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Aportes para el desarrollo del principio de pertinencia en los programas nacionales de formación en la educación universitaria en Venezuela.

Autoras: María de Lourdes Tovar Carpio

                   Ludmila Correa Chacón

INTRODUCCIÓN

A finales del siglo pasado las políticas de educación superior a nivel mundial insistieron en redefinir el vínculo de las universidades con la sociedad, tomando en consideración cada una de las actividades sustantivas que éstas realizan. De allí que se planteara la necesidad de establecer una relación mucho más estrecha entre la funcionalidad de las instituciones de educación universitaria y las necesidades socioproductivas específicas de cada país, orientando la producción y aplicación del conocimiento hacia las necesidades puntuales, es decir, se planteó la pertinencia de las universidades en el desarrollo (Martínez de Ita y otros, 2013:2).

“En la medida que evolucionaron, por un lado, la percepción y la teorización de una sociedad del conocimiento, y por otro la relevancia de las dimensiones local y regional, se planteó también una revaloración del papel que juegan las universidades en su entorno, considerándolas como un actor fundamental para el desarrollo de sus regiones.

En este contexto, las instituciones universitarias de América Latina iniciaron un conjunto de transformaciones que intentaban dar respuesta a las nuevas demandas sociales y económicas…” (Ibidem:3)

En este contexto, la planificación estratégica de la educación universitaria en las regiones se hace fundamental, y que las universidades se abran a las comunidades para cumplir una función social en sus regiones y lograr objetivos socioeconómicos determinados (CRES, 2008).

Así mismo, la expansión territorial de la educación universitaria, su presencia activa en las regiones es otro factor fundamental para que sea pertinente a las necesidades y potencialidades de los territorios. Para ello, la República Bolivariana de Venezuela, desde 2003 lleva a cabo el acercamiento de la universidad a las poblaciones a través de la municipalización y desde 2008 inicia la creación de programas de formación que cumplan, entre otros elementos, el principio de pertinencia como característica principal.

Desarrollar la oferta académica de la educación universitaria municipalizada a través del principio de pertinencia territorial representa un elemento fundamental para la planificación del sector universitario. El principio de pertinencia consiste en que la educación universitaria responda a las potencialidades y necesidades de la sociedad, a la planificación nacional, a la prospectiva de desarrollo científico, humanístico y tecnológico, y a la diversidad cultural. Para ello, las instituciones oficiales de educación universitaria deben articular su oferta académica (de pregrado y postgrado), de investigación y actividades de vinculación con la sociedad, a la demanda académica, a las necesidades de desarrollo local, regional y nacional, a la innovación y diversificación de profesiones, a las tendencias laborales locales, regionales y nacional, a las tendencias demográficas, a la vinculación con la estructura productiva actual y potencial de la región, y a las políticas nacionales de ciencia y tecnología.

Gracias a la Revolución Bolivariana, hoy en día la mayoría de los cupos en la educación universitaria son de instituciones públicas y debido a la creación de los Programas Nacionales de Formación (PNF) y los Programas Nacionales de Formación Avanzada (PNFA), el Estado venezolano diseña la formación que requiere cada sector para su desarrollo integral y le permite ubicarlos estratégicamente en el territorio, para la formación de profesionales y la generación de investigación pertinente.

Hasta ahora la ubicación de las carreras, de Programas Nacionales de Formación (PNF), los postgrados y Programas Nacionales de Formación Avanzada (PNFA) han respondido más a la demanda de las instituciones oficiales de educación universitaria (IEU) y a situaciones coyunturales; se han dado algunos pasos para una planificación más estratégica de las opciones de estudio, como lo es la creación de universidades politécnicas territoriales, pero es necesario dar un mayor salto que permita relacionar el pregrado y el postgrado con los planes de desarrollo regionales y a las potencialidades y necesidades locales.

El presente documento es un aporte para generar las bases para la realización de estudios y análisis que permitan determinar la oferta académica de acuerdo a su pertinencia territorial, es decir, que se desarrollen los principios de la creación de los PNF y PNFA en relación a su necesidad; estos estudios deberán mejorar la planificación, en aras de lograr el desarrollo equilibrado necesario y el firme avance hacia la sociedad contenida en la Constitución Nacional.

En la planificación de la educación universitaria, el principio de pertinencia expresa las siguientes aristas:

  • La pertinencia como parte fundamental en la creación tanto de un PNF como de un PNFA, siendo importante para dar la autorización de gestión de un programa a alguna Institución de Educación Universitaria (IEU), debido a que valora la totalidad de los aspectos necesarios y las características a considerar para la aprobación de los programas requeridos, en una región en particular.
  • Otra de las aristas es que permite determinar territorialmente qué opciones de estudio son necesarias para un espacio geográfico específico con el fin de coadyuvar en su desarrollo; a esto lo hemos denominado Pertinencia Territorial, la cual parte de la realización de estudios y análisis integrales de un espacio geográfico, como un estado, municipio o grupo de municipios, con el fin de determinar las necesidades de formación de pregrado y postgrado que tiene ese territorio.

Hay otros aspectos a considerar para determinar opciones de estudio necesarias y que no aparecerán como tales a partir de estudios y análisis de pertinencia, pero que son estratégicas para el desarrollo nacional de la sociedad, como puede ocurrir con algunas carreras o programas de las ciencias sociales, salud y humanidades. Estas opciones de estudio deben ser determinadas de otra forma y no a través de estudios y análisis de pertinencia territorial, que es el tema central del presente documento.

LOS PROGRAMAS NACIONALES DE FORMACIÓN

En el año 2003, la República Bolivariana de Venezuela, a través del entonces Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior[1] inicia una estrategia para universalizar la educación universitaria y para ello crea la Misión Sucre, la cual establece espacios de formación no convencional, llamadas Aldeas Universitarias, en todos los municipios del país. Con la firme intención de acercar a las comunidades este nivel educativo, se escogen una serie de instituciones de educación universitaria para desarrollar en esas Aldeas Universitarias programas de formación a nivel nacional.

Los programas que se desarrollan a nivel nacional a través de la Misión Sucre pasan a ser parte fundamental del desarrollo de la educación universitaria en el país. Por ello, en el año 2008, se formaliza la creación de los Programas Nacionales de Formación, bajo la premisa de que la estructura social en Venezuela estaba en un proceso de transformación económico y social incluyente, que debía garantizar el acceso masivo y acelerado al conocimiento para la universalización de la educación superior con pertinencia social, teniendo como objetivo fundamental el desarrollo humano integral, el fortalecimiento del poder popular, y el desarrollo nacional.

Para modificar estructuralmente la institucionalidad de la educación universitaria en Venezuela, en 2009 se crea la Misión Alma Mater, cuyo propósito es el impulso de la transformación de la educación universitaria, además de su articulación institucional y territorial en función del desarrollo nacional, buscando garantizar el derecho de todas y todos a una educación de calidad. Las misiones Sucre y Alma Mater se constituyen como un todo articulado que favorece el enraizamiento de la educación en todo el territorio nacional.

En el contexto del trabajo articulado de las dos misiones universitarias, en 2012 se crean unos nuevos lineamientos para la creación de los Programas Nacionales de Formación y a partir de ese momento se conceptualizan formalmente como “el proceso académico que tiene como propósito la realización de experiencias formativas, éticas, culturales, humanísticas, artísticas, sociocomunitarias, territoriales, socioproductivas, políticas, de innovación, científicas y tecnológicas creadas por iniciativa del Ejecutivo Nacional, a través del Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, que propicien el cambio de conciencia de las y los educandos para desarrollar y transformar conocimientos, saberes, saberes hacedores, modos de ser y convivir, para favorecer y afianzar sustantivamente a la sociedad, para ser gestionados en distintos espacios educativos del territorio nacional. Este proceso conduce a Certificaciones de Estudios, Títulos y Grados en áreas específicas del saber”.

Programas Nacionales de Formación: Pregrado

Los Programas Nacionales de Formación (PNF), como se ha mencionado se enmarcan en las Misiones Sucre y Alma Mater, y responderán a una vinculación con los lineamientos establecidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y los planes de la nación vigentes. Así mismo, los PNF deben impulsar el trabajo liberador y el desarrollo socioproductivo del país. Tendrán como principio común la “Dinamización transversal del currículo, a través de los proyectos implicadores. Garantizándose una genuina pertinencia, que potencia la vinculación integral e integradora con las comunidades y la profesionalidad a lo largo de todo el trayecto formativo (…)” (MPPEUCT, 2013:18).

El Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología tiene la potestad de autorizar la gestión de los PNF, previa verificación de algunas condiciones, entre las cuales está la pertinencia del programa con la vocación socioproductiva del territorio y con las necesidades y problemáticas a ser atendidas, en función de las políticas de desarrollo local, estadal o nacional.

Así mismo, para crear un Programa Nacional de Formación existen unos principios orientadores, tales como: compromiso, acción continua para el mejoramiento del desempeño estudiantil, diversidad e interculuralidad, democracia participativa y protagónica, calidad, pertinencia, formación integral, ejercicio del pensamiento crítico y creativo, educación a lo largo de toda la vida, vinculación con el Plan Nacional de Desarrollo, experimentalidad, universalización y cooperación internacional.

De igual forma es importante resaltar los elementos a considerar para la solicitud de creación de un PNF, como lo son: definición del PNF, justificación, principios, objetivos, perfil de egresos, programas o líneas e investigación, proyecto Sociointegrador, práctica profesional, malla curricular, programas sinópticos, requisitos de ingreso, requisitos de egreso y titulación, y validez (interna y externa).

Como principio orientador, la pertinencia se refiere a que la educación universitaria debe ser partícipe activa de la sociedad en el proceso de construcción del socialismo, y, por consiguiente, cultivar su compromiso con los procesos de transformación económica, social, política, cultural, técnica y educativa, tanto en los ámbitos locales y regionales como en el ámbito nacional; e igualmente, su orientación hacia la afirmación del interés público, la democracia participativa, el reconocimiento y valoración de la diversidad cultural, el equilibrio ecológico y de valores como la libertad, la tolerancia, la sensibilidad, la justicia, el respeto a los derechos humanos, la solidaridad y la cultura de la paz.

La pertinencia en el desarrollo de los PNF exige la participación popular, la acción cooperativa con actores sociales, la capacidad para el diálogo, la indagación permanente en los contextos de acción, el análisis y previsión de las necesidades de la sociedad, el acceso más amplio posible al conocimiento disponible y la participación en redes académicas y sociales de carácter local, regional, nacional y mundial.

