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Lo que no nos importa

Por: Vásquez Araya Carolina

Acostumbrarse a vivir en un mundo incierto es una forma de supervivencia. 

Uno de los efectos más puntuales de los avances tecnológicos en comunicaciones, ha sido la manera como se nos manipula desde las instancias mediáticas, con el objetivo de crear en nuestro entorno una aséptica distancia emocional respecto de acciones agresivas de los Estados. Esta especie de concierto bien afinado, dirigido a grandes audiencias, pone un especial énfasis en dar carácter de inevitabilidad a la tragedia de comunidades humanas completamente indefensas, como aquellas encerradas en un entorno bélico o quienes migran para salvar su vida. Esta táctica induce al espectador a asumir esa realidad, plasmada en imágenes, como si esta perteneciera a un mundo remoto y ajeno.

Con una habilidad maquiavélica, el torrente informativo -y, sobre todo, desinformativo- va creando un universo paralelo, en donde la concentración de la riqueza y de poder en manos de entidades inalcanzables se asume como un logro y no como una aberración del sistema que nos rige. En esa misma tónica, el retroceso en cuestión de derechos civiles y protección de los sectores más vulnerables -mujeres, niñez, adultos mayores, pueblos originarios, personas en condiciones de discapacidad- se consolida por medio de medidas arbitrarias y abiertamente discriminatorias.

En una década ya avanzada del nuevo siglo, destaca la manera ofensiva y abiertamente patriarcal como se mantiene el cerco contra el derecho de las mujeres de administrar su vida reproductiva de acuerdo con su propio criterio, o el silencio en torno a las prácticas misóginas de Estados que las condenan a un estatus de indignidad y marginación. Para normalizar este trato echan mano a leyes contrarias a los acuerdos y convenciones internacionales de carácter obligatorio, como aquellos dirigidos a proteger los derechos humanos y combatir la discriminación. Algo similar sucede en relación a la niñez, a la cual se la continúa tratando como a un subproducto y no como a un sector de primerísima importancia.

El efecto de la manipulación mediática se traduce también en una abstracción de la realidad de los otros. Es decir, una perfecta anestesia para la conciencia cuando el golpe lo recibe otro pueblo, en una latitud aparentemente lejana. Ese devenir del “no nos importa” no solo incide en una mayor vulnerabilidad hacia acciones similares que nos afecten, sino en una pérdida de contacto con ese concepto de Humanidad, al cual sin embargo solemos recurrir cuando somos quienes recibimos los golpes.

El sistema imperante en nuestro hemisferio -neoliberal, capitalista, orientado a la concentración de la riqueza en pocas manos y a la pérdida de derechos individuales- tiene como característica específica la imposición de un modo de vida capaz de impedir o entorpecer toda acción colectiva, manteniendo a la ciudadanía enfocada en la supervivencia gracias a la incertidumbre con relación a su trabajo, a sus derechos, a sus posibilidades de progreso. El interés primordial de quienes poseen el control de la información y los medios para divulgarla, por ende, está centrado en el silencio y el conformismo, lo cual representa la base misma del sistema y garantiza su solidez. Eso les permite un espacio privilegiado para continuar con sus planes de expansión económico-corporativa, incidencia en la política global gracias a una hábil manipulación financiera y, desde esa plataforma, la decisión unilateral sobre las vidas ajenas.

El mundo es ancho y ajeno, según Ciro Alegría. Pero resultó más ajeno que ancho.

Fuente de la información: www.carolinavasquezaraya.com

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El CONISEN, un espacio de y para la comunidad normalista

Por: Abelardo Carro Nava

«Indiscutiblemente, este espacio fue generando un sentido de pertenencia e identidad al interior de eso que al inicio denominé como comunidad normalista.»

Hace algunos años, específicamente en 2016, se difundió entre la comunidad normalista, una convocatoria para participar en el 1er. Congreso Nacional de Investigación sobre Educación Normal (CONISEN), a desarrollarse en la ciudad de Mérida, Yucatán, en marzo de 2017. Un evento que, sin duda, generó una expectativa importante, sobre todo porque como podía leerse en dicha convocatoria, la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación (DEGESPE, hoy Dirección General de Educación Superior para el Magisterio, DGESUM), estaba convocando a estudiantes, maestras, maestros, investigadores, entre otras figuras educativas más, a participar en una actividad que, hasta esos momentos, no había sido debidamente capitalizada por las autoridades educativas federales y, en las entidades del país, la investigación educativa estaba en ciernes.

Y es que, como se recordará, después de la incorporación formal de las escuelas normales (EN) al ámbito de la educación superior en la década de los 80’s, las tres áreas sustantivas recién asignadas: docencia, investigación y difusión, propiciaron un debate intenso, no solo al interior de las propias EN, sino también de manera externa, dada la función que, hasta ese momento, habían desarrollado para la formación de maestras y maestros: la docencia. Por ello, es que la convocatoria emitida por la DGESPE en 2016, previa realización de diversos grupos de enfoque a lo largo y ancho de la República Mexicana, generaron esa inquietud en toda la comunidad normalista.

El escepticismo, tal vez mezclado con un poco de indiferencia, incertidumbre y poco avance en materia de investigación en estas instituciones formadoras de docentes, generó que la concurrencia en Yucatán no fuera la que, hace unos días, se observó en la ciudad de Monterrey, Nuevo León. Sin embargo, tal y como lo señalé en 2017, este espacio se convirtió en una ventana que abrió la puerta para generar una inercia importante en las EN. Pienso que, en aquel entonces no me equivoqué al afirmar tal cuestión porque, indiscutiblemente, la participación de estudiantes, maestras, maestros, investigadores y otros actores, produjo un intercambio de experiencias enriquecedoras sobre 5 líneas temáticas que llevó a conocer lo que se hacía, cómo se hacía y para qué se hacía en las EN.

