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Perú: ¿Cuál es el contexto actual de las Tecnologías de la Información en la educación? 

América del Sur/Perú/ 11.10.2017/ Fuente: gestion.pe

El sector educación en nuestro país nos hace prestar más atención a un aspecto crucial de este: la experiencia de incorporación de tecnologías ha mostrado poco efecto en la calidad de la educación. ¿Cuál es el contexto actual de las Tecnologías de la Información en la educación?

La aparición de las TICS ha supuesto un cambio rotundo en la sociedad. Con ella ha evolucionado la necesidad de un mejor manejo de estas herramientas y la necesidad de estar preparados para ejercerlas en la vida profesional y laboral. Pero, ¿qué tan preparados estamos para implementar estas nuevas herramientas en nuestro día a día? A partir de esta pregunta es que nace la necesidad de que las TICS sean incorporadas en el sector educativo, ya que la utilización de estas tecnologías a partir del aula pasará erigirse como una necesidad y como una herramienta de trabajo básica a futuro. Sin embargo, el contexto actual del sector educación en nuestro país nos hace prestar más atención a un aspecto crucial de este: la experiencia de incorporación de tecnologías ha mostrado poco efecto en la calidad de la educación. Parte de ello se explica porque la lógica de incorporación ha sido la de la “importación”, introduciendo en las escuelas dispositivos, cables y programas computacionales, sin claridad previa acerca de cuáles son los objetivos pedagógicos que se persiguen, qué estrategias son las apropiadas para alcanzarlos y, sólo entonces, con qué tecnologías podremos apoyar su logro.

De acuerdo a Carlos Monge, Director Ejecutivo de T-Box Perú, “las condiciones para el aprendizaje de tecnologías de la información en los colegios aún no son las adecuadas, pocos centros educativos han incorporado estándares, certificaciones internacionales o adaptado nuevas tendencias, por eso el desarrollo de la tecnología educativa en el Perú dista mucho de los países desarrollados y líderes en el rubro como Singapur o Finlandia”. El resultado es que las tecnologías terminan ocupando un lugar marginal en las prácticas y siguen siendo las mismas que había antes de la inversión.

La falta de evidencia sobre el efecto de las tecnologías se relaciona también con las limitaciones que tienen los propios sistemas de medición de la calidad. Otro de los impactos del uso de estas herramientas está en los contenidos curriculares, ya que permiten presentar la información de una manera muy distinta a como lo hacían los tradicionales libros y vídeos (sustituye a antiguos recursos), y aquellas personas encargadas de usar esas herramientas para la enseñanza no están lo suficientemente preparadas o capacitadas para trabajar con los alumnos. “Los docentes responsables de dictar estas materias, además de no contar con una estructura curricular y herramientas óptimas, poseen un perfil por mejorar, ya que son tecnólogos con deficiencias pedagógicas o son pedagogos con deficiencias en el uso de tecnologías. Sin embargo, esto no debe desanimarnos, pues hemos encontrado la manera de revertir esta situación en una amplia mayoría de colegios”, indica Monge.

Carlos Monge afirma que durante estos primeros meses de T-Box en nuestro país han recibido una respuesta muy positiva del mercado. Asimismo, indica que las soluciones prestadas por r T-Box incluyen capacitaciones, herramientas, materiales y asesorías integrales a los docentes, de modo que les permita alcanzar sin ningún inconveniente los objetivos de la materia, así tenga cualquiera de los perfiles antes mencionados.

En cuanto a sus proyecciones para el 2018, T-Box Perú espera tener una participación del 10% de colegios de Lima que cuentan con las condiciones para la implementación de sus programas, y para el 2019, planea empezar a tener presencia en otras regiones del país. “Si bien Lima representa un mercado importante, existen otras zonas del país con las mismas necesidades de innovación y mejoras de sus servicios, lo que coincide con la visión inclusiva de la educación que tenemos en T-Box en toda Latinoamérica”, señala Carlos Monge.
© Copyright Gestion.pe – Grupo El Comercio –

Fuente de la reseña: https:///tecnologia/cual-contexto-actual-tecnologias-informacion-educacion-2202092

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Infraestructura y educación

Por:  Juan Manuel Ramirez M.

De nada sirve promover mayor educación e infraestructura en un país donde se roban los recursos.

