuenta mil trabajadoras sindicadas constituyen el núcleo más activo en la lucha económica del proletariado. Muchos miles de mujeres políticamente organizadas se han alineado tras la bandera de la socialdemocracia: el órgano de las mujeres socialdemócratas [Die Gleichheit, editado por Clara Zetkin] tiene más de cien mil suscriptoras; el voto femenino es uno de los puntos vitales del programa de la social democracia.

Pero es posible que precisamente estos datos lleven a algunos a subestimar la importancia de la lucha por el sufragio femenino. Pueden pensar: aun sin la igualdad de derechos políticos del sexo débil hemos hecho enormes progresos tanto en la educación como en la organización de las mujeres. Por lo tanto, el voto femenino no es ninguna necesidad urgente. Quien piense así, se equivoca. El extraordinario despertar político y sindical de las masas proletarias femeninas en los últimos quince años ha sido posible sólo gracias a que las mujeres trabajadoras, a pesar de estar privadas de sus derechos, se interesaron vivamente por las luchas políticas y parlamentarias de su clase. Hasta este momento, las mujeres proletarias viven del voto masculino, en el que indudablemente toman parte, aunque de forma indirecta. Las campañas electorales son una causa común de los hombres y de las mujeres de la clase obrera. En todos los mítines electorales de la social-democracia las mujeres constituyen ya una gran parte, a veces incluso la mayoría. Siempre están interesadas y se sienten apasionadamente implicadas. En todos aquellos distritos en que existe una fuerte organización socialdemócrata, las mujeres ayudan en la campaña. Y son las mujeres las que llevan a cabo el inestimable trabajo de distribuir panfletos y recoger suscripciones para la prensa socialdemócrata, esa arma tan importante en las campañas.

El estado capitalista no ha podido evitar que las mujeres del pueblo asuman todas estas obligaciones y esfuerzos en la vida política. Faso a paso, el Estado se ha visto obligado a garantizarles los derechos de asociación y de reunión. Sólo les niega el último derecho político: el derecho al voto, que les permita elegir directamente a los representantes populares en el parlamento y en la administración, y que les permita ser, asimismo, un miembro electo de estos cuerpos. Pero aquí, como en todos los ámbitos de la sociedad, el lema es: «¡Ojo con empezar cosas nuevas!» Pero las cosas ya han empezado. El actual Estado claudicó ante las mujeres proletarias al admitirlas en las asambleas públicas y en las asociaciones políticas. Pero el Estado no cedió aquí por voluntad propia, sino por necesidad, bajo la presión irresistible del auge de la clase obrera. Y fue también el apasionado empuje de las mujeres proletarias mismas lo que forzó al Estado policíaco pruso-germano a renunciar al famoso «sector de mujeres» [el «sector de mujeres» instituido en 1902 por el ministro prusiano Von Hammerstein obligaba a reservar en las reuniones políticas una sección especial para las mujeres] en las reuniones y abrir las puertas de las organizaciones políticas a las mujeres. La bola de nieve empezaba a rodar más deprisa. Gracias al derecho de asociación y de reunión las mujeres proletarias han tomado una parte activísima en la vida parlamentaria y en las campañas electorales. La consecuencia inevitable, el resultado lógico del movimiento es que hoy millones de mujeres proletarias reclaman desafiantes y llenas de confianza: ¡Queremos el voto!

Hace tiempo, en la maravillosa era del absolutismo pre-1848, se decía que la clase obrera no estaba lo «suficientemente madura» para tener derechos políticos. Esto no puede decirse de las mujeres proletarias actualmente, porque han demostrado sobradamente su madurez política. Todo el mundo sabe que sin ellas, sin la ayuda entusiasta de las mujeres proletarias, el partido socialdemócrata no habría alcanzado la brillante victoria del 12 de enero [1912], no habría obtenido los 4 1/4 millones de votos. En cualquier caso la clase obrera siempre ha tenido que demostrar su madurez para las libertades políticas por medio de un movimiento de masas revolucionario. Sólo cuando el Emperador por la Gracia de Dios y cuando los mejores y más nobles hombres de la nación sintieron realmente el calloso puño del proletariado en su carne y su rodilla en sus pechos, sólo entonces entendieron inmediatamente la «madurez» política del pueblo. Hoy les toca a las mujeres proletarias evidenciar su madurez al estado ca-pitalista; y ello mediante un constante y poderoso movimiento de masas que debe utilizar todos los medios de la lucha proletaria.

