Page 1578 of 2732
1 1.576 1.577 1.578 1.579 1.580 2.732

Inteligencia natural y artificial

Por: Luis A. Montero Cabrera

El pensamiento humano está esencialmente relacionado con el procesamiento de información en la infraestructura de un dispositivo biológico de cómputo: nuestro cerebro. Al igual que cualquier otro ser vivo y con diferentes escalas de complejidad, nuestros sentidos gestionan constantemente información que se intercambia con el universo que nos rodea: imágenes a través de los ojos, aromas por el olfato, ruidos desde el oído, expresiones informativas a través del código de los lenguajes, y muchas más. De alguna manera las células cerebrales y sus interconexiones se las ingenian para lo mismo almacenar que recuperar esos datos, con mayor o menor nivel de copias de seguridad y de capacidades de búsqueda y recuperación. Así conformamos nuestro tan humano pensamiento, conjuntamente con lo que le adicionamos que nos causa placer y también rechazo, ya sea fisiológico o asociado con la elaboración de la propia información adquirida y almacenada. Estos suelen ser los llamados “sentimientos”. La información que proviene del exterior de nuestro ser se convierte en conocimiento al incorporarse a nuestra conciencia,según se suele considerar.

El goce de la poesía más hermosa, del paisaje más impresionante y del placer más intenso, lo que nos caracteriza como especie y enorgullece nuestras individualidades, siempre tiene una base material que podemos llamar biofísicoquímica. Conocer como funcionamos y usar las capacidades que vamos inventando nos permite ser cada vez más plenos al utilizar nuevas potencialidades y fuentes de enriquecimiento espiritual. Ya ha ocurrido muchas veces en la historia: cuando aprendimos a escribir, a imprimir y a hacer libros nos revolucionamos compartiendo saberes y placeres intelectuales que antes no estaban a nuestro alcance. Con la pintura, la fotografía, el cine, el radio, la televisión multiplicamos la capacidad cultural audiovisual. Cuando creamos la Internet podemos lograr que la sabiduría sea universal, ubicua.

Si andamos por un sendero y tropezamos con una piedra en medio del camino inmediatamente conocemos o aprendemos que existe este obstáculo. Al volver a andar ese sendero y en ausencia de otra información debemos recordar que la piedra existe, porque tenemos el dato almacenado y recuperable en nuestra memoria, y evitaríamos tropezar de nuevo con ella. Esto se ha denominado como una respuesta “lógica”. Es una acción que se subordina a un hecho conocido. Sin embargo, se dice con razón que somos los humanos los únicos que podemos tropezar con ella de nuevo. Es porque somos inteligentes. Resulta que casi siempre disponemos de más información que podemos relacionar con la existencia de la piedra. Por ejemplo, podemos confiar en que los encargados del mantenimiento del sendero la hayan removido antes de nosotros repetir la experiencia. Como nuestra lógica es más compleja, que es como poder correlacionar más informaciones, es posible que de nuevo tropecemos, si es que no ha ocurrido la esperada limpieza. De cualquier forma, siempre transitaríamos con más cuidado.

Se dice que la inteligencia consiste en la capacidad de percibir información y retenerla en forma de conocimientos para aplicarlos en comportamientos adaptativos a un contexto dado. Esto comprende todo lo que de ello se deriva, incluyendo a nuestros tan distintivos sentimientos.

Un sistema que puede responder de acuerdo con informaciones previas aprendidas o almacenadas de alguna forma se dice que es “inteligente”. Era exclusiva de sistemas nerviosos evolucionados desde que apareció la vida sobre la tierra hasta no hace tanto tiempo. Sin embargo, el desarrollo de nuestro propio saber la ha convertido en una pieza maestra para el funcionamiento de sistemas artificiales como las computadoras y los teléfonos móviles actuales. Se realiza a través de simples circuitos electrónicos que permiten la trasmisión o no de corriente en dependencia de alguna información previamente almacenada y disponible. Con solo uno de estos circuitos el sistema electrónico evitaría tropezar con la piedra del camino que aprendió que existía. Es una lógica elemental, idéntica a la de un humano inexperto. Pero la electrónica actual también puede poner a funcionar simultáneamente millones de ellos, tantos o más que como lo hace nuestro cerebro. Por lo tanto, si esos circuitos lógicos artificiales disponen de más información (como la de que alguien debió removerla para limpiar el camino) pueden operar tan “inteligentemente” como nosotros y tropezar de nuevo, deduciendo que alguien debió removerla antes.

La llamada inteligencia artificial es todo un campo de las ciencias de la computación desde hace decenios. Se ha hecho buena ciencia y mucho ha avanzado la eficiencia de los sistemas de cómputo artificiales desde que se consolidó como campo de investigación.

Por otra parte, la eclosión de la ciencia, sobre todo después de la segunda guerra mundial, ha desarrollado instrumentos que permiten acumular infinidad de datos acerca de todo el universo que nos rodea, incluyendo nuestras sociedades humanas. A esas grandes acumulaciones de información se las conoce como “big data” (grandes informaciones). Están literalmente estallando por lo cuantioso en la biología, la astronomía, y también en las ciencias sociales, como la economía y la comunicación. La inteligencia artificial es hoy indispensable para hacer utilizable la big data, los torrentes de informaciones que se generan. Es preciso hacer una verdadera minería para identificar aquellas que nos interesan y se pueden correlacionar para sacar conclusiones de utilidad.

Esto está transformando nuestra vida, a veces sin darnos cuenta. Hoy existen ciudades que poseen un servicio de taxis sin conductor. Y que tienen menos accidentes que los carros conducidos por humanos. Muchos procesos de fabricación y hasta de operar una simple llamada telefónica se hacen con robots que no tienen que tener apariencia humana. Nuestra anatomía viva fue seleccionada naturalmente para existir y desarrollarnos como especie en un determinado ambiente, pero un robot no tiene que ser igual.Si su misión en una fábrica es, por ejemplo, la de controlar la precisión y disciplina de los operarios este “supervisor” se diseña, construye y se le programa su inteligencia solo para ello. Seguramente que no tendrá brazos, ni piernas, porque no le hacen falta. Basta con un sistema de cámaras que abarque todo lo que le interese en la fábrica.

Un país como el nuestro, donde la mano de obra es cada vez más escasa y envejecida, está obligado a desarrollar dispositivos, programas, equipos, con inteligencia artificial. La capacidad humana la tenemos con graduaciones masivas anuales de ingenieros y científicos de computación, y matemáticos y muchos otros especialistas. Esa es una inversión de miles de millones de pesos que ya se ha hecho a los largo de décadas de Revolución y que no podemos desperdiciar. La cultura de gestión y el uso de medios informáticos en la vida cotidiana sí que debemos adquirirla, y esta es una de las temáticas que debería estar presente en cualquier acción de educación de decisores, de líderes. Recordemos que deseamos una sociedad socialista, exclusivamente en bien del ser humano.

Fuente: http://www.cubadebate.cu/opinion/2017/08/31/inteligencia-natural-y-artificial/#.Wail3_Pyi00

Comparte este contenido:

Revista Economía de la Universidad Central del Ecuador: El supra-poder monetario

Reflexiones desde una economía dolarizada

Por: Jhon Cajas Guijarro

“El estudio del dinero, por sobre todos los otros campos en la teoría económica, es uno en donde la complejidad se utiliza para disfrazar la verdad o para evadir la verdad, no para revelarla. El proceso por medio del cual los bancos crean dinero es tan simple que repele la mente. Con algo tan importante, un misterio más profundo sería lo decente.”

 John Kenneth Galbraith (1908-2006)

El dinero es de los mayores enigmas de la -mal llamada- “ciencia” económica. Si uno quiere ver a un economista llenar su rostro de colores, podría preguntarle ¿qué es el dinero? Unos dirán que el dinero es la “mercancía universal” que refleja el valor de las demás mercancías (Marx, 1867, p.100). Otros, que el dinero es “aquello” que permite saldar deudas y precios, y sirve de reserva de un “poder general de compra” (Keynes, 1930, p.3), o que el dinero es como un “bono” (es decir, crédito) (Minsky, 1985, p.13). También habrá quienes vean al dinero como mero aceite que mantiene “engrasada a la máquina económica” (Friedman, 1968, p.13), e incluso quienes -ya colmando la paciencia- afirmen que “el dinero es lo que el dinero hace” (Hicks, 1967, p.1).

Más allá de las definiciones, algo es claro: quien tiene dinero, tiene un poder social estructural, es decir, puede influir en las estructuras sociales creadas por las relaciones humanas. Aunque esa influencia puede ser consciente, no siempre genera los resultados deseados por quienes la poseen (ver Dutt, 2015; Guzzini, 1993). Pero aun así, el dueño de dinero tiene a su alcance prácticamente “todas las habilidades humanas” (Marx, 1844, p.325):

[E]l dinero es el verdadero cerebro de todas las cosas […] el idiota puede comprar a los inteligentes, ¿y, acaso, quien tiene poder sobre los inteligentes no es más inteligente que ellos? (1844, p.324, traducción propia).

Tal es el poder que adquiere el dueño del dinero que hasta puede -en cierta manera- extender su propia vida apropiándose de la vida de los demás. Para su dueño, el dinero “es la otrapersona” (Marx, 1844, p.323, énfasis en el original). En términos psicológicos, el dinero parece disminuir nuestra ansiedad frente a la exclusión social, frente al dolor (Zhou et al., 2009) e incluso frente a la muerte (Zaleskiewicz et al., 2013). Semejante potencia del dinero podría ayudarnos a entender algunos de los “elementos psicológicos” que están detrás de la preferencia por la liquidez y el miedo frente a la incertidumbre (Keynes, 1936, p.168). Si la incertidumbre, en un sentido “fundamental”, implica desconocer los resultados futuros posibles (Lavoie, 2014, p.74), ¿no es acaso la muerte también uno de esos posibles? El dinero podría verse como un vínculo entre un presente en el que estamos vivos, y un futuro en el que -gracias al dinero- continuamos vivos. Como bien diría Keynes: “La importancia del dinero esencialmente fluye del hecho que este es el vínculo entre el presente y el futuro” (Keynes, 1936, p.293, traducción propia).