Con el ambiente electoral que hay por estos días en Colombia, previo a los comicios presidenciales y legislativos, resulta inevitable analizar las propuestas de los candidatos presidenciales, en las que, dejando a un lado la agenda de la implementación del proceso de paz con las Farc y los diálogos con el Eln, la educación y la infraestructura son los dos caballitos de batalla. Muy poco de salud, algo de relaciones internacionales y generalidades en términos de economía.

De una parte, hay quienes plantean que los esfuerzos deben concentrarse en una gran reforma educativa, que les permita a nuestros jóvenes acceder a educación de calidad (tanto secundaria como técnica y universitaria), acabando con el déficit que amenaza a las universidades públicas, fortaleciendo la infraestructura de los colegios públicos, consolidando programas como ‘Ser Pilo Paga’ y destinando partidas importantes para ciencia y tecnología (en contraste con el reducido presupuesto de Colciencias). Para no ir tan lejos, hoy el 62 por ciento de los jóvenes de las zonas rurales no se matriculan en la educación media, mientras que el 1 por ciento de las matrículas universitarias que se registraron en el 2016 provienen del campo. Cifras que representan un enorme desafío.

Por otro lado, hay sectores que coinciden en priorizar esfuerzos a favor del crecimiento en infraestructura vial, aeroportuaria y de navegabilidad para hacer a Colombia más competitiva, en términos de costos para los empresarios y de eficiencia en los tiempos de desplazamiento; lo que significa, en palabras de quienes lo proponen, más impuestos y empleo. Hoy, Colombia pasó de tener 6 km en construcción de nuevas calzadas al año, a 232,8 km, en promedio. Aunque son innegables los avances en esta materia, por las condiciones geográficas y el conflicto armado, los retos son enormes.

Muy oportuno para el país encontrar una propuesta que priorice acciones de política pública para estos dos temas. Con educación, se superan las brechas en desigualdad y se generan oportunidades para que los colombianos salgan de la pobreza, y con infraestructura se consolida todo el desarrollo de largo plazo proveniente de la educación (mayor inversión, menores costos, aumento en acceso a zonas geográficas y crecimiento del turismo). Esa es una agenda que deben entender los candidatos presidenciales y, por qué no, quienes aspiren al Congreso de la República a la hora de pensar a Colombia para los próximos cuatro años.

En todo caso, nada de este modelo podrá llevarse a cabo sin una gran cruzada contra la corrupción. Muy positivo el control social que ha comenzado a realizar el país en relación con los casos desafortunados en la justicia, el Legislativo, el Gobierno y el sector privado, así como las actuaciones de las autoridades en este sentido. Esa capacidad de volverse intolerantes ante cualquier manifestación de corrupción es la base para la construcción de un nuevo país. Y aunque se necesitarán muchos años para la recuperación de la confianza en las instituciones, de nada sirve promover mayor educación e infraestructura en un país donde se roban los recursos.

 Fuente artículo: http://www.portafolio.co/opinion/juan-manuel-ramirez-m/juan-manuel-ramirez-infraestructura-y-educacion-510475
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Educación para afrontar el futuro

Por Andrés Hatum

En estos últimos meses hemos presenciado tres acontecimientos que nos detallan los problemas en el sistema educativo argentino: la interferencia de Ctera en las escuelas a partir del caso Santiago Maldonado, la enseñanza religiosa en los colegios salteños y el nuevo sistema educativo presentado en la ciudad autónoma de Buenos Aires.

En primer lugar, tenemos al gremio docente Ctera, que promovió actividades con la comunidad educativa para que los maestros hablaran en las escuelas sobre la desaparición de Santiago Maldonado. Ctera pregonó que lo que le sucedió a Maldonado fue una desaparición forzada a manos de la Gendarmería, una de las hipótesis que son investigadas en la causa. Cuando se accede al detalle de las actividades recomendadas, más de un lector quedaría espantado. La actividad de Ctera genera el primer problema para la educación en el país: la politización indebida de sus aulas en detrimento de un sindicalismo que apoye mejoras educativas y el desarrollo de sus docentes.

