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Fácil. Dicho especialmente de una mujer…

Por: Rodrigo J. García

Miércoles 24 de enero de 2018, las 8:00 AM, clase de ‘Literatura Universal’….

— Alba (estudiante): Marisa, espera, antes de que empecemos la clase, porfi… ¿Te puedo enseñar una cosa que vi ayer en Instagram?

— Marisa (Profesora): Sí, claro.

— Alba: Es que no sé si esta definición de la palabra ‘fácil’ ha sido manipulada o aparece así en el diccionario (mostrando la captura de pantalla que había hecho de una historia de Instagram) ¿No te parece indignante? ¿Por qué nombrar especialmente a la mujer? ¿Y los hombres? Si hacen lo mismo, ¿no son fáciles también?

— Marisa: ¡Por supuesto! ¡Hay que ver! Esa definición tiene un tinte muy machista, pero no sabría decirte si es así como figura en el Diccionario de la RAE, ‘fácil’ es una palabra común que no se suele consultar en el diccionario ¡Comprobémoslo ahora mismo!

Una vez consultado el Diccionario de la lengua española, comprobaron que efectivamente era ésa la definición que se recogía en la quinta acepción de la palabra ‘fácil’. En ese momento y de manera espontánea surgió la necesidad de que algo había que hacer.

Así se inicia una experiencia de aprendizaje colectivo sobre los valores de igualdad de género, con una fuerte carga educativa de transformación cultural, de avance en ideas y de superación de prejuicios, que traspasó las paredes de un aula, un centro y los límites de una ciudad, una isla, un país…

Optaron por el formato más ajustado que, estando a su alcance, les acercara a su propósito: Poner en marcha una campaña de concienciación y difusión en redes sociales, con el hashtag #HazloFácilRAE.

El impulso surgió de la indignación que sentía un grupo de jóvenes estudiantes al comprobar la fuerza de las palabras en la conformación de estereotipos de género. La experiencia fue protagonizada por 58 alumnos y alumnas de primer curso de Bachillerato del Instituto Público de Educación Secundaria ‘La Orotava-Manuel González Pérez’ (Santa Cruz de Tenerife) y por su profesora Marisa Baute Báez de la especialidad de Lengua Castellana y Literatura.

El diálogo mantenido a primera hora del miércoles creó el clima preciso para seguir haciendo comentarios y, en algún momento, dirigidos principalmente a Marisa…: “Tú siempre estás diciendo que tenemos que implicarnos y cambiarlo que no nos gusta de este mundo…”; “¿No crees que aquí tenemos ese posible reto de hacer una propuesta viral y salir en Verne … ja, ja, ja?” (Verne es la web de elpais.com que utilizan en el seguimiento de noticias virales).

En ocasiones —comenta Marisa— soñábamos con hacer ‘algo grande’ y ser protagonistas de una de esas entradas de Verne. Sería una motivación colectiva que impulsara a la acción, más allá de la reflexión que se realiza en las aulas. En esta ocasión, la indignación sentida ayudó a dar ese paso adelante.

Acordaron plantear la situación al resto de compañeros y compañeras de primero de Bachillerato. Fijaron fecha, lugar, tiempo para el encuentro (el recreo del jueves 25 de enero) y la consigna de acudir con ideas y propuestas de acción.

En el recreo del jueves 25 de enero


De esta manera, la campaña fue adquiriendo el impulso que necesitaba. El mismo jueves 25 de enero elaboraron y cumplimentaron el formulario que aparece en la web de ‘La Unidad Interactiva del Diccionario’ (UNIDRAE)

El mismo jueves 25 de enero elaboraron y cumplimentaron el formulario que aparece en la web de 'La Unidad Interactiva del Diccionario’(UNIDRAE)
En la tarde del viernes 26 de enero se subió el vídeo con la propuesta a YouTubeTwitterFacebook e Instagram.


En el mensaje del vídeo se insistía… “Si ella es fácil, yo también lo soy”, manifestaban cada uno de los varones de la clase, para a continuación terminar juntos con el lema: “no somos fáciles, somos iguales

A la vuelta del fin de semana: el lunes 29 y el martes 30 de enero

El mismo lunes, a la vuelta del fin de semana, ya celebraban lo bien que marchaba la campaña en las redes sociales y el martes 30 contactaban con el instituto los medios de comunicación, interesándose por la campaña.

Sorprendidos y muy ilusionados al comprobar que podían conseguir el apoyo que necesitaban, decidieron organizarse y atender a los medios. Al mismo tiempo, que hacían un intenso seguimiento de las interacciones en Twitter (la red más activa), en Facebook y en Instagram.

Repercusión en Medios de comunicación | MARISA BAUTE BÁEZRepercusión en medios de comunicación | Marisa Baute Báez

La respuesta del alumnado fue siempre muy decidida. Estaban dispuestos a colaborar hablando en la radio o frente a las cámaras. Superaban miedos, inseguridades, timideces… porque había una razón muy por encima: consideraban que su iniciativa era justa. Todo un aprendizaje de lucha y superación para chicas y chicos que partían de la convicción de estar dirigiéndose a un ‘gigante’ como la Real Academia Española (RAE), al sugerirle la modificación de una acepción en la definición de una palabra del Diccionario de la lengua española.

La conquista de la igualdad lo merecía. Era éste el mensaje que repetían, como un mantra, cuando tenían que ‘digerir’ algunos comentarios de los haters que les acusaban de ir “en busca de un minuto de gloria en las redes sociales” o de “arrogantes analfabetos”.

[ Grabación ] Emma y Claudia en Radio KioskoRepercusión en medios de comunicación | Marisa Baute Báez

La relación de medios que acudieron a difundir esta demanda fue extensa: Radio Club Tenerife: Programa ‘La ventana’ (Cadena Ser); Telediario de las 20:00 horas de TVE; Antena 3 (Canarias); Cuatro, Telecinco… y a partir del 1 de febrero: TVC (Televisión Canaria para Informativos y programas ‘Buenos Días Canarias’ y ‘Canarias Directo’). Entrevista en directo en ‘Buenos Días Canarias’; Onda Cero; Radio Utopía. A la que añadimos, de manera muy especial, el programa dedicado a la campaña desde Radio Kiosko (la radio del instituto).

Repercusión en Medios de comunicación | MARISA BAUTE BÁEZ

En lo que a prensa escrita y ‘online’ se refiere, hay que citar a Afcar Media, Eldiario.es (Tenerife Ahora); S Moda ‘elpais.com’; El mostrador (Chile).

El impacto y apoyo de los medios fue decisivo. Una propuesta originada en un centro educativo se trasformaba, una vez más, en un referente de concienciación social y muestra del valor de un aprendizaje con vocación de servicio público.

Jóvenes contra la acepción ‘fácil’ | Buenos días Canarias. Tvc

Viernes 9 y sábado 10 de marzo: La RAE modifica la acepción

Una vez que la RAE modificó la acepción (en el instituto lo detectaron el 9 de marzo por la tarde) se difundió de nuevo en las redes sociales y los medios de comunicación volvieron a interesarse por la campaña.

El 9 de marzo además se llevaron una grata sorpresa: Uno de los programas del espacio televisivo ‘La Sexta Columna’, ‘Feminismo, este programa es para hombres’(minuto 31 y 43 segundos), les había incluido como ejemplo de lucha, en defensa de los derechos de la mujer, por su campaña a favor de la modificación de la quinta acepción de la palabra ‘fácil’ en el Diccionario de la lengua española.