La pertinencia para el diseño y desarrollo de los PNF supone:

  • La necesidad de desarrollar estrechos vínculos con las distintas expresiones del Poder Popular.
  • La atención a las demandas de la sociedad vinculadas con los programas de desarrollo económico, social, cultural, conforme a las prioridades locales, regionales o nacionales.
  • La generación de respuestas interdependientes adecuadas a los contextos de acción, en la comprensión de estos contextos como complejos, inciertos y dinámicos, caracterizados por la participación de actores con intereses y rasgos culturales diversos, lo que da lugar a demandas múltiples y a veces contradictorias.
  • El reconocimiento y la adecuación de las prácticas de la educación universitaria a la diversidad de los participantes en los procesos de formación, creación intelectual y vinculación social, a sus necesidades y potencialidades.
  • La generación de nuevo conocimiento y el aprovechamiento creativo del conocimiento existente para garantizar su impacto en las prácticas sociales, económicas, culturales y técnicas.
  • La identificación continua de las acciones y planos de la realidad social en las que la educación universitaria puede contribuir eficazmente, como parte del tejido social y desde su especificidad, sin perder de vista su rol crítico y el valor del conocimiento académico y de la creación cultural libre como partes sustantivas del patrimonio cultural con las cuales la educación universitaria tiene especiales compromisos.
  • La consideración de la dimensión planetaria que adquieren muchos de los temas contemporáneos que requieren la integración de acciones académicas de rango también planetario. (Ibidem)

Así mismo, la pertinencia para la creación y desarrollo de un Programa Nacional de Formación está contenida en su vinculación con el Plan Nacional de Desarrollo correspondiente a cada período gubernamental, el cual, basado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, debe apuntar a la construcción de una sociedad caracterizada por valores de igualdad, solidaridad, libertad y justicia, en el ejercicio de la democracia protagónica revolucionaria, el desarrollo de un nuevo modelo productivo, la suprema felicidad social, se trata de un estilo de desarrollo centrado en el ser humano, con una visión integral y sustentable. Ello implica una clara distancia con los programas y carreras basadas en modelos de desarrollo que sólo atienden al crecimiento económico, olvidando que en definitiva el objetivo de la economía es satisfacer las necesidades de la gente.

Programas Nacionales de Formación: Postgrado

El Ministerio del Poder Popular para Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología (MPPEUCT), consideró necesario pensar nuevamente los modos de formular y gestionar las alternativas académicas de post-graduación (especializaciones, maestrías y doctorados), y racionalizar sus ofertas, especialmente las ofrecidas por las Instituciones de Educación Universitaria (IEU) oficiales (MPPEUCT, 2015).

“Diversas propuestas sobre educación avanzada desde la década de los noventa han sido puestas en discusión en el país, con el objetivo de ordenar y desarrollar un sistema de estudios para toda la vida, mediante acciones que garanticen el acceso al conocimiento, para lograr el desarrollo humano integral que contemple la consecución de múltiples propósitos, entre los que se cuenta la formación de profesionales para la ciencia, técnica y humanidades que estén en correspondencia con los planes de desarrollo nacional y el fortalecimiento del poder popular, y que, en consecuencia, no sean reproductores de modelos foráneos, colonizados”.

“A partir de estas premisas, la educación avanzada se define como la integración de todos aquellos momentos, formalizados o no, en los que las y los investigadores requieren concentrar sus esfuerzos para desarrollar, recrear o crear productos de investigación y/o innovación en el campo de actuación en el que se desempeñan. Estos momentos pueden responder a programas escolarizados de formación avanzada (especializaciones, maestrías, doctorados), estudios postdoctorales, la realización de trabajos para ascender en el escalafón universitario, el desarrollo de proyectos formativos para el trabajo corresponsable con el estudiantado, o bien, la resolución de problemas concretos a partir de la aplicación de métodos que permitan el fortalecimiento del sistema científico – técnico, tanto del investigador como del objeto y campo abordado en el proceso” (Ibidem:9-10).

Entre las premisas que orientan la creación de un PNFA está la pertinencia socio-académica, la cual establece que el proceso educativo debe guardar estrecha relación con las necesidades: locales, regionales y nacionales, vocaciones de los investigadores involucrados y otros actores y potencialidades de los contextos territoriales, organizaciones involucradas directa o indirectamente, en procura del conocimiento útil.

Para los efectos del desarrollo curricular de los PNFA, se han tomado en cuenta las siguientes características, las cuales viabilizan la conceptualización de estos programas: (i) socialmente pertinentes, (ii), desarrollo integrado, (iii) interinstitucionales en red, (iv) flexibles, (v) visión integral, (vi) potentes y dinámicos en lo teórico y metodológico, y (vii) divulgación permanente de saberes producidos.

La premisa que dice que los Programas Nacionales de Formación Avanzada (PNFA) sean socialmente pertinentes se refiere a que el grado de correspondencia entre el programa y las necesidades locales, regionales y/o nacionales, en términos tanto de su contribución al desarrollo económico, social y cultural del país, como de sus aportes con el Plan Nacional de Desarrollo, es lo que permite afirmar que un PNFA es socialmente pertinente. La pertinencia alude a los aspectos académicos propiamente dichos, que tienen que ver con los contenidos, prácticas docentes y de investigación; así como también a las relaciones que se pueden medir en el grado de resolución de problemas concretos en los territorios y su articulación con el fortalecimiento del poder popular y lo socioproductivo.

Como puede verse, la pertinencia forma parte determinante para la creación, desarrollo y autorización de gestión (ubicación) de un Programa Nacional de Formación, tanto de pregrado como de postgrado. Hasta el momento, la pertinencia para la creación de los programas se ha tomado en cuenta y ha sido fundamental; sin embargo, la pertinencia territorial no parece estar desarrollada lo suficiente como elemento a considerar para aprobar la gestión de los mismos, por ello se debe impulsar la realización de estudios y análisis que permitan determinar la ubicación estratégica en el territorio de cada programa, lo cual se constituye en factor fundamental para el logro del objetivo de contribuir con el desarrollo local, regional y nacional, desde este subsector educativo.

PERTINENCIA TERRITORIAL

En la búsqueda de consolidar una educación universitaria con compromiso social, que sea liberadora, que garantice la soberanía de nuestras naciones, la superación de la pobreza y comprometida con el desarrollo humano integral, basado en la participación protagónica de las comunidades, se hace necesario promover la territorialización de la educación universitaria, pero hacerlo a partir de las particularidades de cada espacio geográfico, lo cual determinaría, entre otros aspectos, las opciones de estudio que se desarrollen.

Para definir qué carreras y programas deben estar presentes en un determinado lugar se deben realizar estudios integrales que permitan conocer cada territorio y las opciones de estudio que necesita y análisis para reorganizar y reorientar la educación universitaria presente en un territorio en el presente y para el futuro; de esta forma la pertinencia territorial permitirá que la educación universitaria de un espacio determinado contribuya con el fortalecimiento de su desarrollo endógeno.

Estudios de Pertinencia Territorial

Los Estudios de Pertinencia Territorial de la educación universitaria tienen como objetivo determinar las opciones de estudio que deben estar presentes en un espacio geográfico para su desarrollo endógeno integral. Estos estudios deberán ser realizados por instancias locales, lideradas por la Unidad Territorial de cada estado, como instancias regionales adscritas el Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, las cuales, en conjunto con las Instituciones de Educación Universitaria presentes en los territorios, deberán generar documentos que cuenten con una visión integral.

Para llevar a cabo estos estudios de pertinencia territorial se necesita contar con información que permita obtener una caracterización territorial del área a estudiar de manera interdisciplinaria, donde se refleje el conocimiento y la comprensión de la distribución de comunidades, la dinámica funcional y de emplazamiento demográfico en relación con el uso, vocación del suelo y potencialidades del entorno.

Para ellos, se deben tener claros algunos conceptos base para el desarrollo de los estudios de pertinencia territorial:

En este contexto, entendemos por espacio geográfico el ámbito físico-natural en el que se desenvuelve el ser humano con su medio ambiente natural y social en un momento histórico determinado. La expresión del espacio geográfico tiene componentes sociales, naturales, económicos, políticos. El territorio es un sistema, es decir, es un conjunto de lugares interconectados por redes y flujos horizontales donde se reúne la sociedad y el medio que ésta habita. El territorio se estudia tanto en sus relaciones entre sociedad y medio físico, como en sus características de organización económica, política, demográfica, espacio construido, medio físico que condiciona a la sociedad, entre otros aspectos.

Cabe destacar que para realizar un estudio de pertinencia territorial se debe delimitar el área a estudiar; tradicionalmente estos espacios responden a los límites político-administrativos, es decir, los estados y municipios. Sin embargo, a la hora de asociar una carrera o programa a una institución de educación universitaria particular se debe considerar el área de influencia de ésta, la cual es el radio de acción hasta donde tiene impacto e incidencia la institución que se encuentra emplazada en determinado territorio.

De acuerdo a lo anterior, los estudios de pertinencia territorial se harán sobre un territorio determinado (estado-municipio), los cuales deberán tener como resultado final las propuestas de opciones de estudio que deben existir en él de acuerdo a sus características, necesidades y potencialidades; dichas opciones de estudio deberán ser desarrolladas por instituciones de educación universitaria de acuerdo a su área de influencia y fortalezas académicas.

Principales Necesidades y Potencialidades del Territorio

Como parte fundamental de la realización de los Estudios de Pertinencia Territorial se deben conocer los problemas que tiene un territorio, así como todos aquellos elementos que con el debido trabajo podrán exponenciar el desarrollo local y regional. Estar al tanto de las principales necesidades y potencialidades del territorio es parte importante para determinar las opciones de estudio pertinentes a ese espacio geográfico, por lo que es imperativo conocer y analizar las características del mismo.

Elementos a considerar:

  • Delimitación del Área de Estudio: estado o municipio, límites, superficie.
  • Análisis Físico-Natural: las variables a analizar como mínimo deben ser el relieve, la vegetación, condiciones climáticas, la hidrografía, orografía, el suelo, la fauna, entre otros de interés para el área de estudio
  • Análisis Demográfico: se debe realizar estudio de la población, en función de su distribución por edad, sexo, densidad, entre otros de interés para el área.
  • Contexto Político: conocer las autoridades locales y gubernamentales.
  • Análisis del Contexto Social: se enfoca principalmente en el estudio del comportamiento de la población en su lugar de emplazamiento. En este aspecto se pretende analizar el desenvolvimiento de la población así como su forma de organización y vinculación en materia de salud, educación, cultura, servicios en redes, infraestructuras, transporte, vialidad, entre otros.
  • Análisis del Contexto Productivo: se deben considerar elementos mínimos como sectores económicos, sistemas de producción y comercialización, formas de organización productivas: Empresas de Producción Socialista (EPS), Cooperativas, UPS, entre otros.
  • Análisis de Planes de Desarrollo Local y Regional: evaluar los proyectos planificados y ejecutados por las instancias regionales, tales como planes de desarrollo local, endógeno, planificación rural y urbana, entre otros; organismos que intervienen; alcance de los proyectos en ejecución.

