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La reforma educativa en la globalización (y IV)

Por: Carlos Ornelas

Los dos miércoles anteriores expuse cómo explicarían la Reforma Educativa del gobierno de Peña Nieto los abanderados de la teoría de la cultura mundial y los del neoimperialismo cultural. Hoy expongo la visión del prestamista y el prestatario. Jeremy Rappleye advierte que la transferencia de modelos de reforma educativa —un fenómeno conocido como préstamo de políticas— no debe entenderse como copia, emulación, convergencia, difusión o hipoteca (Cf. Exploring Cross-national Attraction in Education, Oxford, Symposium, 2007)

Las ideas centrales del enfoque del prestamista y el prestatario se caracterizan por ocuparse de actores locales y por estudiar la “lógica social” de los sistemas para explicar por qué las prácticas y las creencias del pasado perduran en el presente y cohíben la recepción y ejecución de las políticas importadas. Varios autores califican el estatus de la globalización como el relato hegemónico que a menudo conduce a realizar análisis que no toman en cuenta la historia ni las condiciones nacionales. El marco interpretativo de la transferencia de políticas considera el poder constitutivo del sistema nacional y, por ende, señala la importancia de analizar motivos, procesos y resultados de las reformas educativas importadas en un contexto particular.

Los partidarios de esta tendencia dirían que si bien la reforma del gobierno de Peña Nieto retoma porciones del Informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos de 2010 (Mejorar las escuelas: estrategias para la acción en México), su propósito central fue político, se trataba de disminuir la influencia en el sistema escolar de un poder constituido, el del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, que se había apoderado de la rectoría de la educación nacional. Los signatarios del Pacto por México tenían claro que la reforma no avanzaría —o se mediatizaría como las que emprendieron los gobiernos de Carlos Salinas y de Felipe Calderón— si no se acometían de frente las tradiciones corporativas que, desde la perspectiva plasmada en el Pacto, producía una educación de baja calidad, costosa, plagada de relaciones corruptas que degradaban la posición de México en el contexto mundial.

Los motivos expresos de la propuesta de reforma desencadenaron procesos de cambio que pusieron en acción a actores tradicionales (partidos políticos, SNTE, Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación) y organizaciones de la sociedad civil que irrumpieron en la coyuntura.

Para encausar la discusión de la reforma, los partidos políticos echaron mano del bagaje que la OCDE había propuesto, en especial para la formulación del servicio profesional docente, pero no adoptaron —ni siquiera insinuaron— dos de las premisas más queridas del movimiento neoliberal de reforma educativa: “privatización y libertad de elegir”. Cierto, el gobierno y el Congreso federal desplegaron el proyecto en enmiendas constitucionales, elaboración de leyes donde incorporaron partes del discurso neoliberal y la creación de nuevas instituciones. Pero el contexto nacional dictó otras condiciones que, si no contradecían por completo las propuestas de la globalización, sí divergían de ella.

Para el gobierno y para los partidos que se aliaron a él para dilucidar el paquete de reformas estructurales, el asunto político y simbólico era más importante que seguir un guión prescrito por el orden global. Las motivaciones de los actores nacionales pesaron más que las de organismos intergubernamentales.

Sin embargo, tanto en el Pacto como en las iniciativas de reforma constitucional y nuevas leyes, el gobierno retoma las porciones importantes del informe de la OCDE para alinear a los maestros a un esquema de profesionalismo, disminuir la influencia de la tradición normalista ligada al SNTE, poner el acento en la calidad educativa y algunas otras como rendición de cuentas. Pero rechaza —contradice de manera expresa— las sugerencias de descentralizar y otorgar más facultades a los estados.

Tanto en el discurso político, cuanto en los esbozos de cambio institucional, las propuestas globales se manifiestan como telón de fondo, como un aparato de apoyo, algo que el gobierno pide en préstamo para lograr fines propios.

Sin desdeñar las aportaciones de las otras dos teorías, pienso que el enfoque del prestamista y el prestatario es más atractivo porque considera la dialéctica entre lo global y lo local.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-reforma-educativa-en-la-globalizacion-y-iv/

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Innovar: ¿En qué y para qué?

Por: Jaume Carbonell

No todo vale. Depende de qué fines y valores se priorizan al servicio del empoderamiento individual y colectivo.

Para mejorar la enseñanza. Para cambiar la escuela. Para transformar la educación. Para reformar, reestructurar y revolucionar el sistema educativo. Todas estas respuestas nos dicen mucho o bien poco: porque dichos procesos, con frecuencia, suelen derivar en modificaciones  epidérmicas, coyunturales o parciales y no logran alterar con suficiente radicalidad y profundidad el statu quo;  e incluso pueden suponer  una involución conservadora y segregadora. ¡Cuántos ejemplos de ello acumula la historia de la Humanidad: en tiempos remotos y muy recientes! Basta recordar los relatos y posicionamientos colonialistas, populistas y neoliberales.

De ahí la necesidad de interrogarnos sobre el sentido y el propósito de este concepto tan versátil como es el de la innovación que siempre opera en dos planos: el individual y el colectivo. El primero se vertebra a partir de los principios que garantizan el bienestar y la felicidad de los seres humanos. Se puede resumir en dos palabras: libertad y equidad. O lo que es lo mismo, disfrutar de los mismos derechos y oportunidades pero respetando la individualidad -que no el individualismo-.

Sostiene Kant que “educamos para ser personas libres, capaces de pensar por ellas mismas”. Una máxima que nos empodera para el librepensamiento y el pensamiento crítico, y que nos permite desarrollar tanto las facultades mentales y creativas como los valores éticos y las virtudes cívicas. Para adquirir y asimilar críticamente los contenidos y competencias básicas; para convertir la información en conocimiento; para aprender la lectura del texto y del contexto; para ejercer la autonomía de criterios que nos permite dudar y hacernos nuevas preguntas; para reorganizar el conocimiento y la experiencia que facilita una mejor comprensión de la realidad; para construir proyectos de vida; para ejercer sin restricciones de ningún tipo los Derechos Humanos -individuales y sociales-; para seguir aprendiendo; y para, en palabras de Dewey“promover un proceso educativo que ponga al sujeto en condiciones de una nueva educación”.

Esta libertad y equidad se ampara, desarrolla y enriquece en las distintas colectividades “micro”, “meso” y “macro”: desde el grupo-clase y el centro hasta la comunidad y el territorio. La clave reside en la fortaleza de la democracia educativa: en cómo los diversos agentes educativos ejercen sus derechos y responsabilidades, dialogan activamente en la conversación y participan en la toma de decisiones, y se dotan de estructuras organizativamente flexibles -con liderazgos distribuidos y la máxima horizontalidad posible- y tranparentes, que faciliten el control democrático y la rendición de cuentas. C.Freinet lo dice muy bien: “Lo más importante es obtener del grupo la máxima eficiencia al servicio de la colectividad”. La cooperación, por tanto, siempre es en provecho del bien común.

Los caminos de la innovación se nutren de diversos relatos, con un sinfín de vaivenes y matices. Nada es absoluto y estático. No obstante, para el logro de este bienestar individual y colectivo, asociado a la libertad y la justicia social, se requieren una serie de requisitos. Ahí van, muy sintéticamente, cinco de ellos. 1) Intensidad: qué grado de radicalidad y profundidad alcanza cualquier proceso de innovación y cambio educativo. 2) Sostenibilidad: es importante iniciar una innovación pero el reto mayúsculo y poderoso es mantenerla y consolidarla. 3)Carácter sistémico: de qué modo las distintas piezas que conforman el aprendizaje y la institución se articulan y andan a la par. 4) Orientaciones y fines. Qué valores se priorizan y cómo se consigue el acceso de toda la población a una educación y cultura de calidad, desde la cuna a la tumba. Premisa básica para el empoderamiento individual y colectivo. Y 5) Compromiso. Una actitud firme que desenmascare y resista a los discursos y prácticas dominantes conservadoras y neoliberales, pero sin aceptar su determinismo y fatalismo, tratando de convertir las dificultades y posibilidades. Porque siempre hay brechas y espacios de autonomía para la construcción de alternativas pedagógicas radicales. Algo que sólo puede encararse desde un optimismo sin complejos, bien documentado y argumentado. O, como dice Gramsci, desde el “pesimismo de la razón y el optimismo de la voluntad”.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/pedagogiasxxi/2017/10/25/innovar-en-que-y-para-que/

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La pedagogía del apartheid

Por: Jonathan Ofir

Hace dos meses el Ministerio de Educación de Israel introdujo una pregunta de cuatro partes obligatoria en los exámenes de matrícula de educación cívica. Se pide a los estudiantes que den su opinión sobre un «tema público controvertido» que incluye, por ejemplo, «permitir que diferentes grupos de la población vivan en barrios separados». En la circular a los maestros se dijo que, dado que los docentes «a veces encuentran declaraciones incendiarias o racistas contra grupos o individuos» en el examen, «es importante dejar en claro a los estudiantes que las declaraciones racistas o inflamatorias en cualquier parte de la pregunta descalificarán la respuesta completa» (que vale 11 puntos de un total de 100).

