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Maestro dónde está tu monumento

Por:  Abelardo Carro Nava

«La docencia se vive o no es docencia; aunque desde luego, es totalmente respetable quienes en su momento hayan tomado la decisión de no continuar el camino, porque en el camino, hay que decirlo, también se nos va la vida y no regresa.»

La tan nombrada y mal llamada “revalorización del magisterio”, simple y llanamente no ha llegado. De hecho, estas tres sencillas palabras, han sido empleadas sin ton ni son por cuanto político y/o funcionario de gobierno haya querido. No es para menos, se sabe que, en los trabajadores de la educación, se encuentra una fuerza muy poderosa que representa un buen botín político. Tratar de conquistarlos endulzándoles el oído, ha sido una práctica reiterada que se ha hecho visible una vez que se acercan las elecciones presidenciales o de los gobiernos estatales y municipales, pero también, sin excusa ni pretexto, cada que se acerca el 15 de mayo, fecha en la que en nuestro país se festeja con bombo y platillo a las maestras y maestros.

Curiosamente, sobre esta última fecha, desde el pulpito presidencial o gubernamental, año con año se pronuncian los mismos discursos, las mismas palabras, las mismas cantaletas: ¡Vendrán mejoras salariales!, ¡El maestro frente a grupo es lo más importante!, ¡Por fin se ha revalorizado a las maestras y maestros de México!, ¡Antes no se les daba el trato que ahora se les da porque hoy somos un buen gobierno, con sentido humano! Y luego, para no perder la costumbre, los homenajes, los reconocimientos, las fiestas, los bailes, las comilonas, todo gestionado por un Sindicato; claro, porque su prioridad tal y como se lee en sus estatutos, es “defender los derechos laborales y profesionales de sus agremiados”. ¡Vaya cinismo!, ¡vaya simulación!

Y es simulación porque en realidad, ni los salarios han mejorado y mucho menos se han defendido los derechos laborales y profesionales del magisterio. Sí, esa es una realidad que está ahí, es evidente, es visible; desafortunadamente no siempre se expresa como tendría que expresarse porque, de hacerlo, podría ser considerado un acto revolucionario y, por obvias razones, la fuerza del estado-gobierno y de su subordinado, el sindicato, actuarían para acallar los reclamos. ¿Qué puede esperarse en un país donde la corrupción y la impunidad reinan a cabalidad y sin miramientos?, ¿qué puede esperarse en un país donde el sistema educativo está cooptado por algunas autoridades educativas que, cual virreyes, imponen su autoridad más allá de los mandatan las leyes y/o reglamentos?, ¿qué puede esperarse en un país donde un sindicato es bueno para dos cosas: para nada y para nada?

Yo creo que la docencia es una de las profesiones más bellas.

A lo largo de mi vida he conocido todo tipo de maestras y maestros; indiscutiblemente, todas y todos han dejado huella, porque precisamente dejar huella, es una de las tantas posibilidades que brinda este maravilloso encuentro entre dos o más mundos. En absoluto podría catalogarlos como buenos y malos, tal y como alguien intentó hacerlo hace unos años a partir de ser idóneo o no idóneo; desde luego, una práctica “clasificatoria y discriminatoria” que en nuestros días no ha desaparecido, aunque allá y por acullá se diga lo contrario. No, en absoluto podría hacerlo.

Pienso que con la llegada de esa bendita “calidad educativa”, y todo en lo que en su nombre se ha cometido, la docencia ha dejado de tener el sabor de antes. Obviamente este, el de la “calidad”, podría ser uno de los tantos factores que han influido en ello, porque tengo claro que el mundo y la sociedad ha cambiado considerablemente en los últimos treinta años; sin embargo, hoy por hoy, pareciera ser que cumplir con un cúmulo de indicadores y estándares en razón de esa calidad y excelencia educativa es, por así decirlo, lo más importante.

¿Qué importan las sesiones o clases si lo que se debe entregar es el informe que pidió de un día para otro el supervisor porque así se lo solicitaron de la SEP?, ¿qué importa si en los estudiantes se observan un cúmulo de conductas que derivan de sentidos problemas en casa o de familia si lo relevante es acabar los contenidos porque ya viene el examen de diagnóstico o de zona?, ¿qué importa que los alumnos no hayan asimilado adecuadamente el proceso de escritura y lectura si lo relevante es que todos se promuevan al siguiente grado?, ¿qué importa si el padre o madre de familia jamás se haya acercado a la escuela si lo relevante es que el niño lleve en su boleta nueves y dieces porque de lo contrario podría tener problemas la maestra o maestro?, ¿qué importa todo el estrés, ansiedad, depresión o cualquier enfermedad del profesorado si lo relevante es que asista a la escuela porque de no hacerlo sería sancionado por su autoridad inmediata superior?, ¿qué importa si un trabajador de la educación no se presenta en unas semanas si lo relevante es que cumpla ciertas funciones sindicales porque es “ahijado” de alguien del sindicato?, etcétera, etcétera, etcétera.

Y aún con ello, sigo creyendo que la docencia es una de las profesiones más bellas; porque la docencia: o se vive intensa o apasionadamente dentro del salón de clases, con los alumnos, o no es docencia.

Fiestas, bailes, comilonas y falsas promesas salariales y profesionales seguirán existiendo. Así es la hipocresía en un mundo donde las verdades suelen convertirse en el enemigo. Afortunadamente, ninguno de estos conceptos se compara con un ¡Gracias maestra o maestro!; sí, un gracias que muy pocas veces suele expresarse pero que no puede imaginarse lo que significa en el alma de quien lo escucha.

Tristemente, leí con atención muchos comentarios que encontré en las redes sociales, específicamente en la página de Facebook “Cosas de profes oficial”, cuando ésta publicó un mensaje anónimo que a la letra decía: “Hola buen día, puede publicar de manera anónima por favor. ¿A qué se han dedicado los profes que han renunciado a su plaza? Estoy pensando seriamente en renunciar a mis horas de secundaria, el desgaste es demasiado y el sueldo es muy poco. Sumando a que diario tengo que gastar en gasolina. O también la pregunta, ¿ustedes han pensado en renunciar? Yo sí, esto es muy desgastante y las condiciones para los maestros no mejoran”.

¿A cuántos docentes, a lo largo de su carrera, no les habrá pasado por su mente renunciar? Sería atrevido hacer una aseveración de mi parte en este texto; sin embargo, a título personal podría decir que, por mi mente, en varias ocasiones se ha asomado esta idea, sobre todo en los últimos años por muchas de las razones que puede leer en los comentarios de la publicación que refiero; sin embargo, creo que lo ha mantenido viva o encendida la llama, y por lo cual aquí sigo, ha sido justamente descubrir cada día las maravillas que solo puede darte una profesión tan noble como ésta, claro, las enormes potencialidades que puedes ver en tus alumnas y alumnos; el aprender de ellas y ellos, el reflexionar y repensar mi actuar y quehacer en la escuela, el darme cuenta que las experiencias compartidas en un salón de clases son tan especiales que no las cambiaría por una fiesta, un efímero reconocimiento y, mucho menos, por un puesto.