Todos los elementos anteriores permiten caracterizar las necesidades y potencialidades del estado y cada uno de sus municipios.

Caracterización de la Educación Universitaria en el Territorio

Otro aspecto fundamental a desarrollar en el Estudio de Pertinencia Territorial es conocer y entender en toda su amplitud y complejidad la educación universitaria que hace vida en un territorio, desde las universidades, hasta las opciones de estudio de pre y postgrado, pasando por los espacios de educación universitaria y las líneas de investigación que se realizan.

Esta caracterización de la educación universitaria tiene que ser desarrollada en los estados, en los territorios, para poder ser real y completa; no debe faltar un espacio de formación, laboratorio, carrera, programa o línea de investigación presente en la región, esté oficializada o no. El producto de esta sección del Estudio de Pertinencia Territorial podría ser un insumo fundamental para otros procesos desarrollados por el Ministerio y una de las principales razones por las que estos estudios deberán estar a la disposición de cualquier instancia interna del ente rector.

Los elementos contentivos de la caracterización de la educación universitaria son:

  1. Instituciones de Educación Universitaria: enunciar todas las universidades (especializadas, politécnicas territoriales y territoriales), instituciones y Aldeas universitarias, todos los espacios de formación universitaria presentes en el estado, tanto públicas como privadas, desagregadas por ubicación geográfica (municipio/comunidad).
  2. Carreras y Programas: enumerar todas las carreras, programas y postgrados desarrollados en el territorio, tanto públicos como privados, desagregados por institución que lo gestiona y por ubicación geográfica (municipio/comunidad).
  3. Líneas de investigación: es fundamental conocer las líneas e investigación que desarrollan las universidades en el estado, desagregadas por institución y ubicación.
  4. Matrícula: mencionar la matrícula por carrera, programa y postgrado, desagregadas ubicación.
  5. Personal docente: describir el total de personal docente por institución, desagregado por grado de instrucción (pregrado, maestría, doctorado, cursando postgrado), como elemento importante para contribuir con la planificación de la formación docente y las necesidades de postgrados.
  6. Delimitación del Área de Influencia de cada IEU: a partir de un análisis de la dinámica institucional de cada IEU y de su relación con la Misión Sucre y el entorno, de debe definir el área de influencia de cada una, con el fin de delimitar las opciones de estudio que debe tener para contribuir y comprometerse con el desarrollo de ese territorio definido.

Para profundizar los análisis estratégicos posteriores al Estudio, es necesario caracterizar y contar con algunos datos de educación básica, por lo tanto se deben levantar también los siguientes datos:

  • Matrícula de educación básica por modalidad educativa y ubicación. La matrícula de la educación técnica debe estar desagregada por tipo de escuela técnica.
  • Total de escuelas y liceos, desagregados por tipo. Es importante conocer cuántas escuelas técnicas hay y en dónde, así como el resto de los planteles educativos. Esta información debe estar desagregada por ubicación (estado/municipio/comunidad).

Opciones de Estudio Pertinentes

La finalización del Estudio de Pertinencia Territorial consiste en mencionar las opciones de estudio que deben estar presentes en el territorio, tanto de pregrado como de postrado. Estas opciones deben estar ubicadas a lo largo del territorio, es decir, debe decir en qué municipio o comunidad se deben desarrollar.

A la par de las opciones de estudio, se deben mencionar líneas de investigación estratégicas necesarias para el desarrollo integral del territorio.

Análisis de Pertinencia Territorial

Una vez realizado el Estudio de Pertinencia Territorial en las localidades, el Ministerio de beberá analizar toda la información recabada, cruzando los diferentes elementos presentes para repensar y reorganizar la educación universitaria en el estado. De este análisis debe resultar informes técnicos con propuestas sobre:

  • Apertura de nuevas opciones de estudio, tanto de pregrado como de postgrado, considerando las instituciones que lo gestionarían y la ubicación.
  • Cierre de carreras o programas, tanto de pregrado como de postgrado, tomando en cuenta la pertinencia y la demanda.
  • Apertura de nuevos espacios de formación en municipios o comunidades.
  • Cierre de espacios de formación en municipios o comunidades.
  • Posibles escenarios de vinculación, articulación y formulación de proyectos estructurantes entre las IEU y los organismos e instituciones presentes en el territorio.

Los Análisis de Pertinencia Territorial se presentarían a las instancias correspondientes de decisión, son propuestas desarrolladas en un contexto estratégico de planificación de la educación universitaria en los estados y sus municipios.

Los Análisis de Pertinencia Territorial, a diferencia de los Estudios, se realizan en el Ministerio y no en los estados porque toman en cuenta no sólo toda la información proveniente de los diferentes espacios del país, sino también otros aspectos de política nacional que se deben considerar. Sin embargo, las propuestas pudieran ser refrendadas por los estados y municipios.

Desarrollar el principio de pertinencia a través de los estudios y análisis de pertinencia territorial permitirá que la definición de las opciones de estudio contribuyan con las políticas de desarrollo que se propongan desde cualquier espacio. Por ello, la educación universitaria se debe concebir y ajustar a las realidades concretas y particulares de los espacios y territorios donde se emplaza, para así contribuir activamente en el proceso de fortalecimiento y desarrollo endógeno.

BIBLIOGRAFÍA

  • Declaración final de la Conferencia Regional de Educación Superior de América Latina y el Caribe – CRES. (2008). IESALC – UNESCO.
  • Martínez de Ita, María Eugenia y otros, Coordinadores. (2013). El Papel de la Universidad en el Desarrollo. CLACSO, Buenos Aires.
  • Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología. (2015). Programas Nacionales de Formación Avanzada. Caracas, Venezuela.
  • Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria. (2013). Lineamientos para el Desarrollo Curricular de los Programas Nacionales de Formación (Documento no Publicado). Despacho del Viceministro de Desarrollo Académico; Dirección General de Currículo y Programas Nacionales de Formación. Caracas, Venezuela.
  • Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria. (2009). Lineamientos Curriculares para los Programas Nacionales de Formación, versión 2.0. Despacho de la Viceministra de Desarrollo Académico; Dirección General de Currículo y Programas Nacionales de Formación. Caracas, Venezuela.
  • Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria. (2010). El Sentido de la Misión Sucre. Extracto de las palabra del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Rafael Chávez Frías, durante la juramentación de los coordinadores regionales de la Misión Sucre, el 11 de octubre de 2003; Versión Taquigráfica. Fundación Misión Sucre. Caracas, Venezuela.
  • República Bolivariana de Venezuela, (2008). Decreto Nº 6.650, del 24 de marzo de 2008, mediante la cual se crea la Misión Alma Mater, publicada en Gaceta Oficial Nº 39.148, del 27 de marzo de 2007. Caracas, Venezuela.
  • República Bolivariana de Venezuela, (2008). Resolución Nº 2963, del 13 de mayo de 2008, por la cual se Regulan los Programas Nacionales de Formación en Educación Superior, publicada en Gaceta Oficial Nº 38.930, del 14 de mayo de 2008. Caracas, Venezuela.
  • República Bolivariana de Venezuela. (1970). Ley de Universidades. Gaceta Oficial Nº 1429, del 8 de septiembre de 1970. Caracas, Venezuela.
  • República Bolivariana de Venezuela. (2009). Constitución Nacional. Caracas, Venezuela.
  • República Bolivariana de Venezuela. (2009). Ley Orgánica de Educación. Gaceta Oficial Extraordinaria Nº 5929, del 15 de agosto de 2009. Caracas, Venezuela.
  • República Bolivariana de Venezuela. (2012). Resolución Nº 3072, del 2 de marzo de 2012, mediante la cual se establecen los Lineamientos Académicos para la creación, autorización y gestión, de los Programas Nacionales de Formación en el marco de la Misión Sucre y la Misión Alma Mater, publicada en Gaceta Oficial Nº 39.876, del 5 de marzo de 2012. Caracas, Venezuela.

[1] El Ministerio de Educación Superior se crea mediante Decreto Presidencial Nº 1.634, publicado en la Gaceta Oficial Nº 37.359 del 08 de enero de 2002. En 2010, de acuerdo al Decreto Nº 7.333, publicado en la Gaceta Oficial Nº 39.394 del 25 de marzo, cambia su denominación a Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria. A través del Decreto Nº 1.226, publicado en la Gaceta Oficial Nº 40.489, el 03 de septiembre de 2014 se crea el Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología.

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Garantizar la Educación de Personas Jóvenes y Adultas para promover los otros derechos humanos fundamentales

Por: Roberto Bustamante.

 

Pasados tres años de la adopción de la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030 (Objetivos de Desarrollo Sostenible – 2015) y cumpliendo más de ocho años de existencia del Marco de Acción de Belém (2009), instrumentos clave de la lucha por los derechos humanos y la garantía del derecho a la Educación de Personas Jóvenes y Adultas (EPJA), la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE) sigue reiterando la relevancia de fortalecer el derecho a la EPJA a nivel nacional, regional e internacional.

La CLADE – en articulación con otras redes y organizaciones de la sociedad civil – publicó un documento que presenta la importancia y el impacto de una EPJA consolidada, con políticas y presupuesto público asignado, para la promoción de otros derechos humanos y libertades fundamentales, y para la plena implementación de todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), destacando, a la vez, su especial compromiso con el ODS 4: “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”.

El documento afirma que es clara la interrelación y esencialidad de la EPJA en el logro de los objetivos de desarrollo sostenible asociados al combate de la pobreza y al hambre, a los temas alimentarios y la nutrición, la agricultura sostenible, la vida sana y al bienestar en todas las edades (ODS 1, 2, 3). Asimismo, señala la contribución de la EPJA en todos aquellos objetivos asociados a las diversas dimensiones de la sostenibilidad (ODS 6, 7, 11, 12, 13, 15), al empleo (ODS 8), a la reducción de las desigualdades y a la promoción de sociedades más pacíficas e inclusivas, así como al acceso a la justicia (ODS 10 y 16).