El tercer tema se refiere a la reforma educativa para la escuela secundaria presentada por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. El Secundario del Futuro, como lo plantea la Ciudad, tiene algunos ejes claros: se reemplazarán las materias por áreas de conocimiento y se trabajará más colaborativamente, intentando la autogestión de los alumnos. También se podrán adelantar dos materias del CBC, se eliminarán las notas y se las reemplazará por créditos; también se eliminará la repitencia. Un último punto que ha traído polémica es la práctica de pasantías que los alumnos deberán realizar el último año. Ya hubo escuelas tomadas por alumnos y también por padres de los alumnos. Se alega que las pasantías son una forma encubierta de flexibilidad laboral o explotación por parte de multinacionales. Otro problema más para la educación argentina: no dejar que ningún plan funcione y boicotearlo antes de su inicio. La Ciudad ha presentado un programa pensando en los desafíos del futuro educativo y laboral. Definitivamente, guste o no el plan, la reforma intenta dialogar con las exigencias del mundo laboral, el avance de la tecnología y las necesidades educativas. Para quienes miran a Europa, y a Alemania en particular, la reforma intenta incorporar las características del sistema dual alemán que tantos beneficios ha traído en la formación de sus alumnos. El sistema combina educación en la escuela y en el lugar de trabajo. Muchos estudiantes que al terminar la secundaria no tienen habilidades que les permitan ingresar al mercado laboral saldrían beneficiados. Con altos niveles de desocupación entre los jóvenes, muchos países están mirando el sistema dual alemán como una transición adecuada entre la vida escolar y la laboral.

Despolitizar el ámbito educativo, generar un aula cercana a los últimos conocimientos y lejos del adoctrinamiento, y dar lugar a reformas educativas que tiendan puentes entre lo educativo y el mercado laboral son pilares básicos para salir del limbo donde se encuentra la educación del país hoy.

Fuente artículo: http://www.lanacion.com.ar/2071062-educacion-para-afrontar-el-futuro

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Chile: Mala educación

Por: Álvaro Pezoa  / Dario la Tercera

El presupuesto de la nación para 2018 enviado al Congreso por el gobierno incluye una insólita sorpresa: no reajusta, como estaba comprometido, el aporte estipulado para los colegios particulares subvencionados que se hayan acogido a la posibilidad de convertirse en fundaciones. Con ello el Ejecutivo no solo desconoce de hecho una promesa, sino que daña abiertamente a los establecimientos educacionales afectados, dejándolos imprevistamente con menos recursos de los que contaban para su funcionamiento. ¿Ahorro presupuestario, ideologización, desprolijidad de gestión? Todo puede ser viniendo de donde proviene. En cualquier caso, con toda la gravedad que posee el asunto, llega a ser anecdótico comparado con el enorme despropósito que significa el conjunto de la reforma educacional impulsada por la actual administración.

Chile necesita imperiosamente contar con una educación de calidad al alcance de todos. Ese es el gran desafío. Y requiere transitar a ese objetivo respetando la libertad de sus habitantes, en este caso tanto la de enseñanza como la de elección de los padres. La reforma va justo en sentido contrario. El acento en la calidad ha desaparecido, para ser reemplazado por la gratuidad. La mal llamada “ley de inclusión” (no a la selección, no al copago y gratuidad) conduce más bien a la exclusión, al tiempo que coarta la libertad de enseñanza y la de los padres para elegir la educación de sus hijos. En síntesis, un franco retroceso. Simultáneamente se ha gastado tiempo, energía y recursos en hacer cambios en la educación universitaria, por la sencilla razón de que sus estudiantes protestan, alteran las calles y sufragan, descuidando comparativamente los tres ámbitos realmente cruciales para encaminar al país a una mayor equidad e igualdad de oportunidades: la educación preescolar, la escolar y la técnico-profesional. Existe sobrada evidencia de que las etapas iniciales del proceso educativo son las más determinantes para el desarrollo de las personas. Casi con seguridad quien no reciba una educación de calidad en los primeros años de su vida escolar no tendrá opción de entrar a la educación superior, por mucha gratuidad de que disponga.

Con todo, la desorientación de las radicales modificaciones en curso no queda solo ahí. De una parte, el énfasis se ha puesto en las estructuras jurídicas, administrativas y las fuentes de financiamiento, cuando la auténtica búsqueda de calidad obliga a focalizarse en el liderazgo de los directores de las escuelas y liceos, en la preparación y motivación de los profesores y en aquello que ocurre en el aula (metodologías innovadoras y atractivas que faciliten el aprendizaje e involucren a los educandos en ese proceso).