Si el dueño de dinero puede ejercer un gran poder, entonces quienes influyan sobre el dinero (y sus funciones), influirán sobre el poder que éste permite ejercer. Es decir, tales personas ejercerán una especie de “poder sobre el propio poder”, un “supra-poder”. Una de las mayores expresiones de ese “supra-poder” es el paso del dinero-mercancía (con valor intrínseco) a la forma simbólica del dinero-moneda (sin valor intrínseco). Ese paso, en cierta forma, se logró porque las personas adquirieron la confianza de que la moneda les permitiría ejecutar el mismo poder que el dinero-mercancía (Marx, 1867, pp.135-140; 1857-1858, p.70). Es decir, una de las principales formas del “supra-poder” de quienes influyen sobre el dinero está en la creación de confianza en las personas para que acepten el uso del símbolo que llamamos “moneda” (sea papel o digital). Tal situación es completamente viable, especialmente si las preferencias son endógenas y manipulables por medio del propio poder (ver Bowles, 1998). Además, ¿podría ser que la “confianza” en la moneda sea, en realidad, el resultado de una imposición hegemónica de una clase sobre otra? No olvidemos que la moneda -un instrumento que debería otorgar soberanía- en el fondo encierra hay violencia (Aglietta y Orléan, 1990).

Vemos, entonces, que la moneda es un símbolo de poder estructural, y los grupos que influyen sobre ésta pueden ejercer un “supra-poder-monetario”. Quizá la cuestión de la moneda sea, en definitiva, una gran disputa de poder en diferentes niveles (y quizá hasta una disputa entre clases, donde la hegemonía de una clase “impone confianza” a la otra). Por todo esto, es crucial entender qué es el dinero y la moneda, cómo funcionan, por qué la moneda da poder a su dueño y, sobre todo, quienes pueden ejercer el “supra-poder-monetario” y cómo lo hacen.

Con esta introducción me permito presentar el número 108 de la Revista Economía de la Universidad Central del Ecuador, en donde se exponen algunas reflexiones sobre el dinero, su origen y su funcionamiento, junto con algunas propuestas de cómo usar (o no usar) el “supra-poder-monetario”. Tales cuestiones son vitales, más aún en el capitalismo ecuatoriano, el cual -al momento de publicar esta revista- utiliza al dólar como moneda que simboliza un poder ajeno al nacional y, además, es un capitalismo en grave crisis exacerbada -pero no originada- por la caída de los precios del petróleo, la apreciación del dólar y el encarecimiento del endeudamiento externo. Según la concepción que tengamos sobre el dinero y la moneda, vendrán nuestras propuestas monetarias para enfrentar la crisis.

Ahora, dada la especificidad del tema, vale la pena exponer algunas ideas previas antes de entrar en la lectura misma del número 108 de la Revista Economía.

Entre los aspectos más estudiados por las teorías económicas está el entender cómo varía la cantidad de moneda y cómo ésta influye sobre la dinámica capitalista. Respecto al primer tema encontramos, al menos, dos grandes enfoques: “dinero exógeno” y “dinero endógeno”. En cambio, respecto al segundo tema también encontramos, al menos, dos grandes enfoques: “neutralidad” y “no neutralidad” del dinero.

El enfoque del “dinero exógeno” plantea que el “supra-poder-monetario” está en el Estado vía un Banco Central o cualquier otro agente que, exógenamente, cambia la cantidad de moneda ofertada y la controla por completo. En cambio, el enfoque del “dinero endógeno” menciona que el “poder monetario” no está en el Estado o en un agente exógeno, sino en manos de los agentes que endógenamente reciben, por parte de la sociedad, la confianza necesaria para influir sobre el dinero. Gracias a esa confianza, tales agentes (p.ej. bancos) pueden crear moneda ex nihilo (de la nada) vía crédito, el cual responde endógenamente a la dinámica capitalista (p.ej. los bancos otorgan créditos según las necesidades endógenas de la acumulación de capital). En tales circunstancias, el “supra-poder-monetario” del gobierno estaría, a lo sumo, en el manejo de las tasas de interés, pero no de la oferta monetaria. Así, en este punto los enfoques discuten sobre quiénes se reparten el “supra-poder-monetario”.

En cuanto al enfoque de la “neutralidad”, ésta plantea que las variaciones en la cantidad de moneda ofertada no tienen, a largo plazo, ningún efecto sobre las “variables reales” (p.ej. producción, empleo, salario real, acumulación de capital). Por tanto, el alcance del “supra-poder-monetario” sería temporal, pero aun así el uso de ese “supra-poder” podría generar inestabilidad a la dinámica capitalista (y hasta llevarla a una crisis). Por su parte, la “no neutralidad” implica que las variaciones en la cantidad de moneda ofertada y, por tanto el “supra-poder-monetario”, influyen tanto en el corto como en el largo plazo -y hasta de forma permanente– sobre las “variables reales”. Entonces, aquí la discusión se enfoca en entender cuál es el alcance del “supra-poder-monetario” sobre la “economía real”.

Dados estos múltiples enfoques sobre el dinero y la moneda, es posible pensar, asimismo, en múltiples combinaciones de dinero: exógeno-neutro, endógeno-neutro, exógeno-no neutro, endógeno-no neutro, o incluso un enfoque semi-endógeno y semi-neutro.

¿En cuál de estas u otras categorías cae el comportamiento del dólar en el capitalismo ecuatoriano? Si bien los autores del número 108 de la Revista Economía no brindan una respuesta explícita a esta pregunta, ofrecen importantes pistas para responder a la realidad económica de un país que, por lo pronto, carece de moneda propia y ha perdido espacios de soberanía nacional, ocupados de facto por el “supra-poder-monetario” externo de los Estados Unidos. Según esa respuesta, las diferentes políticas monetarias (notemos, por cierto, que incluso la “inacción” monetaria ya es una política) tendrán una u otra implicación esperada.

A fin de ampliar la reflexión actual y futura, se podrían sugerir algunos puntos a analizar respecto al enfoque exógeno-endógeno en el caso ecuatoriano:

a) Como el Banco Central no emite dólares en la forma de papel moneda ni controla la cantidad total de dólares ofertados que realmente circulan en el país (un caso drástico es el lavado de dinero), tendríamos un punto a favor del enfoque del “dinero endógeno”. Aquí el “supra-poder” no estaría bajo control del gobierno nacional.

b) A pesar de la dolarización, los bancos privados, e incluso las propias empresas, pueden crear dinero vía crédito, el cual es otro punto a favor del “dinero endógeno”. Aquí tampoco el “supra-poder-monetario” está en manos del gobierno, sino en manos privadas (y, no está por demás recordar, que la banca privada ecuatoriana posee graves problemas de concentración oligopólica, ver Acosta y Cajas Guijarro, 2017).

c) Los flujos de dólares, como papel moneda, que provienen del saldo de la balanza de pagos, parecerían tener un comportamiento mixto. Tales flujos parecen endógenos respecto a importaciones y exportaciones no petroleras, pero a su vez parecen exógenos cuando el gobierno adquiere financiamiento externo (vía decisión política que afecta la masa monetaria), al igual que parecen exógenos los flujos por exportaciones petroleras (no dependen de la dinámica capitalista interna, sino de la dinámica exógena de los precios del petróleo). Aquí, el “supra-poder monetario” correspondería, por un lado al gobierno en tanto pueda adquirir financiamiento externo (aunque, quien realmente tendría el poder son los acreedores) y, por otro lado, a las fluctuaciones del capital especulativo transnacional.

Por su parte, el alcance del “supra-poder monetario”, podría reflexionarse para el caso ecuatoriano a partir de las siguientes hipótesis:

a) En épocas de fuertes expansiones exógenas (p.ej. altos ingresos petroleros), parecería que la dolarización impone cierta neutralidad. Por ejemplo, por más que el Ecuador incrementó con fuerza sus ingresos de dólares vía exportaciones petroleras (y deuda), al no haberse dado una transformación productiva (ni tecnológica ni en las relaciones sociales) (ver Acosta y Cajas Guijarro, 2016a), la mayor cantidad de moneda ofertada no generó cambios reales duraderos. Es decir, la mayor cantidad de dólares por sí misma parecería neutral (además, cabe notar que el crecimiento de los años de dolarización ha sido, en promedio, menor al del boom de los años setenta, con un Ecuador en sucres). Es decir, la dolarización al parecer hizo que el “supra-poder monetario” pierda alcance sobre las “variables reales”, al menos en términos de políticas pro-cíclicas en etapas de expansión.

b) En las épocas de crisis, en cambio, la dolarización parece que no es neutra sino que impone severas restricciones monetarias con posibles efectos de largo plazo, como una crisis de varios años y estancamiento en la producción. Esto porque, en crisis, las personas podrían incrementar con fuerza su preferencia por liquidez en moneda física para el atesoramiento (expresión máxima de la incertidumbre, exacerbada incluso porque el dólar, en sí mismo, es una moneda relativamente fuerte). Semejante situación podría generar un “cortocircuito” en la circulación de mercancías. En otras palabras, la dolarización hizo que el “supra-poder monetario” tenga un mayor alcance y, de hecho, se vuelva un elemento pro-cíclico en medio de la crisis.