Pero la semana pasada el jefe de la secretaría pedagógica del ministerio, Moshe Weinstock, revocó al supervisor cívico del ministerio y rescindió la regla. Se envió una actualización a los maestros donde se eliminó la prohibición de las declaraciones racistas y se eliminó la cuarta parte de la pregunta, en la cual los estudiantes tenían que defender su posición a la luz de sus propios valores.

Esta historia fue publicada por Haaretz (Or Kashti) el miércoles y el jueves por Times of Israel (Stuart Winer) con algunos detalles adicionales.

Para comprender qué hay detrás de la decisión es necesario analizar los motivos que se dieron tal como se informaron. Un examen detallado revela que son falsos.

Veamos primero la naturaleza de la pregunta propuesta en cuatro partes, como se señala en Haaretz:

Los temas de la muestra incluyeron el agua fluorada, permitir que diferentes grupos de la población vivan en vecindarios separados, la cuantía de las asignaciones del Gobierno por hijo y cuota femenina en el Parlamento. El estudiante, después de expresar su opinión, debe dar un argumento a favor y otro en contra. Luego debe explicar por qué considera que el argumento a favor es más convincente. Finalmente debe basar su argumento en su «interpretación de la realidad, los valores en los que cree y sus preferencias personales en el ámbito emocional y personal».

A continuación de la sección final («interpretación de la realidad»), se formuló la prohibición y la pena en relación con las declaraciones racistas. El ministerio sacó esa cuarta parte, junto con la prohibición del racismo. Por lo tanto usó la pregunta en sí misma como un pretexto para descartar la prohibición del racismo como un todo, pero como hemos visto, esa prohibición se relaciona con » cualquier parte» de la pregunta de cuatro partes. Entonces, efectivamente, el ministerio tiraba al bebé con el agua del baño esperando que no notáramos al bebé.

La actualización del ministerio dijo que esta reversión se debió a la necesidad de «hacer el cambio», es decir, de introducir este nuevo tipo de pregunta «gradualmente». Prometió que después de que el ministerio vea cómo funciona la pregunta, «consideraremos cómo mejor expandirla», como ha informado Haaretz. Pero esto se refiere a la pregunta misma, no a la prohibición del racismo. The Times of Israel confirmó el reclamo: la eliminación «surgió de la necesidad de asimilar gradualmente el cambio para permitir a los estudiantes lidiar con la pregunta de la mejor manera posible».

Pero a los estudiantes aún se les está pidiendo que argumenten a favor y en contra, además de explicar por qué encuentran su argumento más convincente que el otro. Aquí hay muchas oportunidades para obtener respuestas racistas, incluso cuando se toma la cuarta parte de la pregunta. La cláusula concerniente a las respuestas racistas pretendía evitar eso.

¿Era esa cláusula extra sobre el racismo solo un ejercicio teórico para evitarlo?

Haaretz cita a un profesor de civismo:

«Muchos estudiantes escriben cosas racistas en el examen de matriculación: los árabes son una quinta columna, no hay problema con expulsar a los árabes de Israel, está permitido discriminar a los árabes en comparación con los judíos y es posible anexar territorio sin otorgar derechos civiles», dijo. Y agregó que los revisores de los exámenes se quejaban de esto por mucho tiempo. «Mientras no exista una indicación a priori de que cualquier respuesta racista será descalificada, esto constituye el estímulo oficial para el racismo».

Weinstock, jefe de la secretaría pedagógica del ministerio, citado por Haaretz como el que realmente ha rescindido esta regla por los argumentos ostensibles de que «tenemos que inculcar el cambio gradualmente», hizo esto sin consultar con su comité asesor, a pesar de que se cita a varios miembros respaldando su decisión. Haaretz cita a los miembros del comité argumentando que, después de todo, la circular original estaba «mal redactada» y que «la preocupación era que, con una instrucción tan radical, los docentes estarían propensos a interpretar un millón de cosas como racismo».

Así que aquí estamos, finalmente se aborda el problema del racismo. Sí, ese es el problema real del que hablamos aquí, todo lo demás es solo auxiliar.

Cuando se eliminan las tonterías de los argumentos, lo que nos queda es un arrepentimiento en nombre del ministerio que ha abierto este nido de serpientes llamado «racismo». El ministerio intentó argumentar que «condena cualquier exhibición de racismo». Tales exhibiciones no tienen cabida en las escuelas, incluso en los exámenes», como señaló Haaretz. Pero esto no se refleja en la realidad. El ministerio de Educación, encabezado por Naftali Bennett (el ponente del «auto-antisemitismo»), ha introducido en los últimos años políticas egocéntricas, mesiánicas y racistas, incluyendo la prohibición de una novela dentro del currículum porque interpreta un romance entre un judío israelí y un palestino, afirmando que «las relaciones íntimas entre judíos y no judíos amenazan la identidad individual».

Eso es apartheid, en caso de que alguien no se haya dado cuenta todavía. Es absolutamente apartheid, ya que literalmente esa palabra significa «separación».

Preguntas como «permitir que diferentes grupos de la población vivan en barrios separados» son tan intrínsecamente discriminadoras que casi nadie lo registra como tal en Israel. Es como si estuvieras preguntando «¿Estás a favor o en contra del apartheid?». Si el alumno contesta «sí, estoy a favor», no se considera racismo en sí mismo. Esta no es una respuesta correcta o incorrecta. Pero es una cueva de víboras. ¿Qué pasa si un maestro decide tomar nota de que el apartheid es racismo?

Esta es una discusión que tan controvertida en Israel que apenas saben qué hacer con ella.

Haaretz cita a una maestra diciendo que:

Aparentemente [el] ministerio «temía definir qué es el racismo, tal vez porque serían descalificadas demasiadas respuestas». En lo cívico «todo es terriblemente sensible», pero la «intención de Bennett» es bloquear casi cualquier posibilidad de un discusión compleja de la realidad «, acusó.

Uno de los partidarios de levantar la prohibición fue Yossi Londin de Orot Israel, una escuela de educación religiosa. Fue designado por el comité asesor de civismo de Bennett y está afiliado a Habayit Hayehudi, el partido del hogar judío. Dijo que «la redacción excedió el mandato del examen de matriculación de educación cívica y era susceptible de causar más daño». Sin embargo, agregó que no se aceptaría ninguna respuesta si «contradice los valores y leyes del Estado».

¿Qué valores y leyes? ¿Los valores y las leyes racistas? Londin en realidad, y sin darse cuenta, está diciendo que el racismo está bien, porque no contradice los «valores y leyes del Estado». Simplemente no se da cuenta.

Estado racista, valores racistas, leyes racistas y educación abiertamente racista. Eso es Israel año 2017.

Y si yo estuviera en el instituto y respondiera en un examen de educación cívica, es probable que algún maestro descalificara mi respuesta por «racista» o porque «contradice los valores y las leyes del Estado». Pero no necesitarían una cláusula especial para hacerlo de todos modos.

Traducido del inglés para Rebelión por J.M

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=23320

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El sismo en la educación: vías para su reconstrucción

Por: Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia

Seminario de Historia y Política de la Educación

Universidad Iberoamericana

Ciudad de México

Desde inicios del mes de septiembre del 2017 varios acontecimientos golpearon a la República Mexicana, empezando con los huracanes “Irma”, “Katia” y “José” que provocaron suspensión de clases en varios estados del país (Reforma 7 de septiembre del 2017). Posteriormente, dos temblores cimbraron a México, dejando un saldo catastrófico que afectó a los estados de Oaxaca, Estado de México, Guerrero, Puebla, Hidalgo, Tlaxcala, Morelos y la Ciudad de México, con más de 350 pérdidas humanas y daños materiales como edificios colapsados o inhabitables. En el sector educativo miles de estudiantes quedaron sin clases ya que se registraron 12,931 escuelas que deben ser reparadas o reconstruidas (González, 2017, 26 de septiembre).

El secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, afirma que para la reparación y construcción de las escuelas afectadas a nivel nacional se necesitarán 13 mil millones de pesos (Hernández, 2017, 28 de septiembre). Del total de escuelas afectadas, Nuño menciona que 400 deberán ser reconstruidas. Se espera que este número cambie ya que se calculan dos semanas o más para revisar todos los planteles. (González, 2017, 26 de septiembre).

A raíz de lo anterior, la SEP ha decidido implementar un regreso a clases escalonado, de tal manera que se garantice la seguridad de los alumnos a través de un proceso de revisión de las instalaciones que culmina con el dictamen de seguridad estructural emitido por un director responsable de obra (Notimex 23 de septiembre de 2017). Estos dictámenes son publicados en la página web de la SEP donde se concentra una lista de las escuelas que podrán regresar a clases. También se ha dicho que las escuelas que no obtuvieron el dictamen deberán iniciar la rehabilitación y reconstrucción de los planteles, teniendo como consecuencia la reubicación de sus alumnos en escuelas cercanas o aulas temporales. Por lo que miles de alumnos continuarán en la incertidumbre de su regreso a clases, ocasionando mayores estragos no solo a nivel académico sino emocional, además de provocar un impacto en la vida cotidiana y económica de las familias mexicanas.