Link para descargar el documento: https://redclade.org/wp-content/uploads/No-dejar-a-nadie-atr%C3%A1s-El-rol-central-de-la-Educaci%C3%B3n-de-Personas-J%C3%B3venes-y-Adultas-en-la-implementaci%C3%B3n-de-la-Agenda-2030.pdf

Fuente del reseña: https://redclade.org/noticias/garantizar-la-epja-para-promover-los-otros-derechos-humanos-fundamentales/

 

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La idea socialista ante la cuarta revolución industrial

Por: Luis Bonilla-Molina.

El capitalismo está obligado a revisar de manera permanente sus dinámicas para mantener su hegemonía y para ello no tienen prejuicios ni reparos en romper sus premisas y explorar nuevos caminos. Cada vez que desde el campo popular y revolucionario se le asesta un golpe a la lógica del capital, éste muta y explora nuevas formas, rutas y dinámicas.

Marx era consciente de ello y por ello trabajó la contradicción como un mecanismo dialéctico de aprendizaje continuo y permanente en la izquierda revolucionaria. Sin embargo, una visión mecánica respecto a la aproximación y mediación con la realidad, expresada en una mirada repetitiva de los ciclos históricos ha anidado en una parte importante de las izquierdas, conspirando en contra de su capacidad real para convertirse en dinamizadoras de la transformación en el siglo XXI. Ciertamente las izquierdas vivimos en el presente, una crisis de interpretación epocal.

La mayoría de los “clásicos” del marxismo fueron escritos en el contexto de la primera y segunda revolución industrial. La tercera revolución industrial y su impacto en el mundo capitalista por lo general ha sido trabajada de manera fragmentada, parcial y muchas veces inconexa con la dicotomía capital-trabajo y respecto a la ideología por parte de importantes sectores de las izquierdas. En muchos casos ello se debe a la preocupación que genera dejar a un lado interpretaciones y formulaciones teóricas que fueron efectivas en el pasado, pero que en el presente se constituyen en narrativas históricas importantes, pero de eficacia política limitada.

La teoría precedente construida al fragor de las dos primeras revoluciones industriales, resulta útil y potente solo si entre líneas somos capaces de develar el método interpretativo que llevó a su formulación en un momento dado, pero es limitada si queremos usarla como patrón para una acción en un nuevo tiempo histórico que no acepta calco ni copia.  Esto resulta especialmente dramático, cuando se trata de definir táctica política en medio de la revolución científica tecnológica que precede a la puesta en marcha de la cuarta revolución industrial.

Tercera Revolución industrial

Imagen relacionadaLa tercera revolución industrial se inicia en la década de los sesenta y tiene varios ciclos. El primero de ellos se nos presentó con la llegada de las computadoras que tenían más tamaño que capacidad de procesamiento, pero que implicaron todo un mundo de posibilidades para la producción industrial, la educación, el consumo, la gobernabilidad, la resemantización de la ideología ylas transformaciones de las relaciones sociales.

Luego vendrían los ciclos de los computadores de escritorio (´70s), las computadoras portátiles (´80s), internet con la World Wide Web (WWW) en los 90s, las redes sociales (primera década del siglo XXI) y la realidad virtual (segunda década del siglo XXI).  Todos ellos ciclos de la tercera revolución industrial.

Paralelamente a ello, el desarrollo de la informática profunda (macrodatos), la micro robótica, el conocimiento de la estructura genética humana, conectividad con lógica fractal y la digitalización de formas de inteligencia no biológica, abrían paso a una nueva revolución industrial.

Esto ocurría en un tiempo histórico tan breve, que buena parte de las izquierdasapenas estaban comenzando a problematizar las implicaciones de la tercera revolución industrial en el devenir de las políticas alternativas, cuando se nos anuncia un nuevo periodo de vínculo del conocimiento científico y la innovación tecnológica con el modo de producción capitalista.

La nueva política 2.0

Resultado de imagen para politica 2.0 En la reciente campaña electoral brasileña vimos que mientras la izquierda en el poder, se concentraba más en denunciar los fake news y el uso masivo de las redes sociales por parte de la extrema derecha y sus equipos, Bolsonaro pasaba personalmente un número importante de horas usándolas como un mecanismo para que sus mensajes llegaran a segmentos importantes de la población.

En medio de la campaña electoral 2018 la extrema derecha brasileña no teorizó sobre el impacto de la quinta generación de la tercera revolución industrial en la política, sino que trabajó en las nuevas dinámicas que ello implicaba.

Recuerdo que estando en Sao Paulo a una semana de las elecciones, pude constatar que eran múltiples las declaraciones reactivas de voceros del PT en todos los medios contra las perversiones de la política digital, en contraste con lo que hacía Jair Bolsonaro quien pasaba por lo menos una hora diaria en YouTube propagando sus mensajes acompañado de sonrientes jóvenes, además de contar con una estudiada y elaborada estrategia de intervención en twitter, Facebook, WhatsApp, Instagram, telegram, entre otras redes sociales.

Esto tiene mucho que ver con la precaria comprensión en las izquierdas sobre el impacto de las innovaciones científico tecnológicas que hemos conocido en el siglo XXI, en la cotidianidad de la acción política contestataria.

En contraposición, está lo ocurrido con la campaña de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), exitosa en el uso del mundo digital y virtual en la ruta a su triunfo. Este hecho, desde mi punto de vista, es más atribuible a la estrategia de un selecto grupo de asesores que a una definición teórico práctica de las izquierdas.

Muchas veces desde los pensamientos contestatarios se alude a limitaciones financieras para poder trabajar en este plano. Lo cierto es que no se trata de un tema de restricciones económicas, sino de la comprensión del fenómeno. De hecho, en la carrera por la silla presidencial mexicana en 2018, Anaya invirtió el 24% de su presupuesto de campaña en los medios digitales en contraposición a un 32% de lo usado por Meade y solo un 4% de AMLO.

La diferencia fue que mientras los dos primeros lo vieron como la extensión de la publicidad en el mundo digital, el tercero entendió que se trataba de nuevos espacios de diálogo e interacción política con los ciudadanos.

Sin embargo, si colocamos el debate en términos de campañas electorales exitosas o fracasadas, estaríamos desestimando el impacto del nuevo ciclo de la revolución industrial en la epistemología y accionar de lo político y, en la precaria reflexión de las izquierdas al respecto.

El problema es más estructural y tiene que ver con una especie de parálisis cognitiva que genera el requerimiento de construir nuevos referentes y producciones teóricas socialistas para actuar en la realidad, con narrativas y construcciones organizativas de nuevo cuño.

Podemos desestimar los procesos que construyen la ruta a la cuarta revolución industrial, pero ello solo puede tener expresiones alternativas y de justicia social si construimos teoría revolucionaria para actuar en esas realidades.

Cuarta Revolución Industrial

En 2011 en Hanover, Alemania se anuncian los preparativos para el desembarco de una nueva revolución industrial. La cuarta revolución industrial es el proceso de diseño y puesta en marcha de una reestructuración sin precedentes del modo de producción capitalista, usandonanotecnología, conectividad 5G, informática biológica basada en el conocimiento del genoma humano, capacidad de uso de la Big Data para el análisis masivo de datos de comportamiento del consumo de millones de usuarios.

Las posibilidades de extraer valor cuali-cuantitativo de la información contenida en estos macrodatos es inmensa y sin precedentes. Imaginemos la potencialidad, no solo empresarial sino en los distintos campos de la lucha social,de desagregar la data contenida en este nuevo desarrollo de la informática,donde se cruzan movimientos del mercado, con tendencias de consumo de masas y migraciones de capitales.

Esto puede ser usado por los gestores del capitalismo del siglo XXI no solo para hacer predicciones teóricas y de producción de mercancías, sino también entre otras muchas posibilidades, para la toma de decisiones en tiempo real sin intervención humana, sobre la producción y para construir un modo de gobernabilidad virtual. Nos estamos refiriendo al uso de inteligencia artificial basada en la valoración de los comportamientos humanos como patrones y singularidades, como continuos y rupturas.  Pero ¿y como pueden usar las izquierdas estas innovaciones para abrirle paso expedito a nuevas conquistas sociales?  Ese es el punto que me preocupa.

Las fábricas 4.0 emergen como el paradigma de este modelo capitalista en construcción que para Klaus Schwab, uno de los principales fundadores del Foro de Davos, implicaría que solo su desembarco dejaría a siete millones de trabajadores y obreros fabriles en condición de desempleados, en los quince países más industrializados del planeta. Ello ya de por sí debería estar generando no solo debates políticos en las izquierdas y la necesaria articulación de resistencias al respecto, sino también nuevas formulaciones teórico prácticas para continuar construyendo el socialismo en los nuevos contextResultado de imagen para fabricas 4.0os.  Pero esto está ocurriendo de forma marginal en las izquierdas.

No contamos con datos que nos permitan transpolar las predicciones que se hacen al respecto, parael mundo del trabajo de América Latina y el Caribe. Si bien no tenemos elementos para saber qué pasará con el empleo en nuestramérica, lo que sí es un hecho es qué en el camino que allana la llegada de la cuarta revolución industrial en la región, se ha generado una reestructuración del flujo de capitales y en la mirada empresarial global que está convirtiendo a este territorio, en el “áfrica del siglo XXI”.

Así como el siglo XX fue testigo de inversiones capitalistas importantes en ALC para el montaje de fábricas de ensamblaje de piezas y algunas industrias de procesamientos de materias primas, mientras África era visto como la meca de las materias primas baratas y sin muchas trabas legales para su exportación, en el siglo XXI los papeles pareciera que se están invirtiendo en esa relación.

El énfasis de la inversión capitalista para América Latina y el Caribe es ahora en materia de extractivismoy ha sido tan brutal en estas dos décadas,que su impacto es solo comparable y contrastable con el debilitamiento de la capacidad industrial instalada en este territorio. Si en el tiempo se continúa con esta tendencia, no es atrevido señalar que lo que estaría ocurriendo es que el capital está valorando a la región como lo hiciera en el siglo precedente con el continente de Mandela.

Cuarta revolución industrial e izquierdasResultado de imagen para cuarta revolución industrial y la izquierda

 La cuarta revolución industrial, implicaría una restructuración del modo de producción capitalista que colocaría a la clase obrera fabril en un segundo plano, pulverizando buena parte de la narrativa que hemos sostenido en los últimos siglos. El impacto de las innovaciones científico tecnológicas en el modo de producción capitalista, se nos presenta amenazante, con intenciones de diluir o por lo menos disminuir el papel del considerado sujeto histórico de las revoluciones.

