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Programación del Portal Otras Voces en Educación del Domingo 2 de junio de 2019: hora tras hora (24×24)

Domingo 2 de junio de 2019 / Autor: Editores OVE

Recomendamos la lectura del portal Otras Voces en Educación en su edición del día domingo 2 de junio de 2019. Esta selección y programación la realizan investigador@s del GT CLACSO «Reformas y Contrarreformas Educativas», la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, organización miembro de la CLADE y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) registrado en el IESALC UNESCO.

00:00:00 – 6 Innovaciones educativas que revolucionan las aulas

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311019

01:00:00 – Las técnicas que compartieron Einstein, Richard Feynman y Elon Musk para aprender más rápido

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311016

02:00:00 – España: Un canal de YouTube para educar en valores a los niños

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311029

03:00:00 – La potente iniciativa de un colegio colombiano que busca democratizar sus prácticas de enseñanza

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311254

04:00:00 – Latinoamérica, en manos de sus estudiantes

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311156

05:00:00 – América Latina: Debates sobre la educación popular y los desafíos de la educación hoy (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311375

06:00:00 – Revista RELIEVE (Revista Electrónica de Investigación y Evaluación Educativa) Vol. 25, No.1 (PDF’s)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311208

07:00:00 – Tres tiempos de la educación mexicana (I)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311022

08:00:00 – Libro: Modelos Pedagógicos y Teorías del Aprendizaje (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311372

09:00:00 – Aprendizaje Basado en Competencias – Lo que Tienes que Saber | Infografía

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311244

10:00:00 – Africanía: Relaciones entre familia y sistema escolar en África: Representaciones y prácticas escolares en África (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311379

11:00:00 – La educación tiene que cambiar, pero ¿cómo?

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311258

12:00:00 – El éxito de la educación en Finlandia tras suprimir los colegios privados

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311205

13:00:00 – Cursos de introducción a las TIC para docentes

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311152

14:00:00 – Trabajo y aprendizaje: cómo preparanos para la Cuarta Revolución Industrial

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15:00:00 – Reforma educativa sin pasador

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311251

16:00:00 – Argentina: A 50 años del Cordobazo, un ejemplo vivo

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311217

17:00:00 – El Mexe, una escuela en disputa – A Contracorriente

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311141

18:00:00 – España: Save the Children pide al Gobierno que aplique la Declaración de Escuelas Seguras para proteger a la infancia y a la educación en los conflictos armados

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311159

19:00:00 – Lecturas sobre la Carta de AMLO a la CNTE

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311147

20:00:00 – Se presentó oficialmente el III Encuentro Regional Virtual Educa Bolivia 2019

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311214

21:00:00 – Teorías del Aprendizaje – Línea de Tiempo de las Principales Corrientes y Representantes | Infografía

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311248

22:00:00 – Argentina: exposición “Desafíos para América Latina en el Siglo XXI” – Foro Universidad y Soberanía

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311013

23:00:00 – Noticias con Futuro: Hacia dónde va la educación universitaria en el Perú

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/311382

En nuestro portal Otras Voces en Educación (OVE) encontrará noticias, artículos, libros, videos, entrevistas y más sobre el acontecer educativo mundial cada hora.

ove/mahv

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La revolución 5G

Por: Manuel Castells

Con el aséptico nombre de 5G se presentó la nueva generación de comunicación móvil en el Mobile World Congress de Barcelona, a finales de febrero. Se trata de una profunda transformación tecnológica con importantes consecuencias empresariales, sociales y geopolíticas. La estrella del congreso fue el nuevo modelo Mate X de Huawei, la principal empresa tecnológica china. Claro que el teléfono no sirve de mucho mientras no se despliegue la red por la que circulan las señales. Y esto se supone que ocurrirá, al menos en China, Europa y Estados Unidos, en el 2020.

La conexión de internet con 5G se proyecta como 40 veces más rápida que la del 4G que actualmente utilizamos y el volumen de datos comunicados significativamente mayor (aquí las estimaciones varían). La importancia de esta tecnología es que constituye la infraestructura necesaria para el funcionamiento de la nueva sociedad en red, incluyendo la nueva economía. Esta nueva estructura, que ya existe en gran medida, está en la base de la conexión de grandes bases de datos (big data), del despliegue de las aplicaciones de inteligencia artificial y, por tanto, de la robótica avanzada (máquinas capaces de aprender) y, sobre todo, de la llamada “internet de las cosas”. Por tal se entiende la multiplicidad de conexiones ultrarrápidas de internet no sólo entre humanos y sus organizaciones, sino entre objetos de todo tipo, en el ámbito doméstico, el dinero móvil, el coche sin conductor, la cirugía a distancia, la enseñanza virtual o las guerras de drones. No hablamos de ciencia ficción, sino de lo que ya ha sido investigado, diseñado, producido y es operativo.

Como indicación de lo que ocurre, en el 2014 había unos 1.600 millones de objetos/máquinas conectados. En el 2020 se estima que serán 20.000 millones. Sin embargo, el funcionamiento real de estas múltiples redes sobre una única infraestructura de comunicación requiere una red con las características del 5G. Con sus consiguientes riesgos. Por un lado, el de la ciberseguridad (interferencias y vigilancias de todo tipo, sobre todo de gobiernos, incluidos todos). Por otro lado, los peligros potenciales para la salud aún poco evaluados. Resulta que una característica clave de esta nueva red es una altísima densidad de miniantenas que están sembrando en todas las ciudades para, mediante su cobertura coordinada del espectro, obtener una comunicación ubicua de cualquier punto de la red a cualquier otro. Antes de que le entre pavor piense que esta red, como todo lo que hemos ido inventando, se va a desplegar y usted (o sus hijos o sus nietas) la van a utilizar, sí o sí. Con lo cual lo urgente es analizar seriamente los impactos de estos múltiples campos electromagnéticos sobre la salud (sobre lo que hay muchos mitos, parecidos al movimiento antivacunas) y encontrar soluciones técnicas para prevenir el daño potencial.

En cualquier caso, la construcción y gestión de la(s) red(es) 5G se convierte en un campo esencial de la lucha por el poder y el dinero, porque vivimos en la época del capitalismo de los datos y los datos sólo sirven cuando pueden ser procesados y conectados.

Por eso se ha desatado una violenta reacción del Gobierno estadounidense contra la participación de Huawei en el diseño y construcción de la red. Y es que resulta que, en opinión de la mayoría de los expertos, Huawei posee la tecnología de diseño y fabricación más avanzada del mundo en las redes de telecomunicación 5G. Creo que el choque psicológico del Gobierno (mucho menos el de las empresas) es comparable al pánico surgido ante el Sputnik soviético en 1957.