El objetivo es el voto femenino, pero el movimiento de masas para conseguirlo no es tarea para las mujeres solamente, sino una responsabilidad común de clase, de las mujeres y de los hombres del proletariado. Porque la actual ausencia de derechos de las mujeres en Alemania es sólo un eslabón de la cadena de la reacción: la monarquía. En la moderna Alemania, de capitalismo avanzado y altamente industrializada, del siglo veinte, en la era de la electricidad y de los aviones, la falta de derechos políticos para la mujer es un residuo del pasado muerto pero también el resultado del dominio del Emperador por la Gracia de Dios. Ambos fenómenos -el instrumento divino como el poder más importante de la vida política, y la mujer, casta en un rincón de su casa, indiferente a las tormentas de la vida pública, a la política y a la lucha de clases- hunden sus raíces en las podridas condiciones del campo y de los gremios en la dudad. En aquellos tiempos eran justificables y necesarios. Pero tanto la monarquía como la falta de derechos de la mujer, han sido desbordados por el desarrollo del capitalismo moderno, son hoy ridículas caricaturas. Pero siguen en pie en nuestra sociedad moderna no porque la gente olvidara abolirlos, ni tampoco a causa de la persistencia e inercia de las circunstancias. No, todavía existen porque ambos -la monarquía, y la mujer privada de sus derechos- se han convertido en instrumentos poderosos en manos de los enemigos del pueblo. Los peores y más brutales defensores de la explotación y esclavización del proletariado se atrincheran tras el trono y el altar, pero también tras la esclavitud política de las mujeres. La monarquía y la falta de derechos de la mujer se han convertido en los instrumentos más importantes de la dominación capitalista de clase.

En realidad se trata para el Estado actual de negar el voto a las mujeres obreras, y sólo a ellas. Teme, acertadamente, que puedan ser una amenaza para las instituciones tradicionales de la dominación de clase, por ejemplo, para el militarismo (del que ninguna mujer obrera con cabeza puede dejar de ser su enemiga mortal), la monarquía, el sistema fraudulento de impuestos sobre la alimentación y los medios de vida, etc. El voto femenino aterra al actual Estado capitalista porque tras él están los millones de mujeres que reforzarían al enemigo interior, es decir, a la socialdemocracia. Si se tratara del voto de las damas burguesas, el Estado capitalista lo considerará como un apoyo para la reacción. La mayoría de estas mujeres burguesas, que actúan como leonas en la lucha contra los «privilegios masculinos», se alinearían como dóciles corderitos en las filas de la reacción conservadora y clerical si tuvieran derecho al voto. Serían incluso mucho más reaccionarias que la parte masculina de su clase. A excepción de las pocas que tienen alguna profesión o trabajo, las mujeres de la burguesía no participan en la producción social. No son más que co-consumidoras de la plusvalía que sus hombres extraen del proletariado. Son los parásitos de los parásitos del cuerpo social. Y los consumidores son a menudo mucho más crueles que los agentes directos de la dominación y la explotación de clase a la hora de defender su «derecho» a una vida parasitaria. La historia de todas las grandes luchas revolucionarias lo confirma de una forma horrible. La gran Revolución francesa, por ejemplo. Tras la caída de los jacobinos, cuando Robespierre fue llevado al lugar de la ejecución, las mujeres de la burguesía triunfante bailaban desnudas en las calles, bailaban de gozo alrededor del héroe caído de la revolución. Y en 1871, en París, cuando la heroica Comuna obrera fue aplastada por los cañones, las radiantes mujeres de la burguesía fueron incluso más lejos que sus hombres en su sangrienta venganza contra el proletariado derrotado. Las mujeres de las clases propietarias defenderán siempre fanáticamente la explotación y la esclavitud del pueblo trabajador gracias al cual reciben indirectamente los medios para su existencia socialmente inútil.

Económica y socialmente, las mujeres de las clases explotadoras no son un sector independiente de la población. Su única función social es la de ser instrumentos para la reproducción natural de las clases dominantes. Por el contrario, las mujeres del proletariado son económicamente independientes y socialmente tan productivas como el hombre. Pero no en el sentido de que con su trabajo doméstico ayuden a que los hombres puedan, con su miserable salario, mantener la existencia cotidiana de la familia y criar a los hijos. Este tipo de trabajo no es productivo en el sentido del actual orden económico capitalista, a pesar de que, en mil pequeños esfuerzos, arroje como resultado una prestación gigantesca en autosacrificio y gasto de energía. Pero éste es asunto privado del proletariado, su felicidad y su bendición, y por ello inexistente para nuestra sociedad actual. Mientras domine el capital y el trabajo asalariado, sólo el trabajo que produce plusvalía, que crea beneficio capitalista, puede considerarse trabajo productivo. Desde este punto de vista, la bailarina del music-hall cuyas piernas suponen un beneficio para el bolsillo del empresario, es una trabajadora productiva, mientras que el del grueso de mujeres y madres proletarias dentro de las cuatro paredes de sus casas se considera improductivo. Esto puede parecer brutal y demente, pero corresponde exactamente a la brutalidad y la demencia del actual sistema económico capitalista, y aprehender clara y agudamente esta realidad brutal es la primera tarea de las mujeres proletarias.