De otra, nada se ha avanzado en orden a preparar a la población para el impacto en el mundo del trabajo que comportará la automatización y la robótica, fenómeno que se prevé generará alto desempleo y demandará cualidades y conocimientos distintos que los actuales para posibilitar la inserción laboral y la productividad de amplios sectores de la nación. 

Resulta altamente preocupante que la sociedad chilena se encuentre transitando hacia tan mala educación. Será uno de los “legados” más onerosos que heredará Bachelet 2.0 a la patria.

Fuente: http://www.latercera.com/voces/mala-educacion/

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Educación superior: expertos analizan nuevos instrumentos de admisión

Por: La Tercera

Entrevistas, exámenes por carreras y participación en actividades extracurriculares son algunos cambios propuestos para sumar a la PSU, NEM y ranking de notas.

Para el proceso de admisión 2004 a las universidades de Chile se aplicó por primera vez la Prueba de Selección Universitaria (PSU). Este examen venía a reemplazar a la Prueba de Aptitud Académica (PAA), que fue el instrumento de medición para el ingreso a la educación superior durante 36 años.

Ahora, tras 14 años de existencia de la PSU, se han ido sumando críticas a esta medición que selecciona a los alumnos que quieren continuar sus estudios superiores. Los juicios se han ampliado al Sistema Único de Admisión (SUA), el que, además, cuenta con ponderaciones para las Notas de Enseñanza Media (NEM) y el ranking de notas.

“No estoy contento con nuestro sistema, porque se basa mucho en el contenido y eso hace que se mantengan las diferencias de oportunidades”, sostiene el rector de la Universidad Católica, Ignacio Sánchez.

La opinión de la máxima autoridad de la UC viene acompañada con la propuesta de incluir entrevistas personales, ya que, si bien reconoce que los cambios deben darse en tiempos prudentes, también dice que “hay que medir contenidos y habilidades a la vez”.

El diagnóstico de Sánchez es compartido por su par de la U. de Playa Ancha y también integrante del SUA, Patricio Sanhueza, quien sostiene que el cuestionamiento va más allá de la PSU, sino que en poder tener instrumentos que materialicen un sistema “más justo”.

“El SUA ha estado permanentemente en la búsqueda de otras fórmulas, lo que va más allá de mejorar la PSU; esto no quiere decir que la prueba sea mala ni deje de medir lo que el postulante sabe, sino que al sistema le falta equidad”, añade el rector Sanhueza.

Respecto de la idea de realizar entrevistas, en la U. Finis Terrae van más allá y proponen que se distinga el área de conocimiento que seguirán los alumnos, y así establecer exámenes fijos por especialidad, lo que permitiría conocer el vínculo con la futura carrera.

“No soy tan partidario de hacer cambios a la PSU misma, sino que se deberían añadir otro tipo de exámenes según la especificidad de las carreras, ya que la PSU sirve para algunas cosas muy bien, pero para otras es necesario considerar exámenes sicológicos y pruebas que distingan aptitudes”, indicó Christian Nazer, rector de la U. Finis Terrae.

Las sugerencias de los rectores son consideradas por el director del Centro para la Transformación Educativa UC (Centre UC), Ernesto Treviño, experto en educación, quien explica que el actual sistema de admisión contribuye a replicar las desigualdades originadas en el sistema escolar.

“Es importante analizar la justicia y equidad de los instrumentos utilizados, porque se sabe que la PSU ayuda a reproducir las desigualdades. Podríamos seguir ejemplos de países como EE.UU. y tomar en consideración la participación de los estudiantes en distintas actividades extraprogramáticas en la educación básica y media, como grupos artísticos, deportivos, de ayuda o de liderazgo”, comenta Treviño.

La idea del director de Centre UC se sustenta en que las universidades, eventualmente, podrían analizar el interés y la iniciativa de los alumnos desde pequeños a fin de enfocar sus capacidades en carreras afines.