Este proceso se podrá observar con mayor nitidez precisamente en los países industrializados.  Esto no significa el apocalipsis del pensamiento socialista, sino que este proceso nos obligará a repensar las expresiones y manifestaciones de la lucha de clases en el siglo XXI, tal y como en su momento las abordó Marx, a quien le correspondió analizar el impacto del desembarco de la primera y segunda revolución industrial en el capitalismo de ese momento.

Una reflexión sobre cuarta revolución industrial y socialismo no tendría sentido incluirla en el marco de un conjunto de ensayos sobre la izquierda en América Latina y el Caribe en el siglo XXI, a no ser por el precario estado de los debates que al respecto vienen dando las izquierdas en la región.

El cambio estructural en curso en nuestras sociedades capitalistas a finales de la década de los veinte del siglo XXI, demanda una nueva generación de teoría revolucionaria como en su momento la formularon Lenin, Trotsky, Rosa Luxemburgo, Clara Zetkin, Plejanov, James Cannon, Ludovico Silva, Ernest Mandel o Daniel Bensaid, para solo citar un pequeño puñado de socialistas revolucionarios. Insisto en el hecho que o bien la generación de rebeldes del presente asume la tarea o estaremos condenados a la marginalidad que le es propia a los grupos de propaganda o a la soledad que es inmanente a los arqueólogos de la idea socialista.

Fuente del  artículo: http://questiondigital.com/la-idea-socialista-ante-la-cuarta-revolucion-industrial/

 

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«Levanta tu voz con Malala: Una guía para emprender acciones por la educación de las niñas»

Por: CLADE.

Malala Fund da a conocer «Levanta tu voz con Malala: Una guía para emprender acciones por la educación de las niñas». Con historias reales de niñas que utilizaron tácticas exitosas para garantizar su derecho a la educación, la guía ofrece información y herramientas para que niñas de entre 13 y 18 años puedan actuar, expresarse y promover cambios.

Fuente del documento: Puedes solicitar la guía en español a través de este enlace: https://action.malala.org/girl-advocate-guide-spanish

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Francia: Los chalecos amarillos y las «lecciones de la historia»

Por: Gérard Noiriel.

El movimiento de los chalecos amarillos sitúa a los sindicatos y partidos de izquierda frente a sus responsabilidades

En un artículo de opinión publicado por el diario Le Monde (el 20 de noviembre de 2018) el sociólogo Pierre Merle escribe que “el movimiento de los «chalecos amarillos» recuerda a las jacqueries (1) del Antiguo Régimen y de los periodos revolucionarios”. Y se pregunta: “¿se pueden comprender todavía las lecciones de la historia?”.

Yo también estoy convencido de que poner en perspectiva este movimiento social nos puede ayudar a comprender. Es la razón por la que no me parece pertinente el término “jacquerie” (utilizado por otros comentaristas y sobre todo por Eric Zemmour, el historiador de Le Figaro recientemente consagrado por [la emisora de radio pública francesa] France Culture en el programa de Alain Finkielkraut que ilustra perfectamente el título de su libro sobre “la derrota del pensamiento”). En mi libro Histoire populaire de la France señalé que todos los movimientos sociales desde la Edad Media habían sido objeto de una intensa lucha entre los dominantes y los dominados a propósito de la definición y la representación del pueblo en lucha. La palabra “jacquerie” sirvió para designar los levantamientos de esos campesinos a quienes las élites apodaban “jacques”, término despectivo que volvemos a encontrar en la expresión [francesa] “faire le jacques” (comportarse como un campesino bruto y estúpido).

El primer gran movimiento social calificado de “jacquerie” tuvo lugar a mediados del siglo XIV, cuando los campesinos de la Isla de Francia se levantaron contra sus señores. La fuente principal que durante siglos alimentó la mirada peyorativa sobre los levantamientos campesinos de esta época es el relato de Jean Froissart, el historiador de los poderosos de su tiempo, escrito a lo largo de la década de 1360 y publicado en sus famosas Crónicas. Así es cómo Froissart presenta la lucha de estos campesinos: “Entonces se reunieron y se marcharon, sin otro consejo y sin armadura alguna aparte de barras de hierro y cuchillos, a casa de un caballero de vivía cerca de ahí. Destrozaron la casa y mataron al caballero, a la dama, a los niños, grandes y pequeños, y prendieron fuego a la casa […]. Estas malas gentes reunidas sin jefe y sin armaduras robaban y quemaban todo, y mataban sin piedad y sin compasión, como perros rabiosos. Y habían hecho a uno de ellos rey, como se dice de Clermont a Beauvoisis, y eligieron al peor de los malos; llamaba a este rey Jacques Bonhomme [palurdo]”.

Este desprecio de clase que presentaba al jefe de los jacques como “el peor de los malos” queda invalidado por los archivos que demuestran que los campesinos en lucha eligieron como portavoz principal a Guillaume Carle “que tenía conocimientos y hablaba bien”. En la misma época un tejedor, Pierre de Coninck, dirigió la lucha de los artesanos de Flandres. Se le describe así en Les Annales de Gand : “Pequeño de cuerpo y de pobre linaje, tenía tantas palabras y sabía hablar tan bien que era una maravilla. Y por eso los tejedores, los batanes y los esquiladores le creían y querían tanto que no podía decir o mandar algo que no hicieran”.

Se trata de una constante en la historia de los movimientos populares. Para que su lucha no fuera estigmatizada los rebeldes siempre eligieron unos líderes “respetables” y capaces de decir en voz bien alta lo que el pueblo piensa en voz baja. Otros ejemplos más tardíos confirman la importancia del lenguaje en la interpretación de las luchas populares. Por ejemplo, las élites llamaron al levantamiento que agitó todo el Périgord a principios del siglo XVI el levantamiento de los “croquants” [palurdos], término que los campesinos y artesanos rechazaron presentándose a sí mismos como personas de lo “común, del pueblo”. Este fue uno de los puntos de partida de los usos populares del término “commune” que fue retomado en 1870-71 en París por los “Communards” (2).

Los comentaristas que han utilizado la palabra “jacquerie” para hablar del movimiento de los “chalecos amarillos” han querido destacar un hecho indiscutible: el carácter espontáneo y no organizado de este conflicto social. Aunque la palabra sea inapropiada, es cierto que a pesar de todo existen puntos en común entre todas las grandes revueltas populares que se han sucedido a lo largo del tiempo. Basándome en los múltiples reportajes difundidos por los medios sobre los chalecos amarillos he constatado varios elementos que ilustran esta permanencia.

El principal concierne al objetivo inicial de las reivindicaciones: el rechazo de los nuevos impuestos sobre el carburante. Las luchas antifiscales han desempeñado un papel extremadamente importante en la historia popular de Francia. Incluso pienso que el pueblo francés se ha construido gracias al impuesto y contra él. Por consiguiente, el hecho de que el movimiento de los chalecos amarillos haya estado motivado por el rechazo de los nuevos impuestos sobre el carburante no tiene nada de sorprendente. Este tipo de luchas antifiscales siempre ha llegado a su paroxismo cuando el pueblo ha tenido la sensación de que debía pagar sin obtener nada a cambio. Bajo el Antiguo Régimen el rechazo del diezmo estuvo unido frecuentemente al descrédito que tenían los curas que ya no cumplían su misión religiosa y cuando los señores ya no garantizaban la protección de los campesinos a menudo estos se negaron a pagar nuevas cargas. No es casual, por lo tanto, que el movimiento de los chalecos amarillos se haya seguido particularmente en aquellas regiones en las que es más manifiesta la disminución de los servicios públicos. La sensación, muy compartida, de que el impuesto sirve para enriquecer a la pequeña casta de los superricos alimenta en las clases populares un profundo sentimiento de injusticia.

Por consiguiente, es cierto que estos factores económicos constituyen una de las causas esenciales del movimiento. Con todo, hay que evitar reducir las aspiraciones del pueblo a unas reivindicaciones únicamente materiales. Una de las desigualdades más importantes que penalizan a las clases populares concierne a su relación con el lenguaje público. Las élites dedican su tiempo a interpretar en su propio lenguaje lo que dicen los dominados haciendo como si siempre se tratara de una formulación directa y transparente de su experiencia vivida. Pero la realidad es más compleja. Basándome en los análisis de Pierre Bourdieu he demostrado en mi libro que la Reforma protestante había proporcionado a las clases populares un nuevo lenguaje religioso para nombrar unos sufrimientos que eran multiformes.

Los campesinos y artesanos del siglo XVI decían “me duele la fe en vez de decir me duele todo”. Hoy los chalecos amarillos gritan “me duele el impuesto en vez de decir me duele todo”. Evidentemente, no se trata de negar el hecho de que las cuestiones económicas son absolutamente esenciales porque desempeñan un papel determinante en la vida cotidiana de las clases dominadas. Sin embargo, basta con escuchar los testimonios de los chalecos amarillos para constatar la frecuencia de las declaraciones que expresan un malestar general. En uno de los reportajes difundidos por [el canal de televisión francés que emite noticias 24 horas al día] BFM-TV el 17 de noviembre el periodista quería a toda costa hacer decir a la persona a la que estaba entrevistando que luchaba contra los impuestos, pero este militante repetía sin cesar “Estamos hartos, hartos, hartos, hartos de todo”.

Que te “duela todo” también significa sufrir en la dignidad y por eso la denuncia del desprecio de los poderosos vuelve a aparecer casi siempre en las grandes luchas populares y la de los chalecos amarillos no hace sino confirmar la regla. Se han oído muchas declaraciones que expresaban un sentimiento de humillación, el cual alimenta el enorme resentimiento popular respecto a Emmanuel Macron. “Para él no somos más que mierda”. El presidente de la República ve así volver en bumerán el etnocentrismo de clase que analicé en mi libro.

No obstante, estas similitudes entre unas luchas sociales de diferentes épocas ocultan profundas diferencias. Me voy a detener un momento en ellas porque permiten comprender qué es lo específico del movimiento de los chalecos amarillos. La primera diferencia con las “jacqueries” medievales radica en el hecho de que la gran mayoría de las personas que participaron en los bloqueos del sábado pasado [17 de noviembre de 2018] no pertenecen a los medios más desfavorecidos de la sociedad. Provienen de medios modestos y de la pequeña clase media que posee al menos un coche, mientras que “la gran jacquerie” de 1358 fue un arrebato desesperado de los mendigos que estaban a punto de morir de hambre en un contexto marcado por la Guerra de los Cien Años y la peste negra.