Porque precisamente desde este punto de vista la reivindicación de la mujer proletaria por la igualdad de derechos políticos está firmemente anclada sobre bases económicas. Hoy millones de mujeres proletarias crean beneficio capitalista como los hombres -en las fábricas, en las tiendas, en el campo, en la industria doméstica, en las oficinas, en almacenes. Son, por lo tanto, productivas en el sentido estricto de la sociedad actual. Cada día aumenta el número de mujeres explotadas por el capitalismo, cada nuevo progreso industrial o técnico crea nuevos puestos de trabajo para mujeres en el ámbito de la maquinaria del beneficio capitalista. Y con ello cada día y cada avance industrial supone una nueva piedra en la firme fundamentación de la igualdad de derechos políticos de las mujeres. La educación y la inteligencia de la mujer se han hecho necesarios para el mecanismo económico. La típica mujer del «círculo familiar» patriarcal ya no responde a las necesidades de la industria y del comercio ni a las necesi-dades de la vida política. Claro que también en este aspecto el Estado capitalista ha olvidado sus deberes. Hasta ahora han sido los sindicatos y las organizaciones socialdemócratas las que más han hecho por el despertar espiritual y moral de las mujeres. Hace décadas que los obreros socialdemócratas eran ya conocidos como los más capaces e inteligentes. También hoy han sido los sindicatos y la socialdemocracia los que han sacado a las mujeres proletarias de su estrecha y triste existencia, de su miserable e insípida vida doméstica. La lucha de clases proletaria ha ampliado sus horizontes, las ha hecho más flexibles, ha desarrollado su mente, y les ha ofrecido grandes objetivos que justifiquen sus esfuerzos. El socialismo ha supuesto el renacimiento espiritual para las masas proletarias femeninas y con ello también las ha convertido, sin duda alguna, en una fuerza de trabajo más capaz y productiva para el capital.

Considerando todo lo dicho, la falta de derechos políticos de la mujer proletaria es una vil injusticia, porque además ha llegado a ser, hoy en día, una verdad a medias, dado que las mujeres masivamente toman parte activa en la vida política. Sin embargo, la socialdemocracia no utiliza en su lucha el argumento de la «injusticia». Ésta es la diferencia sustancial entre nosotros y el socialismo utópico, sentimental, de antes. Nosotros no dependemos de la justicia de la clase dominante, sino sólo del poder revolucionario de las masas obreras y del curso del desarrollo social que abona el camino para este poder. Así pues, la injusticia, en sí misma, no es ciertamente un argumento para acabar con las instituciones reaccionarias. Pero cuando el sentimiento de injusticia se apodera cada vez más de amplios sectores de la sociedad -dice Friedrich Engels, el cofundador del socialismo científico- es siempre una señal segura de que las bases económicas de la sociedad se tambalean considerablemente, y de que las actuales condiciones están en contradicción con el curso del desarrollo. El actual y poderoso movimiento de millones de mujeres proletarias que consideran su falta de derechos políticos como una vergonzosa injusticia, es una señal infalible de que las bases sociales del orden existente están podridas y de que sus días están contados.

Hace cien años, el francés Charles Fourier, uno de los primeros grandes pro-pagadores de los ideales socialistas, escribió estas memorables palabras: «En toda sociedad, el grado de emancipación de la mujer es la medida natural de la emancipación general». Esto es totalmente cierto para nuestra sociedad. La actual lucha de masas en favor de los derechos políticos de la mujer es sólo una expresión y una parte de la lucha general del proletariado por su liberación. En esto radica su fuerza y su futuro. Porque gracias al proletariado femenino, el sufragio universal, igual y directo para las mujeres supondría un inmenso avance e intensificación de la lucha de clases proletaria. Por esta razón la sociedad burguesa teme el voto femenino, y por esto también nosotros lo queremos conseguir y lo conseguiremos. Luchando por el voto de la mujer, aceleramos al mismo tiempo la hora en que la actual sociedad se desmorona en pedazos bajo el martillo del proletariado revolucionario.