A este primer Congreso, le siguió el celebrado en la ciudad de Aguascalientes, Aguascalientes, en marzo de 2018. A diferencia de la primera convocatoria, el número de participantes se incrementó, por lo que a partir de 6 líneas temáticas relacionadas con los procesos de formación, pedagogía y práctica docente en las EN, formación inicial en el marco del nuevo modelo educativo, entre otras, se pudo intercambiar diferentes experiencias y resultados (parciales y finales) de las investigaciones realizadas (individual y colectivamente) sobre determinados objetos de estudio. De nueva cuenta, la participación de estudiantes fue un tema que llamó la atención en este evento porque, al igual que en Mérida, de viva voz se pudo conocer las diferentes actividades relacionadas con la indagación, a partir de ciertos enfoques y metodologías, que realizaban las alumnas y alumnos en sus escuelas. Un tema que, desde mi perspectiva, es sumamente importante porque, indiscutiblemente, aprender a hacer investigación se logra investigando.

Después de este congreso, le siguió el realizado en Playas de Rosarito, Baja California, en abril de 2019. 7 fueron las líneas temáticas que se establecieron en la convocatoria emitida por la DGESPE. Líneas que, como podrá verse en este breve recorrido, se fueron incrementado con el paso del tiempo; un proceso de alguna forma natural, porque esa ventana que se abrió en 2016, generó la posibilidad de abordar otros objetos de estudio que, no necesariamente podrían ubicarse en las líneas propuestas en el primer congreso, hecho que, desde mi perspectiva, fue favorable dada la producción de conocimiento que, insisto, comenzaba a tomar fuerza a nivel local y nacional, derivado del trabajo que venían realizando los estudiantes, maestras, maestros, grupos de investigación, cuerpos académicos, redes académicas, entre otros actores, en cada una de sus EN, entidades y regiones.

Indiscutiblemente, este espacio fue generando un sentido de pertenencia e identidad al interior de eso que al inicio denominé como comunidad normalista. Las voces, los rostros y los nuevos actores que se fueron incorporando en el camino, fueron, y han sido, participes de este proceso identitario que se ha venido gestando en cada uno de los congresos que se han realizado. Desde luego que, la asistencia de investigadores de otras instituciones de educación superior en las conferencias, paneles, talleres, etcétera, también ha contribuido. De hecho, pienso, que este intercambio de experiencias y conocimientos, ha abierto otra puerta para considerar otras perspectivas de investigación que abonan al que se ha venido, también gestando, en las EN.

El cuarto congreso, a desarrollarse en la ciudad de Hermosillo, Sonora, en abril de 2020, desafortunadamente no pudo llevarse a cabo de manera presencial porque, como sabemos, la pandemia por Covid-19 obligó al confinamiento educativo a lo largo y ancho de la República Mexicana. Ello no significó que dicho congreso no se realizara, más bien, los convocantes tuvieron que reorganizar todo este evento para que pudiera desarrollarse de manera virtual. Una experiencia que, desde luego, dejo grandes aprendizajes en todos los actores que participaron. Por lo que respecta a sus líneas temáticas, de ser 7 en el congreso de 2019, se ampliaron a 9. Esto, derivado de la incorporación de otros temas que, desde luego, brindaron la posibilidad de exponer los resultados (parciales y finales) de las investigaciones realizadas por diferentes actores de las EN. Otra vez, la participación de estudiantes, maestras, maestros, grupos de investigación, cuerpos académicos, entre otros, fue importante, como lo fue desde el primer congreso, pues la construcción y producción del conocimiento, ya sea individual o colectiva, ha venido generando un cúmulo importante de líneas que pueden ser indagadas más adelante. Consecuentemente, difundir y divulgar dicho conocimiento, ha sido fundamental. Cierto, habrá quien pueda decir que las EN no forman investigadores, lo cual podría ser correcto, dependiendo de quién lo diga y en qué contexto lo diga, sin embargo, la docencia, acompañada de estas bases y fundamentos, puede complementar su actuar en el aula, escuela, comunidad, etc.

Finalmente, el quinto congreso, realizado hace unos días en Monterrey, Nuevo León, permitió el reencuentro, cara a cara de todos los participantes; cuestión necesaria porque, si bien es cierto que virtualmente se pude lograr el objetivo o propósito en un evento de esta naturaleza, todas aquellas cuestiones que permean la asistencia presencial a un congreso, generan un intercambio muy rico de experiencias y conocimientos, puesto que la exposición de investigaciones se complementa con el diálogo directo con otros actores, pero también, con la observación, análisis o reflexión de lo que en tal o cual espacio ocurre.

Ahora bien, un tema que no debe soslayarse de lo sucedido en la ciudad de Monterrey, fue que además de ser presencial, abrió la posibilidad de que también fuera virtual; es decir: híbrido. Lo cual, desde mi perspectiva, implicó todo un reto para los organizadores y convocantes, pero también, para quienes en un momento se inscribieron bajo una de las modalidades señalas, desde luego, considerando las formas de participación establecidas en la convocatoria. Por tanto, pienso que sería pertinente, que la DGESUM lanzará una encuesta para conocer los puntos de vista de todos los participantes en este evento y, con ello, considerar algunas mejoras en lo sucesivo.

Por lo que respecta a las líneas temáticas, de 9 que se consideraron en el cuarto congreso, se ampliaron a 13, lo cual puede ser indicativo de la diversidad de estudios que han comenzado a realizarse en las EN y, obviamente, de los resultados que se han obtenido. Un tema que no es mejor si se considera el número de ponentes y asistentes al primer congreso y los que se dieron cita a éste.