¿Cómo es posible –dicen en Estados Unidos– que los chinos estén más avanzados cuando se suponía que su ventaja competitiva estaba en copiar y fabricar más barato explotando su mano de obra, sin añadir valor mediante investigación? Estamos en presencia de una mezcla de complejo de superioridad e ignorancia. Huawei está entre las primeras cinco empresas del mundo en gasto en I+D, tiene decenas de miles de investigadores, con centros en todo el mundo, no sólo en China, sino en Silicon Valley y otros núcleos tecnológicos. Y obtuvo más patentes tecnológicas en el 2017-2018 que cualquier empresa tecnológica en Estados Unidos. Aun así, la paranoia de los estrategas estadounidenses es tal que, teniendo en cuenta las consecuencias geopolíticas e incluso militares de esta tecnología, decidieron que la ventaja de Huawei sólo podía provenir del espionaje industrial y han arrestado y procesado a la directora financiera, Meng Wanzhou, hija del fundador de la empresa. ¿Pruebas? En el momento de su detención llevaba un iPhone y un iPad. Concluyente, ¿no? La acusación en serio es que Huawei es una empresa estatal (falso, es privada, como lo es Alibaba, la mayor empresa de e-commerce del mundo) y está introduciendo un acceso de “puerta trasera” en la red mediante el cual se puede espiar a todo el mundo. Y sólo faltaba que justo ahora el Gobierno chino lance su iniciativa de construcción de infraestructuras de transporte y comunicaciones en Europa y Asia (la nueva ruta de la seda) en colaboración con diez países europeos, incluida Italia, para que el 5G se interprete como un proyecto de dominación china sobre Occidente.

Objetivamente, hace falta mucho cinismo para presentar al Gobierno de Estados Unidos, así como los europeos, como respetuosos de la privacidad. Hay múltiples revelaciones y documentos (en particular los papeles de Snowden) que muestran la práctica sistemática de vigilancia legal o ilegal de las agencias estadounidenses en todo el mundo, como hace el Gobierno chino. Y la ayuda de mercados militares a empresas como Boeing y a Silicon Valley es un hecho.

La nueva revolución tecnológica se está convirtiendo en un campo de batalla geopolítico, en detrimento de la cooperación sinérgica que intentan algunas empresas europeas.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=255802

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¿La diversidad (sexual) es revolucionaria? Reflexiones a 50 años de Stonewall

Por: Roberto Jara

El 28 de junio de 2019 se cumplirán 50 años de la Revuelta de Stonewall, que marca la fecha del Orgullo LGBTI desde entonces. El aniversario de una revuelta callejera de tres días contra la policía y sus abusos será celebrado en manifestaciones, pero también en “desfiles” con presencia policial, carrozas de empresas precarizadoras y actos de políticos de partidos capitalistas. ¿Qué ha pasado aquí?

¿La diversidad sexual (que en 75 países sigue siendo ilegal) ha perdido su potencial revolucionario? ¿Se ha convertido en una marca, a pesar de la creciente persecución con el auge de la extrema derecha? Trataremos de abordar estas cuestiones formulando una pregunta a la historia de las luchas de la diversidad sexual: ¿Cómo alcanzar una sociedad sin opresión ni explotación?

La respuesta te sorprenderá. O quizá no, ya que en la historia del marxismo revolucionario existe una tradición que busca poner en práctica formas de unir a distintos sectores oprimidos con la clase trabajadora, la clase que crea y sobre la que se sostiene el sistema capitalista. ¿Pero, qué tiene que ver la explotación asalariada con la moral sexual dominante?

El sistema capitalista encuentra múltiples beneficios en la familia patriarcal, donde reproducen nuevas generaciones de explotados, haciendo aparecer como “natural” que las mujeres sean quienes realicen de forma gratuita el trabajo doméstico y reproductivo. También en la familia patriarcal es donde las nuevas generaciones “aprenden” el respeto a la autoridad y la existencia de jerarquías como un “orden natural” que debe ser aceptado; una tarea que continuarán la Iglesia, la escuela y otras instituciones como el ejército.

Pero la familia patriarcal no se mantiene ni estática, ni por sí misma. En su continua evolución histórica, necesita una ideología que abarque otros aspectos de la vida y que no sólo imponga este modelo de familia como “natural”. Y ahí es donde entra en escena el rechazo sistémico a la diversidad sexual como parte del patriarcado. El capitalismo fortalece, reproduce y reinventa opresiones como el patriarcado y el racismo, o las implanta mediante la colonización allá donde no se dan.

La forma en la que se entrecruzan estas opresiones viene siendo un debate particularmente intenso en las últimas décadas en torno a la idea de interseccionalidad [1], especialmente desde las elaboraciones de feministas antirracistas, analizando como se complementan dobles o triples sistemas de opresión, aunque ha existido a lo largo de toda la historia del pensamiento marxista.

La cuestión de clase atraviesa todas estas opresiones. ¿Tienen los mismos intereses Ana Botín que las mujeres desahuciadas por el Banco Santander? ¿Tienen los mismos intereses Barack Obama que las clases populares de los países que ordenó bombardear? ¿Tienen los mismos intereses una joven lesbiana que aguanta burlas en un trabajo precario o una trans rechazada en el mundo laboral entrevista tras entrevista que los miembros de la Asociación de Empresas para Gays y Lesbianas (AEGAL) que organiza los World Pride en Madrid? Entendemos que no, y es en este punto donde aparece una vieja idea: la lucha de clases.

Es en este campo de batalla donde la articulación de un movimiento LGBTI en los marcos que impone el sistema capitalista conquista cada vez más derechos (siempre provisorios, hay que decirlo), pero a la medida del sistema. Éstos no sólo se dan para una parte de la población mundial relativamente pequeña, adaptándose a la impotencia del derecho burgués, sino que se convierten en un peón a sacrificar para el Estado capitalista “moderno” ante el auge de la extrema derecha. Dicho de otra manera, la (frágil) igualdad ante la ley no es la igualdad ante la vida.

En este sentido apunta Daniel Bernabé en su libro La trampa de la diversidad, que: “así la consecución de los derechos LGBT se concibe como una cuestión de acceso a los bienes y el respeto que la sociedad tributa de manera meritocrática. De esta manera, se está transmitiendo el mensaje de que los problemas que encuentra un homosexual no son sistémicos, sino derivados de la actitud del individuo.” [2]

Esto es lucha de clases, concretamente, un caballo de Troya de una clase capitalista que lleva 40 años de restauración neoliberal ensayando el equilibrio entre cooptación y represión para neutralizar las luchas que apunten contra la explotación de la clase trabajadora o contra los sistemas de opresión patriarcal y racista que se usan para fragmentarla y mantener su situación. Porque si las luchas contra las opresiones se escinden de la lucha contra la explotación de clase, el sistema logra mantenerse y reconvertirse”.