Desde otro punto de vista, uno de los creadores de la PSU y director de Mide UC, Jorge Manzi, sostiene que el sistema actual logra ser un buen predictor del desempeño futuro en las universidades, y que si se quieren agregar otros medidores, como lo planteado por Treviño, se debe “tener cuidado”, para no afectar lo actual.

“Conceptualmente, todos estamos de acuerdo con que ampliar el foco sería muy bueno respecto de lo que se mide en un sistema de admisión, pero hay que hacerlo de manera que eso no afecte la validez de la medición actual”, destaca.

Junto con Manzi, otro defensor de la PSU es el rector de la U. Adolfo Ibáñez, Andrés Benítez, quien pone sus fichas en el examen y no comparte las ideas de cambios, al menos en lo inmediato:

“Hay que tener mucho cuidado con todas estas ideas de inclusión que van más allá del conocimiento. Hay evidencia de que muchas veces esos instrumentos son más discriminatorios que la PSU”.

Fuente: http://www.latercera.com/noticia/educacion-superior-expertos-analizan-nuevos-instrumentos-admision/

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Modelo machista de resolución de conflictos

Por: Miguel Lorente Acosta

El autor nos muestra como el modelo machista de resolución de conflictos en lugar de resolverlo lo agrava.

El modelo machista para resolver los conflictos entre dos partes basa su estrategia en generar más conflicto, no en el diálogo ni en el consenso. El planteamiento es sencillo y surge de la construcción patriarcal de la cultura y de la sociedad que tenemos como consecuencia.

Esta construcción toma como referencia universal lo masculino y sitúa a los hombres en una posición de superioridad respecto a las mujeres, de manera que establece la desigualdad de género como esencia de estructuración social, y a partir de ella ha ido tomando otros elementos para extender y ampliar la desigualdad a otras circunstancias y características de las personas que forman parte de esa sociedad. El resultado es un sistema jerarquizado de poder, o lo que es lo mismo, una sociedad en la que determinadas personas por su sexo, sus ideas, sus creencias, su color de piel, su status, su origen, su orientación sexual… tienen una serie de privilegios y ventajas respecto a aquellas otras cuyas características son consideradas inferiores por esa cultura y sociedad.

Cuando se produce un conflicto entre personas en diferente nivel dentro de esa estructura jerarquizada, a quien se encuentra en una posición de superioridad no le interesa dialogar o consensuar para solucionar el conflicto, porque ha de hacerlo a partir de argumentos y razones, y puede que no las tenga o que sean menos sólidas que las de la otra parte. Por eso le interesa agravar el conflicto, avivarlo con elementos que generen más enfrentamiento para de ese modo justificarse en el uso de los instrumentos propios de su posición de poder, y que la otra parte no tiene por encontrarse en un nivel inferior.

Con esa estrategia el conflicto va aumentando hasta llegar el momento del “hasta aquí hemos llegado”, a partir del cual se pone en marcha todo el arsenal de instrumentos que guarda en su posición de poder, bajo la justificación de que el conflicto es insostenible, y como si hubiera sido generado en exclusiva por la otra parte.

Este es el modelo machista de resolver los conflictos, y el que usan los hombres desde sus posiciones de poder con las mujeres, algunos llegando a la violencia, otros a la amenaza, y otros simplemente recurriendo a la escenificación del conflicto para que la mujer entienda que debe ceder ante su autoridad.

Y como son los hombres y las referencias de la masculinidad las que impregnan la cultura y el significado de lo que acontece en la sociedad, el modelo se extiende a otros escenarios bajo los mismos planteamientos de la desigualdad y el poder, como ocurre en las relaciones laborales entre empresarios y trabajadores, en las relaciones dentro de los partidos políticos y en el ejercicio de la política, en las relaciones nacionales y en las internacionales…

Cualquier escenario en el que se entienda que el conflicto es un ataque a la posición de poder y un pulso a la persona que responde desde ella, el resultado será un aumento del conflicto que lleve a vencer más que a convencer. Porque el objetivo de la resolución de conflictos bajo esta estrategia machista es doble, por un lado resolver la cuestión formal que se ha planteado, sea esta personal, familiar, laboral, política, nacional o internacional; y por otro, ser reconocido como “vencedor” y salir reforzado en su posición de poder, aunque haya sido a través de una injusticia. Lo importante es vencer y aumentar el poder.