Marco, uno de los estudiantes, no podía estar más contento; quería estudiar periodismo y era un fiel seguidor de ‘Sexta Columna’. Al segundo de verse en pantalla ya estaba enviando un mensaje de ‘WhatsApp’ a Marisa «Ha salido nuestro vídeo en La Sexta Columna, ahora mismo”.

Marisa comenta… “Fueron días de estar prácticamente en contacto las 24 horas… Seguramente exagero, pero, desde luego, el aprendizaje y las horas de dedicación habían trascendido las aulas”.

Aprender Lengua y Literatura

Marisa manifiesta que sentía una enorme satisfacción al comprobar que no estaba errada en su concepción de la docencia. “No sucede nada si no se tienen todas las unidades didácticas o situaciones de aprendizaje diseñadas desde septiembre. La Inspección educativa debe ser más clarividente en la relación con los docentes que, como es mi caso, justifican su práctica desde el análisis de la realidad y la conectan con los intereses de los estudiantes, con temáticas en torno a valores y con vocación de servicio para la trasformación, como en este caso, de concepciones sociales injustas”.

Campaña #HazloFácilRAE | MARISA BAUTE BAÉZCampaña #HazloFácilRAE | Marisa Baute Baéz

“A mí en particular afirma Marisa mi materia me lo permite; los medios de comunicación son unos de mis referentes de inspiración a la hora de diseñar mis clases. A los estudiantes les encomiendo la tarea diaria de estar al tanto de lo que ocurre. Los animo a vivir alerta, deben estar conectados con el mundo que les rodea y ser sensibles a cualquier comportamiento injusto”.

Un modo de pensar la enseñanza sustentada en valores y en la motivación y el desarrollo de la creatividad. Se abordan los currículos oficiales en materia de Lengua castellana pero no sólo siguiendo el formato de los libros de texto; se tienen en cuenta también el análisis, la participación y la recreación de textos periodísticos y medios audiovisuales. De la misma manera sucede con la Literatura, que debe ser trabajada desde la construcción de escenarios de aprendizaje en estrecha relación con los correspondientes contextos culturales e históricos, estudiando a ensayistas, novelista, poetas… enmarcados en los elementos significantes de su actualidad.

No somos fáciles, somos iguales | MARISA BAUTE BÁEZNo somos fáciles, somos iguales | Marisa Baute Báez

Esta campaña surgió de forma espontánea e imprevista, pero su utilización didáctica no fue casual; se entiende desde una sensibilidad especial hacia el movimiento feminista y la necesaria lucha por la igualdad. Mujeres como Simone de Beauvoir, Madame Bovary, Virginia Woolf… habían sido objeto de estudio en la materia de Literatura Universal.

Curiosamente, tal y como se enuncia en los criterios de evaluación de los currículos oficiales (“analizar y comentar con sentido crítico fragmentos u obras completas significativas de la literatura universal de distintos géneros y épocas, con especial atención a la literatura escrita por mujeres”), el conjunto de tareas que ha supuesto el desarrollo de esta experiencia constituye una evidencia alternativa de otro modo de tratamiento pedagógico de los aprendizajes. Podemos asegurar que Alba (alumna que vio la definición en Instagram) ha integrado y entendido perfectamente este propósito y, seguramente, por eso no le pasó por alto esa acepción de la palabra ‘fácil’.

TVE. La 1

“Pero ‘hacer historia en la RAE’, como nos recuerda cada día nuestra profesora, no deriva de este movimiento de dos meses. Hay mucho más trabajo detrás, casi cinco años de una enseñanza diferente (desde 1º ESO). De un currículum de valores, de la Lengua aplicada a la vida, actualidad y autosuficiencia.

Esta respuesta es fruto de la verdadera educación que por suerte pudimos encontrar. Una de las que no se olvida tras un examen. Y ésta, tal vez, sea entre otras muchas la respuesta que la gente buscaba a otra de las preguntas predominantes. Porque con esto, con este gran movimiento, lo que realmente descubrimos es la respuesta real y material. El poder interiorizar, por medio de una verdadera respuesta en la vida real, que lo que se trabaja en el aula a diario, con un poco de imaginación, creatividad y mucho espíritu reivindicativo, no es menos que la voz de una sociedad con ganas de cambiar las injusticias.” (Guacimara Pérez. Estudiante)

Este relato no termina aquí, continúa en una segunda entrega. Nos veremos de nuevo…

(*) Marisa Baute Báez es profesora de Lengua Castellana y Literatura, en el IES ‘La Orotava – Manuel González Pérez’, desde el curso escolar 2000/2001. Funcionaria de carrera desde 1992. Coordinadora y promotora de la campaña ‘#HazloFácilRAE’.

(**) Gracias a toda la comunidad educativa, personal no docente y de servicios de nuestro centro por apoyar nuestra campaña. Agradecimiento especial al profesor Enrique Mesa por su colaboración en la grabación del vídeo con el uso del dron; a las profesoras María Cruz Jiménez Puente y Daida Rodríguez Barrios por su entusiasmo y disposición para actualizar el perfil del instituto en Facebook; y a Agapito de Cruz Franco, profesor jubilado y colaborador, por hacer el seguimiento en el blog de la radio escolar (Radio Kiosko).

(***) Es de destacar la generosa colaboración de la ilustradora Silvia Campos que, con la cesión de su trabajo, ha facilitado la composición del presente post.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/07/03/escuelas_en_red/1530645354_009698.html

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Carta a la nueva ministra de Educación

Por: Julián de Zubiría

El pedagogo Julián De Zubiría invita a la nueva ministra a convocar un gran acuerdo nacional, a dar un giro en la política educativa y a fortalecer la educación pública. Sólo así, la educación podrá cumplir con la función social para la cual fue creada.

Querida María Victoria:

Recibe un cordial saludo de mi parte y una felicitación por tu nombramiento. Has trabajado antes en el sector educativo y eso es algo que desconocían los ministros que te antecedieron. El país ha perdido tiempo y recursos valiosos, mientras los designados lograban comprender los actores y problemas del sector. En tu caso, no será así. Tienes conocimiento y experiencia pues dirigiste Empresarios por la educación y asumiste la Secretaría en Bogotá. Es un valioso activo a tu favor.

Recién nombrada como secretaria, consultaste a diversos pedagogos y actores del sector. Te acompañamos en la elaboración del Plan de Desarrollo, nos reunimos con los rectores y trabajamos con tu equipo de currículo. Fue una interesante experiencia, aunque al final, el balance es incipiente y Bogotá no logró consolidar la revolución pedagógica que se venía gestando tiempo atrás: Las tareas en educación requieren más tiempo, compromiso y decisión.

El presidente Duque ha delegado en ti la dirección de la educación del país. Es una de las tareas más importante en estos momentos, ya que tendrías que liderar el cambio cultural que con urgencia necesitamos para consolidar la paz, impulsar el desarrollo y reconstruir el tejido social. Si en realidad queremos que la educación nos ayude a disminuir las brechas sociales, tienes en tus manos una misión trascendental. Por el contario hasta ahora, dada la muy baja calidad de la educación pública, la educación ha ensanchado las brechas sociales. Así pues, ha cumplido un propósito contrario al que fue creada.