Un suceso que me pareció necesario y relevante en esta quinta edición del congreso referido, y no porque en los anteriores no se haya hecho sino porque hubo una participación más notable en éste, fue que varias maestras y maestros de las propias EN del país, ofrecieron algunas conferencias y/o participaron en paneles considerando temas que hablan del trabajo que han venido realizando como parte de sus agendas o de las que desarrollan o coordinan en sus respectivas entidades. Es decir, de ser observadores o espectadores, se ha transitado hacia una participación activa en estos espacios educativos y de investigación.

No dudo que, tanto en la federación, como en las entidades y en las EN falte mucho por hacer en materia de investigación e investigación educativa, cuestiones que, coordinadamente, podrían atenderse para promover la producción de conocimiento y, con ello, generar una agenda de trabajo que posibilite avanzar no solo en el ámbito de la docencia, como ya he dicho, sino en otra de las áreas sustantivas de las EN como Instituciones de Educación Superior (IES); además de lo relacionado con la burocracia o los temas administrativos que de tal esquema se desprenden; sin embargo, hoy por hoy, este espacio, el del CONISEN, más que una moda o una tendencia que impulsan o siguen las IES, se ha venido consolidando en el plano nacional haciendo comunidad, con todo lo que ello implica.

Fuente de la información: https://profelandia.com

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Pandemia, derecho a la educación, aprendizajes y estallido de la burbuja educativa

Por: Luis Bonilla-Molina

  1. Introducción

En julio de 2015 más de doscientos pedagogos(as) del mundo firmamos una carta en la cual advertíamos las consecuencias dramáticas que tendría para los sistemas escolares del mundo la aceleración de la innovación tecnológica, la cual me correspondió entregarla personalmente en París a la Dra. Irina Bokova, en esos momentos directora General de la UNESCO. A pesar que en esta misiva solicitábamos que la UNESCO interviniera propiciando soluciones nacionales, locales y regionales para mitigar el impacto profundo de situación, nunca recibimos respuesta.

A esta dinámica le denominamos Apagón Pedagógico Global (APG), explicando de diversas maneras, cómo la sociedad estaba cambiando con una aceleración inusitada y esto impactaría a la educación. Reconocemos la dificultad que tenía el pensamiento de resistencias educativas anti neoliberales para entrar un debate que superaba la simple y plana relación con la lógica del capital en educación, demandando una lectura más detallada centrada en revoluciones industriales, tecnología y dominación.

Analizamos la posibilidad cierta que en la transición del modelo societal de tercera a cuarta revolución industrial el sistema mundial propiciaría encerrarnos en nuestros hogares para construir la epistemología social que todo el mundo cabe una casa(2017). Ello parecía inverosímil por el giro tan drástico que implicaba. No obstante, la llegada de la pandemia del COVID-19 fue el hecho histórico que posibilitó el inicio de la transición a un nuevo modelo de sociedad y educación, que abre una nueva disputa entre la perspectiva de los pueblos y la del capital trasnacional.

Como lo mostramos en el Informe “Pandemia, vacunación y retorno a clases presenciales” (2021), durante la pandemia del Coronavirus las once corporaciones tecnológicas más importantes obtuvieron ganancias cercanas a los 3.2 billones de dólares como resultado del uso masivo de sus plataformas, fundamentalmente para fines educativos. La alta rentabilidad para el capital tecnológico trasnacional quedó evidenciada durante el confinamiento y cuarentena, lo cual ha hecho redoblar los esfuerzos de los gigantes tecnológicas para apresurar la transición.

  • Políticas de educación remota a través de internet, televisión, radio y cartillas

Desde nuestra perspectiva, el derecho humano a la educación implica la obligación indeclinable de los Estados nacionales de garantizar las condiciones para desarrollar los procesos de enseñanza-aprendizaje.  Sin embargo, en la última década se fue construyendo desde el multilateralismo una narrativa que sustrae al Estado de esta obligación, al presentarlo como un bien común mundial. Las nociones de sociedad educadora promueven una transferencia de las competencias de financiamiento del sector público a los ciudadanos.

Ello facilitó el impulso de un nuevo modelo de privatización educativa impulsado durante la pandemia. Los Estados nacionales se desentendieron de sus obligaciones de garantizar las condiciones mínimas de aprendizajes y las transfirieron a las familias, docentes y estudiantes, quienes tuvieron que asumir como propios los costes del internet, acceso a equipos de conexión y adquisición de plataformas.

Esto no fue accidental, sino que se corresponde al proceso de transición al modelo educativo de cuarta revolución industrial. Durante la pandemia ocurrieron varios fenómenos convergentes. El primero, una alfabetización forzada en el consumo de plataformas y contenidos digitales enlatados. Segundo, desterritorialización de los procesos de enseñanza-aprendizaje, imponiendo el paradigma de la virtualidad, modelos híbridos de aprendizajes hasta la propuesta de educación en casa. Tercero, la más gigantesca minería de datos personales con fines comerciales, que elimina los limitados espacios de privacidad con los cuales contaba la humanidad. Cuarto, un proceso de precarización laboral, doble jornada y deterioro de las condiciones de trabajo del personal docente. Quinto, el desarrollo de propuestas de flexibilidad curricular que consolidan la ruta hacia el modelo educativo STEM y la eliminación de contenidos humanistas. Sexto, una terrible estratificación en el aula que incide e incidirá por mucho tiempo en las posibilidades reales de inclusión educativa.

Las escuelas públicas perdieron en solo un año su acumulado histórico de ser un espacio que garantizaba condiciones iguales para sus estudiantes. Si bien no todas las escuelas eran iguales y existían marcadas diferencias entre unas y otras, lo cierto es que cuando un(a) estudiante entraba al aula de clases los pupitres y sillas eran iguales para todes, así como laboratorios, canchas deportivas, espacios culturales. Esto se rompió durante la pandemia, ya que los estudiantes se estratificaron según sus posibilidades económicas para el acceso tecnológico.