Sí, la docencia se vive o no es docencia; aunque desde luego, es totalmente respetable quienes en su momento hayan tomado la decisión de no continuar el camino, porque en el camino, hay que decirlo, también se nos va la vida y no regresa.

¡Maestro dónde está el monumento tan prometido!

Fuente de la información:  https://profelandia.com

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«Revisando el ideal de la educación como apuesta para una vida mejor»

Por: Lisandro Prieto Femenía

«El nacimiento es la fuente última de toda renovación

en la vida humana y, por lo tanto, en la historia»

Hannah Arendt

Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un asunto humano fundamental, que no se nos cae de la boca cuando estamos en modo biempensantes y políticamente correctos, pero que en el plano práctico y fáctico se encuentra desmedidamente desprotegido, abandonado e intencionalmente descuidado, a saber, el ideal que nos motiva a educar a nuestros hijos para que construyan y vivan en un mundo mejor, como señala Rosa Montero, “ustedes, los honestos biempensanteshijos del siglo de la hipocresíasuelen escandalizarse con mojigato escrúpulo ante las realidades de la vida”.

En “La condición humana”, Hannah Arendt sostiene que cada nacimiento representa un evento fundamental que marca el comienzo de la vida humana individual al mismo tiempo que implica una promesa de cambio a nivel social, en el sentido cuasi heideggeriano de expresar el inicio de un mar de potenciales posibilidades a desarrollarse por una vida que si bien no ha dado nada aún, se espera de ella un sinfín de expectativas dignas de concretarse. Nacer es justamente una oportunidad única que tiene la humanidad para reinventarse, para depositar esperanza de trascendencia en un mundo que se muestra permanentemente derruido en cada presente histórico.

Ahora bien, dicha esperanza casi siempre está acompañada por la inversión y el esfuerzo que implica educar e integrar en una sociedad a esa potencialidad plena que representa esa “nueva vida”. Cuando Arendt escribía sus líneas, a pesar de las atrocidades por las que acababa de atravesar la humanidad (y ella misma), la educación todavía portaba el rayo de luz esperanzador que buscaba mancomunadamente una contribución comunitaria a un bien común, mediante el cultivo de apertura hacia el mundo que nos implicaba como miembros indisociables de un todo y no como entidades atomizadas, librados cada uno al azar del voluntarismo ficticio que promete éxito pero sólo brinda soledad y desolación.

Cuando nace un ser humano, no representa una posibilidad en sí y por sí mismo, solamente, sino que tal potencialidad existe justamente porque esa vida está siendo sostenida, cuidada, protegida y mantenida por una serie de instituciones conformadas por personas que harían todo lo posible para que subsista y progrese en pos del cuidado recíproco necesario para que el ciclo se repita al momento de la reproducción posterior de nuevas vidas, y por ende, de nuevas posibilidades.

¿Suena bonito verdad? Si, muy. Pero, cuando vemos que sistemáticamente se soslaya el cuidado y la educación de las vidas de las infancias, también deberíamos apreciar que tal descuido apunta justamente a la necesidad de cercenar posibilidades y  potencialidades para que muchos de ellos no lleguen a concretar la posibilidad de formar parte de una realidad comunitaria en la que todos seamos dignos de ser «cuidados».

Es tan importante el rol que asumimos frente a la educación que brindamos a nuestros hijos, como también la construcción de nuestra concepción de la formación como única vía de inclusión y ascenso social, que ignorarlo a sabiendas u omitiendo todo tipo de acción, mientras que nos empeñamos en amartillar cualquier reflexión sobre ello, nos pone manifiestamente en una postura que detestaría el aprecio por el mundo en el que vivimos y por todos aquellos con los cuales convivimos. En palabras de Arendt: «La educación es el punto en el que decidimos si amamos el mundo lo suficiente como para asumir la responsabilidad de él, y con la ayuda de otros, cambiarlo de acuerdo a nuestra imaginación”.

 Estas palabras, propias de su obra “Entre el pasado y el futuro”, no hacen más que reafirmar que la educación es, sino el único, el más importante medio para cualquier esbozo de renovación positiva en la historia de nuestras comunidades, como también el método más eficaz de acceso al progreso colectivo e individual que apunte a un proyecto de convivencia en el cual se puedan apreciar y respetar verdaderamente las pluralidades de las perspectivas humanas, sin confundir ello con doctrinas ideológicas que con una mano dicen ser plurales y con la otra denuncian, escrachan, cancelan y hostigan cualquier tipo de diferencia interpretativa que se encuentre en condiciones de hablar y pensar en voz alta.

En el momento en que se abandonó la idea de la educación como el espacio propicio para la formación en responsabilidad, para luego convertirla en el espacio de formación básica estandarizada, totalmente irreflexiva y desinteresada por el medio social en el que está inserta, se diluyó completamente la posibilidad de verla como herramienta crucial de preservación de la vida. En tanto que produce sujetos desligados de su medio social, la educación irreflexiva se convierte en una fábrica de antisociales, apolíticos y apáticos con su comunidad, al mismo tiempo que, paradójicamente, el mercado laboral le exige de manera prometeica una experiencia que es casi imposible de haber adquirido tras el modelo de formación académica en contexto de encierro voluntario.

Consecuentemente, si la educación no puede formar personas con cierto nivel de responsabilidad cívica, tampoco puede aportar en ellas una base de pensamiento crítico que les permita tomar decisiones autónomas y conscientes que los habilite a actuar correctamente en el mundo. A todo esto, les pregunto ¿es casual que nuestros sistemas educativos estén produciendo este tipo de sujetos? ¿Es accidental que nuestros jóvenes queden tan desprotegidos para enfrentar los desafíos de la vida adulta? ¿A quién le sirve contar con una masa atroz de personas que abrazan intencionalmente la vida banal antes que el compromiso y la responsabilidad que implica pensar por su cuenta?

Cuando hablamos de “respeto por la vida”, acompañados por Arendt, no nos referimos a las posturas ideológicas contrarias, por ejemplo, al aborto como política de Estado que considera como solución a los problemas sociales la eliminación sistemática de potenciales vidas que al parecer, según ellos, no tienen derecho de existir. No, aquí el planteo específico se sustenta en una actitud ética transversal que busca abrazar una comprensión con cierto grado de profundidad de la condición humana, que considere cada vida como un fenómeno singular y grandioso que vale la pena proteger y preservar. ¿Para qué? Para la supervivencia de la humanidad, básicamente: «La educación puede crear una comunidad en la que los hombres y las mujeres aprendan a vivir juntos de manera responsable, en lugar de luchar entre sí y destruir el mundo en el que viven» (Arendt, 1961, p. 195).

