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La NASA buscará civilizaciones tecnológicas en el Universo

Por: Tendencias 21

Quiere detectar emisiones láser, infraestructuras y contaminación en otros planetas

 

La NASA va ampliar la búsqueda de vida inteligente fuera de la Tierra para detectar posibles civilizaciones tecnológicas. Además de señales de radio, rastreará emisiones láser, infraestructuras masivas y atmósferas contaminadas, para encontrar tecnofirmas.

La Agencia Espacial Norteamericana ha anunciado que se propone averiguar, de una manera científicamente rigurosa, si no estamos solos en el universo, si realmente existen otras civilizaciones tecnológicas fuera de nuestro planeta.

Se plantea esta posibilidad porque considera que han cambiado las cosas desde que puso en marcha el proyecto SETI (Search for ExtraTerrestrial Intelligence) en los años 70 del siglo pasado y que finalizó en 1993 por falta de fondos.  Aunque otros proyectos SETI han proseguido desde entonces, la búsqueda de una inteligencia extraterrestre no ha obtenido hasta el momento ningún resultado positivo.

La NASA considera que hay que ampliar el enfoque. Hasta ahora la búsqueda de vida fuera de la Tierra se ha centrado en indicios de alguna forma biológica simple en un entorno similar al de la Tierra en alguna parte del universo lejano. Los indicios de que ha podido existir vida microbiana en algún otro momento y lugar de la historia del universo han aumentado considerablemente en las últimas décadas.

Pero también se han descubierto numerosas supertierras, más allá de nuestro sistema solar, en las que hipotéticamente puede haberse desarrollado una forma de vida compleja e incluso una civilización tecnológica.

Este descubrimiento, y el análisis de las biofirmas recogidas en estos años de búsqueda de vida microbiana, han llevado a la NASA a plantearse la búsqueda de otras formas de vida diferentes a la nuestra, pero suficientemente avanzadas como para crear tecnología.

Buscando tecnofirmas

De la misma forma que las biofirmas han revelado en el pasado indicios de alguna forma de vida microbiana en otros planetas y estrellas, la NASA se propone buscar lo que llama tecnofirmas, huellas tecnológicas que podrían indicarnos la presencia de vida tecnológica en otras partes del universo.

El Congreso de Estados Unidos, que en 1993 retiró los fondos al proyecto SETI de la NASA, considera que sería bueno que la agencia espacial norteamericana apoye la búsqueda científica de firmas tecnológicas en el universo, como parte de sus programas de búsqueda de vida fuera de la Tierra.

Esta semana se ha estado desarrollando en Houston un taller de tecnofirmas organizado por la NASA para evaluar el estado del arte en este campo tecnológico, las líneas de investigación que podrían explorarse y las posibles vías de financiación, ya que se pretende que los fondos sean aportados por organizaciones privadas y filantrópicas.

Las tecnofirmas tienen un significado mucho más amplio que el de los programas de búsqueda de inteligencia extraterrestre, centrados casi exclusivamente en el rastreo continuo del universo buscando señales de radio procedentes de otra civilización.
Ahora habría que buscar también emisiones láser o signos de infraestructuras masivas, e incluso atmósferas contaminadas, para deducir de estos datos la existencia de una civilización tecnológica.

“Gracias al descubrimiento de miles de planetas más allá de nuestro sistema solar, incluidos algunos con similitudes clave con la Tierra, ahora es posible no sólo imaginar el encuentro de vida en otros mundos, sino demostrar científicamente algún día que la vida existe más allá de nuestro planeta sistema solar”, señala la NASA en un comunicado en el que explica esta nueva orientación estratégica de sus programas

Nuevas perspectivas

El debate sobre la probabilidad de encontrar señales de vida avanzada ha variado a lo largo de la historia. En 1961, el astrónomo Frank Drake creó una fórmula que estima el número de civilizaciones inteligentes potenciales en la galaxia, llamada ecuación de Drake: habría 10.000 detectables.

La mayoría de las variables de la ecuación continúan siendo estimaciones aproximadas, sujetas a incertidumbres. Otra especulación famosa es la paradoja de Fermi, postulada por el físico italiano Enrico Fermi, según la cual, si realmente existiera otra forma de vida inteligente, ya la habríamos encontrado.

Algunos acontecimientos astronómicos recientes han avivado el debate: por ejemplo, el descubrimiento en 2015 del planeta más parecido y cercano a la Tierra, denominado Kepler-452b, o las extrañas fluctuaciones de luz procedentes de la estrella de Tabby (KIC 8462852), que desencadenaron una serie de especulaciones sobre una posible megaestructura extraterrestre en su superficie (luego resultaron infundadas).

La NASA señala que experiencias como la de Tabby han demostrado la utilidad de buscar anomalías en los datos recopilados del espacio, ya que los signos de la vida tecnológicamente avanzada pueden aparecer como aberraciones de la norma.

Los científicos advierten no obstante que necesitaremos más que una señal inexplicada para probar definitivamente la existencia de la vida tecnológica fuera de la Tierra, ya que puede haber mucha interferencia de radiofrecuencia de fuentes basadas en la Tierra.

El nuevo enfoque de la NASA no supone abandonar sus actuales programas de búsqueda de cualquier forma de vida fuera de nuestro planeta, ya sea analizando el agua de Marte o los mundos oceánicos de Europa (satélite de Júpiter) o Encelado (sexo satélite de Saturno), o buscando biofirmas en las atmósferas de planetas situados más allá del sistema solar, concluye la agencia espacial norteamericana.

Fuente: https://www.tendencias21.net/La-NASA-buscara-civilizaciones-tecnologicas-en-el-Universo_a44773.html

 

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Metabolismos del ego

Por: Fernando Buen Abad

Si la medida de la salud (suponía Freud) es “la capacidad de amar y la capacidad de trabajar”[1], todo se desfigura cuando la capacidad se reduce a sólo amarse a sí mismo y la capacidad de trabajar radica en esforzase sólo para sí sometiendo, además, el trabajo de otros al beneficio de uno solo. Reina el amor por el individualismo para romper con la comunidad. El ego es inseparable de la lucha de clases, y los opresores han encontrado -siempre- argumentos de sobra para justificar su preminencia sobre los oprimidos. O se creen dioses o se creen semidioses; o se creen emisarios de la (o las) divinidades o de plano se creen mejor dotados por la “raza”, la “genética”, las “bellezas”, la “inteligencia” o la “suerte”… con todas sus combinaciones. Y no hay quién les aguante el ego[2].

Metabolismos del ego

La egolatría es una enfermedad inclemente. Un mundo enfermo de belicismo rentable, enfermo de usura bancaria, enfermo de guerras mediáticas… sufriendo hambre, analfabetismo, corrupción, represión y humillaciones infinitas contra los más desposeídos. Un mundo destazado por terratenientes, exhausto de contaminantes, atrofiado de mercantilismo y bañado en sangre de todas las violencias del poder dominante… es un mundo enfermo al que le ha costado demasiado encontrar el remedio para todos sus males: la superación del capitalismo que se adueñó del poder del dinero, del poder de las armas, del poder de los medios y del poder del insulto contra los dominados. El principio de comunidad demolido por la individualidad de los ególatras.

El ego inflamado, de sí y por sí, es uno de los sub-productos más odiosos, que rompe el cúmulo de las relaciones sociales y se produce en ese punto donde se patologízalo individual cuando domina la negación del conjunto. Son muchas las fuentes y las causas por las cuales una persona sube a las cumbres de sí mismo para quedarse a vivir ahí donde el paisaje es perfectoporque todo lo que ve es el reflejo de su persona en todas “sus obras”. Incluso en las que no existen. Son muchas las argucias del sistema económico e ideológico dominante que, incapaz de inspirar respeto por sus valores morales, se empeña en imponer amor por lo puramente individual incluso cuando su mérito único, a falta de contribución al bien común, radique a en amarse a sí mismo. Y son interminables las invenciones de la clase dominante para ahogar en ego todo sueño de vida buena en comunidad. Con la moraleja del “rico que se hace solo”, del talento que “nada le debe a otros”, del “golpe de suerte” como destino inmutable para los que nacen “en buen cuna”… tenemos un fanatismo histórico empeñado en postrar a la comunidad humana ante los atrios del “ego” que se adueñó de todo.