Una primera capa, la minoritaria, la constituyeron aquellos(as) que tenían en su casa computadora, internet, acceso a plataformas, programas y, que contaron con el acompañamiento de docentes contratados particularmente para el apoyo a los procesos de aprendizaje. Una segunda capa, aquellos que, aun teniendo internet, equipos de conexión y acceso a plataformas tuvieron que vivir en soledad el drama de un cambio abrupto de modelos pedagógicos presenciales a algo tan difuso que se denominó aprendizaje remoto. Una tercera capa, conformada por aquellos alumnos que ocasionalmente pudieron tener acceso a alguna red social como Telegram o WhatsApp, que observaron clases en televisión o radio, a la usanza de hace décadas, mientras sabían que otros estudiantes con mayores recursos económicos lo hacían con la tecnología del presente. Una cuarta capa, aquellas(os) estudiantes quienes solo pudieron sostener el vínculo pedagógico con algún material ocasional impreso, como si estuvieran en el medioevo.  Esta segmentación hizo que millones de estudiantes en el mundo dejaran de estudiar; no abandonaron la escuela o universidad, fue el sistema quien los abandonó a su suerte.

La improvisación en la formulación de contenidos a través de la televisión, radio o cartillas, fue justificado con la etiqueta de emergencia sanitaria cuando en realidad se estaba golpeando la continuidad a través del tiempo de la escuela pública presencial.

  • Estratificación escolar y Auto percepción de exclusión

Es falso que los gobiernos no podían prever un escenario de cuarentena y de imposibilidad de encuentro presencial como el ocurrido durante el año 2020. Su inactividad para evitar el impacto dramático del pase forzado a la virtualidad resulta sospechosamente funcional al modelo de dependencia educativa y cultural con las grandes corporaciones tecnológicas.

A pesar de las múltiples voces que lo demandamos, durante la pandemia y post pandemia, no se garantizó el acceso universal gratuito y público del internet, que se convierte ahora en una demanda democrática más allá de lo educativo.  Pero tampoco, acceso gratuito ni a docentes y estudiantes de equipos de conexión remota. No se trabajó en la construcción de propuestas pedagógicas para entornos virtuales y dinámicas digitales que fomentara el pensamiento crítico, la creatividad, la solidaridad y la emancipación.

Lastimosamente ello generó, en amplios sectores de la población estudiantil (y en algunos casos profesoral) una cultura de auto percepción de exclusión.  Algo así como la resignación de no poder acompañar el impacto de la aceleración de la innovación en las dinámicas educativas, lo cual, se convierte en un duro golpe al derecho a la educación para todos, todas, todes.

  • Impacto en los aprendizajes

En diciembre de 2019 cuestionábamos el carácter reproductor, alienante y destructor del tejido social de muchas dinámicas escolares y educativas. El discurso de las competencias, del perfil de egreso centrado en la empleabilidad y no en la construcción de ciudadanía crítica y sociedad, de la estandarización, mercantilización y desterritorialización, así como la difusa narrativa de la calidad educativa (sin pertinencia social) asediaban a las escuelas públicas presenciales.

Pero, durante la pandemia los problemas se potenciaron a la enésima potencia. Al carecer de estudios sistemáticos sobre impacto de la aceleración de la innovación en la educación, se descuidó la generación de propuestas pedagógicas alternativas, especialmente en sus componentes didácticos, de planeación y gestión de aprendizajes en entornos virtuales y dinámicas digitales. Para aquellos(as) que pudieron acceder a clases en línea, se trasladó a las pantallas el modelo frontal de enseñanza en un contexto aún peor, el de la carencia de encuentro humano. Se desarrolló la im-pedagógica faena de ocho hasta 10 horas frente a una pantalla, visualizando estrategias metodológicas propias de la presencialidad y de limitada utilidad para la enseñanza en plataformas pensadas para reuniones ocasionales como zoom, google meet y otras. Lo que ocurrió durante la pandemia fue un desastre pedagógico, que fue mitigado por la abnegación y entrega de millones de docentes quienes fueron resolviendo de manera contingente, allí donde la tradición y la innovación posibilitaban un encuentro.

El modelo educativo de 100% virtualidad fue un estruendoso fracaso a pesar de la propaganda de gobiernos y las narrativas que esconden la avaricia de las grandes corporaciones tecnológicas. Lo positiva fue la problematización que emergió de esta experiencia, entre docentes y estudiantes, sobre la necesidad de construir propuestas para trabajar en entornos virtuales, sin abandonar la presencialidad.

Los resultados empíricos comienzan a mostrar serios problemas en los aprendizajes durante la pandemia, mucho más en las esferas del pensamiento crítico y la construcción de ciudadanía activa y crítica.  Es urgente trabajar en la resolución de los problemas generados, pensando en la educación como constructo social y no como mercancía.

La escuela y universidad son espacios no solo para aprender conocimientos científicos y saberes, sino un lugar privilegiado para aprender a convivir, compartir, y construir juntes una sociedad de justicia social.  Lo virtual y lo digital deben ser herramientas complementarias a la presencialidad, como el libro, la calculadora o el microscopio, nunca la centralidad del hecho educativo.

  • ¿Cuál fue la estrategia pedagógica de la transformación digital?

El capitalismo cognitivo sueña con la disminución a su mínima expresión de los sistemas escolares y la educación presencial, para poder transferir los presupuestos públicos educativos a las arcas de las corporaciones tecnológicas globales.  Este tema no es solo pedagógico, sino eminentemente político, social y económico, por lo cual la construcción de alternativas debe incorporar e integrar estas dinámicas. La estrategia de las corporaciones fue mostrar a los sistemas escolares como instituciones ancladas en el pasado y mostrarse como el futuro de la educación, algo que no tiene veracidad ética ni pedagógica.