Recuerden amigos que en Arendt el concepto “mundo” no se refiere al planeta que gira en el sistema solar, y en el cual tuvimos el privilegio de habitar, sino más bien al concepto filosófico que representa el espacio creado por la infinidad de relaciones interpersonales e intergeneracionales en el cual se uno “es arrojado”: uno antes de nacer en un territorio determinado, nace en una familia, que está inscripta en una comunidad, que a su vez convive con otras similares en el seno de una sociedad, que con suerte se puede haber constituido en un pueblo que se representa en una nación propia de un determinado país.

El abandono intencional, por parte de nosotros mismos, de nuestros Estados, de las agendas globales y de los intereses intercontinentales, de la vida como potencialidad positiva que apunte al bien común, nos lleva inexorablemente a la aniquilación del mundo como lugar en el cual merece la pena vivir dignamente. Pues bien, sólo la educación contrarresta las pulsiones destructivas que nos han convencido de atrocidades naturalizadas como que en este planeta sobra gente o que la pobreza sistémica y global es un hecho circunstancial ante el cual no vale la pena agobiarse siquiera. Pues no, si usted, amigo lector, dice ser un sujeto que piensa y que intenta ser libre mediante su juicio crítico, sepa que con comentarios biempensantes e hipócritas en redes sociales o conversaciones de café, no alcanza: lo que hay que hacer, es educar, que es lo mismo que cuidar la vida nueva para que, al momento de cerrar nuestros ojos para siempre en nuestra vejez, podamos decir que hicimos algo que realmente valió la pena. Pero Prieto, no puedes decir eso así, dijo Marx, entonces pon: «Hasta ahora nos hemos dedicado a interpretar al mundo, de lo que se trata realmente, es de cambiarlo».

Fuente de la información: https://alternativasocialista.org

Fotografía: Cuarto poder

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Educación popular para la transformación social

Por: Mariana Bermúdez*

El derecho a la educación es uno de los pilares fundamentales para combatir la discriminación, las desigualdades sociales y la violencia sistémica, para el reconocimiento de sujetas y sujetos políticos que abonen a la democracia y construcción de paz. En este sentido la educación popular, en términos de Paulo Freire, significa recuperar la pedagogía humanista para sostener un diálogo crítico permanente que se convierta en praxis y transformación social de quienes han sido oprimidos históricamente para la liberación de sí, de otras y otros.

Es la promoción del uso de la palabra que nos permite tomar conciencia, ex-presarnos y liberarnos a través de la exi-gencia y defensa de nuestro pensamien-to, acción y vida. El derecho a la educación se encuentra estipulado en el artículo 3° de la Constitución Política de losEstados Unidos Mexicanos, en donde el Estado asume su responsabilidad públi-ca de garantizarlo para toda la población, desde educación inicial hasta superior. Sin embargo, durante el contexto pandémico, los retos de las diversas realidades y desigualdades socioeconómicas de los estudiantes se visibilizaron y profundizaron aún más, incrementando las áreas de oportunidad del sistema educativo tradicional mexicano.

Las mujeres, comunidades indígenas, población neurodivergente, personas en situación de pobreza y adultas mayores han sido más impactadas por el rezago educativo y las brechas digitales en México. Por ende, el derecho a la educación no sólo debe limitarse a garantizar condiciones dentro de las aulas, sino consolidar circunstancias económicas, sociales y culturales que permitan a las personas un acceso equitativo a este de-recho. Desde el principio de interdependencia, esto implica destinar los recursos necesarios para que todos puedan iniciar y continuar sus estudios; reconfigurar sistemas educativos que se adapten a sus estilos de aprendizaje; promover la garantía de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (Desca) para que las infancias y adolescencias, principalmente, no tengan que decidir entre estudiar o trabajar para continuar con sus proyectos de vida ante la falta de condiciones vitales como el acceso al agua, a una alimentación adecuada y a la salud, entre otros.

Ha sido el sistema económico y social predominante el que promueve la meri-tocracia; es decir, incentiva el pensamiento de que las personas más capacitadas, más hábiles son quienes abonan al progreso y desarrollo de la sociedad. Por lo que merecen tener condiciones de vida dignas bajo los principios e ideales hegemónicos de sostenimiento de la vida y sociedad capitalista y patriarcal. Sin embargo, es necesario detenernos apensar: ¿cómo nos reconocemos como sujetas y sujetos de conocimiento? ¿Cuál es la influencia de las desigualdades de nuestros contextos en nuestra formación? ¿Cómo podemos construir espacios equitativos donde las experiencias, saberes y conocimientos sean válidos en la misma proporción? ¿Acaso la vida en dignidad y condiciones justas es sólo para unos cuantos o es para todas y todos?

El reconocimiento de cada persona como portadora de conocimientos, sabe-res y experiencias es una de las propuestas desde la educación popular para responder estos y otros cuestionamientos. Pues en esa mirada horizontal y humani-taria se encuentra la transformación social para asumirnos como sujetos con capacidad de agencia para incidir en la reconfiguración de nuestras relaciones y contextos desde las infancias hasta las personas adultas mayores, partiendo del reconocimiento de nuestras diversidades. Por tanto, es importante fortalecer e incentivar procesos formativos y educativos populares como herramienta política, emancipadora, libertaria y de transformación social que sea contrapeso para eliminar las desigualdades, las violencias y las discriminaciones en el mundo. Además, estos espacios tendrían que apostar por la promoción y la defensa de condiciones de vida digna a través de la exigibilidad de sus derechos humanos y el cuidado de sí, de la colectividad y el medio ambiente.

El diálogo colectivo e intergeneracional, así como la libertad de expresión, se convierten en elementos prioritarios para colocar la crítica, reflexión y emancipación colectiva en el centro de la educación popular, adecuándose a los contextos diversos y recuperando la humanidad co-existiendo con su comunidad y entorno.

Habrá que seguir apostando por una educación inclusiva, libre de violencias, integral y transformativa que reconozca a cada persona como portadora y constructora de conocimiento, ya que sin ella, la liberación de las personas y los pueblos no será posible. No hay revolución social sin educación popular; en palabras de Paulo Freire: el acto educativo no consiste en una transmisión de conocimientos, es el goce de la construcción de un mundo común.

Coordinadora del Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, OP, AC

Fuente de la información: https://www.jornada.com.mx

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Bill Gates y sus medias verdades

Construyendo un culpable para los efectos negativos de la transformación digital

 Luis Bonilla-Molina[1]

  1. El cuco pone los huevos en el nido de la urraca

Últimamente me ocurre, cuando escucho o leo a Bill Gates, que mi mente relacional me trae a la memoria a Randle McMurphy, el personaje de la película dirigida por el checoslovaco Milos Forman.  McMurphy nadando entre dos aguas, las de la rebeldía y la sumisión, finge locura en un espacio panóptico orientado por las premisas foucaultianas de vigilar y castigar, siendo llevado por las circunstancias a imitar la ruptura de la apatía ciudadana, empalmando con los miedos y emociones de sus colegas, para intentar escapar del manicomio en el que él mismo se recluyó.