Redactado:  «Frauenwahlrecht und Klassenkampf», discurso pronunciado en las Segundas Jornadas de Mujeres Socialdemócratas. Stuttgart, 12-mayo-1912.
Fuente de la presente versión:  Texto recogido en el libro: El pensamiento de Rosa Luxemburg (ant. y trad. de María José Aubet). Barcelona, Ediciones del Serbal, 1983, pp. 281-287. Traducido de Gesammelte Werke, vol 3, Dietz Verlag, Berlín, 1973, pp. 159-165.
Esta edición: Marxists Internet Archive, agosto 2014.

Fuente e imagen:  Marxists.org

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La sociedad global pospandémica

Traducción: César Locatelli

Todas estas crisis son internacionales. No conocen fronteras. Deben enfrentarse a la solidaridad internacional.

El pasado 25 de enero, Noam Chomsky participó en el Foro Social Mundial en una actividad organizada por Carta Maior y Forum 21. A continuación se muestra la traducción del discurso de Chomsky, realizada por César Locatelli. El video puede verse íntegramente en inglés en portugués (con traducción simultánea de Sérgio Ferreira) en TV Carta Maior .

La última vez que participé de las reuniones del Foro Social Mundial (FSM) en Brasil fue hace 20 años – maravillosos días de exuberancia, vitalidad, expectativa, entusiasta interacción de los participantes que se extendieron desde la Vía Campesina hasta los centros urbanos, unidos en la creencia de que un mundo mejor es posible y está comprometido a crearlo. Rechazaron firmemente la famosa máxima de Margaret Thatcher: » No hay alternativa «. No hay alternativa al régimen neoliberal que ella y Ronald Reagan estaban tratando de imponer al mundo. El lema del FSM era todo lo contrario: hay una alternativa y la vamos a crear.

Este no es exactamente el clima de hoy.

La emoción en el FSM no estuvo fuera de lugar. Brasil estaba a punto de entrar en su «década dorada», una expresión utilizada por el Banco Mundial en su evaluación retrospectiva de los años de Lula, que analiza los numerosos logros nacionales del gobierno, mientras que Brasil también se convirtió quizás en el país más respetado del mundo y en una voz elocuente para el Sur Global bajo el liderazgo del presidente Lula y su canciller Celso Amorim.

Una vez más, este no es exactamente el clima actual.

La acomodación del gobierno de Lula a las demandas del capital privado internacional, se piense lo que se piense, no fue suficiente para apaciguar a quienes Adam Smith llamó “los señores de la humanidad”. La reacción llegó pronto, no solo en Brasil.

No es necesario revisar los hechos ocurridos desde entonces ni abordar la forma en que se ve a Brasil ahora. Esto quizás esté simbolizado por la ayuda de Venezuela para proporcionar oxígeno para aliviar la catástrofe en Manaos, que ahora se está extendiendo a otras partes de un país famoso por su alto nivel de investigación y logros en las ciencias de la salud y un historial estelar de eficiencia de vacunación, antes del asalto actual a sociedad.

Para agregar una comparación personal, mi esposa Valeria y yo, que vivimos en Arizona, tenemos el privilegio inusual de haber obtenido máscaras de alta calidad, gracias a la generosidad de un amigo de Taiwán. Mientras tanto, Arizona acaba de ganar el campeonato mundial de infecciones per cápita de Covid.

Arizona está un poco por delante de la competencia para ser la peor del mundo. Mientras escribo, el titular del New York Times dice: «Nueva situación de pandemia: los hospitales se están quedando sin vacunas», refiriéndose a todo el país.

La historia continúa informando que “los funcionarios de salud de EE. UU. Están frustrados porque las dosis disponibles no se utilizan mientras el virus mata a miles de personas todos los días. Se han cancelado miles de vacunaciones programadas y las autoridades locales a menudo no están seguras de qué suministros tendrán a mano «. La prensa local agrega que los hospitales ya no tienen camas y que la gente muere en los pasillos. El panorama es el mismo en cualquier lugar del país más rico del mundo, con ventajas incomparables.

En la misma portada del NYT, junto al informe de la catástrofe en Estados Unidos, hay una nota titulada «Un año después del bloqueo: esto es Wuhan hoy». Retrata a personas deleitándose en «un mundo post-pandémico, donde el relieve de rostros sin máscaras, encuentros felices y viajes diarios esconde trastornos emocionales».

El número de muertes diarias por Covid 19 en los EE. UU. Es aproximadamente de tres a cuatro veces mayor que el número total de muertes en China durante el año de la pandemia, en equivalente per cápita, la medida correcta.