Necesitamos abrir un debate amplio, sin otra premisa que la defensa de la educación pública financiada por los Estados, orientada a la generación de pensamiento crítico, creatividad, compromiso solidario y justicia social.

  • El impacto en las habilidades socioemocionales

No hay respuestas localistas a una ofensiva mundial del capital contra la educación, pero tampoco propuestas validas que tomen en cuenta solo lo estructural descuidando las expresiones concretas en la realidad.  Necesitamos recuperar una dialéctica constructiva entre lo global y lo local en materia educativa.

Antes de la pandemia las bancas de desarrollo venían imponiendo las narrativas de inteligencia emocional, resiliencia y empatía como paradigmas sociales en el aula, entre estudiantes, pero también en la relación entre profesores y estudiantes. Desde la lógica del capital la inteligencia emocional no es para liberar emociones sino para reprimirlas, la resiliencia coloca en el plano personal las consecuencias de la distribución desigual de las riquezas pretendiendo conjurar las nociones de lucha de clases y revolución, así como promueve una empatía que disuelva el conflicto y la contradicción privilegiando el encuentro acrítico.

Durante la pandemia, millones de niños, niñas y jóvenes fueron sometidos al aislamiento, el temor al encuentro, la perdida de sentido y el desarrollo de la cultura del aprendizaje aislado que promueve competitividad. La vuelta a clases debe superar los quiebres y tensiones en los vínculos sociales generados por el encierro, pero también por la odiosa estratificación escolar. La vuelta a las aulas debe subrayar el encuentro como camino para aprender juntes y construir sentido colectivo creador de las emociones.

  • ¿Qué viene?

Lo que viene como ofensiva del capital contra la educación pública es terrible. Ya Santillana, McGraw Hill y otras corporaciones están presentando a los ministerios de educación de la región sus plataformas educativas que superan lo conocido con las plataformas comunicacionales, las cuales, usando inteligencia artificial, análisis de metadatos y bloques de datos procuran mostrar a las escuelas y docentes como dinosaurios pedagógicos. Su único interés absorber de manera sostenida, el presupuesto público destinado hoy a la educación de los, las, les hijes de la clase trabajadora, campesinos, pobladores, es decir, del pueblo.

Debemos juntar esfuerzos para evitar el estallido de la burbuja educativa, que es la denominación que hemos seleccionado para agrupar el conjunto de iniciativas que el gran capital trabaja para disminuir el peso real de la educación presencial y consolidar la llamada transformación digital.  Resistir a esta ofensiva del capital demanda resolver la brecha epistémica que afecta al movimiento social pedagógico alternativo.

Pero esta realidad no puede servir de bases para darle las espaldas al desarrollo científico y tecnológico del presente.  Necesitamos pensar la tecnología de la cuarta revolución industrial en clave de pensamiento crítico, justicia social y transformación radical de las relaciones sociales de poder.  Ese es el desafío mayor.

  • ¿Qué hacer?

Necesitamos defender la escuela presencial pública financiada por el Estado, con perspectiva crítica, emancipadora, solidaria, abierta a usar, pero no dejarse eclipsar por la transformación digital. Urge construir espacios de encuentro y debate para pensar juntes una taxonomía educativa alternativa la de Bloom, Kendal, Manzano y otros que permita orientar la construcción de plataformas educativas que contribuyan a que la escuela presencial fomente la ciudadanía critica, el pensamiento divergente, la creatividad y la solidaridad.  Necesitamos pensar los contenidos digitales en clave de resistencia y pensar la pedagogía situada en las realidades emancipadoras de la tercera década del siglo XXI

Referencias bibliográficas

Bonilla-Molina, Luis (2016) Apagón Pedagógico Global (APG). Las reformas educativas en clave de resistencias. Revista Viento Sur, número 147. España

Bonilla-Molina, Luis (2017) Apagón Pedagógico Global. Video disponible en YouTube https://www.youtube.com/watch?v=zZ79h4Zu4SE

Bonilla-Molina, Luis (2021). Educación 4.0, contenidos digitales y plataformas virtuales. Video animado disponible en YouTube https://www.youtube.com/watch?v=s641QZG_2hg

Bonilla-Molina, Luis (2017) Todo el Mundo cabe en una casa. Disponible en el sitio web del autor luisbonillamolina.com

Bonilla-Molina, Luis (2020) El derecho humano a la educación hoy. Ediciones CLADE. Disponible en https://luisbonillamolina.com/2020/11/15/el-derecho-a-la-educacion-hoy/

Bonilla-Molina, Luis (2020) Escuela, universidad y educación en la cuarta revolución industrial. Disponible en el sitio web del autor luisbonillamolina.com

Bonilla-Molina. L y otros (2021) Pandemia, Vacunación y retorno a clases presenciales. Observatorio social del coronavirus. CLACSO, Buenos Aires. https://www.clacso.org/pandemia-vacunacion-y-retorno-a-clases-presenciales-en-america-latina-y-el-caribe/

Bonilla-Molina, Luis (2021) El estallido de la burbuja educativa. Disponible en https://luisbonillamolina.com/2021/12/12/el-estallido-de-la-burbuja-educativa-la-madre-de-las-batallas-en-defensa-de-la-educacion-presencial/#:~:text=La%20burbuja%20educativa%20resume%20el,desde%20la%20primera%20revoluci%C3%B3n%20industrial.

Bonilla-molina, Luis (2021) ¿Qué es la brecha epistémica en educación? Disponible en https://luisbonillamolina.com/2021/11/28/que-es-la-brecha-epistemica-en-educacion/

UNESCO (2015) Replantear la educación: ¿Hacia un bien común mundial? Ediciones UNESCO Paris. Francia.  Disponible en https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000232697

Pandemia, derecho a la educación, aprendizajes y estallido de la burbuja educativa

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Educación y democracia: ¿educar tontos o príncipes?