Cada frase de Bill Gates está pensada con lógica mercantil, ponderando los efectos de las mismas en sus acciones y ganancias futuras. En eso se distancia del humanismo subyacente en Randle el personaje fílmico, pues Gates, aun cuando intenta darnos lecciones éticas, su moral es la del mercado. Como todo empresario exitoso, ha adquirido las dotes de alquimista que le permite empalmar con el sentido común ciudadano y convertir nuestras ideas y acciones en decisiones respecto a opciones de mercancías.

Por ello, sorprende que las declaraciones de Gates empiecen a ser multiplicadas por docentes y pensadores críticos como evidencias que sus puntos de vista en materia tecnológica están respaldados por un referente en el área. Bill Gates, líder de una de las once empresas que durante el Apagón Pedagógico Global (APG) de 2020 lograron sumar 3.2 billones de dólares de ganancias, mientras el mundo presenciaba atolondrado la puesta en marcha de un nuevo modelo de privatización, estandarización, mercantilización, estratificación y desterritorialización educativa, declaraba en entrevista[2]publicada el 27 de abril de 2023, que la primera profesión en desaparecer sería la del maestro reemplazada por la Inteligencia Artificial.  A esto se suman las declaraciones de Geoffrey Hinton uno de los ex – CEO de Google, empresa de Gates, respecto a sus temores ante el actual desarrollo de la IA.

Veamos en un marco más amplio la razón de estas declaraciones

  • ¿Por qué Gates culpa a la Inteligencia Artificial de la desaparición de la profesión docente y, Hinton hace mea culpa?

Estas declaraciones tenemos que valorarlas en una lógica de disputa de mercados tecnológicos en la coyuntura y de aspiración estratégica de la industria de los algoritmos.

Microsoft y Google van detrás de la carrera por la Inteligencia Artificial, ante la delantera que les ha tomado OpenAI, la empresa lideradas por Elon Musk y Sam Altman, esto ha colocado a la defensiva a los gigantes de la programación y uno de los buscadores en internet más usado. Las declaraciones procuran generar pánico y resistencias que limiten la adquisición y suscripción a plataformas como ChatGPT,  intentando ganar tiempo para que Google y Microsoft logren desarrollos que impidan que OpenAI monopolice el mercado de la inteligencia artificial.

Pero además, Gates quien durante los últimos años viene presentando a las instituciones educativas y docentes como utilería y personajes del parque jurásico de los sistemas escolares presenciales, con la afirmación de caducidad de la profesión docente, usa su prestigio y capacidad comunicacional como influencer para seguir construyendo hegemonía sobre la “inevitabilidad” de la educación virtual asistida por inteligencia artificial.

Y es que no es fácil que la ciudadanía del orbe asimile la idea de una sociedad sin las escuelas, bachilleratos y universidades presenciales, a las que entendemos como parte de la arquitectura social moderna. Por ello, no pierden oportunidad para ir sembrando la semilla del “pase inevitable” de la presencialidad a la virtualidad.

De hecho, cuando desde 2015 denunciamos la posibilidad de un Apagón Pedagógico Global (APG) que no era otra cosa que el paso abrupto a la virtualidad a escala planetaria, en un mismo tiempo histórico, con el propósito de alfabetizarnos en lo virtual-digital, para la mayoría de colegas esta posibilidad les parecía imposible que ocurriera y tuvo que llegar la pandemia para que millones de docentes y estudiantes transitaran el ABC de la conexión virtual, el uso de plataformas, la mediación digital en los aprendizajes; eso lo saben las corporaciones tecnológicas y no pierden oportunidad para introducir en el colectivo social la imagen de un sistema educativo no presencial. “Tanto va el cántaro a la fuente hasta que la rompe” dice el adagio popular.

  Gates y las corporaciones tecnológicas, cual corsarios del siglo XXI, ven el presupuesto para la nómina docente, infraestructura, dotación de equipos y materiales y actualización tecnológica, asignados a los sistemas escolares, cuyo monto según los países van del 3% al 12% del PIB, como un botín al cual asaltar, sacando a los docentes de la ecuación y sustituyéndoles por Inteligencia Artificial y otras mercancías algorítmicas.

Por supuesto, que esto tiene su base en una epistemología del aprendizaje derivado de tendencias instrumentales de la neurociencia, que igualan el cerebro a una máquina y el aprendizaje a suministro de datos, como si el saber humano y el conocimiento científico no tuvieran un enorme componente emocional, afectivo y experencial.

Todo ello tiene que ver con lo que Berardi (2019, p.170) describe como “implicaciones automáticas de agentes humanos reducidos a funciones meramente operacionales”.  Hoy la mayoría de estudiantes y docentes tienen dificultades para explicar las leyes científicas y procesos de los equipos tecnológicos que usan, no por defecto del sistema escolar y las universidades, sino porque el neoliberaismo logró instrumentalizar el saber, construyendo en las escuelas y universidades el sentido común del operario.

Ciertamente, necesitamos regular socialmente el uso y la creación de inteligencias artificiales, sobre todo para despojarlas de la pretensión de asumirse como lugares de enunciación de la verdad, pero la mea culpa de Hinton no va acompañada de caminos alternativos, de opciones de trabajo que permitan repensar la orientación estratégica de los algoritmos, sino de una narrativa que convoca a la parálisis, el temor y pretende dotar de “autoridad ética” a quienes llaman a parar porque se quedaron atrás en la carrera tecnológica, los mismos que nos venderán chatarra algorítmica cuando estén en la punta de las innovaciones.

  • China: ¿La estalinización del capitalismo o el fascismo del imperialismo asiático emergente?

Hoy vi un video en tik tok, preparado por la influencer Ana Karen Ramírez (@anaqueenmaker) en el cual muestra algunos de los usos que está dando China a la Inteligencia Artificial, el reconocimiento biométrico facial, los análisis de metadatos y los bloques de datos en su sistema escolar. Esto no es nuevo, en la Conferencia Mundial de Inteligencia Artificial, realizada en ese país en el año 2019, las autoridades del gigante asiático mostraron el papel que le estaban otorgando a esas herramientas para controlar, medir y tomar decisiones sobre el rendimiento real de los y las estudiantes en las aulas, con fines de mejorar el sistema escolar y disminuir costes, al retirar de las universidades aquellos estudiantes con bajo nivel de concentración y atención en las aulas.

El video de Ramírez muestra como a los y las estudiantes se les coloca una banda electrónica en la frente y alrededor de la cabeza,  que permite saber si está poniendo o no atención a la clase que se imparte, midiendo los niveles de concentración, cuya lectura algorítmica es enviada en tiempo real a profesores, familias y autoridades educativas, para alimentar los procesos de toma de decisión. También muestra los robots dentro de las aulas que monitorean la salud de quienes están en clases, así como las interacciones que ocurren allí. Además, menciona que los uniformes de los niños, niñas y jóvenes tienen chip, o internet de las cosas, que permite saber dónde está cada estudiante.