Para el ego se filman películas, se imprimen revistas con sus portadas, se editan libros, se escriben canciones y se despliega una parafernalia descomunal planetaria que hoy ya es, además de un daño severo por contaminación visual y sonora, un asco mundial por el regodeo de la nadería a cambio de la fachada del individualismo. Desde las empresas y los gobiernos hasta las familias, las escuelas, las oficinas y las iglesias. Egos para toda ocasión, para todo lugar y para cada momento. Egos desorbitados en las campañas políticas y en las campañas publicitarias… egos en los libros de historia y en las histeria de los libreros. Egos para la dama y egos para el caballero. Niños y niñas, ancianos y ancianas. El ego es el opio de los pueblos. También.

Nadie se salva, unos más y otros menos, la inflamación de los egos es una pandemia que debemos atender, mientras podamos, y antes de que lleguemos al delirio cotidiano de pensar que todo lo que ocurre, lo que se habla o lo que se calla, sucede por nuestra persona y en función de nuestras muchas (autoproclamadas) “virtudes”. Urge intervenir antes de que toda conversación, propia o ajena, creamos que se refiere a nosotros y que tenemos siempre el derecho de intervenir en cualquier charla, contando los anecdotarios más individuales, aunque no venga al caso o aunque a nadie le importe pero creamos, absolutamente convencidos, que vienen al caso y que a todos les importa. Y no hay vacunas en el mercado porque el mercado, precisamente, está intoxicado de ego virulento. Es su garante.

No es lo mismo el aprecio profundo por los valores y por las luchas que, encarnadas en personas, representa a comunidades o pueblos. No es lo mismo el orgullo o el honor que experimenta aquel que todo lo da para el beneficio de la comunidad sin esperar encumbrar su ego con lisonjas de ocasión. No es lo mismo el respeto de los compañeros por aquel que se desprende de sí para fundirse en lo común haciendo de lo individual pieza indisociable de la colectividad. En la teoría y en la práctica de todos los días. No es lo mismo, en suma, la lucha del que se entrega a la lucha de todos por una comunidad organizada para sí y en ella hace su identidad para que lo identifique el colectivo como un ser de lo colectivo. Eso es nuestro conjuro contra el ego convertido en ideología por la clase dominante.

Si como Marx pensaba la “personalidad” es el producto del conjunto de las relaciones sociales, estamos obligados a desplegar herramientas para la crítica de tales relaciones sociales envueltas por las relaciones de producción dominantes. Estamos obligados a propiciar los escenarios y las experiencias donde, cada día y a cada hora, recordemos que somos lo que somos gracias a la historia que han forjado los pueblos sobre los hombros de sus luchas, mientras han padecido todos los desplantes del ego y el individualismo generados desde la clase dominante como la moral en la que debemos forjarnos. Como si eso fuese un triunfo moral. Estamos obligados a desplegar todas las herramientas del pensar crítico que es una de las más grandes conquistas sociales de la humanidad porque el grado de desarrollo social depende del grado del desarrollo y diversidad del pensamiento en la práctica. Pero es necesaria la igualdad y la justicia para que pensamiento y desarrollo no sean privilegio de unos cuantos. Piénsalo sin el ego de la clase dominante.

 

[1]Aproximación al Concepto de Salud Mental Vigente desde una Perspectiva Psicoanalítica https://revistas.unc.edu.ar/index.php/aifp/article/viewFile/13197/13397

[2]http://dle.rae.es/?id=EQoDoir

Fuente: https://www.telesurtv.net/bloggers/Metabolismos-del-ego-20180910-0006.html

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La Reforma de la Reforma: ¿Mejora o retroceso? (Parte I)

Por: Luis  Alberto Barquera

Fox y Calderón se distinguieron por renunciar a la autoridad del Estado en materia educativa y por pactar elecciones, en aras de sustentar el poder, a partir de mantener contentos a Elba Esther Gordillo y su banda. Ante el desastre consecuente a Peña Nieto no le quedó otra que distanciarse de la maestra para ganar la presidencia de la república e impulsar posteriormente, en el marco del Pacto por México, una reforma educativa (RE) que dio lugar a un conjunto de reformas constitucionales y de leyes secundarias, que incluyeron el Servicio Profesional Docente (SPD) y un Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) reconvertido en organismo autónomo.

El gobierno se obligó a reconfigurar la alianza con el SNTE y persiguió a la maestra hasta llevarla a su detención domiciliaria, sin poder comprobar los delitos de los que fue acusada. Durante este sexenio que está por concluir, el SNTE se reconstituyó como un instrumento de control corporativo y aliado electoral del PRI, a través del PANAL, y desde las oficinas de las secretarías de educación en los estados. La CNTE, por su parte, se instaló en el rechazo a la reforma y afianzó su fuerza boicoteándola desde que surgió, acomodándose a la consigna electoral de derogar la RE que impulsó consistentemente antes, durante y después de su victoria electoral Andrés Manuel López Obrador.

El resultado después del 1º. de julio ya lo sabemos. El PRI fue arrasado y el PANAL perdió el registro. La dirigencia actual del SNTE, encabezada por Juan Díaz de la Torre, fue socavada por fuerzas afines a Elba Esther Gordillo y otros grupos sindicales, que prefirieron operar, o simplemente votar, en favor del candidato presidencial de Morena. La CNTE, con su rechazo a la reforma y su movilización, logró colocarse en el banquete de los ganadores. Con esto queda la mesa puesta para una reconfiguración de las relaciones entre el Estado y el sindicalismo magisterial.

Otro resultado principalísimo es que están dadas las condiciones para la derogación de la RE. Morena cuenta con la mayoría calificada en la Cámara de Diputados para realizarla. Ya no es pregunta si se podrá reformar la reforma, sino hasta dónde llegarán los cambios: será un paso adelante o un retroceso del que no quedará “ni una coma” de la reforma actualmente vigente.

Un balance

Un tema estratégico a destacar, si comenzamos con los aspectos positivos de la reforma, es que ocurrió una recuperación importante por parte del Estado de la autoridad educativa. Aunque hay mucho camino por recorrer, la SNTE o la CNTE ya no están en la autoridad educativa o en el centro de las decisiones.

Lo anterior tiene varias dimensiones. Una primera es que se colocó a la calidad de la educación en el centro de las obligaciones del Estado, entendida como máximo logro de aprendizajes, y por tanto a la evaluación de las niños y adolescentes, así como docentes, como medio ineludible para la mejora continua y la toma de decisiones de política orientadas a garantizar el derecho a la educación. ¿Se puede mejorar sin evaluar?

Un segundo punto, ligado a lo anterior, es la aparición del INEE como organismo autónomo, en tanto el elemento más importante desde el punto de vista de la nueva gobernanza del sistema. Para Guevara Niebla la aparición de esta institución –que coordina el Sistema Nacional de Evaluación Educativa, responsable de evaluar los componentes, procesos y resultados de la educación obligatoria, y tiene el mandato constitucional de proponer Directrices de mejora– , modificó la estructura del sistema educativo. “La arquitectura tradicional de éste se configuraba con dos componentes centrales, la SEP y el SNTE (dualidad de poderes que se reproducía en los estados en el binomio autoridades-secciones sindicales), pero con la aparición del INEE el viejo sistema de equilibrios ha comenzado a modificarse.”