Por: Juan Carlos Yáñez Velazco

Tres escritores de primer orden escribieron o hablaron en días recientes del mismo tema. Juan Villoro, uno de los más destacados en el panorama literario latinoamericano, tituló su colaboración periódica “Democracia para tontos”. Su foco no es angelical o etéreo. Encarrerados en una contienda por ganar la candidatura presidencial del partido gobernante en México, sus máximas figuras, transmutadas en “phono sapiens” (Byung-Chul-Han, dixit) se promocionan en TikTok.

En pos de su objetivo los personajes en cuestión actualizan los medios para alcanzarlo. Las preguntas de Villoro son punzantes: “¿Vale la pena promocionarse ante un público desinformado, buscando votos de quienes no necesariamente irán a las urnas?”. Su juicio es lapidario: “Utilizada como herramienta política, TikTok ayuda a construir una democracia para tontos”.

El último párrafo de Juan Villoro es didáctico: “En el México contemporáneo, los actores públicos están lejos de ser magos o científicos, pero si desean conectar con los jóvenes, deberían ejercer una actividad olvidada por la política: el pensamiento”. Lamentablemente, los políticos no lo leerán, porque están divertidos en redes sociales o grabando sus nuevos tiktoks.

De paso por Oaxaca, donde participó en la clausura de la Feria Internacional del Libro, Fernando Savater se reunió con periodistas. El diario “El economista” recogió parte de sus declaraciones, entre ellas, un pensamiento ya esgrimido: “Una democracia de ignorantes no puede funcionar. La democracia tiene que educar en defensa propia, porque el peligro en contra de la democracia son los ignorantes y su peso dentro de la sociedad”.

La educación tiene que educar príncipes, no súbditos, dijo el donostiarra: “La idea de que la educación es simplemente para mantener a la gente sojuzgada es una ingenuidad. Lo que pretende la educación es que todo mundo forme parte de la élite y no solamente unos cuantos. La educación no busca la igualación por abajo, que todo el mundo sea ignorante o que sea populista, sino que la educación busca que todo el mundo conozca la aristocracia del pensamiento y de la libertad. Por lo tanto, educar es educar príncipes, siempre. Educamos para que la gente sea príncipe, pero no unos cuantos sino todos; esa es la diferencia con la educación que busca elogiar al pueblo y decir ‘que bonito es el pueblo’, para que siga siendo siempre esclavo de los príncipes”.

¿Los sistemas educativos ahora, acá o allende el Atlántico, educan súbditos o príncipes? ¿Caben dichas expresiones?

Entrevistado en el programa televisivo español “El hormiguero”, Arturo Pérez-Reverte volvió a sus críticas contra la escuela que tenemos. Así las recoge “La Vanguardia” el 19 de octubre: “Tú no puedes tratar igual al niño brillante, que el día de mañana puede ser quien esté tirando de la locomotora y del carro de la vida, quien haga mejor el mundo para los otros, que al que se niega a estudiar o al que no tiene el talento suficiente”.

Aficionado a las polémicas en Twitter, Arturo Pérez-Reverte arremetió contra la escuela facilona, que se hinca ante las presiones paternas y edulcora las exigencias: “Todos deben tener las mismas oportunidades, por supuesto, eso es la igualdad, pero, una vez dentro del sistema, al brillante prémialo, apóyalo, ayúdalo, empújalo, estimúlalo. Y al que no es brillante ayúdalo, pero no intentes rebajar al brillante a la altura del mediocre, porque entonces te los estás cargando a todos”,

Acuciosos observadores del mundo de las no-cosas, como lo define Byung-Chul-Han, las coincidencias de los tres escritores invitan a la reflexión sobre las mutaciones culturales que vivimos y sus efectos en los sistemas educativos.

La afinidad de ideas entre ambos filósofos aplica también al territorio de las escuelas. Dice Savater, como repitiendo a Byung-Chul-Han: “actualmente hay una tendencia a, en vez de resolver los problemas, resolver el lenguaje con que nos referimos a ellos. Se buscan fórmulas perifrásticas para referirnos a cosas, entonces, claro, las cosas no se resuelven con eso… No se trata de buscar perífrasis para endulzar nuestro aspecto, nuestras limitaciones, sino buscar remedios a los verdaderos problemas que tienen las personas que no son verbales”.

Si los sistemas educativos tienen a su cargo la tarea (para muchos imposible, o casi) de formar a los ciudadanos, pero los ciudadanos se mueven al compás de las notas volátiles de las redes sociales, por la fugacidad permanente de WhatsApp; por Facebook y los “Me gusta”, “Me encanta”, “Me enoja”… por las selfis como expresión chismosa y vanidosa, ¿entonces, podemos también acusar a los sistemas educativos de la endeblez de los valores prevalecientes? ¿Son los profesores testigos impotentes ante la conversión del homo sapiens en phono sapiens? ¿Cuál es su responsabilidad?

Frente a la idea de la sociedad de la desinformación que construye Daniel Innerarity, tenemos que colocar los fundamentos científicos y humanísticos en su sitio, para evitar los fenómenos que vivimos, impregnados de insustancialidad y buenaonda. Tenemos, quizá, que plantear un nivel más alto de rigor para escapar del discurso pseudopedagógico disfrazado de progresista. Para que en los salones de clase no se privilegien opiniones sin argumento, explicaciones sin profundidad o cualquier clase como sinónimo de enseñanza.