Este uso orweliano del algoritmo y la inteligencia artificial le quita al docente su capacidad de valoración subjetiva de los y las estudiantes, de empatía emocional, convirtiendo cada acto en las aulas en un simple dato, eso sí con consecuencias inmediatas sobre la permanencia y la inclusión. Ese no es el uso que consideramos se debe dar a la IA, mucho menos porque sabemos que es un modelo transicional a la desaparición de la escuela pública presencial, aunque ello aún no aparezca expresado de manera nítida y concreta en las políticas públicas de ese gobierno.

El uso para fines de control y como indicador de inversión educativa de la IA por parte del gobierno chino, nos lleva a preguntarnos si estamos en presencia de una estalinización del capitalismo de ese país o ante el surgimiento del fascismo en el imperialismo asiático emergente.  En cualquier caso, como lo ha expresado su líder Xi Pin en el Foro Mundial de Davos (2022), China aspira a que la economía mundial sea orientada por la Organización Mundial de Comercio (OMC), la cual tiene como eje en materia educativa la transformación digital capitalista, que conduce a la disolución de las instituciones educativas presenciales. Por lo tanto, a nivel estratégico lo que hace China y lo que dice Bill Gates terminan coincidiendo, solo se diferencian en el número de cuenta en la cual caerán las ganancias por semejante despropósito.

  • La UNESCO en el juego de las máscaras

Es terrible el giro de la UNESCO de las últimas tres décadas. Si bien UNESCO forma parte del acuerdo de gobernabilidad que emanó de la segunda guerra mundial y es el rostro educativo del Tratado de Bretton Woods y el Consenso de Washington, es innegable que hasta la llegada del neoliberalismo el organismo multilateral estaba revestido de una aureola de pluralidad y defensa de la educación. Muchas veces coincidimos en agendas y reivindicaciones, otras no tanto.

Pero lo que ha ocurrido en el último periodo es digno de una “historia crítica de la UNESCO” proyecto en el cual estamos embarcados. La Conferencia Mundial de Educación Superior (CMES2022) realizada en Barcelona, España, fue la culminación de un lenta pero sostenida subordinación de UNESCO a los designios de las Bancas de Desarrollo, la OMC, las grandes financieras globales y la agenda de Davos, como se evidenció en los debates de micro acreditación, transformación digital e Inteligencia Artificial.

Lo que queda claro a estas alturas, es que no podemos buscar en UNESCO lo alternativo, sino el discurso más refinado de hegemonía del capital en materia educativa.

  • Necesitamos derrotar el pesimismo intelectual

Un fantasma recorre la academia y parte importante de la intelectualidad mundial.  Son décadas diciendo que el capitalismo está en “crisis terminal”, que está “a punto de caer” y viene “una sociedad de justicia social”, mientras que en la realidad el capitalismo y su ideología están más fuertes que nunca, destruyendo la vida en el planeta, generando involución de conquistas sociales como la jubilaciones, pensiones y 8 horas de trabajo. Tal vez esta oscilación epiléptica causa desánimo, pero la intelectualidad es guardiana de la esperanza razonada, de la utopía fundamentada del provenir.

Este pesimismo intelectual se ha expandido con la llegada del neoliberalismo, la caída de la URSS y el paradigma del fin de la historia, y quienes hemos logrado escapar de sus oscuras garras no terminamos de recuperar la esperanza de las décadas precedentes.

Esto adquiere un matiz dramático en materia de transformación digital, imperio de los algoritmos e inteligencia artificial, donde pareciera que la dicotomía es mirar para otro lado o sentirnos inevitablemente aplastados por el cambio de énfasis tecnológico.

Urge recuperar la capacidad de la intelectualidad crítica para situarnos de manera propositiva y alternativa frente a la ofensiva del capital para imponer un modo único de entender la aceleración de la innovación.

  • Lo digital-virtual y la Inteligencia Artificial como actividades en disputa

Recuperar la esperanza pasa por entender lo nuevo en materia tecnológica como un campo de disputa, como un terreno donde debemos pensar lo alternativo para las mayorías ciudadanas, para la clase trabajadora, para los pobres de la tierra. Despojar lo nuevo de la voracidad del capital que quiere convertirnos en simples mercancías compradoras. Por ello me atrevo a pensar una agenda mínima de trabajo, debate y lucha:

  1. Debate sobre la imposibilidad de colocar la IA como lugar de enunciación de la verdad. Desde la filosofía política y las pedagogías
  2. Conformación de equipos para desarrollar taxonomías para plataformas virtuales que resulten apropiadas para fomentar el pensamiento crítico, la creatividad y el paradigma emancipatorio. Las taxonomías son el punto de partida `para los programadores y las estructuras algorítmicas, así como para la IA
  3. Repensar los sistemas escolares y las dinámicas pedagógicas para la educación presencial en un contexto de inusitada aceleración de la innovación:
  4. Políticas públicas para la justicia social, la inclusión y la autonomía en un contexto de transformación digital, emerger de lo virtual, irrupción de las IA y expansión de los algoritmos;
  5. El mundo del trabajo y las garantías sociales en la sociedad del internet de las cosas,

Desde el Estado ello comienza con dos pequeños pasos: a) Internet gratuito y de ancha banda para todos y todas y b) universalización del acceso a aparatos y equipos de conexión remota

¿Nos juntamos para ello?

Lista de referencia

Berardi, B (2019) Futurabilidad: la era de la impotencia y el horizonte de la pluralidad. Ediciones La Caja Negra. Argentina

Forman, M (1975) Alguien voló sobre el nido del cuco. https://rakuten.tv/es?content_type=movies&content_id=alguien-volo-sobre-el-nido-del-cuco

Gates, B (2023) Esta es la profesión que primero desaparecerá con la llegada de la inteligencia artificial, según Bill Gates” https://www.guatevision.com/internacionales/esta-es-la-profesion-que-primero-desaparecera-con-la-llegada-de-la-inteligencia-artificial-segun-bill-gates

Hinton, G (2023) El padre de la inteligencia artificial reconoce que cometió un error y ahora habla d sus temores ante las IA https://www.semana.com/tecnologia/articulo/padre-de-la-inteligencia-artificial-reconoce-que-cometio-un-error-y-ahora-habla-de-sus-temores-ante-las-ia/202347/

Ramírez, A.K (2023) En China la inteligencia artificial llegó hasta los salones  https://vm.tiktok.com/ZMYKVpKqg/


[1] Doctor en Ciencias Pedagógicas, Postdoctorados en Pedagogías Críticas y Propuestas de Evaluación de la Calidad Educativa. Miembro del Comité Directivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO).  Socio de la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la educación. Integrante de la Asociación latinoamericana de Sociología (ALAS) y la Fundación Kairos.  Director de investigaciones del Centro Internacional de Investigaciones Otras Voces en educación (CII-OVE). Profesor universitario

[2] Esta es la profesión que primero desaparecerá con la llegada de la inteligencia artificial, según Bill Gates” https://www.guatevision.com/internacionales/esta-es-la-profesion-que-primero-desaparecera-con-la-llegada-de-la-inteligencia-artificial-segun-bill-gates

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México: “Sentir” el aprendizaje desde una perspectiva corporizada

“Sentir” el aprendizaje desde una perspectiva corporizada

¿Eres consciente de qué pasa en tu cuerpo cuando estás abierto o abierta al aprendizaje? ¿Entrenar tu consciencia corporal aportaría cambios favorables en tu vida y aprendizaje?