No podemos ser demasiado superficiales al extraer lecciones de lo que sucedió en todo el mundo en este año terrible, pero sería una tontería ignorar la historia. Es instructivo en todo el mundo. Mi estado natal, Pensilvania, tiene casi la misma población que Cuba y 100 veces el número de muertes por Covid: 20.000 en comparación con 200. Las muertes por Covid en la ciudad de São Paulo tienen una tasa similar a la de Pensilvania en comparación con Cuba. (100 veces mayor).

Es común atribuir el éxito de China, en contraste con la catástrofe estadounidense, al estricto control autoritario de China sobre la población. La conclusión no es convincente. Taiwán es tan libre y democrático como Estados Unidos. Su población de 24 millones registró siete muertes. Además, los observadores occidentales en China informan que la aceptación popular de los procedimientos muy estrictos que prácticamente han eliminado la enfermedad parece haber sido en gran parte voluntaria y de apoyo.

Un intento de revisión en todo el mundo parece indicar que los principales factores para domar la catástrofe han sido un gobierno eficaz que actúe por el bienestar de su población, combinado con una mentalidad colectivista general y un espíritu de cooperación: todos estamos juntos en esto. , al bien común.

Es útil observar más de cerca las peores actuaciones. Dejaré a Brasil en paz, un caso que es demasiado deprimente para discutirlo. Los más instructivos son Estados Unidos y su aliado británico más cercano, ambos con terribles antecedentes, resaltados por su inusual privilegio y desarrollo económico. También son poco comunes en otro aspecto. Son el hogar de los programas neoliberales que han barrido el mundo durante los últimos 40 años, dirigidos por Reagan y Thatcher, y luego por sus sucesores. Estas doctrinas contribuyeron poderosamente a crear e intensificar la crisis de Covid. Los ricos y poderosos beneficiarios de los programas neoliberales ahora están trabajando arduamente para garantizar que darán forma a la sociedad pospandémica. Las doctrinas y sus consecuencias deben examinarse de cerca.

Un impulso central del neoliberalismo es desmantelar la sociedad civil y disminuir la preocupación del gobierno por el bienestar del público en general. Como proclamó Thatcher, «no hay sociedad», solo individuos que se enfrentan solos a las fuerzas del Mercado Sagrado y, si no sobreviven a la devastación, mala suerte. Para citar uno de los famosos pronunciamientos del presidente de Brasil: «¿y qué?»

Para ser precisos, bajo la doctrina neoliberal, solo unos pocos se lanzan al mercado para sobrevivir de alguna manera. Otros tienen derecho a ser mimados por el estado, es decir, por sus desafortunados ciudadanos. No debemos olvidar nunca el dicho de Balzac, extraído de la sabiduría popular tradicional, de que «las leyes son telarañas por las que pasan grandes moscas y atrapan las pequeñas». Los programas neoliberales se han diseñado cuidadosamente para garantizar que prevalezcan estos principios, con subsidios masivos y rescates para las moscas grandes. Hemos sido testigos de esto repetidamente desde los primeros días del ataque neoliberal.

Los pensamientos de Thatcher no eran originales. Sin quererlo, estaba parafraseando a Karl Marx. Condenó a los gobernantes autocráticos de Europa por intentar convertir la sociedad en “un saco de patatas”, individuos aislados, atomizados, luchando solos, sin sociedad civil, sin organizaciones de defensa popular contra el poder concentrado.

Reagan y Thatcher siguieron el guión con atención. Sus primeros actos fueron destruir los sindicatos, en el caso de Reagan, incluso incorporando trabajadores suplentes permanentes, práctica que pronto adoptaron las empresas privadas. Los golpes de martillo contra la organización del trabajo continuaron bajo sus sucesores. Estudios recientes de destacados economistas, como Lawrence Summers, atribuyen la espectacular desigualdad creada durante los años neoliberales principalmente a la destrucción de los sindicatos, privando a los trabajadores de cualquier medio de autodefensa frente a la incesante lucha de clases.

Las doctrinas del ataque de 40 años a la sociedad se remontan a los orígenes del neoliberalismo en Viena en el período de entreguerras. El venerado padre fundador del movimiento, Ludwig von Mises, apenas pudo contener su euforia cuando el gobierno protofascista aplastó violentamente al vibrante movimiento obrero austriaco y elogió efusivamente al fascismo de Mussolini por haber “salvado la civilización europea. El mérito que el fascismo ha ganado vivirá para siempre en la historia ”, escribió Mises en su libro clásico“ Liberalismo ”, años después de que las camisas negras llevaran violentamente a los sindicatos y al pensamiento independiente a sus lugares apropiados.