Josefina Martínez señalaba en un artículo anterior de Contrapunto: [3] “Desde una perspectiva emancipatoria se busca que ninguna diferencia en el color de la piel, en el lugar de nacimiento, el sexo biológico o la elección sexual puedan ser la base de una opresión, un agravio o una desigualdad […] Pero en el caso de la diferencia de clase, se trata de eliminarla como tal, que no exista más. La clase trabajadora, mediante la lucha contra las relaciones sociales capitalistas, busca la eliminación de la propiedad privada de los medios de producción, lo que implica la eliminación de la burguesía como clase y la posibilidad de terminar con toda sociedad de clases.”

La historia de la lucha por la diversidad sexual ha sido en cierta medida, también la historia de la lucha de clases, ambas en una encrucijada que ha tenido un largo recorrido histórico. A través de esa encrucijada queremos preguntarnos un par de cosas sobre la interseccionalidad: ¿cuáles son las causas de las opresiones que se cruzan? y, sobre todo ¿cómo liberarnos de las mismas? Retrocedemos 50 años frente al Stonewall Inn para reflexionar sobre esta historia.

Una revolución sexual en medio de la lucha de clases

El 28 de junio de 1969 la policía se hizo presente en el Stonewall Inn, de Nueva York, para humillar y detener a quienes estaban en el bar en una redada, la cual fue respondida con una revuelta callejera que duró tres noches.

La etapa que arrancaría tras el Stonewall en el movimiento por la liberación sexual encuentra un nuevo centro de gravedad: la transformación de las relaciones sociales. En la década del ’60 los movimientos de mujeres y por la liberación sexual comenzaron a desarrollarse significativamente, en gran parte del planeta, conquistando importantes reformas, arrancando leyes a los parlamentos, desterrando prejuicios y ganando en visibilización y reconocimiento.

Un extendido proceso de radicalización atravesó los continentes desde mediados de los ’60 hasta inicios de los ‘80. Durante este período, Estados Unidos era derrotado en la guerra de Vietnam, millares de obreros iban a la huelga general junto a los estudiantes protagonizando el Mayo Francés, la clase trabajadora chilena se organizaba en los cordones industriales, el pueblo checo enfrentaba a los tanques de la burocracia estalinista en la Primavera de Praga, obreros y estudiantes herían de muerte a la dictadura argentina en el Cordobazo, el pueblo de Portugal tiraba abajo la dictadura con la Revolución de los Claveles, etc.

Entonces, ¿cómo se pasó de aquel momento de radicalidad política a concebir la cuestión de la “diversidad” solo como una cuestión identitaria? ¿Por qué se dejó de cuestionar las bases del sistema capitalista de conjunto? Para entender las derivas de la diversidad sexual en este sentido, hay que tomar en cuenta, entre otros factores importantes, cuál era la posición de las organizaciones tradicionales de la izquierda y los sindicatos sobre estos temas.]

Es un hecho que, con el auge del neoliberalismo, las luchas por la diversidad se encuentran muy limitadas por las aspiraciones de reconocimiento y visibilización, sin cuestionar mayoritariamente la explotación capitalista. Entran en juego aquí elementos sociales de magnitud, como la ofensiva neoliberal y los ataques a conquistas sociales en todos los terrenos, que acompañaron un reflujo de la lucha de clases.

Sin embargo sería equivocado explicar el devenir de la diversidad solo como “trampa”, sin contextualizar que cuando un sector significativo de la juventud y la clase trabajadora tendía hacia posiciones abiertamente anticapitalista durante los años 60 y 70, las grandes organizaciones obreras, es decir, los partidos socialdemócratas y comunistas, conservaron en buena parte sus tradicionales posiciones LGBTIfóbicas, considerando aquello que no era heterosexual como una “desviación” impropia de la clase trabajadora, dando la espalda a los movimientos de liberación de la mujer y LGBTI, que experimentaban un auge y radicalización en numerosos países.

Por ejemplo, en el caso del Partido Comunista Francés (PCF), su rol burocrático y conciliador con la burguesía a través de la firma de los acuerdos de Grenelle después del 68 y la desconvocatoria de huelgas, se sumará a la calificación de la diversidad sexual como “pederastas” a través de su candidato presidencial, Jacques Duclos en 1971. La República Democrática Alemana siguió aplicando el artículo 175 que permitía encarcelar personas LGBTI (también la Alemania capitalista). Y la Cuba castrista respondía a las esperanzas de miles de personas LGBTI que apoyaron la revolución, encerrándoles en los campos de la UMAP entre 1965 y 1968 o siendo expulsados del Partido Comunista en 1971.

De esta forma, la situación de la diversidad sexual en los países socialistas no era muy diferente a la que había en los países capitalistas, donde también muchas personas sufrían persecución judicial, policial, social y psiquiátrica. Algo que gran parte de la izquierda tradicional no cuestionaba al Estado burgués y patriarcal. En la URSS también se había vivido una contrarrevolución social de este tipo: gran parte de las revolucionarias y revolucionarios que vivió la Revolución Rusa y la despenalización de la homosexualidad en la URSS tuvo que enfrentarse al encarcelamiento en 1934 por parte del aparato estalinista.

Este terrible historial, junto con múltiples derivas ideológicas, es una de las razones por las que estos movimientos por la diversidad sexual iniciaron un efecto rebote y buena parte se desligaron de las organizaciones que aglutinaban a la clase trabajadora en los partidos comunistas o los sindicatos burocratizados. Por lo general, y especialmente en el contexto del Mayo Francés, se dividieron en tres grandes sectores: los que seguían de forma semioculta en los partidos maoístas y estalinistas; los que rompieron con las organizaciones obreras y sus estrategias, enfocando sus derivas ideológicas hacia el autonomismo y el posmodernismo; y una tercera parte minoritaria, que trataba de combinar las reivindicaciones y estrategias revolucionarias de la clase obrera, feministas y LGBTI, en buena parte promovidas por pequeños grupos de extrema izquierda trotskistas.

A pesar de ello, los años 70 verían nacer los Frentes de Liberación Homosexual (FLH) en toda Europa y América. Estas combativas organizaciones son en buena parte descendientes del “espíritu del Stonewall” y eclosionan como una de las alas más revolucionarias de los movimientos de liberación sexual, desde una óptica de alianza con el movimiento obrero y con los movimientos antirracistas, antiimperialistas y de emancipación de la mujer, peleando así por los derechos de las personas LGBTI con un discurso que ataca también a la sociedad capitalista como culpable de esas diversas opresiones.