Un tercer aspecto se relaciona con medidas centrales para el control del sistema por parte de la autoridad educativa. El INEGI, en coordinación con la SEP, levantó Censo de Escuelas, Maestros y Alumnos de Educación Básica y Especial (CEMABE) (falta la educación media superior). Este censo es importante para el diseño de Sistema de Información y Gestión Educativa (SIGED). La recentralización de la nómina magisterial es estratégica para limpiar de trampas y tener transparencia.  Medidas como estas marcan un parteaguas porque nos ponen en el camino de erradicar la corrupción y mejorar las condiciones en las que se desarrolla el proceso educativo.

En cuarto lugar, como complemento de lo anterior y aunque deba revisarse permanentemente, la evaluación para el ingreso y promoción de docentes está funcionando. De acuerdo con el secretario Otto Granados “hoy 206,000 maestros ya obtuvieron su plaza o su ascenso exclusivamente por sus méritos y su participación en los concursos correspondientes.”

También se avanzó en el desarrollo de un nuevo modelo educativo, que debe perfeccionarse y adecuarse a la diversidad social y cultural del país. Otro dato que destaca el funcionario es que hoy se cuenta con más de 25,000 escuelas de tiempo completo y que ahora se dota de autonomía a las escuelas.

En un recuento apretado, aunque falta un control total de la nómina en algunos estados o algunas metas no se han cumplido del todo (por ejemplo, en el Plan Nacional de Desarrollo el objetivo de escuelas de tiempo completo era de 40 mil), en estos puntos estaría lo positivo. Sin embargo, aparecen en el escenario problemas de concepción, de planeación y de implementación.

Un problema de origen de esta RE es que nació enemistada con el magisterio, fruto de la denostación de los maestros y de una visión reduccionista del problema de la educación en México. ¿De veras el problema de la educación está sólo en los maestros? ¿Qué hay de la autoridad educativa? ¿Qué hay que las condiciones en las que se desarrolla el proceso educativo en el marco de las desigualdades que le dan contexto?

En esta narrativa se mezclaban en el mismo saco las prácticas de grupos de maestros enquistadas en la corrupción y la negligencia, con las de maestros que hacen su trabajo bajo condiciones de corrupción y negligencia que el propio sistema educativo les impone o les ha impuesto. Como dice Rodolfo Ramírez Raymundo, investigador del Instituto Belisario Domínguez, si se trataba de reformar un sistema clientelar y corrupto, salta sorpresivamente la pregunta de ¿por qué la respuesta es evaluemos solamente a los profesores aunque el problema está de fondo en la constitución histórica de este sistema?

Como se ha explicado en otro momento, los sucesivos gobiernos de la república han sido cómplices, por acción u omisión, de la situación actual. El problema de la educación en México viene de lejos, “de la discriminación, del racismo, de la exclusión, de la represión, de la corrupción y, como sucedáneo, del control político del magisterio, de la venta de plazas, de los aviadores, tanto del SNTE como de la CNTE, y del abandono de los maestros y de los niños y niñas por parte del gobierno de la república durante décadas. Es la historia de Elba Esther Gordillo, de sus antecesores y sucesores, incluso de sus opositores, y de un estado que abandonó su responsabilidad como autoridad educativa. Es el déficit de Estado, la falta de estado de derecho, la falta de recursos donde más necesitan.”

Junto al tema político no se pueden obviar las condiciones de pobreza y desigualdad que marcan precisamente las desigualdades educativas, como se punta en la referencia citada anteriormente y no repetiré por falta de espacio.

Este error de origen es de enorme gravedad porque impide considerar con seriedad los problemas del contexto que influyen en el desempeño educativo, incluyendo los problemas políticos como el hecho de que directores y supervisores que no funcionan para mejorar la calidad de la educación permanecen operando para mantener el control corporativo, y colocar el foco de la deficiente acción del Estado en su conjunto para combatir esas desigualdades.

Resulta paradójico que, mientras el gobierno se esfuerza por recuperar la autoridad educativa y pintar su raya frente a las corporaciones sindicales, continúa tratando a los maestros como clientela y no reconoce que su accionar tradicional ha sido factor de estancamiento social y profesional del magisterio.

Otro problema, que deriva de lo anterior, ha sido asociar la “permanencia” a los resultados de la evaluación docente. Este fue un error garrafal, tanto por ensuciar o desviar la atención sobre la importancia de la evaluación para la mejora continua, como por ahuyentar a los maestros como socios indispensables del cambio. La narrativa de culpar a los maestros de los malos resultados educativos y castigar la falta de idoneidad resulta cuesta arriba, si se consideran las condiciones en las que el magisterio ha venido funcionando.

En efecto. Una de las consecuencias del origen mencionado de la reforma fue la exitosa vinculación entre la inconformidad con la RE, en particular sobre la permanencia en los puestos de trabajo, con la exitosa consigna electoral de “derogar la reforma educativa”.

Más allá del error de vincular la permanencia con la evaluación, María de Ibarrola  señala que la evaluación del desempeño amerita ser revisada debido a inconsistencias legales “entre lo que establece la Constitución sobre la permanencia, frente a las facultades que otorgan las Leyes reglamentarias a las instituciones responsables, en particular el INEE y la Coordinación del Servicio Profesional Docente (SPD) que convierten el desempeño en el mecanismo para decidir sobre la misma.”

María de Ibarrola destaca otras dos fallas importantes relativas a la definición de los instrumentos y a la implementación. La primera se refiere a la “aplicación masiva, centralizada y estandarizada para evaluar el desempeño. Existe un debate serio, y no solamente oposición sindical, respecto del valor de este tipo de instrumentos tanto para mejorar la calidad de la educación como para decidir la idoneidad de maestros en lo individual.” Como señala muy bien Carlos Ornelas “El problema conceptual, que se transformó en político, es que la SEP —tal vez bajo la influencia de la OCDE— concibió que la única forma de medir el mérito era mediante evaluaciones estandarizadas. Si bien arrebató al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y sus facciones el control de la Carrera Magisterial —que premiaba el compadrazgo y la fidelidad a los líderes, por un mecanismo más transparente—, no supo o no pudo darle al nuevo incentivo un atractivo simbólico de raigambre magisterial.”

Otra se refiere a la implementación. “El cumplimiento de los plazos legales significó programas, estrategias y personal insuficientemente preparado —sin las debidas experimentaciones previas o pruebas piloto, preparación de los evaluadores y de las rúbricas que permitirían una evaluación estandarizada— y una comunicación muy deficiente que daba más peso a la amenaza que al mejoramiento.” La rectificación del INEE, luego del desastre de 2015, fue muy importante pero insuficiente.

De Ibarrola también destaca una “cronología alrevesada”: “primero se hizo la evaluación y luego se promulgó el nuevo modelo curricular; primero se evaluó, y hasta la fecha la atención a la formación ofrecida para los maestros se centra en cursos por internet.”

Para esta investigadora, en conclusión, “Una de las medidas más connotadas y conflictivas fue la evaluación del desempeño de los maestros, que por su implementación pero también por su concepción legal, amerita una revisión a fondo, tanto de las diferentes leyes que la consignan, como de las diferentes escalas de su implementación. Pero en esa revisión debe incluirse también la revisión de las antiguas prácticas de corrupción que afectaron la carrera docente.”

Cabe señalar, finalmente, que la formación docente no ha tenido la atención debida. Arcelia Martínez señala que, si bien el nuevo modelo educativo tiene un avance de 95%, de acuerdo con el secretario de educación, “omite decir, sin embargo, que hay retos muy importantes en materia de formación inicial y continua de docentes, indispensable para implementar el modelo”. Rodolfo Ramírez señala que se ha abandonado las tareas de formación y que las tutorías de los 15 mil 279 tutores a 26 mil docentes (de un total de 34 mil) que reporta la SEP, han sido “imaginarias”, en la medida en que la retroalimentación que reciben los maestros “sólo es un trámite burocrático”. El INEE, en su Informe 2018, es concluyente: “La formación inicial y continua de los profesores sigue siendo un pendiente clave.”