c) La dolarización se impuso en el imaginario colectivo como el punto final de una gran crisis (pues, luego de dolarizar, se vuelven imposibles las devaluaciones de moneda doméstica y se crea en el imaginario colectivo la idea de mayor confianza y estabilidad en la moneda). En cambio, la salida de la dolarización podría generar en el imaginario colectivo la idea de que tal es el punto inicial de una gran crisis (por la posibilidad de que, terminada la dolarización, vuelvan las grandes devaluaciones de la moneda doméstica y surja el miedo a perder el dólar). Es decir, la entrada y salida de la dolarización y, por tanto, el “supra-poder monetario” en dólares genera importantes “asimetrías” y hasta posibles mitos e ideologías (¿fe en el dólar?) que requieren ser superadas. Aquí podría incluso complicarse la crisis por un posible efecto de “profecías autocumplidas” (Merton, 1948; Obstelfeld, 1986).

d) Una complicación particular que podría asociarse a la neutralidad del dinero en el Ecuador es el manejo de la emisión monetaria con una política monetaria independiente, la fijación del tipo de cambio y la libre movilidad de capitales. De hecho, tal situación conduce al llamado trilema macroeconómico, que solo permite funcionar dos de las tres variables mencionadas (Mundell, 1963; Fleming, 1962). Así, para el caso ecuatoriano, un ambiente de apertura de la cuenta de capitales y un tipo de cambio rígido harían perder la capacidad de influencia de la política monetaria sobre: crecimiento, tasas de interés, mecanismo de respuesta ante shocks externos o internos. La apertura de la cuenta corriente y de capitales representa una renuncia a la política comercial y a los controles de capitales. A esto se suma la dolarización, que reduce los márgenes de operación de la política ya no solo monetaria sino fiscal inclusive. Todo esto vuelve al país más dependiente del capital y de los mercados externos, alentando aún más la explotación de recursos naturales (supuesta ventaja comparativa del Ecuador).

Todavía no hay una respuesta definitiva al problema monetario en dolarización, y los puntos antes expuestos duras penas son un esbozo de hipótesis que intentan ayudar en algo a la discusión. Lo crucial es no quedarnos indiferentes ante un tema relevante, no solo en lo teórico sino, sobre todo, en el contexto actual de la economía ecuatoriana. La inacción en medio de la crisis nos puede volver cómplices del aumento de la explotación que posiblemente vivirá nuestra población si no actuamos a tiempo: una salida desordenada de la dolarización o el sostener la dolarización a la fuerza podrían tener enormes costos sociales y ambientales.

Dicho todo esto, pasamos a presentar los diferentes artículos que componen la sección de dossier y estudios socioeconómicos del número 108 de la Revista Economía, todos brindando aportes interesantes a la discusión monetaria.

El primer artículo titulado Dolarización y desarrollo en la crisis: ¿es relevante discutir la soberanía monetaria?, presentado por Monika Meireles se enfoca en el debate monetario heterodoxo. Luego de una breve mención a Hume y al origen de la Teoría Cuantitativa del Dinero, Meireles recuerda que las reflexiones monetarias del dinero endógeno y exógeno tienen importantes raíces en Schumpeter (1942) (raíces fortalecidas luego por algunos de sus alumnos, p.ej. Minsky). Luego la autora presenta algunas diferencias entre las concepciones monetarias post-keynesiana y neo-monetarista, haciendo hincapié en los aportes post-keynesianos y las implicaciones a la política monetaria del Banco Central. Después, Meireles incorpora en su exposición el aporte latinoamericano, resaltando los trabajos de Noyola Vázquez así como sus vínculos con Kalecki y Aujac. Incluso la autora invita a recuperar el diálogo entre economistas latinoamericanos y los demás economistas del mundo (p.ej. recordar los vínculos entre Furtado y Kaldor). Cerrando su exposición, la autora recuerda la situación histórica tanto de cómo se adoptó la dolarización en el Ecuador y cómo llegó al poder el gobierno “progresista” de la Revolución Ciudadana. También nos habla de las limitaciones que, a su criterio, la dolarización impone al país especialmente en los requerimientos de dólares líquidos. Al final, concluye su exposición indicando que en los últimos años el Ecuador perdió una oportunidad histórica de transformar su estructura productiva y, en especial, recuperar su soberanía monetaria.

Como segundo artículo tenemos el trabajo de Grace Llerena, Vínculos monetarios y fiscales con las políticas de estabilización. Llerena abre su exposición hablando de los shocks que han golpeado al Ecuador desde 2014: caída de precios de petróleo y apreciación del dólar. También presenta el comportamiento de depósitos (creciendo) y créditos (cayendo), implicando un aumento de la preferencia por la liquidez de los bancos. Luego, la autora da una profunda discusión teórica sobre el vínculo entre política monetaria, oferta monetaria y el ciclo económico. En esa discusión, explica que el enfoque del dinero endógeno posee dos perspectivas: a) Según la nueva síntesis neoclásica el dinero solo sirve al intercambio, el Banco Central define una tasa de interés según la Regla de Taylor (sustentada teóricamente, en la “tasa natural de interés” de Wicksell), además que los ahorros financian los depósitos y la inversión; b) Según los post-keynesianos hay que abandonar la “tasa natural de interés” (incluso se hace una breve mención a la controversia de los Cambridge), el dinero tiene importancia no solo como medio de circulación sino también como reserva de valor, y los bancos crean dinero ex nihilo (de la nada) vía créditos según los requerimientos endógenos de las empresas para financiar inversiones que luego, al circular por la economía, regresan como depósitos: inversiones generando ahorro. Dicho esto, Llerena concluye proponiendo la necesidad de completar el enfoque post-keynesiano con la propuesta de preferencia por la liquidez de Keynes (1936), indicando que las empresas también podrían financiar su inversión vendiendo directamente bonos a los hogares. Finalmente, la autora sugiriere también la necesidad de incluir en el análisis el caso de una economía abierta pues, según ella, una de las limitaciones de la dolarización es la balanza de pagos.

El tercer artículo, Dollarization: some theoretical preliminary thoughts, tiene como autor a Marco Missaglia, para quien la neutralidad del dinero es algo propio del mero intercambio y la “armonía”. Sin embargo, el capitalismo no es armónico, sino que tiene pugnas tanto entre clases como entre facciones de clase. Así, la moneda no solo sirve a la circulación, sino esencialmente a la acumulación, análisis que Missaglia hace retomando los esquemas de circulación de Marx (1867) y los estudios de Keynes sobre esos esquemas (1933). Como evidencia de la pugna capitalista, el autor da una breve descripción histórica de los ciclos. En expansión, los trabajadores adquieren fuerza para exigir salarios más altos. Como respuesta, surge el neoliberalismo –buscando reducir salarios–, a la vez que ganan fuerza los rentistas y el Banco Central eleva las tasas de interés. Estos movimientos tienden a quitar participación a los capitalistas industriales en las ganancias y, con eso, la acumulación disminuye. Sin embargo, al disminuir la acumulación, los salarios se debilitan y las ganancias industriales futuras se pueden sostener (por un tiempo). Cuando, junto con el neoliberalismo llega la crisis, el Banco Central pasa a reducir las tasas de interés buscando la “eutanasia del rentista” (Keynes, 1936, p.376), es decir, se presiona a reducir el peso de los rentistas. Tal movimiento -y la explotación a los trabajadores lograda en el neoliberalismo- da el espacio a que los capitalistas industriales reanimen la acumulación. Así, el Banco Central adquiriría, a criterio del autor, un papel distributivo. Ahora, para una economía capitalista pequeña dolarizada donde la preferencia por billetes es endógena al ciclo, Missaglia propone que semejante ajuste del ciclo no es viable pues la dolarización genera una “asimetría fundamental”. En animación, como las cosas “van bien”, las personas tienen baja preferencia por billetes, haciendo posible congelar la economía con políticas contra-cíclicas incrementando tasas de interés -y dando fuerza al rentista. Pero, en crisis, las cosas “van mal” y las personas incrementan su preferencia por billetes. Eso quita efecto a una política contra-cíclica de reducción de tasas de interés pues, por más bajo que ésta sea, la gente se queda con papel moneda guardado para el futuro en vez de hacerlo circular. Con eso, el Banco Central no puede ejecutar la “eutanasia del rentista” (incluso los bancos mantendrían altos depósitos y liquidez), pudiendo motivar a que el Banco Central cree depósitos ex nihilo en favor del gobierno para una política expansiva. Sin embargo, en dolarización tal política sería muy riesgosa pues, además de no poder pagar con billetes para sostener el crédito al gobierno (esa necesidad es alta en crisis pues la preferencia por billetes es elevada), la política expansiva podría sacar más dólares (p.ej. vía importaciones) y hasta generar un caos financiero. Missaglia concluye que la dolarización se vuelve una suerte de “seguro” para los rentistas, y que sería deseable cambiar el régimen monetario pero en expansión, con un verdadero plan nacional. Sin embargo, es poco probable que eso suceda y claramente existe el riesgo de una salida “espontánea” de la dolarización.