Uno de los puntos más fuertes de estos grupos será precisamente el intento de tejer alianzas con el antirracismo. Así como habían participado en las marchas a las cárceles por la liberación de Panteras Negras, uno de sus fundadores, Huey Newton, expresaría en un discurso en 1970 que “a los homosexuales nadie les está regalando ninguna libertad. Tal vez estemos unidos, siendo los más oprimidos en esta sociedad. […] Más allá de los prejuicios, un homosexual puede ser un revolucionario. Deberíamos intentar una coalición con la liberación gay y los grupos de liberación de la mujer.” [4]

Este ejemplo de alianzas sucede mientras la persecución policial era brutal y la mayor parte de la población, incluida gran parte de la clase trabajadora consideraba la diversidad sexual como algo que condenar y de lo que alejar a sus hijos.

Las Panteras Negras aportaron ideas y métodos sobre autodefensa al movimiento LGBTI y así mismo pudieron discutir las ideas en el seno de la propia organización acerca de que la diversidad sexual y el aborto eran un invento de la supremacía blanca para disminuir el número de niños negros. Por otro lado, también sectores obreros pudieron rebatir los prejuicios sobre la diversidad sexual. Y esto se consiguió al calor de la lucha y la solidaridad entre sectores oprimidos.

Los FLH también crearían alianzas en conflictos obreros, como apoyando a los transportistas de San Francisco en huelga en 1971, recibiendo el apoyo de los trabajadores de la construcción en Sidney, que pararon la construcción de la universidad hasta que los alumnos LGBTI fueran readmitidos en 1978 o por parte de la sección francesa, el FHAR, que marchaba los días 1 de mayo desde 1971 con la consigna “Abajo con la dictadura de la normalidad”. Esta era su argumentación:

“Para nosotras, la lucha de clases también atraviesa nuestros cuerpos. Lo cual significa que nuestro rechazo a la dictadura burguesa también lo es por liberar el cuerpo de esta prisión en la que ha sido sistemáticamente encerrado por 2.000 años de represión sexual, de trabajo alienado, de opresión económica. Por tanto, no hay posibilidad de separar nuestra lucha por la libertad sexual, por la liberación del deseo, de nuestra lucha anticapitalista, por una sociedad sin clases, sin amos ni esclavos” [5]

Uno de los mayores episodios de esta solidaridad sería la creación de Lesbians and Gays Support the Miners en apoyo a la huelga minera de 1984-1985 en Gran Bretaña, logrando recaudar más de 20.000 libras para entregarlo en metálico a la caja de resistencia, ya que el gobierno de Thatcher había confiscado las cuentas bancarias del Sindicato Nacional de Mineros (NUM). En 1988 los mineros estuvieron entre los principales aliados de la comunidad LGBTI durante la campaña contra la Enmienda 28, que prohibía “promocionar intencionadamente la homosexualidad, publicar material con la intención de promocionar la homosexualidad”, participando en las marchas del Orgullo LGBTI de los años posteriores, y forzando el apoyo del Partido Laborista a la campaña gracias a la presión del Sindicato Nacional de Mineros.

Desde hace 35 años se puede observar cambios de orientación en las luchas de la diversidad sexual, retrocediendo de la ofensiva por transformar radicalmente el mundo a la resistencia ante la agenda neoliberal, la aparición del VIH y la restauración conservadora de mediados de los años 1980. Sin embargo, la tradición de transformación radical de la sociedad no termina aquí. En la segunda parte de este artículo abordaremos estos cambios, llegando hasta las perspectivas actuales.

NOTAS AL PIE

[1Martínez, Josefina; Feminismo, interseccionalidad y marxismo: debates sobre género, raza y clase , Contrapunto nº1, febrero 2019 en https://www.izquierdadiario.es/Feminismo-interseccionalidad-y-marxismo-debates-sobre-genero-raza-y-clase-124548
[2Bernabé D., (2018) La trampa de la diversidad: cómo el neoliberalismo fragmentó la identidad de la clase trabajadora, Madrid, Akal, p.133
[3Martínez, Josefina; Feminismo, interseccionalidad y marxismo: debates sobre género, raza y clase , Contrapunto nº1, febrero 2019 en https://www.izquierdadiario.es/Feminismo-interseccionalidad-y-marxismo-debates-sobre-genero-raza-y-clase-124548
[4Newton, H. (1970) The women’s liberation and gay liberation movements, Nueva York, www.blackpast.org/speeches, traducción del autor
[54FHAR, (1971) Rapport contre la normalité, París, Champ libre, traducción del autor.
Fuente: https://www.laizquierdadiario.com/La-diversidad-sexual-es-revolucionaria-Reflexiones-a-50-anos-de-Stonewall
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Hanna Arendt y la crisis de la educación

Por: Luis Roca Jusmet

Hanna Arendt tiene un interesante artículo sobre la crisis de la educación. Lo escribe en 1958, pero me parece que tiene una gran actualidad, lo cual quiere decir que nos permite pensar el presente. No quiero recetas, quiero material para pensar lo actual. Para la filósofa alemana hay tres causas que explican la crisis del sistema educativo actual (ella se refiere al de USA de su tiempo, que como sabemos se ha globalizado).

La primera es consecuencia de lo que ella califica como la desaparición de la autoridad en el mundo moderno. El mundo moderno no es lo mismo que la época moderna. El mundo moderno aparece, para Hanna Arendt, desde la explosión de la bomba atómica. Autoridad quiere decir reconocimiento. Los niños y los adolescentes no reconocen a los adultos como una autoridad, como alguien que está por encima de ellos porque tienen una formación y una experiencia de la que ellos carecen. Como no reconocen esta autoridad los niños y adolescentes se constituyen en un grupo con su propia dinámica y sus propios líderes y opiniones. Esto lleva, dice, a la tiranía de la mayoría. No hay criterio, solo hay opiniones, sin argumentación. Y tiene más fuerza el que tiene la mayoría, aunque no tenga razones. Es lo que Aristóteles llamaba la demagogia.

Hanna Arendt habla de la emancipación de los niños y de los adolescentes la tercera gran emancipación de los últimos tiempos, pero que se ha de valorar de manera contraria que los anteriores. La emancipación de los trabajadores y de la mujer tienen un sentido positivo, liberador. Son emancipaciones reales en el sentido que se rompen unas cadenas y constituyen nuevos sujetos de derechos capaces de responsabilizarse por sí mismos. Pero la emancipación de los niños y los adolescentes es ambivalente. Tiene un aspecto mortífero: para ellos mismos y para el mundo. Se pierde el conglomerado cultural heredado, pero no entendida de manera tradicional inmovilista, sino como como algo dinámico, una continuidad abierta a la transformación. La cultura es una herencia y sin la autoridad del pasado, ya no hay herencia cultural posible. Quizás este sea el efecto negativo de un movimiento juvenil tan ambiguo y ambivalente como el que tuvo como síntoma más claro el Mayo del 68.