Pensar que la RE estaba escrita en piedra o que era mejor “no moverle”, aunque lo errores mencionados permanecieran, en aras de sacar el adelante el lado bueno de la reforma, ha sido un error. También es un error el reduccionismo de que la RE es sólo una “reforma laboral” o el discurso, del tipo “tierra arrasada”, de que lo que hay que hacer es “derogar” completa la RE.

Estamos a las puertas de una reforma de la reforma que puede echarla para adelante o hacerla retroceder hasta los tiempos de Fox y Calderón, cuando la maestra era la reina de la fiesta.

Los tres actores

A continuación se presentan algunos comentarios que considero pertinentes sobre el accionar en estos años de los tres actores que Guevara Niebla identifica como integrantes fundamentales de la estructura del sistema educativo actual: la SEP, el SNTE y la CNTE y el INEE.

La SEP

A la SEP le quedó grande la reforma. De acuerdo con que la RE necesariamente implicó aprendizajes y bailar con plazos legales que hacían muy difícil cumplir con la tarea y, sobre todo, que las dimensiones de la exigencia rebasaban lo que la costumbre mantenía en los límites institucionales previos a la reforma. Sin embargo, hay que señalar que la SEP es responsable de las numerosas fallas de concepción e implementación, como las que destaca De Ibarrola, que a la postre trajeron la instalación de un descontento generalizado del magisterio con la evaluación.

A los problemas mencionados, o derivada de éstos, hay que sumar una comunicación que no subrayaba los beneficios de la RE para los profesores. Mostrar que los problemas estaban resueltos y que lo importante era mantener el choque con la movilización magisterial no fructificó. No hubo un empeño en comunicar que la reforma tenía que ser, o no sería, sin el concurso de los maestros, actores centrales del cambio educativo.

La comunicación desde la SEP se concentró en “vender” la reforma y en ensalzar la imagen del secretario Nuño. Una nota de Reforma, basada en la Cuenta Pública, señala que entre 2013 y 2017, la SEP destinó 4 mil 443 millones de pesos a comunicación social, aun cuando el Congreso de la Unión sólo le autorizó 406 millones de pesos. Sólo entre 2015 y 2017 el gasto en difusión y prensa se elevó a 3 mil 841 millones de pesos. Cabe señalar que estos incrementos coincidieron con la llegada de Nuño a la SEP, en agosto de 2015.

Quizá la falla más lamentable por parte de la SEP fue su falta de compromiso con los maestros y con los niños y niñas de México. La formación docente ha dejado mucho que desear; las tutorías prácticamente son inexistentes y falta personal suficiente y adecuadamente capacitado para realizarlas. Una nota de Animal Político, basada en un estudio de México Evalúa y el Tec. de Monterrey, señala que la SEP sólo ejerció 949 millones de pesos en 2017, de un total aprobado de mil 654 millones de pesos para la capacitación de profesores, es decir, tuvo un subejercicio de 42%. “En lo que va del sexenio se han capacitado a 626,637 de maestros (…) Pero el presupuesto siempre tuvo subejercicio. El más alto se registró en 2016, cuando tuvo un presupuesto aprobado por 2 mil 822 millones de pesos, pero sólo se ejerció mil 25 millones, lo que significó 63% menos.”

Otro asunto de no menor importancia ha sido que la SEP no ha puesto empeño en incorporar a su planeación y programación las Directrices del INEE. Además de cumplir con responder en los plazos de ley que se recibieron las directrices, no tenemos evidencia de que las políticas educativas se están transformando para garantizar aprendizajes relevantes y dar un combate frontal a las desigualdades educativas.

El Informe 2018 del INEE señala: “aunque la aceptación positiva de las directrices por parte de las autoridades educativas ha sido generalizada, sus niveles de implementación han observado variaciones significativas, asunto que ha estado claramente afectado por el hecho de que no se trata de un instrumento vinculante”. En el mismo documento se anota que el principal obstáculo para la atención de las directrices por parte de las entidades federativas, por ejemplo las relativas niños y niñas hijos de jornaleros agrícolas e indígenas, son los pocos recursos asignados para atender adecuadamente a estas poblaciones.

El Ramo 11, el segundo con mayor proporción de recursos del Anexo 18 del PEF 2018 (recursos para niñas, niños y adolescentes), es el correspondiente a Educación. Por el monto ejercido en 2017 destaca que se dieron importantes reducciones respecto a lo aprobado por el Congreso, especialmente a los programas de Fortalecimiento de la Calidad Educativa (-27.4%) y el de Educación Inicial y Básica Comunitaria (-22.5%). También sufrieron reducciones el programa Escuelas de Tiempo Completo (-8.7%) y el Programa Nacional de Becas (-9.7%). El Programa de Inclusión y Equidad Educativa (PIEE) ejerció 430.5 millones en 2014; 401.9 millones en 2015; 534.1 millones en 2016 y, de acuerdo con la Cuenta Pública, ejerció 211.5 millones de pesos en 2017, lo que en términos porcentuales representa una reducción del 60% respecto a 2016.

No se modifican las políticas, ni los presupuestos. Así no hay manera de avanzar.

SNTE/CNTE

El 8 de agosto, luego de ser liberada, Elba Esther Gordillo declaró amenazante: “Recuperé la libertad y la reforma educativa se ha derrumbado”. ¿Significa que regresarán las pillerías contra los agremiados del SNTE? ¿Seguirá la colonización de las secretarías de educación de los estados de la república, hasta el punto de asfixiar el trabajo docente y la educación de niñas y niños, en contubernio con las distintas autoridades educativas dependientes del presidente en turno?

El poder del SNTE, construido en décadas de priísmo y dos sexenios de panismo, es factor fundamental y condición esencial para la gobernabilidad del país. Para Pablo Latapí “sin el SNTE es imposible resolver satisfactoriamente cualquier problema, y con el SNTE tampoco.” El SNTE, para este investigador, “más que una asociación gremial que defiende los derechos laborales de los maestros, es un grupo político que lucha por conservar y ampliar sus territorios y formas de influencia”. Esta corporación “ha controlado monopólicamente la profesión docente no sólo en sus intereses laborales, sino también en los profesionales, técnicos y políticos. Su poder, además, permea a la propia SEP, al grado de que a veces un secretario no sabe a ciencia cierta si está tratando con funcionarios leales al gobierno o con miembros solapados del sindicato.” (Pablo Latapí, 2009, p. 39).

Pese a la RE y la recuperación de la autoridad del estado en la educación esto no cambió mientras la maestra Gordillo permaneció presa. Juan Díaz de la Torre, secretario general y luego presidente del SNTE, convenientemente cumplió con las funciones de control político que el presidente Peña Nieto le encomendó.

Ahora queda pendiente confirmar si el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, ha encargado a la señora hacerse cargo nuevamente del control político de los maestros. También queda pendiente saber si la CNTE, ante un triunfo electoral que considera como propio, volverá al control del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca. Si esto fuera así, estaríamos frente al escenario, por la vía de los hechos, de la “derogación” de la RE.

¿O el presidente electo aprovecharía la oportunidad de romper definitivamente con la maestra y similares y abrir el cauce a la participación de los maestros en el proyecto educativo nacional con base en nuevas reglas? Para que esto sea posible, como señala Latapí, “los docentes tendrían que consolidar un verdadero poder profesional, el cual sólo puede surgir abriendo un nuevo espacio entre los actuales roles de maestro-funcionario y maestro-sindicalizado: el espacio de su libertad profesional, que está por conquistarse.” (Pablo Latapí, 2009, p. 93).