Pasando de la teoría a la experiencia, el cuarto artículo La dolarización más allá de la estabilidad monetaria, de Pablo Lucio Paredes, reflexiona desde los límites de la política monetaria en la economía dolarizada ecuatoriana. El autor comienza hablando sobre los sistemas monetarios en el mundo y cómo, a su juicio, el dinero es neutral pues facilita los procesos reales pero no los crea (ver Friedman, 1968). Luego, Pablo Lucio Paredes recuerda los problemas que Ecuador vivía unos años antes de dolarizarse (guerra con el Perú, crisis internacional, caída de los precios del petróleo, fenómeno del Niño, sistema bancario frágil, créditos vinculados, y malas políticas económicas). En respuesta a esos problemas hubo una emisión monetaria masiva y una gran devaluación. Al final se impuso la dolarización, “rompiendo” con la desconfianza monetaria según el autor. Posterior a ese análisis histórico, Lucio Paredes reflexiona sobre la devaluación, indicando que, a la larga, ésta solo transfiere recursos en favor de gobierno y exportadores, afectando a todos los demás sectores de la economía cuando, en realidad, lo adecuado sería hacer ajustes de precios y salarios solo en los sectores que lo necesiten. Sin embargo, con la dolarización no son posibles los ajustes específicos a menos que exista una “zona monetaria óptima”, recogiendo el concepto de Mundell (1961). A pesar de esa limitación, la dolarización poseería varios puntos a favor: estabilidad, equidad –todos cubiertos por un mismo “paraguas monetario”–, productividad, desaparición del prestamista de última instancia y, en especial, el dinero como factor de libertad pues la clase política perdió el poder de manipularlo. También el autor propone que, por la rigidez de la dolarización, el desenvolvimiento de ésta en épocas malas depende de cómo se actúe en épocas buenas. Ahí surgen los problemas pues el gobierno de la Revolución Ciudadana habría cometido excesos, en particular, la no generación de reservas. Además, según Lucio Paredes, el uso de política monetaria “ingeniosa” generaría varios problemas, en especial si se usa liquidez del sistema financiero e incluso si se emite “cuasi-dinero” (p.ej. dinero electrónico) para aplicar políticas de estímulo, pues se contagiaría al sistema financiero de problemas monetarios en épocas de crisis. Finalmente, el autor reconoce que la estabilidad de la dolarización no fue suficiente para generar transformaciones y que, a la larga, lo que el Ecuador necesita no es abandonar la dolarización, sino fortalecer la libertad monetaria.

En contraste con el artículo de Lucio Paredes, Jürgen Schuldt y Alberto Acosta en su artículo Hacia una “moneda electrónica paralela” para afrontar la crisis plantean precisamente un esbozo de política monetaria expansiva enfocada a que el Ecuador supere los problemas económicos que vive desde mediados de 2014. Luego de mencionar que, con la dolarización, la influencia monetaria estatal dentro del país pasó a manos de la Reserva Federal de Estados Unidos, presentan la propuesta de que el país pase a adoptar un bi-monetarismo, en donde entren en competencia el dólar norteamericano con un dólar ecuatoriano paralelo. Tal idea, en cierta forma, retoma las propuestas originales de Silvio Gesell (1916), considerado por Keynes como un “olvidado profeta” y llegando a decir que “creo que el porvenir aprenderá más del espíritu Gesell que del de Marx” (Keynes, 1936, p.355) (incluso Gesell sería admirado debido a su “brillante estilo” por Albert Einstein). La propuesta consiste en que, luego de generar todas las condiciones institucionales necesarias, se pague inicialmente un 10% de las remuneraciones del sector público en Dólares Ecuatorianos emitidos en dinero electrónico (con una posible emisión futura en papel moneda). Quienes reciban esos dólares ecuatorianos obtendrían beneficios tales como un descuento de 4 puntos en el impuesto al valor agregado. En el caso que las personas no usen esos dólares ecuatorianos, podrían devolverlos al gobierno pagando impuestos, pero luego de dos años de su emisión original. En caso de no entregarse los dólares ecuatorianos luego de dos años, estos “caducarían” (siguiendo la visión de la oxidación del dinero de Gesell, a fin de que se limite la capacidad de acumular). Junto con esta propuesta, Schuldt y Acosta hablan de algunos de los potenciales beneficios que ésta traería: menores costos de transacción, inclusión financiera, menor carga tributaria indirecta, e incluso la contribución a la reactivación pues, con la emisión de dólares ecuatorianos, se liberarían dólares norteamericanos en billetes, que podrían usarse para aplicar política contra-cíclica en crisis. La propuesta, según los autores, se compondría de las siguientes etapas: preparación (resolver ex ante problemas políticos, legales y administrativos), introducción (la emisión monetaria inicial en dólares electrónicos), maduración y auge (ampliación del esquema, junto con posibles emisiones físicas), reactivación post-crisis (gracias a la política expansiva) y una fase final en donde se podría incluso pensar en recuperar plenamente una moneda propia, o mantener el bi-monetarismo (Schuldt y Acosta apuestan a recuperar la moneda). Al final, los autores concluyen que, si bien la emisión de moneda propia (paralela) ayudaría a enfrentar la crisis, sin embargo no resolvería los problemas fundamentales de la economía ecuatoriana (sobre todo, la falta de una transformación productiva).

Por último, en la sección de estudios socioeconómicos, Antonio Mora Plaza contribuye con su artículo Introducción a Sraffa. Una teoría de la inflación no monetaria a partir de Sraffa. En ese artículo Mora Plaza brinda un acercamiento al economista italiano Piero Sraffa y su principal obra Producción de Mercancías por Medio de Mercancías. Preludio a una Crítica de la Teoría Económica (1960) (piedra angular en la crítica que el Cambridge inglés hiciera al Cambridge norteamericano respecto a la teoría del capital). Como señala el autor, la obra de Sraffa es quizá de las más importantes (y las más subestimadas) en el pensamiento económico. De hecho, Sraffa propone replantear la economía, dejando cualquier idea de escasez, y demostrando que se puede tener una teoría de la distribución entre salarios y ganancias sin siquiera utilizar el término “capital”. A eso sumemos que Sraffa probó que no existiría la típica relación entre tasa de interés y capital propuesta por Wicksell y continuada por la economía ortodoxa. Pero Mora Plaza no se queda ahí, sino que además de difundir las ideas de la Producción de Mercancías…, propone las bases para una teoría de la inflación no monetaria, sino distributiva: una de las posibles explicaciones de la inflación no sería la política monetaria, sino elevados salarios y ganancias. Sin embargo, mientras que los precios crecen linealmente respecto a los salarios, crecerían exponencialmente respecto a las ganancias. Es decir, el incremento de ganancias generaría más inflación que el incremento salarial (completamente en contra a la típica idea de que el incremento salarial es altamente inflacionario). Tal teoría no monetaria es relevante para la economía ecuatoriana dolarizada para explicar, por ejemplo, por qué a pesar de tener la misma moneda, Ecuador posee una inflación más alta que Estados Unidos. Posiblemente, siguiendo el modelo que propone Mora Plaza, las proporciones de rentabilidad que imponen, en especial los sectores oligopólicos del país (ver Acosta y Cajas Guijarro, 2016b), son desproporcionadamente altos para una economía en dolarización. Finalmente, Mora Plaza concluye que la obra de Sraffa podría servir no solo para desarrollar una teoría de precios, sino muchas otras teorías (incluso una posible teoría distributiva con lucha de clases), pero eso sí, Sraffa y el marginalismo serían incompatibles.

Como se puede ver, la propuesta del número 108 de la Revista Economía está enfocada en temas cruciales, tanto monetarios, pero también distributivos, e incluso de política. Ojalá tal discusión aporte, en algo, a mejorar nuestro entendimiento sobre la moneda y la economía en general. No por un simple afán intelectual, sino como una forma de contribuir a que nuestras sociedades vivan mejores días en el futuro, sin el sometimiento de ningún tipo de poder o “supra-poder”.

Referencias

Acosta, A. y Cajas Guijarro, J. (2016a). Dialéctica de una década desperdiciada. Estridencias, orígenes y contradicciones del correísmo. En el libro de varios autores Rescatar la esperanza: Más allá del neoliberalismo y el progresismo, pp.114-160. Disponible en: http://www.entrepueblos.org/files/RE_Acosta_Cajas.pdf

Acosta, A. y Cajas Guijarro, J. (2016b). Ocaso y muerte de una revolución que al parecer nunca nació. Rebeion.org. Disponible en: http://www.rebelion.org/docs/216525.pdf

Acosta, A. y Cajas Guijarro J. (2017). La banca gana… ¡siempre!. Rebelion.org. Disponible en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=231160

Aglietta, M. y Orleán, A. (1990). La violencia de la moneda. México: Editorial Siglo XXI.

Bowles, S. (1998). Endogenous Preferences: The Cultural Consequences of Markets and other Economic Institutions. Journal of Economic Literature, 36, pp.75-111.

Dutt, A. (2015). Uncertainty, power, institutions, and crisis: implications for economic analysis and the future of capitalism. Review of Keynesian Economics3(1), pp. 9-28.

Fleming, J. (1962). Domestic financial policies under fixed and floating exchange rates. IMF Staff Papers, 9, pp.369-379.

Friedman, M. (1968). The Role of Monetary Policy. The American Economic Review, 58(1), 1-17.

Gesell, S. (1916). El Orden Económico Natural por Libretierra y Libremoneda . Buenos Aires: Editada por E.F. Gesell.

Guzzini, S. (1993). Structural Power: The Limits of Neorealist Power Analysis. International Organization, 47(3), pp.443-478.

Hicks, J. (1967). Critical Essays in Monetary Theory. Oxford: Oxford University Press.

Keynes, J. M. (1930). A treatise on money. The Pure Theory of Money. En Moggridge, D. (Ed.), The Collected Writings of John Maynard Keynes, Vol. V. Cambridge: Cambridge University Press.

Keynes, J. M. (1933). The distinction between a co-operative economy and an entrepreneur economy. In Moggridge, D. (Ed.), The Collected Writings of John Maynard Keynes, Vol. XXIX. Cambridge: Cambridge University Press.

Keynes, J. M. (1936). The General Theory of Employment, Interest and Money. In Moggridge, D. (Ed.), The Collected Writings of John Maynard Keynes, Vol.VII. Cambridge: Cambridge University Press.

Lavoie, M. (2014). Post-Keynesian Economics: New Foundations. Cheltenham, Reino Unido: Edward Elgar Publishing Limited.