La segunda es el dominio de la pedagogía, entendida como ciencia de la educación. La pedagogía como un supuesto saber de los que saben cómo enseñar sin hacerlo. Enseñar se convierte en una tecnología, en un procedimiento que apodemos aplicar a cualquier contenido. Quizás la versión más radical de este planteamiento sea el Maestro ignorante defendido por Jacques Rancière. El maestro es el que domina la voluntad, no la inteligencia, el que es capaz de motivar, no de enseñar. Para Hanna Arendt, en cambio, el maestro es aquel que ama lo que sabe y desea transmitirlo. El maestro es conservador porque es el portador de la cultura, que debe ser primero asimilada y luego transformada. Se enseña a formar un criterio desde el que ejercer la crítica. Primero hace falta escuchar y entender. Si no es así lo que se hace es potenciar la opinión sin argumento y justificarla como supuesta arma crítica. Se trata de recibir y una vez asimilado lo que nos enseñan se puede ser capaz de aportar algo nuevo. El sentido crítico y la creatividad exigen un largo esfuerzo de asimilación, un trabajo interior profundo.

La tercera es lo que Hanna Arendt llama los dogmas del “pragmatismo” ( al que nosotros llamaríamos “constructivismo”). Es la consideración de que solo se aprende a través de manera lineal a partir de los preconceptos. ¿Solo se puede enseñar a partir de lo que no conoce? ¿por qué no podemos considerar el aprendizaje, en ocasiones, como una sacudida, como un salto al vacío? El segundo dogma es que aprender debe ser un placer. Esto implica confundir el placer con el deseo. El deseo viene de la falta. Los humanos tenemos una falta estructural que puede orientarse hacia la búsqueda del saber. Esta debería ser la base de la educación. No un placer lúdico sino la inquietud que surge cuando falta algo, falta que no taponamos cuando aparece. El tercer dogma es que las habilidades son algo formal que se puede aprender sin contenidos.

Para Hanna Arendt la crisis de la educación viene de la crisis de la política, ya que considera que es la crisis de la política la que genera el cuestionamiento de la autoridad y de la tradición (como vinculación a los orígenes). Me parece que es un factor más dialéctico, hay más factores en interacción. Tiene que ver con la consolidación del capitalismo y, hoy, del neoliberalismo. En un sentido amplio, no solo económico. Tienen que ver con la cultura de masas y la sociedad de consumo (de la que sí habla la filósofa). Tiene que ver con la mercantilización global, con el individualismo y el culto al ego como algo privado. Con la vida entendida como una empresa.

El psicoanálisis lacaniano ha pensado bien el tema, a partir de estos comentarios de Hanna Arendt. Es lo que llaman el declive del Otro simbólico, de los ideales. la ruptura de las mediaciones simbólicas en el goce y la irrupción de un goce directo a partir de los objetos. La falta de Ideales reguladores. la confusión del deseo con la demanda. el niño, el adolescente pide y sus demandas se convierten en absolutas. La falta de diferencias entre generaciones. La demanda de los hijos como un imperativo para los padres. Entonces la frustración se vuelve intolerable. Aparecen así los trastornos de la época: hiperactividad, trastorno bipolar ( afecciones maníacas). El goce es autista: el partenaire es el objeto ( la droga, el objeto ). Y el rechazo inconsciente al consumo produce la anorexia. Massimo Recalcati ha trabajado estos temas de un manera extraordinariamente lúcida. También algunos sociólogos como Richard Sennett cuando hablan de la “corrosión del carácter” en el tardo capitalismo.

Mientras tanto, en la escuela hay la segregación interna del que está aislado en el aula. Se impone un modelo que, bajo la apariencia de diversidad, es totalmente homogeneizador. Se impone a la fuerza un modelo de educación a quien no quiere aprender lo que le enseñan. Se piensa que la falta de autoridad, la caída de la ley y del ideal se puede sustituir por la reglamentación. Que la falta de motivación de unos profesores que no pueden transmitir nada si no se les reconoce su saber ni hay deseo de aprender, puede ser sustituida por evaluaciones externas.

El neoliberalismo ya está desarrollando su estrategia. frente a él reacciones impotentes de tipo nostálgico. Frente a la caída de la autoridad, o máxima reglamentación o autoritarismo. Pero lo que se necesita es una autoridad sin autoritarismo, basada en el reconocimiento, en la autorización. El que tiene autoridad no necesita ni la persuasión ni la fuerza, planteaba Hanna Arendt. Este es el difícil reto.

No se trata de enseñarles a ser competentes. ¿Qué quiere decir competencia social o competencia lingüística, o competencia emocional? Se trataría, más bien, de enseñarles el mundo de la cultura que vale la pena conservar: el conglomerado heredado que hay que actualizar. También a formar el carácter, como decían los antiguos. Enseñarles, no autoestima sino el respeto hacia uno mismo y hacia el otro.

Enseñarles a ser responsables de sus acciones y de sí mismos. ¿Pero quién lo hará? Menos que nadie los adultos infantilizados En el fondo, adultos prematuros condenados a la adolescencia eterna. Menos que nadie una sociedad en la que todos nos presentamos como víctimas. Una sociedad en la que no hay personas mayores.

Pero enseñarles también que la vida de cada cual es una vida en sociedad, que hemos de responsabilizarnos de lo política, como marcan los valores republicanos que defendía Hanna Arendt. Que nuestra vida es y ha de ser compartida con los otros. Y que es un desafío para todos hacer que el mundo que dejamos sea mejor que el que nos hemos encontrado.

Fuente: http://rebelion.org/noticia.php?id=255373

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Educación política en el pensamiento de Gramsci

Por: Marlon  Javier López/ Kaos en la Red

Una educación liberadora debe comprender un proceso gradual que busque estimular la personalidad de los grupos sociales en su totalidad, desde sus primeros años hasta la edad madura.

En virtud del deterioro actual de la democracia, la elaboración de un lenguaje crítico y de posibilidad se vuelve una necesidad imperiosa. Se trata de reconstruir nuevas formas discursivas que no solamente fijen su mirada en los aspectos antihumanistas y antidemocráticos del capitalismo actualmente existente, sino que, al mismo tiempo, irradien alternativas esperanzadoras. La obra de Gramsci cobra especial importancia en este sentido, en la medida en que nos permite entender a las escuelas como parte de un conjunto mayor de relaciones de poder. De este modo, la lucha por la escolaridad implica “no olvidar ni alejarse de la lucha en favor del cambio social” (Giroux, 2000, p. 124). Antonio Gramsci, gracias a conceptos como el de Hegemonía cultural y su idea deIntelectuales orgánicos, redefinió completamente el modo de entender la política, centrando la atención en los aspectos que la vinculan con las prácticas culturales, relaciones y discursos educativos.