Como lo conocemos todos los maestros en el país, el programa educativo presentado por Iván Duque fue el más débil de todos los que se discutieron en la pasada campaña presidencial. Ambos sabemos que careció de un diagnóstico del sector y, por tanto, de ideas para enfrentar los graves problemas de calidad y equidad, que de tiempo atrás lo aquejan. Cuando el candidato se refirió públicamente al tema, generó generalizado rechazo y resistencia entre los maestros y pedagogos. Dijo que había que poner a trabajar a las menores de edad para disminuir el embarazo en la adolescencia, dando a entender que “las niñas se embarazaban solas” porque carecían de empleo. Planteó que había que retornar a las clases de urbanidad, como si en el pasado estuviera la solución a los problemas presentes y se comprometió a dar educación gratuita universitaria, pero virtual, para que los docentes de las universidades públicas no les “lavaran el cerebro” a los jóvenes. Por eso, aunque a los políticos siempre les piden que cumplan lo que prometieron en campaña, en este caso especial, hay que pedirle al nuevo gobierno que tenga poco en cuenta lo que prometió y que convoque al país para que de manera conjunta se vuelvan a pensar los problemas y las soluciones de la educación. Esa es la tarea que tienes en frente: Liderar la convocatoria. Tienes las condiciones para hacerlo, pero para tener éxito, hay que estar dispuesto a abandonar las pobres promesas de campaña. De no hacerlo, podríamos perder otros cuatro años para hacer la revolución pedagógica, una y otra vez aplazada en el país. Ya lo dijo brillantemente Carlos Vasco, el Coordinador de la “Comisión de Sabios”, la llamada revolución pedagógica durante los dos gobiernos de Uribe, no fue ni revolución, ni pedagógica. Hoy, seguimos en deuda. Sería imperdonable, repetir la historia.

Conocer el sector es una condición inicial para ser ministra, pero no basta con ello. Hay que estar en capacidad de liderar las grandes transformaciones que se requieren. Una deuda histórica con las nuevas generaciones y con el país, que se nos está volviendo impagable. Los problemas del sector son muy complejos, los ministros han dado “palos de ciego” intentando infructuosamente resolverlos y, equivocadamente, han creído que en el “cemento” y en la extensión de la jornada está la solución a problemas ligados con los modelos pedagógicos, el currículo y la equidad. Obviamente, no los resolveremos haciendo lo mismo que han hecho quienes te antecedieron.

Los niños del campo y de sectores populares no tienen educación inicial y cuando logran recibirla, está desarticulada del sistema y es de muy baja calidad. En Bogotá fuiste muy receptiva al tema. Pero a nivel nacional también sabemos que sistemáticamente el Estado ha incumplido con lo establecido en la Ley General de Educación de 1994: tres años de educación inicial para todos. El reto es garantizar el derecho que les asiste a todos los niños a tener una educación inicial de calidad, durante por lo menos tres años y que esté articulada al sistema. Es posible, tal como han demostrado muchos países en América Latina. Es cuestión de voluntad política. Me pregunto si la tiene el gobierno que te nombró.

En educación básica el problema de la calidad es más grave de lo que creen la mayoría de los colombianos. Hoy en día los niños y jóvenes no aprehenden a pensar con argumentos, a convivir aprovechando las diferencias, a leer o escribir de manera crítica e independiente. La solución es relativamente sencilla, pero exige dos medidas que ningún ministro ha querido tomar. De un lado, una profunda reforma curricular que garantice que la educación básica se dedique a lo básico: pensar, comunicarse y convivir. De otro, que se trasforme por completo la actual formación de maestros.  Estas dos reformas implican tensiones con las universidades y los docentes e ideas nuevas en pedagogía que han sido por completo desconocidas por los ex ministros. Quien quiera mejorar la calidad, tiene que estar dispuesto a asumirlas y a pensar de manera mucho más creativa que sus antecesores. Hasta el momento, ningún ministro ha querido asumir los costos políticos que dichas reformas podrían exigir, ni ha tenido la creatividad para pensar de manera diferente.  Me pregunto si en tu caso: ¿estás dispuesta a hacerlo?

En educación superior si continúas lo que hizo Juan Manuel Santos con su programa Ser Pilo Paga, su defensa de los subsidios a la demanda, si desconoces el Acuerdo por lo Superior y si sigues debilitando la inversión en ciencia, llenarás las calles de jóvenes y destruirás miles de esperanzas. En investigaciones que he desarrollado en Bogotá, he encontrado que el 96% de los jóvenes de estrato 1 aspiran ingresar a la educación superior.  No obstante, la vida es muy cruel y sólo lo logra el 10%. Los jóvenes colombianos no aceptarán que se convierta en política de Estado el programa Ser Pilo Paga. Los jóvenes no permitirán que mientras se caen las universidades oficiales, los recursos públicos se sigan trasladando a la educación privada de élite. Tampoco lo permitiremos la mayoría de los adultos. No es ético, no es justo y no es conveniente que le estemos girando 1 millón de pesos a la Universidad del Magdalena por cada estudiante “pilo” que ingresa a la Facultad de Medicina, mientras le giramos 26 millones a la Universidad de los Andes por el mismo estudiante. Es un sistema perverso para reproducir las inequidades sociales. Cuando el país conoció las cifras que inicialmente le ocultaron bajo llave, la población le dio la espalda a un programa que inicialmente habían vendido con “bombos”, “platillos” y plata que nos pertenecía a todos. Puedes estar segura, que no lo volveremos a permitir.

Si hay una consecuencia visible de las pasadas elecciones presidenciales, es la emergencia de los jóvenes en la política nacional. Muchos vemos con gran entusiasmo su activa participación en los debates actuales. En las elecciones en 2016 en las que se pusieron en juego los acuerdos de paz, tan sólo votaron el 19% de los jóvenes entre 18 y 24 años. Desconozco el dato de las últimas elecciones, pero estoy seguro que la cifra se pudo duplicar.

Sería imperdonable que el nuevo gobierno repitiera el error más grave de Santos en educación: Relegar la educación pública para privilegiar un programa que ha consumido 800.000 millones de pesos cada año para atender tan solo a 40.000 jóvenes, es decir, únicamente al 2% de los egresados de la educación media. Aun así, nos han querido convencer de que el programa significa la gran transformación de la educación superior. No por casualidad, todos los demás candidatos dijeron en campaña que lo acabarían o lo reformularían por completo. Espero que con humildad y por el bien del país, reconozcan que todos los demás candidatos no estaban equivocados.

Estaremos muy pendientes de que el Plan Decenal de Educación 2017-2026 sea incorporado en el plan de desarrollo del sector. Velaremos porque se cumpla con lo que los colombianos decidimos que serían los diez desafíos principales que debería enfrentar el país en materia educativa. A varios de ellos me he referido. Vigilaremos que se siga asegurando el derecho a la educación y que se impulsen las transformaciones pedagógicas en la formación de docentes, el currículo y el modelo pedagógico, tal como quedó establecido en el Plan Decenal. Si esa es la ruta que decides tomar, miles de maestros acompañaremos tu gestión.

Si, por el contrario, el gobierno y tú deciden continuar con la estigmatización de la universidad pública, los programas de subsidio a la demanda y el abandono de la calidad, de la educación inicial y dejan de lado la necesaria transformación de las Facultades de Educación, te aseguro que serán unos días muy duros para ti, pero especialmente duros para el país, para el desarrollo nacional y las próximas generaciones.

Reitero mis felicitaciones. Un Acuerdo y un Consejo Nacional serán condiciones para construir la política pública de largo aliento que necesitamos para enfrentar de manera novedosa los viejos problemas. Por el bien del país, ojalá te animes a liderarlo en conjunto con todas las fuerzas políticas y sociales de Colombia. De lo contrario, seguiríamos perpetuando la baja calidad de la educación y por lo tanto la inequidad.

Con profundo aprecio,

Julián De Zubiría Samper

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/julian-de-zubiria-carta-a-la-nueva-ministra-de-educacion/575696

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Pedagogía del egoísmo y neoliberalismo emocional (2/3)

Por: Enrique Díez

El objetivo del neoliberalismo emocional, que algunos denominan “neuroliberalismo”, es el refuerzo del yo, su mejor adaptación a la realidad competitiva. Mientras olvida lo que le ocurre al resto de las personas.