Marx, K. (1844). The Power of Money. En Marx, K. y Engels, F., Collected Works Vol. 3 (pp.322-326)Nueva York: International Publishers.

Marx, K. (1857-1858). Economic Manuscripts of 1857-1858. En Marx, K. y Engels, F., Collected Works Vol. 28. Nueva York: International Publishers.

Marx, K. (1867). Capital vol.1. The Process of Production of Capital. En Marx, K. y Engels, F., Collected Works Vol. 35. Nueva York: International Publishers.

Merton, R. (1948). The Self-Fulfilling Prophecy. The Antioch Review, 8(2), pp.193-210.

Minsky, H. (1985). Money and the Lender of Last Resort. Challenge, 28(1), pp.12-18.

Mundell, R. (1961). A Theory of Optimum Currency Areas. The American Economic Review, 51(4), pp.657-665.

Mundell, R. (1963). Capital mobility and stabilization policy under fixed and flexible exchange rates. Canadian Journal of Economic and Political Science, 29(4), pp.475-485.

Obstelfeld, M. (1986). Rational and Self-Fulfilling Balance-of-Payments Crises. American Economic Review76(1), pp.72-81.

Schumpeter J. (1942) Capitalism, socialism and democracy. Nueva York: Harper Perennial Modern Thought Edition.

Zaleskiewicz, T., Gasiorowska, A., Kesebir, P., Luszczynska, A., Pyszczynski, T. (2013). Money and the fear of death: The symbolic power of money as an existential anxiety buffer. Journal of Economic Psychology36, pp.55-67.

Zhou, X., Vohs, K., y Baumeister, R. (2009). The Symbolic Power of Money: Reminders of Money Alters Social Distress and Physical Pain. Psychological Science20(6), pp.700-706.

John Cajas Guijarro es profesor de la Universidad Central del Ecuador y de la Escuela Politécnica Nacional. Se agradecen los valiosos aportes y revisiones de Alberto Acosta en el presente texto.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=235449&titular=revista-econom%EDa-de-la-universidad-central-del-ecuador:-el-supra-poder-monetario-

Comparte este contenido:

Boletín Informativo N°. 3 sobre Reformas y Contrarreformas Educativas. GT CLACSO

Boletín Informativo N°. 3 sobre Reformas y Contrarreformas Educativas. GT CLACSO

Publicación que llega a ustedes, gracias al apoyo de investigadores(as) del GT CLACSO “Reformas y Contrarreformas Educativas” y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD), registrado en el IESALC – UNESCO.

En este recorrido nuestroamericano de las reformas y contrarreformas educativas, adelantaremos con diversas miradas similares y contrarias de lo que ocurre en el continente.  Para iniciar, hablaremos de Sur América, específicamente de Chile y Argentina.

«¿Cumple la reforma educativa de Chile con las expectativas?», Este miércoles fue aprobado en el Senado de la República de Chile un proyecto para modificar la legislación que rige la estructura de la educación superior. La iniciativa fue aceptada de manera unánime en el Senado con un total de 34 votos a favor. Inclusive la oposición al Gobierno de Michelle Bachelet se ha pronunciado a favor del proyecto de ley. “Ellos están aceptando la gratuidad, y eso significa que están aceptando que la educación es un derecho, que tiene que haber igualdad de acceso, que no depende de la billetera de cada uno, no es que salimos todos a competir”, afirmó el senador por el Partido Socialista de Chile, Carlos Montes. Para ampliar la noticia, haga clic: https://www.telesurtv.net/news/Cumple-la-reforma-educativa-de-Chile-con-las-expectativas-20171213-0092.html

Seguidamente, «Cipolletti: estudiantes volvieron a protestar contra la reforma educativa». Nuevamente se manifestaron en el centro de la ciudad, junto a familias y docentes. Fue la última acción contra la reforma antes de que el gobierno intente imponerla mediante asambleas de toma de cargos docentes. Con carteles, volantes y banderas estudiantes de diversos establecimientos hicieron su reclamo. Explicaron a la comunidad que se oponen a la reforma educativa ya que, como expresaron en un comunicado: “dicha reforma se trata de un vaciamiento de contenidos”, “eliminación de asignaturas”, entre otras cosas. Véalo en: http://www.laizquierdadiario.com/Cipolletti-estudiantes-volvieron-a-protestar-contra-la-reforma-educativa

En el siguiente artículo de Claudia Romero, nos menciona que, «Las reformas educativas no se imponen, se construyen», los cambios en el nivel secundario y en la formación de los docentes requieren debates con todos los sectores en un marco institucional. Para ampliar la información:  http://www.lanacion.com.ar/2092698-las-reformas-educativas-no-se-imponen-se-construyen

Por otro lado, en Centro América, Luis Armando González, nos habla sobre las «Tendencias de las políticas educativas en Centroamérica»Imitando a las universidades privadas y a las escuelas de administración de las empresas estadounidenses en particular, los burócratas y los políticos de Gran Bretaña y de la Europa continental han adoptado una jerga empresarial que recuerda a la neolengua orwelliana para la gestión universitaria modelaba según el patrón de una corporación empresarial; y los más triste de todo, con ello respaldan la lógica de los resultados y logros rápidos”. Véalo en: http://www.radiolaprimerisima.com/articulos/7406 

Ahora, mostraremos las diferentes caras de la moneda de la reforma educativa mexicana, «La CNTE prevé nuevas movilizaciones contra la reforma educativa en 2018» Contrario a la afirmación del exsecretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, de que en 2017 se logró “vencer a la disidencia”, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) aseguró que si bien este año fue un periodo para “conservar las fuerzas”, la lucha sindical sigue vigente y que para el 2018 ya prevén una nueva jornada de movilizaciones. “Este año fue un periodo de reorganización para la Coordinadora, de extender su influencia en otros estados después de la batalla del 2016 -el momento más álgido en la lucha magisterial contra la reforma educativa- pero, principalmente, se avanzó en tres aristas: la jurídica, la política y la pedagógica”, dijo. Para ampliarlo, en: http://www.proceso.com.mx/515145/la-cnte-preve-nuevas-movilizaciones-contra-la-reforma-educativa-en-2018

En contraposición, traemos una noticia que expresa que «Inconveniente cancelar reforma educativa: Jaime Valls». El secretario general ejecutivo de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), Jaime Valls, aseguró que es inconveniente cancelar la reforma educativa, como lo plantea Andrés Manuel López Obrador, precandidato presidencial de Morena.  Agregó que esta reforma es una de las más importantes del país. Valls dijo que parte importante de la reforma es la capacitación y evaluación de los docentes para mejorar la calidad del sistema educativo; «lo que no se evalúa no se puede mejorar», señaló. Léalo en: http://www.elfinanciero.com.mx/nacional/inconveniente-cancelar-reforma-educativa-jaime-valls.html

Por último, dos artículos, el primero de Julio César Saucedo, que menciona «La otra reforma Educativa», en: http://www.ntrguadalajara.com/post.php?id_nota=88547 y el segundo, los «Maestros y Maestras los eternos olvidados de las reformas educativas» de Miguel Ángel Pérez, en: http://www.educacionfutura.org/maestros-y-maestras-los-eternos-olvidados-de-las-reformas-educativas/

Elaborado por: María Magdalena Sarraute. GT CLACSO – OIREPOD

Comparte este contenido:

Políticas Pùblicas en Educación: El Proyecto Canaima Educativo como bandera desde Fundabit para optimizar el uso de las Tic´s en la Educación Básica

Por: Gerson Gómez

La política del siglo XXI determina la realidad con una visión transformadora de la escuela, siendo el modelo experimental una alternativa que visibiliza a ésta con una nueva tendencia en los procesos de aprendizajes y de la administración escolar. La nueva interdependencia orientada desde el concepto político trastoca el modelo tradicional de la escuela y  orienta  a este ente educativo a crear mecanismos de autogestión no sólo a nivel del desarrollo intelectual sino con una acción política integral como el fomento del uso ético y educativo de las Tic´s como parte de la cultura contemporánea.

     La educación en la escuela en el marco del progreso cultural de los pueblos se debe desarrollar en función de las necesidades sobre la base de la organización política y de las exigencias del mundo occidental. El desarrollo del sistema capitalista fomenta una escuela con una profunda organización burocrática que induce a una formación con una orientación servil hacia este sistema y con una visión inclinada hacia las clases de élites liberales y conservadoras.

     El desarrollo de políticas educativas en Venezuela desde la era del General Juan Vicente Gómez asume la versión de Lancaster (la escuela tradicionalista) como forma de organización de las actividades político-educativas que sitúa las actividades académicas – administrativas en el ámbito escolar. En este sentido, la especialización y la profesionalización de intelectuales en el campo educativo están supeditadas al desarrollo de la psicología educativa, evolutiva y de desarrollo y a la estructuración de los distintos niveles de subsistemas educativos.

      Por otro lado, lejos de lo que tiene que ver con el desarrollo psico-evolutivo existen elementos de tipo material que dirigen el motor económico y la economía social propiamente dicha, redimensionándola a la economía de mercado con una versión liberal o neoliberal y que entra en contradicción en el funcionamiento operativo, académico y/o administrativo; aunado a la contradicción entre el mercantilismo y la práctica ética de enseñanza – aprendizaje. En tal sentido, el producto intelectual que genera plusvalía está determinado por la visión occidental del hecho filosófico cuyas categorías, orientan el orden del saber a razón de los distintos niveles del sistema, siendo la universidad el espacio de acción y reflexión: Ontológica – axiológica y epistemológica que determina la acción educativa en los nuevos tiempos, donde lo integral y lo cotidiano prescribe una nueva cultura escolar.