Cultura y política

Aún en la actualidad la izquierda no ha sido capaz de vislumbrar correctamente la relación entre la cultura, la política y la producción de identidades. La obra de Gramsci, apunta en esa dirección, constituyendo uno de los más profundos y vigorosos esfuerzos por poner de manifiesto el papel de la educación en las configuraciones políticas, mediante el análisis del contexto emergente de inicios del siglo XX. No se trata simplemente de comprender la nueva función de la cultura y sus consecuencias políticas, se trata, ante todo, de esclarecer cómo transformar las distintas esferas culturales en espacios de lucha y resistencia, animados por un nuevo tipo de intelectuales capaces de romper con la polarización característica de la sociedad contemporánea, entre una intelectualidad, que sabe pero no comprende, y el elemento popular que siente, pero no sabe. Es un error creer que se puede saber sin comprender, “no se hace historia-política sin pasión, esto es, sin estar sentimentalmente unidos al pueblo, esto es, sin sentir las pasiones elementales del pueblo, comprendiéndolo, o sea explicándolo”. (Gramsci, 1981, p. 164)

Al igual que el resto de esferas culturales, las escuelas son el resultado de luchas de significado, sometidas a mecanismos permanentes, que involucran al conjunto total de los actores sociales. En este punto cobra relevancia lo que Gramsci denominó sociedad civil, la cual define como la “hegemonía política y cultural de un grupo social sobre la sociedad entera como contenido ético del Estado”. (Gramsci, 1984, p. 28) Se trata pues del espacio público desde el cual es posible reorganizar las energías de la ciudadanía en torno a actos de afirmación, resistencia y lucha.

Bajo estas coordenadas, la educación se vincula a un proyecto de democracia radical, en oposición a las visiones conservadoras, las cuales la relegan a ser una actividad centrada en la producción de tecnócratas y toda clase de expertos profesionales (Giroux, 2000). El dedicado esfuerzo llevado a cabo por Gramsci, con el propósito de entender cómo se vincula la cultura, el conocimiento y el poder, así como sus estudios acerca de las relaciones de la vida cotidiana, nos permite extender la esfera de lo político, señalando los diversos espacios en los que se despliega el poder. Permiten asimismo entender de manera acertada la relevancia de la cultura popular, evidenciando el vasto espacio público en el que tiene lugar la educación y el ejercicio de la política.

Educación y cultura

Una pedagogía radical debe tener muy presente que la educación es una forma de intercambio y de producción cultural. En este sentido, los educadores críticos deben abordar el modo en el que el conocimiento es producido, mediado y representado dentro de relaciones de poder tanto dentro como fuera de las instituciones educativas.

Es necesario prestar atención a la forma en la cual los estudiantes construyen activamente las categorías de significado que prefiguran el modo en el que ellos producen el conocimiento y reaccionan ante él; aquellas instancias que moldean sus experiencias, permitiéndoles definir y construir su sentido de identidad política y cultural (Giroux, 1997).

El estudio de la cultura popular adquiere en este punto una importancia crucial, proporcionando la posibilidad de entender el modo en el que las formas culturales, centradas en la afección y el placer, condicionan las relaciones de la gente con los procesos de aprendizaje, así como la política de la vida cotidiana, en aras de considerar la totalidad de elementos que organizan las subjetividades; pues si bien es cierto que la producción de significado constituye un elemento esencial en la configuración de la subjetividad, dista mucho de ser el único que interviene. La producción de significado es inseparable de las implicaciones emocionales y de la producción de placer. Estos aspectos, en su conjunto, determinan las identidades de los individuos y grupos sociales en relación a sí mismos y a su visión del futuro.

La dialéctica de la cultura popular

En contraposición a las visiones unilaterales que prevalecen acerca de la cultura popular, la obra de Antonio Gramsci proporciona una base teórica profunda para su análisis. El término Gramsciano de hegemonía redefine los principios que moldean las relaciones entre las clases en las sociedades contemporáneas. El liderazgo hegemónico es el que explica, más que el uso de la fuerza, el ejercicio de control de parte de las clases dirigentes en una determinada sociedad. El concepto de hegemonía hace referencia a la lucha por asegurar el consentimiento de los grupos subordinados ante el orden social existente.

En su esfuerzo por señalar los diversos aspectos por los cuales tienen lugar los procesos de construcción hegemónicos, Gramsci ilumina los modos complejos mediante los cuales el consentimiento se estructura, como parte de un proceso pedagógico activo en la vida cotidiana. De esta forma, el concepto de hegemonía señala importantes consideraciones relacionadas con la forma en que las distintas prácticas culturales, políticas y económicas definen lo que él llama “sentido común”. La disputa por el consentimiento posee una carga política y pedagógica, en la medida en que atraviesa una serie de procesos constantes de aprendizaje, elaboración y reelaboración de valores y reestructuración de las relaciones de poder.

Es importante subrayar que no se trata de ninguna polaridad entre una cultura dominante y una cultura subordinada. El proceso de lucha por la hegemonía relaciona la cultura popular con el consentimiento, no dejando lugar para ningún tipo de “esencialismo cultural” (Giroux, 1997, p. 221). En lugar del desplazamiento entre visiones del mundo rivales, lo que tiene lugar es una permanente transformación del terreno ideológico y cultural. Los grupos dominantes, en aras de lograr el consentimiento de los grupos dominados se ven obligados a articular algunos intereses y valores de estos. Del mismo modo, los distintos espacios de resistencia y afirmación de las culturas subordinadas, llevan la obligación de negociar aquellos aspectos apropiados por la cultura dominante y aquellos que mantienen como seña de clase de sus deseos e intereses. Por ello, es imposible pensar que la cultura dominante se encuentre en algún momento en “estado puro”, no contaminado; lo mismo vale para el caso de la cultura de los grupos subordinados.

En el pensamiento de Gramsci, la hegemonía y la educación establecen una relación dialéctica. La realidad social es asumida por el filósofo como una red de relaciones móviles, que transforman y reconstituyen permanentemente al sujeto, tanto en su dimensión individual como colectiva. En tal sentido, la hegemonía implica un proceso siempre en permanente construcción, disputa y renegociación del sentido común.

No se trata de un proceso externo a los sujetos, sino puesto en marcha por ellos mismos. Por tanto, la dominación nunca es ejercida por imposición, sino más bien, por medio de una naturalización del control social. (Jarpa, 2015) El sentido común se construye bajo la complicidad de los dominados, alimentando el conformismo y creando un estado de aceptación y naturalización de las condiciones impuestas por la ideología hegemónica.