¿Educamos tontos o príncipes? ¿Es un falso dilema? Tal vez sí, sería suficiente, pero bastante, con preparar ciudadanos para estas sociedades enredadas y líquidas. Para los ciudadanos de estas sociedades que, quizá, se perdieron o podrían extraviarse entre gorjeos y tiktoks.

*Publicado en “El Diario de la Educación” (España)

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Venezuela – Cuadernillos: Investigaciones Lugarizadas – UNEM Sucre y Nueva Esparta

Investigaciones Lugarizadas – UNEM Sucre y Nueva Esparta

«Siguiendo la filosofía Robinsoniana, entendemos que el trabajo que se debe realizar desde la Red Lugarizada de Investigación es en colectivo, no podemos seguir solos en la búsqueda del conocimiento, vamos a investigar, pero no desde el «yo» sino desde el «nosotros». ¿Estamos investigando para colectivizar los beneficios? ¿Nos vemos como investigadores o nos creemos lo que muchos dicen que el docente no es investigador, como si en cada niño o joven que atendemos, no tenemos realidades que nos ameritan indagar sobre él o ella para atenderlo o atenderla y darle
así, el apoyo a la situación evidenciada? ¿caso cuando buscamos las causas que afectan a un niño o niña, no estamos investigando realidades? ¿Cuál es el concepto de investigador que tenemos?» (Cuadernillo Estado Sucre, p. 8)

Descarga el Cuadernillo del estado Sucre en el siguiente enlace:

CUADERNILLO SUCRE

 

«La Unidad Territorial de Gestión Universitaria del Estado Nueva Esparta, presenta el Cuadernillo N° 1, OLAS DE FORMACIÓN, en el encontraremos las experiencias vividas por UTGU y ULGU en su carácter de mediador del
aprendizaje colaborativo donde se analiza y reflexiona de forma colectiva su papel como agitador del proceso de investigación y formación que responda a la educación lugarizada. En este sentido, la intencionalidad de este cuadernillo, surge del interés primordial en socializar y hacer pública las experiencias investigativas que desde cada centro de formación UNEM se plantean, sistematizando los encuentros con nuestros tutores regionales, docentes investigadores, estudiantes tanto de PNF como de PNFA y los tutores de trabajos de investigación.» (Cuadernillo estado Nueva Esparta, p. 2)

Descarga el Cuadernillo del estado Nueva Esparta en el siguiente enlace:

CUADERNILLO NUEVAESPARTA

 

Fuente de la Información Centro Internacional de Investigación Otras Voces en Educación / CII OVE

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¿Para qué?

¿Para qué?

Fernando Buen Abad Domínguez

A falta de líderes emblemáticos para el presente, la derecha se reúne a reciclar ataques contra la humanidad. Hablarán, en nombre de Dios, sobre cómo reprimir a los pueblos, imponer reformas laborales y fortalecer sus armas de guerra ideológica. Hablarán en nombre de la Libertad y de la Democracia. Reciclarán sus “valores” -o antivalores- porque les preocupan los “populismos” que inquietan al idilio burgués mientras la realidad, cruda y dura, reacomoda todo. Comenzando con la ideología de la clase dominante que se asusta, y se desespera, cuando pierden poder sus elixires y sus chantajes. Cada día les es menos fácil esconder los muertos y la miseria que el capitalismo fabrica. Y están organizando, lo sabemos, cosas peores. ¿Cómo lo disfrazarán sus mass mediahttps://cpacmx.com/.

Se reunirán, con su instinto monopólico a cuestas. Congregarán sus contradicciones mientras el mundo acusa estragos de fracaso civilizatorio. Ellos saben que no hay manera de defender al capitalismo que se encargó de destrozar toda posibilidad de prosperidad para la humanidad entre guerras, debacles económico-políticas, pandemias y devastación de la dignidad humana. Compartirán discursos de ambigüedad salivosa y, entre manotazos de ahogado, tratarán de organizar su idea de Democracia de élite, con su “pluralismo de soliloquios”, para asegurarle lugar al “discurso único” de endeudar a todos y asegurar la renta de unos cuantos. A cualquier precio.

Se reúnen para organizar su sobrevivencia, en el escenario electoral próximo, y porque saben que ya no son capaces de mangonear a sus anchas, ni siquiera en los campos semánticos de sus intereses. Saben que entró en crisis su “inteligencia” y su misticismo escapista. Por eso se pertrechan con más armamentos legalistas y leguleyos, financian la “guerra judicial” en su laberinto histórico, arman guerras contra los trabajadores disfrazadas de reformas laborales, reordenen el mapa del saqueo de los recursos naturales, y reorganizan sus fuerzas represoras de cuerpos e ideas… todo eso con alharacas por la “corrupción” y la “inseguridad” mientras promueven todas las baratijas del neo-fascismo. Exhibirán, sin pudor, una moral monopólica que requiere la desaparición de toda competencia. ¿Y nosotros qué hacemos mientras tanto?

Ellos advierten su derrumbe y se disponen a cerrar toda salida hacia una nueva sociedad. Se devanan los sesos para lograr modificaciones en las más rancias manías del control y el reformismo. Se reúnen para consolidar blindajes a su modelo económico, desde las bases de sus estructuras jurídicas y militares… su pérdida de “ideas” y de futuro en la espiral descendente y abismal de su decadencia. También repasarán el instructivo imperial protocolizado por la “derecha madre” que recrudece su cada día más mediocre decisión de refugiarse en el reino de la mediocridad mediática. No es un “juego de palabras” es el relato de una decadencia que, cuanto más se hunde, más farándula se vuelve y más peligrosa puede resultar si nos descuidamos. Su reunión contendrá nichos de obsecuencia y ridículo entre vahos de intransigencia individualista sin importar cómo se llamen. Y, mientras, serán aplaudidos por sus “teles”.