SNTE y CNTE quieren regresar al pasado. No hay duda. Si López Obrador quiere colocarse de cara al futuro, tendría que profundizar la reforma actual, lo que significa relanzar la evaluación y la profesionalización magisterial y, sobre todo, garantizar plena autonomía y libertad sindicales.

INEE

El INEE tuvo que cumplir con sus obligaciones constitucionales con las leyes que le tocó aplicar. Sin embargo, habría que hacer algunos señalamientos que pueden útiles para el análisis.

Quizá lo primero es que los Consejeros del INEE tuvieron que tomar decisiones que no siempre fueron congruentes con sus propias convicciones, considerando el conocimiento y la experiencia técnica de cada uno. Pienso en los parámetros de la evaluación y en la “cronología alrevesada” a la que se refiere De Ibarrola. La presión avasallante de la SEP, y la amenaza de que se descarrilara la reforma, fueron determinantes. La SEP abusó de la intención de cumplir, de la excesiva prudencia y de la falta de experiencia propiamente política de los Consejeros. Aquí se aprecian, encontradas, las lógicas del político y del científico. Al INEE le faltó pintar su raya frente al primero.

En segundo lugar la Junta de Gobierno del INEE se negó a proponer una reforma de la reforma, pese a la buena cantidad de evidencia reunida para realizarla. De hecho, aparentemente, el INEE apostó a que no se dieran las condiciones necesarias para que esta pudiera ocurrir. Teresa Bracho, Consejera de la Junta de Gobierno del INEE, en el marco del seminario “La reforma educativa: avances y desafíos. La evaluación docente”, celebrado el 13 de septiembre de 2017, señaló: “Yo no tengo temor a que se modifique el artículo 3º. La probabilidad de existan dos tercios de la Cámara de Diputados, que entren a un acuerdo para modificar el artículo 3º. me parece poco probable, sobre todo no existiendo lo que en este caso hubo, que era un pacto político de los principales partidos en el poder. Entonces, yo no creo que eso se modifique.” Esta postura, en consecuencia, impidió al INEE tomar la iniciativa y colocarse adelante en el debate.

Otro tema es el de la comunicación. El INEE no logró conectarse con la ciudadanía y con actores políticos con peso en las decisiones. El gran público, el destinatario de la reforma, no alcanzó a comprender la importancia de la evaluación, tanto de niños como de maestros, en el mejoramiento de la calidad educativa. Queda la impresión de que el INEE, además de piezas de comunicación adecuadas, no trabajó lo suficiente en explicar entre actores clave su punto de vista acerca de la problemática. Esta deficiente política de comunicación ha provocado que en el imaginario se identifique al INEE con los errores de la SEP.

En cuarto lugar, hay que decir que las Directrices del INEE no han trascendido fuera de un pequeño círculo de enterados, pese a la calidad del esfuerzo que conllevan y su impacto potencial en la política educativa. El mejor ejemplo de lo anterior es que ningún candidato a la presidencia de la república las retomó como propuestas de campaña. ¿Por qué el INEE no se acercó a los candidatos para explicarlas? Quizá si lo hubiera hecho algo se tendría avanzado.

El INEE, probablemente debido a la reticencia de las autoridades educativas y en aras de llevar la fiesta en paz, no ha logrado que la SEP haga modificaciones relevantes en términos de las propuestas de política que marcan las Directrices. La prueba palpable de esto es que la planeación y la programación educativa no han cambiado, ni se aprecia una modificación sustantiva en las prioridades del presupuesto. En este sentido, quizá se hubiera esperado una postura más enérgica de esta institución, en el marco de sus atribuciones como organismo constitucional autónomo.

El INEE ha marcado la diferencia porque, con todas las dificultades, ha puesto a la evaluación en un escenario grande. Obviamente hay cosas que mejorar, como plantear una evaluación docente que efectivamente esté articulada con la mejora magisterial y aprendizajes efectivos, no una que facilite la inclinación natural de la SEP a cumplir ritualmente con la tarea, lo que implica un nuevo planteamiento y recursos. Ojalá sobreviva al huracán y salga fortalecido, con base en la reflexión sobre su experiencia estos difíciles años. El INEE no es una institución académica, es un poder real, y por tanto tiene que desarrollar el “lenguaje” del político sin perder su identidad.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-reforma-de-la-reforma-mejora-o-retroceso-parte-i/

 

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Educar no es combatir

Por: Héctor Ghiretti

Volvía tarde del fútbol. Partido de hacha y tiza, saldado en empate. Y vi el afiche en la fachada de un conocido y prestigioso colegio secundario, confeccionado previsiblemente por manos adolescentes (¿sabrán qué es educar, qué es combatir?).

Desde que se iniciaron las huelgas docentes la consigna se ha hecho muy conocida, pero recién entonces caí en la cuenta. Lo fotografié y me quedé pensando. Un ejercicio útil para evaluar estos eslóganes es invertirlo: si educar es combatir, ¿combatir es educar? Puesto así, no funciona en absoluto.

Para Platón, que propugnaba una educación que incluía la instrucción militar, estaba claro que eran cosas diferentes. Proponía que los jóvenes asistieran a las batallas a efectos de que aprendieran a través de la observación pero sin intervenir, a prudente distancia y montados en caballos veloces que les permitieran huir en caso de que se produjera un desbande de las propias tropas.

Puede que no sea un argumento suficiente. Quizá sea necesario analizar en qué casos especiales la educación se identifica con la lucha.

¿Qué es combatir?

No parece una noción que haya que explicar. Pero conviene recordar algunos elementos que la constituyen. Primero: debe haber un bien en disputa, de índole material o intangible, algo tan sutil como el honor, el reconocimiento, la gloria. Segundo: deben haber partes enfrentadas por ese bien. Tercero: cuando los oponentes se traban en lucha ponen algo en riesgo, algo que excede el bien en disputa. Luchar es arriesgar: desde un simple reconocimiento hasta la vida misma.
Si no hay un bien en juego, no hay lucha. Si no hay oponentes, la lucha es metafórica. Sin un adversario simétrico, identificable, equivalente, es una pugna de cualquier índole ilustrada por una analogía. Si no hay nada en peligro de perderse, hay reclamo o demanda, pero no lucha.

Los límites de la analogía 

La educación posee múltiples metáforas que la ilustran. Es un lugar común el símil con la lucha, sustentado quizás por el esfuerzo personal que demanda al maestro. Está en la entrañable «Canción de la maestra mendocina» (Alegret – Gómez de Dublanch) hoy olvidada por la referencia confesional y de género:

Adelante, maestras,
a la lucha nos llaman
Con alegres campanas,
con campanas de amor

Es difícil identificar cuál es el enemigo contra el que luchan las maestras, como no sean conceptos abstractos como la ignorancia o la brutalidad. Lo mismo sucede con la enfermedad, los elementos de la naturaleza, el pasado, etc. No hay, estrictamente hablando, enemigo.

Ahora bien: ¿qué hay que entender cuando se afirma que los paros docentes forman parte de la lucha en defensa de la educación pública? Evidentemente estamos en un plano de significación diferente. Aquí sí podemos identificar al enemigo: para los gremios docentes y las agrupaciones estudiantiles es el Gobierno, que con sus políticas de ajuste parece estar desfinanciando el sistema, precipitándolo a una crisis de funcionamiento.

¿Quién es el enemigo?

Toda relación educativa, es decir, la que existe entre maestro y alumno, por muy igualitaria y recíproca que se la conciba, necesita el concurso del principio de autoridad: el reconocimiento público de un saber. Este principio nunca opera aislado. Es un sistema en el que las autoridades se apoyan como tales mutuamente, en una red o sobre un soporte institucional.

Así, la autoridad de los maestros de la escuela primaria deriva de la autoridad de los padres, y la autoridad de los profesores universitarios se funda en los hábitos de respeto que los alumnos han aprendido en los ciclos educativos anteriores. Todo esto posee un respaldo institucional que afirma y formaliza la función educativa. Este complejo tiene en su cabeza al poder político, el Gobierno.