La educación es crucial en la construcción de lo que Gramsci denomina “bloque histórico”. Los intelectuales no se definen por el trabajo que hacen, sino por el rol que desempeñan, como aquellos destinados a liderar técnica y políticamente a la sociedad. Resulta falaz, entonces, caracterizar a la educación como una actividad neutral, en la medida en que se encuentra vinculada a la realidad cultural, social, política y económica sedimentada como concepción del mundo en la ideología dominante. Gramsci se opondrá, tanto a los enfoques positivistas que defienden un conocimiento sin sujeto, como a los enfoques libertarios que insisten en el sentimiento y la emoción desligándolos de la realidad social e histórica:

El interés de Gramsci por los “hechos” y el rigor intelectual en sus escritos sobre educación únicamente tienen sentido como una crítica debidamente razonada de aquellas formas de pedagogía que separan los hechos de los valores, el aprendizaje de la comprensión y el sentimiento de la inteligencia. (Giroux, 1990, p. 254)

Por otro lado, la educación agrega una dimensión moral, en el deber ser inherente a su fin. Es por eso que “toda relación hegemónica es una relación pedagógica” (Gramsci, 1986, p. 210). Todo educador tiene que elegir, de manera responsable, entre generar los vínculos orgánicos que perpetúen la ideología dominante, o elevar el nivel de consciencia para construir disenso o cuestionamiento, asumiendo posiciones de liderazgo que contribuyan a generar sociedades humanas, emancipadas de la explotación.

Conclusiones

La educación cumple una función política en el pensamiento de Gramsci. Esto es así en un doble sentido. Primero, a medida que prepara a los ciudadanos para ejercer un rol en la sociedad, dotándolos del nivel cultural y técnico indispensable para el mantenimiento del orden imperante. En segundo lugar, porque como parte de la superestructura se vuelve productora y transmisora de ideología.

La escuela es uno de los principales medios a través de los cuales todo Estado cumple la función de construir y difundir las costumbres, prácticas y actitudes que sostienen un específico tipo de civilización. La profunda comprensión de este hecho constituye un importante aporte a la educación de parte del filósofo italiano.

Los educadores, como intelectuales orgánicos, tienen la tarea de consumar el nexo entre la instrucción y la educación. En el proceso de construcción hegemónica, la escuela actúa sobre un entramado de relaciones sociales, configurando un sistema de valores culturales, activo y dinámico, en permanente transformación.

En este sentido la educación posee un importante aspecto ético, el cual está definido por la norma de conducta que debe regir a la humanidad en términos genéricos. Existe, entre la moral y la política, una tensión dialéctica. En esta relación, el lugar predominante pertenece siempre a lo político, dada la imposibilidad para cada individuo de abstraerse de lo social. Por esta razón, la escuela opera desde una función ética y política, la cual le otorga la tarea de organizar los aspectos centrales dentro de la formación del Estado, -y por tanto, dentro de la superestructura ideológica de la sociedad- en la formación de consenso hegemónico. Dicha tarea, en definitiva, se reduce a elevar formativamente a la población al nivel correspondiente con las necesidades de las clases dominantes.

En ese sentido, una educación liberadora debe comprender un proceso gradual que busque estimular la personalidad de los grupos sociales en su totalidad, desde sus primeros años hasta la edad madura; especialmente la de los grupos explotados, marginados y subordinados dentro del capitalismo. La educación debe ser capaz de dotar a los oprimidos de la capacidad de cuestionar la realidad, asumir liderazgo y crear nuevos argumentarios favorables a una propuesta de cambio radical.

Referencias bibliográficas

Giroux, H. (1990). Los profesores como intelectuales. Hacia una pedagogía crítica de los aprendizajes. Barcelona: Paidos/M.E.C.

Giroux, H. (1997). Cruzando Límites. Trabajadores culturales y políticas educativas. Barcelona: Editorial Paidós.

Giroux, H. (2000). La inocencia robada. Juventud, multinacionales y política cultural. Madrid: Ediciones Morata, S. L.

Gramsci, A. (1984). Cuadernos de la cárcel (Vol. 2). México D.F.: Ediciones Era S.A. de C.V.

Gramsci, A. (1981). Cuadernos de la cárcel (Vol. 3). México D.F.: Ediciones Era S.A. de C.V.

Gramsci, A. (1986). Cuadernos de la cárcel (Vol. 4). México D.F.: Ediciones Era S.A. de C.V.

Jarpa, C. G. (2015). Función política de la educación en el pensamiento de Antonio Gramsci. Cinta moebio, 124-134.

 

Fuente: https://kaosenlared.net/educacion-politica-en-el-pensamiento-de-gramsci/

 

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La carta presidencial a la CNTE

Por: Jorge Javier Romero/Educación Futura

Si algo se le debe reconocer al Presidente López Obrador es que ha cumplido puntualmente con algunos de sus compromisos más importantes de campaña. No importa que se trate de disparates, como la cancelación del aeropuerto de Texcoco, o que, como en el caso que aquí me ocupa, su tesón se traduzca en un retroceso a un arreglo que ha llevado a que en México tengamos un sistema educativo oneroso e ineficaz, que da pésimos resultados, ha condenado ya a generaciones enteras, desde hace medio siglo, al analfabetismo funcional y ha impedido que el país forme el capital humano necesario para poder competir en las condiciones de la economía global, que para bien y para mal impera en el mundo.

El candidato López Obrador ofreció cancelar la “mal llamada Reforma Educativa” como base de la alianza electoral que estableció con distintas facciones del sindicalismo magisterial, principalmente con la radical de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE); ahora, el Presidente López Obrador está cumpliendo con su promesa. Su objetivo es reducir el conflicto magisterial recurrente planteado por la organización gremial que domina en los estados de Oaxaca, Chiapas, Guerrero, Michoacán y parte de Ciudad de México con un discurso cuasi insurreccional, pero que en realidad busca mantener los privilegios ganados por el magisterio como parte del arreglo corporativo de la época clásica del PRI. Para el Presidente de la República es mucho más relevante mantener la gobernabilidad entre el magisterio que mejorar el desempeño del sistema educativo y la calidad de la enseñanza.

Los sujetos de la acción justiciera presidencial son los profesores, a los que considera agredidos por la reforma neoliberal, no los niños condenados a una formación extremadamente deficiente. Es una cuestión de enfoque: en la medida en la que ni los padres ni los propios alumnos demandan una mayor calidad educativa, lo racional para este Gobierno es desarticular la protesta en el sector que sí se moviliza con estruendo, que paraliza ciudades enteras y deja sin clase a miles de estudiantes en las regiones más pobres del país. Una organización que se aferra a los privilegios heredados y que desde hace décadas se ha apropiado de una buena tajada de rentas estatales, de la cual dispone discrecionalmente para mantener la lealtad y la disciplina de sus agremiados.