Analizaba en el anterior artículo Pedagogía del egoísmo y neoliberalismo emocional la actual revolución individualista que “normaliza”, naturaliza e, incluso, exalta las posiciones ideológicas del “egoísmo” como una virtud y quiebra, además, la posibilidad misma de una matriz comunitaria de solidaridad social.

Este neoliberalismo emocional no busca sólo la conversión de los espíritus; pretende también la transformación de las conductas. Esta es, en lo esencial, la función de los dispositivos de aprendizaje, sumisión y disciplina, tanto económicos, como culturales y sociales, que orienta a las personas a “vivir y gobernarse” bajo la presión de la competición, de acuerdo con los principios del cálculo del máximo interés individual.

De este modo se ordena al sujeto que se someta interiormente, que vigile constantemente sobre sí mismo, que trabaje sobre sí mismo con el fin de transformarse permanentemente, de conseguir una mejora de sí, de volverse cada vez más eficaz en conseguir resultados y rendimientos. La economía se convierte en disciplina personal. El sometimiento del deseo exige e instituye el deseo por el sometimiento.

Surge el ‘doer’. Ser ‘doer’ se convierte en tendencia. El ‘doer’ es una persona luchadora que consigue lo que quiere y no le importa sacrificarse hasta límites insospechados porque su meta es lo primero. Es la actual figura heroica de la nueva “clase trabajadora”, porque aguanta sin dormir y a base de cafeína para trabajar como si fuera dueño de la empresa, pero cobrando como un becario, o incluso pagando por trabajar y adquirir experiencia laboral. Una nueva forma de convertir la explotación y la pobreza en una manera de ser emprendedor y superarse a sí mismo.

El coaching, al pensamiento positivo, la programación neurolingüística (PNL), el análisis transaccional y múltiples procedimientos vinculados a una escuela o un gurú, son las medicinas y técnicas neuroemocionales que ayudan al emprendedor, al ‘doer’, a conseguir un mejor dominio de sí mismo, de las propias emociones, del estrés, de las relaciones con clientes o colaboradores, jefes o subordinados. El objetivo, por tanto, de este neoliberalismo emocional, que algunos expertos denominan “neuroliberalismo”, es el refuerzo del yo, su mejor adaptación a la realidad competitiva. Saberes psicológicos, con un léxico especial, autores y autoras de referencia, métodos particulares, modos de argumentación de aspecto empírico y racional y un ingente negocio pseudoeducativo que se introduce en todos los campos de la educación.

La fuente de la eficacia está en el interior de uno mismo, asegura el “pensamiento positivo”. Los problemas, las dificultades, se convierten de este modo en una auto-exigencia, pero también en una auto-culpabilización, ya que somos los únicos responsables de lo que nos sucede. De hecho, las “crisis” se convierten en auténticas oportunidades de demostrar la valía personal y la capacidad de recuperación, como en los reality shows tipo “El jefe infiltrado” o “Pesadilla en la cocina”, o en los spots publicitarios. Nos envuelve y nos enseña a vivir la servidumbre como si fuera una actividad liberadora. La misión de la vida se convierte en tener “éxito” y demostrar constantemente que se ha triunfado; nada puede impedir conseguir los sueños; no hay excusas.

En un panorama laboral y social fragmentado y competitivo, con una precariedad que mantiene a la mayor parte de la población al borde del precipicio, la ideología de la automotivación, junto con el consumo de psicofármacos (su consumo se ha triplicado desde que comenzó la crisis), hace hoy la función de lo que ayer era el capataz que vigilaba el destajo en la fábrica. Hoy es el propio deseo, acoplado al deseo del capital, que, junto con el miedo a quedarse atrás y solo, coloniza la mente colectiva. Son “los juegos del hambre” revestidos con lenguaje de coaching.

Se busca así crear ciudadanía “liberada” de cualquier obligación moral vinculada al sentimiento de solidaridad colectiva. Como en las nuevas reformas laborales, donde es el trabajador o la trabajadora individualmente quien tiene que negociar con su empleador las condiciones de su contrato, eliminando el respaldo colectivo que se consiguió hace años a través de los sindicatos. Se trata de darles “opciones individuales” para que elijan. No se pretende pensar en el bien común, sino en la ventaja de la elección personal que se puede conseguir.

Bajo el pretexto de las “opciones en libertad”, el funcionamiento del sistema lo que tiende a generar es cálculo y egoísmo. Ya no se trata de mejorar lo colectivo con el esfuerzo común pensando en el bienestar de la comunidad, sino en la capacidad y el talento individual de elegir con acierto la mejor oportunidad para cada persona. Se ha impuesto socialmente así el principio ‘neodarwinista’ en esta competición a la que nos empujan constantemente para conseguir la mejor elección, donde “el ganador se lo lleva todo”.

Esta deriva neoliberal está corroyendo efectivamente los fundamentos del proyecto de educación pública entendida como un derecho básico y esencial desde el nacimiento y a lo largo de toda la vida. Frente a la concepción de una educación pública como la garantía del derecho universal a la educación en condiciones de igualdad y democracia, dado que es la que más y mejor asegura la igualdad y la convivencia democrática de personas con distintas procedencias socio-culturales; y, por tanto, la que mejor contribuye a la equidad y la cohesión social. Se alza, ahora, un modelo educativo que, efectivamente, orienta a las personas a formarse bajo la presión de la competición, de acuerdo con los principios del cálculo del máximo interés individual: itinerarios, reválidas, rankings, selección, esfuerzo, excelencia, competitividad, rendimiento, etc., etc.

Así vemos, como un escaso contrato social, conseguido tras la segunda guerra mundial, con la lucha de la clase obrera, en una zona muy restringida de Europa, y durante un brevísimo período de tiempo, está siendo rescindido, sin siquiera preaviso. Están desapareciendo de forma fulgurante los mecanismos de protección colectiva, que denominamos Estado Social o de Bienestar, sin apenas alarma social o protestas colectivas significativas, dopados con el prozac y el fútbol televisado, asumiendo la precariedad y el saqueo como ritos habituales a los que hay que someterse para esperar un día quizá “prosperar” y enseñándonos de esta forma a asumir, incluso desear la servidumbre.

La corrosión del carácter se va instalando en nuestra conducta, al igual que se acomoda la impunidad en el imaginario colectivo, como línea inalterable de continuidad. Ya ni siquiera el horror del genocidio de los refugiados, o de la masacre continuada en Gaza, el Sáhara o Yemen, o la violación y asesinato constante de mujeres conmueven a una sociedad europea occidental, que vive para sí misma y sus deseos impulsados por la increíblemente lucrativa industria de la publicidad. Mientras la extrema derecha se asienta en los parlamentos de buena parte de la Unión Europea y se acuerda crear “guantánamos” como respuesta a la crisis de las personas refugiadas.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/07/17/pedagogia-del-egoismo-y-neoliberalismo-emocional-2-3/

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De la educación de Peña a la educación de AMLO

Por: Eduardo Andere

Terminadas las campañas, el lenguaje político de los contendientes es sustituido por el lenguaje de los gobernantes. Una cosa es ofrecer que se eliminará o derogará la reforma educativa y otra es lograrlo y en qué condiciones. En el detalle está el diablo. Cualquier cosa que se intente llevará tiempo.