Las principales luces del neoliberalismo estaban aún más entusiasmadas con la dictadura asesina de Pinochet. Por razones de principio. Se deben tomar medidas severas para salvaguardar una «economía sólida», asegurando que no habrá restricciones populares a la libertad de los muy ricos y del sector empresarial para expandir su riqueza y poder.

El ideal es la economía de «privatizar todo», citando al actual Ministro de Economía de Brasil, muy elogiado por las finanzas internacionales que desean tomar los recursos de Brasil, de su pueblo, bajo la bandera neoliberal.

Estas son consideraciones a tener en cuenta al pensar en un mundo pospandémico. Revelan que no existe conflicto entre el llamado a la libertad, de cierto tipo, y las duras medidas de represión y control. Además, como mencioné, hay fuerzas poderosas que trabajan arduamente ahora para garantizar que el mundo pospandémico mantenga las principales armas de la lucha de clases incrustadas en la doctrina neoliberal. Razón de más para examinar los principios básicos y sus consecuencias.

Las ideas esenciales quedan plasmadas en el discurso inaugural de Reagan: «el gobierno es el problema, no la solución». Esto no significa que las decisiones a nivel nacional desaparezcan. En cambio, son transferidos a manos de los “señores de la humanidad”, las grandes megacorporaciones y las instituciones financieras que explotaron en escala durante los años neoliberales. Su responsabilidad había sido explicada por los economistas responsables, principalmente Milton Friedman. La única responsabilidad de las empresas es enriquecerse.

No es difícil prever las consecuencias de entregar la toma de decisiones a instituciones tiránicas cuyo único propósito es el enriquecimiento. Algunos se revelan en un estudio reciente de Rand Corporation, una institución cuasi gubernamental. Ella estima que la transferencia de riqueza, desde el 90% más bajo de los ingresos de la población a los muy ricos, principalmente la fracción superior del 1%, fue de 47 billones de dólares. No es poco, sino una subestimación muy grave. No toma en cuenta la apertura de Reagan a la manipulación financiera previamente prohibida por la ley, como los paraísos fiscales, que agregan otras decenas de billones de dólares al robo masivo de trabajadores y la clase media.

Los resultados están ante nuestros ojos, dondequiera que haya golpeado el mazo. En los Estados Unidos, los salarios reales de los trabajadores varones disminuyeron durante el ataque de 40 años, junto con los beneficios y, como mínimo, una seguridad limitada. La democracia política, siempre profundamente defectuosa, ha disminuido aún más a medida que está cada vez más subordinada a la riqueza privada y al poder corporativo. Los estudios recientes más sofisticados muestran que el 90% de la población literalmente no está representada; sus propios representantes están escuchando otras voces, las de los financistas de su próxima campaña. Mientras tanto, el personal de sus oficinas está sobrecargado con enjambres de cabilderos que prácticamente redactan leyes.

Sin tener que avanzar, se puede llegar a comprender algunas de las raíces de la ira, el resentimiento, el desprecio por las instituciones que se han extendido por gran parte del mundo, fácilmente capturadas por demagogos que pueden pretender defender a las masas desposeídas mientras las apuñalan por la espalda , transfiriendo la culpa de su malestar a los objetivos vulnerables: personas no blancas, inmigrantes, peligro amarillo, cualquier veneno que corra justo debajo de la superficie de la vida social.

Una visión de futuro, ahora activamente perseguida por los sectores dominantes, es la perpetuación de esta monstruosidad, de formas aún más duras: vigilancia, control, atomización y precariedad más intensos para la gran masa de la población.

Otra visión es la impulsada por el Foro Social Mundial. Una visión de un mundo en el que las personas tomen el control de su propio destino en comunidades autónomas y lugares de trabajo, deshaciéndose de sus amos, dominación e instituciones represivas. Un mundo que mantiene el clásico ideal liberal, reprimido durante mucho tiempo, de que debemos reemplazar las trabas sociales por lazos sociales. Un mundo que incorpora una cultura de solidaridad y ayuda mutua, de participación directa en todos los ámbitos de ciudadanos informados y comprometidos que se dedican al bien común.

Esta visión no es utópica. Se puede lograr. Además, debe lograrse de alguna manera para que exista el experimento humano. No es ningún secreto que estamos viviendo un momento notable en la historia de la humanidad, una confluencia de crisis extremadamente graves. A menos que se superen los desafíos, y pronto, será una pérdida de tiempo contemplar los contornos de una sociedad pospandémica, porque no habrá sociedad alguna. Esto no es una exageración.