La segunda diferencia y, en mi opinión, la más importante concierne a la coordinación de la acción. ¿Cómo logran unos individuos relacionarse entre sí para participar en una lucha colectiva? Es una pregunta trivial, sin duda demasiado banal como para que los comentaristas la tomen en serio. Y, sin embargo, es fundamental. Que yo sepa, nadie ha insistido en lo que es verdaderamente novedoso de los chalecos amarillos, a saber, la dimensión desde el primer momento nacional de un movimiento espontáneo. En efecto, se trata de una protesta que se desarrolló simultáneamente en todo el territorio francés (incluidos las provincias y territorios franceses de ultramar), aunque con una representación local muy débil. El día de acción reunió en total a menos de 300.000 personas, una cifra modesta comparada con las grandes manifestaciones populares. Pero este total es la suma de miles de acciones grupusculares repartidas en todo el territorio.

Esta característica del movimiento está estrechamente relacionada con los medios utilizados para coordinar la acción de los actores de la lucha. No son las organizaciones políticas y sindicales quienes lo garantizaron con sus propios medios, sino las “redes sociales”. Así, las nuevas tecnologías permiten volver a entroncar con las antiguas formas de “acción directa”, pero a una escala mucho más vasta puesto que relacionan a individuos que no se conocen. Facebook, twitter y los smartphones difunden mensajes inmediatos (SMS) sustituyendo así la correspondencia escrita, sobre todo los panfletos y la prensa militante que hasta ahora eran los principales medios de los que disponían las organizaciones para coordinar la acción colectiva; la naturaleza instantánea de los intercambios restituye en parte la espontaneidad de las interacciones cara a cara de antes.

Con todo, las redes sociales por sí solas nunca habrían podido proporcionar semejante magnitud al movimiento de los chalecos amarillos. Los periodistas destacan constantemente estas “redes sociales” para ocultar el papel que ellos mismos desempeñan en la construcción de la acción pública. Más precisamente, lo que ha dado a este movimiento su dimensión de inmediato nacional ha sido la complementariedad entre las redes sociales y las cadenas de información continua. Su popularización es en gran parte producto de la intensa “propaganda” orquestada por los grandes medios los días previos. Los grandes medios se hicieron cargo inmediatamente de este acontecimiento (que había partido de la base, primero en el seno de pequeñas redes vía facebook) y anunciaron su importancia antes incluso de que se produjera.

Las cadenas de información continua siguieron desde que comenzó el día de acción del 17 de noviembre, minuto a minuto, “en directo” (término que se ha convertido ahora en sinónimo de comunicación a distancia de acontecimientos que se están produciendo). Los periodistas que hoy en día encarnan el grado sumo del populismo (en el verdadero sentido del término), como Eric Brunet que hace estragos a la vez en BFM-TV y en [la emisora de radio privada franco-monegasca] RMC, no dudaron en lucir públicamente un chaleco amarillo transformándose así en portavoz autodesignado del pueblo en lucha. Esa es la razón por la que la cadena presentó este conflicto social como “un movimiento inédito de la mayoría silenciosa”.

Sería muy instructivo un estudio que comparara cómo trataron los medios de comunicación la lucha de los ferroviarios la pasada primavera y la de los chalecos amarillo. No se siguió de forma continua ninguna de las jornadas de acción de los ferroviarios y se acribilló a los telespectadores con testimonios de usuarios indignados con los huelguistas, mientras que se ha oído muy poco a conductores indignados con quienes bloqueaban las carreteras.

Estoy convencido de que el tratamiento mediático dado al movimiento de los chalecos amarillos ilustra una de las facetas de la nueva forma de democracia en la que hemos entrado y que Bernard Manin denomina la “democracia del público” (cf su libro Principe du gouvernement représentatif, 1995). Igual que los electores se pronuncian en función de la oferta política del momento (y cada vez menos por fidelidad a un partido político), los movimientos sociales estallan hoy en función de una coyuntura y de una actualidad precisas. Puede que con la perspectiva que nos ofrece el paso del tiempo nos demos cuenta de que la era de los partidos políticos y de los sindicatos correspondió a un periodo limitado de nuestra historia, la época en la que las relaciones a distancia se materializaban por medio de la comunicación escrita. Antes de la Revolución Francesa estalló una cantidad increíble de revueltas populares en el reino de Francia, pero siempre eran localizadas porque la forma de relación que permitía coordinar la acción de los individuos en lucha se basaba en relaciones directas: la palabra, el conocimiento mutuo, etc. El Estado real siempre lograba reprimir estos levantamientos porque controlaba los medios de acción a distancia. La comunicación escrita, monopolizada por los “agentes del rey”, permitía desplazar a las tropas de un lugar a otro para masacrar a los sublevados.

En esa perspectiva se puede considerar la Revolución Francesa un momento absolutamente particular ya que la antigua tradición de las revueltas locales se pudo combinar entonces con la nueva práctica de contestación transmitida y coordinada por la escritura (véase los cuadernos de quejas) (3).

La integración de las clases populares en el seno del Estado republicano y el nacimiento del movimiento obrero industrial hicieron disminuir las revueltas locales y violentas, aunque nunca hayan desaparecido totalmente (véase el levantamiento del “Midi Rojo” en 1907) (4). La politización de las resistencias populares permitió una dirección, una disciplina, una educación de los militantes, pero la contrapartida fue la delegación del poder a beneficio de los líderes de los partidos y los sindicatos. Los movimientos sociales que se sucedieron entre las décadas de 1880 y 1980 abandonaron la esperanza de una toma de poder por la fuerza, pero a menudo lograron que los dominantes cedieran gracias a unas huelgas con ocupación de las fábricas y gracias grandes manifestaciones que culminaron durante unas “marchas sobre París” (“de la Bastilla a Nation”).

Una de las preguntas que nadie ha planteado aún a propósito de los chalecos amarillos es por qué unas cadenas privadas, cuyo capital pertenece a un puñado de millonarios, fomentan hoy este tipo de movimiento popular. La comparación con los siglos precedentes lleva a una conclusión evidente. Vivimos en un mundo mucho más pacífico que antes. Aunque la jornada de los chalecos amarillos provocara víctimas, estas no fueron fusiladas por las fuerzas del orden. Son el resultado de los accidentes provocados por los conflictos que opusieron al pueblo bloqueador y al pueblo bloqueado.

Esta pacificación de las relaciones de poder permite a los medios dominantes utilizar sin riesgos el registro de la violencia para movilizar las emociones de su público porque la razón principal de su apoyo al movimiento no es político sino económico: generar audiencia mostrando un espectáculo. Desde primeras horas de la mañana BFM-TV señaló unos “incidentes”, después repitió machaconamente el drama de esta mujer atropellada por una conductora que se negaba a ser bloqueada. Una ventaja añadida para estas cadenas a las que se suele reprochar su obsesión por los sucesos, los crímenes y los escándalos sexuales: apoyando al movimiento de los chalecos amarillos han querido demostrar que no descuidaban en absoluto las cuestiones “sociales”.

Más allá de estos retos económicos, evidentemente a la clase dominante le interesa privilegiar un movimiento que se presenta como hostil a los sindicatos y los partidos. Es cierto que entre los chalecos amarillos existe este rechazo. Aunque sin duda no fue intencionado, la elección del color amarillo (en vez del rojo) y de la Marsellesa (en vez de la Internacional) recuerda desafortunadamente la traición de los “amarillos”, término que durante mucho tiempo designó a los sindicatos a sueldo de la patronal. No obstante, este rechazo de la “recuperación” política también se puede inscribir en la prolongación de las luchas que las clases populares llevaron a cabo desde la Revolución Francesa para defender una concepción de la ciudadanía basada en la acción directa. Los chalecos amarillos que bloquean las carreteras rechazando toda forma de recuperación de los partidos políticos asumen así confusamente la tradición de los sans-culottes (5) en 1792-93, de los ciudadanos-combatientes de febrero de 1948, de los Communards de 1870-71 y de los anarcosindicalistas de la Belle Epoque.

La utilización de esta ciudadanía popular siempre ha sido lo que ha permitido la irrupción en el espacio público de portavoces que estaban destinados socialmente a permanecer en el sombra. El movimiento de los chalecos amarillos ha hecho surgir gran cantidad de portavoces de este tipo. Lo que sorprende es la diversidad de sus perfiles y, sobre todo, la gran cantidad de mujeres, mientras que antes lo más frecuente era que la función de portavoz estuviera reservada a los hombres. La facilidad con la que estos líderes populares se expresan hoy ante las cámaras es una consecuencia de una doble democratización: el aumento del nivel escolar y la penetración de las técnicas de comunicación audiovisual en todas las capas de la sociedad. Hoy las élites niegan completamente este competencia, lo que refuerza la sensación de “desprecio” en el seno del pueblo. Aunque los obreros todavía representan el 20 % de la población activa, ninguno de ellos está hoy presente en la Cámara de los Diputados. Hay que tener en mente esta discriminación generalizada para comprender la magnitud del rechazo popular de la política politiquera.

Pero este tipo de análisis ni siquiera se les pasa por la cabeza a los “profesionales de la palabra pública” que son los periodistas de las cadenas de información continua. Al difundir de forma continua las palabras de los manifestantes que afirman su negativa a ser “recuperados” por los sindicatos y los partidos, prosiguen su propia lucha para apartar los cuerpos intermedios y para instalarse ellos mismos como portavoces legítimos de los movimientos populares. En este sentido avalan la política liberal de Emmanuel Macron cuyo objetivo es también desacreditar las estructuras colectivas de las que se han dotado las clases populares a lo largo del tiempo.

Dado el papel crucial que desempeñan actualmente los grandes medios en la popularización de un conflicto social, quienes los dirigen saben bien que podrán decretar el fin del recreo en cuanto lo consideren necesario, es decir, en cuanto la audiencia les exija que cambien de caballo para seguir estando en la vanguardia de la “actualidad”. En efecto, este movimiento está abocado al fracaso porque quienes lo animan están privados de toda tradición de lucha autónoma, de toda experiencia militante. Si el movimiento gana fuerza, chocará cada vez más con la oposición del pueblo que no quiere ser bloqueado y estos conflictos estarán presentes de forma continua en todas las pantallas, lo que permitirá al gobierno reprimir los abusos con el apoyo de la “opinión pública”. La ausencia de un marco político capaz de definir una estrategia colectiva y de nombrar el descontento popular en el lenguaje de la lucha de clases es otro signo de debilidad porque deja la puerta abierta a todas las derivas. A pesar de los historiadores (o de los sociólogos) que idealizan la “cultura popular”, el pueblo siempre está atravesado por unas tendencias contradictorias y unos juegos internos de dominación. Durante esta jornada de los chalecos amarillos se oyeron palabras xenófobas, racistas, sexistas y homófobas. Es cierto que eran muy minoritarias, pero basta que los medios se apropien de ellas (como hicieron desde el día siguiente) para que todo el movimiento esté desacreditado.