La carta de López Obrador a la CNTE es transparente: las leyes secundarias derivadas de la reforma constitucional reciente, la cual fue facilitada por los partidos que impulsaron los cambios de hace seis años, diseñados precisamente para quitarle al sindicalismo magisterial el control del sistema educativo que el régimen corporativo le había escriturado, serán escritas de consuno con los sindicatos y en ellas se reestablecerá el otorgamiento automático de plazas a todos los egresados de las normales públicas, los ascensos no serán más definidos por concursos de méritos, sino con base en la antigüedad, experiencia y tiempo de trabajo, además del reconocimiento del buen desempeño medido no por evaluaciones diseñadas con criterios técnicos, sino por el mucho más amable método de consulta a los compañeros de trabajo, padres y alumnos. Además, promete “federalizar” (léase en realidad “centralizar”) todas las plazas magisteriales.

El proyecto de López Obrador busca un retorno no a la situación previa a 2013, sino al arreglo que prevalecía antes de la fallida reforma descentralizadora de 1992. De hecho, busca recuperar la situación de la década de 1970, cuando en tiempos de expansión demográfica las plazas magisteriales se repartían entre todos los egresados de las normales públicas. Nada le importa al Presidente toda la evidencia de los males que aquel arreglo provocó en el sistema educativo. Los resultados de México en la prueba PISA seguro le parecen sesgados por el neoliberalismo y de nuevo, como en los buenos tiempos del monopolio del PRI, parece querer volver a un sistema educativo cuyo objetivo central era formar capital político, no mexicanos con la formación necesaria para conseguir empleos de calidad.

Me imagino que ahora se estarán llevando un gran chasco quienes vieron en la reforma constitucional de hace unas semanas un éxito que salvaba al menos en parte lo avanzado en 2013, al tiempo que eliminaba los puntos más conflictivos de la fallida reforma, aquellos que hicieron que nunca fuera bien vista por los profesores. Los resquicios abiertos por los cambios constitucionales recién promulgados serán suficientes para que, de nuevo, las plazas y la carrera de los docentes esté controlada por los sindicatos, pues el SNTE no tardará en hacer lo que siempre hace: aprovechar los embates de la CNTE para sacar raja. Las profesoras y los profesores, mientras tanto, seguirán siendo clientelas cautivas de estos sindicatos verticales y nada democráticos, en la medida que sus incentivos seguirán siendo sindicales y políticos, no académicos y profesionales.

Lo paradójico es que la reforma de 2013 contó en su día con un amplio apoyo social y político. Ahora casi nadie ha salido a romper una lanza por lo que entonces se consideró un paso relevante para desmontar el poder corrupto de una de las organizaciones gremiales más poderosas del país, que dispone, tanto en su vertiente tradicionalmente oficialista como en la radical, de manera discrecional de cantidades ingentes de recurso sobre los que no rinde cuentas a nadie y que ha sido el principal obstáculo para que México cuente con un magisterio profesional, bien capacitado y comprometido con la formación de la niñez y la juventud.

La decisión de López Obrador de pactar con el sindicalismo magisterial en términos casi idénticos a los que caracterizaron al arreglo autoritario es tremendamente injusta, porque condena a las generaciones en formación a una educación de mala calidad y porque impide que el sistema educativo sea una palanca para atemperar la desigualdad brutal que define al país. No veo cómo puede ser considerado progresista un proyecto que lo que hace es mirar al pasado con nostalgia y que quiere volver a una arcadia falsa, donde los profesores eran vistos solo como clientelas políticas a las cuales controlar para mantener el poder y no como profesionales especializados de importancia estratégica para el desarrollo.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-carta-presidencial-a-la-cnte/

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El sistema educativo Finlandés, único en el mundo

Redacción: Universia

El sistema educativo Finlandés, único en el mundo
El sistema educativo Finlandés, único en el mundo  |  Fuente: istock

Sistema educativo finlandés: escuelas públicas y de calidad

En Finlandia se ha priorizado la equidad ante la competencia de escuelas. Los centros escolares son gratuitos, por eso los padres no tienen que elegir una escuela, pues todas son  iguales. No se publican rankings o encuestas para evitar la segregación escolar y tampoco existen los centros privados, al igual que no es necesario pagar tasas a la hora de matricular a los alumnos.

Cabe destacar que Finlandia es uno de los países que más dinero que invierte en educación por persona y que hacen lo posible para que el sistema educativo tenga la mayor inclusión posible.

Elementos clave para entender el sistema educativo en Finlandia

Desde nuestra perspectiva, puede resultar difícil imaginar cómo un país consigue obtener tan buenos resultados en el ámbito escolar, y lo cierto es que hasta para eso los finlandeses prefieren evitar los números para estimar el valor de la calidad de enseñanza. Para entenderlo mejor os dejamos algunos aspectos del sistema educativo finlandés de lo más interesantes:

  • Todo subvencionado: no se paga por libros, ni por material escolar y se les proporciona también una comida gratuita al día. Si el niño vive a más de cinco kilómetros de la escuela también se cubre el gasto de transporte.

  • Docentes altamente preparados: ser profesor en Finlandia supone un gran prestigio, y la carrera de Magisterio es muy distinta a nuestro país, con exámenes de acceso mucho más difíciles; sólo el 11% de los estudiantes de magisterio consiguen pasar las pruebas, una de ellas relacionadas con la gestión del autocontrol del profesor.

  • No existe el abandono escolar: por el hecho de que la enseñanza es obligatoria desde los siete a los dieciséis años.

  • Atención individual: si algún alumno tiene necesidades especiales en su proceso de aprendizaje se hace todo lo posible para que sus dificultades no vayan a más. También se evitan las pruebas de evaluación estandarizadas, respetando el tiempo de aprendizaje de cada uno.

  • Flexibilidad con los deberes y menos horas lectivas: en primaria normalmente solamente hay clases cuatro o tres días a la semana con descansos de quince minutos en cada una. Los profesores prefieren enviar pocos deberes o ninguno, ya que consideran que la tarea debe hacerse en clase y no en casa. También se distribuye el tiempo para que los alumnos tengan tiempo suficiente para jugar y expansionarse.

  • Menos rigidez y espacios amplios como aula: cada clase puede distribuir la configuración del mobiliario a su gusto, incluso en los pasillos se colocan estanterías con libros o sillones. Además los alumnos pueden organizar también su espacio de trabajo o realizar tareas en el lugar de la escuela donde más cómodos se sientan.

Educación en Finlandia: todo un ejemplo a seguir

Aunque los defensores de la educación privada aseguran que el sistema educativo finlandés puede tambalearse con los cambios del gobierno en el país, sigue encabezando todavía uno de los mejores del mundo con altos resultados en rendimiento académico.

A nivel mundial, muchos profesores deciden viajar a Finlandia para comprobar de primera mano cómo funcionan sus escuelas.

Los expertos aseguran que la educación finlandesa se basa en la confianza mutua, la equidad y el respeto, algo que en los sistemas educativos de otros países debería comenzar a tenerse más en cuenta.

Fuente: http://noticias.universia.es/educacion/noticia/2019/05/30/1164855/sistema-educativo-finlandes-unico-mundo.html

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