Para las reparaciones de las escuelas dañadas parcial y totalmente, la SEP ha comunicado que cuenta con los recursos suficientes. El financiamiento vendrá de un seguro contra desastres llamado Fondo de Desastres Naturales (FONDEN), del programa Escuelas al Cien y de donaciones por parte del sector privado (Alegría, 2017, 30 de septiembre).

Para el manejo del presupuesto asignado, Enrique Peña Nieto estableció una mesa de coordinación entre los sectores público y privado y aclaró que su objetivo no es administrarlo, sin embargo, González (2017) asegura que es importante la participación del gobierno para orientar la dirección de los recursos en donde hay más necesidad. Esta inversión se suma a lo señalado en el 5to informe de gobierno donde el presidente de la República mencionó que, al concluir la actual Administración, se habrán canalizado 80 mil millones de pesos. Esto representa más de cuatro veces el monto invertido en infraestructura escolar en los últimos dos sexenios juntos, presupuesto que cabe suponer estará destinado en parte a la reconstrucción de planteles educativos y demás generalidades que permitan llevar a cabo las actividades académicas.

Sin embargo en el plano práctico de las acciones implementadas, la SEP se ha enfrentado con el descontento de la sociedad civil y de las instituciones privadas, ya que los sismos han puesto al descubierto una porción de la corrupción en el sector inmobiliario que impera en nuestro país, por lo que el regreso a clases escalonado se está viendo afectado por la inconformidad de padres de familia que ponen en entredicho el aval de un papel que dictamine la seguridad de la escuela (Guerra, A., 2017, 28 de septiembre), generando a su vez contradicciones entre autoridades y población civil. A la par también crece el descontento en el proceso del dictamen de seguridad estructural entre los encargados de las escuelas privadas, ya que mientras este último es automático y gratuito para las escuelas públicas, los planteles privados deben buscar por medio de la delegación a un director responsable de obra específicamente de la Ciudad de México. El procedimiento cuesta entre 7 mil a 15 mil pesos y después de éste deben esperar una serie de papeleos para salir publicados en la página de la SEP (González, 2017, 27 de septiembre).

La SEP se ha enfocado en revisar las condiciones estructurales de los planteles educativos (Aldaz, p., 2017, 24 de septiembre) y ha propuesto, entre otras acciones, una guía dirigida a los docentes que asesora en la atención emocional de los alumnos dentro de las aulas (Poy, L., 2017, 30 de septiembre). En este último aspecto también se han pronunciado organismos internacionales enfatizando la prioridad de atender las necesidades de los niños afectados por el sismo.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) pone en alerta a México por ser el país miembro que menos invierte en educación (González, 2017, 13 de septiembre).

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) hizo un llamado también a poner atención a las necesidades de los 7 millones de niños que viven en las zonas más dañadas. Advierten que, de no ser atendidas las necesidades de salud, física y emocional, educación y vivienda, traerán consigo consecuencias muy graves para sus vidas y para la sociedad (Poy, 2017, 30 de septiembre). Asimismo organizaciones no gubernamentales, como Save the children, expresan su preocupación por la seguridad y bienestar de los niños y niñas, y el urgente apoyo emocional y espacios seguros para recuperarse de lo que han vivido (Reforma Editorial, 2017, 26 de septiembre).

Los sismos no sólo derribaron edificios, también despertaron los conflictos que existen en el ámbito político – pedagógico. Es por esto que no sólo se trata de reconstruir edificios, sino de pensar en construcciones más amigables para los niños, el medio ambiente y la educación que requieran según su contexto, también es importante que se genere un cambio curricular que integre aspectos emocionales en los contenidos académicos. Para empezar este cambio no podemos dejar atrás lo ocurrido, con actividades que retomen los sucesos del 7 y 19 de septiembre sólo para darle un cauce y apagar la solidaridad colectiva. Lo que se debe hacer más bien es enfatizar que los más importantes en este momento son los niños, pero sobre todo de los que viven en las comunidades más afectadas e históricamente abandonadas.

En medio del desastre, los mexicanos hemos podido ver la solidaridad presente en el rescate a niños que, al momento del sismo estaban en sus escuelas, así como el apoyo psicológico y emocional, ludotecas, entre otras iniciativas por parte de civiles dedicadas a los niños. Este es un momento coyuntural en el que maestros, padres de familia y estudiantes,  podemos ir quitando los escombros, porque si pudimos organizarnos durante estos días, podemos cambiar el rumbo de la educación. Tenemos que salir a exigir y proponer desde nuestras trincheras esa educación que soñamos para los niños y niñas mexicanos. México necesita nuestra acción para reconstruir lo que los sismos destruyeron.

Veamos esta tragedia como una oportunidad para tener espacios de diálogo con la SEP, directivos y encargados de reconstruir escuelas en los diferentes estados afectados para que esta iniciativa de reconstrucción tras el sismo lleve consigo una verdadera mejora educativa.

Referencias

Aldaz, P. (24 de septiembre de 2017). Continúa revisión de escuelas de educación básica en la CDMX por sismo. El universal. Recuperado de http://www.eluniversal.com.mx/metropoli/cdmx/continua-revision-de-escuelas-de-educacion-basica-en-la-cdmx-por-sismo

Alegría, A. (30 de Septiembre 2017). Regresan 8.5 millones de niños a las aulas tras sismos; 7.8 millones lo harán próximamente: SEP. La Jornada. Recuperado de http://www.jornada.unam.mx/2017/09/30/politica/014n2pol

Fuentes, V. (29 de Septiembre de 2017). Frena sismo @prende 2.0. Reforma, pág. Nacional 2.

González, I. (13 de Septiembre de 2017). Gasta México poco en educación.- OCDE. Reforma, pág. Naciona 2.

Guerra, A. (28 de septiembre de 2017). Debaten sobre seguridad en escuelas. EL Universal. Recuperado de http://www.eluniversal.com.mx/nacion/sociedad/debaten-sobre-seguridad-en-escuelas

Hernández, É. (28 de Septiembre de 2017). Costará 13 mil mdp reparar escuelas. Reforma, pág. Nacional 7.

Notimex (23 de septiembre 2017). SEP establece 8 acciones para regreso a clases tras sismo. La Jornada. Recuperado de http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2017/09/23/sep-establece-8-acciones-para-regreso-a-clases-tras-sismo-2653.html

Reforma Editorial. (13 de Septiembre de 2017). Censo en escuelas. Reforma, pág. Nacional 6

Universal Editorial. (27 de septiembre de 2017). Millones de niños van a la escuela pero no aprenden. El universal. Recuperado de http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2017/09/27/millones-de-ninos-van-a-la-escuela-pero-no-aprenden-bm-3161.html

“Donen los casi 7,000 millones de pesos de recursos públicos destinados a las campañas políticas del 2018 en México a los damnificados de la tragedia del sismo del 7 y 19 de Septiembre de 2017 en Ciudad de México, Tlaxcala, Estado de México, Puebla, Morelos, Guerrero y también a Oaxaca y Chiapas”. (2017, 27 de septiembre:https://www.change.org/p/inemexico-donar-los-casi-7-000-millones-de-los-partidos-pol%C3%ADticos-a-v%C3%ADctimas-del-sismo-7-sep-y-19-sep)

Fuente: http://www.educacionfutura.org/el-sismo-en-la-educacion-vias-para-su-reconstruccion/

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El INEE dentro de la Reforma Educativa

Por: Manuel Gil Antón. 

Con este título se llevó a cabo, el 18 de octubre de 2017, la quinta sesión del seminario que el INEE ha organizado sobre los avances y desafíos de la reforma educativa. Ahora, porque el tiempo es tirano – como siempre se dice – y el trabajo abunda, no habrá un relato de la reunión con cierto pormenor, sino una serie de reflexiones derivadas de la presencia de quien esto escribe en ese par de horas.

Moderó la mesa Javier Solórzano, fue el expositor central Eduardo Backhoff, Consejero Presidente del INEE, y los comentaristas: Pedro Flores Crespo, Profesor e Investigador de la Universidad Autónoma de Querétaro, y David Calderón, Presidente Ejecutivo de Mexicanos Primero.

1.- AL INEE LO DISEÑÓ EL ENEMIGO

Manuel Meda Vidal, el querido maestro Meda (que hace poco se fue a hacer matemáticas a otra dimensión a la que alcanza, vivo, el recuerdo) solía decir: “A la UAM la diseñó el enemigo”. Con ello quería decir que, siendo una de las personas que más quiere, así, en presente, a esta universidad, la Autónoma Metropolitana, y a la que dedicó muchos años de su vida académica y compromiso ético, contaba con un diseño institucional tan complejo que, muchas veces, era un suplicio, o hasta imposible, lograr un acuerdo. La frase tiene miga, pues no es una crítica a la institución, sino un reconocimiento de la complejidad de su estructura de gobierno y espacios para procesar temas y llegar a decisiones. Se requería paciencia, habilidad y, sobre todo, un liderazgo que aprovechara sus estructuras de participación, haciendo de la complejidad una virtud para generar consensos. En fin, ese es otro cantar, pero la frase viene a cuento.