Este modelo de resolución de conflictos habitualmente reporta muchos éxitos a quienes están esas posiciones de privilegio, de ahí su refuerzo y su permanencia a lo largo de la historia, y su extensión a los ámbitos y contextos más diversos con ligeras variaciones. Pero siempre con la estrategia de resolver el conflicto generando más conflicto.

El problema se presenta cuando el modelo se utiliza frente a quien se piensa que está en una posición inferior y no lo está, o cuando lo está pero cuenta con otros mecanismo de apoyo informal que contrarrestan en parte el poder inicial de la otra posición, pero también cuando cada una de las partes cree que está en una posición de poder, y que debe potenciar el conflicto desde su lado para de ese modo poder utilizar su “carta secreta” y todos aquellos elementos propios a su posición que le permitirían vencer sin convencer.

Al final, este tipo de planteamientos son los mismos que dicen eso de que “la historia la escriben los vencedores”, por eso lo importante es derrotar al otro del modo que sea, porque después lo suavizarán y endulzaran con su relato. Lo estamos viendo estos días en diferentes contextos, pero es obvio que el más cercano y trascendente es el “conflicto” surgido con el proceso sobre el referéndum de autodeterminación de Cataluña del 1 de octubre.

Al margen de los elementos formales sobre su legalidad y las motivaciones y razones de quienes quieren votar, de sobra conocidas y comentadas, lo que se está viendo es el típico conflicto al modo machista. Una especie de pulso que, como muy bien se ha dicho estos días recurriendo a la canción de Joan Manuel Serrat, parece que están a ver “quien la tiene más larga”. Lo único que le falta es ver a Rajoy decir “por mis cojones que no se vota”, y a Puigdemont responder, “por mis cojons que votamos”.

Si lo dijeran quizás se entendería todo mejor. La prueba de que realmente se trata de un modelo machista de afrontar el conflicto es su retroalimentación, es decir, la utilización de las consecuencias que se producen como resultado de las decisiones dirigidas a potenciar el conflicto como razones para mantener el conflicto y aumentar así su intensidad.

Todo lo que está sucediendo estos días con las decisiones y acciones de unos y otros se está utilizando como justificación de las posiciones iniciales, cuando son un resultado de los problemas surgidos durante el conflicto, no causa del mismo. Pero eso no importa para las partes, lo que interesa es el conflicto en sí mismo y los apoyos para que quien dirige cada una de las posiciones sea reconocido por los suyos como ese macho-alfa capaz de dirigir al grupo.

También se ha comentado, y es cierto, que si en lugar de dos hombres al frente de cada parte hubiera dos mujeres y un modelo feminista de resolución de conflictos basado en la Igualdad, la empatía, el bien común… la situación actual sería completamente diferente. En estas circunstancias el conflicto ya no se puede resolver, pero sí se puede detener y replantear de nuevo toda la situación.

Esperemos que alguien saque el lado femenino que todos tenemos.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=232446&titular=modelo-machista-de-resoluci%F3n-de-conflictos-
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La acción climática es buena para la economía

Por: Tharanga Yakupitiyage

NACIONES UNIDAS, 5 oct 2017 (IPS) – En un año con temperaturas históricas y huracanes devastadores, queda claro que Estados Unidos tiene mucho para perder si no toma medidas para reducir el riesgo y el impacto del cambio climático.

Esa es la conclusión del Fondo Universal Ecológico, que detalla el costo que tiene para la economía nacional y la salud pública la falta de acción, y urge a diseñar políticas para que el país camine hacia un futuro sostenible.

“No es una cuestión ideológica, sino de buen olfato para los negocios”, dijo a IPS el expresidente de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia, James McCarthy, uno de los autores del informe.

“Muchas personas dicen que no debatirán al respecto porque no están convencidas de los aspectos científicos. Bien, entonces miremos la economía, miremos el costo de no tener esa discusión”, arguyó.

Destrucción

Estados Unidos todavía está bajo el impacto de un mes sin precedentes con tres huracanes y 76 incendios forestales que destrozaron su paisaje, desde Puerto Rico a Washington.

Solo el huracán María dejó a la población de Puerto Rico sin alimentos ni agua ni electricidad. Alrededor de 44 por ciento de las personas carecen de agua potable, y solo 11 de los 69 hospitales tienen combustible o electricidad, lo que deja a ese estado asociado al borde de una crisis humanitaria.