Sin embargo, la historia demuestra que una lucha popular nunca es completamente vana, ni siquiera cuando es reprimida. El movimiento de los chalecos amarillos sitúa a los sindicatos y partidos de izquierda frente a sus responsabilidades. ¿Cómo adaptarse a la nueva realidad que constituye la “democracia del público” para procurar que este tipo de conflicto social (que es de prever que se reproducirá frecuentemente) se integre en una lucha más vasta contra las desigualdades y la explotación? Esta es una de las grandes preguntas a la que tendrán que responder.

Notas de la traductora:

(1) Las jacqueries es el nombre con el que se conocen los levantamientos de los campesinos franceses contra sus señores en 1358, de donde pasó a designar los levantamientos campesinos en general. Como explica más adelante el autor, el nombre proviene del nombre de pila “Jacques” (Santiago, en castellano) con el que los nobles llamaban desdeñosamente a todos los campesinos. (N. de la t.).

(2) El término “commun” en francés tiene el sentido de lo que en nuestra lengua sería “pueblo”. El término “commune”, a su vez, tiene el sentido de “conjunto del pueblo”. Proviene de la palabra latina communia, “ reunión de personas que tiene una vida en común”. Es el nombre que adoptó la llamada Comuna de París (“Commune de Paris”) en 1870-71, cuyos miembros se llamaban “Communards” .

(3) Los Cuadernos de Quejas (“cahiers de doléances”) eran los registros en los que las asambleas que elegían a los diputados para los Estados Generales franceses escribían sus deseos y quejas. Su uso se remonta al siglo XIV. Los más conocidos son los de 1789.

(4) Se refiere a l levantamiento de los viticultores de Languedoc y los Pirineos Orientales (el “ Midi ” francés)en 1907 motivad o por una grave crisis vitícola en esta zona que se arrastraba desde principios de siglo . El movimiento fue reprimido por el gobierno de Clemenceau. Destacó la fraternización del 17 Destacamento de Infantería con los manifestantes en Béziers. La revuelta cesó el 29 de junio de 1907 tras la aprobación de la ley que regula la elaboración de los vinos franceses, todavía en vigor .

(5) Se llamaba así a los revolucionarios del inicio de la Revolución Francesa. La expresión hace referencia a que en vez de llevar el culotte , el pantalón corto que vestían los aristócratas, llevaban los pantalones largos que solía usar la gente del pueblo y los artesanos. Los sans-culottes formaron la mayor parte del ejército revolucionario durante la Revolución Francesa.

Fuente del artículo: https://www.lahaine.org/mm_ss_mundo.php/francia-los-chalecos-amarillos-y

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Multiculturalidad en Japón: apoyar a los jóvenes con raíces internacionales

Por: Tanaka Iki.

Cada vez hay más niños en Japón que no hablan el japonés como lengua materna y necesitan recursos educativos especiales para aprenderlo. Sin embargo, la ayuda a estos menores se deja en manos de los Gobiernos locales, por lo que surgen diferencias abismales de servicios disponibles entre regiones. Garantizar a esa minoría infantil una educación adecuada a sus necesidades es el primer paso para que la sociedad japonesa sea capaz de integrar a la inmigración.

Trabajo para YSC Global School, una escuela gestionada desde 2010 por la organización sin ánimo de lucro Youth Support Center, que ofrece apoyo educativo especializado a niños y jóvenes con raíces internacionales. Los menores a los que asistimos presentan perfiles muy diversos, pero quisiera ilustrar la situación tomando como ejemplo a Mayuka (nombre ficticio), una niña nipoperuana de tercera generación que se trasladó a Japón con su madre cuando tenía 5 años. La pequeña ingresó en una guardería pública tras llegar al país y luego pasó a estudiar en la escuela primaria. En casa hablaba español, su lengua materna, mientras que fuera utilizaba siempre el japonés.

Como en su escuela no existían recursos especiales para aprender japonés, Mayuka no recibió ningún apoyo especial. Hablando se defendía hasta cierto punto, pero le costaba leer y escribir al nivel requerido para los estudios, y pronto empezó a quedar rezagada respecto al resto de sus compañeros. En los cursos superiores de primaria no entendía la mitad de las lecciones y empezó a desvincularse de la escuela. Como usaba menos el japonés en el día a día, su nivel oral se resintió y cada vez le costaba más asistir a clase.

“Yo diferente. Ayer, no sé”. Cuando conocí a Mayuka, terminaba de ingresar en la escuela secundaria y hablaba un japonés tan defectuoso que nadie hubiera dicho que llevaba seis años escolarizada en Japón. En ocasiones su expresión, una concatenación de palabras cortas pronunciadas con poca fluidez, resultaba tan caótica que era imposible saber qué pretendía decir. Había desarrollado una capacidad mucho mayor de expresarse en español, lengua que usaba en casa con su madre, pero aun así tampoco presentaba un dominio equiparable al de una niña de su edad en Perú, y prácticamente no sabía leerlo ni escribirlo.

Las personas como Mayuka, que no dominan ni el japonés ni el idioma materno al nivel que corresponde a su edad, no se consideran bilingües sino doblemente limitadas. No son capaces de expresarse con un nivel elevado de abstracción y experimentan dificultades para comunicarse.

Entrada en la difícil edad de la adolescencia, Mayuka sufrió una crisis de identidad y el estrés que no podía exteriorizar verbalmente la llevó a frecuentar las zonas de ocio y a terminar la escuela secundaria sin haber asistido casi a clase. Más tarde su familia se trasladó repentinamente, y solo podía seguir sus pasos a través de las redes sociales. Por esa vía me enteré de que había tenido un hijo. Después dejó de escribir en las redes sociales, y ahora no tengo forma de saber de ella.

Diferencias de recursos entre regiones

En el año 2016, los centros públicos de primaria, secundaria y bachillerato de todo Japón tenían más de 43.000 alumnos que necesitaban refuerzo docente de japonés para poder seguir las clases. El número de estos menores ha aumentado más del 60 % en los últimos diez años. No todos son de nacionalidad extranjera; también los hay que poseen nacionalidad japonesa pero se criaron en casa de familiares de otro país o que no tienen el japonés como idioma materno. Diez mil de ellos no cuentan con ningún tipo de ayuda en la escuela y se hallan en riesgo de convertirse en personas doblemente limitadas, como le sucedió a Mayuka.

Actualmente la atención a niños con uno o ambos padres de raíces internacionales se deja en manos de los Gobiernos locales. Mientras que en algunas regiones la Administración ofrece cursos de japonés u otros tipos de ayuda colaborando con entidades sin ánimo de lucro, en otras solo tienen uno o dos niños con necesidades lingüísticas por colegio o bien no cuentan con el presupuesto ni el personal necesarios para suministrar los servicios. Más de la mitad de los menores que necesitan ayuda viven en este segundo tipo de regiones, donde escasea la población extranjera.

En las regiones con pocos extranjeros, además de faltar presupuesto y personal para atender a las necesidades de dicho grupo, la ayuda de las entidades sociales y las ONG ajenas a los centros educativos es también insuficiente. La mayor parte de la ayuda externa a los centros educativos recae sobre el voluntariado. La carencia de fondos para llevar a cabo las actividades y la ausencia de relevo joven en cuerpos de voluntarios cada vez más envejecidos hace que los servicios mermen y desaparezcan paulatinamente. La brecha regional en la existencia, la calidad y la cantidad de servicios de ayuda constituye un problema que Japón lleva muchos años arrastrando.

Un entorno inclusivo para hacer amigos

Impartiendo una clase en la escuela YSC Global School.

En la YSC Global School, que gestionamos en Fussa (prefectura de Tokio), ayudamos cada año a más de cien niños y jóvenes a aprender japonés, buscar trabajo o acceder al siguiente nivel académico. Hasta ahora hemos tenido alumnos de más de treinta nacionalidades distintas, incluidas la filipina, la china, la peruana y la nepalí.

Los alumnos acuden a recibir apoyo especializado desde toda la prefectura Tokio, las colindantes de Saitama y Kanagawa e incluso desde Chiba, realizando desplazamientos de hasta más de dos horas en tren. La amplia afluencia desde zonas tan alejadas demuestra hasta qué punto son escasas las entidades que atienden las necesidades de niños y jóvenes con raíces internacionales.

Entre los jóvenes que acuden a la escuela, hay desde los que tienen un historial académico sobresaliente en sus países de origen y dominan varios idiomas —su lengua materna y el inglés, por ejemplo—, hasta los que casi no estuvieron escolarizados antes de llegar a Japón o los que incluso necesitan aprender a permanecer sentados en su escritorio durante las clases. Son grupos de necesidades heterogéneas, pero en los que todos se hacen amigos, respetando y superando los factores que los diferencian (edad, nacionalidad, religión, etc.). Los contactos y los vínculos que logran en la escuela les suponen un importante apoyo a la hora de integrarse en la sociedad japonesa.

Rechazados por falta de sistemas de ayuda

El idioma y la cultura no son los únicos obstáculos con que se topan los niños con raíces internacionales en la sociedad japonesa; aunque hayan nacido y se hayan criado en Japón, sin salir jamás de las fronteras niponas ni hablar otro idioma que el japonés, su color de piel, su nombre y el origen extranjero de sus padres los condenan a sufrir abusos y discriminación en la vida escolar. La mayoría de estos niños han sido objeto de insultos discriminatorios en el colegio (“qué tonto eres”, por cometer un pequeño error en japonés; “vuelve a tu país”, al expresar alguna insatisfacción; “tienes un color sucio y contagioso”, en referencia a su piel) y experimentan dolorosas crisis de identidad al llegar a la adolescencia.

La escuela YSC Global School reúne a esos niños que son minoría en la sociedad japonesa y les ofrece el único espacio donde pueden sentirse seguros y conocer compañeros con circunstancias y experiencias similares. “En el colegio no tenía ni un amigo. Aquí me siento cómodo porque todos somos iguales”, declara un alumno. Sin embargo, son pocos los niños que gozan de acceso a entidades de apoyo como nuestra escuela. En las regiones con pocos extranjeros que mencionábamos antes, donde ni las escuelas ni las administraciones suministran ayuda, abundan los menores que dejan de asistir a clase para quedarse encerrados en casa. Por otro lado, también hay chicos que no tienen más remedio que quedarse en casa porque los centros educativos de su zona les exigen saber japonés para matricularse, alegando la falta de sistemas de ayuda escolares y gubernamentales.