La crisis menos grave de todas es la que, comprensiblemente, está atrayendo ahora la atención y la preocupación: la pandemia. Tarde o temprano, la pandemia será contenida, a un costo terrible e innecesario, como podemos ver en las sociedades, ricas y pobres, que han logrado enfrentarla con eficacia. Pero la pandemia se superará y, si la historia sirve de guía, pronto se olvidará.

Piense en la llamada gripe española de hace un siglo. El número de muertos fue colosal. Se estima en unos 50 millones de personas. Considerando el tamaño de la población, eso sería el equivalente a 300 millones de personas hoy. Un desastre inimaginable que, sin embargo, pronto fue olvidado. Nací unos años después de que se calmara la crisis. Nunca supe de ella cuando era niño. Lo aprendí de los libros de historia.

Si revivimos esa experiencia, tendremos serios problemas. Es probable que ocurran otras epidemias de coronavirus y pueden ser más graves que esta, debido a la destrucción del hábitat y el calentamiento global. Además, hasta ahora hemos tenido suerte. Las recientes epidemias de coronavirus han sido muy contagiosas y poco letales, como la actual, o muy letales, pero no muy contagiosas, como el ébola. Puede que no tengamos tanta suerte la próxima vez. Estas astutas criaturas tienen muchos trucos bajo la manga.

En los últimos años, los científicos nos han dicho claramente lo que se debe hacer. No fue hecho. Las enormes y ricas instituciones farmacéuticas no estaban interesadas, gracias a la lógica capitalista. No es rentable prepararse para un desastre que ocurrirá dentro de unos años. El gobierno de Estados Unidos y algunos otros tienen laboratorios maravillosos, que de hecho proporcionan muchos de los descubrimientos básicos de medicamentos y vacunas que se comercializan con fines de lucro en nuestro sistema económico de subsidio público y lucro privado. Pero fueron neutralizados por la variante neoliberal destructiva del capitalismo: el gobierno debe mantenerse al margen del negocio de la empresa privada, excepto, por supuesto, cuando pueden beneficiarse de la generosidad de los contribuyentes. El desastre se vio agravado por la incompetencia y, en algunos casos,

Hoy escuchamos las mismas súplicas de los científicos, las mismas advertencias y consejos sobre lo que se debe hacer para prevenir desastres. El mero conocimiento no es suficiente. Debe ponerse en uso.

La pandemia actual y las que vendrán son una de las crisis actuales. Una crisis mucho más grave es el calentamiento del planeta. La urgencia del desarrollo de la crisis se puso de relieve nuevamente hace unas semanas, cuando la Organización Meteorológica Mundial publicó su Informe anual sobre el estado del medio ambiente mundial. El Informe advierte que en nuestro curso actual, pronto podríamos alcanzar puntos de inflexión irreversibles. Pronto seremos capaces de lograr lo que ellos llaman » Tierra de invernadero”(Terra Estufa), estabilizándose a 4-5º Celsius por encima de los niveles preindustriales, mucho más allá del nivel reconocido como cataclísmico. El estudio concluye que es «más urgente que nunca proceder con la mitigación … La única solución es deshacerse de los combustibles fósiles en la producción de energía, la industria y el transporte». El IPCC (Panel Intergubernamental de Cambio Climático) marca, muy pronto, la fecha para lograr este resultado, a mediados de siglo.

Al igual que con la pandemia, sabemos cómo lograr ese objetivo. Hay medios viables que se han descrito con gran detalle y se están implementando en parte, pero solo en parte. Estos esfuerzos deben acelerarse rápidamente y pronto, o el juego terminará. Los científicos respetados nos dicen en términos inequívocos que debemos «entrar en pánico ahora». No están exagerando.

Otra crisis de escala comparable es la creciente amenaza de las armas nucleares, que recibe muy poca atención fuera de los círculos especializados, donde la crisis se reconoce como extremadamente grave. Aquí, la solución es obvia: libra a la Tierra de estas monstruosidades. Se han tomado medidas importantes. El viernes pasado entró en vigor el Tratado de la ONU sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, apoyado por 122 naciones, aunque, lamentablemente, ninguna de las potencias nucleares. Eso tiene que cambiar. Incluso por debajo de eso, hay acciones muy significativas que se pueden implementar, pero no hay tiempo para discutir aquí.