Eso que les queda como agenda político-económica, será dirimido a tirones de egolatrías lenguaraces domesticadas para fabricar eufemismos que camuflan, de mil maneras, el odio de clase burgués. Sus más conspicuos representantes tienen la tarea infausta de idear ilusiones rentables para sus jefes… crearles espejismos sobre sí mismos y sobre su destino mesiánico. Sus mejores “ideas” se pudren en el caldo irracional de sus planes de ganancias y sus modelos de negocios. Ya veremos cuántos gobiernos se hacen cómplices de cada “acuerdo” pergeñado en esta reunión. Por eso fundan reinos de espionaje desesperado y procaz como neo-estrategias para reprimir y, especialmente, para sembrar pruebas falsas a quien se les antoje sacrificar en sus campos de guerra judicial. De sus aulas y laboratorios de pensamiento sólo emergen proyectos de usura, evasión, fraude y desfalco.

No es mala idea tomarse en serio lo que se discuta en éste y otros encuentros. Observarlo de cerca, decodificar sus mensajes patentes y latentes. Saldrán con la consigna de impregnarnos su optimismo y convencernos de que ellos son lo mejor que pudo pasarnos. Avanzarán hacia la radicalización de sus protocolos de saqueo y explotación, con modalidades retóricas “nuevas” cargadas con campañas mediáticas y hacia un modelo de control que les crece desigualmente. Hoy les vemos el rostro, con mayor nitidez histórica y les vemos su declinación que, no sin amenazas, encierra la advertencia de una época peor. No todo en el derrumbe del capitalismo es “noche y silencio”. Por el contrario, para los pueblos es claridad y fortaleza porque nace, firme, la certeza de que otro mundo es posible, necesario y urgente. Si atendemos nuestras debilidades como se debe.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

 

Fuente de la Información: https://rebelion.org/para-que/

 

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UNICEF: Jóvenes activistas climáticos exigen acción e inspiran esperanza

Jóvenes activistas climáticos exigen acción e inspiran esperanza

A medida que los impactos del cambio climático se intensifican con cada año que pasa, más y más jóvenes se unen al movimiento por un cambio positivo. Al liderar la discusión sobre el cambio climático, también están creando conciencia y motivando a otros a tomar medidas.

UNICEF se asoció con Fridays For Future , una organización fundada por Greta Thunberg, para hablar con jóvenes activistas climáticos sobre cómo los ha afectado el cambio climático y qué están haciendo para combatirlo. Comparten sus experiencias y alientan a otros a tomar medidas por un mundo más limpio, fresco y feliz.

María, México

Desde pequeña, María, de 19 años, ha visto de cerca los impactos de la crisis climática, en especial la crisis del agua que recorre todo México. Mientras que las sequías y el aumento de las temperaturas provocan incendios forestales, los ciclones provocan inundaciones y pérdidas de cosechas. Para luchar contra esto, se convirtió en activista climática a tiempo completo. Ella cree que el problema de la escasez de agua no se puede ver de forma aislada sino como parte de un ecosistema más grande.

“Para preservar el agua, tenemos que preservar los bosques”.

Tahsin, Bangladés

Tahsin Uddin, de 22 años, es un activista climático en Bangladesh, un país donde muchas personas son vulnerables a los impactos del cambio climático. Promueve el ciclismo como un vehículo ecológico a través de su organización juvenil y capacita a los adolescentes en el periodismo móvil, al mismo tiempo que planta árboles y organiza limpiezas. Insta a los jóvenes a participar en el movimiento climático de su país.

“Aunque nosotros, los jóvenes, no somos responsables del cambio climático, tendrá un mayor impacto en nosotros”.

¿Qué inspiró a Tahsin y qué pueden hacer los jóvenes para empezar a proteger el medio ambiente? Leer más >>

Russel, Dominica

Russell Raymond, de 17 años, es un reportero de la nación caribeña de Dominica. Cuando el huracán María tocó tierra en septiembre de 2017, devastó su país, sumergió calles, voló techos de casas y escuelas y obligó a su familia a buscar refugio. Desde entonces, ha utilizado la fotografía para hacer una crónica de los impactos del huracán en la isla a la que llama hogar. En este video revisita algunos de esos recuerdos.

“Formas alternativas de energía como la energía solar y la eólica… pueden detener el cambio climático o al menos hacerle mella”.

Lo que Russell vio después del huracán: vea el ensayo fotográfico >>

Mitzi, Filipinas

Durante la pandemia de COVID-19, Mitzi Jonelle Tan, una activista de Manila, ha estado haciendo campaña por la justicia climática. Cuando Filipinas fue azotada por dos huracanes consecutivos en 2020, su organización entró en acción: alimentó a las comunidades que quedaron hambrientas y les preguntó sobre sus problemas y cómo se sintieron después de la tormenta.

“No se trata solo del clima y el medio ambiente. Se trata de justicia”.

Desde amplificar las voces por la justicia climática hasta exigir rendición de cuentas, lea sobre el trabajo de Mitzi >>

Nkosi, Zimbabue

Nkosilathi Nyathi, de 17 años, es una activista climática de UNICEF de Victoria Falls, Zimbabue. Nos guía a través de los cambios que ha presenciado de primera mano como resultado del cambio climático. Siente que aunque los jóvenes pueden ver y sentir los efectos del cambio climático, muchos no saben lo que está pasando y él quiere cambiar eso.

“No hay otro momento para actuar que ahora”.

¿Qué mantiene a Nkosi en la primera línea de la justicia climática? Lea su entrada de blog >>


El cambio climático está afectando la vida de los niños y jóvenes en todo el mundo. El mundo debe cumplir su compromiso de limitar el calentamiento a 1,5 o C. Leer más >>

Fuente de la Información:  https://www.unicef.org/stories/young-climate-activists-demand-action-inspire-hope

 

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