Si dividimos a la reforma educativa de Peña en dos grandes conjuntos, administrativo y pedagógico, el primero se ha implementado desde el 2013; el segundo, en su parte esencial, lo que se ha denominado, nuevo modelo educativo, empezará a aplicarse en agosto de 2018 con nuevos currículos y libros de texto. Es decir, casi tres meses y medio antes de que López Obrador tome posesión.

La sola voluntad del presidente no será suficiente para llevar a cabo una nueva reforma educativa.  López Obrador y Esteban Moctezuma, por lo menos durante 2018-2019, irán a la escuela de Peña, y aplicarán, en el inicio, la reforma educativa de Peña inscrita en la Constitución y al menos tres leyes federales.

La parte más criticada en la educación de Peña es la relación de la evaluación docente con el trato laboral a los maestros. Esteban Moctezuma declaró el 7 de julio pasado que no se suspenderá la evaluación de maestros y esbozó un deslinde entre ésta y la relación laboral de la SEP con los maestros. Aún así, si se hace el cambio deberá hacerse, como el mismo Moctezuma lo dijo “en cuanto se tenga un nuevo marco jurídico”. Moctezuma tiene razón cuando dice que la evaluación magisterial precede a la educación de Peña, pero lo que no existía era el intento centralizador, por un lado, y unificador, por el otro, en criterios, premios y “castigos” (la ausencia de premios) con la bendición Constitucional.

Existen dos puntos criticados en la evaluación: la permanencia en el trabajo y la capacitación. Aún y cuando en la “nueva” evaluación se asegure la permanencia en el trabajo, así nada más, permanecer cuando otros avanzan es una especie de castigo. Entonces los nuevos reformadores tendrán con tejer con filigrana. Además, capacitar a los maestros no es suficiente, se requiere que el maestro quiera ser capacitado y que la capacitación sea la que el maestro necesite. No todos los maestros, sino cada maestro. Capacitaciones a destajo, para miles de maestros tienen poca o nula efectividad.

Entonces la evaluación continuará, lo que no sabemos es cómo. Quizá, y ojalá así sea, más atada al contexto escolar, menos centralizada y aún menos estandarizada. Está por verse. Lo que está menos claro es lo que sucederá con el INEE y con el Servicio Profesional Docente. La respuesta quizá sea darles menos poder de decisión, o reducir su campo de acción, u otorgarles un funcionamiento como órganos técnicos expertos, pero sin autoridad. Está por verse.

Cualquiera que sea el cambio, dos pasos deben cumplirse antes: el primero, la consulta nacional a los maestros, padres de familia, autoridades locales, expertos y sociedad civil, la cual podría llevarse meses, quizá un año; y las modificaciones a la Constitución y leyes secundarias, las cuales podrían llevarse quizá otro año. Después vendría la entrada en vigor y el aprendizaje del nuevo esquema. Entonces, la educación de AMLO empezaría a funcionar dentro de dos o quizá tres ciclos escolares. Más difícil aún será cambiar el nuevo modelo educativo. Las escuelas de todo el país arrancan en agosto con nuevos programas y libros de texto. Los niños de preescolar y de los primeros grados de primaria y secundaria tendrán al menos dos ciclos escolares con el nuevo modelo. Cuando entre en vigor la educación de AMLO, los niños de primaria andarán por tercero o cuarto de primaria, cambiarles el modelo pedagógico a la mitad no creo que sea muy buena idea, ni para ellos ni para sus maestros. Y los de secundaria, estarán por terminar su nivel, por lo cual no hace mucho sentido modificarlo para un año escolar nada más. Así que lo más probable es que el modelo pedagógico se quede por algún tiempo, más o menos como está.

En este sentido los niños de México en los próximos seis años tendrán dos maestros en el aula: Peña y AMLO. Un verdadero y curioso oxímoron.

El lenguaje de la cancelación o derogación de la reforma educativa es político, propio de campaña. Esteban Moctezuma tendrá que hacer malabarismos para tratar de explicar cómo se cancela o deroga cuando en realidad lo que sucederá es que se reforma la reforma.

Otra parte constantemente mencionada en el discurso de campaña fue el de llevar a todos los jóvenes a la escuela y a la universidad. Cierto, y a pesar del aumento de la matrícula en educación media superior de 2005 a 2015, México tiene la tasa más baja de matriculación para los grupos de edad entre 15 y 19 años (57% México, 85% la OCDE) y una de las más bajas para el grupo de edad entre 20 y 24 años (22% México, 42% OCDE)[1] entre los países de la OCDE y algunos más. También tiene una de las tasas más altas de NINI (Ni en educación ni empleados) entre los miembros de la OCDE (México 23.3%, OCDE 15.3%)[2] para el rango de edad 18-24 en 2016.

La educación de AMLO pretende llevar a todos los jóvenes a las escuelas y que las universidades acepten a todos los aspirantes a sus programas. La educación de AMLO piensa que el obstáculo es económico y que se arreglaría con una beca. Ciertamente, en muchos casos el estímulo económico ayudará, pero no en todos. Falta que los jóvenes realmente quieran estudiar, y eso no se resuelve con una beca, a menos que la beca crezca de manera exponencial, lo cual es insostenible para las finanzas públicas.

Por cuanto a que todo mundo que aspire a la universidad sea aceptado por la universidad, no es una idea nueva. Es algo común en algunos países de Europa Central y Occidental. Tomemos el caso de Bélgica. No hay filtros para los jóvenes que quieran ingresar a programas universitarios. Sin embargo, después de un año de estudios un porcentaje muy alto de ellos se da de baja voluntariamente cuando descubre que lo académico no es su vocación. No es una mala solución, pero cuesta dinero, mucho dinero. Si existen los recursos, esta es una medida que posterga por un año la realidad.

Planteado así, AMLO y Moctezuma están medio atrapados por la educación de Peña. Sin embargo, la educación de AMLO podría ser mucho más ambiciosa que la evaluación de maestros, las becas, o los currículos escolares. AMLO tiene en sus manos la enorme oportunidad de cambiar, no el modelo educativo, sino el sistema educativo. Repensar, desde la raíz, una nueva educación para México, con nuevos arreglos, nuevas instituciones, nuevas reglas: más aprendizaje y menos estandarización; más contexto y menos centralización; más educación y menos evaluación. Eso sería hacer historia en la educación.

En realidad, no ha empezado el trabajo de análisis profundo sobre la reforma y sobre la educación; y lo único que sabemos es lo que se filtra en los medios, declaraciones o entrevistas. Hasta ahora, según mi leal saber y entender, el tema de rispidez es la evaluación de los maestros. Y como bien sostiene Esteban Moctezuma hay muchas cosas de la Educación de Peña que permanecerán, suena contradictorio con la expresión “derogar” y más aún “cancelar” pero al menos así aparece en los reportajes de prensa que dicen que Esteban Moctezuma dijo: “En el sistema educativo se han venido recogiendo muchas experiencias y prácticas muy valiosas que no son exclusivas de la Reforma y no por eso van a dejar de existir (…)[3].

Quizá el camino para Esteban Moctezuma sea un manejo orientado en cuatro puntos: 1) derogar, (enhorabuena que no han utilizado la palabra “abrogar”), ciertos puntos de la Reforma educativa de Peña; 2) cancelar los aspectos punitivos de la reforma educativa en la evaluación de maestros; 3) revisar el nuevo modelo educativo (pedagógico); y el más aventurado, 4) revisar el sistema educativo a profundidad, para entender mejor, porqué, a pesar de tantas reformas y transformaciones educativas, desde la ANMEB de 1992-1993, y luego la de Zedillo, la de Fox, la de Calderón y ahora la de Peña, no salimos del fracaso monumental de la política educativa.