El estudio estima que los daños causados por los tres huracanes y los incendios forestales ascienden a 300.000 millones de dólares, alrededor de 70 por ciento de lo que costaron los 92 eventos climáticos de la última década.

Y todavía no terminó la temporada de huracanes, por lo que los daños podrían ser mayores.

Según los Centros Nacionales para la Información Ambiental, de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, se multiplicó por 2,5 el número de eventos extremos que implicaron daños y pérdidas por 1.000 millones de dólares en la última década.

McCarthy, también profesor de oceanografía en la Universidad de Harvard, dijo a IPS que se necesitan inversiones para contrarrestar los daños, además de crear infraestructura a prueba de huracanes.

“La infraestructura es importante, pero todo lo que podamos hacer para reducir la intensidad de esos eventos, enlenteciendo el recalentamiento global, aumentará la probabilidad de que la futura infraestructura sea más efectiva”, explicó.

Una dependencia poco saludable

Al quemarse los combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo y el gas natural, que representan más de 80 por ciento de la energía primaria generada y usada en este país, liberan grandes cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera y aceleran la variabilidad climática.

La regulación del volumen de emisiones contaminantes redujo la contaminación aérea en 35 por ciento, o casi en 67.000 millones de dólares al año, pero la quema de combustibles fósiles todavía tiene un elevado costo para la salud, que asciende a 240 millones de dólares al año.

De seguirse usando, las pérdidas económicas podrían llegar a los 360.000 millones de dólares al año, o 55 por ciento del crecimiento de Estados Unidos en la próxima década.

“Una y otra vez veremos que la población asumirá los costos, se vuelve una carga personal para ella”, dijo McCarthy a IPS.

“Para llevar a las personas, en sentido literal y figurado, al futuro para que sean más saludables y más sostenibles tiene sentido una forma menos cara de hacer negocios”, observó McCarthy.

La energía limpia ya emplea a casi dos millones de trabajadores y la duplicación de la generación de las fuentes solar y eólica puede llegar a crear 500.000 puestos de trabajo.

Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, un impuesto a las emisiones de carbono podría generar unos 200.000 millones de dólares en la próxima década.

La iniciativa ha sido controvertida porque se teme que las empresas trasladen el costo a los consumidores aumentando el precio de la gasolina y de la electricidad.

Pero McCArthy señaló que la población ya soporta ese peso en términos de los daños que dejan eventos climáticos extremos y de los gastos que implica el aire contaminado.

Negación del Gobierno

A pesar de la evidencia del cambio climático y del papel que cumplen en él los combustibles fósiles, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, comenzó a deshacer muchas medidas importantes de protección ambiental.

No solo su gobierno anunció el retiro de Estados Unidos del Acuerdo de París sobre cambio climático, sino que actualmente trata de desmantelar el Plan de Energía Limpia, que procura reducir la contaminación de carbono de las centrales de generación eléctrica en todo el país.

Respecto a “la noción de que Estados Unidos podrá regresar a la economía a carbón, no hay evidencia para eso. En segundo lugar, si se van a crear puestos de trabajo, la forma sensible de hacerlo es en un área progresista como la energía renovable”, subrayó.

Los estados y ciudades estadounidenses encabezan la iniciativa de tomar medidas y seguirán haciéndolo para avanzar en la dirección correcta.

Iowa es uno de los principales estados en materia de energía eólica con 35 por ciento de su electricidad generada a partir de esa alternativa.

En Oklahoma, el administrador de la Agencia de Protección Ambiental, Scott Pruitt, dijo que 25 por ciento de la electricidad proviene también de la fuente eólica.

La renuencia de Estados Unidos a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero no solo impacta en los estadounidenses, sino en todo el mundo.

Como el proceso de retirarse del Acuerdo de París lleva tiempo, McCarthy tiene esperanzas de que Washington recapacite.

En noviembre se realizará la 23 Conferencia de las Partes (COP23) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, en la que se analizarán las formas de implementar el Acuerdo de París, suscrito en la capital francesa en diciembre de 2015.

Traducido por Verónica Firme

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2017/10/la-accion-climatica-buena-la-economia/

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