La crisis del sistema educativo tiene su origen en la desarticulación de este sistema solidario de autoridades. En el debilitamiento de la familia se encuentra el origen de la declinación de la autoridad de los docentes, que a su vez padecen una crisis de reconocimiento por causas propias.

Al plantear el reclamo en términos de lucha contra el Gobierno, los docentes erosionan indirectamente su propia autoridad. Los padres aumentarán su descontento con los docentes, al ver que sus hijos pierden irremediablemente días, semanas y hasta meses de clase: ¿hasta donde se puede estirar su comprensión o su solidaridad? La situación pone en un lugar incómodo a las autoridades directas, representantes -de buen grado o no- del Gobierno. Lo más grave: ¿qué impedirá que los alumnos vean en las clases y evaluaciones la imposición de un modelo de pensamiento en continuidad con las políticas de liquidación del Gobierno, porque en definitiva, «nos prefieren ignorantes»? ¿Y cuando esos alumnos, reclutados en defensa de la irreprochable causa de la educación pública, adviertan que en realidad se trata de un reclamo salarial -legítimo, indiscutiblemente justo- que concluirá no bien se llegue a un acuerdo?

Los medios de lucha

En el conflicto docente en general -y el universitario en particular- los docentes no parecen estar arriesgando demasiado. Poseen la garantías de la estabilidad del empleado público y aprovechan la discreta complicidad o anuencia de los directivos, quienes teniendo los instrumentos para dictar la conciliación obligatoria, han preferido no hacerlo.

Si no hay riesgo -decíamos antes- no hay lucha. Pero eso no quiere decir que no haya perjuicio. En toda medida de fuerza existe un perjudicado. En este caso los principales damnificados son los alumnos. Son el colectivo sobre el que se ejerce primariamente la presión de la medida sindical.

Al presentar el reclamo en términos de lucha por la educación pública, los gremios pretenden sumar a quienes perjudican con sus escasamente eficaces recursos de protesta. Rara forma de tratar a los aliados. Saben bien que las voluntariosas estudiantinas son las que engrosarán sus marchas, tomarán edificios y predios universitarios y se radicalizarán, aumentando la presión sobre las autoridades. Los estudiantes tienen un comportamiento diverso de los trabajadores: aquellos son más fáciles de radicalizar y de manipular, porque tienen menos que perder.

Quizá no haya otra herramienta de presión que el paro. Pero en mis tiempos de alumno universitario, los gremios docentes tenían la decencia de dejarnos afuera del reclamo.

Nos decían que no era asunto nuestro.

Educar no es combatir. La pretendida lucha por la educación pública funciona como doble encubrimiento: del reclamo salarial y de una táctica específica de un ataque general al gobierno. Más allá de las mejoras salariales que se puedan obtener, habremos perdido todos.

Fuente: https://losandes.com.ar/article/view?slug=educar-no-es-combatir-por-hector-ghiretti

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Tener necesidad de que la gente piense

Por: Amador Fernando Savater

La catástrofe de la sociedad contemporánea es producir un tipo de relación con el mundo: la posición del espectador y la víctima. No se trata de ofrecerle nuevos contenidos, sino de salir de ella.

 

En La sociedad del espectáculo, un libro que desde su aparición en 1967 se ha convertido en clásico (es decir, un libro siempre contemporáneo), el pensador francés Guy Debord afirma que la verdadera catástrofe de la sociedad moderna no es un acontecimiento por venir, ni tan siquiera un proceso en marcha (cambio climático, etc.), sino un tipo de relación con el mundo: la posición de espectador, la subjetividad espectadora.

¿En qué sentido? El espectador no entra en contacto con el mundo, lo ve frente a sí. Desde un “mirador” (el espectáculo) que concentra la mirada: centraliza y virtualiza, separa de la diversidad de situaciones concretas que componen la vida. El espectador es incapaz de pensamiento y de acción: se limita al juicio exterior (bien/mal), a las generalidades y a la espera. Es una figura del aislamiento y la impotencia.

El espectador de Debord no ha quedado superado ni mucho menos por la “interacción” de las redes sociales: se ha convertido simplemente en el “opinador” de nuestros días, que siempre tiene algo qué decir sobre lo que pasa (en la pantalla), pero no tiene ninguna capacidad de cambiar nada.

El espectador es una categoría abstracta, no alguien en concreto. Es por ejemplo cualquiera que se relacione con el mundo opinando sobre los temas mediáticos, sin darse a sí mismo ningún medio adecuado para pensar o actuar al respecto. Cualquiera de nosotros puede colocarse en posición de espectador y también cualquiera puede salir. Esto es lo que nos interesa ahora. ¿Cómo salir?

El espectador embrujadoAcaba de aparecer en Argentina La brujería capitalista (Hekht libros), un libro de la filósofa Isabelle Stengers y el editor Philippe Pignarre que nos permite avanzar en estas cuestiones. Incluso por caminos diferentes a los de Guy Debord. ¿Qué quiero decir?

Para Debord, el espectador es un ser engañado y manipulado. Lo explica sobre todo muy claramente en sus Comentarios sobre la sociedad del espectáculo, el libro que escribió en 1988. Stengers y Pignarre desplazan esta cuestión: no se trata de mentiras o ilusiones, sino de “embrujos”. Es decir: el problema es que nuestra capacidad de atención está capturada y nuestra potencia de pensamiento está bloqueada. Por tanto, la emancipación no pasa por tener o decir la Verdad, sino por generar “contra-embrujos”: transformaciones concretas de la atención, la percepción y la sensibilidad.

Veamos esto más despacio. El espectador queda atrapado una y otra vez en lo que los autores llaman “alternativas infernales”. Por ejemplo: o bien se levantan vallas altas y picudas, o se producirá una invasión migrante. O bien se bajan los salarios y se desmantelan los derechos sociales, o las empresas se marcharán a otro lugar con el trabajo. Aislado frente a su pantalla, el espectador es rehén de la alternativa entre dos males. ¿Cómo escapar?

No se trata de “crítica”. De hecho, el espectador puede ser muy crítico, asistir por ejemplo indignadísimo -como todos nosotros hoy- al espectáculo de la corrupción, gozar viendo rodar las cabezas de los poderosos, etc. Pero eso no cambia nada. Seguimos en la posición espectadora: víctimas de la situación, reducidos al juicio moral, a las generalidades (“son todos corruptos”, la “culpa es del sistema”) y a la espera de que alguien “solucione” el problema.

Salimos de la posición espectadora cuando nos volvemos capaces de pensar y actuar. Y nos volvemos capaces de pensar y actuar produciendo lo que los autores llaman un “agarre” o un “asidero”. Es decir, un espacio de pensamiento y acción a partir de un problema concreto. En ese momento ya no estamos frente a la pantalla, opinando y a la espera, sino implicados en una “situación de lucha”. Tanto hoy como ayer, son esas situaciones de lucha las que creannuevos planteamientos, nuevos posibles y ponen a la sociedad en movimiento.

Sin pensamiento ni creación es imposible que haya ningún cambio social sustancial y el mal (la corrupción o cualquiera) reproducirá más tarde o más temprano sus efectos. En ese sentido, en tanto que bloquea el pensamiento y la creación, la sociedad del espectáculo es una sociedad detenida, un bucle infinito de los mismos problemas.

Situación de luchaNo se abre una situación de lucha porque se sabe, sino precisamente para saber. No se crea una situación de lucha porque hayamos tomado conciencia o abierto finalmente los ojos, sino para pensar y abrir los ojos en compañía. La lucha es un aprendizaje, una transformación de la atención, la percepción y la sensibilidad. El más intenso, el más potente.