No solo en la presentación del Dr. Backhoff, sino en todas las ocasiones que he tenido para entender las funciones, atribuciones, tareas y obligaciones del instituto, me he quedado con la impresión de estar no ante un organigrama, sino frente a una tela de araña, cuantimás si a ese conjunto de labores se le pone en relación con la SEP, la Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente (CNSPD) y, luego, con el fenómeno fractal que significa que, en cada entidad, haya una entidad homóloga de la SEP, otra al INEE y otra al SPD. Treinta y dos veces… como espejo en el elevador o cuando uno se prueba ropa en tienda con probador.

Para Backhoff, tres son los pilares de la reforma: la creación del SPD, el nuevo modelo educativo y la (re)fundación del INEE, ahora autónomo. Y las atribuciones que tiene, dijo, son:

  1. Fungir como autoridad en materia de evaluación educativa.
  2. Coordinar al SNEE y con ello al PNEE.
  3. Evaluar la calidad, el desempeño y los resultados del SEN.
  4. Difundir los resultados de la evaluación y fomentar una cultura de la evaluación.
  5. Emitir directrices dirigidas a las AE, que contribuyan a mejorar la calidad de la educación y su equidad.
  6. Expedir lineamientos en materia de evaluación educativa, a los que deben sujetarse las AE que tengan dicha función.
  7. Acompañar a la CNSPD en materia de evaluación docente para el ingreso, promoción, reconocimiento y permanencia.

NOTA: va un glosario indispensable: SNEE: Sistema Nacional de Evaluación Educativa/ PNEE: Política Nacional de Evaluación de la Educación (hay que añadir PEEME: Programa Estatal de Evaluación y Mejora Educativa) /SEN: Sistema Educativo Nacional/AE: Autoridades Educativas/ CNSPD: Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente.

La presentación del Consejero Presidente continuó especificando cada una de estas 7 atribuciones. Puede ver la ponencia y toda la reunión en ( https://www.youtube.com/watch?v=-DrM9zlwBA4 ) pero le comparto algunos, solo algunos, de los elementos que me llevan a pensar que la estructura y las funciones del INEE en la reforma educativa “las diseñó el enemigo”: son muchas, complejas, enmarañadas, confusas, se empalman…

  1. Si coordina al SNEE, tiene que evaluar si se cumple con lo que manda la CPEUM. Estas siglas refieren a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos/ Formular políticas integrales, programas y estrategias de evaluación/ Analizar y difundir información/ “Promover la congruencia de los planes, programas y acciones que emprendan las autoridades educativas con las directrices que emita el Instituto”.
  2. La coordinación del SNEE tiene una Conferencia, integrada por la Junta de Gobierno del INEE, representantes de la SEP y los titulares de las AEL (Autoridades Educativas Locales). En este espacio se decide la PNEE, y el PMP del SNEE (PMP: Programa de Mediano Plazo del SNEE) que, solo en 2017, consta de 170 proyectos/ y edita la Gaceta de la PNEE (hasta hoy, 8 números publicados).

En la imagen que sigue, se aprecian los 170 proyectos del PEEME, por regiones:

inee

Como evalúa al SEN: informar al congreso, cada año, el estado de la educación en el país/ realizar evaluaciones del logro de aprendizaje (PLANEA/SEN (INEE)) y PLANEA/ESCUELAS (SEP)/ hacer más y diversas evaluaciones, entre ellas coordinar PISA/SERCE/ICSS/ diseñar y mantener el sistema de indicadores cada año/ evaluar programas y políticas educativas del SEN…

Difunde resultados y fomenta la cultura de la evaluación/ Impulsar la investigación e innovación de la evaluación educativa (aspecto que ha suscitado críticas, a mi juicio entendibles, pues el INEE no es, en sentido estricto, una institución que haga investigación a la manera de una universidad: de 499 proyectos de investigación, ha aprobado 40.

Un asunto crucial es la emisión de Directrices: para mejorar la formación inicial de los docentes de la Educación Básica (lo cual lo hace agente de los cambios en las normales: fortalecer la organización académica de esas escuelas, desarrollar el marco común de educación superior para la formación de docentes, crear un sistema nacional de información docente y organizar un sistema de evaluación de la oferta de formación inicial de docentes. Nada más en este rubro.

¿Qué es una Directriz? No crea usted que es una cosa sencilla: implica, cada una:

  1. Marco Jurídico
  2. Diagnóstico de la problemática
  3. Objetivos generales
  4. Prioridades estratégicas
  5. Alcances
  6. Directrices específicas:
    1. Propósito
    2. Problemas y debilidades
  • Aspectos claves de mejora
  1. Imagen objetivo

Por si esto fuera poco, el INEE tiene atribuciones que derivan de la Ley del SPD: define procesos de evaluación, definir al nivel local, con la AE, el programa anual y de mediano plazo de las evaluaciones en cada entidad. Expedir lineamientos para: evaluación de ingreso, la de desempeño, y preparar a los evaluadores. Selección de docentes temporales en funciones técnico pedagógicas. Difusión de resultados. Participación de observadores y dar insumos individuales, a cada evaluado para que mejore…

Autoriza parámetros (OJO: hace Directrices, Lineamientos y Parámetros) y etapas. Asesora a las AE. Supervisa los procesos. Valida indicadores y define – al aprobar – los componentes de la evaluación que tiene incentivos. Lineamientos y criterios técnicos para infinidad de cosas. Valida y autoriza. Conforma parámetros: etapas, niveles de desempeño, procesos e instrumentos de evaluación y prepara evaluadores.

Veamos lo que implica: de 2013 a 2017 ha generado 40 lineamientos, 25 criterios técnicos, 422 PPI (Perfiles, parámetros e indicadores), 783 instrumentos autorizados y 20 rechazados.

Y todo esto para generar, dice el presidente, un ecosistema de evaluación, que tiene como fin:

“Fungir como contrapeso de las autoridades educativas y servir a la sociedad a través con su juicio independiente y crítico” (la redacción no es del escribano)

“Ser conciencia crítica e informada del SEN, capaz de detonar cambios de mejora”

“Evaluar todos los componentes del SEN (¿Incluirá la evaluación de las condiciones contractuales del magisterio? Recuerdo que esta función, en la inauguración de estos seminarios, el Consejero Presidente la omitió, verbalmente, aunque en su discurso escrito sí constaba) y con base en los resultados proponer rutas de mejora”

No sé, para concluir, si lo diseñó el enemigo, como decía Meda de la UAM, pero sí parece que lo concibió un Pacto que, al darle autonomía, le dio, además, una carretada de funciones y encomiendas que, para poderlas atender… pues tiene que generar una estructura burocrática enorme que se materializa en el tamaño de su edificio, su nómina, la cantidad de Direcciones Generales, y la expansión, como franquicia, a todas las entidades.

El costo del INEE, más el costo de las evaluaciones, más el tiempo/persona invertido, más los comerciales hace que, en una de esas, el SEN gaste más en evaluar y decir que evalúa, que en formar a los profesores… Usted dirá qué es lo que, en apretada síntesis, he presentado.

¿Por qué mejorar la evaluación que realiza el Servicio Profesional Docente SPD?

Otro de los puntos más importantes, a mi juicio, fue cuando el Consejero Presidente, al desarrollar el tema de cómo mejorar lo que hace el SPD con su participación, señaló las debilidades y deficiencias de la evaluación de los docentes. A mi entender, ni el más agudo crítico pudría hacer tan filosas observaciones que, si no entiendo mal, ponen en jaque la validez y confiabilidad de las evaluaciones realizadas durante estos 5 años.

Para que no se crea que interpreto, copio de su presentación sus afirmaciones:

  1. “La evaluación de los docentes (ED) es una tarea muy compleja y altamente politizada, tanto por el tamaño y diversidad del SEN como por sus consecuencias laborales.
  2. El SPD se implementó en menos de un año, tiempo insuficiente para desarrollar los instrumentos, preparar la logística de aplicación y la devolución de resultados con la calidad deseada.
  3. Adicionalmente, México no contaba con especialistas en el tema, ni con experiencias similares que minimizaran la curva de aprendizaje.
  4. El SPD implicó el desarrollo e implementación de una cantidad de procesos e instrumentos de evaluación de competencias docentes para el ingreso, promoción y desempeño de una gran diversidad de figuras escolares.
  5. Por la magnitud de la EED, es prácticamente imposible evaluar a los docentes in situ. Con observación en el aula.
  6. Por ello el DD (Desempeño docente) se evalúa de manera indirecta con el apoyo de instrumentos que dan cuenta de:
    1. El cumplimiento de la normalidad mínima (encuestas)
    2. La planeación, implementación, evaluación y reflexión de prácticas pedagógicas pertinentes a las necesidades de los alumnos de cada profesor (proyecto pedagógico)
    3. Las competencias profesionales y disciplinarias de los docentes (exámenes)
  7. Evaluaciones equivalentes se realizan para el caso de directores, supervisores y ATP:
  8. El primer modelo de evaluación del DD, tuvo que replantearse en 2017 para superar sus limitaciones.
  9. Aún estamos lejos de desarrollar un modelo que satisfaga las expectativas de los docentes.
  10. El modelo actual depende en gran parte de la capacidad de los evaluadores para analizar y calificar confiablemente los proyectos pedagógicos.
  11. La capacitación para estos docentes/evaluadores es un tema en el que hay que mejorar sustancialmente.
  12. El mejoramiento de los instrumentos, en general, es un tema que nos ocupará permanentemente.