      Sin duda, la acción epistémica de la praxis cotidiana en la escuela es fundamento de una acción transformadora real, el tema de la emancipación y el humanismo repuntan en lo académico y en lo administrativo, trastocando la verticalidad del sistema hacia una versión más horizontal propuesta por Foncourt. Esta experimentalidad de la escuela en Venezuela con el Socialismo Bolivariano asume una posición americana, rescatando la concepción ideológica – política y filosófica de Simón Bolívar, Simón Rodríguez, Zamora, José Martí como valuartes de una sociedad sustentada en valores locales que determinan contrahegemónicamente la escuela con una versión contemporánea.

      Toca a la escuela fomentar la conciencia sustentada en el epistema cultural de lo cotidiano, en donde la globalidad determina el producto local del ciudadano del siglo XXI. Queda de parte de los entes involucrados la Articulación Interdependiente (AI), entrando en contradicción la hegemonía tradicional para que oriente la cultura dinámica de la escuela en función a la dinámica comunidad – familia, contribuyendo así la relación interdependiente de Comunidad – Escuela – Familia (CEF) como categorías en continuas contradicciones y reacomodos contextuales a fin de que orienten el hecho educativo y se  aproxime a un producto cultural.

      En ese sentido, la relación individuo – colectivo se vislumbra como percepción de lo positivo, sumado como propiedad de adicción matemática pero a su vez queda sugestionado por la realidad afectiva, que le permite interpretar la realidad en su concepto y sujeto a valores propios de la familia y rasgos genéticos heredados que pudieran ser determinantes entre el individuo y la sociedad, siendo la personalidad individual un producto complejo y multifactorial.

      Si se supedita la evolución escolar a las prácticas políticas como hechos públicos, la contribución de intelectuales preocupados por la innovación es el fundamento de la acción transformadora como lo percibe  Henrry Gerauk. La escuela contemporánea asume nuevos retos en la era y en la exigencia global, lo práctico cercena en muchas ocasiones lo racional y lo critico; surge allí una nueva contradicción entre los filósofos que defienden el pragmatismo como teoría para el dearrollo de políticas sociales y las tendencias sociocríticas. En ese sentido, la escuela debe asumir cómo aceptar el bombardeo mediático y asumir éste como parte del desarrollo del ser pensante y del ser social.

      Los elementos dialécticos en lo práctico versus lo crítico en donde el plusvalor y la plusvalía cercena lo ético – moral del ser pensante y la acción concreta de la conciencia moral se supedita al hábito de la articulación y el consumismo. De esta manera, se debe reflexionar hasta ¿qué punto la escuela desde la perspectiva de la ley física acción – reacción pudiera estar a la par a las exigencias del mundo contemporáneo en cuanto a orientar a la conciencia ciudadana? Será capaz ésta de reaccionar de manera elocuente a la acción transformadora, o ésta es una manera de incorporar al ciudadano a un sistema que cada día cercena lo humano al hecho del consumo y a la acumulación.

      La escuela en función de una acción transformadora debe tener en cuenta como acción epistémica el asunto de los valores y el desarrollo del ser crítico pensante, indudablemente consustanciada con la naturaleza, con los preceptos de una sana convivencia en sociedad en cada una de las comunidades donde ésta se desenvuelva. En el marco de memoria – territorio y ciudadanía (MTC), el fomento de lo nuestro, de la cultura, y de los valores tanto en la familia como en lo comunal entra en juego en la construcción de la nueva conciencia. La preservación de lo nuestro, la Conciencia Contrahegemónica Cultural de Acción Política (CCCAP) determina la preservación de nuestros valores y costumbres como venezolanos.

      En versiones neo-epistémicas las construcciones de nuevas categorías surgen del accionar político como fomento de la defensa del asunto cultural y su proyección en el mundo gobalizado que requiere un grado mayor de horizontalidad en el accionar escolar. Los conocimientos y técnicas de aprendizaje se ven confrontadas con el pasar del tiempo frente a los cambios paradigmáticos de la realidad en la que se sustenta el mundo actual. El dinamismo de los avances tecnológicos suponen un sinfín de nuevos productos, una expansión del conocimiento, una necesidad de adaptación al modelo que se propone con dichos avances y es cuando surge la necesidad entonces de plantear herramientas que logren promover la facilidad de los usos y propósitos de las tecnologías, así como también adaptarse a los cambios que se suscitan en las diversas áreas del conocimiento.

      De allí es pues, que de acuerdo a Morales (2005) hoy se plantean preguntas e interrogantes dentro del contexto educativo  ¿a quién educar?  y de ¿qué forma o manera se debe educar frente a estos cambios estructurales en el tiempo? Estos avances tecnológicos suelen disfrazar la realidad ya que se adentran los cambios tecnológicos en la aulas educativas por parte de los educandos como agentes de distracción y los educadores entonces suelen ser represivos en la prohibición de sus usos para garantizar un tipo de orden dentro de estos espacios que vaya consonó con las enseñanzas impartidas, ya que como sostiene González (2005; p. 1) “los(as) jóvenes en la actualidad cuentan con una sobredosis de medios de información y diversión virtual, que han incorporado a su forma de vida”, pero se trata entonces de buscar los medios que permitan aprovechar la influencia de estos cambios como generadores de conocimientos.

     Es indiscutible que no se puede afrontar los retos del siglo XXI con unos modelos educativos, con unos paradigmas o enfoques del siglo XIX, es necesario hacer un salto vertiginoso que implique un cambio de época, a fin de modificar el qué y el cómo hacer las cosas, para despertar e impulsar la creatividad del pensamiento futurista como somero actuar del hombre. Hay que dar apertura a una nueva sociedad del conocimiento hacia la pluralidad en el manejo de la información en las múltiples disciplinas para dar paso a un nuevo paradigma, a un nuevo enfoque cultural, que cambie la estructura mental del ser humano y lo conlleve a la espontaneidad del aprendizaje.

      El manejo de estos nuevos esquemas se circunscriben dentro de una sociedad del conocimiento que modifica las formas de comunicar, pensar, convivir y de actuar, orientada a la evolución de la especie humana, hacia otro nivel de conciencia. En esta nueva época se concibe el tiempo como pequeño o limitado frente a la incertidumbre que existe sobre el futuro y sus cambios, desencadenándose así un impacto en la cultura de vida sostenida por un dinamismo voraz y un hecho reflexivo constante para adaptarse a los cambios, lo cual no es una opción sino una necesidad determinante.

       Este proceso se traduce en una revolución educativa donde la prioridad es ahora aceptar la transición del cambio del uso de plataformas digitales, las cuales son ampliamente reconocidas por la UNESCO como necesarias y propias para el momento que se está viviendo y por los progresos que éstas ofrecen en la interacción y al desarrollo cognitivo del estudiante y del profesor como ente creativo y director del proyecto de aula. En consecuencia este proyecto representa un reto para las naciones de escasos recursos que se han quedando soslayadas en el tiempo y no han podido alcanzar el progreso.

      La sociedad del conocimiento estableció un nuevo esquema en el trascender del mundo, desde ese momento el manejo de la información es tan importante o incluso suele ser más focalizado que los mismos avances tecnológicos, lo cual derrumbó la modernidad por un modelo emergente que rompe la barrera de lo tradicional, esto dio paso a la nueva teoría educativa que deja muy atrás a la teoría clásica de la educación dónde el docente es visto como instructor y ahora con el modelo dialógico es visto como facilitador del aprendizaje. Según Scott citado en Martínez (2010) esta teoría educativa presenta las siguientes características: (1) Aceleración de la innovación científica y tecnológica, (2) rapidez de los flujos de información en una nueva dimensión del espacio y del tiempo, y 3) aumento del riesgo en la mayoría de los fenómenos, de la complejidad, de la no-linealidad y de la circularidad.

      Con la introducción de este nuevo enfoque en la sociedad del conocimiento, con la globalización, y los nuevos requerimientos educativos que se ahondan en un mundo de constantes transformaciones es necesario entonces que el docente del siglo XXI vaya a la vanguardia de estos nuevos cambios y emerja en un nuevo modelo educativo, más humanista y más cónsono con la realidad de hoy a fin de que pueda acercarse al proceso investigativo en el aula, guiando de esta forma a los estudiantes como participantes del proceso y permitir la integración de un todo con el propósito de estrechar lazos con el aprendizaje y la direccionalidad del saber.

      Indiscutiblemente se está viviendo en la sociedad un cambio de época, que marca el paso del Estado docente a la sociedad del conocimiento, a la sociedad educadora. Este cambio viene dado por  un conjunto de elementos  interrelacionados que han aparecido de forma violenta y repentina, ocasionando una serie de transformaciones educativas producto  del avance que se viene experimentando en las ciencias y del surgimiento en el hombre de una nueva forma de pensar y actuar. Estas transformaciones se han dado  en los sistemas económico, político, social y/o cultural de las naciones del  mundo que requieren con urgencia innovaciones en sus sistemas educativos.

       Hoy la sociedad está entrando en una nueva era marcada por la revolución de las tecnologías de la comunicación, por lo que se debe replantear el por qué y el cómo de la enseñanza escolarizada a fin de no seguir compitiendo de manera desigual con estas tecnologías que están convirtiendo el proceso educativo en un dispositivo obsoleto para formar las nuevas generaciones. Es decir, es necesario que la escuela vaya a la vanguardia de la nueva sociedad del conocimiento, a fin que las generaciones futuras adquieran aprendizajes significativos que puedan ser utilizados en los diferentes campos del saber científico, tecnológico y productivo con el perfil que se requiere para la aplicación de los mismos.