La reforma educativa tiene muchas cosas que modificar, unas para mejorar y otras de plano, para sustituir o eliminar. En otra ocasión y con más espacio presentaré con más detalles los temas de cambio. Pero sí, es menester, mencionar que la educación de Peña tuvo aciertos y errores. Entre los aciertos, está la idea de hacer todo el proceso de selección y promoción docente de manera más transparente. El error es que trató de hacerlo de manera estandarizada y sin considerar las diferencias contextuales, históricas y culturales entre las distintas regiones y comunidades del país. A la educación de Peña le faltó realidad.

Por el lado del nuevo modelo educativo (los currículos y libros de texto), el gran acierto es la inclusión del tema del aprendizaje como piedra angular; y al menos en la retórica muchas propuestas son reales, acertadas y similares a lo que ocurre en la arena internacional de las grandes potencias educativas. El error monumental es pensar que de un año para otro y con un cuerpo docente formado para otra época y pedagogía se puede adoptar a bote pronto la pedagogía del aprendizaje y el constructivismo social.

Dicho eso, aunque las variables educativas las determinarán legisladores y ejecutivos, el aprendizaje es dominio de la pedagogía a nivel de padres de familia y maestros, no de los administradores públicos y mucho menos de los políticos. La educación de AMLO podrá cambiar lo que quiera en el largo plazo, digamos uno o dos años; podrá influir sobre las variables educativas como gasto, currículos, escuelas dignas, bibliotecas, evaluación, capacitación, etc., pero no podrá influir la función de aprendizaje propia del cerebro de los niños y jóvenes. Por más que se evalúe o no a los maestros, se capacite o no; se gaste más o menos; se les pague más o menos a los maestros, por más que la educación de Peña o ALMO quieran cambiar el aprendizaje se enfrentan con un poder más fuerte que la fuerza de la norma, y ese es el poder de aprendizaje del cerebro el cual depende fundamentalmente de factores naturales y ambientales en los primeros años de vida, inclusive durante la gestación. Y después, dependerá más de la cultura en el hogar (la familia) y la cultura en la escuela (relación de niños y maestros) que en las buenas intenciones de las autoridades y legisladores.

Estos serán los temas que trataré en el próximo seminario “De la educación de Peña a la educación de López Obrador” en la ciudad de México el 24 y 25 agosto de 2018.

[1] OCDE, 2017. Education at a glance 2017. P. 256 Tabla C1.1).

[2] OCDE, 2017. Education at a glance 2017. P. 312 Tabla C5.1).

[3] Alejandra Canchola y Horacio Jiménez, El Universal, Julio 7, 18.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/de-la-educacion-de-pena-a-la-educacion-de-amlo/

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Fin de curso: trozos y retales

Por: Xavier Besalú

Pobreza, educabilidad, papel docente, sexismo y flexibilidad y ganas de mejora con algunos de los elementos que no debemos olvidarnos al pensar en la escuela, en la educación.

Uno. Aunque se trata de un clásico, al menos desde el Informe Coleman, no está de más recordarlo cuando lo profundo tiende a difuminarse y lo aparente se expande: “El 90% de los que nacen pobres mueren pobres, por más esfuerzo o mérito que hagan, mientras que el 90% de los que nacen ricos mueren ricos, independientemente de que hagan o no mérito para ello”. Lo ha proclamado Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía. No lo leo como una defensa del determinismo sociológico, sino como una nueva llamada de atención a un grave problema, como un poner el foco sobre lo esencial. ¿Se acuerdan ustedes de aquellos que lo basaban todo en la llamada cultura del esfuerzo? ¿De aquellos que atribuyeron el fracaso y el abandono escolar a los propios alumnos por no esforzarse como es debido? ¿Cuántas veces –desde la propia institución escolar- no hemos hecho gala de la igualdad con que tratamos a los alumnos, de la igualdad de oportunidades que se les ofrece y de que los resultados obtenidos, en consecuencia, serían estrictamente debidos a sus capacidades individuales? La pobreza en la escuela es una realidad invisible, una situación que poco a poco va revistiéndose de nuevos ropajes, de forma que el que entró pobre en muchos casos acabó saliendo suspendido o sin expectativas…

Dos. Xavier Bonal, sociólogo, reclama “más educabilidad y menos educación” si de verdad queremos mejorar los resultados escolares de los pobres, porque los factores asociados a la pobreza (capital económico, capital cultural, red de relaciones, expectativas instructivas y laborales, condiciones sanitarias y alimenticias, uso del tiempo libre, etc.) impiden en gran manera el aprovechamiento de las oportunidades educativas. Poner el acento en la educabilidad tiene como mínimo dos consecuencias. La primera: que garantizar el acceso a un puesto escolar es de todo punto de vista insuficiente. Porque, debido a la segregación sistémica que se da en muchas ciudades españolas, no todas las escuelas disponen de los recursos, contextos y ambiente adecuados. Porque la equidad debe demostrarse también en todo el recorrido escolar, desde que se entra en él hasta que se sale, y en garantizar a todos el dominio de las llamadas competencias básicas y la adquisición de los saberes indispensables para poder seguir en el sistema o para seguir aprendiendo autónomamente a lo largo de la vida. La segunda: que la política educativa no se agota, ni queda restringida, al ámbito del Ministerio de Educación, sino que compete a las políticas del gobierno en general, de manera especialmente significativa a las que dependen de los Ministerios de Igualdad; Sanidad, Consumo y Bienestar Social; Ciencia; Alimentación; Trabajo, Migraciones y Seguridad Social; Cultura y Deporte…

Tres. La escuela y los profesores cuentan. Sabemos que las desigualdades estructurales delimitan y comprimen el campo de posibilidades. Tenemos claro que la enseñanza no es un mundo aparte, sino que se inscribe en el conjunto de políticas y acciones sociales que buscan mejorar la vida de todas las personas, especialmente de las más necesitadas o vulnerables. Pero una vez conseguida la escolarización universal –logro que desgraciadamente todavía no ha llegado a todos los rincones del mundo, no lo olvidemos– los educadores adquirimos una responsabilidad ante la sociedad en su conjunto, ante cada familia en particular y ante cada alumno en singular. “No nos podemos contentar con dar de beber a quienes ya tienen sed; también hay que dar sed a quienes no quieren beber”, nos dice el pedagogo Philippe Meirieu. Ahí radica el núcleo duro del oficio de educar: en buscar, proponer, organizar, mostrar, ejemplificar… alternativas, posibilidades, situaciones, actividades, retos, problemas… que saquen a la luz el deseo de aprender, el ansia de corregir lo que sale mal, el anhelo de comprender lo que parece incomprensible, las ganas de saber, de todos y cada uno de los alumnos, especialmente de aquellos que parecen menos predispuestos o más alejados de la cultura escolar. Aunque la situación no es equivalente, puede ser útil comparar el docente con un entrenador deportivo que busca que cada jugador dé lo mejor de sí mismo y, para ello, procura conocer lo mejor posible a cada uno de sus pupilos, sus carencias y sus posibilidades, para corregir aquellas y potenciar éstas, no para calificarlas, sino para que todos aprendan y mejoren. En contrapartida, ningún jugador tiene la tentación de esconder sus debilidades y errores –como sí ocurre lógica y desgraciadamente en las aulas– sino que es el primero en ponerlas de manifiesto justamente para poder enmendarlas…