Hasta aquí, el balance del Presidente Consejero del INEE.

Unamos las partes que escribí en cursivas:

La evaluación de los profesores:

  1. Es delicada por sus consecuencias laborales.
  2. El tiempo (fue) insuficiente (para desarrollar los instrumentos, preparar la logística de aplicación y la devolución de resultados) con la calidad deseada.
  3. No se pudo minimizaran la curva de aprendizaje.
  4. En estas condiciones, se improvisaron criterios, lineamientos, directrices, procesos, condiciones… para el ingreso, promoción y desempeño de una gran diversidad de figuras escolares.
  5. Y esto porque, dadas las prisas y la improvisación de todo (creo yo que, por la necesidad de la premura política, y no por el ritmo normal de la política educativa) es prácticamente imposible evaluar a los docentes in situ.
  6. Por eso, el DD (Desempeño docente) se evalúa de manera indirecta.
  7. El modelo de evaluación original, tuvo que replantearse en 2017 para superar sus limitaciones
  8. Aún estamos lejos de desarrollar un modelo (confiable y válido, afirmo yo).
  9. El modelo actual depende en gran parte de la capacidad de los evaluadores.
  10. La capacitación para estos docentes/evaluadores es un tema en el que hay que mejorar sustancialmente.

En síntesis: La evaluación tiene dientes en las condiciones laborales, incluso el despido como horizonte factible; se organizó apresuradamente (sin tiempo suficiente) y sin la calidad deseada; no se pudo minimizar la curva de aprendizaje – ergo, la curva fue larga; se improvisa mucho para cuestiones (nada triviales) como el ingreso, promoción y desempeño de los docentes y otros funcionarios educativos; como no se puede evaluar in situ, se evalúa de manera indirecta; se está lejos de desarrollar un modelo confiable y válido, pues depende de docentes/evaluadores que no han sido preparados de manera suficiente, dado que deben mejorar de manera sustancial.

Entonces: si todo esto es así, y lo reconoce el Consejero Presidente del INEE, y ninguno de sus cuatro colegas en la Junta de Gobierno lo desmiente: ¿hemos estado ante un proceso de evaluación confiable y válido? A confesión de parte, relevo de pruebas…

Resulta que, como el Canciller de este gobierno, ¿el INEE autónomo llegó a aprender? Sería muy desacertado, pues más de un millón de evaluaciones han tenido estas características: todos los resultados son poco confiables, pero han tenido consecuencias, hartos dientes, efectos en la estratificación de docentes en cada escuela…

Si todo ha sido así, ¿no era función de la entidad autónoma, autoridad educativa en la evaluación del sistema, decir que no había condiciones para evaluar? ¿No era lo que correspondía a la verdad? ¿Se vale el pretexto que, si no fuéramos nosotros, llegarían “peores” (me lo han dicho)?

Estas reflexiones, sin duda, creo, ponen en crisis y muestran las fracturas estructurales de esta reforma, y el papel del INEE en esta aventura que, en los comerciales y propaganda gubernamental – cara y pueril – sí ha resultado, pero en la práctica – y dicho por el presidente de la autoridad evaluadora de la educación (sé que repito) ha tenido tantas fallas. Es una conjetura, tiene asidero… ¿tendrá consecuencias, dientes, sanciones o algo parecido? ¿Echando a perder se aprende, a pesar de las consecuencias?

Para rematar

La sesión termina con dos ejes centrales.

Pedro Crespo: más allá de las cortesías y reconocimiento, a su juicio de avances, lanza una pregunta muy incómoda: ¿Hay evidencia del vínculo entre evaluación y calidad? Ni el Banco Mundial – agencia muy lejana de ser radical – lo acepta: “es el uso de los resultados de la evaluación lo que puede, (en una de esas, quizá, a lo mejor, tal vez…) mejorar la calidad.”

David Calderón: más allá de las cortesías y reconocimiento de los avances, además de atribuirlos no al Estado sino a la presión social, sobre todo de las Organizaciones de la Sociedad Civil, le dice al Consejero Presidente: “Ya no son espectadores, desde la tribuna, del partido, que hacen una reseña, sino que ahora son árbitros… ¿Por qué no sacan tarjeta roja? ¿Por qué no ejercen su autoridad?” Da un ejemplo: “se evalúa a un grupo de profesores un año después. En ese lapso debieron tener tutores. La SEP no los proporcionó: ¿era válido evaluarles dada esta carencia?” A su juicio, no. Y, sin embargo, el INEE se queda callado. Para sorpresa de quien esto escribe, Calderón dice que el INEE es el garante de ¡”la reforma de la reforma”! Cosas veredes, Sancho…

Responde Backhoff:  La autonomía se construye… es mejor convencer que vencer, se están haciendo alianzas reales con las AEL… Propone un dilema: ¿INEE bronco, o INEE firme?

Lo que anoto en mi cuaderno es: INEE autónomo que hable con sinceridad a la sociedad, y tome el riesgo de enfrentar a la autoridad en público, no en las oficinas. El día anterior, un subsecretario fue al INEE a protestar por su informe sobre la educación media. ¿Por qué no se dio difusión al encontronazo, para legitimar al INEE y poner en su sitio a la soberbia de la autoridad?

Ahí, en la publicidad de las acciones autónomas y firmes, se podría generar la legitimidad del INEE como contrapeso y conciencia crítica, y en el reconocimiento de los límites impuestos por la reforma, sobre todo en tiempo y pertinencia de meterse a lo laboral, punitivo, se podría generar la idea que el INEE es aliado de los maestros cuando se les somete a la evaluación, en lugar de proponerles mejoras a partir de los resultados de la evaluación.

Coda

David Calderón dice que hay pocos “amigos de los niños” y muchos “amigos de los profesores”, y que se necesitan más amigos de los niños, como ellos – su organización. Hago una pregunta franca, derivada de mi desacuerdo: ¿No está en el máximo interés de los niños, que la evaluación de sus maestros sea confiable y válida? Porque si ser amigo de los niños es, simplemente, que se evalúe a la trompa talega a las maestras y profesores, ¿para qué quieren amigos? En su caso, la crítica a la evaluación es la mejor manera de ser, no amigos de los niños – eso es muy paternalista – sino responsables con la educación mexicana que tiene, en ellos, a seres con voz, desde el prescolar.

Hoy, cuando entrego estos apuntes, será la última sesión del seminario. Prometo, si no se atraviesan líos de salud, ser más expedito en comentarles mi mirada. Ojalá.

*Fuente: http://www.educacionfutura.org/el-inee-dentro-de-la-reforma-educativa/

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La Educación y los Patrimonios Culturales Orgullo de mi País

Por: Miguel De Castilla Urbina
Emilio Durkheim, el fundador de la Sociología como ciencia, definió a la educación como el proceso a través del cual las generaciones adultas transmiten a las generaciones jóvenes, el acervo cultural de una sociedad y una época, a fin de adaptarlas a su medio físico y social. La definición del sociólogo francés se refiere no solamente a la educación escolar, sino a toda la educación, la que incluye aún más, a la educación informal, especialmente aquella que socializa en los valores dominantes en una sociedad.
Un componente fundamental del acervo cultural de una sociedad son los patrimonios culturales de cada país, definidos estos como la herencia que recibimos de nuestros antepasados que dan testimonio de su tránsito en fechas pretéritas; observamos hoy, estudiamos y disfrutamos a través de diferentes  medios en el presente, y transmitimos a las generaciones futuras.
Tanto en la Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural de 1972, como en la Convención para la salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial del año 2003, se insiste que es obligación de los Estados Partes de las dos Convenciones, la protección, cuido, promoción y desarrollo de los Patrimonios culturales materiales e inmateriales de la humanidad inscritos en la Lista Indicativa y Representativa de la Unesco y de todos los patrimonios culturales de cualquier país.
De todas las estrategias para promover y desarrollar los Patrimonios Culturales, la educación es el mecanismo fundamental para mantener y elevar la importancia en sí de cada patrimonio, y para reproducir de cara al futuro, el acervo de conocimientos, técnicas y saberes de cada bien o manifestación cultural que se transmiten de generación en generación. En la definición que sobre Patrimonio Cultural se hace en el texto de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial del 2003, expresamente se dice que éste “se transmite de generación en generación, siendo recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad y contribuyendo así a promover el respeto de la diversidad cultural y creatividad humana”
Nicaragua no solo cuenta con una gran riqueza de bienes y manifestaciones culturales, sino que también con una política pública orientada a su divulgación  promoción y desarrollo y un conjunto de instituciones gubernamentales que de manera mancomunada se encargan de realizar la misma. Esa política tiene como propósito crear las condiciones subjetivas que elevan la autoestima del ser nicaragüense, nos empodera provocando comportamientos de aprecio a lo nuestro y nos invita a conocer primero Nicaragua, y hacer vida en nosotros el lema de “orgullo de mi país”.
Entre esas Instituciones sobresalen el Instituto Nicaragüense de Cultura-INC, el Instituto Nicaragüense de Turismo-Intur, el Ministerio de Educación, las Alcaldías Municipales del país encabezadas por el Inifom, el Teatro Nacional Rubén Darío, una institución que en nuestro país, trasciende su función de escenario del espectáculo para ser matriz en la que se incuban las más altas manifestaciones del arte, y el Canal 6 Nicaragüense por Gracia de Dios, que igual que el TNRD, trasciende el perfil propio de un canal de televisión pública, para ser una plaza abierta a todas las manifestaciones culturales, unas veces como aula de clases en apoyo al currículo escolar, otras como difusor del mejor cine latinoamericano, las más de las veces como promotor del canto, la danza y las costumbres del nicaragüense.
Los Patrimonios Culturales nicaragüenses inscritos en la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco, como lo son Las Ruinas de León Viejo, la Catedral de León y el Güegüense, protegidos por el Instituto Nicaragüense de Cultura, y las reservas miembros de la Red Mundial de Reservas de la Biósfera de la Unesco, tales como Bosawas (1997), Río San Juan (2008) y Ometepe (2010), protegidas por el Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (Marena), forman parte de los contenidos curriculares y extracurriculares de la Educación Básica y Media de nuestro país, a través de las cuales se transmiten a las generaciones de hoy y del mañana, los saberes y atributos que les caracterizan e identifican como parte esencial de lo que reconocemos como la nacionalidad nicaragüense.
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Macrismo recargado y las tareas que nos esperan. Argentina elecciones parlamentarias.