       Todo esto implica que el eje de la vida económica, política y cultural de las naciones es el conocimiento, y sobre la base de esta adquisición de estos nuevos aprendizajes se tomarán las decisiones que regirán los destinos de la humanidad. Ha habido varias transiciones, se ha pasado del mundo de la industrialización del siglo XVIII, seguido del siglo XIX con la expansión de tecnologías y apertura de estudios científicos pasando al siglo XX con la era del saber y llegando al siglo XXI con la era de la digitalización de la información y el manejo de redes de conocimiento. Todos estos saltos fueron impecables en el tiempo, cargados de particularidades que ninguno permitió descifrar al precedente por sus características vertiginosas.

     Estos nuevos modelos emergentes suponen que el docente está en un constante intercambio de experiencia donde él mismo puede nutrirse y aprender en el proceso de enseñanza, no olvidando su posición de gestor del conocimiento tal como lo plantea Padrón (2004) “porque da cabida a una labor pedagógica que se redimensiona en sí misma, pero sin entropía, y acoge la diversidad del medio como razón externa e interna de su propia existencia social y multicultural” (p. 1).

      Ahora bien incorporado el criterio de la multiculturalidad queda evidenciado que lo tópicos emergentes claramente pueden verse desarrollados dentro de las aulas de clase, porque trasciende en la existencia propia del ser humano como ente cultural con características propias y al ahondar en las experiencias de cada grupo no es posible entonces predecir el comportamiento o como fluirá el caudal del conocimiento ya que éste responde a un patrón cualitativo. Por su parte Rodríguez (2004), refiere la aceptación e incorporación de nuevos conocimientos multidisciplinarios, referidos a las distintas técnicas de aprendizaje, al uso de materiales, la dinámica de grupo y todos los recursos disponibles  que permitan amoldar el aprendizaje virtual en el aula o fuera de ella.

      Extender este ideal al proyecto en Política Publica en Educación Canaima que surge como bandera desde FUNDABIT para optimizar el  aprovechamiento de las portátiles y por qué no de todos los espacios dedicados a la innovación en la visión de nuevas formas y modernización de los procesos de aprendizaje que hasta ahora se han visto limitados por la falta de formación e iniciativa de los docentes de incorporarse a los nuevos tiempos. Es asertivo señalar que si el docente no está a la altura de los nuevos retos que impone la sociedad de la información y que si no es capaz de meterse en un mundo de conocimiento para digerirlo y transformarlo acorde a las nuevas necesidades que van surgiendo como se afirma en la teoría de la Meta cognición no se encuentra a la par de esta nueva realidad.      .


      Los sistemas educativos de todo el mundo se encuentran actualmente con el desafío de utilizar las TIC, para proveer a los docentes y estudiantes, herramientas y conocimientos necesarios fundamentados en una educación integral orientada a las nuevas competencias del ciudadano del siglo XXI. Sin embargo, a pesar de los cambios vertiginosos que han traído las TIC  en la sociedad, su implantación  en las instituciones educativas avanza lentamente, especialmente en aquellos países con menos recursos o subdesarrollados. Así lo afirma Segura (2009), cuando plantea que sólo un pequeño porcentaje de países se ha  integrado a las TIC`se la programación educativa, para apoyar y transformar la docencia y el aprendizaje. Esta nueva tecnología de la comunicación en esos países en vías de desarrollo se encuentra en la mayoría de los casos en una fase temprana, caracterizada principalmente por dotación y uso no coordinado de los recursos.

      Por otra parte, se sostiene que el paradigma cualitativo aborda la investigación con mayor profundidad si en este sentido tocase adaptar  se tendría que hacer un estudio cualitativo etnográfico para comprender cómo es el comportamiento de los estudiantes que son víctimas de este proceso y cómo esto afecta sus vidas, valdría hacer uso de la entrevista a profundidad a los miembros del plantel educativo para medir su correlación con las variables que intervienen como generadoras del problema para desprender sus categorías y teorizar para poder enlazar un producto que tenga veracidad y sustento científico.

      En el  planteamiento  del enfoque cuantitativo se recurriría solo al uso del cuestionario, la guía de observación y ello permitirá al investigador utilizar la estadística descriptiva  que originan una interpretación cualitativa discreta, si bien es un aporte a los paradigmas emergentes porque se propone estudiar lo novedoso para trascender la adopción de medidas reguladoras enfocadas en el uso de la información y de redes, es decir la adopción de políticas públicas o el reacomodo del marco jurídico venezolano en cuanto a la introducción de las TIC´s en el currículo educativo venezolano para ser aplicada de manera integral en la educación básica, secundaria y diversificada, es decir, debe incluirse la parte didáctica – pedagógica dirigida y articulada a la escuela como elemento de enclave y liderazgo en el mundo de la sociedad de  la información. Para ello, los docentes deben contar con una formación especial en la utilización pedagógica de los ordenadores y así consecuentemente puedan desarrollar nuevas actividades de aprendizaje que respondan a su propia estrategia didáctica y a los objetivos que se marquen con sus estudiantes.

Imagen de archivo

 

 

Comparte este contenido:

El poder masculino

Por: Gloria Hurtado

Sí, puede que usted todavía lo dude. Puede creer que son “viejas exageradas”. Y su reflexión sea “ahora les dio a todas por decir lo mismo”. Puede que crea que el mundo se feminizó y todos los hombres se convirtieron en potenciales abusadores. Puede estar pensando que señalar hombres se convirtió en una pandemia, algo así como un virus contagioso y ahora todas las mujeres “si” recuerdan lo que los hombres que rodearon sus vidas les hicieron alguna vez. ¿Qué coincidencia? Todas a la vez. Sin embargo, déjeme decirle que es tan arraigado el concepto del “derecho” de un hombre, un padre, un hermano, un hijo, (hombres todos), sobre el cuerpo, el dinero, las ideas, los horarios de las mujeres, que lo mas delicado es la sorpresa por el descubrimiento. Era tan natural el sometimiento que ver lo contrario es sorprendente. Pasó en las narices de todos y “nadie” vio o se dio cuenta o registró. Pasó (y sigue pasando en todos los lugares) pero nadie lo captó. ¿Por qué?

Es el poder masculino, el poder de quien detenta los instrumentos para someter a otros. Son abismales sus secuelas y sus consecuencias. Sucede con la mujer, con los niños, con los animales. El sábado se celebró el “día de la no violencia contra la mujer”, donde lo que se busca es crear conciencia para no ver como natural conductas patológicas y humillantes pero es mas fácil derrumbar un edificio que cambiar creencias. Es tan natural generar violencia a nombre del patriarcado que en estos días, dos profesoras de Psicología de una universidad caleña, decidieron favorecer a un papá perturbado emocionalmente, por encima de la situación concreta y asfixiante que vivía su hijo. Dos profesoras de Psicología, en una actitud totalmente patriarcal. Pudieron mas el orgullo y ego del hombre que el dolor y derecho del niño. No importa: es el poder masculino por encima del sentir del hijo. “Por qué nadie me cree, ni Bienestar, ni los jueces de que digo la verdad, que no soporto a mi papá, que me desespera, que me llama todo el día, que me persigue, que se me aparece, que no me quiero ir con él”. Un poder asfixiante que somete, que considera que las mujeres, los niños y los animales, son instrumentos al servicio del patriarcado. Sí, la mujer también puede ser machista, en especial cuando desea ganarse el beneplácito masculino y allí sí, no importa lo que se lleve por delante.

Es visceral, está cosido a las entrañas y como tumor no es fácil de erradicar. Hace metástasis en el cuerpo comunitario. Los jueces son un cuello de botella. Un gran número de ellos no tienen sensibilidad para entender que hay que propiciar equilibrio y no un sometimiento donde “bajar la cabeza” no pueda ser la conducta a seguir. Existen multitud de casos en este momento, a pesar de las campañas, de los buenos deseos.  La información es tal vez el único instrumento para modificar las creencias. Sin embargo el miedo a perder el poder se convierte en el mayor enemigo. No hay que olvidar que el poder mas fuerte de la condición humana, por encima del dinero, del sexo, o de la droga, es el poder. Poder para poder. Poder para humillar. Poder para someter. Los casos se multiplican y pareciera que estemos arando en el desierto.  No hay que perder la esperanza: cada caso que devuelve la dignidad, vale la pena.  ¡Intentémoslo!

Fuente: http://www.revolturas.com/en/articulos

Comparte este contenido:

A propósito de un Festival

Por: Graziella Pogolotti

Pronto cumplirá los cuarenta. A lo largo de esa etapa ha dado color, animación y vida a nuestro ambiente cultural en ese diciembre anhelado, cuando el año está llegando a su término. Junto a la invasión de una filmografía rica y variada, surge la expectativa en torno a la entrega de los corales. Pero el significado del Festival del Nuevo Cine sobrepasa en mucho la importancia de su indiscutible repercusión local. Se inscribe en un complejo proceso de alcance latinoamericano.

Imbrica los sueños de los artistas que emergían a mediados del siglo pasado, la necesidad de conquistar un espacio de visibilidad para la voz y la imagen de nuestra América con el propósito de impulsar el desarrollo de auténticas cinematografías nacionales. Desde la Cuba revolucionaria, podía articularse un proyecto alternativo, renovador y antihegemónico.

Tiempo atrás, México y la Argentina habían logrado estabilizar una producción cinematográfica que llegaba a nuestras salas a través de circuitos  secundarios. Los de primer nivel respondían al monopolio de las empresas distribuidoras norteamericanas. Existía, sin embargo, un espectador potencial de raigambre popular que reclamaba un cine hablado en español.

Para satisfacer esos gustos, México y la Argentina ofrecían una producción comercial que eludía el abordaje de los conflictos esenciales de nuestra realidad, proporcionaba un rato de entretenimiento y popularizó intérpretes de indudable arraigo. Recuerdo todavía el revuelo provocado por la visita a La Habana del actor Jorge Negrete. Por aquel entonces, nada sabíamos de Brasil, ese gigante, tan cercano por vía de la música y el cine, introducido ahora también en nuestros hogares mediante la telenovela, su expresión más consumista.