Michelle Gutiérrez Aceves*

¿Eres consciente de qué pasa en tu cuerpo cuando estás abierto o abierta al aprendizaje? ¿Entrenar tu consciencia corporal aportaría cambios favorables en tu vida y aprendizaje?

En este texto, comparto la genuina importancia de entrenar voluntariamente la “consciencia interoceptiva”, que en otras palabras es aprender a percatarse de los diferentes procesos corporales y afectivos involucrados en el aprendizaje (González-Grandón, 2020, p. 119-120)

Nuevos paradigmas resultado de diversas y prometedoras investigaciones, reconocen ampliamente que la cognición humana (facultad que facilita el aprendizaje) representa una maravillosa experiencia que no se suscita de manera aislada. Somos seres que sentimos antes de ser seres que pensamos (Ibarrola, 2021) Las emociones representan un regalo para la supervivencia, venimos a este mundo con ellas alojadas en nuestro “equipaje genético” (Ibarrola, 2021); surgen y se procesan en el cerebro, pero también se sienten en vivo y en directo.

Afinar con voluntad tu capacidad de “atención corporal” reporta múltiples beneficios, al respecto ¿para qué te serviría reconocer tus melodías corporales, sensaciones y afectos en un momento dado? Nadie experimenta y aprende en cuerpo y cabeza ajena.

Por fortuna, los grandes avances contemporáneos y de colaboración multidisciplinaria en materia de educación, propiciaron el desarrollo de una propuesta denominada “Cognición 4e” (Gelder y Port 1995; Clark y Grush 1999), que por sus siglas en inglés embodied (corporizada), enactive (enactiva), extended (extendida) y embedded (embebida), apuesta para que se atienda con todos los sentidos y respetuosamente al cuerpo, mediante un conocimiento corporizado-encarnado de sus diferentes y sublimes procesos, que como resultado dirijan acciones y orienten la toma de decisiones que coadyuven favorablemente a la cotidianidad y el aprendizaje.

Se aprende de adentro hacia afuera. El cuerpo, su sabiduría y el registro energético de la experiencia de aprendizaje saben cómo hacerlo y activarán ese recurso encarnado (aprendizaje) cuando los desafíos de la vida lo hagan necesario (Adaptación Fernández, 2011)

Emoción y aprendizaje se interrelacionan, sin duda se necesitan. ¿Qué cambios físicos percibes en tu cuerpo cuando algo te asombra? La huella de un aprendizaje relevante o con significado es el recuerdo de cómo te hizo sentir, de cómo se manifestó en tu cuerpo y cómo se dio el encuentro afectivo con éste, las emociones y sensaciones que lo facilitaron.

Nunca es tarde para mejorar nuestra valiosa conexión corporal (con apoyo de la interocepción), como muchos otros autores apuesto por la exaltación y generación de cuerpos conscientes y en armonía; el aprendizaje no sólo surge, también se “siente”.

¡Por la consciencia de nuestra existencia!

Referencias:

Aprendemos Juntos 2030 (2021). Educar para sentir. Recuperado de: https://youtu.be/SW9yNpGYXoM

González-Grandón, X. (2021). Cuerpos conscientes y afectos regulados: la interocepción en la educación socioemocional. En Revista Internacional de Educación Socioemocional y Bienestar, Volumen 1, No. 2, pp. 101-124

*Pedagoga y Especialista en Educación Socioemocional que le invita a darle una oportunidad a la Somática, a la generación de cuerpos conscientes y a no perder la capacidad de asombro.

 

Fuente de la Información: https://www.educacionfutura.org/category/opinion/

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República Dominicana: La irrelevancia de los maestros

La irrelevancia de los maestros

Con el auge de la inteligencia artificial, muchos entusiastas de las posibilidades casi ilimitadas de la tecnología de la información y la comunicación se han atrevido a vaticinar la desaparición de la educación presencial. Incluso, otros han sido más radicales, y han planteado que en menos de cinco años, los maestros seremos innecesarios para enseñar, por lo que pasaríamos a ser  irrelevantes, para usar un término de Yuval Noah Harari, quien en su libro21 Lecciones para el Siglo XXlhabía vaticinado que para el 2050 la mayoría de los oficios y de  las profesionales actuales serán inútiles.

La semana pasada, Bill Gates declaró que con el desarrollo de la inteligencia artificial y la creación de herramientas tecnológicas como el ChatGPT, muchos profesionales serán innecesarios, por lo que desaparecerán. Hizo hincapié en los maestros, los cuales seremos innecesarios e irrelevantes  antes de cinco años, según su visión de la educación. Ya Elon Musk hacía tiempo que venía desconfiando de la educación formal. Para Musk, para triunfar no hay que ir a la universidad. Puso como ejemplos de triunfadores que  no necesitaron terminar los estudios universitarios a Bill Gates, Mark Zuckerberg y Steve Job. Cónsono con su línea de pensamiento, creó su propia escuela (o más bien antiescuela)  para sus hijos y los de los ejecutivos de su empresa Spacex. Una escuela sin currículo, sin métodos formales, basada en la observación, el diálogo y la libre interacción de los participantes (aquí no hay alumnos) con los científicos e intelectuales. Una antiescuela  para formar genios. De entrada, el nombre así lo sugiere: Ad Astras (hacia las estrellas).

¿Pero, qué concepto de educación tienen en sus mentes estos genios de la informática y la inteligencia artificial? Evidentemente que quienes piensan que los sistemas de inteligencia artificial (los chatbots, midjourney, y otros que vienen en camino), las fuentes en líneas,  los videos, etc. pueden sustituir la educación formal y al maestro conciben la educación como simple transmisión de datos e informaciones. Reducen la educación a la información, y no a la formación. Esa concepción de la educación comenzó a ser superada desde la década de los años ochenta del siglo pasado,  con el constructivismo, primero;  y con el enfoque orientado al desarrollo de competencias, en la actualidad. Hoy más que erudición, la educación persigue elevar la capacidad de razonamiento y de investigación; fomentar pensamiento crítico, la creatividad y la competencia epistémica;  e incentivar la aplicación del conocimiento en las distintas asignaturas, en el desempeño profesional y en situaciones de la cotidianidad.

Sin conocimiento científico no hay tecnología. Súmese también que la idea de que todo está en el ciberespacio es un mito.