Los autores ponen varios ejemplos: por ejemplo, la lucha de los medicamentos anti-sida. En 2001, 39 empresas farmacéuticas mundiales, sostenidas por sus asociaciones profesionales, abren proceso contra el gobierno sudafricano que garantizaba la disponibilidad a costo moderado de medicamentos para el sida. La alternativa infernal entonces decía: o hay patentes y precios altos, o es el fin de la investigación. El progreso tiene un costo y un coste.

Pero las asociaciones de pacientes de sida salen de su papel de víctimas y politizan la cuestión que les afecta: investigación, disponibilidad de los medicamentos, derechos de los enfermos, relación con los médicos. Piensan, crean, actúan. Suscitan nuevas conexiones con asociaciones humanitarias, otros afectados, empresas farmacéuticas sensibles, Estados favorables como Brasil, etc. Porque el mapa de una situación de lucha (los amigos y los enemigos) nunca está claro antes de que se abra, sino que esta lo redibuja. No hay “sujeto político” a priori, la situación de lucha lo crea.

La alternativa infernal pierde fuerza y los industriales acaban retirando su demanda. No porque los afectados les hayan opuesto buenos argumentos críticos, sino porque han creado nueva realidad: nuevas legitimidades, maneras de ver, sensibilidades, alianzas. En una situación de lucha, nos dicen los autores, los diagnósticos críticos son “pragmáticos”, es decir, inseparables de la cuestión de las estrategias y los medios adecuados. En definitiva, de las alternativas infernales se sale sólo “por el medio”: a través de situaciones concretas, por medio de prácticas, desde la vida.

Podemos pensar en el mismo sentido las luchas de los últimos años: desde la PAH hasta YO SÍ Sanidad Universal, pasando por los movimientos de pensionistas y de mujeres. Una situación de lucha es el “intelectual” más potente: no sólo describe la realidad, sino que la crea, suscitando nuevas conexiones, problematizando nuevos objetos, inventando nuevos enunciados. De hecho, los intelectuales-portavoces (nuevos y viejos) surgen muchas veces en ausencia de situaciones de lucha, para representar a los que no piensan.

Sin situaciones de lucha no hay pensamiento. Sin pensamiento no hay creación. Sin creación estamos atrapados en las alternativas infernales y espectaculares. La representación se separa de la experiencia social. Sólo quedan los juicios morales, las generalidades y la espera. El runrún cotidiano del espectáculo mediático y político, así como de nuestras redes sociales.

Que la gente pienseHoy vemos crecer un poco por todas partes movimientos ultraconservadores. ¿Cómo combatirlos? La subjetividad a la que interpelan todos estos movimientos es la subjetividad espectadora y victimista: «el pueblo sufriente». La víctima critica, pero no emprende un proceso de cambio; considera a algún Otro culpable de todos sus males; delega sus potencias en “salvadores” a cambio de seguridad, orden, protección.

Escuchamos hoy en día a gente de izquierda decir: disputemos el victimismo a la derecha. Hagamos como Trump o Salvini, pero con otros contenidos, más “sociales”. Es una nueva alternativa infernal: hacer como la derecha para que la derecha no crezca. Un modo de reproducir la catástrofe que, como decíamos al principio, está inscrita en la propia relación espectadora y victimizada con el mundo.

En 1984, a una pregunta sobre qué es la izquierda, el filósofo francés Gilles Deleuze respondía: “la izquierda necesita que la gente piense”. A estas alturas me parece la única definición válida y la única salida posible. No disputarle a la derecha la gestión del resentimiento, del miedo y el deseo de orden, sinosalir de la posición de víctimas. Que la gente piense y actúe, como se hizo durante el 15M, el único cortafuegos de la derechización que ha funcionado durante años en este país.

Dejar de repetir que “la gente” no sabe, que la gente no puede, que no tiene tiempo ni luces para pensar o actuar, que no pueden aprender o producir experiencias nuevas, que sólo pueden delegar y que la única discusión posible -entre los “listos”, claro, entre los que no son “la gente”- es sobre qué modos de representación son mejores que otros. Hay mucha derecha en la izquierda.

Que la gente piense: no convencer o seducir a la gente, considerada como “objeto” de nuestras pedagogías y nuestras estrategias. Abrir procesos y espacios donde plantear juntos nuestros propios problemas, tejer alianzas inesperadas, crear nuevos saberes. Aprender a ver el mundo por nosotros mismos, ser los protagonistas de nuestro propio proceso de aprendizaje.

Pensar es el único contra-embrujo posible. Implica ir más allá de lo que se sabe y empieza por asumir un “no saber”, arriesgarse a dudar o vacilar. Es el arte de liberar la atención de su captura y volcarla en la propia experiencia. Poner el cuerpo, precisamente lo que le falta a la posición de espectador, de tertuliano, de comentarista de la política, de polemista en redes sociales.

Seguramente necesitamos una nueva poética política. Por ejemplo, una palabra nueva para hablar de lucha, que asociamos muy rápidamente a la movilización, a la agitación activista, a un proceso separado de la vida, etc. Reinventar lo que es luchar. En realidad, una lucha es un regalo que nos damos: la oportunidad de cambiar, de transformarnos a la vez que transformamos la realidad, de mudar de piel. No hay tantas.

Una situación de lucha no es ningún camino de salvación. Así solo la ve el espectador, que se relaciona con todo desde fuera. Desde dentro, es una trama infinitamente frágil, muy difícil de sostener y avivar. Pero también es ese regalo. La ocasión de aprender, junto a otros, de qué está hecho el mundo que habitamos, de tensarlo y tensarnos, de probarlo y probarnos. Para no vivir y morir idiotas, es decir, como espectadores.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=247088

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Los grandes desafíos en Educación

Por: Elías Jaua Milano

Inició el año escolar en nuestra Patria. Venezuela es hoy uno de los pocos países del mundo que cuenta con un extendido sistema de educación pública de acceso universal y gratuito, desde la educación inicial hasta la universitaria. Una conquista del pueblo venezolano consagrada, como derecho humano, en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que debemos valorar en su justa dimensión, en un contexto mundial donde la tendencia es a la privatización de este derecho.

El sistema financiero global, ávido de dinero para tapar los agujeros de la burbuja financiera que ha creado, ha puesto su mira en la educación, así como lo hizo con los inmuebles de millones de familias en la primera década de este siglo, para hipotecar mediante créditos estudiantiles a centenares de millones de jóvenes estudiantes en el mundo. En Venezuela eso no será posible, mientras haya Constitución Bolivariana.

La juventud venezolana cuenta con educación pública y gratuita, que cada día tiene que ser de mayor calidad, como garantía de capacitación, de formación para su porvenir. Son muchas las cosas que hay que perfeccionar e innovar en materia de acceso pleno a la educación, infraestructura, servicios de alimentación, acceso a las tecnologías de información, entre otras.

Pero más allá de estos temas, en el cual los gobiernos bolivarianos de nuestro Comandante Chávez y del Presidente Nicolás Maduro han hecho extraordinarios esfuerzos de inversión. Quisiera en este artículo puntualizar tres desafíos que como sociedad tenemos en materia educativa.

En primer lugar, debemos comprender y valorar el rol fundamental del educador, de la educadora, en especial del Maestro y la Maestra de educación inicial y primaria. Durante mi gestión como Ministro de Educación, tomé plena conciencia de que no se debe escatimar esfuerzos y recursos en garantizar las máximas condiciones laborales y sociales, en brindar todas las condiciones necesarias para la formación y toda la dedicación que haga falta para la transformación educativa al hombre, a la mujer que, dotado de una metodología para el proceso de aprendizaje, se presenta frente a 30 o más niños, niñas y jóvenes, la mayoría de los días del año.

La inmensa mayoría de nuestros educadores y educadoras, posee una vocación y una mística que debemos acompañar. No es cierto que el magisterio venezolano sea contrarrevolucionario, el educador y la educadora venezolana tienen un pensamiento y un accionar crítico, que con compresión amorosa puede ser canalizado para un gran cambio cultural en nuestro país. Yo, hoy, me siento más orgulloso de los maestros y las maestras de mi Patria.