Por: Atilio A. Boron

La inobjetable victoria del macrismo a nivel nacional plantea un enorme desafío para el conjunto de fuerzas que bregan por un país justo, democrático y soberano. Hoy, debido al lento pero irresistible –irresistible por ahora, como una vez dijera Hugo Chávez- ascenso de la derecha, la Argentina se ha convertido en un país más injusto, menos democrático y más dependiente. ¿Qué hacer ante tamaña involución? ¿Cómo enfrentar a esta conjura de la plutocracia local, sus mandantes en Washington y su ejército de publicistas y propaladores de eficaces “posverdades” que lograron que un 41.7 % de la población votase alegremente por quienes han demostrado que gobiernan para los ricos y con los ricos y que están dispuestos a llevar hasta sus últimas consecuencias una suerte de eutanasia de los pobres, los viejos, los jóvenes, los excluidos? Para responder a esta pregunta es preciso primero reconocer exactamente la fortaleza del adversario y, autocrítica mediante, nuestras debilidades. Ambas se combinaron para producir esta nueva derrota del espacio progresista y de izquierda nucleado en torno a la figura de Cristina Fernández de Kirchner.

Una celebración desmesurada

La gritería de la derecha ha incurrido en toda clase de hipérboles para celebrar el triunfo del macrismo. Victoria “enorme”, “histórica”, “¡hazaña histórica!” dijo uno, “arrasadora”, “líder de otra galaxia” según uno de los principales consultores políticos, son algunas de las expresiones utilizadas para caracterizar lo ocurrido el pasado domingo. ¿Cómo calificar entonces la victoria de Raúl Alfonsín en 1983, que consagró la primera derrota presidencial del peronismo a lo largo de su historia? ¿O, sin ir más lejos, el 54% de CFK en el 2011? Es obvio que un desbordante optimismo campea en las filas de la derecha. Sin embargo, el analista no puede dejarse llevar por ninguno de estos excesos, que con signo contrario también se escucharon luego de conocido el veredicto de las urnas en el bunker de CFK en Sarandí. Una actitud más sobria, menos propensa a esa “desmesura” que muchos de los operadores macristas le achacaban con exclusividad al kirchnerismo demuestra que los guarismos obtenidos por Cambiemos son prácticamente idénticos a los que Néstor Kirchner cosechara en su primera elección parlamentaria luego de llegar a la Casa Rosada: 41.7% para el macrismo, 41.6% para el santacruceño en el 2005. En ambos casos, quedan por debajo de lo conseguido por Raúl Alfonsín en las legislativas de1985 cuando se alzó con el 42.3 % de los votos. En ambas ocasiones, 1985 y 2005, el reconocimiento de la victoria oficial ahorró la grandilocuencia imperante en estos días. En suma: muy buena elección del macrismo, pero lejos de ser un triunfo sin precedentes en la política argentina.

Va de suyo que lo anterior no tiene por objeto restar los méritos del adversario sino calibrarlos en su justo término. La subestimación conduce inexorablemente a la derrota, como lo prueba la temeraria ingenuidad del kirchnerismo al “elegir” como un rival fácil de doblegar, aún por Daniel Scioli, al por entonces jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Se lo despreció y ridiculizó durante años –desoyendo a quienes advertíamos el peligro- hasta que se produjo el amargo despertar de Noviembre del 2015 y para sorpresa de propios y ajenos el rival despreciado terminó entronizado en la Casa Rosada. En línea con esta actitud es preciso reconocer que Cambiemos prevaleció en 13 distritos: Buenos Aires, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Córdoba, Corrientes, Chaco, Entre Ríos, Jujuy, La Rioja, Mendoza, Neuquén, Salta, Santa Cruz, Santa Fe, mientras que el justicialismo –en sus múltiples variantes, algunas más cercanas a Macri que a Cristina- obtenía la victoria en once, una vez establecido el triunfo del kirchnerismo en Tierra del Fuego y, por un puñado de votos, en la provincia de La Pampa, otrora bastión inexpugnable del peronismo. El macrismo mejoró su representación en diputados y senadores nacionales, y si bien no tiene quórum propio en ninguna de ambas cámaras la irresistible atracción de la chequera que maneja la Casa Rosada y la volubilidad de sectores y líderes políticos que se presentan como “oposición” hace prever que a partir del 10 de diciembre Macri contará con mejores chances de aprobar la legislación necesaria para viabilizar la segunda, y más radical, fase del ajuste. A lo anterior súmesele que al día de hoy Cambiemos es la única fuerza de alcance nacional y que triunfó en los cinco distritos (Ciudad de Buenos Aires, provincia de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza) donde se concentra el 70% del electorado nacional. Una gran victoria, sin duda, pero que en la historia de nuestra democracia reconoce varios precedentes como para ser calificada como “hazaña histórica”. Raúl Alfonsín y Carlos Menem así lo demuestran.

En una nota publicada en la Revista Anfibia Alejandro Grimson señala tres factores explicativos de la victoria macrista. Uno, la eficacia movilizadora del relato de Cambiemos con el cual la población fue bombardeada día y noche a lo largo de casi dos años gracias a la formidable, diría inédita y profundamente antidemocrática, concentración oligopólica en la prensa, la radio y la televisión que hace que la Argentina viva, mediáticamente hablando, bajo una “cadena nacional permanente”. En los temas fundamentales los dos principales medios gráficos del país tienen tanta diferencia entre sí como la que existía entre el Pravda y el Izvestia en el apogeo de la extinta Unión Soviética, pese a lo cual los exégetas de la derecha siguen diciendo que “antes”, es decir durante el gobierno de CFK, la libertad de prensa estaba amenazada. En este funesto escenario mediático el mensaje transmitido por el relato de la derecha era claro: “el kirchnerismo es el pasado, y fue una perversa combinación de incompetencia y corrupción que creó una falsa ilusión de bienestar que demostró ser insostenible. El país sobrevivió a aquella pesadilla y ahora debe afrontar, con esperanzada resignación, los sacrificios necesarios para retornar a la normalidad”. La interminable repetición de este mensaje, taladrando día y noche el cerebro de los argentinos, más la sistemática supresión de voces disidentes realizada por los autoproclamados custodios de la república –eliminación de Telesur de los canales de cable, purgas en Radio Nacional, “apriete” en emisoras y televisoras privadas para acallar voces molestas, manejo arbitrario de la pauta oficial para perjudicar a los medios disidentes- unido al infame desplome de lo que había sido el aparato mediático del kirchnerismo más la oportuna sucesión de citaciones de la justicia federal a altos personeros del gobierno anterior durante la campaña terminaron por instalar un sentido común ampliamente compartido en la sociedad, no exento de ribetes tragicómicos. Ante la observación de que ahora el salario se deteriora día a día, el desempleo crece inconteniblemente y el país se endeuda de manera exorbitante por varias generaciones la respuesta estandardizada de la víctima suele ser algo así como: “sí, pero se robaron todo”. En otras palabras, la ilusión de un futuro mejor (que no la esperanza) así como la execración del pasado fue hábilmente inoculada en la población por la pléyade de inescrupulosos “marketineros” contratados por aún más inescrupulosos líderes de la derecha. El dato de que hay muchos más miembros del gabinete de Mauricio Macri que de Cristina Fernández procesados por la justicia no hizo mella en aquel sentido común. Tampoco tuvo efecto alguno el conocimiento de que Mauricio Macri llega a la Casa Rosada estando procesado por la justicia; o que se encuentra involucrado en negocios turbios detectados en losPanamá Papers (que originaron la renuncia del Primer Ministro de Islandia), situación compartida por varios miembros de su entorno como Claudio Avruj, Esteban Bullrich, Gustavo Arribas y su primo, Jorge Macri entre otras figuras de Cambiemos. La prensa (dizque) “independiente” se encargó de blindar meticulosamente el tema y la noticia se la tragó la tierra y jamás fue examinada en profundidad por la opinión pública. Lo mismo ocurrió con la escandalosa iniciativa del presidente de perdonar una deuda contraída por su padre, Franco Macri, durante su gestión al frente del Correo Argentino, cosa que ante el clamor de la opinión pública finalmente tuvo que ser revertida y enviada a la justicia en medio de un fuerte escándalo que, sin embargo, no tuvo consecuencias políticas. Lo mismo que una dirigente social, Milagro Sala, fuese enviada a la cárcel y retenida allí por casi dos años sin condena y, cual “Estado canalla”, desoyendo la medida cautelar emitida por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y las recomendaciones de varios comités de Naciones Unidas exigiendo su inmediata liberación. El caso de la desaparición forzada de Santiago Maldonado a manos de la Gendarmería fue tan sólo el último escandaloso eslabón de esta trama de mentiras, ocultamientos y desinformación premeditada. Un proceso en donde la perversidad de una de las “candidatas estrella” del macrismo, Elisa Carrió, llegó a extremos pocas veces vistos en la Argentina al proferir tal cantidad de exabruptos (“20% de posibilidades que esté en Chile”, “como Walt Disney”, etcétera) que no sólo exhiben el lado oculto de sus convicciones supuestamente republicanas y humanitarias y su desenfrenada búsqueda de protagonismo en los medios sino también del triste retroceso cultural de la ciudadanía porteña (que por décadas había sido un baluarte en la exigencia de juicio y castigo para los culpables de la represión de los años setentas) que ahora premia con el 51 % de sus preferencias a un personaje que dijo tales aberraciones.