Además, nuestros genios (no lo digo con intención despectiva), defensores de una educación sin escuelas ni currículo ni maestros, pierden de vista que la educación cumple roles fundamentales que solo se logran con la socialización. La alteridad, tan en crisis hoy, precisamente por el aislamiento a que induce la tecnología de la información y la diversión se logra con los otros (maestros y estudiantes); el desarrollo de liderazgo, necesita la convivencia con los otros; la validación de habilidades como la dicción, el dominio escénico, la escritura,  la negociación, la resolución de conflictos, entre otras, necesitan el contacto  con los otros en condiciones adecuadas; la maduración  emocional es mejor en contacto con los otros; en fin, hasta los juegos eróticos (miradas, sonrisas, gestos, picardía, etc.) que se producen en el aula deben formar parte  de la educación de los jóvenes. Hoy la educación emocional en el aula, con los estudiantes y los maestros,  cobra cada vez más sentido.

A todo lo anterior, súmese que el aula, los laboratorios  y el profesor favorecen la aplicación del conocimiento a las distintas esferas disciplinares, para producir ciencia, en las aulas y fuera de ellas. Sin conocimiento científico no hay tecnología. Súmese también que la idea de que todo está en el ciberespacio es un mito. No es usual que los libros especializados y actualizados  estén disponibles en línea. Las reflexiones espontáneas  de los profesores en las aulas, al calor del diálogo académico tampoco están en línea. Muchos docentes investigan y reflexionan mientras ejercen la docencia. El producto de sus actividades cognitivas se refleja en la calidad de su docencia. Por ejemplo, hay docentes que cuestionan sobre bases sólidas la teoría diática del signo linguístico planteada por Ferdinand de Saussure. Incluso cuestionan la teoría triádica del signo en general, de  Charles Sanders Peirce. Le pedí al ChatGPT que me elaborara un ensayo crítico sobre la teoría del signo de Saussure, y por supuesto no hizo alusión a la doble cara del significante, que se ha planteado en las aulas. Con el tiempo, esas teorías llegarán al ciberespacio, pero habrá que esperar, lo que es indicador de que incluso para tener determinadas informaciones actualizadas y de calidad, los chatbots y otros sistemas creados por la inteligencia artificial no son suficientes.

El aula y el currículo sirven para graduar el acceso a las informaciones y la construcción y aplicación del conocimiento. Sin aula ni maestro ni currículo tendríamos muchos autodidáctas y dilectantes. Y ya se sabe que los autodidáctas suelen tener serios sesgos en su formación, pues solo estudian lo que quieren, y soslayan lo que deben saber, sino le gusta. Otro riesgo de la educación sin escuela ni maestro ni currículo es el diletantismo.  Justamente lo que los amantes de la inteligencia artificial están criticando. Los dilectantes de hoy (coaches, influencers y comentaristas de las redes sociales) dan cátedras de todo sin ser especialistas de nada. Parte de su éxito es que lo trivializan todo y que impregnan su discurso de histrionismo, gracias y de un tono grandilocuente.

Los desafíos que nos está planteando la tecnología de la información y la comunicación a los maestros y maestras es acentuar la diferenciación con la inteligencia artificial. En el terreno de la búsqueda, de la mediación entre los estudiantes y los datos, de la organización y de la comunicación de las informaciones jamás la podremos igualarla. Ni es necesario. Quienes se aferren al viejo modelo que concibe al maestro como mediador  y reproductor  de informaciones quedarán en la orilla del desarrollo tecnológico. Es el momento de establecer métodos y estrategias docentes que impliquen una clara demarcación con los métodos y estrategias de los programadores de los sistemas que está produciendo la inteligencia artificial. Nuestros métodos, estrategias y actividades docentes tienen que propender al desarrollo de competencias en todas las áreas disciplinares, especialmente en las humanísticas, que son las más amenazadas. Es este el momento para profundizar en incentivar el pensamiento crítico, el pensamiento complejo, las competencias inferenciales, la originalidad, el apego a la ética, las habilidades de investigación científica, la valoración de la alteridad, la producción permanente  monitoreada en las aulas, etc.

En definitiva, los medios  de interacción, de información y elaboración de tareas que se están produciendo con  la aplicación de los algoritmo y de la  inteligencia artificial nos liberan de una parte de nuestra labor (la repetición de datos comunes y la de mediación). Liberado de algunas tareas, el maestro se puede dedicar a liderar el proceso docente; a reflexionar e investigar más; a preparar prácticas de metacognición y de aplicación del conocimiento; a estimular el diálogo académico en las aulas; a preparar eventos académicos para realizarse en el aula o en la institución (conferencias, congresos, seminarios, ferias culturales, lecturas, concursos, exposiciones, etc.); a propiciar  que los estudiantes tengan un papel más activo y determinante. El profesor podrá organizar prácticas y estrategias que ayuden a los estudiantes a construir barreras cognitivas, epistémicas y  de razonamiento lógico contra la invasión permanente de informaciones o a medias, de datos falsos o inexactos, de trivialidades y estulticias legitimadas como relevantes,  y de realidades virtuales que se pueden confundir con la realidad real.

La inteligencia artificial, contrario a lo que suponen los genios de la tecnología de la información, afianzará  el papel del maestro en el modelo educativo centrado en el ser humano integral y orientado a la construcción y a la aplicación del conocimiento. Además, acelerará el abandono del viejo modulo educativo centrado en la memoria, y orientado a la formación enciclopédica

Fuente de la Información: https: //acento.com.do/cultura/la-irrelevancia-de-los-maestros-9195203.html

 

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UNICEF: ¿Qué es la mutilación genital femenina?

¿Qué es la mutilación genital femenina?

Se estima que unos 200 millones de mujeres y niñas en todo el mundo han sufrido algún tipo de mutilación genital femenina, muchas de ellas antes de los 15 años. A pesar de que está reconocida internacionalmente como una violación de los derechos humanos, esta práctica persiste por diversas razones. Independientemente de dónde o de cómo se practique, la mutilación genital femenina genera daños físicos y psicológicos extremos.

¿Qué es la mutilación genital femenina?

La mutilación genital femenina hace referencia a todos los procedimientos que implican la extirpación total o parcial de los genitales externos de la mujer u otras lesiones en los órganos genitales femeninos con fines no médicos. Se practica sobre todo en niñas que se encuentran entre la edad infantil y los 15 años. En cualquiera de sus formas, la mutilación genital femenina constituye una violación de los derechos humanos fundamentales de las niñas y las mujeres, entre los que se incluyen el derecho a la salud, a la seguridad y a la dignidad.

¿Por qué la mutilación genital femenina representa un riesgo para las niñas y las mujeres?

La mutilación genital femenina no tiene ningún beneficio para la salud y puede provocar graves complicaciones a largo plazo, incluso la muerte. Entre los riesgos inmediatos para la salud se cuentan las hemorragias, los estados de conmoción, las infecciones, la transmisión del VIH, la retención de orina y el dolor intenso.

Las repercusiones psicológicas pueden ir desde la pérdida de confianza de las niñas en sus cuidadores hasta sentimientos de ansiedad y depresión que pueden aparecer a largo plazo.

En la edad adulta, las niñas sometidas a la ablación genital son más propensas a sufrir problemas de infertilidad o complicaciones durante el parto, en particular hemorragias posparto, muerte prenatal o muerte neonatal precoz.

¿Por qué se sigue practicando la mutilación genital femenina?