Todas estas crisis son internacionales. No conocen fronteras. Deben enfrentarse a la solidaridad internacional. En ese caso, las palabras de Margaret Thatcher son correctas. No hay alternativa.

https://www.cartamaior.com.br/?/Editoria/Sociedade-e-Cultura/A-sociedade-global-pos-pandemia/52/49875

Fuente e imagen:  https://www.alainet.org/en/articulo/210849

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UN chief calls for ending child poverty

United Nations/20-10-2019/Author: Mu Xuequan/Source: www.xinhuanet.com

UN Secretary-General Antonio Guterres on Thursday urged the international community to empower children to end poverty.

In his message for the International Day for the Eradication of Poverty, which falls on Thursday, the UN chief said children are more than twice as likely to live in extreme poverty than adults, and poverty condemns many children to lifelong disadvantage and perpetuates an intergenerational transfer of deprivation.

He highlighted that girls are at particular risk, but they are also a force for change. «For every additional year a girl remains in school, her average income over a lifetime increases, her chances of being married early decrease, and there are clear health and education benefits for her children, making it a key factor in breaking the cycle of poverty,» he said.

One of the keys to ending child poverty is addressing poverty in the household, from which it often stems, said Guterres, adding that access to quality social services must be a priority, yet today, almost two-thirds of children lack social protection coverage.

He added family-oriented policies are also indispensable, including flexible working arrangements, parental leave and childcare support.

The International Day for the Eradication of Poverty is observed on Oct. 17 each year since 1993. This year’s theme is «acting together to empower children, their families and communities to end poverty.»

Source: http://www.xinhuanet.com/english/2019-10/18/c_138480403.htm

Image: billy cedeno en Pixabay

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5 charlas TED para introducir la programación en tu aula

Por: Educación 3.0.

El objetivo de las charlas TED es servir de altavoz a las ‘ideas que vale la pena difundir’, tal y como afirma la organización del mismo nombre que las hizo famosas a partir de 1984. En ellas, diversos expertos concentran conocimientos esenciales sobre diferentes temas en no más de 10-15 minutos. Entre todos los asuntos que tratan, el de la innovación es uno de los más recurrentes y, dentro de ellos, las charlas TED de programación y los beneficios de introducirla en las aulas.

De por qué la programación debe entrar en la educación

La electrónica y la programación permiten crear cosas que, de otra manera, no sería posible. Algo parecido ocurre con el aprendizaje y, por ello, Lluis Toyos, ingeniero, cree que cualquier persona de entre 0 y 125 años puede aprender a transformar sus sueños en realidad y comprobar que es capaz hasta de crear un ordenador de cero con tan solo un poco de motivación.

Vamos a enseñar a los niños a programar

Mitch Resnick es el director de uno de los grupos de investigación más exitosos del mundo sobre tecnología y educación, el Lifelong Kindergarten del MIT. En esta charla de 2012 explica por qué la programación es mucho más que programar, y por qué es necesario enseñarla en las escuelas.

Programar para aprender sin límites

Antonio García Vicente, un niño vallisoletano de 8 años, no solo programa para que sus compañeros aprendan a hacerlo en clase, sino que también enseña cómo lo hace a niños más pequeños. En esta charla que tuvo lugar en el Scratch Day de Valladolid, cuenta su visión sobre la importancia de compartir recursos como estos con todo el mundo para que, entre todos, podamos seguir creando y aprendiendo. Además, enseña una muestra del procedimiento que sigue para programar con ayuda de algunos cables, un ordenador e imaginación.

Let’s teach kids to code

Mitch Resnick, profesor, informático y programador tiene claro que programar no es algo reservado a los profesionales de la informática y que en el futuro tomará importancia en diferentes ámbitos de la vida. Por eso, cree primordial que la educación otorgue a las generaciones venideras conocimientos sobre la materia.

Robótica en la educación

Los robots pueden tener un papel fundamental dentro de las aulas ya que, además de enseñar materia de robótica y programación a los estudiantes, también son una herramienta ideal para aprender, por ejemplo, cómo serán los trabajos del futuro. Está impartida por John Pereira, cofundador de UYRobot, una startup uruguaya especializada en robótica educativa.

Fuente de los documentos: https://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/charlas-ted-de-programacion/108306.html
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Conferencia Ignacio Calderón en la Filbo 2019

Por: saldarriagaconcha.org.

Ignacio Calderón, doctor en Pedagogía y profesor titular de Teoría de la Educación en la Universidad de Málaga, participó de la franja ‘Leer con los sentidos’, organizada por la Fundación Saldarriaga Concha para la Feria del Libro de Bogotá.

Calderón habló sobre la importancia de reconocer la diversidad y la necesidad de promover la educación inclusiva en todas las instituciones educativas.

Fuente de la conferencia: https://www.saldarriagaconcha.org/conferencia-ignacio-calderon-en-la-filbo-2019/

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