A lo anterior nuestro autor agrega dos otros factores: por una parte el papel de la ya anotada concentración mediática que impidió que el relato macrista pudiera ser críticamente examinado ante el gran público. Pocas veces en nuestra historia hubo tal nivel de “unanimismo mediático” como el que hoy asfixia a la Argentina. Esto es una nefasta innovación en nuestra vida política, pero hay que recordar que siempre, aquí y por doquier, las fuerzas políticas de izquierda y progresistas debieron luchar contra ese enemigo atrincherado en los medios de comunicación, y a menudo lo hemos derrotado. Y en segundo lugar, la gran fragmentación de la oposición y, sobre todo, la implosión del peronismo en una multiplicidad de organizaciones políticas construidas sobre las frágiles arenas de diversos liderazgos provinciales o locales que impidieron se pudiera enfrentar la ofensiva de la derecha con eficacia. Obviamente, esto remite a la crucial cuestión de lo que es hoy el peronismo. ¿Es Cristina, como lo reafirmó claramente en la reciente campaña senatorial, o es ella junto con todos, o algunos, de los siguientes: Gioja, Insfrán, Pichetto, Verna y Rodríguez Saá junto a los perdidosos Urtubey, Massa, Randazzo, Menem, Alicia Kirchner, Schiaretti y De la Sota ¿Puede este heteróclito conjunto converger en una propuesta común? De hecho no pudo, y esa dispersión llevó aguas al molino del gobierno. Lo más probable es que muchos de estos personajes ya estén en conversaciones con el gobierno nacional para asegurar la “gobernabilidad” en los próximos dos años y “un lugar bajo el sol» del presupuesto nacional en los nuevos tiempos que se avecinan.

¿Cómo construir una alternativa?

El exitismo oficial encuentra un sorprendente paralelismo en ciertos miembros del entorno del cristinismo. La autoproclamación ser de “la única oposición real”, reiterada en cuanta ocasión se pueda, tropieza con los duros datos de la realidad. Los poco más de cinco millones de votos obtenidos a nivel nacional constituyen sin la menor duda un piso importantísimo para futuras competencias electorales. Pero como lo hemos dicho en múltiples ocasiones, el problema de CFK no es su piso –sólido, confiable, leal- sino su techo, carente de elasticidad para captar nuevas voluntades todo lo cual conspira contra su capacidad para lanzar una propuesta atractiva no sólo para los kirchneristas sino también para quienes no lo son, tanto dentro y especialmente fuera del peronismo. Si algo enseña la historia reciente de la Argentina es que con el peronismo sólo ya no se ganan elecciones a nivel nacional. El triunfazo de Cristina en el 2011 es impensable en nuestros días, porque la trama política y cultural del país cambió en una dirección contraria a la esperada. La Argentina hoy es un país más conservador que antes, más refractario a las interpelaciones progresistas o de izquierda, anatemizadas como un irresponsable “populismo”; además, el ancho y heteróclito campo de la izquierda y el progresismo se encuentra profundamente fracturado. Por ello, sólo una convocatoria amplia que avance por izquierda mucho más allá de los límites del contradictorio universo peronista estará en condiciones de canalizar las “energías nacionales” como decía Antonio Gramsci y derrotar al proyecto macrista. Si esta empresa de creación política no se lleva a cabo la derecha podría llegar a gobernar por largo tiempo en la Argentina. Una banca en el Senado no es precisamente el mejor instrumento para plantear una oposición eficaz al macrismo. En ese ámbito Cristina seguramente terminará conformando un monobloque, porque sus antiguos aliados peronistas no parecen demasiado entusiasmados con su incorporación a la Cámara Alta. Dada esta realidad, su capacidad para inclinar el fiel de la balanza a favor de sus propuestas o de arrastrar tras su liderazgo una mayoría de senadores para poner coto a la virulencia de Cambiemos es por lo menos dudosa. No sólo eso: el Frente para la Victoria que había sido el instrumento político-electoral del kirchnerismo durante doce años fue despachado a mejor vida sin ofrecérsele a sus deudos el beneficio de un modesto funeral para explicarles las razones de tan súbito e inesperado deceso. Lo mismo cabe decir de la creación de la Unidad Ciudadana: ¿qué asamblea de militantes y dirigentes aprobó su creación, con qué fundamentos, cuál es su programa, quiénes son sus autoridades, cuál será su política de alianzas? Nada se sabe al respecto.. Sólo que ambas cosas, la disolución del Frente para la Victoria como la creación de Unidad Ciudadana expresan un estilo de conducción política –desde arriba, vertical, personalista- que la historia demuestra que en la sociedad actual termina en el fracaso. Lamento decirlo porque se trata de una tradición fuertemente arraigada en el movimiento popular y quizás tuvo eficacia en el pasado. Pero hoy ya no funciona. Fracasó en el 2013, en el 2015 y de nueva cuenta el pasado domingo. Nada peor que ocultar lo que hoy es una conclusión irrefutable; ese estilo de conducción es un anacronismo político, seguro padre de nuevas derrotas.

La tarea de derrotar al proyecto de la derecha requerirá de todas nuestras fuerzas y toda nuestra inteligencia. Vuelvo a Gramsci con aquello de pesimismo de la razón pero acompañado por el optimismo de la voluntad. Sin una profunda autocrítica, reclamada insistente pero infructuosamente por muchos sectores dentro y fuera del kirchnerismo desde el 2015, no se podrá encontrar el rumbo para construir un gran frente de liberación nacional y social, claramente anticapitalista y antiimperialista. Las políticas de corrimiento hacia el centro político están condenadas a terminar en una nueva frustración. Hay una ley sociológica que dice que los pueblos prefieren el original a la copia. Si una coalición progresista “suaviza” su discurso (en un país tan flagrantemente injusto y saqueado por la CEOcracia como la Argentina) y adopta uno más centrista lo más probable será que la ciudadanía elija votar por la derecha original y no por un progresismo que modere su discurso y sus propuestas y se vaya pareciendo cada vez más a la derecha. Si de administrar al capitalismo se trata, nadie mejor que la burguesía y sus representantes políticos para hacer esa tarea. No le ayudó a Cristina guardar silencio ante el crimen de Santiago Maldonado; o referirse sólo al pasar al escándalo judicial en torno a la detención de Milagro Sala, equiparar a ésta con un sedicioso como Leopoldo López en Venezuela y decir que en ese país no hay un estado de derecho, o abstenerse de felicitar a Nicolás Maduro por la magnífica victoria cosechada en las elecciones regionales. Todo eso, a la vez que se optó por imitar el estilo de campaña, y la escenografía new agedel PRO, lo cual no le agregó un solo voto a CFK. Los que llegaron no procedían de esos territorios sociales donde prevalece el eclecticismo y el nihilismo posmoderno, que es el lugar en el que Cambiemos cosecha sus votos.