Cuatro. El sexismo, la consideración de que las mujeres son inferiores a los hombres, es una discriminación profundamente arraigada en nuestra sociedad y, por ello, muy difícil de revertir. El sexismo tiene manifestaciones dramáticas que afortunadamente la sociedad española mayoritariamente ya no excusa, ni consiente: la violencia de género en los hogares españoles, los abusos y violaciones en el espacio público… la violencia y la violación como técnica de humillación y de combate en tantas guerras y éxodos… Pero más allá de estas agresiones inadmisibles y reprobables, hay todo un mundo de creencias, de imaginarios, de actitudes, de predisposiciones, sutiles, cargadas de ambigüedad, interpretables, que responden a esa misma matriz sexista, androcéntrica, patriarcal. Una de las estudiosas más persistentes de cómo se construye esta ideología y de cómo puede repararse y combatirse desde la educación es Marina Subirats que, en uno de sus últimos artículos publicados, hace especial énfasis en la educación infantil: “El género se adquiere por transmisión desde el nacimiento, al mismo tiempo que se adquiere el idioma o el movimiento, puesto que son mensajes que están en todas partes. Entre los tres y los cuatro años los niños ya muestran desprecio por los juguetes o ropas de niña y las niñas se apartan cuando un niño quiere coger una bicicleta o un juguete”. Si tenemos evidencias más que suficientes de la importancia de la educación infantil, tanto para compensar las carencias y las distancias de las criaturas de familias pobres, como para combatir desde su misma raíz el racismo, el sexismo y la LGTBIfobia, que impregna todavía la cultura y la vida cotidiana, no se explica que los espacios educativos para los niños de 0 a 2 años no sean considerados un servicio público universal y gratuito como lo es el parvulario y se dejen al albur del mercado y de las cuotas, también los centros públicos, muchos de ellos en manos municipales. Dice también Subirats: “Cuando llegan a la adolescencia ya es demasiado tarde” y es sumamente complicado revertir la creencia de que los géneros son fruto de la naturaleza y que ésta ha establecido la superioridad del macho sobre la hembra.

Y cinco. Me gusta la gente que duda, la que está dispuesta a cambiar, a probar; la gente que tiende a ser comprensiva, a perdonar, a ser flexible; aquella que atiende a los matices, a las circunstancias, y no se aferra a los principios, a las tablas de la ley como argumento inamovible y definitivo, caiga quien caiga y tenga las consecuencias que tenga. Por eso cito al filósofo Josep Maria Terricabras, que ahora ejerce de eurodiputado: “Los valores absolutos se mueven siempre en una especie de cielo platónico, lejos de la realidad: si se afirma que aquellos valores valen para siempre y en cualquier circunstancia, es precisamente porque allí, en el paraíso, no hay vida ni circunstancias. Los valores absolutos solo valdrían para un mundo absolutamente puro, pero no para el nuestro, avezado, complejo, ambiguo, difícil”. La ética de los principios absolutos y permanentes suele ser el camino más directo a toda clase de fundamentalismos, políticos, religiosos, pedagógicos… Lo contrario no es –como algunos pretenden– ni el relativismo del todo vale, ni la inseguridad del que siempre se abstiene, ni la indiferencia del que pasa de todo, sino la actitud del que escucha al otro, del que está dispuesto a contrastar sus argumentos, del que está convencido de que la perfección total solo puede existir en algunas pruebas de gimnasia…

¡Feliz verano!

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/07/16/fin-de-curso-trozos-y-retales/

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Inclusión a la educación superior: ¿una única forma de hacer las cosas?

Por: Pluma Invitada

Cuando este texto se publique ya sabremos quien será el presidente de México para los próximo seis años. Una nueva etapa ha de iniciar después de concluir con tres meses de campañas caracterizadas por la descalificación, y de inacabadas propuestas en materia educativa que han de configurarse paulatinamente en futuro cercano. Ni duda cabe que lo que viene no es tarea fácil ni para quien resulte triunfador en esta contienda electoral, ni para los ciudadanos de a pie. Por un lado, las promesas desmedidas y la posibilidad real de su cumplimiento; por el otro, la expectativa de la continuidad o la promesa de un cambio, aunque sea menor, pero al fin un cambio.

Varios asuntos son relevantes en la agenda educativa, sin embargo, la reciente publicación de  Raúl Zepeda Gil en el blog de educación de la revista Nexos “Del mérito a la inclusión: una oportunidad para repensar la educación superior en México” https://educacion.nexos.com.mx/?p=1302, así como la posterior reflexión en Educación Futura, de mi estimado amigo y colega Pedro Flores Crespo, de la Universidad Autónoma de Querétaro, además del propio trabajo de investigación e intervención que al respecto he desarrollado; me provocaron compartir las siguientes notas al respecto.

Es verdad que la cobertura de la educación superior en México alcanza apenas el 37 por ciento de jóvenes en edad de cursar este nivel educativo, muy por debajo de otros países latinoamericanos, del norte de América y, por supuesto, europeos. También que el actual mecanismo de selección e ingreso a la educación superior basado en un examen de conocimientos, ha privilegiado el mérito académico que necesariamente se vincula a la teorías reproduccionistas que lo asocian con el problema de la desigualdad y la diferenciada posesión de capitales cultural, social y económico de los jóvenes aspirantes. De hecho, cada año son rechazados en la zona metropolitana aproximadamente 300 mil jóvenes que buscan su ingreso a la universidad que, según investigaciones recientes, provienen de los estratos sociales más desfavorecidos de la región. Más allá de las características técnicas, el examen de admisión se ha constituido en un mecanismo de regulación de un mercado material y simbólico cada vez mas competido por la acumulación de jóvenes que no encuentran una oportunidad de acceso o una alternativa equiparable al significado del mismo. Sin duda, ello conduce al llamado efecto Mateo “Dar más a quien más tiene”.

Reitero lo que he dicho en otro momento. Los jóvenes en México libran dos grandes batallas para su ingreso a la universidad. La primera, la selección basado en la aplicación de un examen de conocimientos y la segunda asociada a la disponibilidad de recursos económicos para acceder a instituciones privadas. En este caso el límite es el bolsillo y la calidad de las educación se asocia casi siempre con lo que se paga. Ambas batallas evidencian la desigualdad y la estratificación social y económica que caracteriza al país.

Para Zepeda la propuesta de Andrés Manuel López Obrador de ampliar la cobertura en educación superior en el país, suena congruente y debería avanzar hacia la posibilidad de introducir “criterios más progresivos” y “abandonar definitivamente la preponderancia exclusiva del discurso del mérito para darle paso al discurso de la inclusión”. Pedro Flores, en cambio, alude a la necesidad de reflexionar sobre las condiciones previas a la implementación de examen de ingreso en el acceso a la educación superior: favores personales, ventas de lugares y otras prácticas adversas al espíritu universitario. También cuestiona la falta de información que tenemos sobre experiencias de países que podrían constituirse en un referente para pensar en otras alternativas de inclusión y acceso. Además, evidencia el caso de la UACM y su proceso de sorteo para el ingreso, así como sus escasos aportes a la justicia distributiva.

En mi opinión la solución a esta problemática no debe surgir sólo de las políticas educativas de orden nacional. Éstas han privilegiado dos grandes orientaciones para resarcir la desigualdad en el acceso, la permanencia y el egreso de la educación superior: 1) asignación de becas y 2) diversificación institucional y de nuevas modalidades educativas. No obstante, considero que es posible diseñar e implementar políticas y prácticas institucionales que promuevan una mayor inclusión para incrementar el acceso de oportunidades. El debate en torno a los efectos de los mecanismo vigentes para el acceso, la permanencia y el egreso a la educación superior, debe impulsarse desde el seno mismo de las universidades e instituciones de educación superior. Ya hay evidencia de que es posible generar alternativas que incorporen la viabilidad de un examen de conocimientos como indicador del desarrollo de ciertas habilidades y capacidades de los estudiantes, así como la posibilidad de incorporar a jóvenes que han transitado por los niveles educativos previos en condiciones francamente desfavorables. Es el caso de la Universidad Autónoma Chapingo (UACh) (Buendía y Rivera, 2010).