Existen muchos factores que contribuyen a la pervivencia de esta práctica. Sin embargo, en todas las sociedades donde se realiza, la mutilación genital femenina es la manifestación de una desigualdad de género profundamente arraigada.

Algunas sociedades la ven como un rito iniciático; otras la utilizan para reprimir la sexualidad de las niñas o salvaguardar su castidad. Ni el islam ni el cristianismo respaldan esta práctica, pero es habitual que se recurra a los textos religiosos para justificarla.

En los lugares donde la mutilación genital femenina está más extendida, las comunidades la consideran un requisito para el matrimonio o la herencia. Esto hace que sea difícil para los progenitores no someter a sus hijas a esta práctica. Las familias que rechazan participar en la mutilación genital femenina se enfrentan al ostracismo y exponen a sus hijas al riesgo de no ser aptas para el matrimonio.

¿Por qué la mutilación genital femenina es una violación de los derechos humanos?

Independientemente de cómo se practique, la mutilación genital femenina constituye una violación de los principios universales de los derechos humanos.

La ablación genital viola los principios de igualdad y de no discriminación por razones de género. Asimismo, atenta contra el derecho a no ser sometida a torturas ni a tratos crueles, inhumanos o degradantes y vulnera el derecho a gozar del máximo nivel posible de salud, el derecho a la integridad física y, en general, los derechos de la infancia. En los peores casos, la mutilación genital femenina constituye incluso una violación del derecho a la vida.

¿Cuál es la prevalencia de la mutilación genital femenina?

A pesar de que el número de niñas y mujeres víctimas de la mutilación o ablación genital femenina a nivel mundial sigue siendo desconocido, se estima que al menos 200 millones de niñas y mujeres de 31 países en tres continentes han sido sometidas a esta práctica.

El UNFPA calcula que más de 4 millones de niñas corren el riesgo de ser víctimas de la ablación genital cada año. En 2021 se pronosticó que a lo largo de la presente década podrían producirse dos millones de casos adicionales de mutilación genital femenina debido al cierre de escuelas y a la interrupción de los programas que protegen a las niñas de esta práctica, todo ello provocado por la pandemia de la COVID-19.

Diversas iniciativas llevadas a cabo a escala mundial han acelerado los avances para erradicar la mutilación genital femenina. Hoy día, la probabilidad de que las niñas sean mutiladas se ha reducido en una tercera parte con respecto a hace 30 años. Sin embargo, teniendo en cuenta el crecimiento de la población, el mantenimiento de los logros alcanzados plantea un desafío considerable. Para 2030, casi una de cada tres niñas en todo el mundo nacerá en alguno de los 31 países donde la mutilación genital femenina está más extendida, lo que supone que 68 millones de niñas correrán el riesgo de ser mutiladas.

Si no se amplían de forma significativa los esfuerzos a nivel mundial, el número de niñas y mujeres sometidas a esta práctica superará las cifras actuales en 2030.

¿Dónde está más extendida la mutilación genital femenina?

Aunque la mutilación genital femenina está disminuyendo en la mayoría de los países donde es una práctica muy extendida, los avances para erradicarla han sido muy dispares. En algunos países sigue siendo tan habitual como lo era hace 30 años. En Guinea o Somalia, por ejemplo, más del 90%  de las mujeres y las niñas de entre 15 y 49 años han sufrido algún tipo de ablación genital.

¿Qué es la medicalización de la mutilación genital femenina?

Actualmente existe en algunos países una alarmante tendencia hacia la medicalización de la mutilación genital femenina según la cual el procedimiento corre a cargo del personal sanitario. Aproximadamente una de cada cuatro supervivientes de la ablación genital —esto es, unos 52 millones de mujeres y niñas en todo el mundo— fueron mutiladas por miembros de los servicios de salud.

La medicalización no solo vulnera la ética médica, sino que además entraña el riesgo de legitimar esta práctica y extender la creencia de que no tiene consecuencias. Independientemente de dónde se realice o de quién la practique, la mutilación genital femenina nunca está exenta de riesgos. En cualquier forma de mutilación se extirpan y se dañan tejidos sanos y se interfiere en las funciones biológicas del cuerpo de las niñas.

¿Cómo está cambiado la mentalidad respecto a la mutilación genital femenina?

La actitud de las niñas y las mujeres hacia la mutilación genital femenina varía considerablemente de un país a otro, pero la oposición a esta práctica va en aumento.

En la mayoría de los países de África y Oriente Medio con datos representativos (solo en inglés), la mayoría de las niñas y las mujeres (unas 7 de cada 10) piensan que la mutilación genital debe erradicarse. Esta proporción de niñas y mujeres es alrededor del doble respecto a hace dos décadas.

Cuando Magfira se enteró de que su mejor amiga Mekiya iba a ser sometida a la mutilación genital femenina, alertó a las autoridades. Desde entonces, Mekiya dice que su mejor amiga es su salvadora.

Cuando Magfira se enteró de que su mejor amiga Mekiya iba a ser sometida a la mutilación genital femenina, alertó a las autoridades. Desde entonces, Mekiya dice que su mejor amiga es su salvadora.

¿Qué está haciendo UNICEF para eliminar la mutilación genital femenina?

La erradicación de la mutilación genital femenina exige esfuerzos coordinados que impliquen a comunidades enteras: jóvenes, progenitores, líderes religiosos, organizaciones de la sociedad civil, activistas, personal médico, educadores y responsables políticos. Una de las formas más eficaces de poner fin a esta práctica es el abandono colectivo, que implica que toda una comunidad decida renunciar a ella. Esto garantiza que ninguna niña o familia se vea perjudicada por su decisión de no participar en la mutilación genital femenina.

UNICEF y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) dirigen conjuntamente el programa mundial más importante para la erradicación de la mutilación genital femenina. Dicho programa, puesto en marcha en 2008, trabaja con las comunidades para sensibilizar sobre los daños de la ablación genital y para cambiar las normas sociales en favor de su abandono colectivo. UNICEF trabaja también con los gobiernos a nivel nacional y regional fomentando la formulación de políticas centradas en prohibir y poner fin a esta práctica.

Para las niñas que corren el riesgo de ser mutiladas y para las que sobreviven a esta práctica, UNICEF proporciona acceso a atención médica y psicológica y apoya al personal sanitario que dispensa esta asistencia.

¿Qué resultados ha obtenido el trabajo de UNICEF?

Desde el establecimiento del Programa Conjunto de UNICEF y el UNFPA sobre la Eliminación de la Mutilación Genital Femenina, 13 países han aprobado leyes nacionales que prohíben esta práctica. El programa también ha facilitado el acceso a servicios de prevención, protección y tratamientos relacionados con la mutilación genital femenina a más de 6 millones de niñas y mujeres. A día de hoy, unos 45 millones de personas procedentes de comunidades de 15 países han realizado declaraciones públicas de abandono de esta práctica.

Fuente de la Información: https://www.unicef.org/es/historias/lo-que-debes-saber-sobre-la-mutilacion-genital-femenina

 

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