El segundo gran desafío es avanzar definitivamente hacia una educación para la liberación, para la definitiva descolonización de la sociedad. Nunca más, en un libro escolar, la imagen de un indio arrodillado ante el invasor.

De nuestro sistema educativo debe egresar, generación, tras generación, un joven, una joven con identidad con nuestra historia de resistencia y lucha por la libertad; con reconocimiento y respeto por nuestra diversidad étnica cultural; con conciencia de clase; con capacidad de rebelarse frente a lo injusto, frente a la exclusión; con vocación para construir una sociedad amante de la paz, de la diversidad, de la igualdad social, donde el éxito individual, sí, el éxito individual, sea parte y sume a la prosperidad colectiva de todo el pueblo.

En tercer lugar, si queremos de verdad diversificar nuestra economía y superar la cultura rentística petrolera, hablo de cultura porque considero que la economía nacional tendrá siempre base en la renta petrolera y minera, dado los inmensos yacimientos de hidrocarburos y materiales preciosos y estratégicos sobre los cuales tenemos que preservar nuestra soberanía nacional, debemos comenzar por educar a una generación en una nueva cultura de la honestidad, del trabajo productivo, de la innovación científico tecnológica.

En tal sentido considero inaplazable iniciar un proceso, que debe ser paulatino, de incorporación de la formación técnico productiva, no sólo en las valiosas Escuelas Técnicas con las que contamos, sino a lo largo de todos los niveles y modalidades de nuestro sistema educativo. En cada Escuela, en cada Liceo se debe educar para la producción de alimentos, para el mantenimiento y la reparación (mecánica, carpintería, plomería, herrería, etc.); para la producción de contenidos informáticos, para las telecomunicaciones, para la robótica, en general para el trabajo no alienado, para el trabajo liberado y liberador.

El programa Todas las Manos a la Siembra, que ha llenado de conucos escolares nuestras escuelas, idea de nuestro Comandante Chávez inspirado en el Maestro Simón Rodríguez, impulsado con decisión por el Presidente Maduro y hecho realidad con la constancia y método del Profesor Carlos Lanz y de centenares de miles educadores, educadoras, estudiantes, cocineras, obreros y obreras, padres y madres, es el preludio de lo que tenemos que hacer en todas las áreas del saber hacer.

Superar estos tres grandes desafíos, que me atrevo a identificar, será la clave para despejar el camino hacia un buen porvenir, para sentar las bases de una sociedad democrática, educada, honesta, innovadora, productiva que conviva en paz a partir del reconocimiento de nuestra diversidad. Ya se visualiza en el horizonte. Será el sueño de nuestro Padre Bolívar realizado. Rumbo al 2030.

Fuente: https://www.aporrea.org/educacion/a269629.html

 

 

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Luchando contra la violencia de pandillas en El Salvador al empoderar a las mentes jóvenes

«Dado que las guerras comienzan en las mentes de los hombres, es en las mentes de los hombres que deben construirse las defensas de la paz «, escribió el poeta Archibald MacLeish para el preámbulo de la constitución de la UNESCO en 1945. Habiendo experimentado dos guerras mundiales en menos de un generación, sus Estados miembros sabían bien que los acuerdos políticos por sí solos no son suficientes para construir una paz duradera. Para que la paz esté verdaderamente establecida, debemos forjar una unidad moral e intelectual en nuestro pensamiento mutuo, que es donde entra la educación.

En El Salvador, un país de 6.5 millones, su Ministerio de Defensa estima que más de 500,000 – o 13% – de los salvadoreños están involucrados con pandillas, incluyendo familiares e hijos de pandilleros que han sido forzados a participar en crímenes. Las guerras entre MS-13, la pandilla más grande del país, y su principal rival, Barrio 18, han agravado la que es la tasa de homicidios más alta del mundo para personas menores de 19 años. En 2016, 540 niños salvadoreños fueron asesinados , un promedio de 1.5 cada día. Estas condiciones les dejan pocas opciones pero huir de su país. Solo en el año fiscal 2016, la Patrulla Fronteriza de EE. UU. Detuvo a un récord de 17.512 menores salvadoreños no acompañados.

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Crédito: @ibreafoundation, Fundación IBREA

Las escuelas no escapan a esta dura realidad. En lugar de ser un refugio seguro para la educación, muchas escuelas y sus alrededores están completamente controladas por las pandillas. Los maestros están sujetos a amenazas de muerte y extorsión regulares . «Tememos represalias de las pandillas. Cualquier decisión que tomes y que no les guste, como una acción disciplinaria contra un alumno, puede representar una amenaza » ,dice un profesor que forma parte del programa IBREA y trabaja en uno de los barrios más violentos fuera de San Salvador. Solo en la primera mitad de 2017, más de 12,000 estudiantes abandonaron la escuela debido a la violencia, según el Ministerio de Educación salvadoreño .

El gobierno ha realizado innumerables esfuerzos para combatir la violencia dentro de las escuelas. Las medidas represivas no han funcionado, e incluso las medidas preventivas no funcionan necesariamente. Nos queda construir las «defensas de la paz» en las mentes de los estudiantes.

La declaración fundacional de la UNESCO está en el corazón de la misión de la Fundación IBREA , una organización no gubernamental con sede en la ciudad de Nueva York, que trabaja por la paz en todo el mundo al capacitar a los estudiantes a través de la educación. Haciéndose eco de algunos de los hallazgos en el capítulo Paz en el Informe GEM 2016 , el programa tiene un plan de estudios que combina movimiento físico, entrenamiento energético, técnicas de respiración, lecturas seleccionadas y diario, trabajo en grupo, respiración cerebral, entre otros elementos. El programa de IBREA lleva a los participantes a través de un proceso de identificación y liberación de fuertes factores estresantes en el cuerpo y el cerebro para encontrar la paz en el interior y luego proyectar esta fortaleza a sus compañeros, familiares y la comunidad.

Desde 2011, IBREA ha proporcionado su programa integral de educación basada en el cerebro en las escuelas públicas de El Salvador, que ahora llega a más del 25% de todas las escuelas públicas del país. Laura, una de las primeras estudiantes en el programa en 2011, es un vivo ejemplo de superar la violencia social a través de cambios en su mentalidad y comportamiento. Ella describe cómo la única forma de que supere la muerte de su madre a manos de una pandilla callejera fue redirigir su propio destino y el de sus hijos. » El programa de IBREA me dio herramientas para aliviar mi estrés, mi ira, mi resentimiento … todo el camino hasta la raíz. Veo a muchos niños a mi alrededor caer en redes de pandillas. Aprendí que si no renuncio a mi decisión de paz, las personas que me rodean no se dan por vencidas, y también lo harán las personas que los rodean. Así es como podemos mejorar nuestra comunidad «.

Para reconocer la contribución de IBREA, el presidente Salvador Sánchez Cerén otorgó la «Orden del Liberador de Esclavos José Simeón Cañas» la semana pasada al presidente de la Fundación IBREA, Ilchi Lee, por su trabajo para crear » culturas de paz dentro de las escuelas públicas del país» . «Esto se debió a una gran cantidad de apoyo y gratitud por parte de muchos maestros que presenciaron cómo el programa de IBREA cambiaba la vida de los estudiantes y la seguridad de sus escuelas. La ceremonia de premiación tuvo lugar el 12 de septiembre en el Ministerio de Relaciones Exteriores de San Salvador, donde muchos embajadores de países de América Central vinieron a apoyar. Esperamos que esto ayude a otras escuelas a seguir el mismo ejemplo.

Fuente: https://gemreportunesco.wordpress.com/2018/09/19/fighting-gang-violence-in-el-salvador-by-empowering-young-minds/

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