En noviembre de 2016, la YSC Global School lanzó un proyecto de clases de lengua japonesa por internet, destinado a atender a los niños con necesidades educativas lingüísticas que viven en regiones sin recursos y se hallan aislados y sin modo de aprender el idioma. La iniciativa hace llegar las clases que se imparten en la YSC Global School, en Fussa (Tokio), a niños de todo el archipiélago. Veinte niños procedentes de regiones con pocos extranjeros, de las prefecturas de Ibaraki, Gunma, Chiba, Shiga, Yamaguchi y otras, han recibido este servicio en línea, con el que se les ayuda a aprender japonés, a preparar el ingreso en bachillerato y a conectar con otros compañeros.

YSC Global School lleva a cabo un proyecto para que los niños de regiones con pocos recursos de ayuda accedan en línea a las clases de japonés que se imparten en Fussa.

La llegada de la inmigración: aprender de los extranjeros que ya viven en Japón

El paquete de políticas básicas de gestión y reformas financieras y económicas que el Gabinete aprobó, en junio de 2018, como medida para afrontar el envejecimiento demográfico conlleva un cambio de las condiciones de los trabajadores extranjeros en Japón que marca un punto de inflexión en la sociedad japonesa. La primera reunión interministerial sobre la acogida y la integración de trabajadores de otros países tuvo lugar en julio; la agenda política avanza a un ritmo más ágil de lo previsto.

No cabe duda de que Japón va a necesitar más mano de obra extranjera en el futuro, pero debemos recordar que aquellos que llegarán de otros países son, antes que trabajadores, personas que también formarán parte de la sociedad japonesa. Hay que ofrecerles un entorno que garantice a los niños una educación adecuada y acceso a la sanidad y las prestaciones sociales, y que permita a los adultos criar a los hijos y desarrollar su vida cotidiana con tranquilidad. De lo contrario, Japón perderá en la carrera internacional por atraer mano de obra y no logrará convertirse en un país de destino para los trabajadores extranjeros.

Japón tiene trabajo pendiente antes de acoger la inevitable llegada de futuras olas migratorias: servirse de la experiencia de los más de 2,5 millones de extranjeros y los jóvenes con raíces internacionales que ya llevan tiempo viviendo aquí para crear las infraestructuras y el tejido social adecuados para lograr una sociedad más integradora.

Fuente del artículo: https://www.nippon.com/es/currents/d00430/

 

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La educación saudí en el odio

Por: Félix Flores.

El número de yihadistas dispersos por el mundo es casi tres veces mayor que en el 2001, cuando se cometieron los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos, mientras que conceptos ideológicos fanáticos y de odio que alimentan el yihadismo siguen apareciendo en los libros de texto de Arabia Saudí, que no solo se utilizan en este país sino que se exportan o llegan a la mayoría de países existen comunidades musulmanas, sean mayoritarias o minoritarias.

Dos informes estadounidenses han venido a coincidir estos días en un momento en que el asesinato del periodista Jamal Khashoggi ha puesto el foco en el reino saudí. El primero, del Center for Strategic and International Studies (CSIS), analiza “La evolución de la amenaza salafista-yihadista” después de la aparente derrota del Estado Islámico y señala que actualmente existen 67 grupos yihadistas, con un total de entre 125.000 y 230.000 miembros (un margen quizá demasiado grande).

Actualmente existen 67 grupos yihadistas, con un total de entre 125.000 y 230.000 miembros

El segundo informe se fija en los libros de texto saudíes de enseñanza primaria y secundaria para el curso actual. En ellos se dicen cosas como estas:

-“La cristiandad en su estado actual es una religión pervertida y no válida”.

-“Entre los más prominentes efectos del sionismo en el mundo están la difusión de drogas y enfermedades sexuales y otras en muchos países musulmanes”.

-“Los pueblos que son originalmente infieles, como los judíos, los cristianos y los paganos (…) Llamar a estos pueblos infieles es una obligación, porque aquel que no les llame infieles o dude de su carácter infiel es él mismo un infiel”.

Delegados saudíes en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, bajo el techo pintado por Barceló, el pasado 5 de noviembre
Delegados saudíes en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, bajo el techo pintado por Barceló, el pasado 5 de noviembre (Fabric Coffrini / AFP)
 

Los extractos pertenecen a Teaching Hate and Violence: Problematic Passages from Saudi State Textbooks for the 2018–19 School Year (Enseñando odio y violencia: pasajes problemáticos de los libros de texto saudíes para el año escolar 2018-19), que ha sido publicado por la Liga Antidifamación, un poderoso lobby judío estadounidense, y su autor es David Andrew Weinberg, un hombre que lleva años dedicado a los libros de texto saudíes, antes como miembro de la neocon Foundation for the Defense of Democracies.

En este empeño, Weinberg declaró en el 2016 ante el Congreso de EE.UU., pidiendo que interviniera ante Arabia Saudí. Decía entonces lo siguiente: “En el 2014 expuse en una monografía que el Departamento de Estado había destinado medio millón de dólares de los contribuyentes a un estudio de los libros de texto saudíes destinado a ser publicado, pero en lugar de esto fue congelado para evitar comprometer a los saudíes o la administración de EE.UU. Sus hallazgos, muy detallados, fueron ocultados durante años y solo fueron expuestos ante los saudíes de alto nivel después de que los libros que habían sido evaluados ya estaban obsoletos”.

El Estado Islámico utilizó libros saudíes para su adoctrinamiento hasta que editó los suyos propios

El problema con los libros saudíes es que alcanzan todo el orbe. Las autoridades y fundaciones religiosas y benéficas saudíes hacen proselitismo por todo el mundo del wahabismo, su propia versión del salafismo suní, que ha sido repetidamente calificada de oscurantista y radical. Desde el siglo XVIII, los wahabíes han sido aliados de la familia Al Saud y un pilar del régimen a partir de la fundación del estado saudí en 1932. El hecho de ser país custodio de La Meca y Medina y el recurso del petróleo ha permitido a los saudíes construir miles de mezquitas, escuelas coránicas y centros islámicos desde el norte de África hasta el sudeste asiático, pasando asimismo por Europa. Con todo ello van los libros y su propia versión del Corán.

Este influjo ha ido imponiendo una única manera de ver las cosas en países de cultura islámica diversa, y ha fomentado, indiscutiblemente, el radicalismo. La prueba más evidente es que el Estado Islámico estuvo utilizando libros saudíes para su adoctrinamiento hasta que empezó a editar los suyos propios, y aun así continuó basándose en las ideas wahabíes.

Animan a la violencia contra judíos, cristianos, musulmanes chiíes y sufíes, mujeres, personas que practican el sexo anal…”

Washington ha sido siempre consciente del influjo destructivo del wahabismo, pero, que se sepa, no abordó la cuestión con los saudíes hasta casi diez años de los atentados del 11-S, 15 de cuyos 19 autores eran de esa nacionalidad. Con los años, y siguiendo el relato del propio David Weinberg, el gobierno saudí ha ido anunciando “reformas”, pequeños cambios de vez en cuando…

Según Weinberg, los textos que rigen en el curso académico saudí actual –y que afectan a la enseñanza primaria pero sobre todo a la secundaria– son algo menos intolerantes que en el curso 2010-2011, en que se decía que dios convirtió a los judíos en monos y cerdos y daba por auténticos los llamados Protocolos de los sabios de Sión, un clásico histórico del libelo antisemita, publicado en Rusia en 1902 y que ha sobrevivido durante décadas (de forma notoria, en la Europa del este tras la caída del muro de Berlín).

Sin embargo, señala el autor, esos libros “aún contienen pasajes que animan al fanatismo o a la violencia contra numerosas categorías de personas, incluidos judíos, cristianos, musulmanes chiíes y sufíes, mujeres, personas que practican el sexo anal y cualquiera que se mofe o se aparte del islam”.

Jóvenes saudíes ante una imagen de Mohamed bin Salman en un acto de la Fundación Misk, destinada por el príncipe heredero a la formación de nuevos cuadros
Jóvenes saudíes ante una imagen de Mohamed bin Salman en un acto de la Fundación Misk, destinada por el príncipe heredero a la formación de nuevos cuadros (Fayez Nureldine / AFP)
 

Más ejemplos:

-”Pegar a las mujeres está permitido cuando es necesario”.

-”Uno de los casos más serios de imitación de los infieles: unirse a los infieles en sus celebraciones, ya que esta es una de las mayores en términos de daño y perjuicio y la más extendida entre los musulmanes, y esta participación está prohibida por lo que contiene en términos de aceptación hacia ellos con algo que no es de nuestra propia religión”.

En otros términos: nada de dejarse invitar a compartir fiestas religiosas, ninguna convivencia con el vecino… Este mensaje –dado que no hay otra religión que el islam en el país– está obviamente orientado a la separación de la mayoría suní de la minoría chií. Fuera de Arabia Saudí, da argumentos a políticas como las que aplicó el Estado Islámico en la ciudad iraquí de Mosul, donde siempre habían convivido suníes, chiíes, kurdos, cristianos, judíos y otras confesiones minoritarias.

Velada musical en Mosul, donde los yihadistas del Estado Islámico destruyeron auditorios e instrumentos
Velada musical en Mosul, donde los yihadistas del Estado Islámico destruyeron auditorios e instrumentos (Zaid Al-obeidi / AFP)

Si nos fijamos ahora en el estudio del Center for Strategic and International Studies de Washington sobre el estado actual del yihadismo, resulta que este think tank muy ligado al poder señala que la marginación de los suníes en Irak nutrió las filas del Estado Islámico, pero no reconoce que lo facilitó el apoyo estadounidense a un gobierno sectario chií.También atribuye el resurgimiento de Al Qaeda y la aparición del Estado Islámico a la retirada de las tropas norteamericanas y occidentales.

El CSIS admite al menos “un componente importante –quizás el más importante– de la política occidental debería ser ayudar a los regímenes que afrontan el terrorismo a mejorar su gobernanza y a resolver de manera más efectiva los agravios –en lo económico, lo sectario…– que han sido manipulados por los grupos salafistas yihadistas”.

Fuente del artículo: https://www.lavanguardia.com/internacional/20181123/453091260858/arabia-saudi-educacion-odio-yihadismo-jamal-khashoggi.html

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