En la UACh los criterios de ingreso se aprueban anualmente por el H. Consejo Universitario. La política institucional propuesta se aprobó por primera vez el 12 de mayo de 2008 y se ha implementado año con año hasta el 2018. El punto de partida es la aplicación de un examen de conocimientos que valora la situación académica de los jóvenes, sin embargo, la selección de los estudiantes que ingresan incorpora también diversos criterios, a fin ampliar las posibilidades de acceso a los jóvenes que pertenecen a los grupos desfavorecidos. Ello significa un ingreso por cuotas que se han diseñado en función de la misión fundacional de la universidad y de su contexto y desarrollo actual. Hablamos de un modelo de cuotas (etnias indígenas, municipios pobres, telesecundaria o bachillerato, escuela agropecuaria o forestal, mejores por Estado y calificación general), que si bien se limita a un número específico de espacios que la universidad puede brindar, le ofrece una oportunidad única a muchos jóvenes que quedarían excluidos de la educación superior. Algunso testimonios son reveladores (https://www.youtube.com/watch?v=kHksNWApySA).

Mi apuesta es y seguirá siendo el reconocimiento de la diversidad y la complejidad de las instituciones de educación superior mexicanas en general, y de las universidades públicas en lo particular. Hemos sido críticos de la homogeneidad de las políticas para este sector de la educación y de sus efectos perversos o no deseados. No aspiremos al one best way en el problema de cobertura que enfrentamos, pues tenemos amplia evidencia de que eso no funciona. Abramos el debate, la discusión argumentada y la posibilidad de compartir y de implementar políticas y prácticas de orden institucional que podrían generar mejores resultados.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/inclusion-a-la-educacion-superior-una-unica-forma-de-hacer-las-cosas/

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Las claves de la neurociencia educativa

España / Autor: Aula Planeta 

Si bien el cerebro humano sigue siendo un gran misterio para el hombre, cada vez profundizamos más en su entendimiento. Fruto de ello, han aparecido nuevos campos de estudio que podemos englobar como neurociencia y que buscan vincular el estudio del cerebro con un mayor entendimiento del ser humano. Algunos de estos nuevos campos son el neuromarketing, la neuropsicología o la neuroética (por poner tres ejemplos que aúnan ciencias y humanidades) y, por supuesto, la neuroeducación.

Sin querer entrar en aspectos plenamente científicos (si alguien quiere entrar recomendamos los libros de José Antonio Marina (en el plano más divulgativo) y de Tomás Ortiz), podemos decir que la neuroeducación (o neurociencia educativa) es una nueva visión de la educación basada en el cerebro y su funcionamiento y que busca mejorar, potenciar y ajustar los procesos de aprendizaje gracias a aspectos combinados de psicología, neurociencia cognitiva, medicina o sociología.

Neurociencia a la práctica

La neuroeducación parte de la base de que no todos los procesos de aprendizaje ni todas las respuestas emocionales son iguales y que, teniendo en cuenta la plasticidad del cerebro, podemos adaptar el sistema de enseñanza para evaluar y mejorar la preparación del que enseña y para ayudar y facilitar el proceso de quien aprende. Estos son algunos de sus principios y objetivos:

  • La genética, el entorno (medio social, familiar y cultural) y la experiencia interaccionan en el cerebro para moldear al individuo y transformar el cerebro.
  • Los procesos cognitivos y emocionales trabajan asociados de forma que las emociones facilitan o dificultan el aprendizaje.
  • Los vínculos y el apego son básicos para el cambio ya que la interacción social es relevante para el aprendizaje. Un ejemplo de ello es la importancia que está tomando aprendizaje cooperativo.

La neurociencia educativa pone el énfasis en procesos cognitivos como la emoción, la curiosidad, la atención, la conciencia, la memoria o el sueño partiendo de la base de que se trata de procesos que implican a múltiples circuitos de diferentes áreas cerebrales y que pueden ser estimulados en un ambiente adecuado. Este conjunto de procesos que implican repetición, almacenamiento, selección o elaboración de información pueden ser estimulados gracias a la plasticidad cerebral, a un rol activo del individuo y a unos procesos cognitivos puestos en marcha gracias a una serie de capacidades y habilidades que vamos adquiriendo. Gracias a estos principios y procesos, la neurociencia educativa ha conseguido plantear nuevas técnicas y/o aproximaciones y ha permitido confirmar o desmentir algunos aspectos clave que podemos tener en cuenta a la hora de plantear el proceso de aprendizaje:

  • El entorno de la escuela influye en el aprendizaje en diferentes factores como la luz, el ruido externo, la temperatura o la propia arquitectura del centro
  • Se pueden planificar diferentes y procesos herramientas de enseñanza para fomentar el pensamiento crítico o creativo y promover la empatía.
  • Permite detectar e intervenir en relación con fallos o procesos psicológicos que puedan interferir en el aprendizaje normal, la memoria o la misma educación como pueden ser las dificultades en lectoescritura o matemáticas o la detección temprana de TDAH, ansiedad o dislexia.
  • La importancia del sueño en el aprendizaje y como su ausencia tiene efectos sobre la velocidad para procesar información.
  • El impacto positivo de la motivación en la enseñanza
  • La necesidad de la repetición para consolidar aprendizajes. No desde un punto de vista conductista si no desde diferentes perspectivas complementarias (corregir, evaluar, rectificar, etc.).
  • La “ciencia del cerebro” también ha desmentido algunos neuromitos como el uso del 10% de la capacidad cerebral o la idea de los hemisferios diferenciados (en realidad ambos hemisferios trabajan transfiriendo información constantemente).

 

Neurociencia para profesores

La neurociencia también ayuda y dota de herramientas al profesorado, no en vano, el hecho de poder sustentar la práctica docente en evidencias (neuro)científicas puede ser un paso de gigante al mejorar los conocimientos docentes en aspectos como la atención, la memoria o la emoción. Esta toma de conciencia de la práctica diaria nos puede permitir evaluar el propio desempeño, eliminar hábitos poco eficaces y mejorar en lo positivo. Además, de forma más evidente, podemos introducir o modificar prácticas y/o estrategias de aprendizaje. Por último, favorece el aprendizaje continuo y la atención a la diversidad tanto a nivel del desarrollo de clase, como a nivel de centro pudiendo dar importancia a factores que favorecen el aprendizaje antes citados.

Llegados a este punto se nos puede hacer un mundo el aplicar recursos neurodidácticos en el aula, pero os hemos de decir que muchas de las acciones que ya estáis realizando tienen un sentido neurocientífico: los debates promueven la flexibilidad cognitiva, el trabajo en equipo la toma de decisiones y el uso de pictogramas a la hora de organizar a los alumnos les dota de herramientas de planificación y fomenta el aprendizaje por descubrimiento. A partir de aquí, os recomendamos que consultéis algún libro del amplio catálogo que se ha ido generando en los últimos años, sigáis al algún gran experto como Francisco Mora o consultéis la multitud de artículos que podéis encontrar por la red. Y, como siempre, nos gustaría recordaros que si os ha gustado este artículo no dudéis en difundirlo.

Fuente:

http://www.aulaplaneta.com/2018/05/16/educacion-y-tic/las-claves-de-la-neurociencia-educativa/

ove/mahv

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