Marginados de los grandes circuitos de distribución, privados, por consiguiente, del poderoso influjo de la propaganda transnacionalizada, los cineastas latinoamericanos atravesaron las duras consecuencias de las dictaduras impuestas  en el subcontinente. Conocieron, en muchos casos, el exilio y la persecución. En la medida de sus posibilidades, Cuba ofreció apoyo para que sus voces e imágenes no desaparecieran del todo. El Festival proporcionó un ámbito propicio para el encuentro, la difusión y el reconocimiento de los espectadores. La reciente convocatoria habanera ofreció un panorama que recorre todos los países de América Latina.

El diseño de un proyecto alternativo y renovador exigía situarse en una perspectiva de desarrollo. Movidos por el talento y la vocación, muchos cineastas se habían formado a trompicones en el ejercicio de una práctica concreta. En Cuba, Tomás Gutiérrez Alea y Julio García Espinosa pasaron por la ciudad romana del cine. Allí incorporaron las enseñanzas de la cinematografía italiana de la posguerra, prestigiada por el aliento transformador del neorrealismo.

Al triunfar la Revolución, el recién creado Icaic tenía que responder a las demandas de la inmediatez. Hubo que acudir a distintas formas de entrenamiento. Algunos demoraron años en hacerse cargo de la dirección de un filme. Para abrir paso a las nuevas generaciones de un Tercer Mundo que luchaba por liberarse de una herencia neocolonial, nació la escuela de San Antonio de los Baños. Sus egresados ya van dejando obras.

En el brevísimo lapso de cuarenta años, el mundo ha atravesado por cambios de enorme alcance. Uno de ellos responde a la presencia acrecentada del audiovisual mediante la introducción de las nuevas tecnologías de las comunicaciones. Las imágenes entran en nuestros hogares y nos entregan un placer solitario, acomodado a la ley del menor esfuerzo, abierta al consumo de la banalidad que nos adormece en el no pensar. Nuestro modo de vivir se modifica. En todas partes, las salas de cine se van achicando. En sentido contrario, la magia de la sala oscura hace del espectador partícipe activo de un disfrute compartido, tanto en los silencios de la máxima concentración, como en los rumores del desacuerdo y en el murmullo de la aprobación. Rompe rutinas e incita al despertar del espíritu crítico. A pesar de las limitaciones impuestas por los avatares económicos y el bregar de la cotidianidad, para los cubanos, el diciembre festivalero, a veces invernal y luminoso, sigue ofreciendo la oportunidad de crecer en la densidad de nuestra vida espiritual, de abrirnos hacia horizontes más anchos, de contribuir desde el sentir  y el pensar crítico al tejido de una cultura que nutre y alienta.

Ante la arremetida de un poder hegemónico, dueño de sofisticados recursos para manipular conciencias, hay que aprender a nadar a contracorriente, como las truchas. Rompiendo esquemas, en Cuba un puñado de guerrilleros venció a un ejército profesional respaldado por el imperio. Entonces, parecía inconcebible. La victoria abrió cauce a la esperanza, esa fuerza poderosa que remueve montañas. Dar cuerpo y visibilidad a un cine latinoamericano fue sueño de unos pocos. Sin embargo, ahí está, múltiple y visible, inmerso desde distintas ópticas en los conflictos de la época. En ese contexto, la mujer, tan marginada en ese medio, ha conquistado voz y presencia. La clave del éxito está en la capacidad de diseñar, teniendo en cuenta el latir de la historia, las estrategias más adecuadas.

Fuente: http://www.cubadebate.cu/opinion/2017/12/17/a-proposito-de-un-festival/#.WjhFitLia00

Comparte este contenido:

Historias y relatos sobre el tamal

Por: Ignacio Mantilla

Al llegar la época navideña revive la fuerza de las tradiciones, con todo lo que ello implica, y al mismo tiempo disminuye la fuerza de voluntad para evitar ciertos alimentos —que dizque nos hacen daño o engordan— y renace el deseo de probar todos los manjares hogareños propios de la celebración de la época.

Y cuando estamos en el exterior, obligados a pasar fuera de casa las fiestas de fin de año, estos deseos y añoranzas son aún mayores. Conscientes de esta debilidad, ingeniosos colombianos han logrado, desde hace algunos años, enlatar el tamal, uno de los platos de mayor consumo en esta época.

Un amigo, desde Alemania, me dijo el año pasado que me agradecía el envío del tamal en lata, pero que aun cuando encontró un pedazo de hoja de plátano en el interior, para darle el sabor, ese tamal enlatado, servido empeloto al lado del tradicional stollen alemán, le había arrancado más lágrimas que sonrisas al evocar los verdaderos tamales santandereanos que se comían en su casa.

El tamal se consume en Colombia y en países de América Latina como México, Chile, Cuba, Venezuela, Ecuador y Puerto Rico, entre otros, con variaciones tanto en la forma y el tamaño como en el relleno, pero con dos elementos comunes: la envoltura en hojas de plantas y la masa de maíz. En Colombia hay una gran variedad de tamales desde la región Caribe hasta Nariño, pero también de otros deliciosos manjares que guardan algún parecido, como los indios y los envueltos, los primeros dentro de hojas de repollo y los segundos en los ameros o cáscaras de la mazorca. Y seguramente pocos de los lectores han comido los envueltos de mazorca “de sal”, rellenos de un guiso de carne de cerdo, arroz y huevo, que se preparan únicamente en Santander.

Otro curioso y práctico envuelto lo conocí hace unos años, cuando fui con un grupo de estudiantes de la sede Medellín de la Universidad Nacional a una salida de campo al centro agropecuario Cotové, en Santa Fe de Antioquia. Antes de salir de Medellín, el decano de Ciencias Agrarias nos entregó a cada uno lo que en la región llaman el fiambre: se trata de una hoja de plátano que envuelve el almuerzo del día: arroz, fríjoles, plátano y carne. ¡Qué fantástica y genial idea! Este “atadito” adquiere un sabor muy particular que le da la envoltura en la hoja de plátano (sabor a salida de campo paisa).

Pero, volviendo a los tamales, quiero compartir la información que hace algunos años recibí del profesor Santiago Díaz Piedrahíta, un botánico muy culto que fue decano de Ciencias en la Universidad Nacional y presidente de la Academia Colombiana de Historia. El profesor Díaz era un gran conversador y creo que su enorme modestia nos privó de un mayor legado. Un buen día, en su oficina, tomándonos un tinto, el profesor Díaz despertó mi interés por conocer el origen de algunos alimentos al oír una a una la descripción de las propiedades de las hojas que se usaban para envolver el tamal. Al terminar su intervención, le pregunté dónde podía conocer más de ese tema, y me obsequió un ejemplar del libro de su autoría Las hojas de las plantas como envoltura de los alimentos. Se trata de un trabajo excepcional que este gran investigador colombiano emprendió como una interesante travesía para mostrar, científica, antropológica y literariamente, cómo algunas hojas de las plantas han acompañado la cotidianidad de los colombianos y sus elaboraciones gastronómicas a lo largo y ancho del país. Con gran acierto, el Ministerio de Cultura publicó una reimpresión de este trabajo en 2012.

A propósito del tamal, el profesor Díaz Piedrahíta nos recuerda en ese mismo texto que es “uno de los alimentos indígenas que han perdurado y está llamado a conservarse como joya de la cocina criolla”, y describe cómo cambia su contenido según la región. Y como bien lo señala, existen redondos, cuadrados, esféricos y cónicos. Además, hasta su forma de amarrarse cambia con el lugar en el cual los preparen.

Entre las hojas que más acompañan al tamal se encuentran las de musa, más conocidas como hojas de plátano. También algunas bijao y conga. Además de las pertenecientes a la especie Canna: chisgua, risgua, rede, achira y capacho.

Algo valioso del trabajo de Díaz es que no sólo trae a cuentas los aportes científicos sino la cultura popular, entre ella un jocoso fragmento de la Oda al tamal, de Juan José Botero: “¡Esponjado tamal!, yo te saludo. ¡Salve mil veces, oloroso envuelto! Bienvenido si traes en tu vientre dos grandes presas y un carnudo hueso”.

Antropólogos y chefs parecen coincidir en que el tamal, que era preparado por las comunidades indígenas, se fue transformando con las variedades alimenticias que se tenían en cada región. Sobre este punto particular, el profesor Díaz Piedrahíta tenía varias tesis. Una de ellas era que el tamal sólo había aparecido después de la Conquista como recurso empleado por los indígenas para usar los alimentos que los españoles dejaban sobre la mesa y que ellos recogían en hojas de plátano. Así puede explicarse, por ejemplo, la presencia del garbanzo en el tamal santandereano.

El papel de los alimentos ha ido de la mano de la construcción del ideario de la nación. La investigación de los orígenes de nuestra gastronomía fue, en parte, uno de los propósitos de la Comisión Corográfica liderada por Manuel Ancízar, el primer rector de la Universidad Nacional. En la diversidad de los platos que hoy circulan en la mesa de los hogares y restaurantes del país podemos comprender la riqueza que traen nuestras diferencias regionales.

No puedo dejar de confesar que lo más peculiar y novedoso que recientemente he conocido es la extravagante combinación que compone lo que en el Tolima llaman “remontado”: un plato de lechona con un enorme tamal tolimense encima.

Fuente: https://www.elespectador.com/opinion/historias-y-relatos-sobre-el-tamal-columna-728689

Imagen: http://www.onic.org.co/pueblos

Comparte este contenido:
Page 1578 of 2732
1 1.576 1.577 1.578 1.579 1.580 2.732