La nueva construcción tendrá que trascender el plano electoral e internarse en la creación de un amplio espacio político-cultural. Este deberá ser la culminación de un proceso de diálogos sin exclusiones entre todos quienes saben que al macrismo no se le combatirá con promesas de un “capitalismo serio o racional”. La tercera vía es, digámoslo de una vez, una vía muerta. Sólo podrán librar una efectiva batalla en contra de Cambiemos quienes estén dispuestos también a luchar contra el capitalismo (y no sólo el neoliberalismo) y el imperialismo y puedan comunicarlo socialmente de modo eficaz. En la nueva construcción política que necesitamos las propuestas de los críticos del capitalismo y el imperialismo deberán ser las que le asignen una “tonalidad ideológica” a la nueva propuesta. Para lo otro, para hablar de un capitalismo inclusivo y racional, está Cambiemos. Seamos claros: sólo desde la izquierda se podrá disputar la hegemonía político-cultural del macrismo, de la cual se desprende su preponderancia electoral. Es debido a ello que la elaboración de un programa político con nítidos contenidos democráticos, anticapitalistas y antiimperialistas será indispensable para cimentar la unidad de acción de un amplio conjunto de fuerzas políticas y movimientos sociales procedentes de distintas tradiciones y suficientemente vigoroso como para enfrentar las batallas que se avecinan y derrotar a una derecha organizada como nunca antes en su historia. Si fracasamos en este empeño tendremos macrismo para rato. Es una cuestión que remite tanto a la necesidad de crear una real alternativa que así sea percibida por una ciudadanía castigada por los rigores del ajuste neoliberal como de simple aritmética política. Sin esa gran coalición de signo anticapitalista y antiimperialista no podrá construirse una mayoría electoral.

El papel de Cristina

Tras la ratificación del rumbo actual en las elecciones del pasado domingo el gobierno acelerará la marcha hacia una restructuración regresiva del capitalismo argentino. Será necesario impedir que se consume un proyecto que retrotraería nuestro país a la situación imperante en las vísperas de la aparición del peronismo en 1945. Lo que ocurre en Brasil despierta la admiración de la Casa Rosada. El ataque al salario, a los trabajadores y al sindicalismo combativo será inminente. El endeudamiento tan irresponsable como desenfrenado y el desmantelamiento de la legislación protectiva de los trabajadores y, en general, de los pobres, de los adultos mayores, de los jóvenes será implacable. Los argentinos haríamos bien en mirarnos en el espejo brasileño para advertir lo que nos espera: congelamiento de los gastos en salud y educación, fin de la jornada de ocho horas, derogación de las principales piezas de la legislación laboral y jubilación sólo para el titán que venciendo indecibles contingencias y todo tipo de enfermedades pueda hacer aportes jubilatorios durante 49 años y llegar a su ancianidad con restos como para disfrutar de una modestísima pensión antes de despedirse de este mundo y disfrutar de un módico funeral. Ante ello una construcción debilitada por un arcaico verticalismo sólo serviría para acelerar la destrucción de la ciudadanía económica, social y política que se propone el macrismo y que con tanto esfuerzo fuera conquistada en años pasados. Será necesario crear una suerte de Frente Amplio, como el uruguayo; o un movimiento tan plural y heterogéneo como lo fuera el 26 de Julio en Cuba. Y el liderazgo deberá enriquecerse del diálogo, la discusión, el debate de ideas. Ya no hay lugares privilegiados de conducción porque todos, absolutamente todos, hemos sido derrotados. Eso es precisamente lo que nos une: la derrota.

Y esta nueva construcción tendrá que librar una batalla organizacional, política y cultural. Deberá ser aquel “Príncipe Colectivo” del que hablaba Antonio Gramsci para desde su novedad y frescura llegar a sumar millones de voluntades que, sin duda, cuando se disipe el espejismo hábilmente creado por Cambiemos, estarán a la búsqueda de una ruta de escape que no puede ser volver al pasado. Que quede claro: el liderazgo de Cristina no está en discusión; ningún otro político del campo de la oposición tiene su estatura y sus votos como para disputarle su lugar. Lo que sí está en cuestión es su estrategia de construcción política, como lo demuestran las recientes derrotas electorales, los sonados fracasos del FPV, la Cámpora y Unidos y Organizados y, más recientemente, su empecinamiento en no aceptar ir a las PASO para competir con Florencio Randazzo, que probablemente le hubiera permitido alzarse con la victoria nada menos que en la provincia de Buenos Aires. Una Cristina que escuche (“dicen que Cristina escucha poco”, anotaba Norberto Galasso en una entrevista para Zoom), que confíe menos en su intuición (que la ha traicionado muchas veces), que valore positivamente a quienes disputan sus argumentos con la intención de colaborar en su empeño y no con el ánimo de erigir obstáculos. Una Cristina que descrea de los adulones que le dicen que es infalible y que cuando ven que se encamina al abismo no le dan la voz de alerta. Una Cristina que recuerde el consejo de Evita, cuando le recomendaba a Perón desconfiar de los alcahuetes y gentes de confianza que lo rodeaban. ¿Cuántos de ellos, que parecían kirchneristas “de paladar negro”, no se pasaron al bando contrario ni bien CFK dejó de ser presidenta? ¿Qué lecciones deben extraerse de ello?

Para concluir, sólo con el “vamos a volver” no va a ser suficiente para seducir a esos contingentes sociales agredidos y ofendidos por el macrismo pero atrapados por los traicioneros efluvios de un relato científicamente concebido para desmovilizar y estimular la pasividad y la resignación. Esto es así porque la campaña propagandística del macrismo ha sido muy efectiva y, además, porque las asignaturas pendientes luego de doce años de gobierno kirchnerista son inocultables. Se hizo mucho y bien, pero no lo suficiente; y muchas cosas se hicieron mal y otras ni siquiera se hicieron (por ejemplo: una reforma tributaria, o la nacionalización del comercio exterior). Y, lo que se hizo bien se comunicó mal. Ensimismado en la engañosa seguridad de su indisputada hegemonía el gobierno perdió capacidad de leer lo que estaba ocurriendo en la sociedad, y especialmente lo que le estaba sucediendo a las propias bases sociales del electorado kirchnerista. Tampoco supo entender sus nuevas demandas económicas y sociales y tomar conciencia del vertiginoso cambio cultural que tornaba a las clases y capas populares impermeables a la interpelación del progresismo y críticas de las políticas asistencialistas del gobierno. Fenómeno epocal, no exclusivo de la Argentina. En Bolivia, Ecuador y Venezuela ha ocurrido lo mismo, si bien no tan intensamente como entre nosotros.

Será preciso elaborar un programa político que sistematice las propuestas de transformación social que llevará a cabo la nueva coalición política. Un programa de “desmercantilización” de la salud, la educación y la seguridad social, convertidas por el actual gobierno en infames mercancías cuando en realidad son derechos humanos. Un programa de recuperación de la democracia en el espacio público, hoy férreamente controlada por la oligarquía mediática. De preservación de los bienes comunes; de efectiva reforma del estado, para que pueda regular al mercado y no al revés, como ocurre en estos días. En suma, a partir de esta nueva construcción política realizar efectivamente un tránsito desde el gobierno al poder y, de ese modo, elevar el bienestar material y espiritual de millones de argentinas y argentinos. Un programa, en suma, que sea totalmente ajeno al eclecticismo de la “tercera posición” o la ilusión de un “capitalismo serio”. Un programa, en suma, tendencialmente orientado hacia el socialismo.

Estamos en vísperas de un nuevo comienzo, desde el llano, con aliados titubeantes, o desconfiados, y enemigos envalentonados. Será una marcha cuesta arriba y difícil, pero si tenemos el rumbo claro y la organización adecuada, podríamos evitar lo peor en el 2019. Es más, diría que si actuamos con inteligencia y sin desmayos podríamos revertir el revés del 2015. Para ello será preciso creer en nuestras propias fuerzas y contar con un programa político de avanzada: antioligárquico, anticapitalista y antiimperialista. No hay que olvidar que el gobierno de Macri se enfrenta a un complejo panorama económico que sin un desenlace catastrófico a la vista; es decir, sin un 2001 en el horizonte, igual será muy duro para la gestión. La crisis general del capitalismo y el descrédito del neoliberalismo global, ahora condenado por el amo imperial, serán fuente de innumerables obstáculos para el éxito del proyecto de Cambiemos. Pero dejemos que nuestros enemigos hagan lo suyo, y no soñemos que van a trabajar para nuestra victoria. Somos nosotros quienes debemos aprestarnos adecuadamente para la batalla, y no esperar que ellos se equivoquen o caer nuevamente en el error de subestimar su vocación de dominio. El clima cultural los favorece, pero eso puede cambiar si se actúa con decisión y de cara a la verdad. El programa macrista acarreará enormes sufrimientos a nuestro pueblo. Debemos ser capaces de mostrar que hay otro camino, que otro mundo es posible, y que la nueva construcción política en ciernes podrá ser el instrumento idóneo para construir esa alternativa, superadora de las inexorables lacras del capitalismo en cualquiera